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MÓDULO 1

MÓDULO I – LITERATURA – PROF. NATALIA ROLDÁN


TEMA 1
¿QUÉ ES UN MITO?

Los mitos son relatos sagrados que nacieron en las distintas comunidades
como respuesta a lo inexplicable. En sus orígenes, se transmitieron oralmente, por
eso llegaron hasta nosotros en diferentes versiones.
Cuentan historias que van más allá del mundo real en ocasiones, encarnan los
valores más elevados, en otras, el mito cumple la función de explicar la naturaleza
moral del hombre, el bien, el mal.
Sus protagonistas son los dioses (que generalmente viven las mismas pasiones
que los humanos), semidioses (hijos de dioses con humanos) o héroes (que tienen
características excepcionales y realizan hazañas).
En algunos mitos, otros seres fantásticos acompañan o se oponen al
protagonista. Entre ellos se destacan las sirenas, el Minotauro, los centauros,
Cancerbero, la Hidra, los elfos nórdicos y los gnomos.
. Creación de una comunidad

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. Presenta hechos sobrenaturales
El mito . Tiene carácter religioso
. Originalmente, fue de transmisión oral
. Intenta dar respuesta a lo inexplicable

Estructura del relato mítico


Por ser una narración en prosa, el mito tiene una estructura similar a la del
cuento: marco, conflicto y desenlace.
Marco: brinda datos sobre cómo y cuándo ocurren los hechos y quiénes son
sus protagonistas. Generalmente, se describe el lugar dando detalles de sus
características y el tiempo en el que suceden los hechos. Aunque, el mito es
atemporal; no hay un tiempo preciso o identificable.
Conflicto: surge cuando ocurre algo que se opone a los deseos o planes del
personaje principal. A partir de allí, se desata toda la acción.
Desenlace: es lo que cierra la historia, donde se resuelve el conflicto, ya sea de
manera positiva o negativa.

Tipos de mitos
Se distinguen varias clases de mitos según los temas que traten:
· Mitos cosmogónicos: intentan explicar la creación del mundo. Son los
más universalmente extendidos y los que existen en mayor cantidad.
· Mitos teogónicos: relatan el origen de los dioses.
· Mitos antropogénicos: narran la aparición del ser humano, quien puede
ser creado a partir de cualquier materia viva (un árbol o animal) o inerte (polvo,
barro, arcilla, etc.). Los dioses le enseñan a vivir sobre la tierra. Generalmente, están
muy vinculados a los mitos cosmogónicos.
· Mitos fundacionales: relatan cómo se fundaron las ciudades por
voluntad de los dioses. Por ejemplo, la fundación de la ciudad de Roma fue realizada
por dos gemelos, Rómulo y Remo, quienes fueron amamantados por una loba.
· Mitos escatológicos: anuncian el futuro, el fin del mundo. Continúan
teniendo amplia audiencia. Estos mitos comprenden dos clases principales, según el
elemento que provoque la destrucción del mundo: el agua o el fuego. A veces, están
vinculados a la astrología. La llegada del fin del mundo se anuncia por una mayor

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frecuencia de eclipses, terremotos y toda clase de catástrofes naturales que
aterrorizan a los humanos.
· Mitos morales: explican la existencia del bien y el mal.
· Mitos etiológicos: explican el origen de las cosas, las técnicas, los seres y
las instituciones.
Actividad de comprensión:

Lea el texto del anexo “Algunas herramientas” que se encuentra al final de este
módulo y realice un cuadro sinóptico con la información leída sobre el significado y las
clases de mitos.

TEMA 2
LA MÁS CONOCIDA: LA MITOLOGÍA GRIEGA
La mitología griega es el conjunto de mitos y leyendas pertenecientes a los antiguos
griegos que tratan de sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo y los orígenes y
significado de sus propios cultos y prácticas rituales. Formaban parte de la religión de la
Antigua Grecia. Los mitos griegos explican los orígenes del mundo y detallan las vidas y
aventuras de una amplia variedad de dioses, héroes y otras criaturas mitológicas. Estos
relatos fueron originalmente difundidos en una tradición poética oral, si bien actualmente
los mitos se conocen principalmente gracias a la literatura griega. Las fuentes literarias más
antiguas conocidas son:

• Los poemas épicos de la Ilíada y la Odisea, atribuidos a Homero y centrados en


torno a la guerra de Troya.

• Dos poemas de Hesíodo, la Teogonía y Los trabajos y los días, contienen relatos
sobre la génesis del mundo, la sucesión de gobernantes divinos y épocas humanas y el
origen de las tragedias humanas y las costumbres sacrificiales.

• Las obras de los dramaturgos griegos del siglo V a. C, como Sófocles, por ejemplo.

La mitología griega ha ejercido una amplia influencia sobre la cultura, el arte y la


literatura de la civilización occidental y sigue siendo parte del patrimonio y lenguaje cultural
occidentales. Poetas y artistas han hallado inspiración en ella desde las épocas antiguas
hasta la actualidad y han descubierto significado y relevancia contemporáneos en los temas

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mitológicos clásicos. Los «mitos de origen» o «mitos de creación» representan un intento
por hacer comprensible el universo en términos humanos y explicar el origen del mundo.

2.1.| LOS ORÍGENES

En su Teogonía, Hesíodo empieza con el Caos, un profundo vacío, del cual emergió
Gea (la Tierra) y algunos otros seres divinos primordiales: Eros (Amor), el Abismo (Tártaro) y
el Érebo. Sin ayuda masculina, Gea dio a luz a Urano (el Cielo), que entonces la fertilizó. De
esta unión nacieron primero los Titanes (Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Tea, Rea,
Temis Mnemósine, Febe, Tetis y Crono), luego los Cíclopes de un solo ojo y los
Hecatónquiros o Centimanos. Cronos («el más joven, de mente retorcida, el más terrible de
los hijos [de Gea]») sentía envidia del poder de su padre (Urano). Gea tampoco estaba muy
bien con Urano así que instó a sus hijos para que mataran a su padre. Ninguno aceptó,
excepto Cronos que, con una hoz, castró a Urano y se convirtió así, en el gobernante de los
dioses. De la sangre de Urano, nacieron los gigantes. Urano juró venganza y llamó a sus
hijos titanes (‘los que abusan’, según Hesíodo la fuente del nombre «Titán», pero esta
etimología es discutible) por exceder sus límites y osar cometer tal acto.

A través de Gea y Urano, que podían conocer el


futuro, Crono supo que estaba destinado a ser derrocado
por uno de sus propios hijos. Por eso, se tragó a todos los
hijos que tuvo con Rea (su esposa y hermana): Deméter
(Ceres), Hera (Juno), Hades, Hestia (Vesta) y Poseidón
(Neptuno). Cuando iba a nacer su sexto hijo, Zeus (Júpiter),
Rea pidió a su madre que urdiese un plan para salvarlos y
que así finalmente Crono tuviese el justo castigo a sus actos
contra su padre y sus propios hijos. Rea dio a luz en secreto
a Zeus en la isla de Creta y entregó a Crono una piedra
envuelta en pañales, también conocida como Ónfalos, que éste tragó en seguida sin
desconfiar creyendo que era su hijo.

Rea mantuvo oculto a Zeus en una cueva del monte Ida en Creta. Cuando Zeus
creció, dio a su padre una droga que le obligó a vomitar a sus hermanos y a la piedra que
habían permanecido en el estómago de Crono todo el tiempo. Entonces luchó contra él por
el trono de los dioses. Al final, con la ayuda de los Cíclopes (a quienes liberó del Tártaro),
Zeus y sus hermanos lograron la victoria, condenando a Crono y los Titanes a prisión en el
Tártaro.

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Los titanes no aceptaron a Zeus en el trono, excepto Océano, que sí lo aceptó. Por lo
cual, entraron nuevamente en guerra, en Tesalia. El grupo de Zeus tenía su posición en el
monte Olimpo. Los titanes eran más fuertes que los olímpicos, por lo que iban
reduciéndolos de a poco, hasta que Gea sugirió que liberaran a los cíclopes para que
fabricaran rayos y terribles terremotos. La tierra tembló hasta el fondo del Tártaro porque
ahora Zeus aparecía con sus terribles armas y nuevos aliados. Los rebeldes fueron
asesinados o consumidos, o bien arrojados a profundos pozos, bajo rocas y colinas. Así,
Zeus se ganó el derecho de reinar para toda la eternidad. A esta guerra se la suele llamar la
“Titanomaquia”.
Zeus o Júpiter

En tercer y último lugar en el trono del más alto dios se sentó Zeus. Era el dios de la
intensa luz del día, porque, como su nombre indica, tenía control sobretodos los fenómenos
de los cielos, y por tanto de los repentinos cambios de tiempo, de la concentración de las
nubes y, sobre todo, el estallido de una tormenta hacía que su presencia se sintiera como
un ser sobrenatural interesado en los asuntos de la humanidad. De aquí títulos tales como
«concentrador de nubes», «dios de la nube sombría», «fulminador» y «poderoso
fulminador», que eran los nombres con los que fue más frecuentemente invocado. Por otra
parte, la serenidad y extensión sin límites del cielo sobre el que reinaba, combinado con la
continua reaparición del día, hacían que se le considerara como un dios eterno: «Zeus, el
que es, fue y será». Como dios supremo, y así venerado por toda Grecia, se le consideró
como padre de los dioses y de los hombres, el gobernador y conservador del mundo. Se
creía que poseía todas las formas de poder, estaba dotado de sabiduría, en su dominio

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sobre la raza humana era inclinado a la justicia y tenía una bondad y amor sin límites. Zeus
regulaba la alternancia del día y de la noche, las estaciones se sucedían a sus órdenes, los
vientos le obedecían, juntaba y esparcía las nubes a su antojo, y ordenaba a la suave lluvia
que cayera para fertilizar campos y prados. Vigilaba la administración de la ley y la justicia
en el Estado, concedía majestad a los reyes y los protegía en el ejercicio de su soberanía.
Observaba atentamente el trato general y los tratos con los hombres—por todas partes
pedía y recompensaba la rectitud, la verdad, la lealtad y la amabilidad; por todas partes
castigaba el mal, la falsedad, la deslealtad y la crueldad—. Como padre eterno de los
hombres, se creía que estaba preparado amablemente a la llamada de los más pobres y
más abandonados. El pobre sin hogar le miraba como un guardián piadoso que castigaba a
los duros de corazón, y se complacía en premiar la piedad y conmiseración. Para ilustrar su
reinado en la Tierra vamos a contar aquí una historia familiar.

Filemón y Baucis, una pareja de edad de la clase más pobre, vivía tranquilamente,
llena de piedad hacia los dioses, en su casa de campo en Frigia, cuando Zeus, que a
menudo visitaba la tierra disfrazado, para conocer el comportamiento de los hombres, hizo
una visita, al pasar a Frigia, a estas pobres gentes de avanzada edad y fue recibido por ellos
con mucha amabilidad como un cansado viajero, como lo que pretendía ser. Dándole la
bienvenida a la casa, se dispusieron a preparar para su invitado, que iba acompañado de
Hermes, una comida tan buena como podían permitirse, y para este propósito estaban a
punto de matar al único ganso que les quedaba, cuando Zeus intervino; porque se vio
conmovido por su amabilidad y genuina piedad, y sobre todo porque no había observado
entre los otros habitantes de la región nada sino disposición cruel y una actitud de reproche
y desprecio hacia los dioses. Para castigar esta conducta determinó castigar al país con una
inundación destructora, pero salvar de ella a Filemón y Baucis, la buena y anciana pareja, y
recompensarles de una manera sorprendente. En este momento se reveló ante ellos antes
de abrir las puertas de la gran inundación, transformó la pobre casa de la colina en un
espléndido templo, instaló a la pareja como su sacerdote y sacerdotisa, y les concedió su
petición de que ambos morirían juntos. Cuando después de muchos años les llegó la
muerte se convirtieron en dos árboles, que crecieron uno junto a otro en la vecindad —un
roble y un tilo.

Mientras que en aventuras de este tipo el supremo dios de los griegos aparece
enteramente como un personaje digno de admiración, se verá cómo muchas otras
narraciones lo representan trabajando bajo la debilidad y el error humanos. La primera
esposa de Zeus fue Metis (Inteligencia), una hija del amistoso titán Océano. Pero como Fate,
un ser oscuro y omnisciente, había predicho que Metis daría a Zeus un hijo que

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sobrepasaría a su padre en poder, Zeus siguió de cierta forma el ejemplo de su padre
Cronos y se tragó a Metis antes de que diera a luz a su hijo, y luego de su propia cabeza
nació la diosa de la sabiduría, Palas Atenea (Minerva). Luego se casó, se dice, pero sólo
durante un tiempo, con Temis (Justicia) y se convirtió en padre de Astrea y de las Horas. Su
principal amor fue, sin embargo, siempre para Hera (Juno), con sus muchos encantos, que,
tras resistir a sus súplicas durante un tiempo, al final cedió y se celebró el matrimonio divino
en medio de gran alegría, no sólo por parte de los dioses de los cielos, sino también por
parte de otras deidades, en quienes se había delegado la gerencia del mundo en varios
departamentos, que habían sido invitados y que acudieron contentos a la espléndida
ceremonia. Hera se convirtió en la madre de Hebe, Ares (Marte) y Héfestos (Vulcano). Zeus,
sin embargo, no permaneció constante y leal al matrimonio con su hermana y secretamente
se entregó a pasiones con otras diosas, y a menudo, bajo el disfraz de varias formas y tipos,
se acercó incluso a las hijas de los hombres. Hera se indignó mucho cuando descubrió tales
cosas. De estas relaciones secretas nacieron Perséfone (Proserpina), Apolo y Artemisa
(Diana), Afrodita (Venus), las Musas, Dionisio (Baco), Hermes (Mercurio), Heracles (Hércules)
y otros semidioses. Ya hemos dicho que Zeus ganó el trono contra Cronos. En esta batalla,
Zeus recibió la ayuda de sus hermanos Poseidón y Hades. Por eso, decidió que ellos
podrían tener una parte en la organización del mundo: a Poseidón le cayó el control del
mar y los ríos, mientras que Hades obtuvo el gobierno del mundo situado bajo la tierra.
Pero, aunque Zeus y los olímpicos habían derrotado a los titanes, había otra raza que
todavía ofrecía oposición: eran los gigantes (recordemos, habían nacido de la sangre de
Urano cuando Cronos lo hirió). El líder de los gigantes era Porfirio, y su más poderoso
combatiente, Alcineo. Zeus y Atenas otra vez iban perdiendo la batalla, porque los gigantes
eran inmunes a las armas de los dioses, pero eran, sin embargo, vulnerables a las armas
delos mortales. Por esta razón, Atenas convocó a Hércules, quien hirió de muerte al enorme
Alcineo. Una vez terminadas estas guerras, sucedió allí un período llamado la Edad de Plata
en la Tierra. Los hombres entonces eran ricos, como en la Edad de Oro bajo el reinado de
Cronos, y vivían en la abundancia pero aún querían la inocencia y el contento, que eran las
verdaderas fuentes de la felicidad en la época anterior; así, mientras vivían en el lujo y el
refinamiento, se hicieron despóticos en sus formas hasta el máximo grado, nunca estaban
satisfechos, y olvidaron a los dioses, a quienes, en su confianza por la prosperidad y
bienestar, les negaron la reverencia que merecían.

