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Aclarando cuestionamientos bíblicos contra la Asunción de María en Ap 12

Estamos prontos a celebrar la Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María a los


cielos, y quiero compartir unos argumentos que utilizan en contra de esto, las sectas
fundamentalistas para dudar de esta verdad siempre defendida por la Iglesia.

Un evangélico con el que debatí me argumentaba que ni siquiera San Juan en sus visiones
menciona que se viera a la Virgen María en el cielo, a lo que le respondí que en Ap 12
podíamos ver la figura de María, aun cuando también represente a la Iglesia o al pueblo de
Dios. De inmediato me ripostó que eso no era posible y me trajo dos preguntas clásicas
que usan los sectarios en estos casos:

1. ¿Cuándo María huyó al desierto por 1260 días?:


Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten
por mil doscientos sesenta días. (Ap 12, 6)
Debemos tener claro que el Apocalipsis es un género literario profético, por lo que no
narran una sucesión de eventos en orden cronológico siempre. Ante la pregunta debemos
analizar que cuando Herodes se siente engañado por los Magos de Oriente, manda a
matar a todos los niños menores de dos años, y por ello José, María y Jesús huyen a
Egipto: “huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a
buscar al niño para matarlo"(Mt 2, 13). Egipto representa el camino al desierto y 1260 días
son aproximadamente 3 años y medio. María estuvo con José y Jesús hasta que murió
Herodes, que puede dar ese mismo tiempo.

2. ¿Si María nació sin pecado entonces como es posible que esta mujer sufra
dolores de parto?:
“Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz” (Ap 12, 2)
Se entiende que las mujeres sufren dolores de parto como consecuencia del pecado de
Eva a quien Dios le dijo:
“A la mujer le dijo: "Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor
parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará”. (Gen 3, 16). De esta
forma, el evangélico buscaba desmontar que María fuera inmaculada. Resulta que esas
maldiciones son en relación a una pareja de hombre y mujer, pero en el caso de María,
Jesús no viene de una relación carnal sino por el poder del Espíritu Santo (Lc 1, 35), por
tano no podría María padecer el mismo dolor que el resto de mujeres; al igual que no sentía
apetencia hacia José ni podríamos decir que José la dominó. Si María hubiera sentido
dolores de parto difícilmente dijera el Evangelio: y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo
envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre (Lc 2, 7), ya que por el “dolor” no hubiera
podido atender ella misma al bebé. Esto lo enseña San Jerónimo (Contra Helvidio), lo
menciona Santo Tomás de Aquino (Suma, Parte III, cuestión 36), y San Agustín (Sermón
De Nativitate).
El dolor que siente María por tanto debió ser espiritual, tal como lo anunció Simeón: y a ti
misma una espada te atravesará el corazón (Lc 2, 35), ese dolor que debió sentir en la
Cruz, en donde nos parió como madre espiritual (Jn 19, 25). Esta reflexión la hizo ver el
Papa San Juan Pablo II cuando en la audiencia del 29 de mayo de 2006 enseñó:
Caracterizada por su maternidad, la mujer "está encinta, y grita con los dolores del parto y
con el tormento de dar a luz" (Ap 12, 2). Esta observación remite a la Madre de Jesús al
pie de la cruz (cf. Jn 19, 25), donde participa, con el alma traspasada por la espada
(cf. Lc 2, 35), en los dolores del parto de la comunidad de los discípulos

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