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Introducción 9
El co n tex to filosófico 12
'Los cultos órfíeos 1
4
Cosmos y cosnudugia 1
9
T I lugos 30
Hace dos mil quinientos años las costas soleadas del mar Mediterrá
neo vieron nacer y florecer una gran civilización: la griega. En la pe
nínsula del Peloponeso, en las islas del mar Egeo, en las colonias de
las costas de Asia M enor y del sur de Italia -lo que en aquella época se
consideraba la M agna G recia-, se extiende una civilización de comer
ciantes, artistas, literatos, arquitectos, poetas trágicos, etc., y es en ese
contexto donde nace una nueva disciplina: la filosofía.
todo en viajes, de los que volvía sin una m oneda, eso sí, com o decía él,
enriquecido de conocim ientos. Algunos de sus contem poráneos, un a
vez superada la primera im presión que causaba el estrafalario perso
naje. llegaron a apreciarlo, e incluso tuvo varios discípulos: M etródoro
de Kyo, Nessa de Kyo y. por encim a de todos, H ipócrates de Cos, a
quien aún hoy atribuim os la paternidad de la m edicina en el sen tid o
occidental.
El contexto filosófico
Dicho de otra manera: si las ciencias estudian cóm o se producen Sin em bargo, h a sta los más grandes filósofos son hombres de su
los fenómenos, la filosofía estudia por qué existen dichos fenóm enos. tiem po, lo cual explica p o r qué los antiguos utilizaban con frecuencia
La astronomía estudia las órbitas de los planetas, la psicología estudia un lenguaje m ítico. El ejem plo más claro de esta mezcla de estüos lo
representa P latón, que cuando tiene que razonar sobre los aspectos
los intrincados procesos que llevan a los seres hum anos a to m ar ciertas
m ás com plejos d e su pensam iento lo hace sirviéndose de mitos. Aun
decisiones, la estética estudia la evolución del sentido de la belleza y de
así, esto s m ito s deben responder siempre a una explicación racional
la producción artística a través de los siglos. Pero es la filosofía la que se
cuando se in co rp o ran en u n contexto filosófico. Queda clara, por tan
cuestiona por qué existen los planetas, qué es el hombre, por qué nece
to, la relación e n tre los inicios de la filosofía y Jos conocimientos reli
sitamos representar artísticamente la realidad.
giosos, ta n to griegos com o orientales.
Los primeros pensadores griegos sabían bien que estas preguntas
existenciales (¿Qué es el universo? ¿Por qué existe el hombre? ¿Cómo A m e n u d o se ha observado que la filosofía de los antiguos grie
debe actuar?) encontraban respuestas, totalm ente adecuadas, en los gos debe m u ch o a las form as de sabiduría religiosa y científica de
mitos y en las religiones. Las representaciones míticas tam bién mi los egipcios, babilonios y griegos (sobre todo a través de Homero,
raban a la realidad con ojos llenos de asombro, y para responder a H esíodo y lo s m ito s órficos), pero tam bién es cierto que el enfoque
las preguntas que suscitaba el mundo circundante, narraban historias racional de la filosofía griega representa «un fenómeno tan nuevo
de divinidades que descendían del Olimpo y fundaban ciudades, de que no solo no p o se e nin g ú n facto r correlativo en dichos pueblos [de
héroes que superaban terribles pruebas para hacer evolucionar a la O riente], sino q u e ni siquiera existe algo estricta y específicamente
humanidad, de animales que criaban a niños semidivinos. análogo».1
¿Qué necesidad había entonces de «inventar» una nueva forma Si esta form a d e sa b e r ta n p articu lar e innovadora pudo nacer
de saber? ¿Y qué diferencia había entre Ja filosofía y esas narracio en la G recia del siglo vn es p rin cip alm en te gracias a las condiciones
nes míticas, sí ambas se hacían las mismas preguntas? La diferen m ateriales en las qu e vivían los griegos, muy distintas a las de los
cia fundamental entre mitos y filosofía es el m étodo empleado: los pueblos de O riente. En p rim e r lugar, hay que recordar que en los
primeros narran historias, a menudo extraídas de un conjunto de siglos vn-vi a. C. la eco n o m ía griega se transform ó y pasó de ser agrí
experiencias; la segunda explica de una manera totalm ente racio- cola a ser a rte sa n a y com ercial, lo cual motivó que surgieran nuevos
n a realidad con la que se encuentra. £1 filósofo no se conform a centros de com ercio, sobre todo en las colonias jónicas. Por tanto,
oue n e í l T >0SheCÍ7 ' P°r numerosos y l e n t e s que sean, sino no es casu alid ad q u e uno de los principales centros comerciales de
que necesita encontrar las causas de.todo lo que ocurre y explicarlas la época, la ciudad co stera de M ileto, se convirtiera tam bién en la
sede de la prim era escuela filosófica de Occidente.
r solo
aen explicarla, pero r la filosofía
r i d'. ■* 3x F
r»««-
vamente racional. h de Una m anera excíusl‘
Qiovanni Reale, Historia de!pensamiento filosófico y científico, Brescia, 2012, vol. 1.
'Leucipo y Vemócrito Introducción
18
dante, y por otro, intenta encontrar los principios que puedan explicar la
Cosmos v cosmología
estructura d e este mundo y ser aplicados a todos los procesos naturales
La descripción del mundo y la búsqueda de sus principios básicos son
Los filósofos ptesocráticos,
dos aspectos que no necesariamente deben estar correlacionados. An
buscando el arché de la phy*
tes de que en Grecia naciera la filosofía, en varias culturas ya se había
sis, Investigan el cosmos.
hecho una descripción del mundo natural, pero la búsqueda de un prin
Ov para ser más exactos,
cipio único e s propia de la mentalidad griega
inventan el cosmos. La
palabra griega kosmos Este concepto aparece bien resumido por Aristóteles en su Tratado
del cosm os :
significa 'orden1, por lo
que el cosmos no es otra
cosa que lo contrario del D e e s te m o d o u n a arm onía única ha organizado la constitución de todas las •
caos. Investigar la physis, el cosas, a saber, e l cielo, la tie rra y todo el mundo, mediante la mezcla de los 'i
todo de la naturaleza, y bus p rin c ip io s m ás o pu estos: lo seco y lo húmedo, lo caliente y lo frío, lo pesado ¡
car en ella un arché, es decir, y lo ligero, lo c irc u la r y lo recto, Una fuerza única que se extiende a través !
' un principio ordenador de la de to d a s las c o s a s ha ordenado toda la tierra y el mar, el éter, el sol, la luna !
realidad y potencialmente y to d o el c ie lo [...]. !
comprensible para todos los seres humanos, implica presuponer que la L a c o n c o rd ia preserva al m undo, que es el padre de todas las cosas y la «
naturaleza es ordenada y no caótica. m ás b e lla í
Por lo tanto, en un principio kosmos fue un apelativo que hacia re
ferencia al mundo según la visión de los antiguos filósofos griegos, el
modo para calificarlo de ordenado, y soló más tarde pasó a significar
«mundo*, principalmente gracias a los pitagóricos, que al señalar el nú El crecim ien to económ ico y comercial supuso un incremento
mero como arché interpretaron e) mundo como algo ordenado y regido dem ográfico, especialm ente en las ciases sociales más ricas. Los ar
por los números y por la armonía tesan o s y com erciantes, libres de las arduas labores del campo, pu
Podríamos añadir que los antiguos pensadores griegos inventaron dieron d ed ica r m ás tiem po a la especulación filosófica, e incluso a la
la cosmología, es decir, e! discurso sobre e! cosmos. Aunque en realidad actividad política. Así, el poder político pasó de estar en manos de
no tenemos noticias de que ningún filósofo de la antigüedad griega haya
los terraten ien tes, que gestionaban lo público de manera aristocráti
utilizado esta expresión, toda la búsqueda de los presocráticos se basa
ca, a las nuevas clases de artesanos, emprendedores y comerciante ,
en preguntas del tipo: ¿cómo surge el cosmos?, ¿cuál es su principio?,
¿cuáles son las fases y etapas de su creación? quienes crearo n nuevas form as de gobierno republicano, clárame
Todos los filósofos presocráticos articularon una cosmología carac m ás libres. Al n o e star sujetos a restricciones político-religiosas y po-
terizada por dos aspectos: por un lado, intenta describir el mundo circun- der expresar librem ente sus propias ideas en el ámbito po ític ,
griegos fueron m ás autónom os en todos los campos del sa er, q
hizo posible que surgiera una forma de conocimiento democra
Introducción 21
Zeucipo y Demócrito
bre todo por haber pensado, junto con la m aterialidad del arché, en
u n a fuerza (que tam bién es parte del arché) que perm ite la creación
de todo lo que existe. Para Anaxímenes, por lo tanto, la definición de
arché no se refiere solo a la m ateria de la que están hechas las cosas,
sino tam bién a la fuerza que las ha producido, de m odo que am plía
semánticamente el concepto de arché.
gigantes del pensam iento occidental, que destacan por encima de sus puede ni ser p en sad o ni expresado con palabras, porque lo que se dice
contem poráneos por una profundidad de pensam iento que los demás es lo que se piensa y solo se puede pensar lo que existe), y por eso es
no lograron alcanzar Estam os hablando de Heráclito y Parménides, a uno y único.
quienes los m anuales nos han acostum brado a considerar exponentes Para expresar estas características a través de una imagen, Parmé
de dos formas de pensar totalm ente opuestas, pero que en realidad nides dice que el ser «es sem ejante a la masa de una esfera armonio
tenían m ás puntos en com ún de lo que puede parecer a simple vista. sam ente redonda», esto es, que puede ser representado mediante la
Parm énides de Elea (540-470 a. C.), en su poem a Sobre la naturaleza, figura de una esfera, eterna, sin pasado ni presente, indivisible, inmu
dei que solam ente nos ha llegado el prólogo, casi toda la primera p ar table e inmóvil, finita y, por lo tanto, completa en sí misma y perfecta.
te y fragm entos de la segunda, reconoce el arché en el ser, opuesto
Si el p ensam iento de Parménides nos parece convincente desde
al no-ser, con una capacidad de abstracción muy superior a la que
un p u nto de vista puram ente lógico, y las características del ser pa
se ha podido encontrar hasta entonces. De él recordam os la célebre
recen derivar d e dicho pensamiento, es indudable que la experiencia
afirm ación «el ser es y no puede no-ser, el no-ser no es y no puede en
nos confirm a la existencia del nacimiento, la muerte y el movimiento.
m odo alguno ser». Según este principio, el ser se considera puram en
En una palabra, del devenir. ¿Cómo podemos expUcar esos devenires
te positivo, necesario y, por lo tanto, opuesto al no-ser, que no existe
sin salim os de la filosofía de Parménides? El filósofo de Elea distingue
y, com o consecuencia, no puede ser ni siquiera pensado o expresado entre lo que nos indican los sentidos y lo que nos revela la inteligencia,
con palabras. aunque los sentidos nos m uestren el devenir, no debemos caer en
El ser, esto es, el sustrato com ún a to d o lo q u e existe -e l arché error de pensar que tal cosa exista realmente, ya que sería impensable
p ropiam ente dicho-, posee ciertas características co n cretas y necesa Por el contrarío, la inteligencia nos muestra con claridad que so
rias: es no generado e incorruptible, p orque si hubiera sido generado ser puede existir y. por tanto, puede ser pensado y expresa o. am
deberíam os adm itir que deriva de algo d istin to a sí m ism o, o sea, del bién puede aceptarse una tercera vía, entre la errónea de los se
leucipo y Demócrito Introducción
rodea todo se mueve y cambia sin cesar, ta n to es asi que u n o de sus existencia del devenir m ien tras se busca un ■
fragmentos m ás conocidos reza sencillamente p u n ta rei ( to d o fluye), reúna las caracte rístic a s del ser eleático? Y aún má” Un‘fiCad°r que
y a menudo se recuerda tam bién su afirmación según la cual «nadie satisfactoria la solución ofrecida por los físicos jónicos
se baña dos veces en el mismo río». No solo porque las aguas del n o m andro, A naxim enes) q u e identifica el arché con un a„ í„ ■
fluyen sin cesar y el río en el que estaba inm erso ayer hoy ya n o exis ¿Cómo es posible d istin g u ir las rocas del agua o la tierra d e U ta o to s
te, sino porque tam poco yo soy la mism a persona que era ayer. Ni m últiples individuos d esd e lo indeterm inado?
siquiera una experiencia simple como la de bañarse en un río puede El in te n to de resp o n d e r a estas preguntas conduce a otrapropues
repetirse de una manera idéntica. ta filosófica, av an zad a p o r los físicos pluralistas, es decir, los filósofos
Según Heráclito, el devenir es pasar continuam ente de un con presocráticos que, al e stu d ia r la physis y buscar en ella el arché, no lo
trario al otro: las cosas frías se calientan, y las calientes se enfrían; en cu en tran en u n p rin cip io único, sino en una multiplicidad de entes
las húmedas se secan y las secas se humedecen; el joven envejece y el También los a to m ista s, e n tre ellos Leucipo y Demócrito, forman parte
viejo muere. En definitiva, nada perm anece igual a sí mismo. Hasta de los físicos p luralistas.
aquí podríamos decir que Heráclito abarca únicam ente la vía de la
doxa de Parménides, pero tam bién rechaza las evidencias de los sen
tidos y. además de constatar el devenir de todas las cosas, plantea un
principio que regula el cambio: el logos, la ley racional y necesaria que
lo rige todo.
