1. POPULISMO: AMBIGUEDADES Y PARADOJAS
El populismo, como categoria de andlisis politico, nos enfrenta a pro-
trelo descriptivo y lo normativo,
Su aparente vaguedad no se
traduce en dudas acerca de la importancia de su funcién atributiva.
Sin embargo, no existe ninguna claridad respecto del contenido de tal
En la mayoria de los
‘casos, la comprensién conceptual es reemplazada por lainvocacién a
una intuicién no verbalizada, 0 por enumeraciones descriptivas de
tuna variedad de “rasgos relevantes” —una relevancia que es socavada,
‘en el mismo gesto que la afirma, por la referencia a una proliferacién
de excepciones-. El siguiente es un ejemplo tipico de las estrategias
intelectuales que tratan el “populismo” en la literatura existente:
El populismo por si mismo tiende a negar cualquier identificacién con, 0
clasificaciSn dentro de, la dicotomfa inquierda/derecha. Es un movimiento
‘multiclasista, aunque no todos los movimientos multiclasistas pueden
cconsiderarse populistas. El populismo probablemente desafie cualquier
definicidn exhaustiva. Dejando de lado este problema por el momento,
el populismo generalmente incluye componentes opuestos, como ser el
‘reclamo por la igualdad de derechos politicos y la participacién universal
156 LA DENIGRACION DE LAS MASAS
de la gente comiin, pero unido a certa forma de autoritarismo a menudo
bajo un liderazgo carismatico. También incluye demandas socalistas (0
al menos la demanda de justcia social), una defensa vigorosa de la pe-
El segundo movimiento consiste en su esfuerzo por evitar cual-
quier intenco reduccionista y simplista de ver a la manipulacién es-
pura como necesariamente constitutiva del populismo. Afirma que:
seria convenient [..)alterar parte de la definicién de populismo de Shil
cde manera tl que-sin eliminarla “seudoparticipaciSn” (demagogia, “go-
bierno por celevisi6n”, excétera)- se pudieraincluir ambién,y distinguir,”
la participacién popular genuina y efectiva. As, el “populismo” se refer
tla no sblo a las relaciones “directas” entre el pueblo y un liderango (el
cual inevitablemence en cualquier sociedad comple de gran escala debe,
set predominantemente pura mistificacién 0 simbolismo), sino, de un
‘modo més amplio, a la participacién popular en general (incluida ls
seudoparticipacién)* :
Esto también es importante, ya que hace posible eliminar del andlisis
del populismo cualquier actitud necesaria de condena ética -acticud
» Ibid, p. 229.
Ibid, pp. 245-246,
__ sia resulta narural que la pregunta “;qué es el pop
POPULISMO: AMBIGOEDADES ¥ PARADOJAS a
ue, como hemos visto, ha estado en la base de muchos andlisisapa-
rentemente “obj
EEN BUSCA DE UN ENFOQUE ALTERNATIVO
‘Apanir de esta cxploracién répida ~y obviamence incompleta~ dela
literatura, podemos continuar ahora con la bdsqueda de un enfoque
alternativo que intente evita os callejones sin saida que describimos
antes. Parahacer esto debemos comenzar por cuestionar~y en algu-
nos casos invertr~ los presupuestos bésicos del andlisis que ha con-
ducido a ellos. Debemos romar en cuenta dos cuestionesbisicas
1. En primer ugar, debemos preguncarnos sla imposibilided (0
probable imposibilidad) de definir el populismo no proviene del ie
chode haberlo descrico de tal manera que cualquier aprehensién con.
ceptual deltipo de racionalidad inherente a sul6gica politica
‘exduida priori. Pensamos que, de hecho, esto eslo que ocurre. Si al
Populsmo se lo define so en términos de “vaguedad’”, “impreci-
si", “pobreta intelectual”, como un fendmeno de un caer pa
ramente “transitorio”, “manipulador” en suis procedimientos, etka.
