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Ética Ministerial
El estudio de cómo debe ser
la conducta moral del Ministro Cristiano
CONTENIDO
Primera Parte:
1. Ética y Moral
conducta moral. En otras palabras, los principios éticos determinan como debemos comportarnos
o explican porque las personas se comportan como se comportan.
Diferente de los valores, en general los principios éticos son expresos en forma de reglas o normas
de conducta que orientan la acción del ser humano. Se trata de normas de carácter general,
máximamente universales, como, por ejemplo: amar al prójimo, no mentir, respetar la vida, etc. En
general los principios éticos son universales y se les puede apreciar en la mayoría de las doctrinas y
religiones a lo largo de la historia de la humanidad. Un ejemplo muy conocido son los Diez
Mandamientos. (8)
La pregunta que surge ahora es: ¿Existe valores y principios éticos universales? Algunos afirman
que los principios éticos por definición son universales, en el sentido de que todo el mundo los
reconoce, a pesar de que muchos no se comportan en conformidad a ellos. Es cierto que en todos
los pueblos y naciones la gente reconoce que se debe amar a su prójimo, no matar, honrar a los
padres, respetar y obedecer las autoridades, no mentir, no robar, etc. La Biblia nos hace entender
qué todos los hombres saben lo que es cierto y lo que es errado, porque hay una ley escrita en su
consciencia. Lea Ro 1.18-20; 2.11-16.
En conclusión, podemos afirmar que existen valores y principios éticos universales, es decir, que
están presentes, de una forma o de otra, en todas las culturas y sociedades. Aquí damos una lista
de los valores considerados universales: Amor, Justicia, Honradez, Humildad, Honestidad, Amistad,
Solidaridad, Fidelidad, Igualdad, Respeto, Tolerancia.
3. Ética Cristiana
la voluntad revelada de Dios, sin tener la necesidad de justificar sus opiniones. Razón porque la
enseñanza moral se expresa siempre en forma de mandamientos y no de afirmaciones.
Por todo lo expuesta hasta aquí, podemos definir la Ética Cristiana como el conjunto de principios
y normas bíblicas que rigen la conducta del cristiano. Así que, cuando hablamos de ética cristiana,
estamos pensando en la conducta que debe observar el cristiano en todo momento y en toda
circunstancia. El apóstol Pedro escribe: "Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que
antes teníais estando en vuestra ignorancia, sino, así como aquel que os llamó es santo, sed
también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo" (1 Pe 1.14-16).
A continuación vamos resumir las principales características distintivas de la ética cristiana en
contraste con la ética filosófica y secular, siguiendo el libro Ética Cristiana de Norman Geisler. (11)
significa que la ética cristiana sólo puede vivirla plenamente el cristiano, ya que solo él puede
alcanzar ese nivel de conducta como resultado del poder del Espíritu Santo obrando en su vida.
4. Ética Ministerial
¿Qué es ética ministerial o pastoral?
¿Cuál es la relación entre la ética ministerial y la ética cristiana?
¿Por qué es importante el estudio de la ética ministerial?
De inicio decimos que ética ministerial o ética pastoral es una rama de la ética cristiana, y se
refiere específicamente a los ministros cristianos, a los pastores. A pesar de que puede haber
distinción entre pastores y ministros, en este estudio preferimos por la nomenclatura ética
ministerial.
Es importante resaltar que todo lo que se refiere a la ética cristiana, se refiere a los pastores y
ministros cristianos. Porque los pastores también son cristianos. En general los ministros son
elegidos de entre los mejores cristianos. La necesidad de una ética ministerial es debido a los roles
del cristiano como ministro del Evangelio, especial-mente en su relación con los miembros de la
iglesia.
Rogelio Nonini define Ética Ministerial de la siguiente forma:
“Es el conjunto de normas escriturales que rigen los ministros cristianos tanto en la esfera
de las motivaciones como en la de sus acciones y que determinan su conducta en relación
con Dios, la sociedad, su familia, su iglesia, la denomi-nación a la que pertenece y las
instituciones cristianas” (13).
El estudio de la ética ministerial es importante porque: 1) Se espera que el carácter moral del
ministro del Evangelio sea ejemplar e irreprochable (1 Ti 3.2); y 2) en el ejercicio de su ministerio
el pastor asume muchos roles y tiene que tomar las deci-siones acertadas. La ética en el ministerio
incluye estilo de vida personal, compromisos con la familia, responsabilidades pastorales,
decisiones financieras, la forma como se relaciona con la Iglesia y con la comunidad. (14)
Referencias Bibliográficas
CUESTIONES DE REPASO
1. ¿Qué es ética?
2. ¿Qué es moral?
3. ¿Cuál es la relación entre ética y moral?
4. ¿Qué son virtudes? Liste ejemplos de virtudes.
5. ¿Qué son valores? Dé ejemplos de valores.
6. ¿Qué son principios éticos? Dé ejemplos de principios éticos.
7. ¿Existen valores y principios éticos universales? Explique y liste ejemplos.
8. ¿Qué es ética cristiana?
9. ¿En qué se diferencia la ética cristiana de la ética en general?
10. ¿Qué es ética ministerial o pastoral?
11. ¿Cuál es la relación entre la ética ministerial y la ética cristiana?
12. ¿Por qué es necesario una ética ministerial?
Segunda Parte:
1.2- La administración
La Biblia describe la Iglesia como un organismo vivo, conformada por sus miembros, semejante al
cuerpo humano (1 Co 12.12, 27; Ef 4.15-16). Sin embargo, hay el aspecto humano, según el cual
las iglesias locales son organizaciones humanas, incluso con personería jurídica para poder ser
reconocidas por el Estado. En este sentido la iglesia es conformada por personas y bienes
materiales y necesita un administrador.
En el ejercicio de su ministerio el pastor asume también el rol de administrador de la iglesia. El
ministro cristiano, además de asumir las funciones de cuidado y liderazgo, en general tiene que
asumir también funciones administrativas. Por lo tanto, se espera que el candidato al pastorado
tenga también competencias para administrar.
El pastor es responsable por toda la organización y gestión de la iglesia. La iglesia debidamente
organizada y que funciona de forma adecuada es capaz de seguir la dirección de sus líderes
ministeriales. Es necesario que las organizaciones dentro de la iglesia tengan propósitos y metas
definidas. Los líderes de los departamentos o organi-zaciones necesitan entender eses propósitos
y metas y ser entrenados para colocarlos en práctica. Es función del pastor ofrecerles asistencia,
orientación e incentivo.