2.2.| LA RELIGIÓN DE LOS GRIEGOS

¿Cómo eran los dioses?

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Los dioses griegos tenían forma humana (a esta característica se la llama
"antropomorfismo"1. Su apariencia era semejante a la de los hombres, pero estaban
constituidos por una sustancia más noble, porque no comían pan ni tomaban vino, y por
sus venas no corría la sangre, sino un fluido eterno. Tenían su morada en el monte Olimpo,
excepto Hades y Perséfone, su esposa, que habitaban bajo tierra, en el Reino de los
Muertos, y las divinidades relacionadas con el agua, que se distribuían en fuentes, ríos y
mares.

Los atributos divinos

Cada uno de los dioses regía una esfera de la existencia humana: el Amor, la Guerra,
etcétera. Los dominios de cada divinidad eran muy amplios. Apolo, por citar un caso, regía
las artes, las profecías y los juramentos; el arco y la lira le pertenecían, al igual que el laurel;
influía en el crecimiento del ganado; era protector de la juventud y de los ejercicios

1 Del griego: anthropos, "hombre", y morphos, "forma".


gimnásticos; lo invocaban los marineros, que lo adoraban representado con la forma de un
delfín. El resto de los dioses tenía una esfera de influencia igualmente amplia. Aunque, a
veces, estas divinidades se peleaban, rápidamente se reconciliaban. No podía haber entre
ellos enfrentamientos duraderos, ya que simbolizaban el orden del universo, el cosmos.
Como veremos a continuación, el comportamiento de los dioses griegos carece de la
dimensión ética que revisten las divinidades de otras religiones. Cierta vez, Atenea,
venerada como inventora y como protectora de las artes textiles, se presentó a un concurso
de tejido disfrazada de mujer mortal. Compitió con la princesa lidia Aracne, que había tejido
un bellísimo paño en el cual aparecían representados los amores de los dioses del Olimpo.
Atenea examinó atentamente la obra de su oponente, tratando de encontrarle algún
defecto, pero no pudo hallar ninguno. Entonces rompió el paño encolerizada y, para
vengarse, convirtió a la princesa Aracne en una araña. Otra peculiaridad de estos dioses es
su corporeidad: no se trata de seres espirituales ni de principios inmateriales, sino que
pueden volverse visibles para los mortales y viven en un lugar geográfico concreto, dentro
del mundo que habitan los humanos. Esto se comprende si se tiene en cuenta que, para la
religión griega, todas las dimensiones de la existencia humana eran regidas por los dioses.
El mundo se consideraba como una unidad inseparable.

La función de los poetas

Las religiones llamadas "orientales" (la hebrea, la mahometana, incluso, la budista y la


persa) tienen profetas, hombres elegidos por la divinidad para guiar a sus fieles y revelarles

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sus designios. Son ellos quienes escriben las escrituras sagradas (la Biblia, el Corán) en las
que se exponen los preceptos religiosos. En la civilización helénica, en cambio, son los
poetas los encargados de divulgar los mitos de los dioses. La obra de Homero (quien se
supone que vivió en el siglo IX a. C.) es la fuente principal de los mitos helénicos. Las musas,
divinidades protectoras de las artes, eran quienes inspiraban a los creadores sus
producciones artísticas. Cuando Zeus hubo ordenado el mundo, los dioses se asombraron
de su magnificencia. El padre de los dioses les preguntó si les parecía que carecía de algo.
Ellos le respondieron que faltaba una voz para alabar la creación con palabras y con música.
Entonces, Zeus creó a las musas.

La vida después de la muerte

Muchas religiones actuales consideran que el hombre puede acceder, después de la


muerte, a un premio o a un castigo eterno, según su comportamiento en la vida terrenal.
Esta idea hubiera sonado muy extraña a los oídos de los griegos pues, para ellos, sólo la
vida tenía valor. Cuando el hombre moría, se transformaba en una sombra que debía vagar
eternamente por el reino de Hades. Salvo unas pocas excepciones, no recibía el hombre un
premio o un castigo.

El culto a los dioses

Los dioses helénicos no le pedían al hombre que cumpliera con determinados


preceptos morales, pero exigían respeto y honores. Los mortales, además, debían honrarlos
a todos por igual: aquel que des-preciaba a un dios en favor de otro, generalmente, sufría
un castigo. Hipólito, el hijo de Teseo, veneraba a Artemisa, patrona de la caza, pero
despreciaba a Afrodita, diosa de la belleza y del amor, ya que no quería tener relación con
mujer alguna. Esto fue considerado una ofensa por Afrodita, que acabó con la vida del
joven. Algo semejante le ocurrió a Paris, príncipe de Troya. Cuando debió juzgar la belleza
de tres diosas y favorecer solamente a una con su fallo, atrajo sobre sí la ira de las dos que
se sintieron despreciadas.

Los héroes

Al unirse los dioses con diversos mortales, se originan los héroes, también llamados
"semidioses". El caudal más importante de los relatos míticos dela civilización griega gira en
torno a estos hombres excepcionales. ¿Cómo identificarlos? A pesar de su diversidad, los
héroes tienen rasgos que permiten diferenciarlos. En primer lugar, su figura se destaca
porque tiene una marca, al igual que sucede con los superhéroes actuales, como Superman,
Batman o el Hombre Araña. En algunos casos, la marca es un rasgo físico: el guerrero

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Aquiles sobresalía por la velocidad y por la fuerza, y Edipo tenía los tobillos marcados. La
señal distintiva puede ser también un objeto que se relacione con el héroe: Heracles
cargaba sobre sus espaldas la piel del león de Nemea, que ninguna arma podía atravesar.
En otros casos, la individualización está dada por un rasgo interno, como en el caso de
Odiseo (a quien los romanos llamaron Ulises), que sobresalía por su astucia. Además, el
héroe debe encarnar los ideales morales de su época. Si comparamos, por ejemplo, a los
protagonistas de las epopeyas atribuidas a Homero, La Ilíada y La Odisea, notamos que,
mientras que en Aquiles se valoran las cualidades del guerrero –como la fuerza y la destreza
en el campo de batalla–, en Odiseo, se destaca la inteligencia por encima de la fuerza física.
Esto se comprende porque Aquiles representa el ideal de una Grecia que se consolida como
nación; en tanto que La Odisea, obra posterior, retrata una sociedad ya afianzada, que
valora en mayor medida lo intelectual.

Los oráculos
Las moiras eran las encargadas de ejecutar el destino que los dioses determinaban
para cada ser humano. Por eso, los griegos le otorgaban especial importancia a la
predicción del futuro y desarrollaron diversos métodos para conocer la voluntad de los
dioses. Uno de ellos era recurrir a los adivinos; pero el método más popular para conocer
las decisiones de los dioses consistía en consultar los oráculos, templos en los cuales
sacerdotes o sacerdotisas, consagrados a un dios, comunicaban a los fieles los designios de
la divinidad. El más importante de los oráculos fue el de Delfos, dedicado al dios Apolo. Las
consultas se efectuaban en fechas fijas, según el calendario religioso del dios, y a quienes
acudían se les cobraba un impuesto acorde con el tipo de asunto que querían consultar.
Después de un sacrificio ritual, los fieles eran admitidos en el templo, y los sacerdotes
conducían a la Pitia –como llamaban a la sacerdotisa– hasta una habitación en la que sólo
ella podía ingresar. Desde allí, transmitía los oráculos que Apolo le inspiraba. Cómo
procedía la sacerdotisa para dar sus oráculos es aún un misterio. Algunos afirman que
entraba en un trance hipnótico provocado por los vapores de ciertas hierbas que se
quemaban en la habitación; otros sostienen que masticaba hojas de laurel, que tenían un
efecto tóxico...; pero nada de esto ha podido ser comprobado.

2.3.| LOS RELATOS

El mito de Prometeo

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El don robado a los dioses hijo de Crono y rey de los dioses, era el delegado
de los habitantes del Olimpo.
Del matrimonio de Gea y Urano, primeros
entre los dioses, nacieron los Titanes, entre quienes Prometeo quiso engañar a Zeus para

se cuentan Japeto y Crono: Japeto es el padre de favorecer a los hombres. Para ello, tomó un buey y

Prometeo; Crono, de Zeus. Primos por parte de su lo abrió. De un lado, puso la carne y las vísceras –es

padre, el enfrentamiento entre estos dioses será decir, la parte comestible-, envueltas en el vientre

crucial para la historia de los hombres. del animal. Del otro lado, colocó los huesos
pelados, y los cubrió con toda la brillante grasa.
Los humanos fueron creados por los dioses
Hecho el reparto, se lo ofreció a Zeus.
inmortales2 y, en un principio, vivían en total
bienaventuranza, sin necesidad de trabajar para - Zeus, el más ilustre y poderoso de los

lograr su sustento. Pero ocurrió que, una vez, dioses inmortales –lo aduló Prometeo, el de

hombres y dioses se encontraron en Mecona, con la corazón astuto-, elige, de las partes, la que te dicte

finalidad de separar los lotes. Prometeo, el hijo de el corazón.

Japeto, representaba a los mortales. Zeus, su primo,

2Sostiene Ovidio en su Metamorfosis que fue Prometeo quien, siguiendo órdenes de los dioses, modeló a los
hombres en arcilla.
Zeus, gracias a su capacidad de anticipar Yo, a cambio del fuego, les daré un mal con el que
los sucesos, se dio cuenta de la astucia tramada por todos se alegrarán de corazón. Ya verás a los
su primo. Sin embargo, se dejó llevar por el hombres acariciando con cariño su propia
ofrecimiento de Prometeo, como si lo que este desgracia.
había dispuesto hubiese logrado engañarlo, y tomó
Eso dijo Zeus, cuando ya había decidido
con sus dos manos la blanca grasa. Y aunque
crear a la mujer para castigo de los hombres.
conocía la falsedad, al ver que bajo la brillante
grasa sólo había huesos pelados, se irritó, y la El nacimiento de Pandora
cólera le alcanzó el corazón.
En venganza del robo del fuego cometido
- ¡Hijo de Japeto, amigo mío! –le gritó Zeus por Prometeo, Zeus decidió el nacimiento de la
indignado- ¡Crees que puedes vencerme a mí, que mujer. Le ordenó a su hijo Hefesto, dios del fuego,
reino por encima de dioses u hombres! Si querías mezclar tierra con agua, infundirle voz y vida
favorecer a los hombres con esta treta, sólo humanas, y crear una linda y encantadora doncella.
lograste perjudicarlos. Ahora mismo les he de Le ordenó que la hiciera bella, de rostro semejante
quitar el fuego, y nunca más volverán a tenerlo. al de las diosas. Una diadema de oro fue el
obsequio de Hefesto a su nueva criatura.
Así habló Zeus, y los hombres se quedaron
sin el fuego. Luego Zeus la condujo ante Atenea y le
pidió a la diosa que le enseñara a tejer finos
Pasó el tiempo. Prometeo veía sufrir a los
encajes. Palas Atenea la adornó con un vestido de
hombres. Sin fuego para cocer los alimentos, sin
blancura resplandeciente y rodeó sus sienes con
fuego para protegerse del frío ni alumbrarse.
coronas de hierba fresca trenzadas con flores.
Flacos, faltos de fuerzas para defenderse de las
Afrodita la colmó de gracia y sensualidad
fieras, y de inteligencia para sobreponerse a ellas. Y
irresistibles. Después, Zeus la llevó junto a Hermes,
antes de que la raza humana desapareciera de la
el dios mensajero. A él, le pidió que le diera a la
Tierra, Prometeo, por segunda vez, desobedeció la

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mujer una mente cínica y un carácter caprichoso.
orden del rey de los dioses.
Zeus mismo puso en el corazón de la virgen la
Subió hasta el Olimpo y le robó el fuego a curiosidad, que pica y aguijonea los sentidos. Cada
Zeus. Lo escondió en el hueco de una caña y lo dios que se acercó a la joven le dio un don, y por
llevó hasta la Tierra. eso la llamaron Pandora, porque todos los dioses le

Pero enseguida Zeus vio desde lejos el habían concedido un regalo. Pero todos los

brillo del fuego, allá, entre los hombres. No se obsequios juntos eran para la perdición de los

dignó a quitárselo por segunda vez; en cambio, les hombres.

preparó un nuevo castigo. Un castigo sutil y Entonces Hermes, rápido mensajero,


encubierto, del que los hombres ya nunca más entregó el espinoso e irresistible regalo a Epimeteo,
podrían librarse. Las carcajadas de Zeus resonaron hermano de Prometeo. Así como Prometeo se
por el cielo mientras le gritaba a Prometeo, que distinguía por su astucia y su previsión, Epimeteo lo
permanecía en la tierra: hacía por su torpeza. Y aunque su hermano,

-¡Japetonida3, te alegras de que me has enemistado como estaba con Zeus, le había

robado el fuego y logrado engañar mi inteligencia! advertido que no aceptara ningún regalo que

3Se llama Japetonida a los descendientes de


Japeto.
viniera de parte del rey de los dioses, Epimeteo contrajo matrimonio con Pandora, Prometeo le
olvidó las recomendaciones y aceptó a la bella e repitió a su hermano el consejo.
irresistible doncella.
-Pandora –le dijo Epimeteo a su nueva
Y esta fue la calamidad que Zeus envió a los esposa-, ahora eres tú la que gobierna mi casa.
mortales, ya que de ella desciende la estirpe de las Puedes ocuparte de todo lo que en ella encuentres,
mujeres. Conviven con los varones sin conformarse salvo de esa jarra que me dio mi hermano, pues me
con la penuria. Para desgracia de los hombres hizo pidió que jamás la abriera.
Zeus a las mujeres, siempre ocupadas en
-Cuéntame qué hay dentro de la jarra –le
perniciosas tareas.
pidió Pandora, a quien Zeus le había clavado la
Una jarra bien tapada curiosidad en medio del pecho.

