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ISBN: 978-3-89665-479-3
1. Auflage2010
© Academia Verlag
BahnstraBe 7, D-53757 Sankt Augustin
Internet: www.academia-verlag.de
E-Mail: info@academia-verlag.de
Printed in Germany
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und anderweitigen Bearbeitung.
List of Contributors v
List of contributors
Table of Contents
List of contributors v
Table of contents vii
John Dillon Preface ix
De Vogel Lecture
Dorothea Frede Life and its Limitations: the conception of happiness in
the Philebus 3
1. Themes
A. Logic and Dialectic
Hugh H. Benson Collection and División in the Philebus 19
Francisco Bravo El método de la división y la división de los placeres en
el Filebo de Platón 25
HallvardJ. Fossheim Method in the Philebus 31
Mary Louise GUI The Divine Method in Plato's Philebus 36
Christopher GUI Dialogue Form and Philosophical Contení in Plato's
Philebus 47
Charles H. Kahn Dialectic, Cosmology, and Ontology in the Philebus 56
Michel Narcy Socrate á l'école de PÉtranger d'Élée 68
Noburu Notomi The questions asked in the Philebus 74
Richard Patterson The Philebus and the Unity of Platonic Method 80
Naomi Reshotko Restoring Coherence to the Gods' Gift to Men: Philebus
16c9-18b7 and 23e3-27b8 92
Serafina Rotondaro II Filebo di Platone, owero l'abile difesa di una supre-
mazia 98
David T. Runia Didactic enumeration in the Philebus and other Platonic
writings 104
Harold Tarrant 'A Taste of the Doctrines of each group of Sages':
Plato's Midwifery at work in the Academy 110
B. Ethical Questions
Beatriz Bossi How consistent is Plato with regard to the 'unlimited'
character of pleasure in the Philebus! 123
Giovanni Casertano Opinione, venta e piacere: la prima specie dei piaceri
falsi 134
Benoit Castelnérac Plaisirs esthétiques et beauté dans le Philébe : un essai de
reconstruction du discours platonicien sur i'art 140
Louis-André Dorion L'autarcie et les critéres du bien {Philébe 20d et 67a) 146
Michael Erler Philebos und Phaidon über die Qualitát von Emotionen .. 152
Marc-Antoine Gavray Pourquoi rire ? Philébe, 47d-50e 158
AnnieLarivée The Philebus, a Protreptic? 163
viii Table of Contents
vancia que se ve confirmada por las referencias a su tema central, e. d. la relación del placer y la tado no tiene presencia separada, que toda
errónea.
inteligencia con el Bien, en otros escritos platónicos, en especial en la República y las Leyes.
2 Esta interpretación puede encontrarse
Francisco L. Lisi Ley, placer e intelecto en el Filebo 179
No conozco prácticamente ningún trabajo que otorgue la importancia que merecen a las vin
culaciones del diálogo con el pensamiento político. La presente exposición tratará de ilumi
nar, precisamente, las implicaciones que tienen las doctrinas del diálogo en la teoría política
de Platón.
La hipótesis que voy a sostener es que la cercanía que se ha observado entre el Filebo, el
Timeo y la República permite aclarar la significación del nomos en el pensamiento político de
Platón y que, en realidad, la limitación del placer es la clave de la legislación para el filósofo
ateniense. Una consideración del tratamiento del placer en la República permite determinar la
unidad en el planteamiento platónico y aclarar la referencia al nomos como límite en un pasa
je central en el que se encuentra la clave del Filebo (26b5-c 1). El intelecto humano debe
actuar sobre las almas inferiores de manera semejante a la que actúa el intelecto cósmico
sobre la chóra en el Timeo . Ambos son el lazo de unión con el principio supremo, el Bien. La
naturaleza del Bien no se limita a ser la medida suprema. Su parentesco con el intelecto y su
función como dador de orden y vida indican que es un principio superior al intelecto, pero no
¡ del Filebo que últimamente se han su
reductible al simple número. La vida mixta muestra que sólo la vida del nomos es propia del
Una consideración incluso superficial de
hombre, la del placer es inferior a lo humano y más cercana a la naturaleza animal, la del
~ desde la Antigüedad se ha considerado
intelecto es sólo propia de los dioses. El ser humano como ser intermedio necesita del límite
se compara el diálogo con el Sofista o el
que le impone o bien el intelecto rector directamente o la ley a aquellos que no poseen inteli
ntento de defmición del placer. Sólo se
gencia.
entes placeres. Por otra parte, también el
¡miento, etc., ocupan una parte importan
(a) La significación del límite y su relación con el placer
o sobre el placer no deja de ser, por lo
En el esquema ontológico esbozado en el pasaje que introduce la discusión sobre los di
1 un diálogo ontológico o, al menos, un stintos géneros de vida (23c-27c) el placer ocupa con claridad el ámbito de lo ilimitado o
~ía platónica (ej Sayre (1983); Hampton indefinido (a11:ELQov).' La característica fundamental de este ámbito de la realidad es su flujo
nás detallada muestra que la relación con constante entre extremos opuestos, de ahí su determinación como fláMov Ka\. ~'('(OV
nanera clara el Bien o en qué consiste o (26d 1). En la exposición confusa de Sócrates de los componentes de este género, parecería
'ecisión al respecto. Lo que eventualmen que cada elemento puede, indistintamente convertirse en una cualidad o en su opuesto. 2 Sin
ien a través de la vía indirecta, por medio embargo, una lectura atenta muestra que se trata de propiedades específicas que tienden 11 un
iones. No puede decirse con precisión ni crecimiento ilimitado (cf. 11:QOLÓV; 24d5), mientras no se le oponga ninguna fuerza. Cuando
en la digresión ontológica (23c 1-27c2) aparece su opuesto, disminuye su intensidad. Por ello, este género se caracteriza por el
inado, ¿debe ubicarse en el género de la fláN\ov KaL {¡"("(ov .
