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EL ARTE DE DIRIGIR LA ORQUESTA Ie Pe aKwitst| PPE Uco rom Ce Robert Gerhard Traduccién de Robert Gerhard Cubierta de Jordi Vives Tercera edicién: 1992 © EDITORIAL LABOR, S.A., 1992 Arago, 390 - 08013 Barcelona, Grupo Telepublicaciones Depésito legal: B. 20.702 - 1992 LS.B.N.: 84-335-7857-X Printed in Spain - Impreso en Espafia Impreso en Grafiques 92, S.A. - Sant Adria de Besds (Barcelona) Prologo a la edicidn espanola Elias Canetti vierte ciertos rasgos reveladores de la personalidad de H. Scherchen en su libro autobiografico El juego de ojos. Fugazmente, la figura del director arrebata algunos capitulos del libro. En el pri- mero de ellos —«El director de orquesta» (el mismo titulo de un pe- quefio articulo en Masa y Poder)—, esta descripcion: «Mantenia apreta- dos los labios para que ningun elogio se escapase de ellos (sus labios finos, apretados con firmeza)». Luego la organizacion en 1933 del Con- greso de Musica Moderna en Estrasburgo: «[...] concluida la ultima ac- tividad del Congreso, me sentaba en el Broglie. el local mas aristocra- tico de la ciudad, entre musicos extranjeros que en su mayor parte no podian permitirse el lujo de encargar platos caros. y contemplaba a H. [Hermann Scherchen] devorando su caviar —siempre encargaba caviar con pan tostado, él era el unico que lo hacia—, y entonces me preguntaba si H. habia llegado a darse cuenta de que en aquella ciu- dad habia una catedral». Mas tarde. su relacion imposible con Anna, la hija de Gustav Mahler y Alma Maria: «H. me habia utilizado en Viena como recadero y me habia enviado a llevar una carta a Anna, a quien conoci de esta manera». No son precisamente halagos las opiniones de Canetti sobre el mu- sico: si bien no es el musico quien le interesa, sino la psicologia y el comportamiento del hombre. La pluma incisiva del ilustre escritor ex- pone, mas que analiza, y ejemplifica biograficamente, los apetitos de poder, despotismo. egoismo y adulacion que coincidian en el, por otra parte preclaro, director de orquesta. Junto a Scherchen, otros nombres. Canetti, con admiracion, ternura —jqué hermoso capitulo el dedicado a Alban Berg!— o desprecio —a veces nada disimulado—, pasa revista también a varias de las personalidades artisticas e intelectuales de la €poca; aquellas que conformaron el entorno proximo, geografico e histo- rico. del musico. Kraus, Broch, Musil. Alma Mahler, el citado Berg, T. Mann... acuden con mejor o peor fortuna a la cita literaria de Canetti. ty EL arte de dirigir la orquesta Ciertamente. no es este el lugar apropiado para glosar ampliamente la obra de Canetti. Basten estos breves comentarios iniciales para re- clamar del lector su atencién sobre este libro cuyo interés, al margen del que pueda suscitar en este caso la referencia a H. Scherchen, se sitta mds alld de cualquier hecho puntual. En definitiva. para quien haya estado o esté preocupado por los temas que este libro comenta 0 sugiere, la lectura de El juego de ojos es sencillamente importante. Este era el mundo de Scherchen. el fecundo periodo cultural aus- troaleman de entreguerras; mas exactamente, fue el mundo que vio nacer el libro que hoy prologamos. Escrito en 1929, algunos afios antes del encuentro con Canetti, el libro de Scherchen es el resultado de 18 afios de experiencia (se inicid como director en 1911, el mismo afio de la muerte de Mahler) y la manifestacién de lo que parece que fue un esfuerzo perenne de voluntad sistematica volcada, en ocasiones, en un innegable talante didactico. Hermann Scherchen (Berlin, 1891 - Flo- rencia, 1966), formado inicialmente como violinista, dirigié, entre otras, la Orquesta Sinfonica de Riga, la Orquesta de la Radio de Ziirich y la Sociedad de Conciertos de Leipzig. En 1923 sucedié a Furtwangler en Frankfurt y entre 1928 y 1931 ejercid como director musical en K6nigs- berg. Su relacién con Schénberg —de quien recibid clases entre 1910 y 1912, y con el que participo en el estreno del Pierrot Lunaire—, la crea- cién como fundador de la Sociedad para la Nueva Musica (Berlin, 1918) y de la revista Melos en 1919, su constante presencia en los festiva- les de Darmstadt y Donaueschingen. atestiguan una dedicacién fervo- rosa a la musica de su tiempo. Como algunos otros directores, Scher- chen incluia