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Antecedentes e historia de la psicología clínica educativa

Periodo de Abuso, Descuido, ignorancia y Aceptación Benévola (antes de 1700):

Desde la época de los antiguos griegos, romanos y chinos, las personas


anormales nunca han pasado inadvertidas por la sociedad. Si bien, casi todos
los incapacitados leves, quizás no llamaban la atención, los casos consignados
por estas sociedades debieron referirse más bien a incapacitados profundos.
Existen testimonios de que los antiguos griegos abandonaban en las laderas a
los niños que tenían alguna deficiencia para que pereciesen. Aunque, según las
normas actuales, este acto se considera mas bien inhumano, no deja de ser un
Programa de Intervención muy directo. Con frecuencia, los romanos utilizaban a
los anormales como bufones para entretenerse: durante parte de su reinado
como emperador, César Augusto poseyó uno llamado Gabba (Kanner, 1964). En
China, en el año de 50 a. C., Confucio insistía en la responsabilidad hacia los
demás, que incluía a los anormales (L’Abate y Curtis, 1975). Con el desarrollo
del Cristianismo, con su idea de que todos son ‘hijos de Dios’, el trato se empezó
a humanizar. Gracias a ello, estos individuos comenzaron a ser cuidados en
monasterios y asilos.

Muchas veces, la descripción de dichas personas anormales era mal


interpretada y daba lugar a ciertas supersticiones. Martín Lutero (1483 – 1546)
enseñaba que algunos retrasados mentales estaban ‘poseídos’ por el demonio,
mientras que el renombrado astrónomo danés, Tycho Brahe (1546 – 1601),
pensaba que su acompañante imbécil profería revelaciones divinas. En muchas
sociedades poco civilizadas, el anormal era un ‘pequeño del buen Dios’, razón
por la cual, gozaba de ciertos privilegios que le permitían movilizarse libremente
en la sociedad sin que se le molestase.

Antes del siglo XVIII, se carecía de programas sistemáticos para educar y


entrenar a estos individuos. En el mejor de los casos, se contaba con
instalaciones para proporcionar cuidados a algunos de ellos. A mediados de
dicho siglo, se realizaron los primeros intentos para entender a estas personas.
Por lo general, a lo largo de la evolución histórica de la educación especial, los
primeros en recibir atención fueron los sordos y los ciegos.
Periodo de conciencia y optimismo (1740 – 1860):
Numerosos documentos históricos revelan que en la primera mitad del
siglo XIX surgió una época de optimismo, caracterizada por enseñanzas
eficaces. En un caso de Charles Emile, un chico presentaba retraso y una
perturbación muy severos, pero con la educación inteligente y eficaz que le
impartieron educadores especiales del siglo pasado, cambió notablemente, lo
cual se compara de modo muy favorable, con lo que sucede a los pequeños de
hoy:

Ese mismo muchacho idiota, tiene ahora modales dóciles y hábitos


decentes y, es capaz – aunque con grandes esfuerzos – de encauzar sus
atrofiados sentidos y atención divagante, con lo que ha logrado desarrollar su
memoria, adquirir cierto conocimiento sobre diversos objetos y estar conciente
de la presencia de sus profesores y amigos, a quienes ahora estima. Su aspecto
general es aún el de un idiota. Su semblante, su forma de andar, todo lo que
hace, delata lo limitadas que están sus facultades. La naturaleza ha sido tan
poco pródiga en los alcances de este chico que apenas es eficaz cualquier
método para ampliarlos. Sin embargo, se ha salvado del dominio constante de
las mas bajas tendencias animales: varias de sus facultades intelectuales se han
cultivado, algunas de ellas han aparecido y ya es capaz de dirigir sus mejores
sentimientos hacia ciertos objetos. En un caso como este, el mérito en gran parte
no se debe a lo que logra el individuo por sí solo. Con este caso queda
establecido un gran principio a favor de miles de instituciones para deficientes
mentales. Luego de comprobar los esfuerzos de esta escuela para personas de
tan acentuada imbecilidad y conocer los detalles de la historia de Charles Emile,
era en verdad conmovedor ver cómo acudía al llamársele y entonaba un
pequeño tono al pedírsele que lo hiciera. Aunque al principio no le salía bien,
ponía más atención y lo mejoraba. En esos días me mostraron su cuaderno y vi
que su caligrafía era tan buena como la de sus coetáneos. Su maestro – quien
se veía muy complacido con los progresos del pobre chico – nos explicó cómo
le enseñó a contar por medio de canicas y pequeños trozos de madera o marcas
trazadas en la pizarra, colocadas en líneas, donde la primera contenía un 0; la
segunda 00; la tercera 000; etc. A veces, le fallaban sus primeros cálculos, pero
hacía un esfuerzo y él mismo rectificaba. Era capaz de diferenciar una cifra de
otra y de decir su valor. Sucesivamente, colocaban en sus manos grandes trozos
de cartulina de diversas formas. Así nombraba cada uno como cuadrado,
triángulo, etc., y luego trazaba su silueta en la pizarra. Posteriormente, a
indicación de E. Seguin, marcaba una línea perpendicular, horizontal u oblicua,
con tanto cuidado; que si le salía mal, la borraba y empezaba de nuevo. También
escribió varias palabras en la pizarra, así como el nombre del director del Bicetre,
sin que se le dijera cuál era.

En una época de drásticos cambios mundiales de revolución francesa y


norteamericana del siglo XVIII, dieron preponderancia a los principios del
igualitarismo. Con la expansión de este nuevo espíritu de humanismo por toda
Europa y los Estados Unidos, las condiciones sociales eran propicias para
nuevas formas de concebir a los anormales. A fines de este siglo, ciertos
acontecimientos ocurridos en Europa dieron lugar a la creación de la Educación
Especial.
En numerosas reseñas históricas acerca de este tema, se considera que
el área nace con Jean Marc Itard (1774 – 1838) y su trabajo sistemático de 1799
a 1804 con Víctor, el ‘Niño salvaje de Aveyron’. Sin embargo, no dejan de ser
meritorios los trabajos individuales, en la segunda mitad del siglo XVIII, de Pedro
Ponce de León y Jacob Perire con sordos; y de Valentine Hauy, con ciegos.
Además de sus logros con distintos individuos anormales, esos líderes
establecieron las bases de esta educación. No es de sorprender que los primeros
sectores atendidos fuesen los sordos y los ciegos.

