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M. L. Martiarena
Resumen
Albert Einstein
En la sociedad existen distintos actores, además del estado y las empresas, que son
los dinamizadores de la creación y de la absorción de conocimiento por la sociedad en
su conjunto y que incorporan innovación en su gestión, sus procesos y productos.
Ejemplos de ello son las ONG, las instituciones de investigación privadas, los grupos
de emprendimientos de base social, entre otros. Los denominaremos Os.
Los diversos organismos estatales, las empresas y las OSs son parte de una red de
instituciones públicas y privadas cuyas actividades e interacciones inician,
seleccionan, importan, modifican y difunden nuevos conocimientos
Los esfuerzos regionales para estimular dichas interacciones son los mayores
determinantes del éxito económico y la performance social.
Por lo tanto el análisis de los diferentes clusters fuertemente afectados por el "efecto
de localización" permite definir cuáles son los canales ya establecidos a través de los
que se produce el flujo de conocimiento y de fondos.
Trabajar sobre las fortalezas regionales quiere decir CONOCER lo que EXISTE,
valorar lo local, identificar las carencias y potenciar programas y proyectos que nazcan
desde el reconocimiento de tales características especificas.
Valga como ejemplo observar que han demostrado ser igualmente exitosos en la
promoción del desarrollo de las regiones los clusters orientados al sector agro-
alimenticio (Noruega), al sector forestal (Finlandia) que los vinculados a la madura
industria automotriz alemana o a los últimos avances tecnológicos implementados en
tecnologías de información y telecomunicaciones en Irlanda [Benneworth et al, 2001 ].
● Planificación descentralizada
● Definición de políticas regionales y provinciales
● Capacidad para distribuir el conocimiento
● Injerencia regional en el “Poder del Conocimiento” a través de la distribución del
flujo de fondos
● Considerar los efectos de localización, sus demandas y pautas culturales, tanto
positivos como negativos en la definición de los instrumentos de promoción
● Jerarquizar las estructuras regionales de decisión
El trabajar sobre la base de un modelo sistémico de ninguna forma quiere decir que el
sistema exista en su mayor plenitud y que todos los actores nacionales, regionales o
locales con “vocación y esfuerzo” trabajen para lograr la sinergia del trabajo en
conjunto.
Por lo tanto los determinantes del éxito de las empresas y de las economías como un
todo se tornan cada vez más dependientes de la efectividad que tienen estas
instituciones de utilizar y orientar el conocimiento y de abrirle las puertas hacia el
sector privado, publico y académico. Es necesario por lo tanto analizar estos
conceptos aplicados a nuestra realidad y observar que aun debemos trabajar para
hacer de estos comportamientos la normalidad. Lamentablemente hoy en Argentina
los pactos sociales implican concertaciones y los programas acordados son el
resultado de lo “mejor que puedo sacarle al otro”.
Este último modelo esta lejos de considerar la fortaleza del conjunto e implica que los
lazos de unión a través de los cuales deberían fluir el conocimiento, los fondos y los
recursos en general están defectuosos o no funcionan y esta realidad es de las
provincias, es de cada zona, es de cada municipio y por lo tanto es del PAIS TODO,
sea éste definido políticamente como central o federal.
Esencialmente se copian roles y objetivos, que pueden haber sido exitosos en otros
lugares, para otras instituciones o para otras realidades pero que no coinciden con las
realidades locales. Como consecuencia de esto muchos de los actores parecen tener
un comportamiento autista en relación con las ofertas y demandas del medio en el que
se mueven.
En la mayoría de los casos las problemáticas surgen por la no toma de conciencia que
es posible, sin ofender a nadie, escribir acuerdos de cooperación y contratos de
trabajo que garanticen y regulen el normal funcionamiento de las relaciones y las
tareas. Estos acuerdos nos obligarían a definir nuestros alcances, nuestros objetivos y
el reconocimiento de entidades que no son “yo” y que, independientemente de su
utilidad o jerarquización relativa a mi, existen y puede complementarme.
En muchos casos las relaciones entre los actores de las redes se manejan como si se
trataran de empresas familiares, con todas las bondades pero muy especialmente con
la falta clara de límites que caracteriza a este tipo de emprendimientos
Un punto muy importante y de alto impacto en el gasto de los recursos es que cada
“nueva” acción se reinicia planteando la necesidad de “diagnosticar el problema”. Rara
vez en este re-re-diagnóstico se recurre al análisis previo que condujo a las gestiones
anteriores a tomar tal o cual decisión.
(1)
Recordando un ejemplo muy gráfico explicitado por el Ing. C. Suarez detallamos el
modelo del cassette. Imaginemos a cada institución como un casette y pensamos que
éste es colocado en un grabador cada vez que trata de cumplir con su misión. Con el
paso del tiempo observamos que aunque los ejecutantes sean de excelente nivel, la
canción corresponda a una obra de arte suprema y no existan desperfectos
mecánicos luego de un tiempo “la maquina” expulsa el casette. El rol de los actores
suele ser reinsertarlo pero la operación se repite y se repite indefinidamente.
