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CLASIFICACIÓN DE LA EXTRADICIÓN

La extradición es una institución que se inspira precisamente en la colaboración


internacional, en la lucha contra la impunidad del delito, expone con acierto el
jurista dominicano, especialista en Derecho Internacional, La Extradición:
Interpretación y Aplicación en la República Dominicana.

La extradición es el procedimiento jurídico mediante el cual un sujeto acusado o


condenado por una conducta considerada como delito por la ley de un Estado
es detenida en otro Estado y este hace entrega del inculpado para ser enjuiciada
o para que cumpla la pena ya impuesta.

Un Estado está obligado a conceder la extradición de un delincuente extranjero,


si existe un tratado internacional o Convención Internacional sobre extradición
con el Estado requirente. Cuando no existe un tratado o convención
internacional, el Estado requerido está facultado para acordar la extradición, pero
no está obligado a concederla.

EXISTEN DIFERENTES TIPOS DE EXTRADICIÓN:

Extradición activa. Se da en los casos en los que es el Estado el que solicita a


otro país la entrega de una persona, cuando se habla de extradición se habla
también del Estado requerimiento o solicitante, el Estado requerido y el
extraditable, que es el presunto infractor de la ley.

El trámite para la extradición activa, esto es, cuando Venezuela interviene como
Estado requirente, solicitando a otro la entrega de una persona que se encuentra
en su territorio, bien para juzgarla o para que cumpla la pena que le ha sido
impuesta, se inicia con la solicitud del juez de control a la Sala de Casación Penal
del Tribunal Supremo de Justicia, previa instancia del Ministerio Público, cuando
este sujeto procesal tuviere noticias de que un imputado al cual se ha dictado
una medida cautelar de privación de libertad, se halla en país extranjero.

En caso de fuga de quien esté cumpliendo condena, el trámite ante la Sala Penal
debe iniciarlo el Juez de Ejecución, lo cual es lógico, pues con base en las
previsiones del Código adjetivo, corresponde al juez de ejecución, entre otras
atribuciones, velar por la ejecución de las penas y medidas de seguridad
impuestas mediante sentencia firme, por ello debe ser ese funcionario judicial el
legitimado para solicitar el inicio del trámite de extradición si se requiere el
cumplimiento de la pena impuesta no ejecutada o la pena cuyo cumplimiento se
hubiere quebrantado.

El plazo para que el Tribunal Supremo de Justicia decida sobre la procedencia o


no de la solicitud de extradición, es de treinta días contados a partir del recibo de
la documentación pertinente. En caso de que la declarare procedente debe
remitir copia de lo actuado al Ejecutivo Nacional.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores que es el órgano encargado


de tramitar por vía diplomática la solicitud de extradición, debe certificar y hacer
las traducciones cuando corresponda, y presentar tal solicitud ante el gobierno
extranjero en el plazo máximo de sesenta días.

El procedimiento de extradición pasiva, es decir, el requerimiento que un Estado


de la comunidad internacional efectúa a Venezuela a fin de que entregue a una
persona que se encuentra en este territorio, se inicia con la solicitud que el
gobierno extranjero presenta al Poder Ejecutivo, solicitud que este debe remitir
al Tribunal Supremo de Justicia con la documentación recibida.

En caso de que la solicitud de extradición se presente sin la documentación


judicial necesaria, pero con el ofrecimiento de producirla después, y con la
petición de que mientras se produce se aprehenda al imputado, el tribunal de
control, a solicitud del Ministerio Público puede ordenar, según la gravedad,
urgencia y naturaleza del caso, la aprehensión de aquél, señalando un término
perentorio, que no excederá en ningún caso los sesenta días continuos, para la
presentación de la documentación.

Verificada la aprehensión del solicitado este debe ser presentado ante el juez
que la ordenó, dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes, con el fin de ser
informado sobre los motivos de su detención y garantizar el derecho a la defensa.

