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médicos y psiquiátricos. Desde entonces, aún contemplamos a los que sufren como una
especie de "enfermos" o al menos "trastornados", de lo que han derivado, en mi opinión,
toda clase de malentendidos sobre las psicoterapias. Ello no sólo nos dificulta la
comprensión de la mejor vía que conocemos en Occidente contra el dolor psicoafectivo,
sino que contribuye a desintegrarla en toda clase de sucedáneos dudosamente útiles.
Enumeraré seguidamente 10 de estos equívocos, tal como yo mismo los he ido
descubriendo a lo largo de mi vida como paciente y como terapeuta.
4. "La psicoterapia es inútil". Esta creencia es típica de las personas que temen
sus verdades íntimas y dolorosas, y/o las de sus allegados (hijos, pareja,
amigos...). En realidad, la psicoterapia, siendo un vínculo personal basado en la
confianza y la sinceridad, es tan beneficiosa, al menos, como la mejor relación
humana.
10. "La psicoterapia te enseña a ser feliz". El dolor y el conflicto forman parte de
la condición humana. Lo que sí nos enseña la psicoterapia es a sustituir nuestro
viejo "lenguaje" de síntomas por un nuevo idioma basado en la lucidez y la
confianza en uno mismo. Esto no borra nuestras heridas, pero nos fortalece para
soportarlas, solucionarlas y/o dejarlas atrás definitivamente. En otras palabras,
las psicoterapia nos enseña a vivir mucho más sabia, libre y satisfactoriamente,
pese a nuestros problemas.
“Bueno, es cierto que usted está pagando a alguien para que lo escuche, pero las
habilidades que posee un psicoterapeuta van más allá de la escucha ordinaria, cuando
estas en terapia, estás trabajando con un interlocutor con medalla olímpica. Las
personas no son conscientes de todo el esfuerzo que cuesta convertirse en
psicoterapeuta, años de formación teórica, práctica y científica y cientos de horas de
experiencia clínica.
Cómo cliente, usted no solo se sienta a cotorrear en una sesión de terapia. Hay una
cantidad de trabajo específico, búsqueda activa del pasado. Eso, combinado con la
objetividad clínica de su terapeuta, permite al paciente conseguir un marco imparcial y
equilibrado de referencia en el tratamiento lo cual no se puede comparar con la escucha
de un amigo o miembro de la familia.”
“Me parece que la psicoterapia es a menudo menos eficaz en tiempos de crisis, como
psicoterapeutas sólo podemos servir como gestores de crisis, yo prefiero a alguien que
llegue a la terapia buscando el cambio sin el fantasma de una crisis.”
Rachel Fintzy, M.A., MFT.:
“Mientras que sin duda la psicoterapia es necesaria para enfrentar posibles trastornos
psicológicos y problemas de la vida, el objetivo del tratamiento no es solamente lograr
la ausencia de la angustia. La psicoterapia puede ayudar a reconocer y desarrollar las
fortalezas y creatividad. Después de todo, incluso los atletas profesionales que son
excepcionales en su campo poseen entrenadores y preparadores físicos quienes señalan
pequeños o grandes ajustes que el atleta puede realizar para ayudarle a alcanzar su
potencial. Con la psicoterapia ocurre algo similar, en ocasiones la gente puede acudir
estando bien o excelentemente.”
“He escuchado este mito sobre todo con los nuevos pacientes, así como fuera de la
oficina con conocidos y sospecho que es la razón principal por la que muchas personas
acuden a la psicoterapia como último recurso, mucho después que el problema con el
cual están luchando se ha magnificado.
“Ir a terapia ofrece una mejor comprensión acerca de sí mismo y aprender mejores
oportunidades para vivir una vida más sana. Si alguien acude a su médico de atención
primaria por medicamentes que le ayuden a combatir la gripe o un virus, ¿los
consideramos como locos?, acudir al psicoterapeuta demuestra que usted está buscando
mejores oportunidades para resolver ciertos problemas que son preocupantes.”
“La verdad es que todos somos seres humanos y cada uno de nosotros se encuentra en
un viaje muy personal a través de la vida, el cual está lleno de alegrías y dolor.”
“El mayor mito acerca de la psicoterapia es que esta tiene todas las respuestas. El
factor curativo no se encuentra en el psicoterapeuta, es la reciprocidad entre el paciente
y el terapeuta y la labor que comparten. He estado enseñando a estudiantes de
doctorado en psicología durante más de 25 años y yo siempre les recuerdo a estos
maravillosos y apasionados jóvenes profesionales que nunca llegaran a saber más sobre
el paciente, que el mismo paciente.
Lo que ofrecen es su formación clínica para observar y escuchar lo que el paciente sabe,
pero aún no puede acceder debido a su historia, dolor, miedo, adicción, trauma, etc., no
importa el tipo de terapia, es la colaboración entre el psicoterapeuta y el paciente lo que
permite el cambio y la curación es posible.”
“Para mí, eso es imposible. Mi objetivo es ayudar a las personas a afrontar sus
sentimientos dolorosos que acompañan muchas de las circunstancias de la vida y
ayudarles a ver que no es necesario tener miedo de ciertos sentimientos difíciles.”
“Me parece que la idea de la felicidad eterna es un muy desafortunado mito de nuestra
cultura en general. Nosotros siempre vamos a enfrentar luchas, pensamientos negativos,
sentimientos de dolor y toda una serie de factores desagradables en la vida debido al
simple hecho de que somos humanos.