clara por cualquiera de estos géneros se Esta visión de lo a11:ELQov se complementa bien con la doctrina del Fedón. En la cuarta
con la medida, en otro es aproximado al prueba de la inmortalidad del alma (1 02a-1 07b), Sócrates expone una teoría según la cual los
¡e que pertenece al género intermedio o contrarios ideales se excluyen en los objetos sensibles y el aumento de la participación en uno
), la teoría de las Ideas sólo aparece, si implica la disminución y la desaparición del otro (1 03d-e). Sócrates utiliza para ejemplificar
el mismo par de contrarios frío-calor que aparece en como primer caso en el Filebo. Dado que
o en el sentido moderno del término (ej, el objeto sensible acepta predicaciones opuestas, parecería que tiende a participar más o
o que en la Antigüedad y, especialmente menos de una idea determinada naturalmente. En el ejemplo que nos ocupa del Filebo, sucede
indisoluble (este olvido es patente en el como si el elemento naturalmente avanzara en una dirección de manera continua. En este
~ busca o se da ninguna definición de la sentido, la función del límite, que está relacionado con el número y la medida (25a6-b2), es
ue es mezcla de placeres e intelecto es detener ese movimiento constante en una dirección u otra. El resultado es un mixto no sólo
plo, en qué consiste la mezcla, aparte de por la combinación del límite con lo indefinido, sino también porque el objeto así constituido
t
de 11:ÉQac; y a11:ELQov, aunque en un debe aceptar la presencia de su contrario. Con el límite no desaparece la cualidad determinada
sin medida destruye el producto y a sí
al de abordar el Filebo como un diálogo
, Este simple hecho debería haber hecho reflexionar a Kautsch (1999), 160 ss., para quien lo ilimi
¡mo fundamento de la teoría política, rele
tado no tiene presencia separada, que toda su interpretación no es sólo falsa, es desafortunadamente
~ma central, e. d. la relación del placer y la
errónea.
en especial en la República y las Leyes. 2 Esta interpretación puede encontrarse en Hazebroucq (1999),177.
180 Francisco L. Lisi Ley, placer e intelecto en el Filebo
(calor, frio, violencia, tranquilidad, etc .) sino el hecho de su aumento indefinido (24a8-9; ef (e) El surgimiento del mixto imp
24c6-d7) . Lo que desaparece no es una característica determinada, sino que sólo se establece de flujo perpetuo en una dire(
en un punto del continuo. Se trata, en otras palabras, de fijar la intensidad de participación en saparición del desorden sil
una idea determinada (ef TCoaóv, 24c7, d3, 5). El ámbito de lo limitado no se corresponde Tim.53a8).
con las Ideas, como suele interpretarse, puesto que lo que es definido por lo aTCElQov está ya
Los elementos de la clase de lo ir
cualitativamente determinado, aunque no cuantitativamente. Aún más, ninguno de los ejem
cierta determinación. No son, como e
plos dados se refiere a una absoluta indeterminación o infinitud y el mixto que surge de la
cualidades (ef Hampton (1990), 43);
determinación no es algo diverso de lo indeterminado, sino simplemente el mismo objeto en
dirección siguiendo un impulso que p
un estado de permanencia momentánea.
en el Timeo en el estado precósmico,
El límite introduce (Ev8Eiaa, 25e2) un número y la consecuencia de ello es la simetría y
iban agrupando en diversos puntos s(
la armonía del objeto, así como su persistencia como tal. Hackforth (1972), 39-43, ha intenta
movimiento perpetuo y una forma var
do poner en relación estos pasajes con el Timeo y la doctrina de los números intermedios que
lo ilimitado pertenece tanto al univeli
Aristóteles atribuye a Platón en Metafisiea 1 6. Si bien la identificación con los números
actividad de determinación y limitacié
intermedios presenta la dificultad de que no se comprende muy bien qué papel desempeñaría
al momento de la realización de la m
el nomos o taxis en este contexto, la relación con el Timeo- que a Hackforth le sirve para
centro de la digresión, cuando Sócrate
descartar las Ideas como elementos del género del límite- ofrece aspectos interesantes . El
ha legislado para detener el insaciable
relato desde el punto de vista de la necesidad ( Tim. 47e -69c) describe una situación anterior
Lisi (1985), 103).4 La comparación e
al momento de la creación con notables semejanzas con la que estamos analizando. Timeo
partes inferiores del alma, grabando la
distingue tres elementos, el que admite la impronta, aquello de donde proviene la huella y lo
piscible y en la irascible. Además, ilus
intermedio (50d 1-3). El receptáculo (¡'moDox~) o región (xwQa) en la que se reflejan las
co y la constante acción creadora de a:
Ideas carece de toda forma y se caracteriza por la capacidad de recibirlas todas (50el-4, 51a7
el desorden y la pérdida del límite y
b2). Este tercer género es la sede en la que surgen y desaparecen los objetos sensibles (52a8
humana.
b 1). La actividad que se le atribuye al dios en el Timeo es la de introducir número y propor
La función primordial de la ley c(
cionalidad en el reflejo desordenado del mundo ideal que se producía en el receptáculo, re
cer cesar la contradicción entre los di
gión o sede. 3 Para esta tarea se sirve tanto de las Ideas como de los números (53b4-5).
stante en uno u otro sentido y produci
Las diferencias con el Filebo son obvias y no necesitan ser subrayadas, puesto que en un
determinación de la cantidad de place:
caso nos encontramos con una descripción del estado del universo antes de la creación y en el
placer desordenado se convierte en un
otro se trata de un relato de procesos que se producen en el mundo sensible. No obstante, los
acota su flujo constante y con ello le p
paralelismos existentes entre los dos modelos muestran que el pasaje del Tim eo puede servir
este pasaje Sócrates menciona sólo ell
para comprender mejor la relación entre el límite y lo ilimitado en el texto que nos ocupa.
