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Ensayos
199
Filosofia
T h . --'ne
Eeqcuentroa
edtctonesa.
fj 2002
Carlos Diaz
y
Ediciones Encuentro, S.A.
Pre-Liininar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
5
Breve historia de la filosofta
6
TRES PRÓLOGOS PARA UN SOLO UBRO
Prólogo Uno
7
Breve historia de la filosof.a
Prólogo Dos
8
Tres prólogos para un solo libro
9
Breve historia de la falosofia
Luis Narvarte
Prólogo Tres
10
Tres prólogos para un solo libro
Eduardo Martinez
11
PRE-LIMINAR
13
Breve historia de la ftlosofia
1 El Pafs, 25-2-1994.
14
Pre-Uminar
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Breve historia de la fdosotia
16
Capítulo 1
ESPARTANOS Y ATENIENSES
Ciudades-Estados
17
Breve historia de la filosofia
Esparta
Atenas
El esclavo
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Grecia, los fdósofos
El libre
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Breve historia de la filosofia
para que llevase a los humanos el pudor y la justicia, a fin de que rigie-
sen en las ciudades la armorua y los lazos comunes de amistad.
Preguntó entonces Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el
pudor entre los hombres: '¿Las distribuyo como las demás artes, con un
solo arte de la medicina para muchos, o bien entre todos?'. Respondió
Zeus: 'Entre todos, y que todos participen de ellas; pues si sólo unos
pocos participan, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciuda-
des. Además, establecerás en mi nombre esta ley: que todo aquel que
sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado de la
ciudad como una peste'•1• Todo el afán del ateniense es llegar a politi-
co, pues la politica se entiende como virtud, en la medida en que debe
preocuparse por el bien común. Por eso las leyes atenienses preveían
que los cargos públicos fuesen sorteados en su mayor parte, y no por
votación. A través de esta especie de loteria politica cualquier ciudada-
no puede alcanzar un puesto de responsabilidad, con lo que desapare-
cen en parte los vicios del politiqueo y del tráfico de influencias.
Menos centralizador que el espartano, el ateniense concede autononúa
administrativa a cada démos o barrio, den en principio, a razón de diez
por tribu, pero posteriormente más. Cada ciudadano ateniense se deno-
mina oficialmente con tres nombres: el suyo propio, el de su padre (patró-
nimo) y el de su -démos- (demótico). El demarca cumplia las funciones del
alcalde actual. La fratria es una subdivisión del -démos-2• Pues bien, del
<lémos- salen los candidatos para la Asamblea de los Cincuenta, sección
reducida del Consejo de los Quinientos. Tal Consejo tiene un presidente
que ocupa el poder supremo de la ciudad-Estado, honor que sólo puede
ejercerse durante un dia y una sola vez en la vida: hasta tal extremo llega
la sospecha del pueblo ateniense respecto del poder unipersonal estable.
Por lo demás, el Consejo queda sometido en sus decisiones a la rati-
ficación de la Asamblea popular, que, por otra parte, ejerce su control
sobre el gobierno a través de los tribunales, compuestos por ciudada-
nos de cada -démos• a modo de instancia suprema'.
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Grecia, los filósofos
Y todo esto, insistamos, por amor al arte, nunca mejor dicho. El ciu-
dadano libera su energia callejeando. El orgullo del ateniense son los
grandes edificios públicos. Ascender a la Acrópolis y divisar desde alli los
grandes templos (el Partenón, el Erecteion, el Templo de Niké, etc.) depa-
ra un singular placer. Y, mientras se camina, se ñe con la chispa ingenio-
sa y procaz de sus comediantes, o se sobrecoge con la tragedia de Esquilo
y Sófocles, o se disfruta de la poesia de Baquilides. Se pasea charlando y
contemplando las pinturas expuestas en las Stoas o paseos porticados,
como la famosa Stoa de Atalo y la Stoa Poikilé (pórtico de las pinturas)
de Micón, Panaios, Onasias y sobre todo de Polignoto, innovador en el
movimiento de sus majestuosas pinturas. ¿Y qué decir de los paseos por
el puerto de El Pireo? La ciudad entera es una escuela, que fragua la per-
sonalidad del ateniense. Dentro de ella, cada cual modela su propia esfin-
ge: Anacreonte, poeta de la gastrononúa, muere atragantado; Alcibiades,
general, se pasa permanentemente de un bando a otro; en el-andrón• de
la casa se celebran los simposios, o banquetes privados exclusivos para
hombres; los burdeles regentados por esclavas están regulados por el
Estado; la peste siembra de calamidades la ciudad... Y la vida sigue.
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Breve historia de la filosotia
~ Hegel, Ftlosofla del Derecho, Prefacio. Cf. nuestra traducción de esta obra
en Ediciones Libertarias, Madrid 1993.
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Grecia, los filósofos
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Breve historia de la filosofia
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Grecia, los filósofos
el principio?, ¿qué nos separa y nos diferencia del principio? Quien busca
el principio busca la verdad de lo que siempre es, lisa y llanamente.
Como buen griego, la mirada de Tales de Mileto es una mirada fisi-
ca. No se le ocurre pensar en un Dios trascendente, se limita a imagi-
nar cómo era en un principio lo que es hoy de otro modo. Desde lo
que hay inquiere su origen, pero sólo en lo dado dentro del cosmos. Al
principio la mirada es inmanentista, no transcendente. Debajo de este
mundo podia haber otro -residencia de los muertos- pero siempre
perteneciente a este mundo. No es lo otro lo que explica esto, sino esto
lo otro. Encima de este mundo, nada. Imposible superar los limites de
la realidad, pues no los tiene lo que está autocontenido. El techo son
las estrellas de un universo redondo en que el circulo es la imagen de
la perfección. La tierra plana y la bóveda celeste redonda.
El todo es limitado, y contiene en su interior cuatro elementos: aire,
agua, fuego y tierra, mezclados, moviéndose, condensándose y dila-
tándose. Todo tiene alma, está vivo, es hilozoico (bylé = materia y
zoos = animal). De este pananimismo deriva el panpsiquismo (todo es
psiqué), que se mantiene mucho en las religiones hindúes, en las cua-
les la materia goza de diferentes grados de vitalidad.
Y de ahi también el panteismo: todo está lleno de dioses, es decir,
todo lo que hay está vivo, tiene alma, es divino y misterioso. La tierra
es un gran animal que respira, siendo los volcanes respiraderos de las
fuerzas divinas, teofanias suyas.
Con esos presupuestos pananimistas, Tales encuentra el origen de
todo en el agua, que se mueve, trae alimentos, residuos, se evapora, es
dúctil, va y viene. Desde este agua mater primordial surgen hacia abajo
los elementos inertes y hacia arriba los elementos espirituales.
Anaximandro y Anaxímenes
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Breve historia de la fllosotia
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Grecia, los filósofos
Este filósofo, de cuya existencia se duda, u otro igual que él que tam-
bién se llamara Pitágoras aunque no fuese él, qué más da, tiene el no
parvo mérito de liderar una escuela de sabios, un circulo de intelectua-
les, que no sólo reflexiona sobre la naturaleza, sino que la ·inventa•, va
hacia ella, y luego extrae de ella lo ast hallado, sus ·inventos-: calenda-
rios, instrumentos de navegación, resultado de la especulación sobre los
n6meros, molinos, instrumentos bélicos, etc., demostrando de paso (aun-
que no fuese peripatético) que nada hay más práctico que una buena teo-
ña, y que sólo se derrota una teoóa con otra mejor elaborada.
Pitágoras encuentra el origen de todo en el n6mero, entendido como
armorua 6ltima. Se enseñorea de la realidad una armorua originaria, la
realidad responde a esa armorua, a la que Pitágoras llama •nÍlmero-6• La
armorua numérica responde a los ritmos profundos de lo real origina-
rio. Por eso el n6mero es m6sica; la m6sica necesita ser armónica, pro-
ducir sensación de redondez, plenitud, acorde. M6sico es quien tiene
buen trato con las Musas. La m6sica dis-armónica chinia.
Elleosmos es annónico; si no lo fuera no podña ser cosmos, sino /eaos
(bostezo: al bostezar se exterioriza lo disannónico que llevamos dentro).
Si en el origen fue ese caos magmático, de él y por desarrollo perfectivo
' Recordemos con ocasión de Pitágoras que, si Atenas fue el centro del pen-
samiento filosófico griego, Alejandña lo fue del cientifico. Entre los años 300 y el
50 a. de C. desarrolJaron alli su ciencia el matemitico Euclides, Aristarco de Samos,
el matemitico y 6sico Arquúnedes, Eratóstenes, mensurador de la T1e112, y otros.
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Breve historia de la falosofia
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Grecia, los filósofos
Heráclito
Demócrito
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Breve historia de la falosorta
Pero ¿qué es eso de que todo cambia? Nada más contrario a la con-
vicción de Parménides, para quien nada se mueve, el ser es y el no ser
no es, no existe el movimiento, nunca te bañarás dos veces en el mismo
rio. Cuando los sentidos te dicen que te mueves, te engañan: debes des-
confiar de ellos, pues lo único verdadero es esa razón (lógos), que pese
a todas las apariencias no baila, vive aquinética, inmóvil, pues el ser es
y el no ser no es, no pudiéndose pasar del uno al otro.
El orden del pensar es el orden del ser: lo que el pensamiento me
enseña --a saber, la inmovilidad, la imposibilidad del paso del no ser
al ser y del ser al no ser- es también el orden del ser, todo lo racional
es real y todo lo real es racional. De ahora en adelante, y Descartes asi
lo hereda de forma paradigmática, la fdosofia será expresión de des-
confianza respecto de los sentidos y lucha contra el sentido común. A
quien redarguya que el movimiento se demuestra andando, los parme-
nídeos le recordarán que eso es tan sólo según el orden de los sentidos
siempre engañosos. Aunque parezca lo contrario, Aquiles el de los pies
ligeros nunca alcanzará a la tortuga, animal lento.
Esta manera de pensar también resulta muy oriental en última ins-
tancia: somos esencia, lo que permanece es la razón, lo eterno. Buda
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Grecia, los fdósofos
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Capítulo 11
ROMA, EL DERECHO
DE GRECIA A ROMA
EL TORCIDO DERECHO
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Roma, el derecho
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Breve historia de la fdosof1a
Organización politica
La vida social
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Roma, el derecho
-El paseo
Las cosas no han variado mucho desde Roma, pues los más ricos via-
jaban por las provincias (Oriente, Egipto, Grecia, Asia Menor, y sobre
todo Cádiz en España, a donde les llevaba el recuerdo del fabuloso reino
de Gerión, las columnas plantadas por Hércules con la leyenda Non Plus
Ultra) y los menos ricos por el interior, arrostrando grandes peligros en
aquel prototurismo. Los menos ricos que los menos ricos paseaban, ya
que es lo único que podian hacer. Esta necesidad de sociabilidad arroja-
ba a las calles de Roma una cantidad tal de peatones, de literas, de sillas
portátiles que, pese a estar prohibida durante el dia la circulación de
carruajes tirados por caballetias, constituia un verdadero compromiso el
poder andar por la ciudad. Esto, sobre todo, antes del incendio de Nerón,
cuando las calles eran sumamente estrechas y tortuosas.
3 Sobre las máscaras, cf. J. Guillen, Urbs Roma. O. La vida pública, pp. 401 ss.
• lb., pp. 412-416.
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Breve historia de la ftlosofía
s J. Guillén, Urbs Roma. D. la vida pública, Sígueme, Salamanca 1978, pp. 247-250.
6 Fam. 9, 24, 2-3.
7 Cicerón, De senectute, 46.
• De senectute, 45.
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Roma, el derecho
para poder tranquila y mansamente estar (el estar es la modestia del ser y
su ineludible compañero), de benévola y benefactante ambitalidad para
compartir departiendo. En el orden del protocolo han de invitarse, en la
medida de lo posible, personas ni locuaces ni taciturnas, porque la elo-
cuencia está bien en el foro, y el silencio no es propio del convite sino del
aposento. A tal efecto parece que Cicerón reunia también bajo esta pers-
pectiva todas las cualidades para ser considerado un invitado de excep-
ción y de lujo por todos los conceptos. ¿Quién no se le rifaria en sus galas
nocturnas? Helo ahí conversador extraordinario que hacia las delicias de
los comensales, discreto a pesar del abundante dominio de su información
privilegiada y de primera mano en asuntos de régimen público, chistoso
hasta el extremo de que la mayor parte de los chistes que coróan por la
urbe se le atribuian, atribución que, no obstante, no le complacía del todo,
pues enterado de ello escribe asi a su amigo Volumnio: •Puesto que hay
tanta porquería en Roma, que ya no hace reir más que lo muy picante, tú
puedes jurar que si los dichos no son hermosos, ni agudos, ni elegantes,
ni bellos, ni graciosos, ni llenos de ingenio, no son mios-'.
Tampoco estaba mal, caray, el grado de autoestima en que se tenia a
si mismo el buen pico de oro de Cicerón. Lo cierto es que -para poder
pensarse con ratio recta y para estar en condiciones de regir los destinos
de la urbe de forma que resultara válida asimismo para el orbe-los roma-
nos se invitaban mutuamente y con mucha frecuencia a cenar. Cuando a
la caida de la tarde cesaban los negocios, se cerraban los tribunales o ter-
minaban su paseo o sus estancias en las termas, resultaba frecuente que
para poder proseguir el deleite de sus conversaciones o simplemente para
permanecer más rato juntos se invitaran a cenar. Otras veces la invitación
se debia a motivos familiares, aniversarios, bodas, natalicios, llegadas o
despedidas, o simplemente a tiempo y a destiempo, con razón y sin ella,
por el grandisimo placer de reunirse y hablar de los temas estrella de
entonces: política, literatura y teatro, fdosofía. De ello resultaba una serie
de invitaciones en cadena, como se lee en Plauto: •Yo te hubiera invitado
a cenar en mi casa si no me hubiera dicho tu hermano, al invitarme a mi,
que tú cenarías con él. Mejor hubiera sido que hubierais venido todos a
mi casa para daros un convite de bienvenida, pero no he querido contra-
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Breve historia de la falosofta
10 Sttcb 510-17.
11 Ad. Helv. 10,3.
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Roma, el derecho
Aunque los dioses sean los mismos en Grecia y en Roma, los romanos
les rebautizarán con nuevos nombres, pero la relación con el mundo del
divino Olimpo será muy distinta: en Grecia se trata de una relación con
forma humana, en Roma de una relación con formato juridico. En Roma,
todo lo que se toca se convierte en derecho, también la teologia. Pocos
pueblos como Roma han existido en la continuidad entre las leyes positi-
vas humanas y las eternas divinas que supuestamente las fundan.
39
Breve historia de la filosofía
de los dioses, pues si los hombres se convencen de que los dioses no tie-
nen cuidado alguno sobre ellos, dice Cicerón, •¿por qué hemos de ofre-
cera los dioses inmortales ninguna especie de culto, honor y preces?•13•
En el atrio primero, y después en el altar familiar, situado en el cen-
tro de la casa (en el lugar que hoy ocupa la televisión), el pater ofreda
culto a los dioses familiares. Junto al altar estaba el sagrario de los gene-
rosos y providentes dioses penates, que proveían a la casa de la des-
pensa (penus) necesaria para la vida.
