EL MITO DE KUNIRAYA WIRACOCHA Y

KAWILLAKA
Kuniraya Wiracocha caminaba muy pobremente vestido y lo
menospreciaban. Pero él era el guía de todos estos pueblos. También
vivía una diosa llamada Kawillaka. Ella se mantenía siempre virgen y era
muy hermosa. Pero Kuniraya Wiracocha, tan sabio él, se convirtió en un
pájaro y fue a posarse en el árbol. Allí, tomó una lúcuma e introduciendo
en ella su semen la dejó caer muy cerca de la mujer. Ésta se comió muy
contenta la fruta. De esa manera, la diosa apareció encinta. Después de
nueve meses Kawillaka tuvo que dar a luz. Transcurrido el año y cuando
el niño comenzó a caminar, Kawillaka convocó un día a todos los dioses,
pensando que de este modo le sería fácil reconocer al padre de su hijo.
El niño se acercó a Kuniraya Wiracocha vestido de mendigo reconoce a
su padre. Al ver eso, la madre gritó: ¡Qué horror! ¿Cómo habría podido
yo dar a luz el hijo de un hombre tan miserable? Luego tomó en brazos
al niño y huyó hacia el mar. Entonces Kuniraya Wiracocha se vistió con
un traje de oro, la madre se arrojó con su hijo al agua y ambos se
convirtieron en islas.