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Universidad Nacional del Este.

Facultad Politécnica.
Trabajo de Investigación.
Carrera: Ingeniería Eléctrica.
Cátedra: Seminarios para Ingeniería Eléctrica.

Privatización de la distribución de Energía Eléctrica


en el Paraguay.
Por: Guido Nicolás Bazán Méndez.

Profesor de la Cátedra: Ing. Carlos Vergara.

Ciudad del Este, Alto Paraná. Paraguay.


21 de junio de 2016

1
CONTENIDO

I. Introducción......................................................................................................................... 3
II. Justificación ......................................................................................................................... 4
III. Objetivos .......................................................................................................................... 4
IV. Hipótesis ........................................................................................................................... 4
V. Marco Teórico ..................................................................................................................... 4
1. Privatización .................................................................................................................... 4
2. Condiciones que propician la privatización .................................................................. 5
3. Sector eléctrico: ............................................................................................................... 5
4. Generación: ...................................................................................................................... 5
a. Transmisión ................................................................................................................. 6
5. Distribución: .................................................................................................................... 6
6. Comercialización: ............................................................................................................ 6
7. Consideración de las actividades del sector eléctrico:.................................................. 7
8. Entidad Reguladora: ....................................................................................................... 8
9. Modelos de Sector Eléctrico ........................................................................................... 8
a. Monopolio verticalmente integrado .............................................................................. 8
b. Comprador único con generación competitiva .............................................................. 8
c. Competencia mayorista/industrial ................................................................................. 9
d. Competencia minorista completo .................................................................................. 9
VI. Metodología ..................................................................................................................... 9
VII. Análisis de datos: ............................................................................................................ 10
VIII. Resultados ...................................................................................................................... 13
IX. Conclusión ...................................................................................................................... 13
X. Recomendaciones .............................................................................................................. 13
XI. Anexos ............................................................................................................................ 14
1. Experiencias de países donde hubo privatización de la distribución de EE ............ 17
a. Argentina: .................................................................................................................. 17
b. Chile............................................................................................................................ 19
2. Experiencias de países donde no se privatizó la distribución de EE: ....................... 22
a. Uruguay: .................................................................................................................... 22
b. Costa Rica: ................................................................................................................. 25
3. Situación en Paraguay: ................................................................................................. 26
XII. Bibliografía .................................................................................................................... 27

2
I. Introducción

La privatización es un proceso en la cual se traspasa una empresa propiedad del estado a personas

o empresas privadas para la explotación del servicio que ofrece, hacia los años 1920 a 1960, la

mayoría de los países latinoamericanos fueron creando o adquiriendo empresas para ofrecer

servicios que eran considerados públicos, el agua, la electricidad y las telecomunicaciones

principalmente, Paraguay no estuvo ausente en esa corriente y adquirió ese tipo de empresas que

pertenecían principalmente a extranjeros, creando una especie de monopolio en los servicios de

electricidad y telecomunicaciones, esta época fue considerada como “la edad de oro de las

empresas públicas”. En 1970 la mayoría de los países de Latinoamérica sufrieron graves crisis

presupuestarias por lo que vieron como buena opción privatizar los servicios públicos, ya sea para

liberar su presupuesto, fomentar la inversión a gran escala en el sector o fomentar el libre mercado

de los servicios considerados públicos, corriente de la cual Paraguay sí estuvo ausente en gran

medida.

En la actualidad en el Paraguay existe un gran debate de carácter político y técnico acerca de los

beneficios y contras de privatizar el servicio de energía eléctrica en el país, y el presente trabajo

de investigación pretende dar una orientación histórica, lógica y descriptiva acerca de la

factibilidad para realizarlo en criterios políticos, sociales y económicos.

3
II. Justificación

Actualmente en el Paraguay existe una crisis energética, producido por cortes en el suministro

eléctrico debido a la falta de renovación y readecuación de los equipos eléctricos para su

distribución. Es importante encontrar una solución para esta problemática no sólo en el aspecto

técnico, sino debe existir una verdadera política energética enfocada a mantener en buenas

condiciones el suministro eléctrico y la voluntad política para llevar a cabo las reformas que sean

necesarias en el sector.

III. Objetivos

1. Objetivo general:

- Determinar la factibilidad de privatizar la distribución de EE en Paraguay.

2. Objetivos Específicos:

- Destacar las implicancias de la privatización en el aspecto social y económico.

- Buscar experiencias en países de la región por parte de las empresas de

distribución de EE.

Pregunta de investigación: ¿Es factible privatizar la distribución de EE en Paraguay?

IV. Hipótesis

No es factible privatizar la distribución de EE debido a que no ayudará a mejorar el

servicio eléctrico.

V. Marco Teórico

1. Privatización

La privatización es un proceso jurídico-económico mediante el cual las actividades empresariales

son transferidas del sector público al sector privado, es decir, traspasadas o tomadas ya sea desde

el Estado o la comunidad hacia agentes económicos privados.

Con frecuencia, la privatización de monopolios estatales ha sido una medida típicamente adoptada

por gobiernos de la derecha política con el objetivo de favorecer la competencia. La privatización

de un sector que era competencia exclusiva del Estado permite a otros actores no-gubernamentales

4
intervenir en la financiación y producción de bienes prestación de servicios. La privatización

supone disminuir el grado de influencia del Estado.