El ministro de Cristo debe ser fiel en su administración, es decir, debe ser una persona digna de
confianza. El apóstol Pablo afirma que se espera que la gente considere a los pastores como
“servidores [ministros] de Cristo y administradores de los misterios de Dios” y añade: “lo que se
requiere de los administradores es que cada uno sea hallado fiel” (1 Co 4.1,2). La palabra
administrador aquí es la traducción del término griego oikonomon (de oikonomias = economía) que
en Lc 16.1 es traducido como “mayordomo”, de donde viene la palabra “mayordomía”. El énfasis
cuando se habla de mayordomía es en la administración de las finanzas de la iglesia.
1.3- La predicación
1.4- La enseñanza
La enseñanza es uno de los elementos esenciales de la iglesia, tal vez el principal y más importante
que la predicación. Jesucristo es llamado de Maestro y la mayor parte de su ministerio fue
enseñar. En Mt 9.35 tenemos un resumen de su ministerio: “Recogía Jesús todas las ciudades y
aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda
enfermedad y dolencia en el pueblo”. Los apóstoles daban mucha importancia a la enseñanza en
la vida de la iglesia. La verdad todas las Epístolas son enseñanzas de los apóstolos a las iglesias.
Pablo dijo a los obreros de Éfeso: “…les he enseñado públicamente y en las casas” (Hch 20.20 NVI).
El ministro cristiano, principalmente en el ejercicio del ministerio pastoral, debe tener
competencias para enseñar. Pablo recomienda a Timoteo: “Lo que has oído de mí ante muchos
testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Ti 2.2). El
pastor es también un maestro, de ahí que algunos eruditos consideran apenas cuatro ministerios,
envés de cinco, en Ef 4.11: “Y él mismo constituyo a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros”. El cuarto ministerio sería pastor-maestro.
El ideal es que la carrera de Teología, especialmente en la formación de pastores, sea una
licenciatura o por lo menos que tenga cursos de Didáctica. Tal vez pueda disminuir la carga horaria
de Homilética para incluir Didáctica. Pero si el pastor puede seguir también una Facultad de
Pedagogía será mejor.
1.5- La consejería
La consejería es otra de las funciones esenciales del ministro cristiano como pastor de una iglesia.
Al cuidar del rebaño de Dios no hay como no aconsejar las ovejas. El pastor está siempre
aconsejando, sea de manera formal o informal. Para ello el pastor necesita tener competencias y
está preparado para aconsejar a cualquier momento. Debe le gustar estar con personas, tener
habilidades para relacionarse y preparo espiritual y académico para aconsejar las personas.
Muchas situaciones de consejería no exigen mucho preparo y un entrenamiento específico. El
pastor puede contestar a una pregunta, escuchar alguien compartir una preocupación, demostrar
amistad, hablar palabras de reafirmación y ánimo. Esto es lo que algunos llaman de “diálogo
pastoral sucinto”.
Otra forma de consejería es lo se llama “consejería pastoral y psicoterapia”. Este tipo de consejería
se hace en encuentros marcados, en varias sesiones, y exige entrenamiento especializado para
poder realizarla. Si el pastor no tiene es tipo de preparo, debe encaminar la persona a un
especialista. En general, la consejería pastoral debe limitarse al área de las relaciones.
1.6- La visitación
La visitación pastoral ha sido considera, desde mucho tiempo, una de las principales
responsabilidades del ministro cristiano. En la sociedad atareada de hoy, la visita ha se tornada
cada vez más difícil. No obstante, el contacto personal con los miembros de la iglesia aún es muy
importante. En muchas iglesias los miembros esperan que el pastor les visite.
Especialmente las iglesias de porte mediano o grande, deben tener grupos o comisiones de apoyo y
cuidados pastorales. Sin embargo, el pastor mismo debe visitar también. La visitación puede ser
Ética Pastoral, Autor: Pr. Francisco do Nacimento
– Edición: Asamblea de Dios Maranata Paraguay - octubre 2015 Página 10
IBM – Instituto Bíblico Maranata
realizada con varios motivos: evangelizar, como parte del discipulado, ministrar a los enfermos,
mantener contacto con aquellos que no puede salir de casa o que están internados, o
simplemente socializarse y fortalecer la amistad y compañerismo.
El pastor debe estar preparado para tomar decisiones en todo momento y para dirigir o participar
en las celebraciones.
Conclusión
En este apartado vimos las funciones y áreas de actuaciones del ministro cristiano para las cuales
él debe tener competencia y estar preparado. La finalidad de este estudio es mostrar la necesidad
del pastor, o aspirante a ministerio, de prepararse para ejercer su ministerio de forma eficaz.
El crecimiento espiritual continuo del ministro resulta de la práctica regular de la oración, del
estudio bíblico, de la adoración y obediencia en servicio al Señor. Pablo nos aconseja: “Así que yo
corro y lucho, pero no sin una meta definida; …mas bien, golpeo mi cuerpo y lo someto a
servidumbre, no sea que después de haber predicado a otros yo mismo quede eliminado” (1 Co
9.26-27 RVC).
b) El ministro debe ser lleno del Espíritu Santo – Hch 6.3
Ser lleno del Espíritu Santo es un requisito imprescindible al ministerio cristiano. Cuando fue
necesario elegir personas para el diaconato en la Iglesia de Jerusalén, los apóstoles recomendaron:
“Buscad, pues, hermanos, entre vosotros a siete hombres llenos del Espíritu Santo y de sabiduría,
a quienes encarguemos de este trabajo” (Hch 6.3).
Según las Escrituras el ideal de Dios es que todos los creyentes sean llenos del Espíritu Santo.
Jesucristo mismo era “lleno del Espíritu Santo” (Lc 4.1) y en el Día de Pentecostés, en “el aposento
alto”, todos sus discípulos “fueron llenos del Espíritu Santo” (Hch 2.4). Además, hay un
mandamiento para todo los cristianos: “No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno;
más bien llénense del Espíritu” (Ef 5.18 RVC).
