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JOSE MARTI

El corumente americano fue escenario de levantamientos y


ruchas durante el siqto X l X. Muchos de ellos llegaron a convertí rse
en revoluciones victoriosas logrando la independencia de los
pueblos V por tanto, la I iber tad de sus habi tantes.
La Isla de Cuba era, en ese tiempo, una colonia española v el
ejemplo revolucionario comenzó a cundir haciendo sentir en la Isla
los primeros s intomas de tu rbu lencia,
Mientras tanto, Estados Unidos comenzaba a interesarse en la
tropical colonia española. Ya exist la el anteceden te de la anexión
de una qren parte del territorio mexicano hacia Estados Unidos, y
Cuba pedía ser un fuerte apoyo para los estados esclavistas del
Sur.
Las ideas de libertad comenzaban a hacer de las suyas en
Cuba, por lo Que muchos esclavistas criollos V aún españoles
pensaban en reprimirlas mediante la anexión con 'os Estados
Unidos. Otros. consideraban la anexión como la única alternativa
para liberarse de España.
Hab (a algunos cubanos que no se deten ían ante estas consi
deraciones, sino Que en su avidez de patria tramaban conspiracio-
nes en Nueva York y organizaban expediciones invasoras desde
Nueva Orleans. Lógicamente los contingentes armados se integra-
ban con oficiales norteamericanos y tropa criolla como lo demues-
tra la exped ición conducida por Narciso l.ópez .
Los ataques de las expediciones invasoras eran Ir ecuentes por
lo que España envió cuatro batallones, cuatro escuadrones y una
bater ía arti llera para defender a su colonia en América.
La niñez

Entre los intaqr ames de este refuer zo miluar llegó el sarqen to


Mariano Man i, un valenciano proceden te de u na fami lia de nueve
hermanos cuya escuela e instrucción hab fa estado limitada el la
cordeler la oc su padre, car qando pecas de caña rno y pasando larqas
horas en la mesa de trenz ar.
los bai les de Escau riza y del Café de la Bola eran, en esa
temporada, el punto de reu ni ÓI1 de las señor i las decen tes, del
comercio y de la artesan ía.
En uno de esos bailes, el saroento Marti conoció a una bella
isleña vemteañera. Leonor Pérez era su nombre y no mal partido
-re-.;ien hab ia llegado de Santa Cruz de Tenerife en donde gozaba de
u na posi ci on desahogaela.
Una vez casados se instalaron en la calle de Paula y allí, en la
madrugada del 28 de enero de 1853 nació un varón a quien
pusieron por nombre José Julián.
Don Mariano Mart i ccnocí 6 las satisfacciones de una veloz
ascensión en su carrera militar, ya en 1855 era promovido a
subteniente graduado de infanter ra. Pero Mariano Mart! estaba
deseoso de la paz hoqareña. de fa convivencia cotidiana con su
mujer, su hijo y la pequeña Leonor.
Al pedir su baja en el ejercito comenzó a declinar su buena
suerte hasta llegar a la estrechez económica rayana en la miseria,
De los siete a los diez años, Jase Ju han ("Pepe") se vio en la
necesidad de ayudar a su padre en las distintas ocupaciones que
éste tuvo (celador en dos ocasiones y capitán de partido en Ha
nábanal.
La infancia de Pepe transcurrió entre el trabajo y el estudio
-éste en ocasiones esuoradicas. Y fueron incontables las noches en
que " ... mientras el padre fuma en Silencia su vequero. el niño.
reclinado hacia atrás en un taburete, mira los jueyos de fulqur acio
nas en el cielo estrellado. Las palmeras montan su centinela sobre
el paisaje oscu ro, cabecea ndo suavemente sus penachos. Algu na
ver le estremece el siseo brusco y espaciado de los gri llos en el ma
niyual. Parece un Itarnarnien ro ... ".1

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La educación y el castigo

La generosa ayuda moral V económica de don Rafael Mar ía


Mendive fue decisiva en la formación intelectual de José Julián. A
reqañadientes, don Mariano Mart i accedió a que su h ijo Pepe Que-
dara al servicio de Mendive. A cambio de esto, Pepe aprend ia y era
guiado en los terrenos del conocimiento. Así. comenzó a hacer
traducciones, a escribir poemas breves y versos sencillos, hasta ha-
cer ejercicios de retórica.
La constante superación y el afán desmedido por aprender,
pronto lo col ocar ían en San Pablo, el colegio particular de Men·
dive, teniendo como fiet compañero a Ferm in Valdés Dom ínguez,
con qu ien mas adelante compartir fa la cu lpa de u na carta escrita
en son de protesta contra la represión de los cubanos que ped ían
la independencia de Ia Isla.
Esta carta y la publicación de La Patria Libre hicieron que
Pepe viviera en came propia el drama de la prisión cubana. u na prí-
sión al estilo de los métodos represivos coloniales. El trato y las
condiciones infrahumanas infligidas a él y a sus compañeros le
hicieron adoptar un comportami ente de sostén moral para los de
más, y a esto contribuyó la muerte de un anciano -Nicolás Casti
110, supuesto briqad ier de los insurrectos- y dos niños de once y
doce años. cuyos enormes delitos habían sido los lazos familiares
que los ligaban a los desestabilizadores de la paz creada por España.
Seis meses duró el castigo, al término del cual, Pepe salió me-
dio ciego y con una lesión inguinal producida por un golpe de
cadena. Esta lesión le acompañar ia en ade lante corno motivo de
Irecuen tes reca idas.

España

Al salir de la prisi ón fue deportado a España en donde conti-


nuó su lucha tenaz por mantener viva la llama de la esperanza
libertaria, En España conoció a un buen nú mero de amigos, a Carlos
Sauvatle qu ien lo cu idó y sostuvo cuando Ia salud y la estabilidad
económica eran de lo más precario.
y de la misma manera que Don Manuel Mendive lo hab ía in i·
ciado en el aprendizaje literario, durante su infancia y adolescencia
en Cuba, don Calixto Bernal dirigía su aprendizaje doctrinal demo-

