Sección 84 Autor: Turno Noche López, Larry Daniel C.I. V-8.833.323
Valencia, febrero de 2016
A manera de resumen, se plantea la situación de conflicto que se presentaba entre los patricios y los plebeyos, en donde se ejercía una la lucha por la igualdad. Situación que se presentó tras expulsar a los reyes etruscos, por cuanto Roma se convirtió en una República regida por la nobleza patricia. Pero los plebeyos, que constituían el grueso del ejército romano, no gozaban de derechos políticos. Hartos de esta injusta situación acabaron por rebelarse contra los patricios.
Tras la caída de la monarquía romana en 509 a.C., el paso al
régimen republicano no sólo afectó a las instituciones del Estado, sino que influyó directamente en la sociedad. Los patricios tomaron posesión de las mejores y más grandes parcelas de terreno d urante el proceso de privatización de la tierra, mientras que los plebeyos contaban con minúsculas propiedades o se dedicaron al artesanado, al comercio o eran asalariados de los patricios.
Por otro lado, en el ámbito político, los patricios tenían el ma ndo
total, acaparando los puestos en el Senado, mientras que los plebeyos aún no poseían nada de eso, incluso había ausencia de poseer conciencia de grupo lo que dificultaba su unión como comunidad para hacer frente de modo común a sus problemas. Por ello, el patriciado se convierte en un grupo aristocrático cerrado, mientras que entre los plebeyos, surge la aparición de una élite económica plebeya enriquecida principalmente gracias al comercio y que está dispuesta a liderar la lucha por la igualdad política, por cuanto esta élite plebeya quería participar también en las decisiones del Estado.
Pinceladas de las causas del conflicto, se puede dividir la misma
en tres grupos. En primer lugar, hubo una causa política, en el que la plebe quería la igualdad de derechos y, de manera especial, conseguir el acceso al desempeño de la magistratura suprema y al consulado.
En segundo lugar, la plebe quería tener acceso al reparto
equitativo del ager publicus (tierras que se conseguían principalmente gracias al dominio sobre poblaciones vecinas), en el que se producía un acaparamiento por parte del principado. Esta situación injusta se acrecentaba debido a que los plebeyos participaban en gran proporción en el ejército centuriado que conquistaba esas tierras sin participar después en los beneficios.
En tercer lugar, es la progresiva situación de endeudamiento y
crisis económica de la plebe que estaba ligada a actividades de tipo artesanal y comercial y que salieron perjudicadas por la revolución antimonárquica. Esta situación de endeudamiento llegó a provocar incluso la esclavitud para saldar las deudas contraídas.
En el texto de Tito Livio, se narra principalmente como causa el
tercer punto en el que el endeudamiento contraído por un plebeyo y antiguo miembro del ejército, causado por la devastación de sus tierras debido a la guerra contra los sabinos y a los impuestos e intereses que tenía que pagar, provocó que pierdan todos sus bienes e incluso su libertad, pasando a ser esclavos del patricio del que era deudor.
En ese texto en concreto, se narra que este hecho provoca la
indignación de la plebe y que es el detonante del estallido de la plebe para reclamar sus derechos a la oligarquía patricia dominante entonces de la escena política romana. Situación ésta, que se presentó en los inicios del siglo V a.C., concretamente en el año 494 a.C., en el momento previo a la guerra contra los volscos y comentándose la rebelión de los plebeyos como consecuencia de las deudas y que trae como consecuencia la retirada de la plebe del ejército, refugiándose en el Monte Sacro (Aventino), sede de su triada religiosa (Ceres, Liber y Libera) y que trae como consecuencia la creación de medidas tomadas por el cónsul Servilio en favor de los plebeyos para así poder hacer frente a la amenaza de los volscos.