+3, no hay manera de determinar su diferencia specifica en términos
prstvos Pore contrario,codo el efuerzo parece apuntar a separer
lo que es acional yconceptualmenteprehensibe en la accén pale
tica de su opuesto dicotémico: un populismo concebido como,
Gional eindefinible, Una ver tomada esa decisin inteleseasl eae,
‘emplazada por otra diferente: “ja qué realidadsocial y politica se refiere
al populismo?". Al ser privado de toda vocal ‘n an dl
explananssélo puede ser completamente externo al explanandum. Peto
comoal aplicar una categoria se asume que existe algtin tipo de vinculo
xermo que justifica su aplicacién, la pregunta generalmente es re-
emplazada por una cercera: “;de qué realidad o situacién social es
| @Presiin el populismo?”. A esta altura, el populismo esta realmente
‘legadoa un nivel meramenteepifenoménico, Para este enfoque no32 LADENIGRACION DELAS MASAS
hay nada en la forma populista que requiera explicacién; la pregun
“gpor qué algunas alternativas u objetivos politicos s6lo pudieron sey.
expresados a través de medios populistas?” ni siquicra surge. De ly
tinico que estamos hablando es de los contenidassociales (intereses de
clase u otros intereses sectoriales) que expresa el populismo, mientras
que permanecemos en tinieblas con respecto a las razones por lay
‘cuales ese tipo de expresi6n resulta necesario. Estamos en una situa. |
cién similar a aquella que describe Marx en relacién con la teoria de”
valor en la economia politica clasica: ésta pudo demostrar que el era.
bajo es la sustancia del valor, pero no pudo explicar por qué esta,
sustancia subyacente se expresa a si misma bajo la formade un inte
cambio de equivalentes. En este punto generalmente quedamos coq
las alternativas poco aceptables que hemos revisado: o bien restringit
el populismo a una de sus variantes histéricas, o intentar una defini
cién general que siempre va a ser limitada. En el ultimo caso, |
autores generalmente se vuelcan al frustrante ejercicio, al que ya nes
referimos, de colocar bajo la etiqueta de “populismo” a un conjunta.
de movimientos muy dispares, sin decir nada acerca del contenido de.
‘esta denominacién.
2. Sin embargo, un primer paso para apartarnos de esta denigrs.
cién discursiva del populismo no es cuestionar las categorias utiliza:
das en su descripcién —“vaguedad”, “imprecisin”, etcétera-, sing
tomarlas en sentido literal, pero rechazando los prejuicios que estés.
en la base de su desestimacién. Es decir, en lugar de contraponer ls
“vaguedad” a una légica politica madura dominada por un alto gra’
do de determinacién institucional precisa, deberiamos comenzat pot
hhacernos una serie de preguntas més bisicas: “la ‘vaguedad’ de oj
discursos populistas, :no es consecuencia, en algunas situaciones, de
la vaguedad ¢ indeterminacién de la misma realidad social?” Yen
aso, “;no seria el populismo, mas que unatosca operacién political”
ica, un acto performativo dotado de una racionalidad propia
es decir, que el hecho de ser vago en determinadas situaciones es ly
condicién para construir significados politicos relevantes?” Finalments,
“el populismo, zes realmente un momento de transicién derivado de
i
OPULISMO: AMBIGUEDADES Y PARADOJAS 7
Jainmadutez de los actores sociales destinado a ser suplantado en un
cesadio posterior, o constituye mas bien una dimensién constante de
Jaaccién politica, que surge necesariamente (en diferentes grados) en
todos los discursos politicos, subvirtiendo y complicando las opera~
cones de las ideologfas presuntamente ‘mas maduras?” Veamos un
empl.
Sedice que el populismo
plazar una serie compleja de diferencias y determinaciones por una
crud dicotomia cuyos dos polos son necesariamente imprecisos. Por
ejemplo, en 1945, el general Perén adopté una postura nacionalistay
aseverd que la opcién argentina era la cleccién entre Braden (el em-
bajador ¢stadounidense) y Perén. Y, como es bien sabido, esta alter-
nativa personalizada tiene lugar en otros discursos mediante dicoto-
mias como ser el pucblo vs. la oligarqufa, las masas trabajadoras vs.