Prometeo, que cuidaba de la estirpe de los -Ni yo mismo lo sé –respondió Epimeteo.

hombres más que de sí mismo, había aprisionado Pandora no creyó en las palabras de su
en una jarra todos los males que existen en el marido: más bien pensó que aquel le escondía un
mundo. Con una enorme tapa, cerró Prometeo valioso secreto. Y aprovechó la primera ausencia de
aquella jarra y la guardó, escondida, en la casa de Epimeteo, para abrir la enorme tapa de la jarra. Al
su hermano Epimeteo. instante, todos los males que estaban encerrados
en ella se esparcieron por el mundo. Sólo la Espera
permaneció allí dentro, atrapada en los bordes de
la jarra.

Y no sabemos si el encierro de la Espera es


un mal más o el único bien que nos queda a los
mortales.

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Prometeo encadenado

Zeus no dejó a Prometeo sin castigo.


Mandó a su hijo Hefesto, escoltado por Bías, la
Ni los dolores, ni la fatiga, ni la vejez, ni las Violencia, y por Cratos, el Poder, para que
enfermedades, que acarrea la muerte molestaron encadenaran a Prometeo. Con indestructibles
desde entonces a los hombres que vivían una vida cadenas, lo ataron a una roca, en las montañas del
libre de males. Prometeo, cuyo temor por el Cáusaso. Allí lo dejaron, en esas inmensas
bienestar de los hombres nunca se aplacaba, había soledades.
recomendado a su hermano:
Y envió Zeus un águila que, cada día, se
-Epimeteo, esconde esa jarra y no la abras abalanzaba sobre el hígado se regeneraba. Mas, al
jamás, ni dejes que nadie lo haga. día siguiente, todo lo que el hígado había crecido,

Durante años, la jarra estuvo cerrada y el ave de amplias alas lo volvía a devorar. Este

escondida en la casa de Epimeteo. El día en que él castigo sufrió Prometeo por muchísimo tiempo,
tanto que las vidas humanas son incapaces de
medirlo. Hasta que un día, Heracles4, hijo de Zeus y Los relatos de este mito fueron tomados de
de madre mortal, lo liberó de sus cadenas y mató al distintas fuentes: Hesíodo (Teogonía, Los trabajos y
águila. los días), Apolodoro (Biblioteca), y Ovidio
(Metamorfosis).

Teseo y Ariadna
Aquella noche, Egeo, el anciano rey de Atenas, parecía tan triste y tan preocupado que su hijo Teseo le
preguntó:
—¡Qué cara tienes, padre...! ¿Acaso te aflige algún problema?
—¡Ay! Mañana es el maldito día en que debo, como cada año, enviar siete doncellas y siete
muchachos de nuestra ciudad al rey Minos, de Creta. Esos desdichados están condenados...
—¿Condenados? ¿Para expiar qué crimen deben, pues, morir?
—¿Morir? Es bastante peor: ¡serán devorados por el Minotauro!
Teseo reprimió un escalofrío. Tras haberse ausentado durante largo tiempo de Grecia, acababa de
llegar a su patria; sin embargo, había oído hablar del Minotauro. Ese monstruo, decían, poseía el cuerpo de un
hombre y la cabeza de un toro; ¡se alimentaba de carne humana!
—¡Padre, impide esa infamia! ¿Por qué dejas perpetuar esa odiosa costumbre?
—Debo hacerlo —suspiró Egeo—. Mira, hijo mío, he perdido tiempo atrás la guerra contra el rey de
Creta. Y, desde entonces, le debo un tributo: cada año, catorce jóvenes atenienses sirven de alimento a su
monstruo...
Con el ardor de la juventud, Teseo exclamó:
—En tal caso, ¡déjame partir a esa isla! Acompañaré a las futuras víctimas. Enfrentaré al Minotauro,
padre. Lo venceré. ¡Y quedarás libre de esa horrible deuda!

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Con estas palabras, el viejo Egeo tembló y abrazó a su hijo.
—¡Nunca! Tendría demasiado miedo de perderte.
Una vez, el rey había estado a punto de envenenar a Teseo sin saberlo; se trataba de una trampa de
Medea, su segunda esposa, que odiaba a su hijastro.
—No. ¡No te dejaré partir! Además, el Minotauro tiene fama de invencible. Se esconde en el centro de
un extraño palacio: ¡el laberinto! Sus pasillos son tan numerosos y están tan sabiamente entrelazados que
aquellos que se arriesgan no descubren nunca la salida. Terminan dando con el monstruo... que los devora.
Teseo era tan obstinado como intrépido. Insistió, se enojó, y luego, gracias a sus demostraciones de
cariño y a su persuasión, logró que el viejo rey Egeo, muerto de pena, terminara cediendo.
A la mañana, Teseo se dirigió con su padre al Pireo, el puerto de Atenas. Estaban acompañados por
jóvenes para quienes sería el último viaje. Los habitantes miraban pasar el cortejo; algunos gemían, otros
mostraban el puño a los emisarios del rey Minos que encabezaban la siniestra fila. Pronto, la tropa llegó a los
muelles donde había una galera de velas negras atracada.
—Llevan el duelo —explicó el rey—. Ah... hijo mío... si regresas vencedor, no olvides cambiarlas por
velas blancas. ¡Así sabré que estás vivo antes de que atraques!

4Heracles o Hércules es el más célebre y popular


de los héroes.
Teseo se lo prometió; luego, abrazó a su padre y se unió a los atenienses en la nave. Una noche,
durante el viaje, Poseidón, el dios de los mares, se apareció en sueños a Teseo. Sonreía.
—¡Valiente Teseo! —le dijo—. Tu valor es el de un dios. Es normal: eres mi hijo con el mismo título
que eres el de Egeo.
La madre de Teseo había sido tomada a la fuerza por Poseidón la noche de su boda.
Teseo oyó por primera vez el relato de su fabuloso nacimiento.
—¡Al despertar, sumérgete en el mar! —le recomendó Poseidón—. Encontrarás allí un anillo de oro
que el rey Minos ha perdido antaño.
Teseo emergió del sueño. Ya era de día A lo lejos ya se divisaban las riberas de Creta. Entonces, ante
sus compañeros estupefactos, Teseo se arrojó al agua. Cuando tocó el fondo, vio una joya que brillaba entre
los caracoles. Se apoderó de ella, con el corazón palpitante. De modo que todo lo que le había revelado
Poseidón en sueños era verdad: ¡él era un semidiós! Este descubrimiento excitó su coraje y reforzó su
voluntad.
Cuando el navío tocó el puerto de Cnosos, Teseo divisó entre la multitud al soberano, rodeado de su
corte. Fue a presentarse:
—Te saludo, oh poderoso Minos. Soy Teseo, hijo de Egeo.
—Espero que no hayas recorrido todo este camino para implorar mi clemencia —dijo el rey mientras
contaba con cuidado a los catorce atenienses.
—No. Sólo tengo un anhelo: no abandonar a mis compañeros.
Un murmullo recorrió el entorno del rey. Desconfiado, este examinó al recién llegado. Reconociendo
el anillo de oro que Teseo llevaba en el dedo, se preguntó, estupefacto, gracias a qué prodigio el hijo de Egeo
había podido encontrar esa joya. Desconfiado, refunfuñó:
—¿Te gustaría enfrentar al Minotauro? En tal caso, deberás hacerlo con las manos vacías: deja tus
armas.
Entre quienes acompañaban al rey se encontraba Ariadna, una de sus hijas. Impresionada por la

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temeridad del príncipe, pensó con espanto que pronto iba a pagarla con su vida. Teseo había observado
durante un largo tiempo a Ariadna. Ciertamente, era sensible a su belleza. Pero se sintió intrigado sobre todo
por el trabajo de punto que llevaba en la mano. —Extraño lugar para tejer —se dijo.
Sí, Ariadna tejía a menudo, cosa que le permitía reflexionar. Y sin sacarle los ojos de encima a Teseo,
una loca idea germinaba en ella...
—Vengan a comer y a descansar —decretó el rey Minos—. Mañana serán conducidos al laberinto.
Teseo se despertó de un sobresalto: ¡alguien había entrado en la habitación donde estaba durmiendo!
Escrutó en la oscuridad y lamentó que le hubieran quitado su espada. Una silueta blanca se destacó en la
sombra. Un ruido familiar dea gujas le indicó la identidad del visitante:
—No temas nada. Soy yo: Ariadna.
La hija del rey fue hasta la cama, donde se sentó. Tomó la mano del muchacho.
—¡Ah, Teseo —le imploró—, no te unas a tus compañeros! Si entras en el laberinto, jamás saldrás de
él. Y no quiero que mueras...
Por los temblores de Ariadna, Teseo adivinó qué sentimientos la habían empujado a llegar hasta él esa
noche. Perturbado, murmuró:
—Sin embargo, Ariadna, es necesario. Debo vencer al Minotauro.
—Es un monstruo. Lo detesto. Y, sin embargo, es mi hermano...
—¿Cómo? ¿Qué dices?
—Ah, Teseo, déjame contarte una historia muy singular...
La muchacha se acercó al héroe para confiarle:
—Mucho antes de mi nacimiento, mi padre, el rey Minos, cometió la imprudencia de engañar a
Poseidón: le sacrificó un miserable toro flaco y enfermo en vez de inmolarle el magnífico animal que el dios le
había enviado. Poco después, mi padre se casó con la bella Pasífae, mi madre. Pero Poseidón rumiaba su
venganza. En recuerdo de la antigua afrenta que se había cometido contra él, le hizo perder la cabeza a
Pasífae y la indujo a enamorarse... ¡de un toro! ¡La desdichada llegó, incluso, a mandar construir una carcasa
de vaca con la cual se disfrazaba, para unirse al animal que amaba!
—¡Qué horrible estratagema!
—La continuación, Teseo, la adivinas —concluyó Ariadna temblando—. Mi madre dio nacimiento al
Minotauro. Mi padre no podía decidirse a matar a ese monstruo; pero quiso esconderlo para siempre de la
vista de todos. Convocó al más hábil de los arquitectos, Dédalo, que concibió el famoso laberinto...
Impresionado por este relato, Teseo no sabía qué decir.
—No creas —agregó Ariadna— que quiero salvar al Minotauro. ¡Ese devorador de hombres merece
mil veces la muerte!
—Entonces, lo mataré.
—Si llegaras a hacerlo, nunca encontrarías la salida del laberinto.
Un largo silencio se produjo en la noche. De repente, la muchacha se acercó aún más al joven y le dijo:
—¿Teseo? ¿Si te facilitara el medio de encontrar la salida del laberinto, me llevarías de regreso
contigo?
El héroe no respondió. Por cierto, Ariadna era seductora, y la hija de un rey. Pero él había ido hasta esa
isla no para encontrar allí una esposa, sino para liberar a su país de una terrible carga.
—Conozco los hábitos del Minotauro —insistió—. Sé cuáles son sus debilidades y cómo podrías
acabar con él. Pero esa victoria tiene un precio: ¡me sacas de aquí y me desposas!
—De acuerdo. Acepto.

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Ariadna se sorprendió de que Teseo aceptara tan rápidamente. ¿Estaba enamorado de ella? ¿O se
sometía a una simple transacción? ¡Qué importaba! Le confió mil secretos que le permitirían vencer a su
hermano al día siguiente. Y el ruido de su voz se mezclaba con el obstinado choque de sus agujas: Ariadna no
había dejado de tejer.
Frente a la entrada del laberinto, Minos ordenó a los atenienses:
—¡Entren! Es la hora...
Mientras los catorce jóvenes aterrorizados penetraban uno tras otro en el extraño edificio, Ariadna
murmuró a su protegido:
—¡Teseo, toma este hilo y, sobre todo, no lo sueltes! Así, quedaremos ligados uno con el otro.
Tenía en la mano el ovillo de la labor que no la abandonaba jamás. El héroe tomó lo que ella le
extendía: un hilo tenue, casi invisible. Si bien el rey Minos no adivinó su maniobra, comprendió que a ese
muchacho y a su hija les costaba mucho separarse.
—¿Y bien, Teseo —se burló—, acaso tienes miedo?
Sin responder, el héroe entró a su vez en el corredor. Muy rápidamente, se unió a sus compañeros que
vacilaban ante una bifurcación.
—¡Qué importa! —les dijo—. Tomen a la derecha.
Desembocaron en un corredor sin salida, volvieron sobre sus pasos, tomaron el otro camino que los
condujo a una nueva ramificación de varios pasillos.
—Vayamos por el del centro. Y no nos separemos.
Pronto emergieron al aire libre; a los muros del laberinto habían seguido infranqueables bosquecillos.
—¿Quién sabe? —murmuró uno de los atenienses—. ¿Y si el destino nos ofreciera la posibilidad de no
llegar al Minotauro... sino a la salida?
Ay, Teseo sabía que no sería así: ¡Dédalo había concebido el edificio de modo tal que se terminaba
llegando siempre al centro! Fue exactamente lo que se produjo. Hacia la noche, cuando sus compañeros se
quejaban de la fatiga y del sueño, Teseo les ordenó de pronto:
—¡Detengámonos! Escuchen. Y además... ¿no oyen nada?
Los muros les devolvían el eco de gruñidos impacientes. Y en el aire flotaba un fuerte olor a carroña.
—Llegamos —murmuró Teseo—. ¡El antro del monstruo está cerca! Espérenme y, sobre todo, ¡no se
muevan de aquí!
Partió solo, con el hilo de Ariadna siempre en la mano. De repente, salió a una explanada circular
parecida a una arena. Allí había un monstruo aún más espantoso que todo lo que se había imaginado: un
gigante con cabeza de toro, cuyos brazos y piernas poseían músculos nudosos como troncos de roble. Al ver
entrar a Teseo, mugió un espantoso grito de satisfacción voraz. Bajo las narinas, su boca abierta babeaba.
Debajo de su cabeza bovina y peluda, apuntaban unos cuernos afilados hacia la presa. Luego, se lanzó hacia
su futura víctima golpeando la arena con sus pezuñas. El suelo estaba cubierto de osamentas. Teseo recogió la
más grande y la blandió. En el momento en que el monstruo iba a ensartarlo, se apartó para asestarle en el
morro un golpe suficiente para liquidar a un buey... ¡pero no lo bastante violento para matar a un Minotauro!
El monstruo aulló de dolor. Sin dejarle tiempo de recuperarse, Teseo se aferró a los dos cuernos para saltar
mejor encima de los hombros peludos. Así montado, apretó las piernas alrededor del cuello de su enemigo y,
con toda su fuerza, ¡las estrechó! Privado de respiración, el monstruo, furioso, se debatió. ¡Ya no podía clavar
los cuernos en ese adversario que hacía uno con él! Pataleó, cayó y rodó por el suelo. A pesar de la arena que
se filtraba en sus orejas y en sus ojos, Teseo no soltaba prenda, tal como Ariadna se lo había recomendado.
Poco a poco, las fuerzas del Minotauro declinaron. Pronto, lanzó un espantoso mugido de rabia, tuvo

