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El principal combustible del músculo es la glucosa del glucógeno, ácidos grasos y cuerpos
cetónicos. En reposo en músculo sintetiza glucógeno, esta reserva puede llegar a ser entre el 1 y 2 % de su
masa. Este glucógeno se transforma rápidamente en G6P para entrar en la glucólisis. El músculo no puede
exportar glucosa pues carece de la glucosa-6-fosfatasa, por el contrario, actúa como un reservorio
energético degradando sus proteínas en aminoácidos durante el ayuno, para obtener piruvato el cual es
transaminado a alanina, la cual es exportada por el torrente sanguíneo al hígado y transaminada a piruvato,
para formar glucosa.
REGULACIÓN GLUCONEOGÉNESIS
La fructosa 1,6-bisfosfatasa es inhibida por los niveles elevados de AMP, el cual es señal de un
estado energéticamente pobre. Por tanto niveles elevados de ATP y bajas concentraciones de AMP
estimulan la gluconeogénesis.
Defosforilación de la glucosa-6-fosfato.
HIGADO
El hígado es la central metabólica del cuerpo, sus funciones son mantener los niveles apropiados de
nutrientes en la sangre para ser utilizados por el cerebro, músculos y otros tejidos periféricos. Su misión es
tan importante, que todos los nutrientes absorbidos por el intestino excepto los ácidos grasos son vertidos
directamente a la vena porta la cual drena en este órgano.
Una de las principales funciones del hígado es mantener el equilibrio de la concentración de glucosa
en sangre. Este proceso mediado por la propia concentración de glucosa y por hormonas (glucagon,
epinefrina e insulina), consiste en almacenar la glucosa excedente o bien liberarla (cuando la concentración
en sangre es de »4mM o menor). Ambos procesos se llevan a cabo mediante la interconversión al
metabolito de encrucijada de los carbohidratos, que es la glucosa-6-fosfato (G6P). Cuando los niveles de
glucosa en sangre son elevados (»6mM) el hígado la incorpora y transforma el G6P para almacenarla
posteriormente en forma de glucógeno (una de las reservas energéticas de los animales). La cantidad de
glucógeno almacenada, solo puede mantener las necesidades de glucosa por alrededor de 6h). Este
proceso es catalizado por la glucocinasa, que a diferencia de la hexocinasa, no es inhibida por G6P y tiene
una Km mucho menor (»5mM vs < 0.1mM de la hexocinasa). Los hepatocitos, a diferencia de las células
musculares y adipocitos, son permeables a la glucosa, lo cual facilita sus tareas y por tanto la insulina no
tiene efecto en la incorporación de glucosa en este órgano. Cuando la concentración de glucosa en sangre
es normal (por debajo de la K m de la hexocinasa), la velocidad de fosforilación de la glucosa en hígado es
más o menos proporcional a la concentración de glucosa en sangre. Además de glucosa, la dieta contiene
otros azúcares (fructosa, galactosa y manosa), las cuales son también convertidas a G6P en este órgano.
En el hígado, el destino de la G6P puede ser diferente, según los requerimientos del cuerpo, en
general, la G6P puede:
Convertirse en glucosa.
Almacenarse en forma de glucógeno.
Transformarse en Ac-CoA.
Degradarse por la vía de las pentosas.
En el hígado también se lleva a cabo el ciclo de la urea, en el cual el cuerpo desecha el excedente
de nitrógeno que viene de los aminoácidos y el lactato, producto del metabolismo anaerobio de la glucosa
en músculo, es utilizado en el hígado para la gluconeogénesis, lipogénesis y fosforilación oxidativa.