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Iván Ignacio Carthery

Unidad 1:
Noción de la relación jurídica:
La relación jurídica es el vínculo regulado por el derecho entre dos o más personas entre
sí, o entre personas y cosas. Hay dos tipos de conexiones que emergen de las relaciones
jurídicas: las externas, que traen aparejado el nacimiento de un deber jurídico a cargo de
toda la comunidad de respetar una relación jurídica ajena y las internas, que pueden
presentarse entre personas o entre personas y cosas.
Las relaciones jurídicas patrimoniales:
Son patrimoniales los derechos reales y de crédito. Los reales, porque recaen sobre
cosas que integran el patrimonio, los creditorios porque dan el derecho a exigir una
conducta de dar, hacer o no hacer susceptible, de apreciación económica.
La relación de obligación como especie de la relación jurídica:
Las obligaciones están dentro de las especies de la R.J son de las patrimoniales relativas
Concepto de Obligación:
Art.724: Relación de Obligación: es una relación jurídica en virtud de la cual el acreedor
tiene el derecho a exigir del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lícito
y, ante el incumplimiento, a obtener forzadamente la satisfacción de dicho interés.
Las definiciones antiguas y su evolución:
Roma:
En los comienzos, la situación de obligatus habría surgido en materia delictual, en su
momento era un acto antijurídico con el que se irroga un daño a una persona,
ejerciéndose la venganza privada sobre el responsable. Con posterioridad nace una
composición en concepto de pena, mediante un acuerdo entre la víctima y el victimario, lo
que transformaba al delincuente en deudor.
Luego surgió la idea de obligaciones contractual. Cuando los plebeyos empobrecidos
solicitaban dinero a los patricios, comprometían su persona en garantía del pago de la
deuda.
El vocablo obligación proviene de ob-ligatum, fue la esencia de la figura de aquellos
tiempos, un estado de sujeción o sumisión del deudor al poder del acreedor, que limitaba
su libertad, y con gravísimos efecto si finalmente no cumplía.
Surgió la definición de obligación con las Institutas de Justiniano, en el cual versaba: la
obligación es un vínculo de derecho formado según nuestro derecho civil, y que nos
obliga a pagar alguna cosa a otros, según nuestro derecho civil.

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Edad Media y Derecho canónico:


En esta época la influencia de la IC y del DC aportaron al derecho de las obligaciones la
regla moral que impregna a la norma jurídica, produciendo un viraje importante en la
orientación de la cuestión, materializando mediante la introducción de elementos tales
con el P.de BF, la T. de causa justa, la prohibición de la usura, abuso del derecho, etc.
Influencia la ley, del derecho y la justicia a una perspectiva ética.
Siglo XIX y el individualismo:
Con la sanción del C.C de 1804, se ingresa en una nueva etapa, la concepción
individualista. El respeto a la propiedad privada y a la autonomía de la voluntad de las
personas constituyen los ejes centrales del derecho de esta etapa. Los lineamientos
básicos del sistema pueden resumirse:
1) La consagración del principio de autonomía de la voluntad en materia contractual
2) El ejercicio de los derechos sin más límites que establecido de manera expresa en
la ley
3) La responsabilidad basa en la idea de culpa.
Siglo XX, un cambio de rumbo:
Los tiempos históricos produjo la crisis del esquema individualista-liberal. La cuestión hizo
eclosión luego de la SGM, los cambios normativos comenzaron de manera vertiginosa, en
especial a partir de los tratados de DDHH. La solidaridad se elevó a uno de los valores
fundantes de la nueva sociedad, y su reflejo no tardó en hacerse sentir en todos los
ámbitos de las R.J.
Entro en crisis el dogma sagrado de la autonomía de la voluntad, posicionándose de
manera creciente por la protección de la vulnerabilidad negocial, la tutela de los débiles
que eran víctimas de abusos en sus relaciones de obligación.
Las relaciones jurídicas intermedias. Las obligaciones propter rem. :
En ciertas obligaciones la persona del deudor es determinada por su relación con una
cosa; se trata de las obligaciones propter rem. Estas son las que descansan sobre
determinada relación de señorío sobre una cosa, y nacen, se desplazan y se extinguen
con esa relación de señorío. Es decir, resulta deudor quien es actualmente dueño o
posedor de una cosa designándosela como ambulatoria. La situación inversa también
puede presentarse cuando cambia la persona del acreedor, en dependencia con una
relación real.
Sus características son especiales pues tienen notas comunes con el derecho creditorio y
con el derecho real. Se asemejan a la obligación porque el deudor no responde solo con
la cosa en razón de la cual nace la obligación proter rem, sino que con todo su patrimonio.
Sin embargo se asemejan también al derecho real, pues se trasmiten con la cosa a través
de su abandono.
Elementos esenciales de la relación de obligación:
La opinión mayoritaria, postula la existencia de cuatro elementos esenciales en toda
obligación: uno externo, y que es la causa fuente que les da origen; y tres elementos

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estructurales o internos de la obligación que surge en razón de dicha causa eficiente, y


que son los sujetos, el objeto y el vínculo jurídico.
Los sujetos:
Dos situaciones jurídicas: acreedor y deudor:
En la relación de obligación que se trata de un derecho relativo, lo que significa que
existen dos situaciones jurídicas perfectamente definidas: la del titular del derecho
subjetivo, y la de quien se encuentra gravado con el deber jurídico frente al primero.
El acreedor:
El acreedor tiene una legítima expectativa, confía en que el deudor honrará su deuda. El
trasfondo ético del derecho de crédito es innegable, es lo que fundamenta el P.BF que
debe imperar en toda la relación de obligación. Entonces no estamos aquí frente a un
mero deber moral, sin ante un deber jurídico.

El deudor:
Es aquel que se encuentra en una situación de sometimiento, que cesa con la liberación,
que se produce cuando la obligación se extingue

Unidad o pluralidad de sujetos:


Las relaciones de obligación puede involucrar un solo sujeto en cada polo, o más. Se
habla entonces de obligaciones de sujetos únicos o de sujetos múltiples.
Tanto la unidad como la pluralidad puede ser originaria o derivadas.
Las variantes son incontables, cada una con sus propios matices. Pero algo es constante:
cuando se está en presencia de pluralidad, se presenta una situación jurídica diferente,
con perfiles propios, existen tantos vínculos jurídicos como sujetos involucrados, y se
presenta el problema de establecer qué actos o situaciones obrados personalmente por
un solo sujeto se proyectan a los que integran el mismo polo obligacional y a los polos
contra puestos.

Los sujetos de las relaciones de obligación. Los supuesto controvertidos:


Las obligaciones sólo se establecen entre sujetos de derecho y no entre patrimonios. El
patrimonio es objeto de los derechos y no goza de personalidad. Por ello, los sujetos de la
obligación son las personas humas y las personas jurídicas.

Requisitos de los sujetos:


a) Capacidad:
 Capacidad de derecho: La capacidad de derecho es un atributo que predica tanto
a las personas humanas como de las jurídicas. Es un requisito indispensable para
poder “ser titular de derechos y deberes jurídicos”, esto es, para quedar
emplazado en la calidad de acreedor o deudor, tanto cuando la obligación se
constituye, como así también durante su decurso, hasta su extinción. En materia
de personas humanas, la regla es la capacidad de derecho, salvo las limitaciones

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que la ley establezca; en tanto que las personas jurídicas gozan de dicha
capacidad para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación.
 Capacidad de ejercicio: La capacidad de ejercicio es un atributo exclusivo de las
personas humanas, para ejercer por sí mismas los derechos de lo que es titular.
La regla es la capacidad, la que puede ser limitada por razones de edad o salud
mental. Cuando esto último acontece, los derechos se ejercen a través de los
representantes legales, o mediante los sistemas de apoyo.
En lo ateniente a la constitución de una obligación, las reglas enuncias son
aplicables para el caso en que se generen por actos voluntarios, en tanto que
cuando surgen de la ley, ésta dispone las condiciones para que una persona
quede emplazada en la calidad de acreedor o deudor.
En tanto que en lo que respecta a la dinámica funcional de la obligación, si la
persona pierde su capacidad de ejercicio, para otorgar actos válidamente, deberá
hacerlo a través de sus representantes legales, o según el sistema de apoyos que
se le haya instituido.

b) Determinabilidad:
Para que una obligación sea tal, no es indispensable que los sujetos estén
determinados desde el momento mismo de su constitución, sino que deben ser
determinables. Esto significa que, como mínimo, deben estar fijadas en el
momento constitutivo las pautas para la individualización de los sujetos, aunque se
produzcan en ese momento: y la indeterminación absoluta obsta a la existencia
misma de la obligación.

Transmisión de la calidad de sujeto de una relación de obligación:


En principio, tanto los créditos como las deudas son transmisibles; salvo que la
naturaleza misma de la R.J lo impida , las partes lo hayan pactado o la ley lo
disponga.

Responsabilidad obligacional por hecho ajeno:


Art.732: Actuación de auxiliares. Principio de equiparación: El incumplimiento de
las personas de las que el deudor se sirve para la ejecución de la obligación se
equipara al derivado del propio hecho del obligado.
La denominada responsabilidad obligacional indirecta, deriva del hecho de los
auxiliares del deudor, cualquiera sea su condición, incluso colaboradores y
sustitos. Pero siempre se considera que es el propio deudor quien actua.

El Vínculo jurídico:
Concepto:
El vínculo jurídico es el elemento de derecho inmaterial que enlaza o conecta, de
las más diversas maneras, a los otros elementos de la relación, en su conexión
interna. Es una suerte de fuerza gravitatoria o de atracción creada por el derecho
entre dos o más entes.

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El vínculo jurídico en las relaciones de obligación:


Si bien la conexión es por esencia entre los sujetos involucrados, también el nexo
se puede predicar entre el acreedor y el patrimonio del deudor, al quedar afectado
el patrimonio del deudor al cumplimiento de la obligación, es por demás evidente
que existe una conexión entre el acreedor y dicho patrimonio, diferente a la
anterior, y que lo habilita a ir en contra de dicha masa para lograr el cumplimiento,
aún de manera preventiva, mediante las medidas de garantía.
Su importancia es tal, que la totalidad de los poderes y deberes jurídicos de cada
una de las partes de la relación de obligación existen en razón del vínculo jurídico.
Pero no se trata de poderes absolutos. Las limitaciones existen, como en todas las
RRJJ, y aquí con particulares características.

Pluralidad de vínculos jurídicos en las obligaciones de sujetos múltiples:


El CyCC se ha adoptado a una posición y es que cuando la obligación es de sujetos
múltiples, existe pluralidad de vínculos, y no vínculo único, incluso en las obligaciones
solidarias, que son aquellas en donde la cercanía entre los integrantes de cada polo es
más intensa.

La especial situación de las obligaciones recíprocas:


Los contratos bilaterales son aquellos en los que la parte se obligan recíprocamente la
una hacia la otra, esto es, aquellos que generan obligaciones a cargo de ambos
contratantes, aplicándose dichas normas a los contratos plurilaterales.

El débito y la responsabilidad. La coacción:


El pandectismo alemán del siglo XIX, a partir de Brinz y Von Amira, comenzó a formular la
distinción mencionada. Esta doctrina halló su raíz en el Derecho Romano, a través de la
correspondencia entre el deber de cumplir (deuda) y la posibilidad de sujetar a la persona
misma del deudor (responsabilidad). Más tarde la ejecución solo pudo ser llevada a cabo
en el patrimonio, no sobre la persona del obligado, de manera que la relación de
responsabilidad se tornó eminentemente patrimonial.
Las virtualidades de la relación de deuda pueden ser esquematizadas de la siguiente
manera:
• El deudor tiene el deber jurídico de realizar la prestación, para lo cual el acreedor
debe prestar la necesaria cooperación, y dicho deber tiene correlato en la facultad
de liberarse mediante el pago por consignación si el acreedor se niega
injustificadamente a aceptar la prestación ofrecida.
• El acreedor tiene la expectativa de obtener la prestación y está investido de un
título para ello, de manera que si el deudor realiza el pago, este es debido y no
corresponde su repetición.
En la relación de duda, la actitud del acreedor es esencialmente pasiva, pues aguarda el
cumplimiento del deudor que juega un papel activo, desde que debe realizar la prestación.
Esos papeles se truecan en la relación de responsabilidad: el acreedor está investido de
un poder de agresión que consiste en la facultad de emplear las vías legales tendientes a
obtener la ejecución específica de lo debido, o un equivalente indemnizatorio.

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Es decir, el acreedor tiene poderes dirigidos a obtener su satisfacción, que recaen sobre
el patrimonio del deudor. Este tiene la facultad de liberarse de su obligación siempre que
satisfaga integralmente el interés del acreedor. En la deuda, el acreedor tiene una
expectativa a la prestación (cumplimiento por parte del deudor); en la responsabilidad
tiene una expectativa a la satisfacción, por medio de la ejecución forzada o la
indemnización.

El objeto:
Concepto:
Hay tres grandes líneas de pensamiento respecto de la conceptuación del objeto de las
obligaciones: la primera se trata del “comportamiento debido por el deudor”, la segunda
sostiene “el bien debido” , y la tercera aglutina ambos conceptos anteriores

a) La doctrina del “comportamiento debido por el deudor”: Para esta postura el objeto
de la obligación es el comportamiento, la acción o la omisión que debe cumplir el
deudor. Giorgianni señala: “ que la obligación del deudor tenga como punto de
referencia la prestación y ésta consista en un comportamiento, esto es, una
actividad personal, a que el deudor está constreñido, no deberá haberse puesto
nunca en duda todo el sistema de la ley demuestra que el deudor está obligado a
un comportamiento”:
b) Las doctrinas patrimoniales: Rechazan que el objeto esté constituido por una
conducta, indican que ésta es incoercible, no pudiendo el acreedor ejercer señorío
alguno sobre ella. Postula que en rigor de verdad el objeto es el bien debido o la
utilidad procurada para el acreedor.
c) La doctrina que postula la distinción entre objeto y contenido: Se postula que el
objeto de la obligación es el bien apetecible para el sujeto activo, sobre el cual
recae el interés suyo implicado en la R.J. En tanto que la conducta del deudor es
una actividad que éste debe cumplir para que el acreedor obtenga dicho bien o
utilidad, el contenido de la relación obligatoria resulta de la correlación entre el
deber del deudor y el poder del acreedor en punto a la obtención del objeto de la
relación.
d) La doctrina de la conducta(prestación) y el interés, como elementos que
conforman: Se postuló que el objeto de la obligación se encuentra dado por el
comportamiento o conducta del deudor y por el interés perseguido por el acreedor,
que debe ser satisfecho a través de aquella. Señalan que no es posible separar
ontológicamente el plan de conducta del interés que la inspira, por tratarse de toda
obligación de una herramienta de encauzar fines. La prestación es mucho más
que la mera conducta del obligado, ya que debe satisfacer el interés del acreedor ,
que es un elemento esencial, tanto en la estructura como en el funcionamiento de
la obligación, integrándose de manera armónica y equilibradamente a la hora de
configurar el objeto de la obligación

Requisitos:

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Art. 725. Requisitos: La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser
material y jurídicamente posible, lícita, determinada o determinable, susceptible de
valoración económica y debe corresponder a un interés patrimonial o extra-patrimonial
del acreedor.
La interpretación de que entendemos es que ha abrazado la concepción que postula que
la conducta del deudor es el objeto de la obligación. La misma no se trata de una
conducta actual sino potencial, el bien debido integra la conducta proyectada, puede obrar
la conducta el deudor un tercero, el interés del acreedor forma parte de la conducta.

La causa
Art. 726°. Causa. No hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho
idóneo para producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico.

“Si los derechos nacen, si se modifican, si se transfieren de una persona a otra, si se


extinguen, es siempre a consecuencia o por medio de un hecho. No hay derecho que no
provenga de un hecho, y precisamente de la variedad de hechos procede la variedad de
derechos”. Toda relación jurídica proviene de un hecho con virtualidad suficiente para
establecerla. De allí que se denomine fuente de la obligación al hecho dotado de
virtualidad suficiente para generarla.
Para que exista el deber del deudor de cumplir con una prestación a favor del acreedor
debe existir un hecho, reconocido por el Derecho, como justificativo suficiente de dicho
ligamen.
Desde el Derecho Romano se ha requerido que para que la obligación exista debe derivar
de una causa lícita que la justifique. Con el nacimiento de la obligación el deudor queda
patrimonialmente ligado al acreedor, y esta limitación de su accionar debe derivar de un
hecho que el Derecho reconozca como válido para justificarlo.
El código de Vélez determinaba en su artículo 499: “No hay obligación sin causa, es decir,
sin que sea derivada de uno de los hechos, o de uno de los actos lícitos o ilícitos, de las
relaciones de familia, o de las relaciones civiles”. Se refería a los hechos que causan el
nacimiento del Derecho, que son su fuente.
El CCC reconoce que la causa pueden ser hechos jurídicos (cualquier acontecimiento al
que el ordenamiento jurídico le otorga capacidad jurígena de derechos), simples actos
lícitos (acción voluntaria no prohibida por la ley de la que resultan relaciones jurídicas) o
actos jurídicos (hechos voluntarios lícitos que tienen por fin inmediato la creación de
relaciones). El hecho o acto que generó la obligación no debe estar prohibido por el
Derecho. El Código expresa que debe ser conforme con el ordenamiento jurídico, lo que
significa que la causa de la obligación será válida si no existe disposición legal que la
prohíba, considerando el ordenamiento jurídico de manera integral.

Su evolución. La clasificación de las fuentes: tradicionales y modernas:


Tradicionalmente, la ley de las XII Tablas reconocía dos fuentes: el nexum (contrato) y el
furtum (delitos). En el siglo I, Labeón expresaba que las cosas se hacen (delitos), se
convierten (contratos) o se gestionan (supuesto semejante al contrato). En el siglo
siguiente, la Instituta de Gayo volvía al enunciado clásico de fuentes: el contrato y el

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delito. El Digesto, a su vez, agregó las variae causarum figurae (diversas especies de
fuentes). Por otra parte, las Institutas de Justiniano concibieron una clasificación
cuatripartita entre las obligaciones que nacen de contratos, de cuasicontratos, de delitos y
cuasidelitos. Los glosadores agregaron como fuente a la ley.
Ortolán enunció como fuentes el contrato, el hecho ilícito, el enriquecimiento indebido y
las relaciones de familia y en la sociedad. Más modernamente Planiol encontró dos
fuentes, que eran la voluntad y la ley.

El deber moral y la buena fe:


Art. 728°. Deber moral. Lo entregado en cumplimiento de deberes morales o de
conciencia es irrepetible.

El código derogado definía las obligaciones naturales como aquellas que, fundadas en el
derecho natural y la equidad, no confieren acción para exigir su cumplimiento, pero que
cumplidas por el deudor, autorizan a retener lo que se ha dado por razón de ellas.
Enseña Moisset de Espanés que la doctrina moderna tiende a la equiparación de los
conceptos de deber moral y de obligación natural, y que ducha equivalencia se traduciría
en la no necesariedad del distingo. Sin embargo, se muestra completamente en contra de
esta posición y fundamenta sus diferencias. Pizarro y Vallespinos proclaman su adhesión
a la doctrina que niega juridicidad a la obligación natural y encuentra en este instituto un
mera causa de atribución patrimonial, fruto del cumplimiento de un deber moral.
El CCC adopta la teoría que niega carácter autónomo a las obligaciones naturales, y
determina la regla general de que toda atribución patrimonial realizada en cumplimiento
de deberes morales es irrepetible.

Art. 729°. Buena fe. Deudor y acreedor deben obrar con cuidado, previsión y según las
exigencias de la buena fe.
La buena fe lealtad como principio general del ejercicio de los derechos. El Código
establece en diversas normas el principio general de que los derechos reconocidos a
cada persona deben ser ejercidos de buena fe, aludiendo a la necesidad de que las
partes ejerzan sus derechos de manera correcta y leal (buena fe lealtad). El artículo 9°
determina que todos los derechos deben ser ejercidos de buena fe; el artículo 10, al
regular el abuso del derecho, impone como límite del ejercicio de los derechos al que
excede los límites impuestos por la buena fe; el artículo 961 fija el principio de que los
contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe; se impone el deber de
actuar de buena fe durante las tratativas contractuales (art. 991), etc.
Se ha puesto de resalto que la buena fe cumple diversas funciones:
a) Es un criterio informador, pues infunde a las normas particulares una tensión valorativa
que es, a la vez, fundamento, inspiración y fuente de legitimación, inspirando normas
concretas e infundiendo al conjunto una orientación hacia el respeto de valores
fundamentales;
b) constituye un criterio de interpretación de las normas jurídicas y de las derivadas de la
voluntad de las partes;
c) constituye una limitación al ejercicio de los derechos;

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d) es un criterio integrador, pues a través de su aplicación se descubren o crean normas


no contempladas. Todas las funciones son receptadas a través del estándar amplio
admitido por el Código.

El estándar de conducta impuesto por la buena fe: el deber de obrar con cuidado y
previsión. El principio de la buena fe crea un estándar abierto de conductaexigible a las
partes de la obligación, cuya determinación en el casoconcreto queda diferida a quienes
deban decidir la cuestión litigiosa que se presenta. Se alude, sin embargo, a conductas
que 'patentizan la buena fe, esto es el deber de obrar con cuidado y previsión. El obligado
que actúa de buena fe prevé las consecuencias posibles de su conducta, de manera de
cumplir acabadamente con el deber prestacional debido y evitar causar daños. Quien así
no actúa no obra conforme a la buena fe, su conducta es antijurídica y se expone a las
sanciones legales o convencionales que correspondan.

Prueba de la existencia de la obligación.Presunción de causa legítima:


Art. 727°. Prueba de la existencia de la obligación. Presunción de fuente legítima. La
existencia de la obligación no se presume. La interpretación respecto de la existencia y
extensión de la obligación es restrictiva. Probada la obligación, se presume que nace de
fuente legítima mientras no se acredite lo contrario.

A causa de la no presunción de la existencia de la obligación el acreedor debe probar que


es titular de un derecho personal.
El Código determina el principio de interpretación a favor del deudor (favor debitoris). En
la sociedad moderna se advirtió que muchos deudores, sin embargo, son fuertes, y otros
acreedores débiles. La mudanza subjetiva comenzó con los obreros-acreedores débiles y
sus empleadores-deudores fuertes. Podemos afirmar que ya no se trata de un favor
debitoris, sino de un favor debilis, ajustando el principio a las nuevas demandas sociales.
Ante una relación en la cual existan dudas sobre la existencia de deberes de conducta
con contenido patrimonial de una persona a favor de otra, debe interpretarse como que no
existe obligación. Probada la existencia de la misma, si hay dudas sobre la extensión de
los deberes del deudor o los derechos del acreedor, debe estarse siempre por la
interpretación más favorable al deudor, es decir, a su liberación.
Probada la existencia de una obligación, se presume que proviene de causa legítima. La
carga de la prueba corresponde a quien alegue lo contrario, es decir, el deudor.

Causa fuente: Art. 726. Causa: No hay obligación sin causa, es decir, sin que se derive
de algún hecho idóneo para producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico.
(Vale aclarar que la causa fuente es de las relaciones de obligaciones)
Causa final: Art. 281: La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico
que ha sido determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos
exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o
tácitamente si son esenciales para ambas parte. (Es fuente de los actos jurídicos)

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La unificación de las obligaciones civiles y comerciales:


En un tiempo de esplendor de la lex mercatoria, los comerciantes hicieron su ley, tuvieron
sus propios tribunales y designaron sus jueces. Esa ley se aplicó también a los no
comerciantes, sea por la teoría objetiva de los actos de comercio, fuera por la teoría del
acto unilateralmente mercantil. El artículo 7° del Código de Comercio establecía como
regla que “si un acto es comercial para una sola de las partes, todos los contrayentes
quedan por razón de él, sujetos a la ley mercantil”.
Además, los principios de las relaciones comerciales fueron incorporados a la legislación
civil. La unificación del Derecho civil y comercial se ha producido hace mucho en el
Derecho vivo (aquel que prescinde de los objetos jurídicos muertos aunque se hallen
todavía legislados) y está en vías de consolidarse en el ámbito de la doctrina.
El esquema de posibilidades plantea la unificación de ambas ramas del Derecho privado,
o la más viable unificación del régimen de las obligaciones en general, y los contratos en
particular, civiles y comerciales.
La idea unificadora tiene importantes antecedentes legislativos, como el Código suizo de
las obligaciones, que fue incorporado como Libro al Código Civil en 1912. También ha
habido intentos de unificación internacional, como el Proyecto de Código uniforme de
obligaciones y contratos franco-italiano de 1927.
Sin embargo, nuestro Código de Comercio de 1859 importó un principio de unificación de
ambas ramas, por cuanto debió intercalar disposiciones propias del Derecho civil, ante la
falta de un código específico de esta materia. Sin embargo, la realidad demuestra que el
Derecho mercantil, que fue una forma jurídica sectorial desarrollada en el medioevo para
atender exigencias del tráfico de los comerciantes, fue extendiendo su vigencia
penetrante de la trama del Derecho común, generando una comercialización del Derecho
civil.
En 1986 la HCDN creó una Comisión Especial de Unificación Legislativa Civil y
Comercial, que definió un criterio para la unificación, sancionando un proyecto unificado
que fue vetado en 1991.
La unificación del Derecho privado argentino implica tomar posición en un tema
controvertido, como lo es el atinente al papel que corresponde a los códigos frente a la
proliferación de leyes especiales. Los códigos ya no abarcan la regulación de la totalidad
de la vida social, pero siguen siendo el receptáculo de los principios generales del
sistema, en tanto las leyes especiales funcionan como agregados y correcciones de los
mismos.

Derecho de crédito y derecho real:


Según el criterio dualista, podemos identificar los caracteres típicos de la obligación:
• Patrimonialidad.
• Relatividad.
• Alteridad.
• Autonomía de la voluntad creadora. El derecho no da moldes rígidos para las
figuras de obligación, y las normas que la regulan son sustancialmente supletorias.
• Temporalidad. La relación jurídica no es perpetua, y la inacción del titular puede
derivar en la prescripción extintiva de l acción.

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Por otra parte, los derechos reales presentan las siguientes notas características:
• Patrimonialidad.
• Absolutos.
• Relación directa e inmediata con la cosa.
• Creación legal exclusiva.
• Perpetuidad. No se pierden por la sola inacción del titular, sino que también se
precisa la acción de un tercero, por ejemplo, en la usucapión.
• Jus persequendi.
• Jus preferendi. Preferencia a favor del titular más antiguo cuando concurren varios
pretendientes sobre la misma cosa, lo que no ocurre en los derechos creditorios, pues las
preferencias responden a otras razones.

Con respecto a la explicación monista, podemos decir que intenta asimilar ambos tipos de
derechos. Por ejemplo, surgió una teoría que explicaba el derecho real como una
obligación pasivamente universal. Una de las críticas a esta teoría consiste en que la
oponibilidad erga omnes es propia de todos los derechos subjetivos, y no solo de los
derechos reales.
La obligación importa una situación excepcional que incide sobre el patrimonio del deudor
obligado. La diferencia entre ambos tipos de derechos consiste en que la abstención
impuesta por la existencia de un derecho real no disminuye las facultades de otras
personas, requiriendo solamente que no dañen al titular del derecho y quedando todos
sus derechos intactos. Por el contrario, la abstención que constituye el objeto del derecho
de crédito, cuando la obligación es de no hacer, disminuye sobre un punto concreto las
facultades legales del deudor: su obligación le impide hacer una cosa que le sería
permitida según el Derecho común. La existencia de un derecho de crédito constituye
siempre una carga excepcional para el deudor.

Unidad 2:
Gestión de negocios:
Concepto:
Art. 1781. Definición: Hay gestión de negocios cuando una persona asume oficiosamente
la gestión de un negocio ajeno por un motivo razonable, sin intención de hacer una
liberalidad y sin esta autorizada ni obligada, convencional o legalmente.
Realización de una gestión de un negocio lícito ajeno. Motivación de conducta:
El gestor es una persona que toma a su cargo un asunto patrimonial que se encuentra
fuera de la esfera de sus propios intereses jurídicos, y que pertenecen a otro sujeto.
Generalmente ello sucede con plena intención de obrar de tal manera, esto es, conocido
que se están invadiendo derechos ajenos, por razones de amistad, solidaridad social o
altruismo.
Posibilidad de la existencia de un interés propio:

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Si bien es de la esencia de la gestión que el interés sea ajeno, puede eventualmente


existir un interés propio, pero no ha de ser de una entidad tal que eclipse la naturaleza de
la figura. El art. 1783 se prevé que aún en caso de prohibición por el dueño del negocio al
gestor de continuar en su actividad, éste puede seguir haciéndolo, en la medida en que lo
haga por un interés propio, que necesariamente ha de ser preexistente a la prohibición, o
que pueda haberse generado en razón de la gestión.
Naturaleza de lo actuado:
Los actos obrados generalmente son de administración y conservación, incluso
meramente materiales, si también puede tratarse de actos de disposición. Puede
comprender a los bienes actuales de patrimonio, pero también nada impide que mediante
la gestión se incorporen nuevos bienes.
Carácter de la actuación del gestor:

 Deber oficioso: la figura supone una actuación espontanea del sujeto,


“oficiosamente”, lo que importa el desconocimiento inicial del dueño del negocio.
 Inexistencia de mandato, autorización u obligación legal de actuar: la
espontaneidad importa que no debe preexistir deber jurídico de actuar o derecho
de obrar en razón de una autorización, o un mandato conferido por el dueño del
negocio, incluso tácito. El art.1319 se dispone que “Si una persona sabe que
alguien está haciendo algo en su interés, y no lo impide, pudiendo hacerlo, se
entiende que ha conferido tácitamente mandato”
 La particular situación del deber de prevenir daño: art. 1710 se ha impuesto un
fuerte deber de prevención de daños a toda persona y en cuanto de ella dependa.
Existe aquí, un deber jurídico que genera derechos para quien lo obra, pero fuera
de la esfera de la gestión de negocios: aquí la reparación a favor de quien obra lo
es bajo las reglas del enriquecimiento sin causa.

Existencia de motivos razonables:


La conducta obrada ha de responder a una motivación sensata, en el sentido de que debe
existir una justificación que evidencie la convivencia de haberse tomado semejante
decisión, en orden a la protección de intereses ajenos.
Ausencia de oposición del dueño del negocio:
La gestión concluye si el dueño del negocio le prohíbe continuar actuando no puede
comenzar si la prohibición es anterior.
Ausencia de ánimo de realizar una liberalidad e intención de obligar al dueño del negocio:
De lo contrario, se estaría en presencia de otro tipo de acto, que no generaría derecho
alguno a su favor, por tratarse de un acto realizado con la intención de beneficiar al otro
sin recibir nada a cambio. De lo que se trata en la gestión de negocios, es de la existencia
de una conducta generosa del gestor para con el dueño del negocio, que tiene efectos
jurídicos propios muy diferentes de las liberalidades, pero en donde un ánimo de no
enriquecer al otro sin más, a costa del esfuerzo propio. Exististe ahora derecho a una

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Iván Ignacio Carthery

remuneración, por lo cual el ánimo de lucro puede estar también presente. Se trata, en
definitiva, de obligar al dueño del negocio.
Utilidad de la gestión:
No importa necesariamente un resultado económicamente beneficioso para el dueño del
negocio.
Debe tenerse en cuenta más la utilidad de la conducta emprendida, que la gestión en sí
misma, valorándose cómo hubiera sido la conducta del dueño del negocio y todas las
circunstancias que rodean a la situación, de donde se concluya en la razonabilidad de la
actuación, debiendo cierto grado de necesidad en la gestión que sea idóneo para poner
de relieve la impotencia de accionar del dueño del negocio, todo lo cual justifica la
intromisión.
Naturaleza jurídica:
En el CyCC la gestión de negocios constituye una fuente autónoma de obligaciones, que
constituye una derivación del principio de enriquecimiento sin causa, constituye una
derivación del principio sin causa, pero que claramente lo excede, ya que las
consecuencias de la gestión son bien diferentes. Se trata, de un cuasicontrato. Constituye
además una excepción al principio de no injerencia.
Régimen legal:
Expuesto de los arts. 1781 a 1790
Los sujetos involucrados:
En la gestión de negocios en sí, están directamente vinculados el gestor y el dueño del
negocio, que pueden ser uno o varios en ambos polos, pueden existir tercero s que
contraten con el gestor.

Deberes del gestor:


Al asumir la gestión, el gestor queda obligado al cumplimento de una serie de deberes
jurídicos y obligaciones impuestos en el art 1782.

♦ Comunicar al dueño de la iniciación de la gestión.


La buena impone avisarle al dueño, sin demora, la asunción de la gestión, y aguardar la
respuesta de este último:

 Autorización: Si el dueño autoriza la gestión, cesa la figura, que se transforma en


un mandato.
 Prohibición: Si no lo autoriza, en principio la gestión concluye, salvo que opte por
continuarla, pero siempre y cuando exista en el negocio un interés propio del
gestor.
 Falta de respuesta: Si el dueño no se expide, entendemos que el gestor debe
continuar lo que inició hasta su terminación.

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Iván Ignacio Carthery

♦Modo de actuación:
Debe obrar conforme a la conveniencia y a la intención, real o presunta, del dueño del
negocio.
♦Continuar con la gestión:
Una vez iniciada, debe terminarla, salvo que el dueño lo prohíba.
♦Informar y rendir cuentas:
El deber de información es una obligación clave del gestor, como así también la
obligación de rendir cuentas, que debe ser cumplida una vez terminado el negocio.
Efectos entre las partes en ausencia de ratificación del dueño del negocio:
Si la gestión concluye sin ratificación del dueño del negocio, los efectos son los
siguientes:

 Obligaciones del dueño del negocio ante la gestión conducida útilmente: Art. 1785
se ratifica que no es necesario el éxito económico de la gestión, o que éste se
mantenga al concluirse. El dueño del negocio está obligado a : “a) a reembolsarle
el valor de los gastos necesarios y útiles, con los intereses legales desde el día en
que fueron hechos: b) a liberarlo de las obligaciones personales que haya
contraído a causa de la gestión; c) a repararle los daños que, por causas ajenas a
su responsabilidad, haya sufrido en el ejercicio de la gestión; d) a remunerarlo, si
la gestión corresponde al ejercicio de su actividad profesional, o si es equitativo en
las circunstancias del caso”
Responsabilidad del gestor por culpa en su actuación:
Art. 1786 se dispone: “Responsabilidad del gestor por culpa. El gestor es responsable
ante el dueño del negocio por el daño que le haya causado por su culpa. Su diligencia se
aprecia con referencia concreta a su actuación en los asuntos propios; son pautas a
considerar, entre otras, si se trata de una gestión urgente, si procura librar al dueño del
negocio de un prejuicio, y si actúa por motivos de amistad o afección”
Responsabilidad agravada:
Art. 1787 se dispone: “Responsabilidad del gestor por caso fortuito: El gestor es
responsable ante el dueño del negocio, aún por el daño que resulte de caso fortuito,
excepto en cuanto la gestión le haya sido útil a aquel: a) si actúa contra su voluntad
expresa; b) si emprende actividades arriesgadas, ajenas a las habituales del dueño del
negocio; c) si pospone el interés del dueño del negocio frente al suyo; d) si no tiene las
aptitudes necesarias para el negocio, o su intervención impide la de la otra persona más
idónea”
Pluralidad de gestores o dueños. Solidaridad:
Art. 1788: “Responsabilidad solidaria: son solidariamente responsable: a) los gestores que
asumen conjuntamente el negocio ajeno; b) los varios dueños del negocio, frente al
gestor.

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Iván Ignacio Carthery

Responsabilidad por sus auxiliares:


Nada impide que el gestor se valga de auxiliares o dependientes para el ejercicio de su
cometido e, incluso, la situación puede llegar a imponerlo.
Sustitución del gestor:
Se utilizan las reglas del mandato, art 1327 “El mandatario puede sustituir en otra persona
la ejecución del mandato y es responsable de la elección del sustituto, excepto cuando lo
haga por indicación del mandante”…
Efectos entre las partes en luego de la ratificación del dueño del negocio:
Se dispone en el art. 1790 que la ratificación del negocio por el dueño, trae aparejado que
se produzcan los efectos del mandato. Rigen, las normas respectivas, pero de acuerdo a
lo establecido en el art. 369, en materia de representación: “La ratificación suple el defecto
de representación: Luego de la ratificación, la actuación se da por autorizada, con efecto
retroactivo al día del acto, pero es inoponible a terceros que hayan adquirido derecho con
anterioridad”. Por ende, cesan todos los efectos propios de la gestión de negocios entre
las partes, y la cuestión se regirá por las reglas del mandato, retroactivamente a la fecha
en que la gestión comenzó
Efecto respecto a terceros:
Art. 1784: se establece: “Obligación frente a terceros: El gestor queda personalmente
obligado frente a terceros. Sólo se libera si el dueño del negocio ratifica su gestión, o
asume sus obligaciones; y siempre que ello no afecte a terceros de buena fé”
Extinción de la gestión de negocios. Fallecimiento:
Art. 1783: “Conclusión de la gestión. La gestión concluye: a) cuando el dueño le prohíbe al
gestor continuar actuando. El gestor, sin embargo, puede continuarla, bajo su
responsabilidad, en la medida en que lo haga por un interés propio; b) cuando concluye el
negocio”.
Por último si el gestor o el dueño del negocio fallecen, rigen las reglas del art. 1333:
“Muere o incapacidad del mandatario y del mandante: Producida la muerte o incapacidad
del mandatario, sus herederos, representantes, o asistentes que tengan conocimiento del
mandato deben dar pronto aviso al mandante y tomar en interés de ésta las medidas que
sean requerida por las circunstancias. Si se produce la muerte o incapacidad del
mandate, el mandatario debe ejecutar los actos de conservación si hay peligro en la
demora, excepto instrucciones expresas en contrario de los herederos o representantes”.
Empleo útil:
Puede conceptuarse como una inversión o gasto que aumenta el patrimonio de otra
persona realizada sin ánimo de liberalidad.
Caracterización:

 Es una fuente autónoma de obligaciones


 Comprende sólo gastos, y no servicios u otras actividades: en el CyCC
expresamente se hace referencia a gastos, lo que excluye actividades

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Iván Ignacio Carthery

patrimoniales valorables que beneficien económicamente a un tercero, para cuya


compensación el interesado deberá acudir a la acción de enriquecimiento sin
causa, y no a la de empleo útil.
 Genera una obligación: no se trata aquí del reembolso de lo efectivamente
gastado, sino del valor en que se ha producido el beneficio para el ahora deudor.
Se rige por el art. 772 los intereses corren “desde la fecha en que el gasto se
efectúa”, razón por la cual la tasa de interés deberá regirse por las reglas relativas
a la cuestión para las obligaciones de valor.
 El gasto puede ser realizado en interés total o parcialmente ajeno: lo
reembolsable será únicamente aquello que comprende el interés ajeno.
 Casos:
♦ Gastos funerarios: art. 1792 : “Gastos funerarios: Están comprendidos en el art.
1791 los gastos funerarios que tienen relación razonable con las circunstancias de
la persona y los usos del lugar”.
♦Fundaciones: en este caso , “los miembro del consejo de administración no
pueden recibir retribuciones por el ejercicio de su cargo, excepto el reembolso de
gasto, siendo su cometido de carácter honorario”
♦Fiedicomiso: “Excepto estipulación en contrario, el fiduciario tiene derecho al
reembolso de los gastos y a una retribución, ambas a cargo de quien o quienes se
estipula en el contrato”.
 Casos en que no procede el reembolso: en ciertas situaciones la ley veda la
acción de reembolso, pese a haberse efectuado un gasto: en el corredor, aún
cuando operación no se concrete.
Efectos:

 Objeto de la obligación: se genera una obligación de valor, debiendo determinarse


el valor de la utilidad percibida.
 Irrelevancia de la cesación de la utilidad: art. 1791 se dispone que aunque la
utilidad llegare a cesar, el reembolso se debe igualmente.

 Obligado al pago: en el art. 1793: “Obligados al reembolso. El acreedor tiene


derecho a demandar el reembolso: a) a quien recibe la utilidad; b) a los herederos
del difunto, en el caso de gasto funerarios; b) al tercero adquiriente a título del bien
que recibe la utilidad, pero sólo hasta el valor de ella al tiempo de la adquisición.

Enriquecimiento sin causa:


El enriquecimiento injusto, principio general del derecho. Terminología:
El patrimonio de una persona es una realidad fluyente, ya que desde que nace hasta que
se extingue experimenta constantes mutaciones los bienes que lo integran.
El patrimonio nunca permanece estático, y ello se proyecta no sólo en su integración
material en concreto, sino también en su valor económico.
Todas estas inevitables vicisitudes siempre responden a una causa eficiente, en sentido
fenomenológico. Cuando dicha causa eficiente es reconocida por el ordenamiento, éste
la protege mediante un cúmulo de instrumentos que se plasman en derecho y facultades

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Iván Ignacio Carthery

que se conceden al interesado. Pero cuando el ordenamiento la repudia, no sólo se limita


a rechazarla, sino que, ante la concreción de una mutación patrimonial en tales
circunstancias, dispone una serie de medidas tendientes a enervar los efectos producidos
Surge así, el principio que postula que nadie puede enriquecerse de manera injusta,
Las nuevas normas:

 Art. 1794: “Caracterización: toda persona que sin una causa lícita se enriquezca a
expensa de otro, está obligada, en la medida de su beneficio, a resarcir el
detrimento patrimonial del empobrecido. Si el enriquecimiento consiste en la
incorporación a su patrimonio de un bien determinado, debe restituirlo si subsiste
en su poder al tiempo de la demanda.”
 Art. 1795: “Improcedencia de la acción: la acción no es procedente si el
ordenamiento jurídico concede al damnificado otra acción para obtener la
reparación del empobrecimiento sufrido.”

Distinción entre el principio general de las acciones que se regulan en el CyCC.


Fundamentos y consecuencias
Una cosa es el principio general, y otra es la acción en concreto que de éste se deriva,
regulada en el CyCC. Ello nos motiva a las siguientes reflexiones:

 Las acciones en general derivadas del principio: el enriquecimiento injusto


constituye el fundamento último de innumerables instrumentos tendientes a
restablecer desequilibrios patrimoniales, cada uno con sus propias condiciones de
procedencia y efectos.
 Carácter individual de dichas acciones. Necesidad de adoptar un criterio de mayor
amplitud: La cuestión de los efectos en concreto del enriquecimiento sin causa
desde sus mismos orígenes se ha circunscripto a la relación enriquecimiento-
empobrecimiento entre dos patrimonios. La cuestión esencial transita por
determinar la exacta “medida” de la acción, para zanjear este conflicto particular,
“relativo”, en el sentido de que específicamente vincula a los dos sujetos
directamente involucrados en la situación.
Ciertas actividades lucrativas pueden generar enormes ganancias a costa del
empobrecimiento de un sinnúmero de personas. Es evidente que la acción
individual de enriquecimiento sin causa es palmariamente insuficiente, aun
cuando se intente en el marco de una acción colectiva.
En el CyCC la situación no se ha contemplado, y sólo se regula la acción individual
de enriquecimiento sin causa, pero puede entreverse en el supuesto de violación
del deber de confidencialidad en la etapa precontractual: si se ha obtenido algún
beneficio en razón de ello, debe indemnizar a la otra parte en la medida del
enriquecimiento.

 El fundamento de las acciones derivadas del enriquecimiento sin causa:


Señalando que en términos generales se ha postulado como fundamento la
equidad en general, o una regla de equidad de origen y alcances

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Iván Ignacio Carthery

consuetudinarios. Se trata, en rigor de verdad, de una obligación de restituir lo


habido sin justa causa, por disposición de la ley, y a través de los dispositivos que
ésta ha organizado. Si una cosa determinada salió del patrimonio del empobrecido
y está en el del enriquecido, aquél cuenta con la acción reivindicatoria, acción real
que se sustenta en el dominio inalterado del dueño, y específicamente regulada
por el ordenamiento. En tanto que si la cosa no es reivindicable, es la propia ley la
que sustituye la acción reivindicatoria por la acción de in rem verso, siempre y
cuando se verifique los requisitos de esta última.
 La cuestión en el CyCC: “teoría de la restitución de lo injustamente habido” en la
gran mayoría de los casos es el fundamento último de las diversas acciones que
el ordenamiento consagra. Sin embargo ella no explica de manera suficiente la
multiplicidad de variantes que pueden presentarse.
♦ Las maneras en que el enriquecimiento injusto puede producirse: éste no sólo
acontece cuando una persona se hace de una cosa perteneciente a otra. Puede
también presentarse cuando se recibe una cosa que en rigor de verdad estaba
destinada a otra persona; o cuando debiendo salir de un bien del patrimonio de un
sujeto, ello no acontece por una causa injusta.
♦ El fundamento de las diversas acciones: el fundamento último que aglutina a
todas las acciones en estudio es la equidad: si se trata de un enriquecimiento
injusto, el ordenamiento debe enervar dicha injusticia, y lograr la concreción de la
justicia en el caso concreto.
♦ Los diversos hechos jurídicos como causa fuente de las correspondientes
acciones: el ordenamiento estatuye diversos hechos jurídicos como causa fuente
de derechos y facultades a los que se le conceden acciones para hacerlos
efectivos, en función de la situación en concreto que se presenta, en la que
pueden confluir otros intereses jurídicos, además de la necesidad de enervar el
enriquecimiento injusto. De allí la subsistencia de la acción por enriquecimiento sin
causa , lo que es plenamente justificado: si se otorgó una acción específica, que
neutraliza el enriquecimiento , ésta es la única que el interesado puede ejercer; a
falta de esta, residualmente se cuenta con la acción propiamente dicha de
enriquecimiento injustificado, instrumento que es la válvula de cierre para evitarlo.
♦ Lo dispuesto en el CyCC: se trata de compensar o equilibrar. En el art. 1794 la
naturaleza de la acción es mixta: si es posible restituir, tal es el objeto de la acción;
pero en caso contrario, la norma se refiere a resarcir el detrimento patrimonial. Sin
embargo, en rigor de la verdad, no se trata aquí de un resarcimiento de daño en
sentido propio, sino de un mecanismo tendiente a compensar el desequilibrio
patrimonial sucedido.

 Las diversas acciones: se deben distinguir tres situaciones:


♦ Acciones fundadas en el principio, que enervan la acción general de
enriquecimiento: estas acciones impiden legitimar al empobrecido para accionar
en contra del enriquecido por la vía del art. 1794
♦ Casos en los que la ley remite específicamente a la acción general: hay
situaciones que la propia ley efectúa una remisión a la acción general de
enriquecimiento, sin disponer alguna solución específica. Entre otros:
♠ simulación y fraude: el subadquiriente a título gratuito que contrato con el
deudor responde en la medida de su enriquecimiento.

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Iván Ignacio Carthery

♠ asunción de riesgos: en los actos de abnegación, el beneficio debe responder


en la medida del enriquecimiento obtenido.

 Casos no contemplados por la ley. Aplicación residual: En todo supuesto en que


converjan los requisitos de la acción por enriquecimiento, y en tanto no exista una
previsión específica, aquella queda habilitada.
La acción general por enriquecimiento sin causa:

 El enriquecimiento sin causa como fuente autónoma de una obligación de dar: en


el CyCC el enriquecimiento sin causa constituye una autónoma que da origen a la
obligación de “restituir” o “resarcir” .
Se trata, de obligaciones de dar: generalmente será , salvo que el enriquecimiento
haya consistido en la incorporación de una cosa diferente al patrimonio del
enriquecido, quien deberá entregarla al acreedor si ésta subsiste en su poder al
tiempo de la demanda.

 Requisitos de procedencia:
♦ Enriquecimiento de un sujeto (el deudor): entraña un aumento en el patrimonio
del sujeto al que la ley emplaza como deudor, y que se puede producir por el
ingreso de bienes, por una disminución del pasivo, también.
♦ Empobrecimiento de otro sujeto: se trata de todo menoscabo de orden
patrimonial que padece quien quedará emplazado como acreedor, y que se
concreta en la privación de la propiedad o goce de un bien, así como en la baldía
prestación de servicios sin intención de efectuar liberalidad alguna.
♦ Relación causal entre enriquecimiento y empobrecimiento: se trata de una
correlación o correspondencia entre ambas situaciones, derivadas del mismo
hecho, en relación casua-efecto, y de manera concomitante.
♦ Ausencia de justa causa: si existe una causa avalada por el ordenamiento que
se justifique la situación, el empobrecido no tiene acción alguna en contra del
enriquecido.
♦ Momento del enriquecimiento y el empobrecido: si bien la ley no lo señal, en
principio la cuestión ha de valorarse en el momento en que se produjo el hecho
jurídico que hizo nacer la obligación, ya que el enriquecimiento y el
empobrecimiento han de ser concomitantes. La suerte que hayan corrido los
bienes en crisis con posterioridad al suceso, en manos del enriquecido
entendemos que en principio le es inoponible al empobrecido, sin perjuicio de que
en ciertos casos puntuales, por razones de equidad, buena fe o ejercicio regular
de los derechos, pueda llegar a morigerarse el contenido de la obligación, en el
caso concreto, si es que al tiempo de la demanda, o en algún otro momento
ulterior el desbalance producido muta de alguna manera.
♦ No debe existir una acción específica: el ordenamiento confiere una acción en
particular tendiente a la reparación del empobrecimiento, la acción general del
art.1794 es inviable.

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Iván Ignacio Carthery

La cuestión tiene importantes proyecciones: no sólo en razón de que las otras


acciones suelen tener alcances y sentidos diferentes, sino además en que cada
acción tiene su propio plazo de prescripción. Por ende, si prescribe la acción
específica, todo derecho se habría extinguido para su titular, quien no podrá acudir
a la acción por enriquecimiento.
♦ Irrelevancia de la conducta obrada por las partes: se trata aquí de una situación
objetiva, en el sentido de que no es necesaria la comisión de acto ilícita alguno
para que nazca la acción por enriquecimiento: si se verifican los requisitos de
procedencia, la obligación se genera.

 Objeto de la obligación: se trata de una obligación de dar, que puede restituir o de


dar con el fin de transferir derechos reales. Puede ser de dar una cosa cierta o de
dar dinero
 Naturaleza de la obligación de dar dinero: se trata siempre de una obligación de
valor. Rigen, por ende, las reglas del art. 772.
 Naturaleza de la acción. Diferencias con la acción resarcitoria: Es una acción
personal, por la cual el acreedor reclama, el cumplimiento de una obligación a su
deudor; y aún en el caso que su objeto sea la cosa que tiene el enriquecido en su
poder, tampoco es una acción real. La restitución lo es sólo si la cosa continúa en
poder del enriquecido, y sin efecto de reipersecutorio.
Más allá de las palabras empleadas por la ley, en orden al resarcir, el vocablo
debe ser entendido en sentido amplio, y no en el específico de la obligación de
resarcir derivada de la responsabilidad civil. El enriquecimiento se trata sólo de
enervarlo; y en la responsabilidad civil de indemnizar, haya habido o no
enriquecimiento: la acción resarcitoria no tiene como presupuesto el
enriquecimiento del dañador-deudor, ni lo presupone.
 Legitimación activa y pasiva: la acción podrá ser interpuesta por el empobrecido y
sus sucesores a título universal o singular a quienes se transmita; los acreedores
del empobrecido pueden valerse de la acción subrogatoria. Puede dirigirse contra
el enriquecido y sus sucesores.
 Prescripción liberatoria. Mora del deudor: rige el plazo general de cinco años, el
que comienza a correr desde el mismo momento en que se producen el
enriquecimiento y el empobrecimiento “concomitante”, instante en el cual la
obligación se torna exigible, ya que se trata de una obligación pura y simple, sin
plazo alguno. Según algunas doctrinas, la mora debería ser automática, y
principiar desde ese momento.
Pago indebido:

 Art. 1796: “Casos: El pago es repetible, si: a) la causa de deber no existe, o no


subsiste, porque no hay obligación válida; esa causa deja de existir; o es realizado
en consideración a una causa futura, que no se va a producir; b) paga quien no
está obligado, o no lo está en los alcances en que paga, a menos que lo haga
como tercero; c) recibe el pago quien no es acreedor, a menos que se entregue
como liberalidad; d) la causa del pago es ilícita o inmoral; e) el pago es obtenido
por medios ilícitos.”

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Iván Ignacio Carthery

 Art. 1797: “Irrelevancia del error: La repetición del pago no está sujeta a que haya
sido hecho con error.”
 Art. 1798: “Alcances de la repetición: La repetición obliga a restituir lo recibido,
conforme a las reglas de las obligaciones de dar para restituir.”
 Art. 1799: “Situaciones especiales: En particular: a) la restitución a cargo de una
persona incapaz o con capacidad restringida no puede exceder el provecho que
haya obtenido; b) en el caso del inciso b) del art. 1796, la restitución no procede si
el acreedor, de buena fe, se priva de su título, o renuncia a las garantías; quien
realiza el pago tiene subrogación legal en los derechos de aquél; c) en el caso del
inciso d) del art. 1796, la parte que no actúa con torpeza tiene derecho a la
restitución; si ambas partes actúan torpemente, el crédito tiene el mismo destino
que las herencias vacantes.
La declaración unilateral de voluntad:

 Las diversas posturas en el doctrina:


Hay tres grandes corrientes doctrinarias:
♦ Doctrina afirmativa: Se postula que la declaración de voluntad unilateral es
suficiente por sí misma para engendrar obligaciones. La voluntad es apta para la
creación de obligaciones, en ausencia de toda aceptación del acreedor. Constituye
un instrumento de importante utilidad social, que protege la buena fe y la
apariencia jurídica.
♦ Doctrina negatoria: Están quienes señalan que sin la aceptación del acreedor no
es posible constituir obligación alguna, debiendo estar siempre presentes deuda y
crédito, acreedor y deudor; no pudiendo generarse en momentos diferentes.
Además, ello importaría modificar un patrimonio ajeno por la sola declaración de
voluntad, incorporando un crédito a favor de alguien que no ha prestado su
consentimiento. Sin embargo, ello no obsta a que la voluntad unilateral produzca
efectos jurídicos, y sumamente importantes, pero se trata de “situaciones jurídicas
preobligacionales”, no generan por sí una obligación, pero finalmente puede
hacerlas nacer.
♦ Doctrina intermedia: Por sí sola la voluntad unilateral no puede generar
obligaciones, salvo que la ley así lo disponga. Ello por razones de interés social,
tutela al principio de buena fe, y la protección de ciertos intereses jurídicos en
situaciones específicas, que justifican asignarles tal efecto.

 Art. 1800: Regla general: La declaración unilateral de voluntad causa una


obligación jurídicamente exigible en los casos previstos por la ley o por los usos y
costumbres. Se le aplican subsidiariamente las normas relativas a los contratos.
 Art.1801: Reconocimiento y promesa de pago: La promesa de pago de una
obligación realizada unilateralmente hace presumir la existencia de una fuente
válida, excepto prueba en contrario. Para el reconocimiento se aplica el art.733
♦ Art.733: Reconocimiento de la obligación: El reconocimiento consiste en una
manifestación de voluntad, expresa o tácita, por la que el deudor admite estar
obligado al cumplimiento de una prestación.

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Iván Ignacio Carthery

 Art. 1802: Cartas de crédito: Las obligaciones que resultan para el emisor o
confirmante de las cartas de crédito emitidas por bancos u otras entidades
autorizadas son declaraciones unilaterales de voluntad. En estos casos pueden
utilizarse cualquier clase de instrumento particular.
 Art, 1803: Obligatoriedad: El que mediante anuncios públicos promete
recompensar, con una prestación pecuniaria o una distinción, a quien ejecute
determinado acto, cumpla determinados requisitos o se encuentre en cierta
situación, queda obligado por esa promesa desde el momento en que llega
conocimiento público.
 Art. 1804: Plazo expreso o tácito: La promesa formulada sin plazo, expreso ni
tácito, caduca dentro del plazo de seis meses del último acto de publicidad, si
nadie comunica al promitente el acaecimiento del hecho o de la situación prevista.
 Art. 1805: Revocación: La promesa sin plazo puede ser retractada en todo tiempo
por el promitente. Si tiene plazo, solo puede revocarse antes del vencimiento, con
justa causa. En ambos casos, la revocación surte efecto desde que es hecha
pública por un medio de publicidad idéntico o equivalente al utilizado para la
promesa. Es inoponible a quien ha efectuado al hecho o verificado la situación
prevista antes del primer acto de publicidad de la revocación
 Art. 1806: Atribución de la recompensa. Cooperación de varias personas: Si varias
personas acreditan por separado el cumplimiento del hecho, los requisitos o la
situación previstos en la promesa, la recompensa corresponde a quien primero lo
ha comunicado al promitente en forma fehaciente.
Si la notificación es simultánea, el promitente debe distribuir la recompensa en
partes iguales; si la prestación es indivisible, la debe atribuir por sorteo.
Si varias personas contribuyeron a un mismo resultado, se aplica lo que los
contribuyentes han convenido y puesto en conocimiento del promitente por medio
fehaciente.
A falta de notificación de convenio unánime, el promitente entrega lo prometido por
partes iguales a todos y, si es indivisible, lo atribuye por sorteo; sin perjuicio de las
acciones entre los contribuyentes, las que en todos los casos se dirimen por
amigable componedores.
 Art. 1807: Concurso público: La promesa de recompensa al vencedor de un con-
curso, requiere para su validez que el anuncio respectivo contenga el plazo de
presentación de los interesados y de realización de los trabajos previstos.
El dictamen del jurado designado en los anuncios obliga a los interesados. A falta
de designación, se entiende que la adjudicación queda reservada al promitente.
El promitente no puede exigir la cesión de los derechos pecuniarios sobre la obra
premiada si esa transmisión no fue prevista en las bases del concurso.
 Art. 1808: Destinatario: La promesa referida en el art. 1807 puede ser efectuada
respecto de cualquier persona o personas determinadas por ciertas calidades que
deben ser claramente anunciadas. No pueden efectuarse llamados que realicen
diferencias arbitrarias por raza, sexo, religión, ideología, nacionalidad, opinión
política o gremial, posición económica o social, o basada en otra discriminación
social.
 Art. 1809: Decisión del jurado: El dictamen del jurado obliga a los interesados. Si el
jurado decide que todos o varios de los concursantes tienen el mismo mérito, el
premio es distribuido en partes iguales entre los designados. Si el premio es

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Iván Ignacio Carthery

indivisible se adjudica por sorteo. El jurado puede declarar desierto cualquiera de


los premios llamados a concursos.
 Art. 1810: Garantías unilaterales: Constituyen una declaración unilateral de
voluntad y están regidas por las disposiciones de este Capítulo las llamadas
“garantías de cumplimiento a primera demanda”, “a primer requerimiento” y
aquellas en que de cualquier otra manera se establece que el emisor garantiza el
cumplimiento de las obligaciones de otro y se obliga a pagarlas, o a pagar una
suma de dinero u otra prestación determinada, independientemente de las
excepciones o defensas que el ordenante pueda tener, aunque mantenga el
derecho de repetición contra el beneficiario, el ordenante o ambos.
El pago faculta a la promoción de las acciones recursorias correspondientes.
En caso de fraude o abuso manifiestos del beneficiario que surjan de prueba
instrumental u otra de fácil y rápido examen, el garante o el ordenante puede
requerir que el juez fije una caución adecuada que el beneficiario debe satisfacer
antes del cobro.
 Art. 1811: Sujetos: Pueden emitir esta clase de garantías: a) las personas
públicas; b) las personas jurídicas privadas en las que sus socios, fundadores o
integrantes no responden ilimitadamente; c) en cualquier caso, las entidades
financieras y compañías de seguros, y los importadores y exportadores con
operaciones de comercio exterior, sean o no parte directa en ellas.
 Art: 1812: Forma: Las garantías previstas en esta Sección deben constar en
instrumentos públicos o privado.
Si son otorgadas por entidades financieras o compañías de seguro, pueden
asumirse también en cualquier clase de instrumento particular.
 Art, 1813: Cesión de garantía: Los derechos del beneficiario emergentes de la
garantía no pueden transmitirse separadamente del contrato o relación con la que
la garantía está funcionalmente vinculada, antes de acaecer el incumplimiento o el
plazo que habilita el reclamo contra el emisor, excepto pacto en contrario.
Una vez ocurrido el hecho o vencido el plazo que habilita ese reclamo, los
derechos del beneficiario pueden ser cedidos independientemente de cualquier
otra relación. Sin perjuicio de ello, el cesionario queda vinculado a las eventuales
acciones de repetición que puedan corresponder contra el beneficiario según la
garantía.
 Art. 1814: Irrevocabilidad: La garantía unilateral es irrevocable a menos que se
disponga en el acto de su creación que es revocable.

Unidad 5:
Clases de obligaciones:

 Clases de obligaciones:
♦ Por el tiempo de cumplimiento de la prestación, se las clasifica en:
♣De ejecución inmediata o diferida. La ejecución es diferida cuando la obligación
se encuentra postergada en cuanto a su exigibilidad por un plazo inicial pendiente, o en
cuanto a su existencia por una condición suspensiva pendiente. En cambio, es inmediata
cuando sus efectos no se encuentran postergados por alguna de dichas modalidades.

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Iván Ignacio Carthery

♣De ejecución única y permanente. Son de ejecución única o instantánea cuando


el cumplimiento es efectivizado de una sola vez, y de ejecución permanente cuando se
prolonga en el tiempo. Esta última comprende:
♣Ejecución continuada. Reiterada en el tiempo sin solución de continuidad.
♣Periódicas o de tracto sucesivo. El cumplimiento va siendo efectivizado de
manera salteada.

Por las modalidades, se las clasifica en:


♣Puras. No están sujetas a ninguna modalidad. Su cumplimiento no depende de
condición alguna.
♣Modales.
♣Condición. La existencia de la obligación depende del acaecimiento de un hecho
futuro e incierto.
♣Plazo. La exigibilidad de la obligación está supeditada al acaecimiento de un
hecho futuro y cierto.
♣Cargo. Al adquirente de un derecho se le impone una obligación accesoria y
excepcional.

♦Por la prestación, se las clasifica:


♣De acuerdo al modo de obrar.
♣Positivas. La prestación consiste en una acción.
♣Negativas. La prestación consiste en una omisión.

♦De acuerdo con la naturaleza.


♣De dar. La prestación consiste en la entrega de una cosa.
♣De hacer. Su prestación consiste en la realización de una actividad.
♣De no hacer. Abstención.

♦De acuerdo con la complejidad, se las clasifica en:


♣Obligaciones simples o de prestación singular. Una prestación.
♣Compuestas o de prestación plural. Varias prestaciones. A su vez, estas pueden
ser:
• Conjuntivas. El objeto de la obligación contiene dos o más prestaciones, todas las
cuales deben ser cumplidas por el deudor.
• Disyuntivas. El objeto de la obligación abarca varias prestaciones, y el deudor
cumple entregando una de ellas. Estas comprenden:
• Obligaciones alternativas. El deudor debe varias prestaciones independientes y
distintas entre sí, y cumple realizando una de ellas.
• Obligaciones facultativas. El deudor debe una única prestación denominada
principal, pero tiene la facultad de sustituirla por otra accesoria.

♦De acuerdo con la índole del contenido, pueden ser:

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Iván Ignacio Carthery

♣Obligaciones de medios. El deudor promete su actividad mediante la cual


normalmente es obtenible el resultado esperado por el acreedor, aunque su consecución
no está garantizada por el deudor. Por ejemplo, la defensa del abogado en juicio.
♣Obligaciones de resultado. El deudor promete un objetivo determinado.

Obligaciones de dar cosas ciertas:


 Concepto de obligación de dar:
La obligación de dar es aquella cuya prestación consiste en la entrega, por el
deudor, de una o varias cosas, o de bienes que no son cosas, siempre con valor
económico.
♦ Bienes comprendidos y excluidos: se trata de la entrega de bien materiales con
valor económico, o de bienes inmateriales que también tengan dicho carácter.

♦ La energía y las fuerzas naturales: lo son por la posibilidad de ser apropiadas o


de un dominio real o efectivo por el hombre, la posibilidad de ser apropiadas o de
un dominio real o efectivo por el hombre. La posibilidad de ser objeto de una
obligación emergente de un contrato.

 Especies:
En el CCyC las diversas especies de las obligaciones de dar son: a) dar cosa
cierta; b) género: c) de dar bienes que no son cosas; d) de dar dinero.

 Distinción con las obligaciones de hacer y no hacer:


Las obligaciones de dar y las de hacer entrañan una conducta positiva, una
actividad que requiere de un despliegue de energía del deudor, una acción; en las
de no hacer, la prestación consiste en la pura inercia del deudor, una omisión, un
abstenerse de actuar que, de no existir la obligación, podría ejecutar sin limitación
alguna. En las obligaciones de dar y el interés están puestos fundamentalmente
sobre la entrega de la cosa. En las obligaciones de hacer, la cuestión reposa
esencialmente en una actividad del hombre que es diferente o ajena en sí misma a
la entrega de una cosa, una acción que puede ser incluso meramente intelectual, o
agotarse en un despliegue de energía físico del deudor. En lo atinente a las
omisiones, el no dar o el no hacer se manifiestan a través de un mismo hecho
exterior: la pasividad del deudor.

 Obligación de dar cosa cierta. Concepto e importancia:


Es aquella que consiste en entregar una cosa específica, esto es, perfectamente
determinada o individualizada en su singularidad. Esta situación puede ser
originaria, al tiempo de la constitución de la obligación, caso en el cual tiene este
único régimen. O producirse luego, pero siempre antes del pago, o
concomitantemente con éste. Su trascendencia es capital, toda obligación de dar
termina por ser una obligación de dar cosa cierta.

 La prestación nuclear: la entrega de la cosa:

25
Iván Ignacio Carthery

El pago de esta obligación se materializa con la entrega de la cosa por el deudor


al acreedor, esto es, la tradición. “Art.1924: Tradición: hay tradición cuando una
parte entrega una cosa a otra que la recibe. Debe consistir en la realización de
actos materiales de, por lo menos, una de las partes, que otorguen un poder de
hecho sobre la cosa, los que no se suplen, con relación a terceros, por la mera
declaración del que entrega de darla a quien la recibe, o de éste de recibirla”.
♦ Debe entregarse la cosa y sus accesorios: el art. 746 se establece que la cosa
debe ser dada “con sus accesorios, aunque hayan sido momentáneamente
separados de ella”. Si al momento de contraerse la obligación existía alguna cosa
que se encontraba juntamente con la principal, aunque no siendo esencialmente
accesoria, pero que razonablemente debe entenderse que formaba parte de
aquélla, queda también comprendida en la entrega. Asimismo, puede ocurrir que
alguna cosa accesoria no se encuentre, lo que no obsta a que deba entregarse
conjuntamente con la principal, pues debe entenderse como una cosa accesoria. A
veces las leyes indican, qué cosas deben entenderse como accesorias y, tienen
que quedar comprendidas en la entrega. Entre otros:
♣ El manual de instrucciones: en el art. 6° de la ley 24.240(cosas y servicios
riesgosos), se dispone que “en tales casos debe entregarse un manual en idioma
nacional sobre el uso, la instalación y mantenimiento de la cosa o servicio de que
se trate y brindarle adecuado asesoramiento”.
♣ Compraventa: se establece la obligación del vendedor de entregar los
documentos relacionados con las cosas vendidas.
♣ Inmuebles: los inmuebles por accesión son ahora únicamente aquellos
muebles inmovilizados por su adhesión física al suelo con carácter perdurable,
descartándose en forma expresa la categoría de los inmuebles por accesión
moral.

♦ Derecho de contralor: “art. 747: Entrega: cualquiera de las partes tiene derecho a
requerir la inspección de la cosa en el acto de su entrega. La recepción de la cosa
por el acreedor hace presumir la inexistencia de vicios aparentes y la calidad
adecuada de la cosa, sin perjuicio de lo dispuesto sobre la obligación de
saneamiento en la Sección 4ª, Capítulo 9, Título II del Libro Tercero”.

♦ Entrega de cosa mueble cerrada o bajo cubierta: “art. 748: Entrega de cosa
mueble cerrada o bajo cubierta: cuando se entrega una cosa mueble bajo cubierta
y sin inspeccionar al tiempo de la tradición, el acreedor tiene un plazo de
caducidad de tres días desde la recepción para reclamar por defectos de cantidad,
calidad o vicios aparentes.
♣ Caracterización: se trata de cosas que se encuentren cubiertas, empacadas
o embaladas, o de cualquier otra manera que impida la inspección al momento de
la tradición; y se otorga al acreedor un plazo de caducidad para el reclamo.
♣ Negativa del acreedor: si el deudor exige el reconocimiento y acreedor se
niega a hacerlo, en principio se pierde el derecho consagrado en la norma.

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Iván Ignacio Carthery

♣ Entrega de varias cosas: en este caso, la apertura de una de ellas de la


que surja que se encuentra en condiciones, no impide la reclamación por las
restantes.
♣ Comienzo del plazo de caducidad: se produce en el día de la tradición de la
cosa, que debe ser la entrega efectiva.
♣ Prueba: si hay negativa del deudor, la prueba de la falta de adecuación
pesa, sobre el acreedor, lo que no obsta a acudir a las presunciones hominis.
♣ Responsabilidad por vicios ocultos: se encuentra excluida la cuestión
vinculada a la responsabilidad por evicción y vicios ocultos, que rige de la misma
manera que en el supuesto del artículo anterior. Un defecto oculto o interno no
podrá ser conocido por las partes al momento del reconocimiento de la mercadería
y, por ende, no se encuentra comprendido en la norma.
♣ En la compraventa: en este contrato el plazo de caducidad es de diez días,
agregándose que el comprador tiene el derecho de exigir en el acto de entrega el
reconocimiento íntegro de la cosa.
♣ Relaciones de consumo: el art. 11 de la ley 24.240 se dispone que la
garantía legal se mantiene aunque los vicios o defectos de cualquier índole hayan
sido ostensibles o manifiestos al tiempo del contrato, cuando afecten la identidad
entre lo ofrecido y lo entregado, o su correcto funcionamiento”.

♦ Tiempo y lugar de la entrega: se rigen por las reglas generales del pago.

 Deberes accesorios de conducta:


Al lado de la prestación nuclear se generan varios deberes accesorios de
conducta, que en las obligaciones de dar se particularizan.
♦ Conservación: el deudor se encuentra obligado a conservar la cosa en el mismo
estado en que se encontraba cuando se contrajo la obligación. La conservación no
importa el mejorar el estado de la cosa, sino su mantenimiento material, evitando
que sufra detrimentos, y sin producirle cambios respecto al estado en que se
encontraba al nacer la obligación. De todas maneras tal deber no es absoluto,
cuestión que se manifiesta en caso de mora del acreedor, o algún otro supuesto
que habilite el pago por consignación. En tal supuesto, si las cosas debidas no
pueden ser conservadas o su custodia origina gastos excesivos, el juez puede
autorizar la venta en subasta, y ordenar el depósito del precio que se obtenga.

♦ Información: si bien no existe una norma específica en esta parte, ni una general,
no cabe dudar que el deber de informar en muchos casos es de importancia
capital. Se trata de hacer saber a la otra parte lo que ella desconoce, y que resulta
esencial para el debido cumplimiento de la obligación. Pueden surgir de la ley, o
de la naturaleza y circunstancias de la obligación.

♦ Otros deberes accesorios: la ley establece algunos. En la compraventa, se


impone al vendedor poner a disposición del comprador los instrumentos
requeridos por los usos o las particularidades de la venta, y a prestar toda

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Iván Ignacio Carthery

cooperación que le sea exigible para que la transferencia dominial se concrete, y


al comprador recibir la cosa y los documentos vinculados con el contrato, lo que
consiste en realizar todos los actos que razonablemente cabe esperar del
comprador para que el vendedor pueda efectuar la entrega, y hacerse cargo de la
cosa.

Obligaciones de dar cosa cierta para constituir derechos reales:


Esta obligación comprende no sólo la de transferir el dominio, sino cualquier
derecho real que se ejerza por la posesión, como el usufructo el uso y la
habitación.

 Transmisión o constitución de los derechos reales en el CCyC:


“Art. 750: Tradición. El acreedor no adquiere ningún derecho real sobre la cosa
antes de la tradición, excepto disposición legal en contrario.
♦ La transmisión entre las partes por actos entre vivos: se combina el tradicional
sistema de adquisición de los derechos reales mediando título y tradición, con las
restantes situaciones en las que se dispone que la entrega de la cosa no produce
la adquisición del derecho real, sino que es necesario otro acto distinto. Cuando el
derecho real se ejerce por la posesión es ineludible, para que opere la adquisición
del derecho real, que existan tanto el título como el modo, aunque este último
puede asumir diversas formas.
♣ Título: el título está definido como el acto jurídico revestido de las formas
establecidas por la ley, del que surge la voluntad de transmisión del derecho real
por su titular, y la consecuente y correlativa adquisición por otra persona.
♣ Modo: es el acto que materializa el desplazamiento patrimonial que surge
del título, y que además lo hace cognoscible por terceros. No se agota en la
tradición, sino que también quedan emplazados en aquella categoría la inscripción
registral y el primer uso en el caso de la adquisición de una servidumbre positiva.
La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos
reales que se ejercen por la posesión. No es necesaria, cuando la cosa es tenida a
nombre del propietario, y éste por un acto jurídico pasa el dominio de ella al que la
poseía a su nombre, o cuando el que la poseía a nombre del propietario, principia
a poseerla a nombre de otro. Tampoco es necesaria cuando el poseedor la
transfiere a otro reservándose la tenencia y constituyéndose en poseedor a
nombre del adquirente, esto se llama tradición abreviada.

♦ La transmisión por actos entre vivos respecto de los terceros. Publicidad de la


adquisición: la adquisición de los derechos reales es oponibles a terceros desde
que tenga publicidad suficiente, lo que importa que éstos lo hayan conocido o
podido conocer.
♣ Publicidad registral: cuando se encuentra dispuesta la inscripción registral,
su concreción en los términos y condiciones que establecen las leyes respectivas
dota de oponibilidad la adquisición del derecho. Vale aclarar que en esta situación
no incide que la inscripción se declarativa o constitutiva. La ausencia de

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Iván Ignacio Carthery

inscripción declarativa es oponible a aquellas personas que conocieron o pudieron


conocieron o pudieron conocer la adquisición del derecho real. Cuando es
constitutiva, lo oponible habrá sido la entrega que se haya efectuado, o el
conocimiento del acto celebrado, que también surte un importante efecto: quien los
conoció, no puede invocar buena fe si luego adquiere un derecho incompatible.
♣ Publicidad posesoria: la posesión de la cosa, que es un hecho material y
efectivo, en los casos en que no está impuesta la inscripción registral, es elemento
suficiente para la publicidad de la adquisición, como ocurre en el caso de las cosas
muebles registrables.

♦ Valoración: se mantiene en nuestro ordenamiento el sistema de adquisición


entre vivos de los derechos reales, cualquiera sea la naturaleza de la cosa
mediante el título y el modo. Este último puede asumir varias modalidades.
Se desecha, la opción en materia de inmuebles, de instituir un sistema de
inscripción registral constitutiva, manteniéndose el declarativo. Además, se
conserva el rechazo hacia el sistema de constitución de derechos reales por el
mero consentimiento de las partes. En definitiva, se replica la solución sustancial
antes existente.

♦ La transmisión por causa de muerte:


♣ “Art. 2277: Apertura de la sucesión: la muerte real o presunta de una
persona causa la apertura de su sucesión y la transmisión de su herencia a las
personas llamadas a sucederle por el testamento o por la ley. Si el testamento
dispone sólo parcialmente de los bienes, el resto de la herencia se defiere por la
ley. La herencia comprende todos los derechos y obligaciones del causante que
no se extinguen por su fallecimiento”.
♣ “Art. 2280: Situación de los herederos: desde la muerte del causante, los
herederos tienen todos los derechos y acciones de aquél de manera indivisa, con
excepción de los que no son transmisibles por sucesión, y continúan en la
posesión de lo que el causante era poseedor. Si están instituidos bajo condición
suspensiva, están en esa situación a partir del cumplimiento de la condición, sin
perjuicio de las medidas conservatorias que corresponden. En principio,
responden por las deudas del causante con los bienes que reciben, o con su valor
en caso de haber sido enajenados”.

♣ “Art. 2337: Investidura de pleno derecho: si la sucesión tiene lugar entre


ascendientes, descendientes y cónyuge, el heredero queda investido de su calidad de tal
desde el día de la muerte del causante, sin ninguna formalidad o intervención de los
jueces, aunque ignore la apertura de la sucesión y su llamamiento a la herencia. Puede
ejercer todas las acciones transmisibles que correspondían al causante. No obstante, a
los fines de la transferencia de los bienes registrables, su investidura debe ser reconocida
mediante la declaratoria judicial de herederos”.

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Iván Ignacio Carthery

♣ “Art. 2338: Facultades judiciales: en la sucesión de los colaterales,


corresponde al juez del juicio sucesorio investir a los herederos de su carácter de tales,
previa justificación del fallecimiento del causante y del título hereditario invocado. En las
sucesiones testamentarias, la investidura resulta de la declaración de validez formal del
testamento, excepto para los herederos enumerados en el primer párrafo del artículo
2337”.