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cratico, COn lo que se abr ían aun mas sus posibilidades de particr
pación poutica.
Ya hab ía publicado El presidio potitico en el que hacía una
dura cr ltica hacia el sistema carcetari O cubano Impuesto por España;
esto le hab la ganado la antipatía de muchos V el afecto de sus
nuevos a mi gas.
Arnadeo l, e I rey postizo importado de Italia, abd icó al año
de haber ocupado el trona español. Con esto se facilitó el ascenso
de la Republica por la que se ven 1(1 luchando tiempo atrás. En esta
lucha, Mart i hab la participado con el propósito de lograr la auto
nom ía de Cuba una VeL instalada la Hepublica. Pero no fue asf,
después dei t riu nío republicano, sus i nteqran res ignoraron las con
sideraciones del cubano deportado e imberbe, a Jo que Mart I hab ia
respondido con su escrí ro 1irulado La República esoeñots ante la
Revolución Cubsne. En una carla enviada a un cubano en Nueva
Yor k, expl ica sus in tericiones de hacer entender a los españoles
" ...extraños por completo. si no a fa idea de la posib ilidad, a la
idea de la [usncia de nuestra independencia.. " cómo, si hasta en-
tonces hab ía sido infame, ser la desde entonces doblemente fratri
cida Su guerra contra Cu ba"
Después de su decepción republicana Mart j viajó a Zaragola
en donde tuvo una mayor tranquilidad, pudiendo dedicarse a los
estudios, a las veladas literarias. Ahi conoció a la primera mujer ele
quien se enamoró, Blanca de Montalvo.
La República española sufrió u n duro golpe y las luchas llega
ron hasta Zaragoza en donde también sufrió un triste fracaso a ma
nos de un militar deseoso de una insignia más.
Martl prosiquió sus estudios alcanzando la licenciatura en
Derecho y continuando sus estudios de Filosof fa y Letras.
Ahora, una vez terminada la preparación, el deber comenzaba,
y uno de los puntos principales por cumplir era trasladarse a Méxi
co al encuentro de sus familiares Que hacia aHá se hab íalll trasla-
dado con el propósito de mejorar su posición económica.
La despedida de España y la separación de Blanca se realiza-
ron con Jos inevitables arranques sentimentales, pero con la plena
conciencia de que estas relaciones eran pasajeras e inútiles de
conservar,
En una furtiva escapada a Francia, Marti entabló una amistad
f:.Jgaz con el poeta Augusta Vacquerie, amigo de V ictcr Hugo. El

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poeta obsecu ió a Mart t un ejemplar de Mes ti!s, la última obra de
Huqo, Las tiernas evocaciones del padre desolado y los dolores del
patriota por la patria hurni liada, sirvieron de cornoañ ia a Mar! len
5U larga traves liJ de Europa a Veracruz, Mart" se sent la vivificado
con la brisa del mar y las ideas de Hugo sobre la tristeza del pros-
erlto y el placer de I sacrificio,

México

La llegada a Veracruz y Ia presencia de un paIsaje lleno de


exhubetante veqetaci ón. decorado con los rayos de un sol cal ido y
brillante, hicieron ascender el alma poética de Pepe y le hicieron
sen tir COmO en Su propia patr ia,
E! viaje (1 Méx ice fue LJ na observación completa del paisaje,
sus uobtados y su qente. Era medianoche cuando el tren se detuvo
v en el anden le esperaba Su padre y u n conocido a través de la co-
rrespondencia familiar. Manuel Mercado.
La noticia de la muerte de Su hermana Ana constituyó un
gran dolor en eI reencuent ro, Alh, en la ca Ile Princi oaI Segunda
abrazó a doña Leonor y a sus hermanas Leonor, Carmen. Amelía y
Antoñica.
Manuel Mercado fue su qu la en el conocimiento d~ la ciudad
V en su relación con el mundo intelectual de aquella época.
Don Sebastian Lerdo de Tejada era el Presidente de la Repú-
blica y un amigo de él, don Jase Vicente Villada, era el director de
La Revista Universal, publicación de poi It lea. li reratura y comercio
-en orden de impnr tencia, de acuerdo con el interés que erevaiec ía.
Hasta 0311 ¡pudo rlegar Mart í, rned iante Il'l recomendación de
Manuet Mercado, V en marzo aparece su primera ooes la esc-ita en
México; "Mis padres duermen, mi hermana ha muerto", ensaquida
00 publica la traducción de Me.l fi/s de V ictor Hugo, con laque
M er t 1 SS convi rtió en motivo de curiosidad y admiración dentro
del circulo intelectual mexicano.

Por las lardes se acostumbraba hacer reuniones de ti tsratos en


la redacción de La Revista Universal y iiiI ellas esíst ia Mart í con
curiosidad y emoción para alternar con quien presld ía las reunio-

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nas, En ocasi onas lo hac id G ui llerrno Prieto, un veterano de las
luchas puf íticas y las letras, en otras lo hac ia Ignacio Ram iter . 'E I
Nigromante" o Ignaclo Manuel Altamirano. También asist (an Ma·
nuel M. F lores, Justo Sierra, Juan de Dios Peza y Juan Jase Baz.
MéxIco estaba viv.endo su ocaso romántico V las florituras
drl !r:'nqu<lje creaban una impresión anhelante en t'1 publico que
devoraba la prouuccron de los poetas románticos.
La pr inc: pal musa inspiradora de estos devaneos poéticos era
Rosario de la Pena, u na bella mu ¡er. especie de mecenas que reci
b ia en su salón a lo más destacado de la gen te de letras. A su belle-
za V cultura se sumaba una aureola de fatalidad, originada por el
suicidio de Manuel Acuna, Quien antes habla escrito el conmove-
dor "Noctum o·' con dedi carona "A Rosario".
Maní, se encontraba dentro del circulo de amistades de Rosa
r ro, quien había producido una violenta y grata impresión en el
alma del sensible cubano desterrado,
En Mé)(icrJ se JqLJditaba el problema reliqioso, sometido por
Juár ez, con las Leyes d~~ Reforma que Lerdo acababa de incorpo-
rdr a la Consn tución E I posrtivismo hab ia hecho Su entrada triun-
f di {~n los e rr cul os In telectuales V poi nicos de la ciudad, flor lo que
se a rna lqaruaba en forma per f ~(:ta con el laicrsrno V el ma terialismo
Mar ti aun no heb ia desprend Ido el romant icismo de su pan
samrunto por laque provoca u na ser le de opi ni Orles - favor abtes en
su Illdyoria-- en el discurso que pr onuncia en el Liceo Hidalqo del
Que era rmernbr o, con motivo de su participación en el CIclo de
conferencias sobre "Mater rahsrno y EspinlLJallsmo" junte con
G ustavo Sa¡ y Francisco Pi rnentel.
Mar ti cortejó [J Rosar i o de la Peña, P8JO ella nu nca tomó en
serio sus pretensiones ya que la experiencia y el trato con Pepe le
hah ian revelado su i ncanacidad para an irnar a un hombre enarno
rado de hero ísmo.

