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UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE

FACULTAD DE INGENIERÍA Y CIENCIAS GEOLÓGICAS

Departamento de Ciencias Geológicas

FALLAS MITITUS Y NAGUAYÁN: EVALUACIÓN DEL

POTENCIAL SISMOGÉNICO MEDIANTE ANÁLISIS

GEOMORFOLÓGICO

Memoria para optar al Título de Geólogo

ANGELO ALEXANDER VILLALOBOS CLARAMUNT

Profesor Guía Dr. Gabriel González López

Antofagasta, Chile
2014

 
 
 

Dedicada a Miguel Claramunt, mi abuelo.

 
 
 

AGRADECIMIENTOS

Deseo entregar un cordial reconocimiento a todas las personas que han


contribuido, de manera directa o indirecta, con sus enseñanzas y buena onda
en la realización de ésta mi primera investigación.

En primer lugar le agradezco a mi profesor guía, el Dr. Gabriel González, por


su apoyo y paciencia a través de este largo proceso de aproximadamente dos
años, y sobre todo por haber creído en mí al recibirme como estudiante
memorista, entregándome de esta manera la oportunidad de desarrollarme por
primera vez como investigador. También fue de mi agrado contar con una
comisión evaluadora formada por los Doctores Rodrigo González y Pablo
Salazar, que siempre me han entregado su ayuda y consejos a través de toda
mi etapa de estudiante de la carrera de Geología, y que en esta oportunidad no
ha sido una excepción.

Importante para mí también es hacer mención a un grupo de personas que


durante mi último año como estudiante de la carrera de Geología me entregaron
su amistad y apoyo académico, me refiero al grupo de estudiantes del
Programa de Doctorado en Ciencias, mención Geología de la Universidad
Católica del Norte: Erik Jensen, Pablo Gutiérrez, Inés Rodríguez, Dr.
Benigno Godoy, Juan González, Alberto Fernández, y en especial al Dr.
Joaquín Cortés por haber soportado mis ñoñerías geológicas y musicales, y
las incalculables preguntas que le realicé sin él haber puesto jamás una mala
cara. Sinceramente muchas gracias a todos. Además agradezco a mis
compañeros de carrera que de algún modo u otro estuvieron involucrados en el
desarrollo de esta investigación y aportaron con su ayuda desinteresada.
Gracias Luis Astudillo, Carlos Fuentes, Jonathan Torres y Erick Núñez.

 
 
 

Mis sinceros agradecimientos a la Comisión Nacional de Investigación


Científica (CONICYT) que a través del Fondo de Fomento al Desarrollo
Científico y Tecnológico (FONDEF) ha financiado el desarrollo de esta
memoria de título.

 
 
 

RESUMEN

En el norte de Chile, la deformación neógeno – cuaternaria del Sistema de Fallas de Atacama está expresada por fallas que cortan y
desplazan abanicos aluviales cuaternarios generados en frentes de montaña activos. Estos frentes de montaña están controlados por
estas mismas estructuras. Morfológicamente estas fallas se expresan como notorios escarpes de falla y complejos segmentos de
fracturas extensionales. En los últimos años algunos estudios han abordado el problema de la actividad cuaternaria de estas fallas y
puesto de manifiesto que algunas de estas estructuras muestran actividad holocena y que pueden ser consideradas como fallas
potencialmente sismogénicas.

La presente memoria trata sobre el estudio de un par de fallas expuestas en las inmediaciones de la Cordillera de la Costa del norte de
Chile conocidas como Falla Mititus y Falla Naguayán. Estas fallas muestran características similares a otras estructuras del Sistema de
Fallas de Atacama localizadas en las cercanías de las ciudades de Antofagasta y Mejillones. El objetivo principal de esta memoria es
evaluar el grado de actividad cuaternaria de las fallas Mititus y Naguayán, conocer la edad de la deformación y el potencial sismogénico
de las mismas. Los objetivos específicos son: a) definir la geometría de las estructuras, b) determinar su cinemática, c) acotar la edad de
formación de los escarpes en términos relativos a las superficies que estos afectan y d) evaluar el terremoto máximo asociado a estas
estructuras.

El método de trabajo consideró campañas de terreno, en las cuales se hizo una caracterización morfológica de los escarpes de falla,
como también de las superficies que estas deforman. Para determinar la edad de, al menos, la última actividad de las fallas se levantaron
perfiles topográficos mediante GPS diferencial, como también el uso de información de dataciones de isotopos cosmogénicos realizadas
en estudios previos en el área de estudio.

Los resultados alcanzados muestran que el plano de la Falla Mititus tiene una actitud NS-N12°E/60-80°E, una longitud aproximada de
26,8 km de largo y se compone de una traza simple segmentada y muy recta. Esta traza puede ser separada en dos tramos basados en
las características geomorfológicas. Además la Falla Mititus forma escarpes de falla sobre abanicos aluviales con pendientes inclinadas
principalmente hacia el este, a excepción de su terminación sur donde ocurre una inversión de relieve y de la dirección de inclinación de
su escarpe. En algunos sectores esta falla corta rocas ígneas mesozoicas por algunos kilómetros. Estos escarpes poseen separaciones
verticales que varían desde 0,5 a 3 m. La presencia de un máximo de tres hendiduras dentro de las quebradas que disectan el escarpe
indica que el escarpe de falla es múltiple y sugiere que al menos tres eventos sísmicos lo han modelado.

La Falla Naguayán, de actitud NS-N10°E/72-80°E, se extiende por aproximadamente 55,6 km. Esta estructura posee muchos modos de
ocurrencia, formando trazas simples rectas, arreglos en echelón hacia la izquierda, ramificación de la traza de falla, complejos arreglos
de trazas individuales y pequeñas zonas de transferencia. Esta falla fue dividida en tres tramos dependientes de rasgos morfológicos.El
escarpe de falla consiste principalmente en un escarpe simple bien definido con inclinación hacia el este. Sus separaciones verticales
varían entre 0,8 y 3 m, encontrándose los valores más altos generalmente en sus tramos más septentrionales. Al igual que con la Falla
Mititus, la presencia de hendiduras en las quebradas que disectan el escarpe sugiere que la formación del escarpe ha sido mediante
múltiples paleosismos.

Por medio de indicadores morfológicos se ha establecido que el sentido de movimiento de estas fallas durante sus últimos periodos de
reactivación es normal con descenso del bloque oriental.

El análisis morfológico de los escarpes de falla y sus relaciones de corte con respecto a las superficies deformadas que han sido datadas
mediante isotopos cosmogénicos y radiogénicos indican que la última actividad de estas fallas ocurrió durante tiempos calabrianos
(Pleistoceno temprano). Por otro lado, mediante el uso de las ecuaciones empíricas que vinculan largo de ruptura superficial vs magnitud
de momentum, como también largo de separación vertical vs magnitud de momentum, se ha logrado estimar que los paleosismos que
formaron el escarpe de la Falla Mititus tuvieron una Mw 6.3 y 6.1 para los tramos nortes y sur respectivamente, mientras que para la Falla
Naguayán la magnitud de los paleosismos correspondería a Mw 6.2, 6.8 y 5.9 para sus tres tramos de norte a sur. De acuerdo a lo
observado en otras fallas normales tanto de Chile como de Japón se puede concluir que la actividad reciente de estas fallas estaría
estrechamente vinculada con terremotos de subducción. La presente memoria es una contribución al proyecto FONDEF MAS ANDES
D10I1027: “Desarrollo de plataforma de amenaza sísmica para el norte de Chile y propuesta de actualización de normas de diseño
sismo-resistente: Análisis de los efectos del terremoto del Maule 2010 y caracterización de terremotos tipo en el segmento Taltal-Arica”,

 
 
 

TABLA DE CONTENIDOS

Página

CAPÍTULO I

INTRODUCCIÓN 1

1.1 Presentación del problema 1

1.2 Objetivos 3

1.2.1 Objetivo General 3

1.2.2 Objetivos Secundarios 3

1.3 Ubicación y acceso al área de estudio 4

1.4 Método de trabajo 7

1.4.1 Fases de trabajo 7

1.4.2 Conceptos básicos y fundamentos de la Paleosismología 10

1.4.3 Técnicas de terreno utilizadas en estudios paleosismológicos 12

1.4.4 Escarpes de falla 14

1.5 Marco climático 19

1.6 Marco sismotectónico 20

CAPÍTULO II

MARCO GEOLÓGICO DE LAS FALLAS MITITUS Y NAGUAYÁN 21

2.1 Marco geomorfológico 21

2.2 Marco geológico 22

2.2.1 Roca fundamental 22

2.2.2 Depósitos cenozoicos 23

2.2.2.1 Gravas antiguas (Mg) 23

2.2.2.2 Depósitos aluviales antiguos (Mpa) 24

2.2.2.3 Depósitos Aluviales (Qa) 25

2.3 Marco Estructural 27

CAPÍTULO III

LA FALLA MITITUS 30

3.1 Descripción general de la Falla Mititus 30

3.2 Descripción de la Zona de Estudio A y sus superficies 37

 
 
 

3.2.1 Generalidades 37

3.2.2 Descripción de las superficies 39

3.2.3 Relación entre las superficies aluviales y el escarpe de falla 46

3.3 Características del escarpe 46

3.4 Medición de la Separación Vertical 51

3.5 Análisis e interpretación de los perfiles en quebradas 52

3.6 Estimación de la magnitud del momentum de los paleosismos para la Falla Mititus 56

CAPÍTULO IV

LA FALLA NAGUAYÁN 59

4.1 Descripción General de la Falla Naguayán 59

4.2 Descripción de la Zona de Estudio B y sus superficies 61

4.2.1 Generalidades 61

4.2.2 Descripción de las superficies aluviales 61

4.2.3 Relación entre las superficies aluviales y el escarpe de falla 63

4.3 Características del escarpe de falla 65

4.4 Medición de la Separación Vertical 70

4.5 Análisis de los perfiles en quebradas 70

4.6 Descripción de la Zona de Estudio C y sus superficies 72

4.6.1 Generalidades 72

4.6.2 Descripción de las superficies aluviales 77

4.6.3 Relación entre las superficies aluviales y el escarpe de falla 80

4.7 Características del escarpe de falla 80

4.8 Medición de la Separación Vertical 82

4.9 Verificación de la componente transcurrente 83

4.10 Descripción de la Zona de Estudio D y sus superficies 86

4.10.1 Generalidades 86

4.10.2 Descripción de las superficies aluviales 91

4.10.3 Relación entre las superficies aluviales y el escarpe de falla 100

4.11 Características del escarpe de falla 100

4.12 Medición de la Separación Vertical 104

4.13 Estimación de la magnitud del momentum de los paleosismos para la 105

Falla Naguayán

 
 
 

CAPÍTULO V

FRACTURAS EXTENSIONALES 107

5.1 Generalidades 107

5.2 Fracturas extensionales asociadas espacialmente a una traza de falla 110

5.3 Fracturas extensionales no vinculadas a trazas de falla 111

CAPÍTULO VI

SÍNTESIS, DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 114

6.1 Síntesis y discusión 114

6.1.1 La Falla Mititus y sus evidencias sismogénicas 114

6.1.2 La Falla Naguayán y sus evidencias sismogénicas 116

6.1.3 Fallas de la corteza superior y su relación con el 118

ciclo sísmico de los terremotos de subducción

6.2 Conclusiones 120

BIBLIOGRAFÍA 123

ANEXO 1: Mapa de estructuras geológicas de área de estudio, Pt. 1.

ANEXO 2: Mapa de estructuras geológicas de área de estudio, Pt. 2.

ANEXO 3: Mapa de estructuras geológicas de área de estudio, Pt. 3.

Mapa geológico – estructural de la zona central y sur del área de estudio.

 
 
 

INDICE DE TABLAS

Página

TABLA DE DATOS 1: 18

Parámetros geomorfológicos para le descripción y análisis de un escarpe de falla.

TABLA DE DATOS 2: 32

Datum para los catorce planos de falla medidos en las instalaciones de Minera

Michilla (interior mina). Se indica con asterisco superior al nombre de la localización

aquellos datos tomados en esta investigación. Aquellos datos escritos en rojo no se

han tomado debido a que caen fuera de los intervalos definidos para la Falla Mititus.

TABLA DE DATOS 3: 41

Resumen de las edades utilizadas para datar las superficies aluviales afectadas por

las fallas en área de estudio. (*) El error para la datación radiogénica ha sido

calculado con 2, (**) el error para las dataciones cosmogénicas ha sido calculado

con 1.

TABLA DE DATOS 4: 42

Descripción de las superficies aluviales que se encuentran en la Zona de Estudio A.

TABLA DE DATOS 5: 52

Valores de las separaciones verticales de las superficies dislocadas para cada perfil

de la Zona de Estudio A.

TABLA DE DATOS 6: 56

Valores de las alturas de los escalones (steps) y separación vertical individual para

cada evento que ha generado una nueva hendidura (knickpoint).

TABLA DE DATOS 7: 58

Resumen de los valores de magnitud de momentum obtenidos mediante las dos

ecuaciones SRL vs M y las dos ecuaciones MD vs M para cada segmento y la falla

en su totalidad.

TABLA DE DATOS 8: 65

Descripción de las superficies aluviales que se encuentran en la Zona de Estudio B.

TABLA DE DATOS 9: 70

Valores de las separaciones verticales de las superficies dislocadas para cada perfil

de la Zona de Estudio B.

TABLA DE DATOS 10: 79

Descripción de las superficies aluviales que se encuentran en la Zona de Estudio C.

TABLA DE DATOS 11: 83

Valores de las separaciones verticales de las superficies dislocadas para cada perfil

de la Zona de Estudio C.

 
 
 

TABLA DE DATOS 12: 94

Descripción de las superficies aluviales que se encuentran en la Zona de Estudio D.

TABLA DE DATOS 13: 105

Valores de las separaciones verticales de las superficies dislocadas para cada perfil

de la Zona de Estudio D.

TABLA DE DATOS 14: 106

Resumen de los valores de magnitud de momentum obtenidos mediante las dos

ecuaciones que vinculan SRL vs M para los segmentos y la totalidad de la Falla

Naguayán.

 
 
 

INDICE DE FIGURAS

Página

FIGURA 1: 6

Imagen satelital extraída de Google Earth en donde se muestra la ubicación y

acceso al área de estudio.

FIGURA 2: 9

Estación estática del GPS diferencial.

FIGURA 3: 10

Estación cinemática del GPS diferencial.

FIGURA 4: 16

Diagrama de bloques de un escarpe de falla en material no consolidado. (Wallace

1977, p. 1269).

FIGURA 5: 17

Secuencia de la degradación de un escarpe de falla en material no consolidado. (A)

Escarpe inicial. (B-E) Secuencia de etapas de degradación del escarpe de falla

debido a los procesos gravitacionales (B), procesos detríticos (C y D), procesos de

lavado (D y E). (Wallace 1977, p. 1269).

FIGURA 6: 29

Imagen satelital ETM+ en donde se observan las trazas de las fallas Mititus y

Naguayán.

FIGURA 7: 33

a) Fotointerpretación del extremo norte de Falla Mititus. Se ha destacado en color

negro el escarpe de falla, como también otros foto-lineamientos que son asociables

a estructuras conocidas. b) Proyección estereográfica de los 2 planos de falla

medidos en Mina Núcleo. Las rectas azules corresponden a los planos de falla, las

flechas violetas corresponden a las estrías. c) Diagrama de dispersión de los ejes

de extensión (rojo) y acortamiento (azul) de cada plano de falla en Mina Núcleo. d)

Esquema de diedro para los planos de fallas medidos en Mina Núcleo. En rojo se

observa el eje de extensión (1) y el eje de acortamiento (3) que entregaron como

resultado el análisis. e) Proyección estereográfica de los 10 planos de falla medidos

en Mina Uranía. Las rectas azules corresponden a los planos de falla, las flechas

violetas corresponden a las estrías. f) Diagrama de dispersión de los ejes de

extensión (rojo) y acortamiento (azul) de cada plano de falla en Mina Uranía. g)

Esquema de diedro para los planos de fallas medidos en Mina Uranía. En rojo se

observa el eje de extensión (1) y el eje de acortamiento (3) que entregaron como

resultado el análisis.

 
 
 

FIGURA 8: 34

Vista general del tramo sur de la Falla Mititus en donde se observa una inversión

del relieve, con alzamiento del bloque oriental.

FIGURA 9: 35

Imagen satelital extraída del Software Google Earth, donde se observa el tramo sur

de la Falla Mititus y el cambio de rumbo de la falla. Se indica la inversión del relieve

lo que también provoca un cambio en la orientación del escarpe.

FIGURA 10: 36

Vista frontal del escarpe de falla en el tramo norte de la Falla Mititus.

FIGURA 11: 36

Escarpe de falla. La Falla Mititus, en su tramo norte, afecta superficies aluviales

adosadas al frente de montaña.

FIGURA 12: 38

Mapa de superficies de la Zona de Estudio A.

FIGURA 13: 43

Se observan las superficies S1 y S2 de la Zona de Estudio A en la zona de los

abanicos aluviales, donde S1 destaca por su color amarillo correspondiente a la

costra salina endurecida.

FIGURA 14: 43

Se observan las superficies S1 y S2 de la Zona de Estudio A en las cercanías de un

drenaje, donde S1 destaca por su color amarillo correspondiente a la costra salina

endurecida.

FIGURA 15: 44

Se observa el material detrítico correspondiente a las Superficies S2 de la Zona de

Estudio A.

FIGURA 16: 44

Se observa el material detrítico correspondiente a las Superficies S3 de la Zona de

Estudio A.

FIGURA 17: 45

Se observa la interacción entre las superficies S1, S2 y S5 de la Zona de Estudio A,

siendo esta última el relleno de los canales más que inciden en las demás

superficies.

FIGURA 18: 45

La fotografía corresponde a un acercamiento de la Superficie S5 de la Zona de

Estudio A, donde se observa su material detrítico constituyente.

FIGURA 19: 48

Perfiles topográficos perpendiculares al escarpe de falla de la Falla Mititus en la

Zona de Estudio A.

 
 
 

FIGURA 20: 49

Perfiles topográficos perpendiculares al escarpe de falla de la Falla Mititus en la

Zona de Estudio A.

FIGURA 21: 51

Muestra los ángulos dominantes a lo largo de los perfiles hechos en la sección

principal del escarpe para la Falla Mititus. Los ángulos menores a 20° corresponden

a depósitos de lavado, los que varían entre 20 y 40° al talud de detritos, y las

inclinaciones sobre 40° a la cara libre.

FIGURA 22: 55

Perfiles realizados a través de las quebradas que disectan la Falla Mititus. Se

observan las hendiduras asociadas a cambios en el nivel de base.

FIGURA 23: 60

Plano de falla expuesto en el Segmento Campamento, en la Zona de Estudio B.

FIGURA 24: 60

Plano de la Falla Naguayán expuesto en la Quebrada Mejillones

FIGURA 25: 64

Mapa de superficies de la Zona de Estudio B.

FIGURA 26: 67

Perfiles topográficos perpendiculares al escarpe de falla de la Falla Naguayán en la

Zona de Estudio B.

FIGURA 27: 68

Muestra los ángulos dominantes a lo largo de los perfiles hechos en la sección

principal del escarpe de la Falla Naguayán en la Zona de Estudio B. Los ángulos

menores a 20° corresponden a depósitos de lavado, los que varían entre 20 y 40° al

talud de detritos, y las inclinaciones sobre 40° a la cara libre.

FIGURA 28: 69

Sección en perfil W-E del escarpe de falla en la Zona de Estudio B, donde se puede

identificar visualmente con facilidad las secciones de la pendiente.

