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INTRODUCCION Notas 1. Pie Rosamalln, La autogstn como rehabilitcin de lo politic, ‘Materiales para el Debaie Comeeporineof1, CLAEII, Momevideo, 1987, presi "act isons” exdulizada enelcemido ds Flstisen a props de le reacin Batadorocnsad ent intinoamerican, al amo expres Ta espeeia sna eas regina dels ensevina coleciva sone lengua Bruner Novbent inet Florio Fists, en David y Goliath, abo XVIU, N33, Bucnos Ai, ‘19 Loecepenparcl nea: el prind 61i80 sexcparnpartsh cio ca a ‘ye libre de Tuli alpein Dong, evolucdnygueres, Siglo Ven. Sino Eitores, rede, Bueno Ae 972. "Veins os teatorclsio de erinand TSoica, Comunidad socie 4a Fondo de Cara Bemba, Mésieo, 1h, Se Max Wer, Bes. Somtay sociedad, Fondo se Cours Bama, recon, Méscn, 144, tomo Mis recientemen Sorgen Habermas a nea a esa Set ‘Wem cieseacomovs spr contra deacon etneen fia de la sociedad y nmctén. Ci, por ep, Zur Rekonatukion ds Uistortachon Matariatumus, Sharp, Frisidun, 1976 (lay ein en ‘atl pr Beal Temon de Made. "ou Las Ramero- Ls ie pies ow Argentina, Fondo de Cura eon, Ire, México, 946 (2a ei comida yaumenads, 1956, En 975 lamina coil alianca Bocpor Ales tna Sa edi, pine: ‘mcg Colecn Pope, scualsads) Ves captlo VE 9. Veace Jean Carlos Porantnro, ‘Nasi ydemocraca onl Argentina salve” en Ponto de Vista, ABOIV, NPT, Boenos Aves, azo "HPP ta cacti et analiza por Waldo Ansa en “Etado, panos y scant nea hit ene Soe EI tpt ar Canela ek Foti dancin hac Sime eee Senet reenw eens ~ gee nemeets See ee Ec aemmcme npr Pome, congue rater neemrtee ry es Meee sieges rg wegen tee na elon mee ae Dake sua ti en ire TILA eR Scores aac amen sqisdincigot cara pms ene Sere aaa ear Hct Cat aon Gr at es Pee ceepmen tke gene weak Coe eigen aye ae er SEUocca ad puma spedareo sages cn sp Un Ge sei mgt Es nS ‘nos Aires, Ira ed., 1982. ae 20 Sonar con Rousseau y despertar con Hobbes Una introduccién al estudio de la formaci6n del Estado nacional argentino Waldo Ansaldi* A mi hijo, Sebastién, YaCristina Miciei, una amiga my queride scien ip Alisa pads cr gp ‘abras signifiquen nat cosas dferenan La contin en dijo Hoy a dzelara frmalmente mals clones con a mewopol expos. 2 SORAR CON ROUSSEAU La revoluci6n anticolonial Tal vez sea la I6gica de la guerra, mas que la I6gica de la politica, la que conduce a la declaracién de la inde- pendencia. No es s6lo la guerra en el territorio americano, sino también a veces, incluso, mas decisivamentc- la que se despliega en el europeo. En primer lugar, los avatares de la guetra franco-espatiola, que significa, ademés, las alian- zas de Espatia y de Portugal con el Reino Unido (ménage ad irois que tiene, a su vez, destacada incidencia en América hispano-lusitana), En este sontido, entonces, la rovolucién rioplatense se inscribe en, forma parte de la crisis interna- ‘ional que esté reordenando cl mundo en un contexto de ex- ppansin del capialismo. La guerra entre la Espafia borbsnica y la Francia napo- Jeénica se desarrolla entre 1808 y 1814, ent la prisién y la liberacién de Femando VII. La primera abre Ja resistencia popular, la sucesion de Juntas y el reformismo liberal que cculmina en la constitucién de 1812. La segunda se wraduce inmediatamente en una restauracién absolutista ferozmente represiva y en el caso de las colonias demuestra la total i ‘redulidad del rey respecto de la ficcién de la "méseara” a Ja que han acudido quienes dicen gobernar en su nombre. ‘Una coyuntura politica