El culto incluye a los dioses tutelares de la casa, los dioses lares
(lares, si benéficos; manes, si inciertos: a estos últimos había que dar-
les culto, por si acaso). Son espíritus tutelares considerados como almas
de los muertos (en tiempo remoto enterrados en el jardin de la propia
casa), encargados de proteger la vivienda de los hombres. Se admira al
difunto, se le honra, pero en el fondo se le tiene miedo. La razón es
sencilla: los muertos, héroes de la grandeza de la Roma aliada con los
dioses, no pueden tolerar que sus descendientes arruinen Roma faltan-
do a los pactos contraídos con los dioses protectores, y castigan a los
propios familiares que conculcan las leyes y quiebran el culto.
u De natura deorum, 1, 3.
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Capítulo 111
EL CRISTIANISMO, LA FE
Determinismo intelectual
Esclavitud político-civil
Libres eran muy pocos, y desde luego, como es sabido, los esclavos
caredan del estatuto de seres personales.
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Breve -historia de la ftlosofia
La muerte esclavizadora
LA BUENA NUEVA
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El cristianismo, la fe
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Breve historia de la fllosotia
1 Le 24.
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El cristianismo, la fe
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Breve historia de la fllosofia
• A los ojos de los judios y de los paganos, si los cristianos adoran a Cristo
adoran a dos dioses. Para escapar a esta acusación unos dicen que Cristo es un
hombre adoptado por Dios como Hijo suyo (adopcionismo); otros, que es infe-
rior al Padre (subordtnadonlsmo); otros, que se trata del Dios único, pero que
ha venido a nosotros bajo otro modo (modallsmo). En el siglo III a tales here-
jias se añade la herejia del monarqutantsmo, ya sea adopcionista en el primer
caso, o modalista en el segundo (también llamado unttarlano, con su deriva-
ción patrtpastana: puesto que para los patripasianos no habria mis que un solo
Dios, Cristo seria el Padre, el Padre quien nació, sufrió y murió).
Asi las cosas, el sabelianismo será una especie de agnosticismo teológico: la
Escritura ROS hablarla de un Dios pluripersonal para impresionamos mis, pero
sólo tendria valor funcional, sin corresponder a la realidad de Dios. Posición
herética que niega que Dios se haya revelado como es y porque quiere. Estas
y otras innúmeras herejias son resultado de un gran deseo de conocer la iden-
tidad del Dios uno y trino. Pero son herejias.
' Para un Padre de la Iglesia del siglo 11 la palabra •economia•, empleada en
singular, designa el plan de Dios sobre el hombre, y el ejercicio o actualización
de ese plan. Empleado en plural, remite a las múltiples realizaciones concretas
a través de las cuales Dios lleva a cabo ese proyecto.
En la teologia de Hans Urs von Balthasar, la Trinidad inmanente Oas rela-
ciones entre Padre, Hijo y Espiritu Santo, sus •procesiones intratrinitarias- o
modos de proceder entre sí) es presupuesto y condición de posibilidad de la
Trinidad económica, las procesiones intratrinitarias se prolongan en las misio-
nes temporales; dicho a la inversa, las misiones temporales traducen en el plano
salvifico la realidad misma intradivina.
No deja de ser curioso que, segOn von Balthasar, •en la actuación salvífica
la acción del Espiritu precede a la encarnación del Hijo y al otorgamiento por
el hijo del don del Espiritu; en la realidad inmanente de Dios, el Espiritu pro-
cede del Padre y del Hijo. Ahora bien, esta 'inversión', sin embargo, no seria
válida para el conjunto de la revelación histórico-salvífica, sino únicamente en
lo relativo al estado de abajamiento o kénosts, es decir, en ese proceso de acer-
camiento progresivo de Dios al ser humano que alcanza su punto culminante
en la encamación y en la cruz. A partir de la resurrección, en el estado de glo-
rificación, el Espiritu Santo aparece enviado, donado, otorgado por el Hijo resu-
citado. Como si de nuevo se hubiera restablecido en el orden de la salvación el
-orden• (taxis) intratrinitario eterno, que habria sufrido alteraciones (inversión)
únicamente en el paréntesis de la historia salvífica bajo la forma de kénosts• (del
Cura, S., Muéstranos al Padre: come"do de la teo-logfa, Cuadernos de Teología
Deusto, Universidad de Deusto, Bilbao 1999, p. 74).
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El cristianismo, la fe
ACUÑAR LA FE EN FÓRMULAS
4 Cf. Cirilo de jerusalén, Las verdades de la fe. Catequesis IY, Xl1, Sígueme,
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Breve historia de la filosofía
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El cristianismo, la fe
Nicea (325)
' A tal respecto se han producido todo tipo de herejías, entre ellas las que
aftrman que:
-Cristo es sólo Dios, y su humanidad sólo apariencia (docetas).
-Cristo es hombre y •criatura divina• (arrianos).
-Cristo es sólo hombre (ebionitas).
-Cristo no es ni Dios ni hombre, sólo un ángel (ciertos gnósticos).
-Cristo es Dios y hombre por separado, en dos personas distintas (nestorianos).
-Cristo es Dios y hombre no separadamente, sino en una sola persona y
confundidos en una sola naturaleza (monofisitas).
Frente a las herejías, la fe de la Iglesia aftrma que Cristo es Dios y hombre
en una sola persona (no separados), pero no confundidos (con dos naturalezas,
divina y humana).
10 Cf. la magnífica exposición de la doctrina de las relaciones subsistentes de
san Agustín a santo Tomás (donde el esse tn divino es a la vez esse ad) y todo
lo relativo al •Filioque• en B. SesboOe, El Dtos de la salvact6n, Secretariado
Trinitario, Salamanca 1995, pp. 241 ss.
11 Sobre el carácter relacional y amoroso de la persona en el ámbito de la
Trinidad, cf. T. Schneider, Lo que nosotros creemos. Expostct6n del sfmbolo de los
Apóstoles, Sígueme, Salamanca 1991, pp. 336-338.
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Breve historia de la filosofia
Constantinopla (381)
el siglo VII que el Espíritu Santo •procede del Padre y del Hijo• (Ftltoque). ·La intro-
ducción de la expresión Ftltoque ('y del Hijo') en el credo originó profundas ten-
siones. En efecto, el concilio de Éfeso babia prohibido toda modificación del texto
conciliar. La negativa de los orientales era sin duda, al principio, más bien canó-
nica que teológica. Pero de todas formas fue un argumento más en la ruptura con-
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El cristianismo, la fe
Éfeso (431)
calcedonia (451)
sumada en 1054... Sin entrar en mAs detalles, es posible decir que Oriente se mos-
tró mAs cuidadoso de manifestar la 'monarquía' del Padre, siendo Él solo su origen
y la fuente de la vida trinitaria. Occidente desarrolló mAs especificamente las rela-
ciones entre las personas divinas, expresándolas en términos de amor cornpartidoo
(yVAA, Para dectr el credo, op. cit., p. 116).
17 Cf. H. Küng, El crlst1antsmo. Esencia e bfslorla, Trotta, Madrid 1997, p. 203.
18 El número de herejias, derivadas del gran interés cristológico, es infinito.
El patriarca Sergio (610-638) hizo una nueva tentativa para atraer a los monofi-
sitas, proponiéndoles una fórmula de compromiso: no habiendo en Cristo una
sola naturaleza, al menos habría según él una sola energia, y, por tanto, una
sola voluntad (monotelismo). El tercer concilio de Constantinopla (680-681)
condenó el monotelismo declarando la existencia de dos voluntades en Cristo,
una divina y otra humana.
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Breve historia de la fllosofia
FILOSOFÍA Y CRISTIANISMO
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El cristianismo, la fe
judios y necedad para los gentiles. Pero la locura de Dios es más sabia
que la sabiduría de los hombres•. ¿Quería esto decir que no se podia
asumir nada de la mosorJ.a pagana?
Durante el siglo I dominan los apologetas. Una apologia es una
defensa o alegato jurídico ante el Emperador para lograr la libertad de
culto. La apologia debe ser de aspecto inocuo, humilde: cristianismo y
paganismo han de respetarse, coexistir; el cristianismo no hace daño, no
subvierte, etc. San}ustino Mártir va más lejos y, no contento con solici-
tar el reconocimiento oficial del cristianismo, querrá cristianizar el paga-
nismo: seria injusto que los hombres anteriores a Cristo no se salvasen,
pues el mensaje de Cristo es intemporal, por lo que puede ser conside-
rado implicitamente cristiano el pagano que no contradijo los axiomas
básicos del cristianismo. ¿Que Sócrates fue bueno? Pues entonces •¡san
Sócrates, ruega por nosotros!•. Además, la lucidez y proximidad al cris-
tianismo de un Platón -asegura Justin~ sólo se explican por cuanto
que los f11.ósofos paganos tomaron todo del Antiguo Testamento.
Pero no todos los apologetas cristianos se mostrarían tan favorables
a la causa f11.osófica griega, antes al contrario algunos culparán de todos
los errores al paganismo, y adjudicarán al cristianismo todos los acier-
tos, incluidos los aciertos paganos, asegurando que proceden del
Antiguo Testamento. En esta linea el apologeta Taciano (cuyo rigorismo
le llevó al fmal a la secta de los encratitas) se caracterizará por un feroz
sentimiento antihelénico que le llevó a escribir la virulenta Irrisio
Pbilosopborum (•Burla de los Filósofos•).
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Breve historia de la filosofia
Cristianos p/atonizantes
Dualismo cósmico
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El cristianismo, la fe
Dualismo antropológico
Alegorias escatológicas
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Breve historia de la filosofia
z• Sola. 1,2.
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El cristianismo, la fe
Agustín se anticipa a Descartes en el -si yerro, existOt (si enim fallor, sum),
nada, ni siquiera el cogito, confiere al ser humano seguridad alguna, a no
ser que emprenda la vía de la interiorización: •No vayas fuera, vuelve a ti
mismo. En el hombre interior habita la verdad. Y si encontraras mutable a
tu propia naturaleza, trasciéndete también a ti mismOt:u. Es en el interior
donde Dios ilumina a quien profundiza en si mismo hasta hallar en dicho
fondo de si a aquel que realmente es Fondo de si: ·Tú eres más intimo a
mi mismo, que mi propia intimidad. Tú estabas dentro de mi cuando yo
estaba fuera y te buscaba fuera de mi•.
zz •Si enim fallar, sum. Nam qui non est, utique nec falli potest; ac per hoc
sum, si fallar. Quia ergo sum si fallar, quo modo esse me fallar, quando certum
est me esse, si fallar? Quia igitur essem qui fallerer, etiamsi fallerer; procul dubio
in eo quod me novi esse, non fallar. Consecuens est autem, ut etiam in eo quod
me novi esse, non fallar. Sicut enim novi esse, ita novi etiam hoc ipsum, nosse
me• (De ctvttate Det, XI, 27, BAC, pp. 733-734).
:u Acerca de la verdadera reltgtón 39, 72.
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Breve historia de la fllosotia
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El cristianismo, la fe
Orden político-moral
Orden moral
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Breve historia de la fdosor~a
Orden sociopolitico
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El cristianismo, la fe
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Breve historia de la fllosofia
Cuádruple causalidad
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El cristianismo, la fe
Hilemorfismo
• STh 1, q. 3, art. 4.
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Breve historia de la ftlosofia
Creacionismo
Teocentrismo felicitante
29 De la verdad 22,5.
64
El cristianismo, la fe
Proceso abstractivo
-Percepción de lo individual
Los sentidos perciben lo individual, su materia concreta, su principio
de individuación.
-Fantasma
La imaginación registra lo percibido. Las percepciones sensibles
dejan en la imaginación o memoria una imagen o representación parti-
cular (el fantasma).
-Entendimiento agente
El entendimiento abstractivo (agente o activo) universaliza el conte-
nido de esa imagen particular, despojándola de sus elementos indivi-
duales y obteniendo los rasgos esenciales e idénticos a todos los indi-
viduos de la misma especie.
-Entendimiento paciente
El entendimiento cognoscitivo (paciente o pasivo) formula el con-
cepto universal correspondiente.
-Vuelta al singular
El entendimiento inicia ahora su camino de vuelta: mira a la imagen
para reconocer al individuo a partir del cual ha obtenido el conoci-
miento universal.
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Breve historia de la filosofia
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El cristianismo, la fe
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Breve historia de la fllosotia
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El cristianismo, la fe
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Breve historia de la fllosofia
"Rm 7,19.
70
Capítulo N
71
Breve historia de la fJlosofia
72
La Edad Media burguesa y renacida
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Breve historia de la fdosofia
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La Edad Media burguesa y renacida
EL HUMANISMO RENACENTISTA
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Breve historia de la filosofia
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La Edad Media burguesa y renacida
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Breve historia de la fdosofia
78
La Edad Media burguesa y renacida
sia a los principios que rigen la historia desde que ésta existe. El
Principe dice la verdad. El Principe se burla de todos los principios éti-
cos, benéficos o utópicos del pasado alertando a los gobernantes para
que subyuguen al pueblo, del que tiene la peor opinión: el pueblo tole-
rará cualquier cosa, pero jamás que le toquen su dinero, lo único eter-
no son los bienes. Se puede todo, menos jugar con la propiedad de los
hombres, los cuales son siempre malos a no ser que se les obligue coer-
citivamente a ser buenos mediante lo que luego dirá Montesquieu: la
ley y la espada. La moral es femenina, la virlú es mujer, y por eso hay
que tener mano dura con ella, e incluso forzarla si se resiste, enfatiza el
mal salvaje de Maquiavelo antes de que el buen salvaje de Rousseau le
corrija.
Una de las desembocaduras de todo esto es el escepticismo (quod
nihil scitur, que nada se sabe); atención, no es sólo que no se pueda
conocer la verdad, y, por tanto, menos aún transformarla, es también, y
quizá sobre todo, que no se puede transformar y, por tanto, no merece
la pena conocerla. Probablemente el escepticismo más radical swja de
la convicción de la incapacidad para transformar el fondo del alma
humana reputada mala, el escepticismo nunca es causa, sino sobre todo
efecto.
79
Capitulo V
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La Reforma, deseo de renovar la fe bautismal
' lb.
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Breve historia de la filosofia
82
La Reforma, deseo de renovar la fe bautismal
7 lb., p. 31.
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Breve historia de la fdosofia
CREER ES TRA-DUCIR
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La Reforma, deseo de renovar la fe bautismal
EL CALVINISMO
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Breve historia de la fdosofta
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Capítulo VI
EL AMBIENTE
LA ENCICLOPEDIA
LE PHILOSOPHE
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La Ilustración, nueva luz
lo juzgado entre paréntesis. ·El filósofo aclara las causas, a menudo inclu-
so las previene, y se entrega a ellas con conocimiento; es, por asi decir-
lo, como un reloj, que se da cuerda a si mismo-. No cabe definición más
ventajosa de algo en este periodo que la de llamarle a alguien •reloj•, sus-
tantivo que se utiliza para definir a Dios -relojero- y derivadamente al
supuestamente especialista en cuestiones divinas, el matemático. Dios es
matemático, y el matemático quien está más cerca de Dios, tal y como lo
postula el deismo4• El reloj es orden, rigor, puntualidad, exactitud, verdad.