FIGURA 29: 69

Sección en perfil E-W del escarpe de falla en la Zona de Estudio B, donde se puede

identificar visualmente con facilidad las secciones de la pendiente.

FIGURA 30: 71

Vista frontal de una quebrada (gully) que disecta el escarpe de falla en la Zona de

Estudio B. La flecha blanca y la línea roja indican la posición de la hendidura

(knickpoint).

 
 
 

FIGURA 31: 73

Vista hacia el norte del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el extremo norte

de la Zona de Estudio C. Las flechas blancas indican la posición del escarpe.

FIGURA 32: 73

Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la

falla en la Zona de Estudio C. Las flechas blancas indican la posición del escarpe.

FIGURA 33: 74

Vista hacia el norte del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en las cercanías de

la Quebrada Entrada, en el extremo sur de la Zona de Estudio C. Las flechas

blancas indican la posición del escarpe.

FIGURA 34: 74

Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la

falla en la Zona de Estudio C. Las flechas blancas indican la posición del escarpe.

FIGURA 35: 75

Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la

falla en la Zona de Estudio C.

FIGURA 36: 76

Mapa de superficies de la Zona de Estudio C.

FIGURA 37: 81

Perfiles topográficos perpendiculares al escarpe de falla de la Falla Naguayán en la

Zona de Estudio C.

FIGURA 38: 82

Muestra los ángulos dominantes a lo largo de los perfiles hechos en la sección

principal del escarpe de la Falla Naguayán en la Zona de Estudio C. Los ángulos

menores a 20° corresponden a depósitos de lavado, los que varían entre 20 y 40° al

talud de detritos, y las inclinaciones sobre 40° a la cara libre.

FIGURA 39: 85

Perfiles topográficos perpendiculares a los drenajes que cortados por la Falla

Naguayán en la Zona de Estudio C.

FIGURA 40: 87

Mapa de superficies de la Zona de Estudio D.

FIGURA 41: 88

Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo norte de la

falla en la Zona de Estudio D. Las flechas blancas indican la posición del escarpe

de falla.

 
 
 

FIGURA 42: 88

Vista frontal del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo norte de la falla

en la Zona de Estudio D.

FIGURA 43: 89

Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo norte de la

falla en la Zona de Estudio D. Las flechas blancas indican la posición del escarpe

de falla.

FIGURA 44: 89

Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo central de

la falla en la Zona de Estudio D.

FIGURA 45: 90

Vista hacia el norte del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la

falla en la Zona de Estudio D. Las flechas blancas indican la posición del escarpe

de falla.

FIGURA 46: 90

Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la

falla en la Zona de Estudio D. Las flechas blancas indican la posición del escarpe

de falla.

FIGURA 47: 95

Superficies S1 y S2 de la Zona de Estudio D en el bloque yaciente de la Falla

Naguayán.

FIGURA 48: 95

Material detrítico que conforma la Superficie S1 de la Zona de Estudio D.

FIGURA 49: 96

Material detrítico que conforma la Superficie S2 de la Zona de Estudio D.

FIGURA 50: 96

Superficie S3 de la Zona de Estudio D en el bloque yaciente. El material sirve de

relleno de un drenaje que disecta el escarpe de falla.

FIGURA 51: 97

Material detrítico que conforma la Superficie S3 de la Zona de Estudio D.

FIGURA 52: 97

Superficies S1 y S3 en el tramo central de la Zona de Estudio D.

FIGURA 53: 98

Superficie S4 en el tramo central de la Zona de Estudio D.

FIGURA 54: 98

Material detrítico que conforma la Superficie S4 de la Zona de Estudio D.

 
 
 

FIGURA 55: 99

Se observa la relación existente entre las superficies S2 y S3 en las quebradas del

margen oriental de la Zona de Estudio D.

FIGURA 56: 99

Se observa la relación existente entre las superficies S2 y S3 en las quebradas del

margen oriental de la Zona de Estudio D.

FIGURA 57: 102

Perfiles topográficos perpendiculares al escarpe de falla de la Falla Naguayán en la

Zona de Estudio D.

FIGURA 58: 103

Perfiles topográficos perpendiculares al escarpe de falla de la Falla Naguayán en la

Zona de Estudio C.

FIGURA 59: 104

Muestra los ángulos dominantes a lo largo de los perfiles hechos en la sección

principal del escarpe de la Falla Naguayán en la Zona de Estudio D. Los ángulos

menores a 20° corresponden a depósitos de lavado, los que varían entre 20 y 40° al

talud de detritos, y las inclinaciones sobre 40° a la cara libre.

FIGURA 60: 109

Fractura extensionales ubicadas en el margen occidental de la Quebrada Mititus.

Las flechas blancas indican la posición de estas fracturas.

FIGURA 61: 109

Fractura extensionales ubicadas en el margen occidental de la Quebrada Mititus.

Las flechas blancas indican la posición de estas fracturas.

FIGURA 62: 112

Fractura extensionales de menor tamaño dentro de una zona correspondiente a una

fractura extensional de aproximadamente 2 m de apertura.

FIGURA 63: 112

Fractura mayor rellena con sedimentos detríticos color pardo rojizo. La flecha

blanca indica la posición de las fracturas pequeñas.

FIGURA 64: 113

Imagen satelital ETM+ de los alrededores de la Falla Mititus. Están indicadas con

diferentes colores los grupos de fracturas extensionales, junto a sus respectivos

diagramas de rosa.

 
 
 

CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN

1.1 Presentación del problema

La deformación neógeno - cuaternaria del Sistema de Fallas de Atacama,


en las inmediaciones de la Cordillera de la Costa de la Región de Antofagasta,
posee una notable expresión morfológica, la que se encuentra dominada por la
presencia de escarpes de falla, los cuales desplazan los abanicos aluviales
localizados en los márgenes tanto occidentales como orientales de las cuencas
ubicadas en las inmediaciones de esta cordillera. Esta deformación también se
expresa por medio de una alta densidad de fracturas que afectan tanto
depósitos aluviales, coluviales y roca. Varios autores han estudiado los
escarpes asociados a esta deformación obteniendo conclusiones acerca de su
origen y significado tectónico (Arabasz, 1971; Naranjo, 1987; Mering et al.,
1996; Armijo y Thiele, 1990; Delouis et al., 1998; González y Carrizo, 2003;
González et al., 2003; González et al., 2006). Algunos de ellos han interpretado
estos escarpes como producto de la actividad de fallas de rumbo (Armijo y
Thiele, 1990), mientras que otros los asocian directamente a la actividad de
fallas normales (Delouis et al., 1998; González y Carrizo, 2003; González et al.,
2003; González et al., 2006).

Particularmente, en el área donde esta memoria se llevó a cabo existe


poca información sobre la actividad reciente de fallas, por lo tanto este trabajo
cubre un vacío existente en esta materia.

La identificación de fallas como fuentes de liberación de energía sísmica


se ha transformado en una importante tarea en la evaluación del peligro y
riesgo geológico asociado a los terremotos, como también en el desarrollo de
procesos de reducción de riesgo (Wallace, 1977). El término falla activa, el cual
es utilizado en esta memoria, ha sido establecido para aquellas fallas que


 
 

hayan generado desplazamientos que han dejado un registro histórico de esta


actividad o evidencia geológica en un tiempo geológico reciente, generalmente
durante el Cuaternario (Wallace, 1977). Un aspecto importante que se debe
tener en consideración es que para los análisis realizados sobre estas fallas
activas se han asumido que sus desplazamientos han generado separaciones
repentinas, y que no están asociadas a un creeping tectónico.

La presente memoria fue realizada en el marco del proyecto FONDEF


MAS ANDES D10I1027; “Desarrollo de plataforma de amenaza sísmica para el
norte de Chile y propuesta de actualización de normas de diseño sismo-
resistente: Análisis de los efectos del terremoto del Maule 2010 y
caracterización de terremotos tipo en el segmento Taltal-Arica”, financiado por
la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICYT) del Gobierno de
Chile.


 
 

1.2 Objetivos

1.2.1 Objetivo General

El objetivo central de esta memoria es evaluar el grado de actividad


cuaternaria de las fallas Mititus y Naguayán. Interesa conocer la edad de
deformación, supuestamente cuaternaria, y el potencial sismogénico de la
misma.

1.2.2 Objetivos Secundarios

 Definir la geometría y las actitudes de las estructuras que forman los


escarpes de falla.

 Determinar la cinemática de las estructuras.

 Acotar la edad de formación de los escarpes de falla en términos


relativos a los sedimentos que ellas afectan.

 Evaluar el terremoto máximo asociado a estas estructuras.


 
 

1.3 Ubicación y acceso al área de estudio

El área de estudio está ubicada, aproximadamente, a 42 km al noreste


de la ciudad de Antofagasta, extendiéndose entre las coordenadas geográficas
22° 42'7" - 23° 22'50" S y 70° 21'52" - 70° 7'26.19" W, y abarca un área
aproximada de 510 km². Morfológicamente esta zona se encuentra en una
cuenca tectónica intramontaña cercana al margen oriental de la Cordillera de la
Costa (Figura 1).

Debido a la gran longitud del área de estudio, aproximadamente 78 km,


para lograr el acceso a los puntos de observación y extracción de datos, que
desde aquí en adelante llamaremos como zonas de estudio, se deben seguir
las siguientes rutas. A partir del norte de la ciudad de Antofagasta se debe
tomar la Ruta 1, para tener acceso la Zona de Estudio D (que es la ubicada más
al sur), para luego tomar el camino pavimentado B-400 el que, sólo a unos
metros, empalma con el camino B-350 para a continuación, a la altura de la
Minera Rayrock, tomar un camino de tierra sin nombre con dirección hacia el
norte por aproximadamente 6 km hasta llegar a una quebrada prominente con
orientación este – oeste. Para lograr llegar a las demás zonas de estudio es
necesario, nuevamente, utilizar la Ruta 1 hasta la altura del cruce con el camino
B-242 que se encuentra semi-pavimentado, por el cual a 8 km hacia el este,
cerca de la coordenada 371204 m E - 7439980 m S nos encontramos con la
Quebrada Mejillones, que posee orientación noroeste oeste – sureste este, y
lleva directamente a la Zona de Estudio C. Siguiendo por el camino B-242 hacia
el norte se encuentra el cruce al camino de tierra B-240, el cual recorre las
fallas Mititus y Naguayán de norte a sur, desde este punto a 2 km hacia el norte
nos acercamos a la Zona de Estudio B, para la cual es posible el acceso
mediante las incisiones amplias de algunos drenajes. Por último, a 30 km hacia
el norte por el mismo camino B-240 es posible aproximarse a la Zona de


 
 

Estudio A, donde se debe jeepear aproximadamente 2 km hacia el oeste desde


el camino principal.


 
 

Figura 1. Imagen satelital extraída de Google Earth en donde se muestra la ubicación y acceso
al área de estudio.


 
 

1.4 Método de trabajo

1.4.1 Fases de trabajo

Para la generación de esta memoria de título se realizaron una serie de


trabajos que se agruparon en cuatro fases, las cuales a continuación se
exponen:

a) Fase de interpretación de imágenes satelitales: En esta fase se obtuvo la


geometría y rumbo de los elementos estructurales, donde se incluyen la
identificación de escarpes de falla, trazas de falla y fractura, como
también el análisis descriptivo de la expresión morfológica dejada por la
actividad de la falla. Todo esto fue realizado mediante el estudio de
imágenes satelitales GeoEye1 e IKONOS obtenidas del software Google
Earth 7.1.1,1589 (beta), y fotografías aéreas tomadas mediante un vuelo
Hycon por el Instituto Geográfico Militar. Cabe mencionar que las
fotografías 10165 y 10166, correspondientes al extremo norte de la falla,
fueron seleccionadas para su uso debido a la fecha en que estas fueron
tomadas (Mayo de 1955) cuando aún no se iniciaba el proyecto minero
conocido actualmente como Michilla. Las labores mineras de este
proyecto perturbaron la superficie de esa zona, y por lo tanto sólo con el
uso de estas imágenes fue posible distinguir claramente las estructuras
de interés en esta memoria.

b) Fase de trabajo en terreno: Esta fase consistió en campañas de terreno


desarrolladas entre los meses de Enero y Febrero del 2013 y Junio y
Julio del 2013, con un total de 18 días de terreno efectivos. Los objetivos
fueron obtener datos para la confección de los mapas de superficies
aluviales y de escarpes de falla, que cumplen la función de entregar


 
 

información sobre la relación existente entre ambos rasgos geológicos.


También realizar perfiles topográficos mediante el uso de GPS diferencial
(Figura 2 y 3), esto para obtener la geometría de los escarpes, el
posicionamiento de las hendiduras (knickpoints) ubicadas dentro de las
quebradas (gullies), el desplazamiento de los drenajes en ambos bloques
que definen las fallas, e inclinación general de las superficies afectadas
por los escarpes de falla. Se realizó la medición directa de la actitud de
los planos de fallas expuestos en quebradas, murallones y en el interior
de la Mina subterránea Uranía, como también se considera la data
completa de planos de fallas en el resto de las labores subterráneas
explotadas por la Compañía Minera Michilla que han sido facilitadas por
personal de la Gerencia de Geología de la faena. Por último, se
describieron y midieron algunas fracturas extensionales ubicadas al
noroeste dentro área de estudio. Como bases de mapeo se utilizaron
imágenes GeoEye1 e IKONOS con las cuales se generaron mosaicos
que posteriormente fueron ortogonizados.

c) Elaboración de la información: En esta fase se trabajó con los datos


obtenidos en terreno, llámese observaciones de libreta, mapeos y datos
de GPS diferencial. Para la confección de los mapas de superficies
aluviales se utilizó el software ArcMap 9.3, como también las estructuras
mapeadas durante la fase de interpretación de imágenes satelitales.
Para los datos obtenidos mediante el uso de GPS diferencial se trabajó
para la extracción, procesamiento y presentación gráfica de estos datos
con los softwares PC-CDU 7.2, Topcon Tools 5.04 y Grapher 8.4.696, y
además para la generación de nuevos sistemas coordenados,
perpendiculares a la estructura medida (arreglo necesario para la
obtención de datos reales), fueron utilizadas las matrices de rotación
propuestas por Allmendinger (2012). Los datos obtenidos de los planos


 
 

de fallas fueron analizados mediante el software Faultkin 6, mientras que


los correspondientes a las fracturas extensionales fueron trabajados en
Stereonet 8.

d) Por último, la síntesis de la información tuvo como resultado la


generación de un mapa geológico-estructural y el informe de la presente
memoria.

Figura 2. Estación estática del GPS diferencial.


 
 

Figura 3. Estación cinemática del GPS diferencial.

1.4.2 Conceptos básicos y fundamentos de la Paleosismología

Antes de exponer los resultados obtenidos mediante los análisis


generados en las zonas de estudio, es preciso plantear ciertos conceptos
básicos y fundamentos sobre la paleosismología, los cuales serán de utilidad
para los siguientes capítulos.

La paleosismología es el estudio de las evidencias geológicas,


geomorfológicas y arqueológicas de los terremotos prehistóricos (Solonenko,
1973; Wallace, 1981), y se enfoca en la obtención de la localización, recurrencia
y magnitud de estos. La paleosismología se distingue de otros estudios más
generales de movimientos lentos y rápidos de la corteza durante el Cenozoico,
como la Neotectónica, en que se enfoca sobre los eventos de deformación
instantáneos que afectan las formas del relieve y depósitos. Esto permite

10 
 
 

estudiar la distribución de paleosismos individualmente en el espacio y en


intervalos de tiempo de miles o decenas de miles de años (McCalpin y Nelson,
1996).

Para realizar un análisis paleosismológico se debe asumir ciertas premisas,


las cuales se nombran y ejemplifican a continuación:

 Que los terremotos producen efectos reconocibles y permanentes


(Michetti y Hancock, 1996). Esto ha sido comprobado por varios autores
(Massonnet et al., 1993; Hudnut et al., 1996; Crescentini et al., 1996)
tanto para terremotos de alta, mediana y baja magnitud, donde es
posible encontrar algún grado de evidencia. Aunque lo común es que el
registro paleosismológico se restrinja a los sismos de alta (M > 6.5) o
muy alta magnitud (M > 7.8) (McCalpin y Nelson, 1996).

 Que las fallas sismogénicas han estado activas durante el pasado, por lo
menos varias decenas de miles de años, por lo tanto, es aceptable
asumir que eventos comparables a sismos actuales hayan podido
producirse varias veces en el pasado generando efectos similares en la
superficie, y aunque hayan sido parcialmente obliterados o
enmascarados por procesos climáticos o actividad antropogénica,
siempre será posible reconocer algún rasgo geológico ya sea como
resultado de uno o múltiples eventos (Michetti y Hancock, 1996).

 Que el desplazamiento en las fallas activas ocurre principalmente de


manera repentina generando separaciones que son acompañadas por
terremotos, más que por un creeping tectónico (Wallace, 1977).

11 
 
 

1.4.3 Técnicas de terreno utilizadas en estudios paleosismológicos

La técnicas de terreno comúnmente usadas para un estudio


paleosismológico, se pueden clasificar en dos grandes categorías, aquellas que
se enfocan en caracterizar las formas del relieve y aquellas que utilizan la
expresión estratigráfica de terremotos (McCalpin, 1996). En esta memoria, se
utilizaron aquellas que se enfocan en las formas del relieve y se describen a
continuación:

a) El primer paso para la reconstrucción paleosismológica es la generación


de un mapeo de superficies, que cumple la función de identificar,
delimitar y caracterizar las superficies geomorfológicas o depósitos
deformados. Para esto, primero se debe seleccionar una zona con
presencia de deformación cortical, la cual comúnmente corresponde a
las cercanías de la traza de una falla activa, esto básicamente por su
representatividad de la deformación y sus características fáciles de
mapear como las formas de relieve que generan cuyo relieve vertical es
evidente (ej. escarpes de falla). Dentro de los posibles tipos de mapeos
existentes que se utilizan como una herramienta útil para los estudios
paleosismológicos existen dos aproximaciones, aquella en que se enfoca
en los depósitos deformados por estas estructuras (enfoque geológico) y
aquellos que se enfocan en las formas del relieve que resultan por la
interacción de las estructuras (enfoque geomorfológico) (McCalpin,
1996). En esta investigación se ha decidido utilizar el enfoque geológico,
esto debido a la posibilidad existente de generar una detallada
subdivisión de los depósitos aluviales.

Los mapeos geológicos de superficies están primariamente


diferenciados basándose en la génesis de los depósitos (ej. aluvial,

12 
 
 

glacial, eólico, lacustre, etc.), esta clase genética, a su vez, puede ser
subdividida en un mapeo de unidades de segundo orden, que se basa en
las formas del relieve o procesos que dominan en el ambiente (ej. dentro
de un mapeo de primera clase de tipo aluvial, se puede identificar
abanicos aluviales, terrazas generadas por la corriente, planicies de
inundación, etc.). Una última subdivisión, que llamaremos mapeos
geológico de superficies de tercer orden, está fundamentada en la edad
de estas superficies. Por lo general, mientras más detallada es la
diferenciación de las superficies de los depósitos cuaternarios,
incrementa la utilidad del mapa para la interpretación paleosismológica
(McCalpin, 1996). Dentro de los estudios realizados para esta memoria,
se han confeccionado mapeos geológicos de superficies de tercer orden,
donde las edades asignadas a las superficies han sido asociadas a
dataciones realizadas por Placzek et al. (2010) en otras superficies
similares a las descritas en esta investigación.

b) Otra técnica utilizada en los escarpes de falla es la generación de perfiles


topográficos, que corresponde a la fuente principal para la obtención de
información al documentar la componente vertical del desplazamiento y
edad de los eventos para las fallas activas con componente principal en
su manteo (Wallace, 1977; Bucknam y Anderson, 1979). La metodología
que ha sido utilizada para este estudio fue la realización de numerosos
perfiles perpendiculares al escarpe de la falla, preferentemente entre 10
y 22, dependiendo de la longitud del tramo analizado. Las razones del
porque estos perfiles se han realizado de manera perpendicular al
escarpe de falla tienen que ver con la obtención ángulos verdaderos para
el escarpe de falla, para que las medidas de la separación vertical de las
superficies dislocadas puedan ser gráficamente relacionadas a la

13 
 
 

componente vertical de la falla, y para poder realizar métodos de


datación del escarpe que necesitan la pendiente más pronunciada.

