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Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana

ISSN: 1405-3322
sgm_editorial@geociencias.unam.mx
Sociedad Geológica Mexicana, A.C.
México

Padilla y Sánchez, Ricardo José


Evolución geológica del sureste mexicano desde el Mesozoico al presente en el contexto regional del
Golfo de México
Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana, vol. LIX, núm. 1, 2007, pp. 19-42
Sociedad Geológica Mexicana, A.C.
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=94320861003

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Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México 19
BOLETÍN DE LA SOCIEDAD GEOLÓGICA MEXICANA GEOL
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TOMO LIX, NÚM. 1, 2007, P. 19-42 DA Ó

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2004

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C i e n A ñ os

Evolución geológica del sureste mexicano desde el Mesozoico


al presente en el contexto regional del Golfo de México
Ricardo José Padilla y Sánchez
Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ingeniería, División en Ciencias de la Tierra
Cd. Universitaria, México D.F. 04510
rjpadilla@dictfi.unam.mx

Resumen

La evolución geológica del sureste mexicano es analizada en el contexto regional del Golfo de México que inicia su apertura con
la fragmentación y dispersión de la Pangea. La sedimentación en esta depresión empieza con el depósito de lechos rojos continentales
durante el Triásico Tardío y el Jurásico Temprano, después de lo cual, durante el Calloviano, se produce una invasión por aguas marinas
provenientes del Pacífico que cubren una extensa zona con poca circulación, poco tirante de agua y alta evaporación, condiciones que
favorecen el depósito de grandes volúmenes de sal en la zona central de la cuenca. Desde el Jurásico Tardío hasta el Cretácico Tardío
la sedimentación estuvo dominada por carbonatos, cambiando a clásticos a principios del Paleógeno a causa de la Orogenia Laramide,
evento tectónico que formó la Sierra Madre Oriental. Durante el resto del Paleógeno la sedimentación clástica se fue alojando en
grandes depocentros formados en el antepaís de la Sierra Madre Oriental y en las porciones sur y suroccidental del Golfo de México,
en donde el Macizo de Chiapas aportó un gran volumen de sedimentos, mientras que sobre el Bloque Yucatán continuaba el depósito
de carbonatos de plataforma somera. En el Mioceno medio, durante el Serravaliano, la compresión derivada del movimiento lateral
del Bloque Chortis y de la subducción de la Placa de Cocos contra la terminación meridional de la Placa de Norteamérica, formó
los pliegues y fallas de la cadena de Chiapas-Reforma-Akal sobre un décollement al nivel de la sal calloviana; posteriormente estas
estructuras se bascularon hacia el NNW cuando la sal se movilizó hacia el norte. El cambio de posición de la masa de sal generó nuevos
depocentros y minicuencas, controlados por fallas con vergencia hacia las partes más profundas del Golfo de México y por fallas
antitéticas regionales, que limitan las Cuencas del Sureste. El movimiento gravitacional de los depósitos cenozoicos causó finalmente
inversión tectónica en las cuencas neógenas, siendo esta más evidente en la Cuenca de Macuspana.

Palabras clave: Alto de Anegada, Cadena Plegada Reforma-Campeche, Cuenca de Comalcalco, Cuenca de Macuspana, Cuenca de
Veracruz, Cuenca Salina del Istmo, Cuencas del Sureste, evolución geológica del Golfo de México, Falla Transformante Tamaulipas-
Oaxaca, Franja de Chiapas-Reforma-Akal, Horst de la Faja de Oro, Horst de Reforma-Akal, Lineamiento de Boquillas-Sabinas,
Lineamiento de Sierra Mojada-China, Macizo de Chiapas, Pilar de Akal, Sierra de Chiapas, Sierra de Zongolica, Sierra Madre Oriental,
tectónica del Golfo de México.

Abstract

The geologic evolution of southeastern Mexico is analyzed in the regional context of the Gulf of Mexico, which starts it opening with
the fragmentation and spreading of Pangea. The sedimentary record in this depression begins with the deposit of continental red beds
during the Late Triassic and Early Jurassic, after which, during the Callovian, sea-waters from the Pacific invaded an extense area;
low circulation and high evaporation of these waters allowed the deposition of large volumes of salt in the central part of the basin.
From Late Jurassic to Late Cretaceous, carbonate deposition prevailed, changing to clastic at the beginning of the Paleogene, when
the Laramide Orogeny formed the folds and faults of the Sierra Madre Oriental. During the rest of the Paleogene clastic sedimentation
was deposited in large depocenters generated in the foreland of the Sierra Madre Oriental, and in the southern and southwestern parts
of the Golf of Mexico, where the Chiapas Massif produced large volumes of sediments, whereas in the Yucatan Block the deposition of
shallow water carbonates continued. In the Middle Miocene, during the Serravalian, compressive stresses resulting from the lateral
movement of the Chortis Block and the subduction of the Cocos Plate, against the southern end of the North American Plate, formed
the folds and faults of the Chiapas-Reforma-Akal belt over a décollement at the level of the Callovian salt; later, these structures were
20 Padilla y Sánchez

tilted to the NNW when the salt was mobilized northward. The change of location of this mass of salt caused new depocenters and
minibasins, comptrolled by faults with a vergence toward the deepest parts of the Gulf of Mexico, and by regional antithetic faults,
which limit the Cuencas del Sureste. The gravitational movement of the Cenozoic deposits, finally caused tectonic inversion in the
neogene basins, from which the most evident is the Macuspana Basin.

Key words: Anegada High, Reforma-Campeche Folded Belt, Comalcalco Basin, Macuspana Basin, Veracruz Basin, Salina del
Istmo Basin, Cuencas del Sureste, Gulf of Mexico, Gulf of Mexico geologic evolution, Tamaulipas-Oaxaca Transform Fault, Chiapas-
Reforma-Akal Belt, Goleen Lane Horst, Reforma-Akal Horst, Boquillas-Sabinas Lineament, Sierra Mojada-China Lineament, Chiapas
Massif, Akal High, Sierra de Chiapas, Sierra de Zongolica, Sierra Madre Oriental, Gulf of Mexico tectonics.

1. Introducción varios años para PEMEX. Los datos de las secciones y de


los pozos fueron dibujados a una escala pequeña por ra-
El sureste mexicano se refiere aquí a la zona compren- zones de confidencialidad, pero los mapas presentados en
dida al oriente del Istmo de Tehuantepec y al occidente de este artículo fueron derivados de la versión digital del Mapa
la Península de Yucatán, incluyendo parte del área marina Tectónico de México (Padilla y Sánchez et al., 1995). En la
meridional del Golfo de México, aproximadamente entre Figura 2 se muestra una síntesis de los eventos tectónicos
las coordenadas geográficas 91° a 95° de longitud al oeste principales en el sureste mexicano.
de Greenwich y de 16° a 20° de latitud norte. El área de En el desarrollo de este trabajo primeramente se expo-
este estudio incluye las Cuencas del Sureste (Comalcalco- nen los datos que se conocen acerca del basamento pre-
Salina del Istmo y Macuspana), así como la cadena plegada mesozoico, en la región que hoy ocupa el Golfo de México.
de la Sierra de Chiapas- Reforma-Akal, de la que su tramo Posteriormente se analiza el proceso de rifting que dio
Reforma-Akal se conoce solamente por datos del subsuelo origen a la apertura del mismo y cual fue el papel que jugó
(Figura 1). el movimiento del Bloque Yucatán, todo esto apoyado en
Desde el punto de vista geológico el sureste mexicano mapas paleogeográficos regionales. Finalmente se discute
es una de las áreas más complejas de Norteamérica. Esta la evolución tectónica y sedimentaria del Golfo de México
complejidad se debe a que los movimientos de las placas desde el Mesozoico hasta el Cenozoico, con énfasis en el
tectónicas Norteamericana, del Caribe y de Cocos, con- sureste mexicano.
vergen en esta región desde el Oligoceno Tardío (Morán- Es necesario aclarar que en este trabajo se utilizan po-
Zenteno et al., 2000); la Placa Norteamericana tiene un cos nombres de formaciones porque se prefiere utilizar las
movimiento relativo hacia el oeste respecto a la del Caribe, facies generadas y el tiempo en el que ocurrió el depósito,
mientras que la de Cocos se mueve hacia el noroeste en pero como algunos nombres formacionales son muy cono-
dirección hacia las dos primeras. Las estructuras resul- cidos (i.e. Lutita Méndez), se mencionan ocasionalmente en
tantes de esta actividad tectónica durante el Mesozoico el trabajo. En la Figura 3 se muestra de forma esquemática
y Cenozoico presentan tendencias estructurales diversas, la litoestratigrafía del sureste mexicano.
así como también edades de deformación diferentes. Por
ejemplo, la Sierra de Chiapas esta constituida por rocas
carbonatadas que varían en edad desde el Jurásico tardío 2. Trabajos Previos
hasta el Paleógeno, mismas que fueron deformadas durante
el Mioceno Tardío dando lugar a un conjunto de pliegues Los primeros estudios del sureste de México fueron
asimétricos orientados NW-SE y con una vergencia general publicados en la primera mitad del siglo XX por Böse
al NE. Después de este evento orogénico, como resultado (1905, 1906), Villarello (1909), Burckhardt (1930), Gibson
del desalojo de grandes volúmenes de sal y arcilla, se for- (1936a, 1936b), Alvarez (1949, 1951), Viniegra (1950) y
maron cuencas extensionales cuya dirección de extensión Oñate (1950). Posteriormente, Castillo-Tejero (1955) y
está orientada casi a 90° de los ejes de los pliegues de la Contreras (1959), sintetizaron la estratigrafía y la geología
cadena. Sin embargo, la Sierra de Chiapas es una cadena histórica del área.
plegada y cabalgada atípica que no presenta en su frente La existencia de grandes yacimientos de petróleo es el
tectónico una cuenca de antepaís, como es el caso de las motivo por el cual el sureste mexicano ha sido estudiado
cadenas de la Sierra de Zongolica y de la Sierra Madre principalmente con datos sísmicos 2D y 3D, así como con la
Oriental, del borde occidental del Golfo de México. perforación de cientos de pozos. Los datos sobre la geología
El objetivo de este trabajo es integrar la historia tec- superficial y del subsuelo han sido publicados por geólogos
tónica, estructural y sedimentaria del sureste mexicano de PEMEX (Alvarez, 1949; Viniegra, 1950, 1971,1981,
con la evolución regional del Golfo de México. Los datos Ricoy, 1989; Meneses, 1991; García-Molina,1994), quienes
presentados más adelante en las secciones geológicas son el ya mencionaban la existencia de las Cuencas Terciarias del
resultado de la interpretación de líneas sísmicas que realizó sureste mexicano, aunque se desconoce quien las denominó
el que escribe en numerosos trabajos efectuados durante así originalmente.
MERIDA
Horts de la
OGUANAJUATO 21°
O
Faja de Oro
QUERÉTARO
O
PACHUCA
O Alto de 20°
MORELIA Anegada F
O
CAMPECHE
O MÉXICO,D.F. JALAPA G
TOLUCA TLAXCALA O
O O VERACRUZ B
J 4) 19°
O O PUEBLA J
CUERNAVACA
D
J A
CV CC
J IGUALA TEHUACÁN
TEHUACÁN 1)
2) VILLAHERMOSA H
J 3) 18°
COATZACOALCOS OCM
Horst de
I
O CHILPANCINGO CSI Reforma-Akal
C
OAXACA 17°
ACAPULCO
J
O TUXTLA GUTIÉRREZ
SIMBOLOGÍA PLIEGUES O 5)
Simétricos
Anticlinales Asimétricos E
Ma
FALLAS ciz
"De hongo"
Normal y Aflorante
od
de crecimiento Sepultada EDAD DEL PLEGAMIENTO J eC 16°
SALINA CRUZ
Aflorante Mioceno Medio hia
Inversa Sepultada Paleoceno Tardío-Eoceno Temprano
p as
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México