Vencido el lapso sin que se remita la documentación ofrecida, el Tribunal


Supremo de Justicia ordenará la libertad del aprehendido, sin perjuicio de
acordar nuevamente la privación de libertad si posteriormente recibe dicha
documentación.
Para decidir sobre la solicitud de extradición, el Tribunal Supremo de Justicia
debe convocar a una audiencia oral dentro de los treinta días siguientes a la
notificación del solicitado. A esta audiencia deben concurrir el imputado y su
defensor.

Visto que los gobiernos extranjeros pueden designar un abogado para que
defienda sus intereses en este procedimiento, si aquél hubiere sido designado,
también deberá concurrir a la audiencia. En esa oportunidad todos expondrán
sus alegatos.

Concluida la audiencia, el Tribunal Supremo de Justicia debe decidir en un plazo


de quince días.

Extradición pasiva: Se produce cuando un Estado determinado es el requerido


por encontrarse prófugo en su territorio el acusado o procesado por un delito
cometido en otro Estado.

La Extradición puede ser Activa o Pasiva. Ambas situaciones están reguladas


por el Código Procesal Penal. La extradición activa se refiere a la solicitud hecha
por el Estado dominicano a un país extranjero para la entrega de una persona
que se encuentra en su territorio y que sea sancionable penalmente en la R.D.

Es necesario que contra esa persona, en el país se haya presentado acusación


y dictado una medida de coerción privativa de libertad. La petición de extradición
la hace el Ministerio Público o las partes, y el juez o tribunal apoderado la solicita
o no.

El trámite se realiza por vía de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en el plazo


máximo de dos meses. Corresponde a las autoridades competentes del
extranjero examinar la petición y otorgarla o no conforme sus méritos y siguiendo
el procedimiento dispuesto por sus leyes. La extradición pasiva es la solicitud de
entrega que hace un Estado extranjero al Estado dominicano, respecto de una
persona que se encuentra en el territorio dominicano.

En este caso el procedimiento que establece el CPP es el siguiente: La solicitud


se hace ante el Poder Ejecutivo; éste la tramita ante la SCJ, quedando
apoderada su Cámara Penal, pudiendo ésta ordenar la aplicación de medidas
de coerción; la Cámara Penal debe celebrar una audiencia oral para conocer del
pedimento, en los 30 días siguientes, en la que estarán presentes el Ministerio
Público y las partes, con su representantes legales, incluyendo el Estado
requeriente. Luego de la audiencia, la SCJ tiene 15 días para decidir la
extradición.

Extradición voluntaria: Tiene lugar cuando el individuo reclamado se entrega


por cuenta propia, sin formalidades.

La extradición espontánea: Consiste en el ofrecimiento de la extradición por


parte del estado supuesto reclamado.

Extradición de tránsito: Se produce cuando el traslado de la persona


reclamada desde el Estado requerido hasta el Estado requirente se realiza a
través del territorio o de espacios sometidos a la soberanía de un tercer Estado.

Extradición por delitos políticos

No se concede la extradición por delitos políticos, porque estos dejan de serlo al


atravesar una frontera. Como decía el jurista Irureta Goyena: “en el Estado a
cuyas leyes se ampara, el delincuente político no representa un peligro; y en el
Estado de cuyos gobernantes se escapa, no existe justicia que le ofrezca
garantías”.

LA EXTRADICION EN REPUBLICA DOMINICANA

La extradición es una vieja y controversial figura jurídica que por su naturaleza


tiene su principal base legal en los tratados y convenios internacionales de los
cuales República Dominicana es signataria.

Uno de los más viejos compromisos firmados por nuestro país está contenido en
el Tratado de Paz, Amistad, Comercio, Navegación y Extradición entre República
Dominicana y Haití, que data de 1874 y todavía está vigente.