tan confusa y cambiantc como la metropolitana no puede menos que sumir en Ja ambigticdad a quienes, por diversas y no siempre coincidentes razones, vacilan en el camino a seguit. El sinuoso alincamicnto y re- alincamicnto de posiciones de grupos y de personas, ante Jas fluctuaciones de 1a coyuntura, es un buen ejemplo del ‘ccionar de una dirigencia, a menudo porpleja, quo oscila enire la adhesin a prncipios que se proclaman y no siem- {re se siguen y, sobre todo despucs de 1814-15, la prictica del més craso oportunismo, que a veces orilla o directamen- tecae en a taicin ala revolucién. La guerra es un enfrentamicnto mis complejo que el de ‘riollos contra espafioics. Sin que este componente esté au- Sentc, las guerras do indopendencia ponen frente a frenie a ~ tes propios americanos. Pero ademés, Ia guerra contra los niega a delinitlas formaimente como tales La firmeza de los orientales -visible en las intruogiones de abril do 1813, dadas a unos diputados que secéin rechazar dos en Buenos Aires-, 0 el apasionamiento independentsia de Bernardo de Montcaguio en su polémica periodistica ‘con Pasos Silva, ilustran parcialmons el clima de ideas en ue se desenvucive ese ambiguo proceso que leva a la rup- tura definitiva con el poder colonial. En ese sentido, ta Asamblea que comionza a sesionar el 31 de enero de 1813 (on la omisién del juramento de lealtad a Fernando Vil) se planica un progrania méximo -la declarecién de 1a inds- pendencia y a sancién de una constijucién, para la cual habrd cuatro proyectos, ues centralisas y uno federal- r- aliza uno minimo, pero no por ello carente de significaion: decide su cardcter soberano (es decir, en la propia Asamblea seside la representacién y cjercicio de la soberania de las Provincias Unidas, siendo los representantes de éstas, dipu- tados de la nacién y su trato el de ciudadanos), adopia los simbolos del nuevo Estado (escudo con el republican y ro- {Jo gor frigio, moneda, himno y bandera) y elimina los del ¥iejo (cl escudo del rey, su efigic en Jas monedas, el pa- Bellén espafiol), declara “fiesta civica” el 25 de mayo, ro Suclve la independencia de las érdenes religiosas respect é las autoridades simadas fuera del terivorio rioplatense, declara caduca 1a actividad del Tribunal del Santo Oficio ‘Gon sede en Lima) y prohibe “el detestable uso de los tor. ‘entos", los cuales son ordenados quomar en la Plaza de la Yietoria, crea un Poder Ejecutivo unipersonal (6! Director Supremo), al cual asesoraré un Consejo de Estado, dicia un ‘Reglamento para la Administracién de Justicia. La Asambiea avanza también cn ol terreno del derecho ‘privado, continuando ta acciéa de los inicios de la revolu ‘si6n, caundo se suprime el tibuio indigena (1811) y se ‘prohie la importacién de esclavos (1812). Ahora se decide 41 WALDO ANSALDI climinar el servicio personal de los indios en todas sus for- ‘mas (mita, yanaconazgo, encomicnda),libertara los futuros hijos de madres esclavas y a todos los esclavos que ingresen, al pals (medida que los portugueses lograrén revert luego), boli los titulos de nobleza y prohibit la exhibicién de bia- sones, suprimir los mayorazgos, los vinculados y las tempo- ralidades, El rechazo de la diputaci6n oriental (junio de 1813) cam- bia la corrclacién de fuerzas en favor de los partidarios de no declarar la independencia y se sumaa un conjunto de ac- ciones y docisiones portefias que extrema Ta tensién con el artiguismo y cuya culminacin serd la connivencia