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un sobresalto... ¡y exhaló el último suspiro! Entonces, Teseo se apartó de la enorme cosa inerte.
Su primer reflejo fue ir a recuperar el hilo de Ariadna.
El silencio insólito y prolongado había atraído a sus
compañeros.
—Increíble... ¡Has vencido al Minotauro! ¡Estamos a salvo!
Teseo reclamó su ayuda para arrancar los cuernos del
monstruo.
—Así —explicó—, Minos sabrá que ya no queda tributo
por reclamar.
—¿De qué serviría? Por cierto, nos hemos salvado. Pero
nos espera una muerte lenta: no encontraremos jamás la salida.
—Sí —afirmó Teseo mostrándoles el hilo—. ¡Miren!
Febriles, se pusieron en marcha.
Gracias al hilo, volvían a desandar el largo y tortuoso trayecto que los había conducido hasta el
Minotauro. A Teseo le costaba calmar su impaciencia. Se preguntaba qué dios benévolo le había dado esa
idea genial a Ariadna. Pronto, el hilo se tensó: del otro lado, alguien tiraba con tanta prisa como él.
Finalmente, luego de muchas horas, emergieron al aire libre. El héroe, extenuado, tiró los cuernos
sanguinolentos del Minotauro al suelo, cerca de la entrada.
—¡Teseo... por fin! ¡Lo has logrado!
Loca de amor y de alegría, Ariadna se precipitó hacia él. Se abrazaron. La hija de Minos echó una
mirada enternecida al enorme ovillo desordenado que Teseo, todavía, tenía entre las manos.
—A pesar de todo —le reprochó sonriendo—, hubieras podido enrollarlo mejor...
El alba se acercaba. Acompañados por Ariadna, Teseo y sus compañeros se escurrieron entre las calles
de Cnosos y llegaron al puerto.
—¡Perforen el casco de todos los navíos cretenses! —ordenó.
—¿Por qué? —se interpuso Ariadna, asombrada.
—¿Crees que tu padre no va a reaccionar? ¿Que va a dejar escapar con su hija al que mató al hijo de
su esposa?
—Es verdad —admitió ella—. Y me pregunto qué castigo va a infligir a Dédalo, ya que su laberinto no
protegió al Minotauro como lo esperaba mi padre.
Cuando el sol se levantó, Teseo tuvo un sueño extraño: esta vez, fue otro dios, Baco, el que se le
apareció.
—Es necesario —ordenó—, que abandones a Ariadna en una isla. No se convertirá en tu esposa.
Tengo para ella otros proyectos más gloriosos.
—Sin embargo —balbuceó Teseo—, le he prometido...
—Lo sé. Pero debes obedecer. O temer la cólera de los dioses.
Cuando Teseo se despertó, aún vacilaba. Pero al día siguiente, la galera debió enfrentar una tormenta
tan violenta que el héroe vio en ella un evidente signo divino. Gritó al vigía: —¡Debemos detenernos lo antes
posible! ¿No ves tierra a lo lejos?
—¡Sí! Una isla a la vista... Debe ser Naxos.
Atracaron allí y esperaron que los elementos se calmaran.
La tormenta se apaciguó durante la noche. A la madrugada, mientras Ariadna seguía durmiendo sobre
la arena, Teseo reunió a sus hombres. Ordenó partir lo antes posible. Sin la muchacha.

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—¡Así es! —dijo al ver la cara llena de reproches de sus compañeros. Los dioses no actúan sin motivo.
Y Baco tenía buenas razones para que Teseo abandonara a Ariadna: seducido por su belleza, ¡quería
convertirla en su esposa! Sí, había decidido que tendría con ella cuatro hijos y que, pronto, se instalaría con él
en el Olimpo. Como señal de alianza divina se había prometido, incluso, regalarle un diamante que daría
nacimiento a una de las constelaciones más bellas... Claro que Teseo ignoraba las intenciones de ese dios
enamorado y celoso.
Singlando de nuevo hacia Atenas, se acusaba de ingratitud. Preocupado, olvidó la recomendación que
su padre le había hecho... Apostado a lo alto del faro que se erigía en la entrada del Pireo, el guardia gritó, con
la mano como visera encima de los ojos:
—¡Una nave a la vista! Sí... es la galera que vuelve de Creta. ¡Rápido, vamos a advertir al rey! Menos de
tres kilómetros separan a Atenas de su puerto. Loco de esperanza y de inquietud, el viejo rey Egeo acudió a
los muelles.
—¿Las velas? —preguntó alzando la cabeza hacia el guardia—. ¿Puedes ver las velas y decirme cuál es
su color?
—Ay, gran rey, son negras.
El viejo Egeo no quiso saber más. Loco de dolor, se arrojó al mar y se ahogó. Cuando la galera atracó,
acababan de conducir el cuerpo del viejo Egeo a la orilla. Teseo se precipitó hacia él. Adivinó enseguida lo que
había ocurrido y se maldijo por su negligencia.
—¡Padre mío! ¡No... estoy vivo! ¡Vuelve en ti, por piedad!
Pero era demasiado tarde: Egeo estaba muerto. La tristeza que invadió a Teseo le hizo olvidar de
golpe su reciente victoria sobre el monstruo. Con amargura, el héroe pensó que acababa de perder a una
esposa y a un padre.
—¡A partir de ahora, Teseo, eres rey! —dijeron los atenienses, inclinándose.
El nuevo soberano se recogió sobre los restos de Egeo. Solemnemente, decretó:
—¡Que este mar, a partir de ahora, lleve el nombre de mi padre adorado!
Y a partir de ese día funesto, en que el vencedor del Minotauro regresó de Creta, el mar que baña las
costas de Grecia lleva el nombre de Egeo.
Mientras tanto, Ariadna se había despertado en la isla desierta. En el día naciente, vio a lo lejos las
velas oscuras de la galera que se alejaba. Incrédula, balbuceó:
—¡Teseo! ¿Es posible que me abandones?
Siguió el navío con los ojos hasta que se lo tragó el horizonte. Comprendió, entonces, que nunca
volvería a ver a Teseo. Sola en la playa de Naxos, dio libre curso a su pena; gimió largamente sobre la
ingratitud de los hombres. Luego, Ariadna reencontró sobre la arena su labor abandonada. Retomó las agujas.
Y en espera de que se realizara el prodigioso destino que ella ignoraba, puso nuevamente manos a la obra.
Tejía a la vez que lloraba.

El poeta latino Catulo (siglo I) y, más tarde, Ovidio en sus Metamorfosis relatan este mito.

La casa de Asterión

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Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión. una puerta cerrada, añadiré que no hay una
APOLODORO, Biblioteca, III, I cerradura? Por lo demás, algún atardecer he
pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice
Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de
por el temor que me infundieron las caras de la
misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones
plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la
(que yo castigaré a su debido tiempo) son
mano abierta. Ya se había puesto el sol, pero el
irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero
desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias
también es verdad que sus puertas (cuyo número
de la grey dijeron que me habían reconocido. La
es infinito) están abiertas día y noche a los
gente oraba, huía, se prosternaba; unos se
hombres y también a los animales. Que entre el
encaramaban al estilóbato del templo de las
que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el
Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se
bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y
ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi
la soledad. Asimismo hallará una casa como no
madre; no puedo confundirme con el vulgo,
hay otra en la faz de la tierra. (Mienten los que
aunque mi modestia lo quiera.
declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta
mis detractores admiten que no hay un solo El hecho es que soy único. No me
mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, interesa lo que un hombre pueda trasmitir a otros
Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay hombres; como el filósofo, pienso que nada es
comunicable por el arte de la escritura. Loas intrincado sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado
enojosas y triviales minucias no tienen cabida en las estrellas y el sol y la enorme casa, pero ya no
mi espíritu, que está capacitado para lo grande; me acuerdo.
jamás he retenido la diferencia entre una letra y
Cada nueve años entran en la casa nueve
otra. Cierta impaciencia generosa no ha
hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo
consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo
sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de
deploro, porque las noches y los días son largos.
piedra y corro alegremente a buscarlos. La
Claro que no me faltan distracciones. ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen
Semejante al carnero que va a embestir, corro por sin que yo me ensangriente las manos. Donde
las galerías de piedra hasta rodar al suelo, cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a
mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes
la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora
Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor,
ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a Desde entonces no me duele la soledad, porque sé
estar dormido, con los ojos cerrados y la que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el
respiración poderosa. (A veces me duermo polvo. Si mi oído alcanzara los rumores del mundo,
realmente, a veces ha cambiado el color del día yo percibiría sus pasos. Ojalá me lleve a un lugar
cuando he abierto los ojos.) Pero de tantos juegos con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será
el que prefiero es el de otro Asterión. Finjo que mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un
viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de
grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la hombre? ¿O será como yo?
encrucijada anterior o Ahora desembocamos en
El sol de la mañana reverberó en la espada
otro patio o Bien decía yo que te gustaría la
de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de
canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó
sangre.
de arena o Ya verás cómo el sótano se bifurca. A

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veces me equivoco y nos reímos buenamente los
dos.
-¿Lo creerás, Ariadna? -dijo Teseo-. El
No sólo he imaginado eso juegos, también minotauro apenas se defendió.
he meditado sobre la casa. Todas las partes de la
casa están muchas veces, cualquier lugar es otro
lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, Jorge Luis Borges en El Aleph,
un pesebre; son catorce [son infinitos] los
Emecé Editores, Bs. As., 1987
pesebres, abrevaderos, patios, aljibes, la casa es del
tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin
embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y
polvorientas galerías de piedra gris, he alcanzado
la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar.
Eso no lo entendí hasta que una visión de la noche
me reveló que también son catorce [son infinitos]
los mares y los templos. Todo está muchas veces,
catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo
que parecen estar una sola vez: arriba, el
Sobre el autor…
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo
(Buenos Aires, 24 de agosto de 1899-Ginebra,
14 de junio de 1986) fue un escritor argentino,
uno de los autores más destacados de la
literatura del siglo XX. Publicó ensayos breves,
cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la
literatura y el pensamiento universal, además
de objeto de minuciosos análisis y múltiples
interpretaciones, trasciende cualquier
clasificación y excluye todo tipo de
dogmatismo.

ACTIVIDADES DE COMPRENSIÓN

1) Realizar el árbol genealógico con “los orígenes” de los dioses griegos, que se explica en el inicio de
este tema.
2) ¿Cuáles eran los trabajos que podía realizar Zeus?
3) ¿Cuál es la virtud de Zeus que se explica en la historia de Filemón y Baucis? Extiéndase en su
respuesta.
4) Utilice los textos del anexo “Algunas herramientas”, que se encuentran al final de este módulo y
realice una red semántica con lo leído en el tema “La religión de los griegos”.

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5) El término misoginia está formado por la raíz griega miseo, que significa “odiar”, y gyne, cuya
traducción es “mujer”, Se refiere al odio, rechazo, aversión y desprecio de los hombres a las mujeres y,
en general, hacia todo lo relacionado con lo femenino. Luego de leer el texto “El mito de Prometeo”,
realice las actividades:
a. Transcriban los párrafos u oraciones donde encuentren conceptos que manifiesten misoginia.
b. Expresen su opinión por escrito y den un ejemplo con el que puedan refutar (contradecir,
demostrar lo contrario) cada uno de estos conceptos misóginos.
6) Luego de leer el texto “Teseo y Ariadna”, realizar las actividades:
a. ¿Quién era Teseo?
b. ¿Por qué el barco que llevaba a los jóvenes atenienses tenían velas negras? ¿Cuándo izarían las
velas blancas?
c. ¿Cómo ayudó Ariadna a Teseo?
d. ¿Qué le hizo prometer Ariadna a Teseo si lograba matar al Minotauro?
e. Cuenten qué pasó con Ariadna.
f. ¿Por qué se arrojó al mar el rey Egeo?
g. Invente y escriba un final diferente para este mito.
7) Responder, luego de leer “La casa de Asterión”:
a. ¿Quiénes son los personajes de la historia? ¿Dónde se encuentran? ¿Cómo es ese lugar? ¿En

qué tiempo transcurre la historia?

b. ¿Quién resulta ser Asterión?

c. Teniendo en cuenta sus palabras: “¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un

hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?”, ¿cómo es físicamente

el protagonista?

d. ¿Cómo es la casa de Asterión?

e. ¿Qué es un “redentor”? ¿Por qué el protagonista lo espera? ¿Quién es? ¿Cómo se relaciona

esto con el final del cuento?

f. ¿Cuántos narradores hay en el texto? ¿Cómo los reconocieron? ¿Desde qué punto de vista

narra cada uno?

g. ¿Por qué Teseo habla del Minotauro y no lo llama “Asterión”?

TEMA 3
LA LITERATURA HISPANOAMERICANA

¿Cómo se originó y cómo evolucionó la Literatura Hispanoamericana?

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La imagen de América se va develando en su literatura. América, como dijo Alfonso Reyes,
siempre fue tierra de asombro y se forjó a partir del enfrentamiento de dos culturas: la
aborigen y la europea.
Sin embargo, la primera, por el sentido que tiene la palabra conquista, quedó truncada.
Recién en el siglo XX la cultura americana, descuajada de su raíz primitiva, de la cultura
precolombina, se reencuentra con ella debido al interés de arqueólogos y etnólogos que
sacan a la luz esta extraordinaria cultura. Descubrir y asumir esa raíz que había quedado
sepultada, determinó que desde el siglo XX se tendiera una alianza entre la cultura
precolombina y la nueva cultura que se impuso durante la conquista y la colonización. La
literatura precolombina, que había quedado oculta, fue entonces valorizada.
Con la llegada de los conquistadores, la literatura hispanoamericana fue creando un
proceso de hibridación entre lo ajeno y lo propio. Desde el siglo XIV, con las Crónicas,
expresión de la literatura del descubrimiento y la conquista, pasando por la literatura de
la colonia, hasta llegar la época de la independencia, se incorporan temas como la naturaleza,
el hombre, las luchas por la independencia, pero sigue sujeta a los cánones estéticos
heredados de Europa. Nuestra literatura fue así, un apéndice de la literatura europea.
Sin embargo, la dinámica de los conflictos propiamente americanos y su desenvolvimiento
histórico fue generando en los escritores una preocupación cada vez mayor para lograr una
literatura original.
Caso a finales del siglo XIX, la búsqueda de los escritores por encontrar un "lenguaje
propio" comienza a tomar forma. La originalidad de la literatura hispanoamericana no estalla
súbitamente sino que se va dando en un proceso en el que sufre fenómenos comunes:
caudillismos, mezcla de razas, influencia del paisaje, injusticias sociales, dictaduras, etc.
Se puede afirmar que actualmente existe una literatura hispanoamericana que expresa la
problemática del hombre frente a una realidad telúrica e histórica propia con sus variantes
regionales. En el siglo XX el escritor contemporáneo recupera los mitos y experiencias con el
lenguaje logrando originalidad y ubicando a la literatura hispanoamericana en el mismo nivel
de la literatura europea.
Hispanoamérica soportó la enajenación de sus riquezas, su libertad, su destino político por
mercaderes que veían sólo un medio de enriquecimiento en este continente. Les corresponde
a los pueblos de América superar la alineación y descubrir su identidad. La literatura es un
camino posible porque a través de ella el lector asume su tierra y sus conflictos y se siente
comprometido con el devenir histórico.

