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argumentar/tecnicas-argumentativas/113-00-ejemplo-inicial-un-gran-debate

Recursos para

argumentar.

Clasificación
Técnicas argumentativas

1. Establecer y discutir las causas

2. Construir y rebatir argumentos condicionales

3. Presentar y cuestionar analogías

4. Argumentar por contrarios y criticarlo

5. Proponer y rechazar argumentos disyuntivos y dilemas

6. Apelar y contradecir a la autoridad

7. Presentar y objetar propuestas

8. Proponer y cuestionar definiciones

9. Invocar y rechazar los precedentes

10. Utilizar ejemplos y contraejemplos

11. Construir o criticar conclusiones generales


Técnicas para rebatir

1. Las cinco vías escolásticas: transeat, concedo, distingo, confirmetur quia

dubito y nego

2. Cómo presentar objeciones a nuestro oponente

3. Cómo refutar argumentos

4. Cómo dominar el terreno de juego

Técnicas para rebatir

1 . Las cinco vías de la disputa escolástica

U na de las tareas dialécticas más importantes, además de justificar la posición que uno

defiende en un debate, consiste en la refutación del punto de vista defendido por nuestros oponentes.1

Puede decirse, con cierta seguridad, que cada argumento del oponente puede tener su refutación o

puede, al menos, ser debilitado. En la crítica, es preferible seguir el mismo orden que el rival ha

presentado, para que así la intervención sea más clara a los oídos del auditorio. Sin embargo, se

dedicará más tiempo a demoler los argumentos más débiles del oponente, señalando sus errores,
falacias y contradicciones con total nitidez y contundencia. Sólo se atacarán sus argumentos fuertes

cuando se tenga a mano algo sólido y seguro con que refutarlos.

Los filósofos medievales expertos en la disputa escolástica (el enfrentamiento doctrinal entre distintas

escuelas filosóficas o teológicas), hablaron ya de estas cinco maniobras de respuesta ante una

proposición contraria. Veamos dichas maniobras en detalle (Cattani, 2003):

Transeat (paso de largo)

Acepta la proposición contraria, pero déjala

pasar de largo, ignórala o despréciala por considerarla irrelevante. No estamos obligados a

replicar a todo lo que afirma nuestro oponente, si pensamos que la cuestión planteada es marginal,

podemos intentar eludirla por simple indiferencia o con un desplazamiento del problema: "No se trata

de esto…", "la verdadera cuestión es otra…", "está bien, pero vayamos al grano…". Ahora bien, el

contrincante puede insistir en que no se trata de una cuestión marginal, denunciando que la hemos

eludido. Entraríamos así en una cuestión formal o de procedimiento, y ambos deberían tener

argumentos para defender su posición. Muchos políticos tratan de eludir una crítica o pregunta

peliaguda afirmando: "no hemos venido a hablar de ese tema" o "ya hemos hecho dicho lo que

teníamos que decir sobre eso en otro momento..."; con ello, puede que ganen tiempo, pero es una

estrategia poco convincente y manipuladora.


Concedo (la acepto a mi favor)

Aceptar la proposición, si la consideramos

útil para nuestra argumentación. No es una concesión real, sino retórica. Es conceder que lleva

razón, con la intención de contraatacarle, asimilando y reconvirtiendo su proposición para

adaptarla a nuestros fines. Es más inteligente que reaccionar siempre atacando, porque deja

descolocado al rival, que no puede contradecir lo que había sostenido previamente, y le es devuelto su

argumento con una conclusión totalmente contraria. "Tienes razón, la vida es un derecho, el más

importante de todos, pero precisamente por eso, no podemos negarle a nadie la capacidad de decidir

cuándo ponerle punto final… o se convertiría en una obligación, una condena". El contrincante podría

señalar nuestra concesión y podría contestar "Si aceptas, como decía yo, que es un derecho, entonces

debe ser protegido hasta el final", lo que nos obligaría a justificar mejor nuestro punto de vista.

Distingo (la acepto, pero sólo

en parte)
Adoptar sólo una parte de lo que dice el

interlocutor, pero adaptándola y rechazando la otra. "Reducir los costes de la administración sí,

pero sólo a costa del sueldo de los funcionarios, no". Es la estrategia del "sí, pero...". Aceptamos su

propuesta pero introduciendo una distinción que nos permitirá marcar el matiz a nuestro favor. Se

puede hacer de dos formas: integrando la tesis contraria en un marco más amplio ("De acuerdo: es

bueno flexibilizar el mercado laboral, pero dentro de un fuerte sistema de protección social para los

trabajadores") o bien minimizando la aplicación de su propuesta ("Está bien, subamos los impuestos,

pero sólo a aquéllos que ganan más de X al año"). Sin embargo, el contrincante podría remarcar la

insuficiencia de la parte que aceptamos, obligándonos a justificar mejor nuestro punto de vista.

Confirmetur quia dubito

(confirmo mis dudas)


Preguntar y solicitar pruebas para

sembrar dudas sobre lo que afirma nuestro oponente. Es factible porque muy pocas cosas resultan

demostradas de forma absoluta. Así que es posible, casi siempre, levantar reservas sobre las razones

de nuestro rival. En vez de negar directamente (lo cual exige pruebas por nuestra parte), interpelamos

y ponemos en duda las razones del adversario, exigiendo pruebas más firmes y definitivas. Nos permite

ganar tiempo y dejar en entredicho a nuestro oponente. ("Tú afirmas que las torres de

telecomunicaciones pueden producir cáncer a los vecinos; yo no voy a negar dicha posibilidad, pero

creo que antes de sembrar el pánico, convendría que aportaras alguna prueba más sólida de lo que

dices. ¿No te parece?"). Ahora bien, el contrincante podría aportar dichas razones, lo cual exigiría

más seriamente nuestra refutación. En todo caso, nunca debemos caer en la falacia que llamamos ad

ignorantiam y pensar que la falta de pruebas de nuestro oponente nos conduce a demostrar que nuestra

postura es la verdadera, como si no necesitáramos dar argumentos a su favor.

Nego (negar la proposición)


Atacar directamente el argumento

de nuestro rival: en realidad no prueba nada, porque no es coherente, importante, completo o

verdadero (o verosímil). Siempre cabe dos estrategias generales de ataque: si tenemos en cuenta que

los argumentos de nuestro rival son como las premisas que le llevan a la conclusión de su tesis

principal, o bien criticamos las premisas (señalando que son falsas, contradictorias, falaces, etc.) o

bien las damos por verdaderas pero negamos que de ellas se deduzca la conclusión: es decir, que podría

llegarse a una conclusión distinta, luego nuestro rival no ha probado nada. Veremos estas posibilidades

en las secciones que vienen a continuación.

1. Tomamos el contenido de esta sección de nuestro libro Enseñar a debatir, Grupo Gorgias, Ed. Editum,

apdo. 8.3.3.
2. Cómo presentar

objeciones

La importancia de las

refutaciones en el progreso de

la ciencia

El verbo criticar no tiene buena prensa en

nuestra sociedad y suele interpretarse en un sentido negativo. La persona “criticona” parece tener una

inclinación excesiva y desmesurada por echar abajo lo que otros han levantado con esfuerzo. ¡Qué

fácil es criticar!, solemos decir. Sin embargo, ¿qué sería de nosotros y de nuestro mundo sin esos

personajes críticos y exigentes que no se dejaron llevar por las creencias y las costumbres aceptadas
comúnmente por tradición? ¿Hablaríamos hoy de democracia y de derechos humanos? ¿Habríamos

progresado técnica y científicamente?

El “falsacionismo” de Karl Popper es una teoría sobre la Ciencia que remarca la importancia de buscar

los fallos de nuestras teorías científicas. Presentarle todo tipo de objeciones, intentar “falsarlas” por

todos los medios, en vez de obsesionarse por probar su verdad (cosa de la que nunca podemos estar

seguros al cien por cien), servirá para demostrar que dichas teorías son, al menos, las mejores de las

que disponemos en este momento. Este criterio

sirve además, según Popper, para distinguir las genuinas teorías científicas (verdaderas o no) de otras

explicaciones pseudocientíficas, ideológicas o religiosas, que ni siquiera merecen ser discutidas por

no alcanzar el mínimo rigor. Nos dice este filósofo austríaco que para pretender ser científica, una

teoría debe ser “falsable”, esto es, que establezca alguna afirmación o predicción sobre la realidad de

tal forma que en caso de que los hechos demuestren ser diferentes, la teoría sería directamente

rechazada. Pero si una teoría es capaz de explicar un hecho y su contrario, de forma que nada de lo

que ocurra en el mundo real podría servir de objeción contra ella, esa teoría irrefutable, inobjetable e

irrebatible, sencillamente no sería científica (ni siquiera candidata a científica).

Distinguiendo estrategias
Hay muchas formas de criticar una idea (por cierto, el verbo criticar proviene el griego krinein, que

no significa destruir, sino juzgar, analizar, separar, discernir, cribar). Podemos encontrar dos1 formas
básicas de examinar críticamente los argumentos que nuestro contrincante plantea en el debate: una es

la presentación de alguna objeción y la otra consiste en la refutación de dichos argumentos.

En un sentido amplio, cuando planteamos una objeción no necesariamente estamos atacando o

demoliendo (esto es, demostrando que es falso) el argumento del contrincante. Presentar alguna

objeción puede consistir en plantearle alguna pregunta, solicitar una aclaración, pedirle más razones

que justifiquen su argumentación, etc. No obstante, la respuesta dada por nuestro contrincante, si no

es convincente, puede servirnos para elaborar más tarde una refutación de su argumento. En todo caso,

esta estrategia debilita los argumentos que el contrario ha presentado a favor de su tesis.

Algunas técnicas para plantear objeciones (preguntas, aclaraciones, etc.) a los argumentos

presentados son las siguientes:2

1. Pedir aclaraciones

Puede que en un debate existan términos importantes sin que se haya aclarado suficientemente su

significado. También puede ocurrir que se maneje una misma palabra y cada uno de los contrincantes

la use con un significado diferente. Cuando eso ocurra, no basta tampoco con la definición de un

diccionario, pues el diccionario recoge varios significados de gran parte de las palabras. De ahí que

resulte conveniente introducir una pregunta aclaratoria del tipo:

¿Puedes definir la palabra X que acabas de introducir en el debate? o

Has usado la palabra X. ¿Podrías aclarar su significado? ¿Qué entiendes tú por…?


Ejemplo
A: Vivimos en un país libre. Por eso mismo, no debería prohibirse fumar en lugares públicos.

B: ¿Qué quieres decir cuando dices que este es un país es libre? ¿Acaso significa que es un país en

el que no existen leyes que regulen la convivencia?

(B introduce una objeción al preguntar por el

significado de "libre" usado por A. Ciertamente B detecta que se puede usar la palabra libre con

varios significados y considera importante que A aclare el significado que usa. Si la usa en el sentido

de libre=ausencia de leyes, entonces no habría ningún país libre, pues en todos los países existen

leyes que regulan, de un modo u otro, la convivencia).

2. Señalar incoherencias

Podemos plantear una objeción hacia los argumentos de nuestros contrincantes en el debate señalando

que, en la justificación de sus puntos de vista, han introducido algunas incoherencias. Es decir, que ha
ido cambiando, en algún aspecto, algo que decían. Si, en dos momentos diferentes, alguien expresa

una idea y su contraria entonces la incoherencia se transforma en contradicción.

Podemos hablar de algunos tipos de incoherencia: incoherencia terminológica, incoherencia lógica,

incoherencia entre los fines perseguidos y los medios elegidos:

 Incoherencia terminológica: El cambio puede consistir en la introducción de alguna diferencia en el

significado de los términos usados (supongamos que alguien utiliza primero el término mujer para

referirse a su condición sexual y, más tarde, utiliza el mismo término mujer refiriéndose ahora al

género o condición cultural).

El modo de señalar esa incoherencia puede ser:


¿Has usado ahora la palabra X en el mismo sentido en que la estabas usando antes cuando has

dicho...?

 Incoherencia lógica: Si alguien expresa una idea y, en una intervención posterior, la idea contraria

("Debe usarse la energía nuclear porque no afecta tanto al cambio climático" y, más tarde, expresa

que "Por los peligros que conlleva una fuga radioactiva, deberían cerrarse las centrales nucleares")

entonces la incoherencia se transforma en contradicción (expresar una idea y su contraria a lo largo

del debate).
El modo de señalar esa incoherencia puede ser:
Me parece que hay una contradicción en lo que acabas de decir cuando dices. por un lado que... y,

por otro, que...

¿No crees que has incurrido en contradicción al expresar ahora un punto de vista contrario al

que defendías antes, pues ahora dices que... y antes habías dicho que...

 Incoherencia entre medios y fines: alguien pude mostrar una preferencia por

alcanzar un fin (por ejemplo, ahorrar tiempo) y, sin embargo, creer que un medio que permitiría

alcanzar dicho fin resulta inadecuado (por ejemplo, el uso del avión es altamente peligroso). También

puede ocurrir que alguien considere valioso un fin (por ejemplo, mejorar la salud pública) y, sin

embargo, sea partidario de medidas inadecuadas para alcanzarlo o que conducen a lo contrario (por

ejemplo, ser partidario de permitir fumar en lugares públicos).

El modo de señalar esta incoherencia podría ser:


Si eres partidario de X (un fin dado) ¿cómo es que te opones a Y si resulta que Y es un medio para

conseguir X (el fin dado)?

No crees que te contradices al defender X (un fin dado) y permitir Y, que es inadecuado para

conseguir X (el fin dado).

3. Señalar errores empíricos


Otro tipo de objeciones que pueden plantearse

se refieren a los datos empíricos que se incluían en la justificación de la tesis que se defiende. Puede

ocurrir que estos datos empíricos manejados resulten erróneos. En ese caso, la objeción consistirá en

señalar el error y aportar los datos empíricos correctos. Supongamos que alguien afirmara que la crisis

económica del 29 fue anterior de la I Guerra Mundial. Podríamos indicarle que se trata de un error,

puesto que la I Guerra Mundial terminó en 1918. O supongamos que alguien dijera que la paz se ha

reestablecido en el mundo después de la II Guerra Mundial. Para sacarle de su error bastaría enumerar

la enorme cantidad de guerras que se han dado posteriormente: guerra de Indochina, Guerra de Corea,

Guerra de Vietnam, Guerra de Yugoslavia...

Podemos señalar estos errores del modo siguiente:


¿No crees que el dato X que aportas es erróneo?

El dato X que aportas es erróneo. Es más correcto... (dato Y)

4. Pedir razones

En un debate tratamos de defender nuestras ideas de modo que la

conclusión que pretendemos establecer venga apoyada en razones. No basta con manifestar lo que uno

cree o lo que uno opina. Lo importante es defender la creencia y la opinión mediante las

correspondientes razones. Supongamos que en un debate alguien plantea que debería instaurarse la
pena de muerte en nuestro país. Si sólo expresa esta idea, se ha olvidado de justificarla con razones.

