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La agricultura y la industria precursores del desarrollo del sector agroindustrial y del impulso

tecnológico y económico.

Introducción

La agricultura y la industria son consideradas tradicionalmente como dos sectores diferentes


tanto por sus características como por su función en el crecimiento económico y tecnológico. Se
estima que la agricultura es el elemento característico de la primera etapa del desarrollo,
mientras que se ha utilizado el grado de industrialización como el indicador más pertinente del
avance en el desarrollo agroindustrial. Además, de que la estrategia adecuada de desarrollo es
la que permite pasar gradualmente de la agricultura a la industria, acelerando los cambios en la
demanda agroalimentaria y alcance de la estructura financiera y tecnológica.

Desarrollo

La agroindustria significa la transformación de productos procedentes de la agricultura, la


actividad forestal y la pesca. Una parte considerable de la producción agrícola se somete a un
cierto grado de transformación entre la cosecha y la utilización final. Por ello, las industrias que
emplean como materias primas productos agropecuarios realizan las operaciones de
transformación mediante métodos modernos, tecnología avanzada y de gran inversión de
capital. La mayor parte de las operaciones de transformación con respecto a los productos
alimenticios perecederos, como frutas, hortalizas, leche, carne o pescado son básicamente
análogas. De hecho, en varios procesos de elaboración de los productos alimenticios más
perecederos tiene por objeto en gran medida su conservación gracias a la utilización de la
tecnología que se ha implementado.

En la actualidad se presentan problemas de transformación de los alimentos que afecta tanto a


las políticas de precios como a la industria y su empleo tecnológico. Es importante hacer énfasis
en la economía de mercado debido al seguimiento de las industrias en la planificación
centralizada de Europa. En ella, interviene el sector agrícola que trabaja colectivamente con
todas las agroindustrias las cuales todavía son monopolizadas y que revelan problemas de
atención a la calidad, seguridad alimentaria y al desarrollo tecnológico de procesos, incluso en
productos que son fuentes de alto valor.

La deficiente planificación de procesos agroindustriales afecta económicamente a las industrias


eliminando o reduciendo esencialmente las contribuciones para el procesamiento de los
alimentos, mediante la privatización de la agricultura y la industria y a través de la
desreglamentación de los mercados locales. Por lo que, al no existir programas de
implementación agroindustrial, se han creado nuevos desequilibrios. Además, la elevación de los
precios de los alimentos al por menor, frecuentemente no se trasmiten a los agricultores porque
la industria elaboradora es libre de utilizar el poder del mercado para obtener beneficios. Por lo
tanto, los productores industriales y locales se enfrentan con una dura competencia de calidad
superior.
Debido al crecimiento acelerado de la agricultura, la industria y la formación de agroindustrias
en diferentes países se presentan riesgos en términos de equidad y sostenibilidad. El mercado
se ve desequilibrado en las agrocadenas, perjudicando a los demás. Las agroindustrias solo serán
sostenibles si son competitivas en términos de costes, precios, eficiencia operativa, oferta de
productos, tecnología avanzada y otros parámetros asociados, y solo si la remuneración que
reciben los productores es lucrativa para ello.

La tendencia hacia una mayor implementación tecnológica agroindustrial y orientación de


mercado abre una serie de perspectivas interesantes para los productores agrícolas y
agroindustriales. De modo que, la perspectiva de crecimiento será favorable, gracias a la mayor
diversificación del consumo alimentario, la tendencia a consumir productos de elevada calidad y
la importancia creciente de la comercialización y elaboración. Estos podrían provocar nuevos
modelos de ventajas comparativas, y posibilidades tecnológicas enfocado a la evolución de los
gustos por los consumidores.

En relación con otros sectores industriales, la agroindustria consiste en el origen agrícola de una
gran parte de sus insumos, siendo la agricultura el principal abastecedor de materias primas para
la agroindustria, y su desarrollo agroindustrial vinculado en gran medida para las industrias de
elaboración. Por esta razón, la eficiencia de la agricultura es un aspecto importante de la
promoción del desarrollo agroindustrial. Al mismo tiempo, las actividades de elaboración pueden
ejercer, un impacto positivo en la agricultura primaria aumentando la innovación tecnológica y
estimulando la competencia dentro del sector.

Finalmente, es importante destacar que el desarrollo agroindustrial es un proceso es muy complejo


y amplio. Se debe considerar trabajar bajo programas reglamentarios nacionales e internacionales.
Las operaciones de procesos conllevan a consecuencias ambientales en la agricultura y la
agroindustria de tal modo que se deben desarrollar modelos operativos que beneficien los servicios
o productos que se adapten a las condiciones de los productores y todo aquel que interviene en la
cadena de producción para disminuir los riesgos ambientales, logrando impactos de desarrollo
tecnológico e industrial que sean amigables en la elaboración de las transformaciones
agroindustriales.
El desarrollo de agroindustrias competitivas es crucial para generar oportunidades de empleo e
ingresos. Contribuye, además, a mejorar la calidad de los productos agrícolas y su demanda. Las
agroindustrias pueden tener un efecto real sobre el desarrollo internacional al aumentar el
crecimiento económico y reducir la pobreza, tanto en las áreas rurales como urbanas de los países
en desarrollo. Sin embargo, con el fin de evitar efectos adversos sobre países y personas vulnerables,
es necesario contar con políticas y estrategias sólidas para fomentar las agroindustrias. Con la
colaboración de especialistas en agroindustrias, expertos académicos y organismos técnicos
internacionales de las Naciones Unidas, los capítulos abordan las estrategias y acciones necesarias
para mejorar la competitividad agroindustrial que permitan generar ingresos, crear empleo y
combatir la pobreza en el mundo en desarrollo. Agroindustrias para el desarrollo destaca el estado
actual y la evolución futura de las agroindustrias y llama la atención sobre las contribuciones que
este sector puede aportar al desarrollo internacional. Este libro será una herramienta importante
para los responsables de las políticas de desarrollo internacional y agrí- cola, especialistas en
agroindustrias, directores de agronegocios e investigadores sobre economía agrícola y temas
relacionados.

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