Orsstes

Al serie encdrg<lda la lahor de holetm.st a en La Bevist« Uni-


versal, Maní fIrma con el seudorurno "On-stes", lo que le per
rm tir opinar sobre la qestac-ón de una nueva Amérrca en forma
á

libre, Aprovecha todas las ocasiones pr orucias para favorecer a lo


causa cubana con lo que I Q1.Jra la a nI ipau'a de revistas como La lbe-
rie, en la que se le reprocha el afán de sacar a relucir en forma
insistente, la cuestión de Cu ha.
Mart i cornprend la que no pod la traicionar ta hospita I idad
ofrecida por un pueb lo hermano, pero no ceja en su empeño de
abordar. ahora, los temas nacionales en los que encuent ra siempre
u n pretexto para hacer ae laraci ones y p revocar estupor y discu
si ones. En sus botet i nes habla de I parasit isrno sccraí del pueblo
hispanlco, la econorn la inestab!e. la enseñanza laica obliqatona,
la exp lotación del hombre en el campo. el destino de la raza ind i·
gena y su redenci en a través de I l rabajo bien retribu ido.
"Orastes" no oculta a Mar! 1, y pronto, Su nombre es conocí
do en toda la Republica, al grado de que, en Chihuahua se meno
clona entre los trabajadores para que los represen te en u n congreso
obrero.

E)( per rene i El teat r al

Por ese tiempo, el actor Enrique Guasp de Peris loqra que el


presidente Lerdo de Tejada auspicie el proyecto para incentivar. la
Ii teratu ra y el arte dramático 1m Mex ico. Como Guasp insiste en
que Martl escriba algo, Pepe crea un proverbio en verso titulado
Amor con amor se paga.
En diciembre de 1875 se est rens la obra en un acto. i nterpre-
tada por G uasp y Concha Padi lla, una bel la actriz mexicana que
provoca nueva mente el sent i miento apasionado de Mart 1, se nti
miento dormido desde su fracaso con Rosari o de la Peña.
La retacíóo de Concha y Pepe lue tormentosa debido a los
excesivos celos y escenas drarná tices de El Ha y al carácter amable y
mundano de Pepe para con las damas a quienes sonre ía V cortejaba
con ~er1erosjdad, El rornpi mien 10 defi rH tivo se debió al encuentro
de Marti con una hermosa y elegante cubana recién llegaoa a Méxi
ca, ld señorita Carmen Zayas Bazán.

Un fracaso pol itico

L<''!:5 circunstancras polrticas se agravan en MéXICO, Lerdo BS


repudiado y las tropas porfi risras se levantan arnhi cíosas, La Bevis-
ts Universal crit lea en varias ocasiones el comportamiento por ri

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rista, V en una ocasión lanza acres censuras por ciertas ominosas
solicitaciones hechas por el genera I Porfi ric D íal al al to clero.
A principios de 1876, La Revista Unillersal'lanza la candi
uatura de Lerdo para la reelección V las protestas antilerdistas se
dejan o ír. Las luchas armadas cunden rapidarnente en Oaxaca y
otros estados.
En marzo, la revolución se extiende al Estado de Puebla.
La Revista Universal se ha ganado una gran cantidad de
enemigos y las amenazas veladas comienzan a materializarse sobre
los redactores más notorios.
José Mart i se oculta en la casa de Nicolás Dom ínguez Cowan,
el día en que Porfi ri o D iaz hace su entrada victoriosa a la ciudad
de donde Lerdo ha escapado secretamente, Es el 24 de noviembre
de 1876.
Como Porfirio O tal quiere mantener el clima de cultura y
refinamiento orrqmado por las tertulias literarias de la ciudad, deci
de conservar la sirnpat ía de los elemen tos intelectuales más desta
cacos, quienes ten ían una estrecha relación de amistad con José
Mart i, por lo que éste se encuentra fuera de peligro con respecto a
las represalias amenazantes,
la si tuación de Man i en el ámbito porfirista es incómoda, ya
comienza a fastidiarse por la ruti na, y pronto, desvía su atención
hacia Guatemala, la tierra nueva de la que tanto se habla en México,
Maní decide viajar primer o a Cuba pata conseguir la recomen
dación del padre de Fermin Valdés Dom ínguez, misma que le
servi rá en la tierra guatemalteca.
Al abandonar Mp.)(ico. un lamento surge de su pecho, Lamen-
to escrito en un momento de pasión por un pueblo que fue para él
como lo hab la 'Sido América entera.

¡Oh México querido! ¡Oh México adorado, lIe los


peligros que te cercan! IOye el clamor de un
hiio luyo que no nació de r/l
Por el Norte un vecino evieso se cueje: por el Sur,
Tu te ordenarás; te entenderás; tú te guiarás;
yo babré muerto, oh México por defenderte y
amarte, pero si tus manos flaqueasen, y no tuerss
digno de tu deber continental, VO lIorar(a
debsio de la tierra, con tsqrimss que serian luego

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vetas de hierra para lanzas -como un hiio ctevedo
a su ataúd, que ve que un gusano come a la
madre las entrañas,

Breve reconocimiento

En enero de 1877, Mar! i se embarca de Veracruz a la Habana


en el vapor "Ebro",
Julian Pérez -e~ segundo nombre y apellido de José Mart(-
es el nombre con que se registra en la lista de pasajeros del Diario
de la Marina, el 7 de enero de 1877, cuando hace su entrada en
La Habana.
Inmediatamente se entera de la situación, que los boletines
publican como optimista. La realidad es distinta. se sabe de rebe-
liones eruelemnte reprimidas, ex isten disensiones en el campo in-
surrecto, los emigrados de Nueva York ya no suministran elernen-
tos, la Repüblica pasea errabunda y debilitada por los enfrenta-
míen tos entre elementos civiles y mi litares.
Dolido, Mart I arregla sus asuntos en La Habana convencido de
que aun no es el tiempo para la lucha, y se aleja na sin sentirse
arrancado de las propias entrañas de su patria.

Guatemala

En Guatemala pudo relacionarse incluso con el presidente


Justo Rufina Barrios, debido a que éste había sido alumno del
padre de Fermín, quien le proporcionó cartas de recomendación,
además de entregarle mi I pesos.
El presidente Barrios hab ía multiplicado las escuelas con la
intención de educar al pueblo de agrado o por fuerza.
La Universidad estaba abierta a todo el talento y la Escuela
Normal estaba dirigida por el cubano José María lzaquirre, quien
hab ia sido expatriado después de una breve insurrección.
Precisamente, en la Escuela Normal fue admitido Marti corno
maestro de Historia V Literatura.
Entre los alu mnos con que cuenta en sus clases se encuentra
la señorita María Garcia Granados, hija del general de los mismos
apellidos.

