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Röllinger (eds.), The Body of the King. The Staging of the Body of the Institutional Leader from Antiquity
to Middle Ages in East and West. Padova: Sargón Editrice, pp. 59-64.
En la conferencia “El cuerpo del ‘rey’”, una conferencia dedicada al estudio de la imagen y la institución
del rey en Europa y Asia, revisé los trabajos sobre la realeza en Mesopotamia y Egipto (ver mis
“Comentarios a la sesión de apertura: Mesopotamia y Egipto antiguos en este volumen). Además, decidí
adoptar un conocido enfoque de la realeza para ver si la lectura de aquel texto en la clase de contexto
intelectual sofisticado creado por esta conferencia sobre la realeza (con énfasis en el cuerpo del rey) podría
mejorar nuestra comprensión de ese enfoque. Por consiguiente, comentaré en términos generales la muy
bien conocida composición Enūma eliš “Cuando en lo alto”. Esta composición es por cierto una de las más
grandes afirmaciones de mitología, religión y pensamiento político de la Mesopotamia. Fue escrita ya sea a
principios del primer milenio (como yo había sostenido anteriormente) 1 o tal vez a fines del segundo
milenio, pero basado en tradiciones antiguas.
Enūma eliš es generalmente visto como un trabajo que se centra en la creación del cosmos, la
ubicación de Babilonia en el centro del mundo divino, y la elevación de Marduk a la posición de
gobernante de los dioses. Por supuesto, el trabajo legitima el gobierno del rey divino y del rey humano.2
De manera que aquí, me gustaría considerarlo en términos de la realeza; ya que además de todo lo demás,
contiene una teoría mesopotámica de la evolución de la realeza y presenta esa teoría a través de la historia
de Marduk. Es un monumento a la realeza, por cierto una de las formulaciones más importantes de la
comprensión mesopotámica de la persona y el papel del rey.
La identificación del rey mesopotámico con Marduk no es simplemente un constructo de la
imaginación moderna; en la antigüedad el rey ya estaba identificado con Marduk e incluso con su batalla
en contra de Tiāmat. Esta identificación se hace evidente a partir de varios rituales y comentarios (e.g.
SAA 3 37); además uno de los reflejos más interesantes de esta identificación se encuentra en un relato de
(p. 59) la octava campaña de Senaquerib, ya que allí el compositor de esta inscripción toma algunas de sus
descripciones del Enūma eliš, y el rey estaba identificado con Marduk (o, más probablemente, Aššur, en
este caso), y sus enemigos con los oponentes de este dios.3
Lo que me gustaría hacer aquí, entonces, es seguir la historia de Marduk en cuanto se refiere al
nacimiento, cuerpo, personalidad, papel, comportamiento, y cargo de un rey, ya que a partir de esta
historia, Enūma eliš educaba al rey y a sus súbditos. En términos de la educación de un rey, este trabajo
cumple propósitos que no son muy diferentes de los de la épica de Gilgameš. En otro lugar, he
argumentado que la historia subyacente en la épica de Gilgameš es la de un cazador; los valores y las
características ejemplificadas de ese modo son aquellas que el rey necesita transmitir y personificar. Allí
las imágenes y las experiencias de caza sirven para educar al príncipe heredero y para enseñarle cómo
actuar como rey.4 Con un fin similar, Enūma eliš invita a la identificación del rey con el dios Marduk; la
historia y las cualidades de Marduk deberían ser transmitidas y personificadas por un rey mesopotámico.
Primero resumiré toda la historia de Enūma eliš y luego consideraré en más profundidad la historia
de Marduk. Comenzando con un mundo amorfo en el que sólo las aguas primordiales --Tiāmat y Apsû—
existían, el texto primero describe la emergencia de la generación de una familia o sucesión de dioses –la
línea de Laḫmu a Ea. Apsû piensa que sus actividades son molestas y desea destrozar a sus hijos. Sin
*Este ensayo se presentó en la conferencia del 2011 y se entregó en 2012; no he podido tener en cuenta las recientes
publicaciones sobre Enūma eliš tales como la importante nueva edición de Lambert (2013).
1
Ver Abusch 1999: 543-549; especialmente 545-548.
2
Cf., e.g., Annus 2001: xxxiii, con referencia a Wyatt 1998 (ver allí 839-841, y 848s.).
3
Ver Weissert 1997: 191-202.
4
Ver Abusch 2008: 11-20.
