INTRODUCCION
Notas
1. Pie Rosamalln, La autogstn como rehabilitcin de lo politic,
‘Materiales para el Debaie Comeeporineof1, CLAEII, Momevideo, 1987,
presi "act isons” exdulizada enelcemido ds
Flstisen a props de le reacin Batadorocnsad ent
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Florio Fists, en David y Goliath, abo XVIU, N33, Bucnos Ai,
‘19 Loecepenparcl nea: el prind 61i80
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‘ye libre de Tuli alpein Dong, evolucdnygueres, Siglo Ven.
Sino Eitores, rede, Bueno Ae 972.
"Veins os teatorclsio de erinand TSoica, Comunidad socie
4a Fondo de Cara Bemba, Mésieo, 1h, Se Max Wer, Bes.
Somtay sociedad, Fondo se Cours Bama, recon, Méscn, 144,
tomo Mis recientemen Sorgen Habermas a nea a esa Set
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fia de la sociedad y nmctén. Ci, por ep, Zur Rekonatukion ds
Uistortachon Matariatumus, Sharp, Frisidun, 1976 (lay ein en
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eon, Ire, México, 946 (2a ei comida yaumenads, 1956,
En 975 lamina coil alianca Bocpor Ales tna Sa edi, pine:
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9. Veace Jean Carlos Porantnro, ‘Nasi ydemocraca onl Argentina
salve” en Ponto de Vista, ABOIV, NPT, Boenos Aves, azo
"HPP ta cacti et analiza por Waldo Ansa en “Etado, panos y
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‘nos Aires, Ira ed., 1982. ae
20
Sonar con Rousseau y
despertar con Hobbes
Una introduccién al estudio
de la formaci6n del Estado
nacional argentino
Waldo Ansaldi*
A mi hijo, Sebastién,
YaCristina Miciei,
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2
SORAR CON ROUSSEAU
La revoluci6n anticolonial
Tal vez sea la I6gica de la guerra, mas que la I6gica de la
politica, la que conduce a la declaracién de la inde-
pendencia. No es s6lo la guerra en el territorio americano,
sino también a veces, incluso, mas decisivamentc- la que
se despliega en el europeo. En primer lugar, los avatares de
la guetra franco-espatiola, que significa, ademés, las alian-
zas de Espatia y de Portugal con el Reino Unido (ménage ad
irois que tiene, a su vez, destacada incidencia en América
hispano-lusitana), En este sontido, entonces, la rovolucién
rioplatense se inscribe en, forma parte de la crisis interna-
‘ional que esté reordenando cl mundo en un contexto de ex-
ppansin del capialismo.
La guerra entre la Espafia borbsnica y la Francia napo-
Jeénica se desarrolla entre 1808 y 1814, ent la prisién y la
liberacién de Femando VII. La primera abre Ja resistencia
popular, la sucesion de Juntas y el reformismo liberal que
cculmina en la constitucién de 1812. La segunda se wraduce
inmediatamente en una restauracién absolutista ferozmente
represiva y en el caso de las colonias demuestra la total i
‘redulidad del rey respecto de la ficcién de la "méseara” a
Ja que han acudido quienes dicen gobernar en su nombre.
‘Una coyuntura politica tan confusa y cambiantc como la
metropolitana no puede menos que sumir en Ja ambigticdad
a quienes, por diversas y no siempre coincidentes razones,
vacilan en el camino a seguit. El sinuoso alincamicnto y re-
alincamicnto de posiciones de grupos y de personas, ante
Jas fluctuaciones de 1a coyuntura, es un buen ejemplo del
‘ccionar de una dirigencia, a menudo porpleja, quo oscila
enire la adhesin a prncipios que se proclaman y no siem-
{re se siguen y, sobre todo despucs de 1814-15, la prictica
del més craso oportunismo, que a veces orilla o directamen-
tecae en a taicin ala revolucién.