Transcurrente Aflorante 0 100 200 km


Sepultada ESTRUCTURAS OCEÁNICAS
Cresta
Falla no identificada o fractura
Falla Transformante
Trinchera 15°
ESTRUCTURAS VOLCÁNICAS Pliegue Submarino
Volcanes Cuaternarios y Plio-Cuaternarios Domo Salino Aflorante
Caldera Campos petroleros en explotación
96° 95° 94° 93° 92° 91° 90°

Figura 1. Mapa tectónico del sureste de México mostrando las cuencas, los horsts y las estructuras más relevantes, las masas de sal que afloran en el fondo marino de la porción meridional del Golfo de México
y la localización de secciones en las cuencas terciaciarias del sureste mexicano. CV, Cuenca de Veracruz; CSI, Cuenca Salina del Istmo; CC, Cuenca de Comalcalco; CM, Cuenca de Macuspana; SZ, Sierra
de Zongolica; SCH, Sierra de Chiapas. Los incisos 1) al 5) corresponden a secciones litoestratigráficas que se muestran a detalle en la Figura 3.
21
22

SIERRA DE CUENCA DE CADENA PLEGADA CUENCA DE CUENCA DE


PERIODO ÉPOCA EDAD BASE CHIAPAS MACUSPANA REFORMA-CAMPECHE COMALCALCO Y SALINA VERACRUZ
(Ma)
(Pilar de Akal) DEL ISTMO
Holoceno Inversión
CUATERNARIO Pleistoceno Calabriano 0.01 Inversión
1.8 Compresión
Piazenciano Levantamiento
Plioceno 3.6
Zancleano Isostático
5.3
Messiniano
7.1 Depocentros
Tortoniano Desalojo de sal
11.2 Extensión
Serravalliano
14.8 Levantamiento
Langhiano Antón Lizardo

NEÓGENO
16.4 Plegamiento Depocentros Plegamiento, compresión
(Duplex de Cantarell)

MIOCENO
Burdigaliano Compresión Desalojo de arcillas y de Los Tuxtlas
20.5
Plegamiento (Ant. Loma Bonita
Fallamiento normal Compresión
Aquitaniano Extensión
23.8
Chattiano Fallamiento
Crecimiento de
28.5 Depósito de arcillas canopies de sal extensional
Rupeliano
(Ant. Loma Bonita)

OLIGOCENO
33.7
Priaboniano
37.0
Bartoniano
41.3

Lutetiano Depósito de Depósito de

EOCENO
clásticos clásticos

PALEOGENO
49.0
Emplazamiento de
Ypresiano
canopies de sal Compresión
54.8
Padilla y Sánchez

Laramídica
Thanetiano
57.9
S. de Zongolica
Selandiano
61.0 SUR NORTE
Daniano

PALEOCENO
65.0

Tardío

Turoniano
93.5
99

Temprano

CRETÁCICO
144

Tardío Plataformas Plataformas


159 carnonatadas carnonatadas
Calloviano
Medio 164

180
Temprano

JURÁSICO
206
Rifting Rifting

T
Figura 2. Representación esquemática cronológica de los eventos tectónicos que afectaron la región del sureste mexicano y la porción meridional del Golfo de México.
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México 23

1) Veracruz 2) Comalcalco- 3) Macuspana


Reciente
Salina del Istmo
Plioceno Reciente Reciente
Plioceno
Mioceno
Mioceno
Oligoceno

Paleoceno Plioceno
Oligoceno
Cretácico Sup. Cretácico Sup.
?

Mioceno
Oligoceno
Cretácico Inf.
Tithoniano Eoceno
Oxfordiano Paleoceno
Sal Calloviana

4) Reforma-Akal 5) Chiapas-Tabasco
Reciente Reciente
Mioceno
Plioceno Oligoceno

Eoceno
Paleoceno
Cretácico Sup.

Mioceno Cretácico Inf.


Oligoceno Tithoniano

Paleoceno-
Eoceno Oxfordiano
Cretácico Sup. Calloviano
Cretácico Inf. Triásico-Jurásico
Tithoniano Pensilvánico-Pérmico
Oxfordiano Misisípico y Pre-Misisípico
Calloviano

Figura 3. Litoestratigrafía regional del sureste mexicano en la porción meridional del Golfo de México.

Sánchez-Montes de Oca (1969, 1980), Ingeniero estratigráfico a través de estudios de geología superficial
Geólogo de PEMEX realizó uno de los trabajos principales (Carfantan, 1986; Michaud, 1987), identificando algu-
sobre la geología superficial de la Sierra de Chiapas. Este nas etapas de la apertura del Golfo de México, desde el
autor propuso dos edades de deformación para las estructu- Permotriásico hasta el Calloviano. Otros autores enfoca-
ras de la Sierra de Chiapas, el Ciclo Chiapaneco (Mioceno ron sus estudios al sistema centroamericano de fallas de
tardío) y el Ciclo Cascadiano del Plioceno. Otros autores desplazamiento lateral de Motagua-Polochic, mismo que
agregaron posteriormente datos estratigráficos y cartográfi- trataron de extender hasta la Sierra de Chiapas (Burkart,
cos valiosos (López-Vega, 1980; Quezada-Muñetón, 1987; 1983; Burkart et al., 1987; Burkart y Scotese, 1990;
Santiago-Acevedo y Mejía-Dautt, 1980). Hoy se sabe que Meneses, 1991).
las principales rocas almacén son areniscas del Mioceno, A principios de este siglo se publicó un número especial
calizas del Kimmeridgiano y del Cretácico Superior- de la American Association of Petroleum Geologists, que
Paleoceno, y que las rocas fuente de los hidrocarburos son incluye muy buenos trabajos sobre aspectos tectónicos, se-
principalmente las lutitas del Tithoniano (Holguín, 1985; dimentarios y de sistemas petroleros relativos a las cuencas
González y Holguín, 1992). del borde occidental del Golfo de México (Bartolini et al.,
En la década de los ochenta del siglo pasado, geólo- 2001), pero muy poco en lo relacionado con el sureste mexi-
gos franceses contribuyeron al conocimiento tectónico y cano (Angeles-Aquino y Cantú-Chapa, 2001; Martínez-
24 Padilla y Sánchez

Castillo, 2001; Williams-Rojas y Hurley, 2001). 3. Basamento Pre-Mesozoico


Para comprender mejor la evolución geológica del
sureste mexicano es conveniente considerar el marco El conocimiento que se tiene del basamento pre-
tectónico regional del Golfo de México y del Caribe. Mesozoico en el área del Golfo de México y sus alrededores
Muchos trabajos se han publicado en el contexto regional es escaso y está basado en unos cuantos afloramientos que
incluyendo reconstrucciones de tectónica de placas, de en su mayoría se encuentran en localidades mexicanas
los cuales destacan los trabajos de Pindell (1985, 1993), (Cd. Victoria, Aramberri, Huayacocotla, Oaxaca, La
Winker y Buffler (1988), Ross y Scotese (1988), Stephan et Mixtequita). Los otros afloramientos más cercanos son
al. (1990) y Salvador (1987, 1991a). Este último sintetiza los del área de Llano y Marathón en Texas y los de la zona
de manera sobresaliente la mayoría de los trabajos que se de las Montañas Ouachita y Apalaches del sur de Estados
habían publicado hasta entonces, aunque se refiere poco Unidos (Figura 4).
al sureste mexicano porque entonces se conocían poco los En el Golfo de México meridional el basamento aflora
datos de Pemex. en el Macizo de Chiapas, al sur de la Sierra de Chiapas,
Recientemente otros autores han efectuado estudios so- en donde está constituído por un complejo de rocas me-
bre los yacimientos neógenos en las cuencas de Macuspana tasedimentarias del Precámbrico Superior al Paleozoico
(Ambrose, et al., 2003) y de Veracruz (Jennette, et al., Inferior (Sedlock et al., 1993), intrusionadas por granitos,
2003), pero aún no se ha publicado uno que integre la granodioritas y tonalitas datadas con métodos radiométricos
geología del sureste mexicano. de K-Ar y de Rb-Sr como del Permotriásico (Pantoja et

Montañas Montañas
Ouachita Apalaches

Levantamiento
del Marathon

Levantamiento
del Llano

Placer de Guadalupe
Villa Aldama
N

Las Delicias
Acatita
Anticlinorio de
Huizachal-Peregrina
SIMBOLOGÍA
Afloramiento de
rocas pre-mesozoicas Anticlinorio de
Huayacocotla
Rocas del basamento
pre-triásico cortadas
por pozos en el subsuelo Guerrero-
Pensilvánico-Pérmico Oaxaca
Pre-Pensilvánico
Paleozoico indiferenciado Chiapas
Granito, granodiorita
(Permo-Triasico en México) Montañas Maya
Metamórficas
Volcánicas Guatemala