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En esta ocasión. José Mart" se cuido de externar juicios cr .ti·
ces acerca del luqar en que vivra, recordando las fricciones recientes
ocurrrdas en la Ciudad de Mex ICO, ", . .nunca turbaré con actos, ni
palabras, ni escritos mios la paz del pueblo que me acoja".
Su in iciación en la vida literaria de Guatemala se debe a la pe
tición que le hace el señor Macal, ministro de Relaóotles Exterio-
res para escribir él Iyo sobre e} nuevo Códiqo Civi 1 gua tema lteco.
El escrrto elouiosc del Códiqo Civil le da 1" oportunidad de
hablar sobre el derecho a la I iber tarí. "España vino a interrumpir y
a frustrar la marcha de la'$ grandes culturas indigeniJs, superponien-
do a estos pa íses formas ajenas El "Su naturaleza, América necesita
resten r ar su forma propia dentro del esp íritu de investigación V
examen de nuestra epoca",
Las inp.~s vertidas y el es ti lo Iiterari o provoca agrado y adrui
racrón por lo Que es invitado a colaborar en fa Revista de la Univer-
siaed ; p.l siguiente paso, fue ser nombrado catedrático de la Unjo
versidad glliltem,¡¡lteca en las materias de Historia de la F¡ losof ia,
de Pri meros Principios, de Literatura _
Los enemigos ctsncates del presidente y de SUS obras se rledi
caron ti atacar las ideas y la oratoria del cubano expatriada Ilegan
do a llamarlo con el mote ··E t Doctor Torrente".
Mart i continúa practicando sus frecuentes piezas de oratoria
con las que qana la atención ex pectanre de todos los públices y en
una velada art isucolrterarla de la Escuela Norma I tiene tal éxito
que su oieza es comentada en El Proqreso V a la vel es invitado a
pan rcrpar como vicepresidente de la nueva sociedad Ii teraria El
Porvenir.

María

Desde M~xico I~ lteg¡;l la noti ticación de que su familia regresa


<1 Cuba. Man ¡ piensa con frecuencia en Carmen, con quien se com-
prometió en matrimonio antes de viajar a Guatemala, aunque a
veces olvida este compromiso a~ encontrarse al lado del María Gar-
e La Granados qUE! canta con una rnetodiosa VOl e i nterpreta s-en ti-
das me lod ías en el piano. Jase Marti:se siente fascinado por la pre-
sencia de Mar ia a quien no le corrí ía Su verdadera situación, Intenta
alejarse de ella. pero los compromisos y la educación para COn I¡¡
[ami Iia G are la Granados se lo i rnpiden,

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Al fin, decide confesar y partir hacia México. _. a casarse,
Mar ia lo despide en ta estación y le obsequia una almohadilla pero
fumada y bordada corno un pequeño recuerdo.
En el trayecto a México, terrni na de escrIbi r un documento
que hac ía poco iniciara: Guatemala. Es un eloqro lleno de gusto y
agradecimiento hacia la nospitatana tIerra que le ha acogido con
carifio materna l.
. Un arniqo cercana, el guatemalteco Ur iar te, no resiste la ten
ración de desahogar Su emoción en un sentido prólogo a la edición
pu bl icada en abril de 1878.
los pnrneros dlas de ese año llegaron los recién casados a
Guatemala y reci biarun las visitas de bienveni da de los amigos.
Entre ell os, se presentó ti salu darlos el general G arc ia Granados,
qUien a su ver, disculpó a Mar ia por encontrarse enferma. Una tar
de se habla metido al r ío con el sol casi oculto, y desde entonces,
habia sufrido de fiebre.
A los pocos d las Mar ia falleció.
Mart( se sintió profundamente afectado por el suceso que con
movió a Guatemala. Desde entonces, comenzaron a revolotear
unos versos en su mente, versos a los Que dar la forma en lJ n t iern
po futuro:

Quiero, a la sombre de un ala,


Contar este cuento en tlor:
La nl;'i<1 de Guatemala,
La que se murió de amor

Eran de tirios los ramos,


y las artes de reseds
y de [ermin: la enterramos
En una caja de seda.

. . .Ella dio al desmernoriadc


Una dtmoh,~dill('J de olor:
El volvió, volvió casado:
Ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas


Obispos yemhajadores:

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Detrás iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.

. . . Efla, por volverlo a ver,


Salió a verlo al mirador:
El volv;ó con su mujer:
Eff ase mudó de amor,

Como de bronce candente


A I beso de despedida
Era su frente ;'a frente
Que más he amado en mi vida!

_. .Se entró de tarde en el rio,


La sacó muerta el doctor:
Dicen que murió de trio:
Yo sé que murió de amor.

A fU, en la bóveda helada,


La pusieron en dos bancos:
Besé Su mano afilada,
Besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
Me llamó el enterrador:
¡Nunca más he vuelto a ver
A la que murió de emort?

la llegada del el04io de Guatemala publ icaco en México fue


u n eslabón más en la carrera de triunfos de Mart i y a este aconteci
miento siguió el lanzamiento de la Revista Guatemalteca.
Nu todo pod fa ser felicidad ya que los incidentes siempre
esperan e1 momento oportuno para hacer Su aparición, y en esta
ocasión, el momento se materializó en un serio ataque diriqido a la
persona del maestro lzaguirre. Colegas envidiosos inventaron car-

P~d'o '".~''''' r..1>10. JD.<~ M.1fli. Antolor;{a mrfllffl., torno LILa Haba'la. 1972.
~~q. 11b 17r,

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gas, recibiendo el apoyo del presidente Barrios para expulsar a Iza-
guirre. La indignación de Marte no tuvo I imites y en un acto de
solidaridad con el maestro lzaquirre, renunció a sus cargos en Gua-
temala, abandonando el lugar el 26 de julio de 1878.

Zanjón

Mart í se encuen tra ante la disyuntiva de la dónde ir ahora?,


cuando los oerlód feos de fuera traen una penosa noticia: La guerra
de Cuba termina, España e insurrectos han pactado sobre una base
que no es la independencia.
Se había firmado el pacto de Zanjón. mediante el cual se per-
mlt ra el regreso a Cuba de centenares de oatriotas Que se hallaban
dispersos yel "olvido de lo pasado",
España promete reformas para más adelante y por lo pronto
propone la asimilación de Cuba a las provincias peninsulares, lo
que provoca en Mar¡ í una indignación creciente que se recrudece
con la impotencia.
"La paz de Zanjón hab la engañado a quienes esperaron que
España cumpliera sus compromisos, y separó irreconciliablernente
a los cubanos que permanecieron fie les a sus idea les de libertad, en
la Isla o en el extranjero, V a tos que encontraron acomodo y bene-
ficio en la nueva situación" ,l
Mart í se reúne en Cuba con don Nicolás Azcarate. y por esa
relación conoce al mulato Juan Gualberto Gómez, Quien habría de
ser un excelente peleador libertario. Don Nicolás vuelve a la vida
literaria en el Liceo de Guanabacoa, a cuya fundación contribuyó
y que ahora abría nuevamente sus puertas.
Azcárate preparó enseguida la admisión de Mart í en el Liceo
cama miembro de la sección de literatura.
A fines de 1878, el 12 de noviembre, nace el primer hijo de
Marte, un varón. Pepe se ve en la necesidad de buscar nuevas entra-
das económicas para el sostenimiento de la familia. Así, se coloca
como abogado en el bufete del licenciado Miguel Viondi; uno de
los próceres de Guanabacoa.