La guerra es un enfrentamicnto mis complejo que el de
‘riollos contra espafioics. Sin que este componente esté au-
Sentc, las guerras do indopendencia ponen frente a frenie a
~ tes propios americanos. Pero ademés, Ia guerra contra los
niega a delinitlas
formaimente como tales
La firmeza de los orientales -visible en las intruogiones
de abril do 1813, dadas a unos diputados que secéin rechazar
dos en Buenos Aires-, 0 el apasionamiento independentsia
de Bernardo de Montcaguio en su polémica periodistica
‘con Pasos Silva, ilustran parcialmons el clima de ideas en
ue se desenvucive ese ambiguo proceso que leva a la rup-
tura definitiva con el poder colonial. En ese sentido, ta
Asamblea que comionza a sesionar el 31 de enero de 1813
(on la omisién del juramento de lealtad a Fernando Vil) se
planica un progrania méximo -la declarecién de 1a inds-
pendencia y a sancién de una constijucién, para la cual
habrd cuatro proyectos, ues centralisas y uno federal- r-
aliza uno minimo, pero no por ello carente de significaion:
decide su cardcter soberano (es decir, en la propia Asamblea
seside la representacién y cjercicio de la soberania de las
Provincias Unidas, siendo los representantes de éstas, dipu-
tados de la nacién y su trato el de ciudadanos), adopia los
simbolos del nuevo Estado (escudo con el republican y ro-
{Jo gor frigio, moneda, himno y bandera) y elimina los del
¥iejo (cl escudo del rey, su efigic en Jas monedas, el pa-
Bellén espafiol), declara “fiesta civica” el 25 de mayo, ro
Suclve la independencia de las érdenes religiosas respect
é las autoridades simadas fuera del terivorio rioplatense,
declara caduca 1a actividad del Tribunal del Santo Oficio
‘Gon sede en Lima) y prohibe “el detestable uso de los tor.
‘entos", los cuales son ordenados quomar en la Plaza de la
Yietoria, crea un Poder Ejecutivo unipersonal (6! Director
Supremo), al cual asesoraré un Consejo de Estado, dicia un
‘Reglamento para la Administracién de Justicia.
La Asambiea avanza también cn ol terreno del derecho
‘privado, continuando ta acciéa de los inicios de la revolu
‘si6n, caundo se suprime el tibuio indigena (1811) y se
‘prohie la importacién de esclavos (1812). Ahora se decide
41WALDO ANSALDI
climinar el servicio personal de los indios en todas sus for-
‘mas (mita, yanaconazgo, encomicnda),libertara los futuros
hijos de madres esclavas y a todos los esclavos que ingresen,
al pals (medida que los portugueses lograrén revert luego),
boli los titulos de nobleza y prohibit la exhibicién de bia-
sones, suprimir los mayorazgos, los vinculados y las tempo-
ralidades,
El rechazo de la diputaci6n oriental (junio de 1813) cam-
bia la corrclacién de fuerzas en favor de los partidarios de
no declarar la independencia y se sumaa un conjunto de ac-
ciones y docisiones portefias que extrema Ta tensién con el
artiguismo y cuya culminacin serd la connivencia enue di-
reetoriales y portuguese” para la invasién de éstos a 1a Ban-
da Oriental (1816) y Ginalmente la derrota del cauillo evo-
lucionario (1820),
‘Varios factores confluyen para el fracaso de la Asamblea,
del alo XIII en cuanto a Is consccucién de sus objetivos
iximos, la declaraci6n de la independencia y la sancién
de la constitucién. No es del caso analizarlos aqut. Los re-
‘volucionarios moderados que dominan la politica portefia y
+a través de clla- la rioplatcnse, descucllan ya en cl ejercicio
Gel “realismo", cuando no del oporuunismo, Sensible a las,
vieisitudes dela guerra de la independencia en el frente
norte (altoperuuno), a los retrocesos de Napoleén y los,
vances restauradores en Europa, a la presidn inglesa para
ceviur la independencia, a los cambios de orientacién politi-
co-ideoligica..., la cambiamte direccién sevolucionaria va
resignando sus mejores propuestas y limitando sus objeti-
vos, hasta renunciar a su condicidn de revolucionaria me-
diamte un acto formal como el realizado por el Congreso
reunido en Tucumndn, que el 1 de agosto de 1816 -apenas
veintitrés dias después de declarar la independencia- acuer-
dda un Manifiesto que, al concluir decreta (jsic!) “fin de la
revolucién, principio del orden", como si un movimiento
de tal envergadura pudiera reducirse a un mero ejercicio ad-
‘ministrative. He ahi una temprana paradoja de la historia ar-
‘gentina: un congreso reaccionario, conservador, mondrqui
Co proclama la independencia a la cual no se ha atrevido
‘una asamblea revolucionaria y republicana, (No es la pri
a
SONAR CON ROUSSEAU
mera paradoja: ya los rioplatenses han hecho una revolu-
cidn anicolonial en nombre de un rey absolustapreso de
Tos herederos de otra revolucin. Por cierto, hab otras.)