1.4.4 Escarpes de falla

Las estructuras que se estudian en esta memoria, las fallas Mititus y


Naguayán, presentan una cinemática actual que ha sido identificada como
normal (Armijo y Thiele, 1990; DeLouis et al., 1998). Para fallas normales, el
indicador geomorfológico primario para paleosismos es el escarpe de falla, el
cual de acuerdo a su definición, varía desde frentes de montaña de miles de
metros labrados en roca, a escarpes de escala decimétrica que desplazan
superficies aluviales y coluviales de edad cuaternaria (Stewart y Hancock,
1990). Para efectos prácticos de esta memoria, este término se verá limitado a
pequeñas discontinuidades en superficies de material no consolidado,
generadas directamente por fallamiento superficial.

Algunas características observadas durante la formación de escarpes de


fallas normales han sido:

 La generación de escarpes de falla subparalelos desconectados del


escarpe principal, las cuales han sido definidas como escarpes de falla
secundarios por Bonilla (1982).

 La formación de traslapes, cruces y lagunas (overlaps, step-overs y


gaps) como expresión superficial de la ruptura (McCalpin, 1996)

 De manera menos común, la formación de enjambres (swarm) de


escarpes de falla de altura similar (Crone, 1983).

14 
 
 

Para el análisis de los escarpes de falla formados en material no


consolidado, como aquellos analizados en esta investigación, se ha
confeccionado un grupo de parámetros geomorfológicos (Tabla de datos 1).

Los escarpes de falla formados durante paleosismos son inmediatamente


afectados por los procesos de erosión y meteorización. Para representar esto
Wallace (1977) generó un modelo conceptual idealizado, basado en sus
observaciones de terreno (Figura 4), para el cual se debe asumir los siguientes
puntos:

 El escarpe de falla en material no consolidado se encuentra en mayor


ángulo que el ángulo de reposo después del fallamiento.

 El escarpe de falla es enterrado principalmente por material coluvial


detrítico de la cara libre, más que por material de un origen más amplio
(ej. fluvial, lacustre, eólico, etc.).

 La erosión y transporte del material de la cara libre del escarpe está


limitado sólo por las fuerzas de los procesos geomorfológicos, y no por la
disponibilidad del material libre.

Según las observaciones de Wallace (1977), el escarpe de falla inicial está


formado por ángulos variables entre 60 y 90° (Figura 5a), el cual prontamente
comienza a formar, por movimientos en masa y erosión, una base coluvial de
detrítica y un depósito de lavado (Figura 5b). Cuando la cara libre retrocede, el
material coluvial sigue depositándose, por lo que el talud de detritos (debris-
slope) crece (Figura 5c), y eventualmente es enterrado por este material (Figura
5d). Después de esta etapa, los procesos de lavados pasan a dominar el

15 
 
 

escarpe, dando paso a una degradación simétrica de la parte superior del


escarpe y un aumento de su parte inferior (Figura 5e).

Wallace (1977) sugiere rangos de edades en que los procesos de


gravitacionales, detríticos y de lavado que dominan la degradación del escarpe,
las cuales se basan principalmente en observaciones realizadas en sus
estudios en Nevada. Posteriores estudios han demostrado que estas tazas
corresponden a una compleja función que varía dependiendo de las
propiedades mecánicas de los materiales afectados y el clima (McCalpin, 1996).

Figura 4. Diagrama de bloques de un escarpe de falla en material no consolidado. (Wallace


1977, p. 1269).

16 
 
 

Figura 5. Secuencia de la degradación de un escarpe de falla en material no consolidado. (A)


Escarpe inicial. (B-E) Secuencia de etapas de degradación del escarpe de falla debido a los
procesos gravitacionales (B), procesos detríticos (C y D), procesos de lavado (D y E). (Wallace
1977, p. 1269).

17 
 
 

Definición de los parámetros de un escarpe de falla 
Partes de un perfil 
     
Cabeza  H  Borde no erosionado de la superficie original del bloque alzado. 
 
     
Cresta  C  Punto de máxima curvatura de la pendiente (convexa hacia arriba) entre la cabeza del escarpe y la parte más 
pronunciada de la cara del escarpe.  
 
     
Cara  F  Porción del perfil del escarpe entre la cresta y la base. 
   
     
Base  B  Punto de máxima curvatura de la pendiente (cóncava hacia arriba) entre  la parte más pronunciada de la cara 
del escarpe y la pata del escarpe. 
 
     
Pata  T  Borde original sin material coluvial de la superficie geomorfológica afectada. 
     
Medidas angulares 
    
Pendiente de campo (Far‐field slope)   Gradiente de la superficie geomorfológica dislocada. 
    
    
Ángulo de máxima pendiente del escarpe   Gradiente de  la parte más pronunciada del escarpe. 
    
    
Manteo de la falla   Ángulo de manteo del plano de falla que infrayace la cara del escarpe. 
    
Medidas de altura 
     
Altura nivelada  L  Separación vertical entre la pata y la cabeza del escarpe, usualmente obtenida de una medida simple. 
     
     
Altura del escarpe  H2  La separación vertical entre las intersecciones del plano formado por la parte más pronunciada del escarpe y los 
    planos de las superficies geomorfológicas afectadas.  
 
     
Separación vertical (surface offset)  SO  Separación vertical entre la proyección de las superficies originales dislocadas. 
     
     
Desplazamiento vertical  de la falla (thrown)  H1  Distancia  vertical  entre  las  intersecciones  del  plano  de  falla,  y  los  planos  formados  por  las  superficies 
    geomorfológicas originales desplazadas.  
 
     
Desplazamiento neto de la falla  ns  Distancia  medida  en  el  plano  de  falla  entre  dos  puntos  que  originalmente  estaban  en  contacto  antes  del 
    fallamiento. 
   

Tabla de datos 1. Parámetros geomorfológicos para le descripción y análisis de un escarpe de


falla.

18 
 
 

1.5 Marco climático

La característica climática más reconocible del Desierto de Atacama es la


híper-aridez, la cual es el resultado de una combinación de factores donde se
incluye la Corriente de Humboldt, la circulación de las Celdas de Hadley hacia
el oeste y la sombra orográfica que ejerce la Cordillera de los Andes hacia el
este. Gran parte del Desierto de Atacama puede ser considerado bajo
condiciones de híper-aridez, bajo el fundamento de las condiciones de
precipitación y tazas de evapotranspiración (Houston y Hartley, 2003: Ewing et
al., 2006), pero la existencia de zonas ligeramente más húmedas es evidente;
ejemplos claros de esto corresponden a los flancos de la Cordillera Occidental,
donde la vegetación existente es mantenida por las precipitaciones veraniegas
(LaTorre et al. 2002), y los bajos topográficos del Acantilado Costero.

Dentro del área de estudio que comprende esta memoria, la cual como
ya se ha dicho corresponde a una cuenca intramontaña en la Cordillera de la
Costa, las condiciones climáticas son bastantes aisladas de las fuentes de
humedad a pesar de su cercanía al Océano Pacifico. La humedad actual
existente en las inmediaciones de la Cordillera de la Costa es derivada
principalmente de los frentes de aire frío que se forman en el océano durante el
invierno, las que generan escasas precipitaciones que afectan más que nada
las zonas más bajas, y una espesa niebla costera denominada camanchaca,
que juega un importante rol en la formación de suelos con costras salinas y por
lo tanto en la preservación de rasgos geológicos y geomorfológicos, y afecta
elevaciones entre los 300 y 1000 m s.n.m. (Rech et al., 2003). Gran parte de la
Cordillera de la Costa se encuentra sobre los 1000 m s.n.m. por lo que no
experimenta condiciones de humedad.
 

19 
 
 

1.6 Marco sismotectónico

El marco tectónico del área de estudio se caracteriza por la convergencia


entre las placas de Nazca y Sudamericana, cuya velocidad de convergencia es
de 65 mm/año (Angermann et al., 1999). La Placa de Nazca subduce en un
ángulo de 18° al este. Este proceso corresponde al control de primer orden en
la acumulación de deformación sobre la placa superior, provocando que la
región costera del norte de Chile sea uno de los lugares sísmicamente activos
más importantes dentro de la Zona Circumpacífica (Nishenko, 1985; Delouis et
al., 1997, 2009). Varios estudios se han realizado para entender el ciclo sísmico
de los grandes terremotos de subducción a lo largo de este margen, los que
han demostrado que a corto plazo el déficit de deslizamiento genera una
cantidad apreciable de deformación elástica en los límites de la placa superior.
Esto implicaría que la deformación actual es exclusivamente elástica, y que una
deformación permanente no debería estar generándose. Sin embargo
evidencias de deformación permanente son comunes, y se expresan por medio
de fallas de escala kilométrica afectando depósitos cuaternarios.

El fallamiento en la placa superior es uno de los principales procesos que


conduce a la evolución de los paisajes mesozoicos en el antearco costero del
norte de Chile, donde la cinemática predominante está representada por fallas
normales de rumbo ~NS y fallas inversas con rumbos variables entre NNW y
EW (Allmendinger y González, 2010). La actividad a largo plazo de estas fallas
a conducido a la generación de conspicuos escarpes que forman frentes de
montaña con alturas de hasta 500 m (González et al. 2003, Allmendinger et al.,
2005). La expresión más reciente de actividad a lo largo de estas fallas está
dada por el desarrollo de escarpes sobre gravas aluviales jóvenes (González et
al., 2006; Cortés et al. 2012). A pesar de esta evidencia, ningún sismo de
importancia (Mw≥7) ha sido registrado durante tiempos históricos.

20 
 
 

CAPÍTULO II: MARCO GEOLÓGICO DE LAS FALLAS MITITUS Y


NAGUAYÁN

 
2.1 Marco geomorfológico

El área de investigación se encuentra dentro del dominio morfoestructural


de la Cordillera de la Costa (Reutter et al., 1988), que corresponde a una
cadena montañosa con una orientación norte-sur ubicada en el borde costero
del norte de Chile y está separada del Océano Pacifico por un irregular e
inactivo acantilado costero (Riquelme et al., 2003).

Por otro lado, su límite oriental en la parte norte y central del área de
estudio corresponde serie de cuencas tectónicas controladas por fallas
normales en sus márgenes occidentales, mientras que al sur corresponde a una
estrecha depresión tectónica denominada informalmente como Depresión Salar
del Carmen (Niemeyer et al., 1996).

Las estructuras estudiadas en esta memoria de título unen pequeños


bloques con inclinación oeste, que forman el típico paisaje escalonado de la
Cordillera de la Costa en las cercanías de Antofagasta, que puede llegar a tener
elevaciones de hasta 2000 m s.n.m. (Niemeyer et al., 1996). Estas fallas han
formado un escarpe acumulativo en el frente de montaña con alturas promedio
de 60 m, que muestra una cara altamente suavizada por la erosión. Mientras
que el escarpe moderno posee alturas niveladas de no más de 2 m con
diferentes grados de erosión a través de toda la traza, y frecuentemente en la
cara del escarpe presentan barniz del desierto. Pequeñas quebradas (gullies)
se observan cortando el escarpe moderno, como también pequeños conos
aluviales adosados a este mismo.

21 
 
 

2.2 Marco geológico

2.2.1 Roca fundamental

De manera amplia, la geología del sector que comprende este estudio se


ve dominada principalmente por afloramientos de rocas estratificadas e
intrusivas, cuyas edades varían entre el Jurásico Inferior y el Cretácico Inferior.

Las unidades estratificadas están representadas por las rocas volcánicas


andesíticas y tobas riolíticas a dacíticas de la Formación La Negra de edad
Sinemuriana – Titoniana (García, 1967).

Por su parte, se reconocen rocas intrusivas pertenecientes a los


Dioritoides de Cerro Fortuna (Cortés et al., 2007) de 155 Ma de edad, medida
en K-Ar en biotita. Esta unidad está constituida, al menos dentro del área de
estudio, por dioritas y por monzonitas, que afloran en el extremo sur de esta
unidad, a 2,5 km al sur de Cerro Fortuna. Otra unidad intrusiva que se distribuye
en el sureste del área de estudio corresponde al Complejo Plutónico Naguayán
(Cortés et al., 2007) de 154 Ma. Esta unidad está conformada, dentro del área
de estudio, por rocas que van desde monzodioritas a dioritas cuarcíferas.

Por último, se encuentran tonalitas, granodioritas y monzonitas


pertenecientes a la unidas intrusiva Tonalita Fortuna (Cortés et al., 2007) que
posee una edad entre los 141 a 140 Ma.

22 
 
 

2.2.2 Depósitos cenozoicos

Las unidades cenozoicas que se encuentran distribuidas dentro del área


de estudio constituyen una cobertura sedimentaria, la cual está conformada por
rocas detríticas semi-consolidadas, que en esta investigación serán nombras de
igual manera que en la Carta Mejillones y Península de Mejillones realizada por
Cortés et al. (2007). Las unidades descritas en este capítulo posee nombres
informales y se separan en gravas antiguas, depósitos aluviales antiguos y
depósitos aluviales. Su basamento está conformado por rocas cristalinas,
volcánicas y plutónicas, del Mesozoico.

2.2.2.1 Gravas antiguas (Mg)

Esta unidad está constituida por depósitos de brechas sedimentarias y


conglomerados no consolidados a levemente cementados formados por gravas,
arenas y limos. Estos depósitos rellenan o se encuentran adosados a
quebradas o cuencas intramontañas tectónicamente controladas.
Principalmente, dentro del área de estudio, están ubicadas a través de la
Quebrada Mejillones donde se inclinan desde el margen oriental de la cuenca
con una pendiente variable entre 1-4°, en el extremo sur de la Quebrada Mititus
donde se inclinan desde el margen occidental con una pendiente variable entre
7-8°, y en la parte norte de la Quebrada Naguayán. Esta unidad se encuentra
disectada por las redes de drenaje o cubierta por depósitos aluviales más
modernos, además de ser deformadas por tramos de la Falla Naguayán.

Con respecto a su litología esta unidad está constituida por depósitos de


brechas sedimentarias y conglomerados clasto o matriz soportados mal
seleccionadas, los cuales no se encuentran consolidados y a veces se
encuentran levemente cementados por carbonato de calcio, cloruro de sodio,

23 
 
 

sulfato y, ocasionalmente, por nitratos. En referencia a sus clastos, estos


corresponden a líticos de composición polimíctica de origen volcánico y
plutónico, poseen moderada esfericidad y son subangulosos. Su matriz está
conformada por arena, en parte cuarcífera, gravilla con una selección media y
limos. Sus afloramientos son en forma de bancos mal estratificados, los cuales
pueden estar intercalados con facies arenosas o finos, y ceniza volcánica, la
cual puede estar retrabajada (Marquardt el al., 2005).

Su edad ha sido obtenida mediante el método 40Ar/39Ar en biotita, que fue


obtenida en cenizas retrabajadas contenidas en gravas que afloran en la
Quebrada Naguayán (Marquardt et al., 2005). El valor para esta edad es de
12,74 ±0,13 Ma. Fuera del área de estudio otros autores han obtenido edades
que varían 20,1 ±1,1 y 8,9 Ma (Marinovic et al., 1997; Mpodozis et al., 1993).
Por lo cual con estos antecedentes se ha podido asignar a esta unidad un rango
de edad que va desde el Mioceno Inferior al Mioceno Medio.

2.2.2.2 Depósitos aluviales antiguos (Mpa)

Esta unidad corresponde principalmente a depósitos aluviales, y en


menor extensión a depósitos coluviales, los cuales sobreyacen a la unidad de
Gravas Antiguas (Mg). Éstas se encuentran ampliamente distribuidas en las
cuencas intramontañas de la Cordillera de la Costa, específicamente dentro del
área de estudio que comprende las cuencas denominadas como quebradas
Mititus y Naguayán, formando grandes llanuras extendidas o pampas, mientras
que disectan los valles encajándose en ellos. Estos depósitos son la
representación de antiguos conos o abanicos aluviales de baja pendiente, que
se encuentran seccionados por los cauces de las quebradas actuales o
cubiertos por depósitos aluviales cuaternarios (Qa). Esta unidad consiste
básicamente en depósitos de piedemonte originados por flujos de detritos y

24 
 
 

corrientes de barro. El material que los forma son clastos terrígenos de tamaño
grava, arena gruesa, arenas medias a finas y limos en menor proporción. Estos
materiales de menor granulometría se encuentran conformando la matriz de los
depósitos de alta energía como también originando estratos finos. Al igual que
en la unidad de Gravas Antiguas (Mg), es posible distinguir intercalaciones
menores de ceniza volcánica, algunas de ellas retrabajadas. Estos depósitos
pueden presentarse estratificados, semi-consolidados y, ocasionalmente,
cementados por carbonatos, cloruros o sulfatos.

La edad de esta unidad ha sido obtenida mediante métodos radiogénicos


realizados por varios autores fuera del área estudiada. Entre estas dataciones
de encuentran las realizadas por Chávez (1985) por método K-Ar en biotita en
el área de Mantos Blancos, que arrojaron valores de 2,87 ±0,03 y 2,97 ±0,07
Ma en tobas retrabajadas e intercaladas en esta unidad. Marquardt et al. (2005)
40
obtuvo una edad Ar/39Ar en biotita de 3,25 ±0,17 Ma en un cono aluvial en la
Península de Mejillones. Cortés (2000) mediante el método K-Ar en biotita
obtuvo una edad de 4,4 ±0,5 Ma en una toba cinerítica de caída intercalada en
estos depósitos en el sector de Cerros de Cuevitas. Por último, Marinovic et al.
(1996) reportaron edades K-Ar en biotita de 4,4 ±0,5 y 5,9 ±0,7 Ma en depósitos
similares ubicados en el área de la oficina salitrera de Domeyko. Por lo que con
estos antecedentes es posible asignar un intervalo de edad entre el Mioceno
Superior y el Plioceno.

2.2.2.3 Depósitos Aluviales (Qa)

Esta unidad corresponde a depósitos de bloques, gravas, arenas, limos y


arcillas, los cuales no se encuentran consolidados, o están levemente
cementados. Estos depósitos tienen una distribución en toda el área de estudio,
donde se reconocen en el fondo de quebradas activas, en conos aluviales y en

25 
 
 

las laderas de los valles y cerros, concentrados principalmente al pie de los


relieves de la Cordillera de la Costa, alcanzando espesores máximos de 40 m
(Cortés et al., 2007). Cuando los depósitos se encuentran en el fondo de las
quebradas poseen una forma tabular o lenticular alargada, y confieren una
superficie relativamente plana al terreno, con pendientes que varían entre 2 y
5°, y en sección transversal presentan formas lenticulares con pendientes que
van desde los 3 a 15°; cuando se encuentran al pie de las laderas de
quebradas y cerros predominan los procesos coluviales y estos depósitos
pueden adquirir una morfología lenticular, donde pueden alcanzar pendientes
de hasta 25° (Cortés et al., 2007).