2. Condiciones que propician la privatización

 Condiciones impuestas por las instituciones financieras internacionales (Banco Mundial,

FMI, BID, etc.), que hacen de la privatización la condición de ciertos préstamos a los

gobiernos.

 La presión sobre las finanzas públicas es un motivo patente para privatizar.

 Falta de estrategia de desarrollo o la deficiencia de ésta.

 Ausencia y carencia de reformas estructurales, de construcción de instituciones y

capacidades, de planificación, de enfoque sistémico, de liderazgos y dirigencias, de recursos

humanos.

 La interferencia de la política para controlar los precios que produce la no rentabilidad por

prestación del servicio dado.

3. Sector eléctrico:

Conjunto de actividades que hacen posible la utilización de la EE en los centros de consumo,

generalmente son organizadas bajo condiciones político-geográficas, es decir, en países y

regiones.

Las cuatro actividades del sector eléctrico son:

4. Generación:

Consiste en la transformación de energía o recursos energéticos para la producir energía eléctrica.

El almacenamiento del bien producido (energía eléctrica) es prácticamente imposible. Esta

circunstancia es la causa de que en todo momento la producción deba ser ajustada a la demanda,

que fluctúa constantemente siguiendo unas pautas diarias, semanales, mensuales y anuales;

aunque también experimenta movimientos aleatorios e imprevisibles. Por tanto, las empresas

generadoras deberán mantener un exceso de capacidad que les permita asegurar permanentemente

el suministro.

5
a. Transmisión

Es el servicio que consiste en el transporte de grandes bloques de energía, a larga distancia, desde

el lugar de producción a los centros de consumo (subestación), mediante líneas eléctricas de alta

tensión. La coordinación entre generación y transmisión es vital para asegurar el suministro de

electricidad a los consumidores finales. Como el equilibrio entre oferta y demanda debe

mantenerse continuamente en cada nodo de la red, y las necesidades pueden cambiar rápidamente

en poco tiempo, se requiere un control centralizado de ambas actividades. De entre todas las

actividades que hacen posible el suministro de energía eléctrica a los consumidores, ésta es,

probablemente, la única en la que se puede hablar de monopolio natural a nivel nacional.

5. Distribución:

Consiste en el transporte de la energía desde la subestación hasta el punto de consumo o domicilio

del consumidor final. Esta operación requiere la utilización de un transformador que reduzca el

voltaje, colocándolo a los niveles requeridos por el usuario (normalmente, 220 voltios). Además,

en la distribución se reproducen condiciones similares a las que nos permiten considerar la

transmisión como un monopolio natural. Sin embargo, las compañías distribuidoras ejercen su

poder de mercado sobre un ámbito territorial más reducido. De ahí que a nivel nacional sea

factible la existencia de varias empresas, que actúan como monopolistas en el área geográfica que

tienen asignada.

6. Comercialización:

El suministro engloba todas las actividades relacionadas con la venta de electricidad a los usuarios

finales (adquisición al por mayor, contratación, lectura, asesoramiento al cliente, facturación y

cobro). Tradicionalmente, las compañías distribuidoras se han encargado de suministrar la

electricidad a los consumidores. Sin embargo, no existe ninguna razón económica que avale la

idea de que sólo ellas deben encargarse de esta actividad.

En definitiva, el suministro consiste en la prestación de un servicio al por menor a partir de un

producto elaborado por otros y mediante una infraestructura ajena. Por consiguiente, el valor

6
añadido por las empresas comercializadoras es relativamente pequeño, y sus diferentes costes

(generación, transmisión y distribución) tienen una enorme influencia en el precio de venta.

7. Consideración de las actividades del sector eléctrico:

Existen ciertas actividades o segmentos del negocio eléctrico que por sus características son

monopolios naturales. Dos de las más importantes son la transmisión y la distribución. Cuando

estas funciones las realiza el gobierno, se suele

considerar, desde un enfoque normativo, que su objetivo es el interés público.

Sin embargo, cuando las realizan empresas privadas se requiere de un sistema

de regulación de precios, y asociado con este, en muchos casos de un sistema de

regulación de la calidad del servicio.

En otras actividades, tales como la generación y la comercialización, se pueden

implementar mecanismos de competencia en vez de regulación directa de precios.

Estos mecanismos buscan lograr mayor eficiencia no solo en el corto plazo sino

también en el largo plazo a través del cambio tecnológico. Bajo los esquemas de

competencia, las empresas con nueva tecnología tienden a brindar mejores servicios a menores

costos y, gracias a la competencia, también a menores precios.

7
8. Entidad Reguladora:

Es un organismo técnico encargado de regular el sector eléctrico analizando precios, tarifas y

normas técnicas a las que deben ceñirse las empresas de producción, generación, transporte y

distribución de energía.

Sus funciones son:

 Analizar técnicamente la estructura y nivel de los precios y tarifas de bienes y servicios

energéticos, en los casos y forma que establece la ley.

 Fijar las normas técnicas y de calidad indispensables para el funcionamiento y la operación

de las instalaciones energéticas, en los casos que señala la ley.

 Monitorear y proyectar el funcionamiento actual y esperado del sector energético, y proponer

al Ministerio de Energía las normas legales y reglamentarias que se requieran, en las materias

de su competencia.

 Asesorar al Gobierno en todas aquellas materias vinculadas al sector energético.