Es la época de los coleccionistas de relojes. Y de las máquinas5•
4 Samuel Clarke (1675-1729) dividió a los deistas en: los que reconocen que
Dios creó el mundo, pero niegan que tenga participación en su gobierno; los
que creen que todos los acontecimientos naturales dependen de la actividad
divina, pero que Dios no se ocupa del comportamiento moral del hombre,
bas4ndose en que las distinciones morales dependen solamente de la ley posi-
tiva humana; los que creen que Dios espera un comportamiento moral de sus
criaturas racionales, pero no creen en la inmortalidad del alma; los que creen
en una vida futura en la que Dios premiad y castigad, pero aceptan solamen-
te aquellas verdades que puedan ser descubiertas por la razón (d. F. Copleston,
Historia de laft/osojia, V, Ariel, Barcelona 1975, p. 157).
5 Si la razón es la exacta verdad, precisa como la mAquina, y el hombre es
razón, entonces el hombre-razón tiene que ser el hombre-m4quina, postulado
necesario de una antropologia de la exactitud La antropologia dualista anterior
debia explicar cómo era posible que un elemento espiritual (alma) y otro material
(cuerpo) pudieran ponerse de acuerdo y actuar al unisono. Algunos, como
Descartes, se atreven a afinnar la existencia de un órgano concreto Oa gl4ndula
pineal, situada en el cerebro) en el que se produce la relación entre ambas partes.
Siguiéndole, escribe La Mettrie: .Cuando hago el bien o el mal es mi sangre la causa
de ello, es lo que la espesa, lo que la detiene, la disuelve o la precipita; de la misma
manera, cuando los espiritus animales recorren una vfa preferentemente a otras
(una vez filtrados en la médula del cerebro para ser enviados desde alli a todos los
nervios) me hacen girar en un parque hacia la derecha en lugar de girar hacia la
izquierda. Sin embargo, estoy convencido de haber elegido y me felicito por mi
libertad. Pero, puesto que somos conducidos maquinalmente a nuestro bien pro-
pio, y puesto que nacemos con esa inclinación y esta invencible disposición, se
deduce que cada individuo no hace en esto m4s que seguir las órdenes de la natu-
raleza• (Discoun sur le bonbeur, Amsterdam 1753, pp. 53-54).
La diferencia, pues, entre hombre y animal se aminora, al perder el hombre
los atributos sobrenaturales y quedar reducido a los naturales: también los ani-
males conocen la ley natural, en cuanto que la naturaleza se comporta mec4ni-
camente. También nosotros somos resultado de la acción de la naturaleza. El
pensamiento es propiedad de una mAquina evolucionada, no es el alma el ele-
mento motor de la mAquina sino el resultado de su actividad. Por todo ello, los
mejores jueces son los médicos. Asi piensa el ilustrado.
89
Breve historia de la filosofia
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la dustración, nueva luz
sofos quienes han dado lugar a este panegirice con sus indolencias y
máximas deslumbrantes: que le basta lo estrictamente necesario-.
-En fm, •los pueblos serán dichosos cuando los reyes sean ffióso-
fos, o cuando los ffiósofos sean reyes-', exaltación autoapologética de la
razón en la figura del animal más razonable, el ffiósofo, orgullo de casta,
inveterada tendencia al declasamiento, afirmación enfatizadora del
carácter luminico del yo que sabe que sabe, aunque sepa que no sabe.
EL DERECHO
A una civilización centrada en el deber (deberes para con Dios, para con
el projimo, para consigo mismo) le sigue ahora una civilización centrada en
el derecho. Esta traslación es muy importante. Los derechos de la razón, los
derechos del hombre, los del ciudadano: cuanto más desanollas el yo, más
desarrollas la conciencia de tus derechos; cuanto más el tú y el nosotros,
tanto más la de tus deberes. El derecho es la manifestación de la subjetivi-
dad, la religión es la manifestación de la alteridad. El derecho es plebeyo, el
deber (como exigencia de nobleza moral) es aristocrático. Es natural, de
todos modos, que un pueblo sojuzgado (so-juzgado) despierte con intensi-
dad a su capacidad de juzgar en su propio favor disfrutando de los dere-
chos que antes desconocia y que sólo soportaba en su aspecto ominoso.
91
Breve historia de la ftlosorta
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La dustración, nueva luz
que, el hombre hubiese vivido más dichoso y más libre; pero, no tenien-
do nada que combatir para seguir sus inclinaciones, hubiera sido bueno
sin mérito, no hubiera sido virtuoso, y ahora sabe sedo a pesar de sus
pasiones-'. Hombre virtuoso es aquel que -sabe venéer sus afecciones con
su razón y conciencia, cumple con su deber, se mantiene en el orden, y
nada puede separarle del mismo-10•
Paradoja no pequeña: la razón, cuya luz nos perfecciona y cuyo
dominio nos convierte en buenos, es la misma que a la vez nos induce
a la separación y a la afirmación excluyente. ¿Por qué? Porque la razón
puede utilizarse mal, si la libertad se ejerce disoperadora y no coopera-
doramente.
93
Breve historia de la filosofía
La igualdad genera miedo a ser atacado por el igual, y antes que ser
atacado se ataca: antes de huir hacia atrás, se huye hacia adelante. Dada
nuestra igualdad, nos esforzamos por sub-yugarnos (ponemos bajo el
yugo), o por destruimos, formas ambas de reladón destitutiva: ·De esta
igualdad de capaddades surge la esperanza de alcanzar nuestros fmes.
Y, por lo tanto, si dos hombres cualesquiera desean la misma cosa, que,
sin embargo, no pueden ambos gozar, devienen enemigos y se esfuer-
zan mutuamente en destruirse o subyugarse•13• En tres acdones, dice
Hobbes, sabemos cuál es la idea que tenemos de nuestros semejantes:
cada vez que salimos de casa nos armamos y procuramos ir bien acom-
De la inseguridad, la guerra
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Breve historia de la filosofia
IS Jb., p. 240.
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La Ilustración, nueva luz
aquello que sea destructivo para su vida o que le arrebate los medios de
preservar la misma, y omitir aquello con lo que puede mejor preservarla·16•
Natural, estatal y humano se han vuelto sinónimos.
Hobbes menciona hasta diecinueve leyes naturales (de naturaleza),
algunas de ellas repetidas, un poco rapsódicamente, en desorden, pero
que giran en tomo a la segunda de ellas, -esto es aquella ley del Evangelio:
todo lo que queréis que otros os hagan, hacédselo a ellos, quod tibi flerl
non vis, alteri ne feceris-. La sexta dice: •un hombre debiera perdonar las
ofensas pasadas de aquellos que, arrepentidos, lo desean•.
En suma, se precisa un Estado que, por la fuerza o virtud (vir, fuer-
za) de sus leyes, nos haga racionales y, por tanto, buenos. Lo que el
individuo con su razón transgresora no puede, lo puede el Estado.
Más paradojas: para acabar con la violencia individual, el Estado se
convierte en monopolio legitimo de la violencia, transgresión con
supertransgresión se cura. Quien imagine que la hipótesis rusoniana del
·animal salvaje- o inocente es a su vez una hipótesis •inocente• deberla
explicarle a Bakunin -anarquista acérrimo critico del estatalismo de
Rousseau- cómo es posible que el salvaje bueno se convierta en civi-
lizado malo, si no es porque Rousseau y los ilustrados están buscando
el criptoestablecimiento de un Estado redentor capaz de hacemos bue-
nos asumiendo él mismo, el Estado, las maldades humanas, y de paso
autojustificándose; en resumen: escudándose en la hipótesis del buen
salvaje es más fácil meter de matute al Estado deificado.
Ahora entendemos bien esta afirmación de la Enciclopedia: ·La virtud
es en las democracias el amor a las leyes y a la patria, que exige la renun-
cia a uno mismo-17• ·Las leyes ocupan todas las virtudes, de las que ya,
cuando aquéllas existen, no hay necesidad alguna•. Asi pues, son las leyes
del Estado las que insuflan el espíritu, el espíritu de las leyes; las virtudes
ciudadanas nada cuentan: ·la politique fait faire les grandes choses avec le
moins de vertu qu'elle peuto. Robespierre entronca aquí con estas palabras
a la Convención: ·Si la virtud es competencia del gobierno popular, éste
será a la vez Terror y Virtud. Sin virtud, el terror es funesto; sin Terror, la
virtud es impotente. El terror no es otra cosa que la justicia rápida, seve-
ra, inflexible; es, pues, una emanación de la virtud; es menos un principio
16 lb., p. 228.
17 Enctclopedta, op. cit., p. 27.
97
Breve historia de la filosofía
Todo esto tenia que culminar en lo que se llama ahora religión dvil:
•Hay una profesión de fe puramente dvil, cuyos articulas corresponde fijar
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La Dustración, nueva luz
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Breve historia de la fdosofía
LA EDUCACIÓN
Con dos armas cuenta el Estado para sus fines: con la sanción y con
la educación, deviniendo asi él mismo ·única virtud verdaderamente
sublime-15, por cuya mediación •todo llega a ser legitimo y aun virtuoso
para la salud pública•.
El teórico Rousseau
Libertad
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La Ilustración, nueva luz
Antiautoritarismo
·El niño no debe hacer nada por la mera obediencia... Evitad que
sienta jamás el peso de vuestra voluntad; es preciso más bien que vea
la necesidad en las cosas, jamás en el capricho de los hombres, que .
el freno qúe le retenga sea la fuerza, no la autoridad. Mantenedle úni-
camente en el seno de las cosas y habréis seguido el orden de la
naturaleza en el progreso de su educaci6n•28 •
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Sin arbitrariedad
• Emtlto, L. 11.
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No memorismo
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LOS DISIDENTES
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Breve historia de la filosofia
" Rousseau, Discurso sobre la economfa polfHca, Tecnos, Madrid 1985, pp.
47-48.
lo6
La Ilustración, nueva luz
que os domina tanto no tiene más que dos manos, no tiene más que
un cuerpo, y no tiene ni una sola cosa más de las que posee el últi-
mo hombre de entre los infinitos que habitan en vuestras ciudades.
Lo que tiene de más sobre todos vosotros son las prerrogativas que
vosotros mismos le habéis otorgado para que os destruya. ¿De dónde
tomaria tantos ojos con los cuales os espia, si vosotros no se los
hubierais dado? ¿Cómo tiene tantas manos para golpear, si no las
toma de vosotros? Los pies con que pisotea vuestras ciudades, ¿de
dónde los tiene, si no es de vosotros? ¿Cómo tiene algún poder sobre
vosotros, si no es por obra de vosotros mismos? ¿Cómo osaria perse-
guiros, si no hubiera sido enseñado por vosotros? ¿Qué os podria
hacer si vosotros no fuerais encubridores del ladrón que os roba,
cómplices del asesino que os mata y traidores a vosotros mismos?
¡Hacéis tantas indignidades que las bestias mismas no aguantarian ni
sufririan! Pero podéis libraros aunque no ensayéis siquiera a liberta-
ros, sino únicamente a querer ser libres. Estad resueltos a no servir
más y seréis libres: no deseo que le forcéis, ni le hagáis descender de
su puesto, sino únicamente no sostenerlo más; y le veréis como un
gran coloso al que se ha quitado la base, y por su misma base se
viene abajo y se rompe ...
Y, ya que tantas gentes se acercan con gusto a los tiranos, ¿no hay uno
que tenga la prudencia y la valentia de decirle lo que -como en la fábu-
la- dice el zorro al león que se hacia el enfermo: 'yo fria a verte de cora-
zón a tu cubil, pero veo muchas huellas de animales que van hacia ade-
lante, hacia donde tú estás, mas hacia atrás y de vuelta no veo ninguna'?
Aprendamos, pues, alguna vez. Aprendamos a obrar bien: elevemos
los ojos al cielo, por nuestro honor, o por amor a la virtud misma, a Dios
Todopoderoso, testigo seguro de nuestros actos y justo juez de nuestras
faltas. Por mi parte, pienso, y no estoy equivocado, que no hay nada
tan contrario a Dios -tan liberal y generas~ como la tirania, y que Él
reserva aqui abajo especialmente para los tiranos y sus cómplices algún
castigo singular-".
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¿Qué es la Ilustración?
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Capítulo VII
RASGOS BIOGRÁFICOS
·El hombre 'ebrio de Dios', que profiere sin cesar su sagrado Nombre;
el que deposita una mosca en la tela de araña y contempla sonriente el
necesario desenlace, el que rechaza ofertas de dinero y de honrosos car-
gos académicos, el minucioso pulidor de lentes, el que envfa a prisión a
un deudor, el que se informa con toda cortesia de las enseñanzas que su
huésped ha obtenido en un sermón dominical, el que no puede evitar una
sonrisa cuando rezan en su presencia, el que declara que la guerra y la
matanza no le incitan a risa ni a llanto, el apacible fumador de pipa, el
arrebatado personaje que, panfleto en mano, intenta salir a la calle para
acusar de bárbaros a los asesinos de sus amigos y protectores políticos, el
que dice que en la naturaleza no hay bien ni mal, el defensor de la demo-
cracia, el que menosprecia al vulgo, el tísico, el que acaso fue rechazado
por la hija de su maestro de matemáticas -ella prefirió a otro, según cuen-
tan--, el que habla serenamente de las pasiones 'como de líneas, superfi-
cies y cuerpos', el que acota, quizá bruscamente, tratando de los celos, que
esa pasión se incrementa al imaginar los genitales y las excreciones de
quien posee al objeto amado... ese hombre es, al parecer, el mismo, pero
la reconstrucción de su identidad pasa por más de un esquema•1• ¿Quién
fue, en realidad, Benito Spinoza?
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Extensión y pensamiento
•Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una substan-
cia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una
esencia y no implica negación alguna·''· Asi pues, esta substancia divina
infinita, este Dios, tiene un infinito número de atributos, ya que -cuanta
más realidad o ser tiene una cosa, tantos más atributos le competen•16•
Y, como ya avanzara san Anselmo, dado que -el orden y conexión
de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas•17, aun-
que los atributos de la sustancia divina sean infinitos nosotros sólo per-
cibimos en nuestro entendimiento dos atributos de la sustancia divina
infmita, la extensión y el pensamiento. De los demás atributos divinos
no podemos afirmar nada, porque no los conocemos.
Ahora bien, ¿qué hemos de entender por atributo? ·Por atributo
entiendo aquello que el entendimiento percibe de una sustancia como
constitutivo de la esencia de la misma•''· Los atributos son cualificacio-
nes constitutivas de la sustancia desde el punto de vista de la forma que
el entendimiento tiene de conocer o percibir la sustancia; es el enten-
dimiento el que •atribuye- a la sustancia la cualificación que constituye
el contenido de cada uno de los atributos; los atributos no son, pues,
una propiedad de la sustancia, sino, como ya hemos dicho, la esencia
de la sustancia misma en tanto que es concebida por el entendimiento,
ya sea el entendimiento finito del hombre o el infmito de Dios. Desde
esa perspectiva, todos los atributos participan de la eternidad y la infi-
nitud de Dios. La única diferencia es que los atributos sólo son atribu-
tos en su género, es decir, cada uno en la forma de ser que le es pro-
pia, mientras que Dios es absolutamente infmito.