El Congreso de Tucurnn aborda, més secreta que pabli
camenis, la solucida monérquica para el nuevo Estado,
operativo que lleva a varios representantes argentinos
sgestionar ante cores europeas un principe para un reino en
Aisponibilidad, operativo no exento de acciones ridiculas,
bajezas, cinismo, hipocresta y hast uaicidn, al que pone
fin la crisis de 1820, a que también arrasia en la cada ese
remedo de Estado nacional que se ha inentado construc en
Ja primera década revolocionaria,
Los historiadores uruguayos Nelson de Ta Tore, Julio C.
Rodriguez y Lucfa Sala de Touron han sintetizado muy bien
1a metamerfosis de aquélla: "la vieja dictadurajacobina de
‘ayo, unitaria en tanto se lleva por delante, evolucions.
fia y prepotene, las resistencias provinciales, caldo de cul
ivo de Ia reaccién colonial, se ransformé dialécticamente
su conraria en la dctadira directorial represetaiva del
ran capital comercial, del gran capital usurario expoliador
Y ‘ropietario' de las entas nacionles, del capital interme-
Giatio que renacta ahora con el feo ros gaditano de “puce-
to nico preciso’ para todo ef movimiento comercial de Ia
haciGn, (..) En ese afo de 1820, murié el eardcter rovolu-
cionario del federalismo y se cer el ciclo dela revolucién
de mayo, En ese alo pudiron lamase “federlismo' les in.
fereses coincidentes contrartevolucionatios de las “‘sobe.
anias’provinciles, que eran la mucce de la acid (..) El
triunfo "federal se limit arepetir a contrarevolucin wni-
tara porea: Nada de nacidn!;Basta de revolucicn! (16).
[4 década revolucionaria comprendida entre mayo de
1810 y febrero de 1820 (batalla de la Canada de Cepeda,
firma det Tratado del Pilar) se caracteriza por la persisten,
cia del politic tendiente a construr un Estado nacional o,
a menos, un cuerpo politico unifcado, ms o menos dota’
do de avibutos esatales y aceptado mayoritariamente, a
‘menudo mas por la coaccién que por el consenso. En 1820,
est eficio estatal que se quiere nacional, eredero de Bue:
na parte del antiguo espacio vicinal (Paraguay se escinde
a3WALDO ANSALDI
en 1811 y el Alto Peri se pierde de hecho en 1815), se des-
ploma y en la caida sc reestructura todo el espacio politco-
administativo conocido desde 1a revolucidn. En efecto,
4ésta mantiene inicialmente las divisiones establecidas por la
corona espufola por Real Ordenanza de 1782 (reformada
en 1783 y 1796), esto ¢s, las ocho gobemaciones intenden-
Porvenir dela naci
ere ef Mngt
a
Selec, demecrai, i mogéns de Mae
: (-) no hay sino caos, confusion,
La férmula nica, definitiva,
rmuia g finitiva, fundamental de ny
' exiseeiacono pico ibe et Mg ae
3WALDO ANSALDI
democracia.