Figura 4. Localidades en donde aflora el basamento pre-mesozoico y pozos que lo han perforado en el subsuelo de áreas circunvecinas al Golfo de
México. (Modificada de Woods et al., 1991).
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México 25

al., 1974; López-Infanzón, 1986; Pacheco y Barba, 1986). la Sierra Madre Oriental, en las áreas de Galeana, Nuevo
Pero es importante aclarar que no todas las rocas intrusivas León, Huizachal, Tamaulipas (Padilla y Sánchez, 1982),
en el Macizo de Chiapas son de esa edad, pues Burkart et Huayacocotla y sur de Tehuacán (Cañón de Tomellín),
al. (1987) dataron algunas muestras como del Cretácico Puebla (Ramírez-Ramírez, 1984; Salvador, 1991b), Cerro
Superior. Pelón, Veracruz, y en la Sierra Monoclinal, ubicada entre
En el suroriente de Chiapas (Chicomuselo), norte de el Macizo y la Sierra de Chiapas, Chiapas (Meneses, 2001).
Guatemala (Tactic) y occidente de Belice (San Miguel En la Figura 5 se muestra de forma esquemática, la ubica-
Ixtatán), rocas sedimentarias paleozoicas descansan dis- ción estimada de los grabenes.
cordantes sobre la secuencia de rocas metasedimentarias Además de las localidades mencionadas, en los alrede-
mencionadas. La parte inferior de la sección paleozoica dores del Golfo de México se conocen rocas equivalentes a
consiste de areniscas de grano grueso y limolitas, con esos lechos rojos solamente en el subsuelo de Chiapas, en
algunos horizontes ocasionales de conglomerados y al- donde fueron penetradas por los pozos Sauzal-1, Raudales-
gunas lutitas que localmente muestran metamorfismo de 1, Soyaló-1, San Cristóbal-1, El Retiro-1 y Nazareth-51
bajo grado. Recientemente se determinaron en el oeste de (Meneses, ibid). También se tienen datos sobre rocas
Villaflores, Chiapas, edades de 252-254 Ma, con circones, equivalentes en el subsuelo de la parte norte del Golfo
por el método U-Pb (SHRIMP), así como una edad de ~243 de México en los estados de Texas, Louisiana, Missouri,
Ma por el método de 40Ar/39Ar en hornblendas para el le- Georgia y norte de Florida, en los Estados Unidos de
vantamiento y enfriamiento del Macizo de Chiapas (Hiller América, en donde se les ha identificado genéricamente
et al., 2004). En Chiapas y en Guatemala se han reportado como la Formación Eagle Mills (Shearer, 1938; Weeks,
espesores de 1,000 a 3,000 m para esta secuencia, misma a 1938).
la que se ha asignado una edad del Pensilvánico con base en La posición estratigráfica de los lechos rojos en el Golfo
su posición estratigráfica. Sobre la sección inferior descrita, de México meridional sugiere que su edad de depósito va-
descansa concordante una secuencia de lutitas y limolitas, ría desde el Triásico Tardío hasta después del Calloviano,
con algunas areniscas, y ocasionalmente, capas carbonata- porque se les ha descrito abajo, lateralmente equivalentes y
das generalmente discontinuas, mismas que aumentan hacia arriba de la sal calloviana. Esto probablemente se debió a un
la cima, a la vez que disminuyen las areniscas. El espesor depósito contemporáneo de la sal en la cuenca, mientras que
de esta sección varía de 500 a 1,300 m y su edad ha sido en los bordes de la misma se depositaban lechos rojos.
determinada con fusulínidos colectados en las capas de El proceso tectónico de separación de la Pangea preva-
caliza como del Pensilvánico Superior al Pérmico Inferior leció hasta el final del Jurásico Medio, pero quizá alcanzó
(Hernández-García, 1973). La parte superior de la sección
paleozoica en Chiapas y Guatemala está compuesta por ca-
lizas de estratificación gruesa a masiva y está ausente en las
Montañas Maya de Belice. En Guatemala su espesor varía
de 500 a 1,000 m, pero puede alcanzar cerca de 2,000 m en Área emergida
Chiapas. Se le ha asignado una edad del Pérmico Inferior
a Medio con base a los fusulínidos que contiene (especies Lechos rojos
Schuagerina, géneros Eoverbeekina, Stafella y Nankinella) Afloramiento
(Hernández-García, ibid). Subsuelo
No se incluye en este trabajo una descripción de las
rocas del Complejo Oaxaqueño o del Acatlán, por ser
Huizachal-
irrelevantes para el objetivo del mismo. Peregrina )
ido
nfer 22°
(I
4. Rift Triásico Superior-Jurásico Medio, apertura del
Huayacocotla
Golfo de México y el desplaza-miento del Bloque de 20°

Yucatán
Tomellín 18°
La fragmentación y separación inicial de la Pangea en
el área que hoy ocupa el Golfo de México está evidenciada
por la presencia de lechos rojos que fueron depositados en 16°
102° 100°
depresiones continentales cuya geometría estuvo controlada 0 100 200 km
por grabenes estrechos con direcciones aproximadamente 98° 96° 94° 92° 90° 88°

paralelas a la actual línea de costa (Salvador, 1991c). Al


Figura 5. Paleogeografía del Triásico Superior en el área del Golfo de
igual que en el caso del basamento premesozoico, alrededor México. La ubicación de los horsts fué esquematizada por Salvador
del Golfo de México existen sólo algunas localidades en (1991c) con datos superficiales y de subsuelo. Las costas y las fronteras
donde afloran lechos rojos, principalmente a lo largo de del país se muestran como referencia.
26 Padilla y Sánchez

el inicio del Jurásico Superior (Oxfordiano inferior), época


Área emergida
en la cual la sedimentación continental estuvo totalmente
controlada por procesos tectónicos distensivos. No se sabe Área marina

que haya ocurrido sedimentación marina en la parte que hoy Afloramientos de


Sal calloviana
sal calloviana
ocupa el Golfo de México, pero sí se conoce con certeza (Ubicación actual)

que al occidente estaba ocurriendo sedimentación marina


contemporánea a la continental y que muy probablemente el
mar inició su avance hacia el Proto-Golfo de México desde
el Pacífico a través de la parte central de México, en lo que
hoy es la zona de frontera entre los estados de Zacatecas y
San Luis Potosí, en donde se han encontrado amonitas del
Triásico Superior (Cantú-Chapa, 1969; Salvador, 1991b).
El avance transgresivo de las aguas del Pacífico hacia el 20°

oriente fue invadiendo el área del actual Golfo de México


para formar extensos cuerpos de aguas hipersalinas, con
18°
una circulación sumamente restringida y, quizá también 87°

un clima de tipo desértico, lo que favoreció el depósito de


grandes volúmenes de evaporitas en la parte central del 16°

Golfo de México. Según Salvador (1991c), la etapa inicial 102° 100°


0 100 200
de la fragmentación y separación de la Pangea para formar km 98° 96° 94° 92° 90° 88°

el Golfo de México duró del orden de unos 46 Ma, desde


Figura 6. Paleogeografía del Jurásico Medio en el área del Golfo de
el Triásico Tardío (210 Ma) hasta el Jurásico Medio Tardío México. En negro se muestra la distribución actual de la sal depositada
(169 Ma) (Salvador, 1991b) (Figura 2). durante el Calloviano. La sal aflora en el fondo marino en dos masas,
Es muy probable que durante la etapa temprana del una septentrional y otra meridional, separadas por una franja sin sal. Las
proceso de rifting, la corteza continental sólo haya estado costas y las fronteras del país se muestran como referencia.
sujeta a hundimientos lentos y a ensanchamiento de los
sistemas de grabenes que poco a poco fueron inundados
por las aguas del Pacífico. La evidencia con que se cuenta En cuanto a la edad de la sal, la mayoría de los autores
en la actualidad indica que toda la sal del Golfo de México (Humpris, 1979; Salvador, 1987, 1991c; Pindell 1985,
se depositó durante el Calloviano (164-159 Ma) (Salvador, 1993) asignan al Calloviano a todas las masas que exis-
1991b), en una gran cuenca de miles de kilómetros cua- ten en el Golfo de México, pero es sabido que se tienen
drados, que hoy se encuentra dividida en dos partes, una diferentes edades y posiciones estratigráficas para la sal
al norte y otra al sur, por una franja en donde no hay sal, autóctona en diferentes localidades, siendo más antiguas
de orientación aproximada este-oeste en la porción central hacia el centro de la cuenca y más jóvenes hacia el borde
del Golfo (Figura 6). Tal división sugiere que tuvo que de la misma, en donde también varía su litología a otro
existir en esa parte del Golfo una zona más alta y estrecha, tipo de evaporitas. Las anhidritas que afloran en la región
asociada con la presencia de una cresta de generación de de Galeana, Nuevo León, tiene una edad del Oxfordiano
corteza oceánica que indujo el movimiento del bloque de (Padilla y Sánchez, 1986), al igual que los yesos de la Sierra
Yucatán hacia el sur durante el Jurásico Temprano y Medio, de Minas Viejas (Díaz et al., 1959) y la sal de la Cuenca
y que separó las dos masas de sal, de las que la meridional de La Popa (Lawton et al., 2001). Viniegra (1971), al igual
se movió hacia el sur junto con Yucatán (Humpris, 1979; que Imlay (1953), considera que parte de la sal del norte
Salvador, 1987, 1991c). Sin embargo, aunque el proceso del Istmo de Tehuantepec es de edad post-Calloviano pre-
de rifting fue lento, el depósito de la sal fue relativamente Oxfordiano Superior (Divesiano).
rápido pues se realizó en un lapso de aparentemente cinco La masa de sal mayor se depositó primero en la parte
millones de años, durante el Calloviano. Si se compara la central del Golfo de México, pero posteriormente, a medida
distancia horizontal que se movió el Bloque de Yucatán que la invasión por aguas marinas iba progresando, se desa-
hacia el sur, estimada entre 470 y 520 km (Buffler y rrollaron en sus bordes plataformas muy amplias en donde
Sawyer, 1985; Pindell, 1985; Dunbar y Sawyer, 1987), con la circulación de las aguas era muy restringida, y estaban
las decenas de metros que se hundieron los pisos de los limitadas hacia el mar por largas barras de oolitas, que se
grabenes triásicos (Figura 5) que subyacen los depósitos extendían por cientos de kilómetros cuadrados alrededor
de sal, durante el mismo lapso de tiempo, es posible su- del Golfo, condiciones que favorecieron el depósito de
poner que la región del Proto-Golfo debió haber tenido un otras masas de sal en las zonas lagunares que bordeaban
relieve muy suave y una subsidencia muy lenta, mientras la cuenca. En el sureste mexicano las barras de oolitas
que horizontalmente se movió muy rápido, tal como lo jurásicas tienen una distribución extensa (ver la Figura 7
evidencian las condiciones requeridas para el depósito de más adelante) y se han identificado claramente porque son
este tipo de evaporitas. las rocas productoras de hidrocarburos en campos gigantes
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México 27