9. Modelos de Sector Eléctrico

a. Monopolio verticalmente integrado

Este es un monopolio en el cual todas las actividades las realiza una sola empresa (pública o

privada).

b. Comprador único con generación competitiva

En este modelo existe una entidad o comprador único que actúa como intermediario en la compra

y venta centralizada de energía a nivel mayorista, posibilitándose la participación de productores

independientes (generadores). Este comprador único puede ser una distribuidora regional o un

comprador que luego entrega electricidad a varias distribuidoras dentro de la región a un precio

común.

8
c. Competencia mayorista/industrial

En este modelo no hay un tratamiento privilegiado para los generadores que forman parte del

monopolio verticalmente integrado, sino que todos los generadores compiten en condiciones

similares, promoviéndose de esa forma la desintegración vertical.

En este caso, los generadores compiten por vender energía a las empresas distribuidoras y a los

grandes consumidores en el mercado mayorista, donde el intermediario debe pagar una tarifa a la

empresa propietaria de la transmisión.

d. Competencia minorista completo

Este sistema es similar al anterior, solo que además todos los consumidores pueden

escoger a sus abastecedores. En este caso, los consumidores adquieren la electricidad de empresas

comercializadoras minoristas, escogiéndolas de acuerdo con su conveniencia: menú de precios,

calidad, otros servicios; en algunos casos

pueden participar las distribuidoras, mientras que en otros, estas están limitadas a sus

funciones en la operación de las redes. Los comercializadores pueden brindar servicios más

específicos a los clientes, tales como:

 Diferentes sistemas de medición

 Precios en tiempo real

 Diferentes esquemas de precios (precios estacionales, contratos interrumpibles, otros

sistemas de facturación).

VI. Metodología

El trabajo de investigación es del tipo básico, tiene un enfoque mixto, pero principalmente

cuantitativa de diseño longitudinal.

Se realizó un análisis del tipo histórico, descriptivo y lógico, mediante la comparación por tablas

de dos países que adoptaron la privatización y dos países que no la adoptaron con la situación de

Paraguay.

9
Los principales indicadores considerados en los países para su comparación son:

 Precio de tarifa (residencial).

 Inversión.

 Pérdidas.

 Competencia de mercado (sólo para los que adoptaron la privatización).

 Corrupción.

 Cuestiones laborales.

 Cobertura.

Estos datos fueron obtenidos de diversas bibliografías referentes al tema, siendo éstas analizadas

de forma cualitativa y cuantitativa, dependiendo del caso que se requiera.

Los valores mostrados son del período 1996 al 2011, para observar el comportamiento a largo

plazo los procesos de privatización de las empresas de distribución de Argentina y Chile, y la

situación de Uruguay, Costa Rica y Paraguay.

VII. Análisis de datos:

Argentina
Efectos Positivos Negativos
Precio de tarifa Significante reducción de la tarifa Baja reducción de la tarifa a usuarios de bajos
residencial a zonas densamente pobladas. ingresos. (0,29%)
(28%)
Inversión Altos flujos de inversión privada Enfoque de inversiones en la distribución de
zonas densamente pobladas
Recursos 5000 empleos menos, algunos recontratados
Humanos pero con menos beneficios laborales
Pérdidas Baja reducción de las pérdidas (18% al 15%)
Niveles de Las tres principales empresas de distribución
competencia eléctrica controlan el 75% del mercado
Corrupción
Impacto Reducción de la inversión Sistema de subsidios por parte del Estado
presupuestario requerida para la infraestructura
del sector por parte del estado
Cobertura La dificultad de expandir y mantener el acceso a
la electricidad a las poblaciones rurales aisladas,
poco atractiva para inversiones privadas.

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Uruguay
Efectos Positivos Negativos
Precio de tarifa El precio de la electricidad en el
residencial sector domiciliario continúa siendo
elevado.
Inversión Alto nivel de inversiones

Recursos Humanos 400 empleos menos

Pérdidas Relativamente bajas pérdidas (14%


al 12%)
Niveles de competencia

Corrupción Alto contenido de clientelismo


político
Impacto presupuestario Reducción significativa de su deuda,
así transfiere sus dividendos al
estado.
Cobertura La extensión de la electrificación
rural como política social. Políticas
de subsidios que permiten el acceso
al servicio eléctrico

Chile
Efectos Positivos Negativos
Precio de tarifa Distribución eléctrica relativamente
residencial cara para el sector residencial.
Inversión Aumentó significativamente la
inversión privada en el mercado
eléctrico
Recursos Humanos Aumentó la productividad 1000 empleos menos
laboral
Pérdidas Bajas pérdidas (11% al 7%)
Niveles de competencia Concentración de las empresas de
distribución (mismo dueño, diferente
empresa)
Corrupción Presiones políticas sobre entes
reguladores, una gran rentabilidad en
servicios externos por parte de las
empresas de distribución no reflejaba
en reducción de tarifas.
Impacto presupuestario Falta de recursos de los entes
reguladores
Cobertura Las empresas de distribución
expandieron la cobertura en
armonía a la demanda de zonas
con mucha densidad.
Competencia para la adquisición
de subsidios para extensiones de
distribución a zonas rurales.