Le podemos plantear como objeción que aporte las razones que tenga para apoyar la idea de la

reinstauración de la pena de muerte en nuestro país.

Podemos pedirle razones del modo siguiente:


¿Qué razones tienes para defender esta idea?

¿Podrías decir por qué piensas que...?

5. Buscar presuposiciones

A veces lo que afirmamos depende de ciertas

suposiciones, las cuales no son siempre correctas. Al buscar tales supuestos en lo que afirma nuestro

contrincante, podemos encontrar algunos que sean equivocados.

Si en un debate acerca de las características de los buenos gobernantes, tu oponente preguntara, por

ejemplo, ¿qué carrera universitaria tiene el gobernante A? Nosotros podríamos indicarle que está

suponiendo que A tuvo que estudiar una carrera universitaria, lo cual pudiera ser un supuesto

incorrecto. Si preguntara ¿qué carrera universitaria tiene la persona B para ser gobernante?, entonces

podríamos indicarle que está suponiendo que una persona ha de tener carrera universitaria para ser un

gobernante. Por lo cual, podríamos indicarle también que está suponiendo que quien no tiene carrera

universitaria no podría ser gobernante. Estos supuestos son discutibles por lo que ponerlos en

evidencia puede debilitar la posición de nuestro oponente.

Para detectar los supuestos podríamos indicar:


¿Estás suponiendo que...?
¿Lo que acabas de decir no está presuponiendo que...?

1. Nos basamos, en parte, en Huberto Marraud, ¿Es logic@?, Cátedra, 2013, p. 64 y siguientes. Nos referimos a la

definición que da de objeción (en sentido amplio), aunque no seguimos su definición de refutación.

2. Aunque desarrolladas en un contexto diferente, seguimos a Matthew Lipman, en su libro "La filosofía en el aula",

Ediciones de la Torre, Madrid, 1992. Este autor nos da una serie de técnicas del buen diálogo filosófico, algunas de las

cuales las aplicamos ahora al debate, concebido como conflicto de opiniones sobre un tema dado, tal y como lo

entendemos a lo largo de la Web.

3. Cómo refutar

argumentos
 3. Cómo refutar argumentos

 3.2. Atacar las premisas

 3.3. Atacar la conclusión

 3.4. Atacar el paso de la premisa a la conclusión

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3.1. Introducción
a. Cómo conquistar un castillo inexpugnable
En la Edad Media, "tomar una plaza fuerte", ya fuera una ciudad amurallada o un castillo, resultaba

una labor muy difícil. Por lo general, en un primer momento se buscaba una rendición negociada, que

resultaba bastante frecuente, especialmente cuando los defensores estaban en franca minoría o no

tenían la esperanza de recibir ayuda. Después de ser atacada la fortaleza o iniciado un largo asedio, la

negociación se intentaba de nuevo repetidamente. No olvidemos que el asedio era algo a evitar, porque

resultaba muy caro y requería de enormes recursos militares y mucho tiempo. Si la negociación no

funcionaba se iniciaban las operaciones militares, que en las partidas del rey castellano Alfonso X el

Sabio se dividían en conquista "a furto", "a fuerza" y "por cerco"...1

Para ganar un debate, como para conquistar un castillo o fortaleza, debemos derribar las defensas que

nuestro adversario ha construido con esmero: sus argumentos. La refutación de un argumento

consiste en mostrar mediante un contraargumento que la tesis defendida por nuestro contrincante está

equivocada o es falsa. Puedes entender, pues, que refutar la tesis de tu adversario en el debate es algo

similar a lo que ocurre cuando hacemos caer un edificio que estaba en pie porque ya no se puede

sostener: un proceso de demolición. Con ello quizás no hayas conseguido aún demostrar que tu tesis

es mejor, más fuerte o verdadera. Pero, al menos, habrás mostrado la debilidad de la argumentación

de tu oponente en el debate y la audiencia (público y jueces) tendrá la convicción de que tu contrincante

ha sido derrotado, por lo que resultarás vencedor en el debate. De hecho, el público de un debate suele

prestar más atención a las críticas de las dos partes, que a su trabajo de presentación y fundamentación

de ideas.
Es importante, pues, que dediques tiempo a preparar tus argumentos pero no puedes olvidar la

necesidad de refutar los argumentos de tus contrincantes. No olvides, pues, que en el tiempo que

dedicas a preparar el debate has de alternar la justificación de tus argumentos con la refutación de los

argumentos de tus oponentes. En cierto modo, tu trabajo es el de ser un constructor y un destructor de

argumentos. No es tan complicado como parece. Encontrarás que la misma lógica rige en ambos casos,

por lo que cambia, más bien, el objetivo. Eso sí: durante el debate deberás practicar de forma atenta la

escucha activa: no puedes predecir de antemano todos los movimientos que va a realizar la otra parte,

así que te toca escuchar y analizar sobre la marcha sus ideas, con el fin de buscar una fisura por donde

asaltar el castillo.

b. Una técnica de demolición en cuatro pasos2

En primero lugar, debemos advertir que no es necesario derribar uno a uno todos los argumentos

presentados por nuestro adversario. Incluso podemos hacerle alguna concesión parcial, como hemos

visto en la sección de las cinco vías medievales, para enfocar nuestro ataque sobre aquél argumento

del oponente que consideremos central o clave en su discurso. De la misma forma, tampoco es

necesario empezar nuestra intervención atacando al rival, pues se espera que expliquemos antes cuál

va a ser nuestra postura. En la exposición inicial podemos, eso sí, presentar las líneas fundamentales

de lo que será más tarde nuestra crítica al rival, pero sin desarrollarlas (para esto ya existen

normalmente otros momentos reservados en el debate: turno de réplica, contra-réplica, etc.). Ahora

bien, como nos recomienda el mismísimo Aristóteles en su Retórica3 “en el caso de que toque hablar

después del adversario, hay que referirse en primer término a su discurso, refutándolo y proponiendo

contrasilogismos; y ello, sobre todo, si su discurso ha tenido buena aceptación (…)”

En todo caso, será bueno ordenar nuestra refutación y presentarla adecuadamente, siguiendo una serie

de pasos preestablecidos, de forma que ésta logre todo su efecto y brillantez:

Primer Paso: “Ustedes han dicho…”


Es importante que el público (y el jurado) sepa claramente contra qué idea de nuestro oponente vamos

a lanzar la refutación. En una forma breve y concisa, debemos parafrasear lo dicho anteriormente por

el equipo contrario, para lo cual se necesitan dos habilidades poco practicadas hoy día: saber escuchar

y saber tomar notas de lo dicho durante el debate.

Segundo Paso: “Sin embargo…”

Una vez expuesta la tesis de nuestro contrario, debemos presentar en forma de titular nuestra refutación

(es decir, nuestra contra-tesis o antítesis). En ella expresaremos el motivo por el que consideramos

rechazable el argumento del contrincante: porque no ha demostrado nada, porque carece de pruebas,

o bien lo que dice es irrelevante o incluso incoherente o contradictorio. En la sección general de los

Esquemas Argumentativos, hemos ido desgranando las posibles críticas a cada uno de ellos. Pero en

este paso, nos limitamos a señalar el fallo o vicio de dicho argumento.

Tercer Paso: “Porque…”

Este es el momento de poner las cartas sobre la mesa, mostrar las razones que nos respaldan en nuestra

crítica al adversario. Al fin y al cabo, una refutación es a su vez un argumento (un contra-argumento,

diríamos mejor), por lo que debe ser igualmente respaldado en base a datos, ideas, valores o principios

que se deben ser explícitamente comparados con los que presentó la otra parte, de forma que

facilitemos al jurado y al público la tarea de comparar las credenciales de ambos bandos. Por eso, no

sólo explicaremos el error de nuestro adversario, sino también la relevancia de dicho error para la

cuestión o problema que nos ocupa.

Cuarto Paso: “Y, por tanto…”

Presentar la conclusión final de nuestro alegato, aunque pueda parecer repetitivo o innecesario por

darse por sobreentendido, es sin embargo un recurso útil para confirmar al público y al jurado que

somos nosotros quienes llevamos razón (es lo que metafóricamente suele afirmarse como "rematar la

faena"). En dicha conclusión, volvemos a presentar la tesis original de nuestro adversario poniendo el

énfasis en su debilidad o defecto (o resaltando por el contrario la superioridad de nuestra postura).


EJEMPLO BREVE DE REFUTACIÓN EN CUATRO PASOS
“Ustedes han dicho antes que legalizar las drogas sería un error, ya que produciría un aumento

instantáneo de su consumo. Sin embargo, nosotros creemos que dicha conclusión carece de

fundamento y es más bien una forma catastrofista e ineficaz de plantear la cuestión; porque, en

realidad, nuestros adversarios no desconocen el hecho de que aquellos países como Holanda, en los

que se ha legalizado el consumo de ciertas drogas, dicho consumo no ha aumentado, ni siquiera es

superior al consumo de las mismas drogas en nuestro país, donde, sin embargo, resultan ser ilegales.

Por lo tanto, es evidente que legalizar las drogas no tiene por qué producir dichos efectos

perniciosos y, más bien al contrario, creemos que nos evitaría algunos de los graves problemas que

provoca actualmente su ilegalización, como demostraremos a continuación…”

c. Atacar los puntos débiles

Dejando a un lado la forma de

presentar nuestra refutación y entrando en el meollo de la cuestión, podemos decir que existen muy

diversas estrategias para atacar a nuestro contrincante. Siempre debemos buscar el eslabón más débil

para romper la cadena de su razonamiento. Dado que un argumento está compuesto típicamente por

unas premisas que nos conducen a una conclusión, el adversario nos ofrece tres flancos sobre los que

incidir, así que existen en principio tres posibles estrategias:

1º Atacar las premisas.


2º Atacar la conclusión.

3º Atacar el paso (la inferencia) desde las premisas hasta la conclusión.

Pero, en todas estas estrategias, de forma casi inevitable, acabaremos luchando cuerpo a cuerpo con

las ideas y argumentos de nuestro oponente, pues no se puede capturar el botín sin abordar el barco

enemigo. Él, presentando de una determinada forma su tesis, ha escogido las armas y el campo de

batalla, y nosotros tendremos que entrar en ese escenario para derrotar su ejército de razones, datos y

juicios de valor.

1. Continúa leyendo este interesante blog didáctico aquí

2. Seguimos aquí el planteamiento del libro: Tolerancia crítica y ciudadanía activa: una introducción

práctica al debate educativo. VV.AA. Publicado por International Debate Education Association. New

York, 2010, p.136 y ss.

3. Aristóteles: Retórica. 1418b. Gredos, 2005

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3.2. Cómo atacar las premisas


Como acabamos de decir, una de las formas de refutar la

argumentación de tu oponente consiste en debilitar su argumento atacando las premisas en que se

apoya. Una premisa es una afirmación que, en caso de ser verdadera, respaldaría a su vez la verdad de

la conclusión o tesis que hemos expuesto. De forma simplificada, todo argumento está compuesto de

tres elementos:

1ª premisa: "Si se legalizan las drogas, será más fácil acceder a ellas"

2ª premisa: "Si se accede más fácil a las drogas, su consumo se dispararía”

Conclusión: "No se deben legalizar las drogas”.

Podemos decir que estas tres partes responden a su vez a estas tres preguntas (aunque ahora

empezaremos por el final):

 La conclusión o tesis defendida por nuestro oponente, responde a la pregunta: ¿Qué se pretende

afirmar? “Que no se deben legalizar las drogas”

 La segunda premisa expresa la razón o el dato que lleva a la conclusión: ¿Por qué afirma

eso? “porque con la legalización de la droga, su consumo se dispararía”


 La primera premisa, expresa el fundamento o garantía última que permite conectar la segunda premisa

con la conclusión. Responde a la pregunta: ¿En qué se basa para afirmarlo? “en que la legalización

haría mucho más fácil el acceso a dicha droga” o dicho al contrario, “que la prohibición dificulta el

acceso y por tanto, el consumo de una droga”.

Si nuestro adversario consigue demostrar que dichas premisas son verdaderas, resultará muy difícil

que la conclusión no se imponga también como verdadera por su propio peso. Éstos son, por tanto, los

barcos que debemos abordar en primer lugar.

Ya en la Edad Media se utilizaba la expresión "Niego la mayor" o "Niego la menor” refiriéndose a un

tipo de argumento (el silogismo) en el que existían 2 premisas (premisa mayor y premisa menor). Hoy

podríamos decir que todo argumento se basa en un principio general y en la aplicación de dicho

principio a la cuestión concreta que estamos tratando. Y ambas premisas nos conducirían

inevitablemente a aceptar la conclusión.

Ejemplo
Premisa mayor: Toda forma de arte merece ser conservada

Premisa menor: La fiesta taurina es un arte

Conclusión: Por tanto, la fiesta taurina merece ser conservada

a. Negar la premisa mayor

(Es falso que toda forma de arte merece ser conservada)

Con esta estrategia, nos olvidamos de la otra premisa y de la conclusión: vamos directamente al

principio general, al fundamento último en el que se basa el razonamiento de nuestro oponente. Así

que desacreditamos todo el razonamiento desde su base: si demostramos que el argumento se basa en

el fondo en una idea equivocada, en un pensamiento erróneo, entonces el argumento está viciado desde

el principio.
Así, en el ejemplo, podríamos indicar que no todas las formas de arte merecen ser conservadas, en

especial aquellas que producen un daño innecesario a los seres vivos. ¿Defenderíamos la permanencia

de rituales tan expresivos y con tanta fuerza estética como un sacrificio humano? Fueron tradiciones

bien asentadas en su día. Luego conservar lo establecido, por muy artístico que pretenda ser, carece

de justificación de forma indiscriminada.

b. Negar la premisa menor

(La fiesta taurina no es una forma de arte)

Aunque demos por buena la idea general o garantía de base (“el arte debe ser conservado”),

consideramos que no se puede aplicar a este caso concreto del que hablamos (el toreo) debido a que

no cumple los requisitos exigidos. Así, por ejemplo, podría decirse que el auténtico arte genera en

quien lo contempla una emoción estética, lo cual no se produce en las personas a las que les repugna

contemplar el sufrimiento animal. Buscaríamos en un diccionario la definición de arte, analizaríamos

varios tipos de arte comúnmente aceptados y explicaríamos las diferencias con respecto al toreo y lo

que sus defensores proclaman como arte.

En este punto, cuando atacamos la premisa menor y afirmamos que no se puede aplicar el principio

general (la mayor) a este caso concreto que estamos discutiendo (aquí, los toros) hemos de tener

cuidado, ya que a veces incurrimos sin darnos cuenta en la llamada falacia del “ningún escocés

verdadero”4. Esta es la historia:


Una mañana, un escocés está leyendo un periódico y lee

sobre un maniático sexual inglés que ha atacado nuevamente a varias mujeres. Muy indignado, el

escocés asegura que “ningún escocés haría algo así”. Al día siguiente, lee un artículo sobre un

escocés que ha hecho cosas peores que el inglés, y exclama “no será un auténtico escocés, porque

ningún escocés verdadero haría algo así”.