como el límite entre la corteza continental verdadera y la


Área emergida
corteza continental atenuada de la margen occidental del
Barras oolíticas Golfo de México. Finalmente, en el artículo publicado por
Alaniz-Alvarez et al. (1996), se determinó que esta falla
Área marina
tuvo un movimiento de transcurrencia durante el Jurásico
Medio (~165 Ma).
Las zonas de debilidad cortical de mayor longitud
de México son, de norte a sur: el Lineamiento de Texas
(Hill, 1902; Muehlberger, 1965), los Lineamientos de
Boquillas-Sabinas y de Sierra Mojada-China (Padilla
y Sánchez, 1982), la Mega-Cizalla de Mojave-Sonora
(Silver y Anderson, 1974; Anderson y Schmidt, 1983),
20° la Falla Transformante de Tamaulipas-Oaxaca (Padilla y
Sánchez,1986), la Transformante de Motagua-Polochic
(Hess y Maxwell, 1963; McBirney, 1963; Dengo, 1968,
18°
1969; Dengo y Bohnenberger, 1969; Muehlberger y
Ritchie, 1975), la Megacizalla de Acapulco-Guatemala
16°
(Anderson y Schmidt, 1983), y la Falla Transformante de
102° 100° San Andrés (Atwater, 1970) (Figura 8). Todas ellas han
0 100 200
km 98° 96° 94° 92° 90° 88°
sido involucradas en muchos modelos de tectónica de
placas para explicar el origen del Golfo de México, pero
Figura 7. Paleogeografía del Kimmeridgiano temprano. Para este tiempo
la actividad de la Falla Transformante Tamaulipas-Oaxaca ya había cesado
es importante aclarar que el tiempo en el que estuvieron
su movimiento lateral y tanto el Macizo de Chiapas como el Bloque activas no es el mismo para todas ellas. La Megacizalla
Yucatán ocuparon desde entonces la posición que tienen hoy. Las costas de Mojave-Sonora (Anderson y Schmidt, 1983) y el
y las fronteras del país se muestran como referencia. Lineamiento de Texas (Muehlberger, 1965) estuvieron
activas durante el Paleozoico temprano, aunque recien-
temente, Molina-Garza e Iriondo (2005) proponen que
como Samaría y Sitio Grande (Santiago-Acevedo y Mejía- la primera tuvo un movimiento transcurrente durante el
Dautt, 1980). Paleozoico tardío; los Lineamientos de Boquillas-Sabinas
El movimiento del bloque de Yucatán hacia el sur se y de Sierra Mojada-China, sólo tuvieron actividad desde
realizó a lo largo de dos sistemas de fallas transformantes el Permotriásico hasta el Jurásico Medio y tampoco se
que han recibido diferentes nombres por diversos autores, movieron después de ese lapso (Padilla y Sánchez, 1982);
quienes también las han ubicado en sitios distintos. El mientras que la Falla Transformante Tamaulipas-Oaxaca
sistema occidental fue denominado Falla Transformante tuvo un desplazamiento normal durante el Permotriásico
Tamaulipas-Golden Lane-Chiapas por Pindell (1985), y posteriormente un movimiento transcurrente durante el
Falla Tamaulipas-Oaxaca por Robin (1982) y Padilla Calloviano, para volver a un movimiento normal después
y Sánchez (1986) y denominado solamente como la del Calloviano (Padilla y Sánchez, ibid). Por último, las
“Transformante” por Salvador (1991c), mientras que el fallas transformantes de Motagua-Polochic y la de San
sistema oriental solamente ha sido mencionado pero no ha Andrés iniciaron su movimiento en el Neógeno y continúan
recibido un nombre más formal. En este trabajo se continua moviéndose lateralmente en la actualidad.
con el uso de la terminología definida en 1986 por el que La Falla Transformante Tamaulipas-Oaxaca tuvo un
escribe, principalmente porque la postulación de la falla papel muy importante en la apertura y posterior evolución
Tamaulipas-Oaxaca está sustentada en evidencia geoló- tectónica del Golfo de México, por las razones siguientes
gica, paleogeográfica y geofísica, además de que ha sido (ver Figura 8):
correlacionada con las pocas localidades de serpentinitas a. La forma de arco de círculo que tiene esta falla, apoya
en el oriente de México y por la estrecha relación que un deslizamiento lateral del Bloque Yucatán a lo largo
existe entre éstas y las trayectorias de fallas transforman- de ella durante el Jurásico Temprano-Medio, que hace
tes en otras partes del mundo (Dengo, 1972; Case, 1980; girar a Yucatán unos 49° en sentido contrario al de las
Delgado-Argote y Morales-Velázquez, 1984), aspecto que manecillas del reloj, lo cual es concordante con los datos
no ha sido considerado por Pindell ni por Salvador en al- paleomagnéticos de Guerrero-García (1975) y Pindell
guno de los múltiples artículos que han publicado sobre el y Kennan (2003).
Golfo de México. Robin (1982) ha sugerido que esta falla b. Al finalizar el Calloviano cambia su desplazamiento
constituye el límite entre los basaltos, andesitas y dacitas lateral nuevamente a vertical y actúa como un sistema
de la Franja Volcánica Trans-Mexicana y las rocas alcalinas de fallas normales que favorecen la subsidencia del piso
e hiperalcalinas de la Planicie Costera del Golfo, además del Golfo de México (Padilla y Sánchez, 1982; Alaniz
de que ha sido interpretada por Ramírez-Ramírez (1984) -Alvarez et al., 1996).
28 Padilla y Sánchez

Figura 8. Estructuras regionales que afectan la corteza continental de México. La edad en la que las fallas tuvieron movimiento de desplazamiento
lateral se muestra junto a cada una de ellas. Las estrellas rojas indican las localidades en donde afloran rocas básicas y ultrabásicas serpentinizadas.
Modificada de Padilla y Sánchez (1986).

c. Constituye el límite entre la corteza continental verdadera la época del Plio-Pleistoceno, cuando comenzó a emerger.
y la corteza continental atenuada. También al término del Calloviano, la falla Transformante
d. Es el conducto en el cual se emplazan las serpentinitas Tamaulipas-Oaxaca detiene su movimiento lateral y co-
de Cd. Victoria, Concepción Pápalo (Dengo, 1972; mienza a moverse en sentido vertical, favoreciendo la subsi-
Delgado-Argote y Morales-Velázquez, 1984) y Matías dencia de bloques de basamento. En el sureste mexicano es
Romero (Figura 8). particularmente importante ésta época porque es entonces
e. Es el conducto para la actividad volcánica alcalina e cuando el Macizo de Chiapas, junto con el Bloque Yucatán,
hiperalcalina en la Planicie Costera del Golfo, además comienza a recibir sedimentos marinos en su porción nor-
de ser el límite entre el vulcanismo dacítico-andesítico te. El Período Jurásico Tardío se caracterizó por ser una
de la Franja Volcánica Trans-Mexicana y la mencionada época de tranquilidad tectónica en la que una subsidencia
Planicie Costera del Golfo. lenta, asociada al desplazamiento divergente de las Placas
f. El conjunto de fallas cuasi-paralelas que constituyen de Norteamérica de las de Laurasia y Gonwana, propició
la Falla Transformante Tamaulipas-Oaxaca, limitan las condiciones necesarias para el depósito de carbonatos
individualmente a los bloques de basamento que es- y lodos calcáreos intercalados.
tuvieron emergidos durante el Mesozoico Temprano,
como el Archipiélago de Tamaulipas, las plataformas de
Valles-San Luis Potosí y Tuxpan, así como el Macizo 5.Etapa posterior al rift y al movimiento de Yucatán
de Teziutlán. desde el Jurásico Superior hasta el Cretácico Superior
Al terminar el Calloviano el Bloque Yucatán alcanzó
la posición que ocupa actualmente y desde entonces sólo El proceso tectónico de rifting que dio paso a la apertura
estuvo sujeto a una subsidencia lenta pero continua, hasta del Golfo de México terminó al fin del Calloviano, después
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México 29

de lo cual, durante el Oxfordiano, se desarrollaron amplias


plataformas de aguas someras a todo lo largo de los bordes Área emergida

del protogolfo de México, en las que se depositaron Lutitas y calizas (plataforma)


grandes volúmenes de carbonatos, con extensas barras Calizas y lutitas (plataforma)
oolíticas en los bordes de plataforma (Salvador, 1991c;
Lutitas
Winker y Buffler, 1988; Williams-Rojas y Hurley, 2001).
Área marina
Este período se caracteriza por el depósito de clásticos
en las zonas litorales, por la abundancia de carbonatos en
las plataformas y por el depósito de menores espesores
de lutitas y carbonatos con intercalaciones delgadas de
calizas argiláceas en las zonas de cuenca. De hecho estas
asociaciones litológicas formaron bandas concéntricas muy
bien definidas en los bordes del Golfo de México (Salvador, 20°

1991b). Los bloques de basamento emergidos que formaban


las paleoislas en el occidente del protogolfo de México
continuaban afectando la sedimentación de la región, 18°

siendo el mayor aporte de clásticos los provenientes del


área del Bloque Yucatán y del noroeste. Estas condiciones 16°

de subsidencia lenta y continua prevalecieron durante 102° 100°


0 100 200
todo el Kimmeridgiano (Salvador, 1987, 1991b, 1991c) km 98° 96° 94° 92° 90° 88°