Dios es pensamiento, algo que los filósofos anteriores habían repe-
tido; sin embargo, junto al pensamiento sitúa Spinoza también el atri-
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TEOIÚA POÚTICA
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Breve historia de la fllosofia
auxilio de las leyes, aun siendo vicios. Mucho más debe concederse,
por tanto, la libertad de pensar, que es realmente una virtud y que no
podña suprimirse. Añádase que no procede de ella inconveniente algu-
no que no pueda evitarse con la autoridad de los magistrados, y para
terminar, que esta libertad es necesaria, ante todo para promover las
ciencias y las artes, pues éstas sólo se cultivan con resultado por quie-
nes son tan felices que tienen el juicio libre y sin preocupación.
Pero supóngase que fuera posible suprimir esta libertad y sujetar
de tal manera a los hombres que no se atrevieran éstos ni a murmu-
rar una palabra, sino por mandato del soberano; aun hecho esto, no
podrá conseguirse nunca que piensen sino aquello que quieran. De
esto se deduce necesariamente que los hombres pensarán de una
manera y hablarán de otra y, por consiguiente, que la fe, tan necesa-
ria en el Estado, se irá corrompiendo y alcanzando favor la adulación
abominable y la perfidia, de donde se seguirian los engaños y la
corrupción de todas las buenas costumbres. Pero estamos muy lejos
de que pueda hacerse que los hombres hablen de un modo prefija-
do, sino que, al contrario, cuanto más se trata de limitar la libertad de
la palabra a los hombres, tanto más éstos se obstinan y resisten; no
aquellos avaros, aduladores y demás impotentes de ánimo, cuya
suprema felicidad consiste en contemplar las monedas en sus arcas y
tener llenos sus estómagos, sino aquellos otros a quienes hace supe-
riores una buena educación y la virtud y la integridad en las costum-
bres. De tal modo se hallan constituidos los hombres, que nada
soportan con mayor impaciencia que el ver tenidas como crimenes
aquellas opiniones que creen verdaderas, y mucho más que se juz-
gue perverso aquello que los mueve a piedad con Dios y con los
hombres; por eso son aborrecidas las leyes y se atreven contra los
magistrados, juzgando los hombres, no cosa criminal, sino honradísi-
ma, promover sediciones e intentar algunos hechos violentos por esta
causa de conciencia.
Demostrado que la naturaleza humana se halla dispuesta de este
modo, se sigue que las leyes que limitan las opiniones se refieren no a
los esclavos, sino a los libres, no a corregir a los malos, sino más bien
a irritar a los buenos, y que no pueden ser defendidas sin grave peligro
para el Estado. Añádase que tales leyes son inútiles en absoluto. En
efecto, aquellos que creen ser buenas y verdaderas las opiniones con-
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La furia de la razón racionalista: Benito Spinoza
denadas por las leyes, no podrán obedecer estas mismas leyes; los que,
por el contrario, las rechazan como falsas, triunfan de tal manera por
ellas, pues -aunque así lo pretendieran- no podrían derogarlas los
magistrados.
¿Qué mal mayor puede escogerse para un Estado que ver hombres
honrados condenados como criminales al destierro porque piensan de
diversa manera e ignoran el fingimiento? ¿Qué, repito, más pernicioso
que conducir a la muerte y considerar como enemigos a hombres que
no han cometido crimen ni delito alguno, sino que tienen el pensa-
miento libre ... con oprobio manifiesto del soberano?
Aquellos que se tienen por honrados no temen como los criminales
la muerte, ni escapan al suplicio; su ánimo no gime en penitencia por
ningún hecho torpe, sino que juzgan, al contrario, no suplicio, sino glo-
ria, morir por la buena causa y por la libertad de los pueblos. ¿Qué se
consigue con tales ejemplos, sino que la gente inerte y de ánimo pobre
ignore sus causas, que los sediciosos los odien y los honrados los quie-
ran? Seguramente nadie puede aprender con estos ejemplos sino a imi-
tarlos, o, en otro extremo, a adular.
De este modo, para obtener no una obediencia forzada, sino una fe
sincera, debe el poder soberano conservar la autoridad de buen modo
y, para no verse obligado a ceder ante los sediciosos, conceder necesa-
riamente la libertad del pensamiento; así se gobernarán los hombres de
tal manera que, aun pensando cosas diversas y enteramente contrarias,
vivan, sin embargo, en armonía. No podemos dudar que este modo de
gobierno es excelente y sólo tiene pequeños inconvenientes, puesto
que conviene perfectamente con la naturaleza humana.
Así pues, hemos demostrado:
111 Que es imposible arrebatar a los hombres la libertad de decir
aquello que piensan.
211 Que esta libertad puede ser concedida a cada uno dejando a salvo
el derecho y la autoridad de los poderes soberanos y que puede, salvo
este mismo derecho, conservarla cada uno si de ella no toma licencia
para introducir como derecho alguna novedad en la república o para
ejecutar algo contra las leyes recibidas.
311 Que cada uno puede gozar de esta libertad sin daño para la paz
del Estado, y que no surgen de ella inconvenientes que no puedan ser
fácilmente resueltos.
129
Breve historia de la fllosofia
411 Que puede también disfrutarse sin perjuicio alguno para la piedad.
511 Que las leyes que se refieren a cosas especulativas son absoluta-
mente inútiles.
(,!! Hemos demostrado finalmente que esta libertad puede poseerse,
no sólo manteniendo la paz del Estado, la piedad y el derecho de los
sumos poderes, sino que debe mantenerse para conservar estas mismas
cosas.
Alli donde, por el contrario, se trabaja por arrebatar esta libertad a
los hombres y se llevan a juicio las opiniones de los disidentes honra-
dos -no sus almas, únicas que pueden pecar-, cuyos suplicios los
hacen aparecer mártires, los demás se sienten movidos a misericordia y
muchas veces a venganza. Entonces se corrompen la fe y las buenas
costumbres. Se ensalza a los aduladores y a los pérfidos y triunfan los
adversos, por lo que se teme a su cólera, y quienes poseen poderes
soberanos se hacen sectarios de aquellas doctrinas de que se declaran
intérpretes; de ahi que se atrevan a usurpar el derecho y la autoridad
de los verdaderos y no enrojezcan al vanagloriarse de que ellos son
inmediatamente elegidos por Dios y sus divinos decretos, cuando por
el contrario son en realidad puramente humanas las potestades sobera-
nas a las que quieren obligar con los decretos supuestamente divinos,
es decir, con sus propios decretos: nadie puede ignorar cuánto repug-
nan estas cosas a la felicidad del Estado.
Por esto concluyo que nada hay más seguro para el Estado que
encerrar la religión y la piedad en el solo ejercicio de la caridad y la jus-
ticia, y limitar el derecho del poder soberano, tanto en las cosas sagra-
das como en las profanas, a los actos únicamente; por lo demás, con-
cédase a cada uno no sólo libertad de pensar como quiera, sino también
de decir cómo piensa.
He concluido lo que me babia propuesto desenvolver en este
Tratado. Fáltame advertir únicamente que nada hay en él que de buen
grado no someta al examen y al juicio de los soberanos de mi patria. Si
juzgaran algunas de las cosas que he dicho contrarias a las leyes o al
bien de todos, quiero que se den por no dichas. Sé que soy hombre y
que he podido equivocarme; he procurado, sin embargo, cui.dadosa-
mente no hacerlo y, sobre todo, que aquello que escribia fuese perfec-
tamente conforme a las leyes de mi patria, a la piedad y a las buenas
costumbres•.
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La furia de la razón racionalista: Benito Spinoza
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Breve historia de la fflosofia
132
La furia de la razón racionalista: Benito Spinoza
Puesto que todo está en Dios, ·cuanto más conocemos las cosas sin-
gulares, tanto más conocemos a Dios.P. -Quien se conoce a si mismo
clara y distintamente y conoce de igual modo sus afectos, ama a Dios, y
tanto más cuanto más se conoce a si mismo y más conoce sus afectos••.
En consecuencia, -el supremo bien del alma es el conocimiento de Dios,
y su suprema virtud la de conocer a Dios•19, y por ello •el amor a Dios
debe ocupar el alma en el más alto grado-". El amor intelectual de Dios
es la alegria que nace de la conciencia con que Dios se ama a si mismo,
amor en el que participa el hombre que se sabe perteneciente a Dios,
del cual goza bajo perspectiva de eternidad. Gozo de perfección misma,
es eterno e indisoluble: es la pura Beatitud del alma que participa de la
inmortalidad divina. ·La felicidad no es un premio que se otorga a la vir-
tud, sino que es la virtud misma, y no gozamos de ella porque reprima-
mos nuestra concupiscencia, sino que, al contrario, podemos reprimir
nuestra ~oncupiscencia porque gozamos de ella. Y asi, en virtud de
gozar el alma de ese amor divino o felicidad, tiene el poder de reprimir
las concupiscencias, y, puesto que la potencia humana para reprimir los
afectos consiste sólo en el entendimiento, nadie goza entonces de esa
felicidad porque reprima sus afectos, sino que, por el contrario, el poder
de reprimir sus concupiscencias brota de la felicidad misma.
Es evidente cuánto vale el sabio, y cuánto más poderoso es que el
ignorante, que actúa movido sólo por la concupiscencia. Pues el igno-
rante, aparte de ser zarandeado de muchos modos por las causas exte-
riores, y de no poseer jamás el verdadero contento de ánimo, vive, ade-
más, casi inconsciente de si mismo, de Dios y de las cosas y, tan pronto
como deja de padecer, deja también de ser. El sabio, por el contrario,
considerado en cuanto tal, apenas experimenta emociones del ánimo,
sino que, consciente de si mismo, de Dios y de las cosas con arreglo a
una cierta necesidad eterna, nunca deja de ser, sino que siempre posee
el verdadero contento de ánimo. Si la via que conduce a ese logro pare-
133
Breve historia de la filosofía
ce muy ardua, es posible hallarla, sin embargo. Y arduo debe ser, cier-
tamente, lo que tan raramente se encuentra. En efecto, si la salvación
estuviera al alcance de la mano y pudiera conseguirse sin gran trabajo,
¿cómo podria suceder que casi todos la desdeñen? Pues todo lo excel-
so es tan dificil como raro-'1• Por eso •el bien que apetece para sí todo
el que sigue la virtud lo deseará también para los demás hombres, y
tanto más cuanto mayor conocimiento tenga de Dios.sz.
Hasta aquí Spinoza y sus sueños de la razón. Pero ¿son tan claros y
adamantinos esos sueños de la razón como pretendía Spinoza? No faltó
quien dijera que los sueños de la razón producen monstruos, y Goya
intentó pintarlos: la historia de la razón no es la entrada en razón de la
historia. En todo caso, los siglos que siguen a Spinoza no son dedica-
dos por la humanidad a tratar de llenar de razón el cor-razón, sino a
construir una tecnoescalera altisima, una nueva torre de Babel con for-
mato de mecano, ingenieña que comenzó siendo a la vez tecnológica y
social con Augusto Comte, y que en nuestros días da sus ¿últimos? pasos
con la terrible ingenieña genética.
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Capitulo VIII
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Breve historia de la fJ.losofia
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La ingenieña social dialéctica: el positivismo
El estadio teológico
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Breve historia de la filosofia
El estadio metaftsico
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La ingeniería social dialéctica: el positivismo
El estadio positivo
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Breve historia de la fllosofia
-Lo real
·Considerada en primer lugar en su acepción más antigua y más
común, la palabra positivo designa lo real, por oposición a lo quimérico:
en este aspecto conviene plenamente al nuevo espiritu filosófico, carac-
terizado asi por consagrarse constantemente a las investigaciones verda-
deramente asequibles a nuestra inteligencia, con exclusión pennanente
de los impenetrables misterios con que se ocupa sobre todo su infancia.
-Lo útil
En un segundo sentido, muy próximo al precedente, pero distinto,
sin embargo, este término fundamental indica el contraste de lo útil
frente a lo inútil: entonces recuerda en fi.losofta el destino necesario de
todas nuestras sanas especulaciones para el mejoramiento continuo de
nuestra verdadera condición individual y colectiva, en lugar de la vana
satisfacción de una estéril curiosidad.
-Lo cierto
Según una tercera significación usual, se emplea con frecuencia esta
feliz expresión para calificar la oposición entre la certeza y la indecisión:
indica asi la actitud caracteristica de tal filosofia para constituir espontá-
neamente la armonia lógica en el individuo y la comunión espiritual en la
especie entera, en lugar de aquellas dudas indefinidas y de aquellas dis-
cusiones interminables que babia de suscitar el antiguo régimen mental.
-Lo preciso
Una cuarta acepción ordinaria, confundida con demasiada frecuencia
con la precedente, consiste en oponer lo preciso a lo vago: este sentido
140
La ingeniería social dialéctica: el positivismo
-Lo organizado
Es menester, por último, observar especialmente una quinta aplica-
ción, menos usada que las otras, aunque, por otra parte, igualmente
universal cuando se emplea la palabra positivo como lo contrario de
negativo. En este aspecto indica una de las más eminentes propiedades
de la verdadera fdosofia moderna, mostrándola destinada sobre todo
por su naturaleza no a destruir, sino a organizar.
Los caracteres generales que acabamos de recordar la distinguen a
la vez de todos los modos posibles, sean teológicos o metafisicos, pro-
pios de la fllosofia inicial•'.
-Lo tentativo
•Importa además advertir que este estudio de los fenómenos, en lugar
de poder llegar a ser en modo alguno absoluto, debe permanecer siem-
pre relativo a nuestra organización y a nuestra situación. Reconociendo en
este doble aspecto la necesaria imperfección de nuestros diversos medios
especulativos, se ve que, lejos de poder estudiar completamente ninguna
existencia efectiva, no podemos garantizar de ningún modo la posibilidad
de comprobar asi, ni siquiera muy superficialmente, todas las existencias
reales, cuya mayor parte acaso debe escapar a nosotros por completo.
Si la pérdida de un sentido importante basta para ocultamos radi-
calmente un orden entero de fenómenos naturales, se puede pensar
reciprocamente que la adquisición de un nuevo sentido nos revelaria
una clase de hechos de los que ahora no tenemos idea alguna, a menos
de creer que la diversidad de los sentidos tan diferente entre los tipos
principales de animalidad se encuentre en nuestro organismo elevada al
más alto grado que pueda exigir la exploración total del mundo exte-
141
Breve historia de la filosof¡a
-Lo operativo
Hay que ver (no especular) para prever, y prever para proveer: ·En las
leyes de los fenómenos es en lo que consiste, realmente, la ciencia a la cual
los hechos propiamente dichos, por exactos y numerosos que puedan ser,
nunca procuran otra cosa que materiales indispensables. Considerando el
destino constante de estas leyes se puede decir, sin exageración alguna,
que la verdadera ciencia, lejos de estar formada por meras observaciones,
tiende siempre a dispensar, en cuanto es posible, de la exploración direc-
ta sustituyéndola por aquella previsión racional que constituye, por todos
los aspectos, el principal carácter del espiritu positivo. Una previsión tal,
consecuencia necesaria de las relaciones constantes descubiertas entre los
fenómenos, no permitirá nunca confundir la ciencia real con esa vana eru-
dición que acumula hechos maquinalmente sin aspirar a deducirlos unos
de otros. Este gran atributo de todas nuestras sanas especulaciones no
importa menos a su utilidad efectiva que a su propia dignidad; pues la
exploración directa de los fenómenos realizados no podria bastar para per-
mitimos modificar su cumplimiento si no nos condujera a preverlos con-
venientemente. Asi, el verdadero espiritu positivo consiste, ante todo, en
ver para prever, en estudiar lo que es a fm de concluir de ello lo que será,
según el dogma general de la invariabilidad de las leyes naturales-'.