Si nuestro oponente se refugia en este tipo de argumentos para esquivar nuestra crítica a su premisa

menor, podemos acusarle de caer en la falacia del “ningún escocés verdadero”: “pues sí, fulanito es

escocés y sin embargo, mira cómo actúa” (en nuestro caso taurino, podrían replicarnos: “pues sí, matan

al toro, pero aún así es un arte, por esto y por aquello…”).

Ahora bien, hay casos en que el argumento de “ningún escocés verdadero” no resulta falaz, como

cuando decimos: “ningún verdadero vegetariano come carne”. Esto no es una falacia, sino una regla

general correcta que cuando se aplica a un caso particular (“a Pepe le encanta el chuletón de buey”)

nos permite extraer la conclusión correspondiente (“Pepe no es un auténtico vegetariano”). La forma

de saber si estamos haciendo un uso falaz o correcto del argumento del escocés, consiste en poner

juntos los conceptos que se están tratando y ver si realmente son incompatibles entre sí (ser vegetariano

y comer carne sí es, lógicamente, incompatible; pero haber nacido en Escocia y ser un maníaco sexual

no son términos lógicamente incompatibles, de hecho, son dos cosas totalmente independientes).
¿Podría ser compatible el carácter artístico del toreo con el hecho de que produzca un sufrimiento

gratuito y cruel al animal?

Para concluir esta sección, recordaremos que no solo podemos atacar las premisas de un silogismo

clásico como los que hemos visto aquí, sino que también pueden atacarse las premisas (o, al menos,

la premisa fundamental) de cualquier tipo de argumento mostrando que tales premisas son falsas o son

dudosas y débiles. El modo de atacar dichas premisas dependerá del tipo de argumento que tratemos

de refutar (causal, analógico, por generalización, definiciones, dilemas, etc.) como ya hemos mostrado

en las distintas secciones del apartado de Técnicas argumentativas.

4. Ver las direcciones: http://es.wikipedia.org/wiki/Ning%C3%BAn_escoc%C3%A9s_verdadero y

http://sunombreenvano.blogspot.com.es/2011/06/la-falacia-del-verdadero-escoces-del.html

3.3. Cómo atacar la conclusión


"El destino mezcla las cartas, pero nosotros las jugamos."

(Atribuido a A. Schopenhauer)

Puede resultar que nuestro oponente tenga en su mano mejores cartas que las nuestras. A veces, nos

encontramos con que los argumentos de nuestro contrincante están muy bien construidos, “muy bien

armados” de razones, datos, ejemplos y matices, citas y pruebas de todo tipo, de forma que destruir

las premisas en que se fundamentan no resulta nada fácil. Miramos nuestras cartas y parece que la

partida está perdida. Pero espera, no tires la toalla todavía: aún te quedan otras opciones para atacar la

credibilidad de su posición. Como decía el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, existen dos vías para

derribar el argumento de nuestro contrincante: “a) la refutación directa y b) la indirecta; la directa


ataca la tesis en sus fundamentos (derribando las premisas que la sustentan para hacerla caer), mientras

que la indirecta ataca a la tesis o conclusión por sus consecuencias5.”

Por ejemplo, sería muy difícil echar abajo la confianza en las medicinas que nos recetan los médicos

intentando derribar su credibilidad (por la investigación de laboratorio que hay detrás de cada

medicamento, por los síntomas presentados por el paciente, la autoridad científica del doctor, etc.).

Pero, aún así, hay una forma de refutar la conveniencia de algunos de esos fármacos (por ejemplo, los

analgésicos, corticoides y antiinflamatorios, dirigidos a calmar el dolor de nuestro cuerpo o aminorar

los síntomas, pero no a curar la enfermedad), mostrando el efecto pernicioso que éstos producen en

nosotros a corto, medio o largo plazo sobre nuestra salud. Mira el siguiente video y fíjate en cómo

razona el presentador su oposición a esos fármacos.

Básicamente, en esto consiste una refutación indirecta. En definitiva, podemos rechazar la

conclusión de varios modos:

a. Teniendo en cuenta las consecuencias negativas que se seguirían de admitirla y

b. Por medio de la reducción al absurdo, mostrando que nos conduce a una contradicción.

c. Buscando un contraejemplo que contradiga la tesis o conclusión general.


a. Consecuencias negativas

Una de las formas de rechazar la conclusión de un argumento expuesto por tu oponente es llevarla

hasta el extremo y ver las consecuencias negativas que se derivarían si se admitiera. Así, por ejemplo,

ante el elevado número de accidentes de tráfico de los jóvenes alguien podría concluir que "debe

prohibirse el consumo de alcohol en nuestra sociedad". Si llevamos a sus consecuencias esta

conclusión (¿qué pasaría si el consumo de alcohol fuese prohibido?), a pesar de parecer en principio

una propuesta razonable, podría indicarse sus efectos negativos en la economía (desastrosos para los

productores de vino y miles de trabajadores, el negativo descenso en recaudación de impuestos, etc.)

o incluso en la vida social (se podría recordar lo que ocurrió en Estados Unidos con la famosa ley seca,

que condujo a un aumento de delitos por parte de la mafia). Evidentemente, si nosotros rechazamos

con estos argumentos la prohibición total del alcohol, entonces nuestro oponente también puede

mostrar las consecuencias negativas del consumo generalizado de bebidas alcohólicas, como hacía

esta publicidad gráfica del siglo XIX:


Por otra parte, habrás de tener cuidado para no abusar de esta estrategia6 porque, ciertamente, de

cualquier creencia o conducta (incluso de aquellas que consideramos buenas o beneficiosas) se pueden

seguir consecuencias negativas: viajar puede significar exponerse a tener un accidente, amar a alguien

puede suponer que nos expongamos a la infidelidad o perder independencia, ayudar a una ONG como

voluntario puede suponer que descuidemos nuestra familia u otras obligaciones, etc. Sin embargo, esto

no quiere decir que no sea razonable y positivo el poder viajar, amar a alguien o ser voluntario en una

ONG.

Por eso mismo, rechazar un argumento del contrincante apelando a algún riesgo o consecuencia

negativa sólo resultará útil cuando estés seguro de que las consecuencias negativas sean

desproporcionadas (es decir, cuando dichas consecuencias negativas superen claramente a los

beneficios que suponen llevar a cabo tales conductas o defender esas creencias.) Así, por ejemplo, si

nuestro contrincante defendiera que el viaje turístico en avión es perjudicial, pues se expone uno a

sufrir un accidente, puedes poner en una balanza mental los aspectos positivos (los aviones son un

transporte seguro, el avión ahorra tiempo y abarata los precios, la compañía que fleta el avión revisa

los aviones y contrata a pilotos expertos) y los aspectos negativos (puedo sufrir un accidente). Así

dejarás en evidencia que la postura del contrincante no es razonable y puede quedar refutada por las

consecuencias que se seguirían de no usar el avión, ya que en este caso, los aspectos positivos superan

a los negativos.

De forma esquemática:

(1) Argumento del contrincante:

Si uso el avión puedo sufrir un accidente grave y no sobreviviré

Es terrible sufrir un accidente y no sobrevivir

Por tanto, es mejor no usar el avión

(2) Tu refutación:
Si uso el avión, que es un transporte seguro (al menos más que otros medios de transporte), con esa

compañía que revisa los aviones y contrata pilotos expertos, entonces muy probablemente no sufriré

un accidente y llegaré bien a mi destino.

Por tanto, no es mejor no viajar en avión.

b. Reducción al absurdo

Otra de las formas de atacar la conclusión es usar el procedimiento que se denomina reducción al

absurdo. Este procedimiento consiste en asumir la conclusión pero mostrando que dicha conclusión

encierra una contradicción. Si alguien dijera:

A: No acepto tu opinión sobre este tema, porque es una opinión relativa. Yo defiendo que "todo es

relativo".

Su oponente podría contestar:

B: Si todo es relativo, también es relativo que "todo es relativo". Por tanto, no todo es relativo.

(En este caso, B ha mostrado que "todo es relativo" encierra una contradicción. Por un lado se afirma

que "todo es relativo" y, si es esto es verdad, entonces "todo es relativo" no es relativo, lo cual es

contradictorio, absurdo).
Usada frecuentemente en las matemáticas, la demostración

llamada por reducción al absurdo se basa en que si a partir de una tesis X llegamos a una contradicción

lógica (la afirmación simultánea de A y de no-A), entonces dicha tesis tiene que ser rechazada porque

nos lleva a una especie de callejón sin salida, a un imposible. Si, de esta forma, demostramos que X

es imposible, es decir, falsa, entonces lo contrario de X debe ser verdadero.

Con este método demostró hace más de dos mil años el matemático griego Euclides que los números

primos son infinitos, haciendo ver que suponer lo contrario (un número primo mayor que todos los

demás) nos lleva al absurdo de tener que admitir a partir de él la existencia de otro número primo

mayor que él. Aquí va el video de la demostración, esperamos que la entiendas:

c. Contraejemplos

Presentar contraejemplos que permitan demostrar que la conclusión o tesis general falla en algún caso

relevante o no se corresponde siempre con la realidad. Aunque suele decirse que la excepción confirma

la regla, lo cierto es que un contraejemplo (real, confirmado y que venga al caso), pone en entredicho

la verdad sostenida por nuestro oponente.


Así, por ejemplo, podríamos citar no uno, sino decenas de contraejemplos a la tesis general que

presentábamos más arriba: la necesidad de prohibir el consumo de alcohol, para evitar los problemas

que éste conlleva. Pues bien, hay muchos países en los que el alcohol no está prohibido y, tomando

otras medidas preventivas y educativas, se evita las secuelas sociales que éste puede provocar entre la

juventud. (Ver sección de los esquemas argumentativos referido al uso de ejemplos)

5. Schopenhauer, DIALECTICA ERÍSTICA, Trotta, Madrid, 2011, fragmento tomado de "La fauna de las

falacias", Luis Vega, Trotta, 2013, p. 331.

6. Montserrat Bordes, Las trampas de Circe, Cátedra, 2011, p. 223-225.

3.4. Cómo atacar el paso de la

premisa a la conclusión
Imagina que afirmamos:

Si una persona nace en Córdoba, entonces es andaluz.

Dalí no nació en Córdoba.

Por tanto, Dalí no era andaluz.

Resulta que las tres proposiciones que forman este argumento son verdaderas si las miramos por

separado. Sin embargo, aunque las premisas y la conclusión sean verdaderas, resulta que el paso o

inferencia desde aquéllas a ésta es ilegítimo. Dicho de otra forma: de las premisas no se deduce

necesariamente la conclusión (puesto que cabe la posibilidad de que alguien no nazca en Córdoba y,

sin embargo, sí sea andaluz, como Antonio Banderas, por ejemplo).

Así que otra forma de atacar el argumento de tu oponente es mostrar que existe una desconexión entre

las premisas y la conclusión. En ese caso lo que falla es la inferencia o paso de las premisas a la

conclusión. La conclusión se tiene que apoyar en unas premisas. Pero puede ocurrir que, dadas unas

premisas, a partir de ellas no se puede obtener la conclusión. Podemos recurrir a la expresión latina

"non sequitur", que viene a traducirse por "no se sigue", es decir, la conclusión no puede seguirse de

las premisas con las que contamos. Eso es lo que ocurre generalmente cuando hablamos de falacias7.
Supongamos el siguiente argumento8:

A: Los estudios realizados muestran que los alimentos transgénicos son seguros. Por tanto, no hay

razones para rechazarlos.

(En este caso, de la premisa "Los estudios realizados muestran que los alimentos transgénicos son

alimentos seguros" no se sigue que no haya razones para rechazarlos. Una cosa es que los alimentos

transgénicos se puedan consumir con seguridad y otra cosa, totalmente desconectada de lo anterior, es

que no haya razones distintas a las sanitarias para rechazarlos. Así, por ejemplo, un ecologista podría

rechazarlos por la posible amenaza al medio ambiente a largo plazo, o por razones económicas (esas

semillas podrían ser más caras), o por otro tipo de razones (pérdida de variedades tradicionales,

mercado monopolístico, explotación del tercer mundo…). En este caso, diríamos que ser unos

alimentos seguros es una condición necesaria, pero no suficiente para aprobar su producción y

consumo.

En el terreno judicial también encontramos algún ejemplo: del hecho de que alguien sea un ladrón y

merodeara por el barrio no se sigue, necesariamente, que sea el delincuente buscado. Eso es lo que

señalaría su abogado. De ahí que se mantenga la presunción de inocencia. Lo que se tratará de mostrar

en el juicio, en caso de ser el principal sospechoso, es que las pruebas encontradas son evidentes o

ciertas y demuestran que dicha conexión se puede hacer.


En realidad, aunque el número y la variedad de las falacias es apabullante, podemos resumir tres

clases de razones por las que las premisas no sostienen realmente la conclusión: porque dichas pruebas

no están aceptadas (caso del ladrón), porque son irrelevantes para el caso (caso del no-cordobés Dalí)

o porque son premisas insuficientes para sustentar la conclusión (caso del alimento transgénico).9 Estos

tres criterios (utilizar pruebas aceptadas, relevantes y suficientes) nos permitirá encontrar los puntos

débiles del argumento de nuestro oponente, señalando entonces que su tesis o conclusión carece de

fundamento.

1º) Porque se basa en pruebas o PREMISAS NO ACEPTADAS:

Esto significa que las pruebas aportadas no tienen la calidad suficiente para ser aceptables,

A) bien porque el fundamento último (ver ejemplos de cómo se niega la mayor,) carece de la necesaria

evidencia. Es dudoso, luego no apoya la conclusión; ejemplo: si alguien opina que "el Estado debe

prohibir todo consumo de alcohol, por sus efectos sobre la salud de los ciudadanos", se podría negar

la mayor diciendo "¿y quién es el gobierno para decidir por mí sobre mi propia salud?”

B) o bien, porque dichas afirmaciones no gozan del reconocimiento general (ya sabemos que una

afirmación no es más verdadera por el número de personas que creen en ella, eso sería una falacia “ad

populum”, pero es necesario en un debate que nuestras tesis se apoyen en verdades comúnmente

aceptadas por el público, en eso que llamamos el sentido común); “todo el mundo sabe que eso no es

así…”, “eso no es de sentido común…”;


C) o bien, porque las pruebas aportadas carecen de la necesaria validez científica que las sustentarían;

a veces, la opinión pública o el sentido común no son suficientes para respaldar una tesis dado que la

cuestión es más técnica; ejemplo: "mucha gente desconfía de la instalación de antenas de telefonía

cerca de sus viviendas, pero realmente no existen evidencias científicas que respalde ese temor".

2º) Porque se basa en PREMISAS IRRELEVANTES:

Aquí nos preguntamos si las premisas aportadas por nuestro oponente son relevantes para la

conclusión presentada. Es decir, medimos la calidad de la conexión entre las premisas y la conclusión.