dolor, la ira, la osadía, etc., tal como r
(a) La metáfora que califica de madre, padre y vástago a la región, el mundo ideal y el como elementos constitutivos de las au
objeto sensible muestra la semejanza de sus funciones con las que cumplen los tres La digresión hace dar un giro al t
elementos del Filebo, donde Sócrates usa la misma metáfora y califica al mixto pro como es sabido, un asunto principal
ducto de la unión del límite con lo ilimitado de ¡qovov, vástago (26d8). organizar en una correcta jerarquía los
(b) Los términos usados para caracterizar lo am:LQov, EDQa, XWQa (24dl, 2) indican la individuo. Mientras que el Timeo ofre(
intención de asemejarlo al receptáculo del Timeo. antropología humana y, consecuenteml
(c) La actividad de la causa es fundamentalmente la misma que tiene el demiurgo raleza, la clasificación de los placeres
en el esquema del Timeo, e. d. introducir una determinación cuantitativa que limite axiológica sólo pueden ser entendidas
y detenga el movimiento indeterminado del reflejo en un sentido u otro. Existe La fundamentación necesaria de la le~
una coincidencia de vocaliulario que fortalece esta semejanza (ef especialmente insi stencia de Sócrates en la dimensión
DT]fHOUQYOüv en 27bl). A partir de 31 b2, tras la digresión,
(d) En ambos textos gobierna el intelecto tanto el devenir cósmico cuanto el alma huma cer. Ahora es tratado como un fenómel
na. es necesario analizarlo en relación con
3 Que lo que se refleja desordenadamente no son sólo los cuatro elementos tierra, agua, aire y fuego 4 Interpreto vó¡'¡ov Kal'ráE,lv como I
creo que puede concluirse del mismo texto: TIJv bE b~ yEVÉUEWC; n8~vllv úYQatvo¡.¡Évllv KCtL cional del pasaje.
7WQOU¡.¡Évllv KCtL 'rae; yiie; 'rÉ KaL c\:ÉQOC; ¡,¡oQ<j>ae; bExO¡'¡ÉvT']v, Kai oaa dAAa TOUTOLs nédh¡ s El ámbito de Jos placeres limitados I
avvÉnETal náaxovaav, naV1:obcm~v lbElv <j>aíVEU8at ...; 52d4-el. mente a lo que sostiene Delcomminette (20(
Francisco L. Lisi Ley, placer e intelecto en el Filebo 181
de su aumento indefinido (24a8-9; ef (e) El surgimiento del mixto implica en el Filebo la superación o desaparición del estado
leterminada, sino que sólo se establece de flujo perpetuo en una dirección (24c6-d2), así como la creación consistía en la de
~ fijar la intensidad de participación en saparición del desorden sin proporción ni medida (ev\óywc; KCXl aflÉTQwc;;
rbito de lo limitado no se corresponde Tim .53a8).
~ue es definido por lo a71ELQOv está ya
Los elementos de la clase de lo indetenninado/indefinido ya tienen cualitativamente una
ente. Aún más, ninguno de los ejem cierta determinación. No son, como era el caso del receptáculo, completamente carentes de
infinitud y el mixto que surge de la cualidades (ef Hampton (1990), 43); son simplemente determinaciones que avanzan en una
sino simplemente el mismo objeto en dirección siguiendo un impulso que podríamos denominar natural, algo que sucedía también
en el Timeo en el estado precósmico, cuando los distintos reflejos de los objetos ideales se
rrl.
la consecuencia de ello es la simetría y
Hackforth (1972),39-43 , ha intenta
iban agrupando en diversos puntos según el elemento preponderante, dando a la región un
movimiento perpetuo y una forma variopinta en permanente cambio (52d4-el). En el Filebo,
~ctrina de los números intermedios que
lo ilimitado pertenece tanto al universo sensible cuanto al ámbito intermedio del alma y la
lien la identificación con los números actividad de determinación y limitación se produce de manera permanente, e. d. no se limita
mde muy bien qué papel desempeñaría al momento de la realización de la mezcla. Ésta es la situación del placer que representa el
[Timeo- que a Hackforth le sirve para centro de la digresión, cuando Sócrates afirma que el orden de la leyes el límite que la diosa
/mite- ofrece aspectos interesantes. El ha legislado para detener el insaciable deseo de placeres de los seres humanos (26b7-1 O; cf.
~e -69c) describe una situación anterior
Lisi (1985), 103)4 La comparación con el Timeo muestra cómo el intelecto actúa sobre las
ton la que estamos analizando . Timeo partes inferiores del alma, grabando la determinación presente en la norma en el alma concu
~uello de donde proviene la huella y lo
piscible y en la irascible. Además, ilustra el paralelismo entre el intelecto humano y el cósmi
~i6n (xwQcx) en la que se reflejan las co y la constante acción creadora de ambos. La omisión del intelecto significa una recaída en
[idad de recibirlas todas (50e 1-4, 51a7 el desorden y la pérdida del límite y la proporción tanto para el mundo como para el alma
fsaparecen los objetos sensibles (52a8 humana.
w es la de introducir número y propor La función primordial de la ley consiste, si nos atenemos al texto de la digresión, en ha
que se producía en el receptáculo, re cer cesar la contradicción entre los diferentes elementos del alma, deteniendo su flujo con
Fomo de los números (53b4-5). stante en uno u otro sentido y produciendo la simetría y armonía necesarias por medio de la
F.sitan ser subrayadas, puesto~ue en un determinación de la cantidad de placer correcta (cf. 25d II-e2). Es a través del nomos que el
el universo antes de la creaClOn y en el placer desordenado se convierte en un movimiento ordenado hacia el ser, dado que el límite
en el mundo sensible. No obstante, los acota su flujo constante y con ello le permite participar de la medida (ef 26d7-8). Aunque en
n que el pasaje del Timeo puede servir este pasaje Sócrates menciona sólo el placer, el nomos regula también otros aspectos como el
limitado en el texto que nos ocupa. dolor, la ira, la osadía, etc., tal como mostraré más adelante, todos mencionados en el Timeo
ástago a la región, el mundo ideal y el como elementos constitutivos de las almas mortales (69c5-d6).