enue di- reetoriales y portuguese” para la invasién de éstos a 1a Ban- da Oriental (1816) y Ginalmente la derrota del cauillo evo- lucionario (1820), ‘Varios factores confluyen para el fracaso de la Asamblea, del alo XIII en cuanto a Is consccucién de sus objetivos iximos, la declaraci6n de la independencia y la sancién de la constitucién. No es del caso analizarlos aqut. Los re- ‘volucionarios moderados que dominan la politica portefia y +a través de clla- la rioplatcnse, descucllan ya en cl ejercicio Gel “realismo", cuando no del oporuunismo, Sensible a las, vieisitudes dela guerra de la independencia en el frente norte (altoperuuno), a los retrocesos de Napoleén y los, vances restauradores en Europa, a la presidn inglesa para ceviur la independencia, a los cambios de orientacién politi- co-ideoligica..., la cambiamte direccién sevolucionaria va resignando sus mejores propuestas y limitando sus objeti- vos, hasta renunciar a su condicidn de revolucionaria me- diamte un acto formal como el realizado por el Congreso reunido en Tucumndn, que el 1 de agosto de 1816 -apenas veintitrés dias después de declarar la independencia- acuer- dda un Manifiesto que, al concluir decreta (jsic!) “fin de la revolucién, principio del orden", como si un movimiento de tal envergadura pudiera reducirse a un mero ejercicio ad- ‘ministrative. He ahi una temprana paradoja de la historia ar- ‘gentina: un congreso reaccionario, conservador, mondrqui Co proclama la independencia a la cual no se ha atrevido ‘una asamblea revolucionaria y republicana, (No es la pri a SONAR CON ROUSSEAU mera paradoja: ya los rioplatenses han hecho una revolu- cidn anicolonial en nombre de un rey absolustapreso de Tos herederos de otra revolucin. Por cierto, hab otras.) El Congreso de Tucurnn aborda, més secreta que pabli camenis, la solucida monérquica para el nuevo Estado, operativo que lleva a varios representantes argentinos sgestionar ante cores europeas un principe para un reino en Aisponibilidad, operativo no exento de acciones ridiculas, bajezas, cinismo, hipocresta y hast uaicidn, al que pone fin la crisis de 1820, a que también arrasia en la cada ese remedo de Estado nacional que se ha inentado construc en Ja primera década revolocionaria, Los historiadores uruguayos Nelson de Ta Tore, Julio C. Rodriguez y Lucfa Sala de Touron han sintetizado muy bien 1a metamerfosis de aquélla: "la vieja dictadurajacobina de ‘ayo, unitaria en tanto se lleva por delante, evolucions. fia y prepotene, las resistencias provinciales, caldo de cul ivo de Ia reaccién colonial, se ransformé dialécticamente su conraria en la dctadira directorial represetaiva del ran capital comercial, del gran capital usurario expoliador Y ‘ropietario' de las entas nacionles, del capital interme- Giatio que renacta ahora con el feo ros gaditano de “puce- to nico preciso’ para todo ef movimiento comercial de Ia haciGn, (..) En ese afo de 1820, murié el eardcter rovolu- cionario del federalismo y se cer el ciclo dela revolucién de mayo, En ese alo pudiron lamase “federlismo' les in. fereses coincidentes contrartevolucionatios de las “‘sobe. anias’provinciles, que eran la mucce de la acid (..) El triunfo "federal se limit arepetir a contrarevolucin wni- tara porea: Nada de nacidn!;Basta de revolucicn! (16). [4 década revolucionaria comprendida entre mayo de 1810 y febrero de 1820 (batalla de la Canada de Cepeda, firma det Tratado del Pilar) se caracteriza por la persisten, cia