142
La ingenieña social dialéctica: el positivismo
143
Breve historia de la ftlosofía
Rasgos biográficos
144
La ingenieria social dialéctica: el positivismo
Lógica
Método de conveniencia
Si dos o más casos en los que tiene lugar un fenómeno tienen una
única circunstancia común, ésa es la causa o efecto de aquel fenó-
meno.
Método de distinción
Si dos casos contienen un fenómeno W siempre que se da la cir-
cunstancia A, y no lo contienen si falta A, W depende de A
145
Breve historia de la fdosofia
146
La ingenieña social dialéctica: el positivismo
147
Breve historia de la ftlosofia
LAUBERTAD
148
La ingenieña social dialéctica: el positivismo
149
Breve historia de la fdosofia
150
La ingenieria social dialéctica: el positivismo
151
Breve historia de la fllosofia
Ahora bien, ¿cómo evitar los posibles excesos de ese eventual gobier-
no numérico o mayoritario? •Me apresuro a decir que considero como total-
mente inadmisible, ni aun de forma transitoria, el que la superioridad de
influencia sea otorgada con arreglo a la riqueza. No niego que la riqueza
sea una especie de testimonio. En la mayoria de los paises, la educadón
-aunque no proporcionada a la riqueza- es mejor en la porción más rica
de la sodedad que en la más pobre; pero el criterio es imperfecto, e influ-
ye la casualidad tanto más que el mérito para elevar a los hombres, siendo
imposible a una persona con un grado cualquiera de instrucdón asegurar-
se un grado de elevadón análogo en la esfera sodal, por lo que esa base
del privilegio electoral ha sido y será siempre totalmente odiosa. Asi pues,
si se fundase la pluralidad de votos en alguna cualidad pecuniaria, no sólo
quedada expuesta a continuas objeciones, sino que se comprometería el
prindpio y se baria imposible su aplicadón permanente-17•
¿Cómo lograr, pues, un gobierno representativo verdadero? Para
obtener una verdadera democracia no ve Mili en su época otra solución
que el sufragio universal •pero graduado-, por etapas. Mili es, pues,
reformista en materia politica, pues no busca a(ln la implantación direc-
ta de los principios revolucionarios que en ese momento está fraguan-
do en Europa el movimiento obrero y los teóricos sociales.
EL SUFRAGIO FEMENINO
152
La ingenieria social dialéctica: el positivismo
153
Capítulo IX
' Sueños terriblemente sobrecogedores. Cf. sobre Jean Paul Richter las
piginas 193-289 de la obra de Olegario Gonzilez de Cardedal, Cuatro poetas
desde la otra ladera, Trotta, Madrid 1996.
154
El Romanticismo como metarracionalismo
Lógica de la Lógica
155
Breve historia de la ftlosofia
156
El Romanticismo como metarracionalismo
157
Breve historia de la fllosofia
u lb., p. 91.
158
El Romanticismo como metarracionalismo
vación, sólo por derivación. Por eso, afirma el Hegel romántico que -el
hombre es fm en si mismo por lo divino que hay en él•0 •
Mas, si los hombres grandes no son felices egocéntricamente, ¿no da
esto pie a la envidia de los resentidos? En efecto: ·Los necesitados de con-
suelo pueden sacar de la historia este horrible consuelo: que los héroes
no han sido felices, y que la felicidad sólo cabe en la vida privada, que
puede darse en muy distintas circunstancias. Necesitada, pues, de con-
suelo está la envidia, a quien lo grande y elevado enoja, por lo que se
esfuerza por empequeñecerlo y encontrar defecto en ello, y sólo encuen-
tra soportable la existencia de semejante superioridad cuando sabe que
el hombre grande no ha sido feliz. Gracias a esto cree el envidioso esta-
blecer un equilibrio entre él y el héroe. El hombre libre, en cambio, no
es envidioso; reconoce gustoso a los grandes individuos y se alegra de su
existencia•13• El resentido estigmatiza a los héroes porque han sido ambi-
ciosos y afanosos: .¿Qué maestro de escuela no ha demostrado muchas
veces ampliamente que Alejandro Magno y Julio César fueron impulsados
por las pasiones y por ende inmorales? De lo cual se sigue en seguida
que él, el maestro de escuela, es un hombre excelente, mejor que
Alejandro y César, puesto que no posee tales pasiones. No hay grande
hombre para su ayuda de cámara, no porque el grande hombre no sea
un héroe, sino porque el ayuda de cámara es el ayuda de cámara·14•
u lb., p. 98.
u lb., pp. 93-94.
14 lb., p. 95.
159
Breve historia de la fllosofia
La estatolatría hegeliana
15 lb., p. 78.
16 Lecctones sobre la filosofta de la btstorla, l.
17 Cf. C. Díaz, El sueño begeltano del Estado ét1co, San Esteban, Salamanca 1987.
11 Enctclopedta, parágrafo 258.
160
El Romanticismo como metarracionalismo
La crítica marxiana
UN SEMIPANTEÍSMO DE FONDO
¿Qué hay detrás de todo esto? Según otro de los grandes románti-
cos, F. W. J. Schelling, la Naturaleza, abismo sombño, forma parte de
161
Breve historia de la fllosof.a
'" Pensar sobre Dios y otros ensayos, Herder, Madrid 1998, pp. 209-210.
162
El Romanticismo como metarracionalismo
163
Breve historia de la filosofta
u Carlos Marx reaviva en marzo del año 1841, en el prólogo de su tesis doc-
toral, su fe en el Prometeo opuesto a lo divino: •la fllosofta, mientras una gota
de sangre haga latir su corazón, absolutamente libre y dominador del mundo,
declarad a sus adversarios junto con Epicuro: 'No es impio aquel que despre-
cia a los dioses del vulgo, sino quien se adhiere a la idea que la multitud se
forma de los dioses'. La fdosofia no oculta esto. La profesión de fe de Prometeo
('En una palabra, ¡yo odio a todos los dioses!') es la propia de la filosofía, su
propio juicio contra todas las deidades celestiales y terrestres que no reconocen
a la autoconciencia humana como la divinidad suprema. Nada debe permane-
cer junto a ella. Pero a los despreciables individuos que se regocijan de que en
apariencia la situación civil de la filosofía haya empeorado, éste, a su vez, les
responde lo que Prometeo a Hermes, servidor de los dioses: 'Has de saber que
yo no cambiarla mi misera suerte por tu servidumbre. Prefiero seguir a la roca
encadenado antes que ser el criado fiel de Zeus'. En el calendario fllosófico
Prometeo ocupa el lugar más distinguido entre los santos y los mArtires•.
164
Capítulo X
EL MOVIMIENTO OBRERO:
NO ERA FILOSOFÍA LO QUE ERA SÓLO FILOSOFÍA
SOCIAUSMO UI'ÓPICO
· Origen y sentido
En los comienzos del siglo XIX brilla por su ausencia la clase media,
que irá emergiendo con la industrialización. El pueblo vive bajo el signo
del pauperismo, entre el desempleo y una miseria pennanente apenas
sin esperanza. La lucha está ahi, marcada por el lema ·libertad, igual-
dad, fraternidad· (1789), y cada vez se hacen más presentes las nuevas
ideas revolucionarias:
-supresión de la herencia.
-Supresión de la moneda, sustituida por bonos de trabajo.
-sustitución de la empresa privada por la cooperativa.
-Distribución alternativa del trabajo para evitar la continua adscrip-
ción de algunos a los peores trabajos.
-Igualdad entre hombres y mujeres.
Henri de Saint-Simon
165
Breve historia de la fllosof¡a
Los saintsimonianos
166
El movimiento obrero
Charles Fourier
Robert Owen
167
Breve historia de la fdosotia
Louis Blanc
1 Cf. C. Diaz, Espafla canto y llanto. Historia del movimiento obrero con la
168
El movimiento obrero
Estado- solicitando del Estado ayudas para las asociaciones obreras, que
por contrapartida sostendrían a su benefactor. La tesis de su obra
Organización del Trabajo (1860) es clara: la causa de todos los males
está en la libre competencia, que se supera con la creación de socieda-
des obreras de producción.
llevado por la idea de que la competencia laboral conduce a la
ruina, defenderá un Estado fuerte y sin competidores, capaz de prote-
ger al trabajador; superada finalmente la oposición de clases, el Estado
podría y debería desaparecer. Mientras tanto, •nosotros admiramos el
Estado en tanto representa la parte noble y viva de la humanidad, pues
en una democracia el Estado es el pueblo mismo; le aborrecemos si
representa su parte cadavérica•. Blanc postula la creación de un
Ministerio de Progreso estatal para gestionar ferrocarriles, minas y
medios de comunicación; con las ganancias obtenidas mediante esas
nacionalizaciones se crearía una bolsa para los trabajadores, otra para
sus asociaciones (socorro de enfermos, viejos, etc.) y otra para el Estado
en concepto de devolución.
Asi las cosas, el gobierno provisional, del que Louis Blanc llegó a ser
miembro, asumió la creación del Ministerio y sus reformas. Los Talleres
Nacionales, con una nueva religión de la fraternidad obrera, con una
nueva mistica del trabajo, con capital común y creación de casas y
barrios obreros, terminaron, sin embargo, fracasando: crecia el número
de los parados, la producción distaba de racionalizarse, se carecia de
visión comercial, etc., hasta que dichos talleres degeneraron en estable-
cimientos de beneficencia que ofrecian uno o dos francos diarios a los
obreros desocupados y por último hubieron de ser cerrados. Y enton-
ces el levantamiento se produjo en junio.
169
Breve historia de la fdosofia
170
El movimiento obrero
171
Breve historia de la filosofía
' Cf. Eugenio del Rio, La dlc:ladum delproletariado, Mañana, Madrid 1977, p.
10. Mis tarde, con Lenin y Stalin, odictadura del proletariacb no sólo no se opon-
drfa a democracia comunista (Wúcamenl:e a dictadura de la bwguesia), sino que
seria equivalente a una fonna superior de democracia: poder popular, centralismo
democdtico. Tras la Segunda Guem mundial, trasfonnados los Estados del Este
europeo en sistemas políticos similares al soviético (1948), las democracias comu-
nistas se adjetivan como populares -en trtnsito hacia el socialismo-, con el fin de
señalar su oposición a las democracias liberales capitalistas. En ellas la unidad cen-
tralizada del poder, el dirigismo planfficador y el modelo de partido único borran
por completo cualquier posibilidad de democracia formal. Tal centtalismo estable-
cerla la obligatoriedad por parte de los órganos del partido de responder de sus
actuaciones frente a los ózganos superiores, asi como la de informar a los inferio-
res. Dada la centralización de las decisiones y la prohibición de las disidencias,
debatida una cuestión y adoptada una decisión, las minorias acatan disciplinada-
mente la posición mayoritaria. Atención al Mao de 1956: •Estamos en presencia de
dos tipos de contradicciones sociales: las contradicciones antagónicas entre naso-
nos y nuesuos enemigos, y las contradicciones no-antagónicas en el seno del pue-
blo. Los rasgos de unas y otras son totalmente diferentes. Nuestro Estado tiene
como régimen la dictadura democdtica popular. El fin de la dictadura es proteger
al pueblo en el trabajo que realiza para transformar a China en un pais socialista
dotado de una industria, de una agricultura, de una ciencia y de una cultura
modernas. ¿Quién ejerce la dictadura? La ejerce la clase obrera y el pueblo dirigi-
do por ella. La dictadura no se ejerce en el seno del pueblo. El pueblo no puede
ejercer la dictadura sobre si mismo, y una parte del pueblo no sabria oprimir a otra.
Quienes, dentro del pueblo, infringen la ley, deben ser castigados según la ley.
Estamos en favor de una libertad a la que se une una dirección, y a favor de una
democracia con una dirección centralizada•. Mao, Sobre el tratamientO correcto de
las contradtcc1ones en el seno del pueblo, Pekin 1976.
172
El movimiento obrero
La A. l. T.
173
Breve historia de la fdosof.a
174
El movimiento obrero
7 S. Giner, Historia del pensamfenlo socfal, Ariel, Barcelona 1967, pp. 488-489.
175
Breve historia de la fllosofia
176
El movimiento obrero
LOS MARXISMOS
177
Breve historia de la fllosofia
' Pero si esto da una idea de la vitalidad y la flexibilidad de la flor del mar-
xismo para aclimatarse a tan diferentes ambientes, el precio que tuvo que pagar
fue que para preservar la supuesta inmutabilidad de la misma planta marxista
no se reconociera la mutación que en cada trasplante se producla, habl4ndose
de un Onico bloque monolitico marxista-leninista-estalinista-maoista. El marxis-
mo (sin el beneplicito de Marx mismo, pero con la insistencia de Engels) dis-
tingue entre el materialismo dialéctico (Diamat) y el materialismo histórico
(Htsmat).
-Federico Engels, aprovechando la aparición de las obras de Darwin lanzó
su Dtamat: si la naturaleza evoluciona desde el reino mineral al vegetal, del
vegetal al animal, y del animal al racional, todo obedece a la misma ley, que-
dando aminoradas las diferencias entre hombre y naturaleza.
-El materialismo histórico (Htsmat) es la prolongación del materialismo
dialéctico en el terreno de la historia humana. Las fuerzas determinantes de la
evolución/revolución histórica son fuerzas económicas y materiales de la vida
humana, que constituyen su infraestructura. La dialéctica histórica transforma la
cantidad en cualidad a través de rupturas o explosiones que dan lugar a fases
superiores de desarrollo histórico (por ejemplo, del capitalismo a la fase socia-
lista).
La historia se explica mediante leyes: •Toda la historia de la humanidad es
la historia de la lucha de clases-, de las cuales clases una es la clase buena, otra
la mala. Una vez alcanzado el estadio comunista, defmitivo e insuperable, el
movimiento dialéctico cesa por ausencia de contradicciones Oo que -por cier-
to- entraña una paradoja: la dialéctica hace posible el comunismo que hace
imposible la dialéctica. Mao, consciente de esa dificultad, y pretendiendo supe-
rarla, adopta una posición intermedia distinguiendo entre contradicciones anta-
gónicas, las propias del capitalismo, consecuentemente extrañas ya al comunis-
mo, y las no antagónicas o de tono menor, que permiten de algún modo la
permanencia de ciertas tensiones dialécticas).