(Figura 7).
Para el Tithoniano, la velocidad de subsidencia se hizo Figura 9. Paleogeografía del Tithoniano superior. Nótese la gran extensión
de las áreas de plataformas someras, en donde ocurrió el depósito de rocas
más lenta y predominó la sedimentación de secuencias de ricas en materia orgánica que constituyen la principal roca generadora de
estratificación delgada de lutitas y carbonatos, en las cuales hidrocarburos en el Golfo de México. Las costas y las fronteras del país
aumentó considerablemente la presencia de organismos, se muestran como referencia.
probablemente favorecido por un clima templado. Los
horsts formados en el basamento premesozoico bordeando
la parte occidental del Golfo de México permanecieron
emergidos y aportando sedimentos clásticos cada vez en ricas en fósiles, sobre todo en el noreste de México. En
menores cantidades a medida que el relieve topográfico el sureste mexicano las condiciones de depósito fueron
disminuía. En las áreas costeras de estas islas continuó similares a las anteriores, como se ha constatado en datos
el depósito de rocas clásticas, grandes lagunas litorales de subsuelo y en afloramientos al norte del Macizo de
y de barras oolíticas en los extremos de las plataformas. Chiapas, en donde su edad se determinó con amonitas
En el suroeste del Golfo también se desarrollaron amplias (Quezada-Muñetón, 1984).
plataformas someras que se extendían hasta el Macizo de Hacia fines del Tithoniano continuaba la gran invasión
Chiapas y el occidente del Bloque Yucatán que continuaban de los mares en el Golfo de México y se inició la sumergen-
aportando clásticos. En ellas se depositaron también cia de la porción meridional de Florida (Salvador, 1991b).
grandes volúmenes de carbonatos y, probablemente, La mayoría de las islas del occidente del Golfo de México
también algunos depósitos de sal en la parte noroccidental fueron cubiertas por los mares jurásicos, pero permanecie-
del Macizo de Chiapas (Viniegra, 1971), aunque no se ron emergidas la parte noroeste de la Península de El Burro-
tiene evidencia concluyente al respecto. Las condiciones Peyotes, las Islas de Tamaulipas, Coahuila, pequeñas islas
de estabilidad tectónica y climática fueron máximas, en el área de Tampico, el Macizo de Teziutlán, el Macizo
favoreciendo así la proliferación de vida. En este período de Chiapas y el Bloque Yucatán (Figura 9). Al occidente
se depositaron en la cuenca lutitas muy ricas en materia de México se incrementó la actividad volcánica, como
orgánica, con delgadas intercalaciones de carbonatos, que lo indica la presencia de numerosas capas de bentonita y
son la roca generadora de la mayoría de los inmensos pedernal negro en capas, lentes y nódulos en el norte de
volúmenes de hidrocarburos que existen en el Golfo de Veracruz (Viniegra, 1966).
México, especialmente en el sureste mexicano (González El espesor de las rocas del Tithoniano varía en el sur
y Holguín, 1992) (Figura 9). La estabilidad tectónica (Tabasco) y el occidente del Golfo de México (Veracruz y
fue tan grande que las rocas depositadas conservaron Tamaulipas) de 400 a 500 m y disminuye a aproximada-
características litológicas muy similares en toda la cuenca mente 100 m en el área de Saltillo; en el noreste de México
del Golfo de México; las islas que bordeaban el occidente y el subsuelo del sur de Texas, tiene entre 500 y 700 m,
del Golfo todavía estaban emergidas y continuaban pero en el norte de Louisiana el espesor se incrementa con-
aportando sedimentos clásticos a las zonas litorales, siderablemente hasta alcanzar cerca de 1,200 m (Salvador,
mientras que en las plataformas predominaba el depósito de 1991b), en donde además contiene una proporción mayor
calizas arcillosas con abundantes concreciones fosforíticas de arenas.
30 Padilla y Sánchez

Las condiciones tectónicas estables persistieron en la


región durante el Cretácico Temprano, a la vez que las islas Área emergida

del Archipiélago de Tamaulipas, el Macizo de Chiapas y el Arrecife de barrera


Bloque Yucatán continuaban su lenta subsidencia y el mar Zona lagunar
las iba cubriendo progresivamente. El depósito de clásticos
Área marina
en los bordes de los altos de basamento del Archipiélago de
Tamaulipas aún emergidos seguía disminuyendo, a la vez
que aumentaba el depósito de carbonatos (Winker y Buffler,
1988). El área de las ya extensas plataformas seguía incre-
mentándose y enormes volúmenes de carbonatos fueron de-
positados sobre la mayor parte de México. De hecho puede
decirse que las condiciones tectónicas de estabilidad del
Tihoniano se extendieron hasta todo el Neocomiano, con 20°

la diferencia de que la proporción de lutitas intercaladas en


las calizas de inicios del Cretácico fueron decreciendo hasta
18°
casi desaparecer a fines del Valanginiano. Los espesores de
las calizas y lutitas depositadas durante el Berriasiano y el
Valanginiano, raramente exceden los 500 m en el noreste, 16°

centro y sureste de México. 102°


0
100°
200
100
Para el Neocomiano Superior (Hauteriviano- km 98° 96° 94° 92° 90° 88°

Barremiano), 132 a 121 Ma, aumentó la velocidad de


Figura 10. Paleogeografía del Barremiano. Note la longitud de las barreras
subsidencia de las plataformas que bordeaban el Golfo de arrecifes que bordean a las plataformas, así como la gran extensión
de México, favoreciendo así el depósito de gruesos pa- de áreas con carbonatos de aguas someras. Las costas y las fronteras del
quetes de carbonatos con menores cantidades de lutitas país se muestran como referencia.
intercaladas y con espesores superiores a los 1,500 m en
promedio. Secuencias menos gruesas se depositaron en
las zonas más profundas de la cuenca mientras que en los
bordes de las plataformas se formaban largas franjas de emergidos desde los inicios de la transgresión marina ligada
arrecifes de rudistas alrededor de las áreas anteriormente a la apertura del Golfo de México en el Triásico Tardío.
emergidas así como alrededor de toda la cuenca del Golfo Este evento tectónico es claro en las regiones de Texas y el
de México (Winker y Buffler, 1988). Durante este tiempo norte y centro-oriente de México (Formaciones La Peña y
el Archipiélago de Tamaulipas fue totalmente cubierto por Otates), pero no es así en el suroeste del Golfo de México,
los mares y sólo quedaron emergidos los bloques altos de en las Sierras de Zongolica y Chiapas, ni tampoco en la
basamento de la Isla de Coahuila, el Macizo de Chiapas cadena plegada y sepultada de Reforma-Akal, en donde la
y parte del Bloque Yucatán, en cuyos litorales continuó la sedimentación de carbonatos continuó como había venido
sedimentación clástica. El depósito de evaporitas continuó ocurriendo desde principios del Cretácico y no existe en la
en extensas áreas de plataformas someras con circulación columna sedimentaria evidencia alguna de una elevación
restringida, como la Cuenca de Sabinas, la zona de post- súbita del nivel del mar. Es por esta razón que en opinión
arrecife de la Plataforma de Valles-San Luis Potosí y la del que escribe, es poco probable que haya habido una
parte occidental de la Plataforma de Yucatán, aunque la variación notable del nivel del mar que sólo hubiera dejado
edad de estas evaporitas aún está bajo discusión (Salvador, huella en el noreste de la cuenca del Golfo de México. Todo
1991b) (Figura 10). parece indicar que más bien hubo una mayor velocidad de
Durante el Aptiano ocurrió un cambio en la velocidad subsidencia en el noroeste del Golfo de México que en el
de subsidencia que favoreció el depósito de una mayor resto del mismo.
cantidad de lutitas intercaladas con capas delgadas de Por otro lado, las largas franjas de arrecifes que se
carbonatos en una sección condensada. Después de un habían venido desarrollando en los bordes de los altos de
período de 23 millones de años, de subsidencia continua basamento desde el Neocomiano, continuaron desarro-
y progresiva en el que se depositaron más de 2,000 m de llándose en el occidente y oriente del Golfo de México,
carbonatos casi puros, correspondientes a las formacio- mientras que en el noreste de México se volvieron más
nes Cupido y Tamaulipas Inferior, al inicio del Aptiano esporádicas a medida que los mares iban transgrediendo
se inició el depósito de lutitas intercaladas con capas las paleoislas hasta cubrirlas totalmente a fines del Aptiano
delgadas de carbonatos que según Goldhammer (1999) y (comparar las Figuras 10 y 11).
Goldhammer y Johnson (2001) fue causado por una rápida Después del Aptiano, durante el Albiano y el
elevación del nivel del mar. Durante este período, que duró Cenomaniano, continuó la subsidencia general del Golfo
aproximadamente cinco millones de años, el mar cubrió de México, a una velocidad aproximadamente constante
definitivamente los altos de basamento que habían estado en toda la cuenca, lo que permitió que se desarrollaran
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México 31

otra vez, largas cadenas de arrecifes de barrera ubicados


aproximadamente arriba de las franjas arrecifales neoco- Área emergida

mianas, es decir, aproximadamente sobre los bordes de Arrecife de barrera


los altos de basamento de las paleoislas de Coahuila y
Zona lagunar
Valles-San Luis Potosí y la Plataformas de Tuxpan y de
Área marina
Córdoba (Figura 11). El espesor de los cuerpos arrecifa-
les depositados en este lapso indica que la velocidad de
subsidencia fue mayor que aquella del Neocomiano. Las
áreas que muestran alguna diferencia notable en el sur
de México, como por ejemplo las plataformas de Artesa
y Mundo Nuevo, estuvieron afectadas por el desalojo de
sal calloviana que generó elevaciones del fondo marino,
que a su vez causaron claras discordancias regionales en 20°

el sureste mexicano, como se ha observado en numerosas


líneas sísmicas inéditas propiedad de Pemex (Angeles
18°
Aquino et al., 1992; García-Molina, 1994)).
El Turoniano marca otro cambio importante en los
patrones de sedimentación del Golfo de México, porque 16°