¿Qué se entiende por “llenura del Espíritu”? Algunos consideran como sinónimo del “bautismo
con el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas”, para otros es un “revestimiento de
poder”. La verdad es que la “llenura del Espíritu Santo” es mucho más que eso. Otra expresión
equivalente para “llenura del Espíritu” es “Plenitud del Espíritu”, que se refiere a todo lo que el
Espíritu Santo puede hacer en el creyente y a través de él.
La llenura del Espíritu Santo transforma el creyente en un hombre espiritual, que lleva una vida
bien ajustada y capaz de servir a Dios. Estamos hablando del fruto del Espíritu y los dones
espirituales. En Gálatas 5.22-23 habla de nueve aspectos del fruto del Espíritu: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Estas nueve palabras forman una
definición del carácter cristiano y a la vez es una descripción del proceder de Cristo mientras vivía
en la tierra. Por lo tanto, el Espíritu Santo produce en el creyente “lleno del Espíritu” el verdadero
carácter cristiano. Lea también 1 Co 13.4-7.
El Espíritu Santo capacita al creyente “lleno del Espíritu” para el servicio a Dios por medios de los
dones espirituales. En 1 Corintios 12.4-11 encontramos listados nueve dones, llamados también
“manifestaciones del Espíritu”: palabra de sabiduría, palabra de conocimiento, fe, dones de
sanidades, milagros, profecías, discernimiento de espíritus, diversos géneros de lenguas e
interpretación de lenguas. En Efesios 4.11 tenemos una lista de dones ministeriales: apóstoles,
profetas, evangelistas, pastores y maestros. La finalidad de estos dones que es “perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio” (Ef 4.12).
Señor Jesús ha dicho: “Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres” (Mc 1.17 RVC). Le
toca a cada cristiano atender a este llamado y estar dispuesto a hacer lo que el Maestro mandar.
Desafortunadamente pocos creyentes atienden a este llamado.
De forma distinta y selectiva, Dios llama algunos de sus discípulos para ser pastores, evangelistas y
misioneros. Es un llamado especial y personal. Leyendo Lc 6.12-16 vemos que Jesucristo “llamó a
sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles”. Leyendo Hechos
13.1-3 podemos concluir que el misionero es un obrero con un doble llamado: el llamado para el
ministerio de la Palabra y el llamado para una obra específica. En la iglesia de Antioquia había un
grupo de obreros con dones ministeriales distintos, y el Espíritu Santo dijo: “Apártenme a Bernabé
y a Saulo, porque los he llamado para un importante trabajo” (RVC).
El llamado al ministerio implica capacitación en potencia para el ejercicio del ministerio. En otras
palabras, aquél que fue llamado para el ministerio ha sido dotado por Dios con habilidades y
dones específicos para su ejercicio (Mt 25.12-18; Ef 4.7). En la vida cristiana, la medida que
crecemos “en la gracia y el conocimiento de Cristo” y en el servicio a Dios, descubrimos y
desarrollamos estos dones y habilidades.
Según Rick Warren, en nuestra formación para servir a Dios entran tres factores importantes: 1)
los rasgos de nuestra personalidad, 2) los talentos y habilidades naturales y 3) los dones
espirituales. La personalidad es tu forma de ser: tu temperamento, forma de actuar, tus intereses,
gustos y pasiones. Dios te formó para un ministerio específico y te sientes bien cuando haces lo que
Dios quiere que hagas, conforme tu personalidad. Talentos son las habilidades naturales que ya
nacemos con ellas, pero que necesitan ser desarrolladas. Es la facilidad para ejecutar determinada
tarea. Los dones son habilidades especiales dadas por Dios a los creyentes para servirle. (2)
Dios les da a cada creyente dones espirituales para usarlos en el ministerio. El apóstol Pablo dice:
“Cada uno de nosotros ha recibido los dones que Cristo le ha querido dar” (Efesios 4.7 BDHH).
Hablando de los ministerios Pablo dijo: “En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles,
luego profetas, y en tercer lugar, maestros; después los que sanan…, los que administran…” (1 Co
12.28 RVC; lea también Ef 4.11).
Por tanto, si alguno anhela ser un ministro de la Palabra, “desea una buena obra” (1 Ti 3.1 RVC).
Pero, es necesario estar consciente de su llamado antes de aceptar a ser consagrado u ordenado al
ministerio. El aspirante debe estar seguro de su llamado y la iglesia y ministerio puede
comprobarlo por los dones, habilidades, dedicación y perseverancia en el servicio a Dios.
gobernar bien su casa y hacer con que sus hijos le obedezca con el debido respeto; porque el que
no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?” (1 Ti 3.4-5 NVI).
El pastor de una iglesia no es solamente “el presidente”, para presidir, dirigir, gobernar, dominar. Al
contrario, el pastor debe “cuidar del rebaño del Dios”, así como un pastor cuida de sus ovejas. El
apóstol Pedro nos exhorta: “cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por
obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. No sea tiranos con
los que están a su cuidado, sino sea ejemplo para el rebaño” (1 Pe 5.2-3)
El ministro de la Palabra (presbíteros, evangelistas, pastores, misioneros) debe tener una conducta
moral intachable. Aquellos que ejercen la función pastoral, u otra función ministerial, deber ser
líderes que no se le puede acusar de nada. Debe ser como Daniel, que sus compañeros “buscaban
la ocasión de acusarle…, pero no podía hallarla, ni tampoco acusarlo de ninguna falta, porque ele
era confiable y no tenía ningún vicio ni cometía ninguna falta” (Dn 6.4 RVC).
Los detalles en cuanto a la conducta moral del ministro encontramos principalmente de los
siguientes textos: 1 Timoteo 3.1-13; Tito 1.6-9 y 1 Pedro 5.1-4.
En conclusión, podemos decir que el aspirante al ministerio debe demostrar madurez como
cristiano y como líder, especialmente con respeto a su carácter y sus actitudes. La Iglesia y el
ministerio que quiere consagrar personas al ministerio de la Palabra deben examinar
cuidadosamente a los candidatos a la luz de estos requisitos bíblicos. Los candidatos deben
primero ser puestos a prueba, y luego, “si son irreprochables” serán consagrados (1 Ti 3.10). Esta
prueba en general sucede como cooperador para poder ser consagrado a diácono, después a
presbítero. Después de presbítero a evangelista y después a pastor (modelo de las Asambleas de
Dios de Brasil).