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Costa Rica
Efectos Positivos Negativos
Precio de tarifa El 7% del salario básico de los
residencial costarriquences costea 250Kwh,
que sobrepasa con creces el
consumo medio de las familias
costarriquences
Inversión Alto nivel de inversión

Recursos Humanos 890 empleos menos

Pérdidas 9,5% al 6,8%


Niveles de competencia Posee convenios con empresas
municipales de distribución y
cooperativas.
Corrupción Expuesto a influencias políticas.
Impacto presupuestario Tendencia a la reducción del
presupuesto al culminar
importantes infraestructuras
Cobertura Alta cobertura en el país, la más
alta cobertura rural de
Latinoamérica.

Paraguay
Efectos Positivos Negativos
Precio de tarifa Bajo costo de la energía
residencial eléctrica.
Inversión Requiere de una gran inversión que no
puede satisfacer de manera autónoma
Recursos Humanos 1019 empleos nuevos

Pérdidas Pérdida significativa 16,7% al 25,3%


Niveles de competencia

Corrupción Expuesto a influencias políticas.

Impacto presupuestario Un importante monto de las


utilidades va a parar a las
arcas públicas. Los subsidios
otorgados son de fondos
propios.
Cobertura Alta cobertura urbana y rural.

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VIII. Resultados

En base a los datos analizados, la tarifa eléctrica domiciliaria no es un factor para privatizar la

distribución, debido a que en Paraguay la tarifa es bastante baja. Los requerimientos de inversión

en el sector es enorme comparado con las ganancias que genera la ANDE, por lo cual es un factor

para privatizar la distribución, y así fomentar la inversión privada o por otra parte crear convenios

con financiadores supranacionales. En cuanto a RRHH, se han desvinculado buena cantidad de

personal calificado, y en algunos casos recontratándolos pero con menores beneficios. Las

pérdidas en Paraguay es mayor que los países comparados, pero hubo poca mejora privatizando

el servicio de distribución eléctrica, por lo que no es un buen factor para su privatización. La

corrupción arraigada en las empresas públicas de Paraguay, Uruguay y Costa Rica son un factor

común, pero privatizar el servicio no garantiza la transparencia en la gestión del servicio para los

consumidores, por lo que no es un buen factor para privatizar el servicio. El país ya posee una

amplia cobertura del servicio, por lo que no es un factor para privatizar la distribución.

IX. Conclusión

En lo que al sector público se refiere, Argentina y Chile en contraposición Uruguay, Costa Rica

y Paraguay representan dos extremos de la estructura de Sector Eléctrico adoptado. Con los

resultados obtenidos no es factible privatizar la distribución de energía eléctrica en el Paraguay,

porque no existe suficiente

X. Recomendaciones

Desde el punto de vista del autor se puede destacar los siguientes puntos para concluir el presente

trabajo:

 Privatizar para mejorar el servicio no es muy efectivo, debido a que no hay una gran

disminución de las pérdidas.

 Privatizar para recibir inversiones sí sería factible, pero debe existir primero un marco

regulador para que emita las especificaciones que fueren necesarias, y se debe hacer un

estricto control para que no pase a ser de monopolio estatal a monopolio privado.

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 No es necesario privatizar para ampliar las zonas de cobertura eléctrica, ya que es muy

alta y está por encima de la media latinoamericana.

 En caso de que haya privatizaciones, exigir transparencia de modo a que las concesiones

se hagan con tratos justos.

XI. Anexos

Precios medios de la energía en el sector residencial


cUSD/kWh (datos 2010)
30
30

25 22.59
21.29
20.1
20
16.59 17.6
14.94
15 13.61
11.34 11.93
8.99
10 7 7.65 7.89
4.4 4.5
5 2.92

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Porcentaje de electrificación por país en América Latina
(año 2010)
99.75 99.14 99.11 98.97 98.73 98.42 98 97.78
100 96 95.41 93.35
92.78
90 81.82 81.27 79.31
77.1
80
70
60
50
40
27.78
30
20
10
0

Datos de la ANDE 1994-2014

En el periodo de 11 años (2003 - 2014) hubo superávits en el orden de cientos de miles de millones

de Gs, con una caída significativa en los últimos años. Convirtiendo las ganancias del último año

a dólares a razón 5500 Gs/$ resulta en aproximadamente $ 72 millones, sólo representa el 3.15%

de la inversión para distribución necesaria en corto y mediano plazo, teniendo en cuenta que es

de $ 2040 millones según la propia ANDE.

15
En comparación al resto de América Latina (promedio 17%,2011), Paraguay está entre los que

más tienen perdidas de energía eléctrica, aunque en los últimos 2 años se ha reducido

considerablemente.

Paraguay tiene una tarifa media residencial bastante baja en comparación al resto de América

Latina, el caso excepcional es Argentina, debido a que posee fuertes subsidios de parte del estado.

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Esta gráfica demuestra que la actividad de distribución (en conjunto con la comercialización)

posee la mayor cantidad de funcionarios en la ANDE. Esto debido a la gran extensión que estos

deben cubrir para el mantenimiento.

En los últimos 20 años ha aumentado el número de clientes por funcionario, es decir que se
adquieren más clientes en razón a los funcionarios, a grandes rasgos esto significa que se
mantiene la calidad del servicio pero aumentan los ingresos para la ANDE.
1. Experiencias de países donde hubo privatización de la distribución de EE

a. Argentina:

Argentina es un país con alta tasa de electrificación. Con 41,45 millones de habitantes, el 96%

del país posee cobertura eléctrica. Las líneas atraviesan la mayor parte del espacio nacional y

grandes obras de conexión están ejecutándose.

