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Investigaciones Geográficas • Instituto de Geografía • UNAM

ISSN (digital): 2448-7279 • DOI: dx.doi.org/10.14350/rig.57335 • ARTÍCULOS


Núm. 94 • Diciembre • 2017
www.investigacionesgeograficas.unam.mx

Otra modernidad, otra geografía: una interpretación crítica de las


influencias y orientaciones geográficas de José Carlos Mariátegui
Other Modernity, Other Geography: A Critical Interpretation of José
Carlos Mariátegui’s Geographical Influences and Political Orientations
Rodolfo Quiroz Rojas*

Recibido: 02/10/2016. Aceptado en versión final: 16/03/2017. Publicado en línea (versión e-print): 21/04/2017.

Resumen. Este artículo explica y defiende una interpre- ción (Germaná, 1994). He aquí una fuente significativa
tación crítica del origen epistemológico de las principales de sus influencias geográficas.
operaciones geográficas que elaboró José Carlos Mariá-
tegui (1894-1930), reconociendo su contexto histórico Palabras clave: Mariátegui, modernidad alternativa, po-
particular y las condiciones de la geografía de la época. sitivismo, anti-imperialismo, tradición.
Más allá de las escasas referencias que abordan perspectivas
geográficas dentro del pensamiento de Mariátegui (Ruiz,
2003; Méndez, 2016; Sanjinés, 2009), se enfatiza situar Abstract. Scholars have consistently overlooked the pro-
este objeto a partir de la disputa por la modernidad y el blem of geographic relationships in the work of José Carlos
proyecto político-intelectual que encarnó el pensador Mariátegui (1894-1930).This silence can be summarized
peruano. Lejos del inventario de regiones naturales o into two fundamental dynamics: Mariátegui’s scarce refe-
históricas, legitimadas en el positivismo y el nacionalismo rence in the geographical field and the predominance of
republicano, Mariátegui recreó a la geografía a partir de historiographic, sociological, and literary approaches to
las prácticas sociales e históricas de la realidad peruana. Es his work. This article aims to question such inertia and
decir, sus fuentes y direcciones geográficas son sacudidas y bridge the gap between Mariátegui and Latin American
transformadas a partir de un proceso categorial más amplio geographical thought. It critically interprets the epistemic
que se vincula a su propia trayectoria política y analítica: origin of Mariátegui’s foremost geographical notions,
el rechazo tajante al positivismo como única forma válida recognizing the particular historical context and state
de conocimiento y la construcción de un socialismo anti- of geography during the first decades of the twentieth
imperialista que se organiza en la propia realidad peruana. century. Against the Eurocentric approaches of his time,
Implícitamente, así, Mariátegui proyectó una modernidad Mariátegui was one of the first intellectuals to express
alternativa que significó reincorporar el problema de la thought from and for Latin America, but without neglec-
subjetividad a la comprensión de la realidad geográfica y ting fundamental contributions of European and Western
abrir una geografía en diálogo con un proyecto político traditions (Urquijo y Bocco, 2016). Indeed, Mariátegui
socialista fundamentado en las diferencias geográficas o questioned the possibility of an absolute Latin American
provinciales (Flores Galindo, 1980). Esto implicó, entre or Latin Americanist thought, all the while confronting
otras cosas, que el espacio y el tiempo en Mariátegui son the challenge of understanding the “reality” of his country,
siempre posibilidades abiertas a la política y a la imagina- constructing innovative theses on Peruvian society and

* Departamento de Geografía, Universidad Alberto Hurtado, Cienfuegos 41, Santiago, Región Metropolitana, Chile.
Correo electrónico: roquiroz@uahurtado.cl.
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culture in which, evidently, geography was not exempt. of geography produced during the Republic or positivist
In his seminal work, Siete ensayos de interpretación de la inventories of natural and historical regions, Mariátegui
realidad peruana (Seven Interpretive Essays on Peruvian recreates geography based on social and historical practi-
Reality, 1928), Mariátegui explains the antagonism and ces of Peruvian reality. In other words, he rids geography
inequality between the coast and the sierra, he identifies of its traditional sources and directions, transforming
the coexistence of three forms of economies (indigenous, the discipline from a much larger categorical process
colonial, and capitalist) that articulate different social that connects his own political trajectory and analytical
geographies, and he outlines regional problems stem- exploration: he unambiguously rejects positivism as the
ming from political alliances on different social levels, only valid form of knowledge and attempts to construct
among other issues. Closely examining these analytical an anti-imperialist socialism apt for Peruvian reality. Si-
positions reveals a powerful geographic and human milarly, both positions are part of an alternative model of
sensitivity yet to be explored in Mariátegui’s thought, as modernity which is defended and constructed from new
well as the need to critically examine their argumentative content, such as recovering the value of indigenous roots
origins. To date, the scarce research on theoretical rela- for the future and challenging nationalisms that surrender
tionships between Mariátegui and geography have only to foreign capital and exploit indigenous communities.
referred to three aspects of this problem. First of all, that Therefore, Mariátegui’s modernity implied profoundly
Mariátegui’s geographical influence comes from certain questioning the dominant spatial order of nationalism
liberal intellectuals, reflected in a physicist and economist- and the possibility of revising the still prevalent colonial
oriented vision of geography, based on localization and margins and representations. In other words, Mariátegui
industrial growth of the positive “regions” (Ruiz, 2011: incorporated the problem of subjectivity into compre-
144). Second of all, that Mariátegui elaborated a racist hending geographic reality in an age when geography
vision of Peru’s territory based on the critical dualism of was practiced without social subjects. Furthermore, he
coast/white and sierra/indigenous, which avoided other advocated for a socialist political project that integrated
interregional racial differences (Méndez, 2016). Thirdly, both regional-indigenous and urban-workers, crucial for
that Mariátegui’s unique perception of geographic di- a modernization that had always reflected geographic
fferences was circumscribed to the social and economic and provincial differences (Flores Galindo, 1980). Defi-
differences of Peruvian reality (Sanjinés, 2009). However, nitively, Mariátegui’s conceptions of space and time are
none of these proposals extensively analyze the situation consistently open to political and imaginative possibilities
of geography in Mariátegui’s particular debate on modern (Germaná, 1994). As this article argues, such elements
imaginaries, focusing on other subjects of study that stray are key sources of Mariátegui’s geographical influences.
from strictly epistemological discussions of geography.
Therefore, our proposal analyzes and explains the source Keywords: Mariátegui, alternative modernity, positivism,
of Mariátegui’s geographic mechanism. Far from the kind anti-imperialism, tradition.