del politic tendiente a construr un Estado nacional o, a menos, un cuerpo politico unifcado, ms o menos dota’ do de avibutos esatales y aceptado mayoritariamente, a ‘menudo mas por la coaccién que por el consenso. En 1820, est eficio estatal que se quiere nacional, eredero de Bue: na parte del antiguo espacio vicinal (Paraguay se escinde a3 WALDO ANSALDI en 1811 y el Alto Peri se pierde de hecho en 1815), se des- ploma y en la caida sc reestructura todo el espacio politco- administativo conocido desde 1a revolucidn. En efecto, 4ésta mantiene inicialmente las divisiones establecidas por la corona espufola por Real Ordenanza de 1782 (reformada en 1783 y 1796), esto ¢s, las ocho gobemaciones intenden- Porvenir dela naci ere ef Mngt a Selec, demecrai, i mogéns de Mae : (-) no hay sino caos, confusion, La férmula nica, definitiva, rmuia g finitiva, fundamental de ny ' exiseeiacono pico ibe et Mg ae 3 WALDO ANSALDI democracia. Ios tes terminos de esta formula se engendran recfprocamente; se suponen el uno al oi; ellos contienen todo, explican todo: to que somos, lo ue hemos sido, 1o que seremos. Suita a Mayo, dead subsistente la contarrevolu Gn dominante hoy en la Repdblica Argentina y ‘no habré pueblo argentino, ni asociacién libre des- tinada a progresar; no habré democracia sino des- potismo. Siecsass ome aol agree y mcr veréis cl problema de Mayo (39). Se eee eer sacrament ncaa ren apace eer Fenty Seon apr, ie eer 2 yaa pe iw Ja evolucién de 1810, a Ja igualdad, cuyo dogma ha pene- Ann cn enw ens ‘taro que Hobbes, a través del Leviatin rosista, est ii ei ene ee como lo expresa Echeverria, conlleva | un fortisimo. en Cea, cae ere mt Dejo apenas sefalado que ella puede analizarse en Janore Sperone seseieemeecetts olin de Mayo") y cima Clndependencia de as trad ciones retrégradas que nos subordinan al antiguo régi atanceemie eee ee ea se ame SONAR CON ROUSSEAU Sin duda, menos elaborados que los de sus adversatios,pe- 2 mucho mds efectivos, 'Y qué decir del quchacer politico ¢ intelectual de Bartolomé Mite, creador como pocos de tradiciones inventadas, en su mayoria de larga y sida con. tnuidad! Dejo planicado el tema, que espero poder analizar en otto trabajo. {Quiero volver ahora al anliss en el planteo estructural, ara plantear la cuesti6n de la acumulacin originaria y su relaci6n con la formacién del Estado, Acumulacién originaria y Estado El proceso de construcciGn del Estado nacional argenti- ‘BO eS, ya se ha dicho, largo y tortuoso. Lo es por varias ta. Zones que pueden explicar las racciones y resistencias que. genera, cn todo el Ambito espacial rioplaiense, el proyecto Politico de los grupos dominantes en Buenos Aires Povo el Sbstéculo fundamental se encuentra en el plano estructura. sil Estado es una institucién que concentra y ejerce el po. dr social, pars que él existadeben exist las clases, lo que ‘supone relaciones de clase, en las que una de ella es dorsi, Bante sobre otras. Las clases son, obviamente, una realidad structural, aunque también 1o Son en el plano juridico- politico (superesiructural. Sin clases plenamente definidas, Ie construccicn del Estado se toma dificil. Sin una clase na sional, no hay Estado nacional. Justamente, por esta razdn As larga crisis orzénica o de hegemonia abierta en 1806 tar. {Gs-en encontrar solucién: porque no hay ninguna clase cn. Baz de concebir la totalidad de la sociedad a partir de sas Antereses particulares y lograr que otras clases 0 sectoves