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Caso LinkedIn: ¿Puede una red

profesional degenerar en red para


conseguir citas?
Martes, 13 de junio del 2017

 Empleo y Management

 04:25

Usuarios de LinkedIn denuncian la aparición de ‘seductores 2.0’ que usan la red


profesional para encontrar pareja. El caso plantea la posibilidad de que ciertas redes
queden desvirtuadas por un uso perverso o equivocado.




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“¡Hola A.M.D.!”. “Buenos días J.”. “Qe tal?”. “Muy bien, ¿tú? ¿Puedo ayudarte en
algo?”. “Depende jajaja. Te apetecería tomar algo?”…

La anterior conversación resultaría hasta inocente en cualquier red social dedicada a


encuentros y contactos. Sin embargo, este intento de J. por quedar con A.M.D. tuvo
lugar recientemente en una red profesional, en la que, supuestamente, las
conversaciones, sugerencias, enlaces, invitaciones a foros y los propios foros que allí se
crean y desarrollan tienen un carácter profesional.
La propia A.M.D. se quejaba en su timeline de LinkedIn de que “desgraciadamente, los
mensajes de este tipo son bastante frecuentes”.

C.A.B. contestaba diciendo: “Me pasó y molesta bastante, y más si estás desempleada
buscando trabajo”.

A J.E.V. le parece “un vergonzoso comportamiento utilizar LinkedIn para ligar”,


mientras que C.C.C.Q. piensa que se trata de “personas desubicadas que sobran. Me
limito a contestar educadamente y a bloquear el contacto”.

A otros, como J.D.H.M., no le molesta y señala que “hay que ser flexible a todo”. Por
su parte V.L. señala que “también el transporte público está hecho para desplazarse, y
un parque para pasear, y en todos estos sitios se liga o se intenta ligar”…

Podríamos hablar de filtros y controles, de normas de uso o de vigilancia. Pero lo cierto


es que la forma en la que los usuarios utilizan una red puede determinar su eficacia y
puede variar su sentido y propósito. La cuestión es si el uso imprudente y sin sentido
puede llegar a convertir una red estrictamente profesional en un simple foro de
contactos.

Eva Collado, consultora de gestión, transformación digital y organizaciones, cree que


“LinkedIn es la red profesional por excelencia, y aquí no caben fotos de tazas de
desayuno y dar los buenos días, o las frases de Paulo Coelho…”

“Aquí se habla de trabajo y se comparte conocimiento en las áreas en las que uno está
especializado. Quien intenta establecer relaciones de carácter afectivo que van más allá
de una colaboración profesional se equivoca, y mucho… Para quien recibe propuestas
de ‘ligoteo’ es una ofensa, un indicador claro de que quien las recibe dejará de seguir e
incluso bloqueará a quien las envía”.

Fernanda Brunsizian, senior manager of corporate communications de LinkedIn


Latam & Iberia, explica que la misión de esta red profesional “es hacer que los
profesionales sean más productivos y exitosos en su trabajo, y crear oportunidades
económicas para ellos. Es la única centrada en las carreras de sus usuarios, aportándoles
un valor que va más allá de ofertas de trabajo”.

“En este sentido, las conexiones que hacemos y la forma en la que construimos y
alimentamos nuestra red es vital para conseguir este objetivo. Cuidar nuestras
conexiones, es decir, conectar solamente con gente que conocemos o de quienes
tenemos referencia es clave para tener una buena experiencia en LinkedIn y protegerse
de cualquier contacto inconveniente. La red tiene herramientas para que cualquier
persona pueda bloquear y denunciar a los usuarios que la estén usando de forma
equivocada o abusiva”.

Andrés Pérez Ortega, consultor en estrategia personal, explica que “las redes sociales
son algo así como los barrios en una ciudad. Este fenómeno de modificar el uso de los
barrios se conoce como gentrificación: una buena zona se puede ir degradando y
llenándose de gente poco deseable. Eso lo devalúa, aleja a los habitantes originales y
reduce su valor hasta que un nuevo grupo de valientes se atreve a instalarse”.
Pérez añade que “otro de los aspectos en los que las redes sociales son un reflejo de la
realidad es que poco tiempo después de ponerse en marcha acaban apareciendo los más
bajos instintos. El sexo o la búsqueda de dinero fácil mediante timos o clickbait, por
ejemplo, generan una gran parte de los contenidos”.