 Cumplimiento de la obligación de dar y cumplimiento de la transferir el derecho


real:
♦ Cuándo se tiene por cumplida la obligación de dar: cuando se trata de una
obligación de dar, su cumplimiento consiste en la entrega de la cosa, que es un
hecho material, y que implica un traspaso de la cosa que está en poder efectivo
del deudor, al acreedor. En nuestro ordenamiento, se dispone que dicha entrega
“No es necesaria, cuando la cosa es tenida a nombre del propietario, y éste por un
acto jurídico pasa el dominio de ella al que la poseía a su nombre, o cuando el que
la poseía a nombre del propietario, principia a poseerla a nombre de otro.
Tampoco es necesaria cuando el poseedor la transfiere a otro reservándose la
tenencia y constituyéndose en poseedor a nombre del adquirente” (art. 1892), lo
que no significa que no se la tenga, jurídicamente, por cumplimentada. Operada la
entrega, de una u otra manera, y habiéndose cumplido los restantes deberes
accesorios de conducta, la obligación de dar queda cumplida.

♦ La transferencia del derecho real: la sola entrega no es suficiente para la


transmisión de los derechos reales: siempre debe existir un título válido, y un
modo suficiente para que ello suceda. Además, la plena oponibilidad respecto de
terceros, depende del cumplimiento de ciertos recaudos. Y, con independencia de
que se haya cumplido la obligación de dar, podrán quedar pendientes de
cumplimiento otros deberes u obligaciones para concretar, finalmente, la efectiva y
plena transferencia del derecho real. Pero en otros casos la ley requiere formas
especiales para el título, y si ésta no se otorga, pero la cosa se entrega, la
obligación de dar se deberá tener por cumplida, quedando pendiente la de
transferir el derecho real, en el caso, mediante el otorgamiento de la escritura
pública. Por último, en el caso de la inscripción registral constitutiva, si bien la
entrega de la cosa importará el cumplimiento de la obligación de dar, no será
suficiente para transmitir el derecho real entre partes, será necesaria la inscripción.

Alteraciones en la cosa:
 Planteo del problema:
Cuando la obligación de dar cosa cierta no se cumple en el mismo momento del
nacimiento de la causa fuente que le da origen, y la entrega se difiere por la causa
que sea , puede suceder que la cosa experimente modificaciones en su
materialidad, en su misma estructura constitutiva, que sean positivas, o que le
produzcan un detrimento, o bien la destruyan. Estos sucesos tienen directa
incidencia en la obligación que se encuentra en estado de cumplimiento pendiente,
en el sentido de que el dueño de la cosa será quien se beneficie o perjudique por
estas razones. Pero, se afecta de manera directa el objeto de la obligación, que ya
no puede ser cumplida de manera idéntica. Si alguna de las partes de la obligación
es responsable de la situación, también pueden producirse otros efectos jurídicos.
30
Iván Ignacio Carthery

 Régimen de las mejoras que experimenta la cosa:


♦ Concepto y clases: “Art. 751: Mejora es el aumento del valor intrínseco de la
cosa. Las mejoras pueden ser naturales o artificiales. Las artificiales, provenientes
de hecho del hombre, se clasifican en necesarias, útiles y de mero lujo, recreo o
suntuarias”. Las mejoras constituyen modificaciones de tipo estructural, intrínseco
o material, que traen aparejado un aumento del valor de la cosa, o que ésta no lo
pierda. Son dos especies: por la naturaleza y por la mano del hombre.
♣ Naturales: en el ámbito de los derecho reales se dispone sobre diversos
casos en los que la naturaleza produce tales efectos en materia de inmuebles:
aluvión y avulsión.
♣ Artificiales: se distinguen la mejora de mero mantenimiento, la mejora
necesaria, y la útil y suntuaria.
♠ Mejoras de mero mantenimiento y mejoras necesarias: las
primeras consisten en la reparación de aquellos deterioros de escasa entidad que
se producen por el uso ordinario de la cosa. Las segundas tienen una mayor
entidad, aquí se trata indispensable para la conservación de la cosa, que puede
hacerla aumentar de valor. Si la mejora necesaria no se practica, la cosa puede
sufrir deterioros de importancia, en el caso de la de mero mantenimiento la cosa
sufre una minoración.
♠ Distinción con las expensas necesarias: expensas necesarias,
que son las que no aumentan su valor y no inciden materialmente en la cosa, si
bien el no rogarlas puede traer aparejados otros riesgos, como ocurre con los
impuestos que la gravan.
♠ Mejoras útiles: son las que benefician a cualquier sujeto de la
relación posesoria. No son necesarias pero tampoco suntuarias.
♠ Mejoras suntuarias: las de mero lujo, recreo o suntuarias son las
de provecho exclusivo para quien las hizo.

♦ Mejoras naturales: “art. 752: La mejora natural autoriza al deudor a exigir un


mayor valor. Si el acreedor no lo acepta, la obligación queda extinguida, sin
responsabilidad para ninguna de las partes”.
♣ Caracterización: la mejora natural produce una modificación intrínseca
en la cosa en la cosa que se traduce en aumento de su valor. Tales
acrecentamientos pertenecen al dueño del inmueble y por tal razón lo benefician.
Hechos externos, que son extraordinarios e imprevisibles.
♣ El problema que surge: ante esta situación, la regla de la identidad del
pago se desvanece, pues el deudor ya no podrá entregar lo mismo a lo que se
obligó. Como la cosa ha aumentado para su dueño, mantener la obligación de
entregar algo que tiene un mayor valor, por circunstancias ajenas a su accionar,
importaría consagrar un enriquecimiento sin causa a favor del acreedor, ya que
estaría incorporando a su patrimonio más de lo que se le debe.
♣ Efectos: la solución del artículo es permitirle al acreedor a exigir la
diferencia entre lo debido y el actual valor de la cosa. El deudor, por su parte, y por
las mismas razones, no sólo no tiene derecho a exigir la entrega de la cosa sin
pagar por el mayor valor, sino que tampoco puede ser obligado a recibirla pagando
por éste. En consecuencia, en caso de desacuerdo, la obligación se extingue con

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Iván Ignacio Carthery

los mismos efectos de la imposibilidad de cumplimiento. Si las partes están de


acuerdo en mantener la obligación, pero no en el valor de la mejora, la cuestión
debe ser resuelta en sede judicial, por directa aplicación del principio de
conservación de los contratos.

♦ Mejoras artificiales: “Art. 753: el deudor está obligado a realizar las mejoras
necesarias, sin derecho a percibir su valor. No tiene derecho a reclamar
indemnización por las mejoras útiles ni por las de mero lujo, recreo o suntuarias,
pero puede retirarlas en tanto no deterioren la cosa”.
♣ Mejoras de mero mantenimiento y necesarias: a las mejoras necesarias
quien está obligado a entregar para constituir o transferir un derecho real las tiene
a su cargo y costo, no pudiendo exigir reembolso alguno. En el caso de las de
mero mantenimiento, que son cualitativamente inferiores. La ley no distingue. Por
lo cual debe concluirse que, en principio, todos los gastos de mantenimiento de la
cosa son a cargo del deudor: la solución legal es consecuencia de la existencia del
deber de conservar la cosa que pesa sobre el deudor de toda obligación de dar.
♣ Mejoras útiles: la norma veda derecho alguno al deudor que
voluntariamente ha introducido mejoras útiles a la cosa. Es que es éste quien,
provoca una situación que puede derivar en el incumplimiento de la obligación, y
por causas a él atribuirles cambia la identidad del objeto a cuya entrega se ha
obligado. Debe, retirar la mejora, en tanto y en cuanto no afecte a la cosa, pues
también de esta manera mutaría la identidad del objeto. En caso de no ser posible
tal retiro, y debido a que el acreedor no está obligado a recibir algo distinto a lo
que se le debe, se encuentra facultado a resolver el contrato por incumplimiento.
Si acepta recibirla, debe abonar el mayor valor que haya adquirido la cosa, o el
costo de la mejora, el que sea de menor entidad, por aplicación de las reglas del
enriquecimiento sin causa. Si la mejora útil es introducida por una causa ajena e
inevitable, deben aplicarse las reglas indicadas para las mejoras necesarias en
igual condición.
♣ Mejoras suntuarias: imperan idénticas reglas que en el caso de las
mejoras útiles introducidas voluntariamente por el deudor.

 El aumento (o pérdida) del valor intrínseco de la cosa sin la realización de mejoras:


La mejora es el aumento del valor intrínseco de la cosa, producida por un hecho
que la modifica en su materialidad, la consecuencia del aumento de valor es en
razón de tal circunstancia. La valoración no puede ser invocada por el deudor para
exigir un mayor precio o la anulación de la operación; la desvalorización no puede
serlo por el acreedor para pretender un menor precio o la anulación. De todas
maneras, la buena fe juega aquí un rol central: si alguna de las partes conocía de
una eventual circunstancia en este sentido, y lo ocultó a la otra para obtener una
ventaja inicua, el acto jurídico podría ser anulado por estar la voluntad viciada.

 Régimen de los frutos:


“Art.754: hasta el día de la tradición los frutos percibidos le pertenecen al deudor; a
partir de esa fecha, los frutos devengados y los no percibidos le corresponden al
acreedor”.

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Iván Ignacio Carthery

♦ Concepto y clases: el art. 233 define a los frutos como los objetos que un bien
produce de modo renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia. Existen
tres clases de frutos. Los naturales, son las producciones espontáneas de la
naturaleza. Los industriales, los que se producen por la industria del hombre o la
cultura de la tierra. Los civiles, las rentas que las cosas producen.

♦ Fruto percibidos y frutos pendientes: rige el principio que postula que la


propiedad de los frutos se adquiere con su percepción. Cabe distinguir, entonces,
el fruto percibido del fruto pendiente:
♣ Frutos naturales e industriales: en este caso, la percepción acontece cuando
es materialmente separado de la cosa fructuaria, pasando a ser objeto de una
nueva relación posesoria. De lo contrario, mientras no haya sido retirado, el fruto
forma un todo con la cosa, es parte de la cosa, y se lo considera fruto pendiente.
♣ Frutos civiles: se dispone ahora que percepción se materializa con el cobro:
el fruto civil es percibido si se ha devengado y cobrado. En tanto que el fruto civil
es pendiente si se ha devengado, pero no se ha cobrado.

♦ La propiedad de los frutos en estas obligaciones: cuando la obligación es de dar


cosa cierta con el fin de constituir un derecho real, los frutos hasta allí percibidos
pertenecen al deudor; desde ese momento, los frutos devengados y los no
percibidos son para el acreedor.
♣ Frutos naturales e industriales: la cuestión aquí no presenta
inconvenientes.
♣ Frutos civiles: en materia de frutos civiles, y como los frutos percibidos
hasta la tradición pertenecen al deudor, para ser tales deben haber sido
efectivamente cobrados. Y en el caso en que no hubieran sido cobrados, como no
puede considerarse percibidos, se trata de frutos pendientes.

 Riesgos de la cosa:
“Art. 755: el propietario soporta los riesgos de la cosa. Los casos de deterioro o
pérdida, con o sin culpa, se rigen por lo dispuesto sobre la imposibilidad de
cumplimiento”.
♦ Consideraciones generales: si luego de la constitución de la obligación y antes
de la entrega la cosa se pierde o se deteriora, en lo ateniente a la cosa el
perjudicado será el deudor y no el acreedor. En orden a los efectos que ello trae
aparejado respecto de la obligación de dar, para determinar la consecuencia en
concreto deben conjuntarse varias normas relativas al incumplimiento obligacional.
♣ Debe distinguirse la pérdida del deterioro de la cosa: son dos situaciones
diferentes, ya que la pérdida trae aparejada la imposibilidad de cumplimiento
sobrevenida; en tanto que el deterioro es un menoscabo material.
♣ Debe determinarse sobre quien pesa la responsabilidad: la asignación
de la responsabilidad en el incumplimiento es indispensable, ya que surgen
efectos diferentes. Lo que aquí corresponde establecer es la autoría en la
conducta (nexo causal), su antijuricidad, y el factor de atribución de la
responsabilidad.
♠ Nexo causal: el incumplimiento debe ser de autoría del
deudor, o de sus auxiliares. El hecho ajeno irresponsabiliza al deudor.

33
Iván Ignacio Carthery

♠ Factor de atribución: la responsabilidad sería subjetiva. El art.


1723 se dispone que cuando de las circunstancias de la obligación o de lo
convenido por las partes, surge que el deudor debe obtener un resultado
determinado, su responsabilidad es de naturaleza objetiva. En el caso de las
obligaciones de dar, la doctrina se encuentra divida. Nosotros entendemos que se
trata de una responsabilidad objetiva, pues toda obligación de dar es de
resultados.
♣ Eventuales ineficacias funcionales: en caso de mora del deudor, podrá
eventualmente resolverse el contrato por incumplimiento. Además, si el plazo es
esencial, cumplido éste, debe entenderse que también existe imposibilidad de
cumplimiento. Lo propio acontece si se frustra el interés del acreedor de modo
irreversible, elemento teleológico que en el ámbito de las obligaciones nacidas de
un contrato encuentra emplazamiento en la figura de la frustración del fin.

♦ Efectos en caso de pérdida de la cosa:


♣ Responsabilidad. El equivalente dinerario: cuando esta situación
acontece sin responsabilidad del deudor trae aparejada la extinción de la
obligación por imposibilidad absoluta. Es por causas imputables a aquél, se
dispone en dicha norma que la obligación modifica su objeto y se convierte en la
de pagar la indemnización de los daños causados, debiéndose el equivalente
dinerario de la prestación.
♣ Posibilidad del acreedor de exigir una cosa equivalente: si bien la cosa
cierta es única e individualmente irrepetible, existen casos en los que puede existir
una cosa similar o equivalente. Esto último es sinónimo de fungibilidad. El
supuesto más visible se presenta cuando se ha producido la individualización en
las obligaciones de género. Existen, casos en los cuales la cuestión se encuentra
expresamente prevista:
♠ Solidaridad pasiva: si el cumplimiento se hace imposible por
causas imputables a un codeudor, los demás responden por el equivalente de la
prestación debida y la indemnización de daños y perjuicios.
♠ Obligación de saneamiento: el acreedor tiene varios opciones,
entre ellas reclamar un bien equivalente, si es fungible.
♠ Relaciones de consumo: ley 24.240 art. 10 bis se consagra,
entre las opciones que tiene el consumidor a su libre elección ante el
incumplimiento de la oferta o del contrato, a aceptar otro producto o prestación de
servicio equivalente.

♦ Efectos en caso de deterioro de la cosa: la cosa deteriorada no deja de existir,


pero es inidónea para el cumplimiento de la obligación: el detrimento afecta la
identidad del objeto.
♣ Deterioro sin responsabilidad del deudor:
♠ Extinción de la obligación: el acreedor no puede ser forzado a
recibir la cosa en este nuevo estado, razón por la cual puede invocarse la
imposibilidad de cumplimiento como causal de extinción de la obligación.
♠ Recepción de la cosa con disminución del precio: el acreedor no
puede ser forzado a recibir algo diferente.
♣ Deterioro por responsabilidad del deudor:

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Iván Ignacio Carthery

♠ Extinción de la obligación y responsabilidad por daños: el deudor


será responsable de los daños causados al acreedor por su incumplimiento.
♠ Recepción de la cosa con disminución del precio y
responsabilidad por daños: Podría el acreedor estar interesado en recibir la cosa,
pero tiene derecho además a la reparación de los daños sufridos.
♠ Posibilidad del acreedor de exigir una cosa equivalente y
responsabilidad por daños: el acreedor pueda valerse de esta posibilidad, de
manera análoga a lo señalado en caso de pérdida.

Concurrencia de varios acreedores:


 La situación a resolver:
Cada uno invoca una obligación que tiene con el deudor, y revisten
recíprocamente la calidad de terceros en la obligación que tiene con el deudor, y
revisten recíprocamente la calidad de terceros en la obligación ajena que se les
pretende hacer valer, o con la cual entran en contienda. Los que quedan
relegados, si son de buena fe, tiene derecho a reclamar los daños derivados del
incumplimiento obligacional, sin perjuicio de la eventual comisión del delito de
estafa por parte del deudor infiel.

 Reglas generales
♦ El sistema de adquisición de los derechos reales: hay oponibilidad de los
terceros.

♦ La oponibilidad de los actos jurídicos: los actos jurídicos también se pueden


hacer valer frente a terceros, cuando adquieren fecha cierta.

♦ La necesaria buena fe de los pretensores: cualquiera sea la situación de los


diversos acreedores en contienda, el que es de mala fe no puede invocar derecho
alguno.

♦ Actos a título oneroso y a título gratuito: la protección es mayor a quien ha


otorgado un acto a título oneroso.

♦ Naturaleza de la acción: para algunos sería la reivindicatoria, otros piensan que


es la revocatoria, y la mayoría, la de nulidad, por tratarse de un acto de objeto o fin
ilícito. En nuestra opinión, depende del caso concreto, pudiendo ser o bien de
nulidad o de inoponibilidad si el demandado es de buena fe.

 Las normas del CCyC:


Se conjuntan, con vocación de unicidad, las diversas formas de publicidad de la
Adquisición, esto es, las normas relativas a la tradición y a la inscripción registral
declarativa y la constitutiva.

 Concurrencia de varios acreedores. Bienes inmuebles:


“Art. 756: Concurrencia de varios acreedores. Bienes inmuebles. Si varios
acreedores reclaman la misma cosa inmueble prometida por el deudor, son todos
de buena fe y a título oneroso, tiene mejor derecho: a) el que tiene emplazamiento

35
Iván Ignacio Carthery

registral y tradición; b) el que ha recibido la tradición; c) el que tiene


emplazamiento registral precedente; d) en los demás supuestos, el que tiene título
de fecha cierta anterior”.
♦ Las adquisiciones a título gratuito: se excluyen de las reglas que resuelven el
conflicto las adquisiciones a título gratuito, lo cual lleva a concluir que éstas serían
inoponibles para los adquirientes a título oneroso y de buena fe. De todas
maneras, la cuestión debe ser analizada en el caso concreto.

♦ Las reglas para determinar el mejor derecho: la norma bajo análisis se establece
un orden de prioridad para determinar la mayor fuerza de oponibilidad, según la
situación de los diversos pretensores.
♣ Acreedor con título, modo e inscripción: tiene el mejor derecho quien
cuenta con emplazamiento registral y tradición, lo que importa necesariamente la
existencia del título otorgado en debida forma.
♣ Acreedor que ha recibido la tradición posesoria: a falta de dueño con título
inscripto, quien ha recibido la tradición de la cosa es preferido a los demás,
incluso, frente a quien tenga emplazamiento registral.
♣ Acreedor con emplazamiento registral sin tradición: si no ha habido entrega
de la cosa, pero el título se ha inscripto, vence a los demás el que ha logrado el
emplazamiento registral. La oponibilidad es respecto de quienes tengan título aún
con fecha anterior, o instrumento privado con fecha cierta, también anterior.
♣ Acreedores sin tradición ni inscripción registral: por último, de no haber
existido tradición ni inscripción registral, la ley otorga preferencia a quien tiene
título de fecha cierta anterior o bien un instrumento privado que tenga fecha cierta,
desde que el boleto de compraventa también puede ser oponible.

 Concurrencia de varios acreedores. Bienes muebles:


“Art. 757: Concurrencia de varios acreedores. Bienes muebles. Si varios
acreedores reclaman la misma cosa mueble prometida por el deudor, son todos de
buena fe y a título oneroso, tiene mejor derecho: a) el que tiene emplazamiento
registral precedente, si se trata de bienes muebles registrables; b) el que ha
recibido la tradición, si fuese no registrable; c) en los demás supuestos, el que
tiene título de fecha cierta anterior.
♦ Consideraciones generales: las reglas se adaptan en función de la naturaleza de
la adquisición.

♦ La adquisición a título gratuito: respecto a las adquisiciones a título gratuito, en


materia de bienes muebles son aplicable las reglas enunciadas respecto de los
inmuebles, sean o no registrable, desde en estos últimos que el efecto de la
inscripción respecto de los terceros no varía según la naturaleza de la cosa.
♦ Las reglas para determinar el mejor derecho:
♣ Cosas registrables: el emplazamiento registral precedente al acto
otorgado con el tercero, otorga prioridad al adquiriente, sea la registración
constitutiva o declarativa ya que ello es irrelevante respecto de terceros. El tercero
no puede invocar la buena fe.
♣ Cosas no registrables: en el caso de bienes muebles no registrables,
triunfa quien ha recibido la cosa, siempre de buena fe. No interesa si hay o no

36
Iván Ignacio Carthery

título con fecha cierta anterior, privilegiándose la seguridad jurídica y la apariencia


que surge de la posesión de buena fe de una cosa mueble.

 Derechos del acreedor frustrado:


“Art. 758: el acreedor de buena fe que resulta frustrado en su derecho, conserva
su acción contra el deudor para reclamar los daños y perjuicios sufridos”.
♦ El derecho a ser resarcido: cualquier acreedor pretensor de la cosa que no ha
podido hacerse de ella, en razón de la existencia de otro acreedor con derecho
preferente o por cualquier otra causa, puede reclamar todos los daños y perjuicios
derivados del incumplimiento, si se verifican los presupuestos de la obligación de
indemnizar. También podría hacerlo si, pese a haber recuperado la cosa por
haber triunfado en el conflicto de oponibilidad con los restantes acreedores, ha
sufrido algún daño por esta razón.

♦ Posibilidad de pedir una cosa equivalente: se aplican las reglas que emergen del
art. 755 para el caso de pérdida, desde que la reparación también puede
solicitarse en especie.

♦ Legitimados pasivos. Solidaridad: serán el deudor y, el tercero adquiriente si es


que ha actuado de mala fe. En tal caso, la responsabilidad es solidaria.

Obligaciones de dar cosa cierta para restituir:


 Introducción:
“Art. 759: en la obligación de dar para restituir, el deudor debe entregar la cosa al
acreedor, quien por su parte puede exigirla”. Los efectos de las relaciones de
poder, se establece que “el poseedor y el tenedor tienen el deber de restituir la
cosa a quien tengo el derecho de reclamarla, aunque no se haya contraído
obligación al efecto”. Se trata aquí, de la obligación de restituir al dueño, sea que
surja de un acto voluntario o por imperio de la ley. La situación jurídica del
acreedor y del deudor, en estas obligaciones, es la inversa a las de las
obligaciones de dar con el fin de constituir derechos reales. La norma contempla
así a todos los casos en que, una persona debe entregar la cosa al dueño. De
acuerdo a la calidad que detente el deudor, se aplicarán las normas de la posesión
o la tenencia; y si el deudor se obligó a entregar la cosa a más de un acreedor,
debe entregarla al dueño, con citación fehaciente a los otros que la hayan
pretendido. El acreedor debe ser el dueño de la cosa. Si no lo es, se aplicarán
para la restitución las normas privativas de la transferencia del uso o la tenencia.
En cambio, si un tenedor debe restituir la cosa al dueño, confluirán las normas de
este parágrafo con las relativas a la tenencia, en razón del art. 749.

Alteraciones en la cosa:
 Ubicación de las normas que rigen la situación:
Entre los arts. 1932 a 1940 del CCyC, en el capítulo de los “efectos de las
relaciones de poder”, se dispone sobre la problemática.

 El principio general:

37
Iván Ignacio Carthery

La inversión de roles, trae aparejado que como el acreedor es el dueño de la cosa,


como regla, y por aplicación del principio res perit et crescit domini, todas las
vicisitudes materiales que experimente la cosa beneficiarán o afectarán al
acreedor, sin perjuicio de la eventual responsabilidad por los daños en la que el
deudor incurra. Diferenciar entre los poseedores o tenedores buena fe y los de
mala fe.

 Mejoras naturales:
Se dispone en el art. 1938 que los acrecentamientos originados por hechos de la
naturaleza en ningún caso son indemnizables.

 Mejoras artificiales:
“Art. 1938: indemnización y pago de mejoras: ningún sujeto de relación de poder
puede reclamar indemnización por las mejoras de mero mantenimiento ni por las
suntuarias. Estas últimas pueden ser retiradas si al hacerlo no se daña la cosa.
Todo sujeto de una relación de poder puede reclamar el costo de las mejoras
necesarias, excepto que se hayan originado por su culpa si es de mala fe. Puede
asimismo reclamar el pago de las mejoras útiles pero sólo hasta el mayor valor
adquirido por la cosa. Los acrecentamientos originados por hechos de la
naturaleza en ningún caso son indemnizables”.
♦ Buena fe del poseedor o tenedor: corresponde distinguir según el tipo de mejora:
♣ Mejoras de mero mantenimiento: no son indemnizables.
♣ Mejoras necesarias: son, por regla, indemnizables por el acreedor, ya que
exceden el deber de conservación básico, y terminan por beneficiar al dueño.
Excepcionalmente el deudor no tiene derecho a su pago, en el caso en que se
hayan originado por su culpa.
♣ Mejoras útiles: no puede reclamar su costo, sino el mayor valor que la cosa
haya adquirido en razón de ellas.
♣ Mejoras suntuarias: no son indemnizables, pero pueden ser retiradas si al
hacerlo no se daña a la cosa.

♦ Mala fe del poseedor o tenedor: corresponde distinguir según el tipo de mejora:


♣ Mejoras de mero mantenimiento: no son indemnizables.
♣ Mejoras necesarias: No son indemnizables.
♣ Mejoras útiles: en el art. 1938 no se distingue entre poseedor de buena fe
y mala fe para estas mejoras, por lo cual todo parece indicar que la solución es la
misma que en el caso anterior: no puede reclamar su costo, sino el mayor valor
que la cosa haya adquirido en razón de ellas.
♣ Mejoras suntuarias: no son indemnizables, pero pueden ser retiradas si al
hacerlo no se daña a la cosa.

 Frutos:
“Art. 1935: Adquisición de frutos o productos según la buena o mala fe. La buena
fe del poseedor debe existir en cada hecho de percepción de frutos; y la buena o
mala fe del que sucede en la posesión de la cosa se juzga sólo con relación al
sucesor y no por la buena o mala fe de su antecesor, sea la sucesión universal o
particular. El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos y los naturales

38
Iván Ignacio Carthery

devengados no percibidos. El de mala fe debe restituir los percibidos y los que por
su culpa deja de percibir. Sea de buena o mala fe, debe restituir los productos que
haya obtenido de la cosa. Los frutos pendientes corresponden a quien tiene
derecho a la restitución de la cosa”.

 Pérdida o deterioro de la cosa:


“Art. 1936: responsabilidad por destrucción según la buena o mala fe: el poseedor
de buena fe no responde de la destrucción total o parcial de la cosa, sino hasta la
concurrencia del provecho subsistente. El de mala fe responde de la destrucción
total o parcial de la cosa, excepto que se hubiera producido igualmente de estar la
cosa en poder de quien tiene derecho a su restitución. Si la posesión es viciosa,
responde de la destrucción total o parcial de la cosa, aunque se hubiera producido
igualmente de estar la cosa en poder de quien tiene derecho a su restitución”.
♦ Poseedor de buena fe. Ausencia de responsabilidad: sea que la cosa se pierda o
deteriore, la cosa parece para su dueño, sin responsabilidad alguna del poseedor.

♦ Poseedor de mala fe simple: es la mala fe en la posesión, exenta de vicios. En


tal caso, la regla es que hay responsabilidad del poseedor, aun mediando hecho
ajeno, excepto que el suceso se hubiera producido igualmente estando en poder
del acreedor. Se trata de una sanción al poseedor de mala fe, concordante con lo
establecido en el art. 1733 inciso f) el deudor es responsable aunque ocurra el
caso fortuito “si está obligado a restituir como consecuencia de un hecho ilícito”.

♦ Poseedor de mala fe viciosa: “art. 1921: posesión viciosa: la posesión de mala


fe es viciosa cuando es de cosas muebles adquiridas por hurto, estafa, o abuso de
confianza; y cuando es de inmuebles, adquiridos por violencia, clandestinidad,
o abuso de confianza. Los vicios de la posesión son relativos respecto de aquel
contra quien se ejercen. En todos los casos, sea por el mismo que causa el vicio o
por sus agentes, sea contra el poseedor o sus representantes”. El poseedor debe
indemnizar en todos los casos.

Concurrencia de varios acreedores:


 La situación a resolver:
Se trata de que el deudor, que debe restituir al dueño de la cosa, o bien se
compromete con terceros, o bien se las transmite, sean éstos de buena o mala fe.
Nuevamente aquí cada pretensor invoca una obligación que tiene con el deudor, y
revisten recíprocamente la calidad de terceros en la obligación ajena que se les
pretende hacer valer, o con la cual entran en contienda. Desde que siendo el
sueño el acreedor de la obligación, un alto porcentaje de los casos se resuelven
en su favor. También aquí la buena fe y la onerosidad, juegan un rol central para
determinar la solución en concreto.
 Entrega de la cosa quien no es propietario. Bienes muebles no registrables:
“Art. 760: con relación a terceros, cuando la obligación de dar cosas ciertas tiene
por fin restituirlas a su dueño, si la cosa es mueble no registrable y el deudor hace,
a título oneroso, tradición de ella a otro por transferencia o constitución de prenda,
el acreedor no tiene derecho contra los poseedores de buena fe, sino solamente

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Iván Ignacio Carthery

cuando la cosa le fue robada o se ha perdido. En todos los casos lo tiene contra
los poseedores de mala fe”.
♦ Solución a favor del tercero adquiriente. Requisitos: como excepción al principio
nemo plus iuris, en materia de bienes muebles si el deudor transmite o constituye
derechos reales a favor de un tercero, el conflicto de intereses entre el dueño y el
tercero se resuelve en principio a favor de este último siempre y cuando se
verifiquen los siguientes requisitos:
♣ Tradición: tiene que haberse entregado la cosa al tercero.
♣ Título oneroso: el acto debe haber sido otorgado bajo esta modalidad.
♣ Buena fe del tercero adquiriente: el tercero debe ser de buena fe, que
haya ignorado o no debido conocer que la cosa no le pertenecía a quien se la
entregó. La buena fe se presume, por lo cual quien alegue la mala fe deberá
probarla.
♣ Cosa no robada o perdida: la cosa no tiene que haber sido robada, ni
perdida.

♦ Solución a favor del dueño: si no concurren todos los requisitos recién indicados,
la ley privilegia al dueño en el conflicto de intereses, y le concede el derecho a
exigir la entrega de la cosa. En el conflicto entre el adquiriente a título gratuito y el
dueño, se privilegia a este último, el verdadero propietario que experimenta un
daño efectivo, regirán respecto a él las reglas relativas a los poseedores de buena
fe. La acción del dueño, en este caso, es la reivindicatoria.

 Entrega de la cosa a quien no es propietario. Bienes registrables (muebles o


inmuebles):
“Art. 761: Si la cosa es inmueble o mueble registrable, el acreedor tiene acción real
contra terceros que sobre ella aparentemente adquirieron derechos reales, o que
la tengan en su posesión por cualquier contrato hecho con el deudor”. Como nadie
puede transmitir un derecho mejor de que el que tiene, cuando se trate de bienes
registrables en manera alguna el tercero que ha recibido la cosa podrá alegar la
buena fe.

Obligación de dar cosas ciertas para transferir el uso o la tenencia:


 La situación jurídica:
“Art. 749: Cuando la obligación de dar una cosa determinada tenga por objeto
transferir solamente el uso o la tenencia de ella, se aplican las normas contenidas
en los títulos especiales”. En la parte del CCyC destinada a las obligaciones de dar
únicamente se dispone sobre las que tengan como finalidad la constitución de un
derecho real y la restitución de cosas al dueño, quedando por ende excluidos de
estas disposiciones todos aquellos casos en los que debe producirse la entrega de
una cosa en el marco de situaciones jurídicas diferentes, como son la
transferencia del mero uso o la tenencia. En otras normas o situaciones en
particular, relativas a la locación: depósito, comodato, leasing, transporte de cosas.

 Eventual confluencia de normas:


Cabe aclarar que en el caso en que un tenedor o usuario deba restituir la cosa al
dueño, concurren dos situaciones. El tenedor o el usuario únicamente pueden

40
Iván Ignacio Carthery

transferir el derecho que tienen, y la relación de poder que ostentan puede


haberles sido transmitida por un dueño o no. En el caso de que el tenedor deba
restituir al dueño, se produce la confluencia de las normas que contemplan ambas
situaciones jurídicas, aunque rigen en primer término las normas especiales
dispuestas para cada situación en particular.

Obligaciones de Género:
 Concepto:
♦ Concepto legal: “Art. 762: La obligación de dar es de género si recae sobre
cosas determinadas sólo por su especie y cantidad”.

♦ Concepto jurídico de género: género es conjunto de seres que tienen uno o


varios caracteres comunes. La obligación puede comprender un solo individuo del
género o bien varios, y el régimen jurídico en ambas situaciones es idéntico. El
género o la especie puede tener una mayor o menor extensión, según sea el caso.
De todas maneras, en ambos casos existe la indeterminación inicial que requiere
la categoría, y que no llega a constituirse en indeterminación absoluta. La esencia
de este tipo de obligaciones que exista una indeterminación respecto a la cosa
individual que debe entregarse, o, como se ha dicho, en el momento en que brota
la obligación. Pero tal incertidumbre lo es sólo respecto a la cosa específica, y no
en cuanto a su especie y cantidad. De lo contrario no podría existir obligación por
ausencia de determinación del objeto, que debe ser determinado o determinable.

♦ La fungibilidad de las cosas que integran el género: respecto a la cosa que


deben ser dadas, la fungibilidad es una característica constitutiva e identitaria de la
obligación. Las cosas fungibles son aquellas en que todo individuo de la especie
equivale a otro individuo de la misma especie y pueden sustituirse por otras de la
misma calidad y en igual cantidad. En el marco de estas obligaciones, la
fungibilidad adquiere algunos matices especiales. No sólo estaremos en
precesencia de obligaciones de género cuando la fungibilidad sea, objetivamente,
indiscutible o perfecta; sino también cuando pese a que puedan existir diferencias
entre ellas, “el carácter fungible o infungible de la cosa no depende de su
naturaleza sino de la intención de las partes, intención que puede ser inferida de la
propia naturaleza de la relación obligatoria integralmente considerada e, inclusive,
de la función económica que ésta cumple.

♦ La situación especial del dinero: la especial naturaleza del dinero, y sus


funciones económicas y sociales, lo posicionan como algo diferente, y de allí la
necesidad de una regulación específica.

 Dos etapas:
En las obligaciones de género existen dos momentos bien diferenciados: el que
transcurre entre el nacimiento de la obligación y la individualización de las cosas; y
el que corre desde este acto hasta su cumplimiento.

 Finalidades:

41
Iván Ignacio Carthery

La obligación aquí regulada puede ser establecida tanto para constituir derechos
reales, como para restituir cosas a su dueño.

 El acto de determinación de las cosas (individualización):


♦ Caracterización. Naturaleza: es un acto jurídico en el cual su otorgante fija el
individuo de la especie, concretando cuál es la cosa que deberá entregarse en
cumplimiento de la obligación de dar; y unilateral, por lo que no es necesario para
su formación el concurso de la voluntad de la otra parte, o de ambas.

♦ Sujetos: “art. 762: La elección corresponde al deudor, excepto que lo contrario


resulte de la convención de las partes”. Deudor, acreedor o tercero.

♦ Perfeccionamiento: debe entenderse que si bien el acto queda perfeccionado


con su sólo otorgamiento, necesariamente debe llegar a conocimiento de los
interesados, quienes podrán cuestionarlo. Para ser válido sólo se requiere de la
manifestación de voluntad de quien lo tiene a cargo, y puede ser revocado hasta
que llegue a conocimiento del destinatario.

♦ Forma: en le “art.762: puede ser hecha mediante manifestación de voluntad


expresa o tácita”. Es no formal, corolario del principio general de libertad de formas
puede ser expresa o tácita.

♦ Tiempo de la individualización. Mora e incumplimiento: las partes pueden pactar


un plazo, o bien éste surgir de la naturaleza y circunstancias de la obligación, o ser
aquél indeterminado propiamente dicho. La constitución en mora de quien tiene a
su cargo la individualización, se rige por las normas generales, debiendo
advertirse que en ambos casos el deudor o acreedor revisten la calidad de sujetos
pasivos del deber de elegir.

♦ Condiciones de la cosa elegida:


♣ Regla general. La calidad media: “art. 762: La elección debe recaer sobre
cosa de calidad media”. En caso de no existir mayores especificaciones, rige el
denominado principio de la calidad media. Esto es, no puede escogerse ni la cosa
de peor calidad, ni la mejor de todas. La solución se funda en la buena.
♣ Excepciones: existen, empero, algunas excepciones al principio:
♠ Pacto de partes. Límites: la primera es el pacto de las partes, desde
que no nos encontramos frente a normas de derecho imperactivo.
♠ Legado de género: “art. 2502: Si la elección ha sido conferida
expresamente al heredero o al legatario, éstos pueden optar, respectivamente, por
la cosa de peor o de mejor calidad. Si hay una sola cosa en el patrimonio del
testador, con ella debe cumplirse el legado”.

♠ Compraventa sobre muestras.

 Régimen del período anterior a la individualización:

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Iván Ignacio Carthery

“Art. 763: Período anterior a la individualización. Antes de la individualización de la


cosa debida, el caso fortuito no libera al deudor. Después de hecha la elección, se
aplican las reglas sobre la obligación de dar cosas ciertas”.

♦ La regla. Imposibilidad de liberación, aún por caso fortuito: el deudor no queda


eximido del cumplimiento de la obligación, ni aún por caso fortuito, pues se
entiende que por definición las cosas que integran el género son infinitas, que por
definición siempre pueden ser conseguidas.

♦ Excepciones y casos: especiales: sin embargo, pueden presentarse situaciones


especiales que permitan un apartamiento de la regla general:
♣ Perecimiento del género: el género puede perecer o quedar
descontinuado. Caso en el cual “el deudor genérico puede eximirse por
imposibilidad de la prestación”
♣ Posibilidad de invocar la teoría de la imprevisión: pese a que
materialmente las cosas existan, hacerse de ellas resulta sumamente dificultoso o
excesivamente oneroso. En tal caso, es aplicable el art. 1091, que prevé la
posibilidad de rescisión o adecuación del contrato para el supuesto de imprevisión.
♣ Imposibilidad de conseguir cosas existentes: también puede suceder que,
pese a que el género nunca perece, se torne virtualmente imposible para el deudor
hacerse de la cosa debida.
♣ Las obligaciones de género limitado: “art. 785: Obligaciones de género
limitado. Las disposiciones de esta Sección se aplican a las obligaciones en las
que el deudor debe entregar una cosa incierta pero comprendida dentro de un
número de cosas ciertas de la misma especie”.

♦ Efectos de la imposibilidad de elegir: en todos los casos en que devenga


imposible materialmente practicar la elección, se estará ante un supuesto de
imposibilidad de cumplimiento por imposibilidad de la prestación, por lo cual la
obligación se extinguirá sin responsabilidad del deudor.

 Régimen posterior a la individualización:


Una vez individualizada la cosa, ésta pasa a ser cosa cierta. Por ello cesa el
régimen transitorio de las obligaciones de género, y pasa a imperar el de las cosas
ciertas, según cuál sea su finalidad.

Obligaciones relativas a bienes que no son cosas:


 Disposición legal:
“Art. 764: Aplicación de normas. Las normas de los Parágrafos 1°, 2°, 3° y 4° de
esta Sección se aplican, en lo pertinente, a los casos en que la prestación debida
consiste en transmitir, o poner a disposición del acreedor, un bien que no es cosa.

 Bienes comprendidos en esta obligación:


Los bienes materiales susceptible de un valor se llaman cosas. Pero las cosas no
son sino una de las especies de un género: los bienes. Para nuestro derecho los
bienes constituyen una categoría que incluye objetos materiales e inmateriales, en
ambos casos tengan o no valor económico. La categoría que surge del art. 764 se

43
Iván Ignacio Carthery

orienta la solución a las obligaciones cuyo objeto es la entrega de bienes


inmateriales con valor económico, en tanto y en cuanto ello no esté vedado por el
ordenamiento.

 Aplicación supletoria para prestaciones sin valor económico:


Existen deberes jurídicos en los cuales la prestación carece de valor económico y
no pueden quedar emplazados en la categoría de obligación. Sin embargo,
siempre y cuando el acto sea válido, y con las adaptaciones del caso, puede
también extenderse en forma supletoria la solución del presente artículo para el
caso en que deba entregarse un bien sin valor económico, pues existen
interesantes puntos de confluencia entre algunas situaciones, sin perjuicio de las
notable diferencias que presentan. Existe un deber de conservación, sin perjuicio
de las particularidades de cada caso. Es por tal razón que debe entenderse que,
como ahora se dispone que cuando la conducta debida consista en transmitir o
poner a disposición un bien que no sea cosa, en lo pertinente, y en forma
supletoria, pueden aplicarse las reglas establecidas para las obligaciones de dar.

Unidad 7:
Obligaciones divisibles:

 Concepto:
“Art. 805: Obligación divisible es la que tiene por objeto prestaciones susceptibles
de cumplimiento parcial”.

♦ Divisibilidad material de la prestación: para que una obligación sea divisible, su


prestación debe ser susceptible de cumplimiento parcial, lo que depende de la
posibilidad material o física de fraccionarla. “Art. 806: Requisitos. La prestación
jurídicamente divisible exige la concurrencia de los siguientes requisitos: a) ser
materialmente fraccionable, de modo que cada una de sus partes tenga la misma
calidad del todo; b) no quedar afectado significativamente el valor del objeto, ni ser
antieconómico su uso y goce, por efecto de la división”. Hay casos aun cuando la
prestación sea materialmente divisible, es posible convenir la indivisibilidad, o la
ley puede establecerla. Por otra parte, y aun cuando una cosa sea divisible, puede
ocurrir que la prestación de dar esa cosa no lo sea.

♦ Inviabilidad de pactar la divisibilidad de aquello que es indivisible: si la prestación


no puede ser fraccionada materialmente, la obligación siempre es indivisible, y no
es viable pactar la divisibilidad intelectual. La divisibilidad o indivisibilidad de las
obligaciones de dar no resulta de los fines a que ellas propenden, tiene por base la
divisibilidad o indivisibilidad de las cosas que se debe entregar, y estos atributos
son inseparables de las cosas en todas las circunstancias, están en su sustancia,
no pueden cambiar por influencia de las causas de las obligaciones.

 Prestaciones divisibles:

44
Iván Ignacio Carthery

♦ La división no debe menoscabar los bienes: la división material debe producir


como efecto, prestaciones que formen un todo homogéneo y análogo con la
prestación primigenia; y no debe afectarse el valor de la prestación, y aun cuando
ello no acontezca, tampoco debe tener un efecto económicamente adverso.

♦ Los criterios legales: el legislador deja establecidos algunos casos en los cuales
la prestación es indivisible, lo que permite establecer, por vía de la exclusión los
casos de prestaciones divisibles:
♣ Obligaciones de género: al no encontrarse contemplado como un caso
de indivisibilidad de las obligaciones de género, debería entenderse que se trata
de obligaciones divisibles. Pero en el caso en que no sea posible la división de
acuerdo a los requisitos establecidos en la norma, deberá considerarse que la
prestación es indivisible.
♣ Obligaciones de dar dinero: la divisibilidad es la esencia de esta
obligación.
♣ Obligaciones de hacer: la obligación es por regla indivisible excepto si
han sido convenidas por unidad de medida y el deudor tiene derecho a la
liberación parcial.
♣ Divisibilidad por disposición legal especial: el caso del condominio. Hay
casos en los que es la propia ley la que aclara que una obligación cuyo objeto es
divisible tiene dicho régimen. Por ejemplo en el condómino, en el art .192 se
establece que si un condómino contrae deudas en beneficio de la comunidad, es
el único obligado frente al tercero acreedor, en tanto que si todos se obligaron sin
expresión de cuotas y sin estipular solidaridad, deben satisfacer la deuda por
partes iguales. Quien ha pagado de más con respecto a la parte indivisa que le
corresponde, tiene derecho contra los otros, para que le restituya lo pagado en esa
proporción.

La situación en las obligaciones de sujetos únicos:


 El principio general:
“Art. 807: Deudor y acreedor singulares. Si solo hay un deudor y un acreedor, la
prestación debe ser cumplida por entero, aunque su objeto sea divisible”. En
materia de pago, “art. 869: Integridad. El acreedor no está obligado a recibir pagos
parciales, excepto disposición legal o convencional en contrario. Si la obligación es
en parte líquida y en parte ilíquida, el deudor puede pagar la parte líquida”.

 Las excepciones:
Pueden surgir de la ley, o del pacto de partes:
♦ Acuerdo de partes: es de uso común en la práctica negocial que mediante un
acuerdo de partes el acreedor se avenga a recibir pagos parciales.

♦ Ejercicio abusivo de los derechos: dicha regla de conducta impone, una


adecuada flexibilización de la solución de la ley, ya que de lo contrario se
produciría una alteración tal en el conflicto de intereses, que lo desnaturalizaría.

♦ La teoría de los actos propios: existen casos en los cuales el acreedor obra una
conducta que importa la aceptación de pagos parciales, y que luego le impide

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Iván Ignacio Carthery

volver sobre sus pasos y exigir el pago total, si la situación de hecho se mantiene.
Hay una manifestación tácita de la voluntad.

♦ La compensación legal: el concepto mismo de compensación implica la extinción


parcial de una deuda, si es que ambas son de monto diferentes.

♦ El pago con subrogación: si el tercero subrogante paga parte de la deuda y el


acreedor, obviamente lo acepta, aquél sólo puede ejercer sus derechos hasta el
monto de lo efectivamente desembolsado; y el deudor primigenio, quedará
obligado también frente a su acreedor por el saldo insoluto.

♦ El pago con beneficio de competencia: “art. 892: El beneficio de competencia es


un derecho que se otorga a ciertos deudores, para que paguen lo que buenamente
puedan, según las circunstancias, y hasta que mejoren de fortuna”.

♦ Deuda parcialmente ilíquida: “art. 869: si la obligación es en parte líquida y en


parte ilíquida, el deudor puede pagar la parte líquida”. Si la obligación se ha
tornado exigible, el deudor debe pagar la parte líquida.
♦ Imputación de pagos: puede suceder que lo entregado no alcance a satisfacer la
totalidad de alguna de las deudas pendiente de cumplimiento entre acreedor y
deudor, por lo cual, deben efectuarse los prorrateos correspondientes y, en
consecuencia, las obligaciones se extinguen parcialmente.

♦ Concurso preventivo: la voluntad de la mayoría se impone sobre los restantes


acreedores, y si se ha dispuesto una quita, a estos últimos también los afecta, con
lo cual el pago termina por ser parcial.

♦ Cheque, letra de cambio y pagaré: en ambos casos, se impone al acreedor la


recepción de pagos parciales, quien no puede rehusarlos.

♦ Las acciones directas: el art. 738 inciso b se dispone que cuando se entabla una
acción directa el reclamo sólo puede prosperar hasta el monto menor de las
obligaciones”, por lo que queda claro que es una excepción.

La divisibilidad en las obligaciones de sujetos plurales:

 El fraccionamiento de la prestación en las obligaciones de sujetos múltiples:


Hay dos cuestiones importantes que confluyen simultáneamente: el deber de
determinarse la naturaleza del objeto y también la de los vínculos, deben ser
analizados por separado.
♦ El efecto propio de la divisibilidad: desmembramiento obligacional: “art. 808:
Principio de división. Si la obligación divisible tiene más de un acreedor o más de
un deudor, se debe fraccionar en tantos créditos o deudas iguales, como
acreedores o deudores haya, siempre que el título constitutivo no determine
proporciones distintas. Cada una de las partes equivale a una prestación diversa e
independiente. Los acreedores tienen derecho a su cuota y los deudores no
responden por la insolvencia de los demás”. El efecto es, pues, el

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Iván Ignacio Carthery

desmembramiento obligacional en tantas relaciones jurídicas como acreedores y


deudores haya.
♣ Exigibilidad: en la exigibilidad cada una de las partes resultantes de la
descomposición es una prestación diversa e independiente de las restantes; y en
consecuencia cada acreedor sólo tiene derecho a exigir la proporción que le es
asignada, y cada deudor sólo está obligado a cumplir aquello que le tocó.
♣ Ausencia de propagación de efectos: producto de la divisibilidad del objeto,
cada sujeto de cada obligación resultante queda librado a su suerte frente a su
contraparte, y es exclusivo beneficiario y perjudicado de las conductas que obre y
situaciones en las que quede incurso, sin que éstas se proyecten a los restantes
codeudores o coacreedores primitivos, inclusive la insolvencia de un deudor, por
la que los otros no responden. No existe la llamada propagación de efectos en
orden a la exigibilidad, el pago, la prescripción liberatoria, el incumplimiento por
causas imputables a un deudor, y los restantes modos extintivos.

♦ Debe analizarse la naturaleza de los vínculos:


♣ Vínculos simplemente mancomunados: la confluencia de ambas variables
causa la fisión absoluta de la obligación originaria, y los dos efectos señalados
operan de forma inmediata e indefectible: ello se debe a que el objeto es divisible y
a que, además, el vínculo es simplemente mancomunado.
♣ Vínculos solidarios: los efectos de la divisibilidad se enervan ante la
solidaridad, por la mayor intensidad de la fuerza centrípeta. Pero si la solidaridad
cesa, la mutación de la naturaleza de los vínculos activará la desagregación
obligacional.

♦ Medida del fraccionamiento: aquí cada deudor responde por su cuota resultante,
y cada acreedor sólo es tal también respecto de la porción asignada. Cada
obligación resultante se determinará, en primer lugar, en función de lo que surja de
su causa fuente; si nada puede concluirse, la división se produce en partes
iguales.

♦ Algunas situaciones especiales: casos en los cuales la división no es absoluta,


obligaciones derivadas en una única causa fuente, a lo que se suma alguna otra
circunstancia que impide el efecto característico.
♣ Cláusula penal: en el ámbito de la cláusula penal, y por aplicación del
principio general, cuando la obligación principal es divisible, cada codeudor no
incurre en la pena sino en proporción de su parte, ello sólo es posible si la
obligación de la cláusula penal es también divisible, puesto que si esta última es
indivisible, o si es solidaria aunque divisible, cada uno de los codeudores, o de los
coherederos del deudor, queda obligado a satisfacer la pena entera.
♣ Límite a la divisibilidad: “en el art. 809: Límite de la divisibilidad. La
divisibilidad de la obligación no puede invocarse por el codeudor a cuyo cargo se
deja el pago de toda la deuda”.

 Pago en exceso:
“Art. 810: Derecho al reintegro. En los casos en que el deudor paga más de su
parte en la deuda: a) si lo hace sabiendo que en la demasía paga una deuda

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Iván Ignacio Carthery

ajena, se aplican las reglas de la subrogación por ejecución de la prestación por


un tercero; b) si lo hace sin causa, porque cree ser deudor del todo, o porque el
acreedor ya percibió la demasía, se aplican las reglas del pago indebido”.

♦ Lo dispuesto en el CCyC: en el código se distingue claramente los tres únicos


supuestos que pueden presentarse: que el deudor pague con conocimiento de que
se encuentra abonando una deuda ajena; que lo haga sin saberlo, creyéndose
deudor del todo; o bien que pague y que el acreedor haya percibido dicho
excedente.
♣ Pago con conocimiento del solven. Subrogación legal. Alcances: cuando
el deudor paga con plena comprensión de que se encuentra abonando una deuda
que le es ajena, se subroga legalmente. El pago por subrogación supone la
existencia de un tercero que abona una obligación ajena y, si se verifica alguno de
los supuestos de los art. 915 a 917, el efecto es la transmisión de todos los
derechos y acciones del acreedor a dicho solvens.
♣ Aplicación de las reglas del pago indebido: en los dos casos
contemplados en el inciso b) del art. 810 nos encontramos ante un pago sin causa,
contemplado en los incs. “a” y “b” del art. 1796. En ambos supuestos, no existe
causa de deber.

 Las relaciones internas entre deudor y acreedores en la divisibilidad:


Se trata de obligaciones diferentes e independientes las unas de las otras. Pero
existe entre ellas una causa fuente común, las que las torna conexas. La
intensidad de dicho lazo es cualitativamente inferior que en el caso de la
indivisibilidad o de la solidaridad, pero de todas maneras existe, aunque con
bajísima intensidad. De allí que puedan generarse relaciones de contribución entre
deudores, o de distribución entre acreedores.

♦ La parte de cada codeudor. Una omisión del codificador. La subrogación


anómala: en el art. 810 inciso a) se dispone sobre el efecto subrogatorio del pago
en exceso, no se efectúa alguna referencia al quantum de la contribución en las
relaciones internas, aunque sí claramente respecto a la relación externa: en la
norma se indica que si el deudor, conociéndolo, en la demasía paga una deuda
ajena, queda subrogado.

♦ La parte de cada acreedor: “art. 811: Participación. La participación entre los


acreedores de lo que uno de ellos percibe de más se determina conforme a lo
dispuesto por el artículo 841”. No es un efecto ordinario del carácter de acreedor
de una obligación divisible, en cuanto tal, sino que es una acción directa que
ejerce el acreedor impago contra el acreedor que recibió el pago total y que viene
a ser un deudor de su deudor, porque el deudor tiene la acción de repetición por
pago sin causa.

 Aspectos procesales:
Si bien en el caso que nos ocupa nos encontramos en presencia de obligaciones
independientes las unas de las otras, lo cierto es que todas derivan de una misma
causa fuente. Ello es lo que permite afirma que podría el acreedor acumular las

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Iván Ignacio Carthery

diversas acciones que tiene en contra de los deudores, formándose un


litisconsorcio facultativo.

 Muerte de un codeudor o de un coacreedor:


Remitir a Unidad 8.

 Caso de solidaridad:
“Art. 812: Si la obligación divisible es además solidaria, se aplican las reglas de las
obligaciones solidarias, y la solidaridad activa o pasiva, según corresponda”.

Obligaciones indivisibles:
 Concepto:
“Art. 813: Concepto. Son indivisibles las obligaciones no susceptibles de
cumplimiento parcial”.

 Prestaciones indivisibles:
“Art. 814: Casos de indivisibilidad. Hay indivisibilidad: a) si la prestación no puede
ser materialmente dividida; b) si la indivisibilidad es convenida; en caso de duda
sobre si se convino que la obligación sea indivisible o solidaria, se considera
solidaria; c) si lo dispone la ley.

♦ Primer criterio: la indivisibilidad por esencia:


El art. 806 se establecen las pautas para determinar cuándo una prestación es
jurídicamente divisible, en el inciso a) del art. 814 se dispone que la obligación es
indivisible si no puede ser materialmente dividida. El art. 806 parte de un criterio
natural, al que se le adosa un criterio consecuencial, en el sentido de que no basta
con la mera posibilidad material de partición, sino que ésta no debe traducirse en
efectos antieconómicos.

♦ Segundo criterio: pacto de partes. Incidencia de la causa final en las situaciones


dudosas entre divisibilidad o indivisibilidad: en el CCyC la posibilidad de acordar la
indivisibilidad de una prestación jurídicamente divisible, mutando por ende su
esencia, con el consiguiente régimen jurídico diferente al que le hubiera
correspondido, corrigiendo la naturaleza partible de la prestación”. Siendo la
prestación materialmente divisible, a la vez se presenta una situación de
incertidumbre respecto si la obligación es o no solidaria, prima la solidaridad; por
ende, el objeto sería divisible. Sin embargo, pueden presentarse casos en los que
pueda concluirse que la prestación es indivisible, ya sea en función de la
naturaleza y circunstancias de la obligación, particularmente en relación a la causa
final del acto jurídico que sea fuente de ella. Existen casos en los que la propia ley
determina la divisibilidad, como en ya citado caso del condominio y las expensas
comunes.

♦ Caso de duda entre indivisibilidad y solidaria. Una solución polémica: en el inciso


b) del art. 814 se establece un criterio hermenéutico ante una situación que
acontece en los hechos con asiduidad: las partes en un contrato de prestaciones
divisibles no suelen expresarse en forma clara, y mediante manifestaciones

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Iván Ignacio Carthery

ambiguas u oscuras, establecen que los deudores lo serán por toda la deuda, la
ley se vuelca por considerar que, en caso de duda, lo que se ha pactado es una
obligación solidaria, y no una indivisible.

♦ Tercer criterio: la ley: en algunos casos el legislador expresamente señala que


tal o cual obligación es indivisible. Se dispone en el art. 815: Prestaciones
indivisibles. Se consideran indivisibles las prestaciones correspondientes a las
obligaciones: a) de dar una cosa cierta; b) de hacer, excepto si han sido
convenidas por unidad de medida y el deudor tiene derecho a la liberación parcial;
c) de no hacer; d) accesorias, si la principal es indivisible.
♣ Obligaciones de dar cosas ciertas. Pluralidad de objetos debidos: cuando
la obligación comprende más de una cosa, en las que no existe relación de
accesoriedad, entendemos que en principio deben entenderse todas como una
unidad, salvo pacto en contrario, que puede ser concomitante o anterior al
momento del cumplimiento, y expreso o tácito. En algunos casos, es la propia ley
que así lo establece, y ello responde a la naturaleza misma de la relación jurídica.
♣ Obligaciones de hacer: la regla es que las obligaciones de hacer son
indivisibles: la excepción se verifica si han sido convenidas por unidad de medida y
el deudor tiene derecho a la liberación parcial.
♣ Obligación de no hacer: se recepta la indivisibilidad en todos los casos.
♣ Obligaciones accesorias a una principal indivisible: la solución del inciso
d) supone una prestación principal indivisible, y una accesoria materialmente
divisible, que por imperio de la ley es considerada indivisible.
♣ La cláusula penal: cualquiera sea la naturaleza de la prestación
principal, ello no influye en la naturaleza de la accesoria, y el deudor incurre en la
pena en proporción de su parte, cuando la cláusula penal es divisible.

 Renuncia a la indivisibilidad:
Nada impide al acreedor renunciar a la indivisibilidad, salvo que esté en juego el
orden público; siempre y cuando, la prestación se materialmente fraccionable.

La indivisibilidad en las obligaciones de sujetos plurales:


 Exigibilidad y pago:
“Art. 816: Derecho de los acreedores al pago total. Cada uno de los acreedores
tiene derecho de exigir la totalidad del pago a cualquiera de los codeudores, o a
todos ellos, simultánea o sucesivamente”. “Art. 817: Derecho a pagar. Cualquiera
de los codeudores tiene derecho a pagar la totalidad de la deuda a cualquiera de
los acreedores”.
♦ Consideraciones generales: la indivisibilidad genera una situación muy particular
respecto a los codeudores entre sí, y a los coacreedores entre sí. Existe una
asociación de intereses entre ellos, diferente a la que se presenta en el caso de la
solidaridad, pero asociación al fin. La prestación no puede fraccionarse sin perder
su esencia. Pero también puede presentarse si las partes pactan la indivisibilidad,
aun cuando la prestación sea jurídicamente divisible.

♦ Pluralidad activa: se dispone en el art. 816 que cualquier acreedor tiene el


derecho de exigir al deudor o a los deudores el cumplimiento íntegro de la

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Iván Ignacio Carthery

prestación. Cada coacreedor es propietario de su parte en el crédito. Pero se


encuentra inmerso en una situación jurídica especial derivada de la indivisibilidad,
de la prestación: “cada acreedor está legitimado a reclamar todo, no porque sea
acreedor por el total, sino porque no puede demandar una parte. Debe así
distinguirse la titularidad en el crédito derivada de la relación interna, de la
legitimación de cada acreedor en la relación externa, derivada de la inoponibilidad
de las relaciones internas entre acreedores a los deudores. Frente a los deudores,
cada acreedor se encuentra legitimado a percibir el todo del crédito porque en el
marco de la relación externa se ha constituido una obligación de sujetos plurales
cuyo objeto no se puede fraccionar, y sin que las relaciones intra polo obligacional
puedean ser invocados por la otra parte, ni en contra de ella.

♦ Pluralidad pasiva:
♣ Pago íntegro: en el art. 816 se establece la obligación de los deudores,
de cada uno de ellos, de efectuar el pago íntegro. En el art. 817, el derecho de
cada deudor de pagar de la misma manera, a cualquiera de los coacreedores.
Si existe unidad de acreedor, cualquiera de los deudores está obligado a cumplir
toda la prestación a su favor, pudiendo ser demandados en forma simultánea o
sucesiva y sin que, la demanda incoada en contra de un deudor enerve una
eventual posterior acción respecto de los otros. Si existe pluralidad de acreedores,
la situación no varía: cualquiera de ellos pueden demandar el cobro a cualquiera
de los deudores.
♣ Insolvencia de un codeudor: la insolvencia de un codeudor debe ser
soportada por los restantes.
♣ Derechos del deudor: Éstos se materializan en la posibilidad que éste
tiene de elegir a qué acreedor le pagará, facultad que queda limitada si ha sido
demandado con anterioridad por otro acreedor. Que también con la posibilidad de
imponer la recepción coactiva del pago, por vía de la consignación.

♦ Algunas cuestiones procesales: siendo que cualquiera de los acreedores puede


demandar a cualquiera de los deudores, la acción puede ser ejercida
individualmente por uno de ellos en contra de otro.
♣ Litisconsorcio facultativo. Aplicación de las reglas de la solidaridad: no
existe litisconsorcio necesario. La pluralidad subjetiva en alguno de los polos de la
relación procesal constituye, un litisconsorcio facultativo.
♣ Principio de prevención: el art. 845, es aplicable a las obligaciones
indivisibles en virtud de la aplicación subsidiaria de las normas de la solidaridad a
la indivisibilidad.
♣ Cosa juzgada: los efectos de una sentencia dictada en un proceso
ventilado entre algunos de los involucrados, en relación a quienes no han sido
partes, deben regirse por las reglas establecidas para las obligaciones solidarias.

 Efectos del pago:


Una vez cumplida la obligación por un deudor a favor de un deudor a favor de un
acreedor, la obligación se extingue. Por ende, cualquier pago posterior a este
hecho, sea que se haya obrado con conocimiento o no del cumplimiento previo,
constituye un pago sin causa y, por ende, se aplican las reglas del pago indebido.

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Iván Ignacio Carthery

Producido el pago, se activan los derechos emergentes de las relaciones internas


de contribución y distribución.

 Muerte de un codeudor o de un coacreedor:


Remisión a la Unidad 8.

 Responsabilidad por incumplimiento obligacional:


“Art. 819: Responsabilidad de cada codeudor. La mora de uno de los deudores o
de uno de los acreedores, y los factores de atribución de responsabilidad de uno u
otro, no perjudican a los demás”.
♦ Insolvencia y responsabilidad. Dos situaciones diferentes: si bien la insolvencia
debe ser soportada por los restantes codeudores, esta cuestión debe ser
distinguida de la responsabilidad por el incumplimiento. Una cosa es que el deudor
sea insolvente, y por ende, no cumpla, adeudándose aún la prestación originaria; y
otra es que dicho cumplimiento sea jurídicamente imputable al deudor, y genere
daños.
♦ La regla general. No propagación de efectos: en la responsabilidad por
incumplimiento, no existe propagación de efectos entre codeudores. En el ámbito
de la solidaridad, la solución es la opuesta: existe plena propagación de efectos,
salvo el caso de dolo de un codeudor.

♦ Mora del deudor o de varios codeudores: la mora supone el incumplimiento


imputable de la obligación, por el retardo del deudor. La obligación se sigue
debiendo, en tanto y en cuanto sea posible aún su cumplimiento, y subsista el
interés del acreedor en que se le pague. En la gran mayoría de los casos la mora
es automática, y así se encuentra consagrado en el art. 887: “excepciones al
principio de la mora automática”; no lo es en los casos de obligaciones de plazo
tácito y de plazo indeterminado propiamente dicho.
♣ Un codeudor en mora: como la mora supone el retardo imputable del
deudor, puede verificarse situaciones en que uno de los codeudores demore el
cumplimiento de la prestación, pero que exista una eximente de responsabilidad,
en tanto que otro codeudor caiga en mora por no poder hacer suya la eximente. La
responsabilidad en el incumplimiento sólo pesa en el deudor moroso, quedando
eximido el restante de las consecuencias que se derivan de esta situación jurídica.
♣ Varios deudores en mora: pluralidad de deudores que caen en mora, si
lo ha sido por la actuación conjunta por acción de los deudores morosos, existirá
coautoría, y su responsabilidad será solidaridad. Si lo ha sido por actuación
individual de cada uno de ellos, la responsabilidad es personal, y el acreedor
podrá demandar el pago de los daños a cualquiera de ellos, en la extensión que a
cada uno le corresponda, revistiendo los deudores la calidad de obligados
concurrentes de dicha indemnización.

♦ Incumplimiento definitivo: la imposibilidad sobrevenida de la prestación, genera


que ésta ingrese en lo que se denomina el incumplimiento definitivo. La
responsabilidad por el incumplimiento definitivo también es personal, y no propaga
efectos a los restantes codeudores. En caso de que se verifiquen las
correspondientes eximentes, el o los deudores quedarán absolutamente liberados,

52
Iván Ignacio Carthery

sin responsabilidad alguna. En cambio, si el incumplimiento se deriva de causas


imputables de uno o varios de los codeudores, los responsables deberán
indemnizar al acreedor.

♦ Caso de pluralidad activa: cuando en la obligación indivisible existe pluralidad


activa, ante el incumplimiento imputable al deudor, la regla debe ser que cada
acreedor sólo podrá demandar su propio daño. Por ende, si el perjuicio es común
para todos, el crédito deberá dividirse entre ellos en proporción a las reglas de
distribución, ya que en última instancia cada acreedor es propietario de una parte
del crédito. En cambio si un acreedor experimentó un daño diferente al daño
común, sólo él se encontrará habilitado para solicitar su resarcimiento.

 Relaciones internas entre codeudores (contribución):


“Art. 820: Contribución. Si uno de los deudores paga la totalidad de la deuda, o
repara la totalidad de los daños, o realiza gastos en interés común, tiene derecho
a reclamar a los demás la contribución del valor de lo que ha invertido en interés
de ellos, con los alcances que determina el artículo 841”. “Art. 841: Determinación
de la cuota de contribución. Las cuotas de contribución se determinan
sucesivamente de acuerdo con: a) lo pactado; b) la fuente y la finalidad de la
obligación o, en su caso, la causa de la responsabilidad; c) las relaciones de los
interesados entre sí; d) las demás circunstancias. Si por aplicación de estos
criterios no es posible determinar las cuotas de contribución, se entiende que
participan en partes iguales”.

♦ Pago total de la deuda: si el deudor paga toda la deuda, y además ha soportado


de su propio peculio las porciones que correspondían a los restantes deudores,
tiene derecho a que se le entregue dicho valor. Existirán casos en los cuales la
situación no se presentará, y no surgirá crédito alguno a favor del deudor.

♦ Determinación del quantum de la deuda: si la obligación indivisible tiene por


objeto una prestación no dineraria, y el deudor la abona en su totalidad, el objeto
de la acción de reintegro será necesariamente una suma de dinero. Cuando lo
abonado haya sido dinero, no existe valor alguno a cuantificar, y directamente se
aplican las reglas generales que surgen del art 765.

♦ Reparación de la totalidad de los daños: en el caso del pago de


indemnizaciones, la determinación del derecho del solvens y la cuota de
contribución de los restantes codeudores, se rige por el inciso b) del art. 841. La
existencia o no del derecho al reintegro dependerá, de las circunstancias del caso
concreto, y tiene íntima vinculación con la personalidad de la responsabilidad por
incumplimiento en el ámbito de las obligaciones indivisibles. Si un solo deudor ha
sido el último responsable del incumplimiento, sólo él debe la indemnización, y no
puede luego pretender descargarla en los restantes codeudores, a quienes no les
es imputable la situación generada.

♦ Erogación de gastos en interés común: todo lo que sea erogado en interés


común de los codeudores, y que haya sido abonado por uno sólo de ellos, genera

53
Iván Ignacio Carthery

para este último el derecho al reintegro, siempre en función de lo establecido en el


art. 841, la proporción en la contribución a estos gastos será la misma que
corresponde a la de la contribución en el cumplimiento de la prestación.

♦ Efectos del pago. Opción del solves: sea cual sea la situación que se presente,
quien paga en las condiciones aquí contempladas se subroga legalmente, en los
términos del art. 915. Entendemos que nada obsta a que el solvens pueda optar
por los derechos que le asisten en razón de la subrogación legal, o por los que
surgen de la “ejecución de la prestación” por un tercero.

♦ La medida de la contribución: remisión Unidad 8.

 Relaciones internas entre codeudores (participación): Participación. Si uno de los


acreedores recibe la totalidad del crédito o de la reparación de los daños, o más
que su cuota, los demás tienen derecho a que les pague el valor de lo que les
corresponde conforme a la cuota de participación de cada uno de ellos, con los
alcances que determina el artículo 841. Tienen igual derecho si el crédito se
extingue total o parcialmente, por compensación legal”. Si un acreedor recibe el
pago, se activan las normas que permiten determinar el destino de la prestación
cumplida.

♦ Pago total o parcial de cosas divisibles: en tal caso nacerá para los otros
acreedores el derecho a percibir su parte, en proporción de lo efectivamente percibido
♦ Pago de cosas indivisibles: en tal caso, si la obligación era de dar con el fin de
constituir un derecho real debe establecerse, en función del interés de los diversos
acreedores en sus relaciones internas, si lo que ellos pretendían era o bien la distribución
del valor de la cosa o bien la constitución de un condominio entre todos ellos. Si la
obligación era de dar con el fin de restituir, la entrega a uno de los propietarios de la cosa,
coacreedor, no hará nacer acción alguna de participación, sino que restablecerá todos los
derechos derivados del condominio que se encontraban limitados por encontrarse la cosa
en poder de un tercero.
♦ Pago total de obligaciones de hacer y no hacer: en las obligaciones de hacer, la
prestación cumplida a favor de uno de los coacreedores, generará o no, una obligación de
pagar al otro coacreedor el valor que le corresponde, sólo en el caso de que el
acrecentamiento patrimonial haya beneficiado únicamente al accipiens. En las
obligaciones de no hacer es impredicable la acción de contribución, ya que nada se recibe
materialmente de la ejecución de la prestación y, por ende, nada hay que distribuir.
♦ Pago al coacreedor de la reparación de los daños: “art.1740: Reparación plena.
La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la situación del
damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.
La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente
imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el
caso de daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el
juez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes
pertinentes, a costa del responsable”. La situación del pago de la indemnización causa a

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Iván Ignacio Carthery

los acreedores por el incumplimiento de la obligación indivisible, dependerá si se practica i


natura o en dinero.
♦ El caso de compensación legal: la compensación legal entre el deudor y un
coacreedor, extinga el crédito total o parcialmente, no libera al acreedor de las acciones
de contribución respecto de sus coacreedores. Si el crédito era en dinero, la regla se
mantiene invariable: no se adeuda su valor sino la suma correspondiente. Si el crédito es
otra cosa diferente, la deuda será de valor.
♦ La medida de la distribución: regulado en el art. 841.

 La propagación de efectos en los modos extintivos de las obligaciones:


“Art. 818: Modos extintivos. La unanimidad de los acreedores es requerida para
extinguir el crédito por transacción, novación, dación en pago y remisión. Igual
recaudo exige la cesión del crédito, no así la compensación”.
♦ La cuestión de fondo. La propagación de efectos: algunos actos obrados, o
situaciones protagonizadas, por uno de los acreedores o uno de los deudores
individualmente se proyectan plenamente en sus efectos hacia los restantes
sujetos, aunque en los hechos sean ajenos a ellos, esto es, pese a que en nada
hayan intervenido.
♣ En la indivisibilidad: la causa de la propagación de efectos es solamente la
imposibilidad de fraccionar el objeto. Por ello, a partir de la actuación individual,
sólo debería acontecer en cuestiones vinculadas al cumplimiento específico de la
prestación. La necesidad de unidad se potencia.
♣ En la solidaridad: por tratarse de una cuestión que afecta a los vínculos, la
propagación de efectos es más intensa, y la comunidad de intereses es
cualitativamente diversa a la de la indivisibilidad, y se proyecta en cuestiones que
exceden el mero cumplimiento.

♦ Omisión, en la indivisibilidad, de regular la pluralidad pasiva y los efectos en


algunos modos de extinción. Consecuencias: no se dispone en el CCyC
expresamente sobre todos los modos extintivos de las obligaciones. Esta ausencia
de normas puede motivar diferentes criterios a fin de determinar los efectos de
esta omisión:
♣ Considerar que lo adecuado es resolverla a partir de la naturaleza misma
de la causa aglutinante en la indivisibilidad: sólo debiera existir propagación de
efectos de un acto individualmente obrado por un coacreedor o un codeudor
cuando se vinculen al objeto debido y a su cumplimiento específico, y no a los
vínculos entre las personas, caso en el cual serían únicamente individuales, sin
afectar a los demás.
♣ En el artículo en comentario se consagra la unanimidad de los acreedores
como requisito necesario para que surta todos sus efectos la novación, la dación
en pago y la remisión de la deuda, los casos excluidos de este artículo y de los
restantes que dispongan sobre otras situaciones, debería entenderse que no es
necesaria la unanimidad y que, por ende, el acto obrado por uno propagaría sus
efectos restantes.
♣ En el art. 823 se dispone que las normas relativas a la solidaridad son
subsidiariamente aplicables, donde se pretende una mayor identificación entre

55
Iván Ignacio Carthery

ambas categorías. Ante las lagunas normativas, la cuestión debería resolverse


atendiendo a la naturaleza de la indivisibilidad y las razones de la propagación de
efectos en esta especie de obligaciones.

♦ Efectos de actos otorgados en forma individual cuando la unanimidad es


requerida: cuando no exista unanimidad si la ley la requiere, dicho acto no será
nulo, sino inoponible a quienes no hayan intervenido en él, manteniéndose
incólumes los derechos de últimos, salvo que presten su conformidad con
posterioridad con posterioridad. Si el excluido hace valer la inoponibilidad, puede
ejercer plenamente sus derechos.

♦ Dación en pago: la entrega por el deudor al acreedor de una prestación diversa a


la adeudada importa una modificación de la obligación que, causa su extinción. En
el caso de pluralidad activa, es necesaria la unanimidad. En el de pluralidad
pasiva debieran aplicarse las reglas de la solidaridad, basta con la actuación
individual de un deudor para extinguir la obligación.
♦ Remisión de la deuda y renuncia a los derechos del acreedor: para cualquier tipo
de renuncia, en el caso de pluralidad activa, es necesaria la unanimidad. Es que,
siendo que el acreedor no es dueño de todo el crédito, mal puede disponer del
mismo a través de un acto abdicativo como la remisión. De todas maneras, es
necesaria la aceptación de todos los deudores, ya que se trata de un acto bilateral.
En el caso de pluralidad pasiva, como no hay solución expresa, y por la aplicación
subsidiaria de las reglas de la solidaridad, debe entenderse que basta con que la
renuncia se otorgue a favor de un solo codeudor, y éste la acepte, y en
consecuencia propague sus efectos respecto de los restantes codeudores
propague sus efectos respecto de los restantes codeudores.

♦ Novación: la extinción de una obligación por la creación de una nueva, destinada


a reemplazarla, constituye un acto de disposición de suma gravedad. En el caso
de pluralidad pasiva, donde basta la actuación individual de un deudor en el acto
novatorio para que propague sus efectos restantes.

♦ Transacción: “art. 1641: Concepto. La transacción es un contrato por el cual las


partes, para evitar un litigio, o ponerle fin, haciéndose concesiones recíprocas,
extinguen obligaciones dudosas o litigiosas”.

♦ Compensación legal y convencional: en la indivisibilidad el ámbito de aplicación


es sumamente acotado ya que los requisitos de la compensación legal dejan sólo
margen para el caso de obligaciones de dar dinero, o en obligaciones de género,
y en tanto y en cuanto la elección sea, respectivamente, a cargo del o los
acreedores en una, y del o los deudores en otra. En materia de solidaridad existe
plena propagación de efectos, sea la pluralidad activa o pasiva; en consecuencia,
la compensación producida entre uno de los acreedores con uno de los deudores,
propaga efectos a los restantes. Si la compensación es convencional, entendemos
que cabe aplicar las mismas reglas de la transacción, por tratarse de un contrato
extintivo.

56
Iván Ignacio Carthery

♦ Confusión: no existe una regulación expresa respecto a este modo extintivo para
el caso de obligaciones indivisibles. Debieran aplicarse las reglas de la solidaridad.
De los arts. 835 inciso c) y art 846 inciso c) surge que la confusión produce efectos
personales, pero con un efecto expansivo limitado.

♦ Prescripción extintiva. Propagación de efectos: “art. 822: Prescripción extintiva.


La prescripción extintiva cumplida es invocable por cualquiera de los deudores
contra cualquiera de los acreedores. La interrupción y la suspensión del curso de
la prescripción extintiva se rigen por lo dispuesto en el Libro Sexto”

 Cesión del crédito:


Si bien este contrato no constituye un modo extintivo de la obligación indivisible,
sino una modificación, es necesaria la unanimidad de los acreedores para su
otorgamiento. La razón de ser radica en que, en definitiva, si propagara efectos,
ambos acreedores originarios dejarían de ser tales. Sólo se puede disponer de
aquello de lo que se es dueño, y no de la porción de los restantes. No hay
ninguna consideración especial para el caso de pluralidad pasiva, ya que la
situación no varía sea que existan son el cedente y cesionario, debiendo
únicamente notificarse al deudor o a los deudores cedidos. Si uno sólo la otorga,
debe entenderse que se trata de un caso de inoponibilidad a los restantes
acreedores, ya que la nulidad debe emerger de la ley.