tradiciones intelectuales europeas,1 pero al mismo


INTRODUCCIÓN tiempo encarando y posibilitando un conocimiento
in situ desde la compleja realidad social e histórica.
A propósito de un reciente balance del pensamiento Desde su país de origen, el Perú de principios del
geográfico latinoamericano, Pedro Urquijo y Ge- siglo XX, Mariátegui elaboró una profunda re-
rardo Bocco advierten la incoherencia de analizar flexión crítica para nuestro continente. En su obra
una geografía latinoamericana sin las influencias maestra, Siete ensayos de interpretación de la realidad
francófonas o anglófonas clásicas, puesto que cier- peruana [1928], no solo conjugó una mirada com-
tamente no existe una geografía latinoamericana pleja e innovadora de lo nacional y lo mundial, y
en términos absolutos (Urquijo y Bocco, 2016: sus efectos en la realidad regional y social del Perú,
168-169). Paralelamente, los mismos autores sino que también incorporó un inexplorado marco
subrayan el potencial de un pensamiento geográ- interpretativo de relaciones geográficas y espacia-
fico latinoamericano basado en un ejercicio de lidades sociales en claves políticas y económicas.
reapropiación y creación, puesto que se trataría de En efecto, su análisis en torno al antagonismo y la
“consolidar sobre esas tradiciones un pensamiento
in situ” (Urquijo y Bocco, 2016:168). Sobre esto
1 En la advertencia de Siete ensayos de interpretaciones de la
último, cabe destacar que José Carlos Mariátegui
realidad peruana, sostiene Mariátegui: “He hecho en Europa
fue uno de los primeros latinoamericanos del
mi mejor aprendizaje. Y creo que no hay salvación para
siglo XX en cuestionar un pensamiento absoluto Indo-América sin la ciencia y el pensamiento europeos u
latinoamericanista, reivindicando el aporte de las occidentales” (Mariátegui, 2007: 6).

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desigualdad entre la costa y la sierra, su distinción ción de determinadas áreas de conocimiento, aun
de la coexistencia de tres formas de economía di- con la ausencia de bases teóricas sólidas (Claval,
ferentes (indígena, colonial y capitalista), su aguda 1986:39). Se constata que el periodo de apertura
descripción de las diferencias regionales entre y divulgación de una geografía moderna en Perú
federalistas liberales contra regionalistas históri- (Lopez-Oncón, 2001), coincide significativamente
cos, su profunda descripción de la fragmentación con el periodo de maduración política e intelectual
territorial de una estructura productiva nacional, de José Carlos Mariátegui, lo cual, a nuestro modo
son solo algunos ejemplos que dan cuenta de una de ver, permite abrir una interpretación más amplia
notable sensibilidad geográfica de los procesos de de su formulación geográfica, que involucra otros
ordenamiento político y económico del espacio. elementos disciplinares en diálogo con el campo de
En este artículo trataremos de explicar el origen la geografía y, sobre todo, compromete la disputa
argumentativo de estas operaciones, reconociendo por la modernización en América Latina.
el contexto histórico-político particular y las condi- Nuestra interpretación crítica de las fuentes y
ciones epistemológicas de la geografía de la época direcciones geográficas, entonces, cuestiona las in-
en general. Se expone así una interpretación crítica fluencias tradicionales en el pensamiento geográfico
de las fuentes, influencias y direcciones geográficas Mariátegui a partir de un proceso categorial más
que elaboró José Carlos Mariátegui (1896-1930), amplio que se inicia, fundamentalmente, en la re-
buscando deslindar epistemológicamente sus elaboración crítica de la modernidad. Se contrasta
aportes al campo de la geografía histórica (Nuñez, así la geografía de una época frente a Mariátegui,
2013) y el pensamiento geográfico en un horizonte distinguiendo el problema de la subjetividad y el
latinoamericano (Urquijo y Bocco, 2016). Para ello papel del sujeto en la comprensión de la realidad
se consultaron las obras totales de Mariátegui (tomo geográfica (Claval, 1986). Es decir, se analiza cómo
I y II, 1994) y sus principales estudiosos (Quijano, la reconstrucción categorial de la modernidad en
2007; Melis 1994; Alimonda, 1994; Germaná, Mariátegui (Alimonda, 1994; Melis, 1994; Ger-
1994, Fernandez, 2010), examinando diálogos maná, 1994) implicó, entre otras cosas, profundas
con la geografía peruana y el contexto epocal de la reelaboraciones geográficas. Se trata, pues, de una
geografía occidental (Capel, 1981; Claval, 1986). modernización alternativa que desde su partida ya
En la primera parte del trabajo se analizan los integra diferencias geográficas, proyectando una
vínculos entre la geografía y Mariátegui, consta- posible espacialidad socialista.
tando la escasa preocupación contemporánea sobre
el problema de los elementos geográficos y socio-
espaciales dentro de la obra de Mariátegui (Qui- GEOGRAFÍA Y MARIÁTEGUI:
jano, 2007; Guibal, 1995). Si bien se advierte un ENFOQUES, CONTEXTO Y BASES
inusitado mutismo por parte de los geógrafos hacia TRADICIONALES
Mariátegui, a diferencia de otros campos de las
ciencias sociales (Alimonda, 2010; Fielbaum 2012; En su extraordinario ensayo, Vigencia de Mariáte-
Gómez, 2015), al mismo tiempo se referencian las gui, Francis Guibal se preguntaba: “¿No consistirá
escasas investigaciones que vinculan a Mariátegui en gran parte el “genio” propio de Mariátegui
con la geografía (Sanjinés, 2007; Ruiz, 2011; Mén- en esta capacidad suya de echar puentes “entre”
dez, 2016). Bajo estas lecturas se propone discutir realidades distintas, heterogéneas y hasta conflic-
a Mariátegui a partir del contexto de la geografía tivas?” (Guibal, 1995:35). La pregunta no deja
de inicios del siglo XX, particularmente, atendien- de ser intuitiva para nuestros propósitos, pues la
do el proceso de los nacionalismos europeos y la compleja heterogeneidad y conflictividad que reela-
colonización acorde a los intereses imperialistas de boró Mariátegui es un buen punto de partida para
los países europeos (Capel, 1981). Asimismo, se comprender las relaciones geográficas dentro su
advierte el proceso de renovación geográfica ligado método de trabajo. Aníbal Quijano, por ejemplo,
a las redes de intercambio científico y la especializa- destaca que la experiencia andina fue un punto de

