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“ORGULLO Y PREJUICIO”

Jane Austen

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Es una verdad reconocida por todo el mundo que un soltero dueño de una gran fortuna siente un
día u otro la necesidad de una mujer.

Aunque los sentimientos y opiniones de un hombre que se halla en esa situación sean poco
conocidos a su llegada a un vecindario cualquiera, está tan arraigada tal creencia en las familias
que lo rodean, que lo consideran propiedad legítima de una u otra de sus hijas.

Nudo

¡Objeciones contra Jane!, se decía a sí misma. ¡Contra ella, que es todo amabilidad y ternura! Es
inteligente, talentosa y educada, posee modales cautivadores.

Nada malo puede decirse de mi padre, quien, a pesar de sus rarezas, posee aptitudes que no
desdeñarían el propio Darcy y una respetabilidad que éste acaso nunca alcance. Cuando pensó en
su madre, su confianza vaciló un poco, pero no pudo conceder que ninguna objeción pudiera ser
de peso para Darcy, cuyo orgullo -de ello estaba segura- se vería más profundamente herido, por
la falta de categoría de los parientes de su amigo que por su carencia de sentido común, y quedó
al din convencida de que había sido guiado en parte por la peor clase de orgullo y en parte,
también, por su deseo de reservar a Bingley para su hermana.

La agitación y las lágrimas que tales reflexiones causaron en ella, le produjeron jaqueca, y
aumentó tanto ésta por la tarde que, sumada a su resolución de no ver a Darcy, la indujo a no
acompañar a sus primos a Rosings, donde estaban invitados a tomar el té. Mrs. Collins, al advertir
que se encontraba verdaderamente indispuesta, no la instó a que fuera, e impidió que su marido
lo hiciese; pero Collins no pudo ocultar su temor de que Lady Catherine le disgustara el que se
quedase en casa.

Desenlace

Lady Catherine se indignó mucho con el casamiento de su sobrino; y como abrió la puerta a su
genuina franqueza al contestar la carta en que él le comunicaba su compromiso, usó un lenguaje
tan extremado, en especial al referirse a Lizzy, que por un tiempo cesó toda relación. Pero al final,
por influencia de Lizzy, se dejó persuadir de perdonar la ofensa y buscó una reconciliación; y tras
algo más de resistencia por parte de su tía, el resentimiento de ésta cedió ya por afecto hacia él,
ya por curiosidad de ver cómo se conducía su esposa, y así se dignó visitarlos en Pemberley, a
despecho de la contaminación que sus bosques habían sufrido no solo con la presencia de
semejante dueña, sino por la visita de sus tíos desde la capital.
Con los Gardiner siempre estuvieron unidos por lazos de íntima amistad. Tanto Darcy como Lizzy
les profesaban cariño sincero. Ambos les estaban muy agradecidos, pues no olvidaban que habían
sido quienes, al llevar a Lizzy al condado de Derby, habían facilitado su anhelado matrimonio.

(Random House Mondadori S.A., 1997)

n relato es un conocimiento que se transmite, por lo general en detalle, respecto a un cierto


hecho. El concepto, que tiene su origen en el vocablo latino relātus, también permite nombrar a
los cuentos y a las narraciones que no son demasiado extensas.

RELATO
De esta forma, como género literario, un relato es una forma narrativa cuya extensión es inferior a
la novela. Por eso, el autor de un relato debe sintetizar lo más importante y enfatizar aquellas
situaciones que son esenciales para el desarrollo del mismo. Si en una novela el escritor pueda
ahondar en descripciones, en un relato se busca un mayor impacto con menos palabras.

A lo largo de la Historia de la Literatura Universal nos encontramos con un amplio número de


autores que han desarrollado su carrera en el ámbito del relato y además con un importante éxito.
Este sería el caso, por ejemplo, del argentino Jorge Luis Borges que legó a las generaciones
siguientes de lectores obras de este tipo tales como “El jardín de los senderos que se bifurcan”, “El
espejo de tinta” o “Utopía de un hombre que está cansado”.