so. ‘iales de ela lo admitan. En el caso argentino se tata de una situacién de trans ‘in: de la situacién colonial econdmica y politica ala si. fiaci6n de independencia politica y dependencia econémi, con el conjunto de transformaciones globales que ella Esta transicién es también la etapa de acumulacidn aria del capitalismo argentino; como tal, un notable #80 de redistribuciGn de clases, que aqui presenta algu. 6 WALDO. ANSALDI nas singularidades. En primer lugar, aunque existe una des- posesiGn iniial, la acumulacién originaria no se hace a ex- pensas de una clase preexistente. La burguesia no acumula ‘comprando patrimonio -bésicaments ticrras- a sus antiguos propiciarios, sino al Estado (tirras piblicas), através de un proceso de expansicn de las fronteras interiores que desalo jaa los indigenas (que ests dentro del teritorio que reivinica @l Estado en formaciGn, pero fuera de la sociedad) y a lo: gauchos (que tratan de huir de la sociedad) y consolida ls propiedad terrateniente. Ademés, lo que es muy significat- Yo, la mayoria de las veces ni siquiera necesita una inver- siGn aprociable, pues las compra @ un precio extremada- mente bajo o las oblione gratuitamente. No se traia de un dato trivia: sogin Ia estimacién realizada por el presidente Julio Argentino Roca, enrocasin de su mensaje al Congre- so en 1904, entre 1829 (primera liegada de Juan Manuel de Rosas al gobiemo de Buenos Aires) y 1903 un total de 32.447.045 bocues de tras pleas pasn a dominio wvado (41). Hay apropiacién privada, si, pero sin qu Tittornela do popcdedimplus una relctn ene lat ses (los ind/genas de las regiones pampeana y patagénica 0 0 ‘on ni las integran, a diferencia de lo que sucede en otras sociedades latinoamericanas ¢ incluso en algunas regiones del propio pais), de una forma parecida, en este aspecto, al ‘camino nortzamericano (en su expansién hacia el Medio y Lejano Oeste). “En segundo lgar, ls clases que se van conformando a lo largo y como consecuencia de ese proceso de acumula- cign no son exactao totalmente resultado de la transforma- ign radical (superacién) de la estructura social colonial. Asi, la burguesia terrateniente de Buenos Aires -la clase ‘mds genuinamente poscolonial y posrevolucionaria- es el resultado de la wansformacida operada en las décadss de 1810 y 1820 en los comerciantes urbanos portefios que, si- guiendo el camino marcado por sus iguales de origen inglés, contrariando los patrones de inversin del siglo an- terior se convierten en productores rurales; la clase engrue- sa sus miembros con aquellos que devienen terratenientes ‘como consecuencia de los premios en ticrras que les son 6 SORAR CON ROUSSEAU Ctorgadas en recomponsa por sus méritos polticos y/o mili-_} tares, sobre todo bajo el rosismo y durante las dos tltimas Aécadas del siglo 19. Aquellos comerciantes. conviene te- nerlo presente, han aparecido en la ciudad porta muy tardfamonte, a To largo del siglo 18, particularmente en su Segunda milad: Alzaga, Anchorona, Azcusnaga, Beluste” i, Lezica, Llavallol, Sania Colom, para poner silo algu- Tos nombres que evocan a los teratenientes dela epublica, En tercer lugar, la destruccién del sistema colonial (la economia, la sociedad y el aparaioestatal colonials), debe Ids al efecto corrosivo de los comerciantes ingleses (an bien estudiaco por Halperin) y de ls relaciones con ls cco- ‘nomias capiualisiascentaies, que al poder superador de las fucrzas sociales locates, Esta aecidn destructiva de