Con respecto a su litología, esta unidad ha sido subdivida en dos


miembros, uno en el cual las gravas son el componente principal y otro en
donde el limo cumple esta función. Los depósitos de gravas están,
primariamente, formados por clastos donde dominan el tamaño grueso, estos
varían desde baja a alta esfericidad, son angulosos a subangulosos y de mala a
moderada selección, van de polimícticos a monomícticos y su composición está
controlada por la litología del área de drenaje. Su matriz está compuesta de
arena y gravilla de moderada selección subangulosa y de baja esfericidad,
donde es posible encontrar laminación milimétrica; los granos corresponden a
líticos. Esta unidad forma bancos de espesor decimétrico a métrico, de
moderada a baja estratificación y fábrica caótica (Cortés et al., 2007), donde se
intercalan facies arenosas de buena selección y menor potencia, de laminación
milimétrica y origen aluvial o eólico, junto a niveles de ceniza volcánica de
caída, a veces retrabajada (Ortlieb, 1995; Vargas, 1996; Vargas et al., 2000). El
miembro dominado por la fracción de limos forma depósitos que han sido
interpretados como facies distales de los depósitos aluviales, los que
constituyen el relleno de cuencas endorreicas de intramontaña.

26 
 
 

La edad de estos depósitos está dada por dataciones radiométricas


realizadas a las afueras del área de estudio. Se dataron superficies aluviales a
los pies del morro Mejillones utilizando isótopos cosmogénicos (10Be) que
arrojaron edades cercanas a 46 y 26 ka. Otras dataciones, mediante isótopos
cosmogénicos (26Al, 10
Be y 21
Ne), han sido realizadas sobre abanicos aluviales
pertenecientes a esta unidad entregando valores entre 0,336 y 0,086 Ma
(Placzek et al., 2010). Dado estos antecedentes se le asignan a esta unidad
una edad pleistocena media - holocena.

Tanto el substrato rocoso como las unidades sedimentarias del


Cenozoico han sido afectadas por el Sistema de Fallas de Atacama (Arabasz,
1971). La cual genera un control tanto en la geomorfología y en la distribución
de las unidades geológicas dentro de la Cordillera de la Costa.

2.3 Marco Estructural

El marco estructural regional está gobernado por la actividad mesozoica


y cenozoica de grandes fallas de orientación N-S denominadas colectivamente
como Falla de Atacama.

En el área de estudio, la deformación más reciente (neógena) se expresa


por medio de un conjunto fallas subparalelas con orientaciones variables entre
N-S y NNE-SSW que limitan el margen occidental de las quebradas Mititus y
Naguayán. Entre las principales fallas destacan a escala regional, las fallas
Mititus y Naguayán (Figura 6), las cuales en trabajos anteriores han sido
nombradas como Falla Cerro Fortuna (ej. Armijo y Thiele, 1990; Delouis et al.,
1998) y Falla Mititus (en su totalidad) (ej. Carrizo, 2002), y que por motivos de
diferencia en el estilo de ruptura superficial y escala de mapeo han sido
diferenciadas para esta memoria de título.

27 
 
 

Las trazas de estas fallas se destacan por generar abruptos quiebres en


la topografía, que constituyen escarpes de falla. Los cambios verticales en la
topografía entre el bloque colgante y el yacente alcanzan hasta 4,5 m de altura.
En su mayor parte los escarpes de las fallas Mititus y Naguayán muestran
pendiente hacia el este. Esto indica descenso del bloque oriental.

Dentro del área de estudio se encuentran presentes otras fallas con


rumbos variables, que poseen orientaciones NNW-SSE y NW-SE, y convergen
sin cortar ni desplazar a las fallas Mititus y Naguayán. Arévalo (2008) sugiere
que hay estructuras subsidiarias contemporáneas con la Falla Mititus, y las
denomina en conjunto como Sistema de Fallas Mititus. Localmente, además de
las fallas Mititus y Naguayán, se distingue otra falla principal llamada Falla
Cerro Fortuna, la cual corresponde a una falla ubicada al suroeste del área de
estudio. A continuación, en los próximos dos capítulos, se describen por
separado las fallas Mititus y Naguayán.

28 
 
 

Figura 6. Imagen satelital ETM+ en donde se observan las trazas de las fallas Mititus y
Naguayán.

29 
 
 

CAPÍTULO III: LA FALLA MITITUS

3.1 Descripción general de la Falla Mititus

La Falla Mititus es un lineamiento estructural que se extiende desde,


aproximadamente, el paralelo 22° 42’00’’ S por el norte hasta 22° 56’00’’ S por
el sur. Su longitud aproximada es de 26,8 km de largo y posee una orientación
general variable entre NS y N12°E (Figura 6), en su extremo norte cambia a una
orientación N45°E, donde genera un codo denominado como Codo Uranía por
Arévalo (2008) (Figura 7). En perfiles de la falla expuestos en quebradas que
atraviesan el escarpe y en el interior de las galerías de Minera Michilla, se
observó que el plano de falla tiene un manteo que varía entre 60 y 88° hacia el
este (Tabla de datos 2). La geometría de la Falla Mititus, a escala regional, se
ve expresada por un conjunto de trazas alineadas y conectadas muy rectas que
se mantienen constante a través de decenas de kilómetros con algunas
excepciones donde la falla está formada por un arreglo de trazas paralelas, y en
forma de ramales en el extremo norte en las cercanías de Michilla (Arévalo,
2008). Por otro lado, otro aspecto relevante en su geometría son las
ramificaciones de fallas que conectan con elementos estructurales, que en esta
memoria nombraremos como fallas subsidiarias, las cuales poseen
orientaciones NNW-SSE y NNE-SSW.

Información sobre la cinemática de la Falla Mititus se obtuvo mediante el


análisis de data correspondiente a doce planos de falla de un total de las
catorce mediciones realizadas en el interior de las galerías de Minera Michilla
(Tabla de datos 2, Figura 7), de las cuales cuatro fueron realizadas en el
desarrollo de esta memoria y el resto corresponde a medidas realizadas por el
personal de la faena. Las medidas realizadas al sur del Codo Uranía exhiben
planos de falla con indicadores cinemáticos como estrías horizontales y

30 
 
 

verticales, y planos RM que indican un movimiento normal y siniestral. Para el


cálculo del tensor de strain unitario se utilizó el Método estadístico de Bingham,
donde los datos obtenidos en las minas Núcleo y Uranía fueron tratados por
separado. Los ejes de extensión (E) y acortamiento (A) para la mina Núcleo
poseen una orientación E: 007°/65° y A: 034°/330° (Figura 7d). Mientras que
para la mina Uranía los ejes de extensión (E) y acortamiento (A) corresponden
a E: 032°/104° y A: 058°/286 (Figura 7g).

Estos datos indican que corresponde a una falla normal con una leve
componente siniestral. Este movimiento transcurrente se ve mejor representado
por los resultados obtenidos en la mina Núcleo, aunque puede intuirse un sesgo
debido a la falta de datos, por lo que es recomendable realizar un nuevo
análisis posterior a una nueva toma de datos. Al proyectar los datos individuales
de los ejes E y A de los planos de falla y generar un contorneado (Figuras7c y
7f) se puede observar que se agrupan en nubes de dispersión homogéneas, lo
que podría sugerir que la falla se encuentra bajo la influencia de un solo campo
de esfuerzo.

Un rasgo a escala kilométrica que sugiere una componente transcurrente


siniestral en su cinemática es un cambio en el rumbo en el tramo sur de la falla,
la cual genera una inversión de relieve alzando el bloque oriental y una
inclinación de su escarpe hacia el oeste (Figuras 8 y 9). Además, al norte del
Codo Uranía se observaron estrías subhorizontales con una leve inclinación
hacia el sur, la cual señala una cinemática siniestral con una componente
inversa (Arévalo, 2008).

Por último, la morfología del escarpe de falla indica un descenso del


bloque oriental, lo cual también es concordante en la topografía de los

31 
 
 

conspicuos frentes de montaña donde se exponen rocas mesozoicas indicando


una cinemática normal para la última actividad de la falla.

A continuación se exponen las observaciones, datos y resultados


obtenidos para la Falla Mititus para la Zona de Estudio A. Cabe mencionar que
al norte de esta zona, en las cercanías de Minera Michilla, se expone un
escarpe de falla con características notoriamente distintas. Este escarpe
presenta una cara libre subvertical bien preservada de al menos 0,5 m de altura
de escarpe (Figuras 10 y 11), lo cual como se verá más adelante contrasta
bastante con el estado del escarpe que domina a través de la traza de la Falla
Mititus. De esto último no es atrevido hipotetizar una segmentación de esta
falla. Para corroborar esto se sugiere continuar con la toma de datos.

Rumbo  Manteo  Dirección de manteo  Rake  Criterio  Localización 


           
11°  70°  E  29°  Estría, fibras  Núcleo N 
15°  74°  E  32°  Estría, fibras  Núcleo N 
354°  85°  E  176°  RM  Uranía 
8°  74°  E  170°  RM  Uranía 
15°  78°  E  101°  Estría  Uranía 
10  85°  E  93°  Estría  Uranía 
6°  80°  E  92°  Estría  Uranía 
358°  78°  E  105°  Estría  Uranía 
7°  88°  E  107°  Estría  Uranía 
11°  85°  E  112°  Estría  Uranía 
12°  60°  E  0   Estría  Uranía* 
12°  60°  E  90°  Estría  Uranía* 
10°  65°  E  0  Estría  Uranía* 
10°  65°  E  90°  Estría  Uranía* 

Tabla de datos 2. Datum para los catorce planos de falla medidos en las instalaciones de
Minera Michilla (interior mina). Se indica con asterisco superior al nombre de la localización
aquellos datos tomados en esta investigación. Aquellos datos escritos en rojo no se han tomado
debido a que caen fuera de los intervalos definidos para la Falla Mititus.

32 
 
 

Figura 7. a) Fotointerpretación del extremo norte de Falla Mititus. Se ha destacado en color


negro el escarpe de falla, como también otros foto-lineamientos que son asociables a
estructuras conocidas. b) Proyección estereográfica de los 2 planos de falla medidos en Mina
Núcleo. Las rectas azules corresponden a los planos de falla, las flechas violetas corresponden
a las estrías. c) Diagrama de dispersión de los ejes de extensión (rojo) y acortamiento (azul) de
cada plano de falla en Mina Núcleo. d) Esquema de diedro para los planos de fallas medidos en
Mina Núcleo. En rojo se observa el eje de extensión (1) y el eje de acortamiento (3) que
entregaron como resultado el análisis. e) Proyección estereográfica de los 10 planos de falla
medidos en Mina Uranía. Las rectas azules corresponden a los planos de falla, las flechas
violetas corresponden a las estrías. f) Diagrama de dispersión de los ejes de extensión (rojo) y
acortamiento (azul) de cada plano de falla en Mina Uranía. g) Esquema de diedro para los
planos de fallas medidos en Mina Uranía. En rojo se observa el eje de extensión (1) y el eje de
acortamiento (3) que entregaron como resultado el análisis.

33 
 
 

Figura 8. Vista general del tramo sur de la Falla Mititus en donde se observa una inversión del
relieve, con alzamiento del bloque oriental.

34 
 
 

Figura 9. Imagen satelital extraída del Software Google Earth, donde se observa el tramo sur
de la Falla Mititus y el cambio de rumbo de la falla. Se indica la inversión del relieve lo que
también provoca un cambio en la orientación del escarpe.

35 
 
 

Figura 10. Vista frontal del escarpe de falla en el tramo norte de la Falla Mititus.

Figura 11. Escarpe de falla. La Falla Mititus, en su tramo norte, afecta superficies aluviales
adosadas al frente de montaña.

36 
 
 

3.2 Descripción de la Zona de Estudio A y sus superficies

3.2.1 Generalidades

La Zona de Estudio A (Figura 12), que se encuentra ubicada entre las


coordenadas 22° 1’7.45’’ S por el norte y 22° 52’33.73’’ S por el sur, abarca un
tramo de 2,7 km de largo de la Falla Mititus, donde esta se expresa como una
traza simple y continua.

Las superficies aluviales que han sido deformadas por la actividad más
reciente de la Falla Mititus, que desde la más antigua a la más joven han sido
nombradas como S1, S2, S3, S4 y S5, entregan información valiosa sobre la
actividad de la estructura. Esto es, básicamente, si la superficie se encuentra
deformada o no, para lo cual fue necesaria una inspección de terreno.

Antes de revisar la relación existente entre la actividad de la falla y las


diferentes superficies aluviales estudiadas aquí, es necesario realizar una
distinción entre ellas y una determinación de sus edades en términos relativos,
para lo cual se han utilizado los siguientes criterios:

 El principio de relaciones de corte.

 La comparación del desarrollo de sales entre superficies.

 La dureza de las superficies.

 Color de las superficies y el material que las componen (barniz del


desierto), que indican el grado de intemperismo que está directamente
asociado con su tiempo de exposición a los procesos de meteorización.

 La fuente del material que compone la superficie.

37 
 
 

38 
 
 

3.2.2 Descripción de las superficies

La superficie más antigua (S1), la cual corresponde a un regolito que


cubre todo el macizo rocoso, se encuentra cortada y sobreyacida por todas las
demás superficies, se caracteriza por encontrarse fuertemente endurecida, lo
que se expresa por una costra salina formada por yeso, anhidrita y otras sales
de color blanco – amarillo (Figuras 13 y 14). Además, está compuesta por
clastos de tamaño variable que pueden clasificarse en dos extremos uno
milimétrico y otro centimétrico, su composición es mayoritariamente andesítica
y su color es pardo rojizo. Esta superficie se encuentra inactiva y por lo menos
ha estado desarrollándose desde tiempos anteriores a 1,83 ±0,04 Ma (en
analogía con Placzek et al. 2010).

La superficie S2, la cual corresponde a una superficie aluvial


abandonada, es la segunda superficie más antigua y se extiende desde el
frente de montaña hasta el límite este del área de mapeo. Sobreyace a S1,
infrayace a las superficies S3 y S4, y es cortada por S5. Se encuentra
endurecida pero con costras salinas más restringidas en comparación a S1 y ha
desarrollado pavimento del desierto. Granulométricamente los clastos que la
conforman se pueden subdividir en tres grupos, clastos milimétricos y
centímetros de composición andesítica color pardo rojizo y material fino
(tamaño limo-arcilla) correspondiente a la degradación de la cobertura salina
(Figuras 13, 14 y 15). Esta superficie se encuentra inactiva y es tan antigua
como las edades de exposición en isótopos cosmogénicos de 1,83 ±0,04 Ma
(muestra ADSO-3) y 1,54 ±0,03 Ma (muestra ADBA-27A) obtenidas por Placzek
et al. (2010), por lo que su edad máxima corresponde al Gelasiano (Pleistoceno
temprano).

39 
 
 

Por su parte, la superficie S3 corresponde a una superficie aluvial


abandonada, con una granulometría dominante en la fracción milimétrica, con
una potencia de menor espesor que S2 y que no se encuentra consolidada, por
lo tanto no existe la presencia de un suelo salino endurecido (Figura 16).
También ha formado un pavimento del desierto. Esta se extiende sobre S2 y es
cortada por S5. Esta superficie también se encuentra inactiva. Para la datación
de esta superficie se ha realizado una analogía con superficies datadas
mediante isótopos cosmogénico por Placzek et al. (2010), las cuales tienen
edades de 1,01 ±0,05 Ma, 1,01 ±0,03 Ma (muestras ADBA-27CH y ADPC-1A),
0,93 ±0,08 Ma (muestra ADSO-3SD) y 0,90 ±0,04 Ma (muestra ASOI-SD). Hay
que considerar que la edad del clasto ADBA-27CH pudiese representar una
historia compleja debido a su cercanía a un drenaje, aunque las demás
muestras dan sustento a la asignación de una edad máxima calabriana
(Pleistoceno temprano).

La superficie S4, que corresponde a la segunda superficie más joven, es


aquella que está depositada en las cercanías de la pata del escarpe de falla,
por lo que se encuentra sobreyaciendo a la superficie S2, y es cortada por la
superficie S5 correspondiente a los drenajes activos de la cuenca. Una
característica destacable de S4 es que forma pequeños conos aluviales que
caen en dirección este desde el escarpe de falla. Con respecto al material
detrítico que la compone, está formado por clastos milimétricos de composición
andesítica que no se encuentran consolidados. Esta superficie se encuentra
activa desde la formación del escarpe.

La superficie más joven, correspondiente a S5, consiste en aquella que


rellena los drenajes con mayor incisión de esta área de mapeo (Figura 17) y por
lo tanto es aquella que representa de mejor manera los procesos de transporte
y erosión que ocurren actualmente. Esta superficie corta a todas las demás. Su

40 
 
 

material de relleno, de composición andesítica y de color pardo azulado (Figura


18), no se encuentra consolidado y granulométricamente se puede subdividir en
dos extremos, uno centimétrico y otro milimétrico. Esta superficie está activa por
lo menos desde el Ioniano (Pleistoceno medio), por analogía con la superficie
datada por Placzek et al. (2010) mediante las muestras ADBA-25A (0,086
±0,0036 Ma), ADBA-25B (0,153 ±0,005 Ma) y ADBA-25C (0,336 ±0,012 Ma).

Para información más detallada sobre las dataciones y superficies ver


Tablas de datos 3 y 4, respectivamente. Con respecto a la fuente del material
de estas superficies corresponde a la cadena montañosa que actúa como
margen occidental de la cuenca, por lo tanto esto simplifica la interpretación de
las superficies.

Muestra  UTM N  UTM E  Elevación  Material  Método  Edad  Error 2  Autores 


[m]  [m]  [m s.n.m.]  datado  [Ma]  /1[Ma] 
40
PMC‐ 7435755  371142  ‐‐‐  Biotita en  Ar/39Ar  12,74  0,13  Marquardt 
33.la  ceniza  radiogénico  et al., 2005 
26
ADSO‐3  7335546  392286  1057  Rodado de  Al/10Be  1,83  0,04  Placzek et 
diorita  cosmogénico  al. 2010 
26
ADBA‐ 7467544  382235  969  Guijarro de  Al/10Be  1,54  0,03  Placzek et 
27A  cuarzo  cosmogénico  al. 2010 
26
ADBA‐ 7467633  382234  960  Rodado  Al/10Be  1,01  0,03  Placzek et 
27CH  granítico  cosmogénico  al. 2010 
26
ADPC‐1A  7337585  378707  1047  Rodado  Al/10Be  1,01  0,05  Placzek et 
andesítico  cosmogénico  al. 2010 
26
ADSO‐ 7335546  392286  1057  Sedimento  Al/10Be  0,93  0,08  Placzek et 
3SD  aluvial  cosmogénico  al. 2010 
26
ASOI‐SD  7334949  381200  1044  Sedimento  Al/10Be  0,90  0,04  Placzek et 
aluvial  cosmogénico  al. 2010 
26
ADBA‐ 7464237  378507  876  Rodado  Al/10Be  0,336  0,012  Placzek et 
25C  granítico  cosmogénico  al. 2010 
26
ADBA‐ 7464279  378199  898  Rodado  Al/10Be  0,153  0,005  Placzek et 
25B  granítico  cosmogénico  al. 2010 
26
ADBA‐ 7464267  378107  898  Rodado  Al/10Be  0,086  0,0036  Placzek et 
25A  granítico  cosmogénico  al. 2010 

Tabla de datos 3. Resumen de las edades utilizadas para datar las superficies
aluviales afectadas por las fallas en área de estudio. (*) El error para la datación radiogénica ha
sido calculado con 2, (**) el error para las dataciones cosmogénicas ha sido calculado con 1.

