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Historia libertaria: Notas, reflexiones y aportes

Selección de artículos publicados en El Libertario 1996-2011


Para un vocero anarquista es parte de su tarea rescatar la tan rica como desconocida trayectoria de
las ideas y acción (A), por lo que significa ese pasado para las luchas del presente y futuro. Por ello,
aquí sigue una antología de testimonios originales que hemos publicado sobre temas históricos, con
la indicación de título, autor, N° de El Libertario en que apareció, año y página de este “dossier”
donde ubicarlo.

Pag.
- Ángel Cappelletti: un libertario. D. De Los Reyes. # 4, 1996 ………………………...…...……... 2
- La bandera negra del anarquismo. E. Rodrigues. # 7, 1997 ………………..……………...…….. 3
- El anarquismo latinoamericano. Á. Cappelletti. # 10, 1998 ………………..……………...…….. 4
- Para una historia del anarquismo en Venezuela. A. Serrano. # 10, 1998 …………………..…...… 5
- Emma Goldman …una mujer libertaria. T. Tesoro. # 10, 1998 …………………………..….…. 7
- Siempre en mayo. A. Serrano. # 18, 2000 …………………………....………………..………. 9
- Mayo del 68: ¿el último suspiro de la utopía? I. D. Álvarez. # 22, 2001 ………………….…….... 11
- El caso Granado-Delgado: ¡40 años ya! O. Alberola. # 33, 2003 ……….……………………… 13
- Edgar Rodrigues: escritor anarquista. E. Tesoro. # 29, 2002 …………………………………… 14
- Emilio Tesoro, in memoriam (Entrevista): “sin libertad no se podrá conseguir nada, jamás”.
F. Mejía. # 35, 2003 ………………………………………………………………....……. 15
- Víctor García o Germinal Gracia: el errante del anarquismo. N. Machado. # 39, 2004 ……....…… 18
- José Ego-Aguirre: un anarquista de la región chilena. N. Machado. # 41, 2005 ……………….….. 20
- Gustav Landauer: a veces el norte se busca mirando atrás. F. Martínez y L. Ramajo. # 41, 2005 ..… 22
- Un poco de historia: correspondencia entre Proudhon y Marx. A. Serrano (presentación). # 45, 2005 24
- Aquellas cartas. A. Serrano. # 48, 2006 ……………………………………………….…….. 28
- Entrevista a Stuart Christie, anarquista escocés refundador de la CNA. Rodolfo. # 47, 2006 …….... 30
- Movimiento libertario en Perú: pasado y presente. Luis R. # 48, 2006 …………...…………….….. 32
- Entrevista con Brad Will. R. Uzcátegui. # 49, 2007 ………………………………………….. 34
- Ayer y hoy del anarquismo en Venezuela. Redacción. # 53, 2008 ………………………….….... 38
- Manuel González Prada: razón apasionada y anarquismo. G. Musumeci. # 53, 2008 ………....…. 40
- A la memoria de Antonio Serrano. Redacción y D. Barret. #54, 2008 ……………………...…. 42
- Memorias de lucha infatigable por la libertad. O. Alberola. # 56, 2009 ……………………….…. 43
- 1° de Mayo, Día de los Trabajadores y no fiesta del trabajo. C. Solero. # 63, 2011 ……..………….. 46
- Anexo: 4 textos del boletin (A) venezolano Correo A; 1989, 1992 y 1993 ………….………. 47
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La bandera negra del anarquismo

EDGAR RODRÍGUES - [# 7, febrero-marzo 1997]

La bandera es un pedazo de trapo utilizado como distintivo de un país. Con el paso de los siglos
fue incorporada a clubes, entidades religiosas, partidos y sindicatos. Los anarquistas nunca se
tomaron el trabajo de discutir en sus congresos para aprobar su pabellón, los colores más
adecuados para expresar su filosofía de vida.

Así como el vocablo Anarquía, adoptado por Proudhon, ya era empleado en el siglo XIII por el rey
Felipe el Hermoso para llamar desordenados a los que se le oponían, también la bandera negra
había sido usada para demostrar desagrado, tristeza, revuelta en contra del proceder de los
gobernantes franceses. Izada por primera vez en lo más alto del edificio de la Cámara de París en
julio de 1830, el pueblo con la bandera negra pretendió manifestar su repudio al capitalismo, a los
políticos y al Estado.

En la insurrección de Dresden, Bakunin empuñó la bandera negra, y Louise Michel hizo lo mismo
en Clamart. En la Comuna de París de 1871, los comuneros izaron la bandera roja, pero Jules
Vallès propuso que se cambiara por la bandera negra, por ser más radical y más triste. Louise
Michel lo apoyó y se cambió a la bandera negra. En su discurso al respecto dijo: "No más banderas
rojas bañadas en sangre de nuestros soldados. Yo izaré la bandera negra que lleva el luto de
nuestros muertos y nuestros dolores". Después, aparecerá ella con la bandera negra enrollada a su
cuerpo. Esta imagen de Louise Michel adornada con la bandera negra ha perdurado desde la
Comuna de París hasta nuestros días. Más tarde, en 1883, cuando Francia vivía intensa agitación
social, fue que el anarquismo adoptó la bandera negra definitivamente.

En Brasil, los anarquistas italianos que llegaron en 1890, fundando en Paraná la Colonia Cecilia,
también izaron la bandera negra en la copa del árbol más alto que existía en ese asentamiento.

Llegando a los tiempos modernos, en nuestra contemporaneidad, la vemos izada en el 1968, en


París, durante las manifestaciones estudiantiles, cuando una onda humana insurrecta tomó las
universidades, arrancando los adoquines de las calles, levantando barricadas, enfrentando a la
policía y al gobierno.

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El anarquismo latinoamericano
ÁNGEL CAPPELLETTI - [# 10, enero-febrero 1998]
[Nota de El Libertario: Extracto de la presentación del libro El anarquismo en América Latina,
editado por la Biblioteca Ayacucho en 1990, en recuerdo de nuestro compañero a 2 años de su
muerte en Argentina, a donde partió luego de muchos años de vida en Venezuela, donde desarrolló
una importante labor pedagógica y de investigación en pro de las ideas libertarias.]
El anarquismo como ideología y como filosofía social surge en Europa en la primera mitad del
siglo XIX. Como las diversas modalidades del socialismo pre-marxista, es un producto francés,
pues a Proudhon debe su nombre y su primera formulación sistemática, aunque justo es recordar
que tuvo dos poderosos padrinos en Inglaterra (Godwin) y en Alemania (Stirner). Como
movimiento social de las clases productoras (obreros, artesanos, campesinos) asume primero la
forma del mutualismo, desde antes de 1850, también en Francia. En un segundo momento, ya en la
década del 60, se convierte en colectivismo con Bakunin y vincula su actividad esencialmente a la
Primera Internacional, en cuyo seno llega a constituir, durante un tiempo, la corriente mayoritaria.
En esta época, en efecto, la mayor parte de los obreros organizados de Italia, Francia, España,
Portugal, Suiza francesa, Bélgica, Holanda, etc., son anarquistas o profesan un socialismo
revolucionario afín al anarquismo. Inclusive en Gran Bretaña, el tradeunionismo, con sus
moderadas tendencias, se encuentra más cerca de los proudhonianos que de los marxistas.
Ya durante la década de 1860 las ideas anarquistas llegan a América Latina y se concretan en
algunos grupos de acción. En las Antillas francesas se fundan Secciones de la Internacional; en
México se difunden las ideas de Proudhon y Bakunin y surgen las primeras organizaciones obreras,
campesinas y estudiantiles de signo libertario. A comienzos de los años 70 es clara la presencia de
núcleos anarquistas en ambas márgenes del Plata. Desde entonces y durante más de medio siglo, el
anarquismo tiene una larga y accidentada historia en muchos de los países latinoamericanos. En
algunos de ellos como Argentina y Uruguay, logró la adhesión de la mayor parte de la clase obrera,
a través de sindicatos y de sociedades de resistencia, durante varias décadas. En otros, como en
México, desempeñó un papel importante inclusive dentro de la historia política y de las contiendas
armadas del país. En Chile y Perú, fue el indudable iniciador de las luchas de la clase obrera en su
dimensión revolucionaria. Inclusive en aquellos países donde no logró después un gran arraigo
sindical, como Ecuador, Panamá o Guatemala, no cabe duda de que las primeras organizaciones
obreras que trascendieron el significado de meras sociedades de socorros mutuos y encararon la
lucha de clases, fueron anarquistas.
El anarquismo tiene, pues, en América Latina una amplia historia, rica en luchas pacíficas y
violentas, en manifestaciones de heroísmo individual y colectivo, en esfuerzos organizativos, en
propaganda oral, escrita y práctica, en obras literarias, en experimentos teatrales, pedagógicos,
cooperativos, comunitarios, etc. Esta historia nunca ha sido escrita en su totalidad, aunque existen
algunos buenos estudios parciales. Más aún, quienes escriben la historia social, política, cultural,
literaria, filosófica, etc., del subcontinente suelen pasar por alto o minimizar la importancia del
movimiento anarquista. Hay en ello tanta ignorancia como mala fe. Algunos historiadores
desconocen los hechos o consideran al anarquismo como una ideología marginal y absolutamente
minoritaria y desdeñable. Otros, por el contrario, saben lo que el anarquismo significa en la historia
de las ideas socialistas y comprenden bien su actitud frente al marxismo, pero precisamente por eso
se esfuerzan en olvidarlo o en desvalorizarlo como fruto de inmadurez revolucionaria, utopismo
abstracto, rebeldía artesanal y pequeño burguesa, etc.

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Para una historia del anarquismo en Venezuela

ANTONIO SERRANO - [# 10, enero-febrero 1998]

Pese a ser reconocida Venezuela como tierra de libertadores, las ideas anarquistas no tuvieron en
nuestro suelo asiento y desarrollo, y ello ha sido por una razón socio-económica. Venezuela era un
país agrícola-pecuario poco desarrollado dentro de nuestro medio productivo. Una fuerte
implantación de zonas palúdicas que obligaban al campesinado a vivir muchos meses del año
dentro de un chinchorro curando su fiebre. La carencia de industrias hacía que los emigrantes de
Europa buscasen los caminos de Argentina, Brasil, México y hasta de Cuba; sólo algunos pequeños
grupos de isleños canarios llegaron a estas costas, como ya hacían desde la época colonial.

Y pese a ello, en época tan temprana como 1811, cuando la Sociedad Patriótica discutía la forma a
dar a la república, en sesión presidida por Francisco De Miranda y con asistencia de Bolívar, en
momentos que Antonio Muñoz Tébar pronunciaba un discurso abogando por la forma
conservadora y centralista, Coto Paúl le usurpa la palabra y dirá: "¡La Anarquía! Esa es la libertad,
cuando para huir de la tiranía desata el cinto y desnuda la cabellera ondosa. -La Anarquía! Cuando
los dioses de los débiles, la desconfianza y el pavor la maldicen, yo caigo de rodillas a su presencia.
Señores: que la anarquía, con la antorcha de las furias en la mano, nos guíe al Congreso para que su
humo embriague a los facciosos del orden, y le sigan por calles y plazas, gritando ¡Libertad!". (1)

Cuando Coto Paúl se expresa con toda la ampulosidad propia de la época, Proudhon, llamado el
padre de la anarquía, tenía sólo un año, y Bakunin nacería cuatro años más tarde. Es de suponer
que Coto Paúl había leído el libro del precursor libertario inglés William Godwin, "Investigación
acerca de la Justicia Política", para expresar tan clara identificación con el sentido que ha tomado
con posterioridad la palabra anarquía.

Pasaran años hasta que otro aldabonazo suene. Para 1884, en Valencia se funda una Sociedad
Cooperativa que reconoce sus simpatías hacia Owen, Fourier, Cabet y Proudhon. Esta cooperativa
publicó un folleto acerca de la emancipación de los trabajadores, que ya había sido publicado en las
Islas Canarias (2). De forma similar debieron llegar acuerdos tomados por la Internacional
Socialista, ya que algunas organizaciones obreras toman medidas en 1892 para luchar por la jornada
de las 8 horas. En el periódico EL FONOGRAFO de Maracaibo, hay un artículo de una pluma
anarquista, que dice: "Los socialistas, partidarios de las diputaciones, o parlamentos y
ayuntamientos, sostienen que el único modo de alcanzar la jornada de ocho horas era el legal; esto
es, arrancárselo a los poderes públicos. Nosotros, que sabemos perfectamente que la misión del
Estado no es otra que la de guardar y hacer guardar los intereses de la clase que representa,
combatimos la antinomia y obramos resueltamente por la vía revolucionaria." (3)

Alguien muy respetado por su rigor como cronista del movimiento obrero venezolano, Bernardo
Pérez Salinas, nos dice: "Huyendo de la represión desatada, llegaron a la zona del Mar Caribe
grupos de anarcosindicalistas y socialistas españoles que trataban de establecerse en estos países"
(4). Al respecto, Rodolfo Quintero agrega: "En más de una ocasión me reuní con algunos de estos
anarcosindicalistas. Los gremios de panaderos, tranviarios, telefónicos y otros organismos
denominados de 'mutuos auxilios', fueron seriamente infiltrados por las ideas de Proudhon y
Bakunin" (5). Es de suponer que si aquellos gremios fueron "infiltrados" por los
anarcosindicalistas, fue porque los razonamientos y la argumentación ofrecida por ellos era la
interpretación exacta y objetiva de la realidad sociológica venezolana.

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Más adelante y en el mismo texto, Quintero apunta: "La primera gente extranjera que llegó eran
anarcosindicalistas, le metían a uno a Bakunin mas que a Marx por los ojos, porque eran italianos y
españoles, que eran los dos sitios de Europa donde el anarcosindicalismo llegó a tener más fuerzas.
Eran individuos peleadores, que no querían conciliación de clases. Los anarquistas decían inclusive
que los marxistas eran gente de conciliación [la historia lo ha demostrado, añado yo]; luchaban
contra el Estado. Dejaron una siembra que yo diría positiva en un noventa por ciento, porque
formó los primeros cuadros sindicales aquí." (5)

Posteriormente a la Guerra Civil Española, son muchos los anarquistas ibéricos que han vivido en
Venezuela, pero todos tenían la vista puesta en la península, nunca pensaron en hacer una
organización para propagar sus ideas en tierra venezolana. A principios de los años 80 se logró
conformar un pequeño núcleo con compañeros provenientes de diversos países y algunos criollos,
que logró poner a circular un periódico, El Libertario, que sobrevivió por nueve números.

A partir de allí han habido diversos esfuerzos editoriales y de organización, pero se ha hecho muy
difícil insertarse en los gremios obreros, pues ninguno de los que hoy habla como anarquista es
obrero; ahí está quizás la razón de que el movimiento anarquista local apenas se exprese hoy en
iniciativas limitadas, como la que llevan el pequeño grupo de jóvenes con algún viejo que publican
este nuevo El Libertario, que de tarde en tarde pero con insistencia se pone a la venta. Nos guía el
interés de dar a conocer las ideas, con las armas de lucha del verbo y la pluma, aún sabiendo que la
sociedad actual -con todo y los desequilibrios que carga- no está propensa a abrirse a las ideas de
transformación radical. La caída de aquellos regímenes llamados de "socialismo real", que de
socialismo verdadero poco tenían, ha roto en mucha gente las ilusiones que pudieran surgir de ir a
la búsqueda de un mundo mejor. Pero a más o menos tardar, todas las contradicciones del sistema
social que nos proponen desde el neoliberalismo le llevarán a la quiebra, y entonces la gente
comprenderá e reiniciará esa búsqueda, allí estaremos.

1) J. V. González: Biografía de José Félix Ribas, pag. 62; Edit. Villegas; Caracas.
2) Fermín Lares: El Movimiento Sindical y la Lucha Política en Venezuela, Edit. Monte Avila.
3) Idem, p. 14.
4) P. B. Pérez Salinas, en Idem, p. 17.
5) Rodolfo Quintero, en Loc. Cit.

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Emma Goldman …una mujer libertaria

TERESA TESORO - [# 10, enero-febrero 1998]

Acabo de leer el libro "Viviendo mi Vida" por Emma Goldman. Es maravilloso. Es la


autobiografía de una verdadera anarquista. No sólo es maravilloso el libro por lo que en él cuenta
Emma, sino por la excelente forma narrativa con que va construyendo su relato.

Emma Goldman era judía y rusa. En 1885 se fue a los Estados Unidos. Tenía 17 años. Trabajaba
en una fábrica cosiendo cuando se enteró de la ejecución de los mártires de Chicago y eso la
decidió y la inspiró a unirse a los anarquistas y volverse uno de ellos. Cuenta ella: "Yo estaba como
pasmada, paralizada, no podía ni llorar ... Yo estaba totalmente abstraída en lo que sentía cono una
pérdida personal, cuando oía a una mujer reír groseramente. Con su voz chillona dijo con
desprecio: "¨Qué es todo este lamento? Los hombres eran asesinos. Se merecían que los colgaran."
De un salto me agarré al cuello de la mujer. Nos separaron. Alguien dijo: "Esta muchacha se ha
vuelto loca." Conseguí soltarme, agarre una jarra de agua de la mesa y se la tiré en la cara con todas
mis fuerzas. "-Fuera, fuera -grité-, o la mato!" La mujer aterrorizada fue hacia la puerta y cayó al
suelo en un ataque de histeria. A mí me llevaron a la cama y dormí profundamente.

Al día siguiente me desperté como de una larga enfermedad, pero liberada del entumecimiento y de
la depresión de aquellas semanas de espera angustiosa y que habían tenido tan terrible final. Tuve la
clara sensación de que algo nuevo y maravilloso había nacido dentro de mí. Un gran ideal, una fe
ardiente, una determinación a dedicarme a la memoria de mis compañeros martirizados, a hacer
mía su causa, a hacer que el mundo conociera sus vidas llenas de belleza y sus muertes heroicas.

Emma cocía 11 ó 12 horas diarias y leía mucho. Con el tiempo y la orientación del anarquista
Johann Most fue presentándose en mítines y se volvió una gran oradora. Respecto a su primera
experiencia como oradora escribe: "Cuando me enfrenté a la audiencia la noche siguiente mi mente
estaba en blanco. No recordaba ni una sola palabra de las notas. Cerré los ojos por un momento;
luego algo extraño sucedió. En un segundo lo vi, todos los incidentes de los tres años que había
vivido en Rochester: la fábrica Garson, la pesadez del trabajo, la humillación, el fracaso de mi
matrimonio, el crimen de Chicago... Comencé a hablar. Palabras que nunca me había oído
empezaron a fluir cada vez más deprisa. Salían con intensidad apasionada; describían imágenes de
los hombres heroicos en el patíbulo, de su luminosa visión de una vida real, rica en comodidad y
belleza: de hombres y mujeres radiantes en su libertad, de niños transformados por la felicidad y el
afecto. La audiencia se desvaneció, la sala misma había desaparecido; ensimismada en mi canto,
sólo era consciente de mis palabras. Me detuve. Aplausos tumultuosos me rodearon ..."

En mayo de 1892 estalló una huelga en una compañía de acero de Pittsburg. Su presidente era
Henry Clay Frick, "un hombre conocido por su enemistad hacia los trabajadores" según palabras
de Emma. Llegaron a la decisión de cerrar la acería y despedir a los obreros. En un periódico venía
en grandes titulares: "últimos acontecimientos en Homestead- las familias de los huelguistas
desalojadas de las casas de la compañía-parturienta sacada a la calle por oficiales." Emma Goldman
y su compañero por aquél entonces, también anarquista, Alexander Berkman se trasladaron a
Pittsburg a ayudar en la causa de los trabajadores del acero. Dice Emma: "Debíamos llevarle
nuestro mensaje y ayudarles a comprender que no sólo debían luchar por el momento, sino para
siempre, por una vida libre, por el anarquismo." Luego relata: "Unos días después de nuestro
regreso a Nueva York, la noticia de la matanza de los trabajadores del acero por los Pinkertons
recorrió el país como la pólvora. Frick fortificado las acerías de Homestead levantando una alta

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empalizada alrededor. Luego, en la quietud de la noche, una barcaza llena de esquiroles, bajo la
protección de pistoleros de la Pinkertons fuertemente armados, navegó silenciosamente río
Monangahela arriba. Los trabajadores supieron del movimiento de Frick. Se apostaron a lo largo de
la orilla, decididos a hacer retroceder a los secuaces de Frick, cuando la barcaza estuvo lo
suficientemente cerca de la orilla, los Pinkertons abrieron fuego, sin previo aviso, matando a varios
hombres de Homestead, entre ellos un niño, e hiriendo a muchos otros."

Emma y Alexander se conmovieron profundamente por los acontecimientos. Eso los llevó a
planear un atentado contra Frick, pero tenían poco dinero para comprar el arma. Un día
desesperada, Emma se lanza a la calle dispuesta a prostituirse para conseguir el dinero. Un señor se
apiada de ella, le da diez dólares y la manda de regreso a casa. El atentado falla: Berkman dispara
contra Frick, pero este se recupera, sin embargo tiene que purgar largos años de cárcel. Esta fue la
única vez que Emma se vio envuelta en un hecho violento como protagonista. Después, ejercerán
la violencia contra ella, pero siempre conservará una actitud pacífica.

Su actuación como oradora le valió varios arrestos. Tanto que iba a sus mítines con un libro en la
mano, para no aburrirse en la cárcel. Además de las ideas anarquistas, también difundió con sus
charlas el control de la natalidad. Eso le valió el regreso a la cárcel.

Viajó y vivió en Rusia durante los primeros años de la revolución Rusa. En la época de Lenin.
Sufrió una profunda decepción con la Revolución de Octubre, lo que le costó mucho admitir. Fue
una de las primeras activistas en reconocer que la Revolución había traicionado al proletariado.
Finalmente, volvió a Inglaterra y de ahí a Canadá, donde murió en 1940.

Tuvo una intensa vida amorosa: se casó y se divorció a los 20 años. No quiso tener hijos para que
no interfirieran con el propósito que se había hecho de dedicarse al anarquismo.

Fue una gran oradora y enormes multitudes iban a oírla. Llegó un tiempo que pudo dejar el trabajo
de costura y mantenerse de sus conferencias y escritos. Editó una revista llamada "Madre Tierra",
que alcanzó importancia en el medio intelectual y artístico norteamericano.

Les recomiendo ampliamente que lean esta obra, estoy segura que van a adorar a Emma Goldman!