El trabajo de Jean Itard con Víctor es trascendental, ya que Itard – una


autoridad médica en enfermedades del oído y educador de sordos – utilizó un
nuevo enfoque para enfrentar el reto de educar y entrenar a un niño que no era
sordo, sino que había carecido de los estímulos y la educación elementales. Por
primera vez, se instauró un programa intensivo para enseñar a un chico que era
‘retrasado’, privado de estimulación y cuya conducta estaba atrofiada, en lugar
de uno que fuese sordo o ciego. Itard pensaba que la estimulación sensorial era
esencial para el desarrollo del muchacho y atribuía su retardo a la falta de ésta.
Después de 5 años de arduo trabajo con Víctor, Itard se decepcionó con los
resultados y suspendió el programa educativo. Juzgaba que había fracasado,
aunque los profesionales de su época reconocieron sus logros. Pero lo más
importante para el área de Educación Especial, fue el precedente que sentó este
investigador y su labor sistemática con Víctor, así como la influencia que tuvo en
otras figuras clave que surgirían más tarde.

Edward Seguin (1812 – 1880), discípulo de Itard, basó muchas de sus


ideas y procedimientos en los de su maestro. Estaba encargado de elaborar
métodos de enseñanza para la educación fisiológica y de elaborar métodos de
enseñanza para la educación fisiológica y moral de retrasados mentales, mejor
conocidos en ese entonces como idiotas. A fines de los años ’30 del siglo
pasado, Seguin comenzó a ocuparse de las necesidades y educación de estos
individuos. En 1848, se trasladó a los Estados Unidos y trajo consigo la
experiencia de uno de los auténticos precursores de esta nueva área. Una gran
aportación a ésta, fue su obra ‘Idiocy and its Treatament by the Physiological
Method’ (Tratamiento de la Idiocia con el Método Fisiológico), publicada en 1866.

De igual importancia para el mejoramiento continuo de los servicios para


personas con impedimentos fue la apertura de internados que proporcionaban a
los pacientes, entrenamiento y educación de buena voluntad. Una de tales
instituciones fue la Abendberg, establecida en Suiza en los años ’40 del siglo
pasado por Johann Guggenbuhl (1816 – 1863). La primacía de este internado
se debió a que tuvo gran influencia en los numerosos y prominentes visitantes
que atrajo (Kanner, 1964). Pese a que después hubo que cerrarla a causa de
sus deficiencias, la Abendberg fue – sin duda – la primera de las instituciones
formales para el cuidado y educación de retrasados mentales. Para ese tiempo,
ya se habían fundado – tanto en Europa como en Estados Unidos – instituciones
dedicadas a la enseñanza y preparación de sordos y ciegos.

Mientras que en Europa se creaban programas formales de Educación


Especial, en los Estados Unidos estaban igualmente interesados por seguir el
ejemplo del otro continente. En la época de la colonia, los incapacitados leves o
moderados eran parte de la sociedad. A menudo pasaban por personas
normales, ya que – en ese entonces – culturalmente no se les exigía mucho. Se
les daba preponderancia a las habilidades físicas más que a las mentales o
académicas. Por eso, estos individuos no tuvieron dificultades sino hasta que la
sociedad requirió habilidades más complejas. Como la Revolución Industrial,
iniciada en Inglaterra a fines del siglo XVII, hizo apremiante la necesidad de
ciudadanos mejor educados, muy pronto empezó a detectarse a un grupo de
personas anormales. La detección de niños con incapacidad muy leve, aumentó
debido a las leyes que ordenaban educación obligatoria. A pesar de estos
cambios, la situación de los retrasados más profundos prácticamente no se
alteró, ya que siempre había sido muy evidente su incapacidad.

En los Estados Unidos, Samuel Gridley Howe (1801 – 1876) mostró gran
preocupación por el estado de las personas anormales. Aunque era un médico
dedicado básicamente a los problemas de los ciegos, este investigador fue muy
importante para la fundación de la Escuela Perkins para Ciegos de Watertown,
Massachussets. En 1848, Howe extendió su ayuda a los retrasados mentales al
establecer el primer colegio para jóvenes idiotas y ‘débiles mentales’ en dicho
Estado.

Previas a los logros de Howe, hubo otras dos conocidas personalidades


que ya trabajaban en su respectiva área. En 1817, el Reverendo T. H. Gallaudet
(1787 – 1851), fundó la primera escuela – internado norteamericana para sordos,
el Asilo Norteamericano para Sordomudos, en Hartford, Connecticut. Al año
siguiente, esta institución también atendió a un reducido número de retrasados
mentales. En 1829, Louis Braille (1809 – 1852) publicó su sistema de puntos en
relieve (braille) gracias al cual, personas ciegas, pueden leer y escribir.

