36 ¿Cuáles son las características del cáncer de colon?

El cáncer de colon, que estrictamente se llama cáncer colorrec-

tal, ya que también puede afectar al recto, es actualmente uno
de los más frecuentes. Por eso también es uno de los que está
en el punto de mira de las campañas de prevención, ya que
resulta relativamente sencillo detectarlo en etapas iniciales,
cuando los tratamientos son muy efectivos.
En principio se trata de un tipo de tumor que aparece en
la mucosa del colon, la parte final del intestino grueso. Inicial-
mente suele empezar en forma de pólipos, unos pequeños bul-
tos, formados por células que se multiplican más de la cuenta,
que aún no son malignos. Estas células no presentan todas las
mutaciones necesarias para ser consideradas cancerosas, pero
sí que tienen las suficientes como para haber empezado a cre-
cer de manera descontrolada.
Estas alteraciones de la mucosa hacen que uno de los pri-
meros síntomas del cáncer colorrectal sea la presencia de san-
gre en las heces, una sangre que puede no ser evidente pero que
se puede detectar a través de determinados análisis clínicos.
Por eso se ha propuesto realizar análisis de sangre en heces a
partir de los cincuenta años, que es la edad en la que aumen-
ta la probabilidad de presentar un cáncer colorrectal. De esta
manera se espera poder detectar la mayoría de los casos en
etapas iniciales. Otra opción, cuando se considera que el riesgo
es mayor, es hacer directamente una colonoscopia: introducir
una cámara dentro del intestino para observar el estado de la
mucosa y, si es necesario, eliminar los pólipos que tengan un
aspecto preocupante.
Uno de los factores que se ha visto que está muy relacio-
nado con este tipo concreto de cáncer es el hecho de seguir
una dieta pobre en fibra. El motivo es que la presencia de fibra
hace que el movimiento de las heces sea más rápido y, por lo
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 tanto, que esté menos tiempo en contacto con las células de la
mucosa del intestino. Esto es importante, ya que los restos del
proceso de digestión de la comida incluyen diversas moléculas
que potencialmente pueden dañar las células. Además, tam-
bién pueden alterar los microbios que hay en los intestinos, la
llamada flora bacteriana o microbiota.
Según como esté la comunidad de microbios, la respuesta
del sistema inmune y las condiciones inflamatorias del intesti-
no serán distintas. Cada vez hay más datos que sugieren que
esta microbiota tiene un papel importante en el desarrollo del
cáncer colorrectal. Por ejemplo, las bacterias pueden actuar
modulando el funcionamiento del sistema inmune en la zona
del intestino y también pueden generar productos potencial-
mente cancerígenos que afecten a las células con las que están
en contacto. Esto hace que se pueda pensar en tratamientos
centrados en actuar sobre estas bacterias, por lo que se intenta
controlar el tipo de moléculas que fabrican, la forma como
actúan sobre nuestros glóbulos blancos e incluso la presencia
de diferentes tipos de bacterias, ya que en el intestino tenemos
cientos de especies distintas.
Si se detecta un tumor en el colon en fases iniciales, la ci-
rugía da buenos resultados, ya que el intestino no deja de ser
como un tubo del que resulta factible cortar un fragmento y
conectar los extremos que quedan. Solamente cuando el tumor
está localizado muy hacia la parte final del tubo digestivo pue-
de resultar más complicado. Por ejemplo, si se ha de extirpar
un trozo grande de colon puede ser necesario recurrir a técni-
cas como la colostomía, dejando una abertura hacia el exterior
cuando las heces ya no pueden hacer su recorrido habitual a
través del recto y el ano.
Como en todos los cánceres, la cosa se complica si en el
momento de detectarlo han aparecido metástasis, frecuente-
mente en el hígado y el pulmón. En estos casos solo se puede
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 recurrir a la quimioterapia. Actualmente se están desarrollan-
do tratamientos con inmunoterapia que, esperamos, pronto
estarán disponibles.

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