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Siempre en mayo

ANTONIO SERRANO - [# 18, junio-julio 2000]

(1ra. estrofa del Himno al Primero de Mayo, de Pietro Gori, abogado, poeta y anarquista italiano)

Para cuantos llegan hoy a ocupar un puesto de trabajo, sea fábrica, taller, obra, prestación de
servicios etc., se tienen leyes que rigen la normativa laboral, pero ya con antelación, bien en el
hogar, información transmitida por informativos y posiblemente en el curso de su preparación
escolar, conoció la existencia de la Fiesta del Primero de Mayo, como "Fiesta o Día de los
Trabajadores". Alguien pudiera llegar a creer, que ésta "fiesta" ha sido de siempre, y muchos habrá,
que no sepan de su origen ni del por qué se ha llegado hacer del Primero de Mayo en el mundo
entero, Fiesta Nacional de los Trabajadores. Aunque los hechos reales que llevaron a la
instauración de la jornada de trabajo de ocho horas de duración, acaeció casi a finales del siglo
XIX, no ha sido hasta bien entrado el siglo XX cuando ha llegado a tomar cuerpo ésta jornada
como fiesta de la clase obrera.

Desde muy antiguo hubo quejas y protestas por la larga jornada laboral, hay señalamientos en el
siglo XIX, pero es a raíz de la Revolución Francesa y el desarrollo que tomaron las ideas socialistas,
buscando siempre como mejorar la situación de la clase trabajadora, que son muchos los
señalamientos históricos que poseemos desde principios del siglo XIX hasta culminar en los
hechos de Chicago en 1886, cuya dolorosa y cruel tragedia impulsa al mundo del trabajo a una
lucha constante y permanente por la mejora del horario laboral que culmina en la conquista de las
ocho horas de trabajo y la declaración del Primero de Mayo como Día Internacional de los
Trabajadores.

Desde 1883 a 1886, en todos los congresos obreros anuales como regionales en los EEUU, se ha
discutido y aprobado formas de actuación para lograr la reducción de la jornada laboral. El
secretario de la A.F.L. Frank K. Forte: "reconoce el fracaso de cuanto intento ha hecho a las
cámaras legislativas y entrevistas y solicitudes a representantes y legisladores". Los trabajadores
resuelven obrar directamente, "acción directa", manifestaciones y protestas corren por todo el país,
desde Washington a Nueva York, Chicago, Pittsburg.

Chicago se había convertido en el centro más activo de la acción de protesta reivindicativa por la
jornada de ocho horas. Periódicos como Arbeiter Zeitung en alemán, dirigido por Augusto Spies, El
Alarm en inglés, por Albert Parsons; Schwab y Spies redactaban el Vorbete y Die Fakel, ambos
semanarios. En torno a estos periódicos unos diez grupos anarquistas que reunían cerca de dos mil
miembros, todo un núcleo de brillantes militantes, agitadores que actuaban sin límite ni descanso.

El descontento de la clase obrera había llegado al máximo, el llamado a huelga general el Primero
de Mayo de 1886, había sido secundado por una inmensa mayoría de la clase obrera tanto en
Chicago como en otros muchos pueblos del Estado de Illinois. Algunas fábricas cerraron y
despidieron a todos sus trabajadores. En la tarde del tres de marzo, más de 7000 trabajadores en

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huelga, esperaron la salida de la fábrica de aquellos que como esquiroles suplantaban a los que
hacían huelga. Hubo choques con la fuerza pública, la policía abrió fuego que fue respondido por
algunos de los huelguistas, llegaron refuerzos policiales haciendo fuego que hicieron huir a los
manifestantes, quienes dejaron seis muertos y muchos heridos a más de decenas de detenidos.

Aquella sangría hizo que los grupos anarquistas convocasen a un mitin en la plaza de Haymarket en
la tarde. El llamado congregó a más de 15.000 personas. Spies, Parsons y Fielden hablaron a los
congregados en la plaza. Todo iba bien hasta que finalizó el mitin, la multitud se retiraba en calma
cuando apareció la policía y con su habitual violencia arremetió contra la gente. Nadie ha podido
decir como una bomba fue lanzada contra la fuerza pública causando varios muertos y heridos. La
policía recibe más fuerzas que abren fuego contra la gente que se retira: la masacre fue espantosa.
Chicago es puesta en estado de sitio y se prohibió a la población salir de noche. El ejército ocupó
durante muchos días ciertos barrios. Todo el equipo que hacía el Arbeiter Zeitung fue detenido; por
una interesada combinación, por un designio oscuro, el atentado se trasladó de un hecho individual
a un hecho colectivo; la instrucción terminó por procesar a los militantes de quienes la policía
quería desembarazarse a cualquier precio.

Los detenidos resistieron con firmeza a sus jueces y convirtieron el proceso, cada uno a su manera,
en una viril requisitoria contra la sociedad capitalista. Como ha escrito Robert Lauzon: "una
magnifica afirmación de fe y coraje". Si la muerte es la pena que corresponde a la proclamación de
la verdad, entonces estaré orgulloso de pagar su precio", dijo Spies. "Si mi vida debe servir a la
defensa de los principios del anarquismo tal como yo lo entiendo, y creo honestamente que son en
interés de la humanidad, declaro que me siento feliz de darla, y es un precio muy bajo por tan
grande resultado", expresaba Fielden.

De los ocho condenados a muerte hubo conmutación de pena, para Fielden y Schwab por cadena
perpetua y para Neebe, por quince años. Lingg se suicidó en su celda. El suplicio tuvo lugar el 11
de noviembre de 1887. En la calle y alrededor de la prisión la multitud protestaba por aquel crimen
de Estado, siendo contenida por la tropa. Los condenados antes de morir gritaban vivas a la
anarquía y Spies expresó: "Salud tiempo en que nuestro silencio será más poderoso que nuestras
voces, que estrangulan con la muerte".

En 1893, un nuevo gobernador de Illinois, John Atgeld, después de una larga investigación se
convenció de la inocencia de los condenados, el veredicto había sido amañado cumpliendo
órdenes. En consecuencia, Fielden, Neebe y Schwab quedaron en libertad tras 7 años de prisión.
Los cinco ahorcados fueron rehabilitados, pero imposible devolverles a la vida que les quitaron.

Hoy el Primero de Mayo es reconocido en el mundo entero como Fiesta Nacional de los
Trabajadores, pero esa "fiesta" costó sangre, no sólo de aquellos mártires de Chicago.
Posteriormente por el mundo entero hubo sus protestas y sus luchas. Francia, Bélgica, España,
Inglaterra etc, las manifestaciones multitudinarias que las policías solían dispersar a fuerza de palos
y disparos de fusilería, hizo que todo pueblo viera su suelo bañado con sangre proletaria. Ya en los
años treinta del siglo pasado, algunos países conquistaron las ocho horas de trabajo.

La clase trabajadora, no solamente aquella que hace muchos años era llamada "la de las manos
callosas", también los profesionales y los técnicos, artistas en las diversas artes, todos aquellos que
producen lo que necesitamos para vivir y hacer la vida lo más placentera posible, todos al unísono
debemos recordar con pasión y amor aquellos hombres que en Chicago dieron sus vidas por el
mejoramiento de la vida de todos cuantos poblamos el mundo.

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Mayo del 68: ¿el último suspiro de la utopía?

IVÁN DARÍO ÁLVAREZ - [# 22, abril-mayo 2001]

Hace treinta años las juventudes de diversos países y sistemas puso en jaque la presunta bondad de
sus establecimientos, múltiples motivos daban vida a sus movimientos, ya fuera la discriminación
racial o sexual, la negación de la sociedad de consumo o de la guerra, el autoritarismo de un
imperio, una clase o de un partido, estas eran banderas que al agitarse convocaban vientos de
libertad a favor de una calidad de vida radicalmente distinta.

Sin duda ese gigantesco despliegue de generosidad, imaginación y utopía hoy merecen ser
festejados, como signos vitales de la memoria y como parte de un legado que nos recuerda que la
justa rebelión sigue teniendo un pasado, un presente y un futuro. Está idea no se acomoda , ni se
casa , ni con la nostalgia mítica , ni con el fatalismo , ni el desencanto. Más bien reivindica que la
idea de la libertad hechiza porque nunca le faltan razones para estar viva. Al fin y al cabo no se
puede olvidar que por los senderos de la historia un libertario es un nómade, un caminante cuyo
techo es el amplio cielo y cuya bandera es el viento. Él es el extranjero que siempre anuncia algo
nuevo. El soñador errante, quien por creer en lo increíble, o por hacer visible lo invisible, conversar
fresco el aroma de lo desconocido, como fuente probable de lo que también es posible. Es cierto
que las utopías y los sueños a veces se truncan, se estancan, no crecen o se marchitan. El libertario
sabe que hay muros que limitan la visión del horizonte y por eso hay que romperlos
completamente o hacerles fisuras. De hecho no siempre se puede escapar o absolutamente
renunciar al mundo de la dominación, pero como antídoto si se puede proclamar la insumisión y
renegar creativamente contra lo establecido por la tradición, quien afirma que es preciso aceptar la
verticalidad y el sometimiento como pilares naturales de la vida.

Bien decía Bakunin que la libertad no está al principio sino al final de la historia. Y esa imagen de
total libertad es el sueño de una humanidad que construye su universo de convivencia más allá de
toda servidumbre económica, social, política o moral. Esa labor de destruir todos los obstáculos de
la libertad es imprevisible, habrá que inventar y errar para poder saborear una cultura ácrata que
nos permita verificar, que el compromiso vital con el otro sea más que u placer proclamado desde
adentro, y no un deber que nos obliga desde afuera, simplemente porque la solidaridad no nace por
decreto. Sin duda esa demostración de la libertad colectiva sigue inconclusa y por lo tanto abierta.
No hay un fracaso definitivo porque sus verdaderas posibilidades, salvo escasas excepciones no se
han ensayado a gran escala. Desde luego el reto está en persuadir a la sociedad que el ensayo vale la
pena no sólo para ser soñado sino también vivido.

Por el contrario si algo complace a los administradores del poder es el ver como se diluyen los
proyectos utópicos, a los que siempre quiere rodeárseles de un aire iluso, una vez que estos son
derrotados por las fuerzas interesadas en perpetuar un orden privilegiado. Generalmente al pasar el
peligro que representan su amenaza y se recuperan las viejas riendas de la dominación, poco a poco
errores o desatinos se magnifican y los aciertos se silencian. La historia se banaliza y se le desprovee
de su savia transformadora. A toda costa se quiere borrar o falsificar toda imagen positiva que sea
capaz de engendrar entusiasmos, o resurgimientos de la idea. Es como si ese virus de libertad
hubiera que aislarlo, para hacer ver que en realidad nunca fue ni tan importante ni tan verdadero.
Es así como el tiempo gracias a una campaña sistemática de desprestigio u olvido, se erige en
cómplice de la omnipotencia del poder, quien se crece y agiganta con la pasividad e indiferencia
colectivas, la que de paso al debilitarse y dejar de creer en sí misma, se hace más impotente.

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Hoy precisamente en la génesis del milenio, estas ideas abundan y con ellas se intenta declarar la
muerte definitiva de una transformación radical del planeta. Se cree con ello que se cancela el
proyecto de la justicia social que surgía de la cultura popular. Pero se olvida que la puesta en escena
de la justicia y la ética tiene más versiones, que las que hasta ahora han sido experimentadas y
permitidas. El liberalismo, la socialdemocracia o el socialismo autoritario, han tenido su
oportunidad de poder, pero igual para los de abajo siguen siendo engranajes burocráticos,
mentirosos e insoportables, porque igual los exprime y explota. Por esa razón si algo no podemos
dejar de perder es la memoria y el imaginario de la libertad, no porque pensemos que
necesariamente vamos a obtener el paraíso o un mejor futuro ya, sino también porque en el pasado
hubo ejemplos de resistencia, siempre señalando que el pensamiento libertario aun no ha sido
aniquilado, ni puesto de circulación de las luchas históricas, y que en cualquier momento este
resurgirá a favor de quienes desde abajo tienen la fuerza y el conocimiento para hacer temblar o
caer el viejo edificio del poder. De hecho lo que más temen los dueños absolutos del Capital y el
Estado, es que la libertad y la justicia social se generalicen.

De alguna manera eso fue lo que se cocinó y se quemó momentáneamente en el año 68. La
juventud en 50 partes del mundo formó un coro de rebelión. México, Colombia, Japón. Alemania,
Brasil, Estados Unidos, Polonia, Holanda, España, Italia, Checoslovaquia, Francia, etc. Allí en
algunos de esos lugares se organizaron los Provos, la S.D.S., la Internacional Situacionista, las
Panteras Negras, los Comités Vietnam de Base, los Comités de Barrio, los Comités de Enlace de
obreros y estudiantes, el movimiento 22 de marzo, los pacifistas y los diversos grupos partidistas y
sindicales que desde la izquierda iban a manifestarse y confrontarse. Lo más interesante es que la
acción directa y la autogestión rápidamente se convirtieron en herramientas de lucha espontánea,
donde no se admite el control burocrático de una organización. Allí eran más importantes las
relaciones de coordinación que las de subordinación. En la asamblea general la democracia tiene las
puertas abiertas. La coordinación no era sinónimo de dirección política.

Otro ejemplo de solidaridad y sensibilidad política de la época por parte del estudiantado es su
rechazo visceral a la guerra de Vietnam. De inmediato la resonancia de la resistencia civil del
pueblo vietnamita incendió el corazón de la revuelta estudiantil, como una parte de su lucha contra
el atropello imperial norteamericano que deseaba imponer su ley de sangre y fuego al mundo
entero. Estas acciones son ejecutadas por los zen-ga-kuren, un grupo de jóvenes estudiantes y
obreros quienes impiden al enfrentarse a la policía, que las naves de guerra norteamericanas
instalen sus bases de operación y son de alguna forma secundados por la juventud americana, la
que deserta de su patriótico ejército al quemar públicamente sus carnets de reclutamiento.
Otra ambición admirable fue el querer lograr una educación que no estuviera al margen o
claramente divorciada de la sociedad. Se planteaban serias reformas a la enseñanza superior para
superar su mediocridad, en últimas se cuestionaba un estilo de vida occidental donde la cultura se
convierte en mercancía y donde los especialistas de cualquier profesión son los guardianes de lo
rentable y las jerarquías doctorales crean pirámides, relaciones verticales que impiden la democracia
y la socialización real del conocimiento. Esta preocupación lógicamente iba en contravía del
estudiante superficial, al que lo único que le importa es prepararse fácilmente para recibir su título
de nobleza y rápidamente ubicar uno de los cómodos sillones de las jerarquías dirigentes.
Otra de las expresiones interesantes de analizar en estos movimientos es como el lenguaje gracias a
la diversidad, se manifiesta en la calle y los muros en formas filosóficas y poéticas, que iban mucho
más allá de la simple y rutinaria consigna grupuscular llamando al combate. Sin embargo, ese
ingenio grafitero puede quedarse hoy en frases ingeniosas que con el tiempo se vuelven efímeras.
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De todas maneras aunque Mayo del 68 sea todavía un símbolo de una generación contestataria que
se frustró y por eso decidió volverse yuppy o el signo de una revolución cultural, quedan en el
tintero de las ideas y la acción, la fundación de un imaginario liberador que sea capaz de ir más allá
de ese hastío despolitizado en el que ya nada nos perturba. Como la caravana de huérfanos y viudas
que en Colombia huyen en sus sueños hacia otro país.

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Emilio Tesoro, in memoriam (Entrevista):
“sin libertad no se podrá conseguir nada, jamás”

FRANCISCO MEJÍA - [# 35, noviembre-diciembre 2003]

Emilio siempre estuvo abierto a las nuevas generaciones curiosas por el ideal libertario. De aquí
surge esta entrevista, realizada en diciembre de 1997, para una investigación escolar. La
imprimimos en la memoria de un compañero de ética a prueba de fuego, a quien recordaremos
como se muestra en estas respuestas: fogoso, con el verbo antiautoritario a flor de piel.

- ¿Qué significa el anarquismo para Emilio Tesoro?

Imposible describirlo en cuatro líneas, pero intentaremos decir alguna cosa. Para mí el anarquismo
es la sociedad más perfecta de la que se ha hablado. Es una sociedad igualitaria en donde no habrá
diferencias económicas. Esto es que no habrá ni ricos ni pobres. Lo que se produzca en una
sociedad anarquista será repartido en partes iguales.

- ¿Está de acuerdo con esta ideología?

Sí, sí, naturalmente que estoy de acuerdo con ella. Si no, no estuviese luchando desde joven por su
propagación, su desarrollo y su implantación. A pesar de los muchos prejuicios que he sufrido por
tener ante la vida una posición anarquista. ¿Cómo no voy a estar a favor de que desaparezca la
miseria que produce la sociedad capitalista?. ¿Cómo no voy a estar en contra de las diferencias
económicas y financieras de la sociedad en donde existen los ricos que ya no saben que hacer con
su dinero y miles de millones de personas que no tienen que comer? ¿Es esto justo? ¿En nombre
de qué doctrina religiosa se pueden imponer tanta y tanta discriminación al ser humano? Las
religiones, los políticos, los capitalistas, los dictadores, así sean Hitler o Stalin, son todos unos
verdaderos criminales. Es por eso que el anarquista lucha con las mismas energías y fuerzas en
contra de los enemigos de la libertad; bien sean hitlerianos o stalinistas, bien sean fascistas o
comunistas totalitarios.

- ¿Cuál fue tu actitud y posición durante la Guerra Civil Española?

La de un hombre libre. La de un hombre revolucionario. La de un hombre que pensaba. Que había


que luchar no por unos pocos, sino por todos los españoles en general. Fuimos, como anarquistas
en aquella época, los más radicales y los que querían la emancipación total de los trabajadores. No
solamente estuvimos como enemigos de los fascistas, franquistas; gente de derecha; la iglesia
católica (fiel aliada de Franco en contra de los intereses del pueblo español), sino también de los
comunistas que obraban bajo las órdenes de Stalin. La juventud ácrata, que quiere decir también
anarquista y libertaria, fue en aquel entonces a coger el fusil y a combatir a la reacción nacional e
internacional. Yo me aprecio de ser uno de ellos. Lo mejor de aquella juventud, anarquista o
comunista, socialista o republicana, cayó atravesada por las balas reaccionarias de Franco.

- ¿Qué buscaban los anarquistas en la España del 36?

Fue la Guerra Civil o la Revolución Española, como también es conocida, la revolución más
profunda y radical que hasta entonces y hasta nuestros días se había realizado en el mundo.
Queríamos de una vez para siempre, acabar con los métodos reaccionarios educativos en los cuales
la máxima autoridad eran la iglesia católica y los jesuitas. Terminar con las desigualdades sociales y

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queríamos acabar sobre todo con el hambre que los pudientes y gobernantes de España mantenían
al grueso de la población española. Y sobre todo, por encima de esto, queríamos vivir en libertad.
No en una libertad para nosotros; sino de todos los españoles.

- ¿Qué cambios ideológicos surgieron entre los anarquistas de la época?

Esta pregunta es harto difícil de responder y no se puede, de ninguna manera, contestarla en unas
cuantas líneas. En una organización anarquista como lo fue la que existía en España: Juventudes
Libertarias, Federación Anarquista Ibérica y la Confederación Nacional del Trabajo, que tenían un
millón de militantes o afiliados, no se puede creer que todos pensaban de una manera compacta y
única. Venía ya desde tiempo habiendo algunas diferencias, pero todas ellas bajo el paraguas del
anarquismo.

- ¿Qué experiencias ha tenido Emilio Tesoro después de España con grupos anarquistas?

Estuve 17 años en el Brasil antes de llegar a Venezuela. Inmediatamente que llego a Brasil me
pongo en contacto con ellos. Había, para aquel entonces, varios grupos anarquistas por todos los
estados que componen la nación brasilera. Yo me radiqué en Sao Paulo, formando parte del Centro
de Cultura Social, que así se llamaba el centro anarquista de esa capital. Pero en asambleas o en
congresos nacionales, me relacioné y conocí bastantes anarquistas brasileros. Se propagaban las
ideas por medio de periódicos, teatro, radio y televisión. Para aquel entonces en el Brasil teníamos
acceso a esos medios de comunicación. Hasta el golpe militar del 64, que cerraron y detuvieron a
muchos compañeros, e incluso torturaron a muchos de ellos.

Gracias al golpe militar, la situación económica y social se torna muy pesada y muy peligrosa para
los anarquistas. Entonces me vine a Venezuela. Una vez aquí, tomé parte en los grupos anarquistas
que habían. Sobre todo, alrededor de un grupo de compañeros exiliados de la guerra civil española.
Más adelante se forman nuevos grupos con compañeros venezolanos. Existían en los grupos
algunos compañeros argentinos. Se fue haciendo lo que buenamente se podía. No eramos muchos,
y a veces se formaban los grupos para al poco tiempo desaparecer y dar paso a la formación de
otros nuevos. Entonces yo, puedo decir que desde unos seis meses antes de la guerra civil española,
que se inicia en Julio del año 1936, siendo yo muy joven todavía, escogí el camino de la anarquía y
todavía no he salido de él y posiblemente estaré en él hasta que mi muerte me llegue. Porque lo
importante no son las metas a alcanzar, sino el camino que se escoge. No hay metas: hay rumbos.
No hay continentes, hay contenidos. Yo escogí el camino de la igualdad, de la justicia social, de la
libertad y de la ética anarquista. Y para mí, acepté el camino escogido.

- ¿Por qué a través del tiempo se ha ido transformando la interpretación de la palabra “anarquía”?

Una cosa o causa que se desconoce no se puede interpretar. ¿Cómo podría ya interpretar los
hornos crematorios y campos de concentración de Hitler si los desconociera? Lo mismo sucede
con la “anarquía”. ¿Cómo interpretarla si la desconocen? ¿Porqué no se interpreta el régimen de
terror que en cualquier parte del mundo se genera por el alto mando y los poderes estatuidos de
esas naciones?... Pues, muy sencillo: La mayoría de las personas son muy ignorantes para apreciar
sus resultados. Entre los miles de libros que se han escrito de una manera imparcial y otros
apologéticos, desde el siglo XIX y este siglo XX, editados y de diferentes autores, veríais que el
concepto “anarquía” desde sus fuentes hasta aquí, no existe tan solo una interpretación, sino es que
la anarquía es la formación de una sociedad que se organiza sin depender de tiranos y jefes. Una

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sociedad igualitaria y libertaria. Que haya cambiado el modo de decirlo, es una cosa; pero las raíces,
su contenido, no ha cambiado. En todo caso ha evolucionado digo yo.