funciones con las que cumplen los tres La digresión hace dar un giro al tratamiento del tema. La cuestión del bien humano es,
misma metáfora y califica al mixto pro como es sabido, un asunto principal de la legislación, porque toda buena legislación debe
le K"(ovov, vástago (26d8).
organizar en una correcta jerarquía los diferentes bienes a los que deben tender el estado y el
lQOV, i:'bQcx, XWQcx (24dl, 2) indican la
individuo. Mientras que el Timeo ofrece los fundamentos que muestran la base cósmica de la
. eo. antropología humana y, consecuentemente, de toda legislación que se organice según la natu
nte la misma que tiene el demiurgo raleza, la clasificación de los placeres y de los conocimientos, así como su sistematización
a determinación cuantitativa que limite axiológica sólo pueden ser entendidas en el horizonte de su valor práctico para la legislación.
1 reflejo en un sentido u otro. Existe La fundamentación necesaria de la legislación en el orden del universo es lo que explica la
ce esta semejanza (ef especialmente insistencia de Sócrates en la dimensión cósmica a lo largo de toda la digresión.
A partir de 31 b2, tras la digresión, cambia la perspectiva desde la que se considera el pla
. devenir cósmico cuanto el alma huma cer. Ahora es tratado como un fenómeno que se produce en el género mixto (31 c2-3)5 y en él
es necesario analizarlo en relación con su opuesto y otro objeto de la legislación: el dolor. En
4 Interpreto VÓf.lov KUl Tét~lV como una hendiadis, contrariamente a la interpretación tradi
s cuatro elementos tierra, agua, aire y fuego
yEVÉUEWC; ne~VT]v uYQaLVOf.lÉvllv KUl cional del pasaje.
Of.lÉvf]v, Ka i oaa ¿¡';\;\a TOÚWLC; náer¡ s El ámbito de los placeres limitados o mixtos se extiende a todos los tipos de placeres, contraria
.. ; 52d4-e l. mente a lo que sostiene Delcornminette (2003), 216 .
182 Francisco L. Lisi Ley, placer e intelecto en el Filebo
los seres animados, la destrucción y disgregación provoca dolor, mientras que el placer se At.: A las opiniones, que proviener
produce por el retomo al estado natural (31d4-32b8) . Todo proceso corporal es referido así al nombre común de esperanza, pero
proceso fisico de vaciamiento y repleción, pérdida y recuperación (e! 32d9-e7, 34d9-35a5). miedo, mientras que la 4ue provier
El placer es vinculado de esta manera a la recuperación de un estado natural que es definido encuentra el razonamiento acerca d
como adecuado y medido (e! 31d4, 8). La variación de la perspectiva permite crear una base denomina ley cuando se convierte e
normativa que es extremadamente útil para la política. Existe un estado natural del cuerpo y
La distinción no acaba allí, ya qw
del alma y tanto el placer cuanto el dolor son movimientos, variaciones de o hacia ese estado
placeres y dolores verdaderos y los fa
natural. Toda pérdida de la armonía natural por exceso o defecto produce dolor y toda recupe
que otorga el predominio a los verd:
ración placer. Es obvio que se trata de una caracterización del placer completamente diferente
ridículas de los verdaderos (Phi! 40c6:
de la de la digresión, puesto que la unión con un estado natural obliga a que el placer tenga
placeres y dolores falsos, Sócrates pro
una limitación: tanto placer cuanto sea necesario para recuperar la armonía perdida.
menos anímicos, temores, iras, etc. (,
La dimensión política del análisis aparece en el estudio del efecto de los placeres y dolo
natural. La destrucción implica dolor
res sobre el alma (32b9-35d7) con mayor claridad todavía. La expectativa de dolores o place
restablecimiento placer y su expectati'
res produce en el alma el temor y el dolor o el gozo y la osadía (32b8-c5). La intención de
imperio del intelecto e impedir que le
Sócrates al distinguir este placer o dolor que se da a través del recuerdo (33c5-6) queda clara 63d5-e3).
cuando manifiesta que así se podrán captar con mayor claridad el placer y el deseo (34c6), ya
La amplia tipología del placer (4
que, efectivamente, es en la unión de placer y deseo que ha de observarse el mayor potencial
los intensos que pertenecen naturalmer
desde el punto de vista de la educación y la dimensión política de la temática del placer. 6 En
teriza como impuros porque aparecer
el alma del individuo se forman opiniones a partir de las percepciones y los recuerdos (38b 11
disociación entre el cuerpo y el alma I
12), que luego surgen antes que los placeres y dolores del cuerpo, y es de esa manera que
mente mesurados y puros, porque no
sucede que nos alegremos o suframos de antemano acerca de lo que va a suceder en el futuro
miento de los placeres culmina con 1:
(39d 1-5). Este fenómeno es caracterizado por Sócrates con el nombre de 'esperanza' (3ge4-6)
sobre los impuros (5Id3- 52d2). Miel
y son discursos o definiciones (AóyOl; 40a6) de los que los seres humanos están repletos. Las
ámbito noético, los otros son aquello!
esperanzas, en un movimientos ulterior, son referidas a los seres humanos buenos o malos y la
actuar como límite. El límite impuesto
distinción, anteriormente fracasada, entre placeres verdaderos y fa lsos es resuelta ahora a
raleza y la salud, mientras que los má:
través de la identificación de los placeres producidos en el alma por las esperanzas de los
del alma o del cuerpo (45e5-7). La fu
seres humanos buenos con los verdaderos y los de los malos con los falsos (40b2-c2). La
placer y del dolor a su estado natural y,
fundamentación gnoseológica que Sócrates ofrece para esta distinción es una indicación más
En definitiva, el tratamiento de 1m
que re laciona este pasaje con la legislación: el hecho de que los seres humanos buenos sean
función de la norma como límite, sino
queridos de dios (40b4). El tratamiento se realiza en términos claramente relacionados con la
dolores a los que se ha de aplicar la n4
temática política y, en especial, con el fundamento de la legislación. No hay que olvidar que
dolor y placer y que se atribuyen a lo!
el arte legislativo actúa sobre el alma y no sobre el cuerpo (Lisi 1985, 94-98) . Un pasaje de
irascible y la racional. Esta concepción
las Leyes (I 644c4-d3) muestra la estrecha relación del tema presente con la legislación:
largo de toda la obra platónica (Lisi (19
At ¿No suponemos que cada individuo es una persona única?