Es evidente que el trabajo de precursores tales como Howe, Gallaudet y


otros profesionales, mostraba que – en los Estados Unidos – surgía un interés
real por proporcionar atención a los individuos anormales. Además, durante los
años ’40 del siglo pasado, acaparó la atención, una cruzada en pro de un mejor
tratamiento de estos individuos, encabezada por la entusiasta Dorotea Diz.
También fue célebre el enconado enfrentamiento de Samuel Howe con el
gobernador de Massachussets, quien amenazaba con suspender los fondos
destinados a la población anormal. Había esperanza y optimismo de que los
incapacitados más profundos pudiesen ser educados y reincorporados a la
sociedad. Durante esa época, parecía promisorio que los impedidos fueses
capaces de aprender y pudiesen – tal vez – asumir algún día funciones
productivas dentro de su comunidad. Pero este espíritu optimista, producto de
los primeros logros de personas tales como Itard, Seguin, Guggenbuhlp y Howe,
pronto se vino abajo ante las acerbas críticas que tanto perjudicaron al área de
Educación especial durante mucho tiempo.
Periodo de escepticismo (1860 – 1900):
Para fines del siglo XIX, las promesas incumplidas de los apasionados
iniciadores de la Educación Especial, levantaron fuertes críticas. Aunque estos
educadores opinaban que gran parte de la población gravemente incapacitada podría
aspirar a ocupar un lugar en la sociedad mediante una educación y un entrenamiento
adecuados en los internados; muchos críticos afirmaban que la prometida ‘cura’ no
había tenido lugar. Si bien era falsa la idea de que pudiese ‘curarse’ a estos individuos,
no dejó de ser un importante factor en que apoyó el número cada vez mayor de ataques
a la educación de personas con impedimentos en este país.
La actitud general hacia la integración en la sociedad de estas personas
anormales, se convirtió en una segregación. Los internados empezaron a funcionar
como instituciones protectoras de la sociedad al aislar tras sus muros a estos individuos.
Al adoptar esta función como guardianes, dichos establecimientos se preocuparon poco
por proporcionar educación y entrenamiento. Los cuidados que ofrecían a los
incapacitados en estos días de fines del siglo pasado, eran distintos a los que se les
proporcionaban mucho antes en los asilos monásticos (fines del siglo XVII). Ahora la
ignorancia ya no disculpaba las fallas en los servicio como era el caso antes del siglo
XVII. No es lo mismo la aceptación benévola que hubo antes de 1700, debido a la falta
de conocimientos adecuados, que la suspensión de los servicios educativos de fines de
siglo pasado por razones de escepticismo.
Es en ese entonces que empezaron a suscitarse ciertas características del
siguiente periodo (conocido como ‘de alarma’), que señalan el inicio del siglo XX. Debido
a que – a fines del siglo pasado – la sociedad relacionaba la deficiencia mental con la
conducta delictiva, la pobreza, la incorregibilidad y la enfermedad; fueron aún mayores
los esfuerzos por separar de la sociedad a los débiles mentales. En 1869, Sir Francis
Galton publicó su obra titulada ‘Hereditary Genius’ (Genio Hereditario), que amplió las
ideas evolucionistas de su primo, Charles Darwin, para abarcar características
mentales. El movimiento eugenésico, cuyo objetivo era controlar los rasgos hereditarios
mediante la cría selectiva, maduraría a principios del siglo XX con base en numerosos
conceptos de Galton.
Antes de la Guerra Civil, en los años ’60 del siglo pasado, la sociedad
norteamericana era en esencia agraria, pero tras la conflagración comenzó la
urbanización a pasos agigantados. Las complicaciones fueron mayores por la llegada
de inmigrantes provenientes de Europa, así como por las constantes consecuencias de
la Revolución Industrial. Estos factores fueron decisivos para el establecimiento de las
leyes educativas obligatorias.

El periodo de escepticismo no dejó de tener sus logros. En 1869 se instauró en


Boston, Massachussets, el primer día de clases para ciegos, y en Providence, Rhode
Island, el primero para retrasados mentales. Así mismo, en 1871, se inició en New
Haven, Connecticut, la primera clase sin distinción de grados para niños con problemas
de conducta.
A finales del siglo pasado, el optimismo y el entusiasmo de la sociedad se habían
transformado en críticas y escepticismo, que culminaron en un estado de alarma al
comenzar este siglo. Pese a que continuaban los servicios para sordos y ciegos, iban
en retroceso los destinados a retrasados mentales. Producto de una serie de
acontecimientos que empezaron a fines del siglo XIX, el periodo de alarma llegó a su
clímax a principios del XX.
Periodo de Alarma (1900 – 1920):
En los albores de este siglo ocurrieron hechos contradictorios, pues – a
pesar de los progresos legislativos conseguidos a favor de los individuos
anormales – se generó una actitud paranoica. Este estado de alarma se acentuó
cuando mayor era la controversia en torno a la eugenesia, que se aceleró con el
descubrimiento realizado por Gregor Mendel de las leyes de la herencia, y la
creación de las pruebas de inteligencia.
El movimiento eugenésico, muy apoyado por los trabajos de Mendel,
sostenía que los ‘débiles mentales’ no solo eran una amenaza directa a ésta y
futuras sociedades, sino que también se podía heredar el trastorno a los
descendientes. En 1912, H. H. Goddard creó aún más conmoción al publicar su
estudio sobre la familia Kallekak, que aparentemente constaba la transmisión
genética de dicha deficiencia a través de cinco generaciones.
En 1905, Alfred Binet y Theodore Simon, dotaron a la sociedad francesa
de un instrumento que tendría importantes implicaciones en el transcurso de este
siglo. La escala mental o prueba de inteligencia que elaboraron ambos
investigadores, ahora detecta a muchos incapacitados quienes antes hubiesen
pasado inadvertidos. Con este avance, los partidarios de la eugenesia pudieron
continuar con su ideología dentro de las ciencias sociales que apenas se
iniciaban. En 1916, Louis Terman y sus colaboradores perfeccionaron el
instrumento de Binet hasta conseguir una escala que se podía emplear en los
Estados Unidos.

No pasó mucho tiempo para que los efectos del movimiento eugenésico
se hiciesen patentes por todo este país. En 1907, en Indiana se aprobó la primera
ley sobre esterilización de la nación. Y para 1930, 30 Estados decretaron leyes
similares. Al parecer, se estaba haciendo caso a los defensores de este
movimiento. Así como a fines del siglo pasado, la actitud de la sociedad hacia
los retrasados mentales se había mostrado cautelosa, ahora se consideraba a
estas personas como una carga para ella, en lugar de ciudadanos productivo.