Referencias Bibliográficas
1) Carter, J. E. y Trull, J. E. (2010). Ética ministerial: una guía para la formación moral de líderes
cristianos. São Paulo: Vida Nova.
2) Rick Warren (2005). Una vida con propósito. Miami: Editorial Vida.
EJERCICIO DE REPASO
Tercera Parte:
El objetivo de este estudio es exponer los distintos aspectos de la conducta moral del ministro y
explicar su importancia en el contexto de la iglesia. La base para este estudio será los textos bíblico
de 1 Timoteo 3.1-13; Tito 1.6-9 y 1 Pedro 5.1-4.
A pesar de que algunas cualidades del ministro puedan ser clasificadas como personales, la
conducta del ministro siempre es pública y se manifiesta en la relación con las personas o grupos
de personas, sean en la familia, en la iglesia o en la sociedad en general. Por eso, en este estudio
de la conducta moral del ministro cristiano vamos considerar estas tres áreas.
El ministro de Cristo debe tener una conducta personal intachable en sus relaciones con las
personas en general, sea de la comunidad donde vive, en su familia o en la iglesia.
Los textos bíblicos base para este estudio son: 1 Timoteo 3.1-13 NVI y Tito 1.6-9 NVI.
En este estudio vamos contestar la siguiente pregunta: ¿Cómo debe ser, o cómo debe
comportarse, el ministro cristiano en sus relaciones con las personas en general?
Respuesta: El ministro cristiano es una persona que…
1) Debe ser moderado, sensato, respetable – 1 Ti 3.2.
Moderación aquí se refiere al fruto del Espíritu Santo, el dominio proprio o templanza
(Gl 5.23).
Sensato quiere decir sabio, que vive sabiamente. No se refiere a conocimientos, sino a la
sabiduría de vida, como vivir bien. Es la sabiduría que habla el libro de Proverbios: “El
principio de la sabiduría es el temor al Señor” (Pv 1.7).
El ministro debe ser una persona respetable, es decir, debe tener una buena reputación.
Que la gente habla bien de él y le respeta por su integridad.
2) Debe ser hospitalario, amigo del bien – 1 Ti 3.2; Tit 1.8
El pastor [anciano] “con agrado debe recibir visitas y huéspedes en su casa” 1 Ti 3.2
NTV), “debe estar dispuesto a recibir en su casa a los necesitados” y “hacer el bien” a
todos (Tit 1.8 PDT).
3) Debe ser amable, apacible, manso y humilde – 1 Ti 3.3; Tit 1.7.
Ser amable se refiere al fruto del Espíritu, la amabilidad (NVI). Quiere decir que el
ministro debe saber tratar bien las personas.
Apacible quiere decir pacífico o pacificador. Aquél que no es conflictivo, que no se mete
en problemas, sino que busca la paz. En Tit 1.7 complementa el sentido: “No debe ser
El ministro cristiano debe tener una conducta moral intachable en sus relaciones con la esposa y
con sus hijos. Además, su familia debe ser bien ordenada, viviendo conforme los principios de la
Palabra de Dios.
Los textos bíblicos base para este estudio son: 1 Timoteo 3.1-13 y Tito 1.6-9 NTV.
En este estudio vamos contestar la siguiente pregunta: ¿Cómo el ministro cristiano debe ser o
actuar con su familia?
Respuesta: En relación a su familia el ministro cristiano…
1) Debe ser fiel a su esposa –1Ti 3.2, 11. Tit 1.6.
La traducción Reina-Valera en estos textos dice “marido de una sola mujer” (RV95) o
“que tenga una sola esposa” (RVC). El sentido original es que el aspirante al ministerio
no sea bígamo o polígamo, sino “que tenga una sola esposa”. Esta recomendación de
Pablo era debido a la existencia de la poligamia en la cultura corintia y que en la propia
iglesia había hombres casados con más de una mujer.
Por este frase “debe ser marido de una sola mujer” algunos entienden que el pastor
debe ser casado, y casado una sola vez. No puede ser pastor un soltero (que nunca casó,
viudo, o divorciado), ni un divorciado casado otra vez. Tal vez un viudo casado por
segunda vez pueda ser acepto como pastor.
El principio aquí, y la contextualización en nuestra cultura occidental, es que el ministro
sea “un hombre de una sola mujer”, es decir, que su esposa sea la única mujer en su
vida conyugal. Esto habla de la fidelidad conyugal, es decir, el hombre debe ser fiel a su
esposa, y la contrapartida es que la mujer debe ser fiel a su esposo.
El ministro debe “honrar su matrimonia, y ser fiel a su cónyuges” (Heb 13.5 RVC).
Actualmente la infidelidad conyugal (fornicación, adulterio, asedio, etc.) ha sido uno de
los pecados capitales de los ministros cristianos y que ha causado muchos daños al
pueblo de Dios. El pastor debe tener mucho cuidado al relacionarse con las mujeres de
la iglesia, sean casadas o solteras.
La recomendación bíblica es huir de la inmoralidad y de las pasiones juveniles (1 Co 6.18; 1
Ts 4.3-7; 2 Ti 2.22). Por ejemplo, el pastor debe evitar quedarse a solas con una persona
del sexo opuesto. Al aconsejar una señora o señorita que sea acompañada con otra
persona, o que el pastor esté con su esposa.
Además, el pastor nunca debe descuidar de sus responsabilidades como esposo,
conforme ordenan las Escrituras:
“Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla
santa… Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa
se ama a sí mismo, pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo
cuida, así como Cristo hace con la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo” (Ef .25-30 NVI).
“De la misma manera, ustedes, los esposos, sean compresivos con ellas en su vida matrimonial.
Hónrenlas, pues como mujeres son delicadas, y además, son coherederas con ustedes del don de la
vida. Así las oraciones de ustedes no encontrarán ningún estorbo” (1 Pe 3.7).
El pastor debe tener una conducta moral ejemplar en sus relaciones ministeriales. El pastor debe
ser ejemplo para el rebaño y un siervo al liderar los miembros de la iglesia y sus consiervos.
El Texto base para este estudio es 1 Pedro 5.1-4 NVI.
En este estudio vamos intentar contestar la siguiente pregunta: ¿Cómo el pastor debe actuar con
la iglesia?