EZBqLli,el M~rt;.,ez Estrllda, Miuri: el hCTD(} v $U ~r.¡Ón fe~DJuc¡onil(ilt. MéxIco.


1975. pago 50.

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Los meses pasan, las promesas del pacto de Zanjón no se
cu mp len, las par tidas sueltas de i nsu rrectos aún dan quehacer en la
manigua V el Comité Revolucionario constitu ido en Nueva York
hac ia alqún tiempo, comienza a intsnsi ficar sus actividades.
Marti se inflama nuevamente con las ideas de revolución que
comienzan a regarse como pólvora a punto de estallar en la Isla.
Nuevamente comienza a tener parri cioación en las conj uras clan
dest inos. y cuando tiene oportu ni dad de ex temar sus ideas liberta
rias en publico, lo hace. ante el azoro e indignación de los parti-
darios de España,
Mar! í combina fa creación literaria con la lucha revol uciona-
ria y as'" al mismo tiempo que escribe un drama romántico: La
adúltera, se reúne con sus compatriotas para activar los despachos
de armas al interior.
El 17 de septiembre de 1879, Marti cae preso, y junto con
Gualberto y Agu i lera es embarcado para Ceu ta,
El 25 de septiembre sal ía en el Alfonso X 11 para España, bajo
"partida de reqistr o".

Otra vez España

En España lleva una vida solitaria, concentrada en visitar


si tíos de arte V en largos encierros en la bi blioteca del Ateneo,
alternando en sus Jecturas a los clásicos del pensamiento poI (tico
~Montt:SQuieu, Housseau •. ,_ -con los del realismo y el criticismo
españot- Quevedo, Saavedra Fa¡ardo, Gracian, Jovellanos. _.
A esta vida ascética se sumaba el sufrimiento de saber que
Carmen heb ía regresado a la protección del padre que nunca hab fa
visto su unión con buenos ojos.
Al fin, se presenta la oportunidad de huir a los Estados Uni-
dDS burlando la escasa vigilancia española. A1pasar por Par ís tiene
la oportunidad de conocer a Sara Bernhardt a Quien dedica unas
lineas en sus apuntes de viaje.

Nueva York

En Nueva York, se incorpora de inmediato al Comité Revolu-


cionario que bajo [a presidencia de José Francisco Lamadriz esta

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haciendo desesperados esfuerzos por llevar adelante los planes
revol ucionarios del genera' Cal ix (O G are ia.
El fracaso de la reciente insurrección en Cuba hab ia disminu í

do la confianza de los cubanos expatriados nuevamente. por 'o que


era necesario hacer renacer la esperanza y z quién mejor que José
Mart í que utilizaba un lenquaje ciceroniano y preciso para ericen
der el en tusiasrno de qu ien lo escuchara?
El 24 de enero de 1880. Mart i pronuncia su primer discurso
en los Estados Unidos. Es un discurso inflamado de conceptos e
ideas que juzgan conmovedorarnente la guerra pasada para ensequi
da, abordar la cuestión de los negros relacionándola en forma rna
qistra 1 con la esperanza cubana y revol ucionaria:
La revolución nueva ten ía que ser obra democrática, obra de
tactos, hecha de "cordura y cólera, razón V hambre, honor y
ref lexión' .
Este torrente de palabras inflamadas de pasión lo convirtió en
uno de los asesores del separatismo en Nueva York.
Mart i se moviliza y crea acción en torno a él. de tal manera
que consigue un fuerte donativo para crear las condiciones propi
cias para la partida del general Catixto Garc ía con 26 expedicio-
nari os mas. en la goleta Hattie Haskell, el 17 de abri 1.
Mart í se quedó en los Estados Unidos encargado de tornen
ta r el susten tarnien lO de la guerra, m ientras en Cuba se iba a llevar
a cabo la Guerra Chiquita.

La G uerra Chiqu ita

Para la primavera lleqa Carmen con su hijo, quien cuenta ya


con dos años. Las fricciones comienzan a aparecer en el rnatri rno
nio , el invoca la dignidad, el destino, la patria.ella. la tranquilidad,
el porvenir y el hijo.
Marti continúa sus actividades, y al fin. el 17 de mayo llega la
noticia de que el general Calixto Garcra ha desembarcado en Cuba,
Poco a poco las noticias se van haciendo mas escasas hasta que dis-
mi nuve el entusiasmo in icial entre los seguidores de la causa cubana.
E ntre tanto, Mart ( escri be en The Hour tres largos art ículos
bajo el título de "lrnpr essions of a Fresh Spaniard " en donde cri ti
ca la vida y actitudes estadounl densas con un lenguaje desusado en
los ex tranier os residen les en Estados Unidos,

15
La reoel ión de Cal i xto Garc la se llevo a cabo en forma
incoherente y acéfala, los capitanes nunca llegaron a reu ni rs.e en
Cuba V fueron 'Sometidos en forma separada. U na vez captu rado el
general Garc la, fue enviado a España con lo Que el foco de la rebe-
li 011 quedaba apagado.
Pepe conversa con Carmen y le transmite su ríecisi ón de ir a
trenas nu evas.
Carmen parte a Cuba y Pepe a Venezuela.

Venezuela

Cuentan que un viejera llegó un dia a Caracas


al anochecer, V sin sacudirse el polvo de! camino
no preguntó dónde se comis ni se dormis, sino
cámo se iba a donde estaba la estatua de 801/1Iar_
y cuentan que el visiero, solo con los árboles sltos
y olorosos de la plaza, lloraba frente a la estetue, que
paree/a que se movie, como un padre cuando
se le acerca un hijo.

E r¡ Venezuela Mdft I conoció a Ceci I io Acosta, un i nsiqne hu


rnanista y [urisconsul ro, esti mu lador de la CU ltura y formador de
conciencias, quien se encontraba reducido a la miseria 8 causa del
dictador gobernante de Venezuela, Guzmán Blanco.
Martl comienza a enseñar oratoria y poco después, los direc-
tores de JO$ ccleqios Santa María V V i Ilega~ le invitan a impartir
Literatura y F ra ncés, A I poco tiempo Mart' decide sacar a la e ircu-
lación la Reviste Venezolana Que sólo llega a 5U segundo numero y
queda suprimida por la "omisión" grave de no ensalzar al "Ilustre
americano", el dictador Guzmán Blanco.
Mart í se ve en la necesidad de aba ndonar Venezuela, no sin
antes escribir una sentida carta al editor Fausto Teodoro de Aldrev.

oe América soV hIlo: a e!la me debo. Y de fa América,


a cuya revelación, sscoatmiemo V fundación urgente
me consagro, ésta es la cuna; ni hay para labios dulces
copa amarga; ni el áspid muerde en pechos veronites,
ni de su cuna reniegan hijos fieles. Deme Venezuela en
qoé servirte .. ella tiene en mi un hijo.