Pese a la atmósfera alarmista que imperó durante la segunda década del


presente siglo, Estados Unidos aprobó leyes que mejoraban la atención a las
personas con impedimentos. En 1911, New Jersey decretó que en todo el Estado
era obligatoria la enseñanza para incapacitados. En 1919, se aprobaron leyes
parecidas en Ohio. Para 1918, todos los Estados contaban con leyes de
educación obligatoria para todos los niños. Como ahora todos debían asistir al
colegio, quienes padecían incapacidades leves, dejaron de pasar inadvertidos.

La Primera Guerra Mundial influyó de diversas formas en el tratamiento


de los incapacitados. Ya que la atención de los Estados Unidos estaba
totalmente puesta en los sucesos ocurridos en Europa, el periodo alarmista se
apaciguó. Aún cuando en este enfrentamiento había más muertos que lisiados,
la necesidad de ayuda federal para veteranos incapacitados dio lugar a la Ley
Federal de 1920 sobre Rehabilitación de Civiles. El temor hacia las personas
gravemente incapacitadas a principios del siglo XX disminuyó – tal vez – debido
al gran número de esposos e hijos lisiados que ahora retornaban de los estragos
bélicos. Esta guerra no solo tranquilizó la inquietud generada por la eugenesia,
sino que – además – abrió paso a un nuevo periodo que se distinguió por una
suspensión parcial en el desarrollo de la Educación Especial.
Periodo de Progreso Limitado (1920 – 1946):

A medida que los Estados Unidos trataron de restablecerse de la guerra, la


educación especial experimentó un receso. Sin embargo, durante los años veinte,
se verificaron diversos acontecimientos positivos. En 1921, se estableció la Sociedad
Norteamericana para Niños Lisiados. Un año después, se fundó en Nueva York el
Consejo para el Niño Anormal (CEC, Council for Exceptional Children), con Elizabeth
Farrel como primera presidente, se trataba de una organización nacional para
profesionales dedicados a atender a personas con impedimentos. Aunque su efecto no
se observó de inmediato, el establecimiento del CEC fue de gran trascendencia, ya que
por vez primera se organizaba un área que anteriormente había carecido de toda
estructura unificadora.

Debido a las leyes sobre educación obligatoria y el empleo cada vez más
extendido de las pruebas mentales, los educadores públicos se percataron de la
necesidad de la educación especial. Asimismo, en esta época se elaboraron hipótesis
acerca de muchos conceptos psicológicos y sociales nuevos, a juzgar por la obra de
conceptos psicológicos y sociales nuevos, a juzgar por la obra de conceptos
psicológicos y sociales nuevos, a juzgar por la obra de J.B. Watson, Behaviorism
(Conductismo), publicada en 1919. Si bien los años veinte no se distinguieron por su
optimismo general, peor aún fue la quiebra del mercado de acciones en 1929 que
provocó una catástrofe financiera generalizada. Por tanto, hubo limitaciones
económicas en las totalidad de la Unión Americana.

Sin embargo, la educación especial avanzó gracias a ciertos sucesos


sobresalientes de los años treinta. En 1930, Herbert Hoover informó a todo el país de
las necesidades de los incapacitados en una conferencia sobre jóvenes y niños que
presentó en la Casa Blanca. En 1939, Kurt Goldstein publicó The Organism (El
organismo), libro que sintetizaba su trabajo con soldados que habían sufrido lesión
cerebral durante la Primera Guerra Mundial. A juicio de muchas autoridades, la labor de
este autor constituye una de las primeras aportaciones para la creación del área de
problemas de aprendizaje.
En la segunda mitad de los años treinta, la educación especial norteamericana
contó con la valiosa colaboración de numerosas personalidades talentosas e
importantes que emigraron a este país cuando los nazis ganaron el control de Alemania.
Entre ellas se encuentran Marienne Frostig, Alfred Strauss y Heinz Werner, quienes
crearon diversos programas para individuos anormales y ejercieron una poderosa
influencia en otros profesionales de área (Hallahan y Kauffman, 1976).
A principios de los años cuarenta, el mundo se conmocionó de nuevo con la
guerra y la educación especial otra vez experimentó un receso. No obstante, hubo cierto
progreso a juzgar por algunos trabajos realizados con niños que sufrían problemas de
conducta. El interés por atender a éstos se refleja en programas tales como la Escuela
Ortogénica de Bruno Bettelheim (fundada en Chicago en 1944), y las escuela "600"de
la Ciudad de Nueva York para chicos con este tipo de problemas (fundadas en 1946).
Al igual que la Primera, la Segunda Guerra Mundial marcó el fin de un periodo y el inicio
de otro. En este caso, finalizó una etapa de escaso progreso y comenzó otra de interés
renovado. La Segunda Guerra Mundial junto con la guerra de Corea fueron en esencia
fuentes de lisiados, por lo que eran muy visibles los residuos humanos de las mismas.
La nación empezó a favorecer y apoyar más los programas de rehabilitación, puesto
que eran muchas las familias que habían experimentado las crueldades del conflicto
bélico. Como consecuencia, una actitud social más positiva hacia los incapacitados se
extensión a otras formas de anormalidad e introdujo un nuevo interés por la persona
incapacitada.
Periodo de Interés Renovado (1946 – 1960):
Si bien la segunda mitad de los años cuarenta se concentró en la
recuperación de otra guerra mundial, también se generó una nueva actitud social
y las investigaciones de diversos profesionales culminaron en progresos
sustanciales. En 1947, Alfred Strauss y Laura Lehtinen publicaron su obra
Psychopathology and Education of the Brain – lnjured Child (Psicopatología y
educación del niño con lesión cerebral), basada en muchos años de trabajo en
la Escuela de Capacitación del Condado de Wayne, en Northville, Michigan. En
esta institución, Alfred Strauss, Heinz Werner y sus colaboradores influyeron
directamente en numerosos líderes futuros de la educación especial, tales como
Newell Kephart, William Cruickshank y Samuel Kirk. Gran parte de la labor
realizada en esta escuela constituyó la base para el posterior desarrollo de la
educación especial en el campo ahora conocido como problemas de
aprendizaje.