Pero no es el único escritor de relatos destacable. Asimismo tampoco podemos pasar por alto la
figura del estadounidense Edgar Allan Poe. Y es que el mismo está considerado como el padre del
relato detectivesco, es decir, de aquel tipo de obra de extensión más reducida que la novela que
versa sobre interesantes casos que requieren que tome protagonismo un investigador que aclare
los mismos, ya sean desapariciones o asesinatos, entre otras cuestiones.
Entre los trabajos que realizó aquel y que se enmarcarían dentro de dicha denominación se
encontrarían, por ejemplo, “El escarabajo de oro”, “El misterio de Marie Roget” o “Los crímenes
de la calle Morgue”. Precisamente este último relato es uno de los más conocidos y alabados de la
carrera de Poe no sólo por ser el primer relato detectivesco de la historia sino también por la
calidad del mismo.

En concreto, en aquel se nos acerca al cruel asesinato de una madre y una hija en París. La policía
será la que asuma el deber de intentar aclarar lo sucedido y dar con el responsable, sin embargo,
la incapacidad de la misma para lograr dicho objetivo llevará a que sea un detective (Dupin) el que
se encargue del caso.

Los relatos pueden ser ficticios (como un cuento o una epopeya) o pertenecer al mundo de la no-
ficción (como las noticias periodísticas). Por supuesto, no es lo mismo escribir (relatar) una obra de
ficción que informar acerca de un hecho verídico. De todas formas, el estilo narrativo del relato se
mantiene en ambos mundos.

Cabe destacar que el relato trasciende la literatura y la palabra escrita. Cuando una persona le
cuenta algo a otra, está relatando una situación, es decir, construyendo un relato.

“Salí de mi casa y, cuando iba a subirme al tren, escucho un grito. Apenas me doy vuelta para
mirar qué había ocurrido, veo que un hombre viene corriendo con una cartera y una mujer que le
grita desde atrás. Entonces no lo dudé: le puse la pierna y el ladrón terminó cayéndose. Por suerte
llegó enseguida un policía y lo esposó. La mujer, como agradecimiento, me regaló un chocolate”:
este puede ser un ejemplo de un relato oral, donde una persona le transmite una experiencia que
vivió a otro individuo.

RESUMEN DE ORGULLO Y PREJUICIO


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Cómo se desenvuelve la historia
En Orgullo y prejudicio, Jane Austen se ocupa de una realidad común en Inglaterra a
principios del siglo XIX: las mujeres que no son ricas tienen que casarse bien. Y con "bien"
queremos decir "con un hombre rico", de modo que cualquier tipo de una buena familia con
un ingreso grande y constante cumple los requisitos para la Caza Matrimonial. ¿Hombres
ricos pero no inteligentes, no guapos y aburridos? A la Sra. Bennet no le importa. Pues, ella
tiene cinco hijas a quienes les hace falta una fortuna. Cuando un cierto (rico) Sr. Bingley se
traslada a su vecindario y se interesa por su hija mayor, Jane, la Sra. Bennet se pone muy
contenta y le hace de cupido, lo cual crea una situación muy incómoda para su familia y los
espectadores inocentes.

Sin embargo, no es nada fácil. Mientras que el Sr. Bingley es relajado y amable, sus
hermanas son esnobs maliciosas cuya actitud es fomentada por el Sr. Darcy. Él es guapo,
rico y un amigo íntimo del Sr. Bingly y es insufriblemente orgulloso y altivo. Los Bennet
están por debajo a su estatus social, pues el Sr. Darcy se comporta de forma desagradable
que corresponde a dicha diferencia de estatus y es particularmente malo con Elizabeth, la
hermana menor de Jane. Cuando el Sr. Bingley sugiere que el Sr. Darcy la saque a bailar,
el Sr. Darcy responde que no es lo suficientemente hermosa. Los dos hombres tienen esta
conversación, por accidente, donde Elizabeth puede oírlos. Ay.