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partida del marxismo de Mariátegui, siendo una (Méndez, 2016: 612). En un tercer orden, se ins-
cuestión fundamental para apreciar la innovación cribe la reflexión del antropólogo Javier Sanjinés,
al campo de la política y la historia (Quijano, quien destaca la capacidad analítica del pensador
2007). En una lógica similar, Guibal sostiene peruano de percibir y profundizar en las diferencias
que la vocación crítica del pensador peruano se geográficas, circunscritas a las desigualdades sociales
define por una atención “desde el margen” o unas y económicas de la realidad peruana. Más aun,
periferias ocultas, que responden principalmente Sanjinés defiende un punto de encuentro entre la
a una reflexión filosófica de vanguardia (Guibal, geografía de Mariátegui y el análisis regional de
1995). No obstante, ninguno de estos referentes Gramsci, reflejado en “la naturaleza espacial de
del mariateguismo2 han establecido un puente ambos pensamientos” pues, justamente, existen
epistemológico entre las perspectivas críticas del “notales similitudes” (Sanjinés, 2009:76).
peruano y sus orientaciones geográficas. De modo Ahora bien, más allá de las diferencias y alcances
que son extremadamente escasas las reflexiones significativos, ninguna de estas reflexiones forma
que bifurcan nuestro problema. En primer lugar, parte del campo de la geografía. Esta situación,
el historiador Augusto Ruiz sostiene que existió en efecto, evidencia la escasa preocupación de los
un “aspecto desatendido” dentro de la obra del geógrafos por Mariátegui, a diferencia de otros
peruano: “Me estoy refiriendo al hecho geográfico campos donde su aporte ha implicado una profun-
del cual Mariátegui tomó debida cuenta” (Ruiz, da revisión y nuevas pesquisas (Alimonda, 2010;
2011:141). En efecto, nuestra autor habría de- Fielbaum, 2012; Gómez, 2015). Uno de los pocos
sarrollado una importante conciencia geográfica geógrafos que ha “quebrado” este curioso mutismo
a partir de ciertos intelectuales liberales, quienes sobre Mariátegui, es Carlos Porto-Gonçalves. En
habrían erigido una visión física y economicista su valiosa relectura del proceso de Reinvenção dos
de su idea de geografía, basada en la localización Territórios, el geógrafo brasileño rescata las adver-
y el crecimiento industrial de “las regiones” (Ruiz, tencias de Mariátegui sobre las luchas agrarias y el
2011: 144). La preocupación de la geografía de significado político de la movilización indígena del
Mariátegui entonces, lejos del marxismo, estaría continente: “E Quijano (Quijano, 2000) nos reme-
vinculada a las ideas liberales sobre las regiones y el te a Mariátegui (Mariátegui, 1996) que, nos anos
cambio de hegemonía geográfica naturalista a cla- 20 do século passado, já nos chamara a atenção para
ves posibilistas durante la década del veinte (Ruiz, o significado da luta indígena para os movimentos
2011: 143). La historiadora Cecilia Méndez, en emancipatórios na América” (Porto-Gonçalves,
segundo lugar, sugiere que Mariátegui contribuyó 2006: 160). El problema de Porto-Gonçalves es que
con éxito a “la idea de una geografía racializada (o no describe ni crítica las propuestas de Mariátegui,
de una raza asociada a una geografía)” (Méndez, pues las refiere mediante Quijano. Es decir, rescata a
2016: 611), basada en una visión dualista y crítica Mariátegui desatendiendo importantes perspectivas
del territorio peruano que opone racialmente la cos- que conjugó el peruano sobre la geografía de su
ta a la sierra. Si bien Mariátegui habría desarrollado tiempo. Esta omisión, en definitiva, termina con-
una visión racial crítica, develando su entramado virtiendo los aportes de Mariátegui en una reliquia
colonial-republicano, al mismo tiempo también del pensamiento crítico latinoamericano, pero sin
habría soslayado importantes diferencias raciales mayores preguntas o problemáticas para nuestra
interregionales, volviéndose un tanto esencialista disciplina. Es a partir de estas contradicciones y
escasas referencias que urge discutir y repensar a
2 Con esta expresión nos referimos a los principales biógra- Mariátegui dentro de la geografía contemporánea.
fos y estudiosos de la obra de Mariátegui, partiendo desde Un aspecto específico para emprender esta empresa,
los fundadores (Aníbal Quijano, Antonio Melis, Armando sin duda, es distinguir las condiciones históricas de
Bazán, Robert Paris, Osvaldo Fernandez, Cesar Germaná,
Javier Mariátegui, José Aricó y Alberto Flores Galindo) hasta la geografía de la época. En efecto, el peruano fue
los estudios más contemporáneos (Michael Löwy, Fernanda heredero del proceso de creación de los Estados
Beigel, Julio Portocarrero, Luis Alberto Chang-Rodríguez). nacionales y la pretensión unitaria de consolidar di-