Obligaciones de indivisibilidad impropia:


 Concepto. Su incorporación en la legislación positiva:
Existen obligaciones de sujetos múltiples en las que, con independencia de la
naturaleza de sus vínculos, la prestación no sólo debe ser cumplida por entero,
sino que además es indispensable o bien que todos los deudores conjuntamente
obren la conducta debida, o que todos los acreedores conjuntamente la reciban.
Existe una imposibilidad de hecho para que un solo deudor cumpla, o para que un
solo acreedor reciba el pago. Se las ha denominado obligaciones de indivisibilidad
“impropia” o “irregular”, u “obligación en mano común”. La actuación colectiva es
de la esencia de la obligación, y la única posible para que la prestación finalmente
se cumpla. La prestación no podrá realizarse sin que cada uno hago lo suyo, y la
obligación entrará en estado de incumplimiento. “Art. 824: Indivisibilidad impropia.
Las disposiciones de este parágrafo se aplican a las obligaciones cuyo
cumplimiento sólo puede ser exigido por todos los acreedores en conjunto, o
realizado por todos los deudores en conjunto, excepto las que otorgan a cada uno
el derecho de cobrar o a pagar individualmente”.

 Casuística:
La jurisprudencia y la doctrina, fueron encontrando los diversos casos en los que
esta especial relación jurídica se manifestaba. La indivisibilidad impropia puede ser
pasiva, activa o mixta; y no pueden sentarse reglas definitivas en todos los casos,
ya que existen situaciones en donde la actuación individual puede permitir
considerar que se ha cumplido lo que se tenía a cargo.
♦ Obligación de escriturar: pluralidad mixta todos ellos deben concurrir a suscribir
la escritura pública ante el escribano correspondiente. Sin la asistencia de todos

57
Iván Ignacio Carthery

ellos, el acto no podrá concretarse. No es posible fraccionar el cumplimiento; se


produce como consecuencia de la naturaleza de la obligación, la concentración de
los efectos del vínculo, y el cumplimiento debe ser exigido, en el aspecto activo, y
satisfecho, en el aspecto pasivo, por entero. Esta obligación no puede ser
cumplida por cualquiera de los obligados; requiere para su cumplimiento el
concurso de todos ellos.

♦ Actuación del equipo médico: paulatinamente el acto médico tiende a trastocarse


de actividad individual en actividad conjunta, dado que el avance de la ciencia y de
la técnica requieren un despliegue profesional que sólo puede concretarse por
medio del equipo. Además, la yuxtaposición de los servicios hospitalarios con el
acto médico de equipo, da pie a constantes interferencias que son fuentes de
proteicas responsabilidades.

♦ Grupo artísticos: en lo que hace a la situación del espectador, cuando celebra el


contrato de espectáculo, rige la ley 24.250 de defensa del consumidor, y el
principio de identidad del pago juega un rol trascendente, pues en algunos casos,
lamentablemente, no es desusado que alguno de los integrantes del grupo
artístico no se presente a cumplir su tarea. Si se trata de los organizadores que
contratan al grupo, frente a éste, la regla es la misma, si bien no es aplicable la ley
de defensa del consumidor.

♦ Locaciones de obra intelectual y material: la cooperación o colaboración en una


obra intelectual, que es la coautoría, puede asumir varias modalidades; pero en
términos generales se reduce a la necesidad de que todos los integrantes este
equipo cumplan en conjunto. En estos casos la indivisibilidad impropia surge
prístina, y excepcionalmente podrá deslindarse de esta unidad la tarea debida por
cada obligado, y dependiendo de las circunstancias del caso concreto, esta
situación deberá ser interpretada con criterio restrictivo.

♦ Pactos de las partes: nada obsta a que el pacto de partes deje claramente
establecida la indivisibilidad impropia.

♦ Casos de duda sobre el modo de cumplir la prestación: si la situación presenta


razonables incertezas en cuanto al modo de su cumplimiento, la respuesta ha de
volcarse por la mera indivisibilidad, y no por la indivisibilidad impropia.

 Efectos:
Son aplicables todos los efectos de la obligación indivisible, con excepción de las
normas que otorgan a cada uno de los acreedores o deudores el derecho de
cobrar o a pagar individualmente.
♦ Efecto principal: no es posible la actuación individual, sino siempre la conjunta en
donde haya pluralidad.

♦ Responsabilidad por incumplimiento: “art. 819: Responsabilidad de cada


codeudor. La mora de uno de los deudores o de uno de los acreedores, y los
factores de atribución de responsabilidad de uno u otro, no perjudican a los

58
Iván Ignacio Carthery

demás”. En materia de indivisibilidad la responsabilidad por los efectos del


incumplimiento es personal, y no propaga efectos. En el caso de la indivisibilidad
impropia pueden presentarse supuestos que impongan una solución especial, ya
que la necesaria actuación conjunta de los interesados, podría generar situaciones
particulares. Por otra parte, si existe coautoría en el incumplimiento, la
responsabilidad también será solidaria o concurrente, según el caso por imperio
del art. 1751

♦ Modos extintivos de la obligación. Efectos del acto otorgado individualmente por


un solo codeudor o un solo coacreedor: para la novación, la dación en pago y la
renuncia del derecho, es necesaria la concurrencia de todos los acreedores,
bastando ( en caso de pluralidad pasiva) la actuación individual de un solo deudor,
que propaga efectos hacia los restantes. La compensación y la confusión son
impredicables en el caso bajo análisis. La transacción demanda claramente la
unanimidad, al igual que en las obligaciones indivisibles propias.

Obligaciones con cláusula penal y sanciones conminatorias:


 Aspectos elementales:
Su interés deriva de su beneficio para los distintos obligados: al acreedor le exime
de acreditar el daño sufrido por el incumplimiento y su entidad; al deudor le evita
la exposición a una indemnización de monto desconocido y acaso excesivo; a
ambos, los libera de la necesidad de acudir a un proceso judicial, con sus costos y
contingencias. La cláusula penal se define en el código según el “art. 790: La
cláusula penal es aquella por la cual una persona, para asegurar el cumplimiento
de una obligación, se sujeta a una pena o multa en caso de retardar o de no
ejecutar la obligación”. Su objeto puede consistir en el pago de una suma de
dinero o en cualquier otro tipo de prestación que pueda ser objeto de las
obligaciones y en beneficio del acreedor o deudor (art.791). Es importante que se
cumplan los requisitos propios de dicho objeto, es decir que las prestaciones
deberán ser determinadas o determinables, susceptibles de valoración económica
y corresponder a un interés patrimonial o extrapatrimonial del acreedor. A su vez,
la figura puede beneficiar al acreedor o un tercero, según las circunstancias.
También puede pactarse que sea un tercero quien deba cumplir con la pena, caso
en el cual la obligación accesoria configurará una especie de fianza, siendo
aplicables al caso las normas que regulan este instituto. Cabe aclarar que el solo
incumplimiento de la obligación en el tiempo convenido compromete la
responsabilidad del deudor en el cumplimiento de la pena, a menos que él pruebe
la ruptura del nexo causal. La ley sólo se refiere al caso fortuito como eximente, a
interpretarse y aplicarse restrictivamente. “Art. 792: Incumplimiento. El deudor que
no cumple la obligación en el tiempo convenido debe la pena, si no prueba la
causa extraña que suprime la relación causal. La eximente del caso fortuito debe
ser interpretada y aplicada restrictivamente”.

 Funciones:
La cláusula penal es una estipulación accesoria a una obligación principal, que
cumple una doble función:

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Iván Ignacio Carthery

♦ Compulsiva: se trata de un recurso encaminado a compeler psicológicamente al


deudor al cumplimiento de la obligación. Al ser la cláusula penal en ocasiones más
gravosa que la prestación principal en sí, agrega un verdadero estímulo al deudor
para que cumpla, de tal modo de evitar la aplicación de la pena.

♦ Resarcitoria: la cláusula penal importa una liquidación convencional y anticipada


de los daños y perjuicios que pueda sufrir al acreedor, en el supuesto de
incumplimiento de la obligación. Se vincula así con el sistema jurídico de
reparación de los daños y perjuicios y requiere para su aplicación de la realización
de sus presupuestos, a excepción del daño propiamente dicho, ya que bien puede
aplicarse esta pena sin que el acreedor experimente un daño concreto. En este
sentido, se establece en el primer párrafo del “art. 794: Para pedir la pena, el
acreedor no está obligado a probar que ha sufrido perjuicios, ni el deudor puede
eximirse de satisfacerla, acreditando que el acreedor no sufrió perjuicio alguno…”

 Distintos tipos de cláusula penal:


La cláusula penal puede ser moratoria o bien compensatoria:
♦ Moratoria: se refiere a la demora en el cumplimiento y tiene sentido cuando el
acreedor mantiene su interés en el cumplimiento posterior. Consiste generalmente
en el pago de multas que resultan acumulables a la prestación principal.

♦ Compensatoria: se aplica ante el incumplimiento definitivo y sustituye la


prestación principal, comprendiendo los daños y perjuicios derivados de la
inejecución. Por ello, no resulta acumulable a tal prestación principal. En este
sentido se dispone el “art.793: Relación con la indemnización. La pena o multa
impuesta en la obligación suple la indemnización de los daños cuando el deudor
se constituyó en mora; y el acreedor no tiene derecho a otra indemnización,
aunque pruebe que la pena no es reparación suficiente”.

 Caracteres:
La cláusula penal cuenta con los siguientes caracteres:
♦ Accesoriedad: se trata de una obligación que no es autónoma, sino dependiente
de otra principal. También por ello, si la obligación principal se extingue sin culpa
del deudor queda también extinguida la cláusula penal (art. 802). Sin embargo, el
principio de accesoriedad presenta algunas excepciones se dispone en el “art.
803: La cláusula penal tiene efecto, aunque sea puesta para asegurar el
cumplimiento de una obligación que al tiempo de concertar la accesoria no podía
exigirse judicialmente, siempre que no sea reprobada por la ley”. En este
supuesto, la cláusula penal presenta una virtualidad mayor que la obligación
principal a la cual accede, siempre que aquélla no actúe como forma de legitimar
el cumplimiento de una prestación ilícita.

♦ Interpretación restrictiva: toda duda sobre su existencia y alcances beneficia al


deudor, pues la imposición de una cláusula penal no se presume.

♦ Inmutabilidad relativa: al representar una estimación anticipada del daño que


podrá causar el incumplimiento, pactada por las partes, no corresponde su

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Iván Ignacio Carthery

modificación posterior por resultar tal daño mayor o menor al previsto. Se trata de
un principio que admite excepciones.

♦ Carácter condicional: la exigibilidad de la cláusula penal depende de la


materialización de un hecho futuro e incierto, consiste en el incumplimiento del
deudor.

♦ Subsidiariedad o acumulación, según el caso: la cláusula penal compensatoria


no puede acumularse a la prestación principal, en cuanto la sustituye ante el
incumplimiento. Ello es así, aunque ante tal incumplimiento, el acreedor siga
teniendo la opción de reclamar el cumplimiento o la cláusula penal. Pero cabe
preguntarse si podrían acumularse dos cláusulas penales, una moratoria y otra
compensatoria. La doctrina se ha inclinado por la solución afirmativa, teniendo en
cuenta que los fundamentos de una y otra pena no resultan excluyentes, por lo
cual no debería en principio subsumirse la multa por la tardanza, dentro de la
multa por incumplimiento definitivo. Así lo establece ahora expresamente la ley, al
expresar en el “art. 1747: Acumulabilidad del daño moratorio. El resarcimiento del
daño moratorio es acumulable al del daño compensatorio o al valor de la
prestación y, en su caso, a la cláusula penal compensatoria, sin perjuicio de la
facultad morigeradora del juez cuando esa acumulación resulte abusiva”.
A su vez, en cuanto a los principios de subsidiariedad y acumulación analizados,
se entiende que pueden establecerse excepciones, en función de la autonomía de
la voluntad, en los siguientes términos:
♣ Excepciones a la subsidiariedad de la cláusula penal compensatoria: se
asigna la opción al deudor de pagar directamente la pena, eximiéndose del
cumplimiento de la obligación principal, si hace expresa reserva de ese derecho
(art.796).
♣ Posibilidad de aplicación de la cláusula penal compensatoria en caso de
simple retardo: puede pactarse expresamente la aplicación de la cláusula penal
compensatoria en sustitución de la obligación principal, ante el simple retardo. En
tal caso, puede el acreedor optar por esa solución (Art.797).
♣ Posibilidad de acumulación de la obligación principal y pena:
contrariamente al principio general de no acumulación de la obligación principal y
la pena compensatoria, puede pactarse la subsistencia de la obligación principal
ante el pago de ésta (Art. 797).
Con relación a estos dos últimos supuestos, cabe aclarar que si bien la ley no
precisa a qué tipo de cláusula penal se refiere, se entiende que trata sobre la pena
compensatoria, planteando una excepción a los principios expuestos.

 Inmutabilidad de la cláusula penal: alcances, límites y evolución del principio:


La inmutabilidad hace a un rasgo propio de la cláusula penal, consiste en brindar
certeza a una situación incierta, si las partes fijan anticipadamente una multa para
el caso de incumplimiento, decidiendo así librarse de los avatares propios de la
posible necesidad posterior de probar el daño y su entidad, el instituto pierde
sentido si verificado tal incumplimiento, la pena puede ser revisada. El principio de
inmutabilidad no puede ser absoluto en este caso, y debe ceder cuando supone
un conflicto de orden social o afecta el orden público. La evolución del derecho

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Iván Ignacio Carthery

positivo argentino hacia una aplicación relativa del concepto de inmutabilidad de la


pena, tuvo su antecedente en jurisprudencia, donde el interés público prevaleció
sobre la autonomía de la voluntad. El CCyC admite la posibilidad de reducción
judicial de las cláusulas penales, al expresar: “Los jueces pueden reducir las
penas cuando su monto desproporcionado con la gravedad de la falta que
sancionan, habida cuenta del valor de las prestaciones y demás circunstancias del
caso, configuran un abusivo aprovechamiento de la situación del deudor (2°
párrafo del art. 794)”. Se destacan en tal concepto las ideas de desproporción de
la pena con relación a la falta castigada y la consideración a tal fin del valor de las
prestaciones que permiten brindar cierta objetividad a la ponderación que deberán
efectuar los jueces.
La disminución proporcional de la pena también opera cuando “el deudor cumple
sólo una parte de la obligación, o la cumple de un modo irregular, o fuera del lugar
o del tiempo a que se obligó, y el acreedor acepta (art. 798)”. Para estos casos, si
bien la ley no aclara en qué proporción corresponde que se reduzca la multa, se
ha dicho que deberá considerarse el valor de lo pagado con relación al valor de la
prestación total. En cambio, si el acreedor demuestra que lo percibido no le generó
provecho alguno, podrá reclamar la totalidad de la cláusula penal pactada. Todo lo
expuesto, puede resolverse de un modo diferente ante un pacto de las partes, en
la medida que dicho pacto no afecte el orden público.

 Nulidad:
La nulidad de la cláusula penal no importa la nulidad de la obligación principal,
pero la nulidad de aquélla si provoca la de esta última. Como excepción a este
principio, si la obligación con la cláusula penal fue contraída por un tercer, para el
caso en que fuese nula la principal por incapacidad del deudor, esta nulidad no
invalidará la cláusula penal (art. 801).

 Circunstancias del cumplimiento de la cláusula penal:


Las partes pueden pactar el tiempo y la forma de cumplimiento de la cláusula
penal. En cuanto al tiempo, si bien generalmente éste se pacta al contraerse la
obligación, nada obsta para que sea definido posteriormente. En cuanto a la
forma, no existiendo previsiones al respecto, rige el principio de libertad de
formas, aunque corresponde su formulación inequívoca en miras a su valides y
efectividad, dado el carácter restrictivo de su interpretación. Asimismo, esta
cláusula accesoria puede estar sujeta a modalidades, como a un plazo, a una
condición o bien a un cargo.

 La cláusula penal en el caso de obligaciones de sujeto plural:


♦ Cláusula penal consistente en una obligación divisible: en este caso, el art. 799
establece que cada uno de los codeudores (o de sus herederos) deben sólo su
parte, con independencia de la divisibilidad o indivisibilidad de la obligación
principal. Esta disposición contempla la posibilidad de que sólo deban la multa los
deudores responsables. De este modo, si la obligación principal es divisible, cada
obligado pasivo adeuda su parte y la multa proporcional, si incumple. Además, si
aquélla es indivisible y no se cumple con la prestación debida al acreedor por un
evento imputable sólo a uno de los codeudores, también es éste y no los demás

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Iván Ignacio Carthery

quien debe su proporción de la cláusula penal. En cambio, si fuere divisible la


pena, pero solidaria la obligación principal, todos los deudores serían
responsables por el pago de dicha pena, en tanto sustituye el objeto debido
también por todos ellos.

♦ Cláusula penal consistente en una obligación indivisible o solidaria (aún


divisible): de acuerdo a la ley, en este supuesto cada codeudor quedan obligados
a satisfacer la pena entera (art. 800). Se ha dicho que el carácter indivisible o
solidario de la pena sólo debería influir en el modo en que ésta debería satisfacer:
de manera total, de tal modo que el acreedor la reciba por entero. Sin embargo,
sólo debieran verse obligados a su pago aquellos deudores que incumplieron con
la obligación principal y no así los cumplidores, por el solo hecho de la
indivisibilidad o solidaridad de la pena.

 La cláusula penal en las obligaciones de no hacer:


Por lo general se identifica con el incumplimiento definitivo de la obligación de no
hacer teniendo aptitud para causar el daño íntegro que pudo temer el acreedor al
contratar, la ley dispone que en las obligaciones de no hacer el deudor incurre en
la pena desde el momento que ejecuta el acto del cual se obligó a abstenerse (art.
795).

 Sanciones conminatorias:
“Art. 804: Los jueces pueden imponer en beneficio del titular del derecho,
condenaciones conminatorias de carácter pecuniario a quienes no cumplen
deberes jurídicos impuestos en una resolución judicial. Las condenas se deben
graduar en proporción al caudal económico de quien debe satisfacerlas y pueden
ser dejadas sin efecto o reajustadas si aquél desiste de su resistencia y justifica
total o parcialmente su proceder”.

Unidad 8:
Obligaciones simplemente mancomunadas:

 Concepto: Art. 825: la obligación simplemente mancomunada es aquella en la que


la que el crédito o la deuda se fracciona en tantas relaciones particulares
independientes entre sí como acreedores o deudores haya. Las cuotas respectivas
se consideran deudas o créditos distintos los unos de los otros.

 Pluralidad de vínculos y fraccionamiento de relaciones jurídicas: cuando se está en


presencia de pluralidad de sujetos, siempre existen tantos vínculos jurídicos como
personas se encuentren involucradas. Por ende, cuando la mancomunación es
simple, la fragmentación es estrictamente vincular, sin relación alguna con la
naturaleza del objeto. De todas maneras, existe un elemento aglutinante de estas
relaciones jurídicas que la ley considera autónomas entre sí: invariablemente han
de provenir de una causa fuente única.

63
Iván Ignacio Carthery

 Efectos: Art. 826: “ los efectos de la obligación simplemente mancomunada se


rigen, por lo dispuesto en la Sección 6ta de este capítulo, según que su objeto sea
divisible o indivisible” .
Ante el fraccionamiento vincular los efectos se definirán según cual sea la
naturaleza del objeto, divisible o indivisible, debiendo regir las normar privativas de
la especie que corresponda en el caso concreto
♦Objeto divisible: cuando el objeto sea divisible, la desintegración obligacional
será absoluta, y se aplicarán y las reglas de las art. 825, 805, 806, 808 a 811. No
existirán propagación de efectos alguna, y las obligaciones derivadas seguirán su
suerte, independientemente las unas de las otras.
♦ Objeto indivisibles: cuando el objeto sea indivisible, la desintegración
obligacional será solamente vincular, y se aplicarán los arts. 825 y las reglas de los
arts. 813 a 824. La propagación de efectos que se producirá acontecerá
únicamente bajo las reglas de la indivisibilidad, y en tanto ella subsista.

 Casos de obligaciones simplemente mancomunadas: el Art. 828 se dispone que


la solidaridad no se presume, y debe surgir inequívocamente del título constitutivo
de la obligación, o de la ley. Habrá que determinar si existe solidaridad, en caso
contrario, la obligación será simplemente mancomunada. En algunos supuesto la
ley de manera expresa consagra la mancomunación simple:
♦ Obligación de saneamiento: “Art. 1402: Pluralidad de sujetos: quienes tienen
responsabilidad por saneamiento en virtud de enajenaciones sucesivas son
obligados concurrentes. Si el bien ha sido enajenado simultáneamente por varios
copropietarios, éstos sólo responden en proporción a su cuota parte indivisa,
excepto que se haya pactado su solidaridad”
♦ Pluralidad de fiadores: “Art. 1589: Beneficio de división: si hay más de un fiador,
cada uno responde por la cuota a que se ha obligado. Si nada se ha estipulado,
responden por partes iguales. El beneficio de división es renunciable.”

Obligaciones solidarias:

 Concepto. Ineficiencia de la definición legal: la obligación solidaridad es aquella


emanada de causa única en la que la existencia de pluralidad de vínculos
coligados permite exigir el cumplimiento total por cualquiera de los acreedores a
cualquiera de los deudores. Sin embargo en el art. 827 se indica con poca
precisión: “Concepto: hay solidaridad en las obligaciones con pluralidad de sujetos
y originadas en una causa única cuando, en razón del título constitutivo o de la ley,
su cumplimiento total puede exigirse a cualquiera de los deudores, por cualquiera
de los acreedores”. La norma adolece de la característica esencial de la
solidaridad: la mención a la existencia de pluralidad de vínculos coligados. El pago
íntegro es un efecto propio de la indivisibilidad y la solidaridad, y por ende, no es
definitorio.
 Caracterización:

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Iván Ignacio Carthery

♦ Sujetos. Pluralidad: es de su esencia la existencia de sujetos plurales, más de


una persona en el polo acreedor (solidaridad activa) en el polo deudor (solidaridad
pasiva), o en ambas a la vez (solidaridad mixta).
♦Objeto. La trascendente incidencia de su naturaleza: el objeto es único, idéntico
para todos los acreedores y deudores, que por ser la solidaridad una cuestión que
afecta a los vínculos de la obligación, en nada incide para determinar sus efectos
propios la naturaleza del objeto. A la hora de determinar los efectos concretos de
una obligación de sujetos múltiples en particular, deberá escudriñarse siempre
ambas cuestiones: naturaleza de los vínculos, y naturaleza del objeto.
Es por ello que si la obligación solidaria es de objeto divisible, y en razón de la
prevalencia de la fuerza centrípeta de la solidaridad, imperarán las soluciones
previstas para la solidaridad en cuanto exista propagación de efectos. Si, en
cambio, el objeto de la obligación solidaria es indivisible, se producirá la mayor
concentración posible: siempre prevalecerá la solución que disponga la
propagación de efectos.
♦ Unidad de causa fuente: las obligaciones solidarias provienen de una única
causa eficiente, debiendo entenderse por tal al supuesto de hecho al que se le
asigna la virtualidad de generar esta especial obligación de sujetos plurales. La
solidaridad surge de la voluntad de las partes o de la ley. Cuando es legal, se trata
de un hecho jurídico complejo, en el sentido que existen elementos causales
privativos de cada uno de los sujetos, y elementos comunes a todos ellos, y el
ordenamiento considera preponderantes a estos últimos, de allí la asignación de la
solidaridad. De lo contrario, se está en presencia de obligaciones concurrentes, ya
que pese a existir elementos causales comunes, tienen más relevancia las
situaciones individuales, lo que determina la existencia de causas fuentes
diferentes.
♦ Pluralidad de vínculos coligados. Contigüidad vincular: en el CyCC se ha optado
por la corriente que postula que en la solidaridad existe pluralidad de vínculos,
pero éstos no se funden en uno sólo, sino que se encuentran coligados.

 Solidaridad activa, pasiva y mixta: la solidaridad puede existir entre los


coacreedores, entre los codeudores o en ambos polos de la obligación. En este
último caso, cualquiera de los acreedores puede exigir a cualquiera de los
deudores la totalidad de la obligación. Cuando existe pluralidad en ambos polos, y
solidaridad sólo en uno de ellos, para el restante de la obligación es simplemente
mancomunada, la existencia de solidaridad en alguno de los polos no presumen
igual calidad en el otro.

 Fuentes de la solidaridad: “Art. 828: Fuentes: la solidaridad no se presumen y


debe surgir inequívocamente de la ley o del título constitutivo de la obligación”
♦ El carácter de inequívoca. La solución contradictoria del art. 814 inciso b) del
código: el art. 814 inciso b), establece que en el caso de indivisibilidad convenida,
si existen dudas respecto a si se pactó la existencia de una obligación indivisible o
solidaria, “se considera solidaria”. Descartada esta última situación, deberá
determinarse si las partes han pactado la solidaridad, o si la ley la establece, en
forma inequívoca, lo que no requiere términos sacramentales, sino que exige

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Iván Ignacio Carthery

determinar si los deudores se han obligado por el todo, o que de otro modo se
traduzca la voluntad de generar una obligación solidaria.
♦ Eliminación de la sentencia como fuente de la solidaridad: queda excluido el rol
de la “decisión judicial, que tenga fuerza de cosa juzgada” como fuente de la solidaridad.
♦ Voluntad de las partes: La locución título constitutivo debe entenderse como
sinónimo de causa fuente voluntaria de la obligación. Comprende tanto a la solidaridad
pactada por las partes, supuesto muy usual; como así también la emanada de un
testamento, que es un acto unilateral.
♦ La ley: en numerosas normas se dispone la existencia de obligaciones solidarias,
de manera creciente con el avance de los tiempos. Cuando se consagra la solidaridad
pasiva, se trata de situaciones en las que el legislador busca proteger al acreedor. No
encontramos casos de solidaridad activa derivada de la ley, aunque no existen razones
sustanciales que impidan que ella se estatuya.
♣ En el CyCC:
♠ Inoponibilidad de las personas jurídicas (art.144). Responden
solidariamente por los daños causados los socios, asociados, miembros o controlantes
directos o indirectos, que la hicieron posible.
♠ Responsabilidad del autor de dolo esencial y de la parte que
al tiempo de la celebración del acto tuvo conocimiento del dolo del tercero (art. 275).
♠ En el caso de transporte sucesivo o combinado, la
responsabilidad es solidaria cuando sea asumido por varios transportistas en único
contrato, o no se pueda determinar dónde ocurre el daño (art.1287).
♠ El contrato de agencia, el agente responde solidariamente
por la actuación del subagente (art. 1500).
♠ Los padres responden solidariamente por los hechos de los
hijos (art.1754)

♣ En las leyes especiales:


♠ La ley 20.744 de Contrato de Trabajo (arts. 20,
29 bis, 30, 31, 136, 228, 229).
♠ En la ley de cheques, todas las personas que
firman un cheque quedan solidariamente obligadas hacia el portador (art. 40, ley 24.452)
♠ En la ley de trasplantes de órganos 24.193, se
establecen varias responsabilidades solidarias (art 4, 9, 10, 22 bis, 26).
♠ También en el caso de daño ambiental
colectivo (art. 31 de la ley 25.675).

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Iván Ignacio Carthery

 Prueba de la solidaridad: la solidaridad legal no requiere prueba alguna. En el caso


de la convencional, la carga de la prueba de la existencia de una obligación
solidaria pesa sobre quien la alega, lo que puede acreditarse por cualquier medio.

 Fundamento de la solidaridad: “Art. 829: criterio de aplicación: con sujeción a lo


dispuesto en este parágrafo y en los dos siguientes, se considera que cada uno de
los codeudores solidarios, en la solidaridad pasiva, y cada uno de los
coacreedores, en la solidaridad activa , representa a los demás en los actos que
realiza como tal”. Son aplicable las normas generales de la representación legal,
pero sólo respecto de los actos en los que se prevé la propagación de efectos.

 Consecuencia de la pluralidad vincular contigua:

♦ Circunstancias estrictamente personales: “Art. 830: Circunstancias de los


vínculos. La incapacidad y la capacidad restringida de alguno de los acreedores o
deudores solidarios no perjudica ni beneficia la situación de los demás, tampoco la
existencia de modalidades a su respecto”.
En estos la pluralidad vincular se impone por sobre la contigüidad: las circunstancias
personales que son causa de nulidad, no proyectan efectos a los restantes sujetos que
integran la obligación solidaria.
♣ Nulidad del acto jurídico constitutivo de la obligación en relación a
un sujeto en particular: cuando la obligación proviene de un acto jurídico, todas las
causales de nulidad concernientes a los sujetos tienen carácter estrictamente personal.
No sólo la incapacidad o la capacidad restringida de alguno de los sujetos, sino también la
existencia de error, dolo, violencia o lesión, en el otorgamiento del acto.
♣ Incapacidad sobreviniente de alguno de los sujetos: el efecto es
estrictamente individual, manteniéndose incólume la situación de los restantes
involucrados.
♣ Modalidades del acto jurídico o de la obligación establecidas en
forma individuales: comprende tanto a la condición, el plazo y el cargo, la interpretación
del acto jurídico, debe resultar de manera indudable que la modalidad se ha establecido
respecto de un sujeto (o varios, pero nunca todos)
♣ Otras circunstancias de la obligación: pueden existir algunas
circunstancias que se establezcan en el acto jurídico en forma personal, y que no
propaguen efectos. Las modalidades o circunstancias que podrían presentarse sin
propagar efectos, además de la cuestión de lugar de pago, podría ser que se establezca
una cláusula penal en forma individual por uno de los codeudores, o que beneficie sólo a
un coacreedor, o una garantía real o personal para afianzar el vínculo de alguno de los
codeudores o coacreedores.
♦ Circunstancias personales con incidencia en los restantes sujetos: Se trata de
situaciones que si bien son de índole individual, afectan a la relación de obligación en su
conjunto, modificándola en forma trascendente. Ellas son la extinción relativa de la
solidaridad pasiva, la confusión, y la remisión parcial del crédito.

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Iván Ignacio Carthery

♦ Fuerte propagación de efectos. Su causa: En la solidaridad el enlace afecta a los


vínculos y es cualitativamente más fuerte, que genera una comunidad de intereses de
mayor interdependencia. No sólo la obligación debe cumplirse por entero, sino que
además se potencia la propagación de efectos al máximo posible, con fuerte incidencia en
las relaciones externas: todo aquello que protagoniza un sujeto en forma individual que
exceda lo meramente personal, afecta a los restantes coacreedores o codeudores frente
al otro polo obligacional, una suerte de frente unificado entre los acreedores y deudores,
derivado de esta atadura vincular, en donde la idea de representación recíproca impera
en toda su plenitud. Son dos las excepciones: los efectos personales, o en el supuesto en
que se presente una colisión de intereses con otros derechos, como ocurre con el
principio de relatividad de los contratos en el ámbito de la transacción, o el derecho de
defensa en juicio.
Solidaridad Pasiva:

 Exigibilidad y pago: “Art. 833: derecho a cobrar: el acreedor tiene derecho a


requerir el pago a uno, a varios o a todos los codeudores, simultánea o
sucesivamente”. “Art. 834: Derecho a pagar: cualquiera de los deudores solidarios
tiene derecho a pagar la totalidad de la deuda, sin perjuicio de lo dispuesto en el
art. 837.”
♦ Derechos del acreedor: en el ámbito de la solidaridad pasiva, los deudores
deben la prestación íntegra al acreedor, no en razón de la naturaleza del objeto,
sino con independencia de éste, debido a la existencia de vínculos coligados. Por
ello, el acreedor es libre de elegir “a quien reclamar el cumplimiento, con la más
absoluta libertad, salvo que algún otro coacreedor haya demandado y notificado la
demanda, ejercitando el derecho de prevención.
♣ Demanda en contra de todos los deudores: los puede demandar
conjuntamente, con lo que se conformará un Litis consorcio pasivo facultativo.
♣ Demanda en contra de algunos codeudores: también puede demandar
sólo a uno de los deudores o a varios, pero no a todos; ya que cada uno le adeuda
el total de la prestación. Pueden presentarse tres situaciones:
♠ Pago de la deuda: se produce la
extinción del crédito, con los efectos de los arts. 835 inciso a), y 846 inciso a) del
CyCC.
♠ Otros modos extintivos: si opera
alguno de los otros modos extintivos, regirán los efectos para cada caso.
♠ Falta de pago: si la deuda no se
paga, siempre tiene expedita el acreedor su acción contra los restantes codeudores.
♣ Demanda sucesivas o simultáneas. Viabilidad: el art. 833
permite afirmar que no existe limitación alguna para el acreedor, quien puede demandar a
quien quiera, aún incluso cuando se encuentre en trámite un primer juicio en contra de un
codeudor.
♣ Medidas cautelares: por la misma razón de que cada codeudor
se encuentra obligado al pago íntegro de la deuda, no cabe dudar de que el acreedor
puede solicitar la traba de medidas cautelares.

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Iván Ignacio Carthery

♦ Derechos del deudor: cuenta con el derecho de liberarse, art.837 plantea que
cada codeudor debe íntegra la deuda, puede liberarse pagándola al acreedor. Si medió
una extinción relativa de la solidaridad, la deuda se reduce.
♦ La situación en el régimen concursal: los efectos principales del concurso o la
quiebra de un codeudor solidario son los siguientes:
♣ Caducidad de los plazos: sólo opera respecto del concursado,
pero no en relación a los restantes codeudores.
♣ Concurso de varios deudores solidarios: art.135 de la ley
124.522 “El acreedor de varios obligados solidarios puede concurrir a la quiebra de los
que estén fallidos, figurando en cada una por el valor nominal de sus títulos hasta el
íntegro pago”.
♣ Codeudor solidario que paga: si lo hace después de la quiebra
de otro codeudor solidario, se subroga en los derechos del acreedor hasta el monto
efectivamente pagado, contra el concurso.
♦ Efectos del pago: la obligación se extingue en el todo cuando uno de los
deudores solidarios paga la deuda.

 El reconocimiento de la deuda por un codeudor. Ausencia de efectos expansivos.


Excepciones:
El reconocimiento de la obligación no tiene una resolución expresa en el nuevo
código. Corresponde distinguir tres situaciones, conforme la doctrina:

♦ Efecto probatorio: es un acto personal de cada codeudor que no puede tener


efectos expansivos hacia los restantes codeudores. Es que la admisión de
encontrarse obligado importa admitir la existencia de una causa fuente de la
obligación, obviamente preexistente, incluso aunque no se mencione.
♦ Efecto convalidatorio: el reconocimiento de la obligación importa el saneamiento
del acto jurídico que la ha creado, cuando éste es su causa fuente, y si la nulidad
es relativa. Se produce la confirmación tácita del acto. En general la doctrina
señala que el reconocimiento no tiene efectos expansivos en lo que respecta a
esta cuestión.
♦ Efecto interruptivo de la prescripción: en tanto y en cuanto el reconocimiento de
la obligación surta efectos probatorios, también tendrá virtualidad como causal
interruptiva de la prescripción y propagará efectos a los restantes codeudores y
coacreedores, en razón de lo nombrado en el art.2549. De no ser así, los efectos
serán estrictamente personales.

 Modos extintivos de la obligación:


El art. 835 dispone respecto a los diversos modos extintivos de las obligaciones, en
relación a la existencia de efecto expansivo de un acto o situación protagonizada de
manera exclusiva, y los efectos que ello produce.

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Iván Ignacio Carthery

♦ Pago y dación en pago. Efecto expansivo: el pago de la obligación y la dación


en pago efectuado por cualquier codeudor extingue de manera absoluta la obligación
solidaria.
♦ Novación. Efecto expansivo. Excepciones: este modo extintivo tiene también
efectos expansivos, consecuencia directa de la existencia de vínculos coligados. La
única excepción es la novación legal, cundo expresamente se consagra tal situación.
♦ Compensación legal. Efecto expansivo: cualquiera de los deudores puede
oponer al acreedor la compensación del crédito que otro codeudor tenga en contra del
acreedor común. El efecto es, expansivo, sea la compensación total o parcial.
♦ Compensación convencional. Efectos personales: entendemos, como en la
indivisibilidad, que deben aplicarse para ella, por analogía, las reglas de la
transacción, ya que tiene aquí fuerza gravitante la naturaleza contractual de la
compensación convencional.
♦ Confusión. Efectos expansivos limitados: la confusión tiene efectos expansivos
limitados; sólo extingue la cuota de la deuda que corresponde al sujeto inmerso en tal
situación jurídica y la obligación subsistente conserva el carácter solidario.
♣ Objeto divisible: en el caso de obligaciones solidarias de objeto divisible
la cuestión es sencilla, establece, en función de la medida de las relaciones internas,
la medida de la extinción de la obligación del codeudor. La obligación, por el saldo no
extinguido por la confusión, no pierde su carácter de solidaria. Se produce una
reducción en el monto, y la desaparición del deudor beneficiado con la confusión como
parte de la obligación.
♣ Objeto indivisible: cuando la obligación es solidaria, pero de objeto
indivisible, el efecto es igualmente personal pudiendo presentarse algunas cuestiones
ante la existencia de un objeto materialmente indivisible.
♦ Renuncia de derechos. Efecto expansivo: podría el acreedor renunciar a
algunos derechos emanados del crédito, o incluso a algunas facultades o calidades.
En todos los casos, se trate de la renuncia de que se trate, el acto celebrado entre el
acreedor y un codeudor, propaga efectos respecto de los restantes codeudores. Si un
acreedor renuncia parcialmente la deuda considerada ésta en su integralidad, y sin
referencia a las partes de los codeudores solidarios en particular, tal renuncia
beneficia y se extiende a todos.
♦ La situación especial de la transacción: tanto en la solidaridad pasiva como en la
solidaridad activa, la transacción tiene un efecto idéntico al de la cosa juzgada, la
solución que se encuentra consagrada, como regla general, en el art. 1642: la
transacción “produce los efectos de la cosa juzgada, sin necesidad de homologación
judicial”. En todos los casos, la transacción únicamente tendrá efectos respecto a sus
celebrantes, sin poder ser opuesta a quienes no hay hayan intervenido; sin perjuicio
de lo cual, podrán estos últimos encabalgarse a ella, haciéndola valer pero sólo frente
a quienes hayan sido parte en ella. En todos los casos en que no afecte los excluidos,
les será inoponible.

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Iván Ignacio Carthery

♦ Prescripción liberatoria. Efectos expansivos: art. 839: “Interrupción y suspensión de


la prescripción. La interrupción y la suspensión del curso de la prescripción extintiva
están regidas por lo dispuesto en el Título I del Libro Sexto”. En dichas normas se
dispone la plena propagación de efectos de ambas vicisitudes del plazo de
prescripción, en el art. 822 no se establece en forma expresa el efecto de la
prescripción extintiva cumplida. La solución es la misma que en la indivisibilidad, y
aquí incluso con mayor razón: la prescripción extintiva cumplida es invocable por
cualquiera de los deudores contra cualquiera de los acreedores.

 Extinción de la solidaridad pasiva por renuncia a la solidaridad:

♦ Renuncia a la solidaridad y remisión de la deuda: la renuncia a los derechos


puede manifestarse de dos maneras definidas: 1) mediante la remisión de la
deuda, total o parcial, respecto de uno o todos los codeudores solidarios; 2) a
través de la renuncia a la solidaridad pasiva, absoluta o relativa.
♣ Renuncia de la deuda: supone la extinción del crédito por renuncia, de
diversas maneras y con también disímiles efectos. Lo renunciado no se cobra,
porque el acreedor remite la deuda misma, en forma total o parcial.
♣ Renuncia de la solidaridad: la obligación pierde su carácter de
solidaria (en su faz pasiva), pero no se extingue por esta causa. Puede acontecer
de dos formas: 1) respecto de todos los sujetos vinculados (la absoluta), con lo
cual muta la naturaleza de los vínculo que se encuentran coligados, y pasan a ser
simplemente mancomunados; 2) respecto de algunos de dichos sujetos (la
relativa), con lo cual la obligación subsiste como solidaria en relación a quienes la
solidaridad no se ha renunciado, y se convierte en simplemente mancomunada
para los afectados por tal renuncia. No se produce por esta renuncia, la extinción
de la deuda; únicamente lo que se pierde es la condición solidaria.

♦ Diferencias con la novación: no constituye un supuesto de novación, sino de


modificación de la obligación. La mutación es muy profunda. Se cambia nada
menos que la naturaleza de los vínculos de la obligación. Pero en la renuncia a la
solidaridad la misma obligación es la que subsiste después del acto, y que es la
que deberá ser cumplida por los obligados. En la novación, en cambio, el acto
novatorio produce la extinción de la primera obligación y el nacimiento de la
segunda; estaremos en presencia de dos obligaciones.

♦ Irrelevancia de la naturaleza del objeto de la obligación: la renuncia a la


solidaridad es viable aun cuando el objeto de la obligación sea indivisible y
cuando el objeto de la obligación sea divisible: ante la renuncia a la solidaridad se
producirá el fraccionamiento pleno de la deuda; y la parte de cada deudor y de
cada acreedor se determinará por las reglas de las relaciones externas de la
divisibilidad. En el caso de indivisibilidad, nada obsta a que solamente se renuncie
a la solidaridad, y nada se disponga respecto del objeto, que conservará su
naturaleza: será una obligación simplemente mancomunada, de objeto indivisible.

♦ Renuncia absoluta a la solidaridad pasiva: “Art. 836: Extinción absoluta de la


solidaridad: si el acreedor, sin renunciar al crédito, renuncia expresamente a la

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Iván Ignacio Carthery

solidaridad en beneficio de todos los deudores solidarios, consintiendo a la división


de la deuda, ésta se transforma en simplemente mancomunada”.

♣ Expresa o tácita: la norma se establece que el único de este tipo de


renuncia a la solidaridad es aquél en que se otorga en forma expresa, entendemos
que nada obsta a que también pueda hacerse mediante manifestación tácita de la
voluntad, por lo que cabe la renuncia tácita.
♣ Caso de solidaridad: a partir de la renuncia a la solidaridad, se plantará un
caso de solidaridad activa y mancomunación simple pasiva.
♣ Efecto: esta renuncia producirá una modificación de la obligación, que
pasará a ser simplemente mancomunada. Si es divisible, la deuda se fraccionará
en los términos del art. 808. Si es indivisible, se aplicarán las reglas
correspondientes a este tipo de obligación.

♦ Renuncia relativa (parcial) a la solidaridad pasiva: “Art. 837: Extinción relativa de


la solidaridad. Si el acreedor, sin renunciar al crédito, renuncia expresa o
tácitamente a la solidaridad en beneficio de uno solo de los deudores solidarios, la
deuda continúa siendo solidaria respecto de los demás, con deducción de la cuota
correspondiente al deudor beneficiario”. La renuncia a la solidaridad beneficia sólo
a un deudor, que pasa a ser simplemente mancomunado, subsistiendo a la
solidaridad respecto de los restantes.
♣ Caso de solidaridad activa: la renuncia por uno de los coacreedores
solidarios, el acto afectará a los restantes acreedores.
♣ Renuncia expresa: en el art. 837 se contempla el supuesto de renuncia
relativa expresa, con el efecto antes indicado: pasa a ser simplemente
mancomunada en orden al vínculo con el deudor exonerado de la solidaridad, y
continúa siendo solidaria respecto a los restantes.
♣ Renuncia tácita: se indica la posibilidad de renunciar “tácitamente” a la
solidaridad. La intención de renunciar no se presume.
♠ Reclamo de la parte al codeudor: si un acreedor reclama al
codeudor sólo su parte está renunciado tácitamente a la solidaridad respecto de
éste.
♠ Pago al acreedor de la parte del codeudor: el pago parcial,
efectuado sin ninguna otra manifestación, y sin que exista otro elemento que
permita efectuar alguna otra valoración, coincida o no con la cuota que
corresponde al deudor. Cuando ocurre lo primero todo hace pensar que se trata de
una renuncia tácita a la solidaridad.

♦ Efectos en la relación externa: se expresa o tácita, la renuncia parcial de la


solidaridad produce los mismos efectos: la obligación continuará como solidaria
respecto de los deudores no liberados de ella, y su obligación continuará
existiendo en las mismas condiciones, pero de manera simplemente
mancomunada.
♣ Deuda divisible: el deudor dispensando de la solidaridad quedará
obligado sólo por su parte y los restantes por el resto, de manera solidaria. Ello se
determina con las reglas del art. 808, y no la que corresponda en las relaciones
internas al deudor dispensado de la solidaridad.

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Iván Ignacio Carthery

♣ Deuda indivisible: aunque cesarán los efectos de la solidaridad,


respecto del deudor liberado se mantendrán los efectos de la indivisibilidad.

♦ Efectos en las relaciones internas: la dispensa de la solidaridad sólo tiene


efectos en las relaciones externas, esta renuncia producirá ningún efecto en el
ámbito de las relaciones internas, por lo cual el deudor favorecido no se ve
eximido de afrontar las acciones recursorias o de regreso. Por ello, conservarán
los deudores el derecho a los reajustes que procedan, de acuerdo a la situación
real que tengan internamente en la deuda.

 Responsabilidad por incumplimiento: “Art. 838: Responsabilidad: la mora de uno


de los deudores solidarios perjudica a los demás. Si el cumplimiento se hace
imposible por causas imputables a un codeudor, los demás responden por el
equivalente de la prestación debida y la indemnización de daños y prejuicios. Las
consecuencias propias del incumplimiento doloso de uno de los deudores no son
soportadas por los otros”.

♦ Propagación de efectos del incumplimiento imputable. El régimen legal: sea que


se trata de mora o de incumplimiento definitivo imputable, en el ámbito de la
solidaridad pasiva existe plena propagación de efectos, con la sola excepción de
las consecuencias del dolo, que son personales. Si la situación de incumplimiento
es causada por un codeudor, sus efectos se proyectan hacia los restantes. Todos
los codeudores en caso de mora continuarán debiendo la prestación principal y la
indemnización derivada del retardo imputable; y en caso de incumplimiento,
deberán el equivalente de la prestación debida y los daños y prejuicios.

♦ La constitución en mora: en lo ateniente a la mora, por lo general ésta será


automática, motivo por el cual bastará con el vencimiento del plazo sin que los
deudores hayan cumplido, para que todos caigan en tal situación jurídica. En el
caso de mora en las obligaciones sujetas a plazo tácito, la interpelación a un
codeudor hará caer en mora a los restantes deudores. Una situación especial
presenta el caso de las obligaciones sujetas a plazo indeterminado, ya que es el
juez quien deberá fijarlo.

♦ Efectos personales del dolo: el caso de incumplimiento doloso de la obligación la


doctrina postulaba que sus consecuencias eran estrictamente personales. Ésta
solución que ahora se ha plasmado, aunque con una aclaración de suma
relevancia: lo que no propaga efectos son las consecuencias propias del
incumplimiento doloso, en tanto y en cuanto los restantes codeudores se
encuentren en situación de incumplimiento imputable, responderán en los términos
de la regla consagrada en el artículo en comentario, salvo dichas consecuencias
privativas del dolo.

 Muerte de un codeudor:
Se analiza más adelante en solidaridad activa.

 Relaciones internas en la solidaridad pasiva (contribución):

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Iván Ignacio Carthery

♦ Extinción de la solidaridad: al cumplirse con la obligación frente al acreedor, ésta


se extingue y aun cuando queden cuentas pendientes entre los codeudores, la
solidaridad entre ellos se extingue.

♦ Acciones con que cuenta el deudor que paga: “Art. 841: Contribución: el deudor
que efectúa el pago puede repetirlo de los demás codeudores según la
participación que cada uno tiene en la deuda. La acción de regreso no procede en
caso de haberse remitido gratuitamente la deuda” Indica que el deudor cuenta con
una acción para repetir el pago que ha efectuado al creedor, en contra de los
demás codeudores.
♣ Relación interna particular: la primera de ellas es la que se deriva de la
RJ particular que haya vinculado a los otrora codeudores.
♣ Pago por subrogación. Cesación de la solidaridad: también pueden
invocarse las reglas del pago por subrogación, siempre hasta el monto de lo
pagado, y con el límite de que puede reclamar a cada uno su parte.

♦ Incidencia del objeto de la obligación: pagada la obligación por un codeudor,


necesariamente debe indagarse en la naturaleza su objeto, para fijar qué es lo que
se debe ahora al solvens. El art.840 contiene una locución que permite aplicarla
tanto al objeto divisible como al indivisible: “según la participación que cada uno
tiene en la deuda”, si el objeto fuera indivisible, regirá lo establecido en el art. 820.
Si el objeto es divisible, la cuestión se simplifica sobremanera: cada uno de los
deudores deberá lo que lo corresponda en la cuota de contribución, de acuerdo a
lo establecido en el art. 841.

♦ Casos en que no existe derecho al reintegro:


♣ Remisión gratuita de la deuda: si existe renuncia gratuita al derecho de
crédito, ello significa que el deudor nada pagó, y por tal razón nada puede
debérseles. No cuenta con acción alguna respecto de los demás codeudores
pues, en definitiva, estaría experimentando un enriquecimiento sin causa.
♣ Renuncia a la prescripción por un codeudor: la renuncia a la
prescripción formulada por un codeudor no surte efectos respecto de los otros y
que, cumplida por éste la obligación, no tiene derecho al reintegro.
♣ Coautoría del acto ilícito habiendo mediado dolo: si varias personas
participan en la producción del daño que tiene una causa única, la obligación es
solidaria. La misma solución se impone. En el caso de culpa, y también en el de
los factores objetivos de atribución. En el caso de dolo no existe acción de
contribución a favor del solvens, el art. 838 establece que las consecuencias
propias del incumplimiento doloso de uno de los deudores no son soportadas por
los otros, lo que debe entenderse comprensivo de las relaciones internas. Siendo
intransferibles a los restantes codeudores todas las consecuencias del dolo, aun
cuando hubiera existido coautoría dolosa no está habilitada la acción de
contribución. La solución, se impone por la sola circunstancia de que de esta
situación no pueden nacer derechos para sus autores.

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Iván Ignacio Carthery

♦ Determinación de la cuota de contribución: “Art. 841: Las cuotas de contribución


se determinan sucesivamente de acuerdo con: a) lo pactado; b) la fuente y la
finalidad de la obligación o, en su caso, la causa de la responsabilidad; c) las
relaciones de los interesados entre sí; d) las demás circunstancias. Si por
aplicación de estos criterios no es posible determinar las cuotas de contribución,
se entiende que participan en partes iguales”:
Se establecen reglas subsidiarias que replican la norma antecedente:
♣ El pacto de partes: los codeudores pueden haber establecido, de
manera previa o posterior al nacimiento de la obligación, la medida de la
contribución en caso en que uno de ellos pagase la deuda.
♣ Naturaleza de la relación de obligación: cuando proviene de un acto
jurídico, la causa fuente y la causa final pueden brindar elementos que permitan
dilucidar la cuestión.
♣ Relaciones de los interesados entre sí.
♣ Las demás circunstancias: se trata de cualquier elemento contextual
que pueda echar luz sobre el problema.
♣ Partes iguales: la participación en partes iguales en ausencia de todo
otro criterio es la única solución posible, y la más justa.

♦ Insolvencia de un codeudor: el art.842 dispone “la cuota correspondiente a los


codeudores insolventes es cubierta por todos los obligados”, frente a la insolvencia
de uno de los otros codeudores existen dos posibilidades: que este quebranto
tenga que ser soportado por el solvens, o que se distribuya entre todos los
codeudores.

Solidaridad activa:
 Exigibilidad:
Art. 844: “Derecho al cobro: el acreedor, o cada acreedor, o todos ellos
conjuntamente, pueden reclamar al deudor la totalidad de la obligación”
La solidaridad activa otorga a cada acreedor el derecho de exigir, por sí solo, el
cumplimiento íntegro de la prestación al deudor, o a cualquiera de los deudores si
existiera además solidaridad pasiva. También es factible que todos los acreedores,
reclamen el pago de la obligación al deudor, sea dicho reclamo judicial o
extrajudicial.

 El principio de prevención:
El art. 845 dispone “Prevención de un acreedor: si uno de los acreedores
solidarios ha demandado judicialmente el cobro al deudor, el pago sólo puede ser
hecho por éste al acreedor demandante”.
♦ Aplicabilidad de las reglas a la indivisibilidad: lo dispuesto en el art. 845 es
aplicable a las obligaciones indivisibles, en razón de la aplicación subsidiaria de
las reglas de la solidaridad.

♦ El pago a cualquier acreedor sin haber mediado demanda judicial: sea la


obligación indivisible o solidaria, el pago efectuado por cualquier deudor a
cualquier acreedor extingue la obligación, aún en el caso de que otros acreedores
o deudores lo desconozcan. Por ende, y en función de haberse extinguido la

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Iván Ignacio Carthery

obligación, cualquier acto posterior, sea judicial o sea extrajudicial, será


absolutamente inocuo; y si se produce alguna traslación patrimonial, podrá ser
repetida en razón de las reglas del pago indebido.

♦ Caracterización de la prevención: la iniciación de una demanda judicial


importa cerrar el camino al deudor accionado, permitiéndole únicamente pagar la
deuda a quien lo demandó. Son varias las razones que justifican sobradamente la
solución legal. En primer lugar, la toma de posesión del crédito que importa la
promoción de la demanda, la circunstancia de que debe entenderse que en la
solidaridad el acreedor demandante debe ser entendido como un representante de
los restantes acreedores; lo que también puede predicarse en la indivisibilidad, a
los fines que aquí interesa. Esta suerte de preferencia que la ley otorga en favor
del acreedor, también se funda en la BF y el ERD.

♦ Conocimiento de la iniciación del proceso judicial: si el deudor demandado, o


los deudores no conocen la existencia del proceso que se ha iniciado en su contra,
mal podría predicarse que el pago efectuado a favor de otro acreedor no surta
efectos. En otras palabras, la prevención requiere necesariamente de haber sido
que el juicio había sido iniciado. Tal requisito no se cumplimenta sólo con la
notificación de la citación de comparendo, o para oponer excepciones, sino que
basta con que el deudor en los hechos, y efectivamente, haya tomado o podido
tomar razón de que el juicio se había iniciado.

♦ Efectos del pago efectuado a favor de otro coacreedor: aunque no se dispone


de manera expresa, debe entenderse que si el deudor paga a otro dicho acto es
inoponible al acreedor demandante. No existe, nulidad. Ante ello, el deudor no
podrá excusarse no sólo de continuar el proceso judicial, sino, de pagar al actor en
caso de existir una sentencia de condena.

♦ Caso de solidaridad pasiva: supóngase que un acreedor demanda a un


deudor, y otro acreedor percibe la deuda de manos de otro codeudor, ambos
ajenos al proceso, y siempre y cuando haya existido BF de los ajenos al proceso,
debe considerarse en principio que la obligación se ha extinguido, y la causa
judicial se ha tornado abstracta en función del pago del crédito. Sin perjuicio, de
las diversas cuestiones procesales que se derivan de esta nueva situación jurídica.

♦ Demandas sucesivas:
♣ Pluralidad activa frente a uno solo deudor: si existe un solo
deudor, y los acreedores demandan de manera separada, el principio de preve-
nción favorece a quien haya primero puesto en conocimiento del deudor la
existencia del proceso, de manera fehaciente, haciéndolo oponible a los restantes
acreedores.
♣ Pluralidad activa y pluralidad pasiva: si se han iniciado lo que juicios
cruzados entre distintos acreedores en contra de distintos deudores, y sin que
ningún sujeto haya tomado conocimiento del otro juico, entendemos que son
aplicables las reglas del conocimiento de la iniciación judicial del proceso judicial.

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Iván Ignacio Carthery

 Una omisión del codificador: regular los efectos del incumplimiento imputable a los
acreedores:
Son aplicables, por analogía, las reglas establecidas en el art. 838 del CyCC para
la solidaridad pasiva y, en consecuencia, todos los efectos del incumplimiento
imputable deberán ser soportados por todos los acreedores, salvo el caso de los
efectos propios del dolo.

 Modos extintivos de la obligación:


En el art. 846 dispone respecto a los diversos modos extintivos de las
obligaciones, en relación a la existencia de efecto expansivo de un acto o situación
protagonizada de manera exclusiva, y los efectos que ello produce. Existen
algunas soluciones idénticas a la solidaridad pasiva.

♦ Pago, pago parcial y dación en pago a un acreedor. Efecto expansivo: en dichos


casos existe plena propagación de efectos. Si el pago es parcial, subsiste la deuda
por el saldo insoluto, que podrá seguir siendo reclamado por cualquier acreedor a
cualquier deudor.

♦ Novación. Efecto expansivo: en el inciso b) del art. 846 se establece que el


efecto expansivo de la novación celebrada por un solo acreedor respecto a los
restantes sujetos vinculados, al igual que en la solidaridad pasiva; en este caso,
siempre y cuando no haya existido prevención.

♦ Compensación. Efecto expansivo: la solución de la ley para este modo extintivo


es la misma que para la solidaridad pasiva: tiene efectos expansivos, siempre y
cuando no haya existido prevención.

♦ Confusión. Efectos expansivos limitados: este modo extintivo tiene efectos


expansivos limitados, al igual que en la solidaridad pasiva.

♦ Renuncia de derechos. Efecto expansivo: el inciso b) le asigna efecto expansivo,


al igual que en la solidaridad pasiva, siempre y cuando no haya existido
prevención.

♦ Transacción: tiene efectos personales, al igual que en la solidaridad pasiva, con


la posibilidad de que los acreedores que no hayan intervenido puedan
encabalgarse en ella y hacerla valer frente al deudor.

 La extinción de la solidaridad activa ¿Imposibilidad de renunciarla?:


Siendo la renuncia un acto abdicativo, la solidaridad activa en principio no puede ser
extinguida por esta vía.

 Relaciones internas en la solidaridad activa (distribución):


“Art. 847: Participación: los acreedores solidarios tienen derecho a la participación
con los siguientes alcances: a) si uno de los acreedores solidarios recibe la totalidad del

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Iván Ignacio Carthery

crédito o de la reparación del daño, o más que su cuota, los demás tienen derecho a que
les pague el valor de lo que les corresponde conforme a la cuota de participación de cada
uno; b) en los casos del inciso b) del art. 846, los demás acreedores solidarios tienen
derecho a la participación, si hubo renuncia al crédito o compensación legal por la cuota
de cada uno en el crédito original; y si hubo compensación convencional o facultativa,
novación, dación en pago o transacción, por la cuota de cada uno en el crédito original, o
por la que correspondería a cada uno conforme lo resultante de los actos extintivos, a su
elección; c) el acreedor solidario que realiza gastos razonables en interés común tiene
derecho a reclamar a los demás la participación en el reembolso de su valor”.
♦ Pago al coacreedor: si un coacreedor recibe el pago total de la deuda o un pago
parcial, nace a favor de los restantes acreedores una acción por la parte que a cada uno
de ellos corresponde en la relación interna: por el total, o por la parte proporcional. La
cuestión no presenta mayores dificultades cuando el objeto es divisible. En cambio,
cuando el objeto de la obligación es indivisible, se aplicaran las reglas del art. 821.
♦ Renuncia al crédito y compensación legal: cuando alguno de estos modos
extintivos se produce, existe propagación de efectos, motivo por el cual la obligación se
extingue para todos los acreedores. Sin embargo, en las relaciones internas la situación
es diferente: los restantes coacreedores conservan el derecho a que el acreedor que
intervino en estos modos extintivos le entregue la parte que le corresponde.
♦ Otros modos extintivos: en los casos de modos extintivos convencionales, sin
perjuicio de que en algunos supuestos existe propagación de efectos y en otros no, en el
marco de las relaciones internas se presenta una particularidad: el acreedor que no
intervino en dicho acto extintivo, pero para quien la obligación se ha disuelto, cuenta con
la posibilidad de optar en su acción en contra del acreedor otorgante del acto: o bien
reclama el pago de lo que le correspondía en el marco de lo establecido primigeniamente
en la obligación; o bien lo que le corresponde de la resultante del modo extintivo en
particular.
♦ Los gastos en interés común: la solución del inciso c) tiene su fundamento último
en el enriquecimiento sin causa del acreedor que no realizó gasto alguno tendiente a la
percepción del crédito, habiéndolos erogado el accipiens.
♦ Las cuotas de participación: se determinan de acuerdo al art. 841.
Situaciones comunes a la solidaridad activas y pasivas:

 Muerte de un coacreedor o un codeudor. La situación en las obligaciones de


sujetos plurales:

♦ La cuestión en el CyCC. Fallecimiento, estado de indivisión y situación de los


créditos y las deudas del causante:
♣ Transmisión de créditos y deudas por causa de muerte: las
obligaciones, tanto activa como pasivamente, pueden transmitirse salvo que exista
una prohibición de la ley, tanto por actos entre vivos como por causa de muerte.
La muerte real o presunta de una persona causa la apertura de su sucesión y la
transmisión de la herencia a las personas llamadas a sucederle, comprendiendo

78
Iván Ignacio Carthery

todos los derechos y obligaciones del causante que no se extinguen por su


fallecimiento.
♣ Estado de indivisión: cuando una persona fallece, la sucesión entra
en estado de indivisión. La indivisión hereditaria sólo cesa con la partición siendo
un mecanismo análogo al de la quiebra, tendiente a la liquidación del pasivo, la
integración del activo y la posterior partición, si es que existe activo remanente a
dividir.

♣Situación de las deudas del causante:


♠ Régimen general: si fallece el deudor, los herederos
responden por las deudas del causante con la masa hereditaria indivisa, que se
integra con los bienes que reciben, o con su valor en caso de haber sido
enajenados. Los herederos son deudores, pero su responsabilidad está limitada al
patrimonio indiviso. El administrador de la sucesión quien debe pagar a los
acreedores que se han presentado, “según el rango de preferencia de cada crédito
establecido en la ley de concursos” y también puede hacerlo un heredero.
Si el patrimonio indiviso es insolvente, o bien la deuda no se abonará o bien se
podrá peticionar por los interesados la apertura del concurso preventivo o la
declaración de quiebra de la masa indivisa, de acuerdo a lo establecido en la ley
concursal. Para la partición, debe conformarse la masa partible con los bienes
incluidos en el art. 2376, deduciéndose las deudas. Por ende, no se adjudican las
deudas del causante a los herederos. Por último, se consagra además el derecho
preferente del acreedor del causante sobre los bienes de la herencia respecto a
los acreedores de los herederos.
♠ Responsabilidad personal del heredero: la conducta
antijurídica del heredero, lo hace responsable personal a los acreedores de la
sucesión.
♣ Situación de los créditos del causante: si muerte el acreedor, se
establece expresamente que “los herederos tienen todos los derechos y acciones
de aquél de manera indivisa”. Por ende, también ingresan a la masa indivisa, y
permiten acrecentar el activo sucesorio. El administrador de la sucesión debe
cobrar los créditos del causante y continuar las acciones que éste haya promovido.
Así al tiempo de efectuarse la partición, algún crédito no ha sido aún cobrado por
el administrador, puede ser adjudicado a un heredero, o a varios, siempre con
efecto declarativo, desde que los créditos integran la masa partible. En este último
caso, éste necesariamente deberá ser dividido de acuerdo a la proporción que
corresponda, o se disponga.

♦ Deuda solidaria (solidaridad pasiva):


“Art. 843: Muerte de un deudor: si muere uno de los deudores solidarios y deja
herederos, la deuda ingresa en la masa indivisa y cualquiera de los acreedores
puede oponerse a que los bienes se entreguen a los herederos o legatarios sin
haber sido previamente pagado. Después de la partición, cada heredero está
obligado a pagar según la cuota que le corresponde en el haber hereditario”.

♦ Crédito solidario (solidaridad activa): “Art. 849: Muerte de un acreedor: si muere


uno de los acreedores solidarios, el crédito se divide entre sus herederos en

79
Iván Ignacio Carthery

proporción a su participación en la herencia. Después de la partición, cada


heredero tiene derecho a percibir según la cuota que le corresponde en el haber
hereditario”.

♦ Deudas y créditos indivisibles: no existe norma alguna que disponga sobre la


situación ahora contemplada cuando se trata de una obligación indivisible. Ante
ello, y por imperio de lo establecido en el art. 823, subsidiariamente devendrían
aplicables las normas de la solidaridad. Pero caben algunas aclaraciones:
♣ Deuda indivisible: si se trata de una deuda, la solución es idéntica a la
solidaridad. La obligación ingresa a la masa indivisa, y deberá ser cumplida por el
administrador de la sucesión.
♣ Crédito indivisible: en este caso, también ingresará a la masa indivisa
y, en principio, debería ser percibido por el administrador de la sucesión. Si ello no
sucede, integrará el activo partible, y podrá ser adjudicado a uno o varios
herederos.

 Defensa oponibles en juicio:


“Art. 831: Defensa: cada uno de los deudores puede oponer al acreedor las
defensas comunes a todos ellos. Las defensas personales pueden oponerse
exclusivamente por el deudor o acreedor a quien correspondan, y sólo tienen valor
frente al coacreedor a quien se refieran. Sin embargo, pueden expandir
limitadamente sus efectos hacia los demás codeudores, y posibilitar una reducción
del monto total de la deuda que se les reclama, hasta la concurrencia de la parte
perteneciente en la deuda al codeudor que las puede invocar”.

♦ Defensas comunes: son aquellas que aprovechan y pueden ser invocadas por
cualquier deudor frente a cualquier acreedor o también por todos los deudores
frente a un acreedor, y que se derivan del fenómeno de propagación de efectos.
Conciernen a la obligación en sí misma, afectando a todo el frente común.
Comprende aquellas circunstancias por las cuales la obligación se extingue en
forma total; esto es, el pago, y también los restantes medios extintivos que
produzcan ese efecto de manera absoluta, aun cuando el hecho extintivo no haya
sido protagonizado por todos los involucrados. De la misma manera, a aquellos
que supongan una extinción parcial, pero que puedan ser invocados por todos y
en contra de todos. También quedan emplazadas en esta categoría las causales
de invalidez y las modalidades del acto jurídico que afecten a la obligación.

♦ Defensas personales sin efecto expansivo: en la norma se establece que estas


defensas pueden oponerse exclusivamente por el deudor o acreedor a quien
correspondan, y sólo tienen valor frente al coacreedor a quien se refieran. Como
se ha dicho, “tiene carácter subjetivo, pues obedecen a circunstancias propias del
sujeto de que se trate”. Contemplados en el art.830, y que sólo surten efectos
entre los sujetos directamente involucrados en la situación, no proyectándose a los
restantes. No existe propagación de efectos, las defensas solamente pueden ser
invocadas por quienes protagonizan la situación.

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Iván Ignacio Carthery

♦ Defensas personales con efecto expansivo: son aquellas que sin perder el
carácter personal, pueden expandir limitadamente sus efectos hacia los demás
codeudores y posibilitar una reducción del monto total de la deuda, hasta la
concurrencia de la parte perteneciente en la deuda al codeudor que las pueda
invocar.

 Los efectos de la cosa juzgada:


“Art.832: La sentencia dictada contra uno de los codeudores no es oponible a los
demás, pero éstos pueden invocarla cuando no se funda en circunstancias
personales del codeudor demandado. El deudor no puede oponer a los demás
coacreedores la sentencia obtenida contra uno de ellos; pero los coacreedores
pueden oponerla al deudor, sin perjuicio de las excepciones personales que éste
tenga frente a cada uno de ellos.

♦ El proceso judicial en las obligaciones de sujetos múltiples: cuando se trata de


obligaciones de sujetos múltiples, y se promueve una acción judicial, la regla
general es que existe un litisconsorcio facultativo; sólo por excepción, el
litisconsorcio es necesario; en este último caso, la Litis deberá ser integrada de
oficio por el juez, si no se ha demandado y no han demandado todos los
integrantes de la relación jurídica.

♦ Ámbito de aplicación del artículo: solidaridad e indivisibilidad: art.832 se


encuentra emplazado en la solidaridad también se aplica a las obligaciones
indivisibles, por la aplicación subsidiaria de estas normas.

♦ Dos tipos de procesos: cuando el litisconsorcio es facultativo, entre todos los


sujetos vinculados por la obligación, o solamente entre alguno de ellos. En el
primer caso, el art. 832 es inaplicable, y únicamente se activa las reglas relativas a
las defensas oponibles contenidas en el art. 831. Cuando el juicio se ha llevado a
cabo sin la participación de alguno de los sujetos involucrados, surge la cuestión
de que efectos tienen la sentencia dictada en el proceso, respecto a los restantes
codeudores y coacreedores que no han intervenido en él.

♦ Los derechos de raigambre constitucional que se encuentran en juego: dentro


del conflicto de intereses derecho del más alto valor, reconocidos en nuestra Carta
Magna. El principio de ellos es el Derecho de Defensa en Juicio, del art. 18 de la
CN, y que, es el que debe primar sobre los derechos emergentes del fenómeno de
propagación de efectos propio de la obligaciones solidarias, y también de las
indivisibles. Asimismo, también concurre el derecho de propiedad del art. 17 de la
CN, en particular por los efectos de la cosa juzgada.

♦ Efectos de la sentencia: puede resumirse en los siguiente: 1) A quien no fue


parte en el juicio, no se le puede oponer (hacer valer) la sentencia que se ha
dictado, pues prevalece el derecho de defensa en juicio; 2) Pero este tercero
puede invocar la cosa juzgada que le es ajena sólo respecto de quienes han sido
parte en dicho juicio. Por lo general, lo hará cuando dicha sentencia lo beneficia.

81
Iván Ignacio Carthery

♣ Solidaridad pasiva: la situación de una sentencia dictada en un proceso


iniciado en contra de uno o varios codeudores, pero no de todos. Puede ocurrir
que la demanda haya sido admitida en su totalidad, parcialmente o rechazada.
♠ Situación de los restantes deudores: en el primer caso, raro será
que otro codeudor quiera encabalgarse en la cosa juzgada, aunque ello es
perfectamente posible. En el segundo, el otro codeudor puede tener interés,
porque lo resuelto importa una reducción en el crédito. Sin embargo, que esta
posibilidad queda excluida en el caso de que la resolución se haya fundado en las
defensas personales sin efecto expansivo, ya que se trata de situaciones en las
que no se produce la propagación de efectos.
♠ Situación del acreedor: a la inversa, el acreedor no puede hacer
valer la sentencia frente a los otros deudores; únicamente frente a sus
demandados.
♣ Solidaridad activa: de una sentencia dictada en un proceso iniciado por
uno o varios coacreedores, pero no todos.
♠ Situación del deudor: la regla es que el deudor triunfante no
puede hacer valer esta resolución respecto a los otros coacreedores. Tiene mayor
valor, el derecho de defensa de estos últimos.
♠ Situación de los restantes acreedores: por otra parte, los otro
coacreedores pueden hacer valer la sentencia frente al deudor que fue parte. La
excepción a esto último está dado por la posibilidad que el deudor vencido tiene de
invocar, frente este otro acreedor, sus defensas personales sin efecto expansivo.

Obligaciones concurrentes:
 Concepto:
El art. 850 dispone “Obligaciones concurrentes son aquéllas en las que varios
deudores deben el mismo objeto en razón de causas diferentes”.

 Caracterización:
♦ Se trata de obligaciones de sujeto plural: se trata de relaciones de obligación
diferentes, son conexas, pues existen elementos que actúan como factores
aglutinantes de las diversas situaciones jurídicas particulares que se encuentran
entrelazadas o vinculadas; y que se constituyen como elementos o situaciones
comunes de estos diversos vínculos jurídicos.

♦ Pluralidad de causas. Alcances de la expresión: la pluralidad de causa, se deriva


de la mayor intensidad de los elementos causales propios de cada sujeto, en
relación a los elementos causales comunes que los conexan en las diversas
obligaciones concurrentes. En lo que concierne estrictamente a las obligaciones
concurrente fuerte como para generar solidaridad; pero de todas maneras permite
colocar a dichos sujetos frente al acreedor como legitimados pasivos del crédito.
Pese al elemento casual común las causas de la obligación son diferentes. En la
concurrencia, la pluralidad de causas es du su esencia, pese a la existencia del
elemento causal común que conecta a todos los obligados frente al acreedor.

♦ Identidad de objeto. Posibilidad de adeudar un quantum diferente: el concepto


legal requiere que todos los obligados deban el mismo objeto, circunstancia que

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Iván Ignacio Carthery

constituye el verdadero y último factor aglutinante que motiva esta situación


jurídica tan especial, a lo que se suma el elemento causal común. Por lo general,
el objeto de estas obligaciones es divisible y esta circunstancias en nada incide en
lo que respecta a cada obligación de cada deudor respecto al acreedor, ya que
cada deudor debe ser considerado como un deudor singular frente al acreedor. De
todas maneras, desde lo cuantitativo pueden presentarse situaciones diferentes
respecto de cada deudor.

♦ Los sujetos. Pluralidad pasiva: es de la esencia de las obligaciones concurrentes


la existencia de dos o más sujetos obligados frente a un acreedor, por causas
fuentes diferentes.

♦ Los vínculos jurídicos. Disociación. Consecuencias: los vínculos jurídicos se


encuentran disociados, por lo que el fenómeno de propagación de efectos no se
presenta. Se indica, incluso, que los vínculos son totalmente independientes.

 Principales diferencias con otras obligaciones de sujetos múltiples: desde lo


conceptual, las obligaciones concurrentes guardan algunas cercanías pero
también importantes diferencias con las solidarias y las simplemente
mancomunadas.

♦ Con la solidaridad: comparten la unidad de objeto debido, pero en ambos casos


por razones diversas. En la concurrencia la existencia de pluralidad de causas y
vínculos disociados impide la propagación de efectos propia de la solidaridad, en
donde los vínculos se encuentran coligados.

♦ Con la mancomunación simple: las obligaciones simplemente mancomunadas


provienen de una causa única, pero los vínculos se encuentran disociados. Las
concurrentes, si bien tiene también los vínculos disociados, provienen de causas
diferentes. Puede afirmarse que esta categoría constituye un tertim genus , con
una identidad sui generis, sin perjuicio de que comparta algunas notas tipificantes
o, incluso, ciertos efectos tanto con la mancomunación simple como la solidaridad.

 Algunos supuestos:
♦ Obligación de saneamiento: en el art. 1042 del CyCC se establece que quienes
tienen responsabilidad por saneamiento en virtud de enajenaciones sucesivas son
obligados concurrentes.
♦ Padres e hijos: responden concurrentemente por los dueños causados por estos
últimos (art. 1754).
♦ Responsabilidad del sueño y el guardián: son responsables concurrentes del
daño por las cosas (art. 1758).

 Efectos:
Se encuentran regulados, en el art. 851 disponiéndose además en el art.852 que
las normas relativas a las obligaciones solidarias son subsidiariamente aplicables
a las concurrentes.

83
Iván Ignacio Carthery

♦ Consideraciones generales: en razón de tratarse de obligaciones de causas


diferentes y con vínculos disociados, no se produce la propagación de efectos que
es propia de la solidaridad. Además, el derecho-deber al cumplimiento íntegro aquí
no encuentra las razones de la indivisibilidad ni las de la solidaridad, sino otra
diferente: desde el origen, in obligatione, y por cuestiones causales, cada deudor
es deudor del todo, hay unidad de prestación.

♦ Exigibilidad: el derecho del acreedor para exigir el cumplimiento de la obligación


a cualquiera de los deudores, a su elección, o a todos ellos: cada uno le debe la
misma prestación, sin perjuicio de alguna limitación en particular cuantitativa.

♦ Pago efectuado por un deudor: en las relaciones externas, el cumplimiento de la


obligación por uno de los deudores concurrentes extingue las obligaciones de los
restantes que quedan sin causa.

♦ Dación en pago, transacción, novación y compensación: la concurrencia produce


un efecto particular, cuando opera alguno de estos modos extintivos entre el
acreedor y uno de los deudores. Todos estos supuesto importan, un beneficio
patrimonial para el acreedor. Ante ello, nuevamente se activa el principio de
enriquecimiento sin causa: subsistiendo únicamente por el saldo insoluto. En el art.
851 inciso b) dispone que estos modos “en tanto satisfagan íntegramente el
interés del acreedor, extinguen la obligación de los otros obligados concurrentes o,
en su caso, la extingue parcialmente en la medida de lo satisfecho”.

♦ Confusión y renuncia al crédito: para los casos de confusión y remisión de la


deuda: como no existe un beneficio patrimonial emergente de estas dos
situaciones, las obligaciones de los restantes deudores se mantienen incólumes.

♦ Prescripción: ni la prescripción cumplida, ni las causales de suspensión o


interrupción propagan efectos. Cada obligación sigue su suerte en lo que respecta
al curso de la prescripción liberatoria, contrariamente a lo que acontece en el
ámbito de la solidaridad.

♦ Incumplimiento imputable de un deudor: todas las consecuencias del


incumplimiento imputable son estrictamente personales, a semejanza de la
mancomunación simple, y por las mismas razones: pluralidad de vínculos
disociados.

♦ Cosa juzgada. Los diversos casos: inciso g) del art. 851 dispone la misma
solución que para el caso de la solidaridad pasiva cuando se dicta sentencia en un
proceso iniciado en contra de uno de los deudores. En consecuencia, no podrá el
acreedor hacerla valer ante los restantes codeudores. En tanto que estos últimos,
podrán invocarla cuando no se funda en circunstancias personales del codeudor
demandado. Diferente, en cambio, será la situación si el responsable directo se
exime de responsabilidad por acreditar su falta de culpa en el marco de una
obligación de medios, y la responsabilidad del obligado concurrente es objetiva.

84
Iván Ignacio Carthery

♦ La acción entre los codeudores:


♣ Caracterización: una vez que uno de los deudores paga la obligación,
y ésta se extingue para todos, pueden activarse ciertos derechos a favor del
solvens, a fin de ser pagado por quien, en última instancia, era desde el punto de
vista causal el sujeto quien dio origen al nacimiento de la obligación, el que
generalmente será uno solo.
♣ Las relaciones causales: relaciones causales no significa
necesariamente autoría en la comisión del acto que dio origen a la obligación,
aunque constituye uno de los puntos de partido del análisis. Pueden existir pactos
en contrario, a modo de garantía.
♣ Naturaleza: por tratarse de terceros interesados, cualquier obligado
concurrente puede optar por subrogarse.