Respuesta: Con la iglesia que pastorea el ministro debe…
1) Cuidar de la iglesia como un pastor cuida de su rebaño – 1 Pe 5.2.
El ministro, al pastorear la iglesia a su cargo, debe hacerlo “de manera voluntaria y con
el deseo de servir, y no por obligación ni por el mero afán de lucro” (1 Pe 5.2 RVC). Debe
cuidar del rebaño de Dios “con gusto, no de mala gana ni por el beneficio personal que
pueda obtener de ello” (NTV).
El pastor debe cuidar de la iglesia como Jesucristo cuidaría, pues Él es el Supremo Pastor
y nuestro modelo. Este modelo está descrito en el Salmo 23 y en Juan 10.1-18. El buen
pastor guía, cuida, y hasta da su vida por las ovejas, si necesario. Aquél que no es pastor
ni el dueño de las ovejos, que es apenas un asalariado, no se preocupa con las ovejas,
sino que “huye y abandona las ovejas cuando ve venir al lobo, y el lobo las arrebata y las
dispersa” (Jn 10.12).
2) Liderar y conducir el pueblo de Dios con su ejemplo – 1 Pe 5.3.
El ministro debe tener el cuidado para no abusar del poder, como exhorta el apóstol
Pedro: “no abusan de la autoridad que tienen sobre los que están a su cargo” (1 Pe 5.3
NTV). El abuso de poder o autoridad es una de las tres áreas en la cual muchos pastores
han fallado, causando escándalos y mucho daño a la iglesia. El pastor debe siempre
recordar que no es el dueño de la iglesia, sino que la Iglesia es de Dios.
El pastor no debe “gobernar” o “presidir” la iglesia como un tirano o dictador, sino que
debe “liderar” con su ejemplo. Pablo nos exhorta: “Preséntate tu mismo en todo como
ejemplo de buenas obras y muestra en la enseñanza integridad y seriedad, con palabras
sanas e irreprochables, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo
que decir de ustedes” (Tit 2.7-8 RVC).
El verdadero líder no es aquél que manda, que ordena, sino aquél que tiene seguidores.
El pastor debe ser un verdadero líder, que va delante de sus ovejas, “y las ovejas le
sigue, porque conocen su voz” (Jn 10.3-4).
Mas una vez más el modelo es el Jesucristo, nuestro Maestro y Señor. En Juan 13.1-20
Jesucristo nos da un ejemplo de cómo debemos liderar, lavando los pies de sus
discípulos. Enseguida Él dijo: “les he puesto el ejemplo, para que lo mismo que yo he
hecho con ustedes, también ustedes lo hagan”, “deben lavarse los pies unos de los
otros” (Jn 13.14, 15 RVC). Entonces, el Maestro nos enseña que liderar es servir,
“porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida
en rescate por todos” (Mc 10.45).
3) Recordar que prestará cuenta al Supremo Pastor – 1 Pe 5.4.
El pastor en el ejercicio de su ministerio debe siempre recordar que no es el dueño de la
iglesia, sino que es solamente un mayordomo, es decir, un siervo del Señor Jesucristo, el
cual le ha encomendado Su rebaño. En 1 Pe 5.2 NTV dice: “Cuiden del rebaño que Dios
les ha encomendado”.
El pastor debe recordar también que habrá un juicio, “cuando venga el Gran Pastor” (1
Pe 5.4 NTV), y hemos de prestar cuenta al dueño de la Iglesia. El principal texto sobre
este juicio es 1 Co 3.8-15. “Cada uno debe tener cuidado de cómo edifica sobre el
fundamento que ya está puesto”, es decir, de cómo pastorea la iglesia de Dios, “y la
obra de cada uno, sea la que sea, será revelada y probada por el fuego” (1 Co 3.10, 13).
Si el obrero trabajar bien, conforme las normas de la Palabra de Dios, “ese recibirá
recompensa”, “recibirá la corona incorruptible de gloria” (1 Co 8.14; 1 Pe 5.4).
LECTURA COMPLEMENTAR
La palabra ética viene de un vocablo griego que se define como carácter. Ética es la parte de la filosofía que
trata la valorización moral de los actos humanos, y es un conjunto de principios y normas que regulan las
actividades humanas. "Es la ciencia de la moralidad", entendiéndose por moralidad el conjunto de juicios
que la gente hace referente a lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo, en las relaciones interiores o
entre individuos.
Concluimos diciendo que la ética tiene como objetivo orientar a las personas a fin de que sepan cómo
deben proceder para que su vida sea correcta, especialmente en relación con el bien y el mal.
1. DEFINICIONES
5.17). El cristiano debe ser un ejemplo de vida para el mundo sin Cristo, tanto en su conducta personal
como en su relación con la familia, la sociedad y las autoridades (Ef 5.21, 6.9).
Somos parte de una sociedad sin Dios que está gobernada por un relativismo moral alarmante. Hay una
falta total de ejemplos de ética en todas las esferas. En el periódico La Nación, salió un artículo titulado "El
fracaso moral de la civilización", en el cual se expresa: "Desde el Decálogo de Moisés a través de toda la
poderosa influencia moral del cristianismo, la civilización occidental había mantenido tenazmente un
conjunto de reglas morales y de principios éticos que constituían la base misma de la educación y de la
conducta civilizada”.
“El reconocimiento de esos grandes principios morales llegaba a conformar una manera de distinguir
fácilmente entre lo que era el bien y lo que era el mal. Lo que ha ocurrido desde la Primera Guerra Mundial
equivale a una inmensa hecatombe moral de nuestra civilización. Se ha ido estableciendo tenazmente un
divorcio entre los principios éticos y las realidades de la vida social, con inmensas consecuencias
destructivas del ideal mismo de una civilización digna de ese nombre".
Lo grave es que ese relativismo moral y la filosofía hedonista de nuestra decadente sociedad han ingresado
a las iglesias.
2.1- La sociedad
Todos conocemos la situación moral de nuestros países latinoamericanos. Nuestros dirigentes no son un
modelo de conducta ética. La mentira, la vida ostentosa, el fraude, la corrupción, la impunidad, la falta de
justicia y de seguridad y un nivel de transgresión generalizado han creado un ambiente de libertinaje.