Todo el mundo sabe que el Sr. Bingley se ha enamorado de Jane. El temperamento calmo
de Jane oculta sus sentimientos verdaderos. (Ella lo quiere también.) Elizabeth charla con
su amiga Charlotte Lucas sobre la situación. Ella le dice que tiene que demostrar un poco
de cariño para no arriesgar perder al Sr. Bingley. Mientras tanto, el Sr. Darcy ha terminado
de difamar a Elizabeth y empieza a sentir atracción hacia ella. Algo tienen sus "ojos finos".

De todos modos, las hermanas del Sr. Bingley invitan a comer a Jane, quien (según las
recomendaciones de su madre) va a caballo a la mansión de los Bigley en la lluvia, se
empapa, se enferma y tiene que quedarse en la casa de los Bingley. Elizabeth llega para
cuidar a su hermana y para participar en intercambios ingeniosos con el Sr. Darcy.
Estupefacto por su atracción, sigue mirándola fijamente, pero ella supone que es un idiota
que trata de juzgarla.

En Longbourn (la casa de los Bennet), el Sr. Collins viene a visitar. Como él es el pariente
más cercano del Sr. Bennet, el Sr. Collins heredará la quinta después de que el Sr. Bennet
muera. El Sr. Collins ha decidido que sería bueno casarse con una de las chicas Bennet
para conservar su casa. Parece que Elizabeth le gusta más pero él es, a propósito, un idiota
que idolatra a su jefa, Lady Catherine. Es evidente que Elizabeth lo encuentra repugnante.

En cuanto a las hijas Bennet más jóvenes, ha llegado la milicia y están listas para lanzarse
a cualquier oficial que venga por sus partes. Conocen a un encantador joven que se llama
Sr. Wickham, quien hace amigos con Elizabeth rápidamente. El Sr. Wickham le cuenta a
Elizabeth su triste historia, durante la cual le dice que todas las oportunidades de su vida
fueron destruidas por el Sr. Darcy, y la convence de que el Sr. Darcy es el Mal Encarnado.
Elizabeth cree todo lo que le dice el Sr. Wickham y se entera también de que Lady Catherine
(la jefa del Sr. Collins) es la tía del Sr. Darcy.
Al día siguiente, todas las chicas Bennet reciben una invitación a un baile en Netherfield, la
mansión del Sr. Bingley. Elizabeth se emociona por la oportunidad de bailar con Wickham
y también por ver una confrontación entre el Sr. Darcy y el Sr. Wickham. El Sr. Wickham no
asiste al baile pero el Sr. Darcy le pide un baile. El Sr. Collins se lo pide también pero su
estilo de bailar es grotesco y hasta penoso. El resto de su familia le da vergüenza también:
La Sra. Bennet dice que el Sr. Bingley probablemente pedirá la mano de Jane y Mary
demuestra su falta de talento musical. Lydia y Kitty coquetean cursimente con los soldados.

A la siguiente mañana, el Sr. Collins pide la mano de Elizabeth pero ella tiene que casi
golpearlo en la cabeza para que entienda su rechazo. No nos compadecemos mucho del
Sr. Collins porque Charlotte Lucas, la amiga de Elizabeth, finge ser su amiga pero en verdad
está buscando un esposo para sí misma. El Sr. Collins le pide su mano y ella acepta.
Elizabeth queda estupefacta cuando se entera de su noviazgo. No puede creer que la
prudencia de Charlotte le permitiría casarse con un hombre tan ridículo. Sin embargo,
Charlotte le explica que es una soltera que no tiene perspectiva y preferiría tener su propia
casa en vez de vivir con sus padres para siempre. Básicamente, a buena hambre no hay
pan duro.

Una carta llega para Jane. Es de la Srta. Bingly y le dice que el grupo Bingley ha salido para
Londres. La Srta. Bingly implica también que el Sr. Bingley está enamorado de la hermana
del Sr. Darcy. Jane queda destrozada pero va a Londres con sus tíos, esperando conquistar
al Sr. Bingley de nuevo.

