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Empleo y Management
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“¡Hola A.M.D.!”. “Buenos días J.”. “Qe tal?”. “Muy bien, ¿tú? ¿Puedo ayudarte en
algo?”. “Depende jajaja. Te apetecería tomar algo?”…
C.A.B. contestaba diciendo: “Me pasó y molesta bastante, y más si estás desempleada
buscando trabajo”.
A otros, como J.D.H.M., no le molesta y señala que “hay que ser flexible a todo”. Por
su parte V.L. señala que “también el transporte público está hecho para desplazarse, y
un parque para pasear, y en todos estos sitios se liga o se intenta ligar”…
“Aquí se habla de trabajo y se comparte conocimiento en las áreas en las que uno está
especializado. Quien intenta establecer relaciones de carácter afectivo que van más allá
de una colaboración profesional se equivoca, y mucho… Para quien recibe propuestas
de ‘ligoteo’ es una ofensa, un indicador claro de que quien las recibe dejará de seguir e
incluso bloqueará a quien las envía”.
“En este sentido, las conexiones que hacemos y la forma en la que construimos y
alimentamos nuestra red es vital para conseguir este objetivo. Cuidar nuestras
conexiones, es decir, conectar solamente con gente que conocemos o de quienes
tenemos referencia es clave para tener una buena experiencia en LinkedIn y protegerse
de cualquier contacto inconveniente. La red tiene herramientas para que cualquier
persona pueda bloquear y denunciar a los usuarios que la estén usando de forma
equivocada o abusiva”.
Andrés Pérez Ortega, consultor en estrategia personal, explica que “las redes sociales
son algo así como los barrios en una ciudad. Este fenómeno de modificar el uso de los
barrios se conoce como gentrificación: una buena zona se puede ir degradando y
llenándose de gente poco deseable. Eso lo devalúa, aleja a los habitantes originales y
reduce su valor hasta que un nuevo grupo de valientes se atreve a instalarse”.
Pérez añade que “otro de los aspectos en los que las redes sociales son un reflejo de la
realidad es que poco tiempo después de ponerse en marcha acaban apareciendo los más
bajos instintos. El sexo o la búsqueda de dinero fácil mediante timos o clickbait, por
ejemplo, generan una gran parte de los contenidos”.
Recolons cree que las redes sociales no son adecuadas para todo el mundo, y menos aún
las profesionales. Denuncia “la ligereza con la que una persona se autotitula CEO en
LinkedIn, aunque tenga una empresa con dos amigos. Ese fenómeno se ha trasladado en
forma de tinderización, con perfiles trol que utilizan una red profesional como si fuera
un lugar de citas”.
“Y todo esto hace que vayan apareciendo competidores como beBee, de momento muy
pequeños, pero que ofrecen contenidos de alta calidad, aprovechando el espacio que
dejan otras redes profesionales al exterminar (no literalmente) sus grupos”.
En el caso de LinkedIn aparecen los oportunistas que pueden convertir esta red en un
mercadillo en lugar de darle su uso inicial de red de contactos. Y así es como llegan los
‘seductores 2.0’ que encuentran una forma de escoger a un tipo de ‘víctimas’ con un
perfil distinto al de otras redes o plataformas para ligar”.
En su día LinkedUp! jugó a la confusión -con el logo, con el nombre, y con el aspecto-
al estar dentro de las páginas de empresas de LinkedIn. En realidad se trataba de una
compañía diferente que mete al usuario de lleno en el mundo de las citas bajo una
apariencia de contactos profesionales.
La aplicación utiliza la base de datos de LinkedIn con un fin no profesional para que sus
usuarios puedan rastrear posibles citas. LinkedUp! es un ‘copycat’ de Tinder -una
aplicación de contactos para descubrir a personas que estén cercanas- que comenzó
‘aprovechándose’ del soporte de LinkedIn. Darain Faraz, ‘communications manager’ de
LinkedIn en EMEA, aseguraba entonces a Expansión que la red profesional “no es socia
ni afiliada de LinkedUp! ni de otras plataformas similares”.