Cl. Sí
(b) Intelecto y placer
At.: ¿Pero que posee en sí misma dos consejeros contrarios e insensatos a los que denomina
lca dolor, mientras que el placer se At.: A las opiniones, que provienen de estos dos, acerca de lo que ha de suceder les damos el
io proceso corporal es referido así al nombre común de esperanza, pero, en sentido estricto, la esperanza que surge del dolor es
:uperación (e! 32d9-e7, 34d9-35 a5). miedo, mientras que la que proviene de lo contrario es confianza. Sobre todas estas cosas se
de un estado natural que es definido encuentra el razonamiento acerca de lo que es mejor o peor de ellas en una situación, que se
la perspectiva permite crear una base denomina ley cuando se convierte en doctrina común del estado.
;xiste un estado natural del cuerpo y La distinción no acaba allí, ya que Sócrates establece una relación de imitación entre los
:os, variaciones de o hacia ese estado placeres y dolores verdaderos y los falsos y construye así una j erarquía en el ámbito del ser
defecto produce dolor y toda recupe que otorga el predominio a los verdaderos. Los placeres y dolores falsos son imitaciones
n del placer completamente diferente ridículas de los verdaderos (Phi! 40c6). Una vez estab lecida la dependencia ontológica de los
t natural obliga a que el placer tenga placeres y dolores falsos, Sócrates procede a extender esta misma estructura a todos los fenó
:uperar la armonía perdida. menos anímicos, temores, iras, etc. (40e2-4, que son referidos as í a cambios de un estado
dio del efecto de los placeres y dolo natural. La destrucc ión implica dolor y la expectativa de dolor, temor e ira, mientras que el
ía. La expectativa de dol ores o place restablecimiento placer y su expectativa, osadía y calma. La ley tiene por mi sión asegurar el
la osadía (32b8-c5). La intención de imperio del intelecto e impedir que los placeres ilimitados destruyan el orden del alma (e!
lés del recuerdo (33c5-6) queda clara 63d5 -e3).
laridad el placer y el deseo (34c6), ya La amplia tipología del placer (41 b-52d) sirve para distinguir dos tipos fundamentales:
: ha de observarse el mayor potencial los intensos que pertenecen naturalmente al ámbito de lo indeterminado y que Sócrates carac
política de la temática del placer 6 En teriza como impuros porque aparecen siempre mezclados con el dolor y representan una
percepciones y los recuerdos (38b 11 disociación entre el cuerpo y el alma o del alma consigo mi sma y aquellos que son natural
del cuerpo, y es de esa manera que mente mes urados y puros, porque no aparecen mezc lados con el dolor (52c I-d 1). El trata
ca de lo que va a suceder en el futuro mi ento de los placeres culmina con la afi m1ac ión de la superioridad de los placeres puros
;on el nombre de 'esperanza' (3ge4-6) sobre los impuros (5 1d3- 52d2). Mientras que los placeres puros pertenecen sobre todo al
los seres humanos están repletos. Las ámbito noético, los otros son aquellos en los que el nomos debe determinar su cantidad y
os seres humanos buenos o malos y la ac tuar como límite. El límite impuesto por la norma es identificado con la vida según la natu
rladeros y fa lsos es res uelta ahora a raleza y la salud, mientras que los máximos placeres y dolores se producen por un desorden
en el alma por las esperanzas de los del alma o del cuerpo (45e5-7). La función del límite es, por tanto, llevar la iJimitac ión del
s malos con los falsos (40b2-c2). La placer y del dolor a su estado natural y, de esa manera, posibilitar un devenir ordenado.
esta distinción es una indicación más En definitiva, el tratamiento de los placeres que presenta el Filebo, no sólo determina la
e que los seres humanos buenos sean función de la norma como límite, sino que delimita con claridad el ámbito de los placeres y
minos claramente relacionados con la dolores a los que se ha de aplicar la norma: el de los placeres mixtos en los que se mezclan
a legislación . No hay que olvidar que dolor y placer y que se atribuyen a los tres ámbitos de la v ida anímica, la concupiscible, la
erpo (Lisi 1985, 94-98). Un pasaje de irascible y la rac ional. Esta concepción no es privati va del Filebo, sino puede encontrarse a lo
ema presente con la legislación: largo de toda la obra platónica (Lisi (1985), 104ff. ; 1995) .
única?