Los medios masivos presentan, además, como sumun de felicidad, el tener cosas, el ser exitoso, aunque no
virtuoso. Propone disfrutar de la vida, pero sin responsabilidad. Por otro lado las mafias de la droga y la
pornografía así como los grandes emporios de la diversión, han abierto las puertas a todo tipo de
posibilidades de placeres sin pensar en el daño que hacen.
Pareciera que el apóstol describe nuestra sociedad moderna cuando dice: "Estando atestado de toda
injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y
malignidades.... quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos
de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican" (Ro 1.29-32).
Frente a estas situaciones nos preguntamos: ¿Qué es correcto hoy? ¿Quién lo determina? Nuestra sociedad
no puede. Sabemos que como cristianos evangélicos esa es nuestra responsabilidad, pero ¿tenemos la
capacidad y la disposición para hacerlo? Jesús dijo que somos la sal de la tierra, pero que si la sal pierde sus
propiedades y no cumple su función "no sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los
hombres" (Mt 5.13). ¿Estaremos perdiendo nuestra capacidad de ser sal?
2.2- La iglesia
Al analizar la conducta de muchos líderes y congregaciones evangélicas, nos asombra encontrar un
relativismo moral similar al que rige a nuestra sociedad sin Dios. Pero peor aun es descubrir en nuestras
iglesias y en ministerios cristianos los mismos pecados, las mismas situaciones censurables que
encontramos en nuestra sociedad contemporánea.
En esas congregaciones no se viven la santidad, la pureza, el amor, la verdad, la humildad y el respeto o
temor a Dios. Algunos líderes obran como si fueran dueños de las congregaciones, de los ministerios y de
los recursos, cayendo en los mismos excesos y pecados que condenan en los líderes que no son cristianos.
Bien se expresó Cipriano cuando dijo: "Los pecados de los cristianos han debilitado el poder de la iglesia".
Mencionaré algunos casos reales:
Después de abandonar a su familia, un hombre fue a otra ciudad en la cual fue designado evangelista y
enviado a otro pueblo para iniciar una iglesia.
En una iglesia un líder llevaba a las mujeres jóvenes a un salón aparte para liberarlas de "espíritus inmundos
de sexo"; les hacía sacar prendas íntimas y las manoseaba mientras pretendía reprender a los demonios.
Un pastor designó a un matrimonio joven como misioneros a otro pueblo, y les pidió que vendieran su casa
y que le entregaran el dinero. Cuando regresaron se encontraron sin su casa y estafados por su pastor que
había usado el dinero para otros fines.
Un pastor recibió la propiedad de unos ancianos como ofrenda, a cambio de que la iglesia les permita
usarla y les brindaran atención ya que no tenían familiares. Poco después, comenzó a tener problemas para
brindarles la debida atención. Los envió a un geriátrico y se quedó con la propiedad.
Un pastor se ufanaba de qué los vecinos le vendían sus casas a él a muy poco precio. La razón era que ya no
se podía vivir en las cercanías del templo por el ruido que hacían en las reuniones. Los dueños se las
vendían a un valor muy inferior con tal de irse del barrio.
Un pastor se ofreció a cooperar con ocho pastores del interior del país para que ellos cobraran la asignación
familiar que otorga el gobierno. Les hizo firmar una carta poder autorizándole a cobrar por ellos. Durante
tres años este pastor cobró mensualmente el dinero de sus colegas y a quienes jamás se los remitió.
Cuando el organismo estatal le requirió la documentación correspondiente, la fraguó falsificando firmas de
sus colegas y dando gracias a Dios porque no había sido descubierto.
a) Orgullo y ostentación
Algunos líderes viven y se comportan como si fueran magnates del evangelio. Sus casas, sus autos, su
vestuario y la suntuosidad de sus templos (y ministerios) contrastan totalmente con el estilo de Jesús y con
la pobreza de los miembros de sus iglesias. Visten y actúan como estrellas del cine o de la televisión. Hacen
de cada culto un "show" para demostrar todo lo que pueden hacer o cuánta "unción" o " poder" tienen.
La idea de que todo cristiano debe vivir en prosperidad no es una enseñanza bíblica. Los ministros que
viven en lujos y sin privarse de nada, mal usando las ofrendas que dan con amor al Señor cristianos que no
tienen casi para comer, es un pecado que Dios condena.
b) Abuso de poder
El poder que tenemos por causa de nuestra posición en el ministerio nos corromperá si no lo usamos en
sujeción al Señor, sirviendo a la iglesia. Aprovechándose de las estructuras administrativas de su
denominación, hay líderes que se rodean de personas que los adulan, los secundan y los protegen de la
gente. Hay pastores que condicionan a los miembros de su iglesia para que ofrenden, asistan y cooperen
con las actividades y lo hacen no por amor, sino por temor. Otros ministros son duros con los miembros
pero muy permisivos con sus líderes y familiares. Algunos asumen actitudes de caudillismo, manejando la
congregación como si fuera su feudo y haciéndose acompañar por guardaespaldas.
Un caso lamentable lo constituye Diótrefes quien "...no contento con estas cosas (criticar al apóstol Juan)
no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se los prohíbe, y los expulsa de la iglesia" (3 Jn
9,10).
c) La mentira
En nuestras congregaciones e instituciones se miente, exagerando las estadísticas sobre la membresía y la
asistencia. Se miente cuando se promete a la gente la solución inmediata de todos sus males y la provisión
divina para cubrir todas las necesidades. Como consecuencia, miles de personas se sienten defraudadas por
los cristianos evangélicos que les prometieron en forma muy definida cosas que no se cumplieron.
Una familia conocida tenía una anciana internada en un hospital en estado muy grave. Algunos cristianos
les aseguraron que para la Navidad la anciana estaría sentada con ellos en la mesa compartiendo esa fecha
tan especial. Para esa fecha la abuela estaba sepultada y la gente decepcionada con los evangélicos. Ellos
nos decían que si no los hubieran ilusionado dándoles tanta certeza de sanidad, no se hubieran sentido tan
desanimados y frustrados.
d) Pecados sexuales
Nuestros jóvenes en porcentajes importantes tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio y se casan
apurados por un embarazo no deseado. Por otro lado cada vez son más los líderes y pastores que caen en
pecados sexuales.