la eco. noma capitalsta europea tiene varios efectos, cto dos, so. lament: 1) la desanculacin de las economias regionales, su consecuente enfrentamiento y con él la inestabilidad Politica; 2) el proceso de acumulacién originaria del capila- lismo agrario en el Litoral,fntimamente coneciado con el e formacién del Estado, ‘A proposito del primero, dejo aqu apenas plantcada una hipstesis de trabajo: esa articulacién acenia la desigualdad de desarrollo de cada una de las regiones y provineias ar- gentinas y se taduce en un mecanismo perverso, mediante @l cual la burguesia bonacrense se desarolla (dentro do 1984 pp 19-82) eal de Rod Aya, “Theories of Revolution Reconsidered en Theory and Society, 8a, sei spl Recess Zana. edie ‘oles, sna ambien pre ample y ror pope ee sain {cn enal wecalancional. En xe pope se deve el Maasterio ‘ane al cil Maal eooier ube verdaers-aenca de cese. rls 58, Waldo Areal, "Notas bef fomacin.".en oe. it par ‘eenapp S50 337 Lasexpesions recom pereneen lac “Sronchoes fecadn re anicla por Tuo Halpern Deng, mame ito, pp 489-450. 51 Veaselanisge Cambio agar integra. E esrralo dt “aptaismo en Jue 180-1960, Coes royerioECTRAICICSO, ‘Buenos Ans, 187, ape-2y 3, panicles fp 13-13, 1412 19.154 (60 Vee Wild Ana, La ia dela democrca Una resin sobre foe darcoshamanoe deel semis toile’, en Waldo Asal (Comp) La les dels damocraia Losdeechosbumancs comin. {strona narbirarieda, Bic de ncarSocle/4)CLAC. $50, Boenos Aira, 1985, pp 22:92 Sobre ls fonmas Se represen poplar dicen pode vere Suan Saeed, Lasprimerssfor ede chp lorsttomascietoraler Regine pola Gea pro ‘incite argestinns, Edtorl Tales Oricon ba Avro, Beene Ics, 6.6m Torn, Way Are Working Clases Or Bourgeois More ‘Succesol Tnan Others? ponencia prepared part Congreso elt PSA en Rio de unewe, 18 gone 982, paicopad, >. 3. (2g Grn Troon, Come dominate dominate, 2. ‘35, Conetanens utr sel gue fon Sonorneos, ot Let $itmser punto ciSico de Enno esheian constr ok {ble preit como repro ela pees celia Et trident por empl, qe aml o puede unidrdnsle pare cl Edo, rtems qo tn sprats ali como sistema eae ‘ecto oanaivamone pore apersio administrative ge st “10m shidem,n 32 thesia de Therbor 63. Vesae Adi Pra, La Repablicn Argento Imprsines yc ‘mention redctn de is Bue “is Hci y Fo {2071 Hyrpamnca, Busnes Ais, 1987, ap. 3 prelameat 8) 105 SORAR CONROUSSEAU fpf tonal carport be tae Mai, (64 Haber Hora crea de opabia pie, icons Gili, 3ra. edic., México, 1986, p. $6. eee 7 ‘Notun sbandido os ani for l cto argeain, ranqe receno- ‘Bet pecs encore un etal epee por per dolos ha eve. Punion rene, eels iuaionce es ance Re aber Dong GucrayOnanzaen los rignes de Essie aro sno 191-1880), Edo de Belgaro Buca es ES Aner Aspects ecnimias delfedwalimo argentine Eds, Bonnet Are, ed 190, ores aes od Caton Ch ‘Rone, pats mgrnes dan proves yor esos ae "Ormnztcin del Esato y contucin dl orden soca rn ccotics pinto ecient ai sec eteeige satel Gitta raiaeteromeey siesta umever mmeenenme Seedetmenetincaneee mca sate eater prt i get Omit nm me rape aigetieamtayran ema oo RENE Raya ie sic tara ee tact cttntmeat pcre il iy etter ey En py axancueara ee ‘ei iam ence See ote tte ae enna yn rice oti aac an nent (4894-15507 en Desaroto Economieo, ol 26 0095 Becmet en ‘Sctubre-diciembe 1984, pp. 367-386, y Juan José Lach, La Argentina she iocu ioe treet Fee pert tenet Sita ecu pigeon ek ieateat gta rengemms Sesame cemiaceeton emer WALDO ANSALDI ex 987, pins. 1579159, eT ea el Temas Shima