- ¿Está el anarquismo a la izquierda del marxismo?

No solamente a la izquierda, por decir alguna cosa, sino que está a la izquierda de cualquier
ideología política-social conocida en el universo a través de todos los tiempos. Y sin embargo, en
muchas ocasiones no es que está a la izquierda, sino que enfrenta a los postulados del marxismo. El
anarquismo rechaza toda autoridad, bien venga del mundo político o del mundo religioso. El
anarquismo está contra todos los dioses que ha habido a través de la historia y de los dioses
existentes en la actualidad. Y se pronuncia en contra de Dios porque el mismo supone una
autoridad suprema, y los anarquistas van en contra de todo autoritarismo y totalitarismo. El
marxismo, y sobre todo como lo han entendido y lo siguen entendiendo los marxistas, es en su
implementación autoritario y totalitario. Mientras que el anarquismo cree que sin libertad no se
podrá conseguir nada jamás. El marxismo fortalece al Estado para después “destruirlo”; mientras
que el anarquismo, al otro día de la revolución social, ya quiere ir a la abolición del Estado, por
considerarlo el peor enemigo de la humanidad. No en vano ya en el siglo pasado se enfrentaron
Marx y Proudhon. Después ya, en la Primera Internacional, se enfrentarían Bakunin y Carlos Marx.
O somos marxistas, leninistas, stalinistas o somos anarquistas, combatiéndolos a todos ellos.

- Y por último, ¿qué alternativas proponen ante esta deplorable realidad?

Luchar, luchar. Protestar, protestar. Organizarse, organizarse. Propagar, propagar nuestras ideas
por mediación de la octavilla, del afiche, del periódico alternativo; en las asambleas estudiantiles; en
contra de las autoridades académicas cuando sea necesario, combatir a nuestros padres y demás
partes de la familia en el sentido ideológico, filosófico y religioso. Y no confundir, nunca jamás,
esta clase de protesta con aquella dentro de los artículos de la constitución, ni mucho menos con
esa vandálica, violenta, agresiva y hasta demente de los encapuchados en la Universidad Central.
No, nada de eso. Estos encapuchados, aunque quizás ellos lo ignoren, le están haciendo un servicio
muy bueno a las altas jerarquías del poder; y nos están perjudicando a cualquier grupo que se esté
organizando y esté luchando con otros métodos.

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Agujero tamaño del corazón

Haberlo conocido hizo la diferencia. Tropezárnoslo, en estos caminos de búsquedas y encuentros,


conjuró un contexto proclive a cualquier cosa menos a las apuestas más difíciles, esas que no te
harán rico y te ganarán la animadversión de los más. Pero ahí estaba él, con sus casi 80 años a
cuestas y una vida que refutaba cualquier consideración de la rebeldía ingobernable como irrupción
cutánea de juventud. Su ingenuidad infantil, disimulada tras la piel gastada –la misma contra la que
el cáncer se hizo inclemente - simpatizaba pronto con quienes dábamos nuestros primeros pasos
en el anarquismo. De allí, las palabras amables, solidaridad a manos llenas y la enseñanza
permanente acerca de que la mejor propaganda eran nuestros propios actos, sino del
compañerismo, del soñar con ojos abiertos, del grupo... del cual él siempre fue uno de sus
animadores y entusiastas. No importó que fuéramos un puñado de muchach@s impuntuales; para
él significábamos tanto como sus pares de la CNT, con quienes hizo la guerra y la Revolución en la
España del 36, con quienes probó el néctar de imposible olvido, y del cual nosotr@s, con los ojos
abiertos y un paladar impaciente, nos deleitábamos de su voz de cuando en cuando.

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Así ha transcurrido cada tarde de sábado en los últimos ocho años hasta que se le enfermó el
cuerpo. Cada puesta del sol había traído propuestas y debates, amables y agitadas, pero bajo los
cuales se tejió una relación en la que decíamos a los otros "compañero" con insospechado orgullo.
Desde el 10 de octubre cargamos con un agujero tamaño corazón en el pecho, pero también, los
puños crispados y la mirada satisfecha por haber conocido a un hombre honesto. Que la tierra te
sea leve compañero, nos harás un montón de falta.

> Sus compañer@s de El Libertario

Víctor García o Germinal Gracia: el errante del anarquismo

NERVINSON MACHADO - [# 39, septiembre-octubre 2004]

Conocer la vida y la obra de Víctor García, podría considerarse lo mismo. Es encontrarnos con un
personaje de entrañable amor e incontenible pasión por el conocimiento de los hechos y la realidad
de nuestro mundo. Esto lo llevó a recorrer grandes distancias, a no conformarse con aquello que
estaba a primera vista y entregar su conocimiento a la construcción de una realidad distinta. Y es
que Víctor García fue un pequeño obrero del ideal, tratando a diario de armar esos pequeños
puentes que unen realidades con utopías. Como el mismo escribiría: la libertad se conquista todos
los días a pesar de que se pueda ganar en un efímero momento de lucha. Lo meritorio es el
esfuerzo cotidiano para conservarla [1]. Y vaya que su vida fue un ejemplo de ello.

Tomás Germinal Gracia Ibars (quien firmaría innumerables artículos, folletos y libros con el
seudónimo de Víctor García) nació en Barcelona un 24 de agosto de 1919 en el seno de una familia
modesta.

Desde temprana edad Mequinenza, en Zaragoza, sería su hogar, donde el levantamiento franquista
lo sorprendería. Germinal Gracia se había incorporado a las Juventudes Libertarias (JJ.LL.) desde
los doce años. Su corta edad no impidió que nuestro compañero desarrollara un gran compromiso
por la lucha. Desde aquel penoso dieciocho de julio del 36’, con apenas dieciséis años de edad, su
personalidad comprometida con la realidad lo llevó a incorporarse al frente de batalla, teniendo que
falsificar la firma de su fallecido padre. Lo cual era necesario para poder ingresar a su corta edad;
hecho no muy curioso en un joven con un firme carácter revolucionario. Fueron pocos los días que
Germinal permaneció en el frente, a consecuencia de esto.

Devuelto a Barcelona al descubrirse su verdadera edad, se une al grupo “Los Quijotes del Ideal”,
quienes editan una revista semanal dedicada a la sociología, la ciencia y el arte.[2] Y no es sino hasta
el año 38’donde logra incorporarse de nuevo al frente, a la columna que llevó el nombre de
Durruti. Donde es herido y posteriormente se exilia en Francia. Sin pensar que los duros días no
terminaban y que los campos de concentración franceses serían la continuación del fascismo ya
reinante en Europa. Aun así, nuestro compañero no se limitó a los alambres de púas y las
vejaciones a las que era expuesto. Cada libro en mano de un compañero anarquista era un tesoro
donde se cultivaba el amor a la ciencia y la filosofía. Verdaderas escuelas itinerantes se formaban en
manos de los exilados en los campos, enemigos acérrimos de la ignorancia.

Llevado de un campo de concentración a otro, en 1944 cuando es trasladado a un campo nazi, en


Alemania, logra fugarse antes de cruzar la frontera. De forma inmediata entra en contacto con los

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compañeros anarquistas en Francia y forma parte de las Juventudes Libertarias en el Exilio, siendo
luego secretario general de la misma.

Germinal ve en la caída del fascismo alemán e italiano una esperanza de que Franco cayera de la
misma forma. Entra así de forma clandestina a España y forma parte de la resistencia, donde es
capturado y puesto en prisión en la Cárcel Modelo de Barcelona. Cumple ocho meses de prisión y
edita un pequeño periódico dentro de la misma. Hasta que es puesto en libertad en 1947, donde en
seguida se encamina a Venezuela.

El 24 de diciembre de 1948 Germinal Gracia (Víctor García) llega a Venezuela, con la misma
actitud libertaria que lo había acompañado desde su infancia. Para 1955 comienza su travesía que
busca ver más allá nuevas geografías, adentrándose a personalidades y culturas, reconstruyendo
pasados en muchos de sus escritos y edifica presentes. Este Marco Polo del anarquismo nos deja
un legado excepcional de escritura. No hubo continente que este hombre no pisase. Desde las
regiones gauchas de la Argentina, pasando por el altiplano chileno, hasta el océano pacífico, donde
llega a Panamá para embarcar inmediatamente a las costas asiáticas. Nos da una muestra de su
nomadismo que se tradujo en libros y artículos de un verdadero historiador ácrata.

Visitó tierras africanas, trabajó con los Kibutz en Israel. En Germinal no necesitamos de la fantasía
para comprender lo insólito de su vida como militante. Y es que haber vivido un exilio de peligro,
aventuras, y errabundeos, pueden ofrecernos lecturas sin necesidad de acudir a la ciencia ficción. Y
así durante cinco años, no hubo medio de transporte que Víctor García no usase y completara así la
vuelta al mundo.

En Germinal Gracia no se puede contemplar la idea del turista, ni un mero espectador que se
conformaba con lo aparente. Su gran capacidad para la lectura, su curiosidad natural y su entrega
libertaria lo ayudaron en más de una ocasión para dejarnos una crítica limpia, de aporte sólido
sobre las luchas y los problemas en cualquier parte del mundo.

En 1962, de regreso en Caracas, comienza la publicación de la revista RUTA órgano de la


federación de juventudes libertarias, que desde entonces hasta 1966, fecha en la que decide
trasladarse a Francia, publica no menos de 47 números. Colabora incesantemente con compañeros
libertarios de México, a la revista Tierra y Libertad, en la construcción de la Enciclopedia
anarquista, de la cual sólo salieron dos tomos. Escribe libros, se traslada de un sitio a otro, Francia,
África, España... y como nos cuenta Antonio Serrano, este hombre no leía, sino devoraba libros.

Conocimiento que fue plasmando a lo largo de su vida en muchos títulos. Entre ellos destacan
América, hoy (1956); El Japón, hoy (1960); Escarceos sobre China (1962); el pensamiento
anarquista (1963); La Internacional Obrera (1964); El sureste asiático (1966); Coordenadas
Andariegas. México, Panamá, y océano pacifico (1963); Bakunin hoy (1974); Museihushugi (1976);
El pensamiento de P. J. Proudhon (1981); La sabiduría Oriental: Taoísmo, budismo,
confucionismo (1985). Hasta llegar a dos de sus mejores obras a mí parecer: Utopías y anarquismo
(1977) donde desarrolló un análisis de la literatura utopista y la utopía pesimista hasta sabios
ensayos sobre anarquistas como Goodwin, Proudhon, Bakunin y Kropotkin. O su colosal Obra
Antología del Anarcosindicalismo (1988) en que logra ensamblar 100 subtemas seleccionados de
800 citas tamizadas de 400 libros y 50 colecciones revistas y periódicos. Con la intervención de 200
autores. Este colosal libro hecho a la manera de una Enciclopedia contiene un temario amplio en
cuanto a exposición e ideas, libre de toda concesión dogmática. Y es que el legado dejado por las

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acciones y las ideas de los anarcosindicalistas poco a poco se han ido disgregando en muchas otras
corrientes del anarquismo.

Germinal Gracia falleció en Francia a la edad de setenta y un años, en 1980 a causa del cáncer.
Después de haber recorrido centenares de kilómetros de conocimiento, objetando donde le fuese
necesario, aportando donde creyese posible. Y sobre todo, no escatimando esfuerzos en su lucha
por ver una sociedad nueva, libre de amos y explotados. Su cuerpo fue trasladado a la biblioteca
que él mismo pretendía fundar como B.A.S.E. (Biblioteca y Archivo de Sociología y Economía)
desde donde fue enterrado la mañana del 11 de Mayo.

[1] García, Víctor; Antología del anarcosindicalismo; RUTA-B.A.S.E.; 1988; Pag. 31.
[2] Díaz, Carlos; Víctor García, el Marco Polo del anarquismo; Madre Tierra; 1993; pag. 23

José Ego-Aguirre: un anarquista de la región chilena

NERVINSON MACHADO - [# 41, febrero-marzo 2005]

En América Latina el anarcopunk se ha convertido en una verdadera referencia para muchas


personas. Sin embargo, el movimiento libertario más joven se ha impregnado de un sentimiento de
orfandad generando una especie de “orgullo Punk” como escudo ante esta disyuntiva. La música
punk para muchos, se ha convertido en el panfleto “necesario” para difundir las ideas libertarias;
para otros, ha suplantado el libro. El zine se ha convertido en un arma difusora -dentro de todas
sus limitaciones-, que ha cumplido un papel de rescate de las ideas y actitudes constructoras del
anarquismo. Así, la voz anarquista ha encontrado otras vías de comunicación que a diario
desembocan en colectivos, conciertos, fanzines e indumentaria de expresión contestataria, y todo
dentro de la autogestión de los medios para producirlos. Pero la ignorancia en algunos casos, o la
diferencia de interpretación en los medios en otros, ha llevado a muchos grupos nuevos a renunciar
a las voces de viejos luchadores; o al contrario, que estos viejos luchadores marquen una diferencia
notable con métodos en los que no han encontrado cabida. Sin embargo, es admirable ver como
ochenta años de edad (o más), no son una carga, ni un motivo para resignación al capitalismo.
Convirtiéndose en verdaderos libros itinerantes, abiertos para que la juventud se nutra cuanto
quiera; además, son capaces de agarrar cuanto material libertario le permitan sus fuerzas y salir a las
calles a hacer lo que han aprendido desde muy joven: difundir las ideas libertarias. Muchos han
dejado un legado, de lo que hoy, los jóvenes sin darnos cuenta, nos nutrimos y seguimos una lucha
que no es nueva, ni anacrónica: es la lucha contra el poder. Es el caso de José Ego-Aguirre, quien
con su frecuente ímpetu de comunicación, y su incesante sentido de la propaganda, sembró una
semilla libertaria en muchos jóvenes que tuvieron oportunidad de tener contacto con él.

José Ricardo Ego-Aguirre Aranibar, a quien todos sus compañeros lo conocían simplemente como
“el Ego”, nació el 6 de abril de 1913, en Tacna, Perú. Desde muy joven tuvo contacto con las ideas
libertarias, cuando apenas era un obrero dentro de la región de la pampa salitrera y posteriormente
del cobre en Chile, como él mismo expuso: "cuando estalló la revolución española, yo ya tenía
formación anarquista, por intermedio de un compañero de Santiago: Juan Parra, y el otro
compañero Miguel Tascón." (1)

Tengamos en cuenta que la pampa Salitrera fue escenario de múltiples luchas. En diciembre de
1907 -apenas 6 años antes de que naciera el Ego- estalla una huelga entre los salitreros de Iquique,

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que exigen aumentos de salarios. Los anarquistas están, como siempre, a la cabeza del movimiento.
(2) Allí destacó la participación de Luis Olea y Brigns, que formaron parte del comité de huelga.
Los trabajadores manifestaron en la ciudad portuaria y fueron espantosamente asesinados en la
Escuela de Santa María de Iquique, por las tropas al mando del general Roberto Silva Renard. (3)

Desde el norte de Chile, toma contacto con otros cuatros compañeros venidos de Santiago, con
quienes forma un primer grupo llamado Pascual Vuotto, en reivindicación a dos compañeros que
cumplieron 10 años de prisión y nunca los juzgaron. En eso también intervino Gabriela Mistral, la
poetisa chilena, también ella lanzó un folleto en defensa de esos dos compañeros, que fueron
inutilizados físicamente, sin cargo ninguno y flagelados. (4) Luego comienza un intercambio con
Santiago, con compañeros de la I.W.W. donde tuvo oportunidad de ir a un congreso como uno de
los delegados de la zona norte del país.

Luego se residencia en la capital y es parte de la IWW como secretario de comunicaciones.


Después forma otro grupo llamado Francisco Ascaso (en memoria del revolucionario anarquista
español caído en el frente) y a la llegada del mítico barco Winnipeg a Valparaíso, con exiliados de la
guerra civil española, se abre un abanico de conocimientos al tomar contacto con españoles,
franceses e italianos que habían estado en el frente de batalla contra el fascismo europeo. Junto con
ellos forma parte del grupo de la FAI, en Chile, conformado mayoritariamente con exiliados del
fascismo español y se adhiere a la corriente del “anarquismo especifico”.

En su larga vida, el Ego-Aguirre formó pequeños colectivos de escasa duración en muchos casos, y
fortaleció la pluma a través de sus innumerables cartas manteniendo contacto con anarquistas de
casi todas partes del mundo de habla hispana. En el Año 1982, en plena dictadura Militar, forma
junto a varios compañeros más, entre los que se encuentra Roberto Torres (anarquista que se había
exiliado en Francia a raíz del golpe militar) y Oscar Ortiz (actual historiador libertario del
movimiento obrero chileno y de tendencia tolstoyana), la revista “Hombre y Sociedad”. Para el año
1984, ya cuentan con un local propio, hasta que a finales de los ochenta el grupo ya desgastado por
discusiones internas, se termina de romper con el detonante del referéndum por la continuidad o
salida de la dictadura militar de Augusto Pinochet, en los que algunos anarquistas del grupo toman
partido por la abstención y otros intentan llamar a sumarse al referéndum como forma de intentar
sacar a Pinochet en una maniobra desesperada; y en el que el gobierno militar ya había pactado su
salida con otros sectores políticos, como estrategia ante el creciente descontento social y el
anacronismo histórico en que se desenvolvía ante la política autoritaria mundial. A mediados de los
noventas El Ego intenta retomar el trabajo de la revista “Hombre y Sociedad” junto a varios
jóvenes, pero con menor solidez que su predecesora. El proyecto continuó por varios años, pero ya
“El Ego” no tenía participación, y la revista era hecha por una sola persona en el último tiempo.

Un constructor perenne

Muchos compañeros que hoy participan en colectivos o algún trabajo libertario en Chile recuerdan
con mucho cariño a este viejito, que nunca se le veía sin un folleto en mano, dispuesto a repartirle a
cualquier joven, y a sus innumerables cartas que invitaba a todos a no abandonar la lucha. “El Ego”
siempre fue una persona que tuvo una comunicación fluida con luchadores de todas las regiones. A
los últimos años de su vida, y contrario a lo que había creído desde muy joven se mantenía abierto
a los cambios, creía que esta filosofía social no era algo acabado, sino que se mantenía en
construcción perenne. Era tal vez su último grito de esperanza a una juventud ensimismada, en
mucho de los casos. Así lo demostró cuando no dudo en afirmar estas palabras: “cada día me
convenzo que nunca uno debe considerarse puro, porque todo el tiempo estás leyendo cosas
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nuevas, la sociedad va cambiando su sistema, y uno tiene que enfrentar ese sistema aclarándolo con
las ideas anarquistas.” Y vaya que nos hace falta ese análisis hoy.

Siempre tuvo fe en que los sistemas son obras humanas y por tanto los humanos mismos lo
pueden cambiar, como su propia voz lo aclaró: “El hombre, el ser humano, nace innato anarquista,
pero entre la escuela, la política y el sistema estatal, les cambian el cerebro y lo toman como un
instrumento del sistema […] para mi todas las personas son iguales […] El anarquismo es ausencia
de gobierno, [ausencia de explotación] del hombre por el hombre; si el hombre no puede ser
gobernado por otro hombre, tienen que los dos combinarse […] ponerse de acuerdo para
desarrollar una obra, y esa obra que sea en servicio de toda la comunidad: ese es el anarquismo.”

Ego se desempeñó como mecánico, fue amante de la pintura, donde también impartió clases, así
como trabajó en Santiago en un pequeño taller con uno de sus hijos algunos años antes de su
muerte. Lamentablemente no podemos dejar de nombrar sus múltiples problemas familiares, que
en más de una ocasión generaron malestar entre sus propios compañeros de lucha. A la edad de su
muerte, ochenta y nueve años de edad, no dejó de trabajar desde donde sería su última trinchera de
lucha: Temuco. Su palabra y su gesto permitieron que diversos compañeros se nutrieran de las
ideas ácratas. El extinto grupo Joaquín Murrieta, que inicialmente había tenido un trazo marxista,
encontró en las palabras de él una concepción de la libertad mucho más amplia que hoy en día
muchos han plasmado en movimientos como la Coordinadora de Estudiantes Libertarios (CEL), y
otros, mantienen proyectos alternativos de ideas anarquistas. José Ego-Aguirre o El Ego, como lo
conocían todos, murió en diciembre de 2002, víctima de problemas pulmonares y de su avanzada
edad, en el hospital regional de Temuco. Su cuerpo fue enterrado en Pillánlelbun, después de haber
recorrido Chile difundiendo lo que creyó toda su vida: En la libertad.

(1) Palabras del Ego, en una entrevista hecha por los compañeros del extinto grupo Joaquín
Murrieta, en Temuco, Chile.
(2) Cappelletti, Ángel; Hechos y figuras del anarquismo hispanoamericano; Ed. Madre Tierra; 1990.
(3) Ibid.
(4) Entrevista Realizada por el grupo Joaquín Murrieta, en Temuco, Chile, a El Ego.

Gustav Landauer: a veces el norte se busca mirando atrás

FRANCISCO MARTÍNEZ Y LOURDES RAMAJO - [# 41, febrero-marzo 2005]

“Estoy convencido de que la condición necesaria para una sociedad anarquista debe ser la posibilidad que cada uno
de nosotros lleva en sí de poder cambiar su propia actitud mientras viva”.

El 2 de mayo de 1919, fue brutalmente asesinado, a patadas, por botas militares, uno de los
teóricos más importantes del anarquismo alemán. Sus asesinos no sólo querían eliminar su cuerpo,
sino también su espíritu rebelde y combativo. Casi hubieran logrado su objetivo, si se tiene en
cuenta que durante casi 50 años hasta 1967 no se publica nada de o sobre Gustav Landauer. Con
esta aportación queremos dar a conocer la persona y su obra, además de exponer la importancia
que tienen sus pensamientos para una futura sociedad autogestionaria y libertaria.

Nacido el 7 de abril de 1870, en Karlsruhe, Alemania, en el seno de una familia burguesa judía
siendo su madre prima de Albert Einstein, Landauer, ya de joven, se rebela contra las condiciones
que su clase social le impone. Muy pronto se decide, influido por las ideas filosóficas de Federico
22
Nietzche y otros, por una vida contra las injusticias y la explotación del hombre por el hombre.
Con 22 años, después de ser expulsado del Partido Socialdemócrata Alemán constituye, junto con
otros, el Partido de los Socialistas Independientes. Desde este momento y hasta el final de su vida,
Landauer se define claramente por sus ideas y actitudes políticas.