Entre los autores que han escrito con detalle las ideas de quienes
les han precedido, y que, por tanto, constituyen para nosotros un
rica fuente de información, encontramos evidentemente a Arist te
les, pero también a Teofrasto (siglo iv a. C.), Epicuro (siglo iv m a. .
Sexto Empírico (siglo m d. C.) y algunos autores latinos como Horac
Lucrecio, Cicerón y Séneca.
............... .......................................
Una de las paradojas m ás famosas es la de Aquiles ylatortuga,que
Zenón de Elea intenta demostrar el engaño del movimiento y la infinita divisibilidad del
Zenón de Elea (siglo v a. C.), de cuya vida nos da noticia Platón en el diálogo espacio.
En una carrera entre el pie veloz de Aquiles y una tortuga,al animal se le
dedicado a Parménides, fue discípulo de estos y se distinguió por su capa
da una ventaja de un metro. La opinión común nos hace pensar que An i
cidad de oratona.Diógenes Laercio lo describe como «experto en defender
puede correr y alcanzar y superar al animal. 4 qui es
ambos lados de cada discurso», y Aristóteles lo define como el inventor de
Pero en el tiempo en el que Aquiles haya recorrido ese metro que lo
l a dialéctica separa de la tortuga ella habrá avanzado cincuenta centímetros; en el tiempo
Apoyó la doctrina filosófica de Parménides, sobre todo en cuanto a la
en el que Aquiles haya recorrido esos cincuenta centím ete, la tortuga habrá
negación del devenir y de la multiplicidad. Para ello utilizó la reducción al
recorrido otros veinticinco; en el tiempo en el que Aquiles haya recorrido esos
a b surdo, que parte de la afirmación de la tesis que quiere negarse y demuestra
veinticinco centímetros, la tortuga se moverá doce centímetros y medio y así
su absurdidad, confirmando, por lo tanto, su propia tesis (refutación de la
hasta el infinito. De e ste modo Aquiles nunca alcanzará a la tortuga, porque
refutación). Con ese propósito, Zenón elaboró paradojas (para, ‘contra1; doxa,
el espacio que los sep ara s e irá acortando cada vez más, pero nunca llegará
'opinión'), es decir, argumentos contranos a la opinión común, que llegaron a
; nosotros a través de Aristóteles, quien nos habla de e llas en su Física. a ser cero. 3
S A L ID A VENTAJA CONSEGUIDA
la » vida» y la producción filosófica
Leucipo y Demócrito
fluencia de la teoría atomista de Leucipo, lo cual demuestra que en cuando naciero n los filósofos físicos Demócrito v A ¿ * C
aquel año el atomismo ya estaba bastante extendido. También sabe- incluso H eráclito. Se dice q u e en el octogésimo año
mos que Demócrito colaboró con su maestro en la elaboración de su 433 a. C.) n acie ro n D em ó crito de Abdera. Empédocles e HiocJrat
teoría y que acabó incorporando las ideas de Leucipo a sus propias (D K 68.A 4). lp0crates
obras. Demócrito, que acabó siendo mas célebre que él, le hizo sombra
no sólo en cuanto a la fama, sino quizá también en cuanto a la propia
figura, de manera que únicamente nos ha llegado un breve fragmento Desde c o n te m p o rá n e o s d e A n ax ág o ras y Heráclito a contempo
de Leucipo y. en consecuencia, no somos capaces de distinguir entre ráneos d e S ó c ra te s, el la p s o en el q u e p u e d e situarse el nacimiento
las doctrinas del maestro y las del discípulo. del filósofo a to m is ta e s m u y am p lio . Pero en lo que todas las fuentes
concuerdan es en q u e m u r ió s ie n d o ya m uy viejo: hay quien dice que
De Demócrito, quizá por la fama que alcanzó ya en la antigüedad
y, por lo tanto, por el interés que despertó en sus contemporáneos a los nov en ta, h a y q u ie n d ic e q u e a los cien, hay incluso quien dice
y posteriores, tenemos más noticias, o al menos conocemos varias que a los c ie n to o c h o a ñ o s. En c u a n to a su familia, tenem os varias
anécdotas más o menos curiosas de su vida. No podemos saber con hipótesis re s p e c to al n o m b re d e su p a d re (H egesístrato, Atenócrito
precisión la fecha de su nacimiento, porque en la gran cantidad de o D am asipo) y s a b e m o s c o n c e rte z a que provenía de una familia
testimonios sobre él «parecen indicaciones demasiado discordantes. adinerada y q u e te n ía d o s h e rm a n o s m ayores. Fue efectivamente
Optamos por dar crédito a la hipótesis de Giovanni Reale, que sitúa discípulo d e L eu cip o , g ra c ia s al c u a l se fam iliarizó con la filosofía
el nacimiento de Demócrit o en el año 460 a. C.. basándose en Dióge- eleática, c o n o c ió a A n a x á g o ra s y viajó m uchísim o para entrar en
nes Laeroo. quien afirma que «Demócnto vivió en el período en el contacto c o n la s tr a d ic io n e s o rie n ta le s, d e m anera que adquirió una
que. como dice él mismo en -Pequeña cosmología, era joven respecto cultura am plia y c o m p le ta . D ió g en es afirm a que «estudió con algu
• Anaxágoras. ya que tenía cuarenta años menos que él» (DK 68 B 5) nos magos y c ald e o s, q u e el rey Jerjes dejó por m aestros a su padre,
7* e" U,r"° 31 aA° 500 a' C ' P " * " * » deducir que
Demócrito nació en 460-457 a. C. 1
cuando se h o sp e d ó e n s u c a sa , c o m o n arra tam bién Herodoto, de los
cuales a p ren d ió la te o lo g ía y la a stro lo g ía siendo todavía muchacho»
Sin embargo, como hemos d,cho. los testimonios sobre él ofrecen (DK 68, A 1).
datos muy dispares:
De adulto viajó p o r to d o O rien te, donde, com o sabemos, predomi
naban unas tra d ic io n e s religioso-científicas m uy profundas, aunque
8e 'gnoraba la filosofía. T a m b ié n D iógenes nos narra que «se fue a los
t a s vidas y la producción filosófica 43
42 leucipo y Vernócríto
B u s to d e H ip ó c r a te s d el
negocios, ser orador o político, ponerse enferm o, q u e d a r h erido o s ig lo xvu d e un original d e
é p o c a a n tig u a .
m orir eran cosas que había que to m ar a la ligera, con humor. Sus
com patriotas estaban muy sorprendidos con su visión de la vida,
tan to que incluso llegaron a pensar que el filósofo que vagaba por
su ciudad estaba algo loco, por lo que decidieron co n su ltar al mejor
m édico de la antigua Grecia (y uno de los m ás im p o rtan tes de la
historia de la hum anidad). H ipócrates de Cos, e invitarlo a Abdera
para que sanara las rarezas del com portam iento de D em ócrito. En
su prim er encuentro con él, H ipócrates tam b ién tuvo la im presión
de que D em ócrito estaba realm ente loco, pero en sus posteriores
visitas llegó a adm irarlo hasta el p u nto de convertirse en su discípu
lo y, aunque era dórico, escribió sus obras en dialecto jónico como
m uestra de respeto al m aestro atom ista.
f
conocer la realidad se basa en el principio de que «lo semejante conoce Anaxágoras
a lo semejante». Cada elemento contenido en un compuesto emite «eflu '^Gleoutv! ¿oc oí «I*, p|w/J
vios» que afectan al elemento correspondiente en nuestros órganos de Anaxágoras (499428 a C.) de Clazómenas, en Asia Menor, vivió y en
los sentidos. Así, con la parte acuosa presente en nuestra piel sentimos señó durante casi treinta años Atenas y probablemente fue él mismo
el agua, con la aérea sentimos el aire, etc. En cambio, respecto a la vista, quien llevó la filosofía a la capital griega También para él, como para
y reafirmando el principio de que lo semejante conoce a lo semejante, el parménides y para Empédocles, el no-ser no existe y, por lo tanto, el
proceso es inverso, porque los efluvios parten de los ojos y alcanzan el nacimiento y la muerte no pueden relacionarse con el verdadero ser,
objeto visto, y no al revés. solo pueden interpretarse como i n t e g ^ j ó o ^ ^ j ^ r a ción de p re
puestos. El arché de Anaxágoras, una vez más plural, eslácompuesto
por «ternillas» (spérmata en griego) de varias formas, colores y gustos,
que coTTsu multiplicidad originaria pueden convertirse en la variedad de
lo real mejor de lo que lo hacen los cuatro elementos identificados por
Todo aquel que quiera hacer filosofía, independientem ente de los
Empédocles. Las semillas no pueden ser percibidas por los sentidos, son
lím ites tem porales de la antigüedad, debe ten er en cu en ta las ca
eternas como el ser eleático, inmutables, infinitamente divisibles, infinitas
racterísticas del ser parm enídeo, para poder corroborarlas o recha por número y cualitativamente distintas, precisamente para poder com
zarlas. Por lo ta n to , tam b ién Leucipo y D em ócrito se com paran con poner la pluralidad que conocemos.
P arm énides y su escuela. Aristóteles, que tenía por costumbre releer a los filósofos que lo
Como ya hem os m encionado, d e Leucipo conservam os un único habían precedido utilizando su propio vocabulario, no habla de spérmata,
sino de homeomería, e s decir, de partes^aM g^s, haciendo referencia
fragm ento, brevísimo, que form aba p arte de la obra Sobre la inteli
al hecho de que cada semilla puede dividirse infinitamente en partes
gencia: «Nada sucede en vano, sino que todo ocurre por un a razón
más pequeñas, cada una de las cuales mantiene siempre las mismas
y una necesidad» (DK 67. B 2). Volveremos m ás adelante sobre este
quej&.tp;t&|ií¿ad y que las partes en las que se ha subdividido
fragm ento para analizarlo con mayor detalle, pero ahora debem os de la totalidad.
tenernos en un testim onio de Simplicio que resum e bien el pensa Según Anaxágoras, existe una fuerza, el no^s. que, a partir de la
m iento físico de Leucipo, retom ado d espués p o r Demócrito: masa originaria en la que las semillas, u homeomerías, se mezclan entre
sí, lleva a la formación del mundo que conocemos. El nous imprimiría un
a la m asa indiferenciada y se formaría una mezcla
Leucipo propuso la idea de que los átom os son elem entos infinitos organizada, de la cual después derivaría la realidad que nosotros cono-
que se mueven eternam ente, cuyas form as son innumerables, como csmos. El nous de Anaxágoras, que podemos traducir por ‘inteligencia’,
explicación del ser y del no-ser, porque observó que el nacimiento y 6S Una ^uerza no material y representa el aspecto más original de esta
. xP'1Cac'ón de la realidad, porque con Anaxágoras por primera vez se
el cambio tienen lugar en el m undo de los seres de modo continuo.
roduce en filosofía un principio inmaterial para explicar lo que existe.