termina el predominio del depósito de carbonatos. Este 102°


0 100
100°
200
cambio fue más evidente en las porciones occidental y km 98° 96° 94° 92° 90° 88°

noroccidental de la cuenca, pero no lo fue tanto en la


Figura 11. Paleogeografía del Albiano-Cenomaniano. La sedimentación
parte meridional de la misma, en donde la sedimentación de clásticos prevaleció sobre los carbonatos hasta el Aptiano tardío,
de carbonatos continuó prácticamente invariable hasta el tiempo en el que los altos de basamento que estuvieron emergidos desde
término del Cretácico. Durante esta época, en las plata- el Jurásico tardío fueron sumergidos bajo las aguas del mar. A partir de
formas se depositaron capas delgadas de calizas y lutitas entonces la sedimentación de carbonatos dominó nuevamente en toda
la cuenca del Golfo de México. Las costas y las fronteras del país se
(Formaciones Indidura y Guzmantla), mientras que en la muestran como referencia.
cuenca se depositaban calizas con abundantes nódulos y
capas de pedernal (Formaciones Agua Nueva y Maltrata).
Tales patrones de depósito sugieren que la subsidencia en
el Golfo de México fue mayor en su borde occidental-no- alta que los demás, como ha sido observado en la margen
roccidental que en el meridional. oriental de la Plataforma de Valles-San Luis Potosí, en
Con base a los afloramientos abundantes a lo largo de donde la Lutita Méndez descansa discordante sobre las
la Sierra Madre Oriental y a los datos del subsuelo que calizas arrecifales Albiano-Cenomanianas de la Caliza El
existen en pozos en la Planicie Costera del Golfo, se infiere Abra, que presenta en este nivel de discordancia rasgos
que durante el Coniaciano y el Santoniano se incrementó cársticos bien desarrollados (Aguayo, 1978). Más al sur,
la actividad volcánica en el occidente de México, lo cual en las cercanías del Macizo de Chiapas se depositaban
se reflejó en la sedimentación marina del Golfo de México, clásticos (Fm. Angostura), mientras que en las zonas de la
en donde continuó el depósito de capas delgadas de calizas Sierra de Chiapas, la Cuenca de Veracruz y la Plataforma
y lutitas, pero con abundantes horizontes intercalados de de Córdoba, las lutitas y margas de la Formación Méndez
bentonita, abarcando todas las plataformas del borde oc- cambiaban lateralmente a facies carbonatadas de aguas
cidental y meridional del Golfo, mientras que en la cuenca someras (Prost y Aranda, 2001; Jennette et al., 2003).
continuaba el depósito de carbonatos con bandas y nódulos
de pedernal con delgadas intercalaciones de bentonita
(Salvador 1991b). 6. Etapa de deformación y sedimentación durante el
Para el fin del Período Cretácico, durante el Campaniano Cenozoico
y el Maestritchiano, aumentó el aporte de sedimentos clás-
ticos provenientes del oeste de México, mientras que en Otro cambio importante en la evolución tectónica
el occidente del Golfo de México la subsidencia aumentó del Golfo de México ocurre en el límite entre el Período
y se depositaron gruesos espesores de margas y lutitas de Cretácico y el Período Paleógeno, cuando se ha postulado
la Formación Méndez (Figura 12). En varias localidades a que en el área de Chicxulub, en la costa norte de Yucatán,
lo largo de la Sierra Madre Oriental se han reportado ho- ocurrió el impacto de un cuerpo extraterrestre al que se
rizontes delgados de bentonita (Padilla y Sánchez, 1986), considera responsable de la extinción de numerosas espe-
que indican que la actividad volcánica en el occidente cies animales y vegetales, entre las que destacan los dino-
continuó hasta casi el fin del Cretácico. Algunos bloques sauros y las amonitas (Alvarez et al., 1992). Coincidente
altos de basamento no se movieron con la misma velocidad con esta edad, existe una brecha en carbonatos que tiene
de subsidencia regional y permanecieron en posición más una gran extensión en el sur del Golfo de México y tiene
32 Padilla y Sánchez

Área emergida
ÁREA EMERGIDA
Arenas

FUENTE DE SEDIMENTOS Arcillas

Carbonatos plataforma
ÁREA MARINA
Área marina
?
Brecha de carbonatos

Cráter de
Chicxulub

?
21°

20° 20°

19°

? ?
18° 18°
87°

17°
?
? 16° 16°
102° 101° 100° 102° 100°
?
0 100 200 ? ? 0 100 200
15°
km
15°
km
?
99° 98° 97° 96° 95° 94° 93° 92° 91° 90° 89° 88° 98° 96° 94° 92° 90° 88°

Figura 12. Paleogeografía del Turoniano-Maestrichtiano. El aporte de Figura 13. Paleogeografía de inicios del Paleoceno, cuando se ha propuesto
sedimentos provenientes del occidente y del sur se incrementó y cambió el impacto de un meteorito en el área de Chicxulub. En este tiempo se
definitivamente el patrón de depósito de carbonatos a clásticos. Esta depositó una brecha de carbonatos con una gran extensión y espesores
condición se mantuvo hasta el Cenozoico. Las costas y las fronteras del que alcanzan los 700 m. Las costas y las fronteras del país se muestran
país se muestran como referencia. como referencia.

también una gran importancia económica para el país, alargada, paralela al escarpe y con una variación del tamaño
por ser la roca almacén de los grandes campos petroleros de grano de la brecha, de mayor a menor, en dirección de la
del área marina del sureste de México (Figura 13). Esta cuenca; por último, la tercera atribuye el origen de la brecha
brecha denominada internamente en Pemex como “Brecha a condiciones de carsticidad por exposición subaérea de los
K-T” es inusual porque tiene una extensión de miles de carbonatos depositados en extensas planicies de interma-
kilómetros cuadrados y gruesos espesores que alcanzan reas, lo cual explicaría la extensión territorial, aunque el
hasta los 700 m en algunas localidades (Akal). Además, espesor requeriría un movimiento de subsidencia súbito del
en gran parte de su espesor carece de matriz, por lo que orden de 700 m para justificar la edad de la brecha (65.5
su permeabilidad es asombrosamente alta. No es una tarea Ma). El que escribe considera que una sola de las hipótesis
fácil explicar el origen de un cuerpo sedimentario de esas anteriores es insuficiente para explicar las dimensiones
dimensiones, formado por fragmentos angulares de caliza volumétricas de la brecha, así como las condiciones físicas
de diversos tamaños, sin matriz en la mayoría de las lo- de su depósito, pero quizá las tres hipótesis juntas pudieran
calidades conocidas, aunque en algunas (Akal y Ku), en justificar el origen de la misma.
unos cuantos horizontes, la matriz tiene la misma litología A fines del Cretácico el aporte de sedimentos clásticos
que los clastos. Sin embargo, su origen ha sido explicado del noroeste y del occidente del Golfo de México se incre-
de varias formas, de la cuales tres son las más aceptadas: mentó notablemente durante las primeras pulsaciones de
la primera aduce que el impacto de un cuerpo extraterres- la Orogenia Laramide, también conocida como Orogenia
tre (meteorito o cometa) en Chicxulub fué la causa de la Hidalgoana (de Cserna, 1989). La Era Cenozoica se inicia
formación de la brecha (Grajales-Nishimura et al., 2000), prácticamente con el evento tectónico que dió origen a las
lo cual implica que el tamaño de grano de los depósitos cadenas plegadas y cabalgadas del occidente del Golfo de
en su eyecta, fueran menores a una distancia mayor del México, específicamente las Sierras y Cuencas de Coahuila,
sitio del impacto, condición que no se cumple; la segunda la Sierra Madre Oriental y la Sierra de Zongolica, desde
argumenta que la brecha fue el producto de un derrumbe el Paleoceno tardío hasta el Eoceno temprano (Padilla
submarino de los fragmentos de caliza que descansaban y Sánchez, 1982). La orogenia fue el resultado de la
en el talud del Escarpe de Campeche cuando ocurrió el convergencia de la Placa Farallón por debajo de la Placa
impacto del cuerpo extraterrestre hace 65.5 Ma (Angeles- Norteamericana, en la que el fragmento de corteza oceánica
Aquino et al., 1992; Limón-González et al., 1994), pero que estaba en subducción tuvo un ángulo muy bajo, causan-
si esta fue la causa del depósito de la brecha, entonces su do así una deformación a mayor distancia de la zona de la
forma y distribución deberían ajustarse a una morfología trinchera y elevando una porción considerable de la parte
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México 33

meridional de la Placa de Norteamérica. Esta condición Como consecuencia del aporte masivo de sedimentos la
tectónica favoreció el incremento del aporte de grandes sal y la arcilla de la parte meridional del Golfo de México
volúmenes de sedimentos clásticos después del fin de la empezaron a mobilizarse, formando “rollers”, diapiros,
orogenia, que empezaron a depositarse en las cuencas for- lenguas y canopies, así como también contribuyendo a la
madas en el antepaís de las cadenas plegadas, que de norte sobrepresurización de las masas de arcilla.
a sur se conocen como las Cuencas de Parras-San Carlos Para el Eoceno tardío se formaron los depocentros de la
(CPSC), de Tampico-Misantla (CTM) y de Veracruz (CV) Cuenca de Veracruz y se inició su relleno con sedimentos
(de Cserna, 1989; Padilla y Sánchez, ibid) (Figura 14). clásticos derivados del oeste (Figura 14) (Jennette et al.,
Así como durante el Cretácico la forma y el tamaño de 2003).El límite oriental de esta cuenca estaba constituido
la cuenca del Golfo de México estuvieron determinados por el Alto de Santa Ana y el Macizo de Teziutlán (Viniegra,
por las plataformas carbonatadas, a partir del Eoceno 1966), dos de los bloques de basamento que bordeaban
tardío la nueva forma de la cuenca dependió totalmente la porción occidental del antiguo Golfo de México como
del gran flujo de la sedimentación clástica. Se empezaron la continuación sur del Archipiélago de Tamaulipas. Se
a desarrollar grandes fallas lístricas normales asociadas a considera que el depósito de 5 a 7 kilómetros de espesor
depocentros en las cuencas de antepaís. Durante este tiempo de sedimentos acumulados durante el Eoceno y el Mioceno
se depositaron gruesos espesores de arenas finas en los ta- fueron favorecidos por una fuerte subsidencia por flexión
lúdes del occidente del Golfo de México, Planicie Costera de la corteza en el antepaís de la Sierra de Zongolica,
del Golfo, al tiempo que los sedimentos más finos iban sin que hasta el momento se hayan identificado fallas
rellenando las partes más profundas Goldhammer (1999). regionales que limiten la cuenca (Prost y Aranda, 2001). En