Si las premisas, aún siendo verdaderas, no tienen una conexión directa con la tesis afirmada, podemos

mostrar que el argumento no es concluyente, no prueba nada.

De hecho, no existe una única prueba de relevancia, sino tantas como tipos de argumentos existen. Te

recomendamos que eches un vistazo a la sección de Falacias de Relevancia, así como los apartados

correspondientes a las Técnicas Argumentativas, donde te enseñamos a construir y a destruir los

principales tipos de argumentos. Pero, por si estás un poco escaso de tiempo, te presentamos aquí un

breve resumen:
3º) Porque se basa en PREMISAS INSUFICIENTES:
¿Nos ofrecen las premisas, aun siendo verdaderas, la suficiente base como para afirmar la conclusión?

De no ser así, nuestro argumento será débil y la conclusión injustificada. Como en el caso anterior,

habrá tantos posibles fallos, como tipos de falacias y esquemas argumentativos relacionados con ellos.
7. Montserrat Bordes: Las trampas de Circe, Cátedra, 2011, p. 146. Bordes rechaza incluir la falacia non

sequitur por su excesiva generalidad, que viene a coincidir con la definición de falacia: una falacia es un

argumento inválido porque de las premisas que tenemos no podemos pasar a la conclusión.

8. Reelaborado a partir de Julian Baggini: ¿Se creen que somos tontos?, Paidós, 2010, p. 48-49.
4. Cómo dominar el

terreno de juego

Mapa de la Batalla de Waterloo. Napoleón frente a Wellington.


E n el deporte, como en la guerra, los estrategas saben de la importancia de dominar el terreno

de la contienda, eligiendo las posiciones más favorables para la batalla, y siempre teniendo en cuenta

las fuerzas propias y las del contrincante. Evidentemente, uno no sabe qué estrategia, qué argumentos

o qué tácticas de ataque habrá preparado el contrincante. En todo caso, aquí ocurre como en el fútbol,

quien domina el balón más tiempo tiene más posibilidades de ganar (aunque aquí, la posesión del

balón no representa la posesión de la palabra, ya que los tiempos suelen estar muy regulados y

equilibrados en cualquier debate, sino que nos referimos, más bien, a conseguir el protagonismo o la

iniciativa durante el transcurso del mismo).

El juego de debatir deja siempre cierto margen de maniobra a quien presenta una tesis o recibe un

ataque, para reaccionar de una u otra manera, sin tener que someterse a la estrategia del rival. Por

supuesto, no nos estamos refiriendo a las estrategias contaminantes, manipuladoras y sofísticas tan

típicas como groseras: interrumpir continuamente o humillar al contrario burlándose de él, olvidarse

del tema tratado y saltar a otro que nada tiene que ver con la pregunta formulada, inventar hechos o

citas falsos, recurrir patéticamente a la compasión del público o excitar sus emociones y sus miedos,

etc., etc. Basta ver ciertos debates políticos y las tertulias en ciertas cadenas de televisión para observar

magníficos ejemplos de lo que podríamos calificar de “terrorismo dialéctico” o de simple "basura

retórica".

Pero lo cierto es que siempre nos cabe maniobrar hábilmente, usando algunas buenas estrategias de

defensa y contraataque, que pasamos a explicar:

4.1. Conquistar los espacios


La metáfora del juego que enfrenta a dos adversarios (lo mismo da hablar de ajedrez, fútbol o de

debates estudiantiles), resulta interesante porque nos muestra algunas de las características que

debemos tener muy en cuenta si queremos ganar el enfrentamiento. Jugar un juego nos indica ante

todo dinamismo: el juego es un movimiento continuo y en el caso del debate conlleva el despliegue

de ideas y argumentos en el tiempo que transcurre rápida e inexorablemente. Aprovechar

adecuadamente esos tiempos, que suelen estar nítidamente tasados y controlados, es muy importante;

y darle a cada momento lo que le corresponde (la introducción, el desarrollo, el tiempo de la réplica,

la conclusión) es fundamental. Por eso, no puede haber mayor error que dejarlo todo a la improvisación

y a la incierta visita de las musas inspiradoras. Nuestro debate debe estar planificado y ensayado

previamente si queremos dominar la situación y obtener un resultado brillante.

Pero la misma idea del movimiento implica que además de un tiempo haya un espacio por el que

moverse, un campo de juego con posiciones diferenciadas1. Y, en efecto, en un debate, aunque los

debatientes se planten detrás de un atril, también podemos hallar zonas o puntos de fricción

diferenciados (mis zonas de defensa, de ataque, de contraataque...).

La línea imaginaria del centro del campo sería aquélla marcada por la propia pregunta o tema del

debate (por ejemplo, ¿debería legalizarse la venta de marihuana?), que nosotros normalmente no
hemos podido elegir, pero que delimita rotundamente a un lado y otro las posiciones de ambos bandos:

a favor y en contra. La elección del tema o proposición general a debatir es también crucial porque

delimita el perímetro de nuestro campo de juego, es decir: de qué temas vamos a debatir y qué

cuestiones no vienen a cuento porque quedan fuera del tema de debate. Por todo ello, hay que insistir

en la importancia de redactar la cuestión o tema del debate de una forma precisa y clara, sin

ambigüedades ni vaguedad, para que los contendientes sepan a qué atenerse y cuál es exactamente la

posición que debe defender.

Esta imagen del campo de juego nos permite entender varias ideas: 1º) la importancia de proteger la

retaguardia, preparar nuestra defensa ante los ataques del enemigo; 2º) la importancia de preparar

ataques que lleguen hasta las posiciones enemigas para poder conquistarlas; y sobre todo, 3º) la

importancia crucial de controlar la mayor parte del campo. Si el debate se juega constantemente en

nuestro campo (cuando nos vemos forzados a defendernos todo el rato) la sensación es que el contrario

nos está dominando, incluso aunque nuestra defensa sea sólida; y a la vez, el riesgo de que nos metan
un gol es más alto. Hay un refrán deportivo según el cual "los partidos se ganan en ataque y se pierden

en defensa". Meter goles y que no te los metan... ¡así de simple! Pero, para ello, los entrenadores y

estrategas disponen de distintas posibilidades. Nosotros vamos a fijarnos en dos tácticas que nos

pueden ser útiles en el debate: a) buscar las zonas en las que sabemos que tenemos ventaja, y b) ocupar

la mayor parte del tiempo el centro del campo.

A. Ganar posiciones ventajosas.

Igual que en el campo de batalla hay posiciones elevadas o bien protegidas desde las que resulta más

fácil ganar la contienda, en todo tema de debate podemos distinguir asuntos o aspectos que nos pueden

resultar favorables (así como otros resultarán más propicios a nuestro adversario). En efecto, un tema

general como la legalización de la marihuana presenta diferentes flancos o asuntos más concretos en

los que se subdivide la cuestión general: así, podemos analizar las ventajas e inconvenientes de su

legalización desde el puntos de vista económico (hacer aflorar un negocio que ahora es negro y no

contribuye), o desde el punto de vista legal (¿aumentaría o disminuiría la delincuencia y delitos

asociados a la droga?) o incluso desde la perspectiva de los derechos de las personas (¿más libertad,

menos orden?).

Por tanto, el enfrentamiento general se ha concretado ahora en una serie de asuntos particulares o

frentes de batalla distintos: nuestra misión es conquistar esas posiciones para que el público y el jurado

entienda que nosotros merecemos ganar el debate. Podemos perder en algún frente, pero ganar en los

demás, obteniendo en la mente del jurado la sensación de haber ganado el debate, al dominar la mayor

parte del terreno.


Aquí observamos que la posición a favor gana claramente la mayoría de los asuntos debatidos. Así,

nuestra labor de preparación consistirá en detallar y analizar esos asuntos o frentes de debate en los

que se subdivide el tema general, calculando en cuáles de ellos tenemos una ventaja comparativa. En

ellos incidiremos especialmente durante el debate, aunque también prepararemos para defendernos en

los otros frentes menos propicios.

El orden en que presentamos y discutimos estas cuestiones resulta también muy importante. Debemos

comprender el orden lógico que puede haber entre las cuestiones a tratar, la prioridad que tienen unas

sobre otras: ciertas cuestiones no pueden platearse (por ejemplo, el modo de dispensar la marihuana,

en farmacias o en estancos) sin haber resuelto antes otras cuestiones previas, en un orden lógico (si el

estado debe legalizar su venta).

Ahora bien, para vencer en un debate no sólo importa la cantidad, el número de frentes ganados, sino

también la relevancia que cada asunto particular pueda tener en él. Si convencemos al jurado de que
uno de los asuntos a tratar es más significativo o relevante para la cuestión debatida que todos los

demás juntos, es posible que ganemos el debate simplemente imponiéndonos en ese frente, aunque

perdamos los demás.

Teniendo en cuenta esto, será muy importante que sepamos presentar nuestros argumentos ante el

jurado para que estos ocupen un mayor espacio en sus mentes, es decir, para que los jueces aprecien

la relevancia significativa del asunto que tratamos y en el que esperamos poder tener una clara ventaja.

Para ello, al público y al jurado debemos presentarle no sólo el contenido desnudo de los argumentos

que hemos preparado, sino también un comentario de su importancia para el tema tratado, con

indicaciones claras del mensaje principal que queremos trasmitir, así como de la estructura que vamos

a seguir en nuestra argumentación.

Recomendamos para ello2, en primer lugar, escribir y utilizar en varias partes del debate (desde luego

en la Introducción y en la conclusión final) LEMAS o frases cortas en las que podamos resumir
nuestro argumento, con el fin de remarcarlo en la mente del jurado. Como el eslogan de un anuncio

publicitario, el lema puede indicar de forma simple pero llamativa lo esencial de nuestro argumento,

de forma afirmativa (mejor que negativa) y declarativa (no interrogativa). Un ejemplo:

ARGUMENTO
"Como partidarios de la legalización de la marihuana, consideramos que su ilegalización actual,

además de ser inútil, pues dicha sustancia es fácilmente accesible en nuestro país a pesar de todo,

promueve un mercado negro y el negocio de las mafias que trafican con ella. Dicho negocio ilegal,

base de múltiples delitos, desaparecería inmediatamente en cuanto la marihuana fuera legalizada."

LEMA
"La marihuana ya es accesible, legalizarla acabará con el narcotráfico."

En segundo lugar, es recomendable seguir ciertas PAUTAS ESTRUCTURALES, ya que el público

y los jueces no tienen a mano el esquema de lo que va a ser nuestra argumentación, pero nosotros

podemos hacérsela llegar y remarcársela por otros medios:

1º. Respetar el orden estructural formado por introducción-cuerpo-conclusión con sus respectivas

funciones: presentar-invitar al auditorio a escuchar nuestra postura, desarrollar su esencia, resumir lo

dicho.

2º. Darle importancia crucial al principio y al final. Las reglas psicológicas de la primacía y la recencia

nos aseguran que el oyente siempre recuerda mejor lo primero que se dijo y lo último y más reciente

que se acaba de decir. Ambos momentos del debate suelen ser despreciados por muchos debatientes

novatos, pensando que la clave está en el medio, en el cuerpo a cuerpo. No debemos olvidar nunca

explicar a la audiencia en nuestra introducción un anticipo de lo que va a ser nuestra argumentación,

y en la conclusión final, un resumen del mismo esquema argumentativo.

3º. Incluso en el cuerpo central, cuando pasamos de un argumento a otro, debemos indicarlo

explícitamente: "hasta aquí hemos visto este asunto... y ahora trataremos este otro aspecto del tema..."

No debemos sentir miedo de ser redundantes, pues la redundancia (la repetición de la misma idea a lo

largo del enunciado, como en "pude verla con mis propios ojos") es una buena herramienta para
intensificar el significado de dicha idea y que ésta gane más espacio en la mente de nuestros jueces y

público.

En resumen, los argumentos bien estructurados y bien presentados nos permiten ganar debates por dos

razones: porque dan una sensación de control del juego y porque logran ocupar más espacio en la

mente del jurado.

B. Dominar el centro del campo.

En el fútbol moderno, quien domina el centro del campo, domina el juego y la posesión del balón,

teniendo más posibilidades de llegar a la puerta contraria. Mira este video de un equipo bastante

conocido por su capacidad para controlar el juego: la Selección Española.

Pero nos vamos a referir ahora a un concepto del espacio, a un dominio del terreno de juego dialéctico,

diferente del que hemos hablado en el apartado anterior. Decía el viejo Aristóteles: In medio virtus est,

"en el medio está la virtud", esto es, la rectitud y la fuerza (para los antiguos, la virtud significaba

ambas cosas a la vez). El orador que logre situarse en ese punto intermedio que huye de los

extremismos, en ese lugar imaginario donde habita el sentido común, alejado de todo fanatismo

radical, conquistará probablemente el corazón del auditorio y de los jueces. De ahí las referencias

constantes, en el discurso político, a expresiones como: "es bien sabido que...", "como todo el mundo

sabe...","la gente no está de acuerdo con....", "resulta de sentido común...", "...hacer las cosas como

Dios manda", "y como siempre se ha dicho...", etc.


El propio Aristóteles nos ofrece otra razón poderosa para

echar mano de lo que la gente suele decir o pensar, lo que llamamos tópicos, a los que el estagirita

dedicó incluso una de sus obras: los temas que solemos presentar a debate no pueden ser resueltos de

forma rotunda mediante argumentos basados en premisas evidentes o demostrables científicamente

(¿es mejor prohibir o legalizar las drogas? ¿es más ético ser de derechas o de izquierdas? ¿está

preparada una chica de 16 años para abortar? etc., etc.), porque en ese caso no habría nada que debatir,

se recurriría a la solución científica y punto. Pero estos temas éticos y estéticos, sociales o políticos,

por su propia naturaleza, no admiten demostraciones rigurosas y necesarias, por lo que el razonamiento

lógico debe ser sustituido por un recurso a las razones más plausibles que seguras, más verosímiles

que verdaderos, más probables que necesarios. Aristóteles nos define qué es plausible, como aquello

que parece bueno o verdadero "ya para todos los hombres, ya para la mayor parte, ya para los más

sabios; y entre estos, ya para todos ellos, ya para la mayoría".

En conclusión, intentar conquistar esa zona intermedia en la que confluyen (estadísticamente, véase

la famosa campana de Gauss) la mayoría de las opiniones o las opiniones más autorizadas, para

consolidar tu postura ante el auditorio. De esta forma, podremos hacerles ver a público y jueces que

aquello de lo que queremos convencerles (nuestra tesis) se sigue claramente de aquello de lo que ya

están convencidos (de esos lugares comunes o tópicos que la gente suele compartir, del aquél ya citado

"sentido común"). La cuestión no es superficial, porque el propio enfoque del debate, tal como suelen
plantearse estos en torneos de estudiantes o en tertulias al uso (no hablemos de los chats y foros de

opinión en internet), se tiende a exacerbar artificialmente las posturas de los contendientes,

presentándolas como polos opuestos e irreconciliables. Recordemos una vez más a Aristóteles: in

medio virtus est. Allí donde no cabe la demostración matemática, sólo cabe la argumentación

razonable y mesurada.