Ios tes terminos de esta formula se engendran
recfprocamente; se suponen el uno al oi; ellos
contienen todo, explican todo: to que somos, lo
ue hemos sido, 1o que seremos.
Suita a Mayo, dead subsistente la contarrevolu
Gn dominante hoy en la Repdblica Argentina y
‘no habré pueblo argentino, ni asociacién libre des-
tinada a progresar; no habré democracia sino des-
potismo.
Siecsass ome aol agree y mcr
veréis cl problema de Mayo (39).
Se
eee eer
sacrament ncaa ren
apace eer
Fenty Seon apr,
ie eer 2 yaa pe iw
Ja evolucién de 1810, a Ja igualdad, cuyo dogma ha pene-
Ann cn enw ens
‘taro que Hobbes, a través del Leviatin rosista, est ii
ei ene
ee
como lo expresa Echeverria, conlleva | un fortisimo. en
Cea,
cae ere mt
Dejo apenas sefalado que ella puede analizarse en Janore
Sperone seseieemeecetts
olin de Mayo") y cima Clndependencia de as trad
ciones retrégradas que nos subordinan al antiguo régi
atanceemie
eee ee ea
se ame
SONAR CON ROUSSEAU
Sin duda, menos elaborados que los de sus adversatios,pe-
2 mucho mds efectivos, 'Y qué decir del quchacer politico
¢ intelectual de Bartolomé Mite, creador como pocos de
tradiciones inventadas, en su mayoria de larga y sida con.
tnuidad! Dejo planicado el tema, que espero poder analizar
en otto trabajo.
{Quiero volver ahora al anliss en el planteo estructural,
ara plantear la cuesti6n de la acumulacin originaria y su
relaci6n con la formacién del Estado,
Acumulacién originaria y Estado
El proceso de construcciGn del Estado nacional argenti-
‘BO eS, ya se ha dicho, largo y tortuoso. Lo es por varias ta.
Zones que pueden explicar las racciones y resistencias que.
genera, cn todo el Ambito espacial rioplaiense, el proyecto
Politico de los grupos dominantes en Buenos Aires Povo el
Sbstéculo fundamental se encuentra en el plano estructura.
sil Estado es una institucién que concentra y ejerce el po.
dr social, pars que él existadeben exist las clases, lo que
‘supone relaciones de clase, en las que una de ella es dorsi,
Bante sobre otras. Las clases son, obviamente, una realidad
structural, aunque también 1o Son en el plano juridico-
politico (superesiructural. Sin clases plenamente definidas,
Ie construccicn del Estado se toma dificil. Sin una clase na
sional, no hay Estado nacional. Justamente, por esta razdn
As larga crisis orzénica o de hegemonia abierta en 1806 tar.
{Gs-en encontrar solucién: porque no hay ninguna clase cn.
Baz de concebir la totalidad de la sociedad a partir de sas
Antereses particulares y lograr que otras clases 0 sectoves so.
‘iales de ela lo admitan.
En el caso argentino se tata de una situacién de trans
‘in: de la situacién colonial econdmica y politica ala si.
fiaci6n de independencia politica y dependencia econémi,
con el conjunto de transformaciones globales que ella
Esta transicién es también la etapa de acumulacidn
aria del capitalismo argentino; como tal, un notable
#80 de redistribuciGn de clases, que aqui presenta algu.