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chos estadios territoriales (Gangas, 1985; Zusman, América Latina, se fundó en 1888 para cumplir
2011; Ccente y La Torre, 2003). A nivel occidental, con tres objetivos: 1) “aumentar los conocimientos
la geografía estaba precedida histórica y epistemo- que se tenían de los recursos naturales del país”;
lógicamente por el ascenso de los nacionalismos de 2) “defender las condiciones de habitabilidad del
inicios del siglo XIX (reflejado en la necesidad de espacio peruano para captar inmigrantes europeos”;
reconocer las identidades y tradiciones interiores 3) “mejorar el nivel de información de los peruanos
de cada país) y por la institucionalización de la acerca del nivel de desarrollo de los países vecinos”
enseñanza de la historia y la geografía entrado el (López-Ocón, 2001:4). De tal manera, la geografía
último cuarto del siglo XIX (Capel, 1981; Claval, científica aún estaba asociada estrictamente al de-
1986). La necesidad de reconocer las nuevas re- sarrollo físico o natural del territorio nacional y se
particiones coloniales permitió una propagación condicionaba por su instrumental cartográfico con
de centros de estudios y trabajos geográficos en fines geopolíticos (Ccente y La Torre, 2003). Entre
diferentes reparticiones, creándose áreas como la 1919 y 1930 la geografía peruana comenzó una
geografía comercial y colonial.3 paulatina transición de una geografía naturalista a
De este modo, el contexto de geografía de Ma- una geografía humana, abierta a un imaginario e
riátegui estaba fuertemente marcado por un interés identidad nacional (Luque, 2002; Córdova, 1993;
político y económico reflejado en las ideas Ratzel Méndez, 2016). La transición de los fundamentos
y Mackinder y la aplicación de saberes geográficos de la geografía moderna en Perú coincidía con la
desde las necesidades del Estado (Capel, 1981). A implementación del proceso de Independencia
su vez, para finales del siglo XIX existe un creci- política del nuevo Estado latinoamericano, basado
miento cualitativo en las posiciones universitarias en el cientificismo nacionalista-positivista −el paso
de la geografía que se refleja en la ampliación de del siglo XIX al XX−, pero también se conectaba
cátedras, congresos nacionales e internacionales y críticamente con el máximo periodo de producti-
la circulación de revistas geográficas especializadas vidad de Mariátegui (1919-1930).
(Capel, 1981). No obstante, aún no existe un sis-
tema teórico modélico y explicativo de la geografía
en su conjunto (Claval, 1986: 40). Esta situación se UNA INTERPRETACIÓN CRÍTICA DE
traduce a que los geógrafos varían frecuentemente LAS INFLUENCIAS GEOGRÁFICAS DE
en sus métodos y combinaciones analíticas. Por lo JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI
general, se apoyan en las ciencias naturales para
validarse, desconfiando de las ciencias sociales. La identificación de las cualidades físicas de los
Para el nacimiento de Mariátegui en Moquegua recursos, sumado a las necesidades estratégicas de
(1894), la Sociedad Geográfica de Lima solo lleva- integrar regiones y territorios internos, conjugó la
ba tres años de funcionamiento y representaba el institucionalización de la geografía del Perú4. Un
avance de la geografía moderna aplicada en Perú hito clave de este proceso, fue la creación de la cáte-
(Córdova, 1993; López-Ocón, 2001). Siguiendo dra libre Geografía social del Perú en la Universidad
el itinerario institucional europeo, también fue Mayor de San Marcos, a cargo de Ricardo Busta-
financiada por el Estado peruano e integrada por mante Cisneros (1896-1977), filósofo y abogado de
connotados militares, ingenieros, abogados y mé- gran trayectoria en la academia de este país (Ccente
dicos de la elite peruana y extranjera (López-Ocón, y La Torre, 2003). Bajo la influencia de Jean Brun-
2001). La Sociedad Geográfica limeña, tercera en hes, Bustamante Cisneros publicó en 1919 Las

3 Uno de los países que mejor expresa la proliferación de ins- 4 La consolidación como práctica científica autónoma en el
titucionalidades geográficas destinadas a estudiar la cuestión campo universitario será más relevante durante la década del
colonial es Francia: en 1885 se funda la Societé de Geographie cuarenta, una década después de la muerte de Mariátegui.
Commericiale y la Cátedra de Geografía Colonial dependiente En 1948 se fundó el Instituto de Geografía (1948) al interior
de la Universidad de París (Capel, 1981). de la Universidad Mayor de San Marcos.