4.2. Cambiar de plano


Esta estrategia consiste en zafarse del ataque enemigo, buscando un nivel diferente de enfrentamiento,

un plano distinto en el que plantear la batalla. Consiste, por ejemplo, en retomar el tema en cuestión

pero pasando del nivel de los ejemplos concretos al nivel más abstracto de las ideas (o viceversa); o

bien cambiar del plano teórico de la discusión a un plano más práctico y cotidiano; o bien, pasar de

los hechos presentados como datos indiscutibles a los valores y principios morales que andan en juego;

o bien del terreno de lo particular a un campo más amplio de aplicación… y todo esto, por supuesto,

sin abandonar el tema que se está tratando. Por ello, no se debe confundir esta estrategia con el

zigzagueo propio de quien pretende sólo esquivar la cuestión y evitar enfrentarse al argumento del

oponente cambiando de tema, sino como una manera de llevar el asunto al terreno que le conviene al

orador para presentar su propio argumento o su defensa.

Ejemplos de esta estrategia: los partidarios de la pena

de muerte suelen hacer referencia a crímenes concretos especialmente crueles y dramáticos

(difíciles de ignorar) para justificar su postura, pero podemos contestarles cambiando a un plano más

abstracto y responderles con un argumento sobre el derecho a la vida: Un Estado que quita la vida, en

nombre del carácter sagrado de la vida, está contradiciendo y arruinando ese principio. O bien, como

decía Gandhi, “Ojo por ojo, y todos tuertos” (por supuesto, nuestro oponente puede intentar

hacer lo contrario: de los principios generales, pasar a los ejemplos concretos). También

podemos cambiar de un plano particular, nacional (“la delincuencia en España y lo 'fácil' que se sale

de la cárcel aquí”) a un plano más amplio o general en el ámbito europeo (“pero resulta que las leyes
penales españolas son de las más duras de Europa, y eso que el número de delitos en España es de los

más bajos de la Unión”).

O bien, como hemos indicado, podemos pasar del plano de los hechos (“en mi barrio, los jóvenes

hacen botellón y lo dejan todo asqueroso”), al plano de los valores (“la libertad frente al estado policial,

la tolerancia y el derecho a divertirse requiere de espacios adecuados”). Y, por último, del plano teórico

al práctico (el típico reproche: "tú no tienes los pies en la tierra", “eso que dices suena muy bonito

pero, en la realidad, las cosas funcionan de otra forma”, etc.).

4.3. Divide y vencerás


Ya sabemos lo que significa este lema en la estrategia militar de ataque contra un enemigo en el frente

de batalla; pero cuando se trata de defenderse, también es posible salvar una parte de nuestras

posiciones y acabar venciendo a nuestro rival, realizando una división, una distinción o una

clasificación que separe la parte “tocada” de la que sigue indemne.

Wikipedia
La conocida como "política de tierra quemada" o de "tierra arrasada", es una táctica

militar consistente en destruir cualquier cosa que pudiera ser de utilidad al enemigo cuando una

fuerza avanza a través de un territorio o se retira del mismo.

El origen histórico del término tierra quemada proviene seguramente de la práctica de quemar los

campos de cereales durante las guerras y conflictos en la antigüedad. Sin embargo, no se limita en

absoluto a cosechas o víveres, sino que incluye cualquier cosa que pueda servir de refugio,

transporte o suministro al enemigo.

La táctica de la tierra quemada es una acción que vincula los aspectos militares y económicos o

incluso psicológicos de una estrategia militar. Estas acciones destructivas tienen la ventaja de que

no requieren adelantos tecnológicos ni una especialización particular por parte de los combatientes

que la aplican. Cuando se emplea en territorio enemigo se pretende destruir la voluntad de resistir
del mismo mediante la intimidación, provocando sufrimiento a las poblaciones locales al destruir

sus propiedades y medios de subsistencia. Si se aplica en territorio propio al retirarse, el objetivo es

retrasar o incluso detener el avance enemigo al dejarle sin recursos que aprovechar, o entorpeciendo

su movimiento.

La tierra quemada ha resultado históricamente muy eficaz para facciones que de otra forma no

hubieran sido capaces de resistir el avance de ejércitos mejor organizados y más poderosos, aunque

en la guerra moderna su utilidad es menor, ya que todo contingente armado suele cargar con sus

propios suministros en lugar de vivir del terreno, como se hacía siglos atrás...3

En el siguiente video, a partir del minuto 4, vemos la estrategia de tierra quemada del ejército ruso

ante la invasión del ejército, muy superior y mejor organizado, de Napoleón en la campaña de 1810.

Puede parecer un atrincheramiento cobarde pero, en ocasiones, matizar permite reforzar la posición

propia original. O sea, haremos hincapié en que hay que señalar diferencias relevantes dentro de lo

que nuestro adversario acaba de criticar, para intentar salvar la parte que consideramos importante.

Por ejemplo, las críticas al poder de la Iglesia suelen ser contestadas diciendo que los cristianos

también están trabajando con los más pobres (pero así, tácitamente admiten que una cosa es la jerarquía

eclesial y otra la base social, los fieles de a pie). Otro ejemplo: si el sindicato critica al gobierno por

implantar unos míseros contratos por horas, éste puede contestar que si bien puede afectar al sueldo,

a cambio el trabajador tiene más tiempo libre para su familia o para formarse a la vez que trabaja. Se

trata, por tanto, de hacer distinciones dentro de ese todo del que se discute, que siempre es complejo

y poliédrico.
La división del campo de juego tiene la finalidad de eludir

la presión de nuestro adversario en el punto principal que acaba de atacar, refugiándonos en aquellos

otros terrenos (aunque sean parciales y algo más periféricos al tema de debate) en los que nos sentimos

más seguros en el intercambio de golpes. Evidentemente,

nuestro rival no quedará satisfecho con esta táctica, sino molesto y

contrariado: “Crea una situación muy insidiosa para el interlocutor, pues aunque le damos fuera de

la diana previamente establecida, no deja de ser un tiro acertado; es como acertar a un faisán durante

la caza del jabalí. La presa no es la deseada, pero el cazador no vuelve a casa con las manos vacías.”

(CATTANI, 2003, 101). Nuestro adversario, por supuesto, reclamará volver al tema central, buscando

el cuerpo a cuerpo, en el que se siente superior, por lo que esta estrategia es bastante arriesgada y no

siempre aconsejable.

1. Seguimos aquí el planteamiento de Steven L. Johnson: Ganar debates Una guía para debatir con el

estilo del Campeonato Mundial Universitario de Debate. International Debate Education Association.

2. Steven L. Johnson: Ganar debates, op.cit. p. 64 y ss.


3. Puedes ver este artículo en la web http://es.wikipedia.org/wiki/Tierra_quemada

Técnicas argumentativas
00. Ejemplo inicial: Un gran debate

01. Establecer y discutir las causas

02. Construir y rebatir argumentos condicionales

03. Presentar y cuestionar analogías

04. Argumentar por contrarios y criticarlo

05. Proponer y rechazar argumentos disyuntivos y dilemas

06. Apelar y contradecir a la autoridad

07. Presentar y objetar propuestas

08. Proponer y cuestionar definiciones

09. Invocar y rechazar los precedentes

10. Utilizar ejemplos y contraejemplos

11. Construir o criticar conclusiones generales


Ejemplo inicial: Un

gran debate

E l científico Albert Einstein, en su libro "La evolución de la Física" imagina un debate entre N

y H (es decir, entre Newton y Huygens), acerca de la naturaleza de la luz. ¿Es la luz un conjunto de

corpúsculos (como opina Newton) o más bien hay que entenderla como formada por ondas (como

defendía Huygens).

A continuación, reconstruimos el debate que imagina Einstein entre los dos científicos, con la

intención de mostrarte que un debate se basa en el uso de buenos argumentos:

Debate entre Newton y Huygens


N.- Las ondas sonoras se propagan por el aire y las olas oceánicas en el agua. Tiene que haber un

medio material a través del cual se propaga toda onda. Sin embargo, la luz atraviesa el vacío. Por

tanto, admitir que la luz es una onda que viaja por el vacío equivale a no admitir que sea una onda.

[Si es una onda, entonces se propaga por un medio material. La luz no se propaga por un medio

material. Por tanto, no es una onda]

H.- La única salida es admitir la existencia de una sustancia (el éter), que es transparente y está

por todas partes. Las ondas luminosas no viajan, pues, en el vacío sino que se propagan por el éter.

N.- Rechazo lo que usted supone: la existencia del éter. En primer lugar, porque introduce una

sustancia nueva y la física ya nos habla de demasiadas sustancias [Newton apela aquí a la

simplicidad]. La segunda razón es que, aunque usted cree que todos los fenómenos físicos se

explican en términos mecánicos, ¿cómo está constituido el éter de partículas y cómo se comporta

en otros fenómenos?

H.- No es problema que se introduzca una sustancia nueva (el éter) porque elimina los casi infinitos

corpúsculos materiales. También tiene razón en que no puede explicarse mecánicamente el éter.

Pero en el futuro, nuevos experimentos e investigaciones revelarán su estructura.

N.- Ahora me gustaría saber cómo explica su teoría ciertos fenómenos sobre la luz que, sin

embargo, son fácilmente explicables por la teoría corpuscular. Como sabe, los rayos de luz se

propagan en forma de línea recta. Si colocamos un trozo de papel frente a una lámpara, produce

sobre la pared una sombra bien delimitada. Si fuera correcta la teoría ondulatoria, no podrían
producirse tales sombras, ya que las ondas bordearían el papel, del mismo modo que las olas

marinas rodean una embarcación y siguen su camino.

H.- Tal argumento en contra no es decisivo. Si las ondas del agua en un río incidieran sobre un

barco muy grande podría observarse que no pasarían al otro lado. Es muy probable que la luz

parezca propagarse en línea recta porque su longitud de onda es muy pequeña en comparación con

el tamaño de los obstáculos comunes usados en los experimentos. Si fuese posible, por el contrario,

idear obstáculos pequeños, es probable que no se produjeran sombras nítidas. Si pudieran

construirse dichos aparatos, se podría decidir que el modelo ondulatorio es el correcto.

N.- No conozco ningún dato experimental que confirme claramente la teoría ondulatoria. Mientras

no se pruebe experimentalmente que la luz puede contornear un obstáculo no hay razones para no

creer que la teoría corpuscular es superior.


Como has podido ver, el debate se basaba en una discusión sobre la naturaleza de la luz basada en dos

opiniones distintas (la luz es una onda, la luz son partículas). Lo importante del debate no está en las

opiniones defendidas, sino en las razones (o argumentos) que cada uno da para justificar esas

opiniones. También es importante disponer de argumentos para criticar la opinión de nuestro oponente.

01. Establecer y

discutir las causas


 01. Establecer y discutir las causas

 1.B. Construcción

 1.C. Crítica

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1.A. Introducción
Para conocer cómo son las cosas nos basta con describirlas. Por ejemplo: las estadísticas muestran

que el abandono escolar en España es de los más altos de la OCDE. Ahora bien, para comprender por

qué las cosas son como son, más bien tenemos que explicarlas, es decir, investigar las causas que han

producido esos hechos o esa característica particular: ¿por qué se produce dicho abandono escolar,

qué causas lo motivan? Pues bien, un argumento causal es aquél que explica y conecta determinado

hecho (al que llamamos efecto) como consecuencia de determinadas causas (si el argumento causal es

sencillo, tendrá una sola causa; pero con frecuencia la realidad hace el asunto más complejo,

interviniendo a la vez varias causas). A veces, la causa es remota y entre aquella y el actual efecto se

interpone una cadena de causas intermedias. Escucha la siguiente historia sobre una causa remota; el

autor, Jorge Bucay (Cuentos para pensar), trata de responder a una pregunta aparentemente sencilla:

¿por qué no se escapa el elefante del circo cuando lo encadenan a una ridícula estaca clavada en el

suelo? Pincha para ver el video:

Sobre esta historia se nos ocurren un par de reflexiones que nos parecen interesantes:

1. Preguntar por qué y por qué y por qué, debe ser uno de los instintos inscritos en nuestro ADN, y es

que no hay niño sobre la faz de la tierra que no acribille a sus padres con semejantes preguntas. Al

parecer, un científico no es más que un niño que se niega a crecer y a dar por obvias las respuestas de

los adultos. Bien hecho.


2. Si encontrar buenas respuestas es una ciencia, hacer buenas preguntas debe ser como la magia o

como el arte más difícil e inteligente del mundo. La razón es la siguiente: todos sabemos que es muy

difícil dar una respuesta inteligente a una pregunta estúpida… sin embargo, ante una pregunta

brillante, original y profunda no importa que no haya (todavía) respuestas, pues su sola presencia

produce más luz que una central nuclear. Alguien de repente levanta la mano y pregunta algo

sorprendente. ¿Por qué a nadie se le ocurrió antes hacer semejante pregunta? Lo dicho: o es un arte o

es magia.

Postdata: ¿alguna vez un ordenador será tan inteligente como para hacerse preguntas igual que un

niño o un genio?

Continuemos. Conocer el porqué o conocer las causas de lo

que ocurre no tiene simplemente un interés teórico o científico (claro que nos gusta saber por saber,

como decía Aristóteles), sino también un tremendo interés práctico: ¿cómo podría la medicina curar

una enfermedad si no descubre antes sus causas? El investigador (por ejemplo, el epidemiólogo) se

tiene que convertir en un auténtico detective y buscar a ese cruel asesino múltiple (a veces una simple

bacteria) con el fin de apresarlo y así desactivar sus peligrosos planes. Definitivamente, conocer las

causas nos permite controlar o intervenir sobre los efectos (los síntomas, las dolencias), incluso nos

permite a veces adelantarnos y prevenir su aparición. No importa que hablemos de la gripe aviar o del
abandono escolar en nuestras aulas, si establecemos correctamente las causas de un problema, también

estaremos aproximándonos sólidamente a su solución. ¿Puede haber argumento más sólido en un

debate? A continuación, para disfrute de morbosos, un caso de epidemiología y una bacteria asesina:

la E.coli, que florece en nuestro intestino. Pincha en el video.

DEFINICIÓN DEL ARGUMENTO CAUSAL


Llamamos argumento causal a aquél que explica determinado fenómeno como efecto o resultado

de la existencia de otro fenómeno que, de forma suficiente y necesaria, regular y significativa, lo

causa o condiciona. Decimos entonces que ambos fenómenos están correlacionados como causa-

efecto.

Dicho con un ejemplo sencillo: si dejo mi coche al sol, se calienta; y cuando no lo dejo al sol (sino

a la sombra), no se calienta tanto; suele calentarse siempre que lo dejo al sol y, por último, es

lógico que ocurra esto, porque el sol emite rayos caloríficos (como los infrarrojos). Por tanto, los

rayos del sol son la causa de que mi coche se caliente.