Los progresos legislativos a nivel estatal prosiguieron de tal modo que,


para 1948, en 41 de los 48 estados de los Estados Unidos se exigía a los
sistemas escolares locales que proporcionaran educación especial para por lo
menos un tipo de anormalidades. Aunque todavía quedaba mucho por mejorar,
este avance llevaba la dirección correcta. En 1954, la legislación federal creó un
fondo para investigación cooperativa en educación; sin embargo, esto no tuvo
efecto sino hasta 1958 con la aprobación de la Ley sobre Investigación
Cooperativa. Fue así como se estableció una medida de apoyo financiero a la
educación especial gracias a los esfuerzos de los grupos de presión, y más
adelante, a la influencia de líderes políticos como John F. Kennedy y Hubert H.
Humprey, quienes tenían parientes incapacitados.

Aunque a principios de los años cincuenta los Estados Unidos


participaron en el conflicto coreano, sus recursos económicos no se mermaron
tanto como en las dos guerras mundiales; por tal razón, no se suspendió el
avance de la educación especia;. La década de los cincuenta fue en verdad una
época decisiva para esta área. Fue entonces cuando aparecieron dos de las
más importantes fuerzas que conformarían la situación actual de los servicios de
educación especial: las organizaciones de padres, y los litigios.

En 1950, se creó la Asociación Nacional para Niños con Retraso Mental


(NARC, National Association for Retarded Children), un grupo de padres
preocupados por las necesidades de estos pequeños. La trascendencia de esta
agrupación residía en el carácter colectivo de sus actos. A ésta siguieron
organizaciones similares de padres de familia para otras áreas de educación
especial. Hallaban y Kauffman (1986) resumen la función esencial con que
cumplen estos grupos:
1) Representan una agrupación informal para padres que están
conscientes de sus problemas y necesidades comunes y se ayudan
entre sí a enfrentar la ansiedad y las frustraciones;
2) Suministran información acerca de servicios y recursos potenciales; y
3) Ofrecen una estructura para obtener la atención que requieren sus
hijos.

En 1954, la decisión tomada por la Corte Suprema de los Estados Unidos


en el caso sin precedente de Brown contra el Consejo de Educación, declaró
como anticonstitucional la discriminación racial. Pasarían algunos años antes de
observar las implicaciones de dicha decisión en la educación especial y los
individuos anormales, pero lo más importante fue que sentó un precedente legal
que garantizaba ciertos derechos, .os derechos de tas personas anormales
acabarían por ser cimentadas gracias a otras decisiones legales tomadas a
principios de los años setenta.
El área de problemas de aprendizaje, por así decirlo, aún en gestación,
se acercó al alumbramiento en 1957 al publicar William Cruickshankk su
investigación sobre niños con parálisis cerebral. El gran valor de dicho estudio
radicaba en que su autor había extendido los trabajos iniciales con chicos
retrasados mentales víctimas de lesión cerebral, a niños con daño neurológico
que también mostraban una inteligencia normal.

Para fines de los años cincuenta, la educación especial estaba preparada


para el crecimiento exponencial que se avecinaba en los setenta. En esta
predisposición influyó un interés renovado por los individuos anormales, asi
como la necesidad de un progreso tecnológico derivada del lanzamiento del
Spuntnik en 1958. No pasó mucho tiempo para que se suscitase un renacimiento
de los servicios para la población anormal.
Periodo de Optimismo Renovado (1960 – 1970):
Desde el optimismo de la primera mitad del siglo XIX no había existido
entusiasmo semejante por la educación y el entrenamiento de personas anormales,
como lo hubo en los años sesenta Este activismo se generó gracias al gobierno de John
F Kennedy En 1962, este mandatario instituyo una
comisión presidencial para el retraso mental, cuya tarea consistía en elaborar un plan
para combatir este padecimiento en la siguiente década.

Para tener idea del progreso de la educación especial, en esta época, hay que
examinar la cantidad y la naturaleza de las leyes que se aprobaron entonces En el
transcurso de los años sesenta se promulgaron algunas muy importantes Como el país
apoyaba esta enseñanza, estaba dispuesto a aportar una considerable cantidad de
dinero para su sostenimiento En 1965, la aprobación de la Ley sobre Educación
Elemental y Secundaria proveyó servicios para los incapacitados Dos enmiendas a la
mis, ampliaron su alcance original a los individuos anormales Este mismo año, la Ley
garantizaba que a los niños anormales de colegios u hospitales públicos se les
proporcionaría atención educativa patrocinada por el gobierno federal La Ley Pública
89-750, promulgada en 1966, tenia tres efectos a) suministrar un prototipo de programa
para la educación de personas con impedimentos, b) ofrecer un programa de
subvenciones en beneficio de éstos, y c)instaurar la Oficina de Educación para el
Incapacitado (BEH, Bureau of Education for the Handicapped).
Durante este periodo tuvieron gran difusión los programas para incapacitados
En 1965 se inició un proyecto muy relacionado con ellos, el Head Starr Este surgió a
raíz de las investigaciones sobre intervención temprana y de la Guerra a la Pobreza
declarada por el presidente Lindón Johnson Este proyecto también atrasó un ciclo de
optimismo, escepticismo y perfeccionamiento (Payne, Mercer y Epstein, 1974) Un
concepto fundamental de muchos programas de educación especial es la intervención
temprana.