41 
 
 
Nombre de la Descripción de la superficie
superficie Morfoestratigrafía Características destacables y Nivel de endurecimiento Material en superficie
origen

S1 Corresponde a la superficie más Presenta drenajes paralelos La superficie se Granulométricamente pueden


antigua. Se encuentra asociada al rellenos con material de grano fino, encuentra fuertemente diferenciarse en dos extremos: uno
frente de montaña. Es cortada y los que se encuentran inactivos. endurecida debido a la milimétrico dominante (2 mm
sobreyacida por las superficies Alta densidad de grietas tectónicas presencia de una promedio) y en menor medida uno
más jóvenes. Se encuentra con orientación N-S y NNE-SSW. cobertura de yeso- centimétrico (hasta 5 cm). Los
inactiva. Corresponde a una superficie de anhidrita y sales tamaño clastos varían de subangulosos a
origen coluvial. limo-arcilla, lo que le subredondeados y son de color
otorga un aspecto pardo rojizo, son de composición
“costrificado”. andesítica. Por su parte, la fracción
salina es blanca-amarillenta, dándole
a esta superficie un color amarillo.

S2 Corresponde a la segunda Presenta drenajes paralelos con La superficie se Granulométricamente se observan


superficie más antigua. Se orientación NE-SW y grietas encuentra endurecida tres grupos, de los cuales dos
extiende desde el piedemonte de tectónicas con orientación NW-SE. pero no presenta, o corresponden a material de
los cerros ubicados al oeste del Corresponde a una superficie de presenta en áreas más composición andesítica, una fracción
área de estudio hasta el límite este origen aluvial. restringidas, las costras milimétrica (2-5 mm) y otra
del área. Sobreyace a la superficie salinas observadas en la centimétrica (1-8 cm) de color pardo
S1, es sobreyacida por las superficie S1. rojizo que varían desde angulosos a
superficies S3 y S4, y cortada por Principalmente se subangulosos. Además existe la
la superficie S5. Se encuentra observan los clastos fracción fina tamaño limo-arcilla
inactiva. inmersos en una matriz correspondiente a la cobertura
salina de grano fino que salina.
le entrega cohesión.

S3 Corresponde a la tercera superficie Presenta drenajes paralelos con Nulo. Consiste Principalmente milimétrica
más antigua. Consiste en una orientación NW-SE en el extremo principalmente en (subanguloso) pero con clastos
capa de espesor reducido de sur y NE-SW al norte del área de material no consolidado centimétricos (subangulosos a
material detrítico no consolidado estudio. Las grietas tectónicas con que cubre la superficie angulosos) que llegan a los 15 cm,
que se extiende sobre la superficie orientación NW-SE también la S2. los cuales destacan a pesar de su
S2 y es cortada por la superficie cortan. Corresponde a una baja cantidad. Los castos
S5. Se encuentra inactiva. superficie de origen aluvial.

S4 Corresponde a la segunda Presenta pequeños conos Nulo. Consiste Material milimétrico anguloso y
superficie más joven. Se ubica detríticos. Corresponde a una principalmente en subanguloso de composición
principalmente al pie del escarpe superficie de origen aluvial. material no consolidado. andesítico.
de falla sobreyaciendo de esta
forma a las superficies en el
bloque colgante (S2). Es cortada
por la superficie S5. Se encuentra
activa.

S5 Corresponde a la superficie más Corresponde a una superficie de Nulo. Consiste Granulométricamente se observan
joven del área de estudio. origen aluvial. principalmente en dos grupos de clastos en
Sobreyace y corta a las demás material no consolidado. proporciones similares. Uno de
superficies. Se encuentra activa. tamaño milimétrico (de 2 a 6 mm) y
otro centimétrico (de 1 a 5 cm). Su
color es pardo azulado y varían
desde angulosos a subangulosos.

Tabla de datos 4. Descripción de las superficies aluviales que se encuentran en la Zona de


Estudio A.

42 
 
 

Figura 13. Se observan las superficies S1 y S2 de la Zona de Estudio A en la zona de los


abanicos aluviales, donde S1 destaca por su color amarillo correspondiente a la costra salina
endurecida.

Figura 14. Se observan las superficies S1 y S2 de la Zona de Estudio A en las cercanías de un


drenaje, donde S1 destaca por su color amarillo correspondiente a la costra salina endurecida.

43 
 
 

Figura 15. Se observa el material detrítico correspondiente a las Superficies S2 de la Zona de


Estudio A.

Figura 16. Se observa el material detrítico correspondiente a las Superficies S3 de la Zona de


Estudio A.

44 
 
 

Figura 17. Se observa la interacción entre las superficies S1, S2 y S5 de la Zona de Estudio A,
siendo esta última el relleno de los canales más que inciden en las demás superficies.

Figura 18. La fotografía corresponde a un acercamiento de la Superficie S5 de la Zona de


Estudio A, donde se observa su material detrítico constituyente.

45 
 
 

3.2.3 Relación entre las superficies aluviales y el escarpe de falla

La relación espacial existente entre estas superficies y la falla, la cual se


asociará a los eventos ocurridos durante el Cenozoico, se resume en las
siguientes observaciones. La superficie S1 se encuentra cortada por la falla en
el extremo sur del área de mapeo. La superficie S2 es la que se observa
afectada con mayor notoriedad, y forma parte tanto del bloque yaciente como
del bloque colgante de la Falla Mititus. Por su parte, la superficie S3 sólo se ve
deformada en el tramo norte de la falla, dentro de la zona de estudio. La
superficie S4 se distribuye uniformemente bajo la pendiente del escarpe de
falla, lo que sugiere que estos depósitos corresponden a la erosión de la cara
libre del mismo escarpe. Por último, la superficie S5 no se encuentra afectada
por la falla, de hecho esta superficie disecta el escarpe. Observar Figura 12.

3.3 Características del escarpe

La Falla Mititus se caracteriza por la presencia de escarpes de falla bien


definidos, cuya generación estaría asociada a sus desplazamientos más
modernos. Estos escarpes de falla dominan la morfología del margen occidental
de la Quebrada Mititus y aparecen en segmentos cortos de 20 a 50 m o en
segmentos largos de más de 1 km. Las pendientes de estos escarpes de falla
caen, principalmente, hacia el este, y han sido identificados deformando gravas
aluviales y a algunas de las superficies descritas anteriormente, las que han
labrado la superficie del piedemonte occidental.

Para la caracterización del escarpe de falla se realizaron veintidós


perfiles topográficos levantados por GPS diferencial (Figuras 19 y 20, desde
perfil PA1 a PA22). Para la confección de estos perfiles se utilizaron dos
estaciones, una estática y otra cinemática, que registraron las posiciones norte-

46 
 
 

sur, este-oeste y la elevación cada 3 segundos, con una precisión vertical de 10


mm. Las mediciones efectuadas en esta zona cumplen con las condiciones de
que estos perfiles sean perpendiculares al rumbo del escarpe de falla.

47 
 
 

48 
 
 

49 
 
 

Las mediciones de pendiente realizadas en el escarpe de falla


entregaron valores para la cara del escarpe que varían entre 10 y 30°, lo que
indica un escarpe principalmente dominado por las secciones del talud de
detritos (debris-slope) y depósito de lavado (wash-slope), según los criterios
establecidos por Wallace (1977) (>40°; free face, 35°-40°; debris-slope,< 20°;
wash-slope). En las cercanía de la cresta se genera un quiebre con ángulos que
varían entre 9 y 17°, esta cresta en perfil se observa convexa hacia arriba y
redondeada, por lo que, sumado a que los ángulos de inclinación de la parte
principal del escarpe no indican la presencia de una cara libre y es posible
suponer una antigüedad del orden de miles de años a este escarpe. Por último,
en los tramos del escarpe donde aún existe una zona dominada por el talud de
detritos, en las cercanías de la pata del escarpe se observan ángulos que
varían entre 7 y 18°, lo que correspondería a la zona de los depósitos de
lavado.

La Figura 21 muestra los ángulos de las pendientes que dominan el


escarpe de la Falla Mititus en la zona de estudio. De las observaciones
realizadas en terreno y de este gráfico se concluye que el escarpe de falla está
dominado principalmente por el talud de detritos.

50 
 
 

Ángulo vs Frecuencia
19

10
8

0 0 0 0 0 0

0 ‐ 10° 10 ‐ 20° 20 ‐ 30° 30 ‐ 40° 40 ‐ 50° 50 ‐ 60° 60 ‐ 70° 70 ‐ 80° 80 ‐ 90°

Figura 21. Muestra los ángulos dominantes a lo largo de los perfiles hechos en la sección
principal del escarpe para la Falla Mititus. Los ángulos menores a 20° corresponden a depósitos
de lavado, los que varían entre 20 y 40° al talud de detritos, y las inclinaciones sobre 40° a la
cara libre.

3.4 Medición de la Separación Vertical

Para la medición de la separación vertical (surface offset) de las


superficies dislocadas por la falla se han utilizado los mismos veintidós perfiles
topográficos nombrados en la sección anterior. Estos valores obtenidos se han
considerado como mínimo teniendo en cuenta los procesos de erosión y
depositación que actúan sobre el escarpe, los cuales han generado una
superficie más joven sobre el bloque colgante que define la falla, lo que afecta
directamente a la medida de separación vertical.

Los resultados obtenidos mediante esta metodología fueron una


separación vertical de las superficies que varía entre 1,7 y 4,8 m, con un valor
promedio de 3,4 m. Observar Tabla de datos 5.

51 
 
 

Nombre del Perfil  Separación vertical [m] 
PA1  3 
PA2  3,5 
PA3  4,8 
PA4  3 
PA5  2,7 
PA6  1,7 
PA7  s/m 
PA8  s/m 
PA9  3 
PA10  7 
PA11  s/m 
PA12  s/m 
PA13  s/m 
PA14  3,3 
PA15  4,4 
PA16  2,6 
PA17  2,8 
PA18  3 
PA19  3 
PA20  3 
PA21  2 
PA22  s/m 

Tabla de datos 5. Valores de las separaciones verticales de las superficies dislocadas para
cada perfil de la Zona de Estudio A.

3.5 Análisis e interpretación de los perfiles en quebradas

Una característica relevante del escarpe de falla analizado en esta zona


de estudio es la presencia de hendiduras (knickpoints) dentro de las quebradas
(gullies) que lo disectan. Su importancia se debe a que son indicadores de
cambios en el nivel de base dentro del área de estudio, ya que comunican los
procesos ocurridos aguas abajo, en este caso el descenso del bloque colgante,
con zonas aguas arriba. Estos cambios pueden ser la respuesta a cambios

52 
 
 

climáticos (eustatismo) como a efectos tectónicos. Debido a que las condiciones


climáticas reinantes en el Desierto de Atacama (híper-aridez) se han mantenido
relativamente constantes durante los últimos millones de años (Harley y Chong,
2002; Hoke et al., 2004; Dunai et al., 2005; Rech et al., 2006) y a la evidente
influencia que tiene la presencia de la falla, es posible considerar a estos
cambios de nivel de base como de origen tectónico, dejando el camino libre
para análisis e interpretaciones de la actividad de la falla.

Dentro de esta zona de estudio se encontraron seis quebradas (gullies)


que cumplen las condiciones para ser medidas, donde se realizaron perfiles
topográficos por medio de GPS diferencial (Figura 22, perfiles PA23 al PA27).
Para realizar las medidas de las alturas de las hendiduras (knickpoints) se
siguió el siguiente método:

 Mediante GPS diferencial se realiza un perfil topográfico al interior


de la quebrada (gully), el que debe ser paralelo a esta.

 Una vez obtenido el perfil topográfico, se debe proyectar la


pendiente de campo (far-field slope) aguas arriba.

 Desde la pendiente de campo proyectada se generan rectas


verticales hasta la altura de la cabeza del escalón (step) de la
hendidura (knickpoint). Esta distancia Hn se interpreta como la
separación vertical acumulada en el escalón para cada
paleosismo generado desde la formación de este. El subíndice de
Hn equivale a su posición desde el escarpe hacia aguas arriba.

 Por último, para obtener la separación vertical por cada evento


(Zn) (Tabla de datos 6) se realiza una sustracción entre la

53 
 
 

distancia Hn del escalón (step) más aguas arriba y su predecesor.

Se observa un máximo de tres cambios de nivel de base. Basado en


esto, se propone que el escarpe habría sido edificado al menos por tres
paleosismos.

54 
 
 

PA24
PA23 

PA25  PA26

PA27 

PA27 

Figura 22. Perfiles realizados a través de las quebradas que disectan la Falla Mititus. Se
observan las hendiduras asociadas a cambios en el nivel de base.

55 
 
 

Perfil  Pendiente de campo H1[m] H2[m] H3[m] Z1[m]  Z2[m]  Z3[m]


PA23  6°  0,75  ‐  ‐  0,75  ‐  ‐ 

PA24  6°  1,6  1,7  2,1  1,6  0,1  0,4 

PA25  7°  0,39  0,8  1,2  0,39  0,41  0,4 

PA26  6°  1,6  ‐  ‐  1,6  ‐  ‐ 

PA27  6°  1,3  ‐  ‐  1,3  ‐  ‐ 

Tabla de datos 6. Valores de las alturas de los escalones (steps) y separación vertical
individual para cada evento que ha generado una nueva hendidura (knickpoint).

3.6 Estimación de la magnitud del momentum de los paleosismos para la


Falla Mititus

Para obtener la magnitud del momentum de los paleosismos que la Falla


Mititus pudo haber provocado y así generado las rupturas superficiales que se
preservan hasta la actualidad, se han utilizado las ecuaciones empíricas
desarrolladas por Wells y Coppersmith (1994) que vinculan el largo de ruptura
superficial (SRL), el cual debe ser utilizado en kilómetros, con la magnitud del
momentum (M), como también aquella que vincula el desplazamiento superficial
(MD), medida en metros, con la magnitud del momentum. Estas ecuaciones se
expresan de manera general de la siguiente manera:


˄

56 
 
 

Donde y corresponden a los coeficientes de regresión para cada


método empírico usado en la generación de la ecuación.

En este caso particular se ha decidido utilizar dos variables de las


ecuaciones de Wells y Coppersmith (1994), una donde no distingue la
cinemática de las fallas, que es además la recomendada por los autores, y otra
específica para fallas normales. Estas ecuaciones quedan expresadas de la
siguiente manera:
Ecuaciones SRL vs M
General:
5,08 1,16 ∗
Para fallas normales:
4,02 2 ∗

Ecuaciones MD vs M
General:
6,69 0,74 ∗
Para fallas normales:
6,63 1,12 ∗

Para el análisis de la Falla Mititus se ha realizado una segmentación en


dos tramos, la cual se fundamenta en las diferencias de expresión superficial
(escarpes de falla y abundancia de fracturas extensionales) y el largo de la
ruptura superficial. A estos dos segmentos se les ha aplicado las ecuaciones de
SRL vs M, obteniendo valores para el Segmento Norte de Mw 6.3 y Mw 6.0, con
las ecuaciones general y para fallas normales respectivamente; mientras que
para el Segmento Sur se obtuvieron valores de Mw 6.1 y Mw 5.8 utilizando las
dos ecuaciones ya nombradas anteriormente. Cabe destacar que en el
Segmento Norte se preservan escarpes de falla con su cara libre (free-face)

57 
 
 

casi intacta por lo cual es posible utilizar la ecuación MD vs M con la cual se


obtiene que para formar escarpes de falla de 0,5 m de altura se necesita un
sismo de magnitud Mw 6.4 y Mw 6.3, para las ecuaciones general y para fallas
normales respectivamente. Estos valores son semejantes al obtenido mediante
la ecuación SRL vs M con la ecuación general. Ver Tabla de datos 7.

Por último, se decidió visualizar la magnitud del momentum necesaria


para romper toda la Falla Mititus, incluyendo el tramo sin expresión superficial
entre los dos segmentos ya analizados, obteniendo valores de Mw 6.7 y Mw
6.8, para las ecuaciones generales y para fallas normales respectivamente. Ver
Tabla de datos 7.

Segmento  Largo de  Máximo  Magnitud del  Magnitud del  Magnitud del  Magnitud del 


ruptura  desplazamien momentum  momentum  momentum  momentum 
superficial  to superficial  (Mg)  (Mn)  (Mg)  (Mn) 
(SRL) [km]  (MD) [m] 
Norte 10,42 0,5 6.3 6.0 6.4 6.3
Sur 8,39 - 6.1 5.8 - -
F. Mititus 24,32 - 6.7 6.8 - -
(Total)

Tabla de datos 7. Resumen de los valores de magnitud de momentum obtenidos mediante las
dos ecuaciones SRL vs M y las dos ecuaciones MD vs M para cada segmento y la falla en su
totalidad.

58 
 
 

CAPÍTULO IV: LA FALLA NAGUAYÁN

4.1 Descripción General de la Falla Naguayán

La Falla Naguayán es un lineamiento estructural que se extiende entre


las coordenadas 22° 54’00’’ S por el norte y 23° 22’00’’ S por el sur. Su longitud
aproximada es de 55,6 km, y se distribuye en las cercanías del piedemonte
occidental de las quebradas que recorre. Posee una orientación general
variable entre NS y N10°E, con algunos rumbos menos frecuentes que pueden
llegar hasta N45°E y N10°W, preferencialmente en zonas de transferencia. Se
ha podido obtener un manteo para esta falla gracias a la presencia de
quebradas de alta incisión, como la Quebrada Mejillones, que cortan esta
estructura de manera semi-perpendicular. Además, la formación de quebradas
(gullies) en los escarpes de falla permitió la medición directa del plano de falla.
Estos valores varía entre 72 y 80° hacia el este (Figuras 23 y 24). Esta falla, a
diferencia de la Falla Mititus, se expresa en superficie con diferentes modos de
ocurrencia, y no sólo como una traza continua simple, tales como arreglos en
echelón hacia la izquierda, ramificación de la traza de la falla, complejos
arreglos de trazas individuales y pequeñas zonas de transferencia. La Falla
Naguayán separa verticalmente los depósitos aluviales del piedemonte
occidental de la Quebrada Mititus y los depósitos aluviales, tanto occidentales
como orientales, de la Quebrada Naguayán.

La Falla Naguayán es una estructura con una cinemática actual


aparentemente normal, lo que se fundamenta en la morfología de sus escarpes
de falla que indica un descenso del bloque oriental, lo que es concordante con
la topografía de los conspicuos frentes de montaña, y en la medida con datum
correspondiente a N15°E/90° R: 80°N encontrado en las coordenadas 366349
m N; 7375400 m E. La presencia o ausencia de una cinemática transcurrente
será discutida más adelante en este capítulo.

59 
 
 

Figura 23. Plano de falla expuesto en el Segmento Campamento, en la Zona de Estudio B.

Figura 24. Plano de la Falla Naguayán expuesto en la Quebrada Mejillones.

60 
 
 

4.2 Descripción de la Zona de Estudio B y sus superficies

4.2.1 Generalidades

La Zona de Estudio B (Figura 25) se encuentra ubicada al este de Cerro


Gris, dentro de la terminación sur de la Quebrada Mititus, entre las coordenadas
23° 6'37.88" S por el norte y 23° 7'22.76" S por el sur, abarcando un tramo de
1,41 km de largo de la Falla Naguayán, donde su traza se expone discontinua
hacia el norte, y hacia el sur como una traza simple y continua.

Las superficies aluviales que han sido deformadas por esta falla
corresponden a tres, las que desde la más antigua a la más joven han sido
nombradas como S1, S2 y S3. Estas superficies tienen el potencial de entregar
valiosa información sobre la actividad de la falla mediante una simple
observación en una imagen satelital y una inspección de terreno que indica si
han sido cortadas o no por la falla.