1.B. ¿Cómo se construye un

argumento causal?
Habrás advertido ya que la relación causa-efecto no es tan sencilla como pueda parecer en un principio.

Para construir buenos argumentos causales debemos aclarar algunos matices:

Para explicar algo buscamos sus causas. Ahora bien, una causa puede ser necesaria para producir un

efecto (para ser médico debo matricularme en una Facultad de Medicina) y sin embargo, no ser

suficiente para lograr el objetivo. Esto significa que se requiere de otras causas, también necesarias,

para producir el efecto (hay que estudiar mucha biología humana y aprobar los exámenes, las prácticas,
etc.). Por tanto, lo necesario y lo suficiente son dos criterios distintos (pero ambos a tener en cuenta)

y no deberíamos confundirlos:

1º. Para saber si una causa es NECESARIA, debo hacerme la siguiente pregunta1: si no se diera dicha

causa -tener un boleto de lotería-, ¿podría darse a pesar de todo el efecto –que te toque el premio

gordo-? Cuando la respuesta es NO, significa que la causa es necesaria (o como decían los antiguos,

es una condición “sine qua non”, sin la cual no se produciría el mismo resultado).

2º. Para saber si la causa es SUFICIENTE, debemos preguntarnos: ¿la presencia de dicha causa –que

llueva- basta para que se produzca el efecto –que se moje el campo-? Cuando la respuesta es SÍ

podemos decir que la causa es suficiente para producir el efecto, lo que no implica que tenga que ser

la única y necesaria, porque podría haber otras causas suficientes para producir el mismo efecto (regar

el campo, descargar un hidroavión, que caiga una nevada…).

3º. A veces, felizmente, coinciden ambos criterios y obtenemos una causa NECESARIA Y

SUFICIENTE. Ejemplo: por ahora, para obtener el título de Bachillerato tienes que (y basta que)

superes las distintas asignaturas al final de 2º de bachillerato2. Es decir: con que se dé la causa A, se

dará el efecto B (suficiente) y si no se da la causa A, entonces no se dará el efecto B.

Ojo: en los asuntos reales de los que solemos discutir en un debate, no siempre es fácil delimitar estos

matices; por ejemplo, observamos que en España las regiones que tienen mayor porcentaje de

abandono escolar (Baleares, Valencia, Murcia…) son aquéllas en las que el boom de la construcción

invitó a muchos jóvenes a buscar un trabajo fácil y bien remunerado. Pero, ¿es fácil decidir si la

burbuja inmobiliaria es una causa necesaria o suficiente para explicar el fenómeno del abandono

escolar? Prueba a aplicarle los criterios expuestos en el punto 3º y verás que no es fácil.

Así que parece que hay que tener en cuenta OTROS FACTORES importantes para que no te echen

por tierra tu bonito razonamiento causa-efecto:

a.) ¿Existen datos o indicios que corroboren que esa relación causa-efecto aparece con bastante

REGULARIDAD -no una o dos veces-? Cuantas más pruebas reunamos, más sólida será la conexión.
b.) ¿Qué SENTIDO tiene esa relación causal, por qué A causa B? ¿cómo funciona eso? (Vale, la

bacteria E.coli ha producido la epidemia; pero, ¿cómo actúa y produce su efecto mortal?) Acertar con

el culpable no implica que sepamos cómo y por qué comete sus crímenes. La explicación (el móvil

del crimen) debe ser coherente y creíble.

c.) ¿Podemos descartar OTRAS POSIBILIDADES? Porque siempre caben otras explicaciones:

- Para empezar, ¿estamos seguros de que no hemos confundido la causa con el efecto y viceversa? A

veces, dos hechos aparecen simultáneamente y no es fácil decir cuál influye en cuál: ¿las empresas se

hunden porque hay crisis? ¿O hay crisis porque las empresas se hunden? (La relación puede ser incluso

recíproca, influirse ambos mutuamente.)

- También cabe que ambos fenómenos sean a su vez causados por un factor o causa común (se dice

que, tanto el abandono escolar como el boom inmobiliario son fruto de una causa común anterior: la

llamada "cultura del pelotazo").

- Por último, ¿existe alguna causa intermedia que se interponga entre la causa y el efecto? De ser así,

no deberíamos olvidarnos de ella para que nuestro argumento esté completo. Si pusiste gasolina en el

coche, pero los inyectores están obturados, el motor no arrancará.

Conviene, por tanto, ser exhaustivos y no dejar cabos sueltos.

ANALIZANDO LAS CAUSAS DE PROBLEMAS COMPLEJOS

Os presentamos a un "simpático" japonés y su raspa de pescado (fishbone, en inglés). Kaoru Ishikawa

fue un experto en dirección de empresas interesado en el control de la calidad. La calidad de un

producto manufacturado depende obviamente de múltiples factores (materiales, mano de obra,

procesos de elaboración, etc.), de manera que él diseñó un diagrama de causa-efecto con forma de

espina de pez, en el que se podía desplegar y ordenar todas esas causas y sus detalles.
Para describirlo brevemente, en la cabeza del pez (por supuesto, no hace falta dibujar un pez) aparece

el efecto, cuyas causas irán siendo escritas a lo largo de las espinas traseras. Vayamos por partes3:

1º. Escribimos en la cabeza el asunto, problema o efecto que vamos a investigar. Es importante

plantearlo con exactitud, de forma concreta y no general o vaga. A la izquierda trazamos una larga

línea recta, a la que se conectarán las distintas causas.


2º. Ahora, escribimos en el exterior de las espinas principales las categorías generales en las que se

engloban todos los factores o causas que pueden influir en dicho efecto, el fracaso escolar. Para ello,

es útil realizar previamente una lista a partir de una lluvia de ideas en equipo, anotando todo lo que se

nos ocurra sobre el tema. En nuestro ejemplo, nos conformaremos con cuatro categorías generales:

3º. A continuación, dentro de cada categoría revisamos nuestro análisis anterior de las causas para

detallarlas. Siempre debemos tener en mente la pregunta inicial (¿de qué forma puede esto puede

influir sobre el problema o efecto estudiado?). Así, a las espinas principales se irán añadiendo otras

espinas secundarias.
4º. Hemos mencionado nueve posibles causas; podríamos descender un nivel más y matizar cada

causa, repitiéndonos en cada caso, como haría un niño de dos años: ¿y… por qué? (¿Por qué los

profesores están desmotivados? ¿Por qué los alumnos no comprenden? ¿Por qué los padres son más

permisivos? Etc., etc.).

5º. Ahora tenemos un diagrama completo y bastante complejo del

problema que tenemos que discutir. ¿De qué nos sirve todo esto? Pues de bien poco si no ordenamos

y simplificamos el panorama. El diagrama de Pareto4 viene en nuestra ayuda: este diagrama fue

inventado por el Dr Joseph Juran en honor a Wilfredo Pareto un economista que investigaba la

distribución de la riqueza entre la población. Descubrió que una minoría de la gente (los ricos) poseían

la mayor parte de la riqueza… y viceversa. La proporción de ambas magnitudes podría ser

aproximadamente de un 20% / 80%. Pues bien, el Dr. Jurán aplicó esta regla del 20/80 a nuestra espina

de pez: si nos encontramos ante un problema con muchas causas posibles, sólo el 20% de las causas o
factores serán realmente importantes, pues influyen en un 80% del problema; mientras que el resto de

causas (ocho de cada diez) son irrelevantes, pues sólo explican un 20 % del problema.

6º. Evidentemente, el problema consiste ahora en recopilar datos, informes, comparativas, opiniones

de expertos y de las personas implicadas en el problema y con un buen puñado de sentido común, para

realizar esa poda de las espinas de nuestro pescado, discutiendo (si es posible en grupo), con cuáles de

esas múltiples causas nos vamos a quedar: nunca más de dos o tres.

1. García Damborenea, Ricardo: Uso de razón, 3ª parte: Argumentos Causales, p.16. Tomado de

http://perso.wanadoo.es/usoderazonweb/html/conten/argum/marcosargum.htm

2. La reforma educativa conocida con el nombre de LOMCE o Ley Wert, en honor al ministro de Educación, hará que

aprobar todo el bachillerato sea una condición necesaria pero no suficiente para tener el título de bachillerato: además,

tendrás que aprobar la famosa reválida.

3. Instrucciones tomadas de la web http://www.eduteka.org/DiagramaCausaEfecto.php

4. José Ramírez: El diagrama causa-efecto. En www.monografias.com/trabajos42/diagrama-causa-efecto/diagrama-

causa-efecto2.shtml

1.C. ¿Cómo se critica un

argumento causal?5
 La explicación no es suficiente, porque la causa establecida no basta para producir ella sola el efecto,

incluso aunque fuera necesaria. “Vale, eres un tipo con mucha suerte, pero si no compras un boleto

de lotería, es imposible que te toque el premio”.

 La causa aducida no es necesaria para producir el efecto, porque aunque no estuviera presente el efecto

podría producirse de todas las maneras. “No creo que la sequía sea la causa de los incendios, porque

este año ha llovido bastante y sin embargo ha habido muchos incendios”.

 No confundamos la causalidad con la

casualidad: ambos fenómenos sólo han aparecido juntos un par de veces, no existe regularidad en esta

supuesta conexión. “Porque una vez aprobaste el examen llevando esa camiseta negra, no pienses

que siempre te va a sonar la flauta”. Es el caso de la falacia de la falsa causa o “post hoc, ergo propter

hoc”.

 Aunque ambos fenómenos aparecieran juntos, no existe ninguna razón para decir que uno causado al

otro. No se ha explicado el sentido de dicha causalidad en base a alguna teoría plausible. ¿Por qué la

posición de los planetas y el sol va a influir en la personalidad de la gente o en su destino? ¿Por qué
la presencia de una mujer con mestruación podría estropear el vino de una bodega? ¿Cómo

producirían esas supuestas causas tal influencia mágica?

 No hemos descartado otras posibilidades: de hecho, hemos confundido la causa y el efecto (“No

estudio, porque me van a suspender”, “No, si te suspenden es porque no estudias”), o ambos se

influyen mutuamente (“No trabajas porque no tienes la experiencia requerida, pero no la tienes

porque no te dan trabajo”), o porque ambos han sido provocados por una causa común (“El déficit

público no ha causado el paro, sino que paro y déficit fueron provocados por el pinchazo de la burbuja

inmobiliaria y financiera”) o porque no se han tomado en cuenta otras causas intermedias (“La

malaria puede producir la muerte, pero sólo cuando el enfermo tenía las defensas muy bajas”).

5. Al tener una estructura equivalente al argumento condicional, lo dicho allí vale para este apartado también.

02. Construir y rebatir

argumentos

condicionales
 02. Construir y rebatir argumentos condicionales

 2.B. Construcción
 2.C. Derribar

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"Tú justificas mi existencia: si no te conozco, no he vivido; si muero sin conocerte, no muero,

porque no he vivido."

Luis Cernuda, de "La realidad y el deseo"

2.A. Introducción
¿Qué pasaría si...?

Supongamos que alguien planteara la siguiente cuestión: ¿qué pasaría si una fuerza imparable chocara

contra un objeto inamovible?. La cuestión resulta ser una paradoja porque: a) Si una fuerza fuese

imparable, entonces movería cualquier objeto. Por tanto, no podría existir, al mismo tiempo, un

objeto inamovible. b) Si un objeto fuese inamovible, entonces ninguna fuerza podría moverlo. Por

tanto, no podría existir, al mismo tiempo, una fuerza imparable. Por tanto la situación es, desde un

punto de vista lógico, una situación imposible. No obstante, por separado, podemos tratar de imaginar

que ocurriría si existiesen fuerzas imparables u objetos inamovibles. Para ello, basta con utilizar la

estructura "Si....entonces" y utilizar verbos en la forma condicional.

Esta estructura es la que utiliza también en situaciones reales, tratando de determinar a partir de la

imaginación cómo podría cambiar la realidad: ¿qué pasaría si un meteorito impactara sobre la Tierra?

¿qué pasaría si la temperatura de la Tierra siguiese subiendo por el cambio climático? , etc. A partir

de estas cuestiones "Si..." lo que se busca es determinar lo que ocurriría, es decir, "entonces...". Este

ejercicio de la imaginación tiene una gran utilidad, sin embargo, para su aplicación en el conocimiento

y en la vida real.

El "Si... entonces..." en la formulación de hipótesis de la ciencia


Lo que persigue la ciencia es encontrar la conexión entre diferentes fenómenos observados (conexión

causa-efecto) con el fin de descubrir regularidades en la naturaleza que permitan explicar lo que ocurre

en la realidad. Pero, previamente, su trabajo consiste en formular hipótesis para explicar tales

fenómenos y tratar de comprobarlas. Una hipótesis es una conjetura, una explicación provisional

propuesta para explicar por qué se produce un fenómeno. Después hay que someter tal hipótesis a un

proceso de contrastación. El primer caso es determinar qué sucedería en caso de que la hipótesis fuese

verdadera: "Si la hipótesis es correcta entonces...". De lo que se trata ahora es de determinar las

consecuencias que se seguirían de la corrección de tal hipótesis. Y, posteriormente, comprobar si tales

consecuencias se dan en la realidad. Si se verifican los hechos, la hipótesis queda contrastada. Si no

se producen, la hipótesis queda refutada y hay que buscar una nueva hipótesis.

Un caso científico famoso que ha sido muy estudiado

ha sido el de la investigación por parte del médico Semmelweis, a mediados del siglo XIX, sobre la

fiebre que sufrían las parturientas, causante de una elevada mortalidad entre las mujeres que daban a

luz. Aunque inicialmente comenzó estudios de Derecho, finalmente estudió Medicina. Al poco tiempo

de comenzar a trabajar en una Maternidad en Viena, observó que, de las dos salas de parto, en una

había una mortalidad alrededor del 10% mientras en la otra era mucho menor. ¿Cómo explicar tal

diferencia? Semmelweis empieza sus observaciones y descubre que una de las salas es atendida por

estudiantes de medicina, los cuales atienden a las parturientas después de sus clases de anatomía, en

las que tenían contacto con cadáveres (en una época en donde no se conocían los microorganismos y
las medidas higiénicas entre los médicos inexistentes o muy precarias). La otra sala era atendida por

matronas. La hipótesis que plantea Semmelweis era que los estudiantes trasladan los restos de cadáver

adheridos en las manos a la sala en donde hay más mortalidad. ¿Qué consecuencias observables se

podían seguir de dicha hipótesis? Si la materia cadavérica es la causa de la elevada mortalidad entre

las parturientas, entonces basta con eliminar dichos restos de cadáver antes de que los estudiantes de

medicina vayan a la sala de partos, para que disminuya la mortalidad. Se decidió que los estudiantes

de medicina se lavaran las manos con un producto de limpieza. Y se pudo observar después las

consecuencias de esta medida: la tasa de mortalidad de ambas salas se igualó. Es decir, "si la

mortalidad es mayor en una sala porque los médicos llevaban restos cadavéricos en sus manos que

transmitían a las parturientas provocándoles la fiebre, entonces la mortalidad disminuirá cuando los

médicos limpien sus manos de restos de cadáver". La hipótesis de Semmelweis era correcta porque

eso fue lo que ocurrió.