poltceyoraneacén anya Sona Fey nes at Yeximen geri, aere S ‘ine nein Rowe “Rion lca Ser Seniors como Srnec sean ens em ce esa de CONICET 1ditabtche Ncl Temavasoesysn geo bats rome ents jvencthislonadores en frmacia 170, Ei Lt Curso de Derecho Constitutional un cba entre vlne- nes, conye le tomor VI (1), VI (i) yi) de as Obras Com- pleas, 2. ediién,ECYCLA, Buenos Aires, 1927. Paraloe punto aut ‘eladoevéanc cmor VI (OD, pgs. 10, 66, 101-113, 15, 119-12, 125, 127128, 189, 170171, 208 208, y De, pigs. 196-197 y 205: 207, “71 Véase Natalio R. Botena. El orden conservador. Soéamericens,Bue- aoe hin STh pp HL 1, Oscar Onine ope pp HS ‘Rcumente LEE H. Sonu, Historia dea itrvencones Federale ena ronan Bows Aes 99. ThtnloPowtn rn ts 7a RepdienArgontina consoin ‘sr por Capi Beene Aims, 181 ae {rl putea im eluio a evlulén del 88, Pus (Mao a Donghi, Una naciér 139; NatalioR. Bo- +14 To apes Dngh, Una nahn. pcp. 13%; Na au Lutron epublica Sacaene Bass Ais, 1384 ot ‘sh Lacia de Aber en La omnipotent det Estado sanguin de iaiiserud inl dsc pononiadn en lode en {je ela Fuebad Ge Des y Cnet Soci: dea Univers Se Boros As ele Vg 0 tomo de Boag, La tra ln rep ween 76 Eau eres, y deol ingen mpi dicate “an Shelirs Well Plitay prspeta Conimaldady ambioen ‘Tpeumeno pelle ccddenta Amaro dere, eros Ais Mdbbet La soitad pala como tc Ge eg". asrioe 108 Estado y sociedad civil: patron de emergencia y desarrollo del Estado argentino (1810-1930)* Leopoldo Allub** INTRODUCCION ‘Con frecuencia una clase social debe ejercer liderazgo, de- be ser hegeménicaen a sociedad civil (particularmente én el reino de las relaciones econémicas) antes de que se convier- ta en clase dominante en el Estado(1). En un ensayo ante- rior(2) discutel proceso mediante el cual laclaseterratenicn- te de Buenos Aires, a aves de cambios especificos de com- portamiento econémico, se transforms en la clase hegem6ni- a de la sociedad civil y no repetiré esa discusion aqui. ‘Mediante qué procesos la oligarquta porceia unificé ala na- Cidn creando un estado como parte integral desu proyecto he- sgeménico? De qué manera la creciente burocratizacién del * Este ensayo es una vision fragmentaria de un estado més amplio scbre los determinanies de la inestabilidad democritica argentina. Ellectorpodrd obtener un vision ms integrada consultando mi en- sayo "Las cases alias terratenintzsy el dasarolo dela agricltura Comercial en Argentina’, ‘en Revista Latinoamericana de Cencia Politics, (agosto, 1972). 1. 281-317: “Indusializac ‘burguesfa dependiene ydemocraciaen Argentina, 1890-1920, por sparecerencIN'2 de a Revista Mexicana de Socologia (1974). ‘Varios ensayos se integra en mi libro Origenes sociales de a le- tadura y de ta democracia en Argentina (proximo a aparece) Agradezco el apoyo financero y el estimul intelectual de A. F.K. (Organskiy Gino German, drectores del Comparative Political St- dies ofthe Latin Cultsral Area Project, y al Centro de Estudios So- Ciolégicos ce El Colegio de Ménico por su apoyo durante la fase final de edsccion del manoscrto. La version inglesase concluyé en jinio de 1973. (El texto aqutinelsdo fe editad por el Cento de Estudios Socioligics de El Colegio de México, México, DF. Ira ef, 1974. 197], ** Leopoldo Allubes doctor en Ciencia Politica (Universidad de Ca- ‘lina del Norte, Chapel Hill) fue profesor visitante del Cenzo de Earudios Socolégicos de El Colegio de México (1973-1974).

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