En 1893 es encarcelado por primera vez por su función como redactor del periódico Der Sozialist.
Su delito había sido escribir “contra el Estado y sus instituciones, llamando a la desobediencia”. La
cárcel le hace más firme en sus convicciones sociales y así se decide a no proseguir sus estudios
universitarios. Trabaja ahora como periodista y traductor para la prensa anarquista y socialista, en
periódicos como Der freie Arbeiter (El trabajador libre) o El Revolucionario. Más de 200 artículos son
escritos por él en pocos años. Además de reseñas sobre filosofía lingüística a traducciones de
Kropotkin, Proudhon y Tagore al alemán.

Pero su lucha por un mundo más justo no sólo abarca su trabajo con la pluma. Lo encontramos
como delegado de anarquistas y trabajadores metalúrgicos de Berlín en los congresos socialistas de
Zurich y Londres, donde los anarquistas son excluidos. También funda, con otros trabajadores una
cooperativa llamada Liberación. Además, fue en multitud de ocasiones, miembro de comités de
huelga: por ejemplo en la huelga de los sastres en Berlín (año 1896), donde, con otros, fue
encarcelado por su actitud de huelguista.

Así, su labor decisiva y más importante estaba encaminada tanto a la preparación del pueblo de una
conciencia libertaria que le llevara a desembocar en una sociedad autogestionada, como la lucha
contra el socialismo burgués y reformista del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Vemos
reflejada su oposición al SPD en el siguiente escrito de 1901: “El SPD sólo concentra su fuerza en
el parlamento burgués, y, así, sólo le interesan los resultados de las elecciones. Una vez en el
parlamento, termina su lenguaje socialista y se convierte en un reformador burgués y feroz
defensor del Estado. Del mismo Estado que quería destrozar”.

Para Landauer los dos movimientos esenciales en la lucha por una sociedad libre de dogmas y
jerarquías eran un sindicato revolucionario y la creación de un sistema de cooperativas de consumo.
Así, en su obra principal Incitación al Socialismo, propone la creación de un sindicato anarquista
para potenciar la autogestión de los bienes económicos. Este convencimiento le lleva en 1908 a
crear la Federación de los Grupos Socialistas Libertarios, de la que Martin Buber y Erich Mühsam
fueron uno de los primeros miembros. Esta Federación, al principio, tuvo bastante éxito. Se fueron
creando colectividades agrarias y cooperativas de consumo, pero al estallar la primera guerra
mundial, todo se hundió. Entonces fue cuando Landauer comenzó su trayectoria antimilitarista con
la creación de grupos pacifistas, en un tiempo en el que el nacionalismo y revanchismo alemán
estaba en pleno auge.

Al terminar la guerra y estallar la revolución alemana de noviembre 1918, con la creación de los
consejos revolucionarios, parecidos a los soviet rusos, Landauer formó parte del Consejo
Revolucionario de la República Bávara en Munich, al lado de Kurt Eisner, Erich Mühsam, Ret
Marut (más conocido por su seudónimo literario de Bruno Traven), y otros. Formó parte del
consejo de los “trabajadores, campesinos y soldados” con casi 600 delegados, donde fue elegido
Ministro de Cultura, Arte y Ciencia Popular. Comunistas y socialdemócratas estaban en contra de
una revolución desde abajo, sin vanguardia proletaria y sin intermediarios profesionales. Así, el 1°
de Mayo de 1919, las tropas reaccionarias de la “Reichswehr” mandadas por el canciller
socialdemócrata Friedrich Ebert, bajo el mando militar de otro asesino socialdemócrata, Emil
Noske, ahogaron la revolución de Baviera en un mar de sangre. Después de matar en febrero del
23
mismo año a Kurt Eisner, hicieron prisionero a Gustav Landauer el 1° de Mayo y lo asesinaron
brutalmente al día siguiente.

El hombre que siempre había rechazado la violencia, como método para conseguir sus fines, que
siempre había confiado en el nuevo espíritu del ser humano, murió de la paliza y las patadas de una
soldadesca descontrolada. A sus enemigos no les valió sólo su muerte, ya que los nazis se
empeñaron quitar de su tumba una placa conmemorativa que le pusieron unos trabajadores de la
FAUD, Unión de los Trabajadores Libertarios Alemanes, adherida a la AIT, el 2 de mayo de 1925.
Así querían destruir la memoria colectiva de uno de los anarquistas más destacados de Alemania.
Durante casi 50 años no se publicó nada sobre o de Landauer en ese país, hasta que en el año 1967
se editó otra vez su libro Incitación al Socialismo. Hoy se reconoce a Landauer como uno de los
grandes pensadores sociofilosóficos alemanes del último siglo, como Nietzsche, Stirner y Wagner.
Su influencia se nota en las obras literarias de tan célebres escritores como Hermann Hesse, Ernst
Bloch, Arnold Zweig y Gottfried Benn. El movimiento antiautoritario y pacifista de 1968 se inclina
hacia las obras de Landauer, en especial hacia su obra sociológica Opresión y Liberación. También
existe hoy un círculo de “Amigos de Gustav Landauer” que procura recuperar la importancia de la
obra. Su meta era un socialismo humano y libertario en armonía con las necesidades humanas y la
naturaleza a base de la no violencia que hasta hoy no ha sido alcanzada. Por eso mismo no nos
podemos permitir el lujo de desconocer la obra de este anarquista. “La anarquía no es un sistema
de pensamientos determinados: la anarquía es la vida de las personas que se han librado del yugo”.
“No queremos revolución, somos revolución”.

Un poco de historia: correspondencia entre Proudhon y Marx

ANTONIO SERRANO (presentación) - [# 45, noviembre-diciembre 2005]

El profesor de la Universidad de Rio de Janeiro, Cadmón, en su libro “Historia de las ideas


políticas”, nos dice como Carlos Marx, expulsado de Alemania se refugia en París, y allí, en
conversaciones que duraban toda la noche, conoció de labios del propio Proudhon, los principios
del socialismo francés.

Aquellos marxistas que en el siglo pasado y lo que llevamos de este, leyeran La Sagrada Familia de
Marx y Engels, han debido quedar sorprendidos cuando entre sus páginas leyeron: “los escritos de
Proudhon son un verdadero manifiesto científico del proletariado francés”. He dicho
“sorprendido” pero pude haber dicho boquiabierto”, pues estar informado del odio expresado por
Marx y su eco Engels, que a partir de los escritos de 1846 produjeron todo lo que tuviera que ver
con el pensador francés.

Hoy se publican por primera vez –suponemos- en Venezuela, las cartas origen de ese odio. Primero
reproducimos la carta de Marx, en donde llama “mi querido Proudhon”, “y crea en la amistad bien
sincera de su adicto Karl Marx”. Pero esa respuesta de Proudhon, aceptando esa corresponsalía por
Francia para ser miembro de esa red informativa, y luego la defensa que hace del Sr. Grün, esa
tolerancia, es toda una unidad ética personal. Y esto después de las palabras de Marx, en donde son
rechazadas, y aceptando al Sr. Grün como ciudadano con quien se hace posible comunicar, es algo
no de acuerdo para Marx que siente rechazo visceral para el Sr Grün. Lean esa respuesta de
Proudhon y se comprenderá el repudio que siente Marx hacia quien no acepta se someta
totalmente a su pensamiento.
24
El Libertario siente gusto de dar a conocer a sus lectores estos documentos, como contribución a la
discusión de las ideas políticas desde su origen teórico.

* Carta de Karl Marx a Proudhon del 5 de mayo de 1846

Mi querido Proudhon: Me había hecho el propósito muchas veces desde que salí de París de
escribirle; hasta hoy me lo han impedido circunstancias independientes de mi voluntad. Le ruego
crea usted que los únicos motivos de mi silencio son un aumento de trabajo,las molestias de un
cambio de domicilio, etcétera.

Y ahora, sobre todo, saltemos “in media res”. Conjuntamente con dos de mis amigos, Federico
Engels y Felipe Gigot (los dos en Bruselas), he organizado con los comunistas y socialistas
alemanes una correspondencia regular, que deberá ocuparsede la discusión de cuestiones
científicas, de la vigilancia de los escritos populares y de la propaganda socialista que se puede hacer
en Alemania por ese medio. El propósito principal de nuestra correspondencia será, sin embargo,
el de poner a los socialistas alemanes en relación con los socialistas franceses e ingleses, de
informar a los extranjeros sobre los movimientos socialistas en Alemania y de informar a los
alemanes en Alemania sobre los progresos del socialismo en Francia y en Inglaterra. De esta
manera, las diferencias de opinión se podrán manifestar; se llegará a un cambio de ideas y a una
crítica imparcial. He ahí un paso que habia dado el movimiento social en su expresión “literaria”, a
fin de liberarse de los límites de la «nacionalidad». Y, en el momento de la acción, es ciertamente de
un gran interés para cada uno estar informado del estado de cosas en el extranjero como en su casa.

Además de los comunistas en Alemania, nuestra correspondencia comprenderá también a los


socialistas alemanes en París v Londres. Están ya establecidas nuestras relaciones con Inglaterra; en
lo que se refiere a Francia, todos pensamos que no podemos encontrar mejor corresponsal que
usted; usted sabe que los ingleses y los alemanes hasta hoy le han apreciado mejor que sus propios
compatriotas.

Pero ya ve usted que se trata únicamente de crear una correspondencia regular y de asegurarle los
medios de proseguir el movimiento social en los diferentes países: de llegar a un interés rico y
variado como nunca podría realizarlo el trabajo de uno solo.

Si quiere aceptar nuestra propuesta, los gastos de importe de las cartas que le serán enviadas, así
como de las que nos mandará, serán sufragados aquí; las colectas que se hacen en Alemania serán
destinadas a cubrir los gastos de correspondencia.

La dirección a la cual escribirá aquí es la del señor Felipe Gigot, 8 calle Bodenbrock. Es él quien
tendrá también la firma de las cartas de Bruselas.

No tengo necesidad de añadir que toda esa correspondencia exige por su parte el secreto más
absoluto; en Alemania nuestros amigos deben trabajar con la mayor circunspección para no
comprometerse.

Conteste muy pronto y crea en la amistad bien sincera de su adicto.

Karl Marx

25
P.D.: Le denuncio al señor Grün, en París. Este hombre es un petardista literario,una especie de
charlatán que quisiera hacer el comercio de ideas modernas. Trata de encubrir su ignorancia con
frases pomposas y arrogantes, pero se ha hecho ridículo con su galimatías. Además, este hombre es
peligroso. Abusa de las relaciones que ha establecido con autores conocidos, gracias a su
impertinencia, para hacerse con ellos un pedestal y comprometerlos ante el público alemán. En su
libro sobre los socialistas franceses tiene la audacia de llamarse el profesor de Proudhon, pretende
haberle revelado los axiomas importantes de la ciencia alemana y se burla de sus escritos. Quizá le
hablaré más tarde de este individuo.

- Aprovecho con placer la ocasión que tengo con esta carta para decirle cuánto me esagradable
entrar en relación con un hombre tan distinguido como usted. Entretanto permítame decirme su
adicto. Felipe Gigot

- En cuanto a mí, sólo puedo asegurarle que usted, señor Proudhon, aprobará el proyecto que
acabamos de presentarle y que tendrá la complacencia de no negarnos su colaboración. Le expreso
el profundo respeto que sus escritos me han inspirado por usted, y soy su bien adicto, Federico
Engels

* Respuesta de Proudhon” a Marx, fechada en Lyon el 17 de mayo de 1846

Mi querido señor Marx:

Acepto de buen grado hacerme uno de los colaboradores de su correspondencia, cuyo propósito y
organización me parecen ser muy útiles. No le prometo, sin embargo, escribirle mucho o con
frecuencia; mis ocupaciones de toda naturaleza, junto a mi pereza natural, no me permiten estos
esfuerzos epistolares. Tomaré también la libertad de hacer algunas reservas, que me son inspiradas
por algunos trozos de su carta.

Ante todo, a pesar de que mis ideas sobre organización y realización estén en este momento
completamente precisadas, por lo menos en lo que concierne a los principios, pienso que es mi
deber, que es el deber de todo socialista, conservar aún por algún tiempo la forma antigua o
dubitativa en una palabra, profeso con el público un antidogmatismo económico casi absoluto.

Busquemos juntos, si usted quiere, las leyes de la sociedad; las formas en que esas leyes se realizan;
el proceso según el cual llegamos a descubrirlas; pero, ¡por Dios!, después de haber derribado todos
los dogmatismos “a priori” no pensemos en doctrinar al pueblo a nuestro modo; no caigamos en la
contradicción de su compatriota Martín Lutero, quien después de haber derribado la teología
católica, se consagró enseguida, con la ayuda de excomuniones y anatemas, a fundar una teología
protestante. Desde hace tres siglos, Alemania no está ocupada más que en destruir la “revocadura”
o renovación del señor Lutero; no preparemos para el género humano una nueva tarea con nuevos
atolladeros. Aplaudo con todo mi corazón su idea de publicar un día todas las opiniones; hagamos
una buena y leal polémica; demos al mundo el ejemplo de una tolerancia sabia y previsora; pero,por
estar a la cabeza del movimiento, no nos hagamos los jefes de una nueva religión,’ aunque fuera esa
religión la religión de la lógica, la religión de la razón. Recibamos, animemos todas las protestas,
condenemos todas las exclusiones, todos los misticismos; no consideremos jamás una cuestión
agotada y cuando hayamos utilizado hasta nuestro último argumento, empecemos de nuevo, si es
necesario, con elocuencia e ironía. Con esa condición entraré con placer en su asociación; si no, no.

26
Tengo también que hacerle algunas observaciones sobre estas palabras de su carta: “En el
momento de la acción”. Quizás conserve usted aún la opinión de que ninguna reforma es posible
actualmente sin un golpe de fuerza; sin lo que se llamaba antaño una revolución y que no es más
que un bamboleo. Esa opinión que concibo, que excuso, que discutiría de buena gana por haberla
tenido mucho tiempo yo mismo, le confieso que mis últimos estudios me han hecho rectificar
completamente.

Creo que no necesitamos de ello para triunfar y que, por consiguiente, no debemos fijar la acción
revolucionaria como medio de reforma social, porque ese pretendido medio sería simplemente una
llamada a la fuerza, a lo arbitrario, concretamente una contradicción. Para mí el problema es así:
hacer entrar en la sociedad, por una combinación económica, las riquezas que han salido por otra
combinación económica. En otros términos, transformar en Economía política la teoría de la
propiedad contra la propiedad, con el fin de engendrar 10 que vosotros, socialistas alemanes,
llamáis comunidad y que me limitaré por el momento a llamar libertad, igualdad. Pienso conocer el
medio de resolver, en breve plazo, ese problema; prefiero, pues, hacer arder la propiedad a fuego
lento, más bien que darle una nueva fuerza al hacer un San Bartolomé de los propietarios.

Mi próxima obra, que en este momento está a la mitad de su impresión, le dirá más sobre ello.

He aquí, mi querido filósofo, donde estoy por el momento. Salvo que me engañe y, si es necesario,
reciba la férula de su mano, a que me someto de buen grado, esperando mi desquite. Tengo que
decirle de paso que tales me parecen ser también las disposiciones de la clase obrera de Francia.
Nuestros proletarios tienen una sed tan grande de ciencia, que recibirían muy mal a quien les
presentara nada más que sangre para beber. En resumen, sería, a mi parecer, una mala política para
nosotros hablar como exterminadores; los medios de rigor estarían prestos; el pueblo no necesita
para ello ninguna exhortación.

Deploro sinceramente las pequeñas divisiones que, según parece, existen ya en el socialismo alemán
y de las cuales sus quejas contra el señor G..., me ofrecen la prueba. Temo que tenga de este
escritor una idea falsa. Invoco, mi querido señor Marx, su sentido razonable. G... se encuentra
exiliado, sin fortuna, con una mujer y dos niños, teniendo para vivir nada más que su pluma. ¿Qué
quiere que explote para vivir sino las ideas modernas? Comprendo su ira filosófica y reconozco que
la santa palabra de la Humanidad nunca debiera ser materia para un tráfico; pero no quiero ver aquí
más que la desgracia, la gran necesidad, y disculpo al hombre. ¡Ah!, si todos fuéramos millonarios,
las cosas andarían mejor; seríamos santos y ángeles. Pero hay que vivir y usted sabe que esa palabra
no expresa aún, ni mucho menos, la idea que da la teoría pura de la asociación. Hay que vivir, es
decir, comprar pan, leña, carne, pagar a un dueño de casa; v. a fe mía, el que vende ideas sociales no
es más indigno que el que vende sermones. Ignoro completamente si G... se ha dado él mismo
como mi preceptor. ¿Preceptor de qué? Sólo me ocupo de Economía política, cosa sobre la que él
no conoce casi nada; considero la literatura como un juego de niños y en lo que se refiere a la
filosofía, sé bastante para tener el derecho de burlarme de ella cuando llega el caso. G... no me ha
revelado nada; si lo ha dicho, ha dicho una impertinencia de la cual estoy seguro que se arrepiente.

Lo que sí sé, y que estimo más que condeno -un pequeño acceso de vanidad-, es que debo al señor
G..., así como a su amigo Ewerbeck, el conocer las obras de usted, mi querido señor Marx, y las del
señor Engels, y del libro tan importante de Feuerbach. Estos señores, a ruego mío, han hecho
algunos análisis para mí en francés (ya que tengo la desgracia de no leer alemán) de las
publicaciones sociales más importantes. Y es por solicitud suya por lo que debo insertar (lo que

27
hubiese hecho por sí mismo, además) en mi próxima obra una mención de las obras de los Señores
Marx, Engels, Feuerbach, etc. En fin, G... y Ewerbeck trabajan en conservar el fuego sagrado en
los alemanes residentes en París, y el respeto que tienen para estos señores los obreros que los
consultan me parece una garantía segura de la rectitud de sus intenciones.

Tendría placer, mi querido Marx, en verle rectificar una opinión provocada por un momento de
irritación, porque estaba enfadado al escribirme. G... me ha manifestado el deseo de traducir mi
obra actual; he comprendido que esa traducción, pasando antes de otras, le procuraría algún
socorro; pues le estaría muy agradecido a usted como a sus amigos, no por mí, sino por él, que le
prestara su apoyo en esta ocasión, contribuyendo a la venta de un escrito que podría, sin duda, con
la ayuda de usted, procurarle más provecho que a mí.

Si me quisiera dar la promesa de su colaboración, mi querido señor Marx, yo mandaría


inmediatamente mis pruebas al señor G... y pienso, no obstante sus agravios personales, de los
cuales no quiero ser juez, que esa conducta nos honraría a todos.

Mil amistades a sus amigos, señores Engels y Gigot.

Su bien adicto,

P.J. Proudhon

Aquellas cartas
ANTONIO SERRANO - [# 48, septiembre-octubre 2006]

Sí, aquellas cartas en donde vemos dos personajes algo por sobre el nivel de la inmensa mayoría de
la población. Uno como producto de una universidad alemana, en días del mayor esplendor
cultural en su larga historia de nombres que han dado brillo y prestigio por el saber que han dado al
mundo. Y el otro, siendo un “proletario”, “ouvrier”, como nos es presentado en “La Sagrada
Familia” de Marx y Engels. Tras ganar el concurso presentado por el ayuntamiento de París, gana
también el presentado por Lyon, Proudhon, hijo de un obrero tonelero, adolescente, cambia la
profesión por la de tipógrafo, aquello está más próximo a sus gustos por las letras, las artes, y nos
lo probará ya cercano del fin de sus días, publicando “Du principe de l’arte et de sa destinatiom
sociale.”. (Sobre el Principio Del Arte). Si toda su vida la dedicó a resolver problemas económicos,
en señalar los caminos que abrirían la emancipación de la clase trabajadora, esto del arte que se
señala en su más preclara juventud, era la estética y la ética que debía caracterizar al revolucionario,
al hombre que quería cambiar el mundo.

Para cualquiera que no conozca nada de la relación Marx-Proudhon, haya leído estas cartas y haya
visto el trato amistoso que ellos denotan, han debido preguntarse ¿Cómo es que llegaron a odiarse
de tal manera? La respuesta está en las mismas cartas. Marx va a crear una red de comunicaciones
sociales y socialistas, y dice a Proudhon: “En lo que se refiere a Francia, todos pensamos que no
podemos encontrar mejor corresponsal que usted; usted sabe que los ingleses y los alemanes hasta
hoy le han apreciado mejor que sus propios compatriotas”. Ya un par de años antes, Marx había
escrito aquello: “los escritos de Proudhon son verdadero manifiesto científico para el proletariado
francés”. Estas palabras no se dicen sino es bien conocido él y su obra sociológica. Y Carlos Marx

28
hacía ya varios años conocía a Proudhon, recuérdese la alusión del profesor Cadmón de la
Universidad de Rio de Janeiro, en su historia de las Ideas Políticas: “En conversaciones que
duraban toda la noche, Marx conoció los principios del socialismo francés”.

En la misma carta vienen unos saludos de Engels y Gigot, y mientras Engels solamente emite un
saludo y un ruego, “de que tendrá la complacencia de no negarnos su colaboración”. “Le expresó
profundo respeto que sus escritos me han inspirado por usted, y soy su bien adicto, F. Engels.”
Pero este F. Gigot a quien Proudhon no conocía, quien es presentado en la carta de Marx, como a
quien enviará su correspondencia, se permite denunciar al Sr, Grün en París. Esto no puede caber
duda alguna, que cuanto dice viene de Marx, ésto ha sido discutido entre los tres, y han decidido
sea F. Gigot quien denunciara el caso a Proudhon. Pero el informe llega tarde, ya Proudhon ha
conocido al Sr. Grün y tiene ya una idea formada sobre él.

Nos dice: “Deploro sinceramente las pequeñas divisiones que según parecen, existen existen ya en
el socialismo alemán y de los cuales sus quejas contra el Sr. Grün me ofrecen la prueba. Temo que
tengan de este escritor una idea falsa. Invoco mi querido señor Marx, su sentido razonable. El
señor Grün se encuentra asilado, sin fortuna, con una mujer y dos niños, teniendo para vivir nada
más que su pluma. Comprendo su ira filosófica y reconozco que la santa palabra de la Humanidad
nunca debiera ser materia para un tráfico; pero no quiero ver aqui más que la desgracia, la gran
necesidad, y disculpo al hombre.” Hay aquí una postura solidaria honesta y ética, por parte de
Proudhon, ante un profesor universitario de filosofía, expulsado de Alemania por sus escritos
frente al Estado y al gobierno. Esto mismo le habla sucedido unos años antes a Carlos Marx, pero
éste, contrario a lo que se hace aún hoy, cuando hay conciencia de clase, Marx le niega la
solidaridad, siendo compatriota y verse en la misma situación de expatriado.