Es más, postuló que los entes no poseen m ás ser que no-ser, pues- ^
to que am bos son causas iguales de los seres generados. De hecho.
l a física atomista
52 leucipo y Demócrito 53
fi V
El mundo sensible estaría formado según el principio «todo está en I Visión moderna del átomo
todo», o «en cada cosa hay parte de cada cosa», ya que cada realidad i*
W seftgjBte contendría cualquier tipo de semillas, obviamente en distinta í En la era moderna, el primero en explicar la realidad en términos atómi-
proporción. Así, por ejemplo, en el grano de trigo están contenidas tam • c0Sj es decir, en hablar de entidades minúsculas e indivisibles, es el físico
bién semillas de pelo, uñas, huesos, etc. Solo así podemos explicar el j y químico inglés John Dalton (1766-1844). En A A/ew System o f Che-
hecho de que comiendo un trozo de pan y digiriéndolo, pueda «transfor j mical Philosophy (1808), Dalton afirma que la materia está compuesta
marse» en pelo, uñas, huesos, etc. ! de átomos, partículas indivisibles e indestructibles; que los átomos de
De ese modo, Anaxágoras explica el hecho de que el pelo que crece í un mismo elemento son iguales entre sí; que ios átomos de diversos
no viene de la nada (lo que sería imposible), sino que'yaesta oDntenido 1 elementos se combinan entre sí dando origen a compuestos; que los
^ J g ^ ím e n fo s que comemos y que, por tanto, realmente nada proviene I átomos no pueden ser creados ni destruidos; en fin, que los átomos de
o acaba en la nada, sino que todo se transforma a partir de las semillas ; un elemento no pueden convertirse en átomos de otro elemento. El áto-
originarias e inmutables, que se mezclan de diversa forma ; mo de Dalton, es decir, la partícula más pequeña de un elemento que no
; puede ser descom puesta y que mantiene las características del elemen-
; to de partida, presenta muchos puntos en común con el átomo según
defendiendo que el ser consiste en la esencia sólida, densa y llena de « la antigua acepción griega del término, pero se le considera moderno
los átom os, afirm a que estos se en cuentran en el vacío y se m antie 1 porque Dalton llega a su definición empíricamente.
nen por el m ovim iento en el vacío, al que denom ina no-ser, y del que ; Después de los descubrimientos de Dalton, las cosas se complican
j cuando, más de un siglo después, Ernest Rutherford (1871-1937), con
dice ser no m enos que el ser. Del m ism o m odo, tam bién su amigo
| la ayuda de algunos discípulos, realizó un experimento con el que des-
D em ócrito de Abdera establece com o principio lo lleno y lo vacío.
j cubúó que el átomo tenía un núcleo y propuso el modelo según el cual
Dem ócrito se le pareció en este aspecto, aunque fue m ás productivo
1 en torno a este núcleo giran los electrones, como planetas que giran en
en otros p un to s (DK 67, A 8). I tomo ai sol (modelo planetario). El átomo ya no podía considerarse téc-
i rucamente un «átomo», es decir, indivisible, porque se había descubierto
> su división en núcleo y electrones orbitales. Sin embargo, no se modificó
El testim onio es complejo y habrá que explicarlo con precisión. ! su nombre. Los experimentos d e Rutherford, junto a los de James Chad-
Para empezar, de ahora en adelante considerarem os el antiguo ato , wick (1891 -1974) de 1932, llevaron a identificar en el núcleo los proto-
mismo como una doctrina unitaria, in d ependientem ente de que las nes (partículas con carga eléctrica positiva) y los neutrones (partículas
| ^°n car9a eléctrica neutra), y en torno al núcleo giraban los electrones
referencias textuales citen a Leucipo o D em ócrito, porque no hay
; Partículas con carga eléctrica negativa), de dimensión infinitamente
duda de que la doctrina del m aestro h a influido considerablem ente al
| pfk ^ ue^a 9ue los protones, pero iguales a ellos en cuanto a número.
discípulo y que el discípulo ha seguido la d o ctrin a del m aestro. Cabe * ue6C^0 clue baya el mismo número de protones y electrones hace
señalar tam bién que en este testim o n io el ser se en tien d e como un v, ^ e la carga del átomo s e a neutra en condiciones normales.
cúm ulo de átom os que se m ueven en el vacío.
"Lafísica atomista
54 leu cip o y Vemócrito
com o por el vacio. En este sentido, podem os decir que Leucipo y De-
m ócrito h an superado la visión eleática, afirm ando que el no-ser es, ya La ley d e Lavoisier
que existe realm ente y es pensable.
p la era moderna, el químico, biólogo y
Pero, a la vez, no la han superado, porque para los atom istas el ser J ^onomista Antoine Lavoisier (1743-1794),
m antiene las m ism as características que ya habíam os conocido con asesinado durante la Revolución francesa,
afirmó que «la materia ni se crea ni se des
la escuela de Elea. Los átom os son, en efecto, no creados, imperece
truye, solo se transforma».
deros, indivisibles, inm ateriales, inm utables y perfectos. Por otra par
Este principio, conocido como ley de
te, a partir de varios testim onios podem os deducir que Demócrito le Lavoisier o ley de conservación de la masa,
atribuyó al átom o las características de la «idea», es decir -sin llegar expresado en términos m ás precisos, mues
a incom odar a Platón antes de tiem p o -, de la «forma visible». ¿Cómo tra que en el interior de un sistem a cerrado
consigue el átom o tener una forma visible si es ta n pequeño que no (es decir, sin relaciones de intercambio con
puede ser percibido por los sentidos? el exterior), en una reacción química la m asa
de los reactivos es exactam ente igual a la A n to in e L av o isie r (1 7 4 3 -
1 7 9 4 ). G rab ad o .
Cuando Dem ócrito habla de «forma visible» se refiere a lo que ' masa de los productos, incluso aunque las
puede ser visto a través de la inteligencia, no a través de los sentidos. dos masas puedan aparecer en formas dis
Los átom os no son partículas invisibles debido a que no disponemos tintas. Cuando asistimos a una reacción química, sea del tipo que sea,
de microscopios lo suficientem ente potentes para poder enfocarlos, ¡ no puede haber destrucción de m asa ni creación de masa de la nada,
sino debido a que su realidad es de tipo intelectual y no empírico, o solamente transformación de la misma cantidad de masa de una forma
a otra
sea, perceptible con la inteligencia y no con los sentidos.
En física atómica, a e sta ley le corresponde la ley de conservación
Una últim a característica del átom o es que no tiene cualidades, 6 la energía, según la cual lo que perm anece sin alterar en ei interior de
sino que es una mera forma cuantitativa: los átom os no poseen un n sistema cerrado no e s la m asa sino la energía, aunque pueda trans-
formarse de una forma a otra.
color, un sabor, un olor que distinga a unos de otros. Son todos iguales
desde el pu n to de vista cualitativo y se diferencian en tre ellos solo en
cu an to a la forma, es decir, la figura geom étrica.
Los partidarios de la teoría de los átom os, que los conciben privados
de color, afirman que las cualidades sensibles surgen de elementos marcar qUe j a s c u a ^ d a d e s sensibles, pero ahora convi
concebibles solo con el pensam iento y privados de cualidad (DK 68> Vista °ntoló 9 lC*Ga ^ ^°n<^ ° ^ ^ t i g u o ato m ism o desde el pi
P^te, en Ur^ C° ^es ^ ecfr del d isc u rso so b re el ser) consiste, p
A 124).
frag m en tació n del ser de P arm énides en muchc
Z a física atomista
58 Zeucipo y Vemócrito
oS por tanto, afirm ar que los átom os son una especie de frag-
que, a pesar de su multiplicidad, m antienen las m ism as característi
A del ser eleático un itario en infinitos seres, pero que mantie-
cas que el ser eleático y, por la otra, en la afirmación positiva del no-
mentfmáxim0 número posible de características del ser parmenídeo.
ser (el vacío).
neI1 Clemente Leucipo intuya dicha fragm entación a partir de una
La mejor síntesis de la relación entre la filosofía de los eleáticos y la ****. MeUso de Samos (siglo v-iv a. C.), u n discípulo de Parménides,
de los atom istas nos la proporciona Aristóteles en su tratad o Acerca ^ escribe: «si hubiera u n a pluralidad, cada uno de los seres plurales
de la generación y la corrupción: qUC, ' „,.p ser tal com o es m i descripción del uno» (DK 30, B 8).
tendría que **
Según Meliso, el ser es in fin ito (una novedad respecto al pensa
Pero fueron Leucipo y Demócrito quienes desarrollaron con mayor mé miento de Parménides) y, p o r ta n to , único, inm utable, incorruptible,
todo una explicación única que abarca todos los procesos, tomando el eterno, inmóvil, etc. Por eso, seg ú n él la hipótesis de que m uchos se
punto de partida que por naturaleza corresponde. Así, algunos antiguos res tienen las características del u n o p arm en íd eo es contradictoria.
pensadores [los eleáticos] opinaron que el ente por necesidad es uno e En cambio, Leucipo atribuye p re cisam en te e stas características a sus
inmóvil, pues el vacío no existe y, al no haber un vacío que exista sepa átomos y de ese m odo frag m en ta el ser parm enídeo. Según los atom is
radamente, no es posible el movimiento, agregando que no puede haber tas, la pluralidad es, es decir, existe, p recisam en te porque puede ser
una pluralidad de cosas, si no hay nada que las mantenga apartadas. [...]
como el uno de Meliso. T ienen las m ism as características y, como nos
Leucipo, en cambio, creyó contar con argumentos que, al tiempo que
ha mostrado más arriba A ristóteles, n o derivan del uno, aunque son y
concuerdan con los datos de la sensación, no anulan la generación, ni
deben ser originarios.
la corrupción, ni el movimiento ni la pluralidad de los entes. Haciendo
estas concesiones a los fenómenos, pero coincidiendo con los que esta Leucipo opera del m ism o m o d o p a ra hablar del vacío. Parménides
blecen la unidad en que no puede haber movimiento sin vacío. Leucipo no había tratado este arg u m en to , pero M eliso sí, y escribe:
expresa que el vacío es no-ente y que nada del ente es no-ente, pues el
ente, en sentido estricto, es absolutam ente pleno. Pero este ente -dice
no es uno sino muchos, infinitos en número e invisibles por la pequenez Yno hay vacío, pues el vacío no es nada, y lo que no es nada no pue
de su masa. Ellos se trasladan en el vacío (pues existe el vacío), y cuando de ser. Tampoco [lo que es] puede moverse: no tendría lugar alguno
se reúnen producen la generación, y la corrupción cuando se separan. donde desplazarse, pues es un pleno. Si hubiese el vacío, podría des-
Además, actúan y experim entan pasión, cuando, por caso, entran en P azarse en el vacío, pero puesto que no hay vacío, no existe espacio
contacto (así, por tanto, no son uno), y al combinarse y entrelazarse dan Para desplazarse. (DK 30, B 7)
lugar a la generación. Pero no puede generarse una pluralidad a partir de
lo que es verdaderam ente uno, ni generarse lo uno de la verdadera plura
lidad, sino que esto es imposible. (DK 67, A 7) c°n\ob ° C°ns^ era vacío com o una forma de no-ser, por lo que,
n discípulo de Parménides, niega su existencia. Si el vacío no
Xafísica atomista gj
leucipo y 'Demócrito
Los estudiosos coinciden al reconocer en este ejemplo alfabético olaotra (DK 67^a Í S ) ^ ^ 0*no dicen p o r qué o cuál es la causa, si u n a
p resentado por Aristóteles u n a idea originariam ente atom ista. De he Anstóteh
cho, A ristóteles no utiliza las letras del alfabeto como ejemplos filo .qUelo s? ^ eCe Pre&u n ta rse: supongam os, al igual que los ato-
sóficos en ningún otro de sus escritos, por lo que podemos suponer ^ de ücho mo • m° S 86 m ueven contin u am en te. Pero, ¿cuál es la cau-
Uüento? A ñade en Sobre el cielo: «a Leucipo y Demó-
l a física atomista 67
tsucipo r Vemócrito
■ rio más atom ista. Eso significa que los átom os, que
cnto, que dicen que los cuerpos primordiales se mueven siempre en el el V°Cfl Üna determ inación de color, olor, sabor, etc., sí poseen,
v ad o y en el infinito, les correspondería decir qué |es ese] movimiento notf"efl n , distintas: «hay algunos corpúsculos lisos, otros ás-
y cuál es el movimiento natural de aquellos [cuerpos]»* |DK 67. A 16). fi^ anSd0, pero unos angulados, otro s curvos y casi adun
En realidad. Leucipo y DemócTito habían contestado a esta pre- aos, o t r o s í * 1
gunta al definir los átom os de los -autómatas»*, es decir, de los seres
lica por qué se habla de form a y orientación espacial del
«propulsados*, en el sentido etimológico de móvil de él mismo. En su
680 exp gn otro testim onio tam bién se describe cóm o llegar desde
opinión, el movimiento atóm ico seria, por lo tanto, eterno, inherente
¿tomo. pofC^ ^ cuaJiclac| es secundarias, es decir, los sabores, colores,
a los átom os y excluyeme de un motor externo a los propios átomos.