“He escuchado a las personas decir que si necesitan hablar o desahogarse, ¿Por qué
deberían acudir donde un psicoterapeuta?, ¿no pueden simplemente ir con un amigo?,
existen dos problemas con esto: 1) no todos tienen un buen amigo cercano para acudir y
2) mientras que desahogarse es totalmente bienvenido y es parte de la psicoterapia, esta
es mucho más que desahogarse. Este acto puede ser útil para aliviar temporalmente el
estrés o para aumentarlo, si no se tiene cuidado, pero en algún momento, el paciente
tendrá que observar en su interior, en sus propios procesos cognitivos y emocionales.
Incluso si el seguro sólo cubre sólo 10 sesiones y se quiere conocer cuál será el objetivo
final, tenemos que tener siempre presente que la psicoterapia es un vehículo para el
aprendizaje, podemos a empezar a dominar ciertas formas de ser, crecer y aprender
acerca de nosotros mismos en la vida y esto nunca termina.”
Me parece una preocupación frecuente de la gente que inicia una psicoterapia de alguna
manera encontrar un fallo con sus padres y un distanciamiento. La idea es que si se
observa muy de cerca el pasado, habría asuntos que sería mejor dejar sin examinar y no
causarle daño a la familia. Pero me parece por el contrario que la psicoterapia a
menudo trata sobre el momento presente y eso a menudo aumenta nuestra sensibilidad
para con nuestros padres.”
“… la vida es dura. Tan solo eso, eso significa que en ocasiones necesitamos ayuda.
Hablar con un psicoterapeuta o tomar una prescripción médica no te hace débil,
¿consideraría a alguien que tiene una pierna fracturada como un ser débil?, ¿si esta
persona se involucra en una terapia física de recuperación, él o ella merecerían nuestro
juicio duro y estigmatización?, ¿la gente siente vergüenza por tener asma y necesitar un
inhalador?, por supuesto que no. Las heridas pueden ser físicas, mentales o
emocionales. Aquellos de nosotros que necesitamos sanar, merecemos poder buscar la
ayuda que necesitamos sin sentir vergüenza de ello.”
Actualización: 18/07/17
Las razones más comunes por las cuales las personas no va a la psicoterapia son las siguientes:
– No reconocen que tienen un problema emocional. A veces las personas tienen el problema desde la
niñez o por años, se acostumbran a él y piensan que es normal.
– Cuando la persona no sabe donde buscar ayuda, por falta de información (por eso, la importancia de
los programas de salud mental y física en la radio, televisión, artículos en los periódicos y revistas).
– Desánimo por los comentarios de familiares y amigos: “no estás loco, échale ganas”, “eso no sirve, no
te ayudan”, “sólo vas a gastar tu dinero”, etc..
La persona con el problema emocional o la enfermedad mental lucha con el problema y con el entorno
social, quiere buscar ayuda pero no se atreve porque le da miedo o vergüenza lo que puedan otras
personas pensar de ella y se sienten víctimas de sus propios problemas emocionales en silencio. Algunas
personas no saben que estas consultas son confidenciales y tienen miedo a que su récord pase a los
servicios de Emigración o que hablen de su caso con otras personas conocidas por ella.
En los casos de seguros médicos o de autos sí queda registrado como Historia Médica del Paciente, para
evitar los fraudes.
Recibir terapia psicológica es parte del diario vivir para muchísima gente alrededor del mundo,
y actualmente existen docenas de diferentes enfoques orientados a mejorar la calidad de la vida
emocional de un ser humano en particular. Sin embargo, a pesar de la amplia difusión y
aceptación que recibe en la sociedad, existen todavía muchos mitos y tergiversaciones sobre lo
que es la psicoterapia y la forma en que opera.
Un mito muy común es pensar que es solo para enfermos mentales. La realidad es que la
mayoría de los pacientes psicológicos son perfectamente sanos, pero están atravesando un
periodo de estrés emocional que puede ocasionar ansiedad, depresión o inseguridad, y la terapia
los ayudará a recuperar el control sobre su mente. Otro mito es pensar que ir a terapia es una
demostración de debilidad. Por muy fuerte que uno se considere, puede llegar el momento en
que será muy difícil lograr total objetividad en el análisis de sus problemas emocionales, y aquí
es donde la perspectiva profesional será invalorable.
También muchos piensan que el terapeuta va a encontrar solo culpas en el paciente (o en sus
padres), lo cual no es correcto: en la terapia por lo general se intenta establecer un flujo entre
causas, interpretaciones emocionales y manifestaciones conductuales perjudiciales. Al progresar
la terapia, el paciente empezará a cambiar la manera de percibir su realidad y comenzará a
aplicar ajustes en sus comportamientos, que serán más adaptativos.
No es raro encontrar personas que creen que la psicología emplea métodos misteriosos, o que el
terapeuta puede “leer la mente”. Nada podría estar más alejado de la verdad. El objetivo
fundamental de la terapia es justamente ayudar al paciente a aclarar su panorama mental,
asignándole a cada cosa su nombre y su peso emocional: el resultado final es la recuperación del
equilibrio y el funcionamiento normal.
Para finalizar, hay en muchos la creencia de que, una vez iniciada, la terapia no terminará
nunca. Por el contrario, desde el comienzo del tratamiento se establecen los objetivos por
conseguir y los caminos por recorrer para alcanzarlos; una vez logradas estas metas tanto el
profesional como el paciente terminarán con beneplácito su relación.