16
"Aunque apenas ha durado medio año, Su estancia en Vene-
zuela ha sido el impulso final en una de las dos direcciones que van
a regir el curso de su vida: la dirección ernericanista. Su destino ha
operado con una precisión y econom Ia geométricas. Le ha llevado
a COnocer tres pa íses del continente hispánico; uno al Norte, otro
al Centro, otro al Sur ... A lo largo de esa triple experiencia, su
sentido de la realidad americana se ha ido redondeando. México le
inició en el sentimiento de la fraternidad continental. Guatemala le
ensenó los valores primitivos: la tradición, el paisaje, el hombre na-
tural. En Venezuela, con eI contraste de su pasado y de su presente.
ha encontrado, al fin, toda la dimensión trágica de América"."

1smaelillo y Versos Libres

Desde Nueva York, Mart I si que escribiendo a Venezuela por


conducto de Aldrey con el seudónimo HM. de Z.",
Es la época del Dixíe,la tonada bélica del Surde Mark Twain
y del Danubi o Azu 1. Mart I aun no ve llegar la oportunidad 001 ítica.
Aún está reciente el Iti rno fracaso.
ú

Míentras. se dedica a llenar cuaru nas. una tras al ra.


El oficio de la escrltu rs no le impi de sentí r nostalgia por la
patria, por la mujer y el hijo a quien dedica una serie de poemas
escritos en los momentos de recuerdo amoroso. El libro se titula
tsmsetitto, recordando a otro ni no de su ¡nfancia lejana, pero va
ded icado a Pepito.

Hilo:
Espantado de todo, me refugio en l/.
Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida
futura, en la utilidad de la virtud, yen ti:
Si alguien te dice que estas páginas se parecen
a otras págjnas, diles que te amo demesiedo
para protenerte as/. Tal como aquí te pinto, tal
te han visto mis ojos. Con esos arreos de gala te me has
eperecido.

J. Manoch,Op. cit, pá<;¡. lil~.

17
Cuando he cesado de verle en una forma, he cesado
de pintarte. Estos riechuelos han pasado por
mi corazón
¡Lleguen al tuyo!'

Por 1.. misma época -1882 - M(irt i escnbió sus versos Libres
e incluso redactó un prólogo para el libro que lamas IIeq6 a pub h
carse.
los Versos Libres son "., .poernas de un I1 rismo viotento.
donde se echa de ver la torturada soledad de un esp iritu Que, no
hallando en torno su yo ocasión para su afán de amar y de servir,
'de sus propias entrañas se alimenta', soliviándose a un mundo mo
ral heroico creado por su propia irnaqmación.'

EI fuego apagado

A los treinta años, Mart i ha logrado UIl poco de tranquilidad


Su amigo Est rázulas, cónsul de Uruquay, ha logrado hacerle vice
cónsul de su pa is, con Jo Que Pepe alquila una casa en Brooklyn y
hace ven ir a Carmen ya don Mar iano.
Pronto, el esprritu revolucicnario vuelve a hacer presa de
Pepe, Ven las celebraciones del centenario de Salivar -24 de aqcs
ro de 1883- ante la presencia de los cónsu les acred i tados en Nue
va York y el presidente arniqo de Honduras. emite un majestuoso
JO loqio a Salivar que termina con la violen ta (rase : .. tSeñores. el

Que tenqa patria, que la honre; V el que no, que la conquiste i "
En 1884 se prepara un lluevo movimiento ne insurrección,
pero éste cae en contradicciones e irnpr ovisac.ón por ro que Martr,
al tener di íerencias -sobre todo con el general CaID<10 Gerc.a, ¡..lOr
sus actitudes dr- caudillo- se separa del rnovimieruo. lo que provo
ca la desmota Iilación de muchos y la cr itica de otros tantos.
Carmen reqresa nueva mente a Cuba, al ver la reincidencia de
Pepe en las cu esnones revoluc ionarias. Mar! I se refugia en la prt'
sancia de su padre V continua escribiendo para La Nación de
Argentina.

18
En las ter tul ias de Buenos Ai res, Rubén Oar 10 le ia en voz aita
muchas de aquellas notas.
Don Mari ano regresa a La Habana y en febrero de 1887,
muere, dejando un dolor profundo en el alma lastimada de Mar t i.

La edad de oro

Pero los dolores acicatean más su eso íritu de lucha y con ti


núa escribiendo para CU mp I ir con sus compromisos en todas las pu-
blicacioncs que han solicitado su colaboración. Se da tiempo para
responder a los comentarios mordaces aparecidos contra la causa
cubana en The Evening Post.
Pepe y su tierno esp iritu conuenz an a interesarse por los ni
ñcs, el esta convenc ido de que la mente i nían ti I es ma teria moldea-
ble y sien te respeto por esas pequeñas concienc ias en gestación,
de modo que decide pu blicar una revista titu lada L a EcIad de Oro,
dedicada a "los niños de América".
Maní sabe que los niños son la esperanza del mundo, por lo
Que el contenido de la revista tiene expresiones de lucha por la
libertad, además de cuentecillos, apóloqos y otras amenidades in
fantiles trazadas por la mano maestra de Mar t í.
La Edad de Oro vivió hasta el cuarto numero dejando de eXES
tir por la faHa de vi sión de I edito r.

Versos Sencí llos

En el i nvier no de 1889 1890 se Itevó a cabo la pr imera Confe


rencia de Naciones Americanas. Era una reunión de pueblos libres
ent re los que Cuba no pod ia par tici par y Mart I tiene Que contsn-
tarse con asistir como cónsul del Uruguay.
El escudo emblemático de la Conferencia llamaba su atención
en forma obsesiva. l.e molestaba ver a aquella águila insolente Que
mantenía en sus garras todos los pabellones de América,
José Mart ¡ se r efuqió en la poesia para dar rienda suelta a sus
sentimientos reprimidos por ía anqustia de saber a su patria aún
encadenada.
Publicó su tomo de Versos Sencillos en Nueva York el ano de
1891 El atrrrna Que fueron escri ros en el invierno de 1889 1890,

19
"aquel invierno de anqustia" en Que se reunió la Conferencia Pana
rner icana en Washington,
En los 46 poemas que componen el libro. Martí recrea los re·
cuerdos de figuras queridas y episodios lejanos: sus padres, el
maestro, la hermana muerta, la Niña de Guatemala,...

Yo soy un nombre sincero


De donde crece la palma,
y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,


Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En Jos montes, monte soy.

Yo sé Jos nombres extraños


De las yerbas y las flores,
y de mortales engaños,
y de sublimes colores.

Si dicen que del joyero


Tome la jo va mejor,
Tomo a un amigo sincero
y pongo a un lado e! amor.