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PERIODOS DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA:
A continuación se le ofrece la evolución, a grandes rasgos, de la Literatura Hispanoamérica.
ÉPOCA

Fines del siglo XVIII y


Antes de 1492 Siglo XIV Siglo XXVII
comienzos del XIX

Precolombina Del descubrimiento y de la Del Barroco Del Neoclasicismo


conquista
LITERATURA

SIGLO XIX Fines del siglo XIX y principios del XX Siglo XX

Del Romanticismo Del Realismo Del Modernismo Del Vanguardismo


Gauchesca

3.1 LITERATURA PRECOLOMBINA

INTRODUCCIÓN
La Literatura Precolombina es una creación artística totalmente originada de un mundo
virgen no contaminado por la cultura oriental ni la occidental. El hombre precolombino se
preguntaba acerca de la vida, la muerte, el más allá, la existencia, y se expresaba con recursos
retóricos (metáforas, paralelismos, etc.). De la unión de las ideas religiosas, del ritual, de los
mitos, de las leyendas junto con la tendencia innata para crear belleza y expresar sentimientos
de la colectividad y los individuales, nació la Literatura Precolombina. En ella encontramos las
raíces de la literatura Hispanoamérica.
La actitud etnocentrista del conquistador español lo llevó a desvalorizar estas culturas
primitivas, en el sentido de primeras, no de incivilizadas.
Las juzgó inferiores porque no supo interpretar lo diferente. La cultura precolombina

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quedó así truncada y desconocida. El indio se encontró en una encrucijada: no podía
abandonar lo propio ni asimilar lo ajeno. Fue desposeído, discriminado y desvalorizado.
Recién a fines del siglo XIX, y más concretamente en el siglo XX debido a la labor de
arqueólogos y etnólogos se revaloriza el pasado indígena.
Nuestros escritores del siglo XX descubrieron que en los textos literarios precolombinos lo
mítico se mezclaba con la realidad en un proceso de interdependencia que en los indígenas
no estaba separado. Para ellos, esta simbiosis entre realidad y mito es la vida misma que
nosotros, con nuestra conciencia occidental lógica, no logramos comprender. Estos escritores
abrevaron en esos textos lo que les permitió una mirada sobre la realidad liberada de moldes
racionalistas.
3.2.| ¿QUÉ ES LA LITERATURA PRECOLOMBINA?

Se conoce como precolombina a la etapa de la historia de América anterior a la llegada


de los europeos. En 1492, cuando arribó la expedición de Cristóbal Colón, el territorio
americano sólo estaba habitado por pueblos aborígenes. Tres de estas culturas: la maya-
quiché, la azteca o náhualt y la inca o quechua que ocupaban, respectivamente, la península
de Yucatán, México y Perú- habían logrado un notable grado de desarrollo en la construcción
de grandes ciudades con imponentes edificios, en la realización de obras artísticas y en la

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implementación de importantes sistemas para favorecer los cultivos y el bienestar de sus
habitantes.

RASGOS COMUNES
La economía se centraba en la agricultura. Los incas, principales exponentes de esta
actividad, construyeron, en sus valles, andenes de cultivo, terrazas y canales de riego artificial.
La tierra era propiedad del estado y se explotaba comunalmente. El núcleo básico de la
sociedad estaba conformado por unidades territoriales y parentales. Los aztecas lo llamaban
calpulli y los incas ayllu.
La pirámide social era rígida y jerarquizada. Nobles sacerdotes, guerreros, funcionarios,
artesanos, comerciantes, campesinos, y esclavos se dividían tareas y privilegios. La
organización del estado adoptó la forma de Confederación o Imperio. Los aztecas
organizaron una confederación de ciudades - Tenochtitlán- Texcoco- Tlacopan- gobernada
por un emperador de Carácter electivo y vitalicio. Los incas estructuraron un imperio, unido
bajo el poder absoluto del Inca (heredero del sol). Practicaban el politeísmo. Adoraban dioses
antropozoomórficos, de la naturaleza y espirituales. Los aztecas poseían un complicado ritual
que incluía sacrificios humanos.
Construyeron grandes ciudades. Los mayas eximios, arquitectos levantaron allí
pirámides escalonadas, templos y altares en piedra. Trazaron rutas y caminos. El imperio Inca
estaba atravesado por dos caminos de norte a sur que partían desde el Perú hasta Chile y la
Argentina. Medían el tiempo y registraban sucesos. Los aztecas poseían un calendario que
dividía el año en 18 meses de 20 días cada uno. Los incas tenían un sistema de registro muy
desarrollado - el quipu- donde constaban estadísticas de población, de producción, y
también hechos trascendentes (guerras, fechas religiosas, etc.). La conquista española
interrumpió el proceso de la escritura. Muchos fueron los códices destruidos.

LOS PRIMEROS LIBROS


En la actualidad se cuestiona el concepto de literatura en relación con los pueblos
indígenas americanos. Solamente el pueblo maya poseyó una escritura jeroglífica de carácter
gráfico, que hasta la fecha no ha podido ser descifrada en su totalidad. Los únicos que podían
escribir, leer e interpretar eran los integrantes de la clase sacerdotal y algunos representantes
de la nobleza. Los textos que compusieron fueron esculpidos en piedra modelado en estucos
o pintados en murales, cerámicas o “libreos” (formados por tiras plegadas de papel hecho a
partir de la corteza interior de un árbol). Muchos de estos valiosos códices se perdieron al ser

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destruidos o quemados en el siglo XVI. Los pocos que llegaron al siglo XX han pasado por el
tamiz de la cultura europea como ocurrió en el Popol-Vuh, el libro sagrado de los mayas.

3.3. | LITERATURA INCA

Los incas no poseyeron una escritura silábica ni jeroglífica, pero hacían anotaciones en los
quipus o hilos con nudos, que sirvieron para realizar registros de cantidades y cuentas. Dice
el Inca Garcilaso de la Vega: “Hacían los nudos en hilos de diversos colores... Por los colores
sacaban lo que se contenía en aquel hilo”... Hubo una rica literatura oral compuesta por los
amautas (filósofos) y por los harauecos (poetas). Los primeros según el informe de Garcilaso,
compusieron “comedias” y “tragedias” que representaban delante de los reyes y de la
nobleza, durante los días y fiestas solemnes. Las tragedias trataban sobre hechos militares y
sobre las victorias de los reyes. Los temas de las comedias eran la agricultura y los sucesos
familiares. En poesía compusieron versos amorosos y transmitieron los hechos del pasado,
Parece que también compusieron fábulas de contenidos moralizadores. En la actualidad se
discute la existencia de estas obras.

LOS TEXTOS QUE SE HAN CONSERVADO


Hasta nosotros han llegado, por transmisión oral (recogida por algunos sacerdotes e
historiadores), mitos e himnos religiosos que manifiestan la creencia en un único Dios.
Algunas tradiciones referidas a importantes héroes de la comunidad sólo se registraron por
escrito en el siglo XVIII. Cuando José Gabriel Condorcanqui, gobernaba Perú con el nombre
de Túpac Amaru, se representó por primera vez la obra de teatro Ollantay, compuesta en
quechua. El argumento fue tomado por su autor (el padre Antonio Valdez, tal vez un mestizo
bilingüe) de una leyenda popular de origen prehispánico. A pesar de estar escrita en quechua,
se relaciona más con la temática del teatro del siglo de oro español, que con una pieza teatral
indígena.

LA LENGUA QUECHUA
Esta lengua pasó por etapas de censura y de revalorización. Un hecho importante que se
observa en los territorios habitados por los descendientes de los incas es el bilingüismo. El
castellano y el quechua se relacionaron desde los primeros momentos de la conquista; la
literatura ha dejado testimonios de estas relaciones. El castellano ocupó el lugar de la lengua
dominadora, en tanto que el quechua sufrió los avatares y las transformaciones propias de

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una lengua perteneciente a un pueblo dominado.
En el siglo XX destacados narradores y poetas han trabajado en sus textos la situación
de bilingüismo. Un ejemplo de esto aparece en Manchay Puytu, de Néstor Taboada Terán
“qenamanmin tukuchisaj waqaynywan waqanapaj...” (Convertido en quena por mis manos ha
de llorar mis propias lágrimas).

3.4.| LA CULTURA AZTECA

Los aztecas constituyeron una de las culturas más destacadas de la América precolombina. Hacia
el 1300 llegaron a la región central de México y en esa zona pantanosa levantaron una magnífica
ciudad, Tenochtitlán, desde la que fueron conquistando a los pueblos vecinos hasta formar un vasto
y poderoso imperio. A la cabeza estaba el emperador y, por debajo de él, una sociedad organizada
jerárquicamente por los nobles, el pueblo y los esclavos. Los pueblos vencidos tenían la obligación de
pagar fuertes impuestos que, por lo general, consistían en buena parte de sus cosechas.
El imperio se dividía en comunidades o calpullis, cuyos miembros tenían antepasados comunes.
Cada calpulli tenía su propio dios, un templo, tierras que se trabajaban en forma comunal y un
gobierno.
Los aztecas eran politeístas, es decir, adoraban a varios dioses relacionados con las fuerzas
naturales y con la fertilidad de la tierra. También creían en un dios todopoderoso, Quetzalcoatl, que
les había enseñado todo lo que sabían y al que representaban como una serpiente emplumada. En
ocasiones, en su honor ofrecían sacrificios humanos ya que consideraban que, de ese modo,
colaboraban para mantener el orden del universo.

LITERATURA AZTECA
Los aztecas desarrollaron un sistema de escritura muy diferente del nuestro, con pictogramas o
dibujos que representaban los objetos y sus ideas. Escribieron parte de la historia de su pueblo en
largos rollos de pergamino, llamados códices, donde también consignaron sus creencias religiosas,
sus actividades comerciales y otras cuestiones administrativas del imperio. Como verá, no tuvieron
por costumbre conservar por escrito sus textos literarios, los que se transmitieron en forma oral al
igual que sus leyendas. Muchas de ellas están centradas en el origen divino de los alimentos
primordiales para los aztecas, como el maíz y el cacao. Esas leyendas se conservan en la actualidad
gracias a los relatos que los conquistadores españoles realizaron sobre sus actividades en el Nuevo
Mundo. Hoy se atesoran dieciocho códices con imágenes pintadas sobre papel de amate o
pieles de venado o de jaguar, pertenecientes a la época prehispánica de las culturas náhuatl
y mixteca.

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La mayoría de ellos están guardados en bibliotecas o instituciones europeas y sólo
unos pocos se conservan en México. No se puede precisar la fecha de su composición, pero
el más antiguo parece provenir del año mil después de Cristo. Los indígenas se apresuraron
a rehacer sus manuscritos cuando éstos fueron destruidos, para no olvidar la historia de su
nación. Utilizaron la escritura latina que habían aprendido de los misioneros, para reproducir
sus tradiciones, sus mitos, cantares, las genealogías de sus gobernantes y también, para
contar su trágica versión sobre la conquista de los españoles. Durante los primeros años de
la conquista, Cortés encontró algunos de estos códices y los envió a Europa, donde fueron
considerados como verdaderos tesoros por los humanistas del Renacimiento. Casi de
inmediato, comenzó la destrucción sistemática de estos documentos, pues se los acusó de
poseer contenidos demoníacos. Incluso se organizaron durante el siglo XVI, autos de fe en
los que eran quemados, junto con los indígenas que los habían guardado.

CONSERVACIÓN DE LOS CÓDICES


Algunos sacerdotes se preocuparon por la conservación de los códices. Fray Bernardino de
Sahagún (1499-1590) registró los relatos de informantes indios en lengua náhuatl. Así lo
recuerda Miguel Ángel Asturias: “Un fraile carilargo... cejas pobladas en arco amplio hasta las
sienes, nariz ganchuda, poco mentón, ojos muy abiertos, está rodeado en Tepepulco, por los
años 1558 y 1560 de doce ancianos algo así como los doce apóstoles de la poesía indígena,
y recoge de los labios de estos hombres viejos, ayudado por jóvenes que copiaban al pie de
las pinturas los Cantares de los Dioses...”