Ante lo dicho por Marx, Engels y Gigot, sobre el rechazo total a la persona del Señor Grün,
Proudhon les dice: “Lo que sí sé, y que estimo más que condeno, -un pequeño acceso de vanidad-,
es que debo al Sr. Grün, así como a su amigo Ewerbeck, el conocer las obras de usted, mi querido
señor Marx, las del Sr. Engels, y del libro tan importante de Fuerbach. Estos señores, a ruego mío,
han hecho algunos análisis para mí en francés (ya que tengo la desgracia de no leer alemán) de las
publicaciones sociales más importantes. Y es por solicitud suya por la que debo insertar (lo que
hubiese hecho por sí mismo, además) en mi próxima obra una mención de las obras de los Señores
Marx, Engels, Feuerbach, etc. En fin, Grün y Ewerbeck trabajan en conservar el fuego sagrado en
los alemanes residentes en París, y el respeto que tienen para estos señores los obreros que les
consultan me parece una garantía segura de la rectitud de sus intenciones.”

“Tendría placer, mi querido Marx, en verle rectificar una opinión provocada por un momento de
irritación, porque estaba enfadado al escribirme. Grün me ha manifestado el deseo de traducir mi
obra actual; he comprendido que esta traducción, pasando antes de otras, le procuraría algún
socorro; pues le estaría muy agradecido a usted como a sus amigos, no por mi sino por él, que le
prestara su apoyo en esta ocasión, contribuyendo a la venta de un escrito que podría, sin duda, con
la ayuda de usted, procurarle más provecho que a mí. Si me quisiera dar la promesa de su
colaboración, mi querido Marx, yo mandarla inmediatamente mis pruebas al Sr. Grün... y pienso,
no obstante sus agravios personales, de los cuales no quiero ser juez, que esa conducta nos honraría
a todos”.

Terminada su obra, Proudhon la entrega al Sr. Grün para su traducción, y nada más llegar al
mercado librero, aquél “Sistema de las contradicciones económicas o Filosofía de la Miseria”,

29
aparecerá el libro de Marx, “Miseria de la Filosofía”, en donde sin hacer ninguna referencia a
Proudhon, aparece como huracán tropicalizado deshaciendo todo aquello que no sale de su
pensamiento. Toda aquella amistad queda convertida en humo, después de todas aquellas
afirmaciones sobre el Proudhon escritor, resulta que no sabe nada de nada, y asi será desaparecido
el francés y surgir el ruso Bakunin. Y esta pelea llevada a la Primera Internacional, contra los
proudhonianos y bakuninistas, apoyándose en el grupo alemán, logra hacer desaparecer e1 octavo
punto de los estatutos, y allí donde dice: “la clase trabajadora no debe esperar nada de la clase
po1ítica”, solo aparece el “debe confiar en sus propias fuerzas”. El hombre que en 1870 dice: “Los
franceses necesitan una azotaina, y si Alemania vence a los franceses, lo que no es dudoso, así
pasará con el movimiento obrero será nuestro triunfo, el movimiento alemán sobrepasará al
movimiento obrero francés”.

Sí, Marx tuvo un acierto. El ejército alemán venció en Sedan al ejército francés, pero no se amilanó
por ello, declaró la Comuna y durante tres meses tuvo de cabeza al gobierno francés y al ejército
alemán para quitarse aquel pueblo de encima y escribiendo aquellas jornadas comunitarias en la
historia social del mundo.

En 1872 se rompe la Internacional Obrera, aquellos que quedan dentro de la Internacional serán
llamados “autoritarios” vivirán hasta 1876. Aquellos que se retiran de aquella Internacional serán
llamados “Antiautoritarios”, vivirán hasta 1878. La acción social revolucionaria ha tomado diversas
caras, los socialistas en el mundo entero, han venido a dar colaboración con Estados de sistemas
monárquicos, dominantes de imperios, Gran Bretaña y Francia. Hoy esos imperios han perdido
mucho poder, sino todo. Pero ahí están, viviendo de aquellas rentas que los hicieron poner al
mundo su autoridad y su temor. Pero en el horizonte brilla una luz de libertad: los pueblos quieren
ser libres, independientes, y soberanos.

Entrevista a Stuart Christie, anarquista escocés refundador de la CNA

RODOLFO - [# 47, mayo-junio 2006]

Si de alguien deben escribir los anarquistas del mañana es precisamente de Stuart Christie,
anarquista escocés que con 18 años de edad cayó preso del franquismo, por colaborar en un
atentado que se iba a perpetrar contra el caudillo ibérico. Refundador de la Cruz Negra Anarquista
junto a Albert Meltzer, y cautivo del gobierno británico por el montaje que se hiciera por su
supuesta participación en la Angry Brigade. Figura libertaria de gran talante y verbo fogoso, que la
cárcel y los años de dispersión no supieron menguar. Tuvimos la oportunidad de realizarle una
corta pero gratificante entrevista que publicamos a continuación.

- Cuéntame un poco de tus experiencias dentro de la prisión.

Mis experiencias dentro de la cárcel creo que las he mencionado en algunas de las entrevistas que
he realizado, pero también están detallados en el libro mío llamado “Franco Me Hizo Terrorista”,
que he mandado al Centro de Estudios Sociales Libertarios en Caracas. Puedes sacar de ello lo que
queréis. Hay demasiado para contarlo ahora. Solo diré que para un joven de recién cumplidos 18
años fue una experiencia iluminadora. Estando dentro de una cárcel no es buena experiencia, pero
una vez que estés ahí, hay que mirarlo positivamente y aprender lo que se puede de la experiencia.

- ¿Si te pidiera que hicieras una breve comparación entre las cárceles franquistas y las inglesas que me dirías?
30
- En lo que concierne una comparación entre las cárceles inglesas de los años 70 y las cárceles
Franquistas (en particular Carabanchel) de los años 60, yo prefiero las cárceles Franquistas – no por
la cárcel, pero por el sentido de comunidad que hubo entre los presos y los compañeros. Era para
mí como una universidad acelerada de la vida y la política revolucionaria. Conocí a mucha gente
muy interesante con integridad y dignidad, e hice amistades que han durado toda una vida, como
por ejemplo la amistad de Luís Andrés Edo, Miguel García García, Juan Busquets Verges, un
compañero que cayó con Sabaté en el 49. En las cárceles inglesas teníamos que trabajar mucho
para organizar la vida y tuvimos varios motines, pero eventualmente conseguimos mejorar las
condiciones para los presos.

- Cuéntanos un poco sobre lo que te motivó a relanzar la Cruz Negra Anarquista, su historia, y el fatídico desenlace
de algunos de sus militantes.

El motivo para relanzar la Cruz Negra Anarquista (CNA) fue que mientras yo estaba en las cárceles
franquistas, las únicas personas que tenían ayuda de fuera eran los presos religiosos, que se negaron
a juntarse con el ejército. Por lo tanto, cuando salí, uno de mis objetivos más inmediatos fue
organizar un apoyo para los presos políticos anarquistas y libertarios en España. Nos llamábamos
en un comienzo la Cruz Negra Anarquista y después del Congreso de Carrara (Italia) en 1968 lo
cambiaríamos a la CNA Internacional. Después de que el compañero Miguel García García
(después de pasar 20 años en cárcel) se traslada a Londres para encargarse del secretariado
internacional. Fue una asociación informal, sin estructura, más bien eran grupos de afinidad en
varios pueblos británicos y, después de Carrara, en Italia, Francia, Alemania, Suiza, y los Estados
Unidos. En lo que concierne a las muertes de los compañeros de la CNA (Pinelli, Von Rauch,
Tommy Weissbecker) – hay que recordar también que Salvador Puig Antich y otros compañeros
del MIL trabajaban con nosotros cuando vivía en Londres – en nuestro Centro Ibérico.

- ¿Cuáles fueron las razones que motivaron la desarticulación de la CNA Internacional?

La CNA Internacional no fue desarticulada. Nunca fue una organización, siempre fue un grupo de
afinidad internacional. Ahora hay grupos de la CNA en muchos países; que cuando hay campañas
internacionales de solidaridad con un compañero detenido se coordinan entre sí. Hay que decir que
existe una llamada Cruz Negra Anarquista Internacional en Noruega, pero me parece a mí, que se
han denominado así mismos. Y dicen cosas muy raras con lenguaje muy autoritario. ¡Pero tengo
entendido, afortunadamente, que los compañeros anarquistas no les hacen mucho caso!

- Recientemente, muchos grupos del anarquismo histórico y los servicios de seguridad estatal, han acusado a diferentes
CNAs de ser un aparataje para actividades insurreccionalistas.

Siempre la CNA ha sido acusada de ser el frente legal del ala más radical del anarquismo
internacional. Eso es porque nuestra tarea fue dar apoyo y solidaridad a los compañeros
encarcelados por el Estado, especialmente con los compañeros del grupo Primero de Mayo, Angry
Brigade, Acción Directa, GARI, etc.

- ¿Qué soluciones propones para que el día que derribemos los muros de las prisiones y hagamos la revolución social,
¿qué sugieres que hagamos con aquellas personas que cometan “delitos” contra nuestra futura sociedad libertaria?

El problema de qué hacer con gente “anti-social” no tiene una solución fácil, y es para los
anarquistas y libertarios uno de los problemas más difíciles, particularmente en la sociedad de hoy
en día: post-industrial, fragmentada y llena de jóvenes alienados viviendo vidas sin sentido de

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comunidad. La única cosa que podemos hacer como anarquistas y libertarios es empujar otras
posibilidades cuando esas se presentan y otras maneras de mirar al mundo.

Movimiento libertario en Perú: pasado y presente

LUIS RODRÍGUEZ - [# 48, septiembre-octubre 2006]

Retrotrayéndonos al pasado, encontramos la organización de los primeros sindicatos de carácter


anarquista a fines del siglo XIX, período en que comienza a descollar la figura más conocida del
pensamiento ácrata peruano, Manuel González Prada (1848-1918). A inicios del siglo XX, con la
participación de compañeros como Manuel Caracciolo Lévano, se funda la Unión de Trabajadores
Panaderos, fue entonces que comienzan a darse huelgas y actos públicos de relevancia y bajo
principios anarcosindicalistas, apareciendo periódicos de tendencia anarquista.

En 1911 sale a la luz el periódico La Protesta (1911-1926), donde se agrupan entrañables referentes
que habían organizado la Federación Obrera Regional Peruana; ésta inicia la lucha por la jornada de
ocho horas con huelgas, conflictos específicos y una gran difusión de periódicos y folletos de
propaganda libertaria y sindicalista, propiciando conversaciones y conferencias que despertarían las
conciencias de muchos trabajadores. L@s anarquistas seguirían promoviendo una serie de
movimientos reivindicativos que culminarían con la definitiva implantación de la jornada de ocho
horas en todo el país, luego vendría la campaña pro abaratamiento de las subsistencias, para una
baja de precios en productos básicos, transportes e impuestos, esto terminaría con el conocido
“paro del hambre” (1919).

Pero, se vendrían años en que la incesante actividad anarquista y obrera sufriría la respuesta
represiva de los gobiernos. Se decomisaron las imprentas, se cerraron locales y se acaba con buena
parte de la infraestructura de un movimiento quizá todavía en ciernes, finalmente asesinando o
desapareciendo a muchos de sus miembros. De las luchas anarcosindicalistas de principios de siglo
hubo una “apropiación ilícita” por parte del APRA, emigrando lamentablemente much@s hacia
ese sector o a los partidos y organizaciones marxistas. Con el transcurrir de los años, empezaría una
etapa de sequía para las actividades libertarias. Víctima de la represión y desvirtuado por los
partidos políticos, el movimiento obrero y anarcosindicalista perdería mucho de la fuerza adquirida
en sus primeros años, fundando algunos de los supervivientes de la Federación Anarquista del Perú
que desaparecería a finales de los años sesentas y comienzos de los setentas. La actividad libertaria
reaparecería en los años 80, asomando grupos de carácter musical con ciertas inquietudes políticas
que darían a luz a la CAJA (Colectivo de Juventudes Autónomas) hacia finales de esa década.
Después de esta efímera experiencia, a principios de los noventa aparecen nuevos militantes que ya
no parten exactamente de esa base musical, aunque manteniendo relaciones con aquella, surgiendo
toda una amalgama de grupos y publicaciones a inicios de los años 90 (en provincias y en Lima)
que tratan de coordinar y lograr una mayor efectividad pero que se enfrentan a no pocos
obstáculos. Comienzan a aparecer publicaciones como Ataque Anarco, Bandera Negra,
Colectivización, Avancemos, Barricada, Despierta, Buscando un camino, A-Cultura,
Desobediencia, etc., todas a cargo de colectivos e individualidades libertarias de diferentes
tendencias. También, grupos musicales que expresan ideas libertarias (como Autonomía y
Generación Perdida). Los finales de los noventas darían cabida al naciente movimiento
anarcopunk, sus reivindicaciones y su quiebre con tendencias musicales comerciales y
autodestructivas. Aparecen grupos y proyectos de interesante repercusión, como el Centro Social

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Anarcopunk (lamentablemente inexistente en la actualidad). En los últimos años, se publica
Desobediencia, esfuerzo que hizo posible la salida de una prensa libertaria en formato de periódico
después de muchos años. Después le siguió el periódico La Protesta.

Siempre surgen nuevas propuestas y la crítica y la protesta pueden tomar diferentes formas.
Actualmente, empero, no existe un movimiento libertario propiamente dicho. Pero sí experiencias,
colectivos, publicaciones, individualidades y varios proyectos. A partir del año 2000, podemos
trazar una línea divisoria entre lo que había y lo que hay, en Lima y otras provincias. De allí al
tiempo presente (2006) muchos cambios y pocas cosas concretas. Comencemos por Lima. En
cuanto a las publicaciones, varias no nos acompañan ya. Por ejemplo, Buscando un Camino ya
anunció su final. Quedan esfuerzos a manera de fanzines anarcopunks, más algunos boletines y
hojas de combate por parte de colectivos libertarios. Esperamos que sigan saliendo Muñeka de
Trapo y Casa de Bruxas, muy interesantes publicaciones. Aún trata de mantenerse en pie
Desobediencia, con los problemas propios, en cuanto a finanzas y distribución, que trae el formato
de periódico. En relación a colectivos, l@s compañer@s de Axión Anarcopunk ya están actuando
sólo como individualidades libertarias, se mantiene el colectivo MARginales (que fue reflotado) y el
Kolektivo Manuel González Prada y han surgido nuevos agrupamientos libertarios que llevan la
fuerza en su juventud. Este sector lo engrosan actualmente Emancipación Social, Conciencia
Libertaria, Taller Libertario, Estrella Negra (ahora Qhispikay Llaqta) y otros en etapa de formación.
Se está intentando también establecer algunos lazos entre l@s compañer@s que tienen más años
en esto (algun@s actuan ya sólo como individualidades) y las nuevas generaciones en lucha. Lo
interesante y positivo es que se mantienen las actividades: actos, marchas, jornadas, proyectos, etc.
En provincias también hay varias iniciativas. En Tacna, el colectivo Jóvenes en Pie de Lucha aún
insiste con actividades libertarias. Se conocen propuestas anarcopunks en Moquegua e Ica.
También bandas con clara actitud política ácrata en Cerro de Pasco y Cajamarca, donde además
interactuan l@s integrantes del colectivo Kontrakultura Libertaria con gran presencia de difusión y
propaganda y el proyecto de una biblioteca libertaria. En Cusco, al parecer se están reiniciando
actividades, sobre todo con nuev@s compañer@s, igual en Arequipa, Huancayo y Puno. En Piura,
actúa la coordinadora Zona Autónoma con frecuente actividad en volanteos y contrainformación
sobre problemáticas de la zona y otros temas.

En resumidas cuentas, siempre habrá anarquismos y anarquías, pero por lo pronto tendremos que
esperar un poco más (quizá más de lo que esperamos) para hablar del “movimiento libertario” en el
Perú. Queda trabajar, actuar y organizarnos con mucha responsabilidad, respeto y afinidad como la
clave para confiar en mejoras y avances, como la clave para consolidar nuestras publicaciones y
nuestros proyectos, como la clave para seguir construyendo la tan ansiada libertad.

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Entrevista con Brad Will

RAFAEL UZCÁTEGUI - [# 49, febrero-marzo 2007]

A finales del mes de enero del 2006, el puñado de activistas involucrados en lo que se llamó el Foro
Social Alternativo de Caracas estábamos tan cansados como orgullosos. Una voz disidente del
militarismo, la izquierda momificada y autoritarismos varios había sido escuchada. Y como si fuera
poco, esos días compartimos con una serie de personas extraordinarias provenientes de todo el
planeta. Una de ellas fue Brad Will, un “gringo” simpático y larguirucho, de Indymedia Nueva
York, que cámara en mano estuvo con nosotr@s los últimos días, copiando el video “Nuestro
petróleo y otros cuentos” y haciendo un corto periplo a la sierra de Perijá para grabar el testimonio
de los indígenas en lucha contra la explotación carbonífera. Antes de tomar su avión, grabamos una
conversación que versó sobre sus inicios en el activismo y su propia participación en los sucesos de
Seattle, la cual respondió utilizando su mejor repertorio en español. Esta entrevista inédita forma
parte de un libro en preparación sobre el movimiento antiglobalización, difundida a propósito del
asesinato de Brad por parte de mercenarios a sueldo del Estado mexicano en el conflicto de
Oaxaca. Que la tierra le sea leve.

- ¿Cómo te inicias en el activismo?

Fue en la Universidad en 1992, pensando en un movimiento estudiantil que no existía. Era una
Universidad pequeña, en el campo, en Pennsilvania. Allí no había movimientos de ningún tipo.
Tuve en esos días un pensamiento muy abierto, interesante y rebelde, pero no desde el lado político
o con un grupo. La verdad es que no encontré mucha gente radical en mi vida hasta los 18 años,
algunos eran del movimiento punk, pero nunca estuve con ellos, más bien mirando desde afuera.
Cuando empezó la primera guerra contra Irak, pensé “hay activismo ahorita pero acá no hay nada”.
En la televisión miraba que no había nada. Y tenía la certeza de que había un movimiento pero
miraba las noticias y no pasaban nada, así que pensé “las noticias están mintiendo y el gobierno es
una mierda”.

- ¿Cuáles fueron los primeros grupos con que comienzas a relacionarte?

Con grupos específicos ninguno. Después comencé a vivir en comunidades abiertas. Tenía amigos
haciendo ciencias políticas y ellos leían mucho sobre anarquismo y hablamos un poco sobre esto.
En ese tiempo pensaba “que mierda el comunismo en este mundo, que cerrada esta ideología, pero
no me gusta nada de la cultura y la política de Estados Unidos” y estuve buscando. Entonces
escribí un artículo en mi escuela sobre ecologismo y anarquismo y pensaba que era mi idea original.
Pero después encontré otras cosas, incluso más radicales. Me gradué en Literatura y poesía y entré
en una comunidad al otro lado del país, con Allan Ginsberg. El fue anarquista y encontré muchos
otros artistas radicales también, pues también soy artista, lo que cambió mucho mi vida. Con este
ingreso empecé a realizar una vida política. Esto fue entre el 93 y el 95. En esta época había un gran
movimiento contra la guerra, pro Mumia Abu Jamal, y leía sobre eso y pensaba “que mierda es mi
vida, estamos viviendo en un sistema totalmente corrupto”. Viví cuando niño en un pueblo muy
cerrado y muy blanco y no conocía mucho de la verdad del mundo, poco a poco fui abriendo mis
ojos con fuerza, sin la ayuda de nadie. La comunidad era totalmente cerrada, mis padres son de la
derecha, era una lucha para abrir mi vida también.

- ¿Cómo llegas a eso que se conoció como la Red de Acción Directa?

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Fui a Seattle para la manifestación contra la Organización Mundial de Comercio y todo el mundo
estaba hablando sobre eso, especialmente jóvenes y algunos viejos. Todos decían “esto es algo
diferente, vamos a hacer algo totalmente diferente, con la participación de muchas diferentes
partes. Este OMC es un ataque contra todo: la vida, la política, las bases, los pobres, el norte y el
sur. Aquí es el momento, es nuestro momento para hacer un cambio”. Mucha gente se fue de su
trabajo, de sus vidas cotidianas, de sus novias. Tengo amigos que trabajaron en Seattle desde 6
meses antes de la manifestación, haciendo caravanas, campañas de educación popular sobre la
protesta, el tema de la OMC y la destrucción de la globalización capitalista. En esa época estuve
viviendo en New York en casas ocupadas con muchos anarquistas y trabajando con Reclama Las
Calles (RTS). Viajamos mucho a todo el país durante todo el año, muchos fueron al norte oeste
para proteger los bosques antiguos y allá comprendí mucho del movimiento de acción directa
llamado Earth First!, un movimiento anarquista verde, con el espíritu para proteger la vida del
planeta con su cuerpo, consigo mismo. Esta mentalidad de cortar la ruta con su cuerpo y defender
fue más y más fuerte en todas partes, especialmente en la costa oeste para proteger estos lugares
verdes pero también entró en las ciudades como Reclama Las Calles (“Reclaim the Streets”).

- Háblame un poco más sobre Reclama Las Calles, las actividades previas a Seattle…

No participamos en la manifestación antes de Seattle, del 18 de junio, lo vimos y pensamos “esto es


increíble”, el tema de la acción global es una gran inspiración para nosotros y empezamos a trabajar
en eso. Para nosotros RTS fue más sobre la lucha local en nuestra ciudad donde había un alcalde
muy fascista, quería cambiar toda la ciudad habiendo guerra contra la pobreza, contra los ocupas,
contra los centros sociales, huertas comunitarias, inmigrantes, fue un cambio total de la ciudad.
Estábamos enfrentando todo esto. Este alcalde era Guliani. Hicimos acciones locales con el tema
del anticapitalismo, queríamos abrir espacios locales tratando las conexiones globales y hablamos
mucho sobre este tipo de neoliberalismo. Pero en Estados Unidos la gente no usaba mucho esta
palabra, y tampoco comprendía qué significaba. Era un nuevo paso. También estamos haciendo
una fiesta en la calle, con política y baile, con trípodes y sound-system. Fue muy interesante, con la
participación de muchos grupos distintos.