l05átomos así argu m enta Teofrasto, quien, después de Aristóteles,
Es precisam ente esta última característica la que parece negar Aristó
teles cuando modifica el vocabulario de los atomistas, ya que no acep ^nuestra principal fuente indirecta sobre los antiguos atom istas:
ta un principio motor interno a los átomos, es decir, que estos sean
autopropulsados, y busca el principio motor fuera de los propios áto
mos. Y. lógicamente, no lo encuentra ni en Leucipo ni en Demócrito. El gusto ácido es en su figura anguloso y con muchos repliegues, pe
queño y sutil [...]. Lo dulce está configurado por figuras redondeadas
Como ya hem os observado, eso no significa que Aristóteles in
y no demasiado pequeñas [...]. El acre se debe a figuras grandes, muy
terprete mal a los presocráticos, sino que cada filósofo interpreta de
acuerdo a sus propias categorías el pensamiento de quien lo ha prece angulosas y con las mínimas redondeces [...].
dido. Aristóteles tiene el mérito indudable de haber transmitido, aun Lo amargo las hace pequeñas, lisas, redondeadas, pero con un con
que sea reinterpretándolo, el pensam iento de los filósofos que lo han torno sinuoso que las hace viscosas y pegajosas. Lo salado, de figuras
precedido, plenam ente consciente de que ninguna forma de conoci
grandes y no redondeadas, unas irregulares pero en su mayoría no irre
m iento hum ano puede nacer de la nada, sino que debe compararse
gulares, de forma que tampoco tienen muchos repliegues [...]. Lo agrio
con lo que le precede. Aun así. la distancia temporal que nos separa de
es pequeño, redondeado y anguloso, pero sin tener irregularidad, y de
los atom istas hace que debamos recurrir a fuentes de segunda mano
hecho este sabor tiene la capacidad de volverse muy angular [...].
para com prender su pensam iento, con todo lo que ello supone.
De esta forma da cuenta de las demás propiedades de cada uno, refi-
Volviendo a la comparación entre átom os y letras del alfabeto que
aparece en su Metafísica, cabe señalar que las letras le interesan a néndolas a sus figuras, si bien ninguna de estas figuras en absoluto se
A ristóteles (tam bién a los antiguos atom istas) no tan to por su signifi sin contaminar o mezclar con otras, en cada sabor hay muchas.
(OK68. A135)
cado simbólico o por su sonido, sino por su forma gráfica. Los únicos
aspectos por los que los átom os difieren entre sí son los relacionados
con su forma, la rotación que realizan en el espacio o la disposición re
i ^euc‘P° y Demócrito, las únicas cualidades objetivas de los
cíproca, según el vocabulario aristotélico, o el movimiento intrínseco,
0n las cuantitativas, es decir, las relacionadas con la forma
lario más atom ista. Eso significa que los átom os, que
crito, que dicen que los cuerpos primordiales se mueven siempre en el jggúo elvoca a ^ te rm in a c ió n de color, olor, sabor, etc., sí poseen,
vacío y en el infinito, les correspondería decir qué [es ese] movimiento p0tienen ¿ f i n t a s : «hay algunos corpúsculos lisos, o tro s ás
y cuál es el movimiento natural de aquellos [cuerpos]» (DK 67, A 16) encamb‘°’ go ¿os-pero unos angulados, o tro s curvos y casi ad u n
En realidad. Leucipo y Demócrito habían contestado a esta pre aos. otroS re x
gunta al definir los átom os de los «autómatas», es decir, de los seres eos*(DK67. A 11)-
lica por qué se habla d e form a y o rien tació n espacial del
«propulsados», en el sentido etimológico de ‘móvil de él mismo. En su
Es° 1 en otro testim onio ta m b ié n se describe cóm o llegar desde
opinión, el movimiento atómico sería, por lo tanto, eterno, inherente
á to m o -^ ^ cuaiidades secundarias, es decir, los sabores, colores,
a los átom os y excluyente de un motor externo a los propios átomos.
Es precisam ente esta última característica la que parece negar Aristó ^ e t e Así lo argum enta Teofrasto, quien, d espués de A ristóteles,
teles cuando modifica el vocabulario de los atomistas, ya que no acep °° Jttraprincipal fuente indirecta sobre los a n tig u o s atom istas:
ta u n principio m otor interno a los átomos, es decir, que estos sean
autopropulsados, y busca el principio motor fuera de los propios áto
mos. Y, lógicamente, no lo encuentra ni en Leucipo ni en Demócrito. El gusto ácido es en su figura anguloso y con m uchos repliegues, pe
queño y sutil Lo dulce está configurado por figuras redondeadas
Como ya hemos observado, eso no significa que Aristóteles in
terprete mal a los presocráticos, sino que cada filósofo interpreta de yno demasiado pequeñas [...]. El acre se debe a figuras grandes, muy
acuerdo a sus propias categorías el pensamiento de quien lo ha prece angulosas y con las mínimas redondeces [...].
dido. Aristóteles tiene el m érito indudable de haber transmitido, aun Lo amargo las hace pequeñas, lisas, redondeadas, pero con un con
que sea reinterpretándolo, el pensamiento de los filósofos que lo han
torno sinuoso que las hace viscosas y pegajosas. Lo salado, de figuras
precedido, plenam ente consciente de que ninguna forma de conoci
grandes y no redondeadas, unas irregulares pero en su mayoría no irre
m iento hum ano puede nacer de la nada, sino que debe compararse
gulares, de forma que tam poco tienen muchos repliegues [...]. Lo agrio
con lo que le precede. Aun así, la distancia temporal que nos separa de
*s pequeño, redondeado y anguloso, pero sin tener irregularidad, y de
los atom istas hace que debamos recurrir a fuentes de segunda mano
para com prender su pensamiento, con todo lo que ello supone. este sabor tiene la capacidad de volverse muy angular [...].
Volviendo a la comparación entre átom os y letras del alfabeto que ríénd^l ^0rma CUenta de *as dem ás propiedades de cada uno. refi-
aparece en su Metafísica, cabe señalar que las letras le interesan a halla sinS&^ ^SUr3S’si ^ ien nlnguna estas figuras en absoluto se
Aristóteles (tam bién a los antiguos atom istas) no tan to por su signifi (DK68 ^ ° mezG^ar con o tras»en cada sabor hay muchas.
cado simbólico o por su sonido, sino por su forma gráfica. Los únicos
aspectos po r los que los átom os difieren entre sí son los relacionados
con su forma, la rotación que realizan en el espacio o la disposición re
cíproca, según el vocabulario aristotélico, o el movimiento intrínseco, >m0s Son |as^ ° ^ ^ em dcrito, las únicas cualidades objetivas de los
cuantitativas, es decir, las relacionadas con la form a
U física atomista
\
La s cuatro causas aristotélicas
Tiem po cíclico y tiempo lineal una historia de salvación, que tiene un inicio en la creación un ounta
culminante en la revelación y un fin a l en la redención. Según la c
cepción lineal del tiempo, nunca podrá existir un ¡nstante igual a ot 0" '
D esde sus inicios, la filo so fía se ha cuestionado el problema del tiem ■ — ta o cada persona seránúnlcos e irrepetibles. Esta
po, que aún hoy sigue siendo una de las cuestiones centrales del cada acontecimien con fuerza en la cultura occidental de la mano del
pensam iento humano. Los eleáticos niegan la existencia del tiempo^ visión bíblica evo|uc¡ona mediante la idea de progreso. Aun-
Em pezando por Parm énides,
que argumenta que el ser es atemporal, ^ ‘T r l í c e s religiosas, el progreso es una Interpretación de toda
porque «el ser no fue
ÍSi*. También Meliso nieqa el tierno6 ^ ^ 'nstante Presen- ¡^historia moderna y contemporánea y, a partir de la Ilustración, se
«siempre era v s i e l^ L l P V P° SÍU,a la eternidad cornos nde como un progreso ilimitado hacia una siempre mayor racio
e le á tico s ^ oce 7 s u "z T e ^ ^ < *' * - n a d , felicidad y; lib e rtad lo este sentido, la fe laica en el progreso
m odo aue t o d T Í f L , ^m o v im ie n to ..del mismo “sustltuyede alguna manera la fe en la providencia.
do que toda la filo so fía griega vincula el tiempo al movimiento
Apesar de la gran difusión y aceptación de la visión lineal del tiem
El otro rasgo característico de la teoría griega del tiempo es su in
po en la historia de la filosofía occidental, el mundo contemporáneo ha
terpretación como un recorrido cíclico o, si se prefiere, como una forma
de eterno retorno. Según esta visión, la historia tendría una serie de redescubierto la teoría cíclica del tiempo, sobre todo a través del pen
fa ses de evolución e involución, en las que periódicamente todo vuelve samiento de Friedrich Nietzsche (1844-1900). Aplicado estudioso de
a ser. El modelo de esta visión es la naturaleza, pues en primavera los filología griega en su juventud, Nietzsche teoriza sobre el pensamiento
árboles florecen y, tras haber producido frutos en verano, haber per del eterno retorno a partir de La gaya ciencia (1882, 1887), en la que
dido las hojas y secarse en otoño e invierno, vuelven a florecer en la escribe: .
siguiente primavera El n*f J .,
Una de las fuentes de la visión cíclica del tiempo es el orfismo, Esta vida, tal como la vives ahora y la has vivido, la tendrás que vivir otra
que se basa en la idea de que una persona, después de morir, puede vez, yaún incontables veces; y nada en ella será nuevo, sino que volverán
volver a vivir, y que la vida es, por tanto, cíclica Varios filósofos hacen de nuevo a ti todos los dolores, placeres, pensamientos y suspiros, todo lo
referencia a los mitos órficos, principalmente Pitágoras, quien creía deciblemente pequeño y grande de tu vida, y, todo en el mismo orden y
que las almas se insertaban en un ciclo continuo de transmigraciones S^n‘ *amb'®n esta araña y esta luz de luna entre los árboles, y tam-
o reencarnaciones. También Empédocles interpreta e) universo como e ¡nstante y yo mismo. Al eterno reloj de arena de la existencia se
un continuo unirse y separarse de los cuatro elementos, que forman
h®cha en r ^ V6Z VUel*a ~7 con él, polvo de polvo {...1 La pregunta
el cosmos, pero luego se destruyen para dar lugar a una nueva forma-
Del mismo modo, Demócríto se refiere a infinitos mundos que se una e m ^ *°d° ^ C° n CaC*a cosa: * ^ uieres <lue se repita esto
cion más pesada aWSS VGCeS mas^* P ia ría sobre tu obrar como la carga
desintegran, para después volver a formarse gramas a
form an y se
unión de los átom os.
la visión cíclica del tiempo e s ja lineal, intro- ^ a ta ie o íT i* E
La gran alternativa a considera como
bíblica Aquí el tiempo
elucida por la perspectiva
Re .
73
SSSSrSS ?
n ta s pesados se dispondrían enTl cenbo d e fto ^ P " '* * * * * * *
igeros se dispondrían hacia el exterior va ' ° * eUul0y'osát°niosn,ás
3
ualidad que de to d a la pro d u cció n del p a d re del atom is-
No eS " ^ s e r v a d o esta ú n ica en señ an za: to d o lo que o curre en la
mose haya ^ necesar¡0 y por iD tan to , in trín se c a m e n te racional, de
“ wdo con el principio griego según el cual es el propio logas el que
¡“ ría reaiidad y, al m ism o tiem po, la h ace inteligible al hom bre.
vez q ue se form ara el cosmos los átomo ‘' f° rmaria el cosmos-Una
h arían tam bién en forma de efl • S COntmuarian moviéndose y lo Por su p a rte , D e m ó c r it o . según el te stim o n io d e D ionisio de Ale-
p u e sto s atómicos"! per^de^esto'habl ^ ** qeí¡Prendenan de los com- jauría, a f i r m a que «mejor d escu b rir u n a cau sa q u e g an a r el reino de
m i r ,0 , , :,’ Pe r o a e esto hablaremos más adelante, cuando nos
u p em o s de la teona del conocimiento de Demócrito. Persia» (DK 68, B 118).