6WALDO. ANSALDI
nas singularidades. En primer lugar, aunque existe una des-
posesiGn iniial, la acumulacién originaria no se hace a ex-
pensas de una clase preexistente. La burguesia no acumula
‘comprando patrimonio -bésicaments ticrras- a sus antiguos
propiciarios, sino al Estado (tirras piblicas), através de un
proceso de expansicn de las fronteras interiores que desalo
jaa los indigenas (que ests dentro del teritorio que reivinica
@l Estado en formaciGn, pero fuera de la sociedad) y a lo:
gauchos (que tratan de huir de la sociedad) y consolida ls
propiedad terrateniente. Ademés, lo que es muy significat-
Yo, la mayoria de las veces ni siquiera necesita una inver-
siGn aprociable, pues las compra @ un precio extremada-
mente bajo o las oblione gratuitamente. No se traia de un
dato trivia: sogin Ia estimacién realizada por el presidente
Julio Argentino Roca, enrocasin de su mensaje al Congre-
so en 1904, entre 1829 (primera liegada de Juan Manuel de
Rosas al gobiemo de Buenos Aires) y 1903 un total de
32.447.045 bocues de tras pleas pasn a dominio
wvado (41). Hay apropiacién privada, si, pero sin qu
Tittornela do popcdedimplus una relctn ene lat
ses (los ind/genas de las regiones pampeana y patagénica 0 0
‘on ni las integran, a diferencia de lo que sucede en otras
sociedades latinoamericanas ¢ incluso en algunas regiones
del propio pais), de una forma parecida, en este aspecto, al
‘camino nortzamericano (en su expansién hacia el Medio y
Lejano Oeste).
“En segundo lgar, ls clases que se van conformando a
lo largo y como consecuencia de ese proceso de acumula-
cign no son exactao totalmente resultado de la transforma-
ign radical (superacién) de la estructura social colonial.
Asi, la burguesia terrateniente de Buenos Aires -la clase
‘mds genuinamente poscolonial y posrevolucionaria- es el
resultado de la wansformacida operada en las décadss de
1810 y 1820 en los comerciantes urbanos portefios que, si-
guiendo el camino marcado por sus iguales de origen
inglés, contrariando los patrones de inversin del siglo an-
terior se convierten en productores rurales; la clase engrue-
sa sus miembros con aquellos que devienen terratenientes
‘como consecuencia de los premios en ticrras que les son
6
SORAR CON ROUSSEAU
Ctorgadas en recomponsa por sus méritos polticos y/o mili-_}
tares, sobre todo bajo el rosismo y durante las dos tltimas
Aécadas del siglo 19. Aquellos comerciantes. conviene te-
nerlo presente, han aparecido en la ciudad porta muy
tardfamonte, a To largo del siglo 18, particularmente en su
Segunda milad: Alzaga, Anchorona, Azcusnaga, Beluste”
i, Lezica, Llavallol, Sania Colom, para poner silo algu-
Tos nombres que evocan a los teratenientes dela epublica,
En tercer lugar, la destruccién del sistema colonial (la
economia, la sociedad y el aparaioestatal colonials), debe
Ids al efecto corrosivo de los comerciantes ingleses (an
bien estudiaco por Halperin) y de ls relaciones con ls cco-
‘nomias capiualisiascentaies, que al poder superador de las
fucrzas sociales locates, Esta aecidn destructiva de la eco.
noma capitalsta europea tiene varios efectos, cto dos, so.
lament: 1) la desanculacin de las economias regionales,
su consecuente enfrentamiento y con él la inestabilidad
Politica; 2) el proceso de acumulacién originaria del capila-
lismo agrario en el Litoral,fntimamente coneciado con el
e formacién del Estado,
‘A proposito del primero, dejo aqu apenas plantcada una
hipstesis de trabajo: esa articulacién acenia la desigualdad
de desarrollo de cada una de las regiones y provineias ar-
gentinas y se taduce en un mecanismo perverso, mediante
@l cual la burguesia bonacrense se desarolla (dentro do
1984 pp 19-82) eal de Rod Aya,
“Theories of Revolution Reconsidered en Theory and Society, 8a,
sei spl Recess
Zana. edie
‘oles, sna ambien pre ample y ror pope ee sain
{cn enal wecalancional. En xe pope se deve el Maasterio
‘ane al cil Maal eooier ube verdaers-aenca de cese.
rls
58, Waldo Areal, "Notas bef fomacin.".en oe. it par
‘eenapp S50 337 Lasexpesions recom pereneen lac
“Sronchoes fecadn re anicla por Tuo Halpern Deng,
mame ito, pp 489-450.