La extradición tiene el significado de la entrega de un acusado o condenado,


para que sea juzgado aquel país en que buscó refugio. Considero que para
otros autores la extradición no es un simple acto material de entrega del reo, ya
que se considera que lo que está en juego no es la eficacia de una decisión
judicial privativa de libertad, sino la expresión misma de la jurisdicción del Estado.
Fuentes de la extradición:

Podemos citar, los tratados internacionales, las leyes internas de cada país, la
costumbre y la jurisprudencia. El tratado de extradición de más importancia, es
el que tenemos con los Estados Unidos de Norteamérica, aprobado por
resolución de nuestro congreso en noviembre del año 1909, y vigente desde el
1910.

Condiciones de la extradición:

Todo procedimiento de extradición supone la existencia de dos condiciones


fundamentales: la de una infracción, y la de un agente inculpado.

Desde el año 1969, hasta el 27 de septiembre del año 2004, el procedimiento de


extradición en la República Dominicana, era administrativo, pues la Ley 489,
otorgaba competencia y autoridad única y exclusivamente al Poder Ejecutivo
para decidir en todo lo relativo a esta materia, por lo cual toda indagatoria e
investigación le estaba conferida al Procurador General de la República, quien
mediante interrogatorios, determinaba la procedencia o no de tal petitorio.

Para nadie es un secreto que con la entrada en vigencia de la Normativa


Procesal Penal, el procedimiento de la extradición en la República Dominicana
se judicializó, pues es la Suprema Corte de Justicia, específicamente la Cámara
Penal, la que ahora tiene competencia y atribuciones para decidir sobre la
procedencia o no de la misma.

Existen dos tipos de extradiciones: Una activa y otra pasiva, las cuales
pasamos a desarrollar: La primera: Cuando se tiene noticias de que un imputado
respecto del cual se ha presentado la acusación y si se ha dictado una medida
de coerción privativa de libertad, se haya en un país extranjero, el juez o tribunal
competente tiene la facultad de ordenar el trámite de su extradición, a petición
del Ministerio Público o de las partes.

El Ministerio de Relaciones Exteriores certifica y hace las traducciones cuando


corresponda, y presenta la solicitud ante el gobierno extranjero en el plazo
máximo de dos meses.

La extradición pasiva. Es la solicitud de una persona que se encuentra en la


República Dominicana, y debe ser remitida por el Poder Ejecutivo a la Cámara
Penal y de la Suprema Corte de Justicia, para que esta decida lo que
corresponda. Decimos nosotros: “Se inicia la etapa de judicialización”.

Dentro de las facultades que tiene la Cámara Penal de la Suprema Corte de


Justicia, la misma puede ordenar la aplicación de medidas de coerción, en
relación a la persona solicitada en extradición, siempre que se invoque la
existencia de una sentencia o de una orden, se determine con claridad la
naturaleza del hecho punible y se trata de un caso en el cual proceda la prisión
preventiva.

La Cámara Penal, tomará en cuenta el artículo 227 del Código de Procedimiento


Penal, el cual es supletorio del tratado de extradición.

Por lo anteriormente descrito, es que somos partidarios de que la petición de


extradición o la solicitud de extradición quiérase o no es un juicio oral, público y
contradictorio, donde necesariamente se determina la suerte del inculpado con
la decisión que toma la Cámara Penal en su momento.

Ahora bien, estamos en presencia de una situación procesal, que la Cámara


Penal de la Suprema Corte de Justicia, ni el tratado de extradición del año 1910,
ni el Ordenamiento Procesal Penal del 27 de septiembre del año 2004 han
querido aclarar, en cuanto a lo que sería el doble grado de jurisdicción, y la no
jurisdicción privilegiada por parte del ciudadano común, y la autoridad de la cosa
juzgada que toma la misma cuando se emite la decisión.

REQUISITOS PARA SU APLICACIÓN

En la mayor parte de los tratados de extradición, se requiere que el Estado que


la pide demuestre la existencia de causa para enjuiciar o castigar al solicitado y
que el delito imputado se haya tipificado como tal, tanto en la legislación penal
del Estado requerido como en la del Estado requirente.