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Fuentes térmicas proveen la mayor parte de la electricidad al sistema interconectado; la

hidroelectricidad tiene un lugar importante y también es considerable el papel de la energía

nuclear. En zonas aisladas, el Estado instala sistemas independientes explotando fuentes locales.

La administración de las represas -como las centrales nucleares- perduró en manos de grandes

organismos del Estado mientras éste privatizaba o concesionaba el resto de las redes energéticas.

El desempeño económico y financiero de las empresas eléctricas nacionales más importantes se

había deteriorado sensiblemente durante la década de los 80, debido al incremento de costos no

compensado por aumentos tarifarios. A fines de los 80, el abastecimiento de electricidad sufrió

numerosos cortes, niveles de tensión fluctuantes y limitación en el acceso. Las empresas públicas

representaron una importante fuga en el presupuesto nacional como consecuencia de que sus

costos operativos y deudas excedían en gran medida los ingresos que generaban, debido al

congelamiento de sus tarifas frente a una situación hiperinflacionaria, en ese entonces ya había

una amplia cobertura eléctrica exceptuando las zonas rurales aisladas.

Argentina es uno de los pocos países de América latina en el que funciona un mercado mayorista

de electricidad, hubo una relativa oposición de los principales sindicatos, pero no fueron

suficientes para oponerse a dicho modelo del sector.

La legislación argentina garantiza el acceso a la red para crear un medio competitivo y permitir a

los productores atender a los clientes de todas las regiones del país. Empresas privadas y del

estado intervienen en la producción de electricidad sobre un mercado ampliamente liberalizado.

Aproximadamente, 70 % de la producción, la totalidad del transporte y 60 % de la distribución

eléctrica está en manos de actores privados. La compra y venta de electricidad se hacen de forma

independiente entre los productores, distribuidores y grandes consumidores.

Las dos grandes compañías del Estado encargadas del sector, Agua y Energía Eléctrica SE e

Hidronor SA, no sobreviven y son fragmentadas y concesionadas en “partes” a empresas privadas.

La reestructuración del sector eléctrico –siguiendo recomendaciones del Banco Mundial- procuró

instaurar un mercado competitivo. En 1992, la ley 24.065 fija un nuevo marco regulatorio para el

sector, buscando promover la inversión privada y el acceso libre a los servicios. Las actividades

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de generación, transmisión, distribución y comercialización que anteriormente estaban

centralizadas en empresas integradas verticalmente pasaron a estar en manos de actores que las

operan separadamente. Además se segmentaron cada una de esas actividades en varias unidades,

según mercados, geografía o intereses comunitarios.

La generación de energía pasa a ser entendida como un negocio competitivo en el que la

instalación de centrales térmicas no requiere otra autorización que la de cumplir con las normas

seguridad y medio ambiente. En cambio, los servicios de transporte y distribución se consideran

un monopolio natural que se obtiene a partir de una concesión y reciben una regulación más

precisa. El proceso de reestructuración desatado transformó radicalmente el sector eléctrico

argentino.

A través de la Secretaría de Energía, el estado fija las normas que regulan la actividad y las

políticas del sector. Para asegurar la competencia se prohíbe que generadores, distribuidoras y

grandes consumidores participen de la transmisión. Los productores de energía venden su

electricidad en el mercado mayorista mientras que las empresas de transmisión no tienen

permitido comercializar electricidad. Distribuidores y grandes usuarios pueden contratar la

provisión con productores y/o comercializadores a los precios fijados libremente en los

respectivos contratos.

Parecería que aquellas afirmaciones en cuanto a que las mejoras de eficiencia que generarían las

fuerzas del mercado se transferirían a los consumidores en forma de precios bajos,

particularmente para los pobres (Banco Mundial, 1993), y provocarían derrames positivos como

resultado del proceso de reforma, no se han cumplido. Irónicamente, al final de los 90, el Banco

Mundial se mostraba favorable a reimplantar tarifas sociales y acciones para corregir la

incapacidad del mercado para abastecer a los sectores de menor nivel de ingreso.

b. Chile

A fines de 1970, el sector eléctrico estaba constituido, casi exclusivamente, por dos empresas

públicas, Endesa y Chilectra, las que en conjunto eran responsables de aproximadamente el 90%

19
de la generación, el 100% de la transmisión de más de 500 Kva, y el 80% de la distribución en el

país. Las únicas empresas privadas de servicio público de relativa importancia eran las

distribuidoras CGE y Conafe.

El sector se regía por la ley eléctrica del año 1931, y la forma de determinar la tarifa había sido

precisada en 1959. La tarifa debía asegurar una rentabilidad de 10% sobre capital. Existían reglas

de reajuste automático para reflejar los aumentos de costos. El cálculo de las tarifas eléctricas

estaba radicado en la Comisión de Tarifas, organismo que contaba con representantes del

Presidente de la República, de las empresas de sector y de los consumidores.

En 1966 un cambio legal dispuso que las alzas de tarifas quedaran sujetas a la aprobación del

Ministro de Economía lo que abrió la posibilidad de una fijación política de las tarifas. De hecho,

a comienzos de los 70 por razones políticas se fijaron tarifas muy inferiores a los costos, lo que

se tradujo en fuertes pérdidas para las empresas. Asimismo, con el fin de crear empleo, las

empresas públicas aumentaron significativamente el número de sus trabajadores. Las autoridades

de la época consideraban que los servicios públicos debían ser entregados directamente por el

Estado sin considerar criterios empresariales.