ACTIVIDAD DE COMPROBACIÓN N° 1

1) Lea atentamente la siguiente leyenda azteca


Ixtaccihuatl, desde hacía mucho tiempo, le
pertenecía a Popocatepetl. Los dos jóvenes
solo eran felices cuando estaban juntos y, al
anochecer, la luna los encontraba abrazados,
Los enamorados susurrándose en las sombras el sueño de
casarse y tener hijos. Cada vez que se
(Inspirada en una leyenda de México)
despedían, la muchacha se quitaba la
Antes de la llegada de los españoles a guirnalda de flores de yoloxochitl con que
América, el imperio de los aztecas era uno de siempre adornaba su cabellera, y se la
los más importantes y poderosos de México. entregaba a Popocatepetl. Así, el joven se
Otros pueblos que vivían en esas tierras ricas dormía acariciando los pétalos blancos en
y vastas debían rendirle tributo, aun a costa de forma de corazón y aspirando la húmeda

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empobrecerse. Y aunque muchos en secreto fragancia que le recordaba a su amada. Como
se rebelaban contra esos impuestos injustos, temían que el rey no aprobara su amor, aún
nadie se atrevía a desafiar al gran imperio, que no se lo habían confesado. Pero la guerra
año tras año aumentaba su esplendor. inminente les daba la oportunidad de hacer
Pero ocurrió que el rey de Tlaxcalaj uno de
realidad su sueño. Por eso, antes de partir,
los pueblos sometidos a la dominación azteca,
Popocatepetl le pidió al rey la mano de su hija.
cansado de la opresión, decidió sublevarse.
El rey miró a los dos jóvenes y, al ver cómo
Sabía que la guerra sería terrible; sin embargo
brillaban los ojos del guerrero y los de la
confiaba en sus hombres, que estaban
princesa, comprendió cuánto se amaban. Y
dispuestos a morir para liberar a su pueblo.
entonces sonrió.
Sobre todo confiaba en Popocatepetl, el más
-Si regresas victorioso -le dijo a
joven y el más valiente de todos sus guerreros.
Popocatepetl-, Ixtaccihuatl será tuya.
A él le encomendó que guiara a sus huestes en
Fue una dolorosa despedida. A pesar del
la batalla. Popocatepetl aceptó el honor con
entusiasmo de Popocatepetl, Ixtaccihuatl no
inmensa alegría, no solo porque le enorgu-
podía ocultar su miedo.
llecía dirigir a sus compañeros, sino porque
-Amado mío, la batalla será feroz y temo por
amaba a Ixtaccihuatl, la única hija del rey.
ti. Mi vida no tiene sentido, si no estás
Cuentan que no existió en México una
conmigo.
princesa más bella que Ixtaccihuatl, tan
-Regresaré a tu lado -la tranquilizó él
hermosa era que parecía una flor. Muchos
acariciando su rostro-. Traeré el triunfo para
jóvenes suspiraban por ella, pero el corazón de
nuestro pueblo y ya nada podrá separarnos.
-Que los dioses te protejan, amor mío -
susurró la princesa para espantar el oscuro
presagio que le anudaba el alma.
Durante dos lunas pelearon aztecas y
tlaxcaltecas. Aunque los guerreros del imperio
los superaban en número, nada parecía
detener el ardor de los hombres de Tlaxcala,
que luchaban por su libertad. Ni daban ni
pedían tregua. No sentían ni hambre ni sed.
No los doblegaba ni el frío ni el cansancio.
Guiados por Popocatepetl, el más valeroso de
todos, derrotaron una y otra vez a sus
enemigos, que retrocedieron a atrincherarse
en el lago de Texcoco, frente a las murallas
de Tenochtitlán. Cientos y cientos de soldados
murieron en la batalla final. La tierra del valle
bebió la sal derramada y el cielo se oscureció
con espesos nubarrones, como si se vistiera
de luto, mientras las monta repetían con un
siniestro eco los gritos de guerra de los
vencedores y los alaridos desesperados de los
vencidos. Los guerreros de Tlaxcala habían
triunfado y busca a Popocatepetl. Por todas
partes había cuerpos salvajemente mutilados,
rostros deshechos por el espanto de enfrentar
a la muerte, cadáveres irreconocibles de
hombres de ambos bandos, abrazados por el
mis trágico destino. El temor de que
Popocatepetl hubiera fallecido empañó la

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alegría de la victoria. Y hasta bien entrada la
noche, los tlaxcaltecas intentaron halla
valiente joven. Mientras un primer grupo de
hombres volvía a Tlaxcala para llevar la noticia
Popocatepetl besó las lágrimas de Ixtaccihuatl del triunfo, más leales a Popocatepetl
y ella se quitó del cabello la guirnalda de flores continuaron buscándolo estaban por perder
blancas de yoloxochitl y se la entregó. las esperanzas, cuando lo encontraron, herido
-Las guardaré siempre junto a mi corazón - y sudoroso, apretando contra su pecho una
le prometió el joven enamorado-, para que guirnalda de flores marchitas de yoloxochitl y
alivien la pena de estar lejos de ti. repitiendo febril el nombre de Ixtaccihuatl. Al
Los valerosos guerreros partieron agitando amanecer, recuperados del enorme esfuerzo,
las temibles lanzas y los afilados machetes de Popocatepetl y sus hombres emprendieron el
obsidiana, y enarbolando los estandartes camino de regreso a Tlaxcala. Nadie sabe qué
tlaxcaltecas. Todo el pueblo los aclamaba. sucedió entonces. Algunos dicen que los
Desde lo alto de la colina, Popocatepetl giró primeros guerreros, que habían partido antes
por última vez para saludar a su amada. de que Popocatepetl fuera hallado por sus
Ixtaccihuatl se quedó de pie viendo cómo se fieles seguidores, dijeron en Tlaxcala que el
alejaban, hasta que desaparecieron más allá joven no había sobrevivido. Otros aseguran
del incierto horizonte.
que fueron los que envidiaban a Popocatepetl Ixtaccihuatl en sus brazos y salió del templo.
los que difundieron la falsa noticia. Lo cierto es Atravesó la ciudad y se dirigió a las colinas.
que Ixtaccihuatl escuchó que la muerte le Nadie lo detuvo.
había arrebatado a su amado y algo se quebró Al llegar a un valle solitario, tendió el cuerpo
dentro de ella. Se puso pálida, sintió que las de Ixtaccihuatl sobre la hierba y lo cubrió con
fuerzas la abandonaban y cayó al suelo des- flores blancas de yoloxochitl. Luego encendió
mayada. Nunca recobró el sentido. Ni los una antorcha y les rogó a los dioses que se
sabios ni los hechiceros que fueron apiadaran de su dolor y le permitieran
convocados de inmediato pudieron salvarla. quedarse para siempre junto a su amada,

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La princesa, hermosa como una flor, se alumbrando su sueño eterno.
marchitó de pena y se quedó dormida para Dicen que, en ese momento, la tierra se
siempre. estremeció, el cielo se volvió todo negrura y se
Cuando Popocatepetl llegó a Tlaxcala, no desató una tempestad de la que no hablaban
lo recibió un pueblo feliz que alababa su los ancianos en sus tradiciones orales. Una
victoria. No había ni aplausos ni sonrisas y un tormenta que no había sido predicha por los
negro presentimiento se anudó en la garganta adivinos. Un cataclismo que no estaba
del joven. inscripto en los códices de los sabios.
El rostro del rey confirmó sus sospechas. Retumbaron los truenos ensordecedores,
-Hijo mío -le dijo-, nuestra flor se ha brillaron relámpagos que enceguecían,
marchitado antes de tiempo. Creíamos que cayeron piedras de fuego y un viento pavoroso
habías muerto y ella no pudo soportarlo. aulló toda la noche.
Popocatepetl no podía creer lo que le Al amanecer, cuando volvió la calma, allí
decía. No podía entender por qué los dioses donde antes hubo un valle, se erguían dos
lo castigaban de ese modo. volcanes cubiertos de nieve. Uno de ellos
Cuando lo condujeron al templo donde tiene la silueta inconfundible de una mujer
yacía el cuerpo de su amada, el joven guerrero recostada sobre un sepulcro de flores blancas.
se arrodilló junto a ella y lloró. Lloró sin En memoria de la hermosa princesa, el volcán
consuelo hasta que se le secó el alma. recibió el nombre de Ixtaccihuatl, que significa
Entonces, con infinita ternura, tomó a en idioma azteca "mujer dormida". El segundo
volcán, más alto y todavía humeante, dibuja
contra el cielo la figura de un guerrero
orgulloso y altivo y parece estar allí cuidando
a la otra montaña. En honor al joven
enamorado, lo llaman Popocatepetl, que
significa "montaña que humea" porque suele
salir humo de su inmenso cráter, el de la
antorcha de Popocatepetl que sigue allí
velando el sueño de su amada y que no
pueden apagar ni los más feroces huracanes,
porque es tan eterna como su amor.

VERSIÓN DE LILIANA CINETTO.

GLOSARIO

yoloxochitl. Arbusto con flores blancas marfil formadas por pétalos envueltos en forma de
corazón. Según refiere la leyenda, esta planta cura los padecimientos del corazón con la
infusión preparada con uno o dos pétalos de sus flores.
obsidiana. Mineral volcánico vitreo, de color verde oscuro o negro, que los pueblos
originarios americanos usaban para hacer armas cortantes, flechas y espejos.
Texcoco. Lago sobre el que los aztecas levantaron su ciudad capital, Tenochtitlán,
construyendo islotes que fijaban con raíces de árboles y plantas al fondo del lago. Desde
entonces se fue desecando y prácticamente no existe en la actualidad.

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1) a) ¿Quiénes son los enamorados y a qué pueblo pertenecen?
b) ¿En qué lugar se desarrollan las acciones?
c) ¿Qué hecho legendario se relata? ¿Que intenta explicar ese hecho?
Ordene estas acciones colocando números dentro de los cuadratines:

 Reacción de Ixtaccihuatl.
 Declaración de guerra.
 Desaparición de Popocatepetl.
 Transformación de los enamorados en volcanes.
 Batalla final
 Pedido de la mano de la hija del rey.
 Regreso de Popocatepetl.
 Partida a la guerra.
 Ruego a los dioses.
2) Marque con una X los elementos de la cultura azteca que están presentes en "Los
enamorados".
Los aztecas...
____ eran politeístas. ____ formaron un gran imperio.
____ eran un pueblo guerrero. ____ sometían a los pueblos vecinos.
____registraban su historia en los códices. ____ conservaban su literatura oralmente.


3.5. | LA CIVILIZACIÓN MÁS DESARROLLADA: LOS MAYAS


La civilización más antigua fue la de los mayas, quienes habitaron en una región que en la
actualidad forma parte de Guatemala, Honduras, Belice, y el sur de México. Tuvieron su época
de esplendor entre el siglo III y el IX d. C.

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Los antiguos mayas en ciudades Estados independientes entre sí. Cada una tenía su propio
gobierno, pero compartían la lengua, la escritura, las creencias y muchas costumbres; y a
veces se unían ante algún conflicto. La base de su economía era la agricultura y su principal
cultivo, el maíz. Sus avanzados conocimientos científico les permitieron no sólo inventar un
sistema de numeración muy exacto -que incluía el cero- y un tipo de escritura jeroglífica para
registrar hechos importantes, sino también idear dos calendarios distintos observando el
movimiento de los astros.
La vida de los mayas estaba regida por la religión y sus ciudades eran verdaderos centros
ceremoniales. Adoraban a muchísimos dioses con oraciones, ayunos y hasta sacrificios de
animales y de humanos. Sus dioses encarnaban la fuerza de la naturaleza, como el rayo o la
lluvia, y los elementos primordiales, como el agua, el fuego, el aire y la tierra. Podrían tener
formas humanas, animales, vegetales y astrales. El dios principal era Hunab, el que
consideraban dios de los dioses y creador del universo.
El trabajo minucioso de los arqueólogos en los restos de las distintas ciudades mayas ha
sido fundamental para poder reconstruir su religión y su cultura. Una fuente importante para
el reconocimiento de los relatos mayas sobre el origen del mundo y el desarrollo de su
civilización son los libros sagrados que se han conservad hasta la actualidad. Un ejemplo es
el Popol Vuh o Libro del Consejo del que, en este módulo, se va a analizar un fragmento y
comparar con otros textos.

EL POPOL VUH

El "Popol Vuh", "Las antiguas Historias del Quiché", es el libro sagrado de los indios quichés
que habitaban en la zona de Guatemala.
Se explicaba en él el origen del mundo y de los indios mayas. También se relataba la
historia de todos los soberanos.
Se puede señalar que hay allí una conjunción de religión, mitología, historia, costumbres y
leyendas. Es esencialmente una descripción del conjunto de tradiciones mayas de quienes
habitaban la región guatemalteca; pero también aparecen agregadas algunas ideas cristianas,
lo que hace suponer que el autor conocía a misioneros católicos. No se conoce el nombre
del autor pero por datos sacados del contenido de la obra, se supone que ha sido escrito
hacia 1544.
Fue escrito originalmente en piel de venado, posteriormente trascripto en 1542 al latín por

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Fray Alonso del Portillo de Noreña.
La versión española fue realizada sobre este último texto en el siglo XVIII (1701) por el
fraile dominico Francisco Ximénez que se había establecido en Santo Tomás
Chichicastenango. Y "Popol Vuh" lo llamó un estudioso de temas americanistas, que en el
siglo XIX lo tradujo al francés, Charles Etienne Brasseur de Bourbourg.
 El significado de los términos que conforman el nombre es:
Popol: Palabra maya que significa reunión, comunidad, casa común, junta.
Vuh: Libro, papel, árbol de cuya corteza se hacía el papel.

 Para los Quichés de Guatemala, hombres del bosque o de los magueyes, el Popol Vuh
es una Biblia.

 En el libro se distinguen tres partes:


1. La primera es una descripción de la creación del mundo y del origen del hombre, que
después de varios fracasos fue hecho de maíz, el alimento que constituía la base de su
alimentación.
2. La segunda parte trata de las aventuras de los jóvenes semidioses Hunahpú e
Ixbalanqué que termina con el castigo de los malvados, y de sus padres sacrificados por los
genios del mal en su reino sombrío de Xibalbay.
3. La tercera parte es una historia detallada referida al origen de los pueblos indígenas de
Guatemala, sus emigraciones, su distribución en el territorio, sus guerras y el predominio de
la raza quiché sobre las otras hasta poco antes de la conquista española. Describe también la
historia de los Reyes y la historia de conquistas de otros pueblos.

Popol Vuh

E ntonces no había ni gente, ni animales, ni


árboles, ni piedras, ni nada. Todo era un erial
desolado y sin límites. Encima de las llanuras el
espacio vacía inmóvil; en tanto que, sobre el
caos, descansaba la inmensidad del mar. Nada
estaba junto ni ocupado. Lo de abajo no tenía
semejanza con

lo de arriba. Ninguna cosa se veía de pie. Solo

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se sentía la tranquilidad sorda de las aguas, las
cuales parecía que se despeñaban en el
abismo. En el silencio de las tinieblas vivían los
dioses Tepeu, Gucumatz y Hurakán, cuyos
nombres guardan los secretos de la creación,
de la existencia y de la muerte, de la Tierra y de
los seres que la habitan.
Cuando los dioses llegaron al lugar donde
estaban depositadas las tinieblas, hablaron
entre sí, manifestaron sus sentimientos y se
pusieron de acuerdo sobre lo que debían
hacer.
Pensaron cómo harían brotar la luz, la cual
recibiría alimento de eternidad. La luz se hizo siembra será fecunda por el rocío del aire y por
entonces en el seno de lo increado. [... ] Los la humedad subterránea. Los árboles crecerán,
dioses propicios vieron luego la existencia de se cubrirán de flores y darán fruto y esparcirán
los seres que iban a nacer; y ante esta certeza la semilla. De los frutos cosechados comerán
dijeron: los pobladores que han de venir. Tendrán de
-Es bueno que se vacíe la tierra y se este modo igual naturaleza que su comida.
aparten las aguas de los lugares bajos, a fin de [... ]
que estos puedan ser labrados. En ellos la
Así quedó resuelta la existencia de los Después de decir tales palabras, empezaron
campos donde vivirían los nuevos seres. a formar, con barro húmedo, las carnes del
Entonces se apartaron las nubes que llenaban nuevo ser que imaginaban. Lo modelaron con
el espacio que había entre el cielo y di tierra. cuidado. Poco a poco lo hicieron sin descuidar
Debajo de ellas y sobre el agua de la superficie, detalle.
empezaron a aparecer los montes y las Cuando estuvo completo entendieron que
montañas que hoy se ven. tampoco, por desgracia, servía: estos muñecos
Dijeron entonces los dioses: no podían permanecer de pie, porque se
-No es bueno que los árboles crezcan desmoronaban, deshaciéndose en el agua. Sin
solos, rodeados de sombras; es necesario que embargo, el nuevo ser tuvo el don de la palabra.
tengan guardianes y servidores. Los muñecos hablaron, pero no tuvieron
De esta manera decidieron poner, debajo conciencia de lo que decían; y así ignoraron el
de las ramas y junto a los troncos enraizados sentido de sus palabras. Los dioses
en la tierra, a las bestias y a los animales, los contemplaron con tristeza a aquellos seres
cuales obedecieron al mandato de los dioses, frágiles y dijeron:
pero vagaban sin orden ni concierto, -¿Cómo haremos para formar otros seres que
Tropezándose con las cosas que encontraban de veras sean superiores, oigan, hablen,
a su paso. Parecían mudos, como si en sus comprendan lo que dicen, nos invoquen y sepan
gargantas hubieran muerto las voces lo que somos y lo que siempre seremos en el
inteligentes. Solo supieron gritar, según era tiempo?
propio de la clase a la que pertenecían. En silencio y meditación quedaron, mientras
se desarrollaban las manifestaciones tremendas
Entonces, después de tomar consejo, los de la noche. Entonces la luz de un relámpago
dioses se dirigieron de nuevo a las bestias, a iluminó la conciencia de la nueva creación.
los animales ya los pájaros, de esta manera: Los nuevos seres fueron hechos de madera
-Por no haber sabido hablar conforme a lo para que pudieran caminar con rectitud y
ordenado, tendrán distinto modo de vivir y firmeza sobre la faz de la Tierra.
diversa comida. Ya no vivirán en comunión Las estatuas formadas parecían
plácida; cada cual huirá con su semejante, verdaderas gentes; se juntaron y se acoplaron