obras de la vanguardia musical de entonces en sus con- ciertos. Pero tal vez como ninguno, hizo de esta musica una parte esen- cial de su repertorio. Obras de Schonberg, Berg y Webern, Milhaud, Stravinsky, Dallapiccola, Henze o Nono, se veian frecuentemente so- bre los atriles de las orquestas que dirigia. Tal era la naturalidad de su defensa que en muchos lugares de su manual de direccién se incluyen ejemplos y comentarios de aquella musica: actitud, dicho sea de paso, en si elogiable y digna de reflexion por nuestra parte. El libro se divide en tres apartados muy definidos. En el primero Scherchen, a modo de gran introducci6n, reflexiona sobre lo que po- driamos considerar premisas del arte directorial. Una especie de guia de consejos practicos y una ordenacion de los requisitos necesarios previos a ia enseiianza y aprendizaje de ia direccion. Entre otros aspec- tos, el autor expone sus criterios sobre metodologia pedagogica en la formacion de un director, desarrollo del ritmo y del oido, importancia del gesto, dicotomia entre técnica y practica, e importancia del canto en la interpretacion. Frologo a la edicion espanola \ El segundo apartado es algo asi como un breve manual de instru- mentacion, explicado desde el prisma de la direccién de orquesta. Es- tudiadas individualmente las secciones de cuerda. viento y percusi6n, y separadamente el arpa, Scherchen nos alecciona, en base a numerosos ejemplos musicales, sobre las distintas posibilidades de matiz, fraseo. dindmicas, acentos, golpes de arco, etc., de los distintos instrumentos de la orquesta. El ultimo trata de la técnica de la direccion en si misma. H. Scher- chen estudia aqui la diversidad del gesto y su aplicacién a cada uno de los problemas mas trascendentales del oficio técnico del director. Para acabar se incluyen una serie de consejos basicos para la ensefianza de la materia —relacion profesor-alumno, importancia de la representa- cién mental, ideal, de la partitura...— y un compendio de tres ejemplos practicos a partir de otras tres obras de la literatura orquestal. De todos los temas tratados por Scherchen en su libro tal vez el de la gestualidad pudiera ser el mds controvertido y, posiblemente, el menos aprovechable a simple vista. Ciertamente, el gesto del director. la teoria sobre la plasticidad del gesto, ha evolucionado considerable- mente en los ultimos cincuenta afios. Pero a efectos del andlisis peda- gogico esencial de la direccion de orquesta y, atin mejor. de la musica, trivializar el contenido total de la obra por esta logica «carencia» histo- rica seria, pongamos por caso, como desautorizar los Principios de or- questacién de Rimsky Korsakov en funcién de la evolucién técnico-his- torica del arte de la instrumentacién. Lo que queda es la vision particu- lar del autor, considerado él mismo como representante de una época, sobre el fendmeno concreto de la direccién: su entendimiento sustan- cial de la musica y de la interpretacion. No cabe duda de que la técnica gestual no es una banalidad, como muchos pudieran pensar. Pero su funcién no puede entenderse aislada de lo que representa y de aquello a lo que sirve. No es la misica extra- nada y ensimismada ese objeto representado y servido. sino la volun- tad rectora del musico que la utiliza, recomponiéndola y dandole un sentido univoco. subjetivo y. por lo tanto, totalizador. De nada sirve la bondad, la espectacularidad o la precision del gesto sin este impulso unitario hecho consciente a través de un acto de volicién. Como decia Ansermet, el gesto «no sera eficaz mas que cuando es organico: es decir, personal». La técnica del gesto es tanto mas importante cuanto mas se deja olvidar sin esfuerzo; cuando lo que se ve es la musica. La reedicion de este manual de direccién de orquesta brindara al lector en lengua castellana la oportunidad de revisar sus conocimien- tos sobre el tema y le ayudara a reconsiderar sus opiniones acerca del papel que desempenia el director ante la orquesta y acerca del cometido VI El arte de dirigir la orquesta artistico-musical que le incumbe. Séanos permitido. por tanto. reco- mendar su lectura a aquellas personas que por uno u otro motivo se sientan interesadas en la direccién de orquesta. bien sea como aficio- nados o como profesionales. Para unos y otros. la nueva publicacién