- ¿Estos grupos eran de la izquierda tradicional o de otro sector?

Algunos eran de la universidad, tienen una mentalidad más tradicional, muchos poco políticos pero
están aprendiendo poco a poco. Movimiento ecologista, algunos anarquistas y gente del barrio
radicales pero que no tienen un grupo específico. También se involucraron barrios con raíces
radicales, y queríamos defender eso también, de muchos ocupas y en el que vivió gente como
Emma Goldman y otra gente importante en la lucha internacional. Años después se involucraron
algunos sindicalistas radicales, que en Estados Unidos hay pocos, lo que fue una linda relación.

En el 98 empezamos en Nueva York y realizamos algunos actos. Algunos de nosotros fuimos a


Seattle, pero sobre todo asistió gente de San Francisco, Oregon, que estaban más cerca y tenían
fácil para viajar por tierra. Fue por la misma época: 96, 97, 98 que hubo una nueva relación entre
Earth First! y una central sindical de izquierda de esta región centro oeste, una sindical de metales.
Hay un bosque precioso de árboles rojos de tres metros de ancho y 100 metros arriba, muy
antiguos y organismos viejos del planeta. Defendimos mucho esto, cada año una lucha en esta zona
que se llamaba Red Summers. Fue una muy buena relación. Fue algo nuevo, pues durante los 60's
no hubo nada parecido.

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- ¿En qué momento te relacionas con la Red de Acción Directa?

Fui mucho a campamentos, talleres, para ver que hacemos, para enseñar a los más jóvenes tácticas
de acción directa. Hubo un taller de cuatro días en donde la gente empezó a hablar de cortar todas
las rutas para esta reunión de la OMC y no permitir a los participantes asistir. Fue una idea medio
loca, en donde se hizo un diagrama como un pastel de la ciudad, teniendo como centro la reunión.
Cada grupo decía “en esta parte queremos cortar”, y otro colectivo decía “nosotros lo vamos a
hacer aquí, pero si no funciona lo haremos acá”, teniendo niveles y organizados en grupos
regionales, como por ejemplo San Francisco que tenía como 100 personas dispuestas a cortar la
ruta con su cuerpo. Los grupos pequeños cortaban tres calles o algo así, pero con esos pequeños
grupos atraían mucha gente para ayudar. Mucha gente se unió sin saber nada de este plan, por
grupos de afinidad, y cortaban la ruta en muchos sitios diferentes. Y funcionó muy bien. En ese
momento los que organizaban el plan se llamaban Red de Acción Directa, pero sólo estaba
pensado para estar en esa manifestación, durante tres días. La semana antes tuvimos 10 días de
reuniones sobre este tema: “vamos a hacer, queremos consensos”. Había reuniones con 10, 100 o
mil personas, pero organizamos las discusiones en forma de rueda de bicicleta. En el medio se
ponía una persona neutral, que ayudaba a que se hiciera la reunión y alrededor un vocero, y atrás de
estos voceros estaba sus personas para hablar entre ellos. Con este método fue posible hablar entre
muchos grupos, teniendo un vocero que decía lo que su grupo decidía. Fueron muchas reuniones
cada día para decidir quién tomaba cada calle, a veces fue muy caótico. Además de la DAN estaban
los sindicales, eran parte de una coalición pero haciendo una marcha más tradicional, también
estaban grupos más radicales como anarquistas, pero aparte como un bloque negro, pero no era un
grupo también era una coalición de pequeños grupos de afinidad. También hubo dos marchas que
empezaron en las universidades, pero eran mas no afiliados.

La batalla de Seattle

- Se ha hablado mucho de las relaciones y debates entre el bloque negro y la DAN...

Este grupo de Bloque Negro no habla con nadie, pero la gente sabe. Hablan de otra manera, con
papeles y manifiestos pegados en la calle. “Vamos a hacer algo como esto”, pero no entraron a
ninguna reunión. Había grupos más liberales, más antiguos, que fueron a las marchas caminando,
era una mezcla muy grande. Es una ciudad muy blanca, no hay casi inmigrantes o negros viviendo
allí. También era una crítica muy grande a esto.

- ¿Cuál era el sentimiento después de Seattle?

Yo estuve encarcelado en Seattle. Me agarraron el segundo día, hubo muchos encarcelados ese día.
Yo estaba libre, no en ningún bloque especifico, ayudando en lo que podía. Hice un bloqueo
pequeño en un puerto, con tres amigos, con calma. Y la gente decía “quiero pasar”, y le decíamos
“no, no puede”, sin golpes ni nada, solo hablando. Mucha gente tenía su credencial para participar,
de ONG´s, liberales y decían “tengo que participar, estamos en el mismo lado”. Y le decíamos
“nadie quiere participar, hoy no hay reunión”. Sólo 10% de la gente pudo entrar ese día pero no
hicieron nada. Cada día había muchas acciones pequeñas. Otra vez fuimos a un Mc Donald´s y
algunos chicos del Bloque Negro querían quebrar las vitrinas y los sindicalistas los paraban, era
muy raro. Pero en la calle paramos la reunión. La policía entro haciendo un corredor con mucha
fuerza, con todos los químicos que tenían, con mucho gas. Algunos chicos fueron listos y fueron a
Seattle con máscaras antigas, y ellos participaron en el Bloque Negro y caminaban tranquilamente
devolviendo las lacrimógenas. Mucha gente de los bloqueos le dijo gracias a estos chicos del Bloque
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Negro por la protección. El segundo día tuvo una noche difícil, muchos fueron golpeados. La
gente no creía lo que pasaba, a veces había lluvias de 10 minutos de gas de pimienta y la gente sólo
esperaba en los bloqueos a que terminara. En la noche fue muy loco. Fue interesante porque
organizamos un grupo de médicos con pequeñitos colectivos de todas las ciudades, con
voluntarios. Lo hicimos con decisiones consensuadas, tratando de crear ese nuevo mundo en este
pequeño momento, si es temporal es temporal, pero tenemos que demostrar nosotros ahorita
nuestra política.

- ¿El sentimiento antiglobalización ha disminuido en los Estados Unidos?

Fue muy separado, difundido… hay una red para comunicar pero no es un grupo fijo y la verdad es
que tenemos una promesa para cambiar el mundo y estamos con ganas de reunirnos cada semana y
hacer una gran manifestación cada cuatro meses, pero era muy difícil. Estamos pensando que esta
lucha no es solamente en las manifestaciones, también es en cada sitio particular contra la policía
local, allá contra las cárceles, allá con grupos de inmigrantes, allá con los sindicales y la gente
lentamente salió en todas partes, pero sigue esta red de comunicación, pero como grupo se quebró.

11-S, la guerra, el futuro

- ¿Cómo impactó el 11-S en el movimiento?

Impactó bastante. Hay gente medio loca, con mucho miedo, escapando al campo. Fui a una
reunión muy grande, como 300 personas o algo así, todas diferentes, “tenemos que hacer algo
ahorita, sobre el tema de la reacción contra los inmigrantes del medio oeste, tenemos que hacer
algo contra la guerra”, pero fueron reuniones muy difíciles y la gente no quería ponerse de acuerdo.
Antes del 11-S Bush no tenía posibilidad de reelegirse presidente, mucha gente lo sabía. Después de
eso su popularidad creció y fue un problema con esto. Bush se aprovechó de la cultura del miedo
que se creó, la gente pensaba que estábamos en medio de una guerra y que no tenía sentido
cambiar al jefe. También Bush tiene una base social muy grande, de gente de campo evangélica.

- ¿Cuál crees que será el futuro?

Ahorita es muy difícil decir que pasará. En el tiempo de las manifestaciones antiglobalización
estábamos abriendo un nuevo espacio de consensos y autonomía. Estábamos a la cabeza de un
nuevo movimiento, contra el capitalismo, no solamente contra el Estado sino para quebrar al
sistema en su totalidad. Pero cuando comienza una guerra, con sangre, es otra cosa. Muchos
grupos históricos de la izquierda hicieron una red muy amplia y suave contra la guerra, y allí no
teníamos espacio. Yo no tengo mucha confianza de estos grupos que organizan las manifestaciones
contra la guerra, hay una división muy fuerte entre dos tendencias, una más jerárquica y la otra más
horizontal, pero estos son los menores. Para mí esto de las movilizaciones antiguerra no es un
movimiento, son una coalición. Hay muchas grandes manifestaciones en Nueva York, pero no
aparecen en los medios, lo que recuerda la época de la primera guerra contra Iraq. Si quieres entrar
en ese espacio mediático debes jugar sus propias reglas, y muchos del movimiento antiguerra lo
hicieron y no ganaron nada con esto. Ante esto estamos tratando de crear nuevos espacios como
Indymedia y otros espacios, crear este nuevo mundo ahora, cada día, con mentalidad totalmente
diferente. Vamos a ver qué pasa. Abrimos un espacio muy grande, con la inspiración del zapatismo
y de Argentina. Hay un sentido, un sabor difícil de olvidar. Y vamos a continuar en esta comunidad
horizontal tratando de cambiar al mundo.

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Ayer y hoy del anarquismo en Venezuela

REDACCIÓN - [# 53, mayo-junio 2008]

° He aquí un apretado bosquejo de la huella libertaria en el proceso histórico del país, preparado
por integrantes de nuestro Colectivo Editor. Esperamos que sirva como referencia útil para quienes
se interesen en el tema, y ojalá estimule investigaciones más acabadas que aporten nuevos datos.

La incidencia anarquista en la historia venezolana ha sido menos marcada que en otros lugares de
Latinoamérica, donde se manifiesta vigorosamente a través de luchas colectivas, publicaciones,
personajes y debate de ideas. Sin embargo, merece evocarse pues no ha dejado de tener influencia
en nuestra evolución social y cultural.

Del Siglo XIX al primer tercio del XX, algunos intelectuales locales fueron simpatizantes o lectores
tolerantes del anarquismo, pero sin nada parecido a un Flores Magón, Barret, Oiticica, González
Prada u otros de sus exponentes conocidos en el pensamiento continental [Cappelletti 1990]. Los
pocos que exploraron la senda libertaria apenas dejaron referencia escrita y luego optaron por el
positivismo o el marxismo; sólo valdría mencionar a Pío Tamayo, que en la cárcel instruyó a
jóvenes luchadores antigomecistas en el “socialismo de Bakunin y Marx”, hasta poco antes de
morir en 1936 [Sananes 1987]. Considerando las luchas populares, historiadores de la Guerra
Federal (1859/1863) -la mayor conmoción social en Venezuela entre la Independencia y la era
petrolera - destacan la influencia que tuvieron Proudhon y el socialismo francés en Ezequiel
Zamora, el General del Pueblo Soberano. El programa del federalismo zamorista es claro:
“...horror a la oligarquía, libertad de hombres y tierras, igualación social”, expresando una intención
radical que sólo se pudo detener con su asesinato [Brito Figueroa 1981].

A comienzos del Siglo XX, emigrantes anarcosindicalistas europeos contribuyeron a que la


organización obrera asomara pese al atraso económico, social y cultural [Rodríguez 1993]. Esos
esfuerzos -formación de mutuales y gremios, huelgas, propaganda, etc., fueron algo más notorios al
iniciarse la industria petrolera, pero la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908/1935) persiguió con
saña toda actividad sindical, impidiéndole desarrollarse como en otras latitudes. Los escasos y
acosados militantes sociales dentro del país intentaban con muchas dificultades hacerse de un
pensamiento político, mientras la mayoría del exilio antigomecista era ajeno a influencias radicales.
Entre la minoría, el atractivo en expansión del bolchevismo ruso resultó demasiado fuerte para que
el anarquismo ganase adeptos. Cuando esa fracción marxista regresó tras la muerte del tirano,
ocupó totalmente el campo de la izquierda, absorbiendo al puñado de lectores y discípulos
clandestinos del ideal libertario, que estuvieron incluso entre los fundadores del Partido Comunista
de Venezuela (1936) y Acción Democrática (1941), partidos que controlaron el proceso de
organización política de masas en el período posterior. Adicionalmente, la represión anti-anarquista
tenía rango constitucional y se instrumentó en la llamada “Ley Lara”, vigente entre 1936/ 1945.

En los años 40 y 50 llegaron muchos exilados anarquistas ibéricos, que afrontaron no sólo el peso
de la derrota en la Guerra Civil Española, sino un medio adoptivo donde sus ideas eran vistas
como extrañas. La perentoria necesidad de subsistir y tener que adecuarse al ambiente de cerril
autoritarismo fueron obstáculos adicionales para dificultar la organización de potenciales
simpatizantes criollos; sin embargo, se hicieron esfuerzos palpables, particularmente tras 1958 al
finalizar 10 años de dictadura militar, cuando se estableció la Federación Obrera Regional
Venezolana -afiliada a la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), agrupación mundial

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anarcosindicalista fundada en 1922-, se conformaron algunos grupos específicos, se editaron
publicaciones periódicas, folletos y libros, pero poco de esta actividad trascendió fuera de los
círculos más concientizados de emigrantes peninsulares [Montes De Oca 2008].

La oleada de impugnación sociopolítica que se vivió mundialmente a fines de los años 60


especialmente el mayo francés de 1968 con su indudable raíz libertaria también llegó al país. Su
huella fue evidente en la Renovación Universitaria que conmocionó a las principales instituciones
de Educación Superior entre 1968 y 1970, para mantenerse presente en movimientos estudiantiles y
de cultura alternativa posteriores. Sin embargo, salvo la menguante presencia de los veteranos
españoles, pasarán años para que existan agrupaciones que se identifiquen con el ideal y la práctica
anarquista, pues en los 70 el marxismo aún se consideraba soporte ideológico insustituible de
cualquier propuesta revolucionaria en Venezuela.

Entre 1980 y 1995 emergieron intentos de organización cabalmente anarquistas buscando


conectarse con luchas y movimientos sociales, siendo el Colectivo Autogestionario Libertario
(CAL) el más visible. Se editaron El Libertario -9 números entre 1985 y 1987, a cargo del CAL- y
Correo A -28 números entre 1987 y 1995-, periódicos que fueron referencia y punto de reunión
para algunos activistas, donde hubo quienes venían del marxismo, exilados ácratas
latinoamericanos, y, principalmente, jóvenes que llegaban al anarquismo desde la escena punk.
También se hizo notar la actividad académica y divulgativa de Ángel Cappelletti, anarquista
argentino que laboró en Venezuela por 26 años [Méndez y Vallota 2001]. Pese a las dificultades
para hacer comprender e impulsar propuestas anarquistas de autogestión y acción directa en un
medio donde era casi absoluto su desconocimiento o mala interpretación, poco a poco se
despejaron caminos para llegar a diversos ámbitos donde se expresaban iniciativas afines. Además,
ocurrió el estallido popular del 27/02/1989, “El Caracazo”, que junto a otros eventos nacionales
(en especial, la crisis del rentismo petrolero y del modelo político establecido en 1958) e
internacionales (como el derrumbe de las burocracias del Este de Europa), abrieron espacios para
propagar el ideal libertario.

El esfuerzo por asociar anarquismo y luchas colectivas concretas se hizo más patente al reaparecer
El Libertario desde 1995, cuyo grupo responsable se identificó hasta 2007 como Comisión de
Relaciones Anarquistas, para luego denominarse Colectivo Editor de El Libertario. Es la
publicación más perdurable en la historia ácrata local, editando unos 5 números cada año, con una
difusión significativa al comparar con empeños semejantes del país o del continente. Junto a ella,
hay núcleos e iniciativas anarquistas con áreas de intervención varias y ubicadas en diversas
regiones, destacando el funcionamiento de locales específicos (como el CESL en Caracas, el CEA
en Mérida y el Ateneo La Libertaria, primero en Biscucuy y después en el área rural al suroeste de
Lara), la organización en enero de 2006 del Foro Social Alternativo en Caracas, la actividad de la
Cruz Negra Anarquista, la edición persistente de variados materiales de divulgación, y el impulso
dado a distintos eventos de protesta social y agitación cultural. Este proceso ha debido superar la
prueba de la “revolución bolivariana”, acaudillada por Hugo Chávez, que para los anarquistas
representa una tramoya demagógica, corrupta, militarista e ineficiente ante la cual ha alucinado
buena parte del socialismo local y mundial, dificultando en mucho el desarrollo de movimientos
sociales autónomos y populares, línea de acción que promueve el anarquismo venezolano.

Referencias
* Alterforo (2006). –Boletín en español e inglés del Foro Social Alternativo- Caracas.
* Brito Figueroa, F. (1981). Tiempo de Ezequiel Zamora, Caracas, UCV.

39
* Cappelletti, A. (1990). “Anarquismo Latinoamericano”, pp. IX-CCXVI, en A. Cappelletti y A.
Rama (Recopiladores): El Anarquismo en América Latina, Caracas, Biblioteca Ayacucho.
* Correo A (1987-1995). Caracas (también en: www.geocities.com/samizdata.geo/CorreoA.html).
* El Libertario (1985-1987). Caracas.
* El Libertario (1995-2008). Caracas (también en: www.nodo50.org/ellibertario).
* Méndez, N. y A. Vallota (2001). Bitácora de la Utopía, Caracas, UCV (también disponible en
varios sitios de Internet).
* Montes De Oca, R. (2008) “Anarquismo en Venezuela”, Caracas, inédito.
* Rodríguez, L. (1993). “Conociendo al Anarcosindicalismo Venezolano”. Correo A, Caracas, # 22,
pp.16-17.
* Sananes, M. (1987). Pío Tamayo, una Obra para la Justicia, el Amor y la Libertad, Caracas, sin
editorial.
* Uzcategui, R. (2001). Corazón de Tinta, Caracas, Naufrago de Itaca.

Manuel González Prada: razón apasionada y anarquismo

GRAZIA MUSUMECI - [# 53, mayo-junio 2008]

Esforzándose por “romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz”, encontramos en la
memoria cultural del Perú a la figura de Manuel González Prada (1844-1918), quien hizo del
disentimiento y la discusión su oficio. González Prada cultivó en su juventud la poesía siguiendo
modelos alemanes; tradujo obras de Göethe, Schiller y Heine. Participó activamente en las
actividades del “Club Literario”, convirtiéndose por demás, en el vocero de las ideas de la nueva
generación de intelectuales peruanos de su entonces, animando a través de sus discursos, a los
obreros progresistas y a los estudiantes universitarios a participar de la vida política. Su obra sirvió
de espacio de representación de ideas filosóficas, estéticas, sociales, políticas, étnicas y religiosas.
Defendió a los inmigrantes chinos, a los indios, a los negros, a los trabajadores y a las mujeres, de
lo que él consideraba una clase enamorada del pasado colonial del Perú. Intervino en el conflicto
bélico entre Perú y Chile haciéndose soldado y en 1891 sale de viaje hacia Europa. Será en París
donde publique uno de sus textos fundamentales Páginas libres (1894). Luís Alberto Sánchez señala
que la obra de González Prada podría calificarse como “propaganda y ataque”, título de uno de los
ensayos de Páginas libres.

Debemos considerar, antes de emitir alguna opinión respecto a la obra de González Prada, la fuerte
filiación de este autor con el positivismo. Según J.M. Oviedo, la base científica le era “indispensable
para «modernizar» el pensamiento y los programas políticos que debían sacar al país de la peor
crisis de su historia”. Para González Prada con su generación “algo muere, pero también algo nace:
muere la mentira con las lucubraciones metafísicas y teológicas, nace la verdad con la ciencia
positiva…”. Buscó los fundamentos del anarquismo que practicó como doctrina política en el
positivismo, sin dejar de captar el radicalismo de Darwin, Spencer, Renan, Comte, Hegel, Marx y
Schopenhauer; además de sentir los ecos de Proudhon, Kropotkin, Tolstoi y Nietzsche, en el “tono
de su prosa, exaltado, bárbaro, combativo, lapidario”, a decir de M. Gomes.

Páginas libres, texto que según su autor debió titularse Refundiciones – por no conservar ningún
capítulo su texto original-, es una obra que descubre al ideólogo que se abrió paso entre el poeta y
el ensayista. Puso en práctica la ortografía fonética y los neologismos, tratando de buscar la
emancipación incluso a través del lenguaje. La obra, que en opinión de J.C. Mariátegui fue el

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“germen del nuevo espíritu nacional” peruano, discute en torno a los problemas del Perú
desplegando un sinnúmero de sentencias retóricas, sugiriendo, y no definiendo la realidad peruana.
Sus frases “son las de un acusador, no las de un realizador” según el mismo Mariátegui, pues
debemos considerar que su temperamento era esencialmente literario, esto se manifiesta en sus
opiniones cuando habla de las clases de escritores con la que podemos encontrarnos, “unos que
hablan a lo Sancho Panza, con idiotismos, dicharachos y refranes; otros que se expresan a lo Don
Quijote, solemnemente, en clausulones altisonantes y enrevesados”.

González Prada denuncia la responsabilidad de la Iglesia sobre las injusticias que tuvieron lugar en
su nación, desde la aparición del poder de la institucionalidad católica. De hecho, su principal
blanco de ataque fue la Iglesia Católica, como evidencia esta cita suya: “En cuanto al Catolicismo
que alardea de guardar en su doctrina la más exquisita esencia de la Religión Cristiana, se le debe
aplicar las palabras de Rossini al juzgar una ópera: Tiene algo bueno y algo nuevo, con la
circunstancia de que lo bueno no es nuevo y lo nuevo no es bueno. Efectivamente, el catolicismo
posee su moral en el cúmulo de preceptos incongruentes y ambiguos que el niño estudia sin
comprender… Viéndolo bien, la secta católica encierra la negación de toda Moral… Y todos los
males de la educación católica los palpamos ya…”.

El pensamiento de González Prada, aunque embriagado de positivismo y nacionalismo, no se vio


exclusivamente subordinado a los mitos de su época: razón, ciencia y progreso. Su prosa reaccionó
ante la negación y la duda con intrépida afirmación y optimismo idealista. Su obra puede
entenderse como la exaltación de la lucha y el esfuerzo, entremezclada con la tinta de una pluma
entregada al trabajo estético de sus intuiciones, pues el verbo sólo alcanza calidad estética cuando
aporta ideas; además, decía “quien no se deja comprender, no sabe expresarse”. Frase con la cual
queda clara la intención del peruano de difundir ideas y combatir, pues los escritores debían
intervenir en la política para “desacreditarla, disolverla y destruirla”.