La existencia de actividades que son monopolios naturales en el sector obligó a establecer un

marco regulador con antelación a la privatización de las empresas. Las leyes que regulan los

servicios públicos, promulgadas en 1982 para los sectores eléctricos y de telecomunicaciones,

tienen como propósito crear las condiciones para que las ganancias de eficiencia que se esperaban

de la privatización beneficiasen a los consumidores.

La ley sectorial de 1982 distingue tres actividades: generación, transmisión y distribución, pero

no prohíbe la integración vertical de éstas. La normativa requiere que las empresas de generación

y de transmisión ubicadas en una misma zona se interconecten y coordinen a través de un Centro

de Despacho Económico de Cargas (CDEC). La legislación también establece el libre acceso al

sistema de transmisión, pero la tarifa queda librada a la negociación entre las partes, existiendo

un proceso obligatorio de arbitraje en caso de desacuerdo. Los distribuidores están obligados a

20
tener contratos de suministro de energía y a dar servicio al interior del área de concesión en plazos

definidos.

La distribución eléctrica es un monopolio natural, razón por la que está regulada. Sin embargo, la

existencia de varios monopolios locales permite algún grado de competencia por comparación,

limitada por el hecho que las distintas concesiones difieren en sus características, y de

competencia directa en aquellas zonas limítrofes de las concesiones.

En el sector residencial, el precio de la electricidad está entre los más altos de América Latina, lo

que refleja que la distribución eléctrica es relativamente cara en Chile. Ello se explica porque en

la provisión de grandes clientes existe competencia, mientras que los clientes pequeños son

servidos por empresas monopólicas.

El proceso de concentración que ha experimentado la industria de distribución eléctrica aún no es

preocupante. Desgraciadamente, los dueños de empresas de distribución que han adquirido

nuevas distribuidoras las han mantenido como entidades legales separadas, por lo que los procesos

tarifarios se aplican –artificialmente- a las empresas originales y no a los conglomerados a que

han dado lugar.

Las empresas de distribución han tenido altas rentabilidades desde su privatización. Estas

rentabilidades son superiores a las obtenidas por las empresas generadoras, las que están

sometidas a un mayor grado de incertidumbre tanto, porque no tienen un mercado seguro como,

porque se pueden ver enfrentadas a períodos de sequías o cambio tecnológico.

Hasta ahora, la tarificación no ha considerado el ingreso que reciben las empresas por el uso de

la infraestructura regulada con otros fines, por ejemplo la renta por el arriendo de apoyos en los

postes a las empresas de comunicaciones.

Las empresas de distribución también se han beneficiado con los cargos de servicios conexos a

los de distribución eléctrica. En 1998 algunas empresas distribuidoras obtenían una rentabilidad

anual de 50% en el arriendo de medidores (los que a veces eran propiedad de los usuarios). Entre

21
los cuales se incluyó el arriendo de empalmes y corte, reposición y arriendo de medidores, lo que

aún se encuentra en etapa de estudio.

2. Experiencias de países donde no se privatizó la distribución de EE:

a. Uruguay:

Este país experimentó un temprano proceso de participación del Estado en áreas y actividades

consideradas de vital importancia para el desarrollo de la sociedad. En consecuencia, la creación

de las empresas públicas responde sobre el papel que desempeñó el estado en la orientación y

puesta en funcionamiento de la actividad económica. La empresa eléctrica estatal (UTE) fue

creada en 1912, con el cometido de proveer a terceros de EE para el alumbrado, fuerza motriz y

demás aplicaciones en todo el territorio de la república en carácter de monopolio. Es el actor

protagónico del sistema eléctrico uruguayo.

El carácter institucional que se le confirió es el de Ente Autónomo del Estado, de forma a dotarla

de una autonomía que le permitiese independizarse de los gobiernos de turno, facultando al

gobierno actuar únicamente de contralor.

En 1967 con la entrada en vigencia de una nueva constitución, la autonomía de las empresas

públicas se vio limitada y se acentuó el rol de contralor del poder ejecutivo. En 1974, con la

creación del Ministerio de Industra, Mineria y Energia, el poder ejecutivo da comienzo

formalmente a su participación directa en las actividades del sector energético, fijando políticas

nacionales en materia energética.

A partir de 1979 se incorpora al sistema eléctrico uruguayo una central hidroeléctrica de gran

porte, estatal, pero bajo la forma jurídica de Ente Binacional Uruguay-Argentina (Comisión

Técnico Mixta de Salto Grande).

Durante la década de los 80 se percibe un deterioro creciente en la calidad del servicio

(interrupciones de suministro y la degradación de la atención al cliente), debido al bajo nivel de

22
inversiones en ese lapso. Esto se explica en parte por la pesada deuda de parte de la empresa en

la construcción de la central hidroeléctrica de Palmar. Debido a una grande caída del peso se

acentuó este fenómeno, porque las deudas estaban pactadas en dólares y los ingresos de la

empresa se mantuvieron en pesos, esta crisis se agravó debido a una intensa sequía en el año 1989,

que conmovió fuertemente a un sistema basado en la generación de hidroelectricidad.

En la segunda mitad de la década de los 80, se comenzó un ambicioso plan de transformación de

la UTE, de modo a revertir la tendencia al deterioro y dotarla de una orientación más comercial.