de la obra de Scherchen queda plenamente justificada. no sdlo por la escasa existencia entre nosotros —por no decir nula— de libros como el presente (en este sentido. la observacion de Gerhard en el prélogo a la primera edicion seria perfectamente aplicable hoy en dia). sino por su calidad intrinseca. por el rigor de sus planteamientos y por la clari- dad de su exposicion. Pero. por su caracter eminentemente técnico. este libro necesaria- mente ira dirigido en especial a los estudiosos de la direccién de or- questa. Indirectamente. sin embargo. sera de absoluta utilidad a los estudiantes de composicion y de materias tedricas afines 0 paralelas. Y en virtud de una concepcion interdisciplinar y universalista. nos pare- ceria injusto olvidar. entre sus posibles usuarios. a los alumnos y profe- sionales de las distintas ramas instrumentales. Su objetivo. el objetivo de este manual de direccién. parece elemen- tal y obvio: contribuir al aprendizaje de la técnica y del arte de la direc- cidn. Pero {puede ensenarse a dirigir? Y. sobre todo, {qué es dirigir una orquesta? A estas preguntas encontrara el lector cumplidas respuestas en este libro. aun cuando la rotundidad de las mismas. su intencionado sentido pedagogico. pudiera parecer insuficiente a quien busca una ex- plicacion trascendente de la direccién. Nosotros nos hemos sentido tentados a utilizar este prdlogo como esbozo de reflexién sobre el sen- tido y el fin ultimo del arte sobre el que esta obra teoriza. Silos supues- tos de aquélla fueran simples. si no hubiéramos de desembarazar las mitificadas posturas sociales y culturales que coinciden en este fend- meno. tal vez habriamos podido dar satisfaccion a nuestros deseos en los estrechos margenes necesarios a los que se deben estos parrafos. Juan José Oxives Barcelona, junio de 1988 Prologo del traductor Con la traduccion de esta obra de Hermann Scherchen, introduci- mos —creemos que por vez primera— en la producci6n espafiola una materia cuya bibliografia es bastante escasa, en general, aun en los idiomas que la tienen mas copiosa en las diversas ramas de los estu- dios musicales. Bien conocido es el capitulo final que Berlioz dedica al estudio de ese tema en su clasico tratado de Instrumentacién; no lo es menos, se- guramente, el opusculo de Ricardo Wagner, Ueber das Dirigieren; aiia- damos todavia el librito de Félix Weingartner. Y parese de contar. En efecto, lo poco que se ha escrito sobre el arte de dirigir la or- questa, aparte de estas obras, es hoy, casi exclusivamente, del dominio del especialista y del erudito. Tiene su explicacion este hecho insolito. Su razon primera es que el arte de dirigir la orquesta, considerado como un arte y, a la vez. como un «oficio» (es decir, como algo susceptible de ser ensefiado y apren- dido). es un concepto relativamente moderno. Claro esta que se viene dirigiendo la orquesta desde hace ya algunos siglos, aunque no como hoy solemos, segtin nos ensefia la historia. Lo que es relativamente nuevo y no ha mucho que existe —apenas llega a un siglo— es el profe- sionalismo en esta materia: el «director de orquesta», como profesion: y en el sentido de especializacion y aun de «virtuosismo» en que se en- tiende actualmente., casi puede decirse que es una creacién de nuestros dias. Se comprende. por tanto, que el aspecto pedagogico de esta cues- tidn sea también un punto de vista nuevo. sin muchos antecedentes en la bibliografia de la metodologia musical. La segunda raz6n que puede aducirse para explicar este hecho es digna de mayor insistencia. EI sentido profesional de especializacion y hasta de «virtuosismo» que apuntamos evoca facilmente. con la idea de vocacién y de talento VIL El arte de dirigir la orquesta especifico que es su secuela, la idea de concentracién mas 0 menos ab- sorbente en la materia y de limitacién mas 0 menos notoria al area es- tricta de sus peculiares intereses. En otros términos: no es frecuente que un artista eminente en el ejercicio de su profesién se remonte a un grado equivalente de eminencia en la consideracion especulativa y ted- rica de su arte. Asi, las grandes figuras de la batuta —desde Hans von Bulow hasta Gustav Mahler, para no citar sino figuras historicas— poco o nada nos han dejado escrito acerca del arte de dirigir la or- questa. en que fueron