A la luz de hoy, muchos de los planteamientos del González Prada, podrían resultar caducos o
vencidos. Está en los hombres de hoy saber entender dentro de su contexto las ideas y las
valoraciones del peruano para poder ponderar adecuadamente la importancia de sus aportes.

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A la memoria de Antonio Serrano

[#54, septiembre-octubre 2008]

Semblanza de un hombre libre - REDACCIÓN

Antonio Serrano González nació en Málaga en 1919. Las inquietudes sociales que se expandían por
una España en camino a la industrialización lo atrajeron desde muy joven, por lo que a la edad de
16 años ejercía el cargo de Vicesecretario del Sindicato de Sastres de la ciudad, adherido a la
Confederación Nacional del Trabajo (CNT), organización anarcosindicalista a la que perteneció
toda su vida. El 16 de julio de 1936 junto a muchos de sus compañeros, enfrenta el levantamiento
armado contra la República, participando en diferentes frentes de guerra. Al finalizar la contienda,
pasa al exilio en Francia donde participa en la lucha clandestina contra la ocupación nazi y el
régimen franquista.

En 1950 viaja a Venezuela, desempeñando el oficio de librero en Caracas por casi 40 años. A lo
largo de estas décadas continúa difundiendo los ideales de justicia y libertad por medio de
innumerables escritos para la prensa venezolana e internacional, así como participando en diversas
iniciativas de organización ácrata. En 1995, forma parte del grupo que reinicia la edición de El
Libertario (publicación en la que también había participado durante su etapa inicial en la década de
1980). Por más de 10 años Antonio no sólo escribió artículos e hizo buena parte del trabajo de
corrección de pruebas del periódico, sino que además era su más entusiasta pregonero, llegando a
vender personalmente varios centenares de ejemplares de cada edición. También participó en las
labores del Centro de Estudios Sociales Libertarios de Caracas (inaugurado en 2004), cuya
presencia era sin falta en las reuniones semanales y en diversas actividades, en las que muchas veces
tuvo papel destacado.

Hasta pocas semanas antes de su muerte (lunes 14 de julio de 2008) se mantuvo activo,
participando en el CESL y atento a cómo iban las cosas con El Libertario y con la CNT de sus
amores. Tuvo una vida larga y plena que será ejemplo para quienes tuvimos la oportunidad de
acompañarle en este tramo final de una existencia que fue de total coherencia entre lo que pensaba
y lo que hacía. ¡Que la tierra le sea leve a un hombre libre!

Una rosa negra para Antonio Serrano - DANIEL BARRET

¡Salud, compañeros! Espero no ser malinterpretado si comienzo contándoles una anécdota que
suena a cursilería. Dicen que en cierta oportunidad se cruzaron en un hotel el celebrado Mick
Jagger y el cantaor flamenco ya fallecido Camarón de la Isla; ocasión que Jagger aprovechó para
proponerle intercambiar los calzoncillos como forma de ver si era posible que se le contagiara algo
de la fuerza y la garra de Camarón al momento de cantar. Algo parecido sentí yo luego de conocer
a Antonio, de verlo pedir ejemplares de El Libertario en el Centro de Sarría y de verlo también más
tarde recorrer los pasillos de la UCV con sus periódicos bajo el brazo, rebosante de convicciones y
de entusiasmos. Eso fue en enero del año 2006; Antonio tenía entonces 86 años y, según contaba
Nelson admirado, él solito distribuía a pie y mano por mano cientos de ejemplares. En ese
momento «envidié» a Antonio y me pregunté si sería posible que cada uno de nosotros llegara a esa
edad con la misma energía y las mismas ganas, con ese espíritu de miliciano impenitente que le
permitió, como a otros miles de los suyos diseminados por el mundo, soportar todas las derrotas
para volverse finalmente invencible.

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No es mucho más lo que puedo decir ni tampoco tiene sentido hacerlo: ya ustedes se encargarán de
darle a Antonio el lugar que le corresponde. Me quedo con la última imagen suya que retengo -en el
momento de irse de la Organización Nelson Garrido, el domingo del encuentro final [en el Foro
Social Alternativo, Caracas, 2006] - y la devoción que puso Lexys al darle un beso de despedida.
¡Ojalá todos pudiéramos irnos así, para seguir estando! Vaya de mi parte una rosa negra para el
miliciano cenetista Antonio Serrano. ¿Queda bien firmar con una lágrima?

Memorias de lucha infatigable por la libertad

OCTAVIO ALBEROLA - [# 56, mayo-junio 2009]

[Considerando que la colaboración del compañero Octavio Alberola con el Movimiento 26 de Julio
-de Cuba- en los años cincuenta es poco conocida y sería de interés saber por qué lo hizo y en qué
consistió dicha colaboración, se lo hemos planteado y reproducimos a continuación su respuesta.]

Como sabéis, tras el triunfo del ejército franquista, mi familia se refugió en Francia y poco antes de
que comenzara la Segunda Guerra Mundial salimos hacía México, en donde mis padres, mi
hermana y yo pudimos refugiarnos. Allí terminé mis estudios de primaria y luego de secundaria y
preparatoria en Jalapa, capital del Estado de Veracruz, para, a continuación, comenzar en México,
D.F. mis estudios universitarios en la UNAM. Fue pues, en esta ciudad, en donde comencé a
frecuentar e integrarme a los medios de los exiliados españoles que se habían ido constituyendo
según las afinidades políticas e ideológicas, y como era de esperar, por razones de edad, mis
primeros pasos militantes se produjeron con otros jóvenes hijos de libertarios como yo.

A finales de los años cuarenta, con un grupo de jóvenes refugiados españoles libertarios y algunos
jóvenes mexicanos constituimos las Juventudes Libertarias Mexicanas. Cuatro (tres españoles y un
mexicano) fuimos detenidos por pegar un pasquín por las calles de la ciudad de México y
estuvimos recluidos durante un mes en una cárcel “clandestina”; hasta que las autoridades
mexicanas decidieron dejarnos en libertad… Para ello nos hicieron firmar un documento en el que
nos comprometíamos a no intervenir en las cuestiones políticas y sociales de México. Esta fue una
de las razones que me encausaron a partir de entonces, hacia actividades más ligadas al exilio
español y a la lucha antifranquista. Así pues, fue en tanto que joven refugiado español, y por haber
participado en las luchas estudiantiles durante mis años de Universidad, que me relacioné con los
exiliados latinoamericanos residentes también como yo en México, que luchaban también contra las
dictaduras en sus respectivos países.

El principal grupo lo constituían los cubanos, aunque también había dominicanos, peruanos, y
venezolanos. Y dado que yo llevaba más años en México y disponía de más contactos en el país,
lógicamente los puse a disposición de estos grupos para actividades solidarias en sus respectivas
luchas clandestinas antidictatoriales. Por supuesto, estas actividades no impedían que debatiéramos
de cuando en cuando sobre cuestiones ideológicas. Recuerdo una larga discusión con Víctor Raúl
Haya de la Torre, organizada por los jóvenes apristas, pocos días después de llegar este histórico
líder de la “Izquierda revolucionaria” latinoamericana a México, tras salir de su largo “exilio” en la
Embajada de los EE UU en Lima. A la entrevista asistió también mi padre y aún tengo presente la
sensación de vacuidad que nos dejó tan célebre personaje.

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Las relaciones con los exiliados cubanos eran mucho más interesantes quizás por ser más
“específicas… Sobre todo con los “moncadistas” que estaban en plena preparación de la lucha
guerrillera en la isla después de la llegada de los hermanos Castro. Nuestros contactos se realizaban
en una semi-clandestinidad en apartamentos del centro de la ciudad de México y el objetivo era
ayudarles a conseguir los medios que necesitaban para su proyecto de guerrilla. Recuerdo que les
puse en relación con un refugiado aragonés, que había sido aviador de caza durante la guerra civil
española, y que en México se dedicaba a la fumigación aérea. Tras la detención por las autoridades
mexicanas de los Castros y gran parte del grupo que hacia prácticas de guerrilla, nos movimos
buscando apoyos en los medios políticos y sindicales mexicanos para que fueran liberados y
pudieran “recuperar” las armas que les habían confiscado. Fue por eso que, poco después del
establecimiento del foco guerrillero en la Sierra Maestra, me pidieron y acepté colaborar
prioritariamente en las tareas de propaganda y solidaridad en México con la guerrilla castrista.

A partir de ese momento, mis principales contactos fueron el comandante De La Rosa y la


hermana menor del Fidel que estaba también en México, lo que no me impedía mantener contactos
con otros jóvenes cubanos recién llegados al exilio en México. En particular, los del Directorio
Revolucionario Estudiantil que era la otra fuerza antidictatorial más importante que luchaba en
Cuba contra Batista. Claro es que eso no era del agrado de los castristas; pero, dado que me
necesitaban, no les quedó más remedio que aceptarlo mientras duró la lucha guerrillera. La verdad
es que, desde el comienzo de los entrenamientos de guerrilla, el Movimiento 26 de julio comenzó a
estructurarse militarmente, lo que chocaba con mi concepción anti-jerárquica y me obligaba a
hacerme violencia contra mí mismo en aras de la solidaridad revolucionaria. Por supuesto, conmigo
las relaciones eran de tú a tú; pero entre ellos eran de más en más de ordeno y mando. Para
establecer esta estructura y disciplina militar utilizó Fidel a Bayo, un coronel del ejército
republicano español refugiado en México. Gracias a mis contactos con organizaciones mexicanas,
pudimos realizar numerosos mítines en el salón de actos del Sindicato de Electricistas y en el
Ateneo Español de México. En algunos de estos mítines participé, en ocasiones al lado de la
hermana menor de Fidel, y ya entonces intervenía yo a nombre de las Juventudes Antifranquistas
que habíamos constituido los jóvenes libertarios con los jóvenes republicanos y socialistas
españoles refugiados en México.

También habíamos constituido ya, en tanto que Juventudes Antifranquistas, un Frente


Antidictatorial Latinoamericano con las Juventudes del APRA (Perú), la Juventud de Acción
Democrática (Venezuela), los jóvenes exiliados dominicanos y el Movimiento 26 de Julio. En el
seno de este Frente habíamos llegado al acuerdo de prestarnos solidaridad permanentemente y, los
primeros en conseguir abatir la dictadura en su país, en ayudar prioritariamente a los otros en su
lucha. Los de Acción Democrática cumplieron su palabra tan pronto consiguieron acabar con la
dictadura de Pérez Jiménez, puesto que ayudaron muy rápidamente con dinero y armas al
Movimiento 26 de Julio. En cambio Fidel no cumplió su palabra tras poner fin a la dictadura de
Batista. Y no sólo no nos ayudaron a los españoles en la lucha contra la dictadura franquista sino
que me tuvieron, a finales de 1961, una semana esperando en Madrid el visado para entrar a Cuba
(con documentación falsa, por supuesto) y entrevistarme con Fidel. La entrevista había sido
concertada en París por el embajador cubano para plantearle a Fidel si nos iban o no a ayudar. El
visado no llegó… y la explicación fue que Fidel prefirió mantener las relaciones diplomáticas con
Franco a cumplir su promesa con los antifranquistas que le habían ayudado en su lucha contra
Batista.

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Es verdad que ya antes, sobre todo en los últimos meses de 1958, ya había sido testigo yo en
México de la deriva hegemónica y caudillesca de Fidel Castro y del Movimiento 26 de Julio al tener
que oponerme a que sus representantes quisieran impedir la participación en nuestros actos de
representantes de otros grupos cubanos antibatistianos, particularmente los del Directorio
Revolucionario Estudiantil. Esta actitud fue cada vez más notoria a partir del momento en que el
castrismo se alió al Partido Comunista. Hasta entonces, Castro se presentaba como un demócrata,
que no ambicionaba el Poder y que sólo quería ayudar al pueblo cubano a recuperar su libertad.
Pero cuando vio el Poder al alcance de su mano, Fidel mostró su verdadera ambición.

Por eso los comunistas cambiaron bruscamente de estrategia e hicieron alianza con él y hasta en
México comenzaron a apoyarle, después de haberle denunciado como agente de la CIA por estar
sirviendo su guerrilla de pretexto a Batista para no hacer elecciones. Aún recuerdo a Manuel
González -el mexicano que había estado detenido conmigo y los otros dos jóvenes libertarios
españoles en la cárcel “clandestina” de las autoridades mexicanas y que luego se había convertido
en el presidente de las Juventudes Comunistas Mexicanas, acusándome también a mí de agente de
la CIA por ayudar al Movimiento 26 de Julio. Claro que eso era antes de que los comunistas se
aliaran con Castro. Después ya fue diferente, Castro era el Caudillo que esperaba Cuba y
Latinoamérica, y de ahí que en el propio Movimiento Español 1959, que se constituyó en México
inmediatamente después del triunfo castrista, los jóvenes comunistas se pusieran
incondicionalmente al servicio del caudillismo castrista y no apoyaran los reclamos de las
Juventudes Antifranquistas que exigían a los castristas el cumplimiento de la promesa acordada en
el Frente Antidictatorial Latinoamericano de ayudarnos en la lucha contra la dictadura del general
Franco. No sólo no hubo tal ayuda y sino que Fidel decretó un día de luto nacional en Cuba al
morir el dictador español.

No obstante, no me arrepiento de haber hecho todo mi posible por ayudar al pueblo cubano a
liberarse de la dictadura de Batista, y por ello hago también todo lo que puedo para que pueda
recuperar ahora su libertad.

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1° de Mayo, Día de los Trabajadores y no fiesta del trabajo

CARLOS SOLERO – [# 63; mayo-junio 2011]

La palabra trabajo proviene de la antigüedad y se refiere a un instrumento de tortura: el tripalium,


tres palos cruzados, amarrados entre sí a los que se ataba a los esclavos para azotarlos cuando
asumían actitudes de insumisión a sus amos. Con el devenir del tiempo el origen del vocablo
trabajo fue enturbiándose y quedo más bien asociado a las diversas actividades de producción de
objetos para satisfacer necesidades. En la memoria colectiva de las clases subalternas persistió sin
embargo la resistencia a someterse a tareas de servidumbre hacia los sectores dominantes.

La instauración del Mercantilismo con su sistema de la manufactura y luego el capitalismo, desde el


siglo XVIII impusieron condiciones de disciplinamiento de la fuerza laboral de las clases
productoras que las obligaron a someterse y entonces el régimen del trabajo asalariado se
generalizó como sistema. De este cruento proceso, en el que no estuvieron ausente las revueltas
populares y las luchas, devinieron dos clases sociales: la burguesía propietaria de los medios de
producción y el proletariado obligado a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario para
obtener sus medios de subsistencia de todo tipo (alimentos, vestimenta, vivienda, etc). Como lo
explica Michel Foucault en su libro Vigilar y castigar el tránsito de los suplicios al encierro
carcelario indiscriminado, marca el tránsito del mundo antiguo y medieval a la modernidad. La
Revolución Industrial consolidó a la burguesía como clase en ascenso y multiplicó el número de
proletarios, obreros asalariados los que para enfrentarse a la clase dominante fueron creando sus
organizaciones de resistencia y lucha contra el capital y los capitalistas.

El 1º de Mayo como fecha emblemática de la resistencia obrera remite a las jornadas de huelga
ocurridas en Chicago (EE UU) en 1886. Si bien la lucha por la reducción de la jornada de labor,
tuvo diversos escenarios, los que se multiplicaron a partir de la fundación de la Asociación
Internacional de Trabajadores o 1ª Internacional creada en 1864 en Londres, la magnitud de los
hechos de Chicago les otorgaron tal trascendencia que marcaron para el proletariado de todo el
mundo un hito fundamental en las luchas de la clase obrera. Los activistas principales del
movimiento huelguístico de Chicago eran obreros de ideología anarquista, es decir con una clara
concepción revolucionaria, anticapitalista e internacionalista. Los periódicos que editaban en inglés
o alemán dejaban en claro que su lucha era por la emancipación integral de los trabajadores, por
abolición del trabajo asalariado y la construcción de una sociedad de personas libres e iguales,
socializando los medios de producción, distribución y consumo, instaurándose la autogestión social
y el federalismo funcional entonos los niveles. No más opresores, no más oprimidos, no más
explotadores, ni explotados. Socialismo y una genuina libertad.

El advenimiento de los totalitarismos, principalmente el fascismo y el nazismo, falsificó el


significado del 1º de Mayo, fecha que trocaron de Día de Protesta Universal de los oprimidos en
fiesta del trabajo. Pero más allá de toda distorsión es claro que el 1º de Mayo continúa siendo una
jornada de insumisión contra los explotadores y demagogos de toda laya, un hito en el camino a
recorrer por los desheredados de la tierra para lograr su emancipación integral. El mensaje de los
obreros de Chicago de 1886, así como el de las mujeres calcinadas el 8 de marzo debe resonar en
todas las conciencias como llamamiento a la acción colectiva y solidaria, a la resistencia y la
transformación de nuestras vidas. Para que en el mundo dejen de imperar las mercancías que
anulan toda solidaridad y embrutecen la existencia de la vida verdadera.

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Anexo: 4 textos del boletín (A) venezolano Correo A

Los Hermanos de la Costa: piratas, rebeldes y libres del 1600

ALEXANDER EXQUEMELING - [# 8, febrero 1989]

En el siglo XVII, el poderío ibérico en América, y especialmente en el Caribe, tuvo un gran


enemigo que no fue Francia, Inglaterra u Holanda sino la "Cofradía de los Hermanos de la Costa",
compuesta por hombres de muy diverso origen y nacionalidad a quienes se conocerá como
"filibusteros" - del holandés "vrij bouiter", "el que va a capturar botín" -, que en inglés será
"freebooter" y en francés "filibustier".

Para España se trata de bandidos y piratas, para las naciones adversarias del poder peninsular son
bandidos... o aliados. Esos calificativos no preocupan a los filibusteros mismos, por esencia
libertarios a quienes nada importa como no sea su condición de hombres libres, en el mar que es la
libertad y agrupados en la "Cofradía...", que será un peculiar ensayo de sociedad anarquista. Pero
alguna vez hay que bajar a tierra, y debe ser en lugar seguro. Ese lugar será la isla de La Tortuga.

Siendo muy inciertos o inexistentes los registros sobre el origen de la hermandad, lo más probable
es que se trate de "bucaneros". En el norte de la isla de la Española (hoy Santo Domingo),
explorada y ocupada desde los tiempos de Colón pero con poco valor e interés para los españoles,
fueron a tener desde fines del S. XVI numerosos aventureros, esclavos blancos y negros fugitivos,
prisioneros huidos, que aprendieron de los indios arawacos a preparar el "bucán", la carne ahumada
de jabalí y otros animales que cazan en la boscosa región. El negocio de estos "bucaneros" es
comerciar carne ahumada y frutos varios con los barcos en travesía. Pero en 1620 los españoles les
atacan para hacerse de ese comercio y desarticular a ese núcleo extranjero y no católico. La derrota
es fácil, pero no su captura. Un gran número cruza el canal que separa a La Española de la isla de
La Tortuga y se refugian allí, donde fijan residencia permanente, volviendo a la isla mayor a cazar,
pero no a quedarse. El ataque trajo otra consecuencia: la necesidad de defenderse en conjunto y
organizarse. Así nace la Cofradía después de 1620 y sobrevivirá hasta 1700.

¿Cómo se organizaron? ¿Qué discusiones hubo? ¿Por qué ese nombre? Nada hay escrito aunque
no eran todos analfabetos y hubo hombres ilustrados, incluso nobles, pero que como los otros, al
pisar la isla era nada mas, y nada menos, que un "hermano". Lo que nos ha llegado son ecos de una
tradición oral de esta fraternidad, que vivía en libertad separada apenas por un brazo de mar de la
sociedad que los expulsó, o de la que alejaron voluntariamente. Escuchemos esos ecos.

"Sin prejuicios de nacionalidad ni de religión". No se es francés o inglés, católico o protestante, se


es un hombre al que se critica o elogia como individuo. El primer registro de una división de
ingleses contra franceses, en 1689, señala ya el fin de la Cofradía. Tampoco crearon un idioma
común o una nacionalidad nueva, nadie trató de imponer nada al otro.

"No hay propiedad individual". No se refiere al botín sino a la tierra. Nunca hubo lotes ni en La
Tortuga ni en las zonas de caza. Tampoco los barcos eran propiedad individual y el capitán que
llegaba a la isla con uno, perdía sus derechos sobre él. Cualquiera que preparase una expedición
podía utilizarlo.

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"No hay la menor ingerencia sobre la libertad individual". No hay actividades obligatorias, ni
prestaciones forzadas, ni impuestos, ni presupuesto general. No hay código penal y las querellas se
resuelven de hombre a hombre. Nadie está obligado a combatir, se participa en las expediciones
voluntariamente y voluntariamente se las deja; por esto no hay ni hostigamiento ni venganza. No
hay ningún registro de persecución contra el "Hermano" que abandone el filibusterismo.

"No se admiten mujeres". Se refiere a las europeas y ninguna podía desembarcar en la isla. No así
las mujeres negras o indígenas. Cuando el agente oficial francés D'Ogeron intenta, en 1667,
convertir La Tortuga en colonia de su país, utiliza no la fuerza sino el quebrantamiento de esa
norma. Trae 100 mujeres blancas, que pese a ser "rameras sacadas de la cárcel, pelanduscas
recogidas en el arroyo, vagas sin vergüenza", se ubican fácilmente entre los hombres del lugar. Se
forman parejas, sin casamiento, en las que la mujer no es la esclava sino la compañera, pudiendo
reclamar la ruptura de la unión en caso de maltrato. Pero no obstante se iniciara allí el
aburguesamiento de los filibusteros, y junto con la ropa zurcida y los niños aparecerán el adulterio,
las intrigas y rencillas vecinales.

En toda Constitución hay derechos y deberes. En la Cofradía las leyes que vimos no señalan
ningún deber para con la comunidad que no se preocupa de proteger a los débiles. De lo único que
se protege es de la tiranía y la mejor manera de hacerlo es fortaleciendo la importancia de cada
individuo. Son los derechos de cada uno los que garantizan la libertad, y cuanto más numerosos y
más fuertes los miembros, mejor será la garantía de subsistencia y de equilibrio para el conjunto.
Para esta fraternidad las necesidades militares son imperiosas y obligan a designar jefes para el
combate. Pero se trata solo de un cargo militar, determinado por elección y revocable en cualquier
momento. El "Gobernador", que así se llamará, deja sus funciones cuando la contingencia bélica es
superada. Recuérdese que faltan más de 150 años para la independencia de los Estados Unidos y
para la Revolución Francesa, pero en La Tortuga ya hay elecciones. Mientras mantenga este
consenso, el gobernador - como el capitán de un navío - tiene una autoridad indiscutida. También
había un "Consejo de Ancianos", formado por los más veteranos, quienes velaban por la pureza del
espíritu libertario de la Cofradía, especialmente vigilando las condiciones de ingreso de nuevos
miembros a través de un noviciado sui generis llamado "matelotage", donde el aspirante debía
compenetrarse con el espíritu y la conducta de la Hermandad o ser rechazado.