Según los abderitas, m ás allá d e la in te rp re ta c ió n q u e p o ste rio r
A hora nos interesa destacar que, puesto que los átomos son in
mente nos proporciona su filosofía, to d o lo q u e sucede es el re su lta
finitos, tam b ién los m undos que generan son infinitos. Mundos di-
fe re n te s u n o s de otros, o idénticos, que nacen, mueren y vuelven a do de una causa concreta. Así lo testifica ta m b ié n D iógenes Laercio:
n a c e r en u n círculo infinito y sin descanso. Dado que los mundos se «Que todas las cosas se hacen p o r la n ecesidad, siendo el giro (a quien
fo rm an únicam ente gracias a los átomos y al movimiento, la visión de llama [Demócrito] necesidad) la cau sa d e la g eneración de to do»
(DK68, A 1).
D em ócrito puede considerarse rígidamente mecanicista y basada en
u n p rin cip io de necesidad. Pero si eso es así, ¿cóm o se llega a la in te rp re ta c ió n d e D ante, y a
El m ecanicism o es la doctrina filosófica que explica todos los fe- muc as otras interpretaciones a n terio res a esta, según las cuales en la
busca i at0miSta 10d° SUCede p o r casualidad? U na vez m ás d eb em o s
scar la respuesta en A ristóteles.
p s s iS s
Bn concluS^ "t0 racio n alm ente~ a la fo rm ación del c o sm o s e s in -
átomos. que se m ueven c a d a u n o d e u n a m a n e ra d e te r-
trínseco a os a ^ a u n sin te n e r e n c u e n t a el p ro b le m a de la
3
a rr,b a , sigue a firm an d o que el razo ' citad° «n poco más ^ d T u n a providencia personal, p ara los a to m is ta s las c o sa s
las c a u s a s h a sido en vano e m í h i c t u Z ^ l * DemÓcrit0 ac« « de eXÍSte^e n ocurrir de o tra m anera d is tin ta a co m o re a lm e n te o c u rre n .
a z a r e s el g o b e rn a n te y el s o b e r a o H > 83 * ^ ^ a r que el
v in a s (D K 68. B 118) y que todo n “ realldades ««¡versales y di
a l y que todo ocurre por casualidad
La teoría d e l c o n o c i m i e n t o
ZeuciPo y Vemó,crito
83
istemoiogfa, la doctrina del olma y de lo divino
s a b ° r , s o n i d o , e tc ] „ 0 [ ] se p ro d u c en a m e d id a q u e llegan a n o so tro s
Pueden
Pueden medirse .l ' en" cambio,
Cambio’ s°n opinables „ paciones del e x te rn as, y a n a d ie se le o rig in a n in g u n a de
- 1
t0 « la d e D e m ó c r ¡ ft o rS'C i0nes *
S'Ci0neS G a lile a yV D escarr . . . Porque
'• - s u e nnoo lasimágenes )as imágenes que e n tra n e n n o so tro s» (DK 67, A 30).
en cuanto a , V Scartes difieren reSpec.
naba las cualidades p r i m ' ^ 0 3 p u n to esencial- De ^ respec" esas cosa» .nd u g 0 p arece qUe las im ág en es reflejadas de los
^atómicos están en la ba se ta n to de la se n sa ció n c o m o del
- -
pensamiento racional
raciono, Las cosas se exp lican a ú n m ás c la ra m e n te en
cuanto a la vista:
Según Demócrito, por naturaleza el color „
decir, los Sólidos y el vacío, que no tienen I T C°m° '°5 eteme"t e - «
Puestos son colorados según el contacto“T i T Demócrito dice que ver es percibir reflejos provenientes de los objetos
solidos] o, en otras palabras del h ' m° y 3 reTOlució" We los vistos [...]; por tanto, la im agen es la form a que aparece en la pupila
dependen, en efecto, las a p a r i e n c i a s ' “ * — (...) y él (Demócrito] y antes que él Leucipo y, después, los seguidores
de Epicuro sostienen que ciertas im ágenes que fluyen de los cuerpos
el c o Ü c e n í T ? ** mUeV6 * P'an° Qalite° trabaja con que tienen forma similar a los cuerpos de los que fluyen p enetran en
el concepto de la mensurabilidad, pero en su desvalorización de los co-
los ojos de quienes ven, y así se produce la visión. (DK 67, A 29)
nocimientos sensibles, Demócrito parece anticipar la postura de la mo
dernidad.
lo s d e fe c to s d e
11Eson solo aparentes, de los á to m o s y el vacío, que
qUe las ^ 2 ^ que llevan a los ipente porque su ■ hay conocim iento cierto e indudable.
Los * d o la pueden , . ° Pmab1^ 5t0fflUt“ ^ r. recisa verdadero ser,
stituyen sentido parm enídeo, y D em ócri-
el vacío existen en
átomos y
Sololos rte de los filósofos griegos posteriores, copia d e Par-
... P de e sol0 del verdadero ser p u ed e existir verdade-
T 2 * - ^ í j ^A ^ ' - VC‘JV-C K S ; ‘"5nÍíieS la’ nto Pero ¿cómo se desarrolla dicho conocim iento? No
" T t S o s sentidos, ya que solo producen opiniones falsas. Por
l i t o , deberá utilizar otros órganos cognitivos. tales com o la razón.
u razón, según Demócrito, debería actu a r a u n nivel m ás pro-
fundo respecto a lo que hacen los sentidos, sin deten erse en las apa
riencias de color, olor o tem peratura, sino p e n etran d o en la e stru c tu
ra fundamental de la realidad para com prenderla. Algo así com o si,
tomando una hoja, no nos lim itáram os a describir su color verde o
ssee nn sib
s iblei°sn yüd *1Ce' que no hay nada en ellas conforme a la verdad, sino
laclaridad, sino que además la analizáram os en el m icroscopio para
solo co n fo rm e a la opinión, y que lo cierto en los objetos consiste en averiguar su trama constitutiva. Eso es exactam ente lo que han hecho
lo q u e so n áto m o s y vacío; «convención es lo dulce, convención lo losfísicos y químicos modernos, que, sin detenerse en las apariencias
a m arg o , convención el calor, convención el frío, convención el color; fenoménicas, han analizado la e stru ctu ra fundam ental de la realidad
v e rdiu a ud ios
los aio
áto m uo s y ei
el vacio»,
vacío». Es decir: se ciee
ct> uecii: cree y se opina que
oe upina vjuc existen
cA.iai.cii hasta descubrir el átomo (y, más adelante, sus com ponentes subató
la s cu a lid a d e s sensibles, pero en realidad no existen, solo existen los micos).
á to m o s y el vacío. Aunque Demócrito se había comprometido a dar
c re d ib ilid a d a las sensaciones, en los Zibros probatorios las condena. crito^ 3 ^ erenc*a m^s entre la teoría del conocim iento de Demó-
... , __ - ..J n tniririanlh SinO demócrit»6 *°Sc*entl^cos modernos, que se basa en la ontología física
Dice-
D «Pero nnosotros,
ice: «Pero os en realidad, no conocemos nada invariable, smo
de las cosas crita: aunque disp usieramos de u n microscopio muy potente,
lo
lo qq uu ee cam
cam bia
b ia de acuerdo a la disposición de, cuerpo, y — — nu"« podríamos verlos
(DK68.B9). átomos postulados por los abderitas, porque
q u e p e n e tra n en él y de las cosas que se le oponr no son perceptibles
excelente síntesis de una por los sentidos. El átom o, que es por definición
calidad (y la
El frag m en to que acabam os d® “ “ en físlca existen 'Vigencia, de ~ rea^ a^ verdadera), es perceptible solo por la
la te o r ía d em ó crita de, ^ ^ n t l n o s aparentes (las ^ toante. Esta ^.^ manera fíue únicam ente puede intuirse intelectual-
reales y ^ernócrito y ei J enc*a rac^cal entre el valor ontológico del átom o de
d a d e s secu n d arias), del m l" de las cualidades ser indaria* ^ernos nos iieva^ 0r ^enoménico del átom o descubierto por los mo-
■rdadero.
08 anti Una V6Z m^S 8 ^acer hincaP * en í° im portante que
Su°s griegos distinguir entre ámbito sensible y ám bito
(« la s a p a rie n c ia s se
87
del alma y de b divino
y verdad
^ io n al, entre opinión „,BnaBsmo y mecanicismo
0 es la doctrina filosófica que considera que la m a te n a
P S lC O lo g la y e , p r ¡n c jp io djv¡^ £1materialismo
• básico y único de toda la realidad, y que todo
lo qu e exis
^prinopobási J • de modo que niega la ex,s-
D espués de haber hablada a i
s o “ «' T * -
c o cim ien de un principio espiritual e inmaterial (por e,em -
. to sensible- -e inteligible niwH, u- h~ • u^iaiao
dividido en
i co “ la e x i s t e n c i a
m ental: ¿qué es el hombre? O raeL - .oablf ^ Una cues«ón funda- Z Oios, el alma etc.) ¡unto a lo material. Varias doctrinas filosóficas
pueden ser calificadas de dualistas, ya que sugieren la coexistencia de
e n te s existentes y. sobre todo, de los otros ! ^ de ’° 8 otr08
dos principios absolutamente distintos y originarios, uno material y otro
espiritual, como fundamento de la realidad. El principal problem a de
estas doctrinas filosóficas, entre las cuales están la de Platón y la de
o^las piedras. Pero en un sistema f f l o s ó f i c o ^ d t l ™ Íe ria lfstJ Descartes, consiste en armonizar am bos principios, especialm ente en
ecarucista com o el de los atomistas, afirmar que existe el alma no el ser humano, que estaría compuesto a la vez de un cuerpo material y
es ta n sencillo. ¿Que es lo que debería distinguir el alma del cuerpo, si de un alma espiritual.
to d o e stá hecho de átom os que no presentan diferencias cualitativas? El mecanicismo es la doctrina filosófica derivada de la m aterialista
que afirma que todo fenómeno natural debe explicarse a través de
En este p u nto debemos estar atentos y no dejarnos engañar por
a 'a rnec^nica’ es ^ec'r> movimiento local, y nunca
esa form a de dualism o que se introdujo en el pensamiento filosófico
^áspmfuV'ri^'H01^ 0 esp,rrtual- Eso vale tanl° para la estructura
con Pitágoras, se reafirmó con fuerza con Platón, reapareció luego en
fenómenos 3 ^ ^ C° m° P3ra '3S man^estaciones ap arentes de los
el p en sam iento medieval y que ha llegado incluso hasta la época con
tem poránea. Este pensam iento tan extendido distingue claramente
e n tre alm a y cuerpo, y acaba identificando lo que puede conectar esos
Qon, p o rq u
dos ám bitos ta n distintos.
au?m ista s t o d o ^ df ^ r e s p it a r “ d e í a d e v iv ir Y e s q u e p a r a lo s
Para los antiguos atomistas tal dualismo es inimaginable: si todo
m° v im ie n to , p o r i n ^ ic a r s e e n r e la c ió n c o n lo s á t o m o s , e l v a c ío y e l
está com puesto de átomos, tanto el cuerpo como>el a t a *
alma> d('b s r á e x p l i c a r á , t a m b ' é n l a r e s P > r a c i ó n ( y , p o r t a n t o , l a v i d a d e l
p u esto s atóm icos. A lo sumo, la diferencia e ^ e n la
In te n te m o s C° m ° m o v i m i e n t o d e ¿ t o m o s e n e l v a c í o .