Agrava el problema la falta de disciplina para con algunos líderes que caen en pecados sexuales. Aparte del
mal ejemplo que dan, esa falta de disciplina transmite el falso mensaje de que no es tan grave la
fornicación o el adulterio porque si ellos, que son los líderes, caen y no hay sanciones, da la impresión de
que se protegen entre sí y por lo tanto no se aplican disciplinas. Tienen la sensación de que los miembros
regulares pueden y deben ser amonestados y sancionados, pero los pastores no. ¿Por qué no puede pecar
un miembro y ser perdonado sin tener disciplina?
ustedes los creyentes; ...les hemos encargado que se porten como deben hacerlo los que son de Dios que
los llama a tener parte de su propio reino y gloria." (1 Ts 2.10-12 VP).
"Hermanos, les ordenamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de cualquier
hermano que lleve una conducta indisciplinada y no siga la tradiciones que recibieron de nosotros" (2 Ts
3.6-9 VP).
Nuestra responsabilidad es grande y no debemos fallarle ni al Señor quien nos llamó al ministerio, ni a la
iglesia que espera que no seamos guía viviendo delante de ellos como es digno de un siervo de Dios.
Frente a lo expuesto, no podemos menos que concluir declarando que urge estudiar y vivir la ética
ministerial para ser ejemplos a nuestras iglesias como lo fue Jesús para sus discípulos y para su generación,
y como lo fue el apóstol Pablo para las iglesias y líderes de su tiempo.
EJERCICIO DE REPASO
1. En una frase o en un parágrafo corto, conteste la siguiente pregunta: ¿Cómo debe ser, o cómo
debe comportarse, el ministro cristiano en sus relaciones con las personas en general? Cite
referencias bíblicas que justifique.
2. En un parágrafo corto, conteste la siguiente pregunta: ¿Cómo el ministro cristiano debe ser o
actuar con su familia? Cite referencias bíblicas.
3. En un parágrafo conteste la siguiente pregunta: ¿Cómo el pastor debe actuar con la iglesia?
Justifique con texto bíblico o por lo menos las referencias.
4. Liste los tres pecados capitales de ministros cristianos. Justifique con textos bíblicos.
5. Según la lectura complementar ¿Por qué es importante el estudio de la ética hoy?
6. ¿Cuál es el peligro del relativismo moral en la Iglesia Cristiana?
7. Mencione cuatro tipos de pecados que son resultados del relativismo moral dentro de las
iglesias cristianas.
8. Relate por lo menos un caso de pecados morales de su conocimiento que ha sucedidos en
alguna iglesia. Evite citar nombres, especialmente si tratar de personas de su ministerio o
convención.
Cuarta Parte:
1. Importancia y Propósitos
En general, los códigos de ética profesionales son diseñados para especificar los deberes del
profesional, según la concepción de su clase profesional. De modo semejante, un código de ética
para pastores debe reflejar cómo se espera que siervos ordenados por Dios ejerzan el ministerio,
según la concepción de sus compañeros pastores.
Los cuatro propósitos centrales de los códigos de ética profesionales también se aplican a los
códigos pastorales. Los propósitos de los códigos ministeriales consisten en: 1) Proveer pautas que
reflejan los valores del ministerio; 2) Especifican las competencias necesarias para el ejercicio del
ministerio; 3) dan apoyo y protección al ministro como individuo; y 4) definen las necesidades
morales del ministerio. (4)
Según la ética ministerial, ser un obrero cristiano significa asumir determinadas obliga-ciones
básicas a todos los ministros. Son normas que orientan los obreros para que ejerzan un ministerio
ético y enfatizan las áreas en que los ministros presentan vulnerabilidad. Estas normas articulan
patrones éticos personales importantes, rigen las expectativas acerca de la conducta del ministro
en relación a los compañeros, a la congregación y a la comunidad y expresan los ideales del
ministerio.
2. Contenido y estructura
Preámbulo
Soy un ministro del Señor Jesucristo, llamado por Dios a proclamar las inescrutables riquezas de su
amor. Por lo tanto, adoptaré voluntariamente los siguientes principios para que a través de la
dedicación y disciplina propia pueda demostrar un ejemplo digno para aquellos a quienes guiaré y
serviré.
Aquí transcribimos algunos ejemplos de código de ética ministerial para un estudio comparativo.
El objetivo de este estudio es el obrero o aspirante al ministerio conocer sus responsabilidades y
obligaciones como ministro de Cristo.
Como un ministro de Jesucristo, llamado por Dios a proclamar el evangelio y dotado por el Espíritu
para pastorear la iglesia, yo me dedico a dirigir mi ministerio de acuerdo con los lineamientos
éticos y los principios asentados en el presente Código de Ética Ministerial, para que mi ministerio
sea aceptable a Dios, mi servicio sea de beneficio a la congregación y mi vida sea un buen
testimonio al mundo.
I- Mi Conducta Personal
1. Seré un testimonio vivo y un ejemplo del ministerio de Jesucristo. (1 Pe 5.3; 1 Ts 1.7)
Ética Pastoral, Autor: Pr. Francisco do Nacimento
– Edición: Asamblea de Dios Maranata Paraguay - octubre 2015 Página 30
IBM – Instituto Bíblico Maranata
2. Dedicaré tiempo, energía, vitalidad y todo esfuerzo para realizar un ministerio efectivo. (2 Ti
4.2)
3. Buscaré crecer en la fe, el conocimiento y la práctica del ministerio, a través de las disciplinas
espirituales, el estudio, la educación continuada y el servicio hacia los demás. (2 Co 10.15;
Col. 2.19)
4. Seré veraz en mis predicaciones, nunca plagiando el trabajo de otro, exagerando los hechos,
haciendo mal uso de experiencias personales, o comunicando chismes. (Ro 15. 20; 2 Co 4.5)
5. Viviré una vida que honre los compromisos con mi familia, incluyendo la necesidad de
privacidad y el tiempo dedicado a mi cónyuge e hijos. (1 Ti 5.4)
6. Estaré junto con mi esposa en el ministerio en el lugar que me toca servir. (1 Ts 4.4)
7. Seré justo con cada miembro de mi familia, dándole el tiempo, amor y consideración que
ellos necesitan.