La consolidación del capitalismo y de nuevos


poderes imperiales europeos en el Caribe acabó
con la extraordinaria experiencia de los
Hermanos de la Costa. El filibustero se hizo
"corsario" - agente de potencias europeas con
patente de corso para asaltar enemigos -. Otros
cayeron en un mero bandidaje naval que perdió
todo matiz anarquizante. Pero la leyenda nunca
olvidará esa inédita aventura de libertad que
navegó a pleno sol de las Antillas.

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Conociendo a Daniel De León

LEO CIENFUEGOS - [# 19, mayo 1992]

Los Industrial Workers of the World - IWW - tienen un sitio de honor como expresión de las más
destacadas luchas de los trabajadores de Estados Unidos, con influencia que a comienzos de este
siglo se extendió al movimiento obrero de otros países como Chile, México, Canadá y Australia.
Parte de esa historia ilustre es Daniel De León, un venezolano que tuvo papel prominente tanto en
la fundación de los IWW, como en la acción y definición por los trabajadores y la revolución social
de los “wobblies” (nombre popular con que se conoció a los militantes de la organización).

Daniel De León nació en Caracas (14/12/1852), en una rica familia judía venida de Curazao, que
retorna a esa posesión holandesa poco antes del inicio de la Guerra Federal en 1859. En 1866, fue a
proseguir estudios en Alemania y Holanda. Viaja a Nueva York en 1872, matriculándose en
Ciencias Políticas en la Universidad de Columbia, alcanzando el Doctorado en 1878. Al graduarse,
gana una cátedra en ese mismo claustro, lo que auguraba una cómoda carrera académica.

Pero De León optaría por sendas muy distintas. Seguramente ya desde su juventud en Europa tuvo
contacto con ideas de izquierda, aun cuando hubieron de pasar los años para que esas simpatías
intelectuales se transformasen en actividad militante. En 1887 se une a los Knights of Labor, la
mayor organización obrera para entonces en Norteamérica. Destaca como publicista y orador en la
solidaridad con los mártires de Chicago (1886) y en la posterior reivindicación de su ejemplo e
ideales; De León sufre acoso en la Universidad por su conducta “poco académica”, ante lo cual
termina abandonando las aulas y dedicando el resto de su vida al trabajo revolucionario, en medio
de la pobreza y sin desmayar en sus convicciones.

En 1890 se afilia al Socialist Labor Party (SLP), donde se encarga hasta el final de su vida de la
dirección del vocero impreso, primero semanario y luego diario (The Daily People), ademas de
traducir clásicos socialistas y ser autor de obras reconocidas en el pensamiento socialista de Estados
Unidos. Aun siendo miembro de la II Internacional socialdemócrata, el SLP se va a diferenciar de
sus correligionarios europeos de entonces, en lo cual De León tendrá mucho que ver al propiciar la
ruptura con las burocracias sindicales reformistas de los Knights y de la American Federation of
Labor, convocando a la militancia obrera radical a integrarse en una nueva central, la Socialist
Trade and Labor Alliance (STLA), cuya primera convención se efectuó en 1897, año en que los
grupos marxistas mas circunspectos dentro y fuera del SLP fundan el Socialist Party of America,
enfrentándose a De León tanto por sus ideas respecto al fiasco de los parlamentos burgueses, la
inutilidad de la participación electoral y la mitología del partido como rector indudable del
movimiento obrero, como por su concepción de la acción laboral cada vez más afín al
anarcosindicalismo, aun cuando el rechazara esa afinidad y siempre siguió considerándose marxista.

La STLA participo en la fundación de los IWW (Chicago, 1905) junto a sindicatos radicales
independientes y grupos libertarios, siendo De León el redactor de la Declaración de Principios, el
Programa de Acción y el primer Manifiesto. Por ello se le ha considerado el ideólogo del
anarcosindicalismo norteamericano, nada sorprendente para alguien que resumía su propuesta
sindical en la consigna: “Todo el poder al sindicalismo industrial socialista”, que denunció sin
tregua el cretinismo parlamentarista de cierto socialismo, y a quien después de su muerte (en Nueva
York, el 14 de mayo de 1914), la ortodoxia leninista le atribuiría la paternidad del poco
recomendable purismo de los wobblies, contrastante con la tortuosa “flexibilidad comunista”.

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En Venezuela nos han acostumbrado al gangsterismo laboral, a “izquierdistas” cuyos traseros
suspiran por la curul parlamentaría, a una sabiduría política donde los oprimidos siempre pagan los
platos rotos, y donde los que adversan tal estado de cosas son perseguidos e ignorados. Por eso
tiene que ser molesta para el poder la memoria de un hombre indiferente a las ventajas de una
familia acomodada y de una carrera confortable, que fue intransigente frente a las tácticas
politiqueras, que repudió el liderazgo burocrático sobre rebaños partidistas o sindicales, que dio
todo su esfuerzo por una organización de trabajadores que fuese también unión de personas libres.
Dignidad, consecuencia y honestidad son siempre ideales actuales para los socialistas libertarios, y
por eso la vigencia de Daniel De León para nosotros.

Conociendo a Durruti

SOFÍA COMUNIELLO - [# 20, agosto 1992]

Condensar en pocas líneas la biografía de quien fue expresión cabal de la rebeldía y la utopía
anarquista es tarea complicada pero necesaria, porque el testimonio de libertad en lucha que fue la
vida de Buenaventura Durruti debe divulgarse ayer, ahora y siempre.

Nació segundo de 8 hermanos el 14 de julio de 1896 en León, capital de la provincia española del
mismo nombre. Se inicia de adolescente en la misma senda de su padre, obrero afiliado al sindicato
socialista UGT. Como miembro de su sección ferroviaria, participa con ardor en la huelga general
revolucionaría de agosto de 1917, impulsada en conjunto con la Confederación Nacional del
Trabajo (CNT, anarcosindicalista); eso le costó la expulsión de la UGT por radical, la persecución
policial y la huída a Francia, donde se relaciona con exilados anarquistas, afiliándose a la CNT de
Asturias al retornar a España en enero de 1919.

Se une a la pelea frontal contra la agresiva patronal de las minas asturianas y cae preso por primera
vez en marzo de 1919; se fuga y en diciembre está en San Sebastián, ciudad industrial del país
vasco, trabajando como metalúrgico. La burguesía impulsaba entonces una ola de asesinatos de
sindicalistas y Durruti se integra a un grupo de autodefensa - Los Justicieros - que en represalia
planea un golpe sensacional: atentar contra el rey Alfonso XIII que visitaría la ciudad en agosto de
1920, pero son descubiertos y deben escapar. Durruti prosigue en la labor ilegal más arriesgada por
toda la Península; así conoce a Francisco Ascaso, quien sería fraterno amigo y camarada. En agosto
de 1922 van a Barcelona y con gente afín fundan el grupo Crisol, que luego tomara un nombre que
se hará celebre en la historia libertaria: Los Solidarios. El grupo reunió a lo más valioso del
proletariado catalán golpeando a la reacción donde le dolía, hasta que la crisis política hispana trajo
la dictadura del general Primo de Rivera, instaurada en septiembre de 1923 con pleno apoyo del
rey. De Los Solidarios nunca se resaltará bastante la valiente defensa que hicieron de la CNT en
hora tan desesperada, cuando cientos de militantes cayeron y solo pudo sobrevivir y recuperarse
por sus nexos profundos con los trabajadores, pero el costo para ese colectivo combatiente y
decidido fue alto: casi todos Los Solidarios murieron o purgaron largas condenas, mientras que
Durruti y Ascaso tuvieron que refugiarse en Paris.

El fracaso de los planes insurreccionales cocinados en el exilio les impulsa a viajar a Latinoamérica
en diciembre de 1924, acompañados por Gregorio Jover y en procura de fondos para el proscrito y
agobiado anarcosindicalismo ibérico. Siguieron 15 meses de andanzas increíbles con acciones de

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guerrilla urbana para agenciarse recursos inéditas por estos lares, persecuciones y fugas
escalofriantes, la ayuda solidaria de un sinfín de compañeros, las burladas furias policiales, la frugal
supervivencia como asalariados en los momentos de calma, el trabajo sindical de base desarrollado
en varios países y, por supuesto, la creciente leyenda en torno a la figura de aquellos hombres. En
abril de 1926 regresan a Europa y les seduce una idea espectacular: secuestrar al monarca y al
dictador españoles cuando visiten Paris el 14 de julio; antes de eso la policía los captura y, luego de
un agitado proceso, son expulsados de Francia en julio de 1927, prosiguiendo como militantes
semiclandestinos en el exterior hasta la caída de Alfonso XIII en abril de 1931.

La vuelta a Barcelona es de efervescente actividad para Durruti, ahora con su compañera Emilienne
embarazada de Colette, que nacerá en diciembre del 31. Se integra a la Federación Anarquista
Ibérica - FAI, organización específica anarquista creada secretamente en julio de 1927 - y con
militantes allegados forma el grupo Nosotros, animadores en la CNT de una tendencia radical que
no se hacía ilusiones tácticas con la recién proclamada República, pues afirmaban que el momento
era para seguir avanzando. El enfrentamiento interno en la Confederación fue agriándose hasta la
escisión, mientras arreciaba la represión y las provocaciones gubernamentales contra esos sencillos
obreros - cuando no estaban presos, Durruti y Ascaso laboraban como mecánicos en una empresa
mediana de Barcelona - que eran vistos por los bienpensantes de toda laya como el aterrador puño
de la Revolución Social. La histeria represiva cayó sobre Durruti y otros anarquistas en enero de
1932, deportándolos a Canarias y al Sahara “español”. La presión popular los liberó en septiembre,
pero Durruti fue arrestado de inmediato por dos meses más.

Aun encarcelando a sus supuestos “líderes”, las posiciones más ofensivas crecían en el seno de la
CNT y del proletariado, lo que llevó al fallido intento insurreccional anarquista de enero de 1933,
tras el cual Durruti debe ocultarse hasta caer preso a fines de marzo. En julio ya está en la calle, con
la CNT y la FAI encarando las variaciones de la escena política, pues la derecha se aprestaba a
asumir las riendas del gobierno ante el fiasco de republicanos y socialistas, lo que ocurre tras los
comicios de noviembre. En diciembre hay otra fallida tentativa de huelga general insurreccional;
Durruti y cientos de anarquistas van a los calabozos, pero una amnistía les permitió salir en mayo
de 1934, a tiempo para que Durruti tenga papel decisivo en el traslado por carretera de 13.000 hijos
de huelguistas aragoneses a Barcelona, para acogerse a la solidaridad de las familias obreras.

En octubre del 34 es la insurrección de Asturias, 14 días de heroica y desigual batalla de los


trabajadores unidos contra el ejército, mientras que la represión y la indecisa conducta de la UGT y
otros sectores dejaron a los anarquistas aislados en su afán de extender la flama revolucionaría. De
nuevo Durruti pasa por el vaivén de meses de cárcel alternando con semanas de febril militancia
pública, hasta que el triunfo electoral del Frente Popular en febrero de 1936, con el crucial voto de
los afiliados de CNT, marco otro vuelco a la situación. En medio de un explosivo clima político-
social, se reúne en Zaragoza el IV Congreso de la CNT del 1 al 15 de mayo, donde parte esencial
de los debates y el ambiente de pletórico fervor anarquista que allí se vivió fue el grupo Nosotros,
entregado en esos días a prepararse junto a los trabajadores para el tremendo reto que se avecinaba.
Derechas e izquierdas iban al choque inevitable, iniciado más temprano que tarde con el alzamiento
militar del 19 de julio de 1936.

La CNT y la FAI enfrentaron con coraje, organización y movilización de masas la superioridad


fascista en armas y recursos; su contribución fue decisiva para resistir el zarpazo en toda la
Península y casi a solas derrotaron a los alzados en Cataluña, con Durruti como una de las figuras
más arrojadas de esta victoria popular y sufriendo la dolorosa baja de Francisco Ascaso. El 24 de

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julio, desde una Barcelona donde el comunismo libertario empezaba a ser una realidad, Durruti
partió con una columna armada a Zaragoza, ocupada por los golpistas. Luego de duros combates
aquella milicia igualitaria, sin oficiales ni demás tramoya castrense, avanzó y estabilizó el frente de
Aragón contra tropas regulares mejor equipadas, aun cuando no pudieron recuperar la ciudad.
Paralelamente, las fuerzas anarquistas apoyaron la transformación social que significo el
establecimiento de las colectividades agrarias aragonesas, para escándalo de comunistas, socialistas
y demás acólitos del credo según el cual no se podía ganar la guerra si al mismo tiempo se hacía la
Revolución. En su persona, Durruti encarnaba lo que eran los sentimientos y metas de los
trabajadores en armas, siendo un peculiar “jefe” cuyo privilegio principal era combatir en primera
fila, con la única jerarquía de la estima con que lo distinguían sus iguales.

Esa vida radiante y corajuda - “El Corto Verano de la Anarquía” la llamó su cronista Enzensberger
- terminaría en noviembre de ese mismo año. El día 15 Durruti llegó a reforzar la defensa de
Madrid con una columna de 1.800 hombres, de inmediato van a lo más duro del combate y el 19
lo alcanza una bala, cuando transitaba en área supuestamente segura. Murió en la madrugada del 20,
siendo sepultado 2 días después en el cementerio de Montjuich en Barcelona, acompañado del
duelo más multitudinario visto en la urbe. Como con Zamora, el Che o Zapata, su muerte tiene
estigmas de traición y el principal sospechoso, el PCE stalinista, desatará pocos meses más tarde
una brutal persecución contra anarquistas y demás radicales que no solo liquidó la Revolución
amenazante, sino que fue el comienzo del fin de la propia República que decían salvaguardar.

40 años de existencia intensa tuvo este hombre que luchó por sus ideales sin treguas ni fanatismos;
que nunca dejó de vivir de su trabajo; que actuaba tanto como leía y pensaba; que amó, soñó y tuvo
amigos entrañables. En fin, Buenaventura Durruti fue lo que fue, y también lo que de mejor queda
en nosotros cuando compartimos su trayectoria luminosa.

Conociendo al anarcosindicalismo venezolano

LEONARDO RODRÍGUEZ - [# 22, marzo 1993]

(Nota de CORREO A: El autor es un destacado experto en la historia laboral nacional, profesor


jubilado de la Universidad Central de Venezuela. En la actualidad trabaja en una exhaustiva
“Historia del Movimiento Obrero Venezolano”, en base a cuyos materiales y a petición nuestra,
preparó este resumen de un punto de indudable interés para los lectores de esta publicación.)

El Anarquismo es una corriente político-social que se hizo presente en el siglo XIX de la Venezuela
republicana. Su variada base filosófica expresada en Francia, Italia, España y Norteamérica se fue
dejando sentir a través del proceso migratorio. Es un acontecer que ocurre en el país en el periodo
de forjamiento de los asalariados, cuando va cristalizando la mercancía trabajo. Justamente, una
síntesis de ese acontecer que venimos investigando es el que exponemos a continuación.

La alborada

Las ideas anarquistas parecen hacer acto de presencia en Venezuela en la década de 1850. El
periódico El Correo de Caracas (16/09/1852) publica el aviso siguiente: “Análisis del socialismo y
exposición clara, metódica e imparcial de los principales socialistas antiguos y modernos, y con

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especialidad en los de Saint Simon, Fourier, Owen, P. Leroux y Proudhon, vdo. en 8vo., precio $
1,50.” Este libro contenía una advertencia en la que señalaba que el objetivo era “dar una reseña
rápida, clara y, sobre todo, desapasionada, del movimiento social, especialmente en nuestros días,
en obsequio y utilidad de las poblaciones americanas”. El epílogo, según el historiador
contemporáneo Germán Carrera Damas, es un encendido alegato, casi un manifiesto, en pro de la
causa socialista”; no es de extrañar si posiciones de este tipo repercutiesen en la tendencia de
avanzada que encarnaría Ezequiel Zamora durante la Guerra Federal (1859-1863).

Pero es después de la Comuna de Paris de 1871 cuando estas ideas se abren paso en Venezuela.
Los liberales caraqueños parecen insuflarse por los relatos de los hechos. Los estudiantes hijos de
ricos comerciantes y hacendados, y algunos intelectuales, comienzan a asimilar las ideas radicales en
boga en Europa. No hay en tal radicalismo una denuncia a la propiedad privada. Los programas de
reformas sociales solo son una mezcla del pensamiento liberal burgués con elementos de
Proudhon. Sin embargo, las consignas igualitaristas sirven para la agitación entre el pueblo. Los
burgueses de Caracas, en sus conflictos con los terratenientes, aspiran contar con el apoyo de los
artesanos, reeditando el papel que la burguesía francesa les reservó a los obreros de París en la
Revolución de 1848. Así comenzaba el despertar de las ideas ácratas en estas tierras.

En las entrañas de la Dictadura

El anarcosindicalismo logra concreción en Venezuela después de la Gran Guerra (1914-1918). Lo


hace de modo precario, en forma contradictoria y sometido a los rigores clandestinos que impone
la dictadura de Juan Vicente Gómez, que gobierna entre 1908 y 1935. Sin embargo, será acicate
estimulante en el desarrollo de la conciencia obrera.

La deteriorada situación europea, contrastando con las “bondades” que sobre el país publicitan el
régimen gomecista y las compañías extranjeras, hacen posible una corriente migratoria hacia
Venezuela. La fuerza de trabajo especializada se ubica en las fábricas, talleres ferroviarios, puertos,
petróleo, etc., con esta población, fundamentalmente española e italiana, vienen hombres con
experiencia y tradición que siembran la idea de la lucha obrera con la visión anarcosindicalista.

Con su concepción contraría al parlamentarismo y opuesta a la constitución de partidos políticos,


activadores de la táctica de acción espontánea y de la huelga general revolucionaría, así como la
organización sindical descentralizada, los anarquistas representan la corriente política mas
importante en el despertar del movimiento laboral venezolano. Aspectos explicativos de esta
supremacía lo representan las prédicas militantes, pero también la juventud de la clase obrera, la
debilidad de la industria y su dispersión. Al respecto, parecen encontrarse tres corrientes
anarquistas en el país durante el lapso que va desde 1917 a 1935:

a.- La ciudad de Caracas es el ámbito de mayor militancia donde el colorante lo da la influencia


española. El vocero de sus ideas es el periódico El Obrero, dirigido por Luis Armando García,
Rafael Villasana y Emilio Lovera; su gerente y dueño Candido De Armas. Sale diariamente en 1919
y 1920; Luis Amitesarove, Medardo Medina, Gustavo Parodi figuran como colaboradores
nacionales, y José Jerique lo es desde Madrid. La ocupación del Ruhr en Alemania, el fascismo en
Italia y los peligros de una nueva guerra europea parecen constituir los temas internacionales de
mayor preocupación. La Revolución de Octubre de 1917 es acontecimiento que se sigue con
simpatía. Pero las discusiones entre el sindicalismo revolucionario soreliano y las concepciones
específicas del anarquismo los presentan en vida contradictoria.

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Pareciendo responder a una división del trabajo, en la militancia propiamente sindical encuéntranse
otros luchadores. En el gremio de profesionales de artes gráficas aparecen Juan C. Cignoni, Carlos
Moreno, A.R. Rísquez Blanco y Adolfo Montero; en la Asociación General del Trabajo están
Ezequiel Marín y Rafael Oyarzabal; en los portuarios Francisco González Blanco y Ladislao Yáñez;
en los zapateros José Tostón, Pérez Padilla, Nicasio Páez y Carlos Graner.

b.- En Aroa, Estado de Yaracuy - asiento del ferrocarril inglés The Bolivar Railway Company Ltd.-
, así como en Puerto Cabello y Barquisimeto, la actividad anarquista la encabezan los nativos de
Italia. Vicenzo Cusatti, Juan Lazo, Andrés Illas Eduarte, Manuel Segovia, Simón Aular y P.
Izquierdo León son entre otros los anarcosindicalistas ferroviarios más destacados. Justamente por
la influencia de estos grupos, se realizan estruendosos conflictos laborales y en San Felipe, capital
de Yaracuy, se editaron publicaciones sobre el mundo del trabajo y sus luchas.

c.- Luego de 1922, el anarcosindicalismo criollo parece reflejar cambios. En Caracas continua
teniendo una estrecha vinculación con las masas obreras, participando activamente en las
organizaciones laborales y en las acciones huelgarias, aunque como eran sus principios se oponía a
la lucha política y daba preferencia a la “Acción Directa” en defensa de las reivindicaciones
proletarias. Pero en las localidades petroleras del occidente del país (Estado de Zulia), la presencia
de trabajadores centroamericanos, en especial guatemaltecos y nicaragüenses, trae nuevas
influencias, por lo que el carácter de las luchas parece dictarlo el anarcosindicalismo
norteamericano nucleado en torno a los IWW - Industríal Workers of the World - . El sindicato
concebido como máxima expresión organizativa, la meta de entregar de los instrumentos y medios
de producción en propiedad y a disposición de los “productores directos” reunidos en los
sindicatos, y coqueteos con el marxismo en el uso de una fraseología ultra-revolucionaria, son los
rasgos que caracterizan a este grupo, con el cual podría vincularse a Pío Tamayo, la principal figura
asociada al anarcosindicalismo venezolano de aquellos años.

En todo caso, los sindicalistas anarquistas cumplieron una labor protagónica en el país. Ellos
contribuyeron a organizar a los trabajadores, a activar los conflictos huelgarios y a impulsar la
propaganda anticapitalista. En la década de 1930 se presentan en el escenario público muy
debilitados, pero los más destacados militantes laborales que luego de la muerte física del viejo
tirano de los Andes alcanzan figuración, habrán recibido de ellos las primeras lecciones de lucha
obrera. Luego, Acción Democrática y el Partido Comunista de Venezuela los absorberán
completamente en los años posteriores.

Huelga petrolera de 1936

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