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temeroso de su inquina y de su hambre y en grupos y, al cabo de un tiempo, procrearon
buscará lugar que oculte su torpeza y su miedo. hijos. Pero en sus relaciones dieron muestras
Así lo harán. Y aún más: por no haber hablado de no tener corazón ni sentimientos. No
ni tenido conciencia de quiénes somos podían entender que eran seres venidos a la
nosotros, ni dado muestra de entendimiento, Tierra por voluntad de los dioses. Hablaban,
vuestras carnes serán destazadas comidas. tenían conocimiento de lo que decían, pero no
Entre ustedes mismos se triturarán y comerán había en sus palabras ni expresión ni
los unos a los otros, sin repugnancia. Este y no sentimiento. Por esta causa también fueron
otro será vuestro destino, porque así condenados. Cuando menos lo esperaban,
queremos por justicia: que sea. [...] vino sobre ellos una lluvia de ceniza que opacó
Los dioses idearon entonces nuevos seres su existencia. La ceniza cayó sobre sus
capaces de hablar y de recoger, en hora cuerpos, violenta y constante, como si fuera
oportuna, el alimento sembrado y crecido en la arrojada con furia por mano fuerte y desde
tierra. arriba. Luego los dioses dispusieron que la
Por esto dijeron: tierra se volviera a llenar de agua. Esta
-Recordemos que los primeros seres que inundación, que duró muchas lunas, lo
hicimos no supieron admirar nuestra destruyó todo.
hermosura y ni siquiera se dieron cuenta de Todavía los dioses hicieron nuevos seres con
nuestro resplandor. Veamos si, al fin, nueva sustancia natural. De tzité fue hecho el
podemos crear seres más dóciles a nuestro hombre; de espadaña, la mujer; pero tampoco
intento. correspondieron estas figuras a la esperanza
de sus creadores. Vinieron enseguida otras horizonte empezaron a notarse vagas y tenues
fieras no menos crueles que se cebaron en sus luces, dijeron:
despojos. [... ] -Esta es la hora propicia para bendecir la
Sucedió que, a raíz de esto, se oscureció la comida de los seres que pronto poblarán estas
Tierra con oscuridad grande y de mucho miedo, regiones.
como si descendiera sobre lo creado un manto
espeso y poblado de tinieblas. En medio de esta Y así lo hicieron. Bendijeron la comida que
desolación, y ante los sobrevivientes que se estaba regada en el regazo de aquellos parajes.
debatían con angustia de muerte, casi sin Después dijeron oraciones cuya resonancia fue
esperanzas de salvación, se presentaron esparciéndose sobre la faz de lo creado. [... ] Al
pequeños seres, cuya alma había sido invisible tiempo que sucedía esto faltaba poco para que
hasta entonces. Irritados, vociferando, se pu- el Sol, la Luna y las estrellas aparecieran
sieron a decir voces terribles y altivas. [... ] en el cielo De lugares ocultos, cuyos
Las piedras de moler dijeron: nombres se dicen en las crónicas, bajaron,
-Ustedes nos gastaron; día a día; desde el hasta los sitios propicios, el Gato, la Zorra,
amanecer hasta la noche, nos estuvieron El Loro, la Cotorra y el Cuervo. Estos
rascando y amolando. Ya vemos, al cabo del animales trajeron la noticia de que las
tiempo, que no merecían nada. Ahora llegó el mazorcas de maíz amarillo, morado y
tiempo de nuestra venganza. blanco estaban crecidas y maduras. Por
Y luego los perros dijeron: estos mismos animales fue descubierta el
-¡Cuántas veces, por culpa de ustedes, no agua que sería metida en las hebras de la
probamos bocado, ni lamimos hueso, ni carne de los nuevos seres. Pero los dioses
bebimos sorbo de agua, ni logramos, para la metieron primero en los granos de
dormir, un rincón de tierra fresca; y muertos de aquellas mazorcas. Cuando todo lo que se
hambre y de sed, desfallecidos, con la lengua dice fue revelado, fueron desgranadas las
afuera, nos quedamos como trastos inservibles mazorcas, y con los granos sueltos,
en el basurero de la choza! ¡Ahora los desleídos en agua de lluvia serenada,
devoraremos! hicieron las bebidas necesarias para la
Cuando aquellos conatos humanos oyeron creación y para la prolongación de la vida

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tanta acusación, espantados, temblorosos, se de los nuevos seres. Entonces los dioses
juntaron como mazorcas tiernas. Como labraron la naturaleza de nuevos seres.
pudieron, azorados, atropellándose, subieron Con la masa amarilla y la masa blanca
sobre los techos de las casas, pero los formaron y moldearon la carne del tronco,
armazones y las vigas se hundieron; treparon de los brazos y de las piernas. [... ] Cuatro
en los árboles, pero las ramas se quebraron; gentes de razón no más fueron
entraron en las cuevas, pero las paredes se primeramente creadas así. Luego de que
derrumbaron. Los pocos que no sufrieron estuvieron hechos cuerpos y quedaron
quebranto, como recuerdo de la simpleza de completos y torneados sus miembros y
sus corazones, se transformaron en monos. dieron muestras de tener movimientos
Estos se fueron por ahí y se perdieron en el apropiados, requirió para que pensaran,
monte. Por esta causa los monos son los únicos hablaran, vieran, sintieran, caminaran y
animales que semejan y evocan la forma de los palparan lo que existía y se agitaba cerca
primitivos seres humanos de la tierra quiche. de ellos. Pronto mostraron la inteligencia
Entonces los dioses se juntaron otra vez y de que estaban dotados, porque, en
trataron acerca de la creación de nuevas gentes, efecto, como cosa natural que salió de sus
las cuales serían de carne, hueso e inteligencia. espíritus, entendieron y supieron cuál era
Se dieron prisa para hacer esto porque todo la realidad que los rodeaba. Estos seres
debía estar concluido antes de que amane- fueron Balam Quitzé, Balam Acab,
ciera. Por esta razón, cuando vieron que en el Mahucutah e Iquí Balam. Balam Quitzé
habló en nombre de los demás, de esta orden fecundo de la creación. Y a fin de
manera: que estas gentes no estuvieran solas, los
-Nos han dado la existencia; por ello dioses crearon otras de sexo femenino.
sabemos lo que sabemos y somos lo que [... ]
somos; por ella hablamos y caminamos y
conocemos lo que está en nosotros y
fuera de nosotros. Es de esta manera
cómo podemos entender lo grande y lo
pequeño y aun lo que no existe o no está
revelado delante de nuestros ojos. [... ]
Pero ha de saberse que los dioses no
vieron con agrado las consideraciones
que de su propio saber hicieron, con
tanta franqueza, los nuevos seres. Por
eso los dioses conversaron entre sí:
-[... ] Es preciso limitar sus facultades.
Así disminuirá su orgullo. Los desmanes
que cometan serán de menos alcance. Si
los abandonamos y llegan a tener hijos,
estos, sin duda, percibirán más que sus De esta suerte Balam Quitzé y los
abuelos y habrá un momento en que otros abuelos resultaron ser el principio
entiendan lo mismo que los propios de las gentes que luego vivieron y se
dioses. Por esto es preciso reformar sus desarrollaron durante las
deseos y sus sueños, para que no se peregrinaciones y el asiento de las tribus
aturdan ni envanezcan cuando se abra del quiche.
en el horizonte la claridad del día que ya ANÓNIMO.
viene. Si no se hace esto pretenderán, en Popol Vuh. México, Editorial Dante,
su locura y desvío, ser tanto o más que 1990. Fragmento.
nosotros mismos. Estamos a tiempo para

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evitar este peligro, que será fatal para el

GLOSARIO

Erial: terreno sin cultivar ni lavar.


Inquina: Antipatía o mala voluntad hacia alguien.
Destazadas. Cortadas en trozos.
tzité. Árbol cuyo fruto es una vaina que encierra unos granos rojos parecidos al poroto
colorado.
Espadaña. Planta de hojas con forma de espada, de tallo largo con una mazorca
cilíndrica al extremo que, cuando se seca, suelta una pelusa blanca y pegajosa.
Conatos. Intentos.
Quebranto. Pérdida o daño grandes.
Quiche. Pueblo maya que vivió en territorios de la actual Guatemala.
TRABAJO PRÁCTICO EVALUATIVO5
ACTIVIDADES:

Es una condición propia del ser humano y, por ende, de toda civilización, preguntarse
sobre el origen o el sentido del universo circundante. Para dar respuesta a ese interrogante,
recurre a la elaboración de narraciones que, de alguna manera, representan el sentido que
una sociedad le otorga al mundo.Al conjunto de relatos que explican el sentido de esa
sociedad o de un pueblo se lo llama mitología e incluye todos los tipos de mitos que
conforman su cultura. Los mitos cosmogónicos dan cuenta de la aparición del universo y
de los seres humanos. Aunque los pueblos antiguos eleboraron sus cosmogonías a partir de
sus propias tradiciones y con diferentes objetivos, los relatos tienen, en culturas muy
diferentes, elementos en común.
El presente Trabajo Práctico consiste en comparar tres mitos cosmogónicos de culturas
distintas: mayas, judeocristiana y griega. El objetivo es leer y e interpretar los relatos para
luego analizarlos y encontrar elementos en común.

Teniendo en cuenta la lectura del Popol Vuh responder el siguiente cuestionario de


comprensión elctora:

1) ¿Cuál es el significado del término Popol Vuh?

2) ¿Cómo era la tierra antes de la creación del hombre?

3) ¿En qué orden fueron creándose las cosas? Enuméralas.

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4) ¿Qué criaturas se crearon primero? ¿Cuál es el don que se les dio? ¿Cuál fue su
destino final? Complete el cuadro con sus conclusiones:

CREACIÓN RESULTADO CONSECUENCIAS

5 Este trabajo práctico deberá realizarse prolijamente y se entregará para ser corregido. se le asignará una nota numérica
que al finalizar el módulo se promediará con otros trabajos y/o evaluaciones. Su realización es fundamental para aprobar
el módulo.
Hombre de madera

5) ¿Quiénes fueron los “abuelos” y por qué los dioses quisieron limitar sus acciones?
¿Cuántos y cuáles fueron los intentos que realizaron los dioses para crear al hombre?
¿Por qué fracasaban cada uno de ellos? ¿De qué modo fueron destruidos?
6) ¿Qué seres surgieron de los hombres de madera?

 Lea el siguiente fragmento basado en El génesis y adapatado por Graciela Cabal:

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6

LA CREACIÓN7
En el principio Dios creó el cielo y la tierra. Vacía y desolada estaba la tierra. Todo era confusión,
caos, tristeza.
Y las tinieblas cubrían los abismos.
Pero, encima de las aguas, aleteaba el espíritu de Dios. Entonces dijo Dios: "Quiero que se haga
la luz".
Y la luz se hizo.
Dios vio que la luz era buena y la separó de la oscuridad.
Y a la luz la llamó "día". Y a la oscuridad, "noche".
Así terminó la primera jornada.

6 Génesis significa "comienzo". El Génesis se divide en dos partes: la primera se inicia con la Creación y llega hasta
Abraham. La segunda narra la historia de los patriarcas.
7 La obra de Dios es ordenada: va de las primeras formas rudimentarias de vida hasta culminar en el hombre, Rey de la
Creación.
Después dijo Dios: "Quiero que haya un firmamento que divida las aguas de arriba de las aguas
de abajo"8.
Y el firmamento se hizo. Y Dios lo llamó "cielo".
Así terminó la segunda jornada.

Después dijo Dios: "Quiero que las aguas de abajo se junten y dejen lugar para que aparezca el
suelo seco".
Y las aguas de abajo se juntaron y apareció el suelo seco.
Y Dios llamó "mares" a las aguas y "tierra" al suelo seco.
Y vio Dios que era bueno.
Entonces dijo Dios: "Quiero que en la tierra crezca el pasto y plantas con semilla y árboles
frutales, con frutos que contengan su semilla".
Y todo fue como Dios lo quiso.
Y vio Dios que era bueno. Así terminó la tercera jornada.

Después dijo Dios: "Quiero que en el cielo haya grandes lámparas que sirvan para separar la
noche del día, y las estaciones, una de otra, y los días, uno de otro, y los años, uno de otro."
Y así fue: una lámpara enorme, el sol, iluminó el día.
Y otra lámpara más chica, la luna, brilló en la noche.
Y junto a la luna brillaron las estrellas.
Y vio Dios que era bueno. Así terminó la cuarta jornada.

Después dijo Dios: "Quiero que las aguas se llenen de seres vivos. Y que las aves vuelen sobre
la tierra."
Y entonces creó a todas las especies que viven en las aguas, desde las más pequeñas hasta las
más gigantescas.
Y también creó a todas las aves.
Y vio Dios que era bueno.
Y dio su bendición a los animales y les dijo que crecieran y se multiplicaran y poblaran los mares
y la tierra.