Yo he visto al águila herida


VoJar al azul sereno,
y morir en su guarida
La V/Dora del veneno.

Odia la máscara y vicio


Del corredor de mi hotel:
Me vuelvo al manso bullicio
De mi monte de laurel.

Con los pobres de la tierra


Quiero yo mi suerte echar:

20
El arrollo de la sierra
Me complace mAs que el mar.

Si ves un monte de espumas,


Es mi verso lo que ....es;
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.

Mi verso es como unpuñal


Que por el pui'io echa ttor:
Mi verso es un surtidor
Ove da un agua de coral.

Mí verso es de un verde claro


y de un carmin encendido:
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo

Mi verso al valiente agrada:


Mi verso, breve y sincero,
Es del vigor de/acero
eon que se tunde la espada.
Cultivo una fOSil blanca
En julio como en enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca.

y para el cruel que me arranca


El corazón con que vivo,
Cardo ni oruga cultivo.
Cultivo la rosa blanca.

21
El Partido Revolucionario Cubano

El recuerdo del águila atormenta al poeta, quien írecuenternen


te piensa en los Estados Unidos interesados en Cuba.
En Tampa, comienza a formarse una organización para recau-
dar fondos por la libertad de Cuba. Marti ha sido invitado como
orador en la velada del 26 de noviembre de 1891 de la sociedad
Agramonte. A Mart ( le cuesta trabajo encender los ánimos de los
cubanos del Sur, tabaqueros, propietarios y profesionales criollos
obligados a expatriarse¡ y adoptar, en una tierra extraña. los oficios
más hu mi ldes, pero, una vez roto el hielo, la pasión se desborda y
recibe la entreoa del esp ir itu cubano habitante de Tampa.
EI éxito obtenido en Tampa le induce a visitar Cayo HUEso,
otro pedazo de la tierra cubana, sólo que es un islote mas aspero
Que el anterior, Pero paro Mart í no hay imposibles y logra cauti-
var y encender al público antes receloso.
El 5 de enero de 1892 nace el Partido Revolucionario Cu bano
mediante las reso luciones de Tampa y las bases redactadas por José
Martl. Los representantes de las sociedades políticas de Tarnpa y
Cayo Hueso obtienen la aprobación de la Liga Patriótica.
El 14 de marzo aparece el primer número de Patria costeado
por los cubanos de Nueva York. Patria es el Órgano del Partido Re
va lucionar io Cubano, pero no aparece corno tal; sin embargo, pu
hlica las bases del partido en un ar trculo de 'Seis columnas titulado
"Nuestras ideas", y es, el ideario básico de la revolución, y de la
guerra como instrumento de ella.
El 8 de abril, los clubes del Sur. de Nueva York y de Filadel-
fia eliqcn simu I tánaamente a Mar! í como delegado, cargo al Que los
estatutos con fieren la dirección general del Partido,
"La accí ón revolucionaria ha de comprender tres gestiones
principales: extender y consolidar al Partido, incorporándcle nue
vos elarnentos y acreditándolo dentro y fuera de Cuba; allegar fono
dos de guerra y organizar sus contingentes militares".'

22
El sembrador

De acuerdo con los lineamientos del Partido, Mart orqaniza


í

Inmediatamente campañas para recaudar fondos, llamar al mayor


número de colaboradores V dar a conocer al Partido.
El 11 de septiembre se embarca para Santo Domingo para en-
trevistarse con e! yeneral Máximo Górnez, en las afueras de Monte-
crist r.
EI general lo recibe con entusiasmo, olvidando las diferencias
que los hab (an separado en u na ocasión anterior. Una vez obten ido
el éxito con Gómez, Martf viaja a Hait para encender a la pequeña
í

colonia de cubanos y lo mismo hace en Jama ica.


Su peregrinar se convierte en un apostolado en el afán de cum-
plir con su parte perfectamente deslindada en la entrevista de Mon·
tecristi: la jefatu ra mi litar para Gómez y la labor previa de coord ¡-
nación y aprontamiento para Martí.
A fines de Mayo de 1893 emprende viaje a Costa Rica para
pronu nciar u na conferencia en el Colegio de Abogados. Abundan
all í desterrados pol íticos de casi todos los pa (ses sudamericanos y
Mart i encarna para aquellos hombres, la conjunción romántica del
poeta y del caudillo. Este les recuerda que la causa de Cuba no es
una causa aislada: es causa de América.

Presiones

En el otoño, u n pánico financiero estalla en Estados U nidos,


afectando a los tabaqueros del Sur. Numerosos obreros cubanos
quedan sin medios de subsistencia, circunstancia que aprovecha el
cónsul de España para desmoralizar al Partido ofreciendo la repa-
triación gratuita de los desocupados.
En 1894 se reabren en Cayo Hueso las tabaquer ías afectadas
por la crisis, pero los cubanos son desplazados por empleados espa-
ño les venidos de Cuba.
Estos sucesos producen divisiones en el Partido por lo que se
hace necesario hacer estallar la lucha lo antes posible y liberar a
Cuba de una vez por todas. Desde Costa Rica _ Maceo apura a una
acción inmediata; Betencourt. desde Matanzas;Carrillo, desde Santa
Clara y los de Oriente y los de la Habana ...

23
A principias de julio, MarU regresa a Nueva York de un viaje a
Panamá, San José y Jamaica, en donde ha ido a sembrar confianza.
Ah i le espera el general Gómez. quien ha llegado para conocer el
estado de avance del movimiento.
El plan de Martí ha madurado. En noviembre de 1894 sólo
espera una orden de Gómez para Que tres vapores llenos de armas
-el Amadis,el Laqonda y el Baracoa- salgan del puerto de Fernan-
dina en la F lorida. en donde lo tiene va todo hábilmente combi-
nado.
Los barcos salen y transcurre el tiempo, pero, ellO de enero
de 1895, los tres vapores son confiscados por el Gobierno de
Wash inqton.
Este fracaso ha sido un fuerte golpe moral para Mari i, pero al
Conocerse las noticias en Nueva York, La Habana y los demás puno
tos estratégicos, el talento V el valor de Mart j son reconocidos en
forma unánime "laque no todos esperaban un plan tan audaz y per-
fectamen te estructurado como el de Fernandina.
La imagen de un Mart[ loco, poeta y visionaría Que hace dis
cursos y pide dinero, se ve opacada por el genio y el espiritu de lu-
cha que a todos impresiona.

M ontecrist i

Ahora con más fervor se aprestan los voluntarios para [a


lucha; el dinero faltante se consigue para fletar barcos con armas.
la noticia de que Mart 1, G ómez y Collazo están en Cuba, es
recibida con un júbi lo extraordinario.
Mart í se entrevista con el general G6mez y juntos suscriben el
histórico Manifiesto de Monteedsti, el 25 de marzo de 1895.