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Nuevas Bases de la Geografía, lo que marcó el inicio las discusiones específicamente geográficas entre
del proceso de dominio de la tradición francesa, si- Mariátegui y García Calderón, en primer lugar,
milar al resto de las escuelas geográficas de América están supeditadas a otro problema de escala mayor:
Latina (Palacio, 2011). Los estudios geográficos la cuestión nacional y sus variantes políticas y eco-
peruanos frecuentemente debían interpretar y re- nómicas que, evidentemente, separan a Mariátegui
lacionar elementos físicos y humanos y, sobre todo, de estos autores. Es decir, la posible influencia geo-
caracterizar y definir regiones naturales e históricas gráfica que destaca Ruiz no es esencialmente parte
afines a un nuevo proceso de modernización liberal de una representación autónoma del campo de la
del Estado (Córdova, 1993; López-Ocón, 2001). disciplina, sino más bien se referencia y participa
Cuando la cátedra libre de Bustamante Cisneros, dentro de una disputa por la identidad nacional e
Geografía Humana del Perú, pasó a ser un curso histórica, donde la geografía está orgánicamente
obligatorio en 1928, Mariátegui ya era un impor- vinculada a los fines republicanos (Lopez-Ocón,
tante intelectual que enmarcaba sus ideas dentro 2001; Ccente y La Torre, 2003). Por ello, a nuestro
del marxismo y el socialismo (Fernández, 2010), modo de ver, más que ideas liberales o regiona-
sin embargo, carecía de mayores intercambios listas estrictas, lo que posibilita una enunciación
con la geografía de la época. Aun cuando en sus geográfica diferente en Mariátegui, primeramente,
escritos puedan encontrarse referencias a problemas está atravesado por una profunda y diversa auto-
fronterizos o menciones a los padres de la geografía formación de nuestro autor, que se refleja en su
moderna, como Humboldt5 o Reclus,6 la geografía incansable batalla por estar informado de los más
de Mariátegui se circunscribía a una lectura crítica diversos debates filosóficos, literarios, económicos
e histórica del Perú que, sin duda, carecía de una y, sobre todo, políticos. No se puede aislar a su
reflexión crítica sobre los usos y contenidos de la geografía de esa rica articulación de problemas
geografía de la época. Augusto Ruiz, como soste- y categorías, pues, Mariátegui permanentemente
níamos más arriba, insiste que Mariátegui habría combina sus influencias geográficas en medio de
gestado sus preocupaciones geográficas a partir de varios problemas y registros: desigualdades en su
un “conjunto teórico de la derecha militante” (Ruiz, amplio espectro, autonomías culturales relativas,
2011:141), compuesto por “Mariano Felipe Paz propuestas políticas, etc.
Soldán, Francisco García Calderón y Pedro Dávalos Alberto Flores Galindo sostiene que el método
y Lisson”, quienes –según Ruiz– habrían inspirado de Mariátegui se caracterizaba por abrir diferentes
a Mariátegui a descubrir la profunda tensión entre caminos analíticos, desde la consulta de materiales
la historia y la geografía, moldeando una particular estadísticos y archivos históricos, hasta la revisión
visión posibilista sobre las regiones naturales y minuciosa de la literatura científica y las fuentes
productivas (Ruiz, 2011:144). Esta afirmación es directas, es decir, la conversación in situ con otros
correcta en tanto que Mariátegui efectivamente intelectuales. Cuando Emilio Romero y Luis Val-
intercambió perspectivas con estos autores, sobre cárcel estaban en Lima –cuenta Flores Galindo–
todo con Francisco García Calderón7. Sin embar- desarrollaban extensas conversaciones en la casa de
go, la referencia de Ruiz es incompleta puesto que Mariátegui, “donde eran sometidos a un interro-
gatorio perspicaz, escuchados con detenimiento,
5 José Carlos Mariátegui, “Mala corriente”, publicado en El obligados a veces a precisar uno y otro dato y de
Tiempo, 24 de junio de 1918. esa manera el ‘maestro’ Mariátegui acababa durante
6 José Carlos Mariátegui, “Defensa del Marxismo” (obra esas tardes convertido en un acucioso ‘alumno’
póstuma), en Mariátegui Total (Minerva, 1994). que tomaba notas y reflexionaba luego sobre todo
7 Autor de Le Pérou Contemporain  (1907), libro que Ma-
lo que apuntaba” (Flores Galindo, 1980: 48). La
riátegui consultará una y otra vez para polemizar en Siete información de Flores Galindo es interesante no
ensayos (1928). En una carta desde París, fechada el 13 de
julio de 1929, García Calderón agradece el envío de Siete solo porque demuestra la actitud de autoformación
ensayos a Mariátegui. Si bien estima y valora la obra, difiere de Mariátegui, coherente con su trayectoria intelec-
sobre el marxismo. tual –nunca estudió formalmente en la academia–,