178
El movimiento obrero
La realidad chasqueada
179
Breve historia de la fdosofia
11 Gaudtum et Spes, 5.
12 Gaudtum et spes, 4.
180
El movimiento obrero
181
Breve historia de la filosor~a
182
El movimiento obrero
183
Breve historia de la filosofia
Rotación laboral
184
El movimiento obrero
Educad6n
15 lb.
16 lb.
185
Breve historia de la filosofia
186
El movimiento obrero
187
Breve historia de la fJiosofia
188
Capitulo XI
NIETZSCHE:
DEL TITÁN PROMETEO AL SUPERHOMBRE TRÁGICO
189
Breve historia de la fdosofia
El ':)'()pienso- no piensa
No hay un sujeto-sustancia
Asi como Goethe babia escrito que •nadie vaya a buscar nada
detrás de los fenómenos, ellos mismos son la doctrina•, asi también
repite Nietzsche: •No hay ningún 'ser' detrás del hacer, del actuar, del
devenir; el agente ha sido ficticiamente añadido al hacer, el hacer es
todo•10; •por un instinto de conservación, en que toda mentira suele
santificarse, esa especie de hombre necesita creer en el sujeto indife-
rente y libre para elegir. El sujeto (o, hablando de modo más popu-
190
Nietzsche: del titin Prometeo al Superhombre trágico
Ni un sujeto-voluntad
11 Z. G. M., 1,13.
u lb., III, padgrafo 12.
15 G. D., p. 10.
14 J. G. B., padgrafo 19. •Nosotros hemos inventado el concepto 'fmalidad'¡
191
Breve historia de la ftlosofia
Ni un sujeto-causa
" lb., parágrafo 21. •En todo tiempo se creyó saber qué es una causa, mas
¿de dónde sacábamos nuestro saber, o más exactamente nuestra creencia de
tener ese saber? Del ámbito de los famosos 'hechos internos', ninguno de los
cuales fue demostrado hasta ahora ser un hecho. Creíamos que en el acto de la
voluntad nosotros mismos éramos causas ... Tampoco se dudaba que todos los
antecedentta de una acción, sus causas, había que buscarlos en la conciencia,
¿quién habría discutido que el yo causa el pensamiento? De esos tres 'hechos
internos' con que la causalidad parecía quedar garantizada, el primero y más
convincente es el de la voluntad como causa; la idea de una conciencia ('espí-
ritu') como causa, y más tarde también la del yo (el 'sujeto') como causa nacie-
ron simplemente después de que la voluntad estableciera la causalidad como
dada, como una emptrla. Entre tanto hemos pensado mejor las cosas. Hoy no
creemos ya una sola palabra de todo aquello• (G. D., pp. 63-65).
192
Nietzsche: del titAn Prometeo al Superhombre tdgico
UN YO INOCENTE
Si no hay yo, tampoco hay que buscar culpables éticos: ·La doctrina
de la voluntad ha sido inventada esencialmente con la finalidad de cas-
tigar, es decir, de querer encontrar culpables; por consiguiente, se tuvo
que pensar que toda acción era querida, y que el origen de toda acción
estaba situado en la conciencia.ZO, por lo cual Nietzsche pide •que no se
haga ya responsable a nadie, que no sea licito atribuir el modo de ser a
una causa.z•. No existe para Nietzsche el deber, sino el ser: •¡Qué inge-
nuidad es decir: 'el hombre deberia ser de este y de aquel modo'! La rea-
lidad nos muestra una riqueza fascinante de tipos, la exuberancia propia
de un pródigo juego y mudanza de formas. Cuando el moralista se diri-
ge al individuo y le dice: ¡tú deberlas ser de este y de aquel modo! no
'6 J.
G. B., pmgrafo 17.
17 lb., parágrafos 15 y 289.
11 lb., parágrafo 97.
19 G. D., p. 97.
.., G. D., pp. 68-70.
21 G. D., p. 70.
193
Breve historia de la filosof.a
zz G. D., p. 58.
zsz. G. M., 11, parágrafo 3.
• z. G. M., 11, parágrafo 5.
as Z. G. M., 11, parágrafo l.
• ]. G. B., parágrafo 108. Lo mismo en]. G. B., parigrafo 32, en G. D., p. 71,
y en el prólogo de Z. G. M.
Z7 Z. G. M., 111, 19.
194
Nietzsche: del titán Prometeo al Superhombre tñgico
Pocos textos tan completos como éste para definir al sujeto podero-
so, el guerrero vikingo: •Wotan me ha puesto un corazón duro en el
pecho, dícese en una antigua saga escandinava: ésta es la poesta que
brotaba con todo derecho del alma de un vikingo orgulloso. Semejante
especie de hombre se siente orgulloso cabalmente de no estar hecha
para la compasión, por ello el héroe de la saga añade, con tono de
admonición: 'el que ya de joven no tiene un corazón duro, no lo ten-
drá nunca'. Los aristócratas y valientes que asi piensan estin lo más lejos
que quepa imaginar de aquella moral que ve el indicio de la moral en
la compasión, o en el obrar por los demás, o en el désinteressement; la
fe en si mismo, el orgullo de si mismo, una radical hostilidad y una iro-
nia frente al 'desinterés' forman parte de la moral aristocrática, exacta-
mente del mismo modo que un ligero menosprecio y cautela frente a
los sentimientos de simpatta y frente al corazón cálido ... Sólo frente a
los iguales se tienen deberes; frente a los seres de rango inferior, fren-
te a todo lo extraño, es licito actuar como mejor parezca, como quiera
el corazón y, en todo caso, más allá del bien y del mal·•. •Exigir de la
• J G. B., parágrafo 260. •El espúitu que ha llegado a ser libre pisotea la des-
preciable especie de bienestar con que sueñan los tenderos, los aistianos, las
vacas, las mujeres, los ingleses y denW; demócratas. El hombre libre es un gue-
rrero- (G. D., pp. 114-115). ·la moderaci6n se nos ha vuelto exb'aña, confesémos-
lo; nuestro prurito es cabalmente el prurito de lo infinito, desmesurado. Semejanres
al jinete que, montado sobre un corcel, se lanza hacia adelante, asi nosotros deja-
mos caer las riendas ante lo infinito, nosotros los semibúbaros, y no tenemos
nuestra bienaventuranza mis que alli donde mis peligro corremos- (J. G. B., pará-
grafo 224). •Resulta imposible no reconocer en la base de todas estas razas nobles
al animal de rapii\a, la magnifica bestia rubia, que vagabundea codiciosa de botút;
de cuando en cuando necesita desahogarse, el animal tiene que volver a salir
fuera, retornar a la selva -las aristocracias romana, úabe, gennAnica, japonesa,
los héroes homéricos, los vikingos escandinavos- todos ellos coinciden en tal
imperiosa necesidad. Son las razas nobles las que han dejado atñs de si el con-
cepto de 'b:úbaro' por donde han pasado: es esa audacia, la nuymf'a de los ate-
nienses, su indiferencia y su desprecio de la seguridad, del cuerpo, del bienestar,
su horrible jovialidad y el profundo placer que sienten en destruir, en todas las
voluptuosidades del triunfo y de la crueldad... ; el sentido de toda cultura consiste
cabalmente en sacar del animal rapaz 'hombre', mediante la crianza, un animal
manso y civilizado, un animal doméstico... ¿Qué es lo que hoy produce nuestra
aversión contra 'el hombre'? -pues nosotros sufrimos por el hombre, no hay
duda- No es el temor, sino, mis bien, el que ya nada tengamos que temer en el
hombre, el que el 'hombre manso', el incurablemente mediocre y desagradable
haya aprendido a sentirse a si mismo como la meta y la cumbre, como el sentido
de la historia, como 'hombre superior'• (Z. G. M., 1,11).
195
Breve historia de la fllosofia
¿Y la com-pasión?
196
Nietzsche: del titAn Prometeo al Superhombre trágico
Lo dionisiaco
197
Breve historia de la IDosofta
ble que ha existido hasta ahora, lo cual no excluye que yo seré el mAs benéfi-
co. Conozco el placer de aniquilar en un grado que corresponde a mi fuerza
para aniquilar; en ambos casos obedezco a mi naturaleza dionisiaca, la cual no
sabe separar el hablar no del decir si. Yo soy el primer inmoralista, por ello soy
el aniquilador par excellenceo (EcceHomo V,2).
198
Capítulo XII
199
Breve historia de la ntosofía
200
La caida del último positivismo: Ludwig Wittgenstein
z 7ractatus, 5.
201
Breve historia de la fllosofia
EL cfRCULO DE VIENA
202
La caida del último positivismo: Ludwig Wittgenstein
que se supone algún significado sin tenerlo (•ser-, •idea•, etc.), bien por
reunir asintáctica o antisintácticamente proposictones con sentido (•la
nada nadea•, ·los números pares son más oscuros que los nones-, etc.),
por eso afirma Camap que ·las proposidones metafisicas no sitven para
la descripdón de relactones objetivas, ni existentes ni no-existentes,
ellas sitven para expresar una actitud meramente emotiva ante la vida•.
Asimismo se declaran sin sentido todas las normas éticas y en
general todo conocimiento procedente del pensamiento o de la intui-
dón pura, al no aportar nada a nuestro conocimiento dentffico:
·Experimentamos sentimientos de reprobactón que brotan de nosotros
mismos respecto de tal o cual acción, y eso es un hecho, pero un hecho
que es objeto del sentimiento, no de la razón. Está en ti mismo, no en
el objeto-.
¿Entonces a qué se reduce la filosofia? Si quiere servir aún para algo
habrá de dedicarse, continúa Carnap, •no a proposidones, no a una teo-
ria, no a un sistema, sino exclusivamente a un método, el del análisis
lógico-. Veámoslo.
Principio de verificabilidad
203
Breve historia de la fdosotia
Dadas las dificultades para mantener tan tosco criterio, fue más tarde
modificado por el criterio débil de verificabilidad, que A. Ayer expone
asi en su obra Lenguaje, Verdad y Lógica (1936): ·Un enunciado es
directamente verificable si es, o un enunciado de observación en si
mismo, o si es tal que, en conjunción con uno o más enunciados de
observación, implica, por lo menos, un enunciado de observación que
no sea deducible de estas otras premisas solas; y propongo decir que
un enunciado es indirectamente verificable si satisface las siguientes
condiciones: primera, que en conjunción con otras determinadas pre-
misas implique uno o más enunciados directamente verificables que no
sean deducibles de estas otras premisas solas, y segunda, que estas otras
premisas no incluyan ningún enunciado que no sea analitico ni direc-
tamente verificable-.
Tal principio contiene a su vez tal cúmulo de dificultades que no
sólo fue abandonado más tarde, sino incluso la idea de encontrar un
criterio único de distinción entre proposiciones auténticas y espurias.
Cuando lo verificable se reduce a lo verificado por m~ eso conduce al
solipsismo: lo que yo sólo veo ahora ¿cómo puedo comunicarlo de
modo que los demás me entiendan?
La deriva flsicalista
204
La caída del último positivismo: Ludwig Wittgenstein
205
Breve historia de la filosofia
EL PRIMER WITIGENSTEIN:
EL TRACI'ATUS LOGICO-PHILOSOPHICUS
Biografla
206
La caida del último positivismo: Ludwig Wittgenstein
207
Breve historia de la fllosofia
El Tractatus logico-philosophicus
208
La caida del último positivismo: Ludwig Wittgenstein
209
Breve historia de la fdosofia
210
La caida del último positivismo: Ludwig Wrttgenstein
211
Breve historia de la fllosorta
212
La caida del último positivismo: Ludwig Wittgenstein
213
Breve historia de la filosotia
Caja de herramientas
214
La caida del último positivismo: Ludwig Wittgenstein
Lo místico
215
Breve historia de la fdosorm
216
La caida del último positivismo: Ludwig Wittgenstein
217
Breve historia de la filosofía
218
La caida del 6ltimo positivismo: Ludwig WittgenStein
219
Capítulo XIII
RASGOS BIOGRÁFICOS:
UN FILÓSOFO QUE FILOSOFA CERCA DE LOS POETAS
220
Martin Heidegger, el renacer de la metafisica
ción misma del pensar en una época tan menesterosa como la nuestra,
llevó a Heidegger a subtitular la edición de sus obras como Wege, nicbt
Werlle (Caminos, no obras), lo mismo que los poetas.
221
Breve historia de la filosotia
La pregunta y la respuesta
La pregunta
222
Martín Heidegger, el renacer de la metafisica
223
Breve historia de la filosofia
224
Martín Heidegger, el renacer de la metaf'JSica
A pesar de todas las dificultades para ver la luz del ser, los humanos
la buscamos siempre a partir del mundo de la vida (.ú!benswelt), tal y
como inmediata y habitualmente es vivido, es decir, antes de cualquier
posicionamiento sobre él, desde la cotidianidad (durcbscbnittlicbe
Alltáglicbkeit), aunque con frecuencia el sujeto que vive en esa cotidia-
nidad lleve una vida vacia, la de un -se• impersonal con una existencia
inauténtica, es decir, con una cierta tendencia a la deformación de las
cosas. El mósofo está para depurar esa situación.
225
Breve historia de la filosofia
El Dasein
226
Martin Heidegger, el renacer de la metarlSica
b. Porque eso seria, además, hacer del ser humano (ente privilegia-
do) el lugar de manifestación del ser, cuando es precisamente a la inver-
sa: es el ser el que fundamenta la comprensión del ente, incluso de ese
ente privilegiado que es el ente humano. Lo cual propiciada una visión
del mundo en el que el hombre se entiende:
a'. Como sujeto, y el mundo como objeto manipulable con razón
instrumental, tecnológica, objeto de explotación.
b'. Como ser que se apropia la verdad en forma de certeza y como
utilidad, es decir, como principio de determinación absoluta, como
voluntad de poderlo.
e'. Como ser que piensa y habla con un mero conocer representati-
vo y como un significar empirico-reproductivo o figurativo.
La analítica existencial
227
Breve historia de la filosofta
El Dasein, ser-en-el-mundo
El Dasein, ser-en-el-mundo-con-los-otros
228
Martín Heidegger, el renacer de la metafísica
El riesgo de la caida
229
Breve historia de la filosofia
230
Martin Heidegger, el renacer de la metafisica
El ser y la nada
231
Breve historia de la fdosofia
' ¿Qué es metafts1ca?, Cruz del Sur, Santiago de Chile 1983, pp. 23 ss.
' ¿Qué es metaftslca?, Cruz del Sur, Santiago de Chile 1983, pp. 31-33.
232
Martin Heidegger, el renacer de la metafJSica
Después de todo, ¿qué hemos podido decir del ser? Bien poco. Pero
¿acaso no es ese ·bien poco· lo suficiente para evitar decir demasiado?
7 ¿Qué es metaftstca?, Cruz del Sur, Santiago de Chile 1983, pp. 41-48.
