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¡Qué ninfa!
Era una morena larga, con el cabello extendido sobre lo alto de sus
redondos hombros. Su ovalada cara, lucía dos enormes ojos que
insinuaban dulces placeres, posibles sólo en el Parnaso. Sus labios
extendidos en una sonrisa, planteaban dos hileras de dientes
blancos, señal clara de su arrebatado vigor en las lides del amor. Por
último, sus delicadas piernas, que veraneaban en las playas del
“Triángulo de las Bermudas”, invitaban a todo barco, chico o grande,
nuevo o viejo, a encallar.
CONCLUSIÓN
De todas mangueras, quedó en claro que la vieja pandilla pirata, se
había reformado. También es posible que habían sido víctimas de la
venganza de la “Diosa del Saber”, pues siendo ella patrona de los
estudiosos de la UMSA, no permitiría jamás su traición…