Tres aspectos tuvieron importancia decisiva en la concreción de esta transformación.

Por un lado, la consolidación de un núcleo gerencial fuertemente consustanciado con nueva visión

empresarial, que proporciono a la empresa directrices estratégicas claras de acción para

contrapesos frente a los vaivenes políticos y visiones cortoplacistas. Por otro lado, los sindicatos

se sumaron al proceso entendiendo que la mejora de la gestión de la empresa iba a fortalecer su

posicionamiento. En tercer lugar, la tarifa eléctrica no fue utilizada como un instrumento anti-

inflacionario, de esta manera se mantuvo la tarifa en precios reales y la empresa no fue sometida

a un proceso de descapitalización.

Tras 2 años de discusión en el parlamento, en el año 1997 se aprobó la “Ley de Marco Regulatorio

del Sector Eléctrico” (Nº 16.832), que su parte medular plantea:

 Instaurar un mercado competitivo en la etapa de generación, promoviendo la apertura del

negocio en dicha etapa y creando un mercado mayorista de energía eléctrica. Para posibilitar

la creación de dicho mercado, se establecen dos condiciones esenciales: libre contratación de

generadores por parte de distribuidores y grandes consumidores; y libre acceso de terceros a

las redes de trasmisión y distribución, siempre que se disponga de capacidad y medie el pago

de un peaje. Las actividades de transmisión y distribución, en tanto que continúan siendo

monopolios naturales, permanecerán como actividades reguladas.

 Habilitar a UTE a asociarse con empresas públicas o privadas dentro del país.

23
 Crear la Unidad Reguladora de Energía Eléctrica, con el propósito de separar los roles

empresario y regulador de estado, con el cometido de controlar el cumplimiento de la ley y su

reglamentación en materia de seguridad, calidad.

 Habilitar la firma de contratos internacionales entre agentes de diferentes mercados.

Si bien esta reforma remite al mismo patrón aplicado al resto de los países de la región, resulta

interesante destacar que ni la privatización de la UTE, ni su desintegración vertical y horizontal,

presentes en las reformas de otros países y en las recomendaciones de los organismos

multilaterales de crédito, estuvieron recogidas en la Ley Nº 16.832. Fueron determinantes para

ello, el contundente resultado del plebiscito en 1992 y la fuerte resistencia evidenciada durante el

proceso de discusión de la Ley, respecto a una eventual fragmentación o minimización del rol de

la UTE.

Si se relaciona el tamaño del sistema eléctrico uruguayo con el tamaño mínimo económico de una

central con tecnologías modernas de generación, se puede apreciar la inviabilidad de la existencia

de una multiplicidad de actores en un mercado de generación. Siendo viable solamente poner en

competencia el desarrollo del comercio internacional abriendo paso a la promoción de la

integración energética regional.

Resulta ilustrativo que ni entre los más fervientes impulsores de las reformas se invocaba la

existencia de una crisis en el sector eléctrico, tampoco se usó como argumento la necesidad de

expandir el servicio, porque se reconocía la existencia de una cobertura muy amplia y una calidad

aceptable. Más aún, se reconocía que la organización del sector en base a un monopolio estatal

integrado verticalmente constituyo una estructura efectiva para garantizar el abastecimiento de

EE, estratégico para el desarrollo del país, cuya oferta debía expandirse con criterio más social

que económico. Pero sí sostenían que el modelo tradicional evidenciaba síntomas de agotamiento

que justificaba la necesidad de una reestructuración.

En Uruguay, la actividad de distribución es prestada por el ente estatal UTE. El reglamento

específico aplicable a esta materia es el Reglamento de Distribución de Energía Eléctrica (RDEE),

24
y los reglamentos complementarios aprobados por la URSEA son el Reglamento de Calidad del

Servicio de Distribución de Energía Eléctrica, (RCDEE) y el Reglamento de Conexión de

Generadores a la Red del Distribuidor de Media Tensión.

El Reglamento de Distribución establece entre otros aspectos los derechos y obligaciones del

distribuidor y de los usuarios de distribución (consumidores y generadores), generalidades sobre

la conexión de generación a la red del distribuidor, régimen y estructura tarifaria, calidad de

servicio, concesiones, servidumbres, etc.

El Reglamento de Calidad y el Reglamento de Conexión de Generadores son reglamentos

específicos elaborados en el marco del Reglamento de Distribución.

b. Costa Rica:

El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) es una empresa estatal que brinda servicios de

electricidad y telecomunicaciones en Costa Rica. Costa Rica se ubica entre los primeros lugares

de cobertura de servicios de electricidad de América Latina. Desde su creación, el instituto ha

ampliado el acceso del 14% en 1949 a más del 99% en la actualidad. Entre 1985 y 1999, el sistema

eléctrico nacional ha triplicado su capacidad, en línea con el crecimiento del PIB.

Entre 1928 y 1929, el Parlamento aprobó una ley que nacionalizó la energía que se produciría

utilizando los recursos hídricos bajo dominio público y creó una nueva agencia estatal responsable

de la regulación y la eventual generación energética: el Servicio Nacional de Electricidad (SNE).