maestros. ni mucho menos, claro es. algo que se pareciera a una teoria de este arte o a un método de su «oficio». En Hermann Scherchen aparecen fundidos el artista de talento eminente y el tedrico de dotes creadoras. Nada mas —y nada menos— es lo que se necesita para producir el «maestro» ideal. El maestro Hermann Scherchen, en el sentido pedagégico del tér- mino, se muestra en toda la integridad y originalidad de su pensa- miento, en esta obra suya que tenemos el honor de presentar al publico de lengua espafiola. Precedido asi por el aspecto tedrico y didactico de su personalidad, es de suponer y de esperar que no tardara tampoco en llegar a ser cono- cido de nuestros publicos filarménicos el maestro director Hermann Scherchen, estimado entre las principales figuras actuales de la batuta, por la espiritualidad de su arte y la modélica objetividad de sus inter- pretaciones. R. GERHARD INDICE DE MATERIAS El arte de dirigir la orquesta I. Lo que puede ser ensefiado de la tecnica del director de orquesta. Imaginacién y reproduccién .............06 0.0. e cece ee eee Método pedag6gico para la formacién del director de orquesta. Método de ensefianza ~— Ejercicios para el desarrollo de la musicalidad . El dirigir se = De la claridad de los gestos del director ...... poGuosococc Il. Purticularidades del acto de dirigir ...................0.02-00- — Exposici6n dé la obra = Nivel cultural de los ejecutantes == Problemas ‘de la direccién . : 7 see ~— Sentido de responsabilidad en el intérprete ............... III, Ejecucién orquestal y direccién de la orquesta... ........... Particularidades de la orquesta.. La gradacién ascendente...... La reduccién puede ser enriquecimiento El canto como principio fundamental de toda interpretacién WUSICAl : Estudio de la orquesta I. Los instrumentos de cuerda ............ 0.0... cece epee eet eee El concertino y su misién ............ 0... eee eee eee eee a) La afinacién de la orquesta — = b) Colocacién de la orquesta 5 e) sala d@ cisavo. 40 40 40 42 43 Observaci6n final ........ . indice de materias Particularidades de la técnica de los instrumentos de cuerda.. a) Acento de dedo y acento de arco ...........0-0eeeeeee b) El clegato» .. c) Cambios de arco, de ‘posicién y de cuerda d) El «non legato » e) El « pizzicato » i) El «vibrato» .. . g) «Col legno », «sul tasto », «sul ponticello », trémolo...... La técnica y su aplicacién El «antes » en la’ ejecucién musical Concertino y orquesta I. Los instrumentos de viento .............. 0... cece secre eeee A. INSTRUMENTOS DE MADERA ..........000e essere cetera 1. Emisién del sonido y respiracién 2. Modulacién del sonido 3. Medios de que disponemos para variar la intensidad del Sond eee | 4, Mantenimiento de la intensidad natural del souido 7 5. Pureza de afinacién 6. El colorido instrumental ... 7. Repartici6n de la melodia entre varios instrumentos Conclusions ee ApgéNDICE : Obras de solo para instrumentos de madera.... . INSTRUMENTOS DE VIENTO, DE METAL..............000-04 Generalidades ......... 2... eee eee eee eee bd oqq0cooec. Particularidades técnicas de los instrumentos de metal .... Retraso en el ataque Interrupcién por respiracién Aplicacién del doble golpe de oe « Leggero » . Sostenimiento del sonido Falsos « crescendi » Dilatacién Los miusicos de la orquesta deben tocar “ escuchandose mutuamente . Complementos. Tendencia dinamica . La sordina........... Equilibrio del acorde ... Empleo de los grupos como registros meona de la interpretacion @:° indice de materias XI Pag. II. Los instrumentos de percusién ..............- eRe cee reeeece 164 Las funciones de este grupo instrumental y su impor- tancia . woes 164 El ejecutante o 164 El instrumento y la manera de tocarlo. 165 1, Instrumentos de entonaciones determinadas .. 167 a) Los timbales ... 167 b) Campanas, celesta, gong y xiléfono...........-.--.. 171 2. Instrumentos de sonido indeterminado . 172. a) Los tambores . 172 b) Los platillos. . 173 c) Tam-tam, tridngulo, “castafiuelas ry: eudereeat 174 El grupo de los instrumentos de percusién en el conjunto Orduestal e 176 AV. Gl avpA ee 190 Revision de los papeles de orquesta por el director.............- 193 El director y la obra : , Lf a técnica de la direccién de la orquesta......... (eee . T

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