los explotadores, excétera. Como podemos ver, existe en estas tres
icotomfas ~asi como en aquellas constitutivas de cualquier frontera
politico-ideolégica~una simplificacién del espacio politico (todaslas
singulatidades sociales tienden a agruparse alrededor de alguno delos
dos polos de la dicotomia) ff los términos que designan ambos polos
deben necesariamente ser imprecisos (de otro modo, no podrian abac-
car todas las particularidades que supuestamente deben agrupar\)
Ahora bien, si esto es asf, no es esta l6gica de la simplificacién y de la
ica” el espacio politico, al reem-
imprecisién, la condicién misma de la accién politica? Sélo en un
mundo imposible, en el cual la administracién hubiera reemplazado
totalmente ala politica y una piecemeal engincering,* al tatar las dife-
rencias particulatizadas, hubiera eliminado totalmente las dicotomias
antagénicas, hallariamos que la “imprecisién” y la “simplificacién”
hhabrian sido realmente erradicadas de la esfera puiblica. En ese caso,
sin embargo, el rasgo distintivo del populismo seria sélo el énfasis
‘special en una Iégica politica, la cual, como tal, es un ingrediente
necesario de la politica tout court.
* Piecemeal enginceringes tn técmino técnica usado pot Kael P
ico usado por Kae Popper que signifi-
‘ctu cambio lento y gradual que excluye toda rupturasibita (N. dela T.):
4 LA DENIGRACION DE LAS MASAS
Orra forma de desestimar al populismo, como hemos visto, ¢s re
legarlo a la “mera retérica”. Pero como también hemos scfialado, &
movimiento tropolégico, lejos de ser un mero adorno de una reali
dad social que podria describirse en términos no retricos, pued
encenderse como la lbgica misma de la constitucin de las identida.
des politics. Tomemos el caso de la metafora. Como sabemos,
cestablece una relacién de sustitucién entre téminos sobre la base d
principio de analogia. Ahora bien, como ya hemos mentionado, eq”
toda estructura dicorémica, una serie de identidades o intereses par.
ticulares tiende a reagruparse como diferencias equivalenciales ale
dedor de uno de los polos de la dicoromia. Por ejemplo, los male:
cexperimentados por diferentes sectores del pueblo van a ser percibidos
como equivalentes entre s{en su oposicién ala “oligarquia’. Pero esi”
¢s simplemente para afirmar que son todos andlogos entre si en sj
confrontacién con el poder oligérquico. -¥ qué es esto sino uns
reagregacién metaférica? De mas esta decir que la ruptura de css:
cequivalencias en la construccién de un discurso més instivucionaliss
se desarrollaria a través de mecanismos diferentes, pero igualinente
retéricos. Lejos de ser estos iiltimos “mera retérica”, son inherencesa
la légica que preside la constieucién y disolucién de cualguier espacio
politico. e
Asi, podemos afirmar que para progresar en la comprensién dd,
populismo, es una condicién sine gua non rescatarlo de su posicién.
‘marginal en d discurso de las ciencias sociales, las cuales lo han con:
finado al dominio de aquello que excede al concepto, a ser el simaph,
‘puesto de formas politicas dignificadas con el estatus de una verde
dera racionalidad. Debemos destacar que esta relegacién del populism
sélo ha sido posible porque, desde el comienzo, ha habido un fuerte.
elemento de condena ética en la consideracién de los movimientey
populiscas. El populismo no sdlo ha sido degradado, también ha sid
denigrado, Surechazoha formado partede una construccién discussiy,
de cierta normalidad, de un universo politico ascérico del cual debit
cexcluirse su peligrosa I6gica. Pero desde este punto de vista, las escre
tegias bisicas de la ofensiva antipopulista se inscriben en otro debas
POPULISMO: AMBIGUEDADES ¥ PARADOJAS. 3s
més amplio, que fuc la grande peurde las ciencias sociales en el siglo
ax Me reficro a la discusién general sobre “psicologia de las masas”.
Este debate, que es paradigmitico para nuestro tema, puede conside-
rars-engran medida como la historia de la consticuci6n y disolucin
dela frontera social que separa lo normal de lo patolégico, Fue en el
curso de esta discusién que se establecieron una serie de distinciones
yyopesiciones que operarian como unamattie sobre la cual se organi
26 una perspectiva gencral sobre fenémenos politicos “aberrantes”,
que inclufan al populismo, Nuestro punto de partida va a ser la con.
sideracién de esta matriz. Vamos a comenzar con el anilisis de un
texco clésico que estuvo en el epicentro de esta historia intelectual.
Me reficro a Pychologie des foules (Psicologia de las multitudes), de
Gustave Le Bon.