Obligaciones disyuntivas:

 Concepto y caracterización. La pluralidad disyunta:


Estas obligaciones “están establecidas a favor de un acreedor que se encuentra
indeterminado entre varios sujetos o que pesan sobre un deudor indeterminado
entre varios sujetos determinados. Si bien in obligatione se presenta una pluralidad
de sujetos, lo que en cierta manera parecería acercar las cosas a las obligaciones
de sujetos múltiples, lo cierto es que tal situación es sólo transitoria, ya que resta
un acto posterior, sea del acreedor, consiste en la elección del sujeto que
revestirá, finalmente, dicho rol. Una vez que se efectúa tal elección, se produce
automáticamente el descarte de los restantes sujetos, quienes se consideran
como si nunca hubieran estado vinculados por la obligación.

 Especie y régimen aplicable:


En el texto legal las obligaciones disyuntivas, estableciéndose las reglas generales para
los dos únicos casos que puedan presentarse, además de disponerse que,
subsidiariamente a las reglas aquí establecidas, se aplican a estas situación las de las
obligaciones simplemente mancomunadas.

 La elección como acto que hace cesar la disyunción. Caracterización:


La elección es el acto que hace cesar la indeterminación inicial de los sujetos y, en
definitiva, los concreta, produciéndose la eliminación de los restantes sujetos
involucrados. Es un acto jurídico, unilateral y recepticio. Rige el principio de libertad de
formas y puede ser expresa o tácita. Una de las maneras de manifestación podría ser la
ejecución de la prestación por el deudor a favor de un acreedor, lo cual importa considerar
que tal acreedor es quien ha sido elegido, también la demanda incoada en contra de un
deudor.

 Efectos:

85
Iván Ignacio Carthery

La elección importa para los acreedores o deudores descartados el cumplimiento


de una condición resolutoria, se consolida la obligación en este último, al cesar la
indeterminación inicial.

 Disyunción pasiva:
En el art. 853 dispone que “La elección corresponde al acreedor, salvo pacto en
contrario. No es posible demandar a todos los deudores, ni en forma conjunta, ni
sucesiva. El acreedor puede elegir al deudor. Si el acreedor no practica la
elección, a más de ser colocado en mora, podrán los deudores o cualquiera de
ellos liberarse consignando. En tanto que si la elección está a cargo de los
deudores y éstos no la practican, el acreedor, una vez colocados en mora los
deudores, podrá promover la demanda en contra de cualquiera de ellos. No es
posible el ejercicio de acciones de contribución o reembolso para quien paga la
obligación, ya que el cumplimiento de la condición resolutoria en relación a los
restantes deudores, los separa de la obligación, con el efecto de que se considera
que nunca han sido deudores.

 Disyunción activa:
Regulada en el art.854. Los casos más comunes de obligaciones disyuntivas son
aquellos en los que se presenta la posibilidad de pagar a uno entre varios
acreedores. Entre otros, cabe citar la letra de cambio o el pagaré, que pueden
contener la indicación de varios tomadores en forma alternativa o la designación
de varios beneficiarios alternativos de un seguro, o en un legado. La elección
corresponde al deudor, motivo por el cual es en principio inocua la acción que
cualquiera de los acreedores interponga en contra del deudor quien puede
liberarse pagando a cualquiera de ellos. Si la elección corresponde a los
acreedores y éstos no la practican el deudor podrá liberarse consignando. El cobro
por parte del acreedor que finalmente es elegido no lo obliga a participar el
producido con los restantes acreedores, que han perdido su calidad de tales en
razón de la elección.

Unidad 9:
Rendición de cuentas. Definición. Requisitos. Oportunidad. Aprobación. Relaciones
de ejecución continuada. Saldos y documentos del interesado.
Rendición de cuentas. Definición. Art. 858°. Definiciones. Se entiende por cuenta la
descripción de los antecedentes, hechos y resultados pecuniarios de un negocio, aunque
consista en un acto singular.
Hay rendición de cuentas cuando se las pone en conocimiento de la persona interesada,
conforme a lo dispuesto en los artículos siguientes.

La rendición de cuentas es la demostración ordenada, sistematizada y documentada, a


través de la cual se cumple el deber legal de informar a otro las operaciones,
procedimientos, circunstancias y resultado del negocio, mientras que las cuentas son las
anotaciones y registros de la actividad. Rendir cuentas es inherente a toda gestión de

86
Iván Ignacio Carthery

negocios ajenos o parcialmente ajenos, y de esta obligación surge el deber implícito de


obrar con buena fe objetiva y subjetiva.
El sujeto pasivo o deudor es la persona que realiza la gestión o administra en interés total
o parcialmente ajeno. Sujeto activo o acreedor es aquel en cuyo interés haya actuado un
tercero, sin necesidad de que la gestión sea a cuenta del acreedor.
Para que se imponga la obligación de rendir cuentas no es indispensable la
caracterización jurídica de la relación que liga a las partes, o la ubicación de ellas en
algunos de los contratos típicamente preceptuados en la ley. Basta a ese fin, la existencia
de negociaciones en las cuales se hayan administrado bienes, gestionado negocios total
o parcialmente ajenos, ejecutado un hecho que suponga manejo de fondos ajenos, etc.
La cuenta consiste en dar razón del cometido en interés ajeno, detallando los actos
cumplidos, mediante la exposición de todo el proceso económico y jurídico de los
intereses administrados y estableciendo el resultado final.

Requisitos. Art. 859°. Requisitos. La rendición de cuentas debe:


• Ser hecha de modo descriptivo y documentado;
• Incluir las referencias y explicaciones razonablemente necesarias para su
comprensión;
• Acompañar los comprobantes de los ingresos y egresos, excepto que sea de uso
no extenderlos;
• Concordar con los libros que lleve quien las rinda.

La rendición debe ser instruida y documentada y presentar una ordenada forma


descriptiva de todas y cada una de las operaciones realizadas, exponiendo la explicación
clara de cada negocio, las razones de las inversiones, las circunstancias favorables o
desfavorables y los resultados. Estos extremos no se satisfacen con el envío o resumen,
o la puesta a disposición de los libros de comercio. Supone una cuenta formal, con la
doble serie de partidas que constituyen el debe y el haber, justificadas documentalmente
con los respectivos comprobantes.

Obligación de rendir cuentas. Art. 860°. Obligación de rendir cuentas. Están obligados a
rendir cuentas, excepto renuncia expresa del interesado:
• Quien actúa en interés ajeno, aunque sea en nombre propio;
• Quienes son parte en relaciones de ejecución continuada, cuando la rendición es
apropiada a la naturaleza del negocio;
• Quien debe hacerlo por disposición legal.
La rendición de cuentas puede ser privada, excepto si la ley dispone que deba ser
realizada ante un juez.

Oportunidad. Aprobación. Relaciones de ejecución continuada.


Art. 861°. Oportunidad. Las cuentas deben ser rendidas en la oportunidad en que
estipulan las partes, o dispone la ley. En su defecto, la rendición de cuentas debe ser
hecha:
• Al concluir el negocio;

87
Iván Ignacio Carthery

• Si el negocio es de ejecución continuada, también al concluir cada uno de los


períodos o al final de cada año calendario.

Art. 862°. Aprobación. La rendición de cuentas puede ser aprobada expresa o


tácitamente. Hay aprobación tácita si no es observada en el plazo convenido o dispuesto
por la ley o, en su defecto, en el de treinta días de presentadas en debida forma. Sin
embargo, puede ser observada por errores de cálculo o de registración dentro del plazo
de caducidad de un año de recibida.

Art. 863°. Relaciones de ejecución continuada. En relaciones de ejecución continuada si


la rendición de cuentas del último período es aprobada, se presume que también lo fueron
las rendiciones correspondientes a los períodos anteriores.

Saldos y documentos del interesado.Art. 864°. Saldos y documentos del interesado.


Una vez aprobadas las cuentas:
• Su saldo debe ser pagado en el plazo convenido o dispuesto por la ley o, en su
defecto, en el de 10 días;
• El obligado a rendirlas debe devolver al interesado los títulos y documentos que le
hayan sido entregados, excepto las instrucciones de carácter general.

Si no existe plazo de pago del saldo de la cuenta, derivado de fuente contractual o legal,
las cuentas deberán pagarse en el plazo de 10 días. Además deberá el obligado devolver
los títulos y documentos que le fueron entregados, si se tratare de originales, ya que la
propiedad de los mismos corresponde al dueño del negocio.

Medios extintivos.
Pago. Definición. Reglas aplicables. Objeto del pago. Identidad. Integridad.
Obligación con intereses. Tiempo del pago. Pago anticipado. Lugar de pago.
Validez. Pago en fraude a los acreedores; de créditos embargados o prendados.
Propiedad de la cosa. Legitimación activa. Efectos del pago por el deudor.
Ejecución de la prestación por terceros. Legitimación para recibir pagos. Derechos
del acreedor contra terceros. Pago de una persona incapaz o con capacidad
restringida y a terceros no legitimados.
Pago. Definición. Reglas aplicables. En sentido amplísimo, se entendió por pago
cualquier modo de solutio, esto es, de extinción de la obligación aunque el acreedor no se
satisficiera específicamente. En nuestro derecho, el pago es el cumplimiento de la
prestación que hace el objeto de la obligación, ya se trate de una obligación de hacer, ya
de una obligación de dar. Para la CSJN, el sustantivo “pago” admite dos significados: uno,
“cumplimiento específico, integral y oportuno de la obligación”, y otro según el cual
equivale a la satisfacción que puede obtener el acreedor mediante la ejecución forzada de
la deuda. En ese orden de ideas, se reputa que, en el caso de ejecución forzada de la
obligación, la voluntad del deudor ha sido prestada al ser contraída la obligación,
partiéndose de la base de que el deudor consintió que si no era cumplida
espontáneamente, se la podrían hacer cumplir.

88
Iván Ignacio Carthery

Los elementos del pago son:


• Sujetos.
• Objeto.
• Causa-fuente. La deuda anterior es el antecedente que determina el pago.
• Causa-fin. La extinción de la deuda es el objetivo al que se orienta, en los pagos
hechos espontáneamente, la intención del deudor.

Con respecto a la naturaleza jurídica del pago, existen discrepancias. Para algunos es un
mero acto lícito, para otros un acto debido y, para la mayoría, un acto jurídico, aunque
todavía se discute si es bilateral o unilateral. Existen, además, posiciones dualistas que
asignan al pago una u otra característica, según sea la prestación cumplida.

Pago como hecho jurídico. La producción de sus efectos propios no requiere actividad
voluntaria del deudor, sino que lo importante es que dichos efectos se producen aun
cuando la consecuencia jurídica no haya sido querida o procurada por el agente.
Pago como acto jurídico. Por su carácter de acto voluntario lícito que tiene por finalidad
inmediata la extinción de obligaciones. En razón de ello, se requerirá para su validez la
capacidad en el deudor que paga, así como también la presencia de objeto, causa fuente
y causa fin.
Pago como acto debido. Originada en el derecho italiano, consideraba que existía una
tercera categoría más allá de los actos y hechos jurídicos, que era la de los actos debidos.
Es característica del pago cierta coerción del ordenamiento jurídico a realizarlo: el deudor
paga porque, caso contrario, incurriría en responsabilidad.
Teoría ecléctica. Postura intermedia entre el pago como acto jurídico y como hecho
jurídico. Sostiene que puede ser encuadrado en una u otra categoría según el tipo de
obligación de que se trate: en las obligaciones de hacer y no hacer, se trataría de un
hecho jurídico voluntario o involuntario; en las de dar, se presenta como un acto jurídico.

Art. 865°. Definición. Pago es el cumplimiento de la prestación que constituye el objeto de


la obligación.

Art. 866°. Reglas aplicables. Las reglas de los actos jurídicos se aplican al pago, con
sujeción a las disposiciones de este Capítulo.

El pago es el cumplimiento por excelencia de la obligación y, por ende, su modo de


extinción natural, ya que pone fin a la relación jurídica satisfaciendo el interés del
acreedor. Si bien puede ser definido de diferentes maneras, habrá pago cuando el deudor
realice la prestación debida a favor del acreedor, que comporta la extinción de la
obligación.
Merecen destacarse distintas acepciones del pago, según diferentes enfoques:
• Desde un punto de vista restringido, el pago es considerado como el cumplimiento
de una deuda de dinero.

89
Iván Ignacio Carthery

• De conformidad con un criterio amplio, es sinónimo de extinción de la obligación


por cualquier medio que importe la liberación del deudor, por lo cual comprendería a todos
los modos extintivos, aun cuando no se satisfaga el interés del acreedor.
• Conforme a una noción estricta, el pago es el acto de ejecución de una prestación
debida en virtud de una relación obligatoria y el cumplimiento específico de la prestación
adeudada.

Objeto del pago. Art. 867°. Objeto del pago. El objeto del pago debe reunir los requisitos
de identidad, integridad, puntualidad y localización.
Identidad. Art. 868°. Identidad. El acreedor no está obligado a recibir y el deudor no tiene
derecho a cumplir una prestación distinta a la debida, cualquiera sea su valor.
Integridad. Art. 869°. Integridad. El acreedor no está obligado a recibir pagos parciales,
excepto disposición legal o convencional en contrario. Si la obligación es en parte líquida
y en parte ilíquida, el deudor puede pagar la parte líquida.
Obligación con intereses. Art. 870°. Obligación con intereses. Si la obligación es de dar
una suma de dinero con intereses, el pago solo es íntegro si incluye el capital más los
intereses.

El objeto del pago consiste en el cumplimiento de la prestación debida, por lo que se


puede afirmar que solo habrá verdadero pago cuando la actividad desempeñada por el
deudor se adecúe al programa de prestación trazado al constituirse la obligación. Ahora
bien, debe cumplir con determinados requisitos que determinen su exactitud en cuanto a
adecuación de la prestación realizada con la originariamente debida para que opere el
efecto extintivo.

Principio de identidad. El deudor debe entregar al acreedor la misma cosa a cuya entrega
se obligó. El acreedor no puede ser obligado a recibir una cosa por otra, aunque sea de
igual o mayor valor. A través de esta regla, existirá identidad del pago cuando lo que se
dé coincida con el objeto de la obligación. Para desobligarse, el deudor debe cumplir la
misma prestación debida, no pudiendo efectuar otra distinta, a no ser que el acreedor lo
aceptara.
Cuando se trate de una obligación en donde el objeto está determinado desde el mismo
nacimiento de la relación obligatoria, la identidad juega un rol determinante a la hora de
analizar si el pago fue exacto. En las obligaciones de hacer, el requisito de identidad se
traduce en que el acreedor no podrá ser compelido a recibir la prestación o el servicio de
un tercero, cuando la calidad y circunstancias de la persona del deudor se hubiesen
tenido en cuenta al establecer la obligación.
Si se pacta una obligación de dar cosas inciertas no fungibles o de género, la entrega de
una cosa de mayor valor cancela la obligación.
Sin embargo, constituyen excepciones a la aplicación de este principio respecto del pago
las obligaciones facultativas, ya que en ellas el deudor puede sustituir la prestación
originariamente debida por otra diferente al momento de cumplir.

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Iván Ignacio Carthery

Principio de integridad. Se transgrede este principio cuando el deudor no cumple la


prestación adecuada en su totalidad, y pretende efectuar el cumplimiento mediante pagos
parciales. Si el acreedor no acepta voluntariamente esta posibilidad, no puede llevarse a
cabo de esta manera. Si la obligación es de dar suma de dinero con intereses, el pago
solo es íntegro si incluye el capital y los intereses. Es decir, el pago que no cubre los
accesorios de la deuda y las costas del proceso en que se ha reclamado el cumplimiento,
no puede considerarse íntegro. Algunas excepciones son:
• Todo acuerdo entre partes que hayan pactado voluntariamente la realización de
pagos parciales.
• Beneficio de competencia. La ley concede a ciertos deudores a no pagar más de lo
que está dentro de sus posibilidades.
• En los casos en los que así lo establezca una disposición judicial, como la
morigeración de equidad de los montos indemnizatorios.

Tiempo del pago. Pago anticipado. Art. 871°. Tiempo del pago. El pago debe hacerse:
• Si la obligación es de exigibilidad inmediata, en el momento de su nacimiento;
• Si hay un plazo determinado, cierto o incierto, el día de su vencimiento;
• Si el plazo es tácito, en el tiempo en que, según la naturaleza y circunstancias de
la obligación, debe cumplirse;
• Si el plazo es indeterminado, en el tiempo que fije el juez, a solicitud de cualquiera
de las partes, mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local.

Art. 872°. Pago anticipado. El pago anterior al vencimiento del plazo no da derecho a
exigir descuentos.

El cumplimiento de la prestación en el momento de su vencimiento resulta fundamental


para que se configure la exactitud del pago. Generalmente, el plazo es un elemento
accidental de las obligaciones, por lo cual si la relación jurídica no lo dispone, la
prestación debe cumplirse en el mismo instante de su nacimiento, ya que la exigibilidad
de la obligación será inmediata.
En cambio, cuando se ha fijado un plazo para el cumplimiento de la obligación, este se
considera impuesto a favor de ambas partes, por lo cual ni el acreedor podrá exigir el
pago antes de su vencimiento, ni el deudor imponer su recepción.
El plazo puede ser expreso o tácito. Es expreso cuando su existencia surge de modo
explícito e inequívoco en la obligación celebrada por las partes. En cambio, se considera
que un plazo es tácito cuando surge implícitamente de la naturaleza y circunstancias del
acto o de la obligación.
En las obligaciones a plazo indeterminado, corresponde su fijación judicial o las partes
pueden establecerlo con posterioridad.
Por otra parte, el pago anticipado es aquel efectuado con anterioridad al vencimiento de la
obligación. El acreedor no está obligado a recibir el pago que intente efectuar el deudor
antes del vencimiento del plazo, aunque sí se encuentra facultado para ello. De pagar
antes, el deudor no tiene ningún derecho adicional.

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Iván Ignacio Carthery

Lugar de pago. Art. 873°. Lugar de pago designado. El lugar de pago puede ser
establecido por acuerdo de las partes, de manera expresa o tácita.

Art. 874°. Lugar de pago no designado. Si nada se ha indicado, el lugar de pago es el


domicilio del deudor al tiempo del nacimiento de la obligación. Si el deudor se muda, el
acreedor tiene derecho a exigir el pago en el domicilio actual o en el anterior. Igual opción
corresponde al deudor, cuando el lugar de pago sea el domicilio del acreedor.
Esta regla no se aplica a las obligaciones:
• De dar cosa cierta; en este caso, el lugar de pago es donde la cosa se encuentra
habitualmente.
• De obligaciones bilaterales de cumplimiento simultáneo; en este supuesto, lugar
de pago es donde debe cumplirse la prestación principal.

El cumplimiento exacto de la obligación requiere que la prestación se lleve a cabo en el


lugar que se haya determinado al respecto. Este es el llamado principio de localización,
también exigible al momento del pago. Si este es realizado por el deudor en un lugar
incorrecto, puede el acreedor negarse a recibirlo sin incurrir en mora.
La determinación del lugar del pago produce varios efectos:
• Determina la ley aplicable en el Derecho Internacional Privado: en un contrato
internacional, en ausencia de convención expresa, el lugar de pago es el que indica qué
ley se aplicará.
• Fija la competencia del tribunal que habrá de entender ante supuestos de
incumplimiento de la obligación.
• Como regla general, en las obligaciones de dar una cosa cierta, serán a cargo del
deudor los gastos de traslado hasta el lugar en el que el pago debe realizarse.
El principio general que rige en materia de lugar de pago es que las partes pueden
convenirlo libremente, siendo una consecuencia lógica del principio de autonomía de la
voluntad. Una vez que las partes lo acuerdan, ninguna de ellas puede modificarlo de
modo unilateral.
La norma expresa la posibilidad de que el lugar de pago pueda ser establecido
tácitamente.
Solo con carácter residual y subsidiario, se dispone que la prestación deba ejecutarse en
el domicilio del deudor al tiempo del cumplimiento de la obligación.
La designación del lugar de cumplimiento puede ser fijado libremente por las partes tanto
al momento de constituirse la obligación, como así también con posterioridad a la misma.

Validez. Art. 875°. Validez. El pago debe ser realizado por persona con capacidad para
disponer.

Tratándose de un acto jurídico, la capacidad es un requisito. Más allá de este requisito de


la capacidad exigible al deudor para efectuar el pago, también resulta menester resaltar
que la declaración de inhabilitación no modifica la condición de capaz de la persona, si
bien le puede imponer ciertas restricciones para la realización de uno o varios actos. Por
lo demás, dicha declaración traerá aparejada la designación de un apoyo, que debe asistir

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Iván Ignacio Carthery

a la persona en el otorgamiento de actos de disposición entre vivos y en los demás actos


que el juez fije en la sentencia. En razón de ello, serán aplicables al pago los principios
generales que rigen la capacidad de los actos jurídicos, por lo cual quien lo realiza debe
poseer tanto capacidad de derecho como de ejercicio.
Es de destacar que en las obligaciones de dar resulta menester que quien transmite la
propiedad de la cosa debe ser el dueño y debe tener capacidad para enajenarla y
disponer de la cosa que entrega. Por ende, en caso de que se efectuara en pago la
entrega de una cosa ajena, dicho acto es inoponible a su verdadero propietario.

Pago en fraude a los acreedores. Art. 876°. Pago en fraude a los acreedores. El pago
debe hacerse sin fraude a los acreedores. En este supuesto, se aplica la normativa de la
acción revocatoria y, en su caso, la de la ley concursal.

El fraude constituye un vicio de los actos jurídicos, y en materia de pago, uno de los
límites más importantes que pesan sobre el deudor es el respeto de los derechos de sus
acreedores, ya que se verá impedido de realizar todo acto de disposición que tenga la
intencionalidad de frustrar la garantía que, sobre su patrimonio, poseen los acreedores.
Sabido es que los efectos auxiliares o secundarios de las obligaciones son los dispositivos
que la ley le brinda al acreedor para intentar mantener íntegro e incólume el patrimonio de
su deudor, toda vez que la integridad de este constituirá la garantía de cobro de su
crédito.
En la estructura institucional de la obligación, integrada por sus dos tramos inseparables
que son la deuda y la responsabilidad, adquiere importancia el derecho que la ley confiere
al acreedor para agredir el patrimonio del deudor ante el incumplimiento por parte de este
último de la prestación comprometida en la obligación. En el tramo de la responsabilidad,
esta será eminentemente patrimonial, dado que el deudor sufrirá las consecuencias de su
incumplimiento únicamente sobre su patrimonio y no sobre su persona, debiendo
responder frente al acreedor con todos sus bienes presentes y futuros.
Ahora bien, así como el patrimonio constituye una masa orgánica sometida al poder de su
titular para satisfacer la perspectiva del bien individual, también es la garantía común de
los acreedores, en tanto posibilita que estos puedan ver satisfechos sus créditos. Cuando
una persona posee deudas diversas, la regla general será la igualdad de todos sus
acreedores. El acreedor está legitimado para obtener la satisfacción de su crédito sobre
cualquier bien del deudor, salvo que la ley le conceda a determinados acreedores
preferencia en el cobro.
En razón de que el patrimonio del deudor es la garantía común de los acreedores, la ley
los faculta a velar por su integridad e incolumidad, concediéndoles acciones y medios
procesales en pos de ello, lo que les permitirá cobrar sus créditos. De esta forma,
remedian cualquier situación de insolvencia en la que pretenda incurrir el deudor
fraudulentamente, permitiéndoles recomponer el patrimonio de este.
Resultando ser el pago un acto de disposición realizado por el deudor, a través de él se
puede estar realizando un acto fraudulento en desmedro de los acreedores, afectando
todo principio de igualdad por el cual deben regirse los acreedores que no posean
privilegios. Se considerará fraudulento aquel pago que realice de mala fe el deudor y que

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Iván Ignacio Carthery

con él provoque su insolvencia o la agrave. Para que el pago sea considerado


fraudulento, debe reunir los siguientes requisitos:
• Que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el deudor
haya actuado con el propósito de defraudar a futuros acreedores;
• Que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor;
• Que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o debido conocer
que el acto provocaba o agravaba la insolvencia.
De acreditarse el pago fraudulento, este será inoponible para los acreedores que han
sufrido perjuicio, por lo cual, pese a ser válido entre las partes, no podrá hacerse valer
respecto de aquellos.
Serán de aplicación las disposiciones de la ley concursal que disponen al respecto:
• En el concurso preventivo, el deudor concursado está impedido de hacer pagos a
los acreedores por causa o título anterior a la apertura del concurso.
• En la quiebra, son ineficaces los pagos efectuados por el deudor durante el
“período de sospecha”, siempre que estos sean anticipados y cuyos vencimientos según
el título debían producirse el día de la quiebra o con posterioridad. De igual modo, por
efecto del desapoderamiento, son ineficaces todos los actos de disposición, entre ellos, el
pago.

Pago de créditos embargados o prendados. Art. 877°. Pago de créditos embargados o


prendados. El crédito debe encontrarse expedito. El pago de un crédito embargado o
prendado es inoponible al acreedor prendario o embargante.

La eficacia del pago dependerá de que quien lo efectúe posea la libre disponibilidad de la
cosa que entrega, por lo que si esta estuviese embargada, dicha circunstancia debe ser
comunicada al acreedor, ya que, caso contrario, no será eficaz y el deudor que ha
abonado no quedará liberado.
• 1 es deudor de 2;
• 2 es deudor de 3
• A fin de garantizarle el cobro a 3, 2 le entrega en prenda el crédito que le
corresponde respecto de 1.
El acreedor que garantizó con una prenda (derecho real de garantía sobre cosas muebles
no registrables o créditos instrumentados, constituido por el dueño o la totalidad de los
copropietarios) su crédito (o inclusive si ha sido embargado) no puede disponer de él, ya
que su acreedor detenta un derecho sobre su acreencia. En función de ello, el acreedor
que ha prendado o sometido a embargo su acreencia no puede disponer de su crédito. En
tal sentido, la aceptación del pago en tales condiciones implicaría un acto de disposición,
que sería reputado inválido a fin de evitar frustrar la garantía de los acreedores
embargantes.
Cuando se realiza el pago de un crédito que no se halle expedito, este carecerá de toda
eficacia, quedando obligado el deudor a pagar nuevamente, aunque tendría derecho a
repetir lo dado en pago respecto del acreedor que se lo recibió.

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Iván Ignacio Carthery

El deudor que paga al acreedor una deuda, teniendo pleno conocimiento de que el crédito
se encontraba prendado o embargado, se verá obligado a responder frente al acreedor
embargante o prendario, y su pago no surtirá efecto cancelatorio.

Propiedad de la cosa. Art. 878°. Propiedad de la cosa. El cumplimiento de una obligación


de dar cosas ciertas para constituir derechos reales requiere que el deudor sea propietario
de la cosa. El pago mediante una cosa que no pertenece al deudor se rige por las normas
relativas a la compraventa de cosa ajena.

Nadie puede transmitir un derecho mejor o más extenso del que tiene, sin perjuicio de las
excepciones legalmente dispuestas.
Si el acreedor hubiera tomando conocimiento antes de la entrega que la cosa no es
propiedad del deudor, puede negarse a su recepción y exigir al deudor el pago de la
prestación en debida forma.
Si el acreedor es de buena fe y le es entregada por el deudor una cosa que no es de su
propiedad sin que el acreedor lo supiera, pueden brindarse dos opiniones. O bien
considerarse que el pago es nulo de nulidad relativa o, como lo sostiene otra opinión, que
en tal caso no se presenta un supuesto de nulidad, sino de incumplimiento por falta de
adecuación entre la prestación debida y la conducta cumplida por el deudor.
Por último, si el pago hubiese consistido en la entrega de una cosa que no pertenece al
deudor, dispone que deba regirse por lo dispuesta en las normas relativas a la
compraventa de cosa ajena. El que ha contratado sobre bienes ajenos como si fueran de
su propiedad asume la obligación de obtener el bien prometido, por lo cual en caso de no
hacerlo debe responder por los daños que le generará al acreedor el incumplimiento de la
entrega. Puede ocurrir que quien reciba la entrega de una cosa ajena puede ser
demandado en el futuro por el verdadero propietario de la cosa.

Legitimación activa. Efectos del pago por el deudor. Ejecución de la prestación por
terceros.
Art. 879°. Legitimación activa. El deudor tiene el derecho de pagar. Si hay varios
deudores, el derecho de pagar de cada uno de ellos se rige por las disposiciones
correspondientes a la categoría de su obligación.

Art. 880°. Efectos del pago por el deudor. El pago realizado por el deudor que satisface el
interés del acreedor, extingue el crédito y lo libera.

Art. 881°. Ejecución de la prestación por un tercero. La prestación también puede ser
ejecutada por un tercero, excepto que se hayan tenido en cuenta las condiciones
especiales del deudor, o hubiere oposición conjunta del acreedor y del deudor. Tercero
interesado es la persona a quien el incumplimiento del deudor puede causar un
menoscabo patrimonial, y puede pagar contra la oposición individual o conjunta del
acreedor y del deudor.

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Iván Ignacio Carthery

Art. 882°. Efectos que produce la ejecución de la prestación por un tercero. La ejecución
de la prestación por un tercero no extingue el crédito. El tercero tiene acción contra el
deudor con los mismos alcances que:
• El mandatario que ejecuta la prestación con asentimiento del deudor;
• El gestor de negocios que obra con ignorancia de este;
• Quien interpone la acción de enriquecimiento sin causa, si actúa contra la voluntad
del deudor.
Puede también ejercitar la acción que nace de la subrogación por ejecución de la
prestación por un tercero.

La legitimación activa del pago constituye uno de los grandes problemas en esta materia,
porque muchas veces se pretende imponer la recepción del pago al acreedor, cuando
quien intenta realizarlo no está legitimado para ello. Si bien será el deudor de la obligación
quien posea la legitimación activa del pago, no será el único habilitado para efectuarlo, ya
que también podrán pagar otras personas a quienes la ley les concede la potestad de
realizarlo: es el caso de ciertos terceros, que si bien no son parte de la relación jurídica
poseen legitimación para pagar.
Cuando el pago es realizado por el deudor, que es legitimado activo, extingue el crédito,
satisface el interés del acreedor, y provoca su liberación a tenor de la finalidad extintiva de
la obligación que persigue con el pago. Al respecto, el único obligado al cumplimiento de
la obligación es el deudor, ya que solo a él puede serle exigido el cumplimiento de la
obligación es el deudor, ya que solo a él puede serle exigido el cumplimiento, o a sus
sucesores universales o singulares, según el caso.
Desde ya que tratándose de un acto jurídico, el pago requiere que quien lo realice posea
capacidad. Cuando el pago es realizado con un incapaz, la consecuencia de ello será la
nulidad del acto, aunque solo de nulidad relativa por afectar los derechos de quien se
encuentra incapacitado para realizarlo. Sin embargo, se sostiene que el deudor o su
representante carecerían de interés para ejercer la acción de nulidad, puesto que una vez
que obtuvieran la restitución deberían volver a entregarlo al acreedor.
• El pago puede ser efectuado a través de un representante (legal, judicial o
voluntario), en tanto no se trate de una obligación intuitu personae, en donde la calidad
del sujeto que debía realizar la prestación constituyó un factor esencial y determinante al
momento de contraerla.
• Cuando exista pluralidad de deudores, el pago deberá ser realizado atendiendo a
los principios que rigen las obligaciones mancomunadas, quedando cada uno de aquellos
obligados por su cuota parte o por el total de la deuda, según se trate de obligaciones
simplemente mancomunadas, solidarias, o concurrentes, de objeto divisible o indivisible.
Si el deudor originario fallece, la deuda se fracciona entre sus herederos, correspondiendo
a cada uno de ellos una alícuota, de conformidad con el haber hereditario recibido.
Además del deudor, en forma personal, también este puede realizar el pago a través de
un representante, siempre y cuando la obligación no sea intuitu personae, y este último
esté investido de facultades especiales para efectuarlo.

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Iván Ignacio Carthery

Terceros. Puede efectuar el pago toda aquella persona que tenga un interés en el
cumplimiento de la obligación. El tercero interesado es aquel a quien el incumplimiento del
deudor puede causar un menoscabo patrimonial, y puede pagar contra la oposición
individual o conjunta del acreedor y del deudor. El tercero no interesado no se encuentra
en esa situación.
En el caso de los terceros interesados, ellos poseen el ius solvendi o derecho de pagar, y
pueden efectuar el pago aun contra la voluntad del deudor y del acreedor, y recurrir
inclusive al pago por consignación ante la negativa del acreedor a recibírselo. En cambio,
los terceros no interesados también pueden efectuar el pago en los supuestos en los
cuales no exista oposición conjunta del acreedor y del deudor.
Es decir, si bien todos los terceros poseen el derecho de pagar, este sufre una
disminución en el caso del tercero no interesado, quien verá reducido su ius solvendi a
una mera expectativa de pago si es que, en forma conjunta, acreedor y deudor se niegan
a recibírselo. Caso contrario, de no existir esta oposición de ambas partes de la
obligación, el tercero podrá pagar e, inclusive, efectuar el pago por consignación. A modo
de ejemplo, revestirían el carácter de terceros interesados el poseedor de un inmueble
hipotecado, un condómino, un fiador en un contrato de locación, etc.
Sin embargo, el pago efectuado por el tercero no reviste el carácter de cumplimiento de la
obligación, sino que solamente a través de él se da satisfacción al interés del acreedor,
quien queda de tal modo desinteresado. Sin embargo, la obligación continúa vigente, toda
vez que la deuda subsiste en cabeza del deudor, quien deberá satisfacer la misma al
tercero que ha efectuado el pago por él. Por lo tanto, solo ha existido un cambio de
acreedor, quedando facultado el tercero a exigir la restitución del pago que ha efectuado
al deudor de la obligación. Se configura una subrogación del tercero en la posición jurídica
del acreedor.

Deberes del solvens. Quien realiza el pago tiene a su cargo los siguientes deberes, que
deben ser observados a fin de no afectar la validez del acto que realiza:
• Buena fe. El pago debe ser efectuado de conformidad con lo que verosímilmente
se entendió que se adeudaba.
• Prudencia. Quien paga debe ser prudente al momento de efectuarlo, por lo cual en
caso de duda respecto al derecho del acreedor y de que concurran otras personas
reclamando el pago, debe tomar los recaudos necesarios para no pagar a quien
corresponde.
• Comunicación. El deudor debe comunicar al acreedor todas las circunstancias
referidas al pago.

La novedad con respecto al Código de Vélez es que el nuevo le concede también al


tercero no interesado el ius solvendi, el que solo se vería imposibilitado de ejercer si
existe una negativa conjunta del acreedor y del deudor para recibirle el pago.

Legitimación para recibir pagos. Derechos del acreedor contra terceros.


Art. 883°. Legitimación para recibir pagos. Tiene efecto extintivo del crédito el pago hecho:

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Iván Ignacio Carthery

• Al acreedor, o a su cesionario o subrogante; si hay varios acreedores, o el derecho


al cobro de cada uno de ellos se rige por las disposiciones correspondientes a la
categoría de su obligación;
• A la orden del juez que dispuso el embargo del crédito;
• Al tercero indicado para recibir el pago, en todo o en parte;
• A quien posee el título de crédito extendido al portador, o endosado en blanco,
excepto sospecha fundada de no pertenecerle el documento, o de no estar autorizado
para el cobro;
• Al acreedor aparente, si quien realiza el pago actúa de buena fe y de las
circunstancias resulta verosímil el derecho invocado; el pago es válido, aunque después
sea vencido en juicio sobre el derecho que invoca.

Art. 884°. Derechos del acreedor contra el tercero. El acreedor tiene derecho a reclamar al
tercero el valor de lo que ha recibido:
• En el caso del inciso c) del artículo 883, conforme a los términos de la relación
interna entre ambos;
• En los casos de los incisos d) y e) del artículo 883, conforme a las reglas del pago
indebido.

Con respecto a la legitimación pasiva, son varias las personas habilitadas. Se dispone
que el pago se realice al acreedor, y si hay varios, el derecho al cobro de cada uno de
ellos se rige por las disposiciones correspondientes a la categoría de su obligación.
Deberá apreciarse si se trata de una obligación simplemente mancomunada o solidaria.
En el primer caso, si el objeto es divisible, el pago deberá ser efectuado a cada uno de los
coacreedores según la parte que tengan en el crédito; en cambio, si es solidaria de objeto
indivisible o divisible, el pago debe efectuarse íntegramente a cualquiera de los
acreedores.
Al igual que ocurre con la legitimación activa del pago, en este caso deben observarse
también algunas circunstancias.
Cuando exista pluralidad de acreedores, el pago deberá ser realizado atendiendo a los
principios que rigen para las obligaciones mancomunadas, quedando facultados a exigir al
deudor solo el pago de su cuota parte (simplemente mancomunadas) o el total del crédito
(solidarias).
Si el acreedor originario fallece, quedan legitimados para reclamar el pago sus herederos.

Representantes. Al ser el pago un acto jurídico, el acreedor puede también recibirlo a


través de su representante, pudiendo esta representación ser voluntaria o convencional,
legal o judicial. La representación convencional es aquella que nace por acuerdo de
voluntades entre el acreedor y el sujeto que lo representa, que se configura a través de un
contrato de mandato. La representación legal es, justamente, la que ha sido establecida
por ley para suplir la actividad de las personas que se encuentran impedidas de actuar por
sí mismas, y es ejercida por los padres, tutores y curadores. Por último, el representante
judicial es quien es designado por el juez en el curso de un proceso para que reciba el
pago por cuenta de alguno de los litigantes.

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Iván Ignacio Carthery

Corresponde al solvens observar una actitud diligente y adoptar todos los recaudos que
sean necesarios para comprobar la idoneidad de quien recibe el pago. No obstante ello,
aun cuando el deudor también fuera víctima de una maniobra delictiva por parte de un
falso representante, la solución no debe variar (invalidez), ya que no puede tenerse por
válido dicho pago perjudicando de tal modo los intereses del acreedor.

Cesionario o subrogante. También están legitimados para recibir el pago el cesionario


(aquella persona a quien se ha transmitido el crédito por parte del acreedor cedente), que
recibe el ius accipiendi, quedando de tal modo legitimado frente al deudor a recibir el pago
que deba efectuar este; el acreedor subrogante (aquel que efectúa el pago en sustitución
del deudor, desinteresando de tal modo al acreedor originario y ocupando su lugar en la
obligación), donde subsiste la deuda con el subrogante como acreedor.

A la orden del juez que dispuso el embargo del crédito. Dicha circunstancia será posible
en tanto exista un proceso judicial en el cual el magistrado a su cargo hubiera ordenado
el embargo del crédito y su producido deba ser depositado judicialmente.

Terceros indicados. También están autorizados a recibir el pago todos aquellos terceros
que se encuentran habilitados para hacerlo, sin ser representantes. Es el caso de la figura
del adiectus del Derecho Romano, que es un tercero que las partes nombran
conjuntamente al momento de nacer la obligación para facilitar el pago entre ellas.
También puede revestir el carácter de acreedor del acreedor (si alguien ha convenido con
su deudor que ese sería el modo de satisfacer su propio crédito) o un donatario de este a
quien el accipiens desea favorecer.
El adjectus tiene la facultad de cobrarle al deudor (es titular del ius solvendi) y de
ejecutarlo en caso de incumplimiento. Sin embargo, el tercero no se transforma en
acreedor de la obligación y no tiene la libre disponibilidad del crédito que percibe.

Tenedor de un título al portador. Los títulos al portador son aquellos que facultan su cobro
a quien los tenga en su poder, sin que exista un beneficiario individualizado en el
documento. De tal modo, la transferencia de un título al portador se logra a través de la
entrega del documento, sin necesidad de que se requiera cualquier otro tipo de
formalidad. Ello será posible excepto sospecha fundada de no pertenecerle el documento,
o de no estar autorizado para el cobro.

Acreedor aparente. Tiene legitimación para recibir el pago el acreedor aparente, si quien
realiza el pago actúa de buena fe y de las circunstancias resulta verosímil el derecho
invocado, siendo el pago válido aunque después sea vencido en juicio sobre el derecho
que invoca. El acreedor aparente es quien goza pacífica y públicamente de la calidad de
acreedor, aunque no lo es en realidad: se comporta como acreedor, adopta
comportamiento respecto de los créditos como si fuera su verdadero titular, pero no
resulta ser tal. La solución se funda en la culpa del verdadero acreedor, quien permite con
su inacción que el acreedor aparente ocupara su lugar y ostentara la titularidad aparente
del crédito, en la buena fe de quien confía en la apariencia pública generada por el falso

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acreedor y en la imposibilidad de efectuar una investigación previa a realizar cualquier


pago para adquirir la certeza de que no se está abonando a un acreedor aparente.
Para que un pago efectuado a un acreedor aparente adquiera validez, el solvens debe
obrar de buena fe (convencido de que le estaba pagando al verdadero acreedor) y
demostrar que la apariencia que denotaba el falso acreedor era pública y notoria.

Quien recibe el pago tiene a su cargo una serie de deberes que debe cumplir:
• Buena fe. Caso contrario, podría verse obligado a restituir lo percibido.
• Aceptación. El acreedor debe aceptar el pago que le efectúa su deudor o el tercero
interesado; caso contrario, será susceptible de incurrir en mora. No está obligado a
recibirlo, aunque sí facultado para hacerlo, en caso de que el pago intente realizarlo un
tercero no interesado.
• Cooperación.

Derechos del acreedor contra el tercero:


• Si quien recibe el pago ha sido un tercero indicado por el acreedor, este está
facultado para reclamar el pago a quien lo recibió en su nombre y por indicación suya.
• En los supuestos de los incisos d) y e) del artículo 883, el acreedor está legitimado
a reclamar al deudor el pago efectuado, de acuerdo a la normativa del pago indebido. Ello
guarda coherencia, toda vez que quien realizó un pago a un acreedor aparente, no
cancela la obligación ni satisface el interés del verdadero acreedor, razón por la cual
deben aplicarse al caso las reglas del pago indebido.

Pago de una persona incapaz o con capacidad restringida y a terceros no


legitimados.Art. 885°. Pago a persona incapaz o con capacidad restringida y a tercero no
legitimado. No es válido el pago realizado a una persona incapaz, ni con capacidad
restringida no autorizada por el juez para recibir pagos, ni a un tercero no autorizado por
el acreedor para recibirlo, excepto que medie ratificación del acreedor.
No obstante, el pago produce efectos en la medida en que el acreedor se ha beneficiado.

El pago efectuado por un incapaz no resulta válido, teniendo fundamento en la protección


al incapaz y la protección al crédito. Se encuentran absolutamente impedidos de recibir el
pago los incapaces de ejercicio, como así también las personas con capacidad
restringida. No se debe soslayar que al ser un acto jurídico son aplicables los principios
generales que rigen la capacidad de los actos jurídicos. Sin embargo, si el acto es
ratificado posteriormente por el acreedor, es válido.
Si el cumplimiento de la obligación resultó beneficioso para el acreedor, la invalidez
protectoria carece de razón de ser.
El beneficio patrimonial no equivale a la satisfacción del interés del acreedor, ya que este
último equivale al interés de la prestación y siempre resulta satisfecho con el cumplimiento
exacto. Sin embargo, a causa de la restricción a la capacidad para recibir pagos, el
acreedor podría no utilizar o disponen apropiadamente de lo que ha recibido como pago.
Corresponde, en principio, al deudor, probar que significó un beneficio para el acreedor.

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Iván Ignacio Carthery

Mora del deudor.Principio.Excepciones al principio de mora automática.La mora es


el estado en el cual el incumplimiento material se hace jurídicamente relevante. Para ello
deben concurrir los requisitos del incumplimiento, que este sea imputable al deudor y que
este último esté constituido en mora. La demora es un elemento material de la mora, pero
no la mora misma. Puede haber mora cuando el deudor no esté solamente demorado en
su cumplimiento, sino que ha incurrido directamente en inejecución absoluta y definitiva.

Art. 886°. Mora del deudor. Principio. Mora automática. Mora del acreedor. La mora del
deudor se produce por el solo transcurso del tiempo fijado para el cumplimiento de la
obligación.
El acreedor incurre en mora si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad
con el artículo 867 y se rehúsa injustamente a recibirlo.

Art. 887°. Excepciones al principio de la mora automática. La regla de la mora automática


no rige respecto de las obligaciones:
• Sujetas a plazo tácito; si el plazo no está expresamente determinado, pero resulta
tácitamente de la naturaleza y circunstancias de la obligación, en la fecha que conforme a
los usos y la buena fe, debe cumplirse;
• Sujetas a plazo indeterminado propiamente dicho; si no hay plazo, el juez a pedido
de parte, lo debe fijar mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local, a
menos que el acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y de
cumplimiento, en cuyo caso el deudor queda constituido en mora en la fecha indicada por
la sentencia para el cumplimiento de la obligación.
En caso de duda respecto a si el plazo es tácito o indeterminado propiamente dicho, se
considera que es tácito.

La mora, en especial la del deudor, es una de las cuestiones de mayor importancia en el


ámbito del Derecho de las Obligaciones y de los Contratos, con grandes implicancias en
las relaciones jurídicas entre los sujetos. El incumplimiento de la Obligación, además de
poder ser total y absoluto, también puede ser relativo, cuando el deudor cumple con la
prestación asumida, pero con un defecto en las circunstancias de modo, tiempo o lugar de
cumplimiento pactados. Sin embargo, cuando ello ocurre y a pesar del incumplimiento
parcial de la obligación, se admite la posibilidad de cumplimiento específico tardío, por ser
aún material y jurídicamente posible, y fundamentalmente por ser apto para satisfacer el
interés del acreedor. Aquí es donde cobra importancia el instituto de la mora del deudor.
El régimen es básicamente el siguiente: Mora automática:
• Obligaciones de exigibilidad inmediata. La mora se produce automáticamente por
el solo transcurso del tiempo fijado para su cumplimiento. El tiempo de cumplimiento que
la ley fija para las obligaciones de exigibilidad inmediata no es otro que “el momento de su
nacimiento”.
• Obligaciones sujetas a plazo determinado cierto o incierto. El pago debe realizarse
el día de su vencimiento, operando la mora automáticamente por el solo transcurso del
tiempo fijado para su cumplimiento, fijado por las partes, la ley o el juez.

101
Iván Ignacio Carthery

El Código solamente reconoce dos excepciones al principio de mora automática: las


obligaciones sujetas a plazo tácito, donde es menester interpelar al deudor para
constituirlo en dicho estado; y las obligaciones a plazo indeterminado propiamente dicho,
supuesto en el que debe requerirse fijación judicial de plazo.
En sentido jurídico, la mora no es el simple retraso en el cumplimiento de la obligación,
sino el cualificado por la concurrencia de determinadas circunstancias. Es aquel retraso
en el cual el incumplimiento material se hace jurídicamente relevante, o un retardo
jurídicamente calificado. Uno de los condimentos más importantes que presenta el
instituto es que el retraso no impide el cumplimiento tardío por el deudor. De allí que la
mora resulta solo de aplicación en los supuestos de incumplimiento relativo de la
obligación.
Para que se configure la mora del deudor, deben concurrir los siguientes requisitos:
• Retardo en el cumplimiento. Ello ocurre cuando el deudor no ha realizado el
comportamiento debido en el tiempo en que la prestación debía ejecutarse, tal como si
fuera oportunamente convenido con el acreedor. No obstante, se trata de una situación
transitoria, ya que la obligación todavía es susceptible de ser cumplida y satisfacer el
interés del acreedor. A diferencia de la demora, la mora requiere ser imputada subjetiva u
objetivamente al deudor para provocar los efectos previstos.
• Que dicho retardo sea imputable al deudor, subjetiva u objetivamente. Debe existir
un factor de imputación de dicha demora hacia el deudor, que puede ser subjetivo (culpa
o dolo) u objetivo. Los supuestos más frecuentes son los de mora objetiva, sobre todo en
las obligaciones en las que el deudor se ha comprometido a la obtención de un resultado
determinado y específico, en donde el incumplimiento específico de la prestación
conforma el estado de mora, a menos que este acredite la imposibilidad de pago. En
cambio, cuando el deudor no ha prometido la obtención de la finalidad perseguida por el
acreedor, sino a adoptar una conducta diligente a fin de obtenerla, la imputación debe ser
subjetiva, fundada en su culpa o dolo. Esta diferencia entre factores subjetivo y objetivo
tendrá importancia a la hora de acreditar las eximentes para liberarse de la
responsabilidad: si la mora es subjetiva, basta demostrar la ausencia de culpabilidad; si es
objetiva, solo podrá hacerlo acreditando causa ajena (hecho o culpa del acreedor, de un
tercero por quien no deba responder, caso fortuito y fuerza mayor), lo cual equivale a
demostrar la inexistencia de relación causal entre el incumplimiento objetivo y el daño del
acreedor.
• Constitución en mora del deudor. El deudor debe ser constituido en mora, para
que se produzcan los efectos previstos por el ordenamiento jurídico para este instituto.
Dicha constitución en mora puede producirse por el mero transcurso del tiempo, o bien,
mediante un requerimiento expreso por parte del acreedor. Se hará referencia a ellos
seguidamente:

Constitución en mora. Sistemas. El deudor debe ser constituido en mora para que su
incumplimiento sea jurídicamente calificado y responda por los efectos previstos para ello.
Existen dos sistemas de constitución en mora:

102
Iván Ignacio Carthery

• Mora “ex re”. También llamada mora automática, se produce por el solo transcurso
del tiempo sin que sea necesario que el acreedor efectúe interpelación alguna al deudor.
• Mora “ex persona”. Este sistema requiere de un acto previo del acreedor, llamado
interpelación, para constituir en mora al deudor. Reconoce sus orígenes en el Code
francés, que determinó la necesidad de que el acreedor requiera categóricamente el pago
al deudor en forma previa para que este último quede en estado de mora. De tal modo,
queda claro que el simple paso del tiempo no constituye morosidad alguna en el deudor
incumplidor. La ausencia de interpelación permitiría deducir que el acreedor no había
sufrido daño alguno ante el incumplimiento y que, además, al existir requerimiento previo,
se le estaba brindando al deudor una última oportunidad para que cumpliera, evitándose
los graves efectos que una mora automática provocaría.
La interpelación es un acto por medio del cual efectúa una exigencia de pago al
deudor. Es un acto jurídico, ya que persigue una finalidad jurídica; es unilateral
recepticio, ya que está destinada al deudor, quien debe notificarse del
requerimiento del acreedor para ser constituido en mora; no formal, ya que no está
sometida ni a forma ni a solemnidad alguna; puede efectuarse judicial o
extrajudicialmente.
Para resultar válida, debe contar con ciertos recaudos, bajo apercibimiento de no
tenerse al deudor por interpelado.
• Debe contener un requerimiento categórico hacia el deudor, una exigencia de
pago expresada en forma imperativa.
• El requerimiento debe ser apropiado, ya que el pago exigido debe estar referido a
la prestación incumplida del deudor.
• Debe ser coercitiva, advirtiendo de las consecuencias a que debe atenerse el
deudor de persistir en su postura de incumplimiento.
• La prestación debe ser de cumplimiento posible, toda vez que la exigencia de pago
debe ser realizada de modo razonable para que el deudor pueda cumplir con la
obligación.
• El requerimiento debe ser circunstanciado, indicando tiempo y lugar en los que el
deudor debe efectuar el pago.
• Cooperación del acreedor.

El Código establece como regla general la mora automática (ex re), al disponer que la
mora del deudor se configure por el solo transcurso del tiempo para su cumplimiento. En
razón de ello, una vez operado el vencimiento de la obligación, el deudor quedará en
estado de morosidad sin que sea necesario requerimiento alguno por parte del acreedor
para su constitución en mora. Las excepciones al principio de mora automática son:
• Obligaciones sujetas a plazo tácito, si no está expresamente determinado, pero
resulta de la naturaleza y circunstancias de la obligación. En estos casos, el acreedor
deberá interpelar al deudor para constituirlo en mora.
• Obligaciones sujetas a plazo indeterminado propiamente dicho. Si no hay plazo, el
juez, a pedido de parte, lo debe fijar mediante el procedimiento más breve que prevea la
ley local, a menos que el acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y
de cumplimiento, en cuyo caso el deudor queda constituido en mora en la fecha indicada

103
Iván Ignacio Carthery

por la sentencia para el cumplimiento de la obligación. El deudor solo incurrirá en mora en


la fecha indicada en la sentencia y no en la que sea dictada.

Efectos de la mora del deudor. La mora es configurativa del incumplimiento relativo de la


obligación imputable al deudor, por lo cual a partir de él se producen una serie de efectos
o consecuencias que deberá asumir el moroso. Los principales son:
• Se produce la apertura de las acciones de responsabilidad contra el deudor, ya
que este debe indemnizar al acreedor por los daños e intereses moratorios. Sin perjuicio
de ello, el accipiens puede intentar la ejecución forzada o la ejecución por un tercero. Si
no obtiene el cumplimiento forzado, tendrá derecho a acumular la indemnización de los
mayores daños provocados por el incumplimiento total de la obligación.
• Indemnización del daño moratorio. Queda constreñido al pago del daño
ocasionado.
• Cláusula penal. El deudor que no cumple la obligación en el tiempo convenido
debe la pena, si no prueba la causa extraña que suprime la relación causal. La eximente
del caso fortuito debe ser interpretada y aplicada restrictivamente.

Cese de mora del deudor. La situación de mora del deudor se extingue:


• Por el pago efectuado por el deudor o por la consignación del mismo. El pago
íntegro del deudor pone fin al estado de mora, teniendo derecho a pagar y, ante la
negativa del acreedor de recibir el pago, a consignarlo judicialmente. Sin embargo, el
pago debe ser comprensivo de la prestación adeudada y los intereses moratorios. En
caso de que se efectúe por consignación, deberá comprender el importe de los daños
ocasionados por la mora.
• Por la renuncia del acreedor a hacer valer los efectos de la mora. La renuncia
debe ser inequívoca y apreciada con criterio restrictiva.
• Ante la configuración de la imposibilidad del pago. Cuando la prestación deviene
imposible con posterioridad a la constitución del estado de mora, la mora del deudor se
transforma en incumplimiento definitivo. No obstante, el deudor seguirá adeudando el
daño moratorio que su mora ha ocasionado hasta el momento en que la obligación se
transformó de imposible cumplimiento.

Mora del acreedor. Puede ocurrir que si la obligación no se cumple oportunamente, ello se
deba a la conducta del acreedor que imposibilita la ejecución de la obligación. Para la
constitución en mora del acreedor se requiere que exista falta de cooperación y
obstaculización imputable al acreedor, ya sea a título de culpa o dolo, y debe existir un
ofrecimiento real de pago por parte del deudor con negativa injustificada del acreedor a
recibirlo.
Los efectos son similares a los de la mora del deudor. El acreedor es responsable por los
daños moratorios sufridos por el deudor; los riesgos que soportaba el deudor en torno a la
conservación de la cosa se trasladan al acreedor, que se responsabilizará en caso de
pérdida o deterioro; suspensión del curso de los intereses compensatorios convenidos
durante el plazo de la obligación que estaban a cargo del deudor; en caso de pérdida de

104
Iván Ignacio Carthery

la prestación por resultar de imposible cumplimiento luego de estar el acreedor constituido


en mora, la obligación se extingue quedando liberado el deudor.
La mora del acreedor cesa cuando:
• El acreedor acepta el pago;
• El deudor renuncia expresa o tácitamente a valerse de los efectos;
• Imposibilidad de cumplimiento de la prestación, sin perjuicio de los daños
moratorios;
• Extinción de la obligación por validez del pago por consignación efectuado por el
deudor.

Eximición. Art. 888°. Eximición. Para eximirse de las consecuencias jurídicas derivadas
de la mora, el deudor debe probar que no le es imputable, cualquiera sea el lugar de pago
de la obligación.

Para que se configure la mora, el retardo en el cumplimiento debe ser imputable al


deudor, ya sea por factor de atribución subjetivo y objetivo. Si bien el principio general
estará dado por la culpabilidad del deudor, no se puede soslayar la existencia de una
mora objetiva. Se debe tener en cuenta qué clase de deber ha asumido el deudor,
distinguiéndose la obligación de diligencia de aquella en la cual se ha comprometido a la
obtención de un fin esperado por el acreedor. Es decir que, si bien en la primera el factor
de atribución es la culpa (o el dolo), en la segunda es el riesgo creado a la garantía.
Cuando la mora es subjetiva, deberá el deudor acreditar su ausencia de culpabilidad para
demostrar que el retardo en el cumplimiento no le es imputable. En cambio, cuando la
mora y la responsabilidad de ella son de naturaleza objetiva, la imputación se efectúa con
abstracción de toda idea de culpabilidad y en base a un parámetro objetivo de atribución
(riesgo creado, garantía, equidad, deber calificado de seguridad, etc.), por lo cual la única
eximente válida para que ella no sea imputable al deudor, será la acreditación de una
causa ajena: hecho del acreedor, hecho de un tercero por quien no deba responder o el
caso fortuito.

Pago a mejor fortuna. Art. 889°. Principio. Las partes pueden acordar que el deudor
pague cuando pueda, o mejore de fortuna; en este supuesto, se aplican las reglas de las
obligaciones a plazo indeterminado.

Art. 890°. Carga de la prueba. El acreedor puede reclamar el cumplimiento de la


prestación, y corresponde al deudor demostrar que su estado patrimonial le impide pagar.
En caso de condena, el juez puede fijar el pago en cuotas.

Art. 891°. Muerte del deudor. Se presume que la cláusula de pago a mejor fortuna se
establece en beneficio exclusivo del deudor; la deuda se transmite a los herederos como
obligación pura y simple.

Si bien el deudor está obligado a cumplir con la prestación en el tiempo establecido en la


obligación, se establece como principio que el acreedor y el deudor pueden ponerse de

105
Iván Ignacio Carthery

acuerdo para que este último pueda abonar cuando mejore de fortuna, quedando así
constituida la obligación como si fuera de plazo indeterminado. Se considera que un plazo
es indeterminado cuando no ha sido fijado en modo preciso ni en forma convencional,
legal o judicial. Sin embargo, puede ser subclasificado en indeterminado tácito (el que, si
bien no está fijado, surge tácitamente de la naturaleza y circunstancias de la obligación) e
indeterminado propiamente dicho (el plazo está indeterminado y no puede ser inferido
tácitamente de ninguna manera). Aquí se trata de un plazo indeterminado propiamente
dicho.
Para que se torne operativa la cláusula de pago a mejor fortuna, deberá ser el deudor
quien demuestre que su situación patrimonial es insuficiente para afrontar el pago de la
deuda que mantiene con el acreedor, ya que este último puede reclamar el cumplimiento
en el plazo establecido inicialmente o bien, en forma inmediata (si se tratara de una
obligación pura y simple).
De acreditarse la insuficiencia patrimonial del solvens, no podrá reputarse como
incumplida la obligación, ya que será sometida a los principios de las obligaciones a plazo
indeterminado. Entonces, será el juez quien deberá fijar el plazo del cumplimiento,
atendiendo a las circunstancias del caso y a la condición económica del deudor, la que
deberá probar en el proceso judicial. En tal sentido, hasta tanto no se establezca un plazo
para el cumplimiento, no correrán para el solvens las consecuencias previstas para la
mora del deudor.

Beneficio de competencia. Art. 892°. Definición. El beneficio de competencia es un


derecho que se otorga a ciertos deudores, para que paguen lo que buenamente puedan,
según las circunstancias, y hasta que mejoren de fortuna.

Art. 893°. Personas incluidas. El acreedor debe conceder este beneficio:


• A sus ascendientes, descendientes y colaterales hasta el segundo grado, si no han
incurrido en alguna causal de indignidad para suceder;
• A su cónyuge o conviviente;
• Al donante en cuanto a hacerle cumplir la donación.

El beneficio de competencia es una concesión legal que se realiza a favor de ciertos


deudores, para que puedan pagar lo que buenamente puedan, dejándoles lo
indispensable para una modesta subsistencia, con cargo de devolución si mejoraran de
fortuna. Debe ser solicitado por el deudor, quien debe oponerlo. Una vez efectuado ello,
se produce una división del crédito, quedando el acreedor limitado a cobrar solo la parte
que el deudor beneficiado pueda buenamente pagar. Así, el deudor quedará obligado al
pago del saldo que no abona hasta que mejore de fortuna y se halle en condiciones de
afrontar la totalidad de la deuda.
Si las partes no se pusieran de acuerdo en torno al monto que pagará el deudor en este
caso, y a la forma en que lo afrontará, deberá disponerlo el juez. Es importante destacar
que el beneficio es de carácter personalísimo e intransmisible, y eminentemente
excepcional.

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Iván Ignacio Carthery

Al tratarse de un beneficio de carácter excepcional, la enumeración de personas incluidas


resulta taxativa, lo cual excluye cualquier posibilidad de que otro deudor distinto de los
sujetos mencionados pueda obtener el beneficio de competencia.

Prueba del pago. Art. 894°. Carga de la prueba. La carga de la prueba incumbe:
• En las obligaciones de dar y de hacer, sobre quien invoca el pago;
• En las obligaciones de no hacer, sobre el acreedor que invoca el incumplimiento.

Art. 895°. Medios de prueba. El pago puede ser probado por cualquier medio excepto que
de la estipulación o de la ley resulte previsto el empleo de uno determinado, o revestido
de ciertas formalidades.

La existencia y la entidad del pago deben ser probadas. En las obligaciones de dar y de
hacer, la carga de la prueba del pago recae sobre quien lo invoca. Es decir que recaerá
sobre el deudor, o sobre los terceros que aleguen haber pagado, la prueba de ello. En
tales casos, al acreedor solo le bastará acreditar la existencia de la relación jurídica y la
entidad de la obligación, debiendo recaer en cabeza del obligado la prueba del pago que
pone fin a esa obligación.
Sin embargo, la excepción a este principio general son las obligaciones de no hacer, en
las que la prueba del pago recae sobre el acreedor. Por otra parte, existen otros
supuestos en los cuales el acreedor puede tener especial interés en acreditarlo: cuando a
través del pago, se intente probar la confirmación de un acto jurídico, o cuando se
pretende acreditar con él la interrupción de un plazo de prescripción.
El Código Civil derogado no contenía ninguna disposición en torno a la prueba del pago,
razón por la cual se habían suscitado controversias doctrinarias. Para algunos, el pago
podría probarse por cualquier medio probatorio, aunque no exclusivamente por testigos,
admitiéndose la prueba testimonial solo cuando existiera un principio probatorio por
escrito. Otros, en cambio, al no existir norma expresa alguna, establecían que podía
probarse el pago por cualquier medio de prueba.
El nuevo artículo 895 del Código dispone que el pago puede ser probado por cualquier
medio, lo cual brinda amplia libertad en materia probatoria del pago, no pudiéndose
descartar tampoco la prueba presuncional, cuando se hayan acreditado al menos indicios
de que el pago fue realizado. Sin embargo, no se puede soslayar que deberá ser el
magistrado quien deberá apreciar esas presunciones con criterio restrictivo a fin de
extraer de ellas la prueba del pago. Solo se fija la excepción a la amplitud probatoria en
materia de pago la de aquellos supuestos con que de la estipulación o de la ley resulte
previsto el empleo de uno determinado, o revestido de ciertas formalidades, por lo cual la
prueba del mismo no puede ser ajena al cumplimiento de las formas establecidas. Por
ejemplo, un pago efectuado a favor de un menor de edad durante el trámite de un proceso
judicial solo puede ser acreditado mediante la boleta del depósito efectuado en la cuenta
bancaria de titularidad del beneficiario.

Art. 896°. Recibo. El recibo es un instrumento público o privado en el que el acreedor


reconoce haber recibido la prestación debida.

107
Iván Ignacio Carthery

Art. 897°. Derecho de exigir el recibo. El cumplimiento de la obligación confiere al deudor


derecho de obtener la constancia de la liberación correspondiente. El acreedor también
puede exigir un recibo que pruebe la recepción.

Art. 898°. Inclusión de reservas. El deudor puede incluir reservas de derechos en el recibo
y el acreedor está obligado a consignarlas. La inclusión de estas reservas no perjudica los
derechos de quien extiende el recibo.

El recibo es una constancia escrita emanada del acreedor, destinada a documentar el


pago realizado. Es un simple documento firmado por el acreedor, que permite acreditar la
recepción de la prestación debida, y que posee el carácter de confesión extrajudicial por
medio de la cual la persona que tiene facultad para recibir el pago da cuenta de que lo ha
recibido.
Se ha sostenido que quien emite recibo de pago debe contar con capacidad para ello, ya
que el pago es un acto jurídico y quien lo recibe debe ser una persona capaz.
El recibo de pago no posee, como regla general, formalidad alguna, aunque la doctrina
mayoritaria entiende que debe realizarse por escrito. La excepción a esta regla general de
libertad de formas para la confección del recibo, la constituyen los supuestos en los
cuales el recibo deba realizarse por escritura pública, porque así lo establece la ley.
El contrarrecibo es una constancia emitida por el deudor por medio de la cual manifiesta
que le ha sido entregado el recibo por el acreedor. A fin de posibilitar que el acreedor
también pueda obtener una prueba de la entrega del recibo, se suele expedir en doble
ejemplar, haciéndosele firmar al deudor la copia que queda en poder del acreedor.

Art. 899°. Presunciones relativas al pago. Se presume, excepto prueba en contrario que:
• Si se otorga un recibo por saldo, quedan canceladas todas las deudas
correspondientes a la obligación por la cual fue otorgado;
• Si se recibe el pago correspondiente a uno de los períodos, están cancelados los
anteriores, sea que se deba una prestación única de ejecución diferida cuyo cumplimiento
se realiza mediante pagos parciales, o que se trate de prestaciones sucesivas que nacen
por el transcurso del tiempo.
• Si se extiende recibo por el pago de la prestación principal, sin los accesorios del
crédito, y no se hace reserva, estos quedan extinguidos;
• Si se debe daño moratorio, y al recibir el pago el acreedor no hace reserva a su
respecto, la deuda por ese daño está extinguida.

• Recibo por saldo. El recibo por saldo implica la cancelación de todas las deudas
existentes con anterioridad al momento del pago respecto de la obligación por la cual el
recibo se otorga. Si quien expidió el recibo logra demostrar a posteriori la existencia de un
error excusable o de algún otro vicio al momento de expedir el recibo, la cuestión sería
revisable.
• Recibo en caso de pago de un período en prestaciones periódicas. Si se trata de
una obligación con prestaciones periódicas, el pago efectuado del último período hace

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Iván Ignacio Carthery

presumir que los anteriores también han sido cancelados. Si se trata de una prestación
única, descompuesta en cuotas a abonarse en fechas diferentes; si se trata de
obligaciones periódicas, que se abonan en forma sucesiva y que se van tornando
exigibles con el paso del tiempo. Esta presunción puede ser desvirtuada por el acreedor si
probara que las cuotas anteriores no han sido canceladas y se encuentran impagas.
• Recibo por la prestación principal, sin los accesorios.El daño moratorio. También la
norma presume que cuando se adeude una prestación principal con sus accesorios, y se
realice el recibo por la principal sin reserva alguna de los accesorios del crédito por parte
de quien lo expide, se presume que han quedado extinguidos. Ello es desvirtuable por
prueba en contrario del emisor del recibo.

Imputación del pago por el deudor y por el acreedor. Art. 900°. Imputación por el
deudor. Si las obligaciones para con un solo acreedor tienen por objeto prestaciones de la
misma naturaleza, el deudor tiene la facultad de declarar, al tiempo de hacer el pago, por
cuál de ellas debe entenderse que lo hace. La elección debe recaer sobre deuda líquida y
de plazo vencido. Si adeuda capital e intereses, el pago no puede imputarse a la deuda
principal sin consentimiento del acreedor.

La imputación del pago puede ser definida como el conjunta de reglas y normas que
permiten brindar solución a los problemas que se suscitan cuando el deudor debe cumplir
con varias obligaciones de la misma naturaleza que se encuentran pendientes de
cumplimiento, y el pago que efectúa a tal fin no es suficiente para cancelar a todas ellas.
En consecuencia, cuando ello ocurre, dichas normas determinan cuál es el procedimiento
que debe seguirse en tal caso.
El procedimiento de imputación de pago solo procederá cuando se cumplan los siguientes
requisitos:
• Deben existir varias obligaciones pendientes de pago y que vinculen a las mismas
partes.
• Las prestaciones deben ser todas de la misma naturaleza, debiendo guardar
homogeneidad entre sí.
• El pago efectuado por el deudor debe ser insuficiente para dar cumplimiento con
todas las prestaciones pendientes de pago.
Esta facultad del deudor solo puede ser ejercida hasta el momento de efectuar el pago. Si
realiza la elección con anticipación al momento de pagar, puede cambiar su parecer hasta
el mismo instante del cumplimiento, sin que quede constreñido a realizar la imputación
que originariamente eligió.
No obstante este principio general, la facultad de elección por parte del deudor respecto a
qué deudas imputará el pago sufre ciertas limitaciones:
• Cuando existen deudas líquidas e ilíquidas, el deudor no puede imputar el pago a
estas últimas; es acertada la solución, puesto que si aún no se ha definido el monto de la
deuda, no se podrá conocer si el pago efectuado por el solvens es íntegro o no.
• El deudor no puede imputar el pago a una deuda de plazo no vencido y que, por
ende, no fuera exigible.

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Iván Ignacio Carthery

• Si adeuda capital con intereses, el pago no puede imputarse a la deuda principal


sin consentimiento del acreedor. Si se imputara el pago al capital estando pendiente de
cancelación los intereses de cualquier tipo, podría considerarse que la emisión del recibo
del capital por el acreedor sin reserva alguna sobre los intereses implica una renuncia
tácita respecto de estos. La imputación al capital dejando impagos los intereses implicaría
una disminución de las rentas que aquel devenga, aunque siga en poder del deudor una
cantidad igual o superior al capital que las producía en un monto mayor.

Imputación por el acreedor. Imputación legal. Pago a cuenta de capital e


intereses.Art. 901°. Imputación por el acreedor. Si el deudor no imputa el pago, el
acreedor se encuentra facultado a hacerlo en el momento de recibirlo, conforme a estas
reglas:
• Debe imputarle a alguna de las deudas líquidas y exigibles;
• Una vez canceladas totalmente una o varias deudas, puede aplicar el saldo a la
cancelación parcial de cualquiera de las otras.

Art. 902°. Imputación legal. Si el deudor o el acreedor no hacen imputación del pago, se lo
imputa:
• En primer término, a la obligación de plazo vencido más onerosa para el deudor;
• Cuando las deudas son igualmente onerosas, el pago se imputa a prorrata.

Art. 903°. Pago a cuenta de capital e intereses. Si el pago se hace a cuenta de capital e
intereses y no se precisa su orden, se imputa en primer término a intereses, a no ser que
el acreedor dé recibo por cuenta de capital.

Cuando el deudor no hace uso de su facultad de imputar el pago, tal derecho se traslada
al acreedor. Se trata de una atribución subsidiaria, ya que solo podrá hacerlo si el deudor
no imputa el pago. Se trata de un acto unilateral, pues depende exclusivamente de su
voluntad, a la cual debe someterse el deudor.
La imputación por parte del acreedor debe realizarse al momento de recibirlo, por lo cual
será el recibo la prueba por excelencia de qué deudas serán canceladas a través del pago
del deudor. Sin embargo, esta facultad de la que goza el accipiens solo podrá ejercerla
siguiendo estas directivas:
• La imputación debe realizarse respecto de deudas líquidas y exigibles. Resultaría
reñido con la buena fe que el acreedor pretendiera imputar lo dado en pago a
obligaciones que aún no han vencido o cuyo monto no estuviera determinado. Solo podría
llevarse a cabo la imputación en contradicción a esta directiva si existiera acuerdo de
ambas partes para ello.
• Una vez canceladas totalmente una o varias deudas, puede aplicar el saldo a la
cancelación parcial de cualquiera de las otras. Ello resulta razonable, considerando que
es el accipiens quien tiene la facultad de elección al momento de imputar el pago.
Por otra parte, el artículo 902 dispone que cuando ni el deudor ni el acreedor efectúan la
imputación, esta se llevará a cabo respetando los principios dispuestos en la norma:

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Iván Ignacio Carthery

• La obligación de plazo vencido más onerosa será la primera en cancelarse. No


debe considerarse más onerosa solo la obligación que genere más intereses para el
deudor, sino también aquello que puede agravar su situación (v.gr: si existe ligada a ella
una cláusula penal o una fianza, lo cual, ante el incumplimiento, podría poner en riesgo su
patrimonio).
• Si son igualmente onerosas, el pago se imputa a prorrata. Se deberá imputar el
pago proporcionalmente a todas las deudas existentes. Requiere previamente que las
deudas sean de plazo vencido-

Unidad 10:
El pago por consignación:
 Concepto:
Se trata de una vía o camino que tiene el deudor para extinguir la obligación y
consecuentemente liberarse, utilizando la intervención judicial o la de un
escribano público.

 Caracterización:
Sea judicial o extrajudicial, el pago por consignación tiene características bien
definidas y unívocas; lo que varía es el mecanismo de extinción de la
obligación, y los requisitos y efectos en las dos situaciones que regulan. En el
art. 910 dispone que sin perjuicio de las disposiciones respecto a la
consignación judicial, el deudor de una suma de dinero puede optar por la
consignación extrajudicial.

♦ Constituye un mecanismo especial que permite al deudor cumplir y, por


ende, extinguir la obligación: La obligación se extingue por cumplimiento. El pago por
consignación no es posible la existencia del cumplimiento del plan prestacional de
manera idéntica a lo proyectado: falta la conducta del acreedor, que debe recibir la
prestación y cumplir con todos los deberes accesorio a su cargo; y ante ello el
ordenamiento permite a quien quiere cumplir hacerlo de esta otra manera, aunque en lo
medular la conducta que debe desplegar es la originariamente prevista de que sea en un
lugar diferente. Se indica en el art. 905 “el pago por consignación está sujeto a los mismos
requisitos del pago”. Finalmente, el pago por consignación se tiene por producido, ello
trae aparejado el efecto extintivo de la obligación, el ingreso de la prestación al patrimonio
del acreedor, y la consiguiente liberación del deudor.
♦ Se encuentran legitimados tanto el deudor como los terceros interesados.
Advertencia: no sólo el deudor, sino que también los terceros que tienen derecho a
imponer la recepción del pago al acreedor pueden acudir a este mecanismo.
♦ Es excepcional: lo normal es que el deudor cumpla la obligación de acuerdo
al plan prestacional originario. Sin embargo, la ley establece los casos en que está
habilitado a acudir a este mecanismo, permitiéndole extinguir la obligación de esta otra

111
Iván Ignacio Carthery

manera, ante la existencia de causas que no le son inmutables y la impiden cumplir de la


manera debida.
♦ Es facultativo para el deudor: si bien el deudor se encuentra obligado a
cumplir, la ley no le impone acudir al pago por consignación. Dependerá de su exclusiva
voluntad hacerlo o no, debiendo soportar las eventuales consecuencias que ello pueda
traerle aparejado, sea que el incumplimiento se deba o no a causas imputables al
acreedor.
♦ Obligaciones que pueden ser cumplidas mediante el pago por consignación:
solamente las obligaciones de dar, o aquellas de hacer en las que deba entregarse una
cosa, pueden ser cumplidas por este mecanismo excepcional. En las obligaciones de no
hacer, y en las de hacer de pura actividad la posibilidad de consignar es impredicable, sin
perjuicio de derecho del acreedor de cumplir y exigir su liberación, como se ha indicado
precedentemente.
♦ Requiere la intervención de un tercero: el juez o el escribano: si bien no se
trata estrictamente de terceros habilitados para recibir pagos, ante la imposibilidad de
cumplir frente a la ausencia de la colaboración del acreedor, el ordenamiento permite al
deudor extinguir la obligación mediante la intervención del juez en la consignación judicial,
y del escribano público en la consignación extrajudicial.
♦ Es de naturaleza contenciosa, judicial o extrajudicial: sea judicial o
extrajudicial, importa una prestación de pago forzoso, a instancias del deudor, que acude
al órgano jurisdiccional o al escribano para cumplir.

 El vocablo “consignación” y su significado preciso en el pago por


consignación: consignar significa destinar una cosa para algo, asentar ciertos
datos, opiniones, hechos, etc. En el CCyC se encuentra regulado el contrato
de consignación “art. 1355: hay contrato de consignación cuando al mandato
es sin representación para la venta de cosas muebles”. En materia de
asociaciones civiles se dispone en el art.172 que “en el acto constitutivo se
debe consignar a los integrantes del primer órgano de fiscalización”; en el
pago, que el acreedor debe consignar las reservas que el deudor efectúa, al
extenderse el recibo (art.898). En el pago por consignación existe, una puesta
a disposición real y efectiva de la prestación, pero en el marco de un proceso
contencioso.

 Casos en que procede:


Se encuentra establecidos en el art. 904:
♦ Mora del acreedor: la constitución en mora del no libera al deudor del
cumplimiento, sino de las consecuencias de su retardo, pues la obligación
pervive, junto con los deberes accesorios de conducta ajenos. Para extinguir la
obligación el acreedor se encuentra facultado a recurrir al pago por
consignación.