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sino también porque lo vincula con una de las geografía de Mariátegui implícitamente criticaba
máximas autoridades geográficas del Perú: Emilio al cientificismo positivista, incorporando el pro-
Romero Padilla (1899-1993). En efecto, durante blema de la subjetividad y el papel del sujeto a la
el siglo XX los planteamientos regionales de este comprensión de la realidad geográfica. Mariátegui,
geógrafo cuzqueño fueron una referencia obligada al mismo tiempo, no desatendía la importancia de
dentro del pensamiento geográfico peruano. Sin la información estadística construida a partir de
embargo, en términos concretos de influencia geo- métodos empíricos, pero sí cuestionaba su carácter
gráfica hacia nuestro autor, los aportes de Romero universal como única forma válida de conocimiento
son casi nulos, producto de la prematura muerte científico. La subjetividad, en el fondo, es la puerta
de Mariátegui en 1930. Entonces, despejada esta de entrada a una geografía humana alerta a los pro-
duda, ¿cuál es la operación analítica que permite a cesos sociales y a sus configuraciones temporales.
Mariátegui construir una significación geográfica? Todas las influencias tradicionales de Mariátegui,
Una cuestión importante, sin duda, es el rechazo en consecuencia, entran en colisión y confluencia
al positivismo de Mariátegui. Esta posición implí- desde otras perspectivas del campo político y filo-
citamente significaba que su geografía dialogaba sófico, pues su geografía emerge en el contexto de
internamente con la influencia bergsoniana, re- una alternativa del Perú heredado y presente. Un
flejada al interior de algunas corrientes francesas dato clave para explicitar este argumento y quizás
a principios de la década de los años veinte, tales comprender la orientación geográfica de nuestro
como la obra de André Meynier (Claval, 1986). autor y su distancia con la geografía oficial de su
Esto -por supuesto- no quiere decir que Mariáte- tiempo, recae en lo que nos informa Claval: “los
gui haya establecido un vínculo directo con estas geógrafos no creen que su objetivo sea estudiar las
obras, y menos aún con Meynier, sino que habilita relaciones sociales” (Claval, 1986: 39). En efecto,
una similitud intertextual entre estas perspectivas para Mariátegui lo fundamental es comprender y
regionales y ciertas elaboraciones analíticas en su definir las relaciones sociales desde una observación
método. El “intuitivismo bergsoniano”, en efecto, profunda de las prácticas históricas del capitalismo
aprobaba la crítica a los métodos enciclopédicos y el colonialismo, es decir, se trata de una compleja
y privilegiaba el dato “otorgado a la encuesta, a la interrogación a la modernidad como concepto y
aprehensión directa del medio a través de la expe- práctica revolucionaria.
riencia sobre el terreno” (Claval, 1986: 61). Por
el contrario, Mariátegui no desarrolló un trabajo
de campo al estilo de los geógrafos de la época, OTRA MODERNIDAD,
no obstante, gran parte de sus investigaciones y OTRA GEOGRAFÍA
aciertos intelectuales son reflejo de un esfuerzo de
construir un conocimiento in situ de la realidad En la primera parte del siglo XIX la modernidad
peruana y la carencia de una construcción enciclo- latinoamericana acontecía como una necesidad
pédica. Conforme a esta posición epistemológica, histórica, casi natural, donde los Estados-nacionales
su predilección por el género del ensayo y no así debían incorporar el mayor número de variables
por el metadato de la comprobación empírica, modernizadoras en una lógica cuantitativa de “com-
es solo un botón de muestra de la cercanía de su paración con Europa o Estados Unidos si el modelo
metodología con el intituivismo bergsoniano. Por ideal se estaba cumpliendo” (Larraín, 2005: 13). Así,
otro lado, además, no es un misterio que Mariá- se excluían las condiciones particulares del contexto
tegui fue un importante lector de Henri Bergson histórico-estructural de cada país, clausurando el
(1859-1941) y el vitalismo (Bassols, 1985; Melis, debate de las trayectorias de la modernidad y la
1994; Massardo, 2001). La diferencia recae en disputa de significaciones imaginarias. No obstan-
lo siguiente: si la geografía de la época reflejaba te, desde finales del siglo XIX y principios del XX,
una inclinación por el método fundamentado en comienza a cuestionarse el sentido de la moderniza-
la práctica de campo y el empirismo analítico, la ción en América Latina (Beigel, 2003), producto la

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emergencia de los movimientos populares y sociales (Mariátegui, 2005: 266). Héctor Alimonda sostie-
(Quijano, 2007) y la llegada de capitales económicos ne que la estrategia de Mariátegui justamente se
extranjeros (Cancino y Cristofannini, 1994). En este diferenciaba por la “recuperación de elementos no
cuadro, Mariátegui fue uno de los más connotados modernos como integrantes de una fusión de fuerzas
escultores de la disputa imaginaria del proceso de sociales comprometidas con la modernización” (Ali-
modernización de su tiempo: “El descubrimiento monda, 1994:89). Mariátegui, en efecto, estimaba
de América –dice Mariátegui– es el principio de la el elemento indígena como parte constituyente de
modernidad: la más grande y fructuosa de las cru- la peruanidad y la nueva tradición, al tiempo que
zadas. Todo el pensamiento de la modernidad está impugnaba a las clases dominantes por el proceso
influido por este acontecimiento” (2005: 464).8 Sin de modernización que habían liderado infructuosa-
embargo, argumenta en el mismo artículo, América mente. Su modernización denunciaba la continua
Latina “no encontrará su unidad en el orden bur- represión y desprecio por el elemento indígena,
gués” (Mariátegui, 2005: 464).9 Se trataba, en el develando la incapacidad cultural por desarrollar
fondo, de un cuestionamiento profundo y general una conciencia nacional auténtica y coherente de sus
a todo el proceso de modernización económica raíces y, por último, rechazaba la economía técnica-
y cultural llevado a cabo a la fecha, es decir, una mente retrasada por la presión de los terratenientes.
impugnación directa al capitalismo y su lógica A finales del siglo XIX, en Perú ya era visible un
imperialista que internalizaba una particular forma aumento significativo de las inversiones de capital
despótica dentro del proceso territorial interior del extranjero, sin embargo, su impulso se caracterizaba
Perú. En efecto, Mariátegui aceptaba la modernidad por una escasa movilidad industrial que contrastaba
en tanto progreso científico y tecnológico para la vida con la intensiva exportación de materias primas, tales
humana. Sin embargo, rechazaba categóricamente como el guano y el salitre en la costa (Cancino y Cris-
el contenido de la formación nacional asociado al tofannini, 1994). Es decir, no se trataba de cualquier
proceso de modernización, basado en una combi- crítica general de los componentes modernos sino
nación hispánica y liberal dependiente de la cultura una elección minuciosa de sus dispositivos culturales
europea y xenófoba de las raíces autóctonas (Melis, y consecuencias políticas-económicas derivadas del
1994; Fernández, 2010). capitalismo.
Una cuestión relevante de la modernización en Por otro lado, el mito, la fantasía y la abstrac-
Mariátegui fue la re-significación del contenido de ción, también son formas válidas de aprehender
la tradición, pues, debía ser “heterogénea y contra- la realidad, según Mariátegui: “Ser revolucionario
dictoria en sus componentes” (Mariátegui, 2005: o renovador es, desde este punto de vista, una
407).10 De aquí Mariátegui reincorporó el bloque consecuencia de ser más o menos imaginativo”
indígena al proceso de modernización, siendo un (Mariátegui, 2008: 101).11 La imaginación es una
actor clave no solo del pasado y presente del Perú, herramienta central de la matriz alternativa de
sino del futuro de “una nacionalidad en formación” modernidad12, un bien absolutamente imprescin-
dible para una nueva sociedad socialista (Germaná,
1994). Antonio Melis destaca que durante la esta-
8 José Carlos Mariátegui, “En el día de la raza”, publicado día en Europa se produce “uno de los cambios más
en Variedades, octubre de 1928.
9 La modernidad de Mariátegui se insertaba en una
profundos en el itinerario de Mariátegui” (Melis,
crítica vanguardista que interpelaba a la generación de
1994a: XXI): el paso de una formación intelectual
la Independencia, pero sobre todo, articulaba nuevas
coordenadas políticas y culturales que rompían con
11 José Carlos Mariátegui, “La imaginación y el progreso”,
el eurocentrismo: “Sarmiento que es todavía uno de
los creadores de la argentinidad, fue en su época un publicado en Mundial, octubre de 1924.
europeizante. No encontró mejor modo de ser argentino” 12 “Vitalismo, activismo, pragmatismo, relativismo, ninguna
(Mariátegui, 2007: 6). de estas corrientes filosóficas, en lo que podrían aportar a
10 José Carlos Mariátegui, “Heterodoxia de la tradición”, la Revolución, han quedado al margen del movimiento
publicado en Mundial, noviembre de 1927. intelectual marxista” (Mariátegui, 2005: 449).