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Así terminó la quinta jornada.
Después dijo Dios: "Quiero que la tierra se llene de reptiles y fieras salvajes y toda clase de
animales."
Y los creó.
Y vio Dios que era bueno.
Entonces dijo Dios: "Hagamos al hombre, a nuestra imagen y semejanza. Y sea el hombre el
dueño y señor de los peces del mar, de las aves del cielo, de los animales de la tierra."
Y Dios creó al hombre.
Varón y mujer los creó.
Y después de crearlos, les dio su bendición y les dijo que se multiplicaran y poblaran la tierra.
Y también les dijo que se alimentaran de las plantas y de los frutos9. Y que los animales se
alimentaran del pasto verde.
Y miró Dios todo lo que había hecho y vio que era bueno, muy bueno.
Así terminó la sexta jornada.
Mucho había trabajado Dios. Entonces el día séptimo descansó.
Y bendijo este día Dios. Y lo hizo un día santo.
Y Así fueron creados los cielos, la tierra, y todo lo que en ellos existe.

8 En esa época se creía que la Tierra era plana y estaba apoyada en columnas que se hundían en las aguas de abajo.
Por arriba de la Tierra se extendería el cielo o firmamento, de donde colgaban el sol, la luna y las estrellas. Y arriba del
firmamento estarían las aguas superiores, origen de las lluvias.
9 Dios parece no querer la muerte de ninguna de sus criaturas. Tampoco la de los animales, ni siquiera para que el

hombre se alimente de ellos.


A los pocos días, Dios pensó que sería
bueno darse una vuelta para ver cómo
ADÁN Y EVA EN EL PARAÍSO estaba Adán.
Algo tristón lo encontró. ¡Tan sólito su alma
Dios creó a Adán10. en medio del deslumbrante paraíso...!
Primero fabricó arcilla, con polvo de la tierra Entonces Dios movió la cabeza como
y agua del manantial. diciendo:
Y después empezó a modelarlo. "Ay, ay, ay... Aquí me anda faltando algo..."
Cuando su hombrecito estuvo terminado, Y lo que dijo fue:
Dios se alejó un poco para mirarlo bien, -¡No es bueno que el hombre esté solo! ¡No
como hacen los artistas. y no!
— ¡Lindo! —dijo Dios.
Pero pensó que todavía faltaba lo más
importante.
Entonces acercó su cara a la cara de Adán
y, echándole su poderoso aliento, le dio la
vida11.
Ahora sí. Ahora Adán era todo un hombre.

Para que Adán viviera feliz, Dios le hizo un


jardín maravilloso, el Paraíso. (En el lugar
llamado Edén, allá en Oriente, se lo hizo. )
Y lo llenó de árboles. Arboles hermosísimos
de ver y cargados de frutos deliciosos.
En medio del Paraíso, dos árboles llamaron
la atención de Adán: eran el Árbol de la
Vida12 y el Árbol de la Ciencia del Bien y del
Mal13.
-Te doy este jardín para que lo cuides y lo
cultives -le dijo Dios a Adán, con una
sonrisa-. Y también para que te alimentes
con los frutos de los árboles.
Pero en seguida Dios se puso serio y
agregó:
-Sólo te pido una cosa, Adán: ¡ni se te ocurra
probar los frutos del Árbol de la Ciencia del Y después pensó:
Bien y del Mal! ¿Me escuchaste bien? "Haré alguien parecido al hombre, para que
"Sí", dijo Adán con la cabeza, porque estaba lo ayude y le haga compañía."
muy impresionado.
Con el barro que le había servido para
fabricar a Adán, Dios fue modelando a los
animales. -Dales nombres, Adán -dijo Dios-.
-Cuidado, Adán, porque si pruebas un Nombres lindos, ¿eh?
pedacito de fruto de ese árbol... te vas a Y le alcanzó un animal, bien terminadito:
morir... ¿Entendiste? "Sí", volvió a decir cuatro patas, hocico mojado, ojos
Adán con la cabeza. mansos, cola juguetona, lengua afuera.

10 En hebreo, Adán significa "el hombre". 13 Al comer un fruto de este árbol, el hombre

11 Con el aliento, Dios le da el alma al hombre. desobedece a Dios; tratando de igualarse a El, pierde su
inocencia.
12 Es símbolo de la inmortalidad.
— ¡Perro! -gritó Adán enseguida. -Lindo — -A ver los ojos, Adán...
dijo Dios. Adán lo miró a Dios, con sus ojos inocentes,
Y el perro salió corriendo. (Antes se les echó y Dios, que por algo es Dios, movió la
encima a Dios y a Adán y, de puro cabeza:
agradecido, les pegó unos buenos "No, no, no. Aquí me sigue faltando algo...
lengüetazos en la cara...) Algo más parecido al hombre. Algo que sí lo
-Juera, perro -dijo Dios, mientras, con mucho ayude y que sí le haga verdadera
esfuerzo, le alcanzaba a Adán otro animal, compañía..."
que era rarísimo, verde y más alto que un Entonces Dios tuvo una idea genial: haría
árbol. Aquí Adán se quedó un rato otro ser con un pedazo del propio Adán.
pensando. Y después dijo: -Mmmm... Pero no le contó nada a Adán, para que no
¡Dinosaurio! -Lindo -dijo Dios-, pero difícil. se asustara.
Y el dinosaurio se fue caminando despacio, Y, durmiéndolo profundamente... ¡le sacó
a comer los brotes tiernos de los árboles una costilla!
más altos. ¡Y con la costilla de Adán, Dios fabricó a la
Entonces Dios le alcanzó a Adán otro bicho. mujer!
Este también era verde, pero más chico que La mujer era parecida a Adán. Pero también
un dedo y tan fino como un palito. era diferente. "Todo lo diferente que hace
Adán, que ya había entrado en confianza, lo falta", pensó Dios. Dios se quedó contento
miró de reojo a Dios y se rió: con la mujer. Pero más contento se quedó
-Tata Dios... -dijo Adán-. ¡Ja! Adán cuando despertó. Tan contento que no
-¿Tata Dios? -se sorprendió Dios. Y por un le importó nada que le faltara una costilla. Al
rato se quedó medio enfurruñado. contrario...
Pero cuando vio que el bicho verde se le -Esta sí que se parece a mí. Porque fue
posaba en la mano a Adán y juntaba las hecha con una parte de mí. Es Eva, la mujer:
patitas haciéndose el que rezaba, se puso hueso de mis huesos y carne de mi carne...
chocho. Muy impresionado estaba Dios con las
-¡Muy lindo, Tata Dios, muy lindo! -dijo-. ¡Ja, palabras de Adán.
ja, ja! Y al mirarlo, junto a Eva, Dios pensó un buen
Porque ¿quién dijo que a Dios no le gustan rato y después dijo: -El hombre y la mujer se

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las bromas? unirán.
Y ya no serán más dos, serán uno.
Y así siguieron y siguieron: Dios amasando El hombre y la mujer: dos cuerpos pero una
y Adán poniendo nombres. sola carne...14
Hasta que todos los animales estuvieron Muy impresionados estaban Adán y Eva con
listos. las palabras de Dios.
Y quisieron, ellos también, decir otra cosa
Y Dios se fue tranquilo, pensando que ahora importante. Pero no les salió.
el hombre tenía ayuda y compañía. Entonces se miraron. Y se tomaron de las
manos.
A los pocos días Dios, que quería tanto al Desnudos estaban.
hombre, volvió a visitarlo. Pero no tuvieron vergüenza.
Jugando con el perro lo encontró. Pero ¿De qué iban a tener vergüenza?
medio caído...
¿Cómo podía ser? En ese lugar
maravilloso... Y con tantos animales para Cabal Graciela “La Biblia” Editorial
que lo ayudaran y le hicieran compañía. Colihue, 1997
-¿Estás contento, Adán? -preguntó Dios,
preocupado.
-Seeee -contestó Adán, no muy convencido.

14 Dios instituye el matrimonio.


Cuestionario de comprensión lectora | Génesis - Los primeros tiempos

1) Según el Antiguo Testamento, ¿Cuántos días tardó


Dios en crear la tierra y sus elementos? Enumerar en qué
orden fundó las cosas.
2) ¿De qué material fue creado el Hombre y por qué
motivo fue creada la mujer?
3) ¿Cómo se llamaron estos humanos y dónde vivían?
4) Cómo se llamaban los dos árboles principales que se
encontraban en el jardín que Adán debía cuidar? Qué
simbolizaban y cuál no debía probar? ¿Por qué?
5) El hombre y la mujer creados en un principio estaban
desnudos pero no tenían vergüenza, ¿Por qué sucedía
esto?

A LAS PUERTAS DEL OLIMPO

Para los griegos las cosas empezaron así... Al principio, todo estaba
revuelto: el agua no corría, las tierras no eran sólidas, en fin, reinaba
Caos (que en griego quiere decir "la boca del abismo"). De Caos

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nacieron la Noche y la Oscuridad, que lo destronaron y engendraron a
Éter (el aire luminoso de las alturas) y al Día. De ellos nacieron la Tierra y el Mar.
Por aquellos tiempos también existía Eros (el amor), un poder tan antiguo como Caos, pero
que impulsaba a la unión y a la creación. Con su fuerza, Eros engendró la vida en la Tierra, hasta
entonces desierta, y florecieron las plantas, crecieron los animales, se poblaron las aguas y el
Cielo lo abrazó todo.
De la unión entre el Cielo y la Tierra, nacieron doce Titanes enormes y fortísimos, tres
Cíclopes (que se llamaban así porque tenían un solo ojo, ubicado en medio de la frente) y tres
Gigantes. El Cielo, temeroso de la fuerza de sus hijos, fue encerrándolos a medida que nacían
en el abismo del Tártaro.
Finalmente la Tierra, como buena madre, decidió liberarlos y el menor de los Titanes, Cronos
(el Tiempo), eliminó a su padre, ocupó su lugar y comenzó a reinar junto a sus hermanos.
Cierta vez, Eros convocó a los hijos de un Titán, llamados Prometeo y Epimeteo, y les pidió
que modelaran un ser capaz de dominar a todos los animales que poblaban la Tierra.
Prometeo tomó arcilla húmeda y modeló figuras con forma semejante a la de los dioses. Eros
les infundió con su soplo el espíritu de la vida, y así nacieron las personas.
Prometeo quedó tan encantado con las criaturas recién creadas que quiso ofrecerles algo
que las hiciera mucho más parecidas a los dioses. Entonces robó una chispa del fuego sagrado
y se la regaló, para que tuvieran dominio sobre el fuego.
Ese atrevimiento de Prometeo irritó mucho a los dioses, quienes para vengarse crearon a una
mujer hermosísima a la que llamaron Pandora. A ella le regalaron un cofre y le ordenaron que
jamás intentara abrirlo.
Pandora aceptó la condición y se convirtió en la feliz esposa de Epimeteo. Durante un tiempo
vivieron muy contentos; pero, como bien habían previsto los dioses, Pandora no pudo contener
su curiosidad y abrió el cofre, del que comenzaron a salir toda clase de males, enfermedades y
crímenes, que se esparcieron por el mundo. Solo la Esperanza quedó en el fondo de la caja.
Así fue como la maldad y las pasiones se fueron adueñando de los hombres. La Tierra se
empapó de sangre y la Buena Fe, la Justicia y el Pudor la abandonaron y volaron hacia el Cielo.
Viendo esto, los dioses consideraron que la raza de los hombres no debía sobrevivir y
desbordaron las aguas del Cielo y de la Tierra; tierra y mar se confundieron y solo logró sobrevivir
una pareja: un hombre, Deucalión, y su esposa Pirra, considerados justos y piadosos.
Ambos se mantuvieron a bordo de una débil barca y, cuando las aguas descendieron, lloraron
sobre la tierra desierta rogando piedad a los dioses.
Entonces escucharon una voz poderosa que les decía estas palabras: "Velad vuestros ojos y
tirad hacia atrás los huesos de vuestra abuela".
Después del desconcierto del principio se pusieron a meditar y comprendieron que su abuela
era la Tierra, y que los huesos de la Tierra eran las piedras.
Entusiasmados, comenzaron a caminar arrojando, a cada paso, una piedra hacia atrás. De
las piedras que arrojaba Pirra nacían mujeres y de las que tiraba Deucalión surgían hombres.
Así se repobló la Tierra después del tremendo diluvio.

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En Dioses, héroes y heroínas.
Historias de la mitología griega.
Versión de BEATRIZ FERNÁNDEZ Y ALICIA STACCO.
Buenos Aires, Santillana, Leer es genial, 2001.

GLOSARIO

Olimpo. Monte de Grecia. Los griegos creían que en su cima vivía la mayoría de sus dioses.
Abismo del Tártaro. Pozo muy profundo en el interior de la Tierra, donde los dioses griegos
arrojaban a sus prisioneros. En ese lugar de tormento y sufrimiento eternos, con características
similares al infierno o Hades, eran custodiados por cincuenta gigantes.
Cuestionario de comprensión lectora:
"A las puertas del Olimpo"

1) ¿Quién y cómo creó a los hombres según el mito griego?


2) ¿Por qué Prometeo provocó el enojo de los dioses?
3) ¿Qué contenía la caja de Pandora y qué aconteció luego de que se
abriera?
4) ¿Sabían los dioses que Pandora abriría la caja? ¿Por qué?
5) Indicar si son verdaderas (V) o falsas (F) estas afirmaciones y justicar con
una cita textual:
» Los dioses griegos eran temerosos de sus hijos _____
» Crearon a los hombres iguales a sí mismos ____
» Regían las acciones de las personas ____
» Si se enojaban, eran rencorosos____

Análisis y literatura comparada


2) Comparar los tres relatos leídos ("Popol Vuh", "Génesis", "A las puertas
del Olimpo") y realizar un cuadro como este colocando en la primer columna las
categorías a comparar:

A las puertas Popol Vuh Génesis

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del Olimpo (Mito Maya) (Mito
(Mito griego) judeocristiano)
Creadores del
mundo
La Tierra antes de
la aparición del
hombre
Etapas en que
fueron creadas las
cosas
Características del
lugar creado
Motivo por el cual
fue creada la
Tierra
Cómo surgieron
No se
los animales especifica15

Cantidad de
intentos en la
creación del
hombre

El hombre final:
materia y
características

El rol de la mujer

Aventura que
protagonizaron los
primeros seres
humanos

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Integración
3) A partir de los datos del cuadro anterior, elaborar un escrito explicando las
similitudes y diferencias sobre el origen del mundo y del hombre que describen
los mitos leídos.

15En el caso de que no se encuentre en los textos la respuesta coloque esta frase “No se
especifica”.
ALGUNAS
ANEXO:

HERRAMIENTAS

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En este apartado se compartirán una serie de herramientas para realizar las actividades de
este primer módulo. En los siguientes se irán sumando otras estrategias que les permitan
mejorar la comprensión de los textos que leamos en esta materia o que les den para leer en
otras materias.

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