Antes de abarcar las relaciones existentes entre la actividad de la falla y


las diferentes superficies aluviales es necesario realizar una descripción de
ellas donde se indique sus características y edad relativa, para lo cual se
utilizaron los mismos cinco criterios utilizados para las superficies asociadas a
la Falla Mititus.

4.2.2 Descripción de las superficies aluviales

La superficie S1, que corresponde a la más antigua, se encuentra


asociada directamente al frente de montaña, y es sobreyacida y cortada por las
demás superficies. Se caracteriza por encontrarse fuertemente endurecida, lo
que se evidencia por una abundante costra salina formada por yeso, anhidrita y
otras sales, que le otorgan un color blanco - amarillo que es apreciable tanto en

61 
 
 

una imagen satelital como en terreno. Está compuesta por clastos de tamaño
variable, centimétricos y milimétricos, de composición andesítica de color pardo
rojizo. Esta superficie se encuentra inactiva y se le ha otorgado una edad
obtenida por Placzek et al. (2010) mediante isótopos cosmogénicos que varía
entre los 1,83 ±0,04 Ma y 1,54 ±0,03 Ma (muestras ADSO-3 y ADBA-27A,
respectivamente), por lo tanto esta superficie se comenzó a formar por lo
menos desde el Gelasiano (Pleistoceno temprano).

La superficie S2, correspondiente a la segunda superficie más antigua,


posee formas de abanico y debe su origen a la desembocadura de la quebrada
proveniente del margen occidental de la Quebrada Mititus. Sobreyace a la
superficie S1 y es cortada por la superficie S3. Se encuentra semi-consolidada
pero sin presentar un suelo salino. Está compuesta por clastos centimétricos de
composición andesítica de un color pardo rojizo. Se encuentra inactiva y se le
ha asociado a edades de isótopos cosmogénicos, realizadas por Placzek et al.
(2010), medidas en superficies aluviales con semejanzas morfológicas,
texturales y en sus relaciones de corte que corresponden a 1,01 ±0,05 Ma y
1,01 ±0,03 Ma (muestras ADBA-27CH y ADPC-1A), 0,93 ±0,08 Ma (muestra
ADSO-3SD) y 0,90 ±0,04 Ma (muestra ASOI-SD). Por lo que esta superficie
tiene una edad máxima calabriana (Pleistoceno temprano).

La superficie más joven de esta área es S3. Corresponde a aquella que


rellena los drenajes con mayor incisión. Es una superficie aluvial activa, la cual
está formada por clastos de composición andesítica de granulometría variable,
principalmente centimétricos y milimétricos, de color pardo azulado que no se
encuentran consolidados. Mediante una comparación con una superficie aluvial
datada por Placzek et al. (2010) de edades 0,336 ±0,012 Ma, 0,153 ±0,005 Ma
y 0,086 ±0,0036Ma, se le ha otorgado una edad máxima ioniana (Pleistoceno
medio).

62 
 
 

Para una mayor cantidad de observaciones detalladas sobre las


superficies aluviales y dataciones revisar Tablas de datos 8 y 3,
respectivamente.

4.2.3 Relación entre las superficies aluviales y el escarpe de falla

La relación espacial existente entre las superficies aluviales con la Falla


Naguayán consiste en que las superficies S1 y S2 se encuentran cortadas. Esta
misma relación de corte también fue observada hacia el norte del área de
estudio. Por otro lado, la superficie S3 no se ve afectada por la falla, más bien
esta disecta el escarpe de falla. Observar Figura 25.

63 
 
 

64 
 
 

Nombre de Descripción de la superficie


la superficie Morfoestratigrafía Características destacables Nivel de endurecimiento Material en superficie

S1 Corresponde a la superficie Presenta drenajes paralelos La superficie se encuentra Granulométricamente pueden


más antigua. Se encuentra rellenos con material de grano fino, fuertemente endurecida diferenciarse en dos extremos: uno
asociada al frente de montaña. los que se encuentran inactivos. debido a la presencia de una milimétrico dominante y en menor
Es cortada y sobreyacida por cobertura de yeso-anhidrita y medida uno centimétrico. Los
las superficies más jóvenes. sales tamaño limo-arcilla. A clastos varían de subangulosos a
Se encuentra inactiva. pesar de esto no se observan subredondeados y son de color
“costras” salinas. pardo rojizo, son de composición
andesítica.

S2 Corresponde a la segunda Presenta drenajes paralelos con Se encuentra semi- Granulométricamente se observan
superficie más antigua. orientación NW-SE. consolidada pero sin un grupo de clastos de
Poseen una clara morfología presentar un suelo salino. composición andesítica que caen
de abanico aluvial. Se dentro de la fracción centimétrica
extiende desde quebradas (1-9 cm) de color pardo rojizo que
principales provenientes desde varían desde angulosos a
los cerros que limitan hacia el subangulosos.
oeste el área de estudio.
Sobreyace a la superficie S1, y
es cortada y sobreyacida por
las superficie S3. Se encuentra
aparentemente inactiva.

S3 Corresponde a la superficie Nulo. Consiste principalmente Principalmente milimétrica


más joven. Corresponde a en material no consolidado. (subanguloso) pero con clastos
aquella que rellena los centimétricos (subangulosos a
drenajes de mayor incisión. Se angulosos) color pardo azulado.
encuentra activa.

Tabla de datos 8. Descripción de las superficies aluviales que se encuentran en la Zona de


Estudio B.

4.3 Características del escarpe de falla

Para la caracterización de este escarpe de falla se realizaron diez perfiles


topográficos levantados con GPS diferencial (Figura 26, perfiles PB1 al PB10).
Las mediciones de los cambios de pendientes realizados para este escarpe
entregaron valores para la sección principal de la pendiente que varían entre 21
y 48°, lo que indica que el escarpe está principalmente dominado por el talud de
detritos y la cara libre (Figuras 28 y 29), según los criterios establecidos por
Wallace (1977). Normalmente, hacia la cresta del escarpe se observa un

65 
 
 

cambio abrupto desde la pendiente principal del escarpe al ángulo de


inclinación de la

66 
 
 

67 
 
 

superficie dislocada, en los casos que no es así se observa una cambio gradual
que varía con ángulos entre 14-15°, en este caso la cresta en perfil presenta
una forma convexa hacia arriba y redondeada. Por su parte, en la zona
correspondiente a la base del escarpe de falla se observa una superficie con
ángulos de inclinación variables entre 5-20° correspondiente a los depósitos de
lavado.

La Figura 27 muestra los ángulos de pendiente que dominan el escarpe


en este tramo de la Falla Naguayán en la zona de estudio. De las
observaciones realizadas en terreno y de este gráfico se puede concluir que el
escarpe de falla está dominado principalmente por el talud de detritos.

Ángulo vs Frecuencia
8

5 5
3
1
0 0 0 0

0 ‐ 10° 10 ‐ 20° 20 ‐ 30° 30 ‐ 40° 40 ‐ 50° 50 ‐ 60° 60 ‐ 70° 70 ‐ 80° 80 ‐ 90°

Figura 27. Muestra los ángulos dominantes a lo largo de los perfiles hechos en la sección
principal del escarpe de la Falla Naguayán en la Zona de Estudio B. Los ángulos menores a 20°
corresponden a depósitos de lavado, los que varían entre 20 y 40° al talud de detritos, y las
inclinaciones sobre 40° a la cara libre.

68 
 
 

Figura 28. Sección en perfil W-E del escarpe de falla en la Zona de Estudio B, donde se puede
identificar visualmente con facilidad las secciones de la pendiente.

Figura 29. Sección en perfil E-W del escarpe de falla en la Zona de Estudio B, donde se puede
identificar visualmente con facilidad las secciones de la pendiente.

69 
 
 

4.4 Medición de la Separación Vertical

Para medir la separación vertical se utilizaron los mismos diez perfiles


topográficos nombrados en el apartado anterior. A diferencia de la Zona de
Estudio A, realizada en la Falla Mititus, las superficies en ambos bloques que
definen esta falla corresponden a la misma (Figura 25), por lo que los
resultados pueden considerarse como valores netos. Los resultados obtenidos
para las medidas realizadas fueron una separación vertical que varía entre 1,5 y
3,8 m, con un promedio de 3 m (Tabla de datos 9).

Nombre del Perfil  Separación vertical [m] 
PB1  3,4 
PB2  2,9 
PB3  2,9 
PB4  2,9 
PB5  2,6 
PB6  3 
PB7  3,2 
PB8  3,8 
PB9  2,2 
PB10  1,5 

Tabla de datos 9. Valores de las separaciones verticales de las superficies dislocadas para
cada perfil de la Zona de Estudio B.

4.5 Análisis de los perfiles en quebradas

Se realizó una observación exhaustiva de las quebradas (gullies) que


disectan este escarpe, específicamente dentro del tramo centro-sur de esta
zona de estudio donde se exponen de mejor manera, con el fin de encontrar y
medir sus hendiduras (knickpoints) (Figura 30), las que indican cambios en el
nivel de base. Asumiendo que la generación de estas hendiduras tiene un

70 
 
 

origen tectónico relacionado a la presencia de la falla, sin involucrar los factores


climáticos que pudieron haber afectado a la zona de estudio, es posible
dilucidar si el escarpe fue producido por al menos un evento de ruptura.
Efectivamente, se ha encontrado evidencia de cambios en el nivel dentro de
estos quebradas, pero debido al difícil acceso con el equipo de medición (GPS
diferencial) se tuvo que optar por realizar medidas con un flexómetro
obteniendo una distancia vertical desde la superficie general del bloque
colgante (cuya inclinación general corresponde a 7-8°) obteniendo valores de
20 cm y 120 cm para ambas hendiduras. Por lo que es posible hipotetizar que
el escarpe fue producido por al menos dos eventos de ruptura.

Figura 30. Vista frontal de una quebrada (gully) que disecta el escarpe de falla en la Zona de
Estudio B. La flecha blanca y la línea roja indican la posición de la hendidura (knickpoint).

71 
 
 

4.6 Descripción de la Zona de Estudio C y sus superficies

4.6.1 Generalidades

La Zona de Estudio C (Figura 36) está ubicada inmediatamente al sur de


la Zona de Estudio B, y corresponde a la localidad en donde tres quebradas se
reúnen (quebradas Mititus, Mejillones y Naguayán). Las coordenadas que la
limitan de norte a sur son 23° 7'40.39" S y 23° 8'52.49" S, respectivamente, y
abarcan un tramo de la Falla Naguayán de aproximadamente 2,5 km de largo.
En esta zona, la falla se expresa mediante una traza simple y continua en la
mayor parte de su longitud, a excepción de donde los drenajes principales de
las quebradas cortan esta traza, generando un escarpe de falla discreto
(Figuras 31, 32, 33, 34 y 35).

Las superficies que se encuentran en las inmediaciones de la falla


corresponden a cinco, las cuales han sido nombradas desde la más antigua a la
más reciente como S1, S2, S3, S4 y S5. A continuación se entrega la
información que describe a todas dándole características y su edad relativa.
Para esto se seguirán utilizando los mismos criterios vistos en los apartados
anteriores.

72 
 
 

Figura 31. Vista hacia el norte del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el extremo norte
de la Zona de Estudio C. Las flechas blancas indican la posición del escarpe.

Figura 32. Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la
falla en la Zona de Estudio C. Las flechas blancas indican la posición del escarpe.

73 
 
 

Figura 33. Vista hacia el norte del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en las cercanías de
la Quebrada Entrada, en el extremo sur de la Zona de Estudio C. Las flechas blancas indican la
posición del escarpe.

Figura 34. Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la
falla en la Zona de Estudio C. Las flechas blancas indican la posición del escarpe.

74 
 
 

Figura 35. Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la
falla en la Zona de Estudio C.

75 
 
 

76 
 
 

4.6.2 Descripción de las superficies aluviales

La superficie S1 corresponde a la superficie aluvial más antigua de esta


zona, y está sobreyacida y cortada por las demás superficies. Presenta un
fuerte nivel de endurecimiento, debido a los suelos salinos que forman parte de
ella y generan costras de yeso, que incluso llega a formar cristales, anhidrita y
otras sales. El material que forma estos depósitos, que corresponden a la
unidad de Gravas Antiguas (Mg), es particularmente variable
composicionalmente (ver Tabla de datos 9), al igual que su granulometría que
llega a alcanzar tamaños cercanos a los 10 cm en superficie. Presenta una gran
cantidad de drenajes abandonados, esta superficie se encuentra inactiva. Una
edad de 12,74 ±0,13 Ma ha sido obtenida para esta superficie mediante el
40
método Ar/39Ar en biotita (en cenizas retrabajadas, muestra PMC-33.la) por
Marquardt et al. (2005), por lo que esta superficie se depositó durante el
Serravalliense (Mioceno medio).

La superficie S2, correspondiente a una superficie aluvial y a la segunda


más antigua, se encuentra restringida a pocos lugares debido a que sido
cortada y sobreyacida principalmente por la superficie S3. Se encuentra
endurecida, pero en menor grado que S1, no presenta las mismas costras
salinas sino más bien sus clastos se encuentran cohesionados por medio de un
material salino tamaño limo-arcilla. Al igual que S1, composicionalmente es
variable y su tamaño de clastos es mayoritariamente centimétrico. Se encuentra
inactiva y su edad es desconocida.

La superficie S3 corresponde a aquella que rellena tanto los drenajes


principales de las quebradas como aquellos drenajes secundarios que llegan
desde sus márgenes occidental y oriental. Se relaciona con las demás
superficies cortando a S1 y S2, e infrayaciendo a S4. No presenta una
cobertura salina, ni se encuentra cohesionada. Está formada por clastos

77 
 
 

andesíticos de tamaño dominantemente milimétrico y otros de algunos pocos


centímetros color pardo, junto a una porción tamaño limo-arcilla color blanco –
amarillo. Se le asocia una edad de al menos 0,336 ±0,012 Ma mediante
comparación con una superficie activa datada por Placzek et al. (2010) al norte
de Quebrada Mititus. Por lo que esta superficie se encuentra activa al menos
desde el Ioniano (Pleistoceno medio).

La superficie más joven (S4), consiste en la unión de tres tipos de


depósitos los cuales corresponden a los depósitos aluviales más joven en la
parte norte de esta zona de estudio, depósitos coluviales y eólicos en la parte
sur, los cuales sobreyacen y cortan a las demás superficies. No presenta una
cobertura salina y no se encuentra cohesionada. El material detrítico que la
forma en su parte aluvial corresponde a clastos andesíticos de color pardo
rojizo con tamaño variable donde sobresale la porción centimétrica, mientras
que en la parte sur corresponde mayoritariamente a granos tamaño arena
media y fina. Se encuentra activa y comenzó su depositación desde la
formación del escarpe de falla.

Para información más detallada sobre las superficies afectadas y las


dataciones se deben revisar la Tablas de datos 10 y 3, respectivamente.

78 
 
 

Nombre de la Descripción de la superficie


superficie Morfoestratigrafía Características destacables Nivel de endurecimiento Material en superficie

S1 Corresponde a la superficie aluvial Se observa la presencia de Fuertemente endurecida llegando El material correspondiente a esta
más antigua del área de estudio. grietas tectónicas con a formar costras de yeso superficie composicionalmente es
Es sobreyacida y cortada por las orientación NW-SE en el cristalino, anhidrita y sales en variable. Las superficies ubicadas
demás superficies. Se encuentra extremo sur del área. Presenta algunas localidades. principalmente al oeste del drenaje-
inactiva. la mayor cantidad de drenajes camino principal son de composición
abandonados de todas las andesítica de color pardo rojizo
superficies. ángulos y subangulosos donde la
fracción milimétrica es más abundante
que la centimétrica (hasta 10 cm). Por
otro lado, al este la superficie posee
clastos andesíticos y dioríticos, estos
últimos fuertemente meteorizados y
disgregables de tamaño variable entre
el milímetro y unos pocos
centímetros.

S2 Corresponde a la segunda En menor medida que la Al igual que la superficie S1,


superficie aluvial más antigua del superficie S1. No presenta las composicionalmente es variable.
área de estudio. Se ubica costras de yeso y sales, en Corresponde a clastos centimétricos
restringida a pocos lugares. Es cambio presenta material tamaño angulosos y subangulosos.
cortada por la superficie S3 y limo arcilla que brinda cohesión a
cubierta por la superficie S4. Se los clastos.
encuentra inactiva.

S3 Corresponde a la tercera superficie Presenta depósitos de lodos Nulo. No presenta cobertura El material que forma parte de esta
más antigua. Corta a las superficies blancos tipo “playa lake”. salina. El material no se superficie corresponde a clastos de
S1 y S2, y es sobreyacida por la encuentra cohesionado. composición andesítica de tamaño
superficie S4. Se encuentra activa. variable milimétrico hasta algunos
pocos centímetros color pardo junto a
una fracción tamaño limo-arcilla color
pardo amarillento, que es la más
abundante.

S4 Corresponde a la superficie más Los depósitos eólicos generan Nulo. No presenta cobertura El material correspondiente a las
joven del área de estudio e pequeñas dunas y se acumulan salina. El material no se superficies aluviales corresponde a
incorpora también a los depósitos en la cara expuesta del escarpe encuentra cohesionado clastos de composición andesítica
eólicos actuales. Sobreyace a de la falla. donde se observan dos grupos uno
todas las superficies, milimétrico y otro centimétrico donde
principalmente a S1. Se encuentra sobresale la fracción centimétrica.
activa. Estos clastos son color pardo azulado
y varían de angulosos a
subangulosos. Por otra parte, el
material correspondiente a los
depósitos eólicos corresponde a
arena fina-media de color amarillo.
Esta se encuentra bien redondeada y
bien seleccionada.

Tabla de datos 10. Descripción de las superficies aluviales que se encuentran en la Zona de
Estudio C.

79 
 
 

4.6.3 Relación entre las superficies aluviales y el escarpe de falla

La relación espacial existente entre las superficies de la Zona de Estudio


C y la actividad de la Falla Naguayán se resume en los siguientes puntos: La
superficie S1 se encuentra cortada por la falla en la totalidad de la zona de
estudio. Por su parte, la superficie S2 se encuentra deformada por la falla sólo
en el tramo sur de la falla. Por último, tanto la superficie S3 como la superficie
S4 no se ven afectadas por la falla, debido a que estas forman parte del relleno
de las quebradas principales que disectan el escarpe de falla. Observar Figura
36.

4.7 Características del escarpe de falla

Para la caracterización del escarpe de falla en esta zona de estudio se


realizaron doce perfiles topográficos mediante el uso de GPS diferencial (Figura
37, perfiles PC1 al PC12). Las mediciones de los cambios en la pendiente del
escarpe de falla entregaron valores para su sección principal que varían entre
13 y 24°, lo que en una primera aproximación siguieren un dominio de los
depósitos de lavado, según los criterios establecidos por Wallace (1977). Es
común observar hacia la cresta del escarpe un cambio repentino en el ángulo
de inclinación, a pesar de esto fue posible medir cambios más ligeros que
pasan por ángulos entre 9-10°. En la sección correspondiente a la base del
escarpe son comunes los ángulos que varían entre 1 y 11°, lo que
correspondería a una zona de lavado.

La Figura 38 muestra los ángulos de pendiente que dominan el escarpe


en este tramo de la Falla Naguayán. De las observaciones realizadas en terreno
y de este gráfico se puede concluir que el escarpe de falla está dominado
principalmente por el depósito de lavado.