A principios de los años sesenta, el área de problemas de aprendizaje se


constituyó en una rama de la educación especial En 1963, Samuel Kirk se refirió a
dicha área en una ponencia presentada en una reunión de padres verificada en Chicago
Durante ese tiempo se formó asimismo la Asociación (ACALD, Association for Children
and Adults with Learnung Disabilities), una organización de padres de familia
preocupados por los problemas de este sector Los primeros trabajos de Goldstem,
Strauss y Werner, así como los postenores de Kephart, Cruickshank y Kirk,
contribuyeron a la evolución del campo de problemas de aprendizaje como un área bien
diferenciada. Dos obras que en estos años sirvieron como guías para maestros de
educación especial fueron The Slow Learner in the Classroom (El niño de lento
aprendizaje en el aula) (1960) de Kephart, y A Teaching Method for Brain-lnjured and
Hyperactive Children (Método de enseñanza para niños con lesión cerebral e
hiperactividad) (1962) de Cruickshank Otro elemento decisivo para la educación
especial fue la creación de la Prueba llinois de Habilidades Psicolinguísticas (Kik, 1961).

En el transcurso de los sesnenta también se lograron avances en el campo de


problemas emocionales y de conducta de los niños (Kauffman, 1985) Nicholas Hobbs y
sus colaboradores iniciaron en 1961 su Proyecto Re-ED, de índole ecológico, en
Tennessee y Carolina del Norte. El concepto de la ingeniería aplicada al salón de clases
fue introducido por Frank Hewet en su libro The Emotionally Disturbad Child in the
Classroom (El niño con perturbación emocional en el aula) (1968).

Si bien a finales de estos años la educación especial se encontraba en una


situación controlada y entusiasta, se empezaban a plantear ciertas interrogantes clave
En 1968, Lloyd Dunn publicó un articulo que cuestionaba la ubicación de los niños en
clases integrales de educación especial Otras personas interesadas comenzaron a
alarmarse al ver la cantidad de niños pertenecientes a minorías y a estratos
socioeconómicos bajos que eran enviados a enseñanza especial Muchos observadores
se sintieron igualmente impresionados al conocer el gran número de retrasados
mentales leves que se encontraban internados En los círculos profesionales parecía
tener lugar un apreciable cambio de actitud, aunque hubo muchos que en los años
setenta conservaban si entusiasmo en esta área, otros más conscientes empezaron a
revalorar vanos aspectos de la misma ¡Quizás no era la maravilla que muchos
pensaban!.

Actualmente es imperdonable concluir que se dispone de técnicas para cambiar


a los niños al antojo de uno, sin importar sus incapacidades A pesar de los avances
logrados aún queda mucho por hacer Por ejemplo, en el caso de niños psicóticos ha
resultado sumamente eficaz el trabajo de Lovaas y sus colaboradores Mediante
técnicas de modificación de conducta, éstos han conseguido mejorar el estado de
numerosos chicos autistas, esquizofrénicos y retrasados mentales Pero, ¿nunca fallan
sus técnicas'? Con todo niño con quien ha trabajado Lovaas ha obtenido mejoras, según
informes de sus investigaciones En algunos casos, ha habido un gran progreso, pues el
niño que era psicótico parece ahora bastante normal (Lovaas, 1982) En otros, la mejoría
ha sido penosa y lenta ¿Se recuerda el caso de José? no es una historia de éxito
arrollador, al igual que muchas otras de hoy:

Tal vez progresamos menos con José que con cualquier otro niño Al darlo de
alta, sus avances lingüísticos eran mínimos Obedecía algunas instrucciones en su
vocabulario había varios sustantivos comunes, algunos nombres y unos pocos verbos
Utilizaba estos vocablos para nombrar objetos o expresar un deseo, pero nunca para
hacer comentarios A veces trataba de imitar nuevas palabras de manera espontánea
Su mejoría mas notable fue la social Su cociente social de 74 reflejaba incrementos en
las habilidades para sonreír, reír y ayudarse a si mismo. Controlaba parcialmente sus
esfínteres. Era susceptible a la aplicación de la Escala de Inteligencia de Stanford-Bmet
(CI-47).

Ahora, José sólo emplea de modo espontáneo unas pocas palabras (tales como
"automóvil", "ir a la escuela", etcétera), y ha retenido demasiado poco de su
entrenamiento verbal Es capaz de alimentarse solo y controla por completo sus
esfínteres Sus mayores progresos en casa han sido en su forma de jugar, que es más
elaborada y creativa que antes, lo que le permite entretenerse Se muestra indiferente
ante los demás Aunque al ingresar parecería no percatarse del contacto social (o era
"ciego" y "sordo" ante el mismo), ahora da la impresión de que no le interesa si alguien
está presente o no Hay que vigilarlo todo el tiempo, ya que de lo contrario huye de casa
sin un destino particular Sus padres temen que muera pues desconoce los peligros
comunes de la calle Por tanto, han pensado internarlo en un hospital estatal cercano
Durante los fines de semana y las vacaciones cortas podrá venir a su hogar Estamos
de acuerdo con su decisión (Lovass, Simmons y Long, 1973).
Periodo de Reconsideración (1970 – Al Presente):
Varios temas de controversia en los años sesenta no dejaron de serlo
durante los setenta Algunos temas tales como pruebas de inteligencia,
clasificación, ubicación, prevención, derechos fundamentales, encauzamiento y
supresión de la internación, han sido examinados por personas competentes e
inteligentes que sostienen activamente su opinión en dichas controversias Es por
ello que esta es una época en que los profesionales del área revaloran sus
esfuerzos al igual que los de otros Pro ejemplo, se han puesto en duda los
programas a favor del entrenamiento perceptivo-motor y de proceso, ya que por
el momento se carece de estudios contundentes que los validen. A fin de
acelerarla resolución de éstas y otras interrogantes, es preciso elaborar
proyectos rigurosos de investigación, promover la réplica de estudios previos,
así como (quizás lo más importante) fomentar el pensamiento creativo.
En años recientes, el crecimiento y los cambios han sido posibles gracias
principalmente a las medidas legislativas En realidad, la actitud de los Estados
Unidos se ha reflejado en los actos de
la dependencias de su gobierno Acontecimientos tales como fa Conferencia de
Hoover en la Casa Blanca, el activismo de Kennedy y la Guerra a la Pobreza de
Johnson, son muestras palpables de la preocupación del poder ejecutivo Antes
de 1970, los logros legislativos establecieron leyes que ordenaban una
educación obligatoria, servicios de rehabilitación y atención de muchos tipos
para los incapacitados Sin embargo, sólo recientemente el poder judicial se
convirtió en una parte integral y activa del desarrollo de la educación especial.