Se establece la extradición con respecto a las personas procesadas o


condenadas por las autoridades de un Estado y que se encuentre en el territorio
de otra, para lo cual se requiere que la condena o proceso en el otro Estado sea
de cierta gravedad; una condena superior a un año o un proceso por un juicio
del que puede resultar sanción superior a dos años.
Se solicita, además, que el Estado requirente tenga jurisdicción para conocer y
fallar el delito.

No se extraditará hacia los Estados que tengan pena de muerte y en caso de


que el mismo delito por el que se requiere a un individuo ya haya sido juzgado
en el Estado requerido, en cumplimiento del precepto jurídico de que “no se
puede juzgar a una persona dos veces por la misma causa”.

DIFERENCIAS ENTRE EXTRADICION Y OTRAS FIGURAS JURIDICAS DE


EXTRAÑACIÓN

En este trabajo nos permitimos señalar las diferencias que existen entre la
extradición, como figura jurídica y otras acciones legales y/o judiciales, mediante
las cuales, los Estados aplican políticas de permanencia o no en sus territorios,
de propios y extraños.

Así vemos, entonces que la extradición es distinta de:

A) La expulsión, que se realiza por motivos internos (a menudo


administrativos) del Estado que expulsa.
B) El impedimento de entrada, que consiste en prohibir la entrada de una
persona en la frontera.
C) La repatriación, que se sitúa fuera del ámbito penal.

El traslado, noción que tiene su origen en el Estatuto del Tribunal Internacional


encargado de enjuiciar a los presuntos responsables de las violaciones graves
del derecho internacional humanitario cometidas en el territorio de la ex
Yugoslavia desde 1991.

Se trata de trasladar ante el Tribunal a una persona encausada inicialmente por


un tribunal nacional, en virtud del principio de la primacía del Tribunal sobre las
jurisdicciones nacionales para el enjuiciamiento de los delitos que se sitúan en
su ámbito de competencias. (Esta figura no existe en la legislación ni convenios
de República Dominicana)

La entrega, según está definida por la Unión Europea en la orden de detención


europea, que tiene por objeto la eliminación de las formalidades de extradición y
la adopción del principio de reconocimiento recíproco de las sentencias penales.
La extradición presupone que la persona buscada va a ser enjuiciada; si es
buscada simplemente para que comparezca como testigo, el asunto debe
resolverse mediante una comisión rogatoria y no mediante la extradición.

LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO DE EXTRADICION

Existen múltiples disposiciones relativas a la extradición y cada asunto debe ser


considerado como un caso distinto, de conformidad con las disposiciones
aplicables. No obstante, hay seis principios fundamentales que se encuentran en
la mayoría de los tratados de extradición.

La influencia de la nacionalidad sobre la extradición

En muchos países, el principio consiste en que un Estado puede negarse a la


extradición de sus nacionales, en cuyo caso, se comprometerá a juzgarlos de
conformidad con su propia legislación. Se trata de la aplicación del principio "aut
tradere, aut iudicare" (ya extraditar, ya juzgar).

La índole del delito que puede dar lugar a la extradición

Se admite en el derecho internacional sobre extradición que los delitos políticos


no pueden dar lugar a la extradición. Dado que ningún texto internacional aporta
una definición precisa del delito político, corresponde al Estado requerido el
decidir si se trata de un delito político o no.

En el caso de delitos complejos (delitos de derecho común por naturaleza, pero


con motivación política), la tendencia actual es restringir el alcance de la noción
de delito político con objeto de poder realizar la extradición (véase por ejemplo
el Convenio Europeo sobre represión del terrorismo, en el que se enumeran los
delitos que no se considerarán delitos políticos a efectos de la extradición).