8. Consideraré a mis hijos como un regalo de Dios y buscaré satisfacer sus necesidades
individuales sin imponer expectativas indebidas sobre ellos. (Tit 1.6)
9. Tomaré tiempo para renovarme física y espiritualmente, a través de la recreación, las
vacaciones familiares, y la devoción personal. (Col. 3.10)
10. Seré un mayordomo de los dones que el Señor me ha otorgado, a través del manejo del
tiempo, los talentos y los recursos financieros de una manera generosa y responsable. (2 Ti
1.6; 1 Pe 4.10)
11. Aceptaré la responsabilidad de toda deuda en la cual incurra. (Prov. 22.26)
12. Me mantendré emocional y físicamente en forma y balanceado, absteniéndome de todo
que atente contra mi integridad física y espiritual. (1 Ts 5.23)
13. Usaré mi posición, poder y autoridad de maneras no explotadoras. (Ro 13.1,3)
14. Mantendré normas éticas morales en mi comportamiento sexual. (1 Ts 4.3-7)
15. Trataré a todas las personas con igualdad de respeto y cuidaré de ministrarles de manera
imparcial. (Lv 19. 15-18; Ro 12.18)
Creyendo que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y proclamándolo Señor y Salvador del
mundo, yo, como ministro, reafirmo mis votos, de que a través de la dedicación y la disciplina
dirigiré y serviré con integridad. Descansando en la gracia de Dios, me comprometo a lo siguiente:
I- Mi Conducta Personal
1. Seré un testimonio vivo y un ejemplo del ministerio de Jesucristo.
2. Dedicaré tiempo, energía, vitalidad y todo esfuerzo para realizar un ministerio efectivo.
3. Creceré en la fe, el conocimiento y la práctica del ministerio, a través de las disciplinas
espirituales, el estudio, la educación continuada y el servicio hacia los demás.
4. Viviré una vida que honre los compromisos con mi familia, incluyendo la necesidad de
privacidad y el tiempo dedicado a mi cónyuge e hijos.
5. Tomaré tiempo para renovarme física y espiritualmente, a través de la recreación, las
vacaciones familiares, y la devoción personal.
6. Seré un mayordomo fiel de los dones que el Señor me ha otorgado, a través del manejo del
tiempo, los talentos y los recursos financieros de una manera generosa y responsable.
7. Aceptaré la responsabilidad de toda deuda en la cual incurra.
8. Me mantendré emocional y físicamente en forma y balanceado, absteniéndome del abuso
de substancias (drogas, alcohol) y otros comportamiento abusivos.
9. Usaré mi posición, poder y autoridad de maneras no explotadoras.
10. Mantendré un sano nivel de conducta sexual.
11. Trataré a todas las personas con igualdad de respeto y cuidaré de ministrarles de manera
imparcial.
Creyendo que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y proclamándolo Señor y Salvador del
mundo, yo, como ministro ordenado o licenciado, reafirmo mis votos de dedicación y disciplina
para dirigir y servir con integridad la iglesia a la cual he sido llamado. Descansando en la gracia de
Dios, me comprometo a lo siguiente:
I- Mi conducta personal
1. Seré un testimonio vivo y un ejemplo del ministerio de Jesucristo. Dedicaré tiempo, energía,
vitalidad y todo esfuerzo para realizar un ministerio efectivo.
Referencias Bibliográficas
1) Carter, J. E. y Trull, J. E. (2010). Ética ministerial: una guía para la formación moral de líderes cristianos. Pág. 232.
São Paulo: Vida Nova.
2) Carter, J. E. y Trull, J. E. (2010). Ética ministerial: una guía para la formación moral de líderes cristianos. Pág. 227.
São Paulo: Vida Nova.
3) Carter, J. E. y Trull, J. E. (2010). Ética ministerial: una guía para la formación moral de líderes cristianos. Pág. 230.
São Paulo: Vida Nova.
4) Carter, J. E. y Trull, J. E. (2010). Ética ministerial: una guía para la formación moral de líderes cristianos. Pág. 237.
São Paulo: Vida Nova.
5) Carter, J. E. y Trull, J. E. (2010). Ética ministerial: una guía para la formación moral de líderes cristianos. Pág. 233.
São Paulo: Vida Nova.
6) Carter, J. E. y Trull, J. E. (2010). Ética ministerial: una guía para la formación moral de líderes cristianos. Pág. 265.
São Paulo: Vida Nova.
7) Código de Ética Ministerial: http://www.literaturabautista.com/codigo-de-etica-ministerial
8) Código de Ética de las Iglesias Evangélicas Peruanas:
http://pastor-misael-borda.blogspot.com/2010/03/codigo-de-etica-ministerial.html
9) Mi Código de Ética Ministerial de la Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo:
https://www.discipleshomemissions.org/wp-content/uploads/2012/10/Codigo_de_Etica2011.pdf
10) Código de Ética Ministerial de la Convención de Iglesias Bautistas Hispanas:
http://convencionbautista.com/yahoo_site_admin/assets/docs/Codigo_de_etica_ministerial_aprobado_8-8-
2009.222100112.pdf
EJERCICIO DE APRENDIZAJE
BIBLIOGRAFIA
Angulo Parra, Y. (2008). Ética y valores. México: Editorial Santillana; edición virtual.
Bibo de Aquino, R. (2013). Os desafios da ética cristã. Joinville/SC – Brasil: BiboTalk
Carter, J. E. y Trull, J. E. (2010). Ética ministerial: um guia para a formação moral de líderes cristãos. São
Paulo: Vida Nova.
Lacueva, F. (s/f). Ética cristiana. Edición virtual.
Norman Geisler (2010). Ética cristã, Alternativas e questões contemporâneas. São Paulo: Vida Nova.
Rick Warren (2005). Una vida con propósito. Miami: Editorial Vida.
Rogelio Nonini (s/f). La ética de la conducta ministerial.
http://www.desarrollocristiano.com/articulo.php?id=106
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Ética, Moral, Valores y Principios. BuenasTareas.com. Recuperado 28, 2015, de
http://www.buenastareas.com/ensayos/Ética-Moral-Valores-y-Principios/52954712.htpm
Etimología de “Ética”:
http://www.gramatica.net.br/?s=Etimologia+de+%22%C3%A9tica%22
Etimología de “Moral”:
http://www.gramatica.net.br/?s=Etimologia+de+%22moral%22