112
Iván Ignacio Carthery

♦ Incertidumbre sobre la persona del acreedor: situaciones que pueden o no


haberse producido por causas imputables al acreedor, pero que no pueden
pesar sobre el deudor, que queda habilitado para consignar.
♦ Dificultades para realizar un pago seguro y válido, por causas no imputables
al deudor: Debe existir, en consecuencia, una situación de duda, fundada y
razonable, que le dificulta al deudor poder cumplir acabadamente, no siendo
necesario la previa declaración judicial de tal situación, para que el pago por
consignación quede habilitado.
♦ Carga de la prueba: pesa en principio sobre el deudor la carga de la prueba
de las circunstancias que invoca como habilitantes para acudir al pago por
consignación, en razón de su excepcionalidad. Hay situaciones que el
acreedor controvierte dichos extremos, achacando al deudor la existencia de
incumplimiento imputable a este último. En tal supuesto, la carga de la prueba
se distribuirá en función de cuales sean los hechos positivos o negativos
alegados, y pesará sobre quien esté en mejores condiciones de acreditar sus
dichos.
♦ El caso del crédito embargado y prendado: en el caso del crédito embargado,
el deudor no debe recurrir al pago por consignación, sino efectuarlo
directamente “a la orden del juez que dispuso el embargo del crédito”. Si se
trata de una obligación de dar dinero, la cuestión se materializará mediante el
depósito bancario de la suma adeudada. En el caso de cosas que no sean
dinero, el deudor deberá presentarse ante el juez, hacerle entrega de la cosa,
debiendo ésta quedar depositada a su orden. Si el crédito se encuentra
prendado, “el acreedor prendario debe conservar y cobrar, incluso
judicialmente, el crédito prendado. Se aplican las reglas del mandato”, razón
por la cual el deudor deberá abonarle al acreedor prendario.

 Requisitos que debe cumplimentar el deudor:


♦ Regla general: “art. 905: Requisitos. El pago por consignación está sujeto a
los mismos requisitos del pago”. “art. 867: Objeto del pago. El objeto del pago
debe reunir los requisitos de identidad, integridad, puntualidad y localización”.

♦ Consignación de deudas ilíquidas: segunda parte del art. 869 dispone “Si la
obligación es en parte líquida y en parte ilíquida, el deudor puede pagar la
parte líquida”. Si se trata de una deuda ilíquida, tal circunstancia no le impide al
deudor acudir al pago por consignación, siempre y cuando, obviamente, se
presente alguno de los casos del art. 904. En tal supuesto, deberá proponer los
parámetros para la liquidación de la deuda, y además depositar la suma que
entiende que adeuda al tiempo de promover la consignación.

♦ La situación el deudor en mora: la mora del deudor no obsta a que se


mantenga el deber jurídico de cumplir la obligación, sino todo lo contrario; pero
lo hace responsable de las consecuencias de dicho incumplimiento que le es
imputable; incluso en tal situación puede colocar en mora al acreedor. Por ello,
si se verifica cualquiera de las situaciones que habilitan el pago por
consignación del art. 904, está habilitado para promoverlo, y se dispone en el

113
Iván Ignacio Carthery

“art. 908: Deudor moroso. El deudor moroso puede consignar la prestación


debida con los accesorios devengados hasta el día de la consignación”.

♦ Eventual abuso del derecho por parte del acreedor: suele acontecer que
promovido el pago por consignación, el acreedor lo cuestione en razón de su
falta de integridad, particularmente respecto a los intereses en las obligaciones
de dar dinero. Es claro, empero, que aunque pudieran existir diferencias, si
éstas son mínimas, la negativa del acreedor importaría un ejercicio irregular del
derecho, razón por la cual la consignación será viable, sin perjuicio de que el
deudor deba completar el pago faltante.

Consignación judicial:
 Introducción:
La figura del pago por consignación ha sido siempre judicial, requiriéndose la
sustanciación de un proceso de naturaleza contenciosa en el que el deudor es
el actor y el acreedor demandado.

 Competencia:
Al tratarse de una acción personal deviene aplicable el art. 5° inciso 3 del
CPCCN: “3) Cuando se ejerciten acciones personales, el del lugar en que deba
cumplirse la obligación expresa o implícitamente establecido conforme a los
elementos aportados en el juicio y, en su defecto, a elección del actor, el del
domicilio del demandado o el del lugar del contrato, siempre que el demandado
se encuentre en él, aunque sea accidentalmente, en el momento de la
notificación. El que no tuviere domicilio fijo podrá ser demandado en el lugar en
que se encuentre o en el de su última residencia”.

 Modos de realizar la consignación:


Según el tipo de obligación de dar de que se trate:
♦ Obligaciones de dar dinero “art. 905 inciso a): si la prestación consiste en una
suma de dinero, se requiere su depósito a la orden del juez interviniente, en el
banco que dispongan las normas procesales”.

♦ Obligaciones de dar una cosa cierta: no existe una específica, respecto a la


consignación en las obligaciones de dar cosas ciertas. La cuestión tiene su
importancia, y se ve reflejada en la práctica judicial muy especialmente en la
denominada “consignación de llaves”, en los casos de contratos locación en
los que el locatario pretende restituir el inmueble al locador, y ello es resistido
por este último. Sin embargo, en la primera parte del inciso c) del art. 906
dispone sobre la situación de las cosas que “no pueden ser conservadas o su
custodia origina gastos excesivos”. A la luz del CCyC, entendemos que el
deudor debe entablar la demanda de pago por consignación, sin necesidad de
intimación previa judicial, en tanto y en cuanto se verifique alguno de los
hechos que lo habilitan a consignar. Al demandar, y como la cosa debe quedar
a disposición del acreedor, el deudor quedará constituido en su depositario
judicial.

114
Iván Ignacio Carthery

♦ Eventual subasta de las cosas: “art.905 inciso c): si las cosas debidas no
pueden ser conservadas o su custodia origina gastos excesivos, el juez puede
autorizar la venta en subasta, y ordenar el depósito del precio que se obtenga”.

♦ Obligaciones de género: “art. 906 inciso b): si se debe una cosa


indeterminada a elección del acreedor y éste es moroso en practicar la
elección, una vez vencido el término del emplazamiento judicial hecho al
acreedor, el juez autoriza al deudor a realizarla”. La elección en las
obligaciones de género es el acto que permite la individualización de la cosa
debida, y puede estar a cargo del acreedor o el deudor. Sin embargo, aquí
únicamente se dispone sobre la situación de mora del acreedor en la elección,
y nada respecto a la del deudor.

 Vicisitudes procesales y efectos:


♦ Admisión de la demanda: el primer párrafo del art. 907: “La consignación
judicial, no impugnada por el acreedor, o declarada válida por reunir los
requisitos del pago, extingue la deuda desde el día en que se notifica la
demanda”.
♣ La sentencia judicial: aquí la demanda es admitida en todas sus partes,
en razón del allanamiento del acreedor-demandado, o por considerar el juez al
dictar la sentencia respectiva, que le asistía la razón al deudor; sea que el
acreedor no haya comparecido al proceso, sea que lo haya hecho sin
allanarse, u oponiendo excepciones sustanciales o procesales.
♣ Momento en que se produce el efecto extintivo: se ha optado por la
fecha de la notificación de la demanda, lo que debe ser del derecho inicial que
admite el trámite, y no el del traslado para contestarla. En la sentencia el juez
declarará que la extinción se produjo en dicho momento.

♦ Consignación defectuosa luego subsanada: segundo párrafo del art. 907: “Si
la consignación es defectuosa, y el deudor subsana ulteriormente sus defectos,
la extinción de la deuda se produce desde la fecha de notificación de la
sentencia que la admite”.

 Desistimiento del actor:


“Art. 909: Desistimiento. El deudor tiene derecho a desistir de la consignación
antes de que la acepte el acreedor o de que haya sido declarada válida. Con
posterioridad sólo puede desistir con la conformidad expresa del acreedor,
quien en ese caso pierde la acción contra los codeudores, los garantes y los
fiadores”.
♦ Se trata del desistimiento de la acción (proceso): el desistimiento puede ser
de la acción o del derecho. Constituye un modo anormal de terminación del
proceso, a instancias del actor. El primero, existe una terminación del juicio por
voluntad del actor sin que afecte el derecho sustancial invocado, que puede
hacerse valer en otro proceso. En el art.304 del CPCCN se dispone: “En
cualquier estado de la causa anterior a la sentencia, las partes, de común
acuerdo, podrán desistir del proceso manifestándolo por escrito al juez quien,
sin más trámite, lo declarará extinguido y ordenará el archivo de las

115
Iván Ignacio Carthery

actuaciones. Cuando el actor desistiera del proceso después de notificada la


demanda, deberá requerirse la conformidad del demandado, a quien se dará
traslado notificándosele personalmente o por cédula, bajo apercibimiento de
tenerlo por conforme en caso de silencio. Si mediare oposición, el
desistimiento carecerá de eficacia y proseguirá el trámite de la causa”. El
segundo importa la renuncia del derecho sustancial invocado, con efecto
extintivo.

♦ Desistimiento antes de la aceptación o del dictado de la sentencia:


♣si bien se trata de un desistimiento de la acción, aun cuando el
demandado hubiera sido notificado, si no hubo aceptación de la consignación
el deudor puede desistir hasta el dictado de la sentencia, sin necesidad de la
conformidad del acreedor.
♣ Efectos: la acción pierde virtualidad y el deudor puede solicitar el
reintegro de lo depositado. El trámite, culminará con la resolución judicial que
admita el desistimiento. Sin embargo, importa un reconocimiento del deudor en
relación a la obligación.

♦ Desistimiento posteriores:
♣ Luego de la aceptación y antes del dictado de la sentencia: éste es
el único supuesto posible, pero con un efecto harto especial: si medió
aceptación del acreedor a la consignación, la ley establece que el acreedor
“pierde la acción contra los codeudores, los garantes y los fiadores”, lo que
significaría que no la pierde respecto al deudor-actor.
♣ Después del dictado de la sentencia. Inviabilidad: si la sentencia
admitió la demanda y ha quedado firme, la extinción de la obligación se ha
consumado. Por ende, mal puede desistirse de la consignación y mantenerse
la acción emergente del crédito. El proceso ya ha culminado por su modo
normal, que es la sentencia. No puede haber “renacimiento” de la obligación ya
extinguida.

Consignación extrajudicial:
Al lado de la consignación judicial, se ha incorporado la extrajudicial, como otro
mecanismo de pago, con el mismo efecto extintivo, sólo destinado a las
obligaciones de dar dinero, con la clara pretensión de desjudicializar la
problemática, por los tiempos y costos que implica todo proceso judicial,
buscándose una solución de tipo conciliatorio entre las partes.

 Caracterización:
♦ Es una especie de pago por consignación: es tributaria de las notas
generales que hemos desarrollados previamente.

♦ Sólo comprende obligaciones de dar dinero.

♦ Es facultativa para el deudor o el tercero interesado: constituye una opción


para quienes tienen derecho a imponer la recepción del pago.

116
Iván Ignacio Carthery

♦ Trámite y ciertos efectos específicos.

♦ Requiere la intervención de un escribano público de registro: la participación


de este funcionario público, habilitado para ejercer la función, y con
competencia en el lugar de complimiento de la obligación es condición
necesaria para practicar el pago por consignación bajo esta modalidad.

 Casos que no procede:


Pese a tratarse de obligaciones de dar dinero, la consignación extrajudicial es
inviable en los casos siguientes:
♦ Imposibilidad de practicar la notificación notarial del depósito: Una vez que el
deudor deposita de manera efectiva la suma, el escribano debe notificar al
acreedor en el lapso de cuarenta y ocho horas hábiles, disponiéndose en el art.
910 inciso b) que “si es imposible practicar la notificación, el deudor debe
consignar judicialmente”.

 Resolución contractual o demanda previas al procedimiento extrajudicial:


“Art. 913: Impedimentos. No se puede acudir al procedimiento previsto en este
Parágrafo si antes del depósito, el acreedor optó por la resolución del contrato
o demandó el cumplimiento de la obligación”. Y como consecuencia debe el
deudor promover la acción judicial de pago por consignación.
♣ Resolución contractual extrajudicial: art. 1078 inciso f): “la
comunicación de la declaración extintiva del contrato produce su extinción de
pleno derecho, y posteriormente no puede exigirse el cumplimiento ni subsiste
el derecho de cumplir. Pero, en los casos en que es menester un requerimiento
previo, si se promueve la demanda por extinción sin haber intimado, el
demandado tiene derecho de cumplir hasta el vencimiento del plazo de
emplazamiento”. En consecuencia, en tanto y en cuanto subsista el derecho a
cumplir del deudor, éste puede consignar. Si la resolución ha sido comunicada
por el acreedor, la vía extrajudicial es inviable.
♣ Resolución por vía judicial y demanda de cumplimiento: la demanda
de resolución puede iniciarse aún sin requerimiento previo, y por ende, en lo
que ahora interesa, la situación se equipara a la demanda por cumplimiento de
la obligación. Ante tal situación, también en este caso perderá virtualidad de
manera irremediable, pues ya se ha iniciado el debate en sede judicial en
relación a la obligación.

 Trámite inicial:
Como primera medida, el deudor debe, según el art. 910 incisos a): “notificar
previamente al acreedor, en forma fehaciente, del día, la hora y el lugar en que
será efectuado el depósito”.

 Depósito:
“Art. 910 inciso b: efectuar el depósito de la suma debida con más los intereses
devengados hasta el día del depósito; este depósito debe ser notificado
fehacientemente al acreedor por el escribano dentro de las cuarenta y ocho

117
Iván Ignacio Carthery

horas hábiles de realizado; si es imposible practicar la notificación, el deudor


debe consignar judicialmente”

♦ Objeto: el deudor debe efectuar el depósito de la suma adeudada,


respetando el principio de identidad e integridad: éste debe incluir los intereses
que se hayan devengado hasta el día del depósito.

♦ Inconvenientes: el acreedor pueda contar con el dinero en efectivo, y serle


entregado “en mano” sin mayores demoras por el escribano, siempre dentro
del quinto día hábil de notificado, caso en el cual, si lo retira sin reservas, “se
considera que el pago es liberatorio desde el día del depósito.

 Actitudes que podría asumir el acreedor y efectos en cada caso:


Reguladas en los arts. 911 y 912:
♦ Plazo de pronunciarse: se establece un plazo de cincos días hábiles para
que el acreedor acepte o rechace el procedimiento y eventualmente retire el
depósito.

♦ Rechazo del depósito y el procedimiento. Silencio del acreedor: el acreedor


puede manifestar su rechazo al depósito. Cuenta con un plazo de cinco días
hábiles para expedirse, pero no tiene el deber jurídico de hacerlo: su silencio
no produce efecto alguno en orden a la extinción del crédito, y es asimilado en
sus efectos al rechazo. En ambos casos el deudor puede disponer la suma
depositada, para consignarla judicialmente. Si luego de la demanda judicial es
admitida demostrándose la sinrazón de la negativa o del silencio del acreedor,
todos los gastos que se hayan generado para el deudor con motivo de la
consignación extrajudicial deberán ser resarcidos por el acreedor.

♦ Aceptación del procedimiento y retiro del depósito: ello supone la plena


conformidad con el pago por consignación judicial:
♣ Puede ser expresa o tácita: existen dos maneras de hacerlo:
mediante una manifestación de voluntad expresa (art. 911 inciso a): “aceptar el
procedimiento y retirar el depósito, estando a cargo del deudor el pago de los
gastos y honorarios del escribano”.). O bien en forma tácita, al retirar el
depósito sin formular reservas. En efecto, el art. 912 es su 2° parrafo dispone
“En el recibo debe hacer reserva de su derecho, caso contrario se considera
que el pago es liberatorio desde el día del depósito”.
♣ Momento de extinción de la obligación: en ambos casos, la extinción
de la obligación se produce, retroactivamente, desde el día del depósito, con
todos los efectos propios del pago.
♣ El pago de los gastos y honorarios del escribano: en el art. 911
inciso a) se dispone que en caso de aceptación, quedan “a cargo del deudor el
pago de los gastos y honorarios del escribano”.

♦ Rechazo del procedimiento con retiro del depósito: Esto supone la


disconformidad del acreedor con la vía elegida por el deudor, pero igualmente
recibe el dinero.

118
Iván Ignacio Carthery

♣ Gastos de la consignación extrajudicial: ante el rechazo por el


acreedor del procedimiento, la ley decide hacerlo cargar con el pago de los
gastos y honorarios del escribano (art. 911 inciso a): “rechazar el
procedimiento y retirar el depósito, estando a cargo del acreedor el pago de los
gastos y honorarios del escribano”.). Se genera una presunción de validez de
la consignación por retirar el acreedor el dinero, que luego podrá ser nervada
por vía judicial. El acreedor no podrá exigir la entrega del dinero al escribano
sin cumplir con el pago de estos rubros.
♣ Contenido del rechazo: el acreedor deberá manifestar de manera
completa las causas del rechazo, ya que la ley impone formular reserva de su
derecho al recibir el pago.
♣ Acción judicial por el saldo y los gastos pagados: si el acreedor
considera que el pago es insuficiente, o que el deudor acudió indebidamente a
la consignación, cuenta con la acción judicial de cumplimiento por el saldo y
por el reintegro de los gastos abonados.
♣ Efectos del pago efectuado ante la admisión de la demanda judicial:
si la demanda por el saldo es admitida, lo entregado deberá considerarse
como un pago parcial a cuenta, y practicado el día en que se hizo entrega
efectiva del dinero, y no en el depósito practicado por el deudor.
♣ Caducidad del derecho a demandar. Efectos: la ley impone un plazo
de caducidad de treinta días computados a partir de la recepción del pago
efectuado con reservas. Si la caducidad se produce, opera la extinción de la
deuda por el saldo insoluto, y del derecho a repetir del deudor los gastos
pagados en razón de la consignación extrajudicial.

 Derechos del acreedor que retira el depósito:


“Art.912: Si el acreedor retira lo depositado y rechaza el pago, puede reclamar
judicialmente un importe mayor o considerarlo insuficiente o exigir la repetición
de lo pagado por gastos y honorarios por considerar que no se encontraba en
mora, o ambas cosas. En el recibo debe hacer reserva de su derecho, caso
contrario se considera que el pago es liberatorio desde el día del depósito.
Para demandar tiene un término de caducidad de treinta días computados a
partir del recibo con reserva”.

Pago por subrogación:


 Concepto:
Es la ejecución de la prestación a favor del acreedor, en principio por un tercero, o
por un codeudor, o por el mismo deudor en razón de un aporte patrimonial que
efectúa un tercero a tal fin, y que trae aparejo que a quien lo hace se le transmitan
los derechos del acreedor hasta el límite de lo que ha abonado,

 Caracterización:
♦ Pago por subrogación: “art. 914: el pago por subrogación transmite al tercero
que paga todos los derechos y acciones del acreedor. La subrogación puede
ser legal o convencional”.

119
Iván Ignacio Carthery

♦ No es un pago, sino de un modo de transmisión de la obligación derivado de


la ejecución de la prestación: aquí no es el deudor quien ejecuta la prestación,
sino un tercero. De hecho, el mal llamado pago por tercero, se denomina ahora
ejecución de la prestación por un tercer, sin perjuicio de que en ciertos casos
ello tiene efecto extintivo y uno de sus efectos es que dicho tercero puede
ejercitar la acción que nade la subrogación por ejecución de la prestación por
un tercero. En un segundo supuesto, si bien es el deudor quien ejecuta la
prestación, se le transmiten los derechos en función de la existencia de una
obligación de sujetos múltiples. En el tercer caso, aunque también el deudor la
ejecuta, se transmiten los derechos a su propio prestamista. La obligación no
se extingue, sino que se transmite la calidad de acreedor en los tres casos
indicados.

♦ Denominación: a nuestra opinión se debería denominar “ejecución de la


prestación por subrogación”.

♦ Requisitos para que acontezca:


♣ Ejecución de la prestación.
♣ Debe beneficiar al acreedor: la recepción de la prestación por el acreedor
debe producirse ya sea por un hecho propio, porque la recibe quien se
encuentra legitimado para recibir pagos, o porque la ley así lo dispone.
♣ Puede ser por un tercero o por el deudor.
♣ No debe producir la extinción de la obligación, sino su transmisión.
♣ No debe producir la extinción de la obligación, sino su transmisión.

♦ Quien ejecuta la prestación es el subrogante: esto es, de remplazo o


sustitución, ahora respecto del acreedor de una obligación, mediante esta
transmisión del crédito.

 Naturaleza jurídica: modificación de la obligación:


En el marco del CCyC, que nos encontramos ante una modificación de la
obligación, en virtud de la cual se produce la transmisión de la calidad del
acreedor.

 Especies y efectos:
Son dos: la subrogación legal y la subrogación convencional.

Subrogación legal:
 Concepto:
Es la que se produce por imperio de la ley, con independencia de la voluntad
de las partes, por el sólo hecho de que los sujetos que el ordenamiento
contemplan ejecutan la prestación de manera total o parcial a favor del
acreedor.

 La norma legal:
“Art. 915: Subrogación legal. La subrogación legal tiene lugar a favor: a) del
que paga una deuda a la que estaba obligado con otros, o por otros; b) del

120
Iván Ignacio Carthery

tercero, interesado o no, que paga con asentimiento del deudor o en su


ignorancia; c) del tercero interesado que paga aun con la oposición del deudor;
d) del heredero con responsabilidad limitada que paga con fondos propios una
deuda del causante”.

 Debe existir conocimiento del solvens de la situación:


Cabe preguntarse, en el caso de los terceros, si existe subrogación legal
cuando quien paga ignora que se encuentra cumpliendo con una prestación
que no le corresponde. En principio no existiría subrogación legal, desde que
para ello acontezca debe tratarse de un acto jurídico válido, motivo por el cual
no cabe dudar de que el solvens podrá repetirlo del accipiens. De todas
maneras, nada impediría que exista confirmación de dicho acto nulo, caso en
el cual operará la subrogación legal.
 Codeudores y responsables subsidiarios:
El inciso a) del art. 915, corresponde a sujetos que o bien son codeudores en
el momento del pago o bien que pueden ser deudores si la obligación no se
cumple.
♦ Obligados con otros: quedan comprendidos en esta categoría los casos de
obligaciones solidarias, indivisibles, los fiadores solidarios, los avalistas, el
caso del denominado “principal pagador” que es considerado directamente
como un codeudor solidario, y el cofiador. Si se invoca la subrogación legal con
fundamento en estas circunstancias, tal calidad debe ser acreditada.

♦ Obligados por otros: son aquellos garantes, que se han obligado


personalmente frente a un eventual incumplimiento del deudor. Quedan aquí
emplazados el fiador simple y el tercero que se obliga a cumplir con la cláusula
penal. De la misma manera, en una obligación divisible, el otro deudor siendo
la cláusula penal indivisible.

 Terceros interesados y terceros no interesados. Casos incluidos y excluidos de


la subrogación legal:
♦ Concepto de tercero interesado y tercero no interesado: Un tercer interesado
es aquél a quien el incumplimiento de una obligación ajena lo afecta
directamente en sus intereses patrimoniales; en tanto que el no interesado se
define por exclusión de lo señalado.

♦ Subrogación legal de los terceros interesados. La fórmula abierta: la situación


de los terceros interesados, en lo que respecta al pago por subrogación, se
encuentra regulada en los incisos c y d del art. 915: todos los terceros
interesados que ejecutan la prestación a favor del acreedor se subrogan
legalmente. Las normas resultan ajustadas a la situación del tercero
interesado, sea cual sea la obligación, en función del ius solvendi que se les
reconoce, y por el riesgo que significa para su patrimonio el incumplimiento del
deudor. Sin perjuicio de esta norma general, en ciertos casos especiales se
consagran algunos supuestos de subrogación legal. Por ejemplo en el pago
indebido, en el caso de que se frustre la acción de repetición por pago
indebido.

121
Iván Ignacio Carthery

♦ Subrogación legal de los terceros no interesados: inciso b) del art. 915:


cuando el tercero no interesado ejecuta la prestación sólo se subroga
legalmente en los casos en que obre con asentamiento o con ignorancia del
deudor. Entendemos que es conveniente la subrogación en esto casos, ya que
ello alienta el pago de los créditos.

♦ El heredero que paga deudas de la sucesión: “art. 2320: El heredero o


legatario que paga una porción de las deudas o de los legados superior a su
parte tiene acción contra sus coherederos o colegatarios por el reembolso del
excedente, y hasta el límite de la parte que cada uno de ellos debía soportar
personalmente, incluso en caso de subrogación en los derechos del que recibe
el pago”.
Subrogación convencional:
 Subrogación convencional por el acreedor:
“Art. 916: El acreedor puede subrogar en sus derechos al tercero que paga”.
♦ Ámbito de aplicación de la norma: siendo que no existe diferencias en cuanto
a los efectos de la subrogación, el otorgamiento del acto que ahora nos ocupa
resultará, en la mayoría de los casos, sobreabundante.

♦ Requisitos:
♣ En principio, expresa: se ha quitado la exigencia de manifestación de
voluntad expresa. Por lo que puede existir manifestación tácita. Pero
entendemos que el requisito, de que esta sea expresa, se mantiene, ya que se
justifica que así sea: el pago, en principio, extingue la obligación; la
subrogación constituye una excepción y a este título, es necesario que sea
inequívocamente hecha por el acreedor.
♣ Forma: no existen fórmulas sacramentales, y, por ende, para que se
esté en presencia de subrogación convencional por el acreedor será necesario
que ella resulte de manera inequívoca. No rigen los requisitos de forma de la
cesión.
♣ Contemporánea al pago: debe ser otorgada en el mismo acto del
pago.
♣ Notificación al deudor.

 Subrogación convencional por el deudor:


“Art. 917: El deudor que paga al acreedor con fondos de terceros puede
subrogar al prestamista. Para que tenga los efectos previstos en estas normas
es necesario que: a) tanto el préstamo como el pago consten en instrumentos
con fecha cierta anterior; b) en el recibo conste que los fondos pertenecen al
subrogado; c) en el instrumento del préstamo conste que con ese dinero se
cumplirá la obligación del deudor”.
♦ Caracterización:
♣ Es un contrato.
♣ Conveniencia: para que el acreedor, pues ve satisfecho su interés.
Para el deudor, pues honra su deuda ante quien debe, y con seguridad logrará

122
Iván Ignacio Carthery

un mayor desahogo para finalmente poder liberarse, particularmente ante la


posibilidad de modificar la obligación.
♣ No afecta a terceros: en nada se modifica la situación jurídica de
terceros que, eventualmente, hayan garantizado la obligación, o incluso
codeudores; desde que lo único que opera es una transmisión del crédito a
favor del subrogante.
♣ Obligaciones a las que se aplica: en las obligaciones de dar dinero,
puede practicarse en obligaciones de dar, particularmente en las de género.
También, aunque de manera excepcional, podría verificarse en las
obligaciones de dar cosas ciertas, siempre y cuando se trate de una cosa
equivalente que al acreedor reciba.

♦ Requisitos:
♣ Préstamos anterior al pago: el préstamo debe ser necesariamente
anterior al pago, y documentarse en un instrumento con fecha cierta, como así
también el recibo de pago emitido por el acreedor.
♣ Expresión de la causa final. El instrumento en el cual se documente el
préstamo debe indicar la causa final del acto: para pagar la deuda que el
prestatario tiene con un tercero.
♣ Expresión del origen de los fondos en el recibo de pago: en el recibo
de pago emitido por el acreedor también debe constar que el deudor paga
bienes previstos por el subrogante, y que son de propiedad del deudor
subrogado.

Efectos:
 Transmisión de todos los derechos del acreedor en igual situación.
“Art.918: El pago por subrogación transmite al tercero todos los derechos y
acciones del acreedor, y los accesorios del crédito. El tercero subrogante
mantiene las acciones contra los coobligados, fiadores, y garantes personales
y reales, y los privilegios y el derecho de retención si lo hay”.
♦ La regla general: por tratarse de una modificación subjetiva de la obligación,
todos los elementos de la obligación y sus circunstancias ajenos a los sujetos
se mantienen incólumes, pasando a ser de titularidad del nuevo acreedor, el
subrogante, y sea la subrogación legal o convencional, quedando éste
legitimado para recibir el pago. La transmisión comprende el crédito principal,
todos los derechos y acciones anejos y los accesorios del crédito.

♦ Contenido de la transmisión: se explicita en la norma:


♣ Derechos accesorios.
♣ Acciones judiciales, y también extrajudiciales: forman parte de la
tutela conservatoria, resarcitoria y resolutoria del crédito.
♣ Garantías: sean o personales, se transmiten también al nuevo
acreedor.
♣ Privilegios: por ser una calidad del crédito, se transmite sin
inconveniente alguno.

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Iván Ignacio Carthery

♣ Derecho de retención: un acto inter vivos, y sin la intervención del


deudor, el derecho de retención que ejerce el acreedor se transmita en virtud
del pago con subrogación.

♦ La situación del acreedor y el deudor originarios: con relación al acreedor, al


recibir el cumplimiento de la prestación por un tercero, queda absolutamente
desinteresado en la obligación. La única excepción es la del pago parcial. La
situación del deudor primigenio, no se modifica, ya que continúa obligado en la
misma extensión y con los mismos efectos que lo estaba respecto al acreedor
subrogado.

 Momento en que se produce la transmisión. Notificación al deudor


subrogatario:
La transmisión de derechos aquí contemplada opera ipso iure desde el
momento mismo en que el tercero ejecuta la prestación a favor del acreedor,
legitimando al acreedor. Resulta necesario que el deudor tome conocimiento
de la modificación operada, a fin de que le sea oponible. Para lograr este
efecto, será necesario notificar al deudor subrogatorio.

 Límites y la Subrogación Parcial:


“Art. 919: La transmisión del crédito tiene las siguientes limitaciones: a) el
subrogado sólo puede ejercer el derecho transferido hasta el valor de lo
pagado; b) el codeudor de una obligación de sujeto plural solamente puede
reclamar a los demás codeudores la parte que a cada uno de ellos les
corresponde cumplir; c) la subrogación convencional puede quedar limitada a
ciertos derechos o acciones”. “Art. 920: Subrogación parcial. Si el pago es
parcial, el tercero y el acreedor concurren frente al deudor de manera
proporcional”.
♦ Derecho al recupero de lo efectivamente desembolsado. Caso de pago
parcial: el pago con subrogación lo que se pretende es que el solvens recupere
lo efectivamente abonado. Si ha habido un pago parcial, que haya sido
aceptado por el acreedor, se produce otra modificación aneja: se genera
pluralidad activa en la obligación, la que, en función de lo que se dispone en el
art. 920, se simplemente mancomunada.

♦ El pago efectuado por un codeudor en las obligaciones indivisibles y


solidarias: el supuesto bajo análisis supone la existencia de pluralidad pasiva, y
el pago por parte de un codeudor. Si dicho pago es parcial, se aplicarán las
disposiciones del art. 920. En los dos casos se produce la subrogación legal.
Cuando existe solidaridad pasiva, los derechos del subrogante se rigen por lo
dispuesto en el art. 840. Cabe recordar que la solidaridad cesa con el pago
practicado por el codeudor.

♦ El pago por los fiadores: cuando el fiador paga la obligación del deudor, se
establece en el art. 1592 que este queda subrogado “en los derechos del
acreedor y puede exigir el reembolso de lo que ha pagado, con sus intereses
desde el día del pago y los daños que haya sufrido como consecuencia de la

124
Iván Ignacio Carthery

fianza”. Caso de la existencia de cofiadores el art. 1595 dispone “El cofiador


que cumple la obligación accesoria en exceso de la parte que le corresponde,
queda subrogado en los derechos del acreedor contra los otros cofiadores. Si
uno de ellos resulta insolvente, la pérdida es soportada por todos los
cofiadores, incluso el que realiza el pago”.

♦ Limitaciones convencionales a la subrogación: en el inciso c) del art. 919 que


por acuerdo de partes es factible la limitación de algunos de los derechos que
emergen de la subrogación, como podría ser la extinción de alguna garantía.
Se trata de la posibilidad de renunciar a ciertos derechos o facultades que
emergen del crédito, particularmente para el subrogante, aunque también nada
impediría que el subrogado lo haga. Por otra parte, que resulta imposible
ampliar los derechos que emergen de la obligación, sin el acuerdo del deudor
o de los eventuales afectados. La norma no sólo es aplicable para el caso de la
subrogación convencional, sino también para el de la legal.
 Comparación con la cesión de créditos:
♦ Conexiones: con subrogación y la cesión de créditos, trata de situaciones
diferentes. Se trata, en ambos casos, de modificaciones de la obligación, y
que producen, también en los dos casos, la transmisión de los derechos del
acreedor a un tercero. Además, en ambos casos el deudor debe ser notificado
de la situación.

♦ Diferencias: sin embargo, allí se agotan las similitudes:


♣ Origen: el pago con subrogación puede ser convencional o legal. La
cesión de créditos es un contrato.
♣ Partes: en la subrogación convencional por el deudor el acreedor no
es parte del acuerdo; en la cesión de créditos, invariablemente el contrato se
celebra entre el acreedor y cesionario. La cesión del crédito requiere siempre
la manifestación de voluntad del acreedor; en el pago con subrogación legal, el
cumplimiento es viable incluso en contra de la voluntad del acreedor, en los
casos de los terceros interesados.
♣ Carácter oneroso o gratuito: la cesión del crédito puede ser onerosa o
gratuita, en tanto que el pago con subrogación supone siempre la ejecución de
la prestación por el tercero.
♣ Valor de la transmisión: en la cesión del crédito, cuando existe un
precio, la transmisión opera con prescindencia de lo que se entregue a cambio;
con el pago con subrogación, la transmisión se limita a lo que ha pagado el
subrogante.
♣ Forma: la cesión en principio debe ser hecha por escrito y con las
previsiones del art. 1618, para que opere el pago con subrogación, basta con
que el tercero ejecute la prestación y, en el caso de la subrogación por el
deudor, existen requisitos más estrictos.
♣ Derechos emergentes: los derechos del cesionario se limitan a los
que tenía el cedente, y en su misma extensión; el tercero que ejecuta la
prestación cuenta con la opción de hacer valer el pago por subrogación, o bien
las acciones emergentes del art. 882.

125
Iván Ignacio Carthery

♣ Evicción: en la cesión de créditos pesa sobre el cedente la garantía


de evicción; no así en el pago con subrogación.

Unidad 11:
Compensación:

 Concepto:
Es un modo extintivo de las obligaciones que opera simultáneamente respecto de
dos o más de ellas, sin que exista la ejecución material de la prestación, y para
cuya ocurrencia deben verificarse indefectiblemente dos situaciones: 1) que cada
una de ellas provenga de una causa fuente diferente; 2) que los sujetos de cada
una de ellas se encuentra emplazados, recíprocamente, en las calidades de
acreedor y de deudor en cada una de ellas. El art.921 se dispone “Definición: la
compensación de las obligaciones tiene lugar cuando dos persona, por derecho
propio, reúnen la calidad de acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera que
sean las causas de una y otra deuda. Extingue con fuerza de pago las dos
deudas, hasta el monto de la menor, desde el tiempo en que ambas obligaciones
comenzaron a coexistir en condiciones de ser compensables”.

 Especies:
El art. 922 se indica que son cuatro: legal, convencional, facultativa o judicial.

 Importancia de la compensación:
La transcendencia de la figura, es enorme. La compensación permite evitar la
ejecución del hecho material de las prestaciones de las obligaciones involucradas
lo que trae aparejadas innumerables ventajas, pues sortea los riesgos que genera
dicha situación. Por ello algunos la emplazan dentro de las garantías de la
obligación, ya que ambos actores, en definitiva, mediante tal mecanismo
económicamente aseguran la percepción de su crédito pagando con lo que deben.

 Fundamento jurídico de la compensación:


El fundamento último de la figura no se encuentra tanto en dichas razones
prácticas y comerciales, sino en el carácter objetivamente injusto y desleal del
comportamiento de quien reclama un crédito, siendo al mismo tiempo deudor del
demandado, lo cual no es sino una aplicación concreta del PBF. Que también lo
que podría denominarse el principio de efectividad de los derechos justifica la
existencia de la compensación, desde el plano jurídico.

 Los sujetos de la compensación:


En el art. 921, se establece que dos personas deben reunir las calidades de
acreedor y deudor por derecho propio, lo cual implica encontrarse emplazados en
el polo activo y en el pasivo de cada una de las obligaciones, de manera cruzada o
recíproca, pudiendo ser más de dos relaciones de obligación. Por ende, mal puede
pretenderse la compensación de obligaciones ajenas; como en el caso del art.
925, cuando se veda al deudor principal oponer la compensación de su obligación
con el crédito que el fiador tenga en contra del acreedor.

126
Iván Ignacio Carthery

 Diferentes causas fuentes:


Es de la esencia de la compensación la diversidad de causa de deber de las
oligaciones involucradas.

 El efecto de la compensación:
Las deudas se extinguen con fuerza de pago. La fuerza de pago debe ser
entendida en el sentido de que se producen todos los efectos del pago que no se
encuentren modificados en razón del modo extintivo en particular de que se trate,
y en tanto y en cuanto sean compatibles.

Compensación legal:
 Concepto:
Es la que acontece con prescindencia de la voluntad concurrente de las partes,
operando de pleno derecho, si se verifican todos los requisitos y condiciones
establecidos en el ordenamiento. Opera por el sólo imperio de la ley, en tanto y en
cuanto sea opuesta por quien se encuentre interesado en hacerla valer.

 Naturaleza jurídica:
Al operar por el sólo imperio de la ley, la compensación debe ser considerada
como un hecho jurídico extintivo. No se trata de un acto jurídico.

 Los requisitos para que opere la compensación legal:


Surgen del art. 923:

♦ Primer requisito. Prestaciones de dar: en el inciso a) del art. 923 se dispone que
ambas partes deben ser deudoras de prestaciones de dar. Sólo es admisible en el
marco de las obligaciones de dar, ello excluye a las obligaciones de hacer y no
hacer, como se deja consignado en el art. 930 incisos b). Rara vez se presentará
la posibilidad de compensar dos obligaciones de dar cosas ciertas, salvo el
supuesto de la existencia de un equivalente que sea exacto. Más posibilidades
existen de que pueda presentarse la posibilidad de una compensación legal en el
caso de las obligaciones de género, es en el ámbito de las obligaciones de dar
dinero, ámbito en el cual se despliega, en los hechos, casi con exclusividad.

♦ Segundo requisito. Homogeneidad de las prestaciones: en el inciso b) del art.


923 se emplea la homogeneidad de las prestaciones, debe tratarse de dos
obligaciones formadas por elementos iguales, por prestaciones iguales entre sí,
intercambiables. La homogeneidad es perfecta en el caso de las obligaciones de
dar dinero, y en ciertas obligaciones de género. Además de la homogeneidad
material se necesita que la individualización en cada una de ellas esté en cabeza
del deudor.

♦ Tercer requisito. Exigibilidad de las obligaciones a compensar:


♣ Obligaciones exigibles: si la obligación no es exigible no puede ser
compensada. La exigibilidad importa la existencia del derecho del acreedor para
reclamar el cumplimiento, por vía judicial o extrajudicial. Si el deudor cuenta con

127
Iván Ignacio Carthery

un plazo para el cumplimiento, éste no le puede ser exigido, y mal podría


pretenderse lograr esto último acudiendo al mecanismo compensatorio.
♣ Obligaciones condicionales: en el caso de la condición, cabe efectuar
una distinción:
♠ Condición suspensiva: si la condición es suspensiva, ésta debe
haberse cumplido para poder ser compensable.
♠ Condición resolutoria: si es resolutoria, y ésta no se ha cumplido,
como la condición no opera retroactivamente, entendemos que producida la
compensación, si luego acontece el hecho condicional de la obligación
compensada, en nada se afectará su previa extinción por el mecanismo de la
compensación legal. Y si fuera retroactiva, entendemos que la solución sería la
misma: la obligación es compensable pues si la condición no se cumplió, el
derecho es actual y exigible, y la particular circunstancia de la existencia de una
obligación recíproca que es exigible, impondrá a la otra parte asumir las
consecuencias de la extinción de la obligación condicional sin que se haya
producido la condición resolutoria, con lo cual, deberá concluirse que la condición
resolutoria se habrá frustrado, y la obligación en crisis, se habrá convertido en
pura y simple y se habrá extinguido por la compensación.

♦ Cuarto requisito. Libre disponibilidad de las obligaciones a compensar: las


obligaciones debe encontrarse expeditas, terceros no deben haber adquirido
derecho alguno respecto del ellas. La libre disponibilidad también importa la
embargabilidad del crédito, pues no es posible impedir su gravamen y por otro
lado permitir su compensación.

♦ Quinto requisito. Obligación compensable: como regla general, todas las


obligaciones que reúnan los requisitos anteriores, sea cual sea su causa, puede
ser compensadas.

 Créditos no compensables:
Obligaciones no compensables. No son compensables:
a) las deudas por alimentos;
b) las obligaciones de hacer o no hacer;
c) la obligación de pagar daños e intereses por no poderse restituir la cosa de que
el propietario o poseedor legítimo fue despojado;
d) las deudas que el legatario tenga con el causante si los bienes de la herencia
son insuficientes para satisfacer las obligaciones y los legados restantes;
e) las deudas y créditos entre los particulares y el Estado nacional, provincial o
municipal, cuando: i) las deudas de los particulares provienen del remate
de bienes pertenecientes a la Nación, provincia o municipio; de rentas fiscales,
contribuciones directas o indirectas o de otros pagos que deben efectuarse en las
aduanas, como los derechos de almacenaje o depósito; ii) las deudas
y créditos pertenecen a distintos ministerios o departamentos; iii) los créditos de
los particulares se hallan comprendidos en la consolidación de acreencias contra
el Estado dispuesta por ley.
f) los créditos y las deudas en el concurso y quiebra, excepto en los alcances en

128
Iván Ignacio Carthery

que lo prevé la ley especial;


g) la deuda del obligado a restituir un depósito irregular.

 Otros supuesto:
♦ El caso de la obligación de pagar expensas comunes. Posibilidad de
compensarla con créditos del consorcio: el particular destino del crédito por
expensas, y los intereses involucrados, limita notablemente la liberación del
deudor por medios que no sean el pago. Una excepción importante es la de la
compensación, expresamente contemplada en el art. 2049, solución que, en el
marco de la obligación que se menciona en dicho artículo es justificable.

♦ La disponibilidad del crédito dinerario en el contrato de apertura de crédito:


cuando se celebra este contrato, en virtud del cual, el banco se obliga a mantener
a disposición de otra persona un crédito de dinero, tal disponibilidad no puede ser
invocada por terceros, no es embargable, ni puede ser utilizada para compensar
cualquier otra obligación del acreditado”

 La cuestión de la liquidez de los créditos. La eliminación de un requisito:


♦ Deudas líquidas e ilíquidas: la liquidez es un atributo del objeto de la obligación y
guarda correspondencia plena con los principios de identidad e integridad del
pago, y no guarda relación alguna con la certidumbre de la obligación, cuestión
que ésta que hace su existencia. Es típicamente ilíquida una obligación de pagar
honorarios que aún no se ha regulado; o de indemnizar daños y prejuicios en
general. Por el contrario, líquida es una obligación respecto de la cual se sabe qué
y cuánto se debe.

 Efectos de la compensación legal:


El art. 924 dispone “Efectos: una vez opuesta, la compensación legal produce sus
efectos a partir del momento en que ambas deudas recíprocas coexisten en
condiciones de ser compensadas, aunque el crédito no sea líquido o sea
impugnado por el deudor”.

♦ Efecto extintivo: la compensación legal es un hecho jurídico que acontece con


prescindencia de la voluntad de los interesados, produciendo la extinción de las
obligaciones compensadas hasta el límite de la menor.
♣ Extinción total: arrastra a todos los accesorios y garantías, al igual que
en el pago.
♣ Extinción parcial: se extingue de manera parcial, con excepción a la
regla del pago íntegro, según algunos demuestra que no se trata de un pago, sino
de un modo extintivo diferente

♦ En qué momento se produce: la compensación acontece cuando ambas


comenzaron a coexistir en condiciones de ser compensables; esto es, en el
instante en que las dos obligaciones reúnen todos los requisitos establecidos en el
art. Anterior.

129
Iván Ignacio Carthery

♦ La oposición de la compensación legal: frente al requerimiento de pago, el


interesado debe oponer la compensación legal; esto es, hacerla valer. De lo
contrario, no habrá acontecido. Dos momentos: el primero en el tiempo, que se
verifica cuando la compensación lega se produce; y uno posterior, que es el de su
invocación

♦ Titulares de derecho a oponer la compensación legal: la compensación legal no


puede ser declarada de oficio por el juez. También, que están facultados para
oponerla quienes revisten la condición de acreedores y deudores de las
obligaciones en crisis. Los acreedores de cualquiera de las partes sólo podrían
oponer la compensación, mediante la vía de subrogatoria, siempre que concurran
los siguientes requisitos: 1) Que la compensación redunde en provecho manifiesto
de quien pueda ser sustituido por sus acreedores en el ejercicio de la facultad de
oponer esa compensación; 2) que él no tenga un motivo legítimo para abstenerse
de ejercer esta facultad.

♦ Obligaciones de sujetos plurales: las obligaciones de pluralidad subjetiva, debe


establecerse si se trata de mancomunación simple o solidaridad; y a su vez de
indivisibilidad e indivisibilidad.

♦ La cuestión de la impugnación del crédito: no es requisito de la compensación


legal el previo reconocimiento del crédito, el que incluso puede ser impugnado por
el deudor. Es que el hecho de alegar la compensación no implica reconocer el
crédito de la otra parte, pues cabe aducirla en forma hipotética, para valer sólo en
el caso de ser aquél reconocido judicialmente; y, en sede judicial, se la puede
oponer en forma principal o subsidiaria. La cuestión será resuelta, en su caso, por
el juez.

♦ Otras circunstancias que no obstan a la compensación legal: la capacidad de las


partes es irrelevante que opere la compensación legal, se trata de un hecho
jurídico extintivo, y no de un pago.

♦ Situación del fiador: “Art.925: El fiador puede oponer la compensación de lo que


el acreedor le deba a él o al deudor principal. Pero éste no puede oponer al
acreedor la compensación de su deuda con la deuda del acreedor al fiador.

♣ Fiador simple: el fiador es un obligado accesorio del deudor, y por esta


razón goza de la titularidad que le permite oponer la compensación, frente al
acreedor, de los que éste le deba. Asimismo, la ley le permite al fiador oponer la
compensación de lo que el acreedor le debe al deudor principal.
♣ La fianza solidaria y el principal pagador: en ambos casos la cuestión se
rige por las reglas de la solidaridad: la compensación propaga efectos.

♦ Pluralidad de deudas del mismo deudor: “Art. 926: si el deudor tiene varias
deudas compensables con el mismo acreedor, se aplican las reglas de imputación
del pago”. Esta pluralidad obligacional puede estar en cabeza de uno de ellos, o
de ambos. Si no existe una disposición legal al respecto, la determinación de

130
Iván Ignacio Carthery

cuáles deudas se compensan legalmente, y por qué montos, se rige por las reglas
de la imputación del pago legal. Así se tendrán por extinguidas, sucesivamente en
cadena descendente, las deudas más onerosas para el deudor que se encuentren
en estado de compensabilidad; y para el caso de deudas igualmente onerosas, la
extinción será parcial y proporcional.

 Renuncia a oponerla:
“Art. 929: la compensación puede ser excluida convencionalmente”. En principio, y
por tratarse de derechos disponibles, nada impide que el derecho a oponer la
compensación legal pueda ser renunciado, sea al tiempo de la creación de las
obligaciones, o con posterioridad, e incluso luego de acontecida.

 Casos especiales de compensación legal. La compensación automática:


♦ Clearing bancario: es una compensación plurilateral.

♦ Comercio internacional: el art.801 del código aduanero :” la compensación sólo


opera entre créditos líquidos y exigibles cuando así lo dispusiera de oficio la Adm.
Nac. De Aduanas en las condiciones que estableciera el PEN.

♦ Contratos celebrados en bolsa o mercado de comercio: la compensación y el


establecimiento de un saldo neto de las operaciones entre las mismas partes y los
demás aspectos necesarios para su operatividad

♦ Compensación tributaria.

♦ Compensaciones automáticas: la cuenta corriente, el caso del coheredero que a


la vez deudor y acreedor de la sucesión.

♦ Deber de compensar: se impone la obligación de compensar: en el contrato de


depósito bancario, se establece que cuando el banco cierre más de una cuenta de
un mismo titular, debe compensar sus saldos hasta su concurrencia.

Compensación convencional:
 Caracterización:
Si bien se señala en el art. 922, no se encuentra específicamente regulada.

♦ Naturaleza: la ausencia de una norma en el CyCC impone la misma conclusión,


y debe considerársela como un contrato extintivo. Desde otra óptica, la
compensación voluntaria puede ser considerada como un acto abdicativo, en el
sentido de que existe en las partes voluntad abdicativa, constituida por la
manifestación de ambas de extinguir dos obligaciones.

♦ Condiciones de validez: por tratarse de un acto de disposición y abdicativo,


deberá ser otorgado por persona capaz de contratar; y en el caso de
representación voluntaria entendemos que será necesario el otorgamiento de
facultades expresas. En el caso de la representación necesaria, será ineludible la

131
Iván Ignacio Carthery

autorización judicial con la intervención del Ministerio Público, por tratarse de un


acto de disposición.

♦ Casos: la situación se presenta, cuando la compensación legal es inviable en


razón de la ausencia de alguno de los requisitos que la ley establece para que
esta última se tenga por acontecida. Aunque también las partes podrían acordar la
posibilidad de modificar los efectos propios de la compensación legal, limitándose
según les convenga. Hay un requisito ineludible: la reciprocidad de los créditos “es
el presupuesto indeclinable de cualquier compensación”.

♦ Límites: los límites de esta figura serán los propios de los contratos en general,
sino también los que se contemplan en especial los del art. 930, respecto de la
naturaleza de ciertas obligaciones en las que esté implicado el orden público. En
otros casos donde, si bien la compensación legal sería inviable, nada obsta a que
las partes la pacten.

♦ Efectos respecto de tercero: este contrato extintivo no podrá afectar derechos de


terceros y por ende, será inoponible a otros acreedores que hayan embargado a
uno de los créditos a compensar; además de que podrá ser pasible de la acción de
simulación, y de fraude.

Compensación facultativa:
 Caracterización:
“Art. 927: La compensación facultativa actúa por la voluntad de una sola de las
partes cuando ella renuncia a un requisito faltante para la compensación legal que
juega a favor suyo. Produce sus efectos desde el momento en que es comunicada
a la otra parte”. Si no está en juego el orden público, nada impide que quien pueda
resistirse a dicha compensación, renuncie a tal derecho y por ende, que ambas
obligaciones se extingan.

 Límites:
Si se encuentra en juego el orden público, la compensación facultativa no puede
ser otorgada es que todo lo que no puede ser renunciado, no puede ser
compensado facultativamente.

 Algunos casos:
1) El ya citado relativo al acreedor de una obligación válida, y deudor de una cuya
causa fuente está afectada de nulidad relativa; 2) El caso de quien tiene a su
favor una deuda exigible, y otra como deudor sometida a plazo suspensivo no
cumplido: 3) El caso de quien tiene a su favor una deuda exigible, y otra como
deudor sometida a una condición suspensiva no cumplida; 4) La de la
obligación de pagar daños derivados del despojo, renunciando su acreedor al
beneficio que lo asiste, y compensándola con lo que él le deba a su deudor;
etc,

 Efectos:

132
Iván Ignacio Carthery

La extinción simultánea de ambas obligaciones se produce cuando se comunica,


por su otorgante, la renuncia otorgada.

Compensación judicial:
 La figura en el CyCC:
“Art. 928: Compensación judicial: Cualquiera de las partes tiene derecho a requerir
a un juez la declaración de la compensación que se ha producido. La pretensión
puede ser deducida simultáneamente con las defensas relativas al crédito de la
otra parte o, subsidiariamente, para el caso de que esas defensas no prosperen”.

♦ Deudas líquidas e ilíquidas: en primer lugar, que el requisito de la liquidez de los


créditos ha dejado de ser tal para el caso de compensación legal. Por ende, dicha
eliminación. Por ende, dicha eliminación desdibujaría toda diferencia entre la
compensación legal y la judicial. Pero ahora, en el artículo en comentario, se
dispone que la compensación judicial es la que es declarada por el juez a
requerimiento de las partes, y cuando así ocurre, debe declarar la existencia de
una compensación que se ha producido.

♦ Las diversas situaciones:


♣ Excepción de compensación: la situación de iliquidez del crédito no obstará
a la compensación legal.
♣ Reconvención del demandado: la situación sustancial no varía a la anterior,
se trate de un crédito líquido o ilíquido, pues el juez, al dictar la sentencia, deberá
declarar si la compensación ha acontecido o no.

♦ Momento en que se produce: el momento en que se ha producido la


compensación declarada por el juez, será aquél en el que las obligaciones
coexistan en condiciones de ser compensadas. En el momento que el demando
opone la compensación, ésta debe haber ya acontecido, no siendo posible que
luego de opuesta se completen los requisitos y que en tal circunstancia el juez
deba admitirla.

♦ Inexistencia de autonomía de la categoría: sin perjuicio de las particularidades


que presenta la compensación en el marco de un proceso judicial, entendemos
que en función de los que hasta aquí se ha señalado, la compensación judicial no
tiene autonomía conceptual, existiendo tres clases de compensaciones en el
CyCC: la legal, la voluntaria y la facultativa.

Confusión:
 Concepto:
“Art. 931: Definición: la obligación se extingue por confusión cuando las calidades
de acreedor y de deudor se reúnen en una misma persona y en un mismo
patrimonio”. Se trata de un modo extintivo de las obligaciones autónomo,

 Naturaleza jurídica:

133
Iván Ignacio Carthery

Se trata de un modo extintivo de la obligación, pues ello es lo que claramente se


establece en la norma, y no existe otro efecto; lo que despeja toda duda al
respecto.

 Condiciones de procedencia:
♦ Existencia de una única obligación: la confusión opera en una sola obligación, en
la cual el hecho sobrevenido consiste en la asunción de los roles de acreedor y
deudor en cabeza de una misma persona produce su extinción.

♦ Reunión de las calidades de acreedor y deudor en la misma persona luego de


nacida la obligación: es de la esencia de la figura la consolidación, la reunión de
las calidades contradictorias en un mismo sujeto de derecho a posteriori de su
nacimiento de una obligación. Si la situación es congénita, no hay obligación.

♦ Debe operar en un mismo patrimonio: no basta con que exista la consolidación,


sino que además la confusión debe operar en la misma masa patrimonial de una
persona.

♦ El crédito debe estar expedito: si un tercero traba embargo sobre el crédito, o


tiene un derecho de prenda o usufructo, no puede verse perjudicado por la
confusión.

 Confusión y causa de la confusión


La confusión es un hecho jurídico que produce la extinción de la obligación, por
reunir la misma persona las incompatibles calidades de acreedor y deudor. En
tanto que las causas de la confusión pueden ser actos o hechos jurídicos que
producen, como efecto, dicha convergencia.

 Causas de la confusión:
En el CCyC, los supuestos que pueden presentarse son varios, y con diversos
efectos.

♦ Cesión de un crédito individual del acreedor al deudor: la doctrina señala que


entre los actos entre vivos que pueden ocasionar la confusión se encuentra la
cesión que un acreedor hace del crédito al deudor. Es que si el acreedor
manifiesta que cede el crédito al deudor, y la cesión es gratuita, todo apunta más a
una remisión de la deuda. Si la cesión es por un precio en dinero, parece más
acertado postular un pago total o parcial de la deuda, con condonación del saldo.
Y si es por una prestación diferente, la figura se asemejaría a la dación en pago.

♦ Cesión de la deuda al acreedor.

♦ Cesión efectuada a un tercero por el acreedor y el deudor:

♦ El real ámbito de actuación de la confusión en los actos entre vivos.


Transmisiones de derecho que extinguen algunas obligaciones generadas en el
marco de tales situaciones jurídicas: es donde se presentan casos de extinción de

134
Iván Ignacio Carthery

las obligaciones por confusión, es en los supuestos de transferencias de derechos


que incluyen ciertos derechos creditorios que, a su vez, tienen como protagonistas
a los sujetos otorgantes de dichas transmisiones.
♣ Fondo de comercio y otras transferencias: cuando una persona adquiera
un fondo de comercio, del cual es deudor, o cuando se produce una fusión
societaria o en el caso de las entidades financieras.
♣ En el derecho público: cuando se dispone por la autoridad competente la
transferencia al Estado de los créditos y deudas en entidades autárquicas,
habiendo sido el mismo estado acreedor o deudor de algunas de ellas.
♣ Acreedor hipotecario: otro caso es el del acreedor hipotecario que
promueve la ejecución hipotecaria contra el hipotecante no deudor, y luego
adquiere el inmueble: la obligación de este último se extingue por confusión.
♣ Créditos derivados de la relación con un bien: en cualquier otro caso en
que una persona adquiere un bien en relación al cual su dueño tenía un crédito,
siendo el adquiriente- a la vez- acreedor o deudor.

 Situaciones en las que no hay confusión:


♦ El legado de liberación: el art. 2505 expresamente señala que esta figura es la
liberación de una deuda, y no comprende las obligaciones contraídas por el
legatario con posterioridad a la fecha del testamento. Cualquiera sea la modalidad
que dicha renuncia asuma en nada se modifica ni la naturaleza ni los efectos de la
figura: se trata de una renuncia de derechos.

♦ La cuestión de los herederos. Inexistencia de la confusión: si bien la muerte


produce la transmisión de los derechos a los herederos, en razón del estado de
indivisión, todos los herederos son titulares de un patrimonio indiviso y separado
de su patrimonio general. En dicho marco, para el caso de que el crédito en
cuestión se haya constituido entre el causante y el heredero, caben las siguientes
posibilidades.
♣ Causante acreedor: si el causante era el acreedor y el heredero el
deudor, éste debe pagar a la masa indivisa la deuda. Es que no puede producirse
la extinción por confusión, ya que en momento alguno se reunirán las calidades de
acreedor y deudor del heredero en un mismo patrimonio.
♣ Causante deudor: si el causante era el deudor, y el heredero el acreedor,
el administrador de la sucesión deberá pagar le la obligación. La confusión como
modo extintivo de las obligaciones, no se puede producir por sucesión universal,
en razón de la separación patrimonial existente.

 Efectos:
“Art.932 dispone “la obligación queda extinguida, total o parcialmente, en
proporción a la parte de la deuda en que se produce la confusión”.

♦ El efecto extintivo en las obligaciones de sujetos únicos. Confusión total: si la


confusión acontece entre el acreedor y el deudor, en una obligación de sujetos
únicos, la extinción será absoluta. Operará desde el mismo momento en que
acontezca el hecho jurídico de la confusión.

135
Iván Ignacio Carthery

♦ La cuestión en las obligaciones de sujetos múltiples. Confusión total o parcial:


♣ Mancomunación simple y divisibilidad: ante el pleno fraccionamiento
prestacional y obligacional, por tratarse de obligaciones diversas, se producirá la
confusión total, como si se tratara de obligaciones de sujetos únicos, en la
obligación derivada donde se produzca la confusión
♣ Indivisibilidad: la confusión produce efectos personales, pero con
efecto expansivo limitado.
♣ Solidaridad: tiene efectos expansivos limitados.

♦ Existencia de garantías.

♦ Ineficiencia de la causa de la confusión: la posibilidad de que la confusión ya


producida pueda tenerse por no operada y que, en consecuencia, no se produzca
la extinción de la obligación:
♠Ineficiencia estructural: en los casos en que se produzca alguna
ineficiencia estructural de la causa de a confusión, la misma perderá virtualidad
por el efecto de ineficiencia de la causa que le dio origen.
♠ Ineficiencia funcional: si la ineficiencia es funcional y se produce por
voluntad de las partes, ello será inoponible a los terceros que hayan adquirido
derechos en razón de la confusión.

Novación:
 Concepto:
“Art. 933: La novación es la extinción de una obligación por la creación de otra
nueva, destinada a reemplazarla”:

Novación convencional:
 Naturaleza jurídica:
Se trata de un contrato, lo cual no es solamente un acto jurídico, sino que también
puede producir la modificación o la extinción de relaciones jurídicas patrimoniales.
Y, como acabamos de señalar, la novación tiene ese doble efecto: extintivo y, a la
vez, creador de una nueva obligación. Se puede señalar que la novación es un
acto abdicativo en relación a la obligación que mediante él se extingue, una suerte
de renuncia de la obligación anterior.

 Importancia:
Los autores modernos señalan que la novación ha perdido importancia, en
comparación con lo que anteriormente revestía, en razón de la posibilidad de
transmitir los créditos y las deudas por otros medios no extintivos y muchos más
ágiles.

 Especie:
El CCyC guarda silencio sobre cuáles pueden ser las clases de novación,
disponiéndose únicamente reglas especiales para la novación por cambio de
sujetos. De todas maneras, la novación no se restringe únicamente a este último
supuesto, sino que también abarca el cambio del objeto de la obligación, y de su
causa fuente.

136
Iván Ignacio Carthery

 Elementos. Enunciación:
La novación, por su particular efecto reviste algunas particularidades en relación a
los elementos que la constituyen, y que son los siguientes:
♦ Existencia de dos obligaciones sucesivas fruto del acto (o hecho) novatorio: la si
tuación novatoria presenta dos obligaciones, una primera y la segunda que la
sustituye. La causa de la nueva obligación es el acto o hecho novatorio, que
claramente presupone la existencia de la obligación novada.

♦ Sujetos del acto novatorio: son el acreedor y el deudor de la obligación primitiva


y, eventualmente aquellos terceros que intervengan incorporándose como nuevo
acreedor o nuevo deudor.

♦ Objeto del acto novatorio: rigen las normas generales establecidas en los art.
279, 280 y 1003:
♣ Art. 279: El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o
prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público
o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un
bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea.
♣ Art. 280: El acto jurídico sujeto a plazo o condición suspensiva es válido,
aunque el objeto haya sido inicialmente imposible, si deviene posible antes del
vencimiento del plazo o del cumplimiento de la condición.
♣ Art. 1003: “…Debe ser lícito, posible, determinado o determinable,
susceptible de valoración económica y corresponder a un interés de las partes,
aun cuando éste no sea patrimonial”.

♦Causa final del acto novatorio: el fin inmediato se encuentra aquí claramente
presente: el acto se otorga para extinguir la obligación anterior y para crear la
nueva obligación.

♦ Forma del acto novatorio: rigen las art. 284 a 288 y 1015 a 1018.
♣ Art. 284: Libertad de formas. Si la ley no designa una forma determinada
para la exteriorización de la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen
conveniente. Las partes pueden convenir una forma más exigente que la impuesta
por la ley.
♣ Art. 285: Forma impuesta. El acto que no se otorga en la forma exigida por
la ley no queda concluido como tal mientras no se haya otorgado el instrumento
previsto, pero vale como acto en el que las partes se han obligado a cumplir con la
expresada formalidad, excepto que ella se exija bajo sanción de nulidad.
♣ Art. 286: Expresión escrita. La expresión escrita puede tener lugar por
instrumentos públicos, o por instrumentos particulares firmados o no firmados,
excepto en los casos en que determinada instrumentación sea impuesta. Puede
hacerse constar en cualquier soporte, siempre que su contenido sea representado
con texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos.
♣ Art. 287: Instrumentos privados y particulares no firmados. Los
instrumentos particulares pueden estar firmados o no. Si lo están, se llaman
instrumentos privados. Si no lo están, se los denomina instrumentos particulares

137
Iván Ignacio Carthery

no firmados; esta categoría comprende todo escrito no firmado, entre otros, los
impresos, los registros visuales o auditivos de cosas o hechos y, cualquiera que
sea el medio empleado, los registros de la palabra y de información.
♣ Art. 288: Firma. La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad
expresada en el texto al cual corresponde. Debe consistir en el nombre del
firmante o en un signo.
En los instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la firma de
una persona queda satisfecho si se utiliza una firma digital, que asegure
indubitablemente la autoría e integridad del instrumento.
♣Art. 1015: Libertad de formas. Sólo son formales los contratos a los
cuales la ley les impone una forma determinada.
♣ Art. 1016: Modificaciones al contrato. La formalidad exigida para la
celebración del contrato rige también para las modificaciones ulteriores que le
sean introducidas, excepto que ellas versen solamente sobre estipulaciones
accesorias o secundarias, o que exista disposición legal en contrario.
♣ Art. 1017: Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura
pública: a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o
extinción de derechos reales sobre inmuebles. Quedan exceptuados los casos en
que el acto es realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o
administrativa; b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos
sobre inmuebles; c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos
otorgados en escritura pública; d) los demás contratos que, por acuerdo de partes
o disposición de la ley, deben ser otorgados en escritura pública.
♣ Art. 1018: Otorgamiento pendiente del instrumento. El otorgamiento
pendiente de un instrumento previsto constituye una obligación de hacer si el
futuro contrato no requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte
condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre
que las contraprestaciones estén cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.

 Existencia de dos obligaciones sucesivas:


♦ Planteo del problema: la novación, no ya como contrato, sino como fenómeno
obligacional complejo en el cual existen dos obligaciones sucesivas, requiere
indefectiblemente de la existencia de tales dos obligaciones. Por ende, si una de
ellas carece de tal requisito, no puede predicarse la existencia de novación alguna;
razón por la cual, si la primera obligación existe, el acto novatorio no la afectará.

♦ Vicisitudes de la primera obligación: “Art. 938: Circunstancias de la obligación


anterior. No hay novación, si la obligación anterior: a) está extinguida, o afectada
de nulidad absoluta; cuando se trata de nulidad relativa, la novación vale, si al
mismo tiempo se la confirma; b) estaba sujeta a condición suspensiva y, después
de la novación, el hecho condicionante fracasa; o a condición resolutoria
retroactiva, y el hecho condicionante se cumple; en estos casos, la nueva
obligación produce los efectos que, como tal, le corresponden, pero no sustituye a
la anterior”.

138
Iván Ignacio Carthery

♣ Primer supuesto. Previa extinción de la obligación novada. Si la


obligación, previo al acto novatorio, se había extinguido por otro medio no hay
novación.
♣ Segundo supuesto. Obligación novada nacida de un acto jurídico que
adolece de nulidad absoluta: se trata, en realidad, de que cuando el acto jurídico
que generó la primera obligación adolece de nulidad absoluta, al ser ésta
inconfirmable, mal podría validarse la obligación anterior mediante un acto
novatorio. Ante tal situación, el juez debería declarar de oficio la nulidad del acto
novatorio.
♣ Tercer supuesto. Obligación novada nacida de un acto jurídico que
adolece de nulidad relativa: como la nulidad relativa es confirmable, nada obsta a
que en el acto novatorio, se otorgue aquél, subsanándose los vicios del acto que
generaron el nacimiento de la primera obligación, y extinguiéndosela, a su vez, en
el mismo acto.
♣ Cuarto supuesto. Primera obligación sometida a condición suspensiva
que fracasa, o resolutoria retroactiva que se cumple: la solución de la norma es
aplicable al caso en que se produzca la situación prevista afectando al acto
jurídico, o a una obligación que se encuentre sometida a una condición. Cuando
se produce la novación de una obligación sometida a condición, la norma prevé
que: 1) si se trata de una condición suspensiva no cumplida al momento de la
novación, y luego dicha condición no se cumple, no hay novación; 2) si se trata de
una condición resolutoria no cumplida al momento de la novación, y luego ésta se
cumple, no habrá novación sólo en el caso que la condición sea retroactiva.

♦ Vicisitudes de la segunda obligación: “Art. 939: Circunstancias de la nueva


obligación. No hay novación y subsiste la obligación anterior, si la nueva: a) está
afectada de nulidad absoluta, o de nulidad relativa y no se la confirma
ulteriormente; b) está sujeta a condición suspensiva, y el hecho condicionante
fracasa; o a condición resolutoria retroactiva y el hecho condicionante se cumple”.

♣ Primer supuesto. Nueva obligación afectada de nulidad absoluta:


habría que analizar aquí si el acto novatorio adolece de nulidad absoluta, ya que
por vía de consecuencia las obligaciones que de él emerjan sufrirán los efectos de
la invalidez del acto que aparentemente las haya generado. Si se trata de una
nulidad parcial, y se verifica la posibilidad de integrar el acto, la novación será
válida.
♣ Segundo supuesto. Nueva obligación afectada de nulidad relativa:
declarada la nulidad del acto novatorio, por vía de consecuencia no habrá nueva
obligación, y mantendrá su existencia la obligación primigenia; si el acto novatorio
se confirma, surtirá todos sus efectos.
♣ Tercer supuesto. Nueva obligación sometida a condición suspensiva
que fracasa o resolutoria retroactiva que se cumple: la norma es clara y da lugar a
dudas.

 Sujetos del acto novatorio:


Puede ser un acto celebrado entre acreedor y deudor, en una obligación de
sujetos únicos; puede ser celebrada por algunos o por todos los sujetos vinculados

139
Iván Ignacio Carthery

en una obligación de sujetos múltiples, y puede ser celebrado, además de los


intervinientes en estos dos últimos supuestos, con la intervención de terceros que
se emplacen en el polo activo o pasivo de la nueva obligación.

♦ Capacidad de ejercicio: no existe una norma específica a la capacidad para


novar, motivo por el cual debe inferirse que en todos estos casos, la capacidad
requerida es la de contratar a título oneroso.
♦ Capacidad de derecho: surge del emplazamiento del sujeto en la calidad de
acreedor o deudor de la obligación anterior, o bien, en el caso del tercero que se
incorpora, de la posibilidad que el ordenamiento le otorga para contratar, siempre y
cuando no se encuentre incurso en alguna inhabilidad expresamente dispuesta por
el ordenamiento.

♦ Representación:
♣ Voluntaria: el art. 375 incisos g) dispone que es necesario el
otorgamiento de facultades expresas para reconocer o novar obligaciones
anteriores al ordenamiento del poder.
♣ Legal: la representación legal, siempre será necesaria la autorización
judicial con intervención del Ministerio Público. En el caso de los padres, lo
establece el art. 692 para los actos de disposición de los bienes del hijo; y para el
tutor en el art. 121 y para el caso del curador el art. 138.
♠ Art. 692: Actos que necesitan autorización judicial. Se necesita
autorización judicial para disponer los bienes del hijo. Los actos realizados sin
autorización pueden ser declarados nulos si perjudican al hijo.
♠ Art. 121: Actos que requieren autorización judicial. Además de los
actos para los cuales los padres necesitan autorización judicial, el tutor debe
requerirla para los siguientes: a) adquirir inmuebles o cualquier bien que no sea útil
para satisfacer los requerimientos alimentarios del tutelado; b) prestar dinero de su
tutelado. La autorización sólo debe ser concedida si existen garantías reales
suficientes; c) dar en locación los bienes del tutelado o celebrar contratos con
finalidad análoga por plazo superior a tres años. En todos los casos, estos
contratos concluyen cuando el tutelado alcanza la mayoría de edad; d) tomar en
locación inmuebles que no sean la casa habitación; e) contraer deudas, repudiar
herencias o donaciones, hacer transacciones y remitir créditos aunque el deudor
sea insolvente; f) hacer gastos extraordinarios que no sean de reparación o
conservación de los bienes; g) realizar todos aquellos actos en los que los
parientes del tutor dentro del cuarto grado o segundo de afinidad, o sus socios o
amigos íntimos están directa o indirectamente interesados.
♠Normas aplicables. La curatela se rige por las reglas de la tutela
no modificadas en esta Sección. La principal función del curador es la de cuidar a
la persona y los bienes de la persona incapaz, y tratar de que recupere su salud.
Las rentas de los bienes de la persona protegida deben ser destinadas
preferentemente a ese fin.

 Causa final. La voluntad de novar. Consecuencias:

140
Iván Ignacio Carthery

“Art. 934: Voluntad de novar: la voluntad de novar es requisito esencial de la


novación. En caso de duda, se presume que la nueva obligación contraída para
cumplir la anterior no causa su extinción”.

♦ Caracterización: la voluntad de novar es la causa final del contrato novatorio: las


partes lo celebran para extinguir la anterior y crear una nueva.

♦ Incompatibilidad de ambas obligaciones: la incompatibilidad de la nueva


obligación con la anterior, se produce cuando la segunda no tiene “causa explica
ble sino con la primera, aunque la cuestión, en los hechos, presenta las mayores
dificultades para su determinación. La novación se infiere por una suerte de
interrelación causal entre la obligación nueva y la extinguida como consecuencia…
sólo se infiere novación cuando la obligación que se constituye priva efectivamente
de causa fin a la anterior. Es la nueva obligación la que absorbe esa causa que
transmigra a se transmuta de la anterior obligación a ésta. Y será esta
transmutación la que provoca la ineficacia de la obligación primitiva, que queda
incausada.

♦ Interpretación estricta respecto de la extensión de la novación: la cuestión


adquiere relevancia cuando se trata de un negocio jurídico que comprende más de
un derecho, debiendo el intérprete ser sumamente cuidadoso a la hora de
establecer cuáles derechos comprende el acto novatorio, y, en caso de duda,
deberá entenderse que el derecho en crisis no ha sido objeto de novación alguna.

 Prueba de la novación:
“Art. 1019: Medios de prueba. Los contratos pueden ser probados por todos los
medios aptos para llegar a una razonable convicción según las reglas de la sana
crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición
legal que establezca un medio especial. Los contratos que sea de uso
instrumentar no pueden ser probados exclusivamente por testigos”.

 Novación y modificaciones de la obligación:


“Art. 935: Modificaciones que no importan novación. La entrega de documentos
suscriptos por el deudor en pago de la deuda y, en general, cualquier modificación
accesoria de la obligación primitiva, no comporta novación”.

Novación por cambio de deudor:


 Caracterización:
“Art. 936: Novación por cambio de deudor. La novación por cambio de deudor
requiere el consentimiento del acreedor”.

♦ La simplificación de la figura del CCyC: exigiéndose solamente, para que


haya novación por cambio de deudor, el consentimiento del acreedor.

 Las figuras afines y su diferencia esencial con la novación:


El cambio de un deudor por otro se puede producir de diversas maneras; y en
todas ellas, salvo en la novación, se trata siempre de la misma y única obligación

141
Iván Ignacio Carthery

que ha sufrido una modificación no extintiva. Cuando se trata del cambio de


deudor sin novación, por actos entre vivos, y manteniéndose la existencia de la
misma y única obligación, se pueden presentar la cesión de deudas, la asunción
de deudas y la cesión de posición contractual.
Pero para que haya novación la cuestión requiere mayores recaudos: no sólo el
consentimiento del acreedor en el cambio de deudor, sino que además dicho
consentimiento sea novatorio; esto es, que el acreedor preste su consentimiento
para la extinción de la obligación primigenia, y la creación de una nueva.

 Modalidades de la novación por cambio de deudor. Delegación y expromisión:


Tanto la delegación como la expromisión subsisten como modalidades diferentes
que puede asumir la novación, ya que el único requisito es el consentimiento del
acreedor, que puede celebrar el acto novatorio con el deudor y con el tercero, o
bien únicamente con el tercero. Nada impide que el acreedor, el deudor y un
tercero pacten la existencia de una nueva obligación, en la cual el deudor y el
tercero se emplacen en la calidad de deudores del nuevo acreedor. Nada impide la
celebración de tal acto. Por ende, podrá existir esta tercera figura, que no es
estrictamente delegación, ya que el deudor primitivo no queda exonerado. Cuando
el acto se celebra entre el acreedor y el tercero, necesariamente deberá
desobligarse al deudor precedente, por una cuestión de simple lógica: el deudor
no sólo debe su obligación, sino que además si una nueva obligación reemplaza a
la primera sin su consentimiento, ningún derecho podrá invocar el tercero deudor
de la segunda en su contra, una vez que haya cumplido con la segunda
obligación.

 La manifestación de voluntad del acreedor:


No se requiere manifestación expresa de voluntad, por lo cual la cuestión se rige
por las reglas generales antes indicadas.

 La eventual insolvencia del deudor de la nueva obligación:


Configura uno de los riesgos a los cuales el acreedor se somete: poder o no
cobrar su crédito del deudor de la nueva obligación. Al no encontrarse afectada la
estructura genética del acto novatorio, mal podría pretender el pago de una
obligación ya extinguida por la novación al deudor originario, que se encuentra
liberado.

 Los efectos particulares:


♦ Entre delegante (deudor de la primera obligación) y delegado (deudor de la
segunda obligación): en principio, ningún derecho emerge para el delegado frente
al delegante por el sólo hecho de haberse celebrado la novación. Incluso el pago
de la nueva obligación no le otorga derecho alguno, desde que la primera
obligación se ha extinguido.

♦ Entre el delegado (deudor de la segunda obligación) y delegatario (acreedor): el


primero se encuentra directamente obligado a cumplir la nueva obligación.

142
Iván Ignacio Carthery

♦ Entre delegante (deudor de la primera obligación) y delegatario (acreedor): el


efecto es la extinción de la obligación que los vinculara.

Novación por cambio de acreedor:

 Condiciones y modalidades de la figura:


“Art. 937: Novación por cambio de acreedor. La novación por cambio de acreedor
requiere el consentimiento del deudor. Si este consentimiento no es prestado, hay
cesión de crédito”.

 Comparación con otras figuras:


♦ Con la cesión de créditos: la novación guarda claras diferencias con la cesión de
créditos, en este último, se transfiere el mismo derecho creditorio, sin que nazca
uno nuevo. De allí que, si el contrato es celebrado entre el acreedor y el tercero, y
sin el consentimiento del deudor, mal podrá predicarse la existencia de una
novación, por más que los otorgantes así lo hayan expresado: la ley entiende
celebrado un contrato de cesión de créditos, y tales normas serán las aplicables
del actor.