80 
 
 

81 
 
 

Ángulo vs Frecuencia
8
7

1
0 0 0 0 0

0 ‐ 10° 10 ‐ 20° 20 ‐ 30° 30 ‐ 40° 40 ‐ 50° 50 ‐ 60° 60 ‐ 70° 70 ‐ 80° 80 ‐ 90°

Figura 38. Muestra los ángulos dominantes a lo largo de los perfiles hechos en la sección
principal del escarpe de la Falla Naguayán en la Zona de Estudio C. Los ángulos menores a 20°
corresponden a depósitos de lavado, los que varían entre 20 y 40° al talud de detritos, y las
inclinaciones sobre 40° a la cara libre.

4.8 Medición de la Separación Vertical

Para el cálculo de la separación vertical de las superficies dislocadas por


la Falla Naguayán en esta zona de estudio se han utilizado los mismos doce
perfiles topográficos nombrados en el apartado anterior, donde se pudieron
obtener once medidas. Los resultados obtenidos son consideradas como
valores mínimos de separación vertical, esto se debe a que la superficie
encontrada en el bloque colgante (S4) es más joven que la del bloque yaciente
(S1) (Figura 36). Los resultados obtenidos varían entre 0,6 a 5 m, con un
promedio de 1,85 m (Tabla de datos 11). Los valores más pequeños se
encuentran al norte de la Quebrada Entrada.

82 
 
 

Nombre del Perfil  Separación vertical [m] 
PC1  0,6 
PC2  1,7 
PC3  s/m 
PC4  1,25 
PC5  0,7 
PC6  0,6 
PC7  1,5 
PC8  3,8 
PC9  5 
PC10  1,3 
PC11  1 
PC12  2,9 

Tabla de datos 11. Valores de las separaciones verticales de las superficies dislocadas para
cada perfil de la Zona de Estudio C.

4.9 Verificación de la componente transcurrente

Debido a la ausencia de alguna evidencia clara que demuestre una


cinemática transcurrente para la Falla Naguayán durante los últimos periodos
de reactivación, y con el fin de verificar o descartar esta interrogante, se hizo
uso de un método que utiliza las redes de drenaje como marcadores
geomorfológicos, las cuales se encuentran bien preservadas en ambos bloques
definidos por la falla y que se suponen antes de la formación del escarpe
formaban parte de una misma estructura.

Para esto se realizaron diez perfiles topográficos levantados con GPS


diferencial (Figura 39, perfiles PC13 al PC22). De estos perfiles, que se
realizaron tanto al norte como al sur de la Quebrada Entrada, tres se ubican en
el bloque yaciente (Perfiles PC13, PC14 y PC20) y tres en el bloque colgante
(Perfiles PC15, PC16 y PC17), y tienen una orientación perpendicular a la
dirección general de los drenajes. Por otro lado, se realizaron cuatro perfiles

83 
 
 

más por la base y techo del escarpe (Perfiles PC18, PC19, PC21 y PC22), con
el fin de generar una vista tipo shutter-ridge. Esta vista indica mediante su
geometría convexa por donde pasaban los drenajes antes de la formación del
escarpe.

Los resultados obtenidos al comparar las secciones transversales de los


drenajes, tanto en el bloque yaciente como colgante, no entregan un patrón
coherente, esto debido a su morfología particular la cual es meandriforme, por
lo que difícilmente se puede identificar evidencia de desplazamientos
transcurrentes. No obstante, los perfiles tipo shutter-ridge entregaron
información más relevante al comparar los perfiles realizado por el techo con su
respectiva base. Aquí se observó que los ejes asociados a la incisión de mayor
profundidad del drenaje se presentaban alineados. Por lo que mediante
observaciones de terreno y el análisis de estos perfiles topográficos se llegó a la
conclusión que al menos para actividad de la falla que ha deformado estos
depósitos no existen movimientos transcurrentes.

84 
 
 

Figura 39. Perfiles topográficos perpendiculares a los drenajes que cortados por la Falla
Naguayán en la Zona de Estudio C.

85 
 
 

4.10 Descripción de la Zona de Estudio D y sus superficies

4.10.1 Generalidades
 
La Zona de Estudio D (Figura 40) está ubicada a 6,7 km al noroeste de
las instalaciones de la Minera Rayrock, y a los pies de la falda sur de Cerro
Fortuna. Las coordenadas que la limitan de norte a sur corresponden a 23°
17'1.65" S y 23° 17'52.01" S respectivamente, abarcando un tramo de
aproximadamente 1,8 km de la Falla Naguayán que incorpora parte de la zona
de transferencia entre las fallas Naguayán y Fortuna. En esta zona, la falla se
expresa mediante una traza simple continua que genera escarpes de falla
discretos pero bien definidos (Figura 41, 42, 43, 44, 45 y 46). Corta tanto
depósitos aluviales como a las unidades rocosas del sector.

Las superficies que se encuentran en las inmediaciones de la falla


corresponden a cinco, las cuales han sido nombradas desde la más antigua a la
más joven como S1, S2, S3, S4 y S5, las que se describen a continuación
entregando tanto característica, como su edad relativa. Para esto se seguirán
utilizando los mismos criterios vistos en los apartados anteriores.

86 
 
 

87 
 
 

Figura 41. Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo norte de la
falla en la Zona de Estudio D. Las flechas blancas indican la posición del escarpe de falla.

Figura 42. Vista frontal del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo norte de la falla
en la Zona de Estudio D.

88 
 
 

Figura 43. Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo norte de la
falla en la Zona de Estudio D. Las flechas blancas indican la posición del escarpe de falla.

Figura 44. Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo central de
la falla en la Zona de Estudio D.

89 
 
 

Figura 45. Vista hacia el norte del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la
falla en la Zona de Estudio D. Las flechas blancas indican la posición del escarpe de falla.

Figura 46. Vista hacia el sur del escarpe de la Falla Naguayán, ubicado en el tramo sur de la
falla en la Zona de Estudio D. Las flechas blancas indican la posición del escarpe de falla.

90 
 
 

4.10.2 Descripción de las superficies aluviales


 
La superficie S1, correspondiente a la más antigua de la zona de estudio,
se encuentra con frecuencia asociada al frente de montaña como también en
forma de remanentes colgados en las quebradas que se internan en los
macizos rocosos (Figura 52) que forman tanto el margen occidental y oriental
de esta zona. Su relación morfoestratigráfica con las demás superficies es
básicamente ser cortada y sobreyacida por ellas. Se encuentra fuertemente
endurecida, esto se debe a la presencia de una cobertura salina de yeso-
anhidrita tamaño limo arcilla color blanca – amarillo (Figuras 47 y 52).
Individualmente, los clastos son fácilmente disgregables, tanto con martillo
como con la mano; granulométricamente pueden diferenciarse en un extremo
milimétrico y otro centimétrico (Figura 48), también se observan bloques
enterrados, su color varían entre anaranjado y rojo. Presenta drenajes paralelos
con relleno de material fino. A esta superficie, que se encuentra inactiva, ha
sido comparada con superficies datadas mediante el método de isótopos
26
cosmogénicos Al/10Be por Placzek et al. (2010) que entregaron edades de
1,83 ±0,04 Ma y 1,54 ±0,03 Ma, por lo que esta S1 tiene una edad máxima
gelasiana (Pleistoceno temprano).

La superficie S2, se encuentra ubicada principalmente en las quebradas


que se internan en el macizo rocoso que forma parte del margen oriental de la
zona de estudio (Figuras 55 y 56). Al norte y este, dentro de los márgenes de
esta zona, corta a S1, mientras que hacia el sur y centro no se observa una
relación clara debido a los escasos remanentes de S1. Es cortada y
sobreyacida por S3, y cortada por S5. Se encuentra endurecida pero en menor
grado en comparación a S1, su material más grueso se encuentra
prácticamente libre. Su granulometría es centimétrica y corresponden a clastos
andesíticos de color pardo rojizo (Figura 49). Esta superficie también inactiva ha

91 
 
 

sido asociada a las superficies datadas por Placzek et al. (2010) con edades de
1,01 ±0,05 Ma, 1,01 ±0,03 Ma, 0,93 ±0,08 Ma y 0,90 ±0,04 Ma, por lo que S2
tiene una edad máxima calabriana (Pleistoceno temprano).

La superficie S3 corresponde al relleno de los drenajes que


desembocaban en la quebrada principal (Figuras 50 y 52) y que ahora son
cortados por la superficie que rellena a este último (S4 y S5). Hacia el norte
corta y sobreyace a las superficies S1 y S2. Su nivel de endurecimiento es bajo,
donde sólo la fracción fina se encuentra cohesionada y los clastos más gruesos
se encuentran libres. Su granulometría dominante es la centimétrica (Figura
51). Esta superficie, aparentemente activa, ha sido comparada con aquella
superficies datadas por Placzek et al. (2010) que entregaron edades de 0,336
±0,012 Ma, 0,153 ±0,005 Ma y 0,086 ±0,0036 Ma, por lo que tiene una edad
máxima ioniana (Pleistoceno medio).

La superficie S4, correspondiente a la segunda superficie más joven, y se


encuentra en la zona correspondiente al drenaje que forma parte de la
quebrada principal, presentándose en forma de superficie remanente (Figura
53). La superficie S5 la corta. No presenta cobertura salina. Su granulometría
es heterogénea al igual que su composición, sus clastos de color pardo oscuro.
Se encuentra inactiva.

La superficie S5, que es la más joven dentro de la zona de estudio,


consiste en el lleno de la quebrada principal. Corta a todas las superficies más
antiguas que ella. Su endurecimiento es bajo o prácticamente nulo. Su
granulometría es heterogénea, pero en promedio es de menor tamaño que en
S4, sus clastos son color pardo oscuro. Se encuentra activa.

92 
 
 

Para obtener información más detallada de las superficies aluviales de


esta zona de estudio revise Tabla de datos 12.

93 
 
 

Nombre de la Descripción de la superficie


superficie Morfoestratigrafía Características destacables Nivel de endurecimiento Material en superficie

S1 Corresponde a la superficie más Puede presentar drenajes La superficie se encuentra Granulométricamente pueden
antigua. Se encuentra paralelos con relleno de fuertemente endurecida debido diferenciarse en dos extremos:
frecuentemente asociada al material fino, los que se a la presencia de una cobertura uno milimétrico dominante (0.2-
frente de montaña, por lo que encuentran inactivos. Contiene salina de yeso-anhidrita 0.5 mm) y en menor medida
muchas veces se hace difícil la bloques enterrados. tamaño limo-arcilla. Al contrario, uno centimétrico (hasta 30 cm).
distinción de su relación de gran parte de los clastos son Ocasionalmente se observan
contacto. Es cortada y fácilmente disgregables con bloques enterrados. Los
sobreyacida por las superficies martillo y a mano. clastos varían de subangulosos
más jóvenes. Se encuentra a subredondeados y son de
inactiva. color pardo anaranjado-rojizo,
por su parte la fracción salina
es blanca-amarillenta.

S2 Es la segunda superficie más Presenta pequeñas fracturas Menos endurecida que S1. El La granulometría
antigua. En los sectores norte y extensionales en las cercanías material más grueso se dominantemente es
este, dentro de la zona de del escarpe de falla. encuentra prácticamente suelto. centimétrica (hasta de 20 cm).
estudio D, corta a la superficie Corresponde principalmente a
S1, y en el sector centro-sur no clastos de composición
se observa una relación clara andesítica subangulosos a
debido a los escasos remanentes angulosos de color pardo rojizo.
de S1. Es cortada y sobreyacida En el sector centro-sur de la
por la superficie S3 y cortada por zona de estudio forman
la superficie S5. Se encuentra cubiertas más densas y
inactiva. extensas que en el norte.

S3 Es la tercera superficie más Presenta costras de “lodo” Bajo. El material clástico se La granulometría dominante es
antigua. Es el relleno de los endurecidas a través de los encuentra suelto a excepción de orden centimétrico donde es
drenajes que son cortados por el drenajes que esta superficie de la fracción más fina que se posible encontrar clastos
drenaje principal de la cuenca. rellena. encuentra englobada en una superiores a 20 cm. Por su
En el sector norte corta a la matriz de las costras parte la fracción milimétrica
superficie S1, y corta y sobreyace mencionadas anteriormente. promedia en los 0.5 mm.
a la superficie S2. Presenta alta densidad de
Aparentemente está activa. clastos en las cercanías del
frente de montaña.

S4 Es la segunda superficie más Bajo. No presenta una Granulometría heterogénea.


joven. Esta abarca el área cobertura salina. Sus clastos varían desde
comprendida dentro de los angulosos a muy angulosos y
drenajes principales y más son de color pardo oscuro.
jóvenes del área de estudio. Se
encuentra en forma remanente
debido a que la superficie S5 la
corta. Se encuentra inactiva.

S5 Es la superficie más joven del Presenta costras de “lodo” Bajo. A excepción de aquel Granulometría heterogénea,
área. Forma parte del relleno de endurecidas a través de los material, principalmente de pero de menor tamaño que la
los drenajes más jóvenes. Corta drenajes que esta superficie granulometría fina que este presente en S4. Los clastos
a toda superficie más antigua que rellena englobado en las costras varían desde angulosos a muy
este en contacto con ella. endurecidas nombras angulosos y son de color pardo
Aparentemente activa. anteriormente. oscuro.

Tabla de datos 12. Descripción de las superficies aluviales que se encuentran en la Zona de
Estudio D.

94 
 
 

Figura 47. Superficies S1 y S2 de la Zona de Estudio D en el bloque yaciente de la Falla


Naguayán.

Figura 48. Material detrítico que conforma la Superficie S1 de la Zona de Estudio D.

95 
 
 

Figura 49. Material detrítico que conforma la Superficie S2 de la Zona de Estudio D.

Figura 50. Superficie S3 de la Zona de Estudio D en el bloque yaciente. El material sirve de


relleno de un drenaje que disecta el escarpe de falla.

96 
 
 

Figura 51. Material detrítico que conforma la Superficie S3 de la Zona de Estudio D.

Figura 52. Superficies S1 y S3 en el tramo central de la Zona de Estudio D.

97 
 
 

Figura 53. Superficie S4 en el tramo central de la Zona de Estudio D.

Figura 54. Material detrítico que conforma la Superficie S4 de la Zona de Estudio D.

98 
 
 

Figura 55. Se observa la relación existente entre las superficies S2 y S3 en las quebradas del
margen oriental de la Zona de Estudio D.

Figura 56. Se observa la relación existente entre las superficies S2 y S3 en las quebradas del
margen oriental de la Zona de Estudio D.

99 
 
 

4.10.3 Relación entre las superficies aluviales y el escarpe de falla

La relación espacial existente entre las superficies de la Zona de Estudio


D y la actividad de la Falla Naguayán se resume en las siguientes
observaciones. La superficie S1 es cortada por la falla en su tramo norte,
generando escarpes de falla que mantean hacia el este. Por otra parte, la
superficie S2 es deformada por la falla en la totalidad del área de estudio donde
esta aparece, generando escarpes de falla que mantean hacia el este, como
también facturas extensionales. Por último, las superficies S3, S4 y S5 no se
ven deformadas por la falla, al contrario estas disectan su expresión
morfológica. Observar Figura 40.
 
4.11 Características del escarpe de falla

Para la caracterización del escarpe de falla en esta zona de estudio se


realizaron catorce perfiles topográficos mediante el uso de GPS diferencial
(Figuras 57 y 58, perfiles PD1 al PD14). Para la medición de la variación de los
ángulos del escarpe de falla se tomó en consideración que cinco de estos
perfiles fueron realizados sobre roca y no en superficies aluviales, por lo que
sólo se tomaron en cuenta los resultados de los perfiles PD1, PD2, PD3, PD4,
PD5, PD10, PD12, PD13 y PD14.

Las mediciones de los cambios en la pendiente del escarpe de falla


entregaron valores para su sección principal que varían entre 1 y 32°, los que
según los criterios establecidos por Wallace (1977) corresponden al depósito de
lavado y el talud de detritos. Hacia la base del escarpe de observan ángulos
que varían entre 1 y 16° lo cual define la zona del depósito de lavado.

La Figura 59 muestra los ángulos de pendiente que dominan el escarpe


de esta zona de estudio. De las observaciones realizadas en terreno y de este

100 
 
 

gráfico se puede concluir que el escarpe de falla está dominado principalmente


por el depósito de lavado.

101 
 
 

102 
 
 

103 
 
 

Ángulo vs Frecuencia
6

3
2
1 1
0 0 0 0

0 ‐ 10° 10 ‐ 20° 20 ‐ 30° 30 ‐ 40° 40 ‐ 50° 50 ‐ 60° 60 ‐ 70° 70 ‐ 80° 80 ‐ 90°

Figura 59. Muestra los ángulos dominantes a lo largo de los perfiles hechos en la sección
principal del escarpe de la Falla Naguayán en la Zona de Estudio D. Los ángulos menores a 20°
corresponden a depósitos de lavado, los que varían entre 20 y 40° al talud de detritos, y las
inclinaciones sobre 40° a la cara libre.

4.12 Medición de la Separación Vertical


 
Para la medición de la separación vertical se trabajó con todos los
perfiles realizados, donde se pudieron obtener doce valores. Como las medidas
realizadas fueron hechas sobre la misma superficie tanto en el bloque yaciente
como el colgante, los resultados obtenidos serán considerados como valores
netos. La separación vertical para este tramo de la Falla Naguayán varía entre
0,5 y 1,2 m, con un valor promedio de 0,8 m (Tabla de datos 13).

104 
 
 

Nombre del Perfil  Separación vertical [m] 
PD1  0,72 
PD2  0,5 
PD3  0,6 
PD4  0,6 
PD5  1 
PD6  0,86 
PD7  1,14 
PD8  1 
PD9  s/m 
PD10  0,8 
PD11  s/m 
PD12  1 
PD13  1,2 
PD14  0,65 

Tabla de datos 13. Valores de las separaciones verticales de las superficies dislocadas para
cada perfil de la Zona de Estudio D.

4.13 Estimación de la magnitud del momentum de los paleosismos para la


Falla Naguayán

Para la obtención de la magnitud del momentum de los paleosismos que


pudo haber generado la Falla Naguayán, al igual que como se vio con la Falla
Mititus, se han utilizado la ecuación empírica de Wells y Coppersmith (1994)
que vincula el largo de ruptura superficial (SRL), la cual debe ser expresada en
kilómetros, y la magnitud del momentum (M). En este caso se ha decidido
utilizar dos variables de esta ecuación, una que no hace distinción de la
cinemática de las fallas (general) y otra específica para fallas normales.

Para el análisis de la Falla Naguayán se ha realizado una segmentación


en tres tramos, la cual responde principalmente a relaciones geométricas tales
como cambios de rumbo y zonas de transferencia. A estos tres segmentos se

105 
 
 

les ha aplicado las ecuaciones SRL vs M de Wells y Coppersmith (1994)


considerando sólo el largo de los tramos continuos y no las zonas de
transferencia, obteniendo valores para el Segmento Norte iguales a Mw 6.2 y
Mw 6.0, con la ecuación general y para fallas normales respectivamente; para el
Segmento Centro los valores corresponden a Mw 6.8 y Mw 6.9; y para el
Segmento Sur valores de Mw 5.9 y 5.4, usando las ecuaciones anteriormente
nombradas. Ver Tabla de datos 14.

Por último, se han planteado dos casos hipotéticos en donde se reactivan


dos segmentos y la falla en su totalidad para poder evaluar que magnitudes de
momentum generaría la falla. En este caso se considera también el largo de las
zonas de transferencia, obteniendo valores de Mw superiores a 7.0 (ver Tabla
de datos 14).

Segmento  Largo de ruptura  Magnitud del momentum  Magnitud del momentum


superficial (SRL) [km]  (Mg)  (Mn) 
Norte  9,41 6.2 6.0
Centro  28,7 6.8 6.9
Sur  4,93 5.9 5.4
Norte + Centro  41 6.9 7.2
F. Naguayán (Total)  46,19 7.0 7.4

Tabla de datos 14. Resumen de los valores de magnitud de momentum obtenidos mediante las
dos ecuaciones que vinculan SRL vs M para los segmentos y la totalidad de la Falla Naguayán.