En los años siguientes, la demanda continuó creciendo, pero los operadores privados no

invirtieron en el mantenimiento y la ampliación de los servicios (Fernández Robles 1985

Rodríguez Argüello 2000). En la década de 1940 la situación ya era crítica. En el año 1949 se

aprobó la creación del ICE. El instituto fue puesto a cargo de la provisión de la energía necesaria

para la expansión y la modernización de los sectores agrícola e industrial y de la provisión de

servicios de electricidad asequibles (Fallas y Álvarez 1997).

En 1952, el Plan Nacional de Electrificación propuso como meta la cobertura total del servicio en

el Valle Central, donde residía el 65% de la población del país. El ICE también pasó a ser

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responsable de extender los servicios a localidades donde el abastecimiento de electricidad estaba

en manos de gobiernos municipales. Según las estadísticas de la época, sólo el 55% de la

población del país estaba por entonces cubierta por la red (Jiménez Gómez 2009).

En un primer momento, el ICE se dedicó a fortalecer los servicios existentes, para luego invertir

de forma constante en la expansión. El sistema eléctrico nacional está compuesto por el ICE, la

Compañía Nacional de Luz y Fuerza (CNFL), dos empresas municipales y cuatro cooperativas

de electrificación rural. La CNFL, una empresa pública dedicada a la transmisión y la distribución

de energía en San José y en la región metropolitana, está controlada casi en su totalidad por el

ICE (96% de la propiedad).

3. Situación en Paraguay:

El servicio de electricidad es proveído por la Administración Nacional de Electricidad (ANDE),

una entidad estatal autárquica y monopólica en la provisión de energía eléctrica. La ANDE se

encarga de toda la industria eléctrica: de la generación, la transmisión, la distribución y la

comercialización de la energía eléctrica. La participación privada en este sector se ha limitado al

involucramiento de dos empresas en la distribución de energía eléctrica, llamadas Compañía de

Luz y Fuerza S.A (CLYFSA) y la Asociación de Colonias Menonitas (ACM). Ambas compran

energía eléctrica de la ANDE y se encargan de distribuirla a la ciudad de Villarrica, ciudad capital

del Departamento de Guairá y las colonias menonitas del Chaco Central: Fernheim, Menno y

Neuland, respectivamente.

A diferencia de los demás países del MERCOSUR, los usuarios residenciales se constituyen en

los mayores consumidores de energía eléctrica en el país, según la Comisión de Integración

Energética Regional (2008). El 41% de la facturación de energía eléctrica corresponde a

residencias, 26% a industrias, 19% a comercios y 14% a alumbrado público y otros.

Así también, casi la totalidad de los hogares accede a la energía eléctrica, sin embargo, aún existen

localidades del área rural donde la electrificación es deficitaria, principalmente en las más pobres.

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La cobertura eléctrica de Paraguay (98.6%) es superior al promedio de América Latina y el

Caribe, que se encuentra alrededor de 81%. La tasa de acceso de los hogares pobres y no pobres

a este servicio es de 94% y 98,1%, respectivamente.

Si bien, la electrificación rural fue iniciada por la ANDE en los años 70, la electrificación

efectivamente de esta área ocurrió en los 90, con la expansión de líneas, principalmente, de media

tensión. Este hecho, derivó en el incremento del consumo eléctrico en más de 1000%, de 500

GWh en 1970 a 5000 GWh en el 97. Desde 1991, la ANDE implementó un Sistema de Autoayuda

para la electrificación en localidades de baja densidad poblacional, con lo cual se reducen los

costos de inversión en alrededor de 40% en relación a los costos convencionales. Con este

programa se ha logrado aumentar considerablemente la cantidad de usuarios de energía eléctrica

en las zonas rurales, principalmente en los primeros años de su implementación.

La ANDE cuenta con tarifas sociales que, según la Ley Nº3480/08, se focalizan hacia los usuarios

con escasos recursos, es decir, los más pobres, sin embargo, no hay evidencias de la eficacia del

mismo. El subsidio otorga un descuento de 25% sobre la tarifa normal a los usuarios con

consumos hasta 100 KWh por mes, 50% sobre la tarifa normal a los usuarios con consumos de

101 a 200 KWh por mes, 75% sobre la tarifa normal a los usuarios con consumos de 201 a 300

KWh por mes.

La ANDE tiene importantes desafíos relacionados a la planificación de sus inversiones de corto,

mediano y largo plazo, al manejo flexible de su presupuesto y sus excedentes, a las pérdidas de

energía asociadas a la distribución, a la transmisión y sobretodo las relacionadas a robos y

morosidad.

XII. Bibliografía

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 Batlle, C. (2009). Evolución de los modelos de regulacion para el sector eléctrico.

 Bittencourt, B. P. (1995). Desarrollo del marco regulatorio en el Uruguay.

 Chavez, D. (2013). Una empresa extraordinaria en medio de una crisis de la social


democracia: ICE.

 Gerchunoff, C. (1994). Privatizaciones en Argentina: impactos micro y macroeconómicos.

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 Hernandez, G. S. (2012). Cobertura eléctrica en américa latina y el caribe.

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 Julian, L. (1999). La liberalización del sector eléctrico español.

 Ruchonansky, B. (s.f.). Los Sistemas Eléctricos de Argentina y Uruguay dos senderos


diferentes en la búsqueda de sustentabilidad.

 Sierra, F. (2004). Privatización del servicios públicos en Chile.

 Vargas, P. M. (s.f.). Mercados eléctricos y bolsas de energía: Aspectos críticos para su


implementación en Chile.

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