(b) Intelecto y placer
trarios e insensatos a los que denomina-
Resumamos ahora los resultados obtenidos:
cupiscible o la irascible, e. d. son clases diversas de placeres, pero también se en el demiurgo del Timeo. 8 La causalida,
cuentran en este tipo de placeres los provenientes de la ignorancia. fundamento incluso a los dioses (el J
(e) Es en el ámbito de los placeres impuros que es posible la presencia de falsos placeres Timeo. No obstante, a pesar de la ins
y falsos dolores que son imitaciones de los placeres verdaderos (40c4-6) . Sócrates se expresa de una manera ql
(f) La vida que no conoce grandes placeres ni dolores corporales se caracteriza por ser la causa:
vida de la templanza y la virtud (45d l-e6, 54b I-c 1). Es el tercer tipo de vida que es
posible identificar con la vida del intelecto (33a8-9; 43cl3-d 1, el CPQovEiv; 55a7) "Recordemos, por cierto, también a
(g) En todos los casos, el placer es devenir y movimiento, repleción de un vaCÍo exis con la causa y pertenece prácticaml
tente. Por tanto, es propio del mundo del devenir. nera de lo que no tiene principio, m
¿Cuál es la relación del intelecto con el límite y el placer? En la digresión sobre los cua Este pasaje que suele pasar inad
tro ámbitos de la realidad sensible el intelecto aparece en el género de la causa, pero en la 242, n. 106) que el nous no es causa el
tipología del placer es evidente que existen placeres del intelecto e incluso disfunciones y nombre que el intelecto. La compara,
desviaciones en el sentido del más y el menos dentro del mismo intelecto. El paralelismo que mente esta finalidad: su clara ubicacié
ciones que pone a la pertenencia del i
presenta el Filebo en este aspecto con los otros diálogos políticos, especialmente la Repúbli
ca, el Político y las Leyes es altamente significativo. En primer lugar, consideremos la visión causa más originaria que no ha sido ai
del nous que se ofrece en la digresión de la cuádruple clasificación. La clasificación es prece les de la República permite identifica
dida por una interesante distinción entre el nous individual y el verdadero y divino (22c3-e2). zada no sólo como causa eficiente, sin
La distinción apunta a una doble tipología: un intelecto cósmico y superior que rige el univer e2). En el Filebo el nous es consider
so y uno particular, presente en cada individuo. No obstante, Sócrates no prosigue por este (64e5-65d 10) y tiene una estrecha rela
camino y se limita a sostener que el intelecto individual podría ser la causa de la vida mixta del intelecto con el Bien queda cIaran
que es la que aparece como elegible y buena, que está más emparentado con ella y que le es lo también medida y principio de medie
más semejante (22dl-e4). Esta visión es la que se impondrá luego y tiene importancia funda puede observarse asimismo en la jeral
mental para comprender cuál es el papel del intelecto en la limitación de los placeres y, sobre máticas filosóficas respecto de las bab
todo, cuál es su relación con la ley, puesto que la autoridad de la ley se basa en su dependen medida (57c9-dl). Algo similar puede
cia directa del intelecto . verdadero (58a4-5; el Hampton 1990.
El tema de la causa reaparece en la digresión, señalando de manera inequívoca su supre más exacta (59al I-bl) apunta al paren
maCÍa. Es aquello que gobierna y domina al elemento indeterminado en su devenir ordenado los nombres correctos de los pensamiel
(el 27a8-9). Más allá de los términos cosmológicos que acercan este pasaje al universo con Si bien el intelecto participa del B
ceptual del Timeo y de los libros centrales de la República , es obvio que la inclusión del alguna relación con el placer, puesto q
intelecto en el género de la causa le otorga una amplia supremacía no sólo sobre el placer, de manifiesto en la clasificación de lo
sino también sobre la vida mixta, ya que lo creado obedece, sigue a la causa (a5-6). Más aún, las ciencias, Sócrates se expresa como
ésta ejerce su dominio de manera permanente (ch:l), e. d. Sócrates niega explícitamente que la les, por un lado, y el intelecto y la inte
acción de la causa se acabe con el acto de la mezcla, una concepción que se encuentra tam res y la inteligencia (vid. 63a8-9) son ÍI
bién en la alegoría del sol de la República (cf. Lisi (2007), 208). El intelecto y la inteligencia nous/phronesis como protagonista (a I
divina gobiernan el universo (28d5-e6). El alma humana proviene de ese intelecto (30a9-b7) placeres puros son casi propios, pertel
que es a la vez denominado inteligencia (cpQóvr]O"le;;; 28d8) y sabiduría (oocpla; 30b4, c6, 8).
Sócrates une, además, el intelecto y la sabiduría a la existencia del alma (c9-1 O). La referencia
al intelecto cósmico desemboca en una afirmación que ha sido objeto de las más diversas 8 Esta explicación del pasaje se entienc
interpretaciones: períodos universales en dos: la edad de Cr
demiurgo, es gobernado por su alma. Sobre
"Tú dirás, entonces, que en la naturaleza de Zeus surgen un alma real y un intelecto real por el (2004), 198. Szlezák, siguiendo una ya cone
poder de la causa, mientras que en el resto nacen otras bellas cosas según lo que le agrade ser devenir. Esta presunción es inexacta con
llamado a cada uno" (30dl-4). tyyiyvw8at). Nos encontramos aq~í con
dioses y el mundo visible pertenecen al dev
No es posible tratar aquí en detalle esta afirmación, pero quisiera señalar al menos dos lecto y alma (Stallbaum (1820), 108, nota a
aspectos: (a) que la imagen del Zeus rey de los dioses es una clara alusión al poder que 9 Pradeau (2002), 242, n. 106, sostiene
gobierna el universo, concretamente al alma del mundo y (b) que ésta depende de una causa nombrado hasta el momento como causa. P
superior (el <:lLCt TI]v 'ffíe;; al'flae;; búvaf1Lv; d3), que probablemente haya que identificar con Bien o al Bien en lo que antecede. Tordo Ro
el texto que considera en su trabiljo.
10 Hazebroucq (1999), 176 ha indicado
Francisco L. Lisi Ley, placer e intelecto en el Filebo 185
"Recordemos, por cierto, también acerca de ambos, que mientras el intelecto está emparentado
a8-9; 43c13-dl , cf CPQOVElV; 55a7)
con la causa y pertenece prácticamente a este género, el placer es indefinido y pertenece al gé
,vimiento, repleción de un vacío exis
nero de lo que no tiene principio, medio ni fin en sí por sí mismo ni tendrá jamás" (3 I a7-1 O).
nr.