Área emergida

Arenas

Lutitas

Carbonatos plataforma

Calizas y lutitas
CPSC
Área marina

Estructuras laramídicas

CTM

20°

CV
?
18°

16°
?
102° 100°
0 100 200 ?
15°
km 98° 96° 94° 92° 90° 88°

Figura 14. Paleogeografía del Eoceno tardío cuando se inició el relleno de las cuencas de antepaís de las sierras plegadas y cabalgadas del occidente del
Golfo de México por sedimentos. Cuenca de Parras-San Carlos (CPSC), Cuenca de Tampico-Misantla (CTM) y Cuenca de Veracruz (CV). Las costas
y las fronteras del país se muestran como referencia.
34 Padilla y Sánchez

líneas sísmicas se ha observado que existe una antiforma Tuxtlas-Anegada, el cual se extiende a través del Campo
supratenue para el Oligoceno temprano en el área de Los Volcánico de Los Tuxtlas con una dirección N50°W y con-
Tuxtlas, que forma una clara discordancia regional; este tinúa en el mar con una dirección N40°W a lo largo de la
alto dentro de la cuenca puede significar una zona que la margen oriental del Alto de Anegada (Jacobo et al., 1992);
divide en dos depresiones suaves, una al oriente y otra al esta falla ha sido mapeada en el campo y en imágenes de
occidente (Figura 15). Cruz-Helú et al. (1977) reconocieron satélite, además de en el subsuelo, por lo que existe una
una discordancia mayor cerca de la base de la sección alta probabilidad de que sea la expresión actual superficial
marina miocénica, pero su edad exacta no fue identificada, de la Falla Transformante Tamaulipas-Oaxaca (Figura 1 y
sin embargo, se sabe que el Mioceno inferior se acuña 15)., que estuvo activa durante el Jurásico Medio cuando
hacia el oeste sobre las rocas carbonatadas plegadas y se abrió el Golfo de México (Padilla y Sánchez, 1986;
afalladas por la Laramide (Salvador, 1991c). El resto de Alaniz-Alvarez et al., 1996).
la columna del Mioceno y el Plioceno están representados Durante el Mioceno Medio la dirección del movimiento
por una gruesa secuencia de clásticos. La máxima actividad de la Placa de Cocos cambió hacia el noreste, generando la
volcánica en la Cuenca de Veracruz ocurrió durante compresión que deformó a la Cuenca de Veracruz (Jacobo
el Plioceno y el Cuaternario, al igual que en la Franja et al., 1992; Prost y Aranda, 2001). Este proceso estuvo
Volcánica Transmexicana y en el centro volcánico de Los acompañado por un levantamiento térmico en los altos
Tuxtlas. Estos episodios volcánicos del Plioceno fueron de Anegada y de Los Tuxtlas (Jacobo et al., 1992), lo
los causantes del levantamiento de la porción oriental de la que causó la conocida discordancia del área (Mossman y
Cuenca de Veracruz (Salvador, ibid) La paleogeografía de Viniegra, 1976). En las partes más profundas de la Cuenca
fines del Eoceno se muestra en la Figura 14, tiempo en el de Veracruz se depositaron después del Mioceno Medio del
ya existían las estructuras compresionales de la Orogenia orden de 4 a 5 km de sedimentos (Figura 1). En el talud
Laramide. continental, al oriente de las cuencas de Burgos, Tampico-
Aunque Prost y Aranda (2001) han postulado la presen- Misantla y de Veracruz, se desarrolló un deslizamiento
cia en el subsuelo de una falla de desplazamiento lateral gravitacional, de los sedimentos del talud, hacia la cuenca
sinistral, orientada N20°W, en el área de Novillero-Víbora, del Golfo de México, limitado echado arriba por una serie
ellos mismos reconocen que no se ha encontrado eviden- de fallas de crecimiento y, echado abajo, por una falla in-
cia de su existencia, quizá porque fue interpretada sólo versa de bajo ángulo que corta toda la sección Paleógena
con base a un incremento en el espesor de los sedimentos y Neógena. La columna estratigráfica Miocena-Pleistocena
hacia el occidente de la cuenca y a un arreglo ligeramente (Figuras 2 y 3) está deformada en una serie de grandes
escalonado de los pliegues superficiales que sobreyacen el pliegues aproximadamente paralelos, con longitudes de
área. Por otro lado, al oriente de la cuenca, en el anticli- onda de 10 a 12 km y relieves desde 300 m hasta de 1 km,
nal de Novillero, Aranda-García (1999) dató los estratos conocidos como las Crestas Mexicanas, o también como
de crecimiento relacionados con este pliegue como del las Crestas Ordoñez (Figuras 1 y 16).
Oligoceno al Mioceno inferior, lo cual le confiere esa El origen de las Cuencas del Sureste está íntimamente
edad a la estructura. También al oriente de la cuenca se ha ligado con la Sierra de Chiapas y con la Cadena Plegada
identificado un sistema mayor de fallas denominado Los de Reforma-Akal. Según Santiago-Acevedo et al. (1984), a

Anticlinal
A Homoclinal Occidental Loma Bonita Sinclinal Tlacotalpan Tendencia Antón Lizardo B
0
segundos

C Anticlinal Sinclinal
Homoclinal Occidental Loma Bonita Tlacotalpan Reentrante de Coatzacoalcos D
0
segundos

Plio-Pleistoceno Mioceno Inferior


Mioceno Superior Pre-Mioceno 0 10 20 km
Mioceno Medio Cretácico

Figura 15. Secciones geológicas de la Cuenca de Veracruz. Su localización se muestra en la Figura 1. Modificada de Jennette et al. (2003).
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México 35

principios del Paleógeno, el Macizo de Chiapas continuaba (Serravaliano, 12.0 Ma) ocurrió la máxima etapa de de-
emergido en su parte sur , mientras que sobre las rocas car- formación que plegó y cabalgó las rocas de la cadena de
bonatadas marinas (de plataforma en Chiapas y de cuenca Chiapas-Reforma-Akal, con un nivel de décollement en la
en Campeche) de su parte norte, se depositaban gruesas cima de la sal calloviana y una vergencia hacia el norte.
secuencias de clásticos con espesores que varían de 2,500 Sánchez-Montes de Oca (1980) denominó a esta orogenia
m en la zona de Campeche (Pozo Ateponta 1), hasta cerca como Evento Chiapaneco (Figura 16). Durante este evento
de 3,000 m en Chiapas (Pozo Triunfo 101). el Macizo de Chiapas también se acortó, por lo que García-
De acuerdo con Ambrose et al. (2003), durante el Molina (1994) considera que existe otro nivel de despegue
Oligoceno continuó el depósito de clásticos en todo el su- profundo dentro del bloque de basamento.
reste mexicano, aunque en el área de Macuspana se empezó Hacia fines del Mioceno e inicios del Plioceno, después
a desarrollar un depocentro en donde se depositaron gruesas de la deformación compresiva del Evento Chiapaneco,
secuencias de arcillas. Al mismo tiempo, sobre la Cadena se inició el basculamiento hacia el norte de la Cadena de
Chiapas-Reforma-Akal se depositaron espesores menores Chiapas-Reforma-Akal, como una respuesta al desalojo de
de arenas y arcillas, mientras que en el área de Comalcalco- la sal calloviana en la misma dirección (Figuras 2 y 17).
Salina del Istmo comenzó la movilización hacia el norte, El gran aporte de clásticos provenientes del Macizo de
de grandes volúmenes de sal en forma de almohadillas y Chiapas durante el Plioceno y el Pleistoceno, causó el de-
“rollers” (Angeles Aquino et al., 1992). pósito de varios kilómetros de espesor de sedimentos, cuya
Los mismos patrones sedimentarios continuaron sobrecarga empezó a generar grandes fallas de crecimiento
hasta el Mioceno temprano, pero en el Mioceno medio orientadas NE-SW, con sus bloques caídos hacia el norte.

Área emergida

Arenas

Lutitas

Carbonatos plataforma

Calizas y lutitas

Área marina

Pliegues y fallas

20°

?
18°

16°
?
102° 100°
0 100 200
15°
?
km 98° 96° 94° 92° 90° 88°

Figura 16. Paleogeografía del Mioceno tardío, cuando ya se habían formado las Crestas Mexicanas y los pliegues y fallas de la Cuenca de Veracruz,
y de la Sierra de Chiapas-Reforma-Akal. De éstas últimas estructuras, el tramo Reforma-Akal se conoce solamente en el subsuelo. Las costas y las
fronteras del país se muestran como referencia.
36 Padilla y Sánchez

En la Figura 17 se observa que la orientación de estas fallas Las secuencias depositadas en la cuenca de Macuspana
sintéticas es casi perpendicular a la dirección de los pliegues estuvieron bajo un régimen de extensión desde el Mioceno
formados durante el Evento Chiapaneco, y en la Figura 18 tardío hasta el Pleistoceno, tiempo en el que sufrieron una
se ilustra de manera esquemática la relación tectónica entre inversión tectónica (Ciclo Cascadiano según Sánchez-
las estructuras compresionales del Evento Chiapaneco y la Montes de Oca, 1980), que formó los pliegues anticlinales
estructuras extensionales que las sobreyacen. que hoy constituyen las trampas de los yacimientos de esta
Las mayores fallas lístricas normales del Plio- zona (Ambrose et al., 2003). En la Figura 20 se observan
Pleistoceno se formaron en las cuencas de Macuspana y los pliegues característicos de inversión tectónica en el
de Comalcalco-Salina del Istmo, mientras que espesores área del Campo José Colomo. También en las Cuencas
menores de sedimentos clásticos eran depositados también de Comalcalco y Salina del Istmo se sabe que ocurrió
sobre la Cadena Chiapas-Reforma-Akal. Una diferencia inversión tectónica, pero no se han publicado los datos
que es notable entre estas cuencas consiste en que, mientras correspondientes.
en la cuenca de Comalcalco-Salina del Istmo se desalojaba Finalmente, la deformación del sureste mexicano ocu-
sal (Ricoy, 1989), en la de Macuspana se desalojaba arcilla rrió en el Neógeno (Figuras 2 y 21) en el orden siguiente:
(Ambrose et al., 2003). En las secciones geológicas regio- 1. Plegamiento y fallamiento de la Cadena Plegada
nales de las Figuras 19 y 20 se muestran las estructuras de y Cabalgada de Chiapas-Reforma-Akal durante el
las cuencas de Comalcalco-Salina del Istmo y Macuspana, Mioceno medio (Figura 21b), con un despegue al nivel
así como las estructuras de la cadena plegada de Chiapas- de la sal del Calloviano y otro dentro del basamento del
Reforma-Akal. Macizo de Chiapas.