♦ Con otras modificaciones de la obligación: por otra parte, claramente se


distingue la novación de otras situaciones en las que se produzca una
modificación de la obligación en el polo activo, incorporándose uno o varios
deudores nuevos, como en el caso del pago por subrogación.

Efectos de la novación:
 El doble efecto del acto novatorio:
“Art. 940: Efectos. La novación extingue la obligación originaria con sus
accesorios. El acreedor puede impedir la extinción de las garantías personales o
reales del antiguo crédito mediante reserva; en tal caso, las garantías pasan a la
nueva obligación sólo si quien las constituyó participó en el acuerdo novatorio”.
En simples palabras el efecto de la novación es de extinguir la primera obligación
con todos sus accesorios y hacer nacer la segunda.

 La supresión de una norma polémica:


Las garantías del crédito otorgadas por el deudor y por terceros:
♦ Necesidad del consentimiento.

♦ Momento de la manifestación del consentimiento: en todos los casos, dicho


constituyente debe prestar su consentimiento al celebrarse el acto novatorio. De lo
contrario, una ratificación ulterior será inocua, ya que por efecto de lo dispuesto en
la primera parte del art., deberá considerarse que la garantía de la antigua
obligación se extinguió.

♦ Protección de los terceros: tal situación rige sólo en la medida en que agrave la
situación del garante, pero no será oponible a terceros.

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Iván Ignacio Carthery

♦ El caso de la fianza: “Art. 1597: Novación. La fianza se extingue por la novación


de la obligación principal aunque el acreedor haga reserva de conservar sus
derechos contra el fiador. La fianza no se extingue por la novación producida por
el acuerdo preventivo homologado del deudor, aun cuando no se haya hecho
reserva de las acciones o derechos contra el fiador”.

 Otros efectos:
♦ La novación como acto de reconocimiento de la obligación: importa un
reconocimiento tácito de la obligación.

♦ Efectos en las obligaciones de sujetos múltiples:


♣ Solidaridad: tiene efectos expansivos, excepto en la novación legal, cuando
tal situación se encuentra expresamente consagrada.
♣ Indivisibilidad: en la pluralidad activa, es necesaria la unanimidad. En la
pluralidad pasiva basta la actuación individual de un deudor en el acto novatorio
para que propague sus efectos a los restantes.
♣ Concurrencia: la obligación se extingue en la medida del beneficio
patrimonial nacido del enriquecimiento sin causa, subsistiendo únicamente por el
saldo insoluto.

♦ La novación como acto de confirmación de actos de nulidad: Remitir a las


vicisitudes de la primera obligación en novación.

 Ineficiencia del acto novatorio:


Rigen las normas generales de la ineficiencia de los actos jurídicos y las
particulares de los contratos en orden a los requisitos del acto.

Novación legal:
 Caracterización:
“Art. 941: Novación legal. Las disposiciones de esta Sección se aplican
supletoriamente cuando la novación se produce por disposición de la ley”.
Se trata de un hecho jurídico, ya que es el ordenamiento el que le asigna el efecto
novatorio a un acontecimiento determinado. Constituye un supuesto de efectos
complejos: importa, desde el punto de vista objetivo, la extinción de una obligación
y el concomitante nacimiento de una nueva, porque la ley así lo dispone.

 Principales supuestos
♦ La novación concursal: Ley 24.522, art. 55: Novación: En todos los casos, el
acuerdo homologado importa la novación de todas las obligaciones con origen o
causa anterior al concurso. Esta novación no causa la extinción de las
obligaciones del fiador ni de los codeudores solidarios.
♣ Las garantías: el art. 940 dispone que las obligaciones accesorias de
garantía no siguen la suerte de la principal, inclusive el fideicomiso en garantía.
♣ Obligaciones de sujetos plurales: el art. 851 inciso c), cuando la
novación es otorgada por uno de los codeudores, proyecta sus efectos a los
restantes, en las condiciones allí indicadas.

144
Iván Ignacio Carthery

♣ Efectos: los efectos de la novación de la obligación, como bien se ha


sintetizado, son: 1) nacimiento de una nueva obligación; 2) en caso de quiebra
posterior, la obligación a considerar será la novada y no la originaria; 3) sólo rige
en ausencia de previsión en contrario contenida en la propuesta de acuerdo, ya
que no tiene carácter imperativo; 4) alcanza a todo el pasivo quirografario del
deudor, con independencia de la denuncia del crédito efectuada en la presentación
del art. 11, LLQ, o la verificación de créditos posterior; 5) No afecta a los
codeudores solidarios ni a los garantes, y aquéllos no pueden oponer excepciones
nacidas del acuerdo preventivo.

♦ La consolidación de deudas del Estado: hay diversas normas al respecto pero citamos
la que creemos más importante: “Ley 23.982. art.17: La consolidación legal del pasivo
público alcanzado por la presente implica la novación de la obligación original y de
cualquiera de sus accesorios así como la extinción de todos los efectos inmediatos,
mediatos o remotos que la imposibilidad de cumplir sus obligaciones por parte de
cualquiera de las personas jurídicas u organismos comprendidos por el artículo2º
pudieran provocar o haber provocado. En lo sucesivo sólo subsisten a su respecto los
derechos derivados de la consolidación. Asimismo, la cancelación de obligaciones con
cualquiera de los Bonos de Consolidación creados por la presente ley extinguirá
definitivamente las mismas”.
♦ Las obligaciones del sector público: también se han dictado normas que instituyen la
posibilidad de novar obligaciones en este ámbito.
♦ Obligaciones fiscales y adhesión del contribuyente: novación voluntaria: en un fallo de la
provincia de La Pampa se indicó que si bien las provincias no tendrían facultad para
dispones novaciones, la adhesión a un plan de pagos importa una novación voluntaria, no
legal; sin perjuicio de que se trate de un acuerdo de adhesión para el particular.

Unidad 12:
 Concepto:
“Art. 942: Definición. La obligación se extingue cuando el acreedor voluntariamente
acepta en pago una prestación diversa de la adeudada”. Se trata de un
instrumento que facilita la liberación del deudor, y a las obligaciones les permite
adaptarse a las circunstancias de un mundo negocial cuya fluidez y velocidad
requiere de soluciones dinámicas, prácticas y útiles. Desde nuestra opinión la
dación en pago es el acuerdo que deudor y acreedor celebran, a fin de sustituir la
prestación originariamente adeuda por una prestación diversa, la que se ejecutará
en el mismo momento del acuerdo, o en uno posterior, extinguiéndose por dicho
cumplimiento la misma y única obligación.

 Naturaleza jurídica:
♦ Modalidad o variante del pago: se postula la existencia del sólo hecho de aceptar
el acreedor una prestación diferente a la debida; en otras palabras que lo único
que acontece es el cumplimiento de la obligación en diferentes términos, solo se
cambia el objeto del pago.

145
Iván Ignacio Carthery

♦ Novación objetiva: parte importante de la doctrina postula la existencia de una


novación por cambio de objeto, en el entendimiento de que las personas obligadas
quedan siempre las mismas, pero el objeto cambia, y, por consiguiente, la
novación existe… cabe observar que puede perfectamente distinguirse en el pago
por entrega de bienes dos momentos diferentes separados entre sí aunque sea
por un instante de razón: 1°) el momento en el cual se acepta la substitución de la
cosa debida por otra diferente; 2°) el momento de la ejecución o cumplimiento de
la obligación modificada, aun cuando las partes no hayan pensado directamente
en ella, la novación haya existido.

♦ Acto bifronte: Para otra corriente, en la que convergen dos ideas primordiales,
estrechamente ligadas entre sí, como son la novación y el pago inmediato de la
nueva obligación, existiendo en consecuencia dos acontecimiento separados, pero
velozmente unidos. Se postula además que cuando el acreedor acepta en pago
una prestación distinta a la debida, está tácitamente manifestando con ello su
voluntad de sustituir la prestación originaria, cuya ejecución inmediata acepta.

♦ Figura compleja: la figura puede hacerse desde varios puntos de vista, y que
puede compararse con el “pago”, porque es una especie anormal de él, ya que se
extingue la obligación con el consentimiento del acreedor; también con la
“novación” por cambio de objeto, porque el acreedor admite la extinción de su
antiguo crédito mediante la creación de una nueva obligación; y con una “venta
que produce una compensación”, desde que el deudor vende un bien a su
acreedor por un precio igual al importe de su deuda.

♦ Convención liberatoria o contrato solutorio: algunos autores señalan que como la


voluntad de las partes no está orientada a novar la obligación, es más simple y
exacto hablar de una convención liberatoria con caracteres propios, que no puede
ser identificada ni con el pago propiamente dicho ni con la novación. También se
postula la existencia de un contrato solutorio que tiene por objeto la extinción
satisfactiva del crédito, mediante la ejecución de una prestación diversa a la
debida. Un contrato oneroso con una causa extintiva.

♦ Nuestra opinión. Modificación convencional de la obligación sin efecto novatorio


mediante un contrato solutorio: la esencia de la institución es la de convención
liberatoria o contrato solutorio.
♣ Modificación de la obligación: en la figura de la modificación de la
obligación por cambio de objeto, esto es, sin que tenga efecto novatorio, pero con
efectos particulares, y de suma trascendencia. Es claro que pueden existir
modificaciones de la obligación en su objeto sin producirse novación. No cabe aquí
postular la existencia de voluntad de novar, ya que no está en el ánimo de las
partes crear una nueva obligación, sino solamente extinguir la que ya existe.
♣ Existencia de dos actos: aquí se desdoblan dos actos; a) por una parte, el
acuerdo entre acreedor o deudor que trae aparejada la modificación de la
obligación; b) en segundo lugar, el cumplimiento de la única obligación existente,
que es lo que aquí se denomina dación en pago.

146
Iván Ignacio Carthery

♠ En un mismo momento: Por lo general los dos actos suceden en un


mismo instante, entregado el deudor una prestación diferente y aceptándola el
acreedor.
♠ En momentos diferentes: pero en otros casos, puede mediar un
lapso entre el acuerdo y el pago. La propia ley no requiere necesariamente la
contemporaneidad de la ejecución. Casi en todos los casos existe un tiempo
previsto al acuerdo, de tratativas; y que puede eventualmente existir un tiempo
posterior hasta que se cumpla, ya que ciertas prestaciones, para ser ejecutas
necesitarán de tal espacio temporal, o incluso podría ofrecerse en pago una
prestación no de ejecución instantánea, sino de ejecución continuada.
♣ Contrato solutorio que importa una excepción al principio de identidad del
pago: el acreedor no se encuentra obligado a aceptar una prestación diferente a la
adeudada. Pero ello no obsta a que voluntariamente lo asienta, caso en el cual se
produce el acuerdo de dación en pago; la dación. Como lo indicamos, será el acto
mismo de la ejecución de la prestación.

 Caracterización y elementos:
♦ Acuerdo de partes: la dación en pago emerge de un acto voluntario mediante el
cual acreedor y deudor acuerdan la situación de la prestación por otra, a fin de
extinguir la obligación de que se trata. No es sino una de las manifestaciones de la
autonomía de la voluntad un “reemplazo convencional de la prestación”.

♦ Quid de la obligación existente: el art. 943 se hace referencia a la obligación


primitiva, lo que ocasiona cierta confusión, particularmente en razón de que
muchos autores postulan la existencia de una novación. Novación no hay, sino
únicamente la extinción de una obligación por un medio solutorio diferente al
originariamente establecido en la obligación. Así las cosas, y como ocurre en todo
pago, debe existir una obligación válida que le sirva de causa, y que sea la
extinguida mediante dicho acto.
♦ Cumplimiento de una prestación diferente: se pacte el cumplimiento de una
prestación diversa a la adeuda, esto es, la prestación originaria.
♣ Puede ser en dinero.
♣ Puede tratarse cualquier tipo de obligación.

♦ Causa final del acto: el ánimo de pagar: éstas es una cuestión determinante,
debe existir una conducta orientada a pagar la obligación, mediante este
mecanismo particular de entregar una prestación diferente. Así, no habrá dación
en pago si se entrega un crédito para ser cobrado y luego compensarlo con el
crédito en virtud del cual se entrega el segundo, existiendo allí una cesión
prosolvendo, o si entregan en garantía. La clave, para que haya dación en pago,
es la siguiente: una vez que se ejecute la prestación, la obligación debe quedar
extinguida. De lo contrario, no habrá dación en pago, sino otro tipo de acto.

 Comparación con otras figuras:


♦ Con la novación: se distingue de la novación porque aquí existe sólo una única
obligación que es extinguida mediante este contrato solutorio.

147
Iván Ignacio Carthery

♦ Con las obligaciones alternativas: la obligación alternativa es la que tiene por


objeto, una prestación entre varias que son independientes y distintas entre sí, y
que debe luego ser elegida, por el acreedor o por el deudor. En la dación en pago
nos encontramos ante un acuerdo posterior en el cual se muta la prestación, esto
es, hay substitución de la prestación, lo que no ocurre en las obligaciones
alternativas.

♦ Con las obligaciones facultativas: en la obligación facultativa, aunque se debe in


obligatione una única prestación, es el deudor quien cuenta con la posibilidad, a
su sólo arbitrio, de pagar con una prestación diferente. En cambio, en la dación en
pago, no sólo el cambio de prestación surge de un acuerdo posterior al
nacimiento de la obligación, sino que además la nueva prestación directamente
reemplaza a la anterior, no pudiendo el deudor efectuar elección alguna.

♦ Con el pago: el pago de una obligación consiste en la ejecución de la misma


prestación debida, y que en la dación en pago se entrega una prestación diferente,
que no es el pago de la primera obligación, sino de la segunda, en tanto que el
pago es un acto unilateral, y la dación en pago bilateral. En primer lugar, la dación
en pago, cumple con una prestación diferente a la originaria, de todas maneras,
una vez cumplida esta última, debe entenderse que hay pago pues la diversa
prestación entra en reemplazo de la originaria por acuerdo de partes: hay,
cumplimiento porque la prestación debida es la que han elegido las partes al
acordar la dación en pago.

 Las reglas que rigen la dación en pago:


“Art. 943: Reglas aplicables: la dación en pago se rige por las disposiciones
aplicables al contrato con el que tenga mayor afinidad. El deudor responde por la
evicción y los vicios redhibitorios de lo entregado; estos efectos no hacen renacer
la obligación primitiva, excepto pacto expreso y sin perjuicio de terceros.

 Capacidad de hecho y derecho:


Por tratarse de un contrato solutorio, son aplicable para el acuerdo de dación en
pago las reglas generales de la capacidad para contratar de los contratos.

 Otorgamiento del acto por representante:


Art. 375 inciso h) Se dispone que son necesarias facultades expresas para hacer
pagos que no sean los ordinarios de la administración. Como aquí se trata de un
acto bilateral otorgado para pagar la obligación, aunque mediante una prestación
diferente, será necesario el otorgamiento del poder con facultades expresas para
ello. En los casos de representación necesaria o legal será siempre necesaria la
autorización judicial, y la intervención del Ministerio de Menores e Incapaces,
aplicables tanto al deudor como al acreedor.

 Forma y prueba:
Por tratarse de un contrato solutorio, el acto en virtud del cual se pacta la dación
en pago deberá reunir las formalidades que exija el contrato afín. Con relación a la
prueba, por tratarse de un contrato solutorio regirán las normas relativas a la

148
Iván Ignacio Carthery

prueba de los contratos, y que no es necesaria la prueba del cumplimiento, ya que


no se trate de un contrato real, por lo cual el efecto del pago no necesita ser
probado.
 Efectos entre el acreedor y deudor:
♦ Efecto del acuerdo de dación en pago sin ejecución coetánea de la nueva
prestación: ante tal situación, el deudor continúa obligado frente al acreedor, pero
ahora con una nueva prestación a su cargo. Esta situación impondrá, dependiendo
de los casos, variaciones en el cúmulo de derechos y deberes accesorios de
conducta de las partes y, lo más probable, en el tiempo de cumplimiento de la
obligación.

♦ El cumplimiento de la nueva prestación. Extinción de la obligación: una vez


ejecutada por el deudor la prestación que ha entregado en reemplazo de la
originaria, y recibida por el acreedor, la obligación se extingue por cumplimiento.

♦ Incumplimiento del deudor. Efectos: en el caso en que el deudor no ejecute la


nueva prestación de acuerdo a lo convenido, se activan para el acreedor todos los
instrumentos de la tutela satisfactiva del crédito. Por regla general, el deudor no
deberá la prestación primigenia, sino la nueva, que ha entrado en remplazo de la
anterior.

♦ Evicción y vicios redhibitorios de la cosa entregada. Efectos: dicho efecto no es


sino una consecuencia del incumplimiento del deudor de la prestación que ahora
adeuda, y que se evidencia luego de su ejecución, derivado ello de la particular
situación que se presenta: como la nueva prestación consiste en la entrega de una
cosa, se activa la garantía por evicción y vicios redhibitorios, de la misma manera
en que acontecería para el caso en que originariamente la prestación hubiera sido
de tal naturaleza; y sin que reviva la prestación primitiva, salvo pacto en contrario.
No se trata, pues, de un efecto propio de la novación, sino de la modificación de la
obligación.

 Efectos en los supuestos de obligaciones de sujetos múltiples:


♦ Obligaciones indivisibles: la entrega por el deudor al acreedor de una prestación
diversa a la adeudada importa una modificación de la obligación que causa su
extinción. En el caso de pluralidad activa, es necesaria la unanimidad. En el de
pluralidad pasiva deberían aplicarse las reglas de la solidaridad, basta con la
actuación individual de un deudor para extinguir la obligación.
♦ En la solidaridad hay propagación de efectos: el pago de la obligación y la dación
en pago efectuado por cualquier codeudor extingue de manera absoluta la
obligación solidaria. En dichos casos existe plena propagación de efectos. Si el
pago es parcial, subsiste la deuda por el saldo insoluto, que podrá seguir siendo
reclamado por cualquier acreedor a cualquier dedudor.

 Efectos respecto de terceros:


La dación en pago puede tener efectos respecto de los derechos de ciertos
terceros vinculados o no de alguna manera a la obligación, tanto respecto de la
prestación originaria, como la nueva prestación.

149
Iván Ignacio Carthery

♦ Garantes del deudor: puede acontecer que la nueva prestación se cumpla en el


momento mismo de la celebración del acuerdo de dación en pago, o con
posterioridad a él. Una vez celebrado el acuerdo, se cumpla o no con
posterioridad, y exista o no pacto respecto a que pueda revivir la prestación
originaria, los garantes de la obligación quedan liberados. Art. 1598 se dispone en
la primera norma que la evicción de lo que el acreedor ha recibido en pago del
deudor, no hace renacer la fianza.

♦ Acreedores del deudor: si de alguna manera la dación en pago afecta los


derechos de otros acreedores del deudor, éstos se encuentran habilitados para
impugnarla, mediante la acción revocatoria.

♦ Caso de concurso: art. 79 inciso 5° de la ley 24.522, se establece que pueden


ser hechos reveladores del estado de cesación de pagos, entre otros, la entrega
de bienes de pago. En virtud del art. 119 de la ley 24.522 nada impide que la
dación en pago pueda ser declarada ineficaz, siempre quien la recibió haya tenido
conocimiento del estado de cesación de pagos del deudor y de que ese acto era
perjudicial para los acreedores.

♦ Pacto de partes que permita exigir la prestación originaria. Inoponibilidad a los


terceros: cualquier pacto de partes que en caso de incumplimiento, permita al
acreedor exigir la prestación originaria, no podrá afectar a quienes se han visto
beneficiados por el acuerdo de dación en pago, quienes quedarán liberados de
cumplir con lo que les correspondía. Lo propio acontecerá respecto de otros
terceros que hubieran adquirido algún derecho con motivo del acuerdo de dación
en pago.

 Dación en pago por un tercero. Efectos. El caso de la quiebra: nada impide que un
tercero pacte con el acreedor la dación en pago. La pregunta que surge que es
qué derecho tiene el solvens respecto al deudor. Esta situación es inoponible al
deudor, quien continuará obligado ante el subrogante de la misma manera en que
se encontraba frete a su acreedor primigenio.
En caso de quiebra, la situación tiene una especial regulación. En el art. 122 de la
ley 24.522 “Cuando el acreedor peticionante, luego de promovida la petición de
quiebra, recibiera cualquier bien en pago o dación en pago de un tercero para
aplicar al crédito hecho valer en el expediente, se presume que se han entregado
y recibido en favor de la generalidad de los acreedores, siendo inoponibles a ellos
el otro carácter”

 La dación en pago en la Ley 24.522:


Art. 43 de la ley 24.522 se dispone que en el período de exclusividad en que el
deudor podrá formular propuestas de acuerdo preventivo a los acreedores, Estas
podrán consistir en “quita, espera o ambas; entrega de bienes a los acreedores;
constitución de sociedad con los acreedores quirografarios, en la que éstos tengan
calidad de socios; reorganización de la sociedad deudora; administración de todos
o parte de los bienes en interés de los acreedores; emisión de obligaciones
negociables o debentures; emisión de bonos convertibles en acciones;

150
Iván Ignacio Carthery

constitución de garantías sobre bienes de terceros; cesión de acciones de otras


sociedades; capitalización de créditos, inclusive de acreedores laborales, en
acciones o en un programa de propiedad participada, o en cualquier otro acuerdo
que se obtenga con conformidad suficiente dentro de cada categoría, y en relación
con el total de los acreedores a los cuales se les formulará propuesta”.

Renuncia a los derechos y remisión de la deuda:

Los actos abdicativos:


 Voluntad abdicativa y actos abdicativos:
♦ La voluntad abdicativa: existe una variedad de actos y situaciones, de diferente
naturaleza, en los que encontramos un hilo común. En todos hay un único
elemento común, que los aglutina: la presencia en sus otorgantes del ánimo y la
finalidad de abandonar una relación jurídica, de desprenderse de un derecho, de
una ventaja, de una facultad que les pertenece, y de la que disponen
resignándolos; ya sea por algo a cambio; o para obtener un beneficio; o sin recibir
nada por aquello que dejan. Es lo que nosotros denominamos la voluntad
abdicativa: una clara finalidad de abandono que coexiste e interactúa, en aquellos
actos diversos, con otras finalidades propias de cada acto, se trata de una casua
final compleja.

♦ Los acto abdicativos: los actos abdicativos son aquéllos actos jurídicos en los
que su agente tiene por fin inmediato la pérdida para sí de una relación jurídica en
la que se encuentra emplazado, o de algún derecho o facultad emergente de la
misma, y que puede producir o no su extinción, reciba o no algo a cambio. Los
principios generales que rigen todo acto abdicativo son: 1) libertad o
renunciabilidad; 2) informalidad; 3) interpretación estricta; 4) retractabilidad.

♦ La renuncia a los derechos como especie de acto abdicativo: su utilidad,


esencialmente, radica en que permite aglutinar diversos actos aparentemente
diversos, pero que comparten esta cualidad que les es común. Bajo este prisma, la
renuncia a los derechos constituiría una especia dentro de este género.
♦ La cuestión en el CCyC: se regula la renuncia y remisión en los arts. 944 a 954,
razón por la cual la renuncia a los derechos luce como una figura general, de vasto
contenido y límites algo difusos. La categoría de actos abdicativos, no tiene
anclaje normativo, aunque no dudamos de su pertinencia y utilidad, por las
razones antes indicadas.

La renuncia a los derechos en general:


 Concepto:
La renuncia de los derechos es el acto jurídico unilateral o bilateral, oneroso o
gratuito, en el que su otorgante tiene por fin inmediato la pérdida de un derecho
del que es titular, o de un derecho o una facultad emergente del mismo,
produciendo su extinción.

 Caracterización:
♦ Es un acto jurídico.

151
Iván Ignacio Carthery

♦ Todos los derechos son renunciables, salvo que exista una prohibición legal, o
se afecte el orden público.
♦ Cuando se trata de derechos patrimoniales, un acto de disposición, es necesario
conferir facultades expresas; aunque puede haber renuncias que constituyan actos
de administración.
♦ Puede ser unilateral o bilateral.
♦ Puede ser oneroso o gratuito.
♦ Como regla, es no formal.
♦ Es de interpretación estricta.
♦ Es retractable.
♦ Puede ser otorgada por actos inter vivos o mortis causa mediante un legado de
liberación.
♦ Puede ser pura o condicional.
♦ Generalmente la renuncia no tiene efectos traslativos.

 Renuncia a los derechos y remisión de la deuda:


Entre los arts. 944 a 949 se dispone sobre la renuncia de derechos en general:
con posterioridad (arts. 950 a 954), sobre la remisión de la deuda, entendida ésta
como la renuncia al crédito por la entrega voluntaria por el acreedor al deudor del
documento original en que consta la deuda.

 La causa final:
Se trata de un acto jurídico causado, en el sentido de que quien lo obra claramente
lo hace con la finalidad de pérdida del derecho, privarse voluntariamente de algo
que se poseía. En definitiva: en todo acto abdicativo en general, y en la renuncia
en particular, el sujeto quiere y tiene por fin inmediato el dejar de tener aquello que
está en su órbita de intereses jurídicos.

 El objeto de la renuncia a los derechos. El orden público como límite


infranqueable.
“Art. 944: Caracteres. Toda persona puede renunciar a los derechos conferidos
por la ley cuando la renuncia no está prohibida y sólo afecta intereses privados. No
se admite la renuncia anticipada de las defensas que puedan hacerse valer en
juicio”.

♦ La regla general: en principio pueden ser renunciados cualquier derecho,


facultad o relación jurídica, excepto que el acto vulnere el orden público o que
exista una prohibición de la ley.

♦ Posibilidad del Objeto. La renuncia a derechos condicionales y eventuales: la


cuestión se rige por el art. 279. Siendo los hechos o cosas imposibles, material o
jurídicamente, no pueden ser objeto de los actos jurídicos, la regla se traslada sin
inconvenientes a la renuncia de los derechos. La posibilidad, hace a la existencia
misma del derecho que se pretende renunciar. Por ende, no se puede renunciar lo
que no se tiene; y tampoco a los derechos que ya se han extinguido por otra
causa. Distinto es el caso de los derechos eventuales o condicionales, que sí

152
Iván Ignacio Carthery

pueden ser objeto de una renuncia, ya que se trata de derechos existentes, y no


de meras hipótesis o probabilidades.

♦ Licitud del objeto. El orden público como límite. El criterio hermenéutico: el orden
público constituye el límite infranqueable en el otorgamiento de todos los actos
abdicativos, y también de la renuncia a los derechos. Se trata de uno de los
grandes principios, incuestionables en materia de renuncia de derechos. Se indica
en el art. 944 que la renuncia es viable si no está prohibida por la ley y sólo afecta
intereses privados, a) son renunciable los derechos instituidos en beneficios del
interés particular de su titular; b) son irrenunciables los derechos instituidos en
resguardo del orden público; c) en caso de duda acerca de la finalidad de su
institución ha de estimarse que el derecho es renunciable.

♦ Consecuencias. Imperatividad e irrenunciabilidad: cuando una ley es de orden


público, la misma es imperativa, esto es, de derecho forzoso, inderogable por
voluntad de las partes. Pero debe distinguirse entre imperatividad de las normas e
irrenunciabiliad de los derechos. En base a ello, es posible entonces distinguir
entre orden público absoluto, cuando a la imperatividad de la ley se le suma la
irrenunciabilidad del derecho; del orden público relativo, en los casos en que la
existencia de leyes imperativas no impide la renuncia de los derechos que han
sido adquiridos.

♦ Derechos irrenunciables: la renuncia a las leyes, los bienes públicos son


inenajenables y, por ende, no puede ser renunciados o abandonados, el derecho a
reclamar la filiación o de impugnarla, toda cláusula que dispensa o limita la
responsabilidad prevista para los daños que comprometen la solidez de una obra
realizada en inmueble destinada a larga duración o que la hacen impropia para su
destino, se tiene por no escrita. En el fideicomiso, el contrato no puede dispensar
al fiduciario de la obligación de rendir cuentas, ni de la culpa o dolo en que puedan
incurrir él o sus dependientes, ni de la prohibición de adquirir para sí los bienes
fideicomitidos.

♦ Derechos renunciables por expresa disposición legal: en algunos casos la ley


autoriza la renuncia de ciertos derechos, en casos que podrían resultar dudosos.
Entre otros, ello son: los derechos personalísimos, pero sólo si el acto no es
contrario a la ley, la moral o las buenas costumbres, el beneficio de división en la
fianza, la herencia, el acreedor puede renunciar a sus privilegio o postergarlo,
salvo el privilegio del crédito laboral.

 Especies:
Una renuncia onerosa es renuncia de nombre, pues si media un precio se tiene un
cambio. La naturaleza jurídica de la renuncia: si es unilateral en todos los casos,
mal podría postularse la existencia de renuncias onerosas; en cambio, si se
considera bilateral, nada obstaría a afirmar lo señalado. Por ello, los partidarios de
la unilateralidad de la renuncia señalaban que de ser onerosa, la renuncia sólo
tiene de tal su nombre, pues si media un precio o una contraprestación pierde su
tipicidad, que es la de ser un acto jurídico unilateral.

153
Iván Ignacio Carthery

♦ La renuncia onerosa: En el art.945 en su primera parte dispone “Si la renuncia se


hace por un precio, o a cambio de una ventaja cualquiera, es regida por los
principios de los contratos onerosos”. Pero sin de perjuicio de las disposiciones
especiales en cada caso concreto, en situaciones de duda u oscuridad en la ley,
imperarán los principio que rigen toda renuncia, muy especialmente el de la
libertad de renunciar, y el de interpretación estricta.

♦ La renuncia gratuita. Puede o no ser una liberalidad: en la segunda parte del art.
945 se dispone “La renuncia gratuita de un derecho sólo puede ser hecha por
quien tiene capacidad para donar”. Para ser tal, la renuncia gratuita a los
derechos, no debe tener aneja una contraprestación. Por ello, no es de la esencia
de la renuncia a los derechos la intención de beneficiar a un sujeto; aunque en
ciertos casos puede presentarse este ánimo. No cabe confundir la gratuidad de un
acto jurídico con la intención de beneficiar, que es propia de las liberalidades.
Pueden existir actos gratuitos en donde no exista tal intención de beneficiar. Y
también existen liberalidades en las que, técnicamente, no hay renuncia, sino un
acto diferente, como ocurre en el caso de la donación.

 Otorgamiento de la renuncia:
Se consagra la bilateralidad de la renuncia cuando ella tiene un beneficiario. En el
art. 946 se dispone “Aceptación. La aceptación de la renuncia por el beneficiario
causa la extinción del derecho”.
♦ Renuncia gratuita unilateral: comprende a todos aquellos derechos absolutos
que no tienen un beneficiario directo de la renuncia, sean de naturaleza
patrimonial o extrapatrimonial. Sin embargo, existiendo un beneficiario, la renuncia
será bilateral. En los derechos relativos de contenido extrapatrimonial bastará con
la manifestación de voluntad del tiempo del derecho para que la renuncia, como
acto jurídico, quede perfeccionada y, en consecuencia, el derecho se extinga.

♦ Renuncia gratuita bilateral: cuando la renuncia tiene un beneficiario directo, es


necesaria su aceptación para que el derecho se extinga.
♣ Se trata de un contrato extintivo. En el art. 957, se define al contrato como
acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento
para crear, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales. Como
la renuncia de derechos bilateral sólo es predicable en el ámbito de los derechos
patrimoniales.
♣ Rol de la declaración del renunciante: si es aceptada, queda cerrado el
contrato, y no es posible la retractación; por el contrario, si es retractada antes de
la aceptación, el contrato no se ha formado y la oferta queda sin efecto.
♣ La aceptación por el beneficiario: es aquí un requisito de eficacia del acto
mismo, sin la cual no hay renuncia, desde que es necesario el concurso de las
voluntades del renunciante y el beneficiario.
♠ Naturaleza: es un acto jurídico de disposición.
♠ Forma: debe imperar un criterio amplio y flexible, admitiéndose
cualquier tipo de manifestación de voluntad, aun cuando se exija una forma
determinada para el otorgamiento de la renuncia.

154
Iván Ignacio Carthery

♠ Momento en que produce efectos: lo hace desde que es


formulada y, en el caso de ser notificada al renunciante, desde su expedición o
envío, y sin posibilidades de que el aceptante pueda retractarse de la aceptación.
♠ Capacidad: no se dispone respecto a la capacidad para aceptar
renuncias. En nuestra opinión, y por analogía, debe aplicarse la solución del art.
1549 que se dispone sobre la capacidad para aceptar donaciones.

♦ Renuncias onerosas: en tal caso, la renuncia y la aceptación se otorgan en el


mismo acto, razón por la cual no se presenta el interregno entre ambos.

 Retractación de la renuncia:
“Art. 947: Retractación: La renuncia puede ser retractada mientras no haya sido
aceptada, quedando a salvo los derechos adquiridos por terceros”.
♦ Caracterización: partiéndose de la existencia de un acto anterior, su otorgante
con posterioridad, se arrepiente de lo obrado y pretende borrar los efectos del acto
anterior, y si es posible, el acto mismo. Trae aparejada una ineficiencia funcional
del acto retractado. En efecto, además de todos los requisitos que debe cumplir
como cualquier acto jurídico, es presupuesto de su validez la existencia de un acto
previo también eficaz desde su faz estructural, y quien integra su causa fuente
desde el punto de vista fenomenológico y jurídico. El acto retractado es la
renuncia. Es un acto jurídico unilateral; y de disposición. Es en principio un acto no
formal, pudiendo ser expresa o tácita.

♦ Su ámbito de actuación:
♣ Renuncias onerosas. Imposibilidad: en las renuncias onerosas la
retractación es impredicable. Es que en un mismo acto, ambas partes, renuncian y
aceptan la renuncia en el mismo acto.
♣ Renuncias gratuitas unilaterales: en tal caso, el arrepentimiento (o
retractación) únicamente podrá ser ejercido en tanto y en cuanto no haya mediado
una adquisición posterior, por un tercero, de un nuevo derecho sobre el bien en
trance. Por cierto que en caso de operarse la retractación, no habrá adquisición de
un nuevo derecho sobre la cosa, sino que al renunciante-retractante le serán
restituidos los derechos que había abandonado.
♣ Renuncias gratuitas bilaterales: la aceptación del beneficiario es un acto
que integra la formación del acto. Lo que se puede retractar no es la renuncia, que
por otra parte todavía no se ha perfeccionado, sino la oferta de renuncia.
Identificada la declaración que puede ser retractada como lo que realmente es,
esto es, oferta contractual, queda sujeta a los regímenes de la formación de los
contratos.

♦ Tiempo de la retractación: la renuncia podrá ser retractada desde el momento


mismo que es formulada. Como la aceptación produce sus efectos desde que es
manifestada, la retractación debe ser anterior al otorgamiento de la aceptación.
Este interregno es su tiempo útil.

♦ La renuncia al derecho a retractarse. La renuncia irrevocable: se trata del caso


en que el propio renunciante, renuncia al derecho de retractarse es renunciable en

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Iván Ignacio Carthery

el momento mismo de formularse la renuncia. En tal caso, ante la bilateralidad de


la renuncia, la aceptación es el único camino que queda. Si se produce, el derecho
se extingue; de lo contrario, no, pero no puede ser retractada.

♦ Efecto de la retractación: como la renuncia, para causar la extinción del derecho,


requiere la aceptación del beneficiario, deja sin efecto la oferta contractual.

♦ Efectos de la retractación respecto de terceros: la ley contempla expresamente


la situación de los terceros que hubieran adquirido derechos en razón de la
renuncia que luego es retractada, quedando los mismo a salvo, siempre y cuando
tal adquisición se hubiera producido entre el momento en que la renuncia tuvo
lugar y la retractación. El problema parte cuando el tercero adquiere derechos en
razón de la renuncia efectuada, la que aún no ha sido retractada; y debe darse
respuesta a qué ocurre con tales derechos una vez acontecida la retractación. Así
las cosas, estaría adquirido (desde la óptica de la bilateralidad de la renuncia) un
derecho en base a un acto que aún no se ha perfeccionado, pues se encuentra
pendiente la aceptación. Estas circunstancias colocan al derecho adquirido por el
tercero en situación de condicional, quedando supeditado a la aceptación. Y hasta
tanto no opere la aceptación, el derecho renunciado no habrá quedado extinguido.
Por tal motivo tal derecho aún existirá en la esfera del renunciante, y el tercero
deberá esperar hasta que la renuncia sea otorgada, caso en el cual se verificará la
evidente condición suspensiva a la que estaba supeditada la adquisición de su
derecho. Pero si no media la aceptación y el renunciante se retracta, la condición
suspensiva no se cumplirá, por lo cual el derecho adquirido por el tercero se
perderá irremediablemente. El tercero no puede invocar buena fe alguna,
manifestando que ignoraba que la renuncia aún no había operado, pues debe
conocer que debe otorgarse la aceptación para que el derecho invoca sea puro y
simple, sólido, sin la amenaza del incumplimiento de la condición.

 Interpretación, forma y prueba:


♦ Interpretación estricta. La voluntad de renunciar no se presume: en materia de
actos abdicativos en general, no se presume la intención de abdicar de su
otorgante, y por ende, la interpretación de los actos que induzcan a probarla debe
ser restrictiva, debiendo regir el mismo criterio en orden al objeto del acto. En el
sentido de que la denominada interpretación estricta lo es tanto respecto de la
voluntad del agente, como también en relación a su objeto, debiéndose entender
que dicho criterio restrictivo rige también respecto a los bienes que lo integran. En
el art. 948 se dispone: “Prueba. La voluntad de renunciar no se presume y la
interpretación de los actos que permiten inducirla es restrictiva”. Es claro que lo
que se debe interpretar de manera estricta es la intención de renunciar, y no la
renuncia misma. La intención de renunciar nunca se puede presumir.

♦ Forma: “Art. 949: Forma. La renuncia no está sujeta a formas especiales, aun
cuando se refiera a derechos que constan en un instrumento público.
♣ Imposición legal de formas especiales: por excepción la renuncia es un
acto expreso y a la vez formal, cuya inobservancia traerá aparejada su nulidad.

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Iván Ignacio Carthery

♣ Exigencia legal de manifestación expresa: en algunos los supuestos la ley


ordena que la renuncia sea otorgada en forma expresa, aunque no se impone una
formalidad específica a seguir. Extinción absoluta y relativa de la solidaridad,
dispensa de la obligación de rendir cuentas, renuncia al derecho de construir,
plantar o forestar en la superficie.
♣ Renuncia tácita derivada de actos positivos: el intérprete debe ser
sumamente cuidadoso a la hora de establecer si se está ante una verdadera
renuncia o ante un acto en el que si bien está presente la voluntad abdicativa;
debiendo ser categórica la voluntad en tal sentido , no existiendo en caso contrario
ni abdicativo, ni renuncia de derechos. Entre otros casos: la confirmación de un
acto nulo, que importa una renuncia a la acción de nulidad; el cumplimiento
espontáneo de una resolución judicial impugnada; otorgar actos incompatibles con
la situación de mora, etc.
♣ Renuncia por una presunción de la ley derivada de actos positivos: es
algunas oportunidades el legislador establece supuestos en los que considera que
existe renuncia cuando una persona otorga ciertos actos que no están
direccionados a manifestar en forma directa la intención de renunciar, dejando
plasmada en la ley tal solución.
♣ Renuncia por una presunción de la ley derivada del silencio: en este
caso quedan comprendidas las situaciones en las que la ley presume la
manifestación de voluntad derivada del silencio, atento a que impone el deber
jurídico de expedirse de manera expresa. Debe advertirse que el mero no uso del
derecho no importa su renuncia: la ley debe así consagrarlo.

♦ Prueba de la renuncia: nada se dispone en particular en el art. 948. Como la


renuncia es bilateral, por tratarse de un contrato, rigen en consecuencia las
normas sobre la prueba de los contratos. Si se trata de un acto unilateral, rigen las
normas generales de los actos jurídicos.

 Efectos de la renuncia:
♦ Efecto esencial: pérdida del derecho y extinción de la relación jurídica: la
renuncia de los derechos invariablemente trae aparejada su pérdida para el titular,
con prescindencia de que se produzca o no la extinción del objeto. El derecho
renunciado, queda extinguido. Pueden darse casos en los que de la renuncia,
además de la pérdida, también se produzca la extinción del objeto, como ocurre
en las Obligaciones. Pero en otros supuestos, y si bien la renuncia produce la
pérdida, desde la perspectiva objetiva se produce una modificación de la situación
jurídica del objeto.

♦ Efecto no traslativo: la renuncia no produce transmisión de derechos alguna, sin


perjuicio de que en ciertos casos un tercero pueda adquirir algún derecho en
función de tal situación.

♦ Efecto ex nunc: la renuncia de los derechos no tiene efectos retroactivos, ni


puede tenerlos.

157
Iván Ignacio Carthery

♦ La renuncia como excepción en el proceso judicial: la renuncia del derecho


causa la extinción de la relación jurídica, motivo por el cual, en cualquier tipo de
proceso, su invocación y acreditación obstará al progreso de la acción, desde que
no existirá acción alguna que emane de un derecho previamente extinguido.

Renuncia al derecho de crédito:


 Concepto:
Es el acto jurídico abdicativo bilateral, gratuito y no traslativo en el que el acreedor
abdica el derecho subjetivo de crédito del que es titular, y que produce su
extinción, en forma total o parcial.

 La remisión de la deuda como una de las maneras en que puede otorgarse la


renuncia al derecho de crédito:
La remisión se regula en sólo cinco artículos desde el 950 al 954. La remisión de
la deuda es una de las maneras en que se otorga la renuncia al derecho de
crédito, materializada con la entrega voluntaria del documento original en el que
consta la deuda. La renuncia, en el caso de las relaciones de obligación, ahora es
siempre bilateral; y lo que se denomina remisión de la deuda, no es sino una
modalidad especial.

 La cuestión de los efectos de la remisión de la deuda. Su aplicabilidad a toda


renuncia crediticia:
Sin perjuicio de lo anteriormente señalado, lo establecido en los artículos 952, 953
y 954, no constituyen normas especiales de la remisión de la deuda, sino efectos
propios de la renuncia de todo crédito, se haya materializado ésta mediante la
entrega del documento original, o por cualquier otra vía.

 Caracteres de la renuncia al crédito ( y de la remisión de la deuda):


Debiendo precisarse el objeto de lo que es materia de renuncia: la obligación, en
todo o en parte, causando su extinción. En consecuencia: 1) es un acto abdicativo;
2) es una especie de renuncia; 3) se trata de un contrato extintivo; 4) es, por ende,
bilateral; 5) es gratuito; 6) es no traslativo; 7) su objeto es el derecho subjetivo de
crédito; 8) produce su extinción, de forma total o parcial.
 La libertad de renunciar. Quid de la mal llamada remisión forzosa:
La verdadera renuncia al crédito es la voluntaria, y no la impuesta de manera
forzosa por el sometimiento que la ley impone en caso de concurso preventivo a la
decisión de la mayoría en el acuerdo preventivo, que es otro tipo de acto
abdicativo , que guarda algunas cercanías, pero también importantes diferencias, y
con un efecto particular: la novación leal. La nueva regulación legal, le asigna la
calidad de contrato a la renuncia del crédito, termina por confirmar lo antes
señalado; y si bien, respecto a quienes votan afirmativamente debe predicarse la
existencia de un acto abdicativo, esta renuncia se rige por sus normas privativas,
imperando únicamente algunos de los principios generales de todo acto
abdicativo.

 El objeto de la renuncia al crédito:

158
Iván Ignacio Carthery

La cuestión del objeto es la que dota a esta renuncia de su propia identidad y la


distingue de las otras renuncias de derechos: aquí lo renunciado es el derecho de
crédito del acreedor, lo que causa su extinción. El objeto de esta renuncia es el
derecho mismo. Por otra parte, la renuncia podrá ser total o parcial en el caso en
que la prestación se susceptible de ser fraccionada. La prestación no es el objeto
de la renuncia, sino que lo es el derecho mismo. Pero la prestación integra el
derecho como uno de sus elementos esenciales.

 Remisión de la deuda por entrega del documento original:


En el art. 950 en su primera parte establece que se considera remitida la deuda,
excepto prueba en contrario, cuando el acreedor entrega voluntariamente al
deudor el documento original en que consta la deuda.
♦ Es una renuncia por presunción de la ley derivada de un acto positivo. Una
modificación importante: es la ley la que entiende la existencia de una renuncia
tácita en función de actos positivos, generándose, una presunción que es
claramente iuris tantum. Por ello, quien alegue la existencia de otra situación
jurídica, deberá cargar con la prueba. De ello se deriva una modificación
trascendente: no basta con alegar el pago para destruir la presunción de renuncia,
sino que hay que probarlo.

♦ Bilateralidad del acto. Efecto extintivo inmediato: la entrega voluntaria, es


necesariamente un acto jurídico. De cara a la bilateralidad que se ha consagrado,
cabe predicar que tanto la oferta de renuncia y su aceptación constituyen los dos
elementos del acto que lo forman, y producen el efecto extintivo.

♦ El documento original. Calidades que debe reunir: este instrumento puede ser
público o privado; pero en el caso de los instrumentos públicos que tengan su
mellizo protocolizado, será de aplicación lo establecido en la segunda parte del art.
950. Por ende, la entrega de fotocopias legalizadas o certificadas, copias o
testimonios, en el marco de la ley vigente, no hace presumir nada a favor del
deudor. Si existen dos originales, uno en poder de cada parte, la situación no
varía. Si son muchos y la obligación es solidaria, la propagación de efectos lleva a
concluir que la obligación se habrá extinguido por remisión, en el caso de la
indivisibilidad, será necesario el consentimiento de todos los acreedores.
♦ La entrega efectiva del documento original: la entrega del acreedor al deudor, en
cuanto acto por el cual se pone en manos del otro el instrumento, debe ser
voluntaria, obrada con discernimiento, intención y libertad. Por ello es que si
hubiera mediado algún vicio de la voluntad, no habrá remisión. En el caso en que
el documento ha sido robado o hurtado por el deudor, o si el acreedor lo ha
extraviado y circunstancias fortuitas posteriores lo ponen en manos del deudor.
Pero en este caso ya no habrá existido la entrega.

 La entrega de un instrumento protocolizado:


♦ Inexistencia de presunción de renuncia: en la segunda parte del art. 950 se
dispone: “Si el documento es un instrumento protocolizado y su testimonio o copia
se halla en poder del deudor sin anotación del pago o remisión, y tampoco consta
el pago o la remisión en el documento original, el deudor debe probar que el

159
Iván Ignacio Carthery

acreedor le entregó el testimonio de la copia como remisión de la deuda”. En este


caso, la ley vigente de manera expresa veda la existencia de remisión tácita de la
deuda por la sola tenencia o entrega de los documentos que allí se contemplan.

 Efectos:
♦ Aclaración preliminar: las disposiciones de los arts. 952 a 954 deben entenderse
aplicables a toda renuncia de derechos creditorios, y no solamente opera mediante
la entrega del documento en el que consta la deuda.

♦ El efecto extintivo. Equivocidad de la solución consagrada legal: En la primera


parte del art. 952 se dispone que “La remisión de la deuda produce los efectos del
pago”. La renuncia al crédito, cualquiera sea su modalidad es una especie de la
renuncia de los derechos, y en cuanto tal, produce su extinción, total o parcial;
caso en el cual recibe comúnmente la denominación de quita. Significa esto que la
relación jurídica que vincula a las partes se extingue, y nada queda tras ello,
produciéndose la liberación del deudor. Algunos autores sostienen que la renuncia
del crédito y la remisión de la deuda son contratos diferentes, lo que se proyecta a
los efectos. Postula que en la renuncia la obligación se extingue, pero no se dan
efectos del pago; en tanto que en la remisión si se producen los mismos efectos
jurídicos que el pago. Por ello la situación jurídica del deudor, en consecuencia, no
puede ser la misma, según que haya renuncia o remisión, en la misma medida en
que no es lo mismo invocar frente a terceros los efectos del pago que los efectos
del perdón del deudor.

♦ Renuncia respecto del deudor principal y consiguiente liberación de los fiadores


y otras garantías otorgadas por terceros: la remisión hecha al deudor principal
liberaba a los fiadores, como así también respecto de cualquier otra garantía, real
o personal, constituida por terceros: es que por imperio de las reglas de la
accesoriedad, tal solución se impone, sin excepción alguna. Además, si el
acreedor condona parcialmente la deuda, la obligación del fiador también se
extinguirá parcialmente.

♦ La remisión a favor del fiador: la tercer parte del art. 952 dispone “la remisión en
favor del fiador no aprovecha al deudor”.
♦ Pluralidad de fiadores y renuncia respecto a uno sólo de ellos: la última parte del
art. 952 dispone “la remisión hecha a favor de uno de varios fiadores, no
aprovecha a los demás”.

♦ Entrega de la cosa dada en prenda: el art. 954 dispone “la restitución al deudor
de la cosa dada en prenda causa sólo la remisión de la prenda, pero no la
remisión de la deuda”. El derecho real de prenda, en cuanto a garantía participa de
la accesoriedad propia de los derechos reales (art.2186). De hecho, en esta última
norma se dispone en su párrafo final: “la extinción de la garantía por cualquier
causa, incluida la renuncia, no afecta la existencia del crédito”:

160
Iván Ignacio Carthery

♦ Pago parcial hecho por un fiador: en el art. 953 se dispone “El fiador que pagó
una parte de la deuda antes de la remisión hecha al deudor, no puede repetir el
pago contra el acreedor”.
El texto legal ahora vigente no contempla la situación apuntada precedentemente,
sino una distinta: si el fiador pagó una parte de la deuda, y luego el acreedor
otorgó una remisión, el fiador no puede repetir el pago. Debe entenderse que si el
fiador pagó una parte de la deuda, ésta necesariamente se aminoró, y lo que el
acreedor renunció ha sido el saldo insoluto, y no la obligación en su totalidad.

 El legado de liberación:
Cuando se trata de un legado de liberación, el acto es unilateral, pues sólo puede
instituirse legatario por un testamento, que es un acto unilateral. La obligación, en
tal caso, se extingue por renuncia y no por confusión. En el legado de liberación: el
legatario tiene el rol de deudor. Asimismo, no existe transmisión o transferencia
alguna a su favor. En el art. 946 sólo es aplicable a los actos inter vivos, por lo cual
es inaplicable para los actos mortis causa. Es que la norma supone un acuerdo de
voluntades, que es impredicable en el caso que nos ocupa.

Imposibilidad de cumplimiento
. Art. 955°. Definición. La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva de la
prestación, producida por caso fortuito o fuerza mayor, extingue la obligación, sin
responsabilidad. Si la imposibilidad sobreviene debido a causas imputables al deudor, la
obligación modifica su objeto y se convierte en la de pagar una indemnización de los
daños causados.

Si bien la regla general que impera en la materia determina que el deudor es responsable
del incumplimiento de la obligación a su cargo, su responsabilidad se torna inexistente
cuando la prestación resulta imposible de ejecutar. La imposibilidad sobrevenida, objetiva,
absoluta y definitiva de la prestación, producida por caso fortuito o fuerza mayor, extingue
la obligación sin responsabilidad. Es decir, el efecto principal de la imposibilidad de
cumplimiento es la extinción de la obligación y la consecuente liberación del deudor,
siempre que la imposibilidad sea producida por un caso fortuito o fuerza mayor, y resulte
totalmente ajena a la conducta del deudor. Los requisitos para que medie imposibilidad de
cumplimiento como causa de extinción de las obligaciones son:
• Que la prestación se haya tornado imposible, en razón de una causa sobrevenida.
La imposibilidad puede ser física o jurídica. Habrá imposibilidad física cuando la
prestación sea de realización físicamente imposible, como suele suceder en las
obligaciones de hacer intuitu personae. En cambio, habrá imposibilidad jurídica
cuando aparece un obstáculo legal que se opone a la realización de la prestación
debida, aunque ella sea materialmente posible de ser cumplida. Dicha
imposibilidad debe ser sobrevenida, es decir, posterior al acto que generó la
obligación, ya que si fuera contemporánea al otorgamiento del acto, existiría un
defecto originario por falta de objeto, que constituye un supuesto de nulidad. La
imposibilidad debe ser:

161
Iván Ignacio Carthery

• Objetiva. El impedimento debe estar referido al contenido de la prestación en


sí, con abstracción de cualquier otro elemento.
• Absoluta. No puede ser vencida por las fuerzas humanas.
• Definitiva. No puede ser cumplida con posterioridad a la ocurrencia del hecho
impeditivo.

• Que el deudor no responda por caso fortuito. Si el deudor ha asumido a su cargo


el responder aun por caso fortuito, no podrá exonerar su responsabilidad y
responderá por el incumplimiento. El alcance del caso fortuito es una cuestión
compleja compuesta por dos elementos: uno objetivo (la imposibilidad
sobrevenida) y otro subjetivo (la no imputabilidad del deudor). El caso fortuito debe
ser la causa determinante del incumplimiento para que el deudor no responda por
los daños.

Si la imposibilidad sobreviene debido a causas imputables al deudor, la obligación


modifica su objeto y se convierte en la de pagar una indemnización de los daños
causados. Esta norma se aplica ante la posibilidad de que el incumplimiento sea
imputable al deudor en razón de un factor de imputación subjetivo y objetivo, o bien que el
deudor haya asumido un caso fortuito. En tal caso, la obligación modifica su objeto y se
convierte en la de pagar una indemnización de daños y perjuicios. Es el llamado id quod
interest. Tanto la ejecución forzada como el id quod interest son tramos de la misma
obligación, ya que se está siempre en presencia del mismo derecho subjetivo del
acreedor y del mismo deber del deudor. Únicamente, en caso de tener que efectuarse la
ejecución directa y obtenerse la satisfacción del interés a través de una indemnización en
dinero, el derecho del acreedor sufrirá un cambio en su objeto. No hacen a partir del
incumplimiento del deudor nuevas obligaciones derivadas de él. Cuando el deudor no ha
ejecutado la prestación asumida y ha frustrado de tal modo el cumplimiento de la
obligación, el acreedor podrá acudir a la ejecución forzada, o por otro, de dicha
prestación. Si no fuera ello posible, se resuelve mediante la prestación sustitutiva en
dinero o id quod interest, que es el equivalente pecuniario de la prestación debida. Ello no
obsta a que el acreedor pueda reclamar además el resarcimiento por los daños sufridos
con motivo de dicho incumplimiento.
Es decir, no debe confundirse el id quod interest (contravalor dinerario de la prestación
debida) con la indemnización de daños y perjuicios que puede reclamar el acreedor con
independencia del contravalor dinerario de la prestación. Para el id quod interest solo es
necesario acreditar la existencia del vínculo obligacional y el incumplimiento de la
obligación, sin requerirse la prueba del daño en sí porque no se trata más que del
sucedáneo de la prestación originaria. Lo único a probar sería la diferencia entre el valor
actual y el originario. Se configura como un daño in re ipsa, ya que deriva de la falta de la
prestación debida y no requiere de otra prueba más que el incumplimiento de la misma.
Los mayores daños que sufra el acreedor con motivo de la falta de cumplimiento de la
prestación requieren una prueba efectiva de los perjuicios, de la relación causal y del
factor de atribución.

162
Iván Ignacio Carthery

Imposibilidad temporaria:
Art. 956°. Imposibilidad temporaria. La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y
temporaria de la prestación tiene efecto extintivo cuando el plazo es esencial, o cuando su
duración frustra el interés del acreedor de modo irreversible.

La imposibilidad de cumplimiento que extingue la obligación es aquella que reviste el


carácter de sobrevenida, absoluta, objetiva y definitiva. Sin embargo, puede suceder que
la imposibilidad sea temporaria. Sostiene Llambías que debe reconocérsele al acreedor la
facultad de asimilar la imposibilidad temporaria a la definitiva para obtener la disolución
del vínculo obligación, aun sin cargo alguno para el deudor, si es que el acreedor no tiene
interés en el cumplimiento. El Código establece que la imposibilidad temporal tendrá
efecto extintivo cuando su duración frustra el interés del acreedor de modo irreversible o
cuando el plazo sea esencial (es decir, que el tiempo en que debe cumplirse la prestación
ha sido un elemento determinante para que el acreedor la celebre, ya que de no cumplirse
en esa fecha resulta inútil).

Unidad 13:
Aspecto General: Prescripción:

 Concepto:
♦ Prescripción adquisitiva: “art.1897: La prescripción para adquirir es el modo por
el cual el poseedor de una cosa adquiere un derecho real sobre ella, mediante la
posesión durante el tiempo fijado por la ley.

♦ Prescripción liberatoria: es modo extintivo de las obligaciones producido por el


transcurso del tiempo, sumado a la inacción de las partes, en las condiciones que
fija la ley. La prescripción liberatoria constituye un modo de extinción de la acción
que confiere ciertos derechos o situaciones jurídicas a su titular, por el transcurso
del tiempo fijado por la ley sumado a la inacción de las partes; entendido el
término acción como un poder jurídico de exigir el reconocimiento y la efectividad
del derecho subyacente, lo que debe distinguirse del derecho que asiste a toda
persona de peticionar ante el órgano jurisdiccional, sea cual sea la suerte del
planteo en lo sustancial. El efecto propio de la prescripción liberatoria no puede
variar se trate o no de una relación de obligación. Es que si se postulara que su
efecto inmediato es la extinción del derecho, no encontraría una respuesta
satisfactoria la situación de aquellos casos en los que sólo se pierde la acción
fuera de dicho ámbito. No tiene conceptualización en el CCyC.

 Elementos de la prescripción liberatoria:


♦ Un derecho o acción prescriptible: la regla es la prescriptibilidad de los derechos
y acciones, salvo las excepciones que fija la ley.

♦ Transcurso del tiempo fijado por la ley: el ordenamiento establece el lapso que
debe correr para que acontezca la prescripción liberatoria, que no puede ser

163
Iván Ignacio Carthery

dispuesto o modificado por los interesados, existe un plazo general de cinco años
y muchos plazos especiales.

♦ Inacción de los interesados: se trata de la conducta inerte de todos aquellos


sujetos que puedan ver afectados sus intereses jurídicos por la prescripción
liberatoria, y comprende a: 1) El titular del derecho; 2) El sujeto pasivo del
derecho; 3) Los terceros interesados.
Debe tratarse de una inercia relevante para no incidir en el curso de la
prescripción, ya que podrían existir actos positivos que no tengan efecto alguno.
Dichos actos se equiparan a la conducta omisiva. Es la ley la que establece cuáles
actos excluyen dicha inercia, los que alteran el curso de la prescripción que se
encuentra corriendo.

 Presupuestos de la prescripción liberatoria:


Son las condiciones que deben verificarse para que ella acontezca, y que desde el
punto de vista causal constituyen el marco contextual que permite que suceda.
♦ Prescriptibilidad de la acción: la regla es la presicriptibilidad de las acciones,
aunque existen excepciones.
♦ Exigibilidad: cuando se trata de acciones, para que ésta prescriba, el titular del
derecho debe tenerla expedita.

♦ Que sea opuesta por el interesado: el juez no puede declarar de oficio de la


prescripción, y debe ser invocada por el respectivo interesado, por vía de acción o
excepción. En consecuencia, si esto último no acontece, la prescripción debe
tenerse por no sucedida, por más que en los hechos haya acontecido.

♦ Posibilidad de actuar: esto es, que al tiempo en que se produce, el titular del
derecho no se encuentre impedido de hacerlos valer.

 Fundamento:
En la doctrina existen diversas opiniones al respecto.
♦ Sanción al titular del derecho: por una parte, se postula que la prescripción
constituiría una sanción al titular del derecho que lo pierde por inacción.

♦ Presunción de abandono: algunos han sostenido la existencia de una suerte de


presunción de abandono del derecho por el titular, con base en su conducta inerte.

♦ Seguridad jurídica: la posición mayoritaria, sostiene que es una figura que


privilegia la seguridad jurídica, que en muchos casos, entra en colisión con otros
principios del ordenamiento, en especial, la justicia. Este mecanismo se estaría
convalidando la conducta de un deudor incumplidor, de un sujeto que ha
perjudicado a otro en alguna situación, o de alguien que, incluso, sin derecho
alguno ha poseído una cosa que no le pertenece. También se podría contestar
que un acreedor que consiente por largo tiempo el incumplimiento, y luego
acciona, incurriría en un ejercicio disfuncional de su derecho. Pero lo que aquí
entra en juego es la necesidad de certeza y estabilidad en los derechos. En
definitiva, el delicado equilibrio entre seguridad y justicia, se vuelca hacia la

164
Iván Ignacio Carthery

primera, pero siempre y cuando se verifiquen los requisitos que la ley establece.
En el caso especial de las obligaciones, cabe recordar que se trata de un derecho
subjetivo temporario. Lleva en sí mismo, desde su nacimiento, incorporada la
causa que razonablemente debe extinguirla. Cuando la obligación se torna
exigible, y si no es cumplida de manera inmediata, el factor tiempo cobra particular
protagonismo.

 Caracteres:
♦ Origen legal. Imperatividad. Prelación normativa: la trascendencia institucional de
la prescripción aconseja vedar la intervención de los particulares modificando la
estructura de la prescripción. Existe aquí un interés general, colectivo, que está
por encima de los intereses de los particulares, que por ende tiene un valor
superior a éstos y los neutraliza, y que puede resumirse en la necesidad de dar
seguridad a las relaciones y situaciones jurídicas en sus principales aspecto
existenciales; en este caso ante el inexorable paso del tiempo. Se ha ratificado el
carácter imperativo de las normas relativas a la prescripción, vedando cualquier
modificación por vía convencional. La prescripción, pues, se encuentra imbuida de
orden público.
♦ Competencia legislativa: por imperio del art. 75 inciso 12 de la CN es el
Congreso quien cuenta con la facultad exclusiva y excluyente para reglar la
prescripción. Por ello es que entendemos que no sólo es inconveniente, sino
además inconstitucional, el agregado al art. 2532 en el cual el legislador,
delegando lo que a su vez le fue delegado de las Provincias, habilita a que las
legislaciones locales la regulen en cuanto al plazo de tributos.

♦ Irrenunciable, salvo la ya ganada: la renuncia a la prescripción es el acto por el


cual el renunciante se despoja del poder jurídico de invocar la prescripción,
dejando subsistente en toda su plenitud y eficacia la obligación a cuyo respecto
había corrido el término de aquélla. En el art. 2535 la prescripción ya ganada
puede ser renunciada, lo que significa que no es viable la renuncia anticipada a la
prescripción no cumplida.

♦ Interpretación restrictiva: la regla, postulada por la doctrina y la jurisprudencia,


predica que en caso de dudas ha de estarse por la inexistencia de la prescripción,
o por la subsistencia del derecho en crisis.

 Sujetos de la prescripción:
“Art. 2534: La prescripción opera a favor y en contra de todas las personas,
excepto disposición legal en contrario. Los acreedores y cualquier interesado
pueden oponer la prescripción, aunque el obligado o propietario no la invoque o la
renuncie”.

 La prescriptibilidad como regla. Acciones y derechos imprescriptibles:


“Art. 2536: Invocación de la prescripción. La prescripción puede ser invocada en
todos los casos, con excepción de los supuestos previstos por la ley”.
Hay algunos supuestos de imprescriptibilidad como: la acción de ausente
reaparecido, para reclamar los bienes existentes luego de vencida la prenotación,

165
Iván Ignacio Carthery

la acción de partición en el condominio, la acción para reclamar una servidumbre


forzosa, acciones civiles derivadas de delitos de lesa humanidad.
La prescripción de las excepciones se postula que si ésta sólo ha podido ser
articulada como defensa y no como acción, debe ser considerada imprescriptible;
en tanto que si se podía hacer valer por vía de acción prescribe.

Efectos. Aspectos procesales:

 Efecto extintivo: cuando se trata de relaciones de obligaciones, la prescripción


liberatoria extingue el derecho subjetivo de crédito, por la supresión del elemento
coactivo del vínculo. No subsiste, relación jurídica alguna entre el acreedor y el
deudor. Si se trata de otras situaciones jurídicas, lo extinguido es la acción que
confería la situación jurídica en concreto.

 Alcances subjetivos del efecto extintivo: si se trata de obligaciones indivisibles, la


prescripción liberatoria puede ser invocada por cualquiera de los deudores contra
cualquiera de los acreedores. En las obligaciones concurrentes, la prescripción
cumplida no tiene efectos expansivos respecto de los restantes obligados
concurrentes.

 Quid del pago de una obligación prescripta:


“Art. 2538 el pago espontáneo de una obligación prescripta no es repetible”. Ello
constituye una excepción a las reglas del pago indebido, ya que es claro que en
razón del efecto extintivo no hay obligación subyacente. El ordenamiento
establece que de producirse dicho acto, se lo considera per se como una justa
causa de atribución patrimonial, siempre y cuando la conducta del otrora deudor
reconozca como causa fenomenológica la obligación que se ha extinguido.

 La prescripción opera de pleno derecho, pero debe ser invocada por el interesado.
No es declaraba de oficio:
La prescripción debe tenerse por sucedida cuando se cumple el plazo legal
sumado a la inacción de las partes; y que la sentencia es meramente declarativa.
Por ello es que el pago de una obligación prescripta se rige por el art. 2538, y no
importa un acto de reconocimiento, no habiendo efecto interruptivo, ni tampoco
tornándose nuevamente exigible. Lo propio si se presentare una causal de
suspensión una vez acontecida la prescripción. Lo señalado no obsta a que deba
ser opuesta por el interesado en el marco de un proceso judicial iniciado por el
contradictor. Si ello no acontece, no cabe predicar la existencia de una renuncia
tácita a la prescripción ya ganas, que no puede presumirse de dicho silencio. Pero
el efecto es similar: si el deudor o el poseedor no la invoca, respecto de él debe
reputarse por no sucedida, cobrando plena virtualidad el derecho del acreedor o
del titular del derecho. Pero sólo respecto de él, y no de otros interesados, como
podrían ser sus codeudores, a quienes tal situación no puede afectarlos. El efecto
es personal. El juez, por su parte, no puede declararla de oficio.

 Vías procesales:

166
Iván Ignacio Carthery

“Art.2551: Vías procesales. La prescripción puede ser articulada por vía de acción
o de excepción”. La vía procesal, cuando la acción es autónoma, es la acción
declarativa de certeza. Aunque también puede serlo por vía incidental.

 Quienes y cuándo pueden oponerla:


“Art. 2553: Oportunidad procesal para oponerla. La prescripción debe oponerse
dentro del plazo para contestar la demanda en los procesos de conocimiento, y
para oponer excepciones en los procesos de ejecución. Los terceros interesados
que comparecen al juicio vencidos los términos aplicables a las partes, deben
hacerlo en su primera presentación”. El demandado tiene la carga de oponerla
como excepción en el plazo para contestar la demanda en los procesos de
conocimiento, y en el de oposición de excepciones en los procesos de ejecución.
En ambos casos debe correrse un traslado al actor de esta excepción de fondo, a
fin de que ejerza su derecho de defensa. También los terceros interesados pueden
invocarla, aun cuando el obligado, el propietario, o el demandado en otro tipo de
acción no la invoque o la renuncie.

 Modo de oponerla:
Precisión y claridad, y las normas procesales disponen para la demanda, formular
la petición en dichos términos. Sin perjuicio de la interpretación estricta que debe
imperar en materia de prescripción, el juez debe resolver la excepción en cuestión.

 La oposición de la prescripción y el principio iura curia novit:


Se trata de una cuestión de derecho y por ende, en principio, el juez es quien debe
en principio determinarlo, aunque en base a los hechos probados, a fin de no
alterar la Litis afectando el derecho de defensa de las partes. Es que inacción, y la
eventual existencia de causales de interrupción y suspensión constituyen hechos
que deben ser alegados y probados por las partes, el plazo es una cuestión de
puro derecho, y en función del orden público imperante, no pueden las partes
asignar un plazo de prescripción distinto del que la ley establece.

 Renuncia a la prescripción:
♦ Renuncia según el CCyC: “art.2535: La prescripción ya ganada puede ser
renunciada por las personas que pueden otorgar actos de disposición. La renuncia
a la prescripción por uno de los codeudores o coposeedores no surte efectos
respecto de los demás. No procede la acción de regreso del codeudor renunciante
contra sus codeudores liberados por la prescripción”.

♦ Concepto: la renuncia a la prescripción es el acto por el cual el renunciante se


despoja del poder jurídico de invocar la prescripción, dejando subsistente en toda
su plenitud y eficacia la obligación a cuyo respecto había corrido el término de
aquélla. En otras palabras, es la renuncia al derecho de oponer la prescripción ya
trascurrida. Es un acto abdicativo, bilateral, gratuito, de disposición, no traslativo,
no formal, de interpretación estricta y retractable.

167
Iván Ignacio Carthery

♦ Capacidad. Otorgamiento por representante: para otorgar este arco, el sujeto


debe tener capacidad de otorgar actos de disposición, a título gratuito u oneroso
según cómo sea dicha renuncia. En razón del art. 371 inciso i), es necesario
contar con facultades especiales para su otorgamiento mediante un representante
voluntario. Para los representantes legales, es necesaria la autorización judicial.

♦ Interpretación y forma: es no formal y podrá ser expresa o tácita. Su


interpretación siempre debe efectuada con criterio restrictivo. Al ser la renuncia de
derechos un contrato extintivo, rigen las reglas de la prueba de los contratos: La
intención de renunciar no se presume, y la interpretación de los actos que
induzcan a establecerla debe ser restrictiva. En consecuencia: 1) si ya ha
acontecido la prescripción, el sólo reconocimiento de la obligación no sólo nada le
agrega, ni la torna nuevamente exigible, sino que además, no puede ser
considerado como una renuncia a la prescripción ya cumplida, ya que en tal caso
no puede afirmarse que la intención del reconociente es inequívoca: 2) Una simple
promesa de pago, sin otro aditamiento, es insuficiente para constituir una renuncia
a la prescripción; 3) El reconocimiento interruptivo de la prescripción que está
corriendo, constituye un claro supuesto de renuncia tácita; 4) el mero silencio ante
la pretensión de cobro extrajudicial, no constituye renuncia alguna.
♦ Efectos entre las partes de la renuncia: desde el momento mismo del
otorgamiento de la aceptación de la renuncia comenzará a correr un nuevo plazo
de prescripción, el establecido por la ley para la acción de que se trate. Si la
renuncia se otorga en el ámbito de un proceso judicial, debe considerarse que la
acción nunca prescribió.

♦ Efectos respecto de codeudores o coposeedores: se establece en el art. 2535


que la renuncia no surte efecto respecto de los demás codeudores o
coposeedores. Es que derecho ya se encuentra extinguido por la prescripción,
motivo por el cual la renuncia sólo puede tener efectos personales, desde que no
es posible revivirlo respecto a quien no presta su consentimiento para ello.

Iniciación de la prescripción liberatoria:


 La regla general:
“Art. 2554: El transcurso del plazo de prescripción comienza el día en que la
prestación es exigible”. Por ende, no es condición que el deudor caiga en mora,
sin perjuicio de lo cual en la generalidad de los casos la exigibilidad de la
obligación y la mora serán simultáneas. Pero pueden existir situaciones en las que
haya exigibilidad sin mora, como en el de las obligaciones sujetas a plazo tácito,
por lo cual la prescripción liberatoria comienza a correr desde el momento en que
según las circunstancias y naturaleza de la obligación, ésta deba cumplirse.

 Los casos particulares:


Citando algunos casos:
♦ Art, 2020: Inicio del curso de la prescripción extintiva. El curso de la prescripción
de la acción de cobro de la medianería respecto al muro de cerramiento se inicia

168
Iván Ignacio Carthery

desde el comienzo de su construcción; y respecto al de elevación o al enterrado,


desde su utilización efectiva por el titular colindante.

♦ Art. 2556: Prestaciones periódicas. El transcurso del plazo de prescripción para


reclamar la contraprestación por servicios o suministros periódicos comienza a
partir de que cada retribución se torna exigible.

♦ Art. 2557: Prestaciones a intermediarios. El transcurso del plazo de prescripción


para reclamar la retribución por servicios de corredores, comisionistas y otros
intermediarios se cuenta, si no existe plazo convenido para el pago, desde que
concluye la actividad.

Suspensión e interrupción de la prescripción:

 Conceptuación. Distinción entre ambas figuras:


Existen dos situaciones que pueden alterar el curso de la prescripción. Son la
suspensión y la interrupción de la prescripción. En el CCyC no se las define por su
naturaleza, sino que al comienzo de cada una se expone su efecto: la suspensión
“art. 2539: detiene el cómputo del tiempo por el lapso que dura pero aprovecha el
período transcurrido hasta que ella comenzó”. En tanto que el de la interrupción
“es tener por no sucedido el lapso que la precede e iniciar un nuevo plazo”. Estas
deben ser invocadas por los interesados, ya que no hay norma que permita al juez
aplicarlas de oficio.

 Suspensión de la prescripción:
♦ Caracterización:
♣ Es un efecto personal. Excepciones: “Art. 2540: Alcance subjetivo. La
suspensión de la prescripción no se extiende a favor ni en contra de los
interesados, excepto que se trate de obligaciones solidarias o indivisibles”. La
detención del plazo de prescripción que se encuentra corriendo, y su arranque
luego de que cesa la causal suspensiva, constituye un efecto personal que
solamente se propaga a codeudores y coacreedores solidarios o indivisibles.
♣ Posibilidad de accionar. Excepciones: esta situación se instaura, en
beneficio del titular del derecho que podría prescribir, y no le impide ejercerlo, ya
que no genera la imposibilidad jurídica de accionar.
♣ Tiempo de inicio de la suspensión: la suspensión de la prescripción
supone una previa iniciación del curso de la prescripción. Si esta ocurriera al de
generarse una acción existiera una causal suspensiva, dos serían los resultados
posibles: entender que la prescripción comenzó a correr y en el mismo instante
quedó suspendida; o entender que no comenzó a correr, y que ello se producirá
una vez cesada la causal suspensiva.
♣ Causales: las previstas en el CCyC se encuentran en los arts. 2541 a
2543.

♦ Interpelación fehaciente: “Art: 2541: Suspensión por interpelación fehaciente. El


curso de la prescripción se suspende, por una sola vez, por la interpelación

169
Iván Ignacio Carthery

fehaciente hecha por el titular del derecho contra el deudor o el poseedor. Esta
suspensión sólo tiene efecto durante seis meses o el plazo menor que
corresponda a la prescripción de la acción”. Es un acto unilateral recepticio, por lo
que sólo tendrá efectos si llega al destinatario, y con ello anterioridad al
vencimiento del plazo de prescripción. El contenido de la interpelación debería ser
lo más circunstanciado posible, de todas maneras, debe adoptarse un criterio
amplio para su valoración en orden a la atribución del efecto suspensivo, ya que
no existen fórmulas sacramentales.

♦ Pedido de mediación: “Art. 2542: Suspensión por pedido de mediación. El


curso de la prescripción se suspende desde la expedición por medio fehaciente de
la comunicación de la fecha de la audiencia de mediación o desde su celebración,
lo que ocurra primero. El plazo de prescripción se reanuda a partir de los veinte
días contados desde el momento en que el acta de cierre del procedimiento de
mediación se encuentre a disposición de las partes”. Debe tratarse siempre de
mediación previa a la iniciación de un proceso judicial, ya que si es posterior, la
instancia de mediación deviene inocua para suspender un plazo de prescripción
que se encuentra previamente interrumpido por la promoción de la demanda.

♦ Causales que denotan la inconveniencia de que corra el plazo de prescripción:


El curso de la prescripción se suspende: a) entre cónyuges, durante el matrimonio;
b) entre convivientes, durante la unión convivencial; c) entre las personas
incapaces y con capacidad restringida y sus padres, tutores, curadores o apoyos,
durante la responsabilidad parental, la tutela, la curatela o la medida de apoyo; d)
entre las personas jurídicas y sus administradores o integrantes de sus órganos de
fiscalización, mientras continúan en el ejercicio del cargo; e) a favor y en contra del
heredero con responsabilidad limitada, respecto de los reclamos que tienen por
causa la defensa de derechos sobre bienes del acervo hereditario.

 Interrupción de la prescripción:
♦ Caracterización: la inutilización absoluta del plazo de prescripción que está
corriendo, y el comienzo de uno nuevo, constituye también un efecto personal que
solamente se propaga a codeudores y coacreedores solidarios o indivisibles. Se
trata de situaciones en las cuales los interesados ponen de manifiesto, de alguna
manera, su inequívoca voluntad de mantener la existencia del derecho; y que
deben ser opuestas y acreditas por los interesados, estando vedado al juez
aplicarla de oficio.

♦ Reconocimiento: “Art.2545: Interrupción por reconocimiento. El curso de la


prescripción se interrumpe por el reconocimiento que el deudor o poseedor efectúa
del derecho de aquel contra quien prescribe”. Se dispone que interrumpe el plazo
de prescripción en reconocimiento que el deudor o poseedor efectúen respecto
del derecho de aquél contra quien se prescribe. La admisión de estar obligado, o
de reconocer al propietario como tal, son actos que denotan la intención de
mantener la existencia del derecho. Se aplican las normas privativas de dicho acto
jurídico, a fin de determinar su validez. Por lo general el reconocimiento es un acto
instantáneo, pero también puede ser continuado.