106 
 
 

CAPÍTULO V: FRACTURAS EXTENSIONALES

5.1 Generalidades

El estudio de las fracturas, así como el de las fallas, como rasgos


asociados a eventos sísmicos provee gran información para establecer un
marco de trabajo para la temática de riesgo geológico. Pueden otorgar
información importante como la localización y tamaño de antiguos terremotos.
Estas fracturas han sido encontradas después de eventos sísmicos asociados
al Ciclo de Terremotos de Subducción (Baker, 2012), y son preservadas por
largos periodos de tiempo debido a las condiciones climáticas de híper-aridez
del Desierto de Atacama, siendo útiles para demostrar múltiples eventos de
reactivación (Loveless et al., 2009).

Dentro del área de estudio, específicamente en las cercanías de la Falla


Mititus, es posible observar gran cantidad de fracturas que afectan tanto al
material rocoso que forma parte de la cadena montañosa que define el margen
occidental de la quebrada homónima, como el material detrítico que forma parte
de los abanicos aluviales (Figura 64). Estas estructuras, generalmente,
presentan un relleno detrítico fino color pardo rojizo-pardo claro formado por
sedimento tipo arena fina-media y que han sido cementados por yeso, anhidrita
y cantidades menores de halita y carbonatos. También es posible observar
fracturas abiertas e hibridas en el sentido Hancock (1985). Las medidas de sus
aperturas realizadas entre sus paredes varían entre 30 cm - 2,1 m, con
profundidades que llegan hasta los 2 m (Figuras 60 y 61), estas medidas fueron
realizadas en los cerros ubicados inmediatamente al oeste del Tramo
Sismómetro. Su geometría en profundidad refleja que estas estructuras poseen
manteos subverticales.

107 
 
 

Fracturas similares en contextos geotectónicos semejantes también han


sido estudiadas por otros autores (Keefer y Moseley, 2004; Loveless et al.,
2005; Loveless et al., 2009; Pizarro, 2012).

Para la clasificación y el posterior análisis de estas fracturas se ha decidido


utilizar un criterio de distribución y orientación espacial. Este criterio se
fundamenta en:

 La cercanía de las fracturas extensionales con las fallas. Para lo que se


ha tomado un área que está limitada a una distancia de 400 m hacia
ambos lados de la falla.

 Su orientación con respecto al rumbo de la falla.

108 
 
 

Figura 60. Fractura extensionales ubicadas en el margen occidental de la Quebrada Mititus.


Las flechas blancas indican la posición de estas fracturas.

Figura 61. Fractura extensionales ubicadas en el margen occidental de la Quebrada Mititus.


Las flechas blancas indican la posición de estas fracturas.

109 
 
 

5.2 Fracturas extensionales asociadas espacialmente a una traza de falla

Este tipo de fracturas corresponden a aquellas que en términos de


distribución y orientación se les otorga una vinculación con una falla. Dentro del
área existen muchos ejemplos donde estas estructuras se ubican en los
alrededores de fallas, ya sea en la misma Falla Mititus como en otras fallas
subsidiarias a esta (Figura 64, Fracturas Rojas, Violetas, Negras, Blancas,
Amarillas y Celestes). Al realizar un mapeo de estas estructuras se puede
dilucidar una tendencia en su distribución, donde estas fracturas, por lo general,
se encuentran en el bloque yaciente que define la falla a la cual se le está
asociando. Otro rasgo que da sustento a esta hipótesis corresponde a las
fracturas que forman parte del tramo norte de la Falla Mititus, las cuales se
encuentran en directa continuación y orientadas subparalelas a los escarpes de
falla que continúan tanto al norte y sur de esta porción de Falla Mititus.

Con respecto a su génesis se propone que estas fracturas extensionales


podrían deberse a:

 Que estas fracturas extensionales correspondan a la expresión temprana


de la formación de la traza de la falla. Que el evento sísmico no haya
sido capaz de formar un escarpe de falla.

 Que sea efecto del rebote elástico asociado al ciclo de sismos de


subducción, y que al ser una zona de debilidad la deformación se
concentra formando esta gran cantidad de fracturas.

110 
 
 

5.3 Fracturas extensionales no vinculadas a trazas de falla

Estas fracturas que no poseen una distribución y orientación asociada a


una falla. Se encuentran ubicadas a través de los 3 km de ancho de la cadena
montañosa que limitan el margen occidental de la Quebrada Mititus formando
dos campos de fracturas. Con el fin de conocer la orientación general de estos
grupos de estructuras se ha realizado un mapeo de ellas, del cual se ha
generado una base de datos con 3034 datos que cubren casi el 50% del área
afectada por las fracturas. Como se observa en la Figura 64, se han analizado
por separado los grupos norte y sur (Fracturas Verdes y Anaranjadas,
respectivamente) con el fin de encontrar diferencias en su orientación. De los
diagramas de rosa se observa que a pesar que el grupo de fracturas del norte
posee un intervalo más amplio de orientaciones, ambos grupos poseen una
tendencia hacia el NNE, por lo que es posible concluir que la deformación que
las provoca debe ser el mismo.

Como ya se ha nombrado en los apartados anteriores, algunas de estas


se encuentran rellenas pero presentan en su interior nuevas fracturas a menor
escapa, las cuales sugieren una reactivación de la estructura (Figuras 62 y 63).

Este tipo de fracturas pueden ser asociadas a lo que autores como


Loveless et al. (2009) han descrito como grietas inicialmente formadas por
estreses de contacto interplaca y reactivadas por sucesivos sismos.

111 
 
 

Figura 62. Fractura extensionales de menor tamaño dentro de una zona correspondiente a una
fractura extensional de aproximadamente 2 m de apertura.

Figura 63. Fractura mayor rellena con sedimentos detríticos color pardo rojizo. La flecha blanca
indica la posición de las fracturas pequeñas.

112 
 
 

Figura 64. Imagen satelital ETM+ de los alrededores de la Falla Mititus. Están indicadas con
diferentes colores los grupos de fracturas extensionales, junto a sus respectivos diagramas de
rosa.

113 
 
 

CAPÍTULO VI: SÍNTESIS, DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

6.1 Síntesis y discusión

El objetivo general propuesto para esta memoria de título fue la


evaluación del grado de actividad cuaternaria para las fallas Mititus y Naguayán,
las cuales debido a su ubicación, al norte y este de las ciudades de Antofagasta
y Mejillones respectivamente, y por la cercanía a muchas faenas mineras,
pueden ser una fuente considerable de riesgo para las actividades sociales e
industriales. Para lograr esta meta se necesitó conocer la edad de la
deformación y el potencial sismogénico de las estructuras. Con el fin de cumplir
con este objetivo, lo primero que se realizó fue la caracterización de las fallas
Mititus y Naguayán, como también de las superficies que estas estructuras
afectan.

6.1.1 La Falla Mititus y sus evidencias sismogénicas

Para la Falla Mititus se logró determinar dos tramos con


comportamientos sísmicos aparentemente independientes los cuales han sido
evaluados mediante las ecuaciones empíricas de Wells y Coppersmith (1994)
en diferentes situaciones, con el fin de estimar los paleosismos que han
generado la expresión superficial actual y estimar indirectamente la magnitud de
sismos que la Falla Mititus puede generar. Mediante este método, utilizando su
ecuación general que vincula largo de ruptura superficial y magnitud de
momentum, se han obtenido valores para estos paleosismos de Mw 6.3 y 6.1
para los tramos norte y sur respectivamente. La distinción de estos dos tramos
se fundamentan, básicamente, en el estado de conservación de sus escarpes
de falla, donde para el tramo norte se observó una cara libre subvertical casi
prístina (mínima degradación) de una altura de escarpe de 0,5 m, mientras que

114 
 
 

para el tramo sur la pendiente del escarpe está dominada por ángulos menores
a 20° (depósito de lavado) y una altura de escarpe que puede superar los 3 m.

Ahora bien, es importante hacer referencia a las edades máximas de las


últimas actividades de estos dos tramos, donde para el tramo sur se logró
determinar mediante dataciones de isótopos cosmogénicos sobre las
superficies afectadas por la falla (Placzek et al., 2010) una edad calabriana
(Pleistoceno temprano). Por otro lado, para el tramo norte sólo se puede indicar
que es bastante probable que su actividad más tardía sea mucho más joven
debido al estado de su escarpe de falla.

Como se ha nombrado con anterioridad, para la Falla Mititus se proponen


dos hipótesis de comportamiento sísmico que logren explicar las diferencias
entre los zonas de ruptura entre los tramos norte y sur, las cuales se basan
principalmente en analogías realizadas con trabajos y modelos realizados por
otros autores para diferentes fallas de corteza superior (Yielding et al., 1981;
Archuleta, 1984; Thatcher y Bonilla, 1988; Sibson, 1989; Scholz, 2002):

(1) La nucleación del paleosismo sólo generó un área de ruptura


restringida al segmento norte, donde su propagación fue contenida
por los límites norte y sur correspondientes al Codo Uranía y a la
zona sin expresión superficial respectivamente, dando como resultado
un escarpe de falla con una altura de escarpe de 0,5 m.

(2) El último evento de la Falla Mititus está asociado a múltiples


nucleaciones a través de su plano de falla que, probablemente,
comenzaron en su tramo norte y se propagaron hacia el sur, donde
sólo en el tramo norte se generó un área de ruptura con una
profundidad y propagación necesarias como para provocar un largo

115 
 
 

de ruptura superficial y una separación vertical con sus rasgos


geomorfológicos asociados.

Volviendo a los valores de las magnitudes calculadas para los diferentes


escenarios de actividad de la falla, estos deben ser considerados con bastante
cautela, ya que estos consideran que la expresión superficial actual de la Falla
Mititus se ha formado mediante un sólo evento, lo cual parece no estar acorde
al verdadero comportamiento de la falla. Este último punto se refiere a la
evidencia encontrada en el tramo sur donde la presencia de tres hendiduras
(knickpoints) pudiese estar indicando un mínimo de tres eventos en la formación
del escarpe.

No se encontró evidencia de desplazamientos laterales, lo cual sumado a


evidencia de datum de planos de falla y características geomorfológicas,
indicaría una cinemática normal para la actividad tardía. El surface offset
vertical promedio medido para la Falla Mititus corresponde a 3 m. Esta
separación de las superficies debe ser considerada como acumulativa debido a
múltiples eventos, por las mismas razones nombradas anteriormente en
relación a los paleosismos que han formado el escarpe.

6.1.2 La Falla Naguayán y sus evidencias sismogénicas

A diferencia de la Falla Mititus, la Falla Naguayán fue dividida en tramos


basados en dos cambios en su geometría, un codo hacia el norte y una zona de
transferencia hacia el sur, por lo que se hipotetizó que estos tres tramos tenían
comportamientos sísmicos diferentes sólo con el fin de evaluar diferentes
situaciones en las que la expresión superficial de la falla pudo haberse formado.

116 
 
 

Como se hizo anteriormente con la Falla Mititus se utilizaron las


ecuaciones empíricas propuestas por Wells y Coppersmith (1994) que vinculan
largo de ruptura con magnitud de momentum. En un escenario en que todos los
tramos se han activado independientemente los valores calculados mediante la
ecuación general corresponden a Mw 6.2, 6.8 y 5.9 para los tres tamos de norte
a sur, y en el caso más extremo en que la falla se haya activado por completo
en un solo evento la magnitud del paleosismo corresponde a Mw 7.0.

A diferencia de lo propuesto anteriormente, en la realidad al hacer un


análisis más preciso para la Falla Naguayán se pudo obtener datos que indican
un comportamiento mucho más complejo dentro de uno de estos tramos (el
central). Mediante los estudios realizados en tres zonas (B, C y D) y por el uso
de las edades de isótopos cosmogénicos de Placzek et al. (2010) y dataciones
radiogénicas de Marquardt et al. (2005) se pudo obtener edades máxima de
activación de la falla, como también un orden relativo de actividad en relación
con estas zonas. Estas edades máximas de reactivación caen dentro del
Calabriano (Pleistoceno temprano) para las zonas de estudio B y D, y en el
Serravalliense (Mioceno medio) para la Zona de Estudio C. Mediante el análisis
de las pendientes de los escarpes es posible acotar aún más, pero de manera
relativa, la antigüedad de los eventos que formaron estos expresiones
superficiales, de lo cual obtenemos que la zona B que es dominada por el talud
de detritos (ángulos entre 20-40°) posee una actividad más tardía que las zonas
C y D donde el depósito de lavado (ángulos entre 10-20°) es el dominante.

Otro punto que debe ser considerado al evaluar los valores para las
magnitudes de los paleosismos propuestos es que los escarpes de falla, al
menos para la Zona de Estudio B, fueron formados por un mínimo de dos
eventos lo que se ha interpretado de la presencia de dos hendiduras
(knickpoints) en las quebradas que disectan el escarpe.

117 
 
 

La no existencia de desplazamientos horizontales, tanto para la Falla


Naguayán como Mititus, se fundamenta en zonas de estudio muy acotadas por
lo cual debe ser tomada como información preliminar a la espera de nuevas
evidencias que confirmen o demuestren lo contrario. Con los datos que
soportan esta investigación es posible otorgarle una cinemática normal a la
falla. Por su parte los surface offsets verticales, como se podría esperar para
esta falla, son muy variados y van desde casi 4 m en la Zona de Estudio B
hasta 0,5 m en la Zona de Estudio D.

6.1.3 Fallas de la corteza superior y su relación con el ciclo sísmico de los


terremotos de subducción

Al realizar investigaciones sobre fallas activas de la corteza superior


siempre surgen las siguientes grandes interrogantes:

(1) ¿Cuál es la recurrencia de la actividad de las fallas?


(2) ¿Qué fenómeno es el gatillante de la actividad de las fallas?

Debido a esto, muchos autores han propuesto que los terremotos del
ciclo sísmico de subducción generan un efecto gatillante en las fallas de la
corteza superior mediante un cambio en el stress de Coulomb (CSC) (Simpson,
1986; King et al., 1994). Algunos ejemplos que dan sustento a esta hipótesis
corresponden al el terremoto Mw 8.0 de Antofagasta del 30 de Julio de 1995, el
cual generó un CSC suficiente para la reactivación una parte del Segmento
Paposo de la Falla Salar del Carmen (Delouis et al., 1998). Las réplicas
ocurridas después del terremoto Mw 8.8 del Maule del 27 de Febrero de 2010,
una de las cuales correspondió a un sismo Mw 7.9 ocurrido 90 minutos después
del evento principal con un mecanismo focal normal (Lange et al., 2012). Y por

118 
 
 

último, a las fallas normales tsunamigénicas que fueron reactivadas por el


terremoto Mw 9.0 de Tohoku-oki del 11 de Marzo del 2011 (Tsuji et al., 2013).

Ahora bien, cabe preguntarse el porqué de la existencia de superficies de


ruptura en la placa superior y la ausencia de terremotos de pequeña magnitud
asociados a estos, o específicamente en el caso investigado en esta memoria
de título ¿por qué las evidencias de terreno y ecuaciones de Wells y
Coppersmith (1994) sugieren paleosismos con una magnitud mínima cercana a
Mw 6.0?

Una posible solución a esta pregunta es la sugerida por Delouis et al.


(1998), quienes propusieron una explicación basada en un análisis teórico
simple usando el criterio de fallamiento de Coulomb. Para esto se deben asumir
los siguientes puntos:

(a) La existencia de una extensión desviatoria E-W permanente en el


antearco exterior y que, por lo tanto, se encuentra en un régimen
tectónico extensional, esto último causa el mismo efecto que un gran
terremoto de subducción en el área costera y es consistente con los
tensores de stress calculados en estudios neotectónicos (Delouis et
al., 1998) y con la producción de un incremento en el stress de
Coulomb en una falla cortical.

(b) Se debe considerar la contracción gradual que ocurre en el periodo


intersísmico.

Con estos criterios se llega a la conclusión que el ciclo sísmico de los


terremotos de subducción puede generar la reactivación de alguna falla ubicada
en la Cordillera de la Costa. Cada terremoto de subducción produce un

119 
 
 

incremento en el stress de Coulomb, por lo que cada terremoto significa una


aproximación a una reactivación.

Durante el periodo intersísmico la contracción asociada inducen una baja


en el stress de Coulomb, por lo que es necesario que las magnitudes de los
terremotos de subducción sean altas para que esta manera la contracción
asociada al intersísmico no amortigüe tanto el valor del stress de Coulomb
acumulado y se mantenga una tendencia al alza. De esta manera se producirá
una fuerte liberación instantánea de stress en una falla de la placa superior que
reiniciará nuevamente este ciclo de carga y descarga. De esta hipótesis es
posible entender que una futura reactivación de las fallas Mititus y Naguayán,
como también de otras fallas de la placa superior, es un hecho, y que si en la
actualidad no se ha materializado se deber a que no se ha llegado al umbral de
fallamiento de Coulomb.

6.2 Conclusiones

Por medio de esta investigación se ha logrado concluir lo siguiente:

 Las fallas Mititus y Naguayán corresponden a estructuras activas de la


corteza superior, esto debido a que deforman depósitos aluviales de
edades variables entre el Mioceno Superior y el Holoceno, y gravas de
edad Mioceno Inferior al Mioceno Medio generando expresiones
morfológicas como escarpes de falla y complejas redes de grietas
extensionales.

 La edad máxima para la última actividad para ambas fallas corresponde


al Calabriano (Pleistoceno temprano).

120 
 
 

 La separación vertical de las superficies dislocadas para el tramo


analizado para la Falla Mititus tiene valores medios de 3 m, y el escarpe
de falla está dominado por el depósito de lavado, lo que sugiere que al
menos el último evento sísmico de la falla en estos segmentos ocurrió a
una escala de varios miles de años.

 La separación vertical de las superficies dislocadas para el tramo central


de la Falla Naguayán (ubicado en las cercanías de la Quebrada
Mejillones) varía entre 3 y 2 m en su tramo norte y sur, respectivamente.
El escarpe de falla está dominado por el talud de detritos en el tramo
norte del escarpe, mientras que en el sur por el depósito de lavado. Esto
nos indica que el tramo norte ha sufrido más actividad que el sur, y esta
podría haber ocurrido durante los últimos cientos de años.

 La separación vertical de las superficies dislocadas para el tramo sur de


la Falla Naguayán que ha sido analizado (Zona de Estudio D) posee
valores medios de 0,8 m. El escarpe de falla está dominado por el
depósito de lavado. Lo que nos indica que su última actividad pudo haber
ocurrido durante los último miles de años.

 Para generar la deformación reflejada en la actualidad para la Falla


Mititus se necesitan sismos Mw 6.3 y 6.1 en sus tramos norte y sur,
respectivamente.

 Para generar la deformación reflejada en la actualidad para la Falla


Naguayán es necesario sismos Mw 6.2, 6.8 y 5.9 para sus tramos norte,
centro y sur respectivamente.

121 
 
 

 La presencia de hendiduras (knickpoints) en la cara principal del escarpe


de falla, sugieren que la actividad de las fallas Mititus y Naguayán ha
sido una constante en el tiempo y por lo tantos los escarpes de falla son
de tipo múltiple.

122 
 
 

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ANEXO 1: Mapa de estructuras geológicas de área de estudio, Pt. 1.


 

ANEXO 2: Mapa de estructuras geológicas de área de estudio, Pt. 2.


 

ANEXO 3: Mapa de estructuras geológicas de área de estudio, Pt. 3.

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