Área emergida

Arenas

Lutitas

Carbonatos plataforma

Área marina

Pliegues y fallas

21°

20°

19°
2
? 1 18°
87°

17°
?

16°
?
102° 101° 100°
0 100 200
15°
? 15°
km 99° 98° 97° 96° 95° 94° 93° 92° 91° 90° 89° 88°

Figura 17. Paleogeografía del Pleistoceno Tardío. En este tiempo ya había ocurrido el basculamiento hacia el norte de la cadena Sierra de Chiapas-
Reforma-Akal por el desalojo de sal calloviana y se habían formado las cuencas de (1) Comalcalco-Salina del istmo y (2) Macuspana. La orientación
de las estructuras extensionales, casi perpendicular a las compresionales. Las costas y las fronteras del país se muestran como referencia.
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México 37

Figura 18. Bloque diagramático que muestra la disposición espacial de la Cadena Plegada de Chiapas-Reforma-Akal, basculada hacia el NW y las
cuencas de Macuspana y Comalcalco producto de un deslizamiento gravitacional.

2. Basculamiento, hacia el noreste, de la cadena plegada Mioceno medio el Evento Chiapaneco forma la cadena
durante el Mioceno tardío. plegada y cabalgada de Chiapas-Reforma-Akal, a partir
3. Depósito de gruesos espesores de arcillas durante el de un décollement a nivel de la sal calloviana, formando
Mioceno tardío. pliegues orientados NW-SE y con vergencia al noreste.
4. Deslizamiento gravitacional de la columna Paleógena Asociado al nivel de despegue, un volumen importante
tardía sobre las arcillas miocénicas. de sal se movilizó hacia el norte-noroeste, causando a su
5. Formación de la cuenca de Comalcalco durante el vez que las estructuras de la cadena de Chiapas-Reforma-
Plioceno (Figura 21c). Akal se bascularan en la misma dirección y crearan así
6. Formación de la cuenca de Macuspana en dos etapas: las nuevos depocentros, en donde desde entonces hasta
fallas que la limitan al sureste y al noroeste se formaron fines del Neógeno, se depositaron varios kilómetros de
durante el Plioceno y las fallas oblicuas escalonadas espesor de sedimentos clásticos (Figuras 18 y 21b), que
este-oeste se formaron durante el Pleistoceno y hasta el empezaron a deslizarse por gravedad también hacia el
Reciente (Figura 21c). En ambos casos las arcillas del norte-noroeste, o sea, hacia la misma dirección en la que
Mioceno favorecieron el décollement de la columna. se inclinaban los pliegues de la cadena Reforma-Akal.
El peso de estos sedimentos propició que la secuencia
discordante miocénica tardía comenzara un deslizamiento
7. Conclusiones gravitacional hacia el NNW, iniciando así grandes fallas
normales lístricas, orientadas WSW-ENE, es decir, casi
La evolución tectónica y sedimentaria del Golfo de perpendiculares a la orientación de los pliegues de la cadena
México se caracterizó por una subsidencia lenta que Chiapas-Reforma-Akal (Figuras 21b y 21c); estas fallas
comenzó desde el Jurásico Medio y continúa hasta hoy. normales regionales, sintéticas y antitéticas, constituyeron
Durante el Jurásico y el Cretácico se depositaron varios los limites de las cuencas de Comalcalco-Salina del Istmo
kilómetros de espesor de sedimentos carbonatados en las y de Macuspana. Posteriormente, durante el Pleistoceno,
extensas plataformas someras que bordeaban la cuenca. las cuencas recién formadas bajo un régimen tectónico
A inicios del Paleógeno, la Orogenia Laramide deformó extensional sufren una compresión, desarrollándose en ellas
las rocas de la parte occidental del Golfo, formando los pliegues propios de inversión tectónica, más evidentes en
pliegues y fallas de las Sierras Madre Oriental y la de el campo José Colomo de la Cuenca de Macuspana (Figura
Zongolica, mientras que en el sureste mexicano continuaba 20). Una síntesis cronológica de los eventos tectónicos que
la sedimentación de carbonatos sobre la parte norte del afectaron el Golfo de México meridional y occidental se
macizo de Chiapas y sobre el Bloque Yucatán. En el ilustra en la Figura 2.
38

E Macizo y Sierra de Chiapas G-H Cantarell F


SW Área Reforma-Villahermosa NE
0
km 8
10

0 50 100 km E-F
Plio-Pleistoceno
G H
Oligoceno-Mioceno Cuenca de
NW Macuspana SE
Paleoceno Cuenca Salina de Golfo Profundo Cuenca de Comalcalco Pilar de Akal
0
Cretácico km 8
Jurásico Superior 10
Sal Calloviana
Lechos Rojos Triásico-Jurásico
Basamento

Figura 19. Secciones geológicas de la cadena plegada de Chiapas-Reforma-Akal y de la Cuenca de Comalcalco. Localización en la Figura 1. Modificada de García (1994).
Padilla y Sánchez

Plio-Pleistoceno
Mioceno Superior
Mioceno Medio
0 10 20 km
Mioceno Inferior
Pre-Mioceno
Cretácico

I Fortuna Nacional José Colomo J


0

2
4
Segundos

Figura 20. Secciones geológicas de la Cuenca de Macuspana. Su localización se muestra en la Figura 1. Modificada de Ambrose et al. (2003).
A B

C
FALLAS
Normal y Aflorante
de crecimiento Sepultada
Aflorante
Inversa
Sepultada
Aflorante
Transcurrente
Sepultada
Evolución geológica del sureste mexicano, Golfo de México

PLIEGUES

Simétricos
Anticlinales Asimétricos
“De hongo”

Figura 21. Estructuras Cenozoicas del Sureste Mexicano. Las estructuras con línea discontinua están en el subsuelo. A) Todas. B) Pliegues y fallas compresionales Miocénicas. C) Fallas extensionales y
pliegues compresionales del Plio-Pleistoceno. Nótese la orientación casi perpendicular entre las estructuras de B y de C.
39
40 Padilla y Sánchez

Finalmente, además del interés geológico, el sureste of Mexico Basin: Tectonics, Sedimentary Basins, and Petroleum
mexicano tiene una importancia económica muy grande Systems: American Association of Petroleum Geologists Memoir
75
para el país, porque en las estructuras de la cadena plegada Aranda-García, M., 1999, Evolution of Neogene contractional growth
y cabalgada de Chiapas-Reforma-Akal y en las Cuencas structures, southern Gulf of México: M.S. thesis, The University
del Sureste se ubican el 89% de las reservas probadas de of Texas at Austin, 169 p.
petróleo crudo equivalente y el 92% de la producción total Atwater, T., 1970, Implications of plate tectonics for the Cenozoic tectonic
evolution of western North America. Bull. Geol. Soc. Amer., v. 81,
de petróleo crudo equivalente del país (PEMEX, 2005). Las p. 3513-3536
rocas del Tithoniano fueron las generadoras de hidrocarbu- Bartolini, C., Buffler, R.T. y Cantú-Chapa, A., (Editores), 2001, The
ros, mismos que se almacenaron en trampas estratigráficas Western Gulf of Mexico Basin: Tectonics, Sedimentary Basins, and
y estructurales del Jurásico (Kimmeridgiano), Cretácico Petroleum Systems: American Association of Petroleum Geologists
Memoir 75, 480 p.
Superior-Paleoceno y del Neógeno. Böse, E., 1905, Reseña acerca de la geología de Chiapas y Tabasco: Bol.
Inst. Geol. México, p. 429-441
Böse, E., 1906, Escursion à l’Isthme de Tehuantepec: Xème Congr.
Agradecimientos Internal., Escursion XXXI
Buffler, R.T., y Sawyer, D.S., 1985, Distribution of crust and early history,
Gulf of Mexico Basin: Gulf Coast Association of Geological
El autor agradece a S. Alaníz-Alvarez, a A. F. Nieto- Societies Trans., v. 35, p. 333-344
Samaniego y a dos árbitros anónimos por las revisiones Burckhardt, C., 1930, Etude synthétique sur le Mésozoique Mexicain,
críticas hechas al manuscrito, sus observaciones y comen- Premiére partie: Societé Paléontologique Suisse Mémoires, v. 49,
p. 1-123
tarios fueron acertados, aún con las diferencias propias de Burkart, B., 1983, Neogene North American-Caribbean plate boundary
estilo de escritura del autor. Agradezco también a aquellos across northern Central America: Offset along the Polochic Fault:
compañeros de Pemex que me enriquecieron con sus datos Tectonophysics, v. 99, p. 251-270
inéditos sobre la tectónica del sureste mexicano y a los que Burkart, B., Deaton, B.C., Dengo, C., y Moreno, G., 1987, Tectonic
wedges and offset Laramide structures along the Polochic fault of
me es imposible mencionar por temor a omitir a alguno. Guatemala and Chiapas, Mexico: Reaffirmation of large Neogene
displacement: Tectonics, v. 6, p. 411-422
Burkart, B., y Scotese, C.R., 1990, The Orizaba fault zone: Link between
the Mexican Volcanic Belt and strike-slip faults of Northern
Rereefencias bibligráficas Central America: EOS, American Geophysical Union Trans., v.
71, p. 1559
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5, P. 83-140 Domaine Caraibe: Étude Géologique du Mexique Meridional: Tesis
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