170
Iván Ignacio Carthery

♦ Petición judicial: “Art. 2546: Interrupción por petición judicial. El curso de la


prescripción se interrumpe por toda petición del titular del derecho ante autoridad
judicial que traduce la intención de no abandonarlo, contra el poseedor, su
representante en la posesión, o el deudor, aunque sea defectuosa, realizada por
persona incapaz, ante tribunal incompetente, o en el plazo de gracia previsto en el
ordenamiento procesal aplicable”.
♣ Caracterización: la prescripción se interrumpe por toda petición del titular
del derecho ante autoridad judicial que traduce la intención de no abandonarlo,
contra el poseedor, su representante en la posesión, o el deudor.
♣ Requisito esencial. Una petición en concreto: no sólo que la presentación
traduzca la intención de no abandonar el derecho, sino que se materialice
mediante una petición concreta. Con lo cual, no bastará con una simple
manifestación, o la formulación de una mera reserva de ejercer eventuales
derechos, o una petición genérica sin una mínima referencia que identifique el
derecho que se pretende hacer valer.
♣ Petición defectuosa: no obsta al efecto interruptivo que la prestación sea
defectuosa, lo que no sólo comprende aquellos casos en los que no se
cumplimenta con los requisitos para la validez de los actos procesales, sino
también errores materiales que no privan de validez a la presentación en cuanto
acto procesal.
♣ Petición ante tribunal incompetente: tampoco es óbice la incompetencia
del tribunal ante el cual se efectúa la presentación, aun cuando sea
ostensiblemente incompetente, como ocurre en los casos en que la demanda se
presenta al solo efecto de interrumpir la prescripción.
♣ El plazo de gracia: la posibilidad de presentar la petición judicial en el
plazo de gracia que el ordenamiento procesal en particular prescribe.
♣ Duración: “art.2547: Duración de los efectos. Los efectos interruptivos
del curso de la prescripción permanecen hasta que deviene firme la resolución que
pone fin a la cuestión, con autoridad de cosa juzgada formal”. La interrupción del
curso de la prescripción se tiene por no sucedida si se desiste del proceso o
caduca la instancia esta causal de interrupción es continuada, en el sentido de que
se mantiene hasta tanto devenga firme la resolución que pone fin a la cuestión,
con autoridad de cosa juzgada formal.
♣ Pérdida de eficacia interruptiva: la interrupción del curso de la
prescripción se tiene por no sucedida si se desiste del proceso o caduca la
instancia, con lo cual debe considerarse que no existió interrupción alguna, y el
plazo de prescripción debe computarse como si esta circunstancia no hubiera
existido.

♦ Quid de las reclamaciones administrativas: toda norma que de alguna manera


concierna a la responsabilidad del Estado, la cuestión queda deferida a las normas
de derecho público nacional o local, según corresponda.

♦ Solicitud de arbitraje: “art. 2548: Interrupción por solicitud de arbitraje. El


curso de la prescripción se interrumpe por la solicitud de arbitraje. Los efectos de
esta causal se rigen por lo dispuesto para la interrupción de la prescripción por

171
Iván Ignacio Carthery

petición judicial, en cuanto sea aplicable”. Asignándose efecto interruptivo a la


solicitud de arbitraje, con los mismos efectos de la interrupción por petición judicial.
Dicho pedido puede ser formulado por uno o amos sujetos interesados, y debe ser
dirigido al árbitro.

Dispensa de la prescripción:
 Concepto:
Se trata de un derecho condicionalmente concedido al acreedor, cual es el de
verse eximido de las consecuencias de la prescripción cumplida en el curso de
situaciones de hecho comprendidas en el concepto genérico de fuerza mayor.

 Caracterización:
Se trata de una situación excepcional, desde que si bien el plazo de prescripción
se ha cumplido, y se podría afirmar que la obligación ya ha prescripto, mediante
este mecanismo, se sustrae al titular del derecho de tal efecto, en razón de una
imposibilidad de hecho que lo afectó al tiempo en que operaba la prescripción y
que, por ende, le impidió ejercer sus derechos. Su razón de ser es la existencia de
un hecho externo, no atribuible causalmente al titular del derecho, en virtud del
cual éste se ve impedido de ejércelo, en el momento en que se produce la
prescripción.

 Requisitos:
Deben concurrir las siguientes circunstancias: 1) que el plazo de la prescripción se
encuentre cumplido; 2) existencia de una dificultad o de maniobras dolosas de que
impidan obrar temporalmente al titular del derecho; 3) que ellas se presenten al
tiempo en que se cumplió el plazo de prescripción; 4) que el titular del derecho
pida la dispensa una vez cesado el impedimento; 5) que tal petición se efectúe
dentro del plazo de caducidad establecido por la ley.

 Causales:
♦ Ajenidad: la dificultad no debe ser atribuida causalmente al titular del derecho, no
debe ser de su autoría. Debe tener la entidad suficiente para impedirle
temporalmente el ejercicio de la acción judicial tendiente a hacer efectivo su
derecho. Puede provenir de una circunstancia externa a quienes tengan interés
jurídico en el derecho de que se trate, en la actuación de contradictor, o en la
actuación de un tercero ajeno que lo provoque.

♦ Dificultad de hecho: si el obstáculo surge directamente de la ley, o de un


impedimento meramente material. A lo que cabe agregar que, en muchos casos,
la dificultad de hecho podrá tener su origen en la ley. Además, y aun cuando
materialmente el hecho pueda obrarse, una prohibición legal lo priva de toda
licitud, y le impide surtir sus efectos. Y en última instancia, es la propia ley la que le
asigna a la situación de hecho virtualidad para habilitar el pedido de dispensa, por
considerar que imposibilita al titular el hacer valer sus derechos. Debe existir un
obstáculo insalvable, que material o jurídicamente obstaculicen al titular del
derecho hacerlo valer.

172
Iván Ignacio Carthery

♦ Casos que constituye causal de dispensa: los incapaces sin representantes


legales, prevista en esta norma, computándose el plazo de caducidad desde el
cese de la incapacidad o la aceptación del cargo por el representante;
enfermedades o problemas de salud que impidan el ejercicio de la acción, como
un agudo ataque de hipertensión, acreedor que se encuentra en estado de vida
vegetativa, coma, etc. Los hechos que constituyen típicos ejemplos de caso
fortuito o fuerza mayor.

♦ Casos que no constituye causales de dispensa: por el contrario, no es viable


invocar la dispensa en los siguiente casos: 1) la negligencia del titular del derecho
es una causa general que obsta a la invocación de la dispensa; 2) La ignorancia
imputable al titular del derecho; 3) La ausencia del país, por razones de trabajo o
situaciones similares; 4) La dificultad para estimar los daños causados por un
hecho ilícito, etc.

 Momento de la existencia del obstáculo:


El obstáculo debe existir el día en que se cumple el plazo de prescripción, ya que
de lo contrario ningún impedimento hubiera eliminado la posibilidad de interrumpir
ese plazo. La doctrina señala que si durante la prescripción hubo dificultades que
cesaron días antes del vencimiento, la defensa no es invocable.

 Plazo de caducidad:
Es de 6 meses.

 Aspectos procesales:
Se debe hacer valer en sede judicial, por lo cual es irrelevante cualquier actuación
extrajudicial, ya que para su procedencia es necesaria la declaración del juez. Es
inviable una acción declarativa de la dispensa. El interesado debe formular una
demanda reclamando su derecho en el término de caducidad meses de cesado el
impedimento. Al dictar la sentencia, el juez deberá en primer lugar pronunciarse
respecto a si la prescripción ha acontecido o no. En caso afirmativo, deberá
valorar la existencia de los hechos invocados en sustento de la pretensión de la
declaración de la dispensa de la prescripción, y pronunciarse al respecto.

 Efectos:
Una vez admitida por el juez, el efecto es liberar al titular del derecho de los
efectos de la prescripción cuyo plazo ya aconteció. En nuestra opinión sea la
obligación indivisible o solidaria, a igual conclusión cabe arribar respecto a la
dispensa de la prescripción: propaga sus efectos tanto respecto a los estantes,
coacreedores, como a los codeudores; y, por ende, la prescripción de la obligación
no ha operado.

Plazos de prescripción liberatoria:


 Plazo genérico:
Es de 5 años.

 Plazo especiales:

173
Iván Ignacio Carthery

Los plazos de prescripción surgen de la ley, y por ende, no sólo están en el CCyC,
sino que también en varias leyes especiales. Nos abocaremos a exponer las
dispuestas por el código:
♦ Plazo de 10 años: “art. 2561: el reclamo del resarcimiento de daños por
agresiones sexuales infligidas a personas incapaces...”

♦ Plazo de 3 años: “art. 2561: el reclamo de la indemnización de daños derivados


de la responsabilidad civil prescribe a los tres años…”

♦ Plazo de 2 años: “art. 2562: prescriben a los dos años: a) el pedido de


declaración de nulidad relativa y de revisión de actos jurídicos; b) el reclamo de
derecho común de daños derivados de accidentes y enfermedades del trabajo; c)
el reclamo de todo lo que se devenga por años o plazos periódicos más cortos,
excepto que se trate del reintegro de un capital en cuotas; d) el reclamo de los
daños derivados del contrato de transporte de personas o cosas; e) el pedido de
revocación de la donación por ingratitud o del legado por indignidad; f) el pedido
de declaración de inoponibilidad nacido del fraude”

♦ Plazo de un año: “art. 2564: prescriben al año: a) el reclamo por vicios


redhibitorios; b) las acciones posesorias; c) el reclamo contra el constructor por
responsabilidad por ruina total o parcial, sea por vicio de construcción, del suelo o
de mala calidad de los materiales, siempre que se trate de obras destinadas a
larga duración. El plazo se cuenta desde que se produjo la ruina; d)
los reclamos procedentes de cualquier documento endosable o al portador, cuyo
plazo comienza a correr desde el día del vencimiento de la obligación; e)
los reclamos a los otros obligados por repetición de lo pagado en concepto de
alimentos; f) la acción autónoma de revisión de la cosa juzgada”.

♦ Plazos de seis meses: el art. 96 del dec-ley 5965/1963, se dispone que la acción
del endosante que reembolsó el importe de la letra de cambio o que ha sido
demandado por acción de regreso, contra los otros endosantes y contra el librador.

 La particular situación de los tributos:


Art.2532: se ha deferido la fijación de los plazos de prescripción de las acciones
derivadas de los créditos por tributos no nacionales a las legislaciones locales.

Modificaciones normativas y aplicación de la ley en el tiempo:


 Planteo del problema. Su importancia:
La regla general se encuentra en el art. 7° y los lineamientos generales son los
siguientes: A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. La leyes no
tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto disposición en
contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos
amparados por garantías constitucionales. Las nuevas leyes supletorias no son
aplicables a los contratos en curso de ejecución, con excepción de las normas
más favorables al consumidor en las relaciones de consumo.

174
Iván Ignacio Carthery

 La situación en la prescripción:
Existe en el CCyC una única norma que regula el problema, sólo en lo atinente a
la modificación de los plazos de prescripción. Pero además se han introducido
cambios en la suspensión y la interrupción de la prescripción, en la dispensa, en el
comienzo del cómputo en algunos supuestos. Por el orden público imperante, no
existen aquí normas supletorias. Por ende, se centra en determinar la ley aplicable
cuando entra a regir una nueva normativa encontrándose pendiente el
acaecimiento de la prescripción, por encontrarse la prescripción en curso en dicho
momento. Con excepción, de la solución específica respecto a los plazos de
prescripción, el análisis de las diversas situaciones debe efectuarse a luz de lo
establecido en el art. 7° del CCyC, y en consecuencia:
♦ Si la prescripción acaeció previo a la vigencia de la nueva ley, se rige por la ley
anterior. Lo propio acontece si la demanda se entabla antes de la vigencia de la
nueva ley. No hay, por ende, efecto retroactivo de la nueva ley.

♦ Si comenzó a correr luego de la entrada en vigencia de la nueva ley, únicamente


esta última es la aplicable.

♦ Si, cuando entra en vigencia la nueva ley, la prescripción se encuentra en curso,


nos encontramos ante una situación jurídica pendiente, en tránsito, por el cual, la
nueva ley tiene efectos inmediatos, ya que se trata de una situación jurídica
existente.

 Los plazos de prescripción:


“Art. 2537: Modificación de los plazos por ley posterior. Los plazos de prescripción
en curso al momento de entrada en vigencia de una nueva ley se rigen por la ley
anterior. Sin embargo, si por esa ley se requiere mayor tiempo que el que fijan las
nuevas, quedan cumplidos una vez que transcurra el tiempo designado por las
nuevas leyes, contado desde el día de su vigencia, excepto que el plazo fijado por
la ley antigua finalice antes que el nuevo plazo contado a partir de la vigencia de la
nueva ley, en cuyo caso se mantiene el de la ley anterior.
♦ Regla general: si el plazo de prescripción se modifica por la nueva ley, rige el
establecido por la ley anterior.

♦ Excepción: si la nueva ley fija un plazo más breve, impera este último, el que
cuenta desde la entrada en vigencia de la nueva norma.

♦ Excepción de la Excepción: rige la ley anterior, pese a que la nueva ley


consagre un plazo más breve, si el plazo primigenio vence antes de que finalice el
nuevo plazo, contado desde la entrada en vigencia de la nueva ley. En definitiva
siempre tendrá vigencia el plazo más corto que resulte de la combinación: se
privilegia el de la ley anterior, salvo que en razón de la reducción del plazo por la
nueva ley éste se cumpla antes que el originario.

 Otras situaciones de relevancia:


♦ Comienzo del cómputo de la prescripción liberatoria: constituye un hecho
instantáneo, y es en dicho momento donde se define el régimen legal de la

175
Iván Ignacio Carthery

prescripción liberatoria en concreto. Pero si pese a que la causa de la obligación


sea anterior a la vigencia de la nueva ley, la prescripción aún no haya comenzado
a correr bajo el imperio de la ley antigua, será de aplicación inmediata a la ley
posterior.

♦ Suspensión de la prescripción: si la suspensión finiquitó antes de la entrada en


vigencia de la nueva ley, se rige por la ley antigua; y si comenzó luego de la
entrada en vigencia, impera la ley nueva. Ante una modificación de la ley, en las
condiciones indicadas, la regla puede enunciarse de la siguiente manera:
♣ Si la nueva ley elimina alguna causal de suspensión de la prescripción
antes existente, debe entenderse que la prescripción estuvo suspendida hasta el
día de su entrada en vigencia, y que la cual cesa desde este último momento; por
tal motivo, allí recomienza a correr el plazo de prescripción.
♣ Si la nueva ley incorpora una causal de suspensión inexistente
previamente, debe entenderse que desde el día de su entrada en vigencia se
activa la situación suspensiva, deteniéndose- en consecuencia- el plazo de
prescripción que estaba corriendo.

♦ Interrupción de la prescripción: cuando el reconocimiento sea instantáneo, la


virtualidad interruptiva y el efecto consiguiente dependerá de la vigente al tiempo
en que haya sido otorgado. Los supuestos que pueden presentarse son los
siguientes:
♣ Si previo a la entrada en vigencia del CCyC se entabló la demanda y la
causa se encuentra en trámite, la subsistencia de la causal de interrupción se
resolverá por lo establecido en el art. 2547.
♣ Si, en la misma situación, se asumiera la postura restrictiva respecto a los
alcances del viejo art. 3986 del código velezano. Debe entenderse que si al 1° de
agosto de 2015 la prescripción aún no se había cumplido, queda interrumpida con
los efectos del art. 2547. “Art. 2547: Duración de los efectos. Los efectos
interruptivos del curso de la prescripción permanecen hasta que deviene firme la
resolución que pone fin a la cuestión, con autoridad de cosa juzgada formal. La
interrupción del curso de la prescripción se tiene por no sucedida si se desiste del
proceso o caduca la instancia”.

Caducidad de los derechos:


 Concepto y caracterización:
♦ Pluralidad de significados: es la extinción de una facultad o de una acción por el
mero transcurso de un plazo configurado por la ley como carga para el ejercicio de
aquéllas. Se define también la caducidad de la instancia: terminación de un
proceso por no realizarse en él ninguna actuación judicial. Caducar es perder
eficacia, virtualidad, extinción, conclusión, final, etc.
En el ámbito de las relaciones jurídicas, la terminación o extinción de derechos,
facultades, relaciones y situaciones jurídicas por el transcurso del tiempo adquiere
variados matices y figuras:
♣ Prescripción: la liberatoria, extingue la acción emergente de un derecho y
por vía de consecuencia este último.

176
Iván Ignacio Carthery

♣ Plazo resolutorio: nacen de una relación o una situación jurídica que se


desarrollan y actúan en toda su plenitud en un lapso, cumplido el cual fenecen.
♣ Condición resolutoria.
♣ Caducidad del plazo.
♣ Caducidad como extinción producida por hechos ajenos.

♦ La caducidad de las facultades de obrar o del derecho a accionar judicialmente.


Concepto: en el CCyC no se define solo se señala que “la caducidad extingue el
derecho no ejercido”. En nuestro opinión, la caducidad es la extinción definitiva y
absoluta de una facultad de obrar o de exigir, o, excepcionalmente- sólo si la ley lo
dispone- de una acción judicial sustancial, emanadas de una relación o una
situación jurídica, por el transcurso del tiempo y la inacción del interesado; y que
trae aparejado que no nazca o no se consolide el derecho subyacente en dicha
relación o situación, de manera irremediable.

♦ Distinción sustancial con la prescripción:


♣ Su diferente razón de ser: la prescripción liberatoria constituye un
instrumento de necesidad inevitable para dar certeza a los derechos, mediante su
extinción, pero que, en el fondo, no es querida ni alentada por el ordenamiento.
Por ende, lo que se pretende es que los derechos se ejerzan y se cumplan. El
ordenamiento concede una facultad de obrar o de exigir, o una acción judicial, y
quiere que se ejerzan en un tiempo breve. En caso contrario las extingue, sin que
nada pueda hacerse con posterioridad, se le indica al titular de la facultad o de la
acción que si no actúa las perderá de manera irremediable, por una necesidad de
consolidación definitiva de relaciones o situaciones jurídicas, sea porque está en
juego el orden público, sea porque las partes así lo han querido.
♣ Las acciones judiciales: el ordenamiento, en estas situaciones, busca
dar certeza absoluta a los derechos y situaciones jurídicas, fulminando con la
caducidad las posibilidades de actuar, si no se lo hizo en un tiempo dado.
♣ El interés protegido: puede observarse que cuando una acción judicial
caduca, la situación excede el interés directo de los involucrados, proyectándose
hacia terceros, y hacia toda la sociedad. Ello no acontece con la prescripción
liberatoria, motivo por el cual no sólo es renunciable, sino que además puede
cumplirse luego de que haya prescripto. En las acciones judiciales que caducan la
renuncia es inviable.
♣ Acciones judiciales y facultades: las facultades de obrar o de exigir, en
ciertos casos está el orden público, y en otros no. Lo que prescribe son las
acciones judiciales emergentes de derechos o situaciones jurídicas en razón del
poder jurídico de exigir que ellas otorgan; las facultades, son posibilidades de
actuar que el ordenamiento conceden, de importante incidencia, pero que no
constituyen la concreción de un poder jurídico de exigir a otro algo de manera
directa ante el juez, sino que muchas veces son el presupuesto necesario para
ello.

♦ ¿Qué se pierde cuando opera la caducidad? :


Se pierde el derecho a obrar para concretar la expectativa de derecho; eso es lo
que la caducidad produce, pues impacta de manera directa a la facultad o a la

177
Iván Ignacio Carthery

acción judicial. Es que, no hay extinción de un derecho subjetivo o una expectativa


no ejercidos, sino de una facultad o una acción judicial en concreto, que es lo que
no se ejerce; lo que por vía de consecuencia impide el nacimiento de un derecho,
o la generación de una situación jurídica sujeta a dicho ejercicio, que se incorpora
a una situación jurídica preexistente, y la modifica.

♦ Diferencias con la prescripción liberatoria:


♣ Objeto de la extinción: la prescripción liberatoria extingue la acción
emergente de un derecho o situación jurídica, entendida aquélla como el poder
jurídico de exigir el reconocimiento y la efectividad del derecho subyacente. Ello
trae por vía de consecuencia la extinción de este último. La caducidad es la
extinción de una facultad o de una acción judicial, lo que a su vez obsta al
nacimiento de un derecho o la generación de una situación jurídica latente.
♣ Naturaleza de lo extinguido: la prescripción se predica de derechos
sustanciales. La caducidad, tanto de derechos sustanciales, como procesales e
instrumentales.
♣ Cumplimiento posterior: la extinción del derecho por prescripción no
impide su cumplimiento posterior, le que es irrepetible en todos los casos. La
caducidad aniquila la posibilidad de cumplimiento posterior, y en caso de
cumplimiento posterior no existirá causa válida, lo que habilitará las
correspondientes acciones de repetición.
♣ Orden público: en la prescripción impera el orden público, salvo en el
caso de la renuncia. En la caducidad, puede haber o no orden público involucrado.
♣ Renuncia: la prescripción ya ganada es siempre renunciable. La
caducidad ya producida es renunciable sólo si no está comprometido el orden
público.
♣ Origen de los plazos: los plazos de prescripción surgen de la ley,
estando vedado a las partes pactarlos de cualquier manera. Los de caducidad,
pueden ser convencionales o legales.
♣ Extensión de los plazos: por lo común los plazos de caducidad son
más breves que los de prescripción.
♣ La prescripción enerva la caducidad: si la ley establece un plazo de
prescripción, queda vedado fijar un plazo de caducidad para el mismo supuesto.
De lo contrario, ello importaría autorizar la creación o modificación de plazos de
prescripción por actos voluntarios, lo que está absolutamente prohibido.
♣ Interrupción y suspensión: la prescripción se interrumpe y se
suspenden sólo por las causales establecidas en la ley, pero éstas deben
interpretarse no de manera estricta, a fin de evitar en lo posible la extinción del
derecho. Por regla la caducidad no se interrumpe ni se suspende, salvo que la ley
lo prevea de manera expresa, y el criterio debe ser restrictivo.
♣ Dispensa: la prescripción puede ser dispensada. En la caducidad no
hay norma que lo habilite, aunque en ciertas situaciones ello podría presentarse.
♣ Declaración de oficio: la prescripción no puede ser declarada de oficio
por el juez. La caducidad sólo puede serlo cuando tiene origen legal, y está en
juego el orden público.

 Quid de la caducidad (o perención) de la instancia:

178
Iván Ignacio Carthery

La perención de la instancia es un modo anormal de terminación de un proceso


judicial, cuando no se insta su curso en los tiempos que marca la ley para
diversas situaciones. Confluyen aquí, el transcurso del tiempo y la inacción de los
interesados, pero en otro contexto. Nos encontramos, ante una situación jurídica
procesal que existe, que se despliega en toda su plenitud, y que puede extinguirse
en caso de conducta inerte de los interesados. Por cierto que existen actos que la
enervan, situaciones que la suspenden, y supuesto en la que no acontece. Su
naturaleza función y particularidades, la alejan de la caducidad.

 Acciones judiciales y facultades que caducan. Plazos de caducidad.


♦ Las acciones judiciales: nacen siempre de la ley, como así también ésta
determina su plazo. La autonomía de la voluntad no tiene cabida en este ámbito.
La ley no nos brinda un criterio distintivo, y en la mayoría de los casos se indica de
manera expresa que el plazo es de una u otra naturaleza. Pero cuando ello no se
hace, existen serias dificultades para establecerlo. La cuestión es delicada, pero
entendemos que como regla debe entenderse que se trata de supuesto de
caducidad, aun cuando están en juego intereses particulares.
Algunos casos de caducidad de acciones judiciales en el CCyC son los siguientes:
♣ Alimentos: los alimentos se deben de desde el día de la interposición de la
demanda o desde la interpelación al obligado por medio fehaciente, siempre que la
demanda se presente dentro de los seis meses de la interpelación.
♣ Compraventa: en la compraventa, se establece un plazo de caducidad de
treinta días para demandar judicialmente la designación de un perito arbitral para
determinar si la cosa se adecua al contrato.
♣ Donación: la acción de revocación de la donación por ingratitud caduca si
el donante no la promueve dentro del plazo de caducidad de un año de haber
sabido del hecho tipificador de la ingratitud.

♦ Las facultades de obrar: a veces las relaciones o situaciones jurídicas confieren


específicas facultades de obrar y de exigir fuera del ámbito judicial, con efectos
trascendentales: el nacimiento de un derecho, o su consolidación. Provienen de la
ley o de la voluntad de las partes. El orden público puede o no estar presente. A su
vez, pueden emerger de las relaciones jurídicas sustanciales, o también
procesales. En ambos casos, se trata, de una carga, concepto procesal que no
dudamos que es aplicable también a las facultades provenientes de las relaciones
sustanciales. El interesado no se encuentra gravado con deber jurídico alguno. En
todos los casos, se trata del propio interés, y si no es ejercido, se pierde para él, y
nada se le puede exigir por vía compulsiva. Algunos casos de caducidad de estas
facultades de obrar y exigir en el CCyC son las siguientes:
♣ Entrega de cosa mueble bajo cubierta y sin inspeccionar: en tal caso, el
acreedor tiene un plazo de caducidad de tres días desde la recepción para
reclamar por defectos de cantidad, calidad o vicios aparentes.
♣ Promesa pública de recompensa: en la efectuada sin plazo, el interesado
tiene- para comunicar al promitente el acaecimiento del hecho-un plazo de
caducidad de seis meses del último acto de publicidad para hacerla valer.

179
Iván Ignacio Carthery

♣ Aceptación o renuncia a la herencia: si es intimado, el heredero tiene un


plazo para aceptar o renunciar la herencia, y si no lo hace, se lo tiene por
aceptante. Caduca, por ende, la facultad de renunciar.

 Funcionamiento de la caducidad de las facultades de obrar y las acciones


judiciales:
La determinación de la dinámica funcional de la caducidad requiere en ciertos
casos combinar diversas variables:
♦ Vía procesal: si bien no está expresamente normado como en la prescripción es
posible hacerla valer por vía de acción o de excepción, cualquiera sea su
naturaleza. No existe óbice para que, eventualmente, un interesado pueda
promover una acción declarativa de certeza, a fin de que se declare que la
caducidad se ha producido.

♦ Declaración de oficio por el juez: se indica en el art. 2572 que ello sólo es posible
si es de origen legal y se encuentra involucrado el orden público. Por ende, en el
caso de la convencional el juez se encuentra vedado de intervenir de oficio. En la
legal, siempre debe hacerlo en el caso de la caducidad de las acciones judiciales;
en relación a las facultades de obrar y de exigir de origen legal, para intervenir y
declarar la caducidad, deberá establecer previamente la existencia de orden
público.

♦ Falta de oposición cuando no es de orden público: si en este caso el beneficiario


de la caducidad no la opone, pierde la posibilidad de hacerlo. No se trata de una
renuncia, ya que la mera conducta inerte no puede presumirla.

♦ Suspensión e interrupción del plazo de caducidad: la regla general es que los


plazos de caducidad no se interrumpen ni suspenden, salvo que la propia ley así lo
disponga. Por ende, debe tratarse de una previsión específica. Con relación a los
efectos de tales situaciones, por analogía se aplican las reglas de la interrupción y
suspensión de la prescripción. En la caducidad de origen convencional,
entendemos que las partes no pueden pactar causales de suspensión o
interrupción de la caducidad, ya que éstas sólo emergen de la ley.

♦ Dispensa de la caducidad: nada se indica al respecto en el CCyC, y todo parece


indicar que la dispensa de una caducidad cumplida no podría ser invocada, ya que
su principal característica es su fatalidad por lo que no se admite su prolongación
o supervivencia más allá del estricto plazo fijado por la ley o la convención. Se
trata de un plazo que tiene una fuerte nota de objetividad, donde la diligencia o la
prueba de falta de negligencia por parte del interesado no cuentan si es que el
hecho previsto no se produjo en tiempo. Existen ciertas excepciones.

♦ Las situaciones que impiden de manera definitiva que la caducidad se produzca:


se trata aquí de la contracara de la caducidad: “Art. 2569: actos que impiden la
caducidad. Impide la caducidad: a) el cumplimiento del acto previsto por la ley o
por el acto jurídico; b) el reconocimiento del derecho realizado por la persona
contra la cual se pretende hacer valer la caducidad prevista en un acto jurídico o

180
Iván Ignacio Carthery

en una norma relativa a derechos disponibles”. Ella se frustra. Nace así el derecho
o se consolida la situación jurídica. Ello puede suceder por dos razones:
♣ El cumplimiento del acto previsto por la ley o por el acto jurídico: se trata
de la aniquilación de la caducidad por la vía natural: la actividad del interesado.
♣ Reconocimiento: se trata del reconocimiento del derecho realizado por la
persona contra la cual se pretende hacer valer la caducidad prevista en un acto
jurídico o en una norma relativa a derechos disponibles. No nace un nuevo plazo
de caducidad, sino que directamente hay frustración definitiva de que la facultad o
la acción caduquen. Aquí no hay acto del interesado, sino de la persona que
resultaría beneficiaria de la caducidad, siempre y cuando no esté involucrado el
orden público. Dicho acto debe ser otorgado pendiente el cumplimiento del plazo
de caducidad, y constituye una renuncia tácita anticipada a la caducidad, que es
viable por imperio de esta norma.

♦ Independencia entre los actos que impiden la caducidad y las reglas de la


prescripción. Eventual coexistencia de ambas: en el art. 2570 se deja
adecuadamente aclarado que prescripción y caducidad son dos figuras autónomas
y diferentes, cada una con sus propias reglas, pero a veces conviven en intricada
interacción.

♦ Renuncia a la caducidad cumplida. La cuestión del pago posterior a la


caducidad: “art. 2571: Renuncia a la caducidad. Las partes no pueden renunciar ni
alterar las disposiciones legales sobre caducidad establecidas en materia
sustraída a su disponibilidad. La renuncia a la caducidad de derechos disponibles
no obsta a la aplicación de las normas relativas a la prescripción”. Sea de origen
legal o convencional, si se tratara de derechos disponibles, la caducidad cumplida
puede ser renunciada. Revivir el derecho que se hallaba extinguido por la
caducidad, con efecto retroactivo entre las partes, debiendo considerarse como si
la caducidad nunca se hubiera producido. La renuncia puede ser expresa o tácita.
A partir de la renuncia a la caducidad comienza a correr la prescripción liberatoria,
y la solución del art. 2571.

♦ Modificaciones convencionales a la caducidad legal: si no está involucrado el


orden público y no hay una prohibición legal expresa, las partes pueden alterar las
reglas de la caducidad legal.

♦ Nulidad de la cláusula de caducidad: “art. 2568: nulidad de la cláusula de


caducidad. Es nula la cláusula que establece un plazo de caducidad que hace
excesivamente difícil a una de las partes el cumplimiento del acto requerido para el
mantenimiento del derecho o que implica un fraude a las disposiciones legales
relativas a la prescripción”.

Unidad 16:
 Daño resarcible. Concepto de daño.
Art. 1737°. Concepto de daño: Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no
reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o
un derecho de incidencia colectiva.
181
Iván Ignacio Carthery

El concepto de “daño jurídico” ha sido objeto de diferentes caracterizaciones.


Para una corriente, el daño se identifica con el bien jurídico afectado o menoscabado
(cosas, derechos susceptibles de valor económico o bienes extrapatrimoniales).
Para una segunda posición, constituye la afectación de un derecho subjetivo,
expresamente reconocido por el ordenamiento jurídico y sobre el cual el sujeto tiene
acción para hacerlo valer. Para esta postura, el daño no se concibe como la lesión a un
interés cualquiera, sino que debe ser tutelado por la ley.
Una tercera posición afirma que el daño atiende al resultado, efectos o consecuencias de
la lesión o detrimento, por lo que será patrimonial cuando repercuta en bienes de valor
económico, o moral si afecta la integridad espiritual de la persona.
Otro criterio entiende que el daño es la lesión de un interés jurídico entendido como la
facultad de actuar del sujeto para obtener el bien jurídico objeto de satisfacción o la
expectativa lícita de continuar obteniéndolo. Se sostiene que comprende tanto el supuesto
de alteración de una situación jurídica de provecho, amparada por un derecho subjetivo,
como el caso de afectación de una situación fáctica de provecho.
El Código recoge este último criterio, según el cual el concepto jurídico de daño, salvo
restricciones particulares queridas por el legislador, abarca la protección de todo interés
no reprobado por la ley. El daño consiste en la protección a un interés simple, merecedor
de tutela, que priva al sujeto de la facultad de su actuar lícito, no reprobado por el
derecho. No es exigible que el interés tenga categoría de derecho subjetivo, ya que se
protege el interés lícito. El daño es un concepto jurídico abierto e indeterminado cuyo
contenido deben concretizar hermenéuticamente los jueces, en base a la prudencia y a
las circunstancias del caso.
La segunda característica que tipifica al daño es la inclusión de los bienes tutelados. El
Código señala como bienes protegidos como asiento sobre el que recae el perjuicio a la
persona, el patrimonio y los bienes colectivos. Cabe enfatizar la fuerte presencia del
derecho colectivo en el nuevo derecho privado y el reconocimiento de derechos
individuales y los de incidencia colectiva, los patrimoniales o extrapatrimoniales y los
derechos colectivos de las comunidades indígenas.

Es resarcible el daño individual o colectivo, no repudiado por el ordenamiento


jurídico, teniendo en cuenta la entidad del interés tutelado del damnificado.

El daño puede ser individual o colectivo. En el individual, se afecta un derecho o un


interés lícito y no contrario al derecho que tiene por objeto el patrimonio o la persona. En
el colectivo se afecta un derecho o un interés que recae sobre un bien de incidencia
colectiva. El esquema de daños del CCC, sobre la base de los bienes jurídicos incluidos,
es el siguiente:
• Se reconocen
expresamente los daños individuales tradicionales, patrimoniales o morales.

182
Iván Ignacio Carthery

• Los daños
individuales homogéneos están comprendidos en el sistema porque se trata de una
pluralidad de daños individuales, en los que las dificultades que se presentan son de
naturaleza procesal.
• Los daños
colectivos sobre derechos de incidencia colectiva son expresamente receptados.

La unificación de la responsabilidad civil suprimió las diferencias conceptuales y


estructurales entre el daño contractual y el extracontractual, que quedan asimilados y
regidos por disposiciones unitarias. Sin embargo, subsisten algunas diferencias. En tal
sentido, el principio es la reparación plena del daño en dinero o en especie,
comprendiendo las consecuencias inmediatas y mediatas previsibles, salvo dolo en el
contrato, en cuyo caso también se indemnizan las consecuencias existentes en el
momento del incumplimiento.
La reparación en el daño contractual queda sujeta a las siguientes reglas.
• El daño debe ser
reparado en los casos y con los alcances establecidos según el siguiente orden:
• Por las
disposiciones de cada contrato en particular;
• Por las
disposiciones del Capítulo de los Contratos;
• Por las
disposiciones generales de la responsabilidad civil.
• La reparación del
daño contractual incluye el reembolso total o parcial, según corresponda, de los gastos
generados por la celebración del contrato y de los tributos que lo hayan gravado. Si existe
cláusula penal, se aplica la misma, y el deudor no tiene derecho a otra indemnización
aunque pruebe que la pena es insuficiente.

La norma prevé el daño-lesión. Se alude a la indemnización del detrimento o menoscabo


causado a una trilogía de bienes tutelados: la persona, el patrimonio y los derechos de
incidencia colectiva. El daño causa lesión a un derecho o interés no contrario al
ordenamiento jurídico. El daño individual o colectivo puede ser patrimonial o no
patrimonial, o ambos.

• Daño actual.
Aquel ya ocurrido al tiempo en que se dicta la sentencia.
• Daño futuro.
Todavía no ha sucedido, aunque su causa generadora ya existe. Puede ser:
• Cierto. Se
presenta como indudable o con un alto margen de probabilidad.
• Incierto.
Eventual, hipotético.

183
Iván Ignacio Carthery

• Daño patrimonial. Repercute en el patrimonio, de manera directa o indirecta.


Siempre que se cause a otro algún perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria,
o directamente en las cosas de su dominio y posesión, o indirectamente por el mal
hecho a su persona o a sus derechos.
• Daño extrapatrimonial o moral. Se caracteriza por su proyección moral, sea que el
hecho generador lesione un derecho subjetivo patrimonial o extrapatrimonial,
teniendo en cuenta los efectos de la lesión.

• Daño moratorio.
Derivado exclusivamente del estado de mora, por la insatisfacción temporaria del
acreedor.
• Daño
compensatorio. Corresponde a la inejecución definitiva.

Indemnización. Art. 1738°. Indemnización. La indemnización comprende la pérdida o


disminución del patrimonio de la víctima, el lucro cesante en el beneficio económico
esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su obtención y la pérdida de chances.
Incluye especialmente las consecuencias de la violación de los derechos personalísimos
de la víctima, de su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales
legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto de vida.

El daño al patrimonio afecta intereses patrimoniales individuales o colectivos que integran


la esfera de actuación lícita del damnificado. El daño patrimonial se bifurca en el daño
emergente y el lucro cesante. El primero consiste en el perjuicio efectivamente sufrido, en
la disminución patrimonial que produjo el hecho nocivo. El segundo se configura con la
pérdida del enriquecimiento patrimonial razonablemente esperado, la frustración de las
utilidades de los que se privó al damnificado. En la pérdida de chances, lo que se frustra
es la probabilidad de ganancias futuras, en las que lo que se indemniza no es todo el
beneficio esperado. Esto debe ser evaluado según el principio de razonabilidad, conforme
al curso natural y ordinario de las cosas en orden a la previsibilidad de las consecuencias.
El daño es no patrimonial cuando la afectación recae sobre bienes extrapatrimoniales o
sobre el patrimonio moral o afectivo de la víctima. La lesión de la persona humana en su
integridad y plenitud puede generar indemnización patrimonial y moral. El daño moral
comprende todas las repercusiones no patrimoniales, los derechos personalísimos de la
víctima, su integridad personal, salud psicofísica, afecciones espirituales legítimas y la
interferencia de su proyecto de vida. Se trata de las amplias derivaciones de la lesión de
derechos personalísimos cuando se afecta la vida, dignidad, vida privada, etc.
La diferenciación no obsta que puedan ser alegados y reclamados conjuntamente.

Requisitos. Art. 1739°. Requisitos. Para la procedencia de la indemnización debe existir


un perjuicio directo o indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente. La pérdida de chance
es indemnizable en la medida en que su contingencia sea razonable y guarde una
adecuada relación de causalidad con el hecho generador.

184
Iván Ignacio Carthery

La certeza del daño alude a su existencia, ya que debe ser real y efectivo por oposición al
daño hipotético. El daño es cierto aunque no sea liquidable al momento de su realización.
No debe confundirse la certeza del daño con el daño futuro, ya que el daño cierto puede
ser actual si ya se produjo, o futuro cuando se producirá segura o probablemente con
posterioridad a la sentencia.
La pérdida de chance también reúne el presupuesto de la certeza, porque la frustración
de la probabilidad de su realización siempre es cierta. En la chance existe certidumbre
sobre pérdida de las expectativas o probabilidades objetivas de obtener un beneficio
económico. El monto de la chance indemnizable no es el equivalente a todo el beneficio
esperado como en el lucro cesante, indemnizándose no la ventaja misma, sino la
probabilidad de obtener el beneficio, el que siempre será más reducido que la totalidad de
la ventaja. En la chance se frustra la posibilidad objetiva cierta de obtener una ganancia o
evitar una pérdida, a condición de que esa probabilidad sea suficiente, pero superando el
grado de mera conjetura.
En suma, el daño cierto puede ser actual (ya se produjo o se producirá antes de la
sentencia) o futuro (se producirá inexorablemente después del pronunciamiento judicial).
La personalidad del daño significa que se afecta un interés propio, directo o indirecto,
individual o colectivo de la víctima titular del interés lesionado y que obtiene legitimación
para demandar su reparación. El damnificado directo es la víctima inmediata, aquel sobre
el cual recae el daño en sus bienes o persona. El indirecto es la víctima mediata, terceros
cuyos intereses lícitos también son afectados, repercutiendo “por rebote”.
Finalmente, el daño es subsistente si no desapareció, ni se reparó al momento en que
debería ser resarcido. Se mantiene vigente el daño si la propia víctima afrontó por sí o si
lo hizo un tercero que puede subrogarse en sus derechos. Si el responsable no indemnizó
el daño, queda subsistente porque no se lo canceló y se mantiene con independencia de
que la víctima o un tercero hubieran logrado el restablecimiento de la situación material al
momento anterior al hecho lesivo.

Reparación plena. Art. 1740°. Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena.
Consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho
dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.
La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente
imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el
caso de los daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el
juez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes
pertinentes, a costa del responsable.

Debe distinguirse, en primer lugar, la valoración del daño de la cuantificación de su


indemnización. Valorar el daño implica la determinación cualitativa previa de su
existencia, naturaleza, contenido intrínseco y extensión, mientras que cuantificar la
indemnización significa establecer el monto reparatorio. Por eso cuando se afirma que la
reparación debe ser plena o integral se sostiene que debe indemnizarse todo el daño
causado, no significando la totalidad del daño material y moral, sino todo el daño jurídico,
dentro de los límites que la ley ha fijado.

185
Iván Ignacio Carthery

La Corte sostiene que la indemnización debe ser integral, ya que si no lo fuera y quedara
subsistente el daño, no existiría tal indemnización, que requiere eximir de todo daño y
perjuicio mediante un cabal resarcimiento. El principio de reparación plena proviene de la
CN, del principio general de no dañar (art. 19) e incluso se afirma que está inferida de la
garantía de la propiedad emergente de los derechos implícitos. Igualmente debe
remarcarse que el Código recepta la constitucionalización del derecho privado,
amparando la comunicabilidad entre las esferas públicas y privadas.
En la doctrina se afirma que el principio de la reparación integral supone indemnizar el
daño emergente y el lucro cesante; la necesidad de estimar los daños al momento de la
sentencia, la fijación de intereses sobre la indemnización, la reparación del daño futuro y
de la pérdida de las chances. La reparación íntegra se asienta en cuatro reglas
fundamentales:
• El daño debe ser fijado al momento de la decisión;
• La indemnización no debe ser inferior al perjuicio;
• La apreciación debe formularse en concreto;
• La reparación no debe ser superior al daño sufrido.

La reparación plena implica la razonable equivalencia jurídica entre el perjuicio y el


daño, con las limitaciones igualmente razonables que impone el ordenamiento
jurídico. Se trata del restablecimiento de la situación preexistente al hecho lesivo,
sea por equivalente o en especie (esta última con las limitaciones que impone la
razonabilidad).

La reparación plena admite ciertos supuestos de limitación expresamente previstos en el


nuevo Código por razones de equidad, daño involuntario, estado de necesidad o de
fuente convencional. Sin embargo, las cláusulas limitativas de responsabilidad se tienen
por no escritas si afectan bienes indisponibles o la tutela de la persona humana.

• Equidad. Art. 1742°. Atenuación de la responsabilidad. El juez, al fijar la


indemnización, puede atenuarla si es equitativo en función del patrimonio del
deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias del hecho. Esta
facultad no es aplicable en caso de dolo del responsable.
• Daño involuntario. Art. 1750°. Daños causados por actos involuntarios. El autor del
daño causado por un acto involuntario responde por razones de equidad. Se aplica
lo dispuesto en el artículo 1742. El acto realizado por quien sufre fuerza irresistible
no genera responsabilidad para su autor, sin perjuicio de la que corresponde a
título personal a quien ejerce esa fuerza.
• Estado de necesidad. Art. 1718°. “(…) para evitar un mal, actual o inminente, de
otro modo inevitable, que amenaza al agente o a un tercero, si el peligro no se
origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado únicamente si el mal que se
evita es mayor que el que se causa. En este caso, el damnificado tiene derecho a
ser indemnizado en la medida en que el juez lo considere equitativo”.

186
Iván Ignacio Carthery

• Fuente convencional. Art. 1743°. Dispensa anticipada de la responsabilidad. Son


inválidas las cláusulas que eximen o limitan la obligación de indemnizar cuando
afectan derechos indisponibles, atentan contra la buena fe, las buenas costumbres
o leyes imperativas, o son abusivas. Son también inválidas si liberan
anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido por dolo del deudor o de
las personas por las cuales debe responder.

La indemnización debe ser plena, y en las modalidades de pago en especie o en dinero,


el derecho de opción recae en el deudor. No podrá indemnizarse en especie si esa forma
de resarcimiento resulta abusiva o excesivamente onerosa para el deudor.
La reparación en especie presupone volver las cosas al estado anterior, pero está sujeta a
determinados requisitos:
• Pedido de parte.
• Posibilidad
material y jurídica.
• No debe resultar
excesivamente onerosa o abusiva para el deudor. Importa pagar por equivalencia la
totalidad de los daños, valuados en dinero, en una suma única y completa que no incluye
los supuestos de pago mediante una renta mensual.

Indemnización de las consecuencias no patrimoniales. Art. 1741°. Indemnización de


las consecuencias no patrimoniales. Está legitimado para reclamar la indemnización de
las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho resulta su muerte
o sufre gran discapacidad también tienen legitimación a título personal, según las
circunstancias, los ascendientes, descendientes, cónyuge y quienes convivían con aquel
recibiendo trato familiar ostensible.
La acción solo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es interpuesta
por este.
El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y
compensatorias que pueden procurar las sumas reconocidas.

Se ha caracterizado el daño moral como la lesión aun derecho de la personalidad, a un


bien extrapatrimonial, a un interés jurídico, y también el que acarrea consecuencias en el
ámbito extrapatrimonial. Es la lesión en los sentimientos que determinan dolor o
sufrimiento físico, inquietud espiritual o agravio a las afecciones legítimas y toda clase de
padecimientos insusceptibles de apreciación pecuniaria. Se puede concebir, en base al
concepto de daño jurídico, al daño no patrimonial como la lesión a los derechos e
intereses lícitos no reprobados por la ley que repercuten en la esfera extrapatrimonial de
la persona. La Corte ha destacado que para la valoración del daño moral debe tenerse en
cuenta el estado de incertidumbre y preocupación que produjo el hecho, la lesión en los
sentimientos afectivos, la entidad del sufrimiento, su carácter resarcitorio, la índole del
hecho generador de la responsabilidad, y que no tiene necesariamente que guardar
relación con el daño material, pues no se trata de un daño accesorio a este.

187
Iván Ignacio Carthery

Se circunscribe la legitimación activa solo al damnificado directo del hecho nocivo, con
exclusión del indirecto. El directo es la persona que sufre un daño en calidad de víctima
inmediata del suceso, e indirectos son los demás sujetos que también experimentan un
perjuicio a raíz del hecho. Sin embargo, existen dos excepciones que autorizan el reclamo
del damnificado indirecto: en caso del fallecimiento de la víctima o de gran incapacidad,
casos en los cuales están legitimados el cónyuge, los ascendientes, descendientes y
quienes convivían con él recibiendo trato familiar ostensible.
Esta modalidad de “precio de consuelo” de reparación del daño no patrimonial atiende a la
idoneidad del dinero para compensar el padecimiento en la esfera extrapatrimonial
mediante bienes que permitan a la víctima obtener satisfacción.
La acción solo es transmisible a los sucesores si fue deducida en vida por el causante.

Atenuación de la responsabilidad. Art. 1742°. Atenuación de la responsabilidad. El juez,


al fijar la indemnización, puede atenuarla si es equitativo en función del patrimonio del
deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias del hecho. Esta facultad no
es aplicable en caso de dolo del responsable.

Por razones de justicia, el responsable por los daños no responde en base al principio de
la reparación plena en función de las consecuencias resarcibles, impidiendo que la
aplicación literal de la ley conduzca a resultados opuestos al bien común. La atenuación
no consiste solo en la reducción de la cuantía de la reparación, sino que comprende
también otras modalidades de adecuación de la condena a la equidad, por ejemplo,
admitiendo el pago en cuotas.
No procede la declaración de oficio y es de interpretación restrictiva. Si la obligación tiene
pluralidad de obligados pasivos, concurrentes o solidarios, la atenuación favorecerá solo a
quien reúna los requisitos legales, sin extender sus efectos a los restantes, ya que se trata
de un beneficio personal.
En la indemnización de equidad no rige el principio de la reparación plena del daño, sino
que se atiende a especiales singularidades. El CCC determina que deben tenerse en
cuenta 3 parámetros:
• El patrimonio del
deudor.
• La situación de la
víctima.
• Circunstancias
del hecho.
No procede la atenuación de la responsabilidad del deudor que incurrió en dolo.

Dispensa anticipada de la responsabilidad. Art. 1743°. Dispensa anticipada de la


responsabilidad. Son inválidas las cláusulas que eximen o limitan la obligación de
indemnizar cuando afectan derechos indisponibles, atentan contra la buena fe, las buenas
costumbres o leyes imperativas, o son abusivas. Son también inválidas sin liberan
anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido por dolo del deudor o de las
personas por las cuales debe responder.

188
Iván Ignacio Carthery

La norma comprende la invalidez de las cláusulas que liberan de modo total o parcial
tanto de responsabilidad como de cumplimiento de algunos de sus supuestos. Se prevén
dos clases de prohibiciones, ya que son inválidos los acuerdos que afectan:
• Derechos
indisponibles, el orden público, la buena fe, leyes imperativas y el abuso del derecho.
• En caso de dolo
del deudor o de los terceros de los que él se sirve para cumplir la prestación
comprometida.
El criterio del sistema anterior que distinguía entre la dispensa parcial (cláusula limitativa)
y la total (cláusula excluyente) mantiene vigencia. En el primer caso, resulta válido que se
limite la responsabilidad cualitativamente hasta cierto monto. Por ejemplo, la cobertura
hasta cierto monto de las cajas de seguridad, si el usuario está debidamente informado y
no desnaturaliza las obligaciones del prestador.
En el caso de la exoneración completa, no es procedente la liberación que contradice las
circunstancias invalidantes de la dispensa, siendo admisible la dispensa anticipada de la
culpa, en la medida en que no se incurra en las exclusiones legales y que no se trate de
culpa grave. Por ejemplo, no será procedente liberar de culpa en caso de daño a la
integridad física y psíquica, salvo que se trate de bienes disponibles, como el
consentimiento libre e informado del damnificado. Allí se establece el principio de que los
derechos sobre el cuerpo no tienen valor económico, sino afectivo, terapéutico, científico,
humanitario o social, y son disponibles por su titular cuando se configure alguno de esos
valores. En los contratos por adhesión a cláusulas generales predispuestas, se tienen por
no escritas las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones de predisponente.
La invalidez del acuerdo recae sobre la cláusula prohibida, manteniéndose el resto del
contrato, que puede ser integrado y completado por el juez.

Prueba del daño. Art. 1744°. Prueba del daño. El daño debe ser acreditado por quien lo
invoca, excepto que la ley lo impute o presuma, o que surja notorio de los propios hechos.

La carga de la prueba recae en cabeza de quien alega la existencia del daño o su cuantía,
y a quien invoca la existencia de los factores de atribución y de las eximentes de
responsabilidad.
La prueba de presunciones permite que el juez arribe a un convencimiento indirecto de los
hechos ante la ausencia o insuficiencia de los medios de prueba. Las presunciones
legales son las directamente establecidas por la ley de fondo o procesal, y pueden ser
iuris et de iure o iuris tantum. Por otra parte, las presunciones judiciales son las
conclusiones que establecen los jueces en base a las reglas de la experiencia y a partir
de la existencia de una pluralidad concordante de hechos de los que se puede inferir
razonablemente el resultando, según las reglas de la sana crítica.
La norma crea dos excepciones a la misma: los hechos presumidos o imputados por la
ley, y los hechos notorios. En cuanto a estos últimos, son aquellos que surgen de los
mimos hechos, daños que surgen notoriamente de su propia existencia. Por ejemplo, la
muerte de un ser querido presupone daño moral in re ipsa. Los hechos notorios son los

189
Iván Ignacio Carthery

conocidos y tenidos por ciertos por la generalidad de las personas de mediana cultura en
el lugar y tiempo en que se desenvuelve el proceso. La Corte, en un leading case, decidió
que es arbitraria la sentencia que prescinde de valorar los hechos notorios derivados de
las variaciones en la política económica.
La pauta de valoración de la prueba debe hacerse apreciando en conjunto los distintos
medios probatorios, no mediante una consideración aislada, sino integrándolos y
armonizándolos con las restantes constancias de la causa.

Indemnización por fallecimiento. Art. 1745°. Indemnización por fallecimiento. En caso


de muerte, la indemnización debe consistir en:
• Los gastos
necesarios para asistencia y posterior funeral de la víctima. El derecho a repetirlos
incumbe a quien los paga, aunque sea en razón de una obligación legal;
• Lo necesario
para alimentos del cónyuge, del conviviente, de los hijos menores de 21 años de edad con
derecho alimentario, de los hijos incapaces o con capacidad restringida, aunque no hayan
sido declarados tales judicialmente; esta indemnización procede aun cuando otra persona
deba prestar alimentos al damnificado indirecto; el juez, para fijar la reparación, debe
tener en cuenta el tiempo probable de vida de la víctima, sus condiciones personales y las
de los reclamantes;
• La pérdida de
chance de ayuda futura como consecuencia de la muerte de los hijos; este derecho
también compete a quien tenga la guarda del menor fallecido.

En el inciso a, se prevé el primer daño material resarcible antes de la muerte, que es el


gasto necesario para la asistencia de la víctima en el tiempo comprendido entre el hecho
dañoso y su fallecimiento, siendo legitimados activos quienes hubieran asumido esas
erogaciones. También regula los gastos de funeral, que el responsable debe reintegrar al
damnificado directo (cónyuge, conviviente, hijos menores) o al tercero que los efectuó,
aun si este tiene la obligación legal de pagarlos (aseguradora, empleador, etc.).
En el inciso b, se contemplan los lucros del fallecido, sosteniendo que el daño material
equivale a la cuota alimentaria como concepto comprensivo de todo aquello que la víctima
habría destinado al damnificado como sostén, y con la finalidad de que el damnificado
pueda seguir en la misma situación que en la que se encontraba antes del ilícito que
produjo la muerte de la víctima. La prestación indemnizatoria debe asegurar las
condiciones de vivienda, salud, educación y esparcimiento, razonablemente esperadas a
partir de la situación económica y expectativas de progreso del fallecido. Los legitimados
activos reciben la indemnización como daño emergente, por las consecuencias
patrimoniales propias que la supresión de la vida ajena produjo en ellos, y en base al
apoyo económico que les brindaba el fallecido. Estos legitimados presumidos iuris tantum
son el cónyuge, el conviviente, los hijos menores de 21 años o con derecho alimentario,
los incapaces o con capacidad restringida aun no declarada judicialmente. Los restantes
legitimados eventuales deberán acreditar el perjuicio.

190
Iván Ignacio Carthery

En caso de muerte de los padres, la presunción de daño cesa con la edad en la que se
pierde el derecho alimentario (21 años) o si se trata de hijos mayores que estudian o se
capacitan profesionalmente en algún arte u oficio, hasta los 25 años si la prosecución de
los estudios le impide proveerse de medios necesarios para sostenerse
independientemente.
En caso de muerte de los hijos menores, la presunción comprende la pérdida de chance
de asistencia material y espiritual en la ancianidad y en caso de necesidad de los padres.
Los montos resarcitorios serán diferentes para cada damnificado, atendiendo a la distinta
situación vivencial de cada uno de ellos.

Indemnizaciones por lesiones o incapacidad física o psíquica. Art. 1746°.


Indemnización por lesiones o incapacidad física o psíquica. En caso de lesiones o
incapacidad permanente, física o psíquica, total o parcial, la indemnización debe ser
evaluada mediante la determinación de un capital, de tal modo que sus rentas cubran la
disminución de la aptitud del damnificado para realizar actividades productivas o
económicamente valorables, y que se agote al término del plazo en que razonablemente
pudo continuar realizando tales actividades. Se presumen los gastos médicos,
farmacéuticos y por transporte que resultan razonables en función de la índole de las
lesiones o la incapacidad. En el supuesto de incapacidad permanente se debe indemnizar
el daño aunque el damnificado continúe ejerciendo una tarea remunerada. Esta
indemnización procede aun cuando otra persona debe prestar alimentos al damnificado.

Se trata de la integridad de la persona que tiene valor económico en sí misma y por su


aptitud potencial o concreta para producir ganancias. La incolumidad humana tiene un
valor indemnizable per se, ya que no solo comprende las efectivas y concretas ganancias
dejadas de percibir, sino que además incluye la afectación vital de la persona, por lo que
se le debe resarcir el daño a la salud que repercute en su significación vital.
El aspecto esencial de la norma es la incapacidad porque la expresión “en caso de
lesiones” alude al denominado daño en sentido vulgar, ya que todas las lesiones de las
que puede ser víctima una persona constituyen rubros del daño indemnizable que
repercuten negativamente en intereses patrimoniales o extrapatrimoniales.
La incapacidad sobreviniente comprende esencialmente:
• La alteración, minoración, detrimento o supresión de la capacidad laborativa, o
sea la que repercute en la pérdida de ingresos por la afectación a la aptitud
productiva. Este daño debe acreditarse según su procedencia y cuantiarse
según las ganancias;
• La capacidad vital o la aptitud o potencialidad genérica, es decir, la que no es
estrictamente laboral y recae en la idoneidad intrínseca del sujeto para trabajar
o producir bienes o ingresos. Este daño puede presumirse porque la regla es
que todas las personas tienen aptitud con valor mensurable económicamente;
• El daño a la vida de relación o a la actividad social. Algunos autores incorporan
este aspecto como subespecie del daño moral, pero esta incapacidad debe ser
objeto de reparación desempeñe o no una actividad productiva, porque la
integridad física tiene en sí misma valor indemnizable y su lesión afecta

191
Iván Ignacio Carthery

diferentes aspectos de la personalidad. La incapacidad sobreviniente opera


como norma abierta porque comprende, con excepción del daño moral, todos
los supuestos susceptibles de reparación patrimonial, incluso los daños a la
salud y a la integridad física y psíquica.

En definitiva, en la concepción expuesta de incapacidad permanente tienen cabida todos


los detrimentos patrimoniales que afectan la integridad física. Por lo demás, la amplia
tutela de la integridad de la persona se refleja en el hecho de que corresponde la
indemnización por incapacidad permanente aun cuando la víctima no perdió su trabajo o
la posibilidad de producir bienes, lo que denota que la capacidad plena tiene valor
económico propio. El responsable debe la indemnización aunque un tercero preste
alimentos a un damnificado.
Con respecto a la incapacidad transitoria, esta es la que dura temporariamente, porque
transcurrido un período determinado desaparece, por lo que nunca se consolida
definitivamente y se indemniza a título de lucro cesante. Las reparaciones por incapacidad
y por lucro cesante no son excluyentes entre sí. La primera es la secuela o disminución
física o psíquica que pudiera quedar luego de completado el período de restablecimiento,
en tanto que el segundo consiste en el resarcimiento de las ganancias dejadas de percibir
durante el tiempo que haya demandado la curación de la víctima.
La indemnización por incapacidad debe efectuarse teniendo en cuenta las circunstancias
personales del damnificado y la gravedad de las secuelas que pueden extenderse no solo
al ámbito del trabajo, sino a su vida de relación, incidiendo en las relaciones sociales, y no
solo debe justipreciar el aspecto laboral, sino también las consecuencias que afecten a la
víctima. La cuantía por incapacidad sobreviniente no debe ceñirse a cálculos matemáticos
herméticos, sino que debe fijarse sujeta al prudente arbitrio judicial, ponderando la
importancia de las lesiones, la edad de la víctima, la repercusión en una futura actividad
productiva, etc.
En resumen, la norma regula la indemnización por incapacidad sobreviniente permanente
y admite que se concrete mediante la utilización de los criterios clásicos y los que
atienden a fórmulas matemáticas, pero sin estricto acatamiento a ellas, actuando el
prudente arbitrio judicial.

Acumulabilidad del daño moratorio.Art. 1747°. Acumulabilidad del daño moratorio. El


resarcimiento del daño moratorio es acumulable al del daño compensatorio o al valor de la
prestación y, en su caso, a la cláusula penal compensatoria, sin perjuicio de la facultad
morigeradora del juez cuando esa acumulación resulte abusiva.

La cuestión se vincula con el incumplimiento en la responsabilidad contractual y


extracontractual. Una opinión sostiene que en caso de incumplimiento la prestación
primitiva se convierte en dinero y es independiente de los otros daños que forman parte
de la acción de responsabilidad en sentido estricto. El incumplimiento de la primera
obligación da nacimiento a una nueva. Otra opinión postula la tesis de la unidad, según la
cual tanto la primera acción (cumplimiento por equivalente) como la segunda (restantes
daños) obedecen a una ilicitud única, pero la ejecución de los daños obedece a una

192
Iván Ignacio Carthery

nueva obligación que no surge de la modificación de objeto, sino de la conducta del


deudor. El CCC establece una regla general para la unificación de las dos esferas de la
responsabilidad, y una regulación especial para el cumplimiento de la prestación
comprometida mediante un contrato.
Daño compensatorio es el que deriva del incumplimiento total y definitivo de la prestación,
que convertían la prestación originaria en indemnización de daños y perjuicios. Por
ejemplo, en caso de imposibilidad objetiva, absoluta y definitiva producida por caso
fortuito o fuerza mayor se extingue la obligación sin responsabilidad, pero si la
imposibilidad obedece a causas imputables al deudor la obligación modifica su objeto y se
convierte en la de pagar una indemnización por los daños causados. Estos son los daños
compensatorios. La indemnización por dichos daños no puede acumularse a la ejecución
efectiva de la prestación. Por ello en caso de inejecución definitiva de la obligación por
causas imputables al deudor debe el valor de la prestación frustrada (cumplimiento por
equivalente) más los daños del incumplimiento (daños compensatorios).
Por otra parte, el daño moratorio es el que resulta de la mora del deudor en el
cumplimiento de la obligación, y es acumulable a la indemnización por la prestación
principal, generalmente mediante el pago de intereses a partir de la constitución en mora.
El artículo sienta la directiva de la acumulabilidad de los distintos tipos de daños con el
límite derivado de su abusividad. De modo que al daño moratorio se le puede adicionar el
daño compensatorio, el valor de la prestación principal y la cláusula penal, pero en todos
los casos opera la facultad judicial de morigerar si es abusivo.

Art. 1748°. Curso de los intereses. El curso de los intereses comienza desde que se
produce cada perjuicio.

La obligación resarcitoria es una deuda de valor. El restablecimiento de la situación


anterior de la víctima debe hacerse a la fecha de la sentencia, al valor real y no al
histórico.
El devengamiento de intereses permite, mediante la indemnización moratoria, atender al
tiempo transcurrido desde que el damnificado efectuó o pagó los daños materiales, es
decir, desde que se produjo el daño o realizó los desembolsos y hasta el momento de su
pago cancelatorio, computándose la fecha de producción de cada perjuicio. La sentencia
y la modalidad de pago de una suma total a la época del dictado de la sentencia permiten
computar e incluir el cálculo del daño futuro, por ejemplo el lucro cesante o la incapacidad
permanente del damnificado. También son importantes las pautas que imponen los
códigos procesales locales.
Algunas reglas aplicables para la época de fijación del curso de los intereses son las
siguientes:
• Cuando se trata
de daño moral, por lo general, el perjuicio se produce desde el hecho lesivo;
• Para los gastos
pasados, que son daños patrimoniales indirectos, los intereses se devengan
desde que se efectuó cada gasto;

193
Iván Ignacio Carthery

• Para gastos
pasados que son daños patrimoniales directos desde que se produjo el hecho
(destrucción de automóvil), desde que se produjo el hecho;

El interés de una suma de dinero reviste la condición de un accesorio que se debe, en las
obligaciones con fuente en hechos ilícitos, desde que se produjo el daño.

Responsabilidad directa. Sujetos responsables. Daños causados por actos


involuntarios. Pluralidad de responsables. Encubrimiento.
Responsabilidad directa. Sujetos responsables. Art. 1749°. Sujetos responsables. Es
responsable directo quien incumple una obligación u ocasiona un daño
injustificado(legítima defensa, estado de necesidad y ejercicio regular de un derecho) por
acción u omisión.

De acuerdo al hecho que genera el deber de reparar, la responsabilidad se clasifica en


directa en indirecta. Mientras que en este segundo caso se es responsable por el hecho
de otro, en el primero se responde por el hecho propio, siendo la obligación de reparar
impuesta a quien causó el daño por su acción u omisión.
El incumplimiento de una obligación también da lugar a responsabilidad directa porque, en
virtud del efecto relativo de las obligaciones y los contratos, el incumplimiento, cualquiera
sea el hecho que lo materialice, es siempre imputable al deudor.
El incumplimiento es el presupuesto indispensable para que exista responsabilidad del
deudor de una obligación. Probada la existencia del incumplimiento, y de daños que están
en relación de causalidad adecuada con él, habrá responsabilidad del deudor, salvo que
este demuestre que la obligación se ha extinguido por imposibilidad de cumplimiento.
Si el deudor asumió una obligación de medios, comprometiendo simplemente un plan de
conducta diligente, tendiente a satisfacer el interés del acreedor, entonces la
configuración del incumplimiento requiere la prueba de su culpa. Si comprometió un
resultado, responde independientemente de su culpa. En la responsabilidad contractual,
el análisis no se centra en el hecho que daña, sino en el incumplimiento, que siempre es
imputable al deudor y no, por ejemplo, a los terceros de los que se sirve para su
ejecución.
El segundo caso de responsabilidad directa abarca los daños que causa una persona por
su acción u omisión. Aquí se refiere a los casos de responsabilidad extracontractual, en
los que el perjuicio no se produce como consecuencia del incumplimiento de una
obligación preexistente.

Daños causados por actos involuntarios. Art. 1750°. Daños causados por actos
involuntarios. El autor de un daño causado por un acto involuntario responde por razones
de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742.
El acto realizado por quien sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su
autor, sin perjuicio de la que corresponde a título personal a quien ejerce esa fuerza.

194
Iván Ignacio Carthery

Quien causa un daño responde, en principio, por culpa o dolo. Sin embargo, estos
factores de atribución requieren la existencia de imputabilidad constituida por la existencia
de discernimiento, intención y libertad. No puede haber culpa si no existe hecho
voluntario, por lo que se estructura un régimen de responsabilidad fundado en la equidad.
Es decir, constatado que el daño obedece a un acto involuntario, la reparación se funda
en la equidad como factor de atribución, pudiendo no ser plena y su imponer evaluado
según las circunstancias del caso.
La segunda parte del artículo prevé la situación de la persona que causa un daño estando
sujeta a una fuerza física irresistible ejercida por un tercero. Aunque el CCC se refiere a la
violencia como vicio de la voluntad, mencionando la fuerza irresistible, en tales casos el
sujeto es reducido al estado de mero instrumento pasivo de otro, razón por la cual no
puede hablarse de acto. La acción no puede ser imputada al agente aparente, sino al real.
Es por ello que este supuesto queda fuera del resarcimiento de equidad.

Pluralidad de responsables. Art. 1751°. Pluralidad de responsables. Si varias personas


participan en la producción del daño que tiene una causa única, se aplican las reglas de
las obligaciones solidarias. Si la pluralidad deriva de causas distintas, se aplican las reglas
de las obligaciones concurrentes.

La regla que emana de esta norma es una consecuencia del concepto de obligación
solidaria y concurrente, pues, mientras la primera se caracteriza por tener una misma
fuente, en las obligaciones concurrentes existe una pluralidad de obligaciones que
coinciden en su objeto.
Se contempla, en primero lugar, los supuestos en los que la obligación de resarcir tiene
una causa única, aplicando las reglas de las obligaciones solidarias. Se incluye a todos
los autores (quienes llevan a cabo el hecho ilícito, o toman parte en su realización) como
a los consejeros (sin ser partícipes, estimulan la comisión del hecho) y cómplices (prestan
a los autores colaboración antes o después de la comisión del hecho).
Las obligaciones de solidaridad pasiva son aquellas en las que existe una pluralidad de
deudores y un solo acreedor por la misma causa, de forma tal que el accipiens podrá
reclamar a cualquiera de los deudores el pago íntegro de la deuda. El pago por parte de
uno de los codeudores extingue la obligación respecto de todos. A su vez, la confusión
entre el acreedor y uno de los deudores solidarios solo extingue la cuota de la deuda que
corresponde a él, subsistiendo la obligación y su carácter solidario. Aquel que paga, sin
embargo, puede repetir al resto lo pagado en la medida de la participación que cada uno
de ellos haya tenido en el hecho. Ejemplos de esto son los supuestos en los que media
una actividad peligrosa de un grupo, o cuando no es posible establecer quién de un grupo
determinado ha ocasionado el daño.
A diferencia del supuesto anteriormente explicado existen determinados casos en los que,
si bien existen distintos sujetos responsables por la producción del daño, cada uno de
ellos responde por una causa fuente distinta. Dicha responsabilidad será concurrente. En
estas los deudores, si bien deben el mismo objeto, lo hacen en razón de causas
diferentes. Por ejemplo, la responsabilidad del principal por el hecho del dependiente, el

195
Iván Ignacio Carthery

dueño o guardián de una cosa viciosa o riesgosa junto al conductor del automóvil o quien
operaba la cosa de su propiedad o bajo su cuidado.
Para que uno de los sindicados como autores del daño pueda exonerarse invocando el
hecho de un tercero, es preciso que ese otro hecho revista los caracteres del caso fortuito
para su exoneración total. El hecho del tercero que no reúne los caracteres del caso
fortuito no exonera, ni siquiera parcialmente, al sindicado como responsable.
Esto constituye una excepción al principio de simple mancomunación, según el cual la
solidaridad no se presume, y debe surgir del título constitutivo de la obligación o de la ley.

Encubrimiento.Art. 1752°. Encubrimiento. El encubridor responde en cuanto su


cooperación ha causado daño.

Incorpora, entre los responsables por los daños ocasionados por un hecho ilícito, al
encubridor. El encubrimiento se configura cuando, sin haber prestado ayuda al autor del
hecho ilícito, el sujeto, después de la comisión del delito, ayuda al autor a eludir las
investigaciones de la autoridad, o a sustraerse de la acción de ella, u omite denunciar el
hecho, encontrándose obligado a hacerlo.
No en todos los casos quien actúa como encubridor debe responder por el perjuicio
ocasionado, sino solo cuando su accionar ha cooperado en la producción del daño que
sufrió el damnificado, pues es su aporte causal lo que lo obliga a responder.
No responderá solidariamente con los autores del hecho ilícito, pues debe responder por
los daños ocasionados por su propio hecho, que es independiente de la obligación del
autor principal. Se aplicarán las reglas correspondientes a las obligaciones concurrentes,
por ser la causa fuente diferente.

BOLILLA 17
Responsabilidad por el hecho de terceros. Responsabilidad del principal por el
hecho del dependiente. Hecho de los hijos. Cesación de la responsabilidad paterna.
Otras personas encargadas.
Responsabilidad por el hecho de terceros. Responsabilidad del principal por el
hecho del dependiente. Art. 1753°. Responsabilidad del principal por el hecho del
dependiente. El principal responde objetivamente por los daños que causen los que están
bajo su dependencia, o las personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de sus
obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o con ocasión de las funciones
encomendadas.
La falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal. La responsabilidad del
principal es concurrente con la del dependiente.

El fundamento de la norma se encuentra en que el comitente garantiza a los terceros


ajenos a la relación que lo vincula con su dependiente por los daños que les pueda causar
en cumplimiento de la función encomendada. Se trata de una obligación legal impuesta
por razones de interés social, como medio para brindar una más eficaz protección a la
víctima del perjuicio ante la posibilidad de insolvencia del autor directo.

196
Iván Ignacio Carthery

Este artículo se refiere a la responsabilidad del principal por el hecho de los terceros de
los que se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones, debiendo entenderse que se
refiere exclusivamente a los daños que, con ocasión de esa ejecución, el dependiente
causa a terceros, o bien los que produce al propio acreedor, pero fuera del ámbito de
obligaciones del principal, con lo que quedan sujetos a responsabilidad extracontractual
(ej. El dependiente de un comerciante que entrega a otro mercader los bienes que este
adquirió al primero se pelea con el comprador y lo lesiona). La relación de dependencia
debe entenderse en un sentido amplio, y se configura siempre que el autor del daño haya
dependido para su accionar de la autorización del principal, aun cuando se trate de una
relación circunstancial y gratuita. De todos modos, se requiere un virtual poder de dar
órdenes y organizar la tarea del dependiente, y que este último actúe en interés del
principal.
Debe comprobarse la necesaria relación entre las tareas propias del subordinado y el
perjuicio. Podrá hacerse responsable el principal cuando su dependiente haya actuado en
ejercicio de la función encomendada, es decir, cuando el perjuicio haya sido ocasionado
durante el desarrollo del cometido ordenado, dentro del género de la actividad respectiva.
Pero también puede haber sido en ocasión de sus funciones, es decir, cuando la tarea
que desarrolla el dependiente ha sido un antecedente necesario, en el sentido de que el
hecho dañoso únicamente pudo ser ejecutado por el dependiente en tal calidad y por
mediar esas funciones.
La falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal, quien deberá
igualmente resarcir el menoscabo sufrido por la víctima. El dependiente podrá responder
por razones de equidad, en los supuestos en los que el magistrado lo juzgue necesario.
De esta forma, el principal responde indirectamente. Responde de forma directa cuando el
juez juzga no procedente la indemnización de equidad por parte del dependiente.
Es necesario aclarar que el principal responde en forma OBJETIVApor los daños
ocasionados por sus dependientes.

Hecho de los hijos. Art. 1754°. Hecho de los hijos. Los padres son solidariamente
responsables por los daños causados por los hijos que se encuentran bajo su
responsabilidad parental y que habitan con ellos, sin perjuicio de la responsabilidad
personal y concurrente que pueda caber a los hijos.

El artículo establece la responsabilidad solidaria de ambos progenitores por los perjuicios


que ocasionen sus hijos a terceros, siempre que se encuentren bajo su cuidado y
convivan con ellos. Esta responsabilidad se desarrolla mientras el hijo sea menor de
edad, alcanzando a los supuestos de perjuicios ocasionados a terceros por menores que
carecen de discernimiento para actos lícitos (hasta los 13 años) e ilícitos (10 años). En los
supuestos de emancipación por matrimonio cesara la responsabilidad de los padres a
partir de la celebración.
El divorcio o nulidad del matrimonio, o la separación de hecho, no obstarán a su deber de
responder, pues se presume que pesa sobre ambos la responsabilidad respecto del
menor, salvo que una decisión judicial se la atribuya a solo uno de ellos.

197
Iván Ignacio Carthery

Frente a la eventual obligación personal que corresponde a sus hijos, la obligación de los
padres será concurrente, porque la causa fuente es distinta.
Si el hijo es mayor de 10 años, tiene discernimiento para actos ilícitos, por lo que el deber
de resarcir del menor se regirá por las disposiciones referidas a la responsabilidad por el
hecho propio. Por su parte, la obligación de los padres será concurrente con la de su
descendiente.
Por otra parte, el accionar del menor carente de discernimiento será antijurídico, por lo
que, si el juez lo considera equitativo, podrá recaer sobre él la carga de resarcir los
perjuicios ocasionados. La responsabilidad de los padres será refleja si hay también
responsabilidad del menor (por equidad), y directa en caso contrario.

Cesación de la responsabilidad paterna. Art. 1755°. Cesación de la responsabilidad


paterna. La responsabilidad de los padres es objetiva, y cesa si el hijo menor de edad es
puesto bajo la vigilancia de otra persona, transitoria o permanentemente. No cesa en el
supuesto previsto en el artículo 643.
Los padres no se liberan, aunque el hijo menor de edad no conviva con ellos, si esta
circunstancia deriva de una causa que les es atribuible.
Los padres no responden por los daños causados por sus hijos en tareas inherentes al
ejercicio de su profesión o de funciones subordinadas encomendadas por terceros.
Tampoco responden por el incumplimiento de obligaciones contractuales válidamente
contraídas por sus hijos.

La responsabilidad de los padres por el hecho de sus hijos menores es objetiva, por lo
que solo podrán eximirse acreditando causa ajena. Únicamente acreditando el hecho del
damnificado, el de un tercero o el caso fortuito o fuerza mayor, los progenitores podrán
eximirse de responder por el hecho ilícito de su descendiente.
Cuando el menor es puesto bajo la vigilancia de otra persona, sea transitoria o
permanentemente, cesará la responsabilidad de los progenitores mientras su hijo esté
sometido al control y vigilancia de dicho establecimiento. La transitoriedad requiere un
grado de permanencia. Tampoco cesará la responsabilidad parental si el hijo no se
encuentra bajo la vigilancia de una persona que pueda responder por los daños que el
menor pueda ocasionar. Es decir, cesará la responsabilidad siempre que haya alguien
que responda por el hecho del menor.
Los padres no se eximirán de responder por el solo hecho de que haya existido una
delegación del ejercicio de la responsabilidad parental a un pariente o tercero, en los
términos del artículo 643. Dicho cese temporal del cuidado del menor es voluntario de los
padres, y no hace cesar la titularidad de la responsabilidad parental en cabeza de los
progenitores.
Para que surja el deber de responder de los padres, el hijo debe habitar con ellos. La
responsabilidad no cesa si la falta de convivencia se produjo por una causa atribuible a
estos últimos, en supuestos de abandono del menor, o cuando uno de los ascendientes
se retira del hogar sin razón legítima.
No podrá imputarse responsabilidad a los padres cuando el daño se produzca mientras el
menor se encuentra realizando una actividad inherente a su profesión, o cuando

198
Iván Ignacio Carthery

desarrolle tareas bajo el control de terceros. El CCC faculta al menor de edad que ha
obtenido título habilitante a ejercer su profesión, por cuenta propia y sin necesidad de
previa autorización. Asimismo, puede administrar y disponer de los bienes que adquiere
con el producto de su trabajo, y puede estar en juicio civil o penal por cuestiones
vinculadas a ello. Cuando el menor trabaja en relación de dependencia, la eximición de la
responsabilidad de los padres aparece patente, porque la tarea del menor se encuentra
subordinada jurídicamente a la de su principal, quien le imparte directivas.
Por último, se excluye la responsabilidad de los progenitores en los supuestos en los que
se reclamen al menor por consecuencias dañosas del incumplimiento de una obligación
contraída válidamente por él.

