Professional Documents
Culture Documents
INTRODUCCION. Jesucristo en el castigo que recibió entre los de su pueblo, sufrió toda
clase de heridas que pueden ser conocidas por la ciencia médica. Esta verdad no
solamente lo sabemos por las declaraciones hechas en el Nuevo Testamento sino también
es explicado por los profetas del Antiguo Testamento. El castigo y las numerosas heridas
en el cuerpo del Señor ya estaban predichas. Estas heridas las podríamos mostrar en cinco
maneras por la cual el Señor sufrió amargamente.
IV. LA CRUCIFIXIÓN.
A. Entre los distintos castigos ya mencionados, no podemos dejar de mencionar la
misma crucifixión. “Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de
malhechores; me horadaron las manos y los pies.” Salmos 22:16LBLA El
cumplimiento de esta profecía se encuentra en sentencia sencilla en “Y habiéndole
crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes” Mateo 27:35 LBLA
B. Las costumbres comunes de aquellos tiempos, era amarrar las manos y los pies de
las víctimas en la cruz. Las de nuestro Señor no fue así, él fue clavado. El amor de
Cristo por todos nosotros, está demostrado por una legítima entrega y muerte por la
humanidad. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Juan 3:16
V. UN CORTE PENETRANTE.
A. Esta herida estaba predicha en “Y derramaré sobre la casa de David y sobre los
habitantes de Jerusalén, el Espíritu de gracia y de súplica, y me mirarán a mí, a quien
han traspasado. Y se lamentarán por El, como quien se lamenta por un hijo único, y
llorarán por El, como se llora por un primogénito.” Zacarías 12:10LBLA. Es una
herida penetrante ocasionada por un instrumento agudo. Su cumplimiento se
encuentra en “33 Pero cuando llegaron a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le
quebraron las piernas; 34 pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza
y salió al instante sangre y agua.” Juan 19:33-34
B. El Salmo 69 nos da también una narración detallada de los padecimientos de Cristo
crucificado; el vr. 20 dice: “El escarnio ha quebrantado mi corazón y estoy
acongojado”.