“En Twitter, WhatsApp o Snapchat, en los que la comunicación es directa entre


usuarios, surge este fenómeno. En otras redes en las que los contenidos son más
controlados -Facebook, Instagram o YouTube- es más sutil. Aunque la tentación de
ganar dinero recolectando usuarios ‘como sea’ es demasiado fuerte”.

Guillem Recolons, socio de Soymimarca, recuerda que “el fenómeno de la


tinderización de LinkedIn se debe a que en las redes sociales, en general, no hay
barreras de entrada. Y en las profesionales como LinkedIn, que tal vez deberían ser más
cuidadosas en la aceptación de perfiles, pasa lo mismo. Cualquiera puede entrar con un
perfil en el que no es obligatorio poner un nombre real o una fotografía. Y se puede
inventar el sector o el cargo”.

Recolons cree que las redes sociales no son adecuadas para todo el mundo, y menos aún
las profesionales. Denuncia “la ligereza con la que una persona se autotitula CEO en
LinkedIn, aunque tenga una empresa con dos amigos. Ese fenómeno se ha trasladado en
forma de tinderización, con perfiles trol que utilizan una red profesional como si fuera
un lugar de citas”.

“Y todo esto hace que vayan apareciendo competidores como beBee, de momento muy
pequeños, pero que ofrecen contenidos de alta calidad, aprovechando el espacio que
dejan otras redes profesionales al exterminar (no literalmente) sus grupos”.

Baja el nivel, cambia el estilo…


Los cambios constantes en las reglas de privacidad, las normas de uso y las estrategias
de los propietarios, crean confusión entre los usuarios de las redes, y abren la veda a
todo tipo de gente. Andrés Pérez, consultor en estrategia personal, explica que
“Facebook se convierte en algo similar a una televisión basura, LinkedIn se
‘facebookea’ y resulta frecuente ver anuncios de cumpleaños o citas de Coelho en vez
de cambios de empleo. Es muy fácil confiarse y bajar el nivel y el estilo.

En el caso de LinkedIn aparecen los oportunistas que pueden convertir esta red en un
mercadillo en lugar de darle su uso inicial de red de contactos. Y así es como llegan los
‘seductores 2.0’ que encuentran una forma de escoger a un tipo de ‘víctimas’ con un
perfil distinto al de otras redes o plataformas para ligar”.

Cruzar la delgada línea roja


Casos como el de LinkedIn, en el que algunos usuarios olvidan que están en una red
profesional y actúan como si estuvieran en una plataforma de contactos, nos recuerdan
la delgada línea que existe entre la afinidad y el simple ‘ligoteo’.

Conviene recordar que en nombre de un supuesto dominio de los procesos de


compatibilidad muchas empresas de contactos argumentan que su habilidad al gestionar
de la afinidad resulta determinante para reducir la tasa de fracasos al conectar a
empleadores y candidatos para integrarlos en compañías que ofrecen puestos
específicos.
Los expertos creen que hay aspectos del ‘dating’ que se deben tener en cuenta en el
mercado del empleo.Así, sitios de contactos como eHarmony, con miembros en 150
países, se basan en la creencia de que es posible aprovechar sus fortalezas en el dominio
de la afinidad.

En su día LinkedUp! jugó a la confusión -con el logo, con el nombre, y con el aspecto-
al estar dentro de las páginas de empresas de LinkedIn. En realidad se trataba de una
compañía diferente que mete al usuario de lleno en el mundo de las citas bajo una
apariencia de contactos profesionales.

La aplicación utiliza la base de datos de LinkedIn con un fin no profesional para que sus
usuarios puedan rastrear posibles citas. LinkedUp! es un ‘copycat’ de Tinder -una
aplicación de contactos para descubrir a personas que estén cercanas- que comenzó
‘aprovechándose’ del soporte de LinkedIn. Darain Faraz, ‘communications manager’ de
LinkedIn en EMEA, aseguraba entonces a Expansión que la red profesional “no es socia
ni afiliada de LinkedUp! ni de otras plataformas similares”.

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