233
Breve historia de la filosotia
234
Capitulo XIV
DE SUPERHOMBRE A GLOBALÁNTROPO
Igual que los tuaregs del desierto designan con muchos nombres al
mismo camello, bajo el ténnino ·globalizaci6n• denomina el mundo actual:
--al·neoliberalismo-, nueva libertad que la mano poderosa, tecno-
lógica y multinacional de unos pocos, muy pocos, dispone para ence-
rrar a los demás en el mismo globo•;
235
Breve historia de la filosoFJ.a
236
De Superhombre a Globalmtropo
EL TECNÁNTROPO GLOBAUZADOR
Telépolis, larópolis
El mismo autor ha vuelto a ello más detalladamente en Los señores del atre:
Telépolts y el Tercer Entorno, Destino, Barcelona 1999.
237
Breve historia de la filosofia
238
De Superhombre a Globalántropo
239
Breve historia de la filosof1a
240
De Superhombre a Globalántropo
La aldea global
241
Breve historia de la filosofia
242
De Superhombre a Globalántropo
243
Breve historia de la filosofia
cada por la globalización del sistema capitalista que permite al capital escapar
de los impuestos más fácilmente que al trabajo. El capital tenderá a evadir pai-
ses donde el empleo está altamente tasado o altamente protegido, tendiendo a
incrementar el desempleo. Esto ha sucedido en la Europa continental. No
defiendo los anticuados sistemas de seguridad social en la Europa continental,
que necesitan reformarse. Expreso tan sólo una preocupación sobre la reduc-
ción de los servicios de bienestar tanto en Europa como en América• (G. Soros,
Hacia una soctedadglobal abterta, Nexos, México D.F., marzo de 1998, p. 48).
244
De Superhombre a Globalántropo
El trabajo
245
Breve historia de la filosofia
246
De Superhombre a Globalántropo
de 1998, p. 49.
247
Breve historia de la fllosofia
248
De Superhombre a Globalántropo
-¿Y para qué queremos los ejércitos, si hoy quienes atacan son los
dólares de ese casino financiero transnacional, que en menos de media
hora te han bombardeado con sus dineros especulativos y te han deja-
do más pobre que una rata?, ¿no será que ésos son sus ejércitos, no los
nuestros, los del casino financiero transnacional?
-A pesar de la marafia de leyes de los Estados de derecho, ¿por qué
no hay una sola ley que pueda evitar los movimientos del capital espe-
culativo multinacional o trasnacional? ¿Por qué? Porque en realidad
quien únicamente legisla es ese capital multinacional o transnadonal:
¿es eso el famoso Estado minimo?
-Quienes hoy poseen esa masa de dinero especulativo lo invierten
por Internet en Asia, por ejemplo, y de repente, tras husmear en otros
lugares del Globo en los que puedan sacar más dinero, se lo llevan de
Asia, la cual queda automáticamente devastada, ya que la ruina de cual-
quier zona llega cuando las inversiones realizadas no se mantienen. ¡Y
además no es dinero productivo, sino especulativo, dinero que busca
dinero! ¿Acaso no significa esto que cada vez que le va bien a la bolsa
(la cual es precisamente dinero especulativo que busca dinero, que
entra y sale sin detenerse y sin invertirse) le va necesariamente mal al
pobre? ¿Por qué entonces los telediarios, cada vez más bursatilizados,
no presentan la subida de la bolsa -capital especulativo- como lo que
es, como una catástrofe para los pobres?
-si se van a imponer inexorablemente los Estados federales que
ponen en cuestión al Estado tradicional, ¿para qué entonces tanto luchar
y padecer contra reivindicaciones soberanistas e independentistas como
las de Euskadi, por ejemplo?
-Sabemos que, gracias al desarrollo científico-técnico, cada vez se
produce el doble, el triple, etc.: las nuevas tecnologias aumentan la pro-
ducción, aunque no el reparto. Ahora bien, ¿a dónde va a parar esa
riqueza? Únicamente a los ricos, cada vez más ricos. ¿En qué se tradu-
cen las inversiones de Telefónica en Paraguay? No en mayores benefi-
cios para los mal pagados trabajadores paraguayos, ni siquiera para los
ya bien pagados españoles, sino en stock options, es decir, en repartos
fabulosos de divisas entre los accionistas parásitos que a su vez han sido
beneficiados por el Estado para llegar a su actual condición de accio-
nistas parásitos. Acciones para los ricos, pasiones para los pobres: ¿de
dónde sale la plusvalía que a unos engorda, si no es de la minusvalía
249
Breve historia de la fllosofia
250
De Superhombre a Globalántropo
tando?, ¿no será que no votarla a quien le dijera la verdad, la auda ver-
dad, la única que, sin embaJgo, baria posible el gran cambio?, ¿y no será
asimismo una condición de gobemabilidad de los pueblos, que sin falsas
ilusiones devienen ingobernables, desesperados, globalmente levantiscos?
Hay algo, asi las cosas, que nadie ha conseguido explicar aún: si
vivimos en una aldea global y de pensamiento único, ¿cómo es que en
ella sus habitantes, los aldeanos globales posmodemos, afirman no
aeer en nada común a la humanidad globalizada? Una humanidad que
ha multinacionalizado su dinero, cocacolonizado su consumo y manco-
munado su red, ¿cómo podria tener a la vez, según pregona, voluntad
de fragmento y rechazar lo global?
Ante misterio tan incomprensible, lo único que por nuestra parte
afirmamos es que actualmente se vive una crisis de coherencia, una
esquizofrenia: cuanto más interactivo es el hombre, tanto más disocia-
do se cree. Veamos ahora la otra faz, la faz disociadora, el rostro de la
posmodernidad.
251
Breve historia de la filosofia
•• J.
F. Lyotard, La condtctón posmoderna, Cátedra, Madrid 1984, p. 10.
19A. Fierro, La reltgtón en fragmentos. Aportactón al andltsts de una soc1e-
dadposreltgtosa, Madrid 1984, pp. 17-18.
252
De Superhombre a Globalmtropo
253
Breve historia de la fllosofia
254
De Superhombre a Globalántropo
255
Breve historia de la filosofia
256
De Superhombre a Globalmtropo
257
Breve historia de la filosofia
partir de las cuales elabora una identidad escindida, difusa, sin posible
totalización: el superviviente se fabrica un sentido, consciente de su
caducidad y fragmentación.
Mientras tanto, ·la civilización del bienestar consumista ha sido la
gran enterradora histórica de la ideologia gloriosa del deber. En el curso
de la segunda mitad del siglo la lógica del consumo de masas ha disuel-
to el universo de las homilías moralizadoras, ha erradicado los impera-
tivos rigoristas y engendrado una cultura en que la felicidad predomina
sobre el mandato moral, los placeres sobre la prohibición, la seducción
sobre la obligación. A través de la publicidad, el crédito, la inflación de
los objetos y los ocios, el capitalismo de las necesidades ha renunciado
a la santificación de los ideales en beneficio de los placeres renovados
y de los sueños de la felicidad privada. Se ha edificado una nueva civi-
lización, que ya no se dedica a vencer el deseo sino a exacerbarlo y des-
culpabiUzarlo; los goces del presente, el templo del yo, del cuerpo y de
la comodidad, se han convertido en la nueva Jerusalén de los tiempos
posmoralistas.
Estimulando permanentemente los valores del bienestar individual,
la era del consumo ha descaUficado masivamente las formas rigoristas y
disciplinarias de la obligación moral, la liturgia del deber se ha vuelto
inadecuada para una cultura materialista y hedonista basada en la exal-
tación del yo y la excitación de las voluptuosidades-al-instante. Nos
hemos vuelto alérgicos a las prescripciones sacrificiales, al espiritu
directivo de las morales doctrinarias; en la época posmoralista el deber
ya sólo puede expresarse en tono menor; los supermercados, el mar-
keting, el paraiso de los ocios han sido la tumba de la religión del deber.
¿Qué representa de verdad en nuestras sociedades la celebración de
la virtud comparada con el reclamo de la comodidad y de las vacacio-
nes?, ¿qué parte corresponde a las conminaciones del deber en una
sociedad obsesionada por la salud y la juventud, que difunde en dosis
masivas consejos dietéticos y tuñsticos, eróticos y sicológicos? El impe-
rativo moral ya no ocupa el centro de las representaciones sociales, en
el lugar de los mandamientos severos de la moral tenemos ahora el
sicologismo y la euforia del bienestar. Los valores caritativos y humani-
tarios pueden despertar una fuerte simpatia, pero quedan muy atrás en
relación con la superficie que ocupan el himno al ego y los estimulos
al consumo.
258
De Superhombre a Globalintropo
Individualismo
259
Breve historia de la fllosofia
,. •No te basta ser 'libre', debes ser más, debes ser 'propietario'. La indivi-
dualidad, es decir, mi propiedad, es toda mi existencia y mi esencia, es Yo
mismo- (M. Stirner, El úntco y su propiedad, 1, 1).
" J. F. Lyotard, La posmoderntdad explicada a los ntños, Gedisa, Barcelona
1986, p. 31.
260
De Superhombre a Globalántropo
" Según la versión del mito en Ovidio, Las metamorjos1s (lll), Narciso fue
engendrado por el rio Cefiso en la ninfa üriope, y cuando nació era tal su her-
mosura que ninfas y efebos quedaron prendados de él, pronosticando el adivino
Tiresias que vivirla mucho si no era visto por si mismo. Sólo la bellisima ninfa Eco
(castigada por Juno -por sus amores con Zeus- a no poder pronunciar sino las
últimas palabras de aquello que quisiera expresar) llegó a encontrarse con el dis-
plicente Narciso abrazándole, pero Narciso, terriblemente Crio, dijo: •No pensarás
que yo te amo-, repitiendo por su parte Eco acongojada: •Yo te amo-. •¡Pennitan
los dioses soberanos ~ta entonces Nace~ que antes me deshaga que Uí
goces de mil•, y Eco: •¡Que Uí goces de mil•. Desesperada, Eco invocó a Némesis:
•¡Ojali cuando él ame como yo amo se desespere como me desespero yo!•.
Némesis escuchó a la ninfa, y un dia en que Narciso se acercó a beber a una fuen-
te CUpido le clavó por la espalda su flecha. Insensatamente creyó que aquel ros-
tro hermosisimo que contemplaba era el de un ser real ajeno a si mismo. Entonces
una voz interior le reprochó: •Insensato, ¿cómo te has enamorado de un vano fan-
tasma? Tu pasión es una quimera; retirate de esa fuente y verás cómo la imagen
desaparece. Y, sin embargo, contigo esti, contigo ha venido y contigo se va, pero
no la poseerás nunca•. Prendado de su imagen y consumido por ese ardor, al cabo
de unos minutos no quedaba al borde de las aguas sino una espléndida rosa que
seguia contemplándose en el claro espejo. Antes de cumplirse la transformación
de Narciso en flor pudo exclamar: o¡Objeto vanamente amado, adiós!•. Y Eco, rota
de amor, caia sobre el césped repitiendo la 61tima palabra: •¡Adiós!•. las niyades y
las driadas lloraban y se lamentaban, y Eco, cuyo cuerpo no pudo ser hallado, res-
pondia por montes y valles en todas las partes del mundo a las últimas silabas de
toda la patética humana.
Según otra versión, ·Tiresias le dijo a Liriope, la primera persona que con-
sultó con él: 'Narciso vivid hasta ser muy viejo, con tal de que nunca se conoz-
ca a si mismo'. Dada su belleza, cualquiera podia haberse enamorado de
Narciso, pero él rechazaba cualquier posible amante, pues se sentia tercamente
orgulloso de su propia belleza.
Entre las rechazadas se hallaba la ninfa Eco, quien ya no podia utilizar su
voz sino para repetir tontamente los gritos ajenos. Un dia en que Narciso salió
para cazar ciervos, Eco le siguió a hurtadillas a través del bosque sin senderos
con el deseo de hablarle, pero incapaz de ser la primera en hablar. Por fin,
Narciso, viendo que se babia separado de sus compañeros, gritó:
-¿EstA alguien por aqui?
-¡Aqui!, repitió Eco, lo que sorprendió a Narciso, pues nadie estaba a la vista.
-¡Ven!
-¡Ven!
-¿Por qué me eludes?
-¿Por qué me eludes?
-¡Unimonos aqui!
261
Breve historia de la ffiosofia
Fin de la historia
262
De Superhombre a Globalántropo
Narciso y la bestia
263
Breve historia de la fdosofia
264
De Superhombre a Globalántropo
cinco años más tarde, todo habrá cambiado, salvo su estilo de certidumbre auto-
ritaria y casi siempre brutal. llevan otro distintivo en el ojal, se enorgullecen de
su parecido con otra bestia y el universo se contracta a una velocidad que te
pone los pelos de punta•.
265
Breve historia de la fl.losofia
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De Superhombre a GlobalAntropo
Desmitificación de la desmitificación
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Breve historia de la fflosofta
Deconstrucción de la deconstrucción
268
De Superhombre a GlobalAntropo
sea, los significados que hablaban a través del autor, por más que él no
lo supiera. La verdad es elusiva, polimorfa, subjetiva, y tal vez alguna
cosa más. Clara no lo es ...
En la atmósfera intelectual actual uno tiene la sensación de que el
mundo no es la totalidad de las cosas, sino de los significados. Todo es
significado; el significado lo es todo y la hermenéutica su profeta.
Cualquier cosa que sea está hecha por los significados que se le con-
fieren, pero el significado que confiere existencia también asigna status,
y, por lo tanto, es una herramienta de domini0o44• ·En defmitiva, el sig-
nificado operativo del posmodemismo parece ser algo asi: una negati-
va (en la práctica bastante selectiva) a aceptar cualquier hecho objetivo,
cualquier estructura social independiente, y su sustitución por la busca
de los significados, tanto los de los objetos de estudio como los del
investigador. Hay asi una doble insistencia en la subjetividad (todo
cuanto puede decirse del posmodemismo es que es un tipo de histeria
de la subjetividad): la creación del mundo por la persona estudiada y la
creación del texto por el investigador. El significado no es tanto una
herramienta de estudio como un embriagante conceptual, un instru-
mento de autoexcitación. El investigador demuestra tanto su iniciación
en los misterios de la hermenéutica como la dificultad del propósito
mediante una compleja prosa llena de circunvoluciones-45•
•Descartes, que inició la busca determinada de una verdad objetiva
no corrompida por anteojeras culturales, habria forjado las herramien-
tas y las armas necesarias para la dominación patriarcal colonialista de
la tierra•46• •Entre los posmodemos no es la objetividad superficial lo que
rechazan, sino la objetividad en si. Los enemigos opresivos son acusa-
dos no por vender una objetividad errónea y espuria (como opuesta a
la correcta y genuina), sino por estar en el error, en pecado politico y
cognitivo, al buscar simplemente la objetividad. La verdad objetiva tiene
que ser sustituida por la verdad hermenéutica... De hecho, los practi-
cantes del método están tan profunda y ansiadamente impregnados
pp. 37-39.
45 lb., p. 45.
46 lb., p. 46.
269
Breve historia de la filosofía
47 lb., p. 51.
41 lb., p. 67.
270
De Superhombre a Globalmtropo
271
Breve historia de la fdosofia
272
Capítulo XV
273
Breve historia de la ftlosotia
En realidad nunca soy único deseando, sino que hay otros desean-
do lo que yo, y todos a su vez deseamos el deseo del modelo, del
héroe, del arquetipo. Los otros y yo deseamos lo que el modelo o
mediador nos señala como deseable, y rivalizamos entre nosotros por
alcanzarlo. Si no hubiera conflicto entre dos que rivalizan por su deseo
de lo mismo, eso mismo no seria modelo: es modelo por cuanto es
deseado por dos voluntades en conflicto.