51 Veaselanisge Cambio agar integra. E esrralo dt
“aptaismo en Jue 180-1960, Coes royerioECTRAICICSO,
‘Buenos Ans, 187, ape-2y 3, panicles fp 13-13, 1412
19.154
(60 Vee Wild Ana, La ia dela democrca Una resin sobre
foe darcoshamanoe deel semis toile’, en Waldo Asal
(Comp) La les dels damocraia Losdeechosbumancs comin.
{strona narbirarieda, Bic de ncarSocle/4)CLAC.
$50, Boenos Aira, 1985, pp 22:92 Sobre ls fonmas Se represen
poplar dicen pode vere Suan Saeed, Lasprimerssfor
ede chp lorsttomascietoraler Regine pola Gea pro
‘incite argestinns, Edtorl Tales Oricon ba Avro, Beene
Ics,
6.6m Torn, Way Are Working Clases Or Bourgeois More
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(2g Grn Troon, Come dominate dominate, 2.
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(4894-15507 en Desaroto Economieo, ol 26 0095 Becmet en
‘Sctubre-diciembe 1984, pp. 367-386, y Juan José Lach, La Argentina
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nes, conye le tomor VI (1), VI (i) yi) de as Obras Com-
pleas, 2. ediién,ECYCLA, Buenos Aires, 1927. Paraloe punto aut
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108
Estado y sociedad civil: patron de
emergencia y desarrollo del
Estado argentino (1810-1930)*
Leopoldo Allub**
INTRODUCCION
‘Con frecuencia una clase social debe ejercer liderazgo, de-
be ser hegeménicaen a sociedad civil (particularmente én el
reino de las relaciones econémicas) antes de que se convier-
ta en clase dominante en el Estado(1). En un ensayo ante-
rior(2) discutel proceso mediante el cual laclaseterratenicn-
te de Buenos Aires, a aves de cambios especificos de com-
portamiento econémico, se transforms en la clase hegem6ni-
a de la sociedad civil y no repetiré esa discusion aqui.
‘Mediante qué procesos la oligarquta porceia unificé ala na-
Cidn creando un estado como parte integral desu proyecto he-
sgeménico? De qué manera la creciente burocratizacién del
* Este ensayo es una vision fragmentaria de un estado més amplio
scbre los determinanies de la inestabilidad democritica argentina.
Ellectorpodrd obtener un vision ms integrada consultando mi en-
sayo "Las cases alias terratenintzsy el dasarolo dela agricltura
Comercial en Argentina’, ‘en Revista Latinoamericana
de Cencia Politics, (agosto, 1972). 1. 281-317: “Indusializac
‘burguesfa dependiene ydemocraciaen Argentina, 1890-1920, por
sparecerencIN'2 de a Revista Mexicana de Socologia (1974).
‘Varios ensayos se integra en mi libro Origenes sociales de a le-
tadura y de ta democracia en Argentina (proximo a aparece)
Agradezco el apoyo financero y el estimul intelectual de A. F.K.
(Organskiy Gino German, drectores del Comparative Political St-
dies ofthe Latin Cultsral Area Project, y al Centro de Estudios So-
Ciolégicos ce El Colegio de Ménico por su apoyo durante la fase
final de edsccion del manoscrto. La version inglesase concluyé en
jinio de 1973. (El texto aqutinelsdo fe editad por el Cento de
Estudios Socioligics de El Colegio de México, México, DF. Ira
ef, 1974. 197],
** Leopoldo Allubes doctor en Ciencia Politica (Universidad de Ca-
‘lina del Norte, Chapel Hill) fue profesor visitante del Cenzo de
Earudios Socolégicos de El Colegio de México (1973-1974).