A principios de los años setenta, cuatro importantes decisiones legales


ayudaron a conformar el estado actual de la educación especial En 1972 quedó
garantizado el derecho a la educación de las personas con retraso mental, al
ganar su pleito la Asociación para Niños con Retraso Mental de Pennsylvania
(Pennsylvania Association for Retarded Children, PARC contra Comunidad de
Pennsylvania) En ese mismo año, este derecho se extendió a todos los niños
anormales (Mili contra el Consejo Educativo del Distrito de Columbia) En 1971,
en una corte de Alabama se garantizó el derecho de los retrasados mentales
internados a recibir tratamiento (Wyatt contra Stickney). Asimismo, en 1970 el
problema de la clasificación equivocada se mencionó en un juicio californiano
(Diana contra el Consejo Estatal de Educación) Aunque se arregló fuera de la
corte, esta batalla legal dio lugar a ciertas exigencias relativas a la ubicación, que
se observarían en el futuro Pese a que éstos y otros casos que han llegado a la
corte han influido en la educación especial, no siempre se ha cumplido con los
reglamentos debido a lo difícil que es ponerlos en práctica.

Al parecer, no acabarán ahí los juicios legales, sin embargo, Mc. Millan
(1982) advierte que los futuros procesos legales podrían tomar un nuevo giro.

Un problema potencial que quizás algún día sea motivo de preocupación


es que en los juicios a favor de retrasados mentales, se podría empezar a
nombrar a profesionales específicos como sus defensores y demandarlos por
daños.

En los setenta, también han tenido lugar importantes sucesos legislativos


que han aportado una base legal para la atención a personas con impedimentos
A fines de 1973, el presidente Nixon dio carácter legal, luego de dos previos
vetos, a las enmiendas revisadas a la Ley sobre Rehabilitación Vocacional (PL
93-112) La sección 504 de esta Ley se ha considerado como la "Carta Magna
de los Incapacitados" Fue así como se preparó el terreno para la aprobación de
las Enmiendas Educativas de 1974 (Ley Publica 93-380), que aumento la ayuda
básica a los estados y garantizó los derechos legales de los niños anormales y
sus padres (La Vor, 1977) En noviembre de 1975, se ampliaron grandemente
estas medidas legislativas cuando el presidente Ford formalizó la Ley de
Educación para todos los Niños Incapacitados (PL 94-142).

La ley Pública 94-142 marcó un hito en la historia de la educación


especial Como consecuencia de decisiones legislativas anteriores, esta ley sin
fecha de expiración autorizaba aumentos sustanciales en la ayuda brindada a
esta enseñanza a través de fondos federales para los estados Además, esta
ley reafirmaba las garantías y los derechos legales de los individuos anormales
a una educación pública gratuita y adecuada Ninguna otra acción legislativa
federal en la enseñanza de los alumnos incapacitados había tenido el impacto
de la Ley Publica 94-142.

Sin embargo, no ha sido fácil poner en práctica esta ley No solo ha sido
problemático cumplir con los procedimientos ordenados (incorporación de los
alumnos a clases regulares o detección de los alumnos incapacitados), sino que
no han quedado definidos con claridad algunos conceptos básicos de la ley (por
ejemplo, enseñanza adecuada y ambiente menos restrictivo) Por otra parte, el
Congreso norteamericano jamás ha asignado los fondos originalmente
autorizados Kauffman (1981) incluso se pregunta si la estructura legal y
burocrática ya establecida no acabara por perjudicar a las personas con
impedimentos.
PERSPECTIVAS

Sin duda ésta es una época que se caracteriza por el uso de términos tales
como austeridad, recortes presupuéstanos y control fiscal, los cuales nunca han
significado beneficios para quienes necesitan o dependen de diversos servicios
sociales No obstante, hay que considerar aspectos muy trascendentes Por
ejemplo, hace pocos años la Asociación para Ciudadanos con Retraso Mental
(ARC, Association for Retarded Citizens) publicó un documento titulado Issues
Related to Services for Mentally Retarded Persons (Cuestiones acerca de los
servicios a personas con retraso mental) (1981). La ARC pretende recibir
retroalimentación sobre los temas que trata esta publicación Aquí se presentan
algunos de ellos a fin de dar una panorama de los problemas que hay que
enfocar en el futuro.

1. ¿Qué implicaciones tiene el modelo de desarrollo para personas con


retraso mental de distintas edades y niveles funcionales?
2. ¿En qué medida debe aplicarse el principio de normalización
3. ¿Como hay que interpretar y aplicar el principio de menor restricción?
4. ¿Es la integración un medio u objetivo (o ambos) adecuado para todos
los retrasados mentales?
5. ¿Son necesarios y significativos los planes de educación
individualizada?
6. ¿Deben todas las personas con retraso mental participar en actividades
relativas a trabajo y empleo?
7. ¿Se abusa de, o se emplean erróneamente los procedimientos de
modificación de conducta en los programas para retrasados mentales?
8. ¿En los programas de manejo de conducta, se debe recurrir a métodos
de aversión?
9. ¿Las instituciones con programas integrales desempeñan realmente
una función importante en el sistema de servicios residenciales?
10. Si conviene disminuir (o eliminar por completo) las instituciones
tradicionales, ¿que tan rápido hay que hacerlo? ¿Debe aplicarse esta
reducción o eliminación a las instituciones privadas?
11. ¿Es el número total de participantes una variable crítica en los
programas de internado?
12. ¿Qué importancia relativa debe concederse a los derechos de los
padres con respecto a los de sus hijos con retraso mental?
13. ¿Deben los retrasados mentales gozar de privilegios especiales de los
cuales no disfruten los ciudadanos normales?