Ahora bien, dos manos que tienden a la vez hacia el modelo produ-
cen conflicto; la númesis de apropiación genera una rivalidad1 , y a veces
274
René Girard: una interpretación posfreudiana de la violencia
manos son las manos de Esaú•. Al fmal los hermanos se reconcilian porque
jacob, sabiendo que ha hecho mal, experimenta un combate interior con Dios
antes de reconciliarse con su hermano. Obsérvese que el combate Esaú-jacob
por la apropiación del deseo del otro se reproduce en un combate interior de
cada hermano consigo mismo, y de jacob (el deseador-usurpador) con Dios: •Y,
habiéndose quedado jacob solo, estuvo luchando alguien con él hasta rayar el
alba. jacob respondió: 'No te suelto hasta que no me hayas bendecido. Dijo el
otro: '¿Cuál es tu nombre?' 'jacob'. 'En adelante no te llamarásjacob, sino Israel;
porque has sido fuerte contra Dios, y a los hombres les podrás'. jacob le pre-
guntó: 'Dime por favor tu nombre'. ¿Para qué preguntas por mi nombre? Y le
bendijo allí mismo•. Después se produce el encuentro entre los hermanos.
Este texto biblico es hermosisimo y digno de una exégesis muy pormenori-
zada. Otra vez será.
275
Breve historia de la filosofia
276
René Girard: una interpretación posfreudiana de la violencia
277
Breve historia de la fllosofia
278
René Girard: una interpretación posfreudiana de la violencia
res; también se puede ver en positivo: con tu gesto de poner el primer ladrillo
puedes hacer que los demás construyan una catedral.
279
Breve historia de la fdosofia
Cuanto más nos alejamos de los origenes rituales, tanto más débiles
son sus efectos, precisándose de mayores dosis de violencia para produ-
cir efectos más pequeños: cada vez más victimas para soluciones más efi-
meras. Cada vez se necesitan más millones de muertos para conseguir
paces menos profundas en el orden social espúreo. Es un mecanismo en
caida progresiva desde Adán, pasando por el asesinato de Abel, hasta hoy.
Este esquema se mantiene a pesar de la desacralización, pues el orden
social no puede darse sin alguna fonna de saaalidad, por lo que resacraliza
elementos que antes emn profanos para que asuman la función simbólica del
lab6. En nuestros dias el derecho, siempre basado sobre la ley del Talión,
pretende ser el sustituto del chivo expiatorio. Ahora bien, si el derecho con-
siste en dar a cada uno lo suyo, es decir, en que el que la hace la pague, ojo
por ojo y diente por diente, mañana todos habrán de estar ciegos y desden-
tados, razón por la cual del mero derecho no puede sacarse nada humano,
y menos los derechos humanos Oa expresión <lerechos humanos- es con-
ttadictoria perfonnativamente), pues el derecho no tiene alma humana; a lo
máximo, es desalmado, o sea, pide reciprocidad en la venganza.
Como se sabe, la legislación de paises democráticos, con EEUU a la
cabeza, mantiene la pena de muerte a la vez que proclama el respeto de
los derechos humanos: los humanos tienen derecho a la pena de muerte
(que en los EEUU casi siempre es la de -ellos-, los negros, los hispanos, etc.,
dificil resulta imaginarse a un Kennedy en la silla eléctrica). La asepsia de
la inyección letal es, pues, la última palabra en el Ersatz o sustituto de la
espiral de la violencia victimatoria del ritual sacrifidal que tiene su origen
en los sacrificios humanos, luego sustituidos por sacrificios animales, y
ahora por sacrificios juridicos, en una eterna pirámide sacrifidal. Desde
tiempo inmemorial es sabido que quien no quiere misericordia con el otro
ni consigo mismo sólo puede aspirar al sacrificio del otro y de si mismo.
El momento central del rito juridico es el juicio, es decir, la acusa-
ción y la resolución por separación'. Donde hay juicio no cabe recon-
280
René Girard: una interpretación posfreudiana de la violencia
' De nuevo las etimologias asi lo ratifican. En efecto, ratto en latin deriva
del supino (ratum) del verbo reor, de donde viene el término reo.
10 Mt 27.
281
Breve historia de la filosofía
y distribuido entre dos socios o aliados para que cada uno de ellos conserve
una parte y la transmita a sus descendientes, de tal manera que esos elementos
complementarios y reunidos de nuevo permiten en su ajuste redproco dar a
conocer a los portadores y atestiguar los lazos de alianza contraidos anterior-
mente.
El syn-bolon consiste, por tanto, en la correlación entre unos elementos sin
valor aislado, pero cuya reunión (syn-ballo) o ajuste reciproco permite a dos
aliados hacerse reconocer como tales, es decir, como ligados entre si (syn-
ballontes, con-trayentes) en un pacto o alianza de fidelidad• (E. Ortigues, le dts-
cours et le symbole, Aubier, Paris 1962, pp. 60-61).
282
Capitulo XVI
Asi pues:
~da de abandonarse en las manos del destino como en la trage-
dia griega lacrimógena, ahora manipulada con el formato de un publi-
citario retomo de los brujos y de un reciclado de las meigas;
-nada de arrojarse a los brazos de la primera sirena que susurre
pringosos cantos de acaramelada novedad excitante o esotérica, má~..
ca, sectaria, ludopática, o crecepélica espectacularizadamente televiSa-
dos por las cámaras de los marines y que son tomaduras de cabello;
283
Breve historia de la filosofia
284
El siglo XXI sed personalista comunitario, o no sert
¡A desalambrar, a construir!
' J. Maritain, Humanismo tntegrrü, Carlos Lohlé, Buenos Aires 1966, pp.
188-189.
4 D. Innerarity, Libertad como pastón, Eunsa, Pamplona 1993, p. 47.
285
Breve historia de la filosotia
EL PERSONALISMO COMUNITARIO,
LUGAR DE HONOR DE LA FILOSOFfA.
286
El siglo XXI sert personalista comunitario, o no sed
10 Yo y tú, p. 17.
11 Yo y tú, p. 61.
288
El siglo XXI sed personalista comunitario, o no sed
289
Breve historia de la filosofia
290
El siglo XXI sed personalista comunitario, o no sed
291
Breve historia de la filosofia
Vocativo
Genitivo
292
El siglo XXI será personalista comunitario, o no será
Dativo
Si quien nos ama nos hace ser, ¿qué seria de alguien nunca amado, qué
tipo de "}'Oo desarrollaria?, ¿acaso el nacido para alma bella no se perderia
-sin amor- y malograda cual corazón duro? La condición humana
comienza, pues, con la inseparable unidad relacional vocativo-genitivo.
La experiencia de esa buena relación vocativo-genitivo se traduce en
el dativo, en el•para ti•, pues aquel que ha mamado la bondad del cui-
dado, aquel que ha experimentado en su propia carne la calidez de una
palabra hecha afecto y traducida en obras, ¿cómo podria ignorar que
bálsamo tan benéfico merece transfundiese, que tal don merece per-
donarse y transfundiese? A esa su transfusión denomirWnosla con her-
moso vocablo odativOo, donación, donativo, don desde el origen, don
nato desde el principio que busca perpetuarse comunicativamente.
Y por eso el pecado constituye la quiebra del dativo, la ruptura de la
cadena de dones, la negatividad que no pasa al otro el amor que le han
regalado a uno: -el pecado es en cada caso la ruptura del sistema perso-
nal de relaciones que siempre se encuentra orientado hacia el tú: un
cerrarse en sí mismo, un querer ser solamente uno mismOo (F. Ebner).
Ablativo
293
Breve historia de la filosofia
Acusativo Hobbes
Acusativo Rousseau
294
El siglo XXI sert personalista comunitario, o no sert
Artes), una orientación tendencial que no basta, sin embargo, para evi-
tar el error, pues -aunque el pueblo no está corrompido se engaña a
menudo y sólo en esas ocasiones parece querer lo malo- (Conmuo
Social), llegando a anteponer a la •voluntad general• la egofsta y grupal
•voluntad de todos-; por eso ·sólo a la ley que exprese la voluntad gene-
ral deberán los hombres justicia y libertad• (Discurso sobre la Economía).
De todos modos, por la ley pasa el ser humano de ser •un animal
estúpido y sin imaginación a ser un hombre inteligente, humano-
(Contmto Social), y la persona que se niegue a la voluntad general, al
interés común, habrá de ser acusada y obligada duramente a someter-
se, o largarse a la selva.
Nominativo
Nominativo heteronominado
Nominativo teonominado
295
Breve historia de la ftlosotia
296
El siglo XXI será personalista comunitario, o no será
1' •De hecho se trata de decir la identidad misma del yo humano a partir de
297
Breve historia de la filosofia
otra cosa es sino amar a los hombres porque son hombres y tienen
nuestra misma naturaleza? Asi pues, la discordia y disensión son con-
trarias a la naturaleza humana. Por ello es verdadera la sentencia de
Cicerón, que dice que el hombre que sigue a su naturaleza no puede
dañar al hombre. En consecuencia, si es contrario a la naturaleza hacer
daño al hombre, necesariamente ha de ser conforme a ella hacerle bien.
Si alguien no hace esto, ~uncia a su condición de hombre, porque es
oficio de la humanidad ayudarle en sus necesidades y dificultades-17• En
fm, -el ser hombre consiste en la compasión o misericordia; el que no
la tiene no es hombre•.
CONOCIMIENTO Y MISTERIO
298
El siglo XXI sed personalista comunitario, o no sed
19 Me 5.
» Emmanuel Levinas expresa precisamente la complejidad del rostro del
-otro• mediante el término autnd, exclusivamente aplicable a una persona pero
299
Breve historia de la fllosoflll
faz o por semblante, toda vez que etimológicamente rostro (de ros-
trum), proviene a su vez de rodo (roer, desgastar, destruir), significan-
do además espolón de navío, pico de ave, punta de lanza, metáforas de
la incomodidad, de la agresividad y hasta de la ob-sesión, esto es, del
poner cerco y sitio entre reclamos de desasosiego.
Pero así es el rostro, lo mismo cuando me atrae y agrada que cuan-
do me repele y desagrada, sobre todo cuando me solicita auxilio, cuan-
do su piel es tersa como cuando se reduce a un amontonamiento de
arruga sobre arruga. Al fm y el cabo todos los rostros tienen en común
(nos gusten o nos disgusten, insistimos) su absoluta desprotección, su
condición de realidad a flor de piel, y mi respuesta respecto de ellos es
el cuidado hacia esa su desprotección que les hace ser tales rostros,
tanto que yo me convierto en rehén del otro: •Esa realidad sobre la cual
yo no tengo ningún dominio es una piel que no está protegida por
nada. Desnudez que rechaza todo atributo y que no viste ningún ropa-
je. Es la parte más inaccesible del cuerpo y la más vulnerable.
Transparencia y pobreza. Muy alto, el rostro se me escapa al despojar-
me de su propia esencia plástica y siendo muy débil me inhibe cuando
miro sus ojos desarmados. Si está preparado, sobrepasa mi poder. Sin
defensa queda expuesto y me infunde vergüenza por mi frialdad o mi
serenidad. Me resiste y me requiere, no soy en primer término su espec-
tador, sino que soy alguien que le está obligado. La responsabilidad res-
pecto del otro precede a la contemplación. El encuentro inicial es ético,
el aspecto estético viene después.
A merced mia, ofreciéndoseme, infmitamente frágil, desgarrado
como un llanto suspendido, el rostro me llama en su ayuda, y hay algo
imperioso en esta imploración: su miseria no me da lástima; al orde-
narme que acuda en su ayuda esa miseria me hace violencia. La humil-
300
El siglo XXI sed personalista comunitario, o no sed
301
Capítulo XVII
PERSONALISMO Y EDUCACIÓN.
VEINTE PALABRAS CLAVES EN EL PENSAMIENTO
EDUCATIVO DE MARTIN BUBER
HUMANIDAD
SUJETO
VINCULACIÓN
302
Personalismo y educadón
NOSOTROS
UBERTAD
303
Breve historia de la filosoflll
PREGUNTA
INTENCIÓN
UNIVERSAIJDAD
ECODULÍA
6 •Ein fragender Blick ist die andere Hiilfte des erzieherischen Geschehens-
(Ib., p. 23).
7 lb., p. 24.
304
Personalismo y educación
APRENDIZAJE
CARÁCfER
EJEMPLARIDAD
305
Breve historia de la filosofia
CRÉDITO
DIÁLOGO
CONFIANZA
306
Personalismo y educad6n
CONFUCI'O
MISTERIO
307
Breve historia de la filosofia
FORMACIÓN
MAESTRO
Erzieher ansetzen. Er kann dazu helfen, dass das Gefühl des Mangels zur
Klarheit des Bewusstseins und zur Kraft des Wunsches wachse. Er kann der Mut
wecken, das Leben wieder auf die eigenen Schultem zu nehmen. Er kann vor
seinen Schülem das Bild des grossen Charakters erstehen lassen, der dem Leben
und der Welt keine Antwort schuldig bleibt, sondem alles Wesenhafte, das ihm
begegnet, in seine Verantwortung aufnimmt• (•Ober Charaktererziehung•, en
Reden Ober Erztebung. Verlag Lambert Schneider, Heidelberg 1986, p. 87).
308
Fotocomposición
Encuentro-Madrid
Impresión
Cofás-Madrid
Encuadernación
Sanfer-Madrid
ISBN: 84-7490-648-2
Depósito Legal: M.: 13.330-2002
Printed in Spain
·.
,
Carlos Díaz es profesor de Filosofía
de la Religión, Metafísica y Teoría del
Conocimiento de la Universidad
Complutense de Madrid, sin duda
uno de los más conocidos intelectua-
les cristianos españoles, fundador
del Instituto Emmanuel Mounier en
España, México y Paraguay. Es au-
tor de más de cien libros. En Edi-
ciones Encuentro ha publicado:
Contra Prometeo: Una contraposi-
ción entre ética autocéntrica y ética
de la gratuidad.
Corriente arriba: Manifiesto persona-
lista y comunitario.
¿Es grande ser joven?
Eudaimonía: La felicidad como uto-
pía necesaria.
Ilustración y religión.
Intensamente, cotidianamente.
Preguntarse por Dios es razonable.
Las Historias de la Filosofía que se escriben para
escolares suelen acumular datos, nombres, fechas y
opiniones, de tal forma que el alumno saca la impre-
sión de estar ante una casa de locos donde el filósofo
anterior es negado por el posterior: un escándalo para
olvidar pronto.
Carlos Díaz ha querido en esta Breve historia de la filo-
sofía-Diecisiete (e)lecciones que el lector disfrute des-
cubriendo la articulación de los sistemas con una mira-
da integradora y pedagógica, después de haber escri-
to una Historia de las religiones y otra Historia del
movimiento obrero, historias que se incluyen enrique-
cedoramente en esta historia de todas las historias
que es la Breve historia de la filosofía.
9 788474 906486 1
encuentro
E~
filo~ o fía