La pregunta a resolver es “por qué el casette es expulsado” vez tras vez. Qué tipos de
acuerdos hay que establecer socialmente para que se logre que la melodía sea
escuchada hasta el final?
Por lo expuesto se deduce entonces que hace falta analizar a los actores, muy
especialmente hace falta entender quienes son cada uno de ellos, quienes creen ser y
bajo que intereses actúan. Para trabajar con modelos de interacción y de redes hay
que entender que hay principios básicos sin los cuales el avance será solo parcial y no
se mantendrá en el tiempo.
Tema uno: cada uno debe saber quien es, cuales son sus posibilidades, que esta
dispuesto a compartir y que espera de la interacción con el otro.
Tema dos: todos deben reconocer que “no son el ombligo del mundo”. Si todos fueran
el ombligo el cuerpo no tendría ojos, o pies o cabeza. Deben reconocer además que
están insertos en un contexto social, con el cuál tienen responsabilidades inalienables
Tema tres: existen distintas funciones en cada integrante del sistema, existen
funciones compartidas y existen funciones a compartir.
Tema cuatro: el consenso de ninguna forma se logra si sólo se busca a través de este
medio fortalecer posiciones personalistas o intereses particulares. Parece lograrse a
veces, pero hacen fracasar el futuro de los sistemas y en el largo plazo también los
objetivos particulares.
Tema cinco: las relaciones se establecen en función: de las “buenas ondas”, del
interés por trabajar por el bien común, de los lazos informales entre los actores y con
la comunidad que los sustenta, pero siempre se establecen prioritariamente porque
existen intereses de cada uno de los sectores que se suponen serán satisfechos a
partir de la interacción con el otro.
Tema seis: para que la sinergia del trabajo en conjunto sea real debe trabajarse sobre
la base del consenso y NO DE LA CONCERTACIÓN. La principal diferencia es que en
una concertación cada uno navega en su barco y trata de llevar la mayor cantidad de
agua para su sector. El rumbo es definido por cada embarcación y no se “siente la
necesidad del otro”. El trabajo sistémico implica que todos están en un mismo barco,
el rumbo ha sido definido por consenso y en esa nave cada uno realiza las tareas para
las que es “el especialista” por vocación o por elección.
Modelo posible “los foros sectoriales” definidos en función de los cluster identificados
regionalmente. Este esquema se implementó en el área de innovación de la Provincia
de Río Negro en el momento de definir prioridades en Ciencia y Técnica y en los
momentos de promoción y difusión de proyectos conjuntos.
Un ejercicio del poder no sólo vinculado a las primeras líneas de las decisiones sino a
todos los pequeños poderes implícitos en cada relación de vinculación de los unos en
interacción con los otros.
Hay que cambiar el concepto de PODER, no somos mas poderosos cuando hacemos
todo nosotros, el mayor beneficio no se logra cuando mi institución tiene toda “la
manija”. La novedad que queda cada vez más a la luz al avanzar en el mundo los
nuevos paradigmas de la sociedad del conocimiento, es que el éxito se logra en un
proceso sistémico de aportes colectivos. La humanidad logra conocer en base al
imprescindible aporte de las millones de neuronas de todos los hombres desde las
cavernas hasta hoy.
La capacidad de distribución del conocimiento, de los recursos y del flujo del fondos
será uno de los determinantes de crecimiento y la competitividad, y caracterizará el
esquema de “poder” que sustenta al sistema.
Entre los peligros que hay que evitar al encarar estos modelos esta el no diluir los
objetivos institucionales para hacer lo que debería hacerse desde otros sectores ya
sea orientado a las asistencias sociales o financiamientos que deberían ser atendidos
por otros organismos.
Normalmente esto se hace por la mas inocente necesidad de que las cosas funcionen
El supuesto es que “las instituciones existen y las leyes también, hay que ser capaz
de VER, RESPETAR, RECONOCER Y NECESITAR al OTRO. Partiendo de ese
reconocimiento de la necesidad de la interacción social surge como consecuencia
inmediata, con una inmediatez establecida por las construcciones sociales desde hace
mas de 3000 años, las obligaciones y los derechos de cada uno. Las reglas
establecidas y la necesidad de su cumplimiento.
Suena realmente utópico este final por que en realidad apunta a proponer que la
mejor ventaja competitiva y oportunidad que tiene nuestra región para retomar el
desarrollo económico es el reconocimiento colectivo, es reconocer que “ninguno de
nosotros es tan inteligente como todos nosotros” y actuar en consecuencia.
Agradecimientos
Braczyk, H.J., Cooke, J.P. et al. (eds.). Regional Innovation Systems. Londres, UCL
Press, 1999.
Nota:
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