Por otra parte, a diferencia de los tratados más antiguos, que contienen una lista
de los delitos que dan lugar a la extradición, los tratados más recientes definen
estos delitos en términos generales, en función de su gravedad y de la pena
aplicable (por ejemplo, la duración mínima de la pena de privación de libertad).
Principio de la doble incriminación

Según este principio, el delito que motiva la extradición debe ser punible en el
Estado requirente y debería ser punible en el Estado requerido si hubiera sido
cometido en este último. En virtud de este principio, la extradición puede ser
denegada si se hubiera producido la prescripción en el Estado requerido. Este
principio se debilita progresivamente.

FUENTES DEL DERECHO DE EXTRADICIÓN

Aparte de la cortesía internacional basada en la reciprocidad, las fuentes del


derecho de extradición son dos: el derecho internacional y la legislación nacional.

El contenido de las leyes relativas a la extradición es muy diverso. Estas pueden,


por ejemplo, tener por objeto el establecimiento de la normas de procedimiento
de extradición, definir las condiciones que figurarán en los tratados de extradición
que se concertarán en el futuro.

En cuanto a los textos del derecho internacional, pueden ser de diversos tipos:
Tratados bilaterales de extradición (cabe señalar que la ONU elaboró en 1990
un tratado modelo de extradición destinado a servir de estructura para ayudar a
los Estados que lo deseen a elaborar y firmar acuerdos bilaterales de
extradición), así como convenios multilaterales de extradición (por ejemplo el
Convenio Europeo de Extradición, el Convenio de Extradición de la Liga Arabe,
el Commonwealth Scheme for the Rendition of Fugitive Offenders, la Convención
Interamericana sobre Extradición y el Convenio de Extradición de la Comunidad
Económica de los Estados de África Occidental) o convenios internacionales,
que, sin ser convenios de extradición, comprenden disposiciones relacionadas
con el derecho de extradición.

PRINCIPIO "NON BIS IN IDEM"

De conformidad con este principio, no se concederá la extradición cuando la


persona reclamada ya ha sido juzgada por los mismos hechos que motivan la
solicitud de extradición.

No obstante, si la persona reclamada se ha beneficiado de un indulto, puede ser


juzgada de nuevo, de conformidad con algunos tratados de extradición recientes.
Principio de especialidad

Este principio significa que la persona para la que se solicita la extradición


solamente puede ser encausada, juzgada y encarcelada por los hechos que
motivaron la extradición o posteriores a la misma. Si la persona ha sido
extraditada en virtud de una condena, sólo podrá cumplir la pena impuesta en la
sentencia condenatoria por la que concedió la extradición.

El principio de especialidad exige que la persona entregada sea juzgada sólo por
los hechos que motivaron la solicitud de extradición y tal como fueron calificados.
Si el Estado requirente descubre posteriormente a la extradición unos hechos
anteriores a esta fecha que considera punibles, solicitará al Estado requerido el
consentimiento para juzgar a la persona entregada por estos nuevos hechos
(solicitud de ampliación de la extradición).

Denegación de la extradición en caso de pena capital

Si el Estado requerido no inflige la pena capital a sus propios reos, o si no ejecuta


dicha pena aunque se encuentre entre las penas aplicables, puede denegar la
extradición cuando la persona reclamada pueda ser objeto de esta pena en el
Estado requirente, salvo si éste da seguridades suficientes de que la pena capital
no será ejecutada.

PROCEDIMIENTO DE EXTRADICION

El procedimiento de extradición desde el punto de vista del Estado requerido


puede ser de tres tipos:

A) Procedimiento puramente administrativo.


B) Procedimiento puramente judicial.
C) Procedimiento mixto, judicial y administrativo, lo que es el caso más
frecuente.

Por regla general, la administración no puede intervenir si la autoridad judicial ha


denegado la extradición, pero si la autoridad judicial ha dado su conformidad, la
administración puede examinar, fuera de la simple cuestión de la legalidad, la
procedencia de la reciprocidad o de la extradición.
Las legislaciones sobre extradición prevén dos tipos de examen:

Un examen formal basado en los documentos remitidos junto con la solicitud de


extradición, a fin de comprobar si se reúnen todos los requisitos formales
(sistema de los países de derecho continental).