Si bien algunas de estas dudas se aplican a otras áreas además del retraso
mental, son muy pertinentes en este tipo de anormalidad La importancia de estos
planteamientos ejemplifica el tipo de preguntas a las que se enfrentan los
profesionales de todas las áreas de la anormalidad.

En los tiempos actuales se requiere acción como lo indica la siguiente


advertencia:

Lo que hacemos o al menos tratamos de hacer hoy, puede influir de


múltiples maneras en el futuro. En tiempos como éstos ya no se puede ser
observadores pasivos, es esencial participar activamente en la solución de los
problemas de las personas con impedimentos Pero no hay que considerar tan
solo a éstas, sino también al publico, ya que en el residen las bases del futuro.
Sin una actitud positiva del publico hacia las personas anormales basada
en la comprensión de los sucesos presentes y que se refleje en el apoyo
económico para nuestros esfuerzos, el porvenir de estos individuos es desolador
Por tanto, es evidente que las metas más importantes debe consistir en que esta
población sea aceptada socialmente, que los representantes ciudadanos
intervengan de modo activo y que prosigan las investigaciones en la búsqueda
de conocimientos.

Sin duda, esta época es la más propicia, ya que hay mayores


posibilidades de ayudar a los individuos anormales. El modo de pensar
experimenta una revolución debido a los avances en tecnología medica,
computadoras y otros dispositivos electrónicos Cada año hay más facilidad de
recurrir a la cirugía reconstructiva, los trasplantes, miembros artificiales y
programas de microcomputadora para controlar mecanismo que les permitan a
los incapacitados comunicarse o desplazarse mejor Stowitscheck, 1984).

A veces se piensa que la tecnología es algo deshumanizado, incluso


atemorizante Pero casi siempre se han obtenido reacciones humanas muy
cálidas y conmovedoras al aplicarla en la solución de problemas cotidianos de
personas con impedimentos Por ejemplo, se tiene el caso de Lois, mujer de 50
años de edad con parálisis cerebral, incapacitada física de gravedad. Jamás
había podido comunicarse con palabras hasta que Howard F Batí demostró sus
sistema de comunicación por computadora ¿Y qué fue lo primero que dijo
cuando al fin pudo enviar un mensaje verbal a uno de sus semejantes? "Gracias",
que repito una y otra vez ¿Y cuál fue su primera oración articulada en 50 años,
dirigida a su madre'? "Querida madre Te estoy muy agradecida por el cariño y la
paciencia que he recibido toda mi vida" (Myers, 1982).

La revolución tecnológica en educación especial se encuentra en marcha


y cada día se acelera más Los maestros necesitaran contar con conocimientos
acerca de tecnología pedagógica y de los avances tecnológicos más adecuados
según el tipo de niños con quienes trabajen Estos avances también repercutirán
en la capacitación de estos profesores En un futuro muy cercano, como parte
de su aprendizaje, quizás tengan que impartir clases a niños "simulados" con
microcomputadora (Kauffman, Strang y Loper, 1985).

CONCLUSIONES

Para comprender la historia de la educación para personas anormales, es


imprescindible analizar qué hay detrás de las leyes, los juicios legales y los
programas relativos a ellas Hay que estar conscientes de que todo progreso es
síntoma de la situación social prevaleciente A menos que exista una atmósfera
social adecuada que respalde las recientes medidas legislativas, la eficacia de
estos logros sólo será ficticia y acabarán por venirse a tierra en medio de críticas
Sin una actitud social positiva, tanto las decisiones como las legislaciones de la
corte son poco más que faramalla política.
Hace más de siglo y medio, apareció el área de educación especial
gracias al interés de unas cuantas personas preocupadas por quienes la
requerían Desde ese entonces, ha habido cambios en la actitud de los
norteamericanos hacia la población anormal Actualmente se debaten numerosas
cuestiones acerca de esta enseñanza que tienen su origen en el pasado Este
fenómeno cíclico se observa en aspectos tales como la enseñanza
individualizada, el encauzamiento y diversas tendencias pedagógicas Así como
ha cambiado la actitud del país y ciertas cuestiones son de nuevo vigentes,
también se ha modificado el concepto de anormalidad La postura de una
sociedad pone de relieve las preocupaciones específicas proclamadas por
diversos movimientos sociales de un periodo determinado.

Mediante el estudio histórico de la educación especial, se puede


comprender cómo se obtuvieron los logros actuales a fin de planificar para el
futuro de acuerdo con ello Si se cuenta con una visión general de la evolución
de esta área, tal vez se puedan evitar muchos escollos del pasado.

Por último, meditar en las siguientes palabras proféticas de los


funcionarios de la Comisión Nacional Consultiva sobre el Incapacitado (National
Advisory Commitee on he Handicapped, 1976) en su informe anual:
El problema básico y decisivo va mucho más allá de las prácticas
pedagógicas óptimas, las investigaciones, los fondos o los métodos para ubicar
a los jóvenes en distintos ámbitos La cuestión primordial en ésta y todas las
demás medidas relacionadas con los incapacitados, es la que concierne a las
actitudes.

Los avances logrados en los 2 siglos pasados, en particular la última


década, permanecerán carentes de significado a menos que las personas con
impedimentos ocupen el lugar que les corresponde, no sólo en aulas "comunes"
en la "sociedad común". Esto último será muestra de que no únicamente se
piensa en su valor como seres humanos.

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