Este pasaje que suele pasar inadvertido indica, como bien ha señalado Pradeau (2002,
placer? En la digresión sobre los cua 242, n. 106) que el nous no es causa en sentido estricto, e. d . que hay algo que merece más ese
~ en el género de la causa, pero en la
nombre que el intelecto. La comparación con el placer que introduce Sócrates tiene precisa
del intelecto e incluso disfunciones y mente esta finalidad: su clara ubicación en el género de lo indefinido contrasta con las limita
el mismo intelecto . El paralelismo que ciones que pone a la pertenencia del intelecto al género de la causa. Es evidente que hay una
os políticos, especialmente la Repúbli causa más originaria que no ha sido aún mencionada. 9 Una comparación con los libros centra
n primer lugar, consideremos la visión les de la República permite identificarla sin dificultad con la Idea del Bien, que es caracteri
:lasificación. La clasificación es prece zada no sólo como causa eficiente, sino también como la medida más exacta (V1 504c 1-4, d6
jual y el verdadero y divino (22c3 -e2). e2). En el Filebo el nous es considerado lo más semejante y más emparentado con el Bien
I cósmico y superior que rige el univer
(64e5-65d 10) y tiene una estrecha relación con el límite y la medida (65d9-J O). El parentesco
,bstante, Sócrates no prosigue por este del intelecto con el Bien queda claramente establecido, así como el hecho de que la causa es
lal podría ser la causa de la vida mixta también medida y principio de medida. La relación del intelecto con el límite y la medida
nás emparentado con ella y que le es lo puede observarse asimismo en la jerarquía de las ciencias: la gran superioridad de las mate
ondrá luego y tiene importancia funda máticas filosóficas respecto de las habituales se fundamenta en su relación con el número y la
:n la limitación de los placeres y, sobre medida (57c9-dl). Algo similar puede decirse en el caso de la dialéctica, el conocimiento más
ridad de la ley se basa en su dependen- verdadero (58a4-5 ; ef Hampton 1990, 4) . La estrecha relación de esta ciencia con la verdad
más exacta (59a II-b 1) apunta al parentesco del voüc; y la CPQóVT]O"lC; con el Bien. Ambos son
al ando de manera inequívoca su supre los nombres correctos de los pensamientos de lo que realmente es (59d4-5).10
indeterminado en su devenir ordenado Si bien el intelecto participa del Bien (ef 60b4) y está emparentado con él, también tiene
ue acercan este pasaje al universo con alguna relación con el placer, puesto que hay placeres propiamente intelectuales, como queda
pública, es obvio que la inclusión del de manifiesto en la clasificación de los placeres. Al final de la consideración del intelecto y
lia supremacía no sólo sobre el placer, las ciencias, Sócrates se expresa como si existiera una identidad entre los placeres intelectua
:dece, sigue a la causa (a5-6). Más aún, les, por un lado, y el intelecto y la inteligencia, por otro. La prosopopeya, en la que los place
d. Sócrates niega explícitamente que la res y la inteligencia (vid. 63a8-9) son intencionalmente confund idos, cambia de los placeres al
una concepción que se encuentra tam nous/phronesis como protagonista (a partir de 63d4) y hace que el intelecto afirme que los
007), 208). El intelecto y la inteligencia placeres puros son casi propios, pertenecientes a la casa, e. d. parientes (aXEbóv OlXElac;;
ana proviene de ese intelecto (30a9-b7)
28d8) y sabiduría (aocp[a; 30b4, c6, 8).
del alma (c9-10). La referencia
8 Esta explicación del pasaje se entiende a partir del mito del Político (26ge4-274el), que divide los
ha sido objeto de las más diversas
períodos universales en dos: la edad de Cronos y la de Zeus . En esta última el mundo, dejado por el
demiurgo, es gobernado por su alma. Sobre la identificación de Zeus con el alma del mundo, cf Szlezák
un alma real y un intelecto real por el (2004), 198. Szlezák, siguiendo una ya conocida tesis de Kriimer sostiene que los dioses no pertenecen al
bellas cosas según lo que le agrade ser devenir. Esta presunción es inexacta, como muestra la cita y toda la obra platónica (ef el uso de
i-yyíyv€cr8c H). Nos encontramos aquí con otro punto de contacto con el Tim eo, donde claramente los
dioses y el mundo visible pertenecen al devenir, cf especialmente Tim. 30b sobre la relación entre inte
pero quisiera señalar al menos dos lecto y alma (Stallbaum ( 1820), 108, nota a 56; Bury (1897), 57).
es una clara alusión al poder que 9 Pradeau (2002), 242, n. 106, sostiene que hay una alusión al Bien que es lo único que había sido
y (b) que ésta depende de una causa nombrado hasta el momento como causa. Personalmente, no encuentro ninguna referencia a la Idea del
Bien o al Bien en lo que antecede. Tordo Rombaut (1999), 219, no ha entendido este pasaje ni en general
haya que identificar con
el texto que considera en su trabajo.
10 Hazebroucq (1999), 176 ha indicado la relación existente entre la causa, el límite y el mixto.
186 Francisco L. Lisi Ley, placer e intelecto en el Filebo
e4».11 En el intelecto parece, por tanto, haber un parentesco no sólo con la Idea del Bien y el En la digresión sobre las teorías
límite, sino también con el placer y lo ilimitado, una concepción que se encuentra también en la esencia en sí y el género del dever
la creación del alma del mundo del Timeo (33b 10-36d7; ef Lisi 1997). En la psicología del existe por y para la esencia (54aI0-1
Filebo el intelecto habita en un alma que puede ser conmovida por las pasiones, que impiden parte del Bien (elO, ef dI), Platón da
el gobierno del nous y destruyen los conocimientos adquiridos a través del olvido (63d4-e3). te con el Timeo y con el mito del p,
Como sucede en el Timeo, es el parentesco del intelecto con estos dos principios el que lo indefinido que puede asumir diferent(
hace vulnerable y hace vulnerable su posición frente a las otras clases de alma, un plantea importante. Si nos atenemos a la letn
miento que explica el porqué del papel fundamental que tiene la norma en la teoría platónica mezcla de los dos príncipios y, por e
del placer. Su función , por tanto, es servir de me
del que se sirve para establecer en el i
(e) Placer y Bien en el gobierno de la razón. El Filebo
la legislación platónica.