2
embargo, Ea lo vence y establece su hogar sobre el Apsû. En su nuevo hogar, Ea concibe a Marduk.
Marduk es un niño precoz y activo y causa problemas. Los otros dioses innombrados, aquellos dioses que
están fuera de la línea directa de los ancestros directos de Marduk, están molestos y se acercan a Tiāmat
para pedirle que tome las armas. Ella accede con celeridad a su pedido y monta un ejército de dioses y de
monstruos recientemente creados. Declara la guerra a la línea de dioses antes mencionadas. Primero Ea, y
luego Anu son enviados por Anšar para someter a Tiāmat, pero no logran conseguirlo. Ea le exige a su hijo
Marduk que se ofrezca para hacer de campeón de los dioses. Él lo hace, pero también impone la condición
de que la asamblea de los dioses le otorgue el poder del mando supremo, el poder de decretar los destinos.
Marduk es saludado como rey y se dirige a la batalla. Vence a Tiāmat y a su hueste. Luego crea el universo
a partir de sus enemigos vencidos y organiza a los dioses. Los dioses construyen Babilonia y Esagila para
Marduk que los convierte en el centro del universo. Luego declaran a Marduk lugal.dimmer.an.ki.a, “rey
de los dioses del cielo y del inframundo.”
Pasando ahora a un examen de la imagen de Marduk, creo que podemos leer al cargo de rey y a la
persona del rey en la descripción y la historia del dios, aunque de seguro es la figura institucional la que
está representada, no la personal de un rey individual. Desde su nacimiento, el texto presenta a Marduk
como si fuera un rey, esto es, en términos de la concepción mesopotámica de la realeza. De este modo
intenta presentar un conjunto de valores relacionados a la realeza y al rey, para educar al rey y a la
comunidad en esos valores, y para que el príncipe y el rey se identifiquen con el role del rey representado
por el dios. Permítaseme, por consiguiente, presentar los principales términos con los que se presenta a la
realeza: 5
Similar a las descripciones de los reyes, Marduk es presentado aquí como un ser de origen divino, criado
por nodrizas divinas, y con cualidades físicas y emocionales superlativas. Uno recuerda la descripción de
Eanatum del tercer milenio en la Estela de los Buitres:
[El dios Nin]ĝirsu [de]positó el [semen] para E-[a]natum en el [útero] de la diosa Inanna … lo puso en la
rodilla de la diosa Ninḫursaĝ. La diosa Ninḫursaĝ [le ofreció] su saludable pecho. El dios Ninĝirsu se
regocijó con E-anatum, el semen depositado en el útero por el dios Ninĝirsu. El dios Ninĝirsu le impuso su
5
Cito la traducción de Foster 2005: 436-486.
3
alcance, de (un largo de) cinco antebrazos puso su antebrazo sobre él: (midió) cinco antebrazos (codos), ¡una
extensión! El dios Ninĝirsu, con mucha alegría, [le dio] la rea[leza de Lagaš].6
De acuerdo con esta descripción, Eanatum era de origen divino, amamantado por una diosa, y de 2,75m o
9’2” de alto.7 Es intersante notar que en los relatos israelitas de la emergencia de la realeza, se dice del
primer rey, Saúl, que “nadie entre los israelíes era más apuesto que él; era una cabeza más alto que
cualquier persona” (1 Sam 9: 2). Esta descripción se repite incluso en un texto paralelo que parece ser anti-
monárquico (1 Sam 10: 23).
Cuando los dioses, sus padres, vieron lo que había ordenado, (p. 61)
alegremente exclamaron, “Marduk es rey”.
Le otorgaron cetro, trono y reinado.
(IV 27-29)
Esta descripción tiene paralelos con los relatos de reyes que son de nacimiento divino pero que sólo llegan
a ser reyes cuando se los elige de entre la gente: por ejemplo, Enmetena, Uruinimgina, Gudea, y
Urnammu.8 Marduk ha sido elegido por sus padres y llega a ser rey de un clan de dioses.
C. La batalla
Marduk enfrenta a sus enemigos en la batalla:
D. Creación
Después de su victoria, Marduk construye y organiza el cosmos y a los dioses. Por ejemplo:
6
Frayne 2008: RIME 1.9.3.1: iv 9- v 7 (pp. 129 s.)