De forma absurda e increíble, los principales cirujanos y obstetras europeos ignoraron o rechazaron

su descubrimiento y fue expulsado de la Maternidad. Murió en condiciones precarias.

El "Si... entonces..." en la novela policiaca

Como todo el mundo sabe, el célebre detective Sherlock Holmes, creado por Sir Arthur Conan Doyle,

destaca por su capacidad de observación y por su habilidad para la deducción lógica. En un breve

pasaje de su novela Estudio en Escarlata1 encontramos una muestra de tales habilidades deductivas al

adivinar la procedencia de su ayudante Watson:

"-Usted pareció sorprenderse cuando le dije, en mi primera entrevista, que había venido de Afganistan.

-Alguien se lo habría dicho, sin duda alguna.

-¡De ninguna manera! Yo descubrí que usted había venido de Afganistán. /../ El curso de mi

razonamiento fue el siguiente: "He aquí un caballero que responde al tipo del hombre de Medicina,

pero que tiene un aire marcial. Es, por consiguiente, un médico militar con toda evidencia. Acaba de

llegar de países tropicales, porque su cara es de un fuerte color oscuro, color que no es el natural de su
cutis, porque sus muñecas son blancas. Ha pasado por sufrimiento y enfermedad, como lo pregona su

cara macilenta. Ha sufrido una herida en el brazo izquierdo. Lo mantiene rígido y de una manera

forzada... ¿En qué país tropical ha podido un médico del ejército inglés pasar por duros sufrimientos

y resultar herido en un brazo?. Evidentemente, en Afganistán".

Podemos reconstruir el razonamiento de Holmes aplicando la estructura "Si... entonces..." del

siguiente modo:

1º. Si un caballero tiene aire marcial y responde al

tipo del hombre de Medicina, entonces es un médico militar (si no fuera un médico militar entonces

no parecería marcial ni parecería médico).

2º. Si tiene la cara muy oscura y tiene las muñecas blancas, entonces su cutis no es natural (Si lo fuera,

entonces su cutis y sus muñecas tendrían el mismo color). Si su cutis no es natural, entonces procede

de un país tropical (Si no procediera de un país tropical, su cara no sería muy oscura).

3º. Si su cara es macilenta, ha pasado por sufrimientos y enfermedades (Si no hubiese pasado

sufrimientos , entonces su cara no sería macilenta).

4º. Si mantiene su brazo rígido y lo mueve forzadamente, ha sufrido una herida en el brazo (si no

tuviera una herida en el brazo, movería el brazo de modo natural).


5º. Por tanto, si es un médico militar procedente de un país tropical en el que ha sufrido y ha resultado

herido, entonces proviene de Afganistán (país tropical en el que hay una guerra).

El argumento condicional, se aprende a edades muy tempranas, incluso cuando el niño no usa el

lenguaje o lo usa de un modo muy incipiente. El psicólogo Piaget descubrió que en la primera etapa

del desarrollo infantil, denominada etapa sensorio-motriz, los niños y las niñas han adquirido ya el

esquema "Si A, entonces B", incluso aunque no son capaces de decirlo: si el niño está sentado en la

mesa y quiere coger un trozo de pan que está en la otra parte de la mesa, lo que hace es tirar del mantel

para acercarse el trozo de pan. Su capacidad visual y su capacidad motriz le llevan a aplicar el esquema

"Si tiro del mantel, entonces conseguiré acercar el pan y comérmelo". Un esquema que, con el paso

del tiempo, será capaz de verbalizar y, siguiendo el desarrollo de la inteligencia, usar para plantear

hipótesis e inventar mundos imaginarios.

Este esquema, "Si A entonces B", denominado enunciado condicional, está a la base de numerosos

razonamientos que se producen en la vida cotidiana, en la ciencia, en el mundo judicial (policía,

abogados, jueces, etc.), en el arte (novela policíaca, etc.) o en la reflexión filosófica (la imaginación

de mundos de mejor moralidad o la construcción mental de utopías sociales, etc.).

DEFINICIÓN DEL CONDICIONAL


Un argumento condicional es aquél que tiene al menos una premisa que es un enunciado condicional

(Si..., entonces...). Mediante este tipo de enunciado se establece una conexión entre una condición

o antecedente (que llueva) y un resultado o consecuente (que el suelo se moje), de tal modo que el

hecho de que ocurra lo primero, desencadenará lo segundo. A partir de dicho enunciado base, el

argumento puede tomar dos caminos: o bien afirmar que se ha producido la condición (llueve) y por

tanto, se ha de producir la consecuencia (mojarse el suelo); o bien, negar que se esté produciendo

la consecuencia (el suelo no está mojado), por lo que podemos concluir necesariamente que tampoco

se produjo la condición (no ha podido llover –porque cuando llueve, el suelo se moja-). Estamos

ante los clásicos esquemas del Modus Ponens y Modus Tollens, que puedes consultar en la sección

de las Falacias Formales.


MODUS PONENS

Si ocurre A entonces ocurrirá B.

Es el caso que ocurre A.

Por tanto, ocurre B.

MODUS TOLLENS

Si ocurre A entonces ocurrirá B.

No ocurre B.

Por tanto, no ha ocurrido A.

Este argumento condicional es un tipo de razonamiento deductivo, lo que significa que, si las premisas

son verdaderas y usamos correctamente las reglas lógicas, la conclusión ha de ser necesariamente

verdadera.

De aquí su importancia para comprobar hipótesis científicas (si un cometa pasa junto a la Tierra, será

atraído por ella con una fuerza gravitatoria igual al producto de sus masas e inversamente

proporcional al cuadrado de su distancia) o para establecer y aplicar leyes en el derecho (si el acusado

hubiere matado a la víctima con alevosía y premeditación, entonces se considerará el delito como

asesinato y no simple homicidio), así como para toda clase de situaciones cotidianas en las que el

razonamiento condicional nos permite concluir la verdad o falsedad de una afirmación o de un hecho

(si no hubieras estado con otra, no olerías a perfume de mujer; ¡sal de mi vida!). Incluso en los

discursos políticos podemos observar su fuerza argumentativa (si seguimos produciendo y


consumiendo al mismo ritmo, nuestro planeta será insostenible y menos aún podremos acabar con la

pobreza). Escucha el discurso del presidente de Uruguay, José Mújica:

Hay que tener en cuenta que el esquema básico del condicional (Si A entonces B) permite establecer

distintos tipos de conexiones2 según el contexto y la intención con que lo queramos usar, lo que da

lugar a diferentes tipos de argumentación, que son los siguientes:3

1º. Argumentos condicionales causa-efecto, en los cuales se conectan dos hechos reales (Si el agua se

calienta a 100 grados centígrados, entonces se evapora. El agua se ha calentado a 100 grados. Por

tanto, el agua se ha evaporado) o posibles ("Si no se toman medida. en el futuro se agravará el cambio

climático. Por tanto, es muy posible que no se tomen medida. Por tanto, se agravará el cambio

climático). La causas son aquello que provoca necesariamente el efecto. Y el efecto es lo que se deriva

de la presencia de la causa.

2º. Argumentos condicionales fines-medios, en los cuales se establece una conexión entre los fines

que se persiguen y los medios para alcanzarlos. Los fines son objetivos o metas que pretendemos

alcanzar. Los medios son los procedimientos o instrumentos que nos permiten alcanzar los fines.

En este tipo de argumentación se ha de tener en cuenta la valoración de los medios en relación a tales

fines: si son medios suficientes para alcanzar el fin, si son coherentes o apropiados para alcanzar el fin

buscado, etc. Así, por ejemplo: "Si queremos frenar el cambio climático, entonces debemos utilizar

más energías alternativas. Queremos frenar el cambio climático. Por tanto, debemos utilizar más

energías alternativas (las energías alternativas son un medio adecuado para frenar el cambio

climático)".

3º. Argumentos condicionales pragmáticos (acción-consecuencias), que son aquellos en los que se

establece una conexión entre las acciones pretendidas o realizadas y las consecuencias que se

derivarían de la realización de las mismas. Si las consecuencias son desfavorables, tal acción queda

desaconsejada. Si son favorables, entonces la acción queda recomendada. Su esquema es: "Si se hace

A, entonces ocurrirá B. Las consecuencias de que ocurra B son negativas. Por tanto, debemos evitar
A" ("Si comienza la guerra, habrá muchos muertos. No es deseable la pérdida de vidas humanas. Por

tanto, debemos evitar la guerra"). O, por el contrario, "Si se hace A, entonces ocurrirá B. Las

consecuencias de que ocurra B son positivas. Por tanto, debemos hacer A" ("Si se combate la malaria,

entonces aumentará la esperanza de vida. Es positivo que la esperanza de vida aumente. Por tanto,

debemos combatir la malaria").

En este tipo de argumento hay que tener en cuenta que, de toda acción, se derivan consecuencias.

Algunas consecuencias son positivas y otras son negativas. Habrá que tener en cuenta si predominan

las consecuencias negativas o las positivas.

1. Ed. El País, 2004, p. 32-33.

2. Huberto Marraud, ¿Es logic@?, Ed.Cátedra, 2013, p. 258.

3. Revisar los distintos argumentos citados en sus respectivas secciones.

2.B. Cómo construir

argumentos condicionales
La estructura lógica del argumento condicional es relativamente sencilla (aunque puede ser ‘rellenada’

a su vez con contenidos tan complejos como se quiera) y consta de tres partes básicas:

1. La primera premisa es un enunciado condicional del tipo “Si… entonces…”, con el cual

enlazamos dos hechos o dos ideas, de tal forma que lo primero nos conduce a lo segundo, como una

condición o un requisito que nos permite su obtención, o como una causa que produce un determinado
efecto en el presente o que nos permite prever ciertas consecuencias en el futuro. La primera parte

recibe el nombre de ‘antecedente’ y a la segunda se la llama ‘consecuente’. Aquí es fundamental

exponer el orden correcto porque, como hemos dicho respecto a los argumentos causales, a veces se

confunden la causa y el efecto. Igualmente, debemos preguntarnos si la condición que hemos puesto

como antecedente es una condición suficiente o necesaria (o ambas cosas) para producir el resultado

del consecuente (véase el apartado anterior sobre las causas necesarias y suficientes).

En el primer caso, establecemos una condición suficiente, que no tiene por qué ser la única que

produce ese resultado (si llueve, el suelo se moja, pero si regamos con una manguera, también). Pero

cuando se trata de una condición necesaria (sólo si tienes 18 años puedes obtener el carnet de

conducir), entonces no hablamos de un simple condicional, sino de un bicondicional (Sólo si…

entonces…), que tiene implicaciones más fuertes, pues funciona en las dos direcciones (si tengo 18

años, puedo obtener el carnet de conducir y si tengo el carnet, entonces es que tengo 18 años).

Es muy habitual confundir ambos tipos de enunciados y pensar que estamos ante un bicondicional,

cuando en realidad estamos ante un condicional simple. Decimos: “Si eres español, puedes votar en

las elecciones municipales” y entendemos erróneamente “Sólo si eres español…” (pero los extranjeros

residentes también pueden hacerlo). Este es el origen de muchos errores y falacias con el argumento

condicional como veremos más abajo.


2. La segunda premisa (también puede haber más de una) realiza una afirmación sobre el antecedente

o el consecuente, que nos servirá de puente para alcanzar la conclusión final. Tenemos aquí, como ya

hemos dicho en la definición, dos posibilidades igualmente válidas:

a) Afirmar que se está dando la condición; luego, podemos concluir que se da también el resultado.

Has aprobado todas las asignaturas; por tanto, puedes obtener el título de graduado. (Modus Ponens)

b) Negar que se esté dando el resultado; luego, de ahí podemos concluir que tampoco se da realmente

la condición. No puedes obtener aún el título; luego no habrás aprobado todas las asignaturas.

(Modus Tollens)

3. La conclusión es ese paso nº 3. Una vez establecidas las premisas y si éstas son verdaderas, la

conclusión caerá por su propio peso y la afirmaremos de forma totalmente necesaria. Nada tiene mayor

fuerza probatoria que un argumento lógico deductivo. Dado que es verdad que si llueve el suelo se

moja y que es verdad que ahora no está mojado… ¡no ha podido llover!

Una estructura tan sencilla como el condicional tiene sin embargo un enorme potencial práctico, pues

no sólo la aplicamos a enunciados simples para construir un argumento, sino que podemos usarla para

enlazar entre sí varios argumentos y alcanzar una conclusión general. Es decir, un discurso completo

puede tener también una forma condicional (Si es verdad P1, P2, P3…, entonces es verdad Q).
Si no puedes volar, encontes corre;

si no puedes correr, entonces camina;

si no puedes caminar, entonces arrástrate.

Pero sea lo que hagas, sigue moviéndote hacia adelante".

Martin Luther King Jr.

Hablamos de argumentos concatenados cuando enlazamos el final (la conclusión) de un argumento

con la primera premisa del siguiente y hacemos así una cadena que nos conduce a una conclusión

final. Si A entonces, B; si B, entonces C; y si C, entonces D; por tanto, si A, entonces D. Este tipo de

encadenamiento también se llama silogismo hipotético.

Silogismo Hipotético
“Si provocamos o permitimos una burbuja económica (A), ésta acabará explotando (B). Si ésta

explota (B), las empresas afectadas acabarán en quiebra (C). Si quiebran las empresas (C), los
trabajadores se irán a la calle sin protección alguna (D). Por tanto, quien provocó o permitió la

burbuja (A) será el responsable de los millones de parados actuales (D).”

 Aquí van algunos ejemplos más poéticos de concatenación4:

"Mal te perdonarán a ti las horas,

las horas que limando están los días,

los días que royendo están los años."

Luis de Góngora

"No hay criatura sin amor,

ni amor sin celos perfecto,

ni celos libres de engaños,

ni engaños sin fundamento."

Ventura Ruiz Aguilera

"Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre la mar."

Antonio Machado

Otras veces, no enlazamos los argumentos que nos conduzcan a la conclusión de forma lineal o

secuencial, sino en paralelo, cooperando todos ellos para alcanzar el mismo fin. Esto puede sernos útil

cuando creemos que un argumento por sí solo puede resultar insuficiente o débil para apoyar nuestra

tesis, o bien porque nos enfrentamos a un público variado. Estamos hablando pues de argumentos co-

orientados5, que pueden ser de dos tipos:


1. Conjuntivos (los argumentos se suman todos para apoyar la tesis de forma coordinada y más sólida,

pero cada uno por separado no parece suficiente para llevarnos a ella) usamos conectores como

“además”, “y también”, “incluso”: Si A y B y C, entonces D”

“Podemos continuar explotando los pozos petrolíferos, pero estos acabarán agotándose. Y también

podemos buscar depósitos de gas en el subsuelo, mediante el fracking, que igual se agotarán; incluso

podríamos apostar por la energía nuclear, pero las reservas de uranio también son limitadas (además,

el carbón ya es una fuente de energía minoritaria). Por tanto, sólo las energías renovables tienen

futuro”.