Toda esta situación, se presentaba como un amargo dolor,
porque debían los plebeyos, verter su sangre en defensa de la República, pero no podían elegir a sus magistrados, esa era la real situación en ese momento. Los plebeyos, fueron la punta de lanza de las conquistas de Roma, pero muchos acabaron arruinados porque el servicio militar les impedía cultivar sus campos. Éstos eras los que constituían el grueso del ejército, pero no gozaban de derechos políticos. Hasta que, hartos de esta situación, se enfrentaron a la aristocracia patricia.
Es oportuno resaltar que, durante los primeros siglos de la
República, la política romana estuvo dominada por la lucha entre los plebeyos y los patricios, los aristócratas que controlaban el poder. Esta lucha política y social terminó fijando, según quién escribiera, esas imágenes del patricio tiránico y del no menos tiránico y descarado plebeyo.
Entonces, en el año 494 a.C., se asistió a un espectáculo
inédito: los soldados, todos plebeyos, se negaron a combatir bajo las órdenes de los magistrados republicanos, todos patricios, y se retiraron a un monte cercano, para unos el Monte Sacro y para otros el Aventino. Allí le hicieron saber del descontento que tenían a los patricios.
Sucede pues, que los plebeyos se negaban a luchar y a
participar de la vida común si no se les daba franco acceso a las magistraturas desde las que se dirigía la República o, al menos, si no se les permitía nombrar a magistrados para gobernarse a sí mismos. Con esta secesión nació una primera institución: la Asamblea de la plebe.
Con el paso de los años, los plebeyos consiguieron que las
leyes se pusieran por escrito, para evitar que los magistrados patricios se aprovecharan del hecho que sólo ellos las conocían. Los plebeyos también consiguieron levantar la prohibición que les impedía casarse con patricios. Igualmente, lograron que se constituyeran las primeras asambleas plebeyas, y que las decisiones de los plebeyos también afectaran y obligaran a los patricios.
Estas concesiones, que llevaron más de un siglo de lucha y
otras dos secesiones conocidas, en 471 y 449 a.C., se plasmaron en una serie de leyes que abrieron resquicios a los plebeyos en el sólido y opaco mundo de la política republicana patricia.
Mientras la historia refleja que no hubo cónsules plebeyos hasta
el siglo IV a.C., los Fastos Consulares (las listas de cónsules que conservaban sus nombres) contienen nombres plebeyos ya en el siglo V a.C. Otras partes de su relato son difíciles de creer: que, por ejemplo, el conflicto fuese algo puramente político, solucionado sin derramamiento de sangre; y no de una vez, sino en un proceso que duró nada más y nada menos que doscientos años.
Las concesiones a los plebeyos se realizaron en momentos de
extrema necesidad por la existencia de invasiones o guerras muy peligrosas para la supervivencia del propio Estado. En todo caso, la larga duración de esta pugna parece indicar que ni los plebeyos estaban unidos en sus reivindicaciones, ni el recurso a la secesión dio todos los frutos esperados, ni los patricios se opusieron en bloque a conceder derechos a los plebeyos. La formación de una nueva nobleza de patricios y plebeyos enriquecidos cerró el conflicto entre ellos, pero abrió otro que enfrentó a esta nueva clase y los pleb eyos pobres.
Sin entrar en detalles, en los siglos posteriores al fin del
conflicto entre patricios y plebeyos, los enfrentamientos políticos ya no fueron causados por la diferencia social debido a una cuestión de origen y cuna. Los nuevos enfrentamientos fueron causados por la aristocracia conservadora y por los populares, reformistas que se apoyaban en la Asamblea del Pueblo, que buscaban realizar reformas de las leyes que favorecieran un reparto más equitativo de las tierras entre el pueblo debido a la acumulación de riqueza en una oligarquía dirigente. Estos enfrentamientos entre dos facciones romanas opuestas desembocaron a lo largo del siglo I a.C. en diversas guerras civiles y en el fin de la república. Bibliografía básica
Varios Autores. Historia Antigua Universal III. Historia de Roma.
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Pastor, Bárbara. Breve Historia de Roma I. Monarquía y República.
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