7
Para el nacimiento de los reyes en el tercer milenio, ver Wilcke 2002:70. Para la medida ver Cooper 1986: 38, n. 7.
8
Para la elección de estos hombres como reyes, ver los textos citados por Wilcke 2002: 68s., y su discusión; cf.
Postgate 1994: 268-270. Para las ediciones de los textos que se refieren a Enmetena y Uruinimgina, ver ahora
también Frayne 2008: RIME 1.9.5.18: i 1” – 8” (p. 222), y RIME 1.9.9.1: vii 29 – viii 9 (pp. 261s.) (como así también
RIME 1.9.9.2: iv 1-8 [p. 267]).
9
De acuerdo con Foster 2005: 459, n. 3, “presumiblemente se refiera a Qingu.”
4
El rey también debe encargarse de lo que conquistó. Aquí también, Marduk es el modelo de la realeza
humana, el rey como constructor.
Laḫmu y Laḫamu [ ]
Se dispusieron a hablar y [le dijeron] a los dioses Igigi,
“Antes [Mar]duk era ‘nuestro hijo amado’,
ahora es vuestro rey, obedezcan sus órdenes.”
Luego todos ellos hablaron y dijeron:
“Lugaldimmerankia es su nombre, ¡confíen en él!”
(V 107-112)
A Marduk se le pidió que derrote a Tiāmat y a sus ejércitos para ejercer el mandato de reinado que le fuera
otorgado antes de la batalla. Pero aquel reinado temprano fue concedido sin una limitación temporal. ¿Por
qué era entonces necesario que le confirieran el reinado una segunda vez?10 ¿Cuál es la diferencia entre los
dos reinados? Una solución al problema de los dos reinados de Marduk está sugerida, pienso yo, por el
hecho de que con su victoria y al ordenar el universo, ha creado un imperio que difiere en esencia y
extensión del reino que le fuera otorgado inicialmente. La realeza que se le otorgó antes de la batalla era un
reinado local o étnico; más temprano había asumido (p. 63) sólo el liderazgo de un grupo de dioses, no el
de todos los dioses. Ahora se convirtió en el gobernante del universo, un universo que incluye no sólo el
centro étnico sino también todas las áreas conocidas y todos los dioses; ahora es el gobernante de todos los
dioses. Este es el significado del segundo gobierno que asume. Marduk pasa de ser el rey de un reinado
(palû) de dominio limitado a ser un rey permanente (y por consiguiente eterno) de los dioses del cielo y la
tierra. Se ha transformado en lugal.dimmer.an.ki.a, “rey de los dioses del cielo y el inframundo”. Marduk
sirve de modelo para aquellos reyes mesopotámicos que eran no sólo gobernantes de las ciudades-estados,
sino también de los imperios.
Marduk personifica el poder y la responsabilidad de la realeza y también la forma, el carácter, y las
emociones del rey ideal. Al identificarlo con Marduk, el rey aprende y asume esos rasgos y personifica a la
realeza de un imperio permanente y duradero. Un dios inmortal, Marduk sirve aquí como ejemplo para el
10
No soy el primero en hacer esta pregunta. La pregunta está implícita en el último estudio de Thorkild Jacobsen
sobre el Enūma eliš; ver, e.g., Jacobsen 1976: 180 y 185. Jacobsen pensaba que mientras que el primer reinado estaba
representado por la fórmula “seguridad y obediencia”, y no era más que una autoridad de emergencia concedida por
los dioses bajo amenaza de ataque, el segundo reinado llevaba la fórmula “beneficios y obediencia”, y le fue otorgado
a Marduk para que los dioses pudieran beneficiarse de una monarquía verdadera y permanente. Como siempre, la
lectura de Jacobsen es reveladora. Pero su solución responde a la pregunta sólo de manera parcial. Pues, como leo el
texto, no hay limitaciones temporales o de situación sobre el reinado inicial. A Marduk no se le solicita, ni incluso se
le pide, ceder el reinado. Para que él siga siendo rey después de la muerte de Tiāmat, no se requirió ni una nueva
declaración de alianza ni la entrega de un nuevo mandato. Ciertamente, los dioses no tuvieron que darle el reinado
una vez más. (En este ensayo no he tratado la “realeza permanente” de V 92-100; espero retomarla en otra parte).
5
rey humano, y su reinado sirve como ejemplo de realeza. Este ideal existe de generación en generación: ¡el
rey ha muerto; larga vida al rey!
Bibliografía
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