áto m o s que constituyen el alma respec a bg atomistas
Leucipo y Vemócñto
1 q u e h a n p e n e tra d
■ asim ilable al alm a. Pero volviendo a los a to
an on u e si el alm a es el p rin c ip io d el m o vim iento
A c io n e s norm ales eso &esférica*que constih tam bién los an im ales d e b erían p o seer un a. A un
I » t a ñ o , del * " m ' * 1» P o b i™ , 1 a , 51Hn, de la respirh fra„m en to s q u e c o n tra d ic e n e s ta in te rp re tació n , ya
porque ej . --«con.
t a t a t e ™ son y-«en efecto, así, hay mUC Sjdir ei alm a co n la in teligencia, q u e es u n a caracterís-
capaces de realizar tai qiie hace" comci ^ gegún T eofrasto, D em ó crito afirm a que
^ven
í 13 que áto m o s d e ir ::;; Tn cióa>
> «** tica exclusiva e'■ ^ ^ m {¡zda del alm a co n el c u e rp o cu a n d o e stá
re s p lrar> e sta situ a c .ón se u.Jb r n-Cuando^ e r .
s«% odejj ' ,aintÍ S o n a d a respecto al c u erp o » (DK 68. A 135).
ei« de TOIr po rq u e. litm lm cn te ’*
servivo \jW Pr0^ Z -x. C 1
A h o ra bien Aristóteles señala q u e D em ó crito afirm a q u e «alm a e m-
seria in te re sa n te preguntarse
/ I d a son una m ism a cosa» (DK 68, A 101). P or lo ta n to , p arece
d o s a tó m ic o s p o seen alm a. esT e c ^ Z * ? * ? " ! *
f ú t a l a coincide con el ó rg an o d el p e n sa m ie n to , es decir, co n la
tr a n lo s á to m o s en form a de esfera que dan vid” t a T " . ^ pene' capacidad -propiam ente h u m a n a - de c o m p re n d e r la realid ad del ser
p a c ,d a d d e a u t « „ i e n t e y tt5 p ta c ia „U j I ( ' ^ ; - * * »
(átomos, vacío y m ovim iento) m ás allá d e la a p a rie n c ia de los fenóm e
c o n s id e ra n q u e loa áto m o s de, alma pueden entra en nos sensibles. Esta capacidad c o n stitu y e, sin d u d a , el nivel m ás eleva
p u e s to , p e ro , com o p o r naturaleza son muy voladles, con la misma doque existe en el sistem a de los a to m is ta s y, p re c isa m e n te p o r ese
fa c ilid a d c o n la qu e en tran salen. Por lo tanto, los seres inanimados motivo, Demócrito la hace c o in cid ir c o n lo divino. «Para D em ócrito
s o n a q u e llo s co m p u e sto s atóm icos que no logran retener los átomos Dios es la inteligencia en u n fuego de form a esférica. La hipótesis de
d e la vida el tie m p o suficiente o, lo que es lo mismo, no consiguen Demócrito es que los dioses se o rig in a n a p a r tir d el fuego m ás elevado
e n c o n tr a r el eq uilibrio en tre átom os que salen y átomos que entran, que permanece, y sobre la m ism a línea se m u ev e la co n cepción que
lo c u a l solo es posible con la respiración. Podríamos decir que, si una tiene Zenón de la naturaleza» (DK 68 , A 74).
p ie d r a resp irara, te n d ría alm a y estaría viva.
^Aunque ^ C^ar 0 , < < ^u e g ° d e fo rm a esférica» al que se hace
O tro a s p e c to q u e D em ócrito no argumenta explícitamente^
kintelfe SCr 11113 re p re se n ta c ió n d el alm a h u m an a. C ontiene
re la c ió n e n tr e alm a h u m a n a y alma anim al ® ¿ b debajo d ° ^ caP ac^ ac^ ^ e c ° m p re n d e r el verdadero ser p o r
p ío q u e p e rm ite al ser vivo moverse y respira , to t.ionesdel Naturalme t a^a^ en c^a s’ ^ ^ c h a in telig en cia es el prin cip io divino,
ta m b ié n tie n e n M El p » » £ > que de acuerd ^ ^ e^em os P e n sa r ni en los d io ses griegos del O lim po,
a lm a y a f i r m a r , « ta m b ié n lo , « ■ » ■ £ £ “ „ „ del mismo modC° n ^ VÍS' Ón D em ó crito so n agregados ató m ico s
r i o , a la h u m a n a .a . t e t ó t e Na “te “ Dios hebraico ° ^°S ^ u m a n o s y l° s seres inanim ados, n i en el
P^sonaJ, proveedS^ an° ^ ^ Ue Ia Biblia com o de u n a divinidad
Sarniento uopuede d a r»
^Personal y Cq - ° f* ^ creac^o ra - £ 1 p rin cip io divino de D em ócrito es
nci e con lo m á s alto que p u e d a e n c o n tra rse en su
^ a tu a rjp T
Pa|eono.
m ana.
[j ética y la política
la reflexión ética
para el hom bre es p a sar la vida lo m ás contento 0 h demasiado subjetivo y d ependiente de circunstancias ex-
afligido que pueda. Ello sería posible si los placeres ^ V 10mer»os sug°ce eS
cosas perecederas» (DK 68, B 189). n° Se Asaran en ternas-
el verdadero bien debe ser idéntico para todos los seres
Encambio,
Si el propósito de la vida es ser feliz y esa felicidad
en todas las circunstancias, no puede variar de un sujeto
diante el buen estado de ánim o, ¿cuáles son los o de una situación a otra. Por lo que hemos dicho hasta aho-
para tom ar decisiones en el cam po ético? Dicho de otra ^ &°nentan 3 arece i d e n t i f i c a con e l b u e n e s t a d o d e á n i m o
q u e D e m ó c r it o lo
deben ser las pasion es ni la búsqueda del placer las que nos 1'** ^ ra. P , , T __, / . •„ „ .• / .
]a felicidad. Las características que tiene en común con lo
felicidad, ¿cóm o escoger lo que puede hacernos felices? que lleva.
verdadero pueden hacernos p en sar que tam bién el bien se reconoce
leyes del E stado o las indicaciones religiosas? Es interesante gracias a la inteligencia, m ientras que los placeres se perciben a través
de que los fragm entos de D em ócrito citan el bien incluso cuando^ 0 de los sentidos. De hecho, D em ócrito «llama a la felicidad buen áni
blan de la verdad: «Para to d o s los hom bres es lo mismo lo bueno y 10 mo, bienestar, armonía, sim etría e im perturbabilidad» (DK 68, A 167),
verdadero. M as lo placen tero varía de u no a otro» (DK 68. B 69)
y dice que va acom pañada por el discernim iento y la discriminación
Este enfoque establece un in teresa n te paralelismo entre el ámbito de los placeres y que en eso consisten el máximo bien y la máxima
físico, el epistem ológico y el ético de los atom istas: en el campo físico- templanza para los hombres.
ontológico, com o ya h em os visto, existe el verdadero ser, que se opone
Precisamente es la inteligencia la facultad capaz de controlar los
a las apariencias. V erdaderos son los átom os, el vacío y el movimiento;
placeres. De ahí podem os inferir o tra característica fundamental de
aparentes son las cu alid ad es sensibles de los agregados atómicos. Así.
la ética de Demócrito: el autocontrol sobre los propios deseos sensi
en el cam po epistem ológico, o d e la teoría del conocimiento, existeun
bles. A veces es más difícil controlar las propias pasiones que ganar
conocim iento cierto, in m u tab le, igual para todos los seres humanosy
una guerra: «es varonil no solo aquel que vence a los enemigos, sino
relacionado co n los áto m o s, el vacío y el movimiento, que contrasta
ambién aquel que vence el placer. M uchos domeñan ciudades y son
con el conocim iento falso d e las opiniones. «clavos de mujeres» (DK 68, B 214).
Siguiendo ex a c ta m e n te el m ism o p atró n , en ética existe^
ero*¿cómo se consigue dom inar los propios deseos, los propios
dero bien o p u esto al placer, que varía de sujeto a SU^et° ^ m£)SUjeto. ntos- tas propias pasiones? ¿Con la inteligencia o con la voluntad?
nes, p uede ser in te rp re ta d o d e d is tin ta form a por jaCj0 del do d StU^ 0S0s se dividen respecto a cómo creen que habría contesta-
Así, p o r ejem plo, c o m e r u n h elad o de n a ta en verano ^ ^ libre ta esGni0Cr*t0 a esta pregunta. Algunos afirman que la ética demócri-
es u n placer, p ero com erlo en invierno e n la monta ^ center0. Si 1* 8¡ ent ^nte^ectualista, como la de Sócrates: si conozco el bien, es decir;
con una te m p e ra tu ra d e -15 °C, n o re su lta na a j0s lácte05, 11 o racionalm ente lo que es bueno, entonces lo hago.
ofrecem os ese h elad o a u n am igo que sufra *nt0 el^ por jo tanto*
'Hient heCh°’ Demócrit0 escribe: «La causa del error es el desconoci-
le h arem o s p a s a r p o r u n a e x p erien cia desagra a ^ rea], 0 de lo mejor» (DK 68. B 83).
helado puede ser rea lm e n te u n placer, p ero no es
Sin embargo, otros intérpretes señalan que la co la reflexión política de D em ócrito. Por ahora basta
cional es solo el resorte que mueve la voluntad y Ue prens,ón r*. tso *l,P°ne E p i s o d i o de su vida ya m encionado, en el que el filóso-
no hay elección moral, por lo que la ética de Demócrito ° V° lüntad con ^ d e r a a A tenas no p ara en se ñ a r o recibir los honores
luntarista. Y, en efecto, en o tro fragm ento leemos: C ndían a un gran pensador, sino que prefirió visitar la ca
es el que no hace el mal. sino el q u e no tie n e intención h 1,0 que
ltdlL'°rres
de incógnito, puesto que no era la o pinión de los ciudadanos ate-
(DK 68. 8 62). hacerl0.
P* ses (ni ¿ de los ab d eritas) lo clue le in teresa b a- Tanto cuando se
Inteligencia o voluntad: ¿cuál de las dos guía la elecció de ser alabado co m o cu an d o se ha hecho una acción
hace algo digno . . . . . . . .
Preferimos dejar abierta la cuestión, puesto que los fra ° robable. no debe ser la op in ió n de los d em ás la que nos haga sentir
Dem ócrito pueden ser in terp retad o s en am bos sentidos ^ co rT ^ filo so s o avergonzados, según D em ócrito: «A unque estés solo, no
sabem os, desde la antigüedad se han interpretado de ambas m ° ^ debes hacer nada malo. A prende a avergonzarte m ás a n te ti que ante
Lo que sí es cierto es que el filósofo de Abdera otorga una gran los demás» (DK 68, B 244).
ta n d a a la intención con la que se realiza u n a acción: «El hombre La vergüenza que D em ócrito en señ a que hay que sen tir sobre todo
toda prueba lo m ism o que el reprobable se distinguen no solo por lo ante uno mismo es la que proviene de m uchos vicios: la envidia, el
que hacen, sino por sus intenciones» (DK 68. B 68).
odio, el deseo de riqueza. Así: «el envidioso se ato rm en ta a sí mismo
De hecho, una acción p u ed e p arecer bella y buena y. en cambio, como un enemigo» (DK 68, B 88); «el odio e n tre p arientes es mucho
ser m ala si la intención con la q u e se realiza es en realidad mala. ¿Eso más penoso que entre extraños» (DK 68, B 90); «desear desm esurada
significa que lo que hacem os no im porta, siem pre y cuando nuestras mente es cosa de niños, no de hom bres» (DK 68. B 70).
intenciones sean buenas? Si, p o r ejem plo, ofendemos a un amigo,
Sin embargo, a p esa r de q u e sabem os que D em ócrito desdeñaba
¿basta con te n e r la «intención» d e pedirle perd ó n incluso sin hacerlo?
personalmente las riquezas, no p arece que sean un mal en sí mismas:
No es esto lo que defiende D em ócrito. pues afirm a que «si solo se da la
rocurarse riquezas no es cosa inútil, pero es el peor de los males si
intención de a c tu a r las acciones q u e d a n incom pletas» ( D K 68. B 81). ¡
8Uongen es la injusticia» (DK 68, B 78).
