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Baltar, M. J. (2003). El sentido del diagnóstico psicológico escolar.

Un análisis crítico y una

propuesta en construcción. Psicoperspectivas, 2(1), 7-34.

El propósito de este texto radica en el quehacer del rol del psicólogo educacional en

diversos establecimientos educativos. Desde la perspectiva de la autora se propone

dilucidar las relaciones preexistentes históricamente, así como las que persisten en la

actualidad, respecto de las disciplinas de Psicología y Educación, además se revisan las

posibles contribuciones de la disciplina al logro del objetivo perseguido por la educación.

Lo esencial de este artículo está referido principalmente al análisis crítico de la perspectiva

clínica en Psicología Educacional, buscando darle otra mirada a fenómenos como fracaso

escolar y dificultades de aprendizaje.

El alcance temático que presenta este texto es conciso, pero aporta ideas importantes

respecto de los tópicos abordados, en este sentido, se denota una temática

preponderantemente educacional, pero que además se complementa con matices

sociohistóricos, los cuales permiten una comprensión completa del fenómeno presentado.

Respecto del enfoque utilizado se visualiza claramente los lineamientos de tipo educativo,

pero también social, atribuyendo importancia a bases teóricas como la teoría de la

reproducción y la teoría de la resistencia. Acerca de la metodología empleada, no se

explicita el uso de participantes ni tampoco se mencionan los criterios utilizados para

seleccionar las fuentes revisadas, sin embargo, se denota un arduo trabajo de revisión

literaria. En cuanto a las principales implicancias del texto trabajado, se destacan las

referidas al análisis crítico del imaginario clínico preponderante en psicología de la

educación, a raíz del cual la autora menciona la urgencia de transformar dicho enfoque

individualista a una perspectiva que permita apoyar al docente en las salas de clases, a
través de la reformulación del diagnóstico individual, enfocándolo hacia una mirada

sistémica de la escuela. Además, Baltar (2003) menciona lo importante que resulta el

incremento tanto en cantidad como en calidad, de procesos reflexivos respecto de los

diversos roles que cumple un psicólogo educacional en las escuelas.

Respecto de los aportes conceptuales del texto hacia la revisión bibliográfica, se hace

necesario mencionar que la autora plantea que el rol del psicólogo es establecido tanto por

el sistema educativo imperante, así como por la sociedad que lo acompaña, lo que conlleva

al predominio de una orientación clínica en los establecimientos escolares, esto justificado

en la demanda de un trabajo focalizado en las dificultades del estudiante ya sean en

rendimiento o bien de “adaptación”. Así también, añade que producto del modelo

económico neoliberal aplicado a la educación se percibe el conocimiento desde una mirada

pragmática, en la cual las instituciones educativas se encuentran sujetas estrechamente a las

reglas del mercado laboral. Bajo esta mirada, el éxito escolar se define según la capacidad

de los estudiantes para lograr reconocer sus intereses entre las materias curriculares

ofrecidas, y con ello poder alcanzar los aprendizajes esperados en aquellas materias que les

beneficien para su futuro laboral. La autora también añade críticamente que, aún con los

desarrollos actuales que han cuestionado al modelo clínico, éste último todavía tiene el

poder de clasificar y por ende rotular a las personas según los criterios de “normalidad”

versus “anormalidad”.

Baltar (2003) explica que, en el modelo médico preponderante en educación, existe una

predisposición de los miembros de la comunidad escolar, a visibilizar el déficit en aquellos

estudiantes que no logran avanzar de manera simétrica con el resto de sus pares, o bien

denotan conductas “inadaptadas” a lo que establece el modelo educativo normalizado, por


lo que generalmente dichos alumnos terminan por ser diagnosticados y hasta

medicalizados. Desde esta perspectiva, Guimarães, Proença y Portillo (citado en Barraza,

2015) complementan lo anterior, mencionando que, a través de dicho discurso clínico, el

psicólogo educacional contribuye a la objetivación de decisiones que justifican el gasto en

educación para el Estado. Lo anterior es reafirmado por Terigi (2009), quien añade que la

psicología educacional como disciplina ha servido como ciencia estratégica para la

institucionalización de la escuela como dispositivo escolar.

En cuanto a las limitaciones del texto revisado se pueden mencionar las referentes al uso

de la metodología, ya que ésta no se explicita, solo se menciona que se toma gran parte de

la crítica en base a la experiencia de la autora en su desempeño como psicóloga

educacional. Así también se vislumbran ciertos sesgos metodológicos, ya que el texto no

contiene un análisis respeto de sus propios vacíos teóricos o posibles nichos a investigar

para complementar la información entregada.

Sin embargo, se destaca la posición crítica de la autora respecto de su propia disciplina,

lo que demuestra un profundo interés en poder trabajar en el desarrollo de la psicología

educacional y en poder superar así, el fantasma del imaginario clínico que ha sido tan difícil

de erradicar en la educación.

Referencias:

Baltar, M. J. (2003). El sentido del diagnóstico psicológico escolar. Un análisis crítico y una

propuesta en construcción. Psicoperspectivas, 2(1), 7-34.


Barraza, R. (2015). Perspectivas acerca del rol del psicólogo educacional: Propuesta

orientadora de su actuación en el ámbito escolar. Revista Electrónica "Actualidades

Investigativas en Educación", 15(3), 1-21.

Terigi, F. (2009). El fracaso escolar desde la perspectiva psicoeducativa: hacia una

reconceptualización situacional. Revista iberoamericana de educación, 50, 23-39.

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