Elizabeth va de viaje también para visitar a Charlotte, la recién casada. Parece contenta.
Durante su visita, Elizabeth recibe una invitación para comer en Rosings Park, la quinta de
Lady Catherine. Mientras está allí, Lady Catherine la interroga pero Elizabeth la maneja
bien. Se entera de que el Sr. Darcy va a visitar pronto.

Al llegar el Sr. Darcy, él y Elizabeth tiene otro intercambio ingenioso en el comedor de


Rosings Park. Él visita la casa de Charlotte a menudo, lo cual confunde a todos porque no
dice nada, no parece que esté pasándola bien y nunca se queda más de diez minutos.

Mientras tanto, Elizabeth se entera de que el Sr. Bingley iba a pedir la mano de Jane pero
el Sr. Darcy intervino. Por supuesto, su odio hacia el Sr. Darcy aumenta. Pero ese es el
momento que el Sr. Darcy escoge para pedirle la mano.

Durante la propuesta, hay algunos comentarios como "Soy superior a ti" entre los de "Te
quiero", lo cual no le gusta a Elizabeth. Ella lo rechaza y lo reprende. Dice que no es
caballero y cita la historia del Sr. Wickham y el corazón partido de Jane como las razones
principales de su ira.

El día siguiente, el Sr. Darcy le da una carta a Elizabeth y le pide que la lea. Contiene la
historia completa sobre Wickham (es mentiroso, un jugador e intentó fugarse con la
hermana menor de Darcy) y sobre Jane (el Sr. Darcy estaba seguro de que Jane no quería
a Bingley pues intentó salvar a su amigo de una mujer que sólo quería su riqueza). Elizabeth
tiene una gran transformación emocional y se arrepiente de sus acciones precipitadas.

Una vez vuelta a casa, Lydia, la hija menor, es invitada a ir con los oficiales a su próxima
estación en Brighton. Elizabeth está en contra de este plan pero el Sr. Bennet deja que
Lydia se vaya.

Los tíos de Elizabeth le piden que los acompañe en un viaje a Derbyshire, que es, a
propósito, dónde vive el Sr. Darcy. Deciden visitar su quinta, que se llama Pemberley.
Elizabeth acepta sólo después de enterarse que el Sr. Darcy no va a estar. Cuando llegan
a la quinta, Elizabeth se impresiona con su buen estilo y mantenimiento. La criada halaga
a su jefe mucho. Sorpresivamente, se tropiezan con el Sr. Darcy y se porta muy bien con
los tíos de Elizabeth, lo cual la sorprende mucho. Darcy le pide a Elizabeth que conozca a
su hermana, quien es muy amable pero muy tímida.

Antes de que podamos hacer las preparaciones para las bodas, Elizabeth se entera de que
Lydia se ha fugado con Wickham. Este escándalo podría arruinar la familia pues el padre y
el tío de Elizabeth tratan de localizar a la pareja renegada. El tío de Elizabeth salva el día y
devuelve a los jóvenes novios sinvergüenzas. Cuando Lydia dice que Darcy estaba en su
boda, Elizabeth se da cuenta de que hay mucho más a esta historia y le escribe a su tía
para más información.

Cuando su tía responde, Elizabeth conoce la verdad completa: Darcy era la persona que
salvó la honra de la familia Bennet. Él localizó a los novios y pagó los deudos enormes de
Wickham y en cambio Wickham se casó con Lydia. Cuando Darcy llega con Bingley para
una visita en Longbourn, Elizabeth procura hablar con él pero no tiene la oportunidad.
Parece que Darcy ha hablado con Bingley sobre Jane y todo está bien con eso. Bingley le
pide la mano eventualmente y ella acepta su proposición.

Luego, Lady Catherine visita a Longbourn y trata de decirle a Elizabeth que rechace
cualquier proposición de Darcy. Elizabeth se enoja – ¿por qué pretende esta mujer
controlarla? – y básicamente le dice que se esfume. Más tarde, Elizabeth y Darcy están
paseando y dicen todo lo que hay que decir: "Gracias por salvar a mi hermana de la ruina."
"Lo hice por ti." "¿Me odias todavía?" "No." "Te quiero." Etc. Deciden casarse.

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