El diálogo se mueve en una ambigüedad conceptual intencionada en lo que hace a la no
ción de Bien. Por un lado, el tema, tal como es planteado al principio, se reduce a determinar
si el placer es un bien o el intelecto y todo lo relacionado con él es más valioso y mejor que el
placer (11 b4-c2). Se trata de dos disposiciones o estados del alma de los que hay que determi
nar cuál de ellos está en condiciones de proporcionar una vida feliz a los seres humanos
(lld4-6) . La cuestión está referida concretamente a la vida humana, tal como lo indica Sócra
tes en el resumen que hace al final del diálogo (66el-S) . El deslizamiento hacia la cuestión
del Bien se comienza a producir en 20b6-c2, cuando Sócrates sostiene que ni el placer ni el
intelecto son el Bien (1:aya8óv; b8; ef 20dl). Este bien es superior a todos los seres, en una
clara alusión al Bien como fundamento de toda la realidad (20d 1-10), al que busca y desea
todo lo que lo conoce (ef la utilización del neutro: Wt; Tuiv 1:0 ylyVWOl<OV at!1:o 811QEÚEl
Kal E<jJlE'!:Ctl; d8). No obstante, rápidamente la cuestión desemboca en el problema de los
géneros de vida, e. d. ni la vida del placer ni la del intelecto son un bien, sino que lo es un
tercer factor, la vida mixta (20e 1), que se había planteado al comienzo (11 d 11-12a 1). El
diálogo cierra con una evaluación del placer y del intelecto que implica claramente la Idea del
Bien como principio de toda la realidad.
En el ámbito del bien humano, la vida mixta de intelecto y placer en la que prima el inte
lecto es claramente la respuesta a la cuestión discutida, pero los deslizamientos y alusiones
tienen por función mostrar que también esta vida está fundamentada en el Bien trascendente,
un planteamiento similar al de la República. En la parte final, Sócrates pone de manifiesto su
relación con el límite, la medida y el número. Tres ideas son las que sirven para captarlo:
belleza, simetría y verdad (65a 1-5). Como en la alegoría del sol en la República, el Bien se
revela como una medida, la medida más exacta, puesto que lo primero en la jerarquía que
establece Sócrates se encuentra en el ámbito de "la medida, lo mesurado, lo oportuno y todo
lo relacionado con ello" (66a6-7). Lo que Sócrates coloca en segundo lugar, lo proporcionado,
bello, perfecto, suficiente y todo lo que pertenece a esta familia (66b 1-3), independientemente
de las relaciones que pueda tener o no con el mundo de las Ideas o de los objetos matemáti
cos, también está estrechamente relacionado con la medida. La medida es la característica
fundamental de la que las otras se derivan, como lo indica el primer lugar que recibe en la
clasificación. El parentesco más estrecho del intelecto con el Bien se basa precisamente en su
relación con la medida y, por tanto, con el límite (65d4-10). El intelecto aparece como un
elemento intermedio entre la ilimitación e indefinición del placer y la medida y limitación del
Bien.
11 Existen también placeres ligados a la práctica de la virtud que son denominados "ayudantes de
dios" (63d6) en una clara alusión a su función en la vida práctica como fomentadores de la virtud y
colaboradores en la tarea de mantener el gobierno del intelecto.
Francisco L. Lisi Ley, placer e intelecto en el Filebo 187
tesco no sólo con la Idea del Bien y el En la digresión sobre las teorías hedonistas (53c4-55c4) Sócrates distingue dos géneros,
ncepción que se encuentra también en la esencia en sí y el género del devenir que es defectuoso y desea siempre al otro. El devenir
17; cf Lisi 1997). En la psicología del existe por y para la esencia (54a 10-11). Al colocar el género de la ovula claramente en la
lmovida por las pasiones, que impiden parte del Bien (elO, ef dI), Platón da una solución cosmológica que se relaciona directamen
Auiridos a través del olvido (63d4-e3). te con el Timeo y con el mito del Político. El placer es una manifestación de ese principio
cto con estos dos principios el que lo indefinido que puede asumir diferentes formas o cualidades y es, quizás, su característica más
las otras clases de alma, un plantea importante. Si nos atenemos a la letra de la cosmología del Timeo, el intelecto mismo es una
le tiene la norma en la teoría platónica mezcla de los dos principios y, por ello, puede actuar como causa del movimiento ordenado.
Su función , por tanto, es servir de mediador entre el Bien y el placer. La leyes el instrumento
del que se sirve para establecer en el alma ese movimiento ordenado y medido que se expresa
en el gobierno de la razón. El Filebo ofrece, de esta manera, la fundamentación filosófica de
la legislación platónica.
I intencionada en lo que hace a la no
do al principio, se reduce a determinar
do con él es más valioso y mejor que el
s del alma de los que hay que determi
Ir una vida feliz a los seres humanos
"ida humana, tal como lo indica Sócra
5). El deslizamiento hacia la cuestión
ócrates sostiene que ni el placer ni el
en es superior a todos los seres, en una
alidad (20dl-IO), al que busca y desea
7tav '[o ylyvWOl<OV alJ'to 8r¡QEÚEl
ión desemboca en el problema de los
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ideas son las que SIrven para captarlo:
ría del sol en la República, el Bien se
¡sto que lo primero en la jerarquía que
ledida, lo mesurado, lo oportuno y todo
ca en segundo lugar, lo proporcionado,
a familia (66bl-3), independientemente
de las Ideas o de los objetos matemáti
edida. La medida es la característica
indica el primer lugar que recibe en la
con el Bien se basa precisamente en su
¡5d4-10). El intelecto aparece como un
del placer y la medida y limitación del