Que el scento de noestr« palabra $fNI, principalmente


en lo público, no clamor inúti! de vengtlnza feroz,
que no cabe en pechos nuestros, sine el justo cansando
de un pueblo sofocado Que ,spira, par su emancipación
de un Gobierno convicto de nu¡;dad y malevolencia, al
Gobierno propia de que es capaz y digno. Que se vea
en nosotros 8 americanos editicedores, no a rencorosos
venos. Esa es nuestra guerra; bs es la República Que
reanudamos.

24
Ha lleqado el momento de salir de donde sea y como sea. Martí
despacha a todos los centros de rebelión cartas extensas, urgidas,
pero llanas de dirección y de doctri na.
Martl' piensa que las madres son amor, no razón; son sensibili-
dad exquisita y dolor inconsolable. Movido por esta idea, escribe
una sentida carta a su madre como si presintiera un fatal desenlace.
"Madre m (a ~ Hoy, 25 de marzo, en víspera de un largo viaje
estoy pensando en usted. Yo sin cesar pienso en usted. Usted se
duele en ra cólera de su amor, del sacrificio de mi vida; ¿y por qué
nací de usted con una vida que ama al sacrificio? Palabras, no pue-
do. El deber de un hombre está all í donde es más útil, Pero conmi-
go va siempre, en mi creciente y necesaria agonía, el recuerdo de
mi madre. Abrace a mis hermanas y a sus compañeros. ¡Ojalá pue-
da algún d (a verlos a todos a mi alrededor, contentos de m H Y en-
tonces si que cuidaré de usted con mimo y con orgullo.
Ahora, bend ígame, y crea que jamás saldrá de mi corazón
obra sin piedad y sin limpieza, La bendición,
Tengo razón para ir más contento y seguro de lo que usted
pudiera imaginarse. No son inútiles la verdad y la ternura. No pa-
dezca". fI

La acción

El tan deseado momento de partir hacia la amada fs~a se ve


detenido momentáneamente por un frustrado intento de empren-
der fa partida en u n barco que está a disposición pero sin capitán
ni marineros.
Finalmente viajan hacia Cuba teniendo que hacerlo en forma
incómoda hasta que son dejados en un bote a tres millas de la
costa.
La noche es cerrada y tempestuosa, siete hombres viajan a la
deriva en u n frágil bote, no saben en dónde se encuentran ni hacia
donde van en la oscuridad como boca de lobo.
Finalmente, se oye el sonido rasposo de la quilla contra el le-
cho rocoso. Hay expectación lhan llegado!

Andrés de Piedra-Bueno, Mart,:' mensaje biográfico, tnsntuto Civi¡;o Militar, 1953.


pág. 64.

25
Se enteran poco después que el lugar se llama el Cabojal V por
donde desembarcaron, Plavitas.
El d ia 14, el general Górnez convoca a u na [unta en la que se
otorga a José Mart i el grado de mayor general del Ejercito Liber
tador,
Las luchas se inician y suceden en forma constante, perrni
tiendo el ascenso de la esperanza puesta en torno a la causa cubana.
Mart ( escribe al Herald de Nueva York para dar inf orrnes acerca
de I estado de la querrá.
M¡entras tanto, Martinsz Campos -el gobernante cubano- se
dispone a atacar con el más numeroso y mejor equipado ajérci
to que Eu ropa haya mandado ja más ti América.
Las fuerzas revolucionarias se reúnan en la M¡¡jorana casi el ras
puertas de Santiago de Cuba yen esa reunión de 10$ tres jefes su-
premos ha de decid irse el curso de la guerra.

La entrlfQa

El 12 de mayo, G6mez y Mart ( acampan en Dos R lOS. Mien·


tras Mi'lrtfes a tacado de un infarto ingu inal -su vieja dolencia - que
le Impide moverse, escribe una carta raveladora a Manuel Mercado
la noche del dia 18,
Esta carta revela lo que nunca habfa querido externar, el ver-
dadero motivo que le ha hecha luchar hasta la desesperación por la
independencia de Cuba.

. . .va estoy todos 10$ d (as en peliqro de dar mi vida por mi


pais y por mi deber -puesto que lo entiendo, y tengo ánimo
con Que realizarlo.; de impedir a tiempo Can la independsn-
cia de Cuba que se extiendan más por las Antillas 105 Estados
Unidos y caiqan, can esa tuerza más, sobre nuestras tierras de
América. Cuanto hice hasta hoy. y haré, es para eso. En silen-
cio ha tenido que ser y COmO indir-ectamente, porque hay co-
sas Que para lograrlas han de andar ocu itas, y de proclamarse
en fa que son, levantarjan dificultades demasiado recias para
alcanzar sobre ellas el fin ... Viví en el monstruo y le conozco
las entrañas: y mi honda es la de David.

26
En el potrero de Dos R íos tiene lugar el encuentro decisivo
para José Martí. La columna enemiga, al mando del coronel Xirné-
nez de Sandova 1, ataca en gran numero a las fuer zas revolu ciona-
rias. En un arreba to Su icida, MarH se lanza a la lucha pidiendo pres-
tada una pistola, Su esfuerzo se ve quebrado por una descarga ce-
rrada que lo deja con el pecho V la quijada tintos en sangre.
El cadáver Queda en poder de Xirnénez de Sandoval Quien re-
ci be la orden de llevarlo a La Habana para difundir la noticia a Flo-
rida V NLJeVa York.
Inú tires son los esfuerzos del general Garc/a por recu perar el
cuerpo de Martí. El cadáver, mal embalsamado yen un ataúd hecho
de cajones es enterrado por el ejército español.
"La muerte, el 19 de mayo de 1895, apaga como una misma
llama fa vida y fa pasión libertada de Marrf. Su muerte -hecho his-
tórico V biúgrJfico oor igual- es el final lógico de una serie de
acontecimientos que se prolongan en línea recte V ascendente,
desde su iniciación en el periodismo y en la fJcc;ón revolucionada
de La Habana, e! cumplir los dieciséis años, hasta el tin, apenfJS
cumplidas los cuarenta V dos. Mudó de su muerte". ~

27
BIBLIOGRAFIA

ALVAREZ TABIO, PEDRO. José Maru~ antDlogia mintms, La Habana,


Ed. de Ciencias Soclates, 1972.

MAÑACH, JORGE, Marr/, el apóstol, Madrid. EsPas~ Calpc S.A. Col. Ausual
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MART INEZ ESTR ADA, El EQU IE L, Mam~ el htit(){! V su afición revoiocions-


ris, M~l(i~O, Siglo XX 1 cd, 1975.

PIED RA -8 UE NO, AN D RES DE. M<lrtr; menseie biográfico, 1nst ituto Ctvico
Mjlit<n. 1953.

28

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