Un examen material de las cuestiones de fondo, que implica un control de las


pruebas para determinar si las sospechas están suficientemente fundadas. Es el
sistema de los países anglosajones ("commitment for trial").

El Proceso de Judialización de la Extradición en la República Dominicana

El proceso de extradición en torno a su Judialización se comenzó en la República


Dominicana mediante el tratado de extradición entre Rep. Dom., y Haití en 30 de
diciembre de 1874; con Cuba en 16 de febrero de 1906; y con Estados Unidos
en 21 de septiembre de 1990, así sucesivamente con otros más. Estos
determinaron conveniente, en vista de la mejor administración de justicia y de la
prevención de crímenes dentro de sus territorios y jurisdicciones, que las
personas convictas o acusadas de los crímenes, fugitivos de la justicia de dichos
respectivos países, sean bajo ciertas circunstancias recíprocamente entregadas,
resolvieron celebrar una convención o varias con ese objeto, la cual citamos.

En la legislación pasada Código de Procedimiento Criminal se hacía alusión a la


extradición en su artículo V, modificado por la ley No. 5005 del 28 de junio del
1911, pero es a partir del 22 de octubre de 1969, cuando la República
Dominicana cuenta con una ley propiamente sobre extradición.

Esta demanda era tramitada por la vía diplomática y por medio del agente
diplomático acreditado ante el poder ejecutivo, y este según el procedimiento lo
remitía al procurador general de la República quien examinaba el fondo de la
demanda; apoderado del expediente, el Procurador General de la República
comprobaba ciertos requisitos.

Esta la cual fue por muchos, objeto de críticas en base a su violación a la


soberanía del estado y al debido proceso, por el fin primordial de la creación del
estado, que es la protección de sus Nacionales como muchos estiman
erróneamente el concepto de Ciudadanos.
Pero esas críticas venían a ser por el hecho de las violaciones al debido proceso
de ley, en cuanto al procedimiento que se utilizaba para la extradición, y la
competencia que se le atribuía al Procurador General de la República.

Crítica al Procedimiento de Extradición: A la Soberanía del Estado y, al


Debido Proceso de Ley

Resulta que en el proceso de mundialización de la Extradición se violentaba la


soberanía nacional toda vez que el artículo 8 de la pasada constitución
expresaba "se reconoce como finalidad principal del Estado la protección
efectiva de la persona" y por ende el estado representa la colectividad de todos
los ciudadanos del mismo en todas sus facetas, es a partir de esto que entregar
un ciudadano o Nacional que goza de los mismos derechos que los primeros
violentaba dicha soberanía nacional, así como el principio internacional público
de que todo ciudadano debe ser juzgado en su país de origen, así como los
principios constitucionales sobre las garantías individuales de los individuos que
componen el estado de por sí.

Adecuación al Código Procesal Penal

En cuanto al Código Procesal Penal entiendo dicha ley consigue un repunte de


apoyo, toda vez que el mismo en su artículo 56 extiende la jurisdicción penal
acogiendo excepciones en cuanto a los tratados o convenciones internacionales
que se adopten en nuestra legislación. Además, los artículos 155 a 165 dan un
carácter de legalidad ya acogida por el derecho común dominicano se puede
expresar.

Pero no obstante a esto, permite que se maniobre con el procedimiento en


relación al acogencia definitiva de dicho procedimiento, y es en esa misma
tesitura que soy de la misma opinión que Pastor Vázquez (publicación de al
momento.net), cuando dice, (copio textualmente): "En caso de que la Suprema
Corte dictamine "Ha Lugar" en contra del solicitado, el expediente regresa a
manos del Presidente de la República y de conformidad a los artículos 25.c (su
dictamen motivado, puede ser acogido o estimado por el poder ejecutivo) y 26
(Una vez devuelto el expediente por el Procurador General de la República, el
Secretario de Estado de Relaciones Exteriores lo referirá al Embajador
Encargado de la División de Asuntos Jurídicos para que compruebe si se han
cumplido con todas las tramitaciones legales y si la demanda se ajusta a los
tratados, principios de reciprocidad o práctica del Derecho entre los Estados y
retorne a dicho Secretario de Estado el Expediente, con su opinión.

El Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, a su vez, lo enviará al Poder


Ejecutivo, con sus recomendaciones, para decisión de final. El Poder Ejecutivo
hará conocer su decisión a la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores
para que ésta lo comunique en la forma de estilo al Estado requeriente.) Emite
"decisión final".

En caso de que la Suprema Corte dictamine "No Ha Lugar" el caso como quiera
regresa a manos del Presidente para su "decisión final", semejante cuando el
proceso estaba en manos del Procurador General al momento de "dictaminar"
su improcedencia."

Procedimiento que se complementa con el Art. 6 de la Ley No. 489 de


Extradición, que establece que debe ser solicitada por intermedio de la
Secretaría de Relaciones Exteriores al Poder Ejecutivo, a quien los artículos 1,
3, 4 faculta para “conceder extradición” en virtud de que su titular, el Presidente
de la República, es al mismo tiempo el “Jefe de Estado” en ejercicio “de un acto
de soberanía” que le corresponde ejercerla... Recordemos que el Presidente de
la República como “Jefe del Servicio Exterior” es el superior inmediato del
Ministerio de Relaciones Exteriores, cuyos titulares se encuentran
SUBORDINADOS al mismo.

¿Cuál fue el cambio implementado por Código Procesal Penal a este


proceso?

Anterior y posteriormente, con la autorización correspondiente, el expediente de


solicitud se tramitaba al Procurador General de la República (autoridad
designada y subordinada al Jefe de Estado, en su condición de “Jefe del
Ministerio Público) para que lo sustentara, de conformidad al Art. 16 y siguientes
de la Ley 489.
Simultáneamente, esta autoridad judicial actuaba como “juez y parte”, pues no
conforme con sustentar, preparar e instrumentar el expediente… Al mismo
tiempo “citaba por Acto de Alguacil” (?) a la parte afectada, quien podía hacerse
acompañar de su abogado (y hasta designarle gratuitamente) y hacer valer
“todos su medios de defensa” de conformidad a los artículos 18 y siguientes del
indicado texto legal.

Con la barbaridad adicional de que el abogado del solicitado “no podía formular
preguntas” porque supuestamente el proceso era “informativo de oficio, no
contradictorio” lo que obviamente era violatorio al debido proceso, consagrado
por la Constitución Dominicana y diversos Pactos Internacionales de Derechos
Humanos.

Finalizando ese extraño “proceso judicial” con “dictamen” el cual era remitido al
Poder Ejecutivo, quien teniendo “la palabra final” mediante “decreto” procedía a
la extradición, no importando el resultado del dictamen de conformidad al Art.
25.c.

Como si todo fuera poco, hasta se le otorgaba al Procurador General la potestad


de conceder “liberación provisional bajo fianza” al procesado si así lo solicitare,
mientras se mantuviera el inapropiado “proceso informativo”.

Ante esta “salvajada legal” violatoria del “derecho de defensa”, el legislador


modifica el articulado legal que la consagra (18-25 ibi dem) mediante los artículos
155 - 165 del Código Procesal Penal, los cuales dividen el proceso
CALIFICATIVO de extradición.

Al Procurador General de la República se le despoja de facultad de liberatoria y


CALIFICATORIA, manteniendo la instrumentación del expediente y otorgándole
el APODERAMIENTO del mismo ante la Suprema Corte, con derecho a
sustentarla ante el plenario en calidad de “parte del proceso”

La Suprema Corte de Justicia, se le otorga la potestad de CALIFICAR el


expediente, dictaminando si “Ha Lugar” o “No Ha Lugar” a la petición.
Igualmente, conocer sobre cualquier solicitud del procesado en cuanto a libertad
provisional bajo fianza o “cualquier otra medida de coerción.

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