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fecundamente urbana y metropolitana a una nueva de desarrollo. Uno de los líderes de este proceso de
sensibilidad crítica de las estructuras rurales, indi- autonomía latinoamericana, junto a Mariátegui,
genistas y provincianas. “Mariátegui advierte que fue Víctor Raúl Haya de la Torre (1895-1975). Más
el destino del Perú no puede ser la modernización allá de las diferencias políticas entre ambos,13 no
indiscriminada, que resulta al mismo tiempo ve- es menos cierto que tanto Mariátegui como Haya
leidosa e inadecuada… En el contexto específico de la Torre fueron creadores del proceso teórico
del mundo andino, esto significa, justamente en- crítico latinoamericano, pues ambos defienden un
frentarse con el problema indígena, en su presente momento de diferenciación como punto de partida
y en la herencia del pasado que conlleva” (Melis, para cualquier proceso emancipatorio en América
1994a: XXI). Este pasaje de Melis representa un Latina (Chang-Rodríguez, 2009).
punto nodal para comprender el horizonte creador Para distinguir la vitalidad de este debate a con-
y transgresor de las aun ocultas geografías de Ma- tinuación expondremos dos definiciones de ambos
riátegui, pues, distingue que la modernización no autores. La primera definición de Haya (1927) versa
puede ser indiscriminada y homogenizadora. Por sobre la eficacia de la revolución en América Latina,
el contrario, desde Mariátegui emerge otra matriz considerando el horizonte intelectual comandado
modernizadora que acoge a las diferencias de los por Lenin. Para el fundador del APRA el marxismo
espacios locales y nacionales internos, permitiendo se fundaba sobre la necesidad de “mirar, estudiar
que las diferencias participen del proceso de mo- y conocer el mundo y sus problemas desde y para
dernización y no sean ocultadas u homogenizadas nuestra realidad. Y una de las mejores enseñanzas de
en un afán nacional oligárquico o europeizante. la Revolución rusa nos lo da el leninismo, que es, sin
He aquí el vínculo orgánico y cualitativo entre duda, fundamentalmente la aplicación de las teorías
las diferencias espaciales-geográficas y los sujetos internacionales de Marx a la realidad del ambiente
subalternos en la modernidad de Mariátegui. ruso” (Haya de la Torre, citado en Castro, 2006: 52,
Ahora bien, ¿qué otra distinción analítica de esta el subrayado es nuestro). Del mismo modo, en su
modernidad alternativa recrea a la geografía de mensaje al Congreso Obrero de Lima, en 1927, Ma-
Mariátegui? Si bien ya hemos mencionado varios riátegui definió su método marxista distinguiendo lo
elementos, tales como la revisión de la tradición siguiente: “El marxismo, del cual todos hablan pero
nacional, la necesidad de un diagnóstico crítico de que muy pocos conocen y, sobre todo, comprenden,
la realidad peruana o la necesidad de diferenciarse es un método fundamentalmente dialéctico. Esto es,
de los métodos positivistas, también existe otra un método que se apoya íntegramente en la realidad,
situación particular que participa significativa- en los hechos. No es, como algunos erróneamente
mente dentro de nuestro problema. Se trata de la suponen, un cuerpo de principios de consecuencias
enunciación colectiva y crítica desde el antiimpe- rígidas, iguales para todos los climas históricos y
rialismo latinoamericano expresado en la Alianza todas las latitudes sociales. Marx extrajo su método
Popular Revolucionaria Americana (APRA), creada de la entraña misma de la historia. El marxismo, en
en 1924. En efecto, este instrumento político re- cada país, en cada pueblo, opera y acciona sobre el
creaba una nueva disputa por lo nacional a partir ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna
de una plataforma continental de significativos de sus modalidades” (Mariátegui, 1991: 168-169,
contenidos: 1) la acción contra el imperialismo el subrayado es nuestro). En efecto, la necesidad de
estadounidense; 2) la unidad política de América articular principios anclados en la realidad y no caer
Latina; 3) la nacionalización progresiva de la tierra en una imposición desarraigada de ideas y consignas
y de las industrias; 4) la internacionalización del sobre los hechos y prácticas sociales de la ‘realidad’,
Canal de Panamá; 5) la solidaridad con todos los es una posición generacional que implica enfrentar el
pueblos y clases oprimidas (Alimonda, 2010:17).
Sin duda se trata de un programa político de 13Desde el exilio en México, en 1928, Haya de la Torre
avanzada que demuestra el avance descolonizador anuncia el paso del APRA a partido. Este hecho provoca el
de la época y la profunda revisión de los modelos quiebre definitivo entre ambos autores.