Por o tra parte, tam p o c o el valor d e una acción se deriva de si es re
conocida p úblicam ente o no: «nadie debe avergonzarse más ante los lorizarT611^3 ^ ^ Dem ó crito no consiste tan to en desva-
dem ás hom bres que an te sí m ism o, ni debe o b rar mal ni cuando nadie ° S P^aceres’ ^as riquezas, las pasiones propiam ente dichas,
lo sabe ni cu an d o lo saben to d o s. Hay q u e sen tir vergüenza en pr|n* prender S° meter *09 P ^ c e re s y los in stin to s al bien, que puede com -
lugar a n te sí m ism o y estab lecer e sta ley en el alm a a fin de no co ^anera36 raci0n ^ m en l:e y realizarse gracias a la voluntad. De esa
n,oso eJ ^°m^re 8e vuelve valiente, com edido, generoso, parsimo-
n u n ca u n a acción indebida» (DK 68. B 264).
ten en rY e8umen> co n q u ista to d a s las virtudes, que no solo consis
Por ta n to , parece que el m áx im o trib u n a l qu e puede te ,. x ^ actu a r de u n a m anera determ inada, sino tam bién en
es co rrecto y lo q u e e stá m al es la conciencia del P ^ ^ ^ i o q * aporta n^ ° P° ner en p ráctica u n a virtud u otra. La conquista m ás
in d e p e n d ie n te m e n te de la ap ro b ació n pública. Pronto v ^ Ue p uede conseguir un hom bre no es ta n to la virtud
I
107
com o la paideia, expresión que p o d em o s traducir no ' ersonas que viven e n c o n d ic io n e s d ifíciles o d esafo r-
m ás que p o r cu ltu ra . La p a id eia griega no tiene nada' <!'iUC0':i6tl,' l8S mira es u n a d o rn o en la p ro s p e rid a d y u n refugio e n la
el nocionism o, sino co n u n a form ación del ser hum ^ ^ C011
adversa
to d a la vida. Así, D em ócrito. de u n a form a muy esquemau* **pata la c o n d u cta m o ral d el h o m b re , la p a id e ia sirve p a ra
va que «m uchos eru d ito s carecen de sabiduría» (DK 68 b 'm ) ^ Respecto
cio ^ l a e incluso m odificarla. E n u n a é tic a q u e p red ica co n
cci
¿Qué características debe te n e r la paideia que Demócrit convicción la n ecesid ad d e c o n tro la r lo s p ro p io s in s tin to s y las
niza para cada hom bre? A p esar de que estaba p e r s o n a lm e n t^ ks pasiones, la form ación se co n v ie rte e n u n a esp ecie d e « segun
resado en bu scar las causas, es decir, en la investigación filosófi da naturaleza» para el hom bre. D em ó c rito e n se ñ a q u e «la n a tu ra le z a
olvida los estu d io s m ás específicos: la historia, la música y, sobreTodl yla educación son sem ejantes, p u e s la e d u c a c ió n tra n sfo rm a al h o m
el estudio científico del cu erp o hum ano. Tanto es así que de él se dice brey al transformarlo crea su n a tu ra le z a » (DK 68, B 33).
que fue el m ayor fisiólogo an tig u o (DK 68, B 144). Según DemóctitoTa
Una vida hum ana b a sa d a en la fo rm a c ió n p e rso n a l y la capacidad
form ación personal debería ser m ultidisciplinar. Sin embargo, antean
de discernir es la m ejor b rú ju la p a ra o rie n ta rse en el m u n d o . D em ó
h ip o tético discípulo, advierte: «No te em peñes en saberlo todo para
crito ya nos ha enseñado q u e no ex iste n a d a q u e sea in trín secam en te
que no resultes ig n o ran te d e todo» (DK 68, B 169).
malo o rechazable. En cam bio, sí q u e hay m u c h a s cosas que pueden
La form ación de cad a u n o debe ser profunda y no superficial: «No ser buenas o malas según la situ a c ió n o có m o se utilicen. La fuente de
hay acceso ni al arte ni a la sabiduría si uno no los aprende» (DK68. laque deriva lo bueno es la m ism a q u e aq uella de la que podría derivar
B 59), y n u n ca debe basarse en la coacción, en la autoridad del maestro, brobién lo malo, pero p o d e m o s ev itar e sto ú ltim o sin renunciar a lo
sino en la inteligencia y la capacidad persuasiva: «a menudo la palabra no. «El agua pue¿ e ser b u e n a Q m a jaj Q p eijgrosa, p er0 p ara el
tiene m ayor p o d e r de persuasión que el oro» (DK 68, B 51). El apren lgro puede hallarse u n rem edio: ap re n d e r a nadar» (DK 68. B 172).
dizaje y form arse a sí m ism o so n de gran valor, aunque no siempre es
Podría ^ C^ar° eÍem P^° del rnar. D em ó crito recalca el valor de lo que
fácil: «Las cosas bellas las consigue el aprendizaje mediante el es^ e^
l*10no T^e^ roso: aSu a p u ed e ser útil p ara pescar y para navegar,
m a s las desagradables se co sech an sin esfuerzo y por sí» (DK 68, B
riesgo nuesfr1108 ^Ue arro )a rn o s al m ar sin saber nadar pone en
El hecho de que instruirse sea una tarea ardua no debe b _ an8ular pauT ^ *° ta n t0 ‘ aPrenc*er a n ad ar pasa a ser la piedra
pensar que la formación y la educación representan s0^ u^ ri°s y Par 0tlentarse e n el m undo, p ara no correr riesgos innecesa-
incüffjr ^ 0 er 8° z a r de to d as las cosas que pueden ser buenas, sin
sada que hay que soportan La confrontación con la ver a (aS
0 8ea- la e0 ° en m a^° 9ue podría derivarse de ellas. La sabiduría,
siempre produce placer: «los mayores goces surgen
A tizarlas aCM*a<^ discernir y com prender las situaciones sin ab-
obras bellas» (DK 68 , B 194). ^ p bre, ’ es verdadero criterio para evaluar el valor de un hom-
Y si todos los seres hum anos pueden gozar de unvalofa,i0 en l°8jóven 1Cntemente de su edad real: «A veces hay com prensión
cer que derivan de la educación y la cultura, estas es e incom prensión en los ancianos, porque el tiem po no
108
109
e n s e ñ a a p e n s a r sin o u n a crian za a d e c u é
^componen formarán nuevos agregados. E so e s p e rfe c ta m e n -
(D K 68 , B 183). Uada V *i natura! d. „ „
T WA , d a i% »
& i..necesario, por lo que la ún ica p o sib ilid ad p a ra el h o m b re
T am b ién el m al y el sufrim iento se considp w r . necesan^ E d a d e s* d e la p ro p ia ex iste n c ia y d e ja r a s í d e
t,nJtU^ L a las necesidades
p a re c e m alo, lo q u e n o s h ace su frir deriva de Z Z * * * * * * q»e Esta explicación, o m as b ien e s te in te n to d e te ra p ia
t e n o r y n o d e la realid ad en sí mism a. que no * ^ ** * * * la muerte- rpce aleo en d e b le p a ra c o n se g u ir
. ápenaS ^ dé^PaSO
raá8ParaPO
d
00*
de la s p rin c ip a le s razo n es de sufrim iento para el hoI * hr n 0nida°d d sus m iedos, p e ro d e b e m o s esp e-
c id a d p a ra p o n e r u n lím ite a la búsqueda del placer a ',*‘S'li,'CíPa-
a la in c a p a c id a d d e c o n te n ta rs e con lo que se posee 0 \ * nqUEiM 8 distinta a este problem a.
#,q“e so adán
riq u ezas, c u a n d o es insaciable, resulta mucho
^ . blemático d é la ética a to m is ta sigue sien d o , co m o
m a po b re z a , p u e s c u a n to m ás au m en ta la apetencia, m a y o ^ w T H^tomasproblem ^ s i e l v e rd a d e ro b ie n co n -
n e c e sid a d » (D K 68 , B 219).
' (1* feamenciona o decir, e n to m a rs e e n s e n o la
Y ta m b ié n : « A fo rtu n ad o es el hom bre que está contento con roo- c a d a elección é tic a d e b e rá ser
d e s ta s p o se sio n e s; d esafo rtu n ad o , en cambio, quien está triste con j jóla porla necesidad (como ocurre en el c a m p o físico). E so n o s p e r-
p o se s io n e s a b u n d a n te s» (DK 68, B 286); «es de sensatos sobrellevarla Liriaafirmar la idea de Demócrito según la c u a l sa b e r q u e el h o m b re
p o b re z a d e m a n e ra a d e c u ad a» (DK 68 . B 291); «los insensatos desean esuncompuesto atómico destinado a la d e stru c c ió n n o s lleva a acep
lo q u e e s tá a u s e n te y d e sech an lo que poseen, aunque sea más valioso tarserenamente la idea de la m uerte. Sin em bargo, la ex p erie n cia n o s
q u e lo q u e a n te s p o se ía n » (D K 68, B 202).
enseñaque las cosas no son exactam en te así, y el p ro p io D em ó crito
D e m ó c rito e s c o n sc ie n te de q u e no todos los sufrimientos huma parecedejar espacio a la libertad h u m a n a en el á m b ito m o ra l c u a n d o
n o s p u e d e n re d u c irse a la incapacidad de contentarse con lo^ Morta a dominar las propias pasiones, a elegir los b ie n e s del alm a y
p o se e , y q u e h ay situ a c io n e s q u e causan dolor o temor noloadel cuerpo y a cumplir con u n a serie de elecciones m á s q u e n o
Panamos llevar a cabo si no fuéram os realm en te libres.
n u e s t r a v o lu n ta d . U n cla ro ejem plo es el mle 0a n Demócrito.
b le p a ra to d o s e r vivo y ^ ” ^ 7 ^ * * * * Solvamos ahora a la pregunta co n la q u e h e m o s in iciad o e ste ca-
la muerte fo rm a parte integral d e la vida, y _ ........ ^ a°‘¿c6mo se conciban, si son irreconciliables, la física y la ética de
c e d e r a n te la s n e c e sid a d e s d e la vida» (DK 68, B 289). Así.« ría AlmiStaS^ Pre§unta n o parece te n e r u n a re sp u esta satisfacto-
h ou m
u b re
m u i e as n
nou sa aa b
ueen
u q
qu e la
ue ia n
u aa ttu raleza
u ic u t .o u mortal
w~. se
- - descompone Up*®1 hablan d^ 8^ arPretes D em ócrito qu e h a n d e te c ta d o e sta aporía
■ - - - - - — forjando mitosertó ^oríalid <<^e^Zl ilogicidad» que salvaría la étic a a co sta de la ra-
el tie m p o d e s u e x is te n c ia en terro res y temores
. B 297).
———
to dJ "e l' tie m p o m
n e o s re s p e—c 1— m i p A la muerte» (DK 68
q uí oe sc iig u e ------------ si e^a ^ sión filosófica de conjunto. Sin ánim o de d e term in ar
^ ‘krernrpr€taCl6n ^ antiguo atom ism o es satisfactoria o no, nos
L o ú n ic o q u e o c u rrirá tra s la m u erte es que el
°S a °hecer un a respuesta a la aporía de la lib ertad q u e se
q u e n o s h a c e e x is tir se disolverá, m ientras q u e ,r ra muchos siglos después con Im m anuel K a n t (1724-1804).
i
111
no
el objetivo de la ética
E \ fflósofo alem án reconoce ene\m unáoBste0\apteSetvd&át0li. Leles,yúdnamos d ecir que w.*
an tin o m ias (a n ti, co n trario , nomos, 'V A <*te fe varesA** . ^ In*d>e rq o é es Ja felicidad para el hom bre individual y cóm o
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nos enseña DDemócrito,
em ócrito, el uuJCu , v de
ei objetivo _ la
tXO ^vrafU ctoiias Vreciprocam ente excítente, caAa *. <co0prenu n
C ^ u e d e a - e c o n o c id a c o m o ^ ^ “r "oé es la felicidad para el m ayor núm ero posi-
k a n t i a n a ejju
s ta
— excluyete*, cí prender qué — -^nnsi-
e a e se t reconocida como verdadera.Lateiceiaantino
k a n tia n a e s tá relacionada con la libertad: ¿todo lo que sucedeend C°,n^1cómo conseguida-
n d o físic o p u ed e explicarse m ediante las leyes de la natuife? *depersonaS VL- fflósofo u e oofrece
filósofo qque n e c e una defi-
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p a r q u e Aristótele8 e s i l P ^ ^ q u e lo s p e n s a d o r e s
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7
y e s n ecesario , p o r ta n to , admitir la existencia ^ COnCreW^ A b o n a d o sobre e ste a s u n to a n te r io r m e n te . P a ra
ICant, a m b a s p o sicio n es pueden demostrarse por lo ** p p subieran r e s o n a d . ^ ^ d n d a d a n o d e su p o -
l - 4 Vi H -* • 7
prisiones, porque si la educación es importante para todo se r humano,
resultala única arma de salvación para quien no tien e grandes riquezas
o ive en condiciones de libertad limitada. Por lo tanto, la educación y
proceso educativo deberían e sta r pensados sobre todo para
es ocupan los peldaños más bajos de la escala social.
i
114
ha ética y la política 1 15
Si la dem ocracia se presenta com o un valor absolut ón real entre los seres hum anos. Incluso Platón, en sus obras
a costa de renunciar a la propia riqueza personal ^ ^ rib le ^ H t 'c a afirma que solo los filósofos - e s decir, los ciudadanos
dem ocracia tenía en m ente D em ócrito al escribir ¿<*ué Modelo ^ P b os- tienen el derecho a g o b ern ar la ciudad, ya que tienen la
Sabemos que en la an tig u a G recia existían fundameste fragmenté
entalrn dad de hacerlo. El resto de los ciudadanos d eb en m antenerse
modelos políticos: el ateniense y el espartano. En A te n a s ^ 11** ^°8 alejados de los asuntos adm inistrativos, porque n o serían capaces de
dadano tenía derecho a p a rticip ar en la asam blea le g is la u ^ 0 ^
gestionarlos adecuadam ente.
gobierno de la ciudad, con plena lib ertad de expresión * * ** d
tuviera ninguna preparación específica en política. Esta ^ YDemócrito, ¿qué pensaba desde este p u n to de vista?
gobierno recibía el nom bre d e isonom ía (isos, 'igual’, nomos ^ Ya hemos dicho que era un dem ócrata, pero tam bién sabemos que
decir, igualdad de to d o s los ciu d ad a n o s a n te la ley. En cambfo & planteaba una distinción sustancial entre los hom bres que se dejan
parta se regía por un gobierno oligárquico (oligoi, ‘pocos, arché,aquí engañar por los sentidos y los que son capaces de utilizar la inteligen
en el sentido de p o d e r, m a n d o ) que llevaba al poder a los mejores cia. Solo estos últimos, los sabios, tien en derecho a gobernar la ciudad,
ciudadanos, o a aquellos qu e se consideraban mejores, pero siem ya que «mandar pertenece p o r naturaleza al mejor» (DK 68, B 267) y
pre en u n núm ero reducido. N ing u n a de las dos formas de gobierno pueden ejercerlo siguiendo exclusivam ente su propia razón, sin tener
puede considerarse d icta to ria l o tirán ica, pero el número efectivo de que estar limitados por las leyes: «el sabio no debe som eterse a ellas
particip an tes en la vida p o lític a activa era muy distinto en Atenas y [las leyes] sino vivir librem ente» (DK 68, A 166).
en E sparta.
