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Capitulo 7 Derechos sexuales y reproductivos

Hablar de derechos sexuales y reproductivos, implica necesariamente hablar de


un tema a mi parecer muy arraigado en nuestra realidad y que va a influir
notablemente en la percepción que se tiene sobre aspectos tales como la
sexualidad, violencia sexual, masturbación, relaciones de pareja entre otros
tratados en la presente investigación y es el tema que aun en estos tiempos de
notable “globalización”, evolución en tecnologías, cambios de pensamientos, aun
se mantenga de forma encubierta en una cultura patriarcal machista, la cual está
reflejada en el accionar de nuestra población, en las estadísticas de feminicidio,
estilos de crianza, etc. Pues bien partamos del hecho de definir de forma más
sintética lo que se considera como derechos sexuales y reproductivos, los cuales
son aquellos derechos que tiene todo individuo y pareja a decidir sobre el número
de hijos, intervalo entre estos y derecho a elegir todo lo relacionado a mantener
una relación sexual y todo lo que ello implica.

Es así que existe una tensión al momento de hablar de derechos, ya que se


podría decir que se le atribuyen más “beneficios” por ser varón y se restringe
más a la mujer, razón por la cual existe una creciente concepción feminista, es
decir existe una marcada lucha de poderes entre los géneros y si nos ponemos
a analizar más literalmente, el hecho de llamarse derechos humanos, hace
referencia que con la calidad de ser un humano implicaría que podamos ser
sujetos de dichos derechos reproductivos; es así que existe un aporte bastante
interesante de parte de Figueroa (2000), quien plantea evaluar si no sería más
útil hablar “de derechos humanos en la reproducción” en lugar de derechos
reproductivos para los varones y para las mujeres de manera aislada.

No podemos negar la importancia que tiene en todo este proceso la sociedad


misma y su cultura, en ello las construcciones sociales que se van realizando
respecto a estos temas, es así que se podría decir que ciertas formas de pensar,
socialmente hablando sobre lo que “un varón debe ser y hacer” respecto a la
sexualidad, condicionan y ponen cierta “presión” en el las formas de pensar y
actuar en los varones, quienes en general están restringidos a proceder de
determinadas formas, ya que de no hacerlo serán catalogados como perdedores
o raros, gays, entre otros calificativos incluso estigmatizantes para hacerlos
sentir menos que ellos. Hablando al respecto a ejercer el derecho de autonomía
como parte de los derechos sexuales, está la masturbación, acto auto erótico, a
través del cual se empieza con la exploración del cuerpo para el placer, hecho
que por cierto es restringido socialmente, a través de los familiares, padres,
profesores, entre otros, es decir es la sociedad misma quien prohíbe estos tipos
de actos y es en los grupos de pares donde los adolescentes encuentran la
contraparte, pues ahí sí se puede hablar sobre estos temas; es ahí donde existe
una disonancia, ya que según normas jurídicas se tiene el derecho de
autonomía, pero en la realidad no se cumple. A mi parecer existió antes y hasta
ahora (en menor proporción) una desinformación en lo que a sexualidad
corresponde y si a esto se le añade la “contribución” de los medios de
comunicación y de la pornografía (específicamente en que se vende a la mujer
como un objeto sexual), existe una suerte de tergiversación sobre lo que son las
relaciones de pareja y la sexualidad en general. Siguiendo con la línea podemos
apreciar en general que en temas de sexualidad el pensamiento machista que
se mencionó tiene mucha influencia, pensamientos y situaciones tales el hecho
que el varón se preocupe de que “tan varon es en realidad” por cosas como el
tamaño del pene, como el hecho que si un varón tiene varias mujeres es visto
como un “campeón” “ganador” “conquistador”, y es hasta incluso aceptado, por
el simple hecho de ser varón, si el caso sucede con su opuesto, es vista como
una cualquiera; estas formas de pensar como muchas otras reflejan claramente
lo tan arraigados que aún están dichos pensamientos, incluso el tema de
iniciación sexual es donde también se insta nuevamente, pues en tanto más
pronto tenga una relación sexual, más pronto será considerado hombre; ahora
la probabilidad que un varón rechace una relación sexual, es demasiado baja,
por el imperativo que “el varón siempre tiene que tener ganas” y es bastante mal
visto; el derecho del varón a rechazar y donde no estaría mal visto seria el
matrimonio.

Ciertamente no se puede negar que con todo el cambio en las formas de pensar,
con el mayor protagonismo de la mujer en diversas áreas de la sociedad, las
leyes del estado, la creación de programas y en general toda la información
existente, ha hecho que la forma de ver las relaciones, de expresar la sexualidad,
etc. sea de mayor equidad tanto para varones como para las mujeres; según la
investigación la mayoría de los varones que participaron en dicho estudio
considera que tanto varones como mujeres tienen derecho a tener relaciones
sexuales cuando lo deseen y negarse a realizarlas cuando no. Sin embargo,
cuando se discuten situaciones concretas, y más aún si ellos están involucrados,
esos derechos se restringen o se niegan a la luz de los hábitos normativos
sociales, lo cual nos da luces que aún se sigue con los pensamientos machistas
encubiertos mencionados al principio.

En general en diversos aspectos el libre ejercicio de dichos derechos es


disonante pues estos se diluyen en los hechos ya que una cosa es la percepción
del derecho o de la justicia de que determinada práctica se cumpla, y otra muy
diferente es la posibilidad real de su ejercicio. Tocando el tema de la homofobia,
hecho de mucha controversia pues, si bien es cierto las todas las personas tienen
goce de los derechos sexuales, así como los demás derechos humanos, es la
sociedad quien juzga y repudia a estas personas y sus actos, a la par existen
quienes aceptan que estas personas tienen derechos, pero no todos, tal es el
caso de la unión civil, la cual sería aceptada mas no la unión religiosa, ni el hecho
de adoptar niños. Y si analizamos también se tiene la influencia bastante fuerte
de la religión en especial estos temas, por lo cual existen límites para el goce de
estos derechos, de esta manera, nuevamente se pone en contradicción el
discurso de los derechos igualitarios y los hábitos normativos sociales: aunque
la ley pueda facultar igualdad de derechos, su ejercicio se verá limitado por lo
que sea social y culturalmente aceptado.

en conclusión mucho se ve en nuestra realidad el tema de la dominancia del


varón sobre la mujer, más aun en el área rural, donde aún se mantienen formas
de pensar patriarcales, y en general las construcciones sociales, los estereotipos
sociales y de género, pensamientos distorsionados existentes, que condicionan
la libre expresión y disfrute de la sexualidad tanto en varones como en mujeres,
razón por la cual se debe incidir mucho en trabajar conjuntamente con hombres
y mujeres, sin descuidar la necesaria modificación de las relaciones de poder y
de los roles de género tradicionalmente asignados, los cuales hacen que muchos
varones consideren que tienen derechos o privilegios sobre el cuerpo de las
mujeres, sobre su sexualidad e incluso sobre su consentimiento.

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