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problema de las diferencias geográficas y sus espacia- ros, son parte íntegra del proceso de modernización
lidades en claves políticas. Respecto al pensamiento que defiende el socialismo indoamericano: “la Sierra
de Víctor Raúl Haya de la Torre (1895-1979), el no se salvará sin Lima” (Alimonda, 1994:88), solía
filósofo Augusto Castro destacó que una de las decir Mariátegui.
características centrales de su pensamiento político
fue el análisis de “la diversidad social, geográfica y
temporal del mundo, que implica, además, tomar CONCLUSIONES
nota de estas diferencias” (Castro, 2006: 46). Esta
capacidad analítica, sin duda, también fue uno de En este artículo hemos podido observar, distinguir
los rasgos fundamentales de Mariátegui. Más aún, el y analizar las fuentes teóricas, imaginarias y mate-
marxismo de nuestro autor no está ajeno a las con- riales sobre las cuales Mariátegui articuló y fundó
diciones particulares de las sociedades, siendo el am- su geografía. Sin embargo, aún queda una extensa
biente un aspecto más a conquistar y a analizar. Esta bibliografía por explorar y analizar de acuerdo a los
demarcación, a su vez, implícitamente rompía con contenidos de la geografía de Mariátegui. Como
el marxismo de la época que se legitimaba como un hemos afirmado anteriormente, lejos de centrarse
canon de valor universal, “un referente teórico dado en la componente tradicional, su geografía es parte
una vez y para siempre” (Fernández, 2011:199). El de un complejo proceso de reelaboración teórica
marxismo de Mariátegui, por el contrario, ensayaba en diálogo con otros campos de conocimientos.
diversas posibilidades dentro del espacio y el tiempo, Es una geografía que se inserta dentro de un pro-
incorporando disímiles combinaciones y trayectorias yecto político socialista y una matriz alternativa de
del proceso de modernización donde teoría y reali- modernidad que se combina y reacciona ante los
dad se fundían permanentemente. De ahí, no es de proyectos positivistas y nacionalistas de la época.
extrañar que la participación de las comunidades La geografía de la época de Mariátegui se caracte-
indígenas de la sierra y los grupos medios obreros rizaba por una pretensión científica empírica que
y urbanos situados en la costa, lejos de frenar el desestimaba un marco teórico sistemático, estando
proceso de modernización, para Mariátegui son el fuertemente relacionada al proceso de nacionali-
fundamento de una nueva sociedad socialista. En zación y modernización capitalista del Perú. En
términos de identidad política para Mariátegui no otras palabras, los geógrafos solían legitimarse
existía una supuesta división entre una ciudad revo- por el uso de técnicas y categorías provenientes
lucionaria y un campo reaccionario: “una clasificación de las ciencias naturales, alejadas y escindidas de
demasiado simplista” (Mariátegui, 2005: 246).14 El las relaciones sociales, que ayudaban al proceso
problema de esta distorsionada tendencia, más bien, de explotación de recursos naturales y definición
respondía a la ausencia de una estrategia política territorial de provincias y regiones. Mariátegui, en
articuladora de lo urbano y lo rural y al hecho que cambio, aun cuando no se cuestionaba el campo de
el socialismo había “descuidado la conquista del la geografía, sí incorporaba implícitamente nuevas
campo” (Mariátegui, 2005: 246). En efecto, “Lo preguntas y perspectivas a la disciplina. Esta nueva
que distingue y separa a la ciudad del campo no orientación de la geografía básicamente se anidaba
es, por ende, la revolución ni la reacción. Es, sobre en su búsqueda hermenéutica de historizar el flujo
todo, una diferencia de mentalidad y de espíritu que de relaciones sociales y reincorporar el problema de
emanan de una diferencia de función” (Mariátegui, la subjetividad al campo de la política y el espacio.
2005: 247). Nuevamente la subjetividad no puede Una interpretación innovadora en este sentido, a
ser homogenizada ni esencializada en la política de nuestro modo de ver, es que Mariátegui tendría
los territorios sub-nacionales: indígenas y serranos, una particular cercanía con el intuitivismo berg-
fundidos en alianza con los sectores urbanos y obre- soniano que criticaba los enfoques enciclopédicos
a principios de la década del veinte. Por otro lado,
14José Carlos Mariátegui, “La urbe y el campo”, publi- la operación analítica y geográfica producida por
cado en Mundial, octubre de 1924. Mariátegui, está fuertemente influenciada por su

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