Según Demócrito, las leyes solo tienen un valor funcional y se ha
Y los filósofos, ¿de qu é p a rte estaban? ¿Eran demócratas u oli cen indispensables para obligar a los hombres, que por naturaleza se
gárquicos? T rad icio n alm en te e sta m o s acostum brados a pensar en rian malos, a ceder an te la rectitud y la justicia. «Las leyes no impedi
la filosofía com o u n a form a d e co n o cim ien to absolutamente demo rían a cada uno vivir de m anera libre, m ientras uno no ofenda al otro»
crática, en la que no es válido el p rin cip io de autoridad, sino más (DK68. A 245).
bien al contrario, to d a s las p e rs o n a s tie n e n derecho a expresar su Por lo tanto, si u n hom bre es sabio y capaz de comprender la ver-
propia opinión siem pre y c u a n d o se p an defenderla racionalmente. y acer el bien, no necesita som eterse a las leyes del estado. De
Sin em bargo, varios filósofos p reso crático s, entre los cuales se ha
bie er<^° 3 CSte en^oclue’ Demócrito se decanta por una forma de go-
lian H eráclito y P arm én id es, re m a rc a n la diferencia entre homb ^ 0 que no se basa en la igualdad de los ciudadanos ante la ley, sino
sabios y h om bres q ue co n fían e n las opiniones, de modo que ^ Se COnhgura m ás como una oligarquía de los sabios, que serían
así la igualdad efectiva de to d a s la s p erso n as. O b v ia m e n te ^ gi °nsables de sus elecciones políticas solo ante ellos mismos y no
tin ció n no se basa en el c e n so o p o r u n derecho de nací ^ ^ te las leyes, de las que se verían liberados. En u n fragmento afirma
hijo de u n esclavo p u e d e ser m u c h o m ás inteligente que ^ tes rUtl^Una §arantía, según las disposiciones constitucionales vigen-
1Puede im pedir que se haga injusticia a los gobernantes de la
un rey. La c ap acid ad o in c a p a c id a d de em plear la raz n i
119
lítica
é tic a lW
Zeucipo y Demócrito
Agrigento:
Empédocles
\
La escuela d e A ris tó te le s , d e G u e ta v A d o lp h S p a n g e n b e r g (s ig lo » x ).
i
Los antiguos a to m is ta s ...
¿y después?
^ > o C r « ^ f * ; |l t . V o i ü C c a *
f oc
127
los antiguos atomistas...
126 Z e u cip o y D e m ó c rito
arché, el segundo se preocupa principalmente de comprender có difieren solo por las propiedades c u an titativ as (a las que
^hom bre (que ya no es el ciudadano de la polis, sino el individuo ' w°** «forma», «peso» y «extensión») y se m ueven. Pero e n este
to de un vastísimo reino) puede alcanzar la felicidad. * su movimiento es siempre vertical, como si se hallaran en una
caso
Para Epicuro. al igual que para todos los filósofos de su tie caída libre debido a su peso. Entonces, ¿cómo pueden lle-
centro de la filosofía pasa a ser la ética, que debe basarse en la fcic ^formarse loss mundos,
mundos si los átom os siguen trayectorias paralelas
la cual, a su vez. parte de la lógica, cuyo objetivo es elaborar los cano entresí y, per lo tanto, no se encuentran nunca? Epicuro introduce el
nes para comprender la verdad (Epicuro también la llama «canóni concepto de clinamen (‘declinación o desviación) de los átom os res
AptoMO0*»)- La ética epicúrea parece totalmente opuesta a la de Demócrito pectoa su trayectoria, de modo que en algunos casos, absolutam ente
ya que su objetivo es buscar el placer. Pero el placer al que Epicuro fortuitos, los átomos pueden desviarse del trazado sobre el que son
se refiere es la ausenci^de dolor tanto en- el cuerpo como en el ajj^a, colocados y crear un mundo.
de la que se busca ]a máxima tranquilidad posible. Para ello se debe^
huir detodosjlos placeres que no searijiaturales n i necesarios (y, en Si con Epicuro el atomismo m aterialista de Demócrito se ha mo
consecuencia, comer solo cuando se tiene hambre, beber cuando se dificado ligeramente, principalmente para adaptarse a los tiempos y
tiene sed, etc.), especialmente de los que surgen de las opiQiaog^su- alas nuevas exigencias del hombre griego que vive bajo el imperio de
perfluas dgjo&iioflabres y que consisten en el deseo _de riqueza, de Alejandro Magno, la doctrina materialista recorre toda la historia de
honores, de pojjgíi etc. lafilosofía, unas veces respaldada, y otras discutida. De la era moderna
debemos mencionar al menos a un atento lector de PemócritóTKarl
En esta búsqueda de la tranquilidad mediante la distinción de los
Marx(1818-1883). Su nombre es conocido sobre todo por su reflexión
placeres, se percibe una reminiscencia de Demócrito, que identifica
Política, q ú f dio vida al marxismo, inspirado en su pensamiento. Sin
la felicidad con el «buen estado de ánimo» y enseña a no dejarse lle
ernbargo, Marx fue ante todo un filósofo y no es casualidad que se J f ^
var por las pasiones mundanas aprendiendo a controlar los propios
1841 con una tesis sobre la Viferencia entre
deseos. También tiene su origen en Demócrito la forma en la que Epi-
curo explica que no debe temerse la muerte, porque solamente es la
disolució n compuesto-algia y del compuesto-cuerpo, por lo que El acercamiento entre los dos sistem as del antiguo atomismo ya
loe mucho del pensam iento m arxiano de los inicios. Atento estudio-
solo quien conoce la realidad a través de las falsas opiniones puede
*° de la filosofía clásica, M arx pretendía proseguir sus estudios escri-
temer la muerte, mientras que quien conoce la verdad no tendrá m#
lendo una historia m ás com pleta de la filosofía e^icúrea^ estoica y
do de ella.
Pero no lo hizo por un motivo muy simple y material, su no
Sin embargo, el aspecto en el que Epicuro se acerca más a DeiTjóc ' lo apremiaba para que se casasen, y ante las necesidades familiares
es, sin duda, su teoría física. También Epicuro piensa que el mun ^mbién la filosofía debía dejarse de lado. Sin embargo, el enfoque m a
compuesto de átomos que se mueven en el vacío y contribuyena ^ ^ n i a t a de su juventud marcó todo el pensamiento marxiste. No es
RUe buscara el arché en los átomos, pero después de que el i e ism
infinitos mundos. Para Epicuro, como para Demócrito, los ^ 0IT1
Coa7 r+
128 leucipo y Demócrito
O0RaS
Traducciones
Obras críticas
611/610 a. C. Nacimiento de
[ Anaximandro en Mileto. 594 a. C. Solón, legislador de
Atenas.
586a. c. Nacimiento de
Anaxímenes en Mileto.
561-528/525 a. C. Pisístrato,
tirano de Atenas.
550 a. C. Ciro som ete las colonias
griegas de Asia M enor a Persia.
517 a. C. Muerte de
Anaximandro.
515 a. c. Muerte de Tales.
C. Posible fecha de
Cimiento de Heráclito en Éfeso.
528>525 a. c. Muerte de
Anaxímenes.
a. C. Posible fecha de naci-
rniento de Parménldes en Elea.
Itura*
hi,»6Hco V cu
Cont«*to
$00^ 0 i t .
dc f j e a _ de
U l a,H>P¿c« , r t 454 a. C. Muerte de Esquilo.
455 a. C. Nacimiento de
Tucídides.
451 a. C. En Roma. Ley de las
490 a. C Nwimimti) de Mgtwn XII Tablas.
de Sam o*. posible lerh» de
450 a. C. Nacimiento de
com posición de U íibr* Snbrr U Aristófanes.
naturaleza d*‘ lirrkílto.
444 a. C. Tregua de treinta años
a C Nai imienta d* entre Esparta y Atenas.
Eurípides.
4B0 a . C. Posible muerte
le í tía d r 431-404 a. C. G u erra del
sao a. C. Incendio detoiu*
de H erádito. posible leí ha de Peloponeso e n tre A ten as y
batalla de La* Termopila* bat.úU
com posición del pierna Sobe* ¡a de Calamina. Esparta. Fin del e sp len d o r d e
naturaleza de Parm^mdrs. la dem ocracia aten ie n se. La
47f a C. BoU^ad*?W<*j>
l.iga Helio-Ática, g u iad a p o r
480*475 a. C N ao miento de MuaU.
Atenas, se en fren ta a la Liga del
Leucipo. 47f a. C. La|tadeW4* Peloponeso. guiada p o r E sp arta.
468 a. C. Nacimiento de V< rales 444 a C Dfcfiiut*a vetar* Jr Vencerá esta últim a tra s cerca d e
lo s & ¿rgu* so b re los pe^as. treinta años de guerra.
441a C Per* *seset Wr 9 430-429 «. C. N acim iento del
Atenas efr^eu H;*r.**' 9 historiador jenofonte.
uro de la clamad. 429 ». C. M uerte d e P en d es.
460 a. C. Nacimiento de ‘ c. N« lmwnlu <w ,%uSn •- c . Sófocles co m p o n e
'F .A po rey.
D emócrito de Abdera.
Cronología filosófica
Contexto histórico y cultural
y CultU filosófica
r9|
orden 62,63,64
A posición 62,63,64
autómatas 66
¡¿Tos68
| MejandroMagno 125,127
| ¿maKl5.68.77.78.86.87.90-94,98, B
\tt). 101,104,109,126 Bohi. Niels 54
Junciones del 88,89
Anaxágpias40.41,48,51-52,78
Knaximandto22,25,33,47 lusa 64,65,73,74
Anaximenes25.26,32.33,47 eficiente 68
antinomias 110 final 68.73,74
4peiron25 formal 68
«rehé18,21-28,33,47.48.51.54-55,60. material 63.68
H77.78,88.100-101.116,126,127 Chadwick, James 53
Aristóteles22.35.38,51.58-60.61-67. Cicerón 35,125
68.69,73.74,81.88.89.90-93.110. conocimiento 21.66,79.85,86,89,100
1U.114.125 genuino 79.80
Aknócrito 41
no genuino 80
«tomismo 12.40.52,57.73.95.97,109, sensible 77,79. 80. 81-82,84.86
125,127.128 teoría del 69.72.77.84. 85.102,
tamo 12,37.47.50.52.53.54-56,59. 123
60.65.67-69.70,77.82-85.86.90. cosmos 18-19.49, 69.70.7 2 ,74,75
91.97,98.102.108.126-128 cualidades 48. 56. 57. 61, 65. 68, 81, 84.
, configuraciones 61 102
forma 56.62.64.78.92 primarias 81
t movimiento 62, 69. 72. 74.75
secundarias 60.67, 80. 81-82, 84
^ IS » * . . « > ■ 60,6’ ' 78,
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