Otras personas encargadas.Art. 1756°. Otras personas encargadas. Los delegados en


el ejercicio de la responsabilidad parental, los tutores y los curadores son responsables
como los padres por el daño causado por quienes están a su cargo.
Sin embargo, se liberan si acreditan que les ha sido imposible evitar el daño; tal
imposibilidad no resulta de la mera circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su
presencia.
El establecimiento que tiene a su cargo personas internadas responde por la negligencia
en el cuidado de quienes, transitoria o permanentemente, han sido puestas bajo su
vigilancia y control.

El Código incluye, entre los responsables por el hecho de otro, a los tutores, curadores y
delegados de la responsabilidad parental, quienes deberán resarcir los daños
ocasionados a terceros por las personas que se encuentren bajo su cuidado.
La tutela se configura cuando, para la protección de la persona y los bienes de un niño,
niña o adolescente, se designa a una persona para que ejerza su representación legal y
se haga cargo del menor. Puede surgir de una designación de los padres con
homologación judicial o del juez. En consecuencia, el tutor será responsable por todos los
actos ilícitos cometidos por el menor en perjuicio de un tercero.
En lo que refiere a los curadores, su accionar queda limitado en función del régimen de
restricciones a la capacidad. Cuando la persona se encuentre absolutamente
imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo,
medio o formato adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez podrá declarar
la incapacidad y designar un curador, que responderá por los hechos de la persona sujeta
a curatela.
El CCC establece la posibilidad de que los padres deleguen el ejercicio de la
responsabilidad parental en un pariente o tercero idóneo, por el término de un año, previa
homologación judicial. En este caso, el deber de responder del delegado por los hechos
del menor se extenderá durante el término que dure su ejercicio. La eventual
responsabilidad de quien ejerce la delegación no excluye la de los padres.
En resumen, dichos representantes responderán SUBJETIVAMENTE por los perjuicios
ocasionados por las personas que se encuentran bajo su cuidado, ya que pueden probar
que les ha sido imposible evitar el daño. Existe una presunción de culpa a favor de la

199
Iván Ignacio Carthery

víctima. El deber de responder de los tutores, curadores y delegados es concurrente con


el de sus pupilos, ya sea que se trate de actos voluntarios o involuntarios.
En el caso de los establecimientos de internación, también responden subjetivamente,
pero no existe presunción de culpa a favor de la víctima, que deberá probar la existencia
de negligencia por parte del órgano asistencial.

Responsabilidad derivada de la intervención de cosas y de ciertas actividades.


Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Sujetos responsables. Daños
causados por animales.
Responsabilidad derivada de la intervención de cosas y de ciertas actividades.
Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Art. 1757°. Hecho de las cosas y
actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño causado por el riesgo o vicio
de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por
los medios empleados o por las circunstancias de su realización.
La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el
uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de
prevención.

La reforma del año 1968 introdujo en el Código derogado, basado esencialmente en la


responsabilidad por culpa, la teoría del riesgo creado fundado en que es equitativo que
quien con sus actividades crea riesgos para terceros, asuma la responsabilidad por los
daños, tanto más si se beneficia económicamente de tales actividades. Se añadieron los
supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, donde “para eximirse
de responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa, pero si el daño
hubiese sido causado por el riesgo o vicio de la cosa, solo se eximirá total o parcialmente
acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder”. De allí
que el sistema anterior diferenciaba el daño puro del hombre, el daño producido con las
cosas o daños causados por el hombre con una cosa, en los que prevalecía la actuación
del hombre que empleaba la cosa como instrumento para causar perjuicio, y el riesgo
creado o el daño producido por la intervención activa de una cosa o por una cosa riesgosa
o actividad peligrosa. Esta última se trataba de una responsabilidad objetiva en la que el
sindicado como responsable solo se eximía con la prueba de la causa ajena.
Se sostuvo que el riesgo presupone una actividad humana que incorpora al medio social
una cosa peligrosa por su naturaleza o por la forma de su utilización. Mayoritariamente se
diferenciaba el riesgo del vicio como supuestos distintos.
Una posición afirmaba que el riesgo creado comprendía el riesgo de la cosa sin distinción,
porque la actividad o cosa más inofensiva podía, en ciertas circunstancias, volverse
peligrosa. No es posible exigir la prueba del funcionamiento anormal de la cosa en el
accidente, ya que una cosa bien puede generar un riesgo sin haber mediado nada
anormal. En cambio, otra postura diferenciaba dos clases de cosas: las que tenían
autonomía para dañar y las que no eran normalmente peligrosas. Las primeras podían
contener un peligro estático o dinámico: el peligró estático era el de aquellas que
conllevaban en sí el riesgo, pero que requerían de un factor extraño para desencadenar el
daño; el dinámico era el de las cosas que llevaban el riesgo en su accionar.

200
Iván Ignacio Carthery

Una actividad es riesgosa cuando por su propia naturaleza o por las circunstancias de su
realización, genera riesgo o peligro para terceros, intervenga o no una cosa, activa o
pasivamente. Se produce cuando potencia la probabilidad de daños a terceros, acrecienta
el nivel normal de peligro en toda conducta humana lícita.

La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación admitió la actividad


riesgosa como factor objetivo de atribución de responsabilidad en la causa
“Mosca”.

El daño causado por el riesgo creado, el riesgo con la cosa, la cosa riesgosa, significa que
se debe valorar después de acaecido el hecho lesivo si el daño se produjo por la
incidencia causal de la cosa, esto es, si la participación de la cosa fue la causa adecuada
del daño. Al ponerse en foco la relación de causalidad, no importa tanto el riesgo de la
cosa en sí, sino determinar si la producción del daño obedeció a la idoneidad de la cosa
para producirlo.
El artículo del CCC recepta las principales ideas sobre las que existía mayor consenso.
Las directrices fundamentales son:
• Se conserva la
distinción entre riesgo y vicio. El riesgo presupone la eventualidad posible de que una
cosa llegue a causar daño, y el vicio un defecto de fabricación o funcionamiento que la
hace impropia para su destino normal. Sostener que la cosa solo es riesgosa para
terceros importa restringir indebidamente su ámbito de aplicación, eliminando la
responsabilidad por el hecho de las cosas. Es decir, el riesgo de la cosa es la
contingencia del daño que puede provenir de cualquier cosa, riesgosa o no por su
naturaleza, en tanto por las especiales circunstancias del caso dado, haya resultado apta
para llegar a ocasionar el perjuicio y haya podido tener efectiva incidencia causal en su
producción.
• El fin específico
del riesgo creado es posibilitar la indemnización del daño causado por el riesgo o vicio
con indiferencia de toda idea de culpa.
• El riesgo creado
regula la responsabilidad civil por el hecho de las cosas y constituye en principio rector de
la materia.
• Pesan
presunciones concurrentes sobre el dueño o guardián, quienes deben afrontar los daños
causados a otro, salvo que prueben la existencia de circunstancias eximentes y la
neutralización de los riesgos no puede dejar de lado los factores de atribución de
responsabilidad que rigen en este ámbito.
• El actor debe
probar la legitimación activa y pasiva, la existencia del daño y la relación causal entre el
hecho y el daño. Al damnificado le basta con probar el daño y el contacto con la cosa

201
Iván Ignacio Carthery

dañosa, para que quede a cargo de la demandada, como dueña o guardiana del objeto
riesgoso, demostrar la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder.
• La culpa de la
víctima con aptitud para cobrar totalmente el nexo de causalidad entre el hecho y el
perjuicio debe aparecer como única causa del daño, aparte de revestir las características
de imprevisibilidad e inevitabilidad propias del caso fortuito o fuerza mayor.
• En materia de
eximentes, se sostiene que lo gravitante es el hecho, comportamiento o la conducta de la
víctima o de un tercero como causa única o concurrente de la eximición del daño en caso
de que no pudiera endilgárseles culpa. La eximente del dueño o el guardián radica en la
fractura total o parcial del nexo causal. El sindicado como responsable, una vez
acreditado el riesgo de la cosa, debe demostrar la causa ajena para exonerarse.
• Al riesgo o vicio
puede adicionársele la culpa del dueño o guardián demandados, a través de la valoración
de su negligencia, imprudencia o impericia. Es admisible una imputación dual de
responsabilidad, considerando el riesgo creado más la culpa.
Además del riesgo o vicio de las cosas, se prevé el riesgo de las actividades que sean
riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por las
circunstancias de su realización. Es responsable quien por sí o por terceros realiza, se
sirve u obtiene provecho de la actividad riesgosa o peligrosa.
La actividad riesgosa constituye la conjunción de acciones, conductas y operaciones
desarrollados por una persona, empresa u organización económica que generalmente
puede estar vinculada causalmente con cosas o conjuntos de cosas en las que el riesgo
para los propios dependientes o terceros deriva de servicios o productos que reportan
utilidad para la sociedad y generan para sus dueños un provecho, generalmente
económico. Esta actividad lucrativa asociada con el riesgo conduce a imputar
objetivamente el deber resarcitorio.
Las actividades riesgosas por su naturaleza son las intrínsecamente dañosas. Lo serán
en cambio, por las circunstancias de su realización, cuando las modalidades de tiempo,
modo y lugar la tornan peligrosa. Por los medios empleados es riesgosa la actividad que
adquiere esa entidad cuando normalmente es inocua. En nuestra jurisprudencia se
decidió que es actividad riesgosa la práctica de golf, la actividad laboral de bacheo y
reparación de postes, el buceo, el transporte de dinero, las competencias
automovilísticas, etc. En suma:
• Para las
actividades riesgosas, rigen todos los requisitos de la responsabilidad objetiva aplicables
al riesgo o vicio de las cosas (eximentes, carga de la prueba, etc.), salvo lo atinente a la
legitimación pasiva (esta es más amplia).
• La
responsabilidad objetiva por riesgo o vicio de las cosas y por las actividades riesgosas se
desentiende de la atribución subjetiva del causante directo del daño, ya que la eximente
actúa en la ruptura total o parcial de la relación causal que debe probar el responsable.

En definitiva, el artículo comprende las siguientes categorías:

202
Iván Ignacio Carthery

• Daños causados
por cosas que son riesgosas por su propia naturaleza;
• Daños causados
por cosas que no son intrínsecamente riesgosas, pero cuya intervención produjo el daño;
• El riesgo de la
actividad realizada mediante el empleo de una cosa, que aun no siendo riesgosa por
naturaleza, ve potenciada esa aptitud;
• Daños causados
por actividades riesgosas, sin intervención de cosas;
• Responsabilidade
s agravadas por la legislación especial (DC, Residuos Peligrosos, Ley General del
Ambiente, Daños Nucleares).

Sujetos responsables. Art. 1758°. Sujetos responsables. El dueño y el guardián son


responsables concurrentes del daño causado por las cosas. Se considera guardián a
quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien
obtiene un provecho de ella. El dueño y el guardián no responden si prueban que la cosa
fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta.
En caso de actividad riesgosa o peligrosa, responde quien la realiza, se sirve u obtiene
provecho de ella, por sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial.

El dueño es quien reviste esa condición al momento del hecho lesivo y, como no se trata
de una obligación propter rem, la enajenación posterior no lo libera de responsabilidad.
Por otra parte, en la actualidad ya no se adopta el criterio de la guarda material, que
consideraba guardián a quien detentaba el poder fáctico sobre la cosa. Prevalecen tesis
que reputan guardián a quien detenta la guarda intelectual o de mando, siendo este la
persona que tiene, de hecho, un poder efectivo de vigilancia, gobierno y contralor sobre la
cosa que ha resultado dañosa. En los supuestos en los que el guardián ejerce esa
facultad de control por medio de terceros (dependientes o representantes) se mantiene la
condición de responsable como guardián intelectual de la cosa, aunque no la tenga en su
poder. Otra postura sostiene que es guardián quien recibe el beneficio o provecho
económico o personal, noción insuficiente por la imposibilidad de prescindir de la noción
de poder jurídico de dirección y contralor.

Los autores mayoritariamente acuden a los dos elementos: guarda intelectual y


guarda provecho de la cosa, por lo que ninguna abastece aisladamente la figura del
guardián. También se sostiene que es una noción bifronte: comprende a quien tiene
la dirección de hecho y a quien recibe un beneficio económico.
En resumen, la jurisprudencia ha resuelto que la noción de guardián es bifronte y
comprende a aquellos que tienen un poder efectivo de vigilancia, gobierno y
contralor sobre la cosa y a los que se sirven de ella recibiendo un beneficio, sea o
no económico.

203
Iván Ignacio Carthery

Por ende, puede afirmarse que la tipificación de guardián es ecléctica, y se configura por
el uso o tenencia material de la cosa con poder de mando sobre ella; por el ejercicio
autónomo de poder de gobierno, dirección y control de la cosa vinculado con su uso y
beneficio; por un aprovechamiento (económico o no) asociado a alguno de los otros
requisitos de poder de mando o utilización de la cosa. Revisten el carácter de guardián el
propietario, el locatario, el comodatario, el ladrón, depositario (cocheras, playas de
estacionamiento, talleres de autos), etc.

La responsabilidad objetiva de los legitimados pasivos, dueño y guardián, es


concurrente.

El dueño y el guardián responden en base a la propiedad y poder o mando sobre las


cosas, pero en las actividades riesgosas en las que no solo hay cosas, sino también
puede haber conjunción de tareas, etapas y personas, el legitimado pasivo es más
amplio: quien realiza, ejecuta o desarrolla la actividad con un poder fáctico, autónomo e
independiente de dirección sobre ella. No está en juego la autoría material, sino la
titularidad de la actividad que puede ser desarrollada a través de otros. Lo que importa no
es la autoría del daño, sino la del riesgo. Por ello son legitimados pasivos todos los que
introducen el riesgo de la actividad, por ejemplo, en los productos elaborados, los
intervinientes en la cadena de producción, comercialización, venta, etc.

Daños causados por animales.Art. 1759°. Daño causado por animales. El daño causado
por animales, cualquiera sea su especie, queda comprendido en el artículo 1757. –
(Hecho de las cosas y las actividades riesgosas).

Los legitimados pasivos son el dueño y el guardián del animal, el responsable de la


actividad riesgosa o peligrosa y el tercero que provoca al animal. Si se trata de animales
registrados, el propietario inscripto será su dueño, o en el caso de caballos de pura
sangre. En caso contrario, la posesión determina la calidad de dueño.
La carga de la prueba incumbe a la víctima y se admite toda clase de prueba.
La condición de dueño debe revestirse al momento del hecho porque la venta posterior no
crea una obligación propter rem.
En caso de condominio de animales, los condóminos son obligados solidarios porque se
trata de varias personas que tienen el deber de responder en base a una única causa: la
copropiedad del animal.
Si se trata de un animal abandonado con ánimo de desprenderse de él, se mantiene la
responsabilidad objetiva del dueño.
Para los daños causados por un grupo de animales, con dueños o guardianes diferentes
de cada uno de ellos, se aplican las reglas de la responsabilidad colectiva, por lo que
quedan obligados solidariamente y sujetos a las eximentes expresas que varían si se trata
de autoría anónima (se libera demostrando que no contribuyó a la producción del daño) o
de actividad peligrosa del grupo (se libera probando que no integraba el grupo).

204
Iván Ignacio Carthery

Prevalece la postura que afirma que guardián es quien tiene la cosa a su cuidado y le
saca provecho, económico o no, o profesional, comprensivo del ejercicio de hecho o de
derecho de un poder de gobierno, dirección, contralor o mando sobre el animal, aunque
sea accidental. También son guardianes los profesionales que tienen al animal para la
actividad vinculada a su profesión (veterinario, paseador de perros).
Otros eventuales legitimados pasivos son los dependientes, por actos personales suyos.
También pueden concurrir otros sujetos que respondan concurrentemente con el dueño o
guardián (ej. El propietario de un inmueble en el que se encontraba alojado el animal que
causó el daño).
El tercero también será responsable si con su conducta creó el riesgo o provocó la
reacción del animal que causó el daño, además de actuar culposa o dolosamente al
apoderarse o usar del animal sin consentimiento del propietario.

Responsabilidad colectiva y anónima. Cosa suspendida o arrojada. Autor anónimo.


Actividad peligrosa de un grupo.
Responsabilidad colectiva y anónima. Cosa suspendida o arrojada. Art. 1760°. Cosa
suspendida o arrojada. Si de una parte de un edificio cae una cosa, o si esta es arrojada,
los dueños y ocupantes de dicha parte responden solidariamente por el daño que cause.
Solo se libera quien demuestre que no participó en su producción.

Este artículo consiste en un supuesto particular de aplicación de la regla general referida


a la responsabilidad del autor anónimo. La norma consagra una solución que se remonta
al derecho romano.
El ámbito de aplicación de este supuesto de responsabilidad incluye los daños causados
tanto por cosas arrojadas, como por objetos que caen de un edificio.
La ley menciona como legitimados pasivos a los dueños y ocupantes de la parte del
edificio de la que proviene la cosa, incluyendo a cualquier persona que habite el inmueble,
ya sea un locatario, usufructuario, poseedor, comodatario, depositario, etc. Sin embargo,
la referencia al ocupante no excluye la responsabilidad del dueño.
Es importante resaltar que los responsables son los dueños y ocupantes de la parte del
edificio de la que la cosa cae o es arrojada, lo que excluye la responsabilidad de quienes
habiten o sean propietarios de otros sectores. Por ejemplo, si una maceta cae a la vereda,
únicamente responderán los dueños u ocupantes de las unidades que den al frente del
edificio.

El dueño y el ocupante responden objetivamente por los daños causados. La ley


presume, iuris tantum, que todos los dueños u ocupantes de la parte del edificio de
la que cayó la cosa son autores del daño, pudiendo acreditar que no han
participado en la producción del perjuicio.

En el caso de que la cosa caiga desde un edificio sometido al régimen de propiedad


horizontal, únicamente procede demandar al consorcio si la cosa en cuestión tenía
carácter de común o provino de un sector común. Sin embargo, ante la falta de

205
Iván Ignacio Carthery

identificación del lugar del que provino, la demanda contra el consorcio también sería
procedente en la medida en que haya partes comunes que den al sector donde la cosa
cayó o fue arrojada.

Autor anónimo. Art. 1761°. Autor anónimo. Si el daño proviene de un miembro no


identificado de un grupo determinado responden solidariamente todos sus integrantes,
excepto aquel que demuestre que no ha contribuido a su producción.

Esta norma abarca los casos en los que el daño es causado por un miembro no
identificado de un grupo que, en cambio, si está determinado. En tal caso, la ley presume
que todos los miembros del grupo han sido coautores del daño, y les imputa
responsabilidad objetiva.
Es necesario que exista un grupo, definido como una pluralidad de personas que
conforman un conjunto definible sobre la base de alguna característica común. No es
necesario que esté formalmente constituido de antemano por la decisión consciente de
asociarse de sus integrantes. Determinada su existencia, es preciso que exista un nexo
entre este y el daño, estando entre los miembros el autor o autores que no han podido ser
individualizados. En definitiva, el damnificado no está precisado de identificar al autor,
pero sí de probar inequívocamente que el daño fue causado por alguno de los miembros
del grupo.
Una vez determinados estos elementos, la ley presume iuris tantum la relación causal, e
imputa la autoría a todos los integrantes del grupo, quienes responden solidariamente. La
norma no requiere demostrar la autoría de cada uno de los responsables, sino
únicamente que el daño provino de alguno de ellos.
Cada uno de los miembros del grupo puede probar que no contribuyó a la producción del
perjuicio como eximente.
Se trata de un supuesto de responsabilidad objetiva, pues la participación en el colectivo
considerado resulta suficiente para atribuir responsabilidad, aunque no se encuentre
acreditada la autoría material ni la conducta subjetivamente reprochable. La culpa del
agente es irrelevante.
Este artículo se aplica tanto a la responsabilidad contractual como a la extracontractual, lo
que permite, por ejemplo, responsabilizar a un grupo de médicos por el daño sufrido por
un paciente a raíz de la mala praxis de alguno de ellos, cuya identidad no se conoce.

Actividad peligrosa de un grupo.Art. 1762°. Actividad peligrosa de un grupo. Si un


grupo realiza una actividad peligrosa para terceros, todos sus integrantes responden
solidariamente por el daño causado por uno o más de sus miembros. Solo se libera quien
demuestra que no integraba el grupo.

En el supuesto regido por el artículo anotado, la autoría individual del agente es


intrascendente, pues se trata de un supuesto de responsabilidad colectiva como
consecuencia del riesgo generado por el grupo en sí mismo. En tales casos, los miembros
del grupo responden tanto si media anonimato como si el autor está perfectamente

206
Iván Ignacio Carthery

individualizado. Por el contrario, en el artículo anterior la falta de determinación del autor


es elemento determinante de la responsabilidad del grupo.
Mientras que en la responsabilidad que es objeto de análisis la actividad riesgosa del
grupo es causa del daño, en la que deriva de la autoría anónima aquella es solo un
antecedente del perjuicio.
La creación del riesgo, imputable a todos los integrantes del grupo, se confunde en este
caso con la autoría del daño. Es por eso que el daño se atribuye al colectivo, y el
sindicado como responsable responde por el solo hecho de pertenecer al grupo.
Para que el artículo en cuestión resulte aplicable al daño debe derivar de una actividad
peligrosa desarrollada en conjunto. En esta actividad pueden existir conductas
individuales, pero la norma prescinde de su consideración, pues existe una unidad de la
acción que constituye la causa del perjuicio. Es por eso que se requiere únicamente que
exista relación causal adecuada entre el accionar del grupo por sí considerado y el daño
sufrido por la víctima. Cada uno de los miembros del grupo responde solidariamente como
coautor, y por el solo hecho de haber participado en la creación del riesgo desplegado por
la actividad grupal.
• Debe haber un
grupo.
• Debe realizar una
actividad riesgosa, que por su propia naturaleza o por las circunstancias de su realización
genera un riesgo para terceros.
• Debe mediar
relación causal entre el riesgo generado por el grupo y el daño cuyo reparación se
reclama, acreditándose que el perjuicio fue ocasionado por alguno de los integrantes del
grupo, identificados o no. Bastará al damnificado con probar el contacto material entre el
daño y la acción peligrosa del grupo para que la carga de la prueba se desplace hacia los
miembros de este, quienes deberán demostrar la causa ajena.

Son legitimados pasivos todos los integrantes del grupo, quienes responden
solidariamente frente a la víctima. Se trata de un supuesto de responsabilidad objetiva con
fundamento en el riesgo generado en el accionar grupal, por lo que la única eximente es
la prueba de no haber integrado el grupo o la causa ajena. Esta última eximente refiere a
un hecho de la víctima, un caso fortuito o hecho de un tercero por el que el grupo no debe
responder. Sin embargo, el caso fortuito o fuerza mayor solo podrá invocarse cuando sea
ajeno al riesgo en la actividad desarrollada por el grupo.
Por ejemplo, si se trata de un grupo de automovilistas que desarrollan picadas en la vía
pública, es intrascendente acreditar cuál fue el vehículo que atropelló a la víctima, pues
responden todos los que participaron del grupo que desarrolló la actividad.

BOLILLA 18
Supuestos especiales de responsabilidad. Responsabilidad de la persona jurídica.
Inaplicabilidad de normas.

207
Iván Ignacio Carthery

Responsabilidad de la persona jurídica. Art. 1763°. Responsabilidad de la persona


jurídica. La persona jurídica responde por los daños que causen quienes las dirigen o
administran en ejercicio o con ocasión de sus funciones.

Desde antaño se ha discutido sobre la procedencia de responsabilizar a las personas


jurídicas por el hecho de quienes las dirigen o administran. Dicho debate quedó zanjado
en la Argentina con la modificación del artículo 43 del código derogado por la ley 17.711
que regulaba la responsabilidad de este tipo de entes.
La actividad de la persona jurídica se desarrolla mediante la actuación de seres humanos,
de tal manera que la gestión realizada por cuenta de la entidad le es imputada a la misma
entidad. Existen diferentes criterios para discriminar los actos de los dirigentes de la
persona jurídica y saber cuáles se imputan a la entidad y comprometen su
responsabilidad, y cuáles comprometen la sola responsabilidad de los actuantes.

• Teoría de la representación. Esta explicación de los teóricos de la ficción sostiene


que las personas jurídicas carecen de voluntad por lo que deben ser asimiladas a las
personas humanas también carentes de voluntad. Para que puedan hacer valer su
capacidad de derecho, la ley provee representantes legales que actúan en nombre de
ellos. Lo que realicen sus representantes en los límites de su representación obliga y
compromete a la persona representada.
• Teoría del órgano. Sostenida por los partidarios de las doctrinas de la realidad,
considera que, siendo estas personas entes reales que expresan su voluntad jurídica por
medio de sus agentes, no hay dualismo entre ellos y la entidad. No existe entre la entidad
y sus dirigentes un vínculo contractual, sino una relación institucional, que proviene de la
constitución y organización de la persona jurídica. Los administradores están dentro de
ella y ofician como órganos suyos.

El Código de Vélez establecía: “Se reputan actos de las personas jurídicas los de sus
representantes legales, siempre que no excedan los límites de su ministerio. En lo que
excedieren, solo producirán efecto respecto de sus mandatarios.”. En el exceso obrado
más allá de los límites de la función de órgano de la persona jurídica que desempeñan
sus dirigentes, ya no es dable atribuirlo al ejercicio de la función como tal. Si los poderes
de los mandatarios no hubiesen sido expresamente designados en los respectivos
estatutos, o en los instrumentos que los autoricen, la validez de los actos será regida por
las reglas del mandato.

Según los teóricos de la ficción, las personas jurídicas carecen de toda responsabilidad
extracontractual, considerando que no es posible imputar la responsabilidad por hechos
ilícitos a la persona jurídica por tratarse de un ente ficticio carente de voluntad psíquica.
La persona jurídica, en esta concepción, es un ente de derecho solo en el orden de su
finalidad, de manera que estando la actividad ilícita fuera de esa órbita, compromete al
agente humano únicamente. El hecho ilícito excede el mandato conferido al mandatario,
por lo que no cabe nunca imputarlo a la persona jurídica.

208
Iván Ignacio Carthery

Para los teóricos de la realidad, hay responsabilidad de la persona jurídica porque esta es
un sustrato real cuya condición es igual en el orden jurídico a la de las personas
naturales, requiriéndose para que la responsabilidad esté comprometida:
• Imputabilidad personal del hecho a quien obra como órgano de la persona jurídica;
• Que el órgano obre en calidad de tal y en la esfera de su cometido.

El Código Civil de Vélez también establecía:


“No se puede ejercer contra las personas jurídicas, acciones criminales o civiles por
indemnización de daños, aunque sus miembros en común, o sus administradores
individualmente hubiesen cometido delitos que redunden en beneficio de ellas”.
• Criterio clásico de irresponsabilidad total por hechos ilícitos. Conforme al sentido
literal del artículo 43, se excluía todo supuesto de responsabilidad proveniente de actos
ilícitos a cargo de personas jurídicas.
• Criterio amplio de responsabilidad plena salvo con respecto a delitos criminales.
Solo determinaba una exención de responsabilidad de las personas jurídicas respecto de
los delitos criminales, pero dejaba subsistente esa responsabilidad con relación a los
delitos y cuasidelitos civiles. Tradujo del Esbozo de Freitas “aunque” en vez de “cuando”.
• Criterios intermedios. La persona jurídica no respondía en razón del hecho propio,
que es el obrado por los miembros y administradores de la entidad, pero sí por el hecho
ajeno (daños causados por individuos bajo su dependencia, o por las cosas de que sirven,
o que tienen a su cuidado).
• Criterios derogatorios del artículo 43. Borda sostenía que los actos de aquellos que
estatutaria y legalmente obran por la persona jurídica son actos de la persona jurídica,
sean actos jurídicos o ilícitos, de responsabilidad contractual o extracontractual, en cuanto
hayan sido realizados en la esfera de la incumbencia o en ocasión o con motivo del
encargo dado. Para Spota, lo importante para excluir la responsabilidad de la persona
jurídica era apreciar si el daño causado por el agente, el representante o dependiente lo
había sido mediante una actividad separable de la función de aquel. Consideraban que la
argumentación basada en la rectificación del artículo era espaciosa y que la norma
establecía una solución injusta. Dándole una aplicación general a estas normas, los
tribunales han concluido por prescindir del artículo 43, aún en lo que atañe a los delitos.
La jurisprudencia lo ha derogado.

Ley 17.711 y la responsabilidad de las personas jurídicas. El nuevo artículo 43 establecía:


“Las personas jurídicas responden por los daños que causen quienes las dirijan o
administren, en ejercicio o con ocasión de sus funciones”.
El obrar de los administradores solo puede ser imputado a esa entidad cuando es
practicado en el ejercicio de la función, pues solo entonces el agente actúa como órgano
de la persona jurídica, y no cuando obra en ocasión de esa función (supuesto en el que
carece de razón suficiente la imputación del daño a la entidad).
“Responden también por los daños que causen sus dependientes o las cosas, en las
condiciones establecidas en el título...”.

209
Iván Ignacio Carthery

Jurisprudencial. Hasta 1921, la Corte no admitió la responsabilidad civil de las personas


jurídicas por hechos ilícitos obrados por sus dirigentes o dependientes. En ese mismo
año, reconoció la responsabilidad de una persona jurídica por los daños imputables a la
culpa de sus empleados, haciendo efectiva la responsabilidad indirecta del principal por el
hecho de sus dependientes.
La especie precisa del daño culposo causado por un dependiente del Estado, obrado
durante el desempeño de las funciones encomendadas, ha derivado en la admisión de la
responsabilidad del principal en “Weiss c/ Gobierno Nacional”, “Albertini c/ Gobierno
Nacional”, etc.
En el caso “Etchegaray y otros c/ Gobierno de la Nación” se responsabilizó civilmente al
Estado por la muerte de un fugitivo causada por un agente de policía con motivo del
ejercicio de su autoridad y en el desempeño de sus funciones.
En el caso “Rabanillo c/ Gobierno Nacional” la Corte consideró la responsabilidad del
principal por el hecho de sus dependientes y estableció que para que estuviera
comprometida el dependiente debía obrar en el ejercicio de su función o con motivo de su
desempeño, no bastando que el acto ilícito se hubiese efectuado por el agente solo con
ocasión de sus tareas.
Desde entonces, la Corte se ha pronunciado por la admisión de la responsabilidad de las
personas jurídicas por hechos culposos de sus dependientes. Sin embargo, en todos los
casos se trató de cuasidelitos o delitos civiles obrados por empleados u obreros de la
persona jurídica, dejando incertidumbre en el campo de sus administradores.

En el CCC. La responsabilidad de los entes ideales puede surgir por daños generados por
diversas circunstancias, ya sea por incumplimiento contractual, por los hechos de sus
dependientes, por el hecho de la cosa de la cual es propietaria y guardiana, y por el hecho
de los directores o administradores.
Solamente cuando el perjuicio haya sido ocasionado por el accionar de los directores o
administradores de la sociedad, y se trate de un ilícito extracontractual, surgirá la
responsabilidad en estudio.
Para que sea procedente la reparación de daño ocasionado, a fin de responsabilizar al
ente ideal por el hecho de sus administradores es preciso que estos revistan ese carácter,
y que el perjuicio haya sido infligido en ejercicio o con ocasión de la función.
En cuanto al factor de atribución, en estos casos es la garantía, pues la persona jurídica
carece de toda subjetividad, lo que torna inútil valorar su voluntad o culpa. Se trata de un
supuesto de responsabilidad OBJETIVA.

Art. 160°. Responsabilidad de los administradores.Los administradores responden en


forma ilimitada y solidaria frente a la persona jurídica, sus miembros y terceros, por los
daños causados por su culpa en el ejercicio o con ocasión de sus funciones, por acción u
omisión.

Inaplicabilidad de normas. Responsabilidad del Estado. Art. 1764°. Inaplicabilidad de


normas. Las disposiciones del Capítulo I de este Título no son aplicables a la
responsabilidad del Estado de manera directa ni subsidiaria.

210
Iván Ignacio Carthery

Art. 1765°. Responsabilidad del Estado. La responsabilidad del Estado se rige por las
normas y principios del derecho administrativo nacional o local según corresponda.

La responsabilidad estatal por daños ha experimentado una notoria evolución, pues la


doctrina y la jurisprudencia transitaron desde una irresponsabilidad total del Estado hasta
el reconocimiento del deber de indemnizar a los particulares, incluso por sus actos
legítimos.
En nuestro país, luego de la consagración pretoriana de la responsabilidad del Estado en
los precedentes “Devoto” y “Ferrocarril Oeste” se discutió si el deber de resarcir el daño
ocasionado por el accionar de la administración debía regirse por las normas del derecho
privado o por el administrativo. Esta última postura es la que ha terminado primando con
la sanción del CCC.
La aplicación directa o subsidiaria del Código está prohibida en materia de
responsabilidad del Estado, pero no está vedada la aplicación analógica del derecho
común.
En 2014 se promulgó la ley 26.944 de Responsabilidad del Estado en el ámbito nacional,
que establece que dicha normativa rige la responsabilidad de los entes públicos por los
daños que su actividad o inactividad produzca a los bienes o derechos de las personas.
La responsabilidad de la administración es objetiva y directa, y se encuentra sustentada
en la idea de falta de servicio, más allá de la eventual responsabilidad que le quepa al
dependiente. Los eximentes de dicha responsabilidad son los supuestos de ruptura del
nexo causal, que son el caso fortuito o fuerza mayor, y el hecho de la víctima o de un
tercero por el que no se debe responder.

Existen determinados requisitos para que se configure la responsabilidad del Estado por
su accionar ilícito:
• Daño cierto;
• Imputabilidad
material de la actividad o inactividad a un órgano estatal;
• Relación de
causalidad adecuada entre la actividad o inactividad del órgano y el daño cuyo reparación
se persigue;
• Falta de servicio
(art. 3).

En cuanto a la responsabilidad del Estado por su accionar lícito:


• Daño cierto y
actual;
• Imputación a una
actividad de un órgano estatal;
• Relación directa,
inmediata y exclusiva entre la actividad estatal y el daño;

211
Iván Ignacio Carthery

• Inexistencia de
un deber jurídico de soportar el daño;
• La persona
dañada debe haber sufrido un sacrificio especial, diferenciado del que sufre el resto de la
comunidad.
Con anterioridad a la sanción de esta norma, la cuestión se regía por la jurisprudencia de
la Corte a partir del fallo “Los Pinos”, en el cual concluyó que la responsabilidad del
Estado por su actividad lícita resulta procedente cuando el desmedro patrimonial que
padece el particular a raíz del acto estatal, que se traduce en un beneficio para toda la
comunidad, genere una irrazonable desproporción entre el bienestar común y el privado.
A su vez, es preciso que exista un perjuicio especial en el afectado, y la ausencia de un
deber jurídico de soportar el daño.
El fundamento de la obligación del Estado de resarcir ciertos daños causados por su
actividad lícita se encuentra en el beneficio que toda la comunidad recibe de las acciones
que la administración promueve en el interés general, y cuyas consecuencias
eventualmente dañosas es injusto que sean soportadas exclusivamente por un individuo o
un grupo limitado, por lo que deben distribuirse en toda la comunidad, a fin de restablecer
la garantía de igualdad. Sin embargo, la responsabilidad del Estado por su accionar lícito
es excepcional, y comprende el valor objetivo del bien y los daños que sean consecuencia
directa e inmediata del accionar de la autoridad pública. No es procedente la
indemnización del lucro cesante.
La norma excluye la responsabilidad del Estado, aun subsidiaria, por el accionar de sus
concesionarios o contratistas de los servicios públicos a los cuales se atribuya un
cometido estatal, cuando la acción y omisión sea imputable a la función encomendada.
En cuanto a su responsabilidad contractual, la ley establece expresamente que se rige por
las normas específicas, y únicamente en el caso en que ellas no existan será aplicable la
norma en estudio en forma supletoria.
Respecto a la eventual responsabilidad colectiva del Estado, resultan aplicables las
pautas sentadas en el fallo Halabi, de conformidad con el cual, ante la falta de una
normativa especial que regule las acciones de clase, el artículo 43 es operativo, y es
obligación de los jueces darle eficacia cuando se aporta evidencia sobre la afectación de
un derecho fundamental y del acceso a la justicia del titular. Más allá de la inexistencia de
una regulación expresa para los casos en los que se genere daño colectivo por el
accionar de la administración pública, es viable la promoción de la acción colectiva
respectiva, cuando se encuentren afectados tanto intereses difusos como así también los
individuales homogéneos de un grupo.

Del funcionario y del empleado público. Art. 1766°. Responsabilidad del funcionario y
del empleado público. Los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el
ejercicio de sus funciones por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones
legales que les están impuestas se rigen por las normas y principios del derecho
administrativo nacional o local, según corresponda.

212
Iván Ignacio Carthery

La norma en comentario se refiere únicamente a la responsabilidad de los agentes en el


ejercicio irregular de sus funciones.
En cuanto al concepto de funcionario público, se trata de todo aquel que ejerce una
función pública, de facto o de iure, si presta los servicios en forma onerosa o gratuita, los
realiza de forma permanente, temporaria o accidental, y es esencial que su actividad
encuadre dentro de la función pública. La cuestión referida a la responsabilidad de los
mismos por el ejercicio irregular de sus funciones se encuentra regida por las normas y
principios del derecho administrativo local y nacional.
En la jurisdicción nacional resulta aplicable la ley 26.944, que establece que los
funcionarios y agentes públicos responderán por los daños que ocasionen por el ejercicio
irregular de sus funciones, siempre que hayan actuado con dolo o culpa.
Las consecuencias de la nueva normativa son relevantes, pues la conducta irregular del
agente no permitirá presumir in re ipsa la culpa del agente, como sí ocurría con el régimen
anterior a la reforma. En consecuencia, la víctima del hecho ilícito tendrá la carga de la
prueba de la culpa del funcionario.
La ley de responsabilidad del Estado establece expresamente la imposibilidad de imponer
sanciones pecuniarias disuasivas contra los agentes o funcionarios, refiriéndose a los
daños punitivos que fueron excluidos del código a pesar de haberse incluido en el
Anteproyecto, aunque continúan vigentes en el ámbito del derecho de consumo.
Siempre que el accionar del funcionario público se vincule con el ejercicio de la función,
se regirá por las normas del derecho administrativo.

De los establecimientos educativos.Art. 1767°. Responsabilidad de los


establecimientos educativos. El titular de un establecimiento educativo responde por el
daño causado o sufrido por sus alumnos menores de edad cuando se hallen o deban
hallarse bajo el control de la autoridad escolar. La responsabilidad es objetiva y se exime
solo con la prueba del caso fortuito.
El establecimiento educativo debe contratar un seguro de responsabilidad civil, de
acuerdo a los requisitos que fije la autoridad en materia aseguradora.
Esta norma no se aplica a los establecimientos de educación superior o universitaria.

La responsabilidad de los establecimientos educativos ha experimentado una larga


evolución a lo largo de los años, desde la responsabilidad subjetiva de los directores y
maestros artesanos por los daños causados por sus aprendices (prevista por Vélez en el
texto original del Código) hasta la responsabilidad objetiva consagrada por la reforma de
la ley 24.830 al artículo anotado, respecto de los propietarios de los establecimientos
educativos.
La legitimación pasiva resulta aplicable al titular del establecimiento educativo,
entendiéndose a este como aquel que organiza el sistema de educación, quien emprende
el servicio educativo. No basta con que se trate del propietario del inmueble donde se
desarrolla la actividad.
Para una postura, quedarían comprendidos todos los establecimientos educativos en los
cuales se imparte educación a un menor mediante una organización del tipo empresarial,
que presupone un control por parte de la autoridad. Por otro lado, se sostiene que solo

213
Iván Ignacio Carthery

estarían abarcados los establecimientos que imparten enseñanza, pero bajo cualquiera de
las modalidades del sistema de educación (sea nacional, provincial o municipal).
Los establecimientos públicos quedan excluidos del ámbito de la norma, y la
responsabilidad del Estado en tales casos se regirá por las reglas específicas que
establecen la ley de responsabilidad del Estado y las disposiciones del Código relativas a
la misma.
La norma en análisis excluye la responsabilidad personal del directo del colegio, quien
deberá resarcir los perjuicios ocasionados por su hecho propio, supuesto en el cual el
factor de atribución es la culpa. Sí es aplicable a los daños causados por sus alumnos a
terceros, ya sean estos extraños o no a la actividad educativa.
En cuanto al ámbito espacial de la norma, el titular del establecimiento deberá responder,
por un lado, si el daño se ha producido dentro de él, pues en estos supuestos debe
presumirse que sucedió mientras el alumno se encontraba bajo el control de la autoridad
educativa. A la misma conclusión habrá de arribarse si el perjuicio, si bien ocurrió fuera de
la institución, tuvo su causa dentro de ella.
La responsabilidad del legitimado pasivo no cesa cuando el daño se produce fuera del
establecimiento educativo, en aquellos supuestos en que el educando debía estar bajo el
control de la autoridad de enseñanza.
Se establece también la obligación para el establecimiento educativo de contratar un
seguro de responsabilidad civil. Es tarea de la autoridad administrativa asegurar el
cumplimiento de este deber por parte de las instituciones en cuestión, pues la falta de
contralor puede conducir a que los damnificados se vean impedidos de percibir el
resarcimiento correspondiente.

La responsabilidad será objetiva, siendo el factor de atribución la garantía, pues el


titular del establecimiento asegura la indemnidad de los menores que concurren a
aprender, como así también que los educandos no ocasionarán daños a terceros
mientras se encuentren bajo su cuidado. Sin embargo, dicha responsabilidad
objetiva es agravada, pues solo puede eximirse acreditando caso fortuito o fuerza
mayor. No podrá eximirse acreditando el hecho del damnificado o de un tercero,
salvo que constituyan un hecho imprevisible e inevitable. Tampoco podrá invocar el
caso fortuito cuando este constituya una contingencia propia de la actividad que
desarrolla.

Profesiones liberales.Art. 1768°. Profesiones liberales. La actividad del profesional


liberal está sujeta a las reglas de las obligaciones de hacer. La responsabilidad es
subjetiva, excepto que se haya comprometido un resultado concreto. Cuando la obligación
de hacer se preste con cosas, la responsabilidad no está comprendida en la Sección 7°,
de este Capítulo, excepto que causen un daño derivado de su vicio. La actividad del

214
Iván Ignacio Carthery

profesional liberal no está comprendida en la responsabilidad por actividades riesgosas


previstas en el artículo 1757.

Las notas tipificantes del concepto de profesional son la habitualidad, reglamentación,


habilitación, presunción de onerosidad, autonomía técnica, sujeción a colegiación, la
sumisión a normas técnicas y el sometimiento a potestades disciplinarias. El código
considera profesiones liberales únicamente a quienes requieren título universitario para el
ejercicio de su actividad y realizan una tarea de índole predominantemente intelectual.
El régimen de responsabilidad de los profesionales liberales presenta notas específicas
que lo diferencian del sistema general, teniendo como sustento el incumplimiento del
contrato celebrado entre el experto y su cliente.

Los profesionales liberales responden subjetivamente por el daño ocasionado,


salvo que se hayan comprometido a un resultado. La responsabilidad es subjetiva
cuando se comprometió a realizar una actividad con la diligencia adecuada y
agravada, sin perjuicio que satisfaga el interés del acreedor o no.

Por otra parte, no resultan aplicables a los profesionales liberales las normas referidas a
la responsabilidad por el hecho de las cosas y actividades riesgosas. Si esta limitación no
existiese con respecto a las cosas de las cuales se sirve el experto, entonces su actividad
recaería en alguno de estos supuestos, ya sea por las cosas que utiliza, la índole de la
actividad, etc., y respondería objetivamente.
La cuestión reviste particular importante en materia médica. Por ejemplo, un cirujano que
utiliza un bisturí eléctrico. Si se tuviera únicamente en cuenta la participación de la cosa
riesgosa, debería responder por más diligente que fuese su conducta. Ni hablar si se la
considera como actividad riesgosa.
Sin embargo, la norma trae una excepción para los casos en los que el daño es
ocasionado no ya por el riesgo de la cosa o de la actividad, sino por el vicio de aquella. Es
necesario que presente un defecto que erija en causa adecuada del daño, por lo que se
aplicaría el artículo 1757.
Finalmente, se limita la posibilidad de invocar el riesgo como factor de atribución de la
responsabilidad del profesional liberal, pero no impide hacer valer una responsabilidad
objetiva de la clínica, del fabricante del producto o de cualquier otra persona que resulte
dueña o guardiana de la cosa riesgosa, o despliegue una actividad peligrosa.

Accidentes de tránsito.Art. 1769°. Accidentes de tránsito. Los artículos referidos a la


responsabilidad derivada de la intervención de cosas se aplican a los daños causados por
la circulación de vehículos.

Subsisten los criterios elaborados sobre la vigencia del riesgo creado en la materia. La
denominación “circulación” de vehículos es más amplia que “accidentes de tránsito”
porque incluye los daños producidos por automóviles (comprensivo de bicicletas, motos,

215
Iván Ignacio Carthery

maquinaria agrícola) no solo durante la circulación vial, sino también en todos los casos
en los que media su intervención activa, estén o no en movimiento. Se trata de siniestros
viales. Estos casos se guían por las siguientes pautas generales.

• El riesgo creado
regula la responsabilidad civil por el hecho de las cosas y constituye principio rector en la
materia.
• Pesan
presunciones concurrentes de responsabilidad sobre el dueño o guardián.
• Incumbe al
legitimado pasivo (dueño o guardián) acreditar la concurrencia de eximentes. La
indefinición sobre la forma en la que ocurrió el accidente hace subsistir la responsabilidad
objetiva que recae en el dueño o guardián de la cosa riesgosa cuando esta interviene
activamente en la producción del perjuicio.
• La inobservancia
de las reglas de tránsito no basta para eximir de responsabilidad al conductor, ni tampoco
implica necesariamente responsabilidad. Ambas son presunciones o elementos de juicio.
En cada caso es necesario verificar las circunstancias integrales, la incidencia de las
normas de tránsito y de los principios generales de la responsabilidad civil.
• La culpa incide
no solo como factor de atribución de responsabilidad del dueño o guardián demandado,
sino como eximente de responsabilidad en el hecho de la víctima o de un tercero por el
que no debe responder.
• La culpa y
presunciones legales de responsabilidad de la reglamentación del tránsito operan como
eximentes subjetivas (culpa de la víctima o de un tercero) y se añaden al riesgo creado
por el dueño o guardián.
• Habitualmente
concurren duplicidad de factores de atribución de responsabilidad: riesgo creado por el
automotor y culpa de su conductor. La mayoría sostiene que se aplica la responsabilidad
objetiva al conductor del vehículo y al dependiente del dueño o guardián que manejaba.

La legitimación activa involucra a quienes pueden reclamar los daños. En general, pueden
accionar el dueño o propietario registral, el propietario no registral, el tenedor, el poseedor
de buena fe, el usuario del automóvil. Respecto del usuario, está legitimado para reclamar
indemnización por los daños sufridos por el rodado aunque no haya pagado las
reparaciones y aun cuando no haya acreditado la condición invocada de propietario si
demuestra otra que le da derecho al resarcimiento, pero no está legitimado el mero
tenedor que hace valer sus derechos como locatario, comodatario, depositario.
Acreditado el daño y la relación causal, el que lo provocó debe indemnizarlo, pues si se
condicionase la indemnización al previo pago, se estaría alterando la causa que legitima
al actor, que ya no sería el ilícito, sino el pago, considerándolo como subrogante en los
derechos de otro.

216
Iván Ignacio Carthery

La pérdida del valor de reventa que sufre el rodado incide en el patrimonio de quien es
dueño de la cosa. El mero tenedor, que no probó ser propietario del vehículo no está
legitimado para reclamar la desvalorización, ya que esta corresponde al propietario. Si
bien el usuario, poseedor o tenedor del automóvil cuenta con legitimación para reclamar
los daños inmediatos derivados de la destrucción parcial de la cosa, no puede reclamar la
desvalorización, ya que no se ve perjudicado por esta.
Por otra parte, son legitimados pasivos el dueño o propietario registral, el guardián, el
autor del hecho y otros responsables indirectos como el principal por el hecho del
dependiente o el padre o tutor por los hechos de sus hijos o pupilos. La responsabilidad
del dueño y la del guardián son concurrentes, por lo que frente a la víctima ambos son
responsables por el daño.

Protección de la vida privada.Art. 1770°. Protección de la vida privada. El que


arbitrariamente se entromete en la vida ajena y publica retratos, difunde correspondencia,
mortifica a otros en sus costumbres o sentimientos, o perturba de cualquier modo su
intimidad, debe ser obligado a cesar en tales actividades, si antes no cesaron, y a pagar
una indemnización que debe fijar el juez, de acuerdo con las circunstancias. Además, a
pedido del agraviado, puede ordenarse la publicación de la sentencia en un diario o
periódico del lugar, si esa medida es procedente para una adecuada reparación.

El derecho a la intimidad es un derecho personalísimo que permite sustraer a la persona


de la publicidad o de otras turbaciones de su vida privada, el cual está limitado por las
necesidades sociales, y los intereses públicos. El derecho a la vida privada permite al
individuo preservar mediante acciones legales su intimidad, es decir, la parte no
comunicable de su existencia. Es un derecho innato, vitalicio, necesario, esencial,
inherente, extrapatrimonial, relativamente disponible y se ejerce erga omnes. Comprende
la protección de la salud, preferencias sexuales, relaciones de parentesco, creencias
religiosas e ideológicas, costumbres y hábitos privados, datos personales sensibles. La
norma ampara al hombre privado, pero también al público en lo que hace a la esfera
doméstica o familiar, con exclusión de los aspectos propios de la vida social.
El ejercicio de la acción no se transmite a herederos, pero los sucesores pueden invocar
un daño propio por la lesión a la intimidad del muerto. La responsabilidad puede ser
directa y por hecho propio, o indirecta por los dependientes. El factor de atribución es
subjetivo, fundado en la culpa o dolo.
La norma prevé dos conductas:
• Entrometimiento
arbitrario. Debe ser incausado e ilegítimo, por lo que no se configura si proviene del
ejercicio regular de un derecho, del cumplimiento de una obligación legal, si es necesario
para la administración de justicia, está basado en el orden público, media consentimiento
del ofendido o concurre alguna causal de justificación. La perturbación a la intimidad
supone alteración, menoscabo, afectación de la reserva personal que no necesariamente
constituya entrometimiento arbitrario, como la difusión de información o datos personales
con finalidad descalificante de la persona.

217
Iván Ignacio Carthery

• Perturbación de
la intimidad. La expresión de la norma que alude a la perturbación de cualquier modo de
la intimidad constituye una norma abierta que le confiere al juez un margen de
interpretación amplio que podrá comprender otras vías de violación de la intimidad.

La ley prevé dos acciones:


• Cese de la
perturbación del daño en curso. Frena la continuación del daño, sumado a la
indemnización correspondiente. Se trata de la función preventiva de responsabilidad, que
puede conjugarse con la resarcitoria.
• Indemnización
del daño consumado y publicación de la sentencia.

Art. 1771°. Acusación calumniosa. En los daños causados por una acusación calumniosa,
solo se responde por dolo o culpa grave. El denunciante o querellante responde por los
daños derivados de la falsedad de la denuncia o de la querella si se prueba que no tenía
razones justificables para creer que el damnificado estaba implicado.

La acusación calumniosa consiste en la falsa imputación de un delito denunciado por


querella o denuncia. Se configura cuando se formula ante la autoridad competente
mientras que la simple calumnia no requiere de querella o denuncia y basta con la falsa
imputación de un delito doloso.
El factor de atribución es la culpa agravada o el dolo, no bastando la culpa, ya que
prevalece el interés social en la investigación y represión de los delitos criminales.
Para que exista acusación calumniosa deben concurrir los siguientes presupuestos:
• Denuncia o
querella por un delito ante la autoridad;
• Falsedad de la
misma;
• Previsión de la
conducta delictiva imputada penalmente. Es requisito que el imputado penalmente por la
acusación calumniosa sea sobreseído en la causa que se le promovió a raíz de aquella.
El denunciante o querellante responde por la falsedad de la denuncia siempre que se
pruebe que no tenía razones para creer que el acusado estaba implicado, sancionándose
la acusación imprudente, realizada con negligencia grave o dolosamente.
La norma ampara el honor de la persona denunciada. La indemnización comprende los
daños materiales y morales. La Corte decidió que en los delitos contra el honor no se
precisa prueba directa porque se infiere a partir de la calidad objetiva de la ofensa con
relación a las circunstancias de la víctima.
La norma no comprende la injuria o la simple calumnia. El silencio de la ley permitiría
inferir que en estos supuestos se aplica el principio de la culpa como factor residual.

218
Iván Ignacio Carthery

Daño ambiental.ARTÍCULO 27. — El presente capítulo establece las normas que regirán
los hechos o actos jurídicos, lícitos o ilícitos que, por acción u omisión, causen daño
ambiental de incidencia colectiva. Se define el daño ambiental como toda alteración
relevante que modifique negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los
ecosistemas, o los bienes o valores colectivos.
ARTÍCULO 28. — El que cause el daño ambiental será objetivamente responsable de su
restablecimiento al estado anterior a su producción. En caso de que no sea técnicamente
factible, la indemnización sustitutiva que determine la justicia ordinaria interviniente,
deberá depositarse en el Fondo de Compensación Ambiental que se crea por la presente,
el cual será administrado por la autoridad de aplicación, sin perjuicio de otras acciones
judiciales que pudieran corresponder.

ARTÍCULO 29. — La exención de responsabilidad sólo se producirá acreditando que, a


pesar de haberse adoptado todas las medidas destinadas a evitarlo y sin mediar culpa
concurrente del responsable, los daños se produjeron por culpa exclusiva de la víctima o
de un tercero por quien no debe responder.La responsabilidad civil o penal, por daño
ambiental, es independiente de la administrativa. Se presume iuris tantum la
responsabilidad del autor del daño ambiental, si existen infracciones a las normas
ambientales administrativas.

ARTÍCULO 30. — Producido el daño ambiental colectivo, tendrán legitimación para


obtener la recomposición del ambiente dañado, el afectado, el Defensor del Pueblo y las
asociaciones no gubernamentales de defensa ambiental, conforme lo prevé el artículo 43
de la Constitución Nacional, y el Estado nacional, provincial o municipal; asimismo,
quedará legitimado para la acción de recomposición o de indemnización pertinente, la
persona directamente damnificada por el hecho dañoso acaecido en su
jurisdicción.Deducida demanda de daño ambiental colectivo por alguno de los titulares
señalados, no podrán interponerla los restantes, lo que no obsta a su derecho a intervenir
como terceros.Sin perjuicio de lo indicado precedentemente toda persona podrá solicitar,
mediante acción de amparo, la cesación de actividades generadoras de daño ambiental
colectivo.

ARTÍCULO 31. — Si en la comisión del daño ambiental colectivo, hubieren participado


dos o más personas, o no fuere posible la determinación precisa de la medida del daño
aportado por cada responsable, todos serán responsables solidariamente de la
reparación frente a la sociedad, sin perjuicio, en su caso, del derecho de repetición entre
sí para lo que el juez interviniente podrá determinar el grado de responsabilidad de cada
persona responsable.En el caso de que el daño sea producido por personas jurídicas la
responsabilidad se haga extensiva a sus autoridades y profesionales, en la medida de su
participación.

Así, el artículo 41 del texto constitucional dispone, en su parte pertinente, que “El daño
ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la
ley”.Las normas ambientales son de orden público y no son susceptibles de negociación o

219
Iván Ignacio Carthery

renuncia entre particulares; por su explícita fuente constitucional tampoco el Estado


puede soslayar su cumplimiento consagrando excepciones particulares o provocando
derogaciones singulares de disposiciones de alcance general. Por el contrario, la
protección del entorno configura una obligación del Estado. Este orden público ecológico
es la base ideológica que legitima y exige todas las medidas de control, regulación,
vigilancia y prohibición de esas actividades, es decir, la llamada policía administrativa en
lo ambiental.
El daño ambiental es bicéfalo o bifronte y, por tanto, los perjuicios individuales y los
colectivos son las “dos caras de una misma moneda”.
Por otra parte, es fundamental pensar si la función del Derecho de Daños se agota en
indemnizar a la víctima de un menoscabo patrimonial o extrapatrimonial, o bien si es
necesario también idear soluciones que se alojen en un instante o estadio anterior al
acaecimiento del perjuicio.
La premisa de indemnizar pecuniariamente las consecuencias inmediatas o mediatas que
generare un evento dañoso, en un principio tuvo un carácter netamente sancionatorio
para el dañador y luego fue girando hacia la idea de reparación de la víctima de un daño
injustamente sufrido. Ha logrado generalizada acogida la interesante postura sustentada
por Yvonne Lambert Faivre, en cuanto a que la responsabilidad civil ha evolucionado
desde una deuda de responsabilidad hacia un crédito de indemnización.
En la actualidad existe un consenso prácticamente generalizado en cuanto a que la
responsabilidad civil entendida sólo como un mecanismo tendiente al resarcimiento de
daños ya acaecidos es insuficiente. Por el contrario, se propicia la introducción de
mecanismos y técnicas que vayan dirigidas concretamente a la evitación de perjuicios
probables o previsibles y también a la sanción de aquellos agentes que actúen a través
de conductas cuya gravedad merezca una reacción adicional. Es ésta la línea que han
seguido los autores del nuevo Código al incluir dentro del Título V, Capítulo Primero,
Sección Primera, dedicada a regular las disposiciones generales sobre la responsabilidad
civil, la normativa contenida en el artículo 1.708: “Funciones de la responsabilidad. Las
disposiciones de este Título son aplicables a la prevención del daño, a su reparación, y a
los supuestos en que sea admisible la sanción pecuniaria disuasiva”.
En los derechos de incidencia colectiva, surge con claridad que la prevención es prioritaria
y precede a la reparación, sobre todo cuando se trata de bienes que no se pueden
recomponer fácilmente. En estos casos se observa además la “tragedia de los bienes
comunes”, ya que los incentivos para cuidarlos son mínimos, y por eso es un ámbito en el
que se reconoce la facultad judicial de aplicar multas civiles o daños punitivos”.
En la misma línea, la ley general del ambiente N° 25.675 consagra la plena aplicación de
los principios preventivo y precautorio (at. 4°) y la prioridad de la recomposición del daño
ambiental, colocando al resarcimiento mediante indemnización en una posición
subsidiaria y solo para el caso en que no resulte técnicamente factible la recomposición.
Se entiende por cumplido el requisito de la antijuridicidad con la mera violación al deber
genérico de prevención, eliminando casi por completo las teorías que sostenían la
necesidad de acreditar antijuridicidad formal.

220
Iván Ignacio Carthery

Ejercicio de las acciones de responsabilidad. En cuanto al ejercicio de las acciones, es


importante señalar que se establece el principio de la independencia entre la acción civil y
penal. Las acciones civil y penal resultantes del mismo hecho pueden ser ejercidas
independientemente. En los casos en los que el hecho dañoso configure al mismo tiempo
un delito de derecho criminal, la acción civil puede interponerse ante los jueces penales,
conforme a las disposiciones procesales o leyes especiales.

Daños causados a cosas o bienes. Sujetos legitimados. Acción contra el


responsable directo o indirecto.
Daños causados a cosas o bienes. Sujetos legitimados.Art. 1772°. Daños causados a
cosas o bienes. Sujetos legitimados. La reparación del menoscabo a un bien o a una cosa
puede ser reclamado por:
• El titular de un
derecho real sobre la cosa o bien;
• El tenedor y el
poseedor de buena fe de la cosa o bien.

Se establece la legitimación activa para reclamar el resarcimiento de los daños sufridos


cuando el daño resulta del menoscabo de una cosa o bien. No se trata de una acción real
que surja del derecho de dominio, sino de una acción personal. No se vincula con el
derecho que el perjudicado tiene sobre la cosa destruida, sino con el resarcimiento del
daño que sufrió por la lesión a su interés ante la desaparición o deterioro de la cosa, sin
perjuicio de cuál sea el derecho que le correspondía sobre ella.

Acción contra el responsable directo o indirecto. Art. 1773°. Acción contra el


responsable directo e indirecto. El legitimado tiene derecho a interponer su acción,
conjunta o separadamente, contra el responsable directo y el indirecto.

Se faculta a la víctima del hecho ilícito a dirigir su acción contra el responsable directo del
hecho ilícito, como así también contra quien se encuentre obligado a responder en forma
indirecta por el daño ocasionado. Será responsable directo el que haya incumplido la
obligación, u ocasionado el daño injustificado por acción u omisión. Por el contrario, serán
responsables indirectos quienes, sin ser autores del menoscabo, se encuentren obligados
a resarcir civilmente el daño ocasionado (principal por el hecho del dependiente, padres
por el hecho de los hijos, etc.).
El damnificado, si bien podrá demandar al sujeto responsable indirecto sin necesidad de
traer a juicio al autor, también puede iniciar la acción solo contra quien, en los hechos,
ocasionó el perjuicio. En consecuencia, la renuncia a la acción contra el civilmente
responsable no impide la prosecución de la demanda contra el autor directo, ni viceversa.

Acciones civil y penal. Independencia. Art. 1774°. Independencia. La acción civil y la


acción penal resultantes del mismo hecho pueden ser ejercidas independientemente. En
los casos en que el hecho dañoso configure al mismo tiempo un delito de derecho

221
Iván Ignacio Carthery

criminal, la acción civil puede interponerse ante los jueces penales, conforme a las
disposiciones de los códigos procesales o de las leyes especiales.

Cuando un acto civil, a su vez, encuadra en alguno de los tipos represivos legalmente
contemplados, nace una acción penal y otra civil. Se consagra el principio de
independencia sustancial, más no adjetiva, entre ambas acciones, cuando emergen de un
mismo hecho ilícito. De esta forma, el interesado podrá acumular ambos procesos en
sede penal, peticionando al magistrado que establezca indemnización.
Sin embargo, se abre la posibilidad de que los ordenamientos procesales locales prevean
una solución distinta, a fin de evitar que se afecten atribuciones exclusivas de los
gobiernos provinciales.

Suspensión del dictado de la sentencia civil. Art. 1775°. Suspensión del dictado de la
sentencia civil. Si la acción penal precede a la acción civil, o es intentada durante su
curso, el dictado de la sentencia definitiva debe suspenderse en el proceso civil hasta la
conclusión del proceso penal, con excepción de los siguientes casos:
• Si median causas
de extinción de la acción penal;
• Si la dilación del
procedimiento penal provoca, en los hechos, una frustración efectiva del derecho a ser
indemnizado;
• Si la acción civil
por reparación del daño está fundada en un factor objetivo de responsabilidad.

En el caso de que cada acción sea deducida en la jurisdicción correspondiente, surge el


riesgo del dictado de sentencias contradictorias, con la consecuente afectación de la
seguridad jurídica. Por ello es que se consagra el principio de la prejudicialidad penal
sobre la civil, de forma tal que no podrá dictarse sentencia en esta última sede hasta tanto
no haya recaído un pronunciamiento definitivo en la sede punitiva.
Sin embargo, la suspensión se refiere a la de la sentencia, pero no al trámite del proceso
civil. De esta forma, aun no existiendo decisión definitiva en sede penal el proceso civil
podrá continuar su trámite, y la suspensión se producirá únicamente en ocasión de
dictarse el llamado de autos a sentencia.
Existen determinados requisitos para que proceda la suspensión:
• Debe existir una
acción penal en curso.
• Ambas acciones
deben nacer de un mismo hecho.
• Sentencia penal
definitiva o sobreseimiento para que cese la suspensión.

La suspensión será aplicable aun cuando la acción civil no se dirija contra aquel a quien
se imputa el delito en sede penal. Es decir que la suspensión opera tanto cuando el

222
Iván Ignacio Carthery

proceso de daños se dirige contra el autor directo, como cuando se promueve contra otro
individuo civilmente responsable.
Se enumeran 3 supuestos de excepción a la suspensión de la acción civil:
• Extinción de la
acción penal. En caso de que medie alguna de las causas de extinción de la acción penal,
no procederá la suspensión. Estas son el fallecimiento del imputado, la amnistía, la
prescripción y la renuncia del agraviado. También cuando se produzca la suspensión de
juicio a prueba o Probation.
• Dilación excesiva
del proceso penal. La jurisprudencia ha permitido la excepción sustentada en la dilación
injustificada del litigio punitivo en diversos supuestos. En particular, en el leading case
“Ataka”, se estableció que si existen demoras injustificadas en la tramitación del proceso
penal, la suspensión de la decisión en sede comercial ocasiona un agravio irreparable al
derecho de defensa.
• Aplicación de un
factor objetivo de atribución en el caso.Tampoco será procedente la suspensión del
proceso civil en supuestos en los que esta acción esté fundada en factores objetivos de
atribución. Esta excepción encuentra su fundamento en el hecho de que, dejándose al
margen la posibilidad de que la condena civil recaiga con relación a la culpa o no del
demandado, se aleja el riesgo de sentencias contradictorias.

Condena penal. Art. 1776°. Condena penal. La sentencia penal condenatoria produce
efectos de cosa juzgada en el proceso civil respecto de la existencia del hecho principal
que constituye el delito y de la culpa del condenado.

El fallo penal hará cosa juzgada únicamente en cuanto a la existencia del hecho principal
que constituye el delito, y en cuanto a la culpa del condenado. De esta forma, no todas las
manifestaciones vertidas por el magistrado penal tendrán relevancia en el proceso de
daños.
La sentencia penal no podrá ser revisada en sede civil respecto de la denominada
imputación objetiva, es decir, sobre la materialidad del hecho, su autoría, tipicidad y
antijuridicidad. Sin embargo, la autoridad de la sentencia penal está restringida a las
disposiciones que resulten indispensables para determinar la solución al problema penal.
La influencia de la decisión adoptada en sede penal no afectará la relación de causalidad
y al daño en aquellos procesos en los que se trate de una acción promovida por la
existencia de un delito formal (que no integra el daño en su tipología). Distinto será
cuando nos encontremos ante un delito en sentido material (que requiere la consumación
de la privación del bien material para que se configure el tipo penal), en cuyo caso la
decisión adoptada en la sede punitiva tendrá plenos efectos en el proceso civil.
Aun cuando nos encontremos ante una decisión penal que recaiga respecto de un delito
en sentido material, la sentencia no será vinculante en la acción de daños en cuanto a la
fijación y cuantía del perjuicio, pues su determinación es innecesaria a los fines de la
comprobación del delito. Debe hacerse la salvedad de los casos en los que la cuantía de
la indemnización o la entidad del perjuicio desde un punto de vista material son relevantes

223
Iván Ignacio Carthery

para tipificar el delito (ej. Lesiones graves o leves). En este caso la decisión penal
vinculará al juez civil.

La condena penal que declara la culpa del condenado no puede ser controvertida en sede
civil, de forma tal que el juez de la última no podrá prescindir de este elemento subjetivo a
fin de determinar el factor de atribución. Lo mismo sucede con el dolo.
La decisión que se adopta en la sede punitiva se vincula con la conducta subjetivamente
reprochable de quien ha ocasionado el daño, pero no incluye una valoración del accionar
de la víctima. Es por ello que las manifestaciones que haya hecho el magistrado penal no
impedirán al demandado en el litigio civil invocar el hecho concurrente del dañado. Si el
sentenciante penal no se expidió sobre el hecho de la víctima, se puede reabrir el debate
en sede civil.

Art. 1729°. Hecho del damnificado. La responsabilidad puede ser excluida o limitada por la
incidencia del hecho del damnificado en la producción del daño, excepto que la ley o el
contrato dispongan que deba tratarse de su culpa, de su dolo, o de cualquier otra
circunstancia especial.

Los efectos de la sentencia adoptada en sede penal no se restringen únicamente al


condenado en dicha jurisdicción, sino que aquella tiene incidencia también respecto del
tercero civilmente responsable, quien no podrá discutir ni la existencia del hecho principal
ni la culpa del autor. Las defensas del tercero serán solo las que se vinculen con su
responsabilidad indirecta con relación al autor material del hecho.

Inexistencia del hecho, de autoría, de delito o de responsabilidad penal. Art. 1777°.


Inexistencia del hecho, de autoría, de delito o de responsabilidad penal. Si la sentencia
penal decide que el hecho no existió o que el sindicado como responsable no participó,
estas circunstancias no pueden ser discutidas en el proceso civil.
Si la sentencia penal decide que un hecho no constituye delito penal o que no
compromete la responsabilidad penal del agente, en el proceso civil puede discutirse
libremente ese mismo hecho en cuanto generador de responsabilidad civil.

Distinta será la solución si la decisión en sede penal se sustenta en la inexistencia del


hecho, o en la falta de participación del imputado, de los supuestos en esté sustentada en
otros extremos, como cuando el suceso no encuadra en ninguna figura prevista en el
ordenamiento penal.

Materialidad del hecho y participación del imputado. La sentencia penal hará cosa juzgada
en cuanto a la existencia del hecho principal. Por ende, si la acción penal es desestimada
porque el hecho no ocurrió, este extremo no podrá ser discutido en sede civil. Lo mismo
sucede si se afirma en sede penal la no intervención del sujeto en el hecho que se le
imputa. También la decisión absolutoria que se funda en la falta de autoría por aplicación
de in dubio pro reo.
Si la absolución se funda en falta de prueba, no es vinculante para el juez civil.

224
Iván Ignacio Carthery

Inexistencia de delito o de responsabilidad penal. No produce efectos de la cosa juzgada


en sede civil. La circunstancia de que el hecho no encuadre en alguno de los tipos
previstos por el ordenamiento penal o no obsta a que, en sede civil, se considere
responsable al autor. Ciertas conductas que son insuficientes para fundar la culpa desde
el aspecto penal son adecuadas para determinar la negligencia civil. Es importante que la
antijuridicidad civil, a diferencia de la penal, es atípica.
Existencia de causas de justificación. Puede ser que la absolución se sustente en causas
de justificación penales, comoel que obrare violentado por fuerza física irresistible o
amenazas de sufrir un mal grave e inminente; el que causare un mal por evitar otro mayor
inminente a que ha sido extraño; el que obrare en cumplimiento de un deber o en el
legítimo ejercicio de su derecho, autoridad o cargo; el que obrare en virtud de obediencia
debida; entre otros. En estos casos, y toda vez que la ilicitud es la misma para todo el
ordenamiento jurídico, tendrá efectos de cosa juzgada en sede civil.
Sin embargo, el juez puede otorgar al damnificado una indemnización por razones de
equidad.

Sobreseimiento. Según los fundamentos. Si la resolución penal se sustenta en que se


acredita que el hecho no se cometió, o que no lo realizó el imputado, se extiende a lo civil.
Por el contrario, si se fundamenta en otras razones, como la prescripción de la acción
penal, el magistrado civil podrá decidir sobre las cuestiones libremente.

Excusas absolutorias.Art. 1778°. Excusas absolutorias. Las excusas absolutorias


penales no afectan a la acción civil, excepto disposición legal expresa en contrario.

Las excusas absolutorias son determinados supuestos en los cuales el ordenamiento


penal, pese encontrarse configurados los presupuestos del tipo, considera pertinente
eximir de punibilidad.
ARTICULO 115 (Código Penal). - Las injurias proferidas por los litigantes,
apoderados o defensores, en los escritos, discursos o informes producidos
ante los tribunales y no dados a publicidad, quedarán sujetas únicamente a
las correcciones disciplinarias correspondientes.

ARTICULO 116. - Cuando las injurias fueren recíprocas, el tribunal podrá,


según las circunstancias, declarar exentas de pena a las dos partes o a
alguna de ellas.

ARTICULO 117. - El acusado de injuria o calumnia quedará exento de pena


si se retractare públicamente, antes de contestar la querella o en el acto de
hacerlo. La retractación no importará para el acusado la aceptación de su
culpabilidad.

En todos estos supuestos, los presupuestos de la responsabilidad civil se encuentran


presentes, por lo que no existen razones para que el magistrado civil no proceda al
resarcimiento de los daños que hayan sido ocasionados a la víctima. Lo mismo ocurre

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con la exención de responsabilidad de los cónyuges, ascendientes, descendientes y


afines en línea recta en materia de delitos contra la propiedad.

Impedimentos de reparación del daño. Art. 1779°. Impedimento de reparación del


daño. Impiden la reparación del daño:
• La prueba de la verdad del hecho reputado calumnioso;
• En los delitos contra la vida, haber sido coautor o cómplice, o no haber impedido el
hecho pudiendo hacerlo.

Existen dos supuestos en los que resulta improcedente otorgar una indemnización a
quien promovió la acción de daños y perjuicios, que son la prueba de la veracidad de los
hechos que fueron objeto de la denuncia que se imputa calumniosa, y la intervención del
damnificado indirecto como coautor o cómplice del delito contra la vida, o cuando pudo
haberlo evitado.

Primer supuesto. Para que la denuncia pueda ser considerada calumniosa, debe ser
falsa, ya sea porque el delito no fue cometido, o porque el imputado no ha participado de
él. Se faculta al demandado civilmente por la denuncia calumniosa a probar la veracidad
del hecho imputado a fin de obtener el rechazo de la demanda. No es preciso que la
conducta sea declarada calumniosa en sede penal con anterioridad al dictado de la
sentencia civil. Si es necesario, sin embargo, que el juez penal se expida sobre la
veracidad de los hechos que fundan la denuncia originaria, pues la
absolución/sobreseimiento del imputado constituye un elemento esencial. De todas
maneras, la absolución en materia penal no es suficiente para que sea procedente la
acción civil por la denuncia calumniosa, pues puede fundarse en la prescripción, por
ejemplo.

Segundo supuesto. Constituye una excepción al principio de reparación integral de los


damnificados indirectos del hecho ilícito. Todo aquel que haya intervenido como coautor,
cómplice o no evitó el atentado contra la vida de la víctima, estará impedido de reclamar
la indemnización.

Sentencia penal posterior.Art. 1780°. Sentencia penal posterior. La sentencia penal


posterior a la sentencia civil no produce ningún efecto sobre ella, excepto en el caso de
revisión. La revisión procede exclusivamente, y a petición de parte interesada, en los
siguientes supuestos:
• Si la sentencia
civil asigna alcances de cosa juzgada a cuestiones resueltas por la sentencia penal y esta
es revisada respecto de esas cuestiones, excepto que derive de un cambio en la
legislación;
• En el caso
previsto del artículo 1775, inciso c) si quien fue juzgado responsable en la acción civil es
absuelto en el juicio criminal por inexistencia del hecho que funda la condena civil, o por
no ser su autor;

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• Otros casos
previstos por la ley.

Se consagra el principio de mantenimiento de la cosa juzgada en sede civil en los casos


en los que, con posterioridad al dictado de la sentencia, se discuta en jurisdicción penal
sobre la producción o no del mismo hecho. En estos supuestos se prevé, como principio
general, que la decisión adoptada en sede civil se mantiene inmutable.
Sin embargo, existe un recurso de revisión que tiene por objeto la reevaluación de la
decisión adoptada en el litigio de daños, aun cuando haya recaído cosa juzgada al
respecto. Debe haber sido promovido por el interesado, no siendo posible su declaración
de oficio. Será procedente en casos de:

• Revisión de la
decisión penal. Procede la revisión en supuestos en los que el juez civil haya valorado
determinados extremos tenidos en cuenta en la sentencia penal anterior en cosa juzgada.
Cumplido dicho recaudo, será procedente la revisión en el plano civil. No será procedente
el recurso de revisión en casos en los que no haya existido un pronunciamiento penal
previo, ni tampoco cuando el juez civil no valore lo decidido en sede penal. Tampoco
procede cuando la revisión de la sentencia penal se funde en un cambio de legislación.

• Supuestos de
responsabilidad objetiva. Procede la suspensión de la sentencia civil en aquellos casos en
los que el supuesto que se imputa al responsable encuadre en factores objetivos de
atribución. La falta de suspensión del dictado de la sentencia civil genera la posibilidad de
que se dicte una posterior en sede penal que la contradiga. Por ello es que en estos
casos procede el recurso de revisión, pero limitado a los supuestos en los que la eventual
absolución del imputado en la sede punitiva pueda tener incidencia en la sentencia civil,
aun cuando se funde en un factor objetivo de atribución. Por ende, si en el juicio penal se
decide que el hecho principal no existió, o que el imputado no intervino, podrá ser
revisada la sentencia que se adoptó en el pronunciamiento civil. Por ejemplo, si se
pretendiera responsabilizar penalmente por homicidio culposo al conductor de un auto
que atropelló a un peatón, la revisión de la sentencia condenatoria en el juicio de daños
procederá si en la decisión penal posterior se dice que la víctima no fue atropellada y
falleció por otra circunstancia, o que el auto no era del imputado y este no conducía. Por
otro lado, no será procedente si la absolución penal se funda en la existencia de una
conducta subjetivamente reprochable del dueño o guardián del automotor, y no afectará la
decisión civil.

• Otros casos
previstos por la ley.

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