2. Disyuntivos (varios argumentos expresan alternativas distintas pero que nos conducen todas ellas,

de forma convergente, a la misma conclusión, cada una, por separado parece una razón de suficiente

peso, pero se abunda en otras que despejen toda duda) hallamos conectores como “o… o…”, “o bien”,

“por otra parte”. Si A o B o C, entonces D. (Ver la sección de argumentos disyuntivos y dilemas).

“Te aseguro que este año me compro la moto: o bien le saco el dinero a mi abuelo que está sobrado

con la paga de Navidad, o bien me esfuerzo en aprobar todas las asignaturas y mis padres me lo

recompensan. Por otra parte, tengo unos cuantos ahorrillos que me permitirían pagármela a plazos,

así que…”

En un debate son importantes los argumentos condicionales (en cualquiera de las tres modalidades

antes señaladas) por lo siguiente:6

 Para presentar nuestros argumentos: Exponemos la primera premisa en forma hipotética para que

se acepte con más facilidad (tenemos que cerciorarnos de encontrar buenas conexiones causa-efecto,

fin-medios o acción-consecuencias. Si la segunda premisa constituye un hecho indiscutible, será difícil

que puedan rebatir nuestra conclusión.

 Para rechazar argumentaciones de nuestro contrincante: La estructura del modus tollens en la

argumentación condicional causa-efecto, una valoración negativa de los medios en relación al fin
propuesto (en el argumento condicional fin-medios) o unas consecuencias más negativas en los

argumentos acción-consecuencias, permiten rechazar la argumentación del contrincante.

 Para analizar las alternativas de que se dispone: Podríamos tener varias alternativas (A o B o C...)

y necesitamos valorar cada una de las alternativas, teniendo en cuenta diferentes criterios de valoración

de las alternativas. Ejemplo: Podemos usar energías renovables o energías tradicionales. Si usamos

energías renovables entonces contaminamos menos (criterio ecológico). Si usamos energías

tradicionales entonces ahorramos más (criterio económico).

4. Poemas concatenados, en http://retorica.librodenotas.com/index.php?id=33 por Ángel Romera.

5. H. Marraud: ¿Es lógic@?, Ed. Cátedra, p. 56 y ss.

6. Ricardo García Damborenea: Uso de razón, www.usoderazon.com/. Consultado el 29-08-2013.


2.C. Cómo derribar un

argumento condicional
Para atacar un condicional tenemos dos posibilidades: o bien ponemos en duda la verdad de sus

componentes o bien ponemos en duda la forma en que la conclusión se pretende deducir de las

premisas. En este segundo caso, diremos que el argumento no es válido. Validez formal y verdad

objetiva no son sinónimos, al menos en el terreno de la lógica. Un argumento puede ser

formalmente correcto (estar bien construido, según las reglas de la lógica) y sin embargo no ser

verdadero (por afirmar hechos que son falsos o irreales). Ejemplo:

Si Popeye toma espinacas, sus bíceps se hincharán.

Esta mañana Popeye desayunó espinacas.

Por tanto, sus bíceps se pondrán enormes.


No hace falta explicar que Popeye no existe en la realidad, que las espinacas no producen ese efecto y

que, en cualquier caso, los músculos no se hinchan de repente. Pero el argumento es perfectamente

lógico, es decir, formalmente válido, pues tiene la misma forma que éste:

Si p, entonces q.

Si llueve el suelo se moja.

Se da p: Hoy ha llovido.

Por tanto, se da q: Por tanto, el suelo se ha mojado.

Por lo tanto, ante un condicional, lo primero que debemos hacer es cerciorarnos de que sus

componentes (el juicio condicional y las dos afirmaciones siguientes) son verdaderos:

¿Es verdad que para ir a EE.UU. hay que vacunarse?

¿Es verdad que Juan ha ido a EE.UU.?

¿Es verdad que tuvo que vacunarse?

En el caso de la primera premisa, como expresa la conexión entre una condición y un resultado,

debemos preguntarnos qué clase de relación es esa: si el antecedente es una condición necesaria o

suficiente para que se produzca el consecuente (revisar la sección de argumentos causales).

1º. Si se nos ha planteado como una condición necesaria, nos debemos preguntar: ¿si no se da la

condición entonces no se daría el efecto? En caso contrario, no es una condición necesaria:

¿Es verdad que si no apruebas todas las asignaturas no te dan el título de graduado?

2º. Si se nos plantea como condición suficiente, nos debemos preguntar: ¿Realmente basta que se dé

dicho antecedente para que surja el consecuente? Si quieres obtener el título de graduado es necesario
que apruebes todas las asignaturas pero, ¿es suficiente? No, debes completar un máster y demostrar

un nivel medio de idiomas.

Como hemos visto en la sección sobre los argumentos basados en causas, también podemos hacernos

otras preguntas sobre un condicional:

a) ¿La supuesta relación aparece de forma regular y sistemática o sólo casual y esporádicamente?

Puede que el antecedente y el consecuente sólo se den correlacionados en escasas e imprevisibles

ocasiones (caso de las supersticiones: a veces me funciona el amuleto para aprobar, pero otras veces

no).

b) ¿Se nos da alguna razón o explicación de por qué el antecedente nos conduce al consecuente o

simplemente se afirma? Podemos aducir que dicha conexión parece mágica, si el mismo que la

propone carece de justificación para ella. (¿Qué tendrá que ver la nota que obtienes con el hecho de

llevar un amuleto al examen? A falta de una explicación razonable, no aceptaríamos la conexión entre

ambos, incluso aunque se hubiera repetido muchas veces. Porque puede deberse a que la persona

supersticiosa es también buen estudiante).

c) ¿Hay otras alternativas a la conexión establecida? Quizá hemos convertido en conexión lo que es

una simple coincidencia de fenómenos (ver falacia de la falsa causa).

-O bien se está ignorando que existen otros condicionantes que intervienen, bien entre ambos términos

del condicional (una vez aprobadas las asignaturas, si quieres el título, debes pagar antes unas tasas).

-O como condición previa y anterior a ambos (si no te matriculas como alumno oficial, no te

permitirán ni hacer los exámenes ni, por tanto, obtener el título).

-O bien, podemos confundir el orden de los factores, que en este caso sí altera el producto (no es lo

mismo decir que “si eres madrileño, entonces eres español” que decir “Si eres español, entonces eres

madrileño”)7.
-O bien estamos confundiendo el signo positivo o negativo del condicional (es verdad que “si eres

madrileño, entonces eres español”, pero se convierte en falso si decimos “si no eres madrileño,

entonces no eres español”). De nuevo estamos confundiendo una causa suficiente, con otra necesaria.

Téngase en cuenta que únicamente en el caso del bicondicional (Si y sólo si…), podemos jugar con

una proposición y darle la vuelta o negarla, obteniendo resultados igualmente válidos. Si analizamos

un ejemplo de bicondicional, observaremos que funciona o es válido en todas las direcciones: hacia

adelante, hacia atrás y cambiando la afirmación por la negación. Ejemplo de bicondicional: “Sólo si

tienes 18 años, puedes obtener el permiso de conducir”. Esta afirmación puede descomponerse en

otras cuatro (con nombres un poco extraños, que no necesitas memorizar), todas ellas válidas:

-La directa: si tienes 18 años, puedes obtener el permiso de conducir.

-La inversa: si no tienes 18 años, no puedes obtener el permiso de conducir.

-La recíproca: si tienes el permiso de conducir, entonces es que has cumplido los 18 años.

-La contra-recíproca: si no puedes obtener aún el permiso, entonces es que no tienes los 18.

Si se tratara de un condicional simple como los que hemos escrito más arriba (si llueve el suelo se

moja; si eres madrileño, entonces eres español), entonces sólo valen las versiones primera y cuarta,

pero nunca la segunda o la tercera. Pruébalo. Con esto, te indicamos que una buena forma de poner a
prueba los argumentos condicionales de nuestro adversario consiste en darles la vuelta o cambiar su

signo, para ver el resultado, las implicaciones a las que nos conducen, etc.

Derribar argumentos concatenados

El argumento concatenado (que algunos llaman sorites, aunque otros reservan este nombre para la

versión falaz de esta estructura, por ejemplo, en la pendiente resbaladiza), se somete en cuanto a su

crítica a la ley del eslabón más débil: una cadena es tan fuerte como lo sea el más débil de sus

eslabones. Dicho de otra forma, si queremos romper la cadena de argumentos condicionales que nos

llevan a la supuesta conclusión final, debemos analizar uno a uno todos sus eslabones, esto es, los

argumentos condicionales concretos que forman la concatenación. Alguno de ellos puede ser más

débil… y en él debemos concentrar todos nuestros esfuerzos (aunque también cabe atacar varios

eslabones sucesivamente, claro). Para encontrar ejemplos de concatenaciones falaces, visitar la

sección de la pendiente resbaladiza. No nos resistimos a reproducir algunos ejemplos humorísticos de

concatenaciones que son puras falacias, pero divertidas.

1.- Dios es amor.

El amor es ciego.

Stevie Wonder es ciego.

Luego, Stevie Wonder es Dios.

2.- Una vez me dijeron que no soy nadie.

Y nadie es perfecto.

Luego, yo soy perfecto.

Pero sólo Dios es perfecto.

Por tanto, yo soy Dios.

Si Stevie Wonder es Dios, ¡yo soy Stevie Wonder!

¡Dios mío, soy ciego!8

Derribar argumentos co-orientados


En estos casos, no funciona la teoría del eslabón más débil, puesto que los argumentos no se

encadenan, sino que los asociamos en paralelo para conducirnos a una conclusión común. Pero hemos

de distinguir el caso de los argumentos conjuntivos y disyuntivos:

1º. Conjuntivos: un conjunto de argumentos que se suman y

coordinan entre sí para reforzar la conclusión, pero que carecen de fuerza (o tienen menos fuerza) por

separado para lograr su objetivo, pueden ser atacados por los distintos flancos que componen su línea

defensiva. Pero bastará con derribar uno de sus argumentos para que la argumentación conjunta pierda

fuerza. En el ejemplo que viene arriba en el recuadro, basta con negar que una de las energías

mencionadas tenga sus días contados (por ejemplo, mostrando una alternativa duradera al uranio en la

energía nuclear, como el plutonio9), para que la conclusión ya pierda su fuerza (que las energías

renovables son las únicas con futuro).

2º. Disyuntivos: una serie de argumentos convergen por separado sobre una misma conclusión, pero

cada uno de ellos tendría fuerza de por sí, por lo cual, nuestra tarea de derribo será más difícil, pues

sólo cuando hayamos derribado todos y cada uno de los argumentos que lo forman, la conclusión caerá

a continuación. En el ejemplo citado más arriba debemos mostrar: que ni el abuelo tiene tanto dinero,

ni sus padres van a regalarle una moto por aprobar (o que él no aprobaría las asignaturas) o que los

ahorros que tiene son insuficientes para un producto tan caro).


La imagen del castillo humano es un ejemplo de cooperación coordinada: si fallara algún apoyo el

conjunto se vería debilitado y desequilibrado. La imagen de las carreteras que convergen sobre Madrid

es un ejemplo disyuntivo (puedo llegar a Madrid por la N-4 ó por la N-2 ó por la M-30, etc.) y por

tanto el hecho de que falle un camino no impide llegar al objetivo: sólo si minamos todas las entradas

se impide llegar al centro.

7. Mucho ojo con el orden en que escribimos en castellano las oraciones, que puede intercambiarse (“si te pones al sol,

te quemarás”; o bien, “te quemarás si te pones al sol”; significan exactamente lo mismo). Lo que verdaderamente nos

interesa aquí no es el orden gramatical, sino el orden lógico, que sólo puede haber uno (primero hay que ponerse al sol,

luego quemarse).
8. Humor, http://noshemosquedaosinideas.blogspot.com.es/2006/12/definiciones-logicas-si-claro.html

9. Usamos sólo hipotéticamente este ejemplo, pues no somos expertos en la materia.

03. Presentar y

cuestionar analogías
 03. Presentar y cuestionar analogías

 3.B. Construcción

 3.C. Crítica

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3.A. Introducción
El honor de una persona hecho trizas

Lee el siguiente cuento del profesor brasileño Malba Tahan, titulado "El peligro de la palabra": es una

buena analogía, que ilustra perfectamente el daño que hacen las personas que difunden rumores sin

fundamentos sobre los demás.

Cuento: El peligro de la palabra


Una mujer tanto fue pregonando que su vecino era un ladrón, que el muchacho acabó preso. Días

después, descubrieron que era inocente; lo soltaron y él denunció a la mujer, que fue procesada.
-Hacer unos comentarios no es tan grave -se excusó ella ante el juez.

-De acuerdo -respondió el magistrado-. Hoy, al regresar a su casa, escriba todo lo que habló mal

sobre el joven, después rompa el papel y vaya tirando los trocitos por el camino. Mañana vuelva

para escuchar la sentencia.

La mujer obedeció y volvió al día siguiente.

-Está perdonada si me entrega los pedazos de papel que tiró ayer. En caso contrario, será condenada

a un año de prisión- declaró el magistrado.

-¡Pero eso es imposible! ¡El viento ya ha dispersado todo!

-De la misma manera, un simple comentario puede ser esparcido por el viento, destruir el honor de

un hombre y después es imposible arreglar el mal ya hecho y recomponer la honra perdida.

Y el juez envió a la mujer a la cárcel.

La capacidad de la especie humana para percibir semejanzas y diferencias entre las cosas, delimitando

sus tonalidades y matices, pero también sus armonías y similitudes es extraordinaria. Nuestros sentidos

quizá no sean tan potentes en su alcance como los de otras especies, pero sí muy finos, como

correspondía a unos seres que tuvieron que vivir en un complejo medio arborícola durante millones

de años. En esta rápida y fina sensibilidad se basan muchos pasatiempos como el conocido juego de

cartas chinas (mahjong) que nos pide identificar parejas de figuras iguales entre una montaña de cartas

diferentes.
Nuestro cerebro también parece estar especializado en inventar y descubrir semejanzas y diferencias,

en hacer comparaciones entre distintos casos, situaciones, personas, actos o ideas para analizar en qué

se parecen o diferencian y extraer conclusiones a partir de ello. Es más, escudriñamos esas semejanzas

pensando que detrás de ellas debe haber algún significado importante. Si dos cosas se parecen en algún

rasgo, extraemos la consecuencia de que deben tener más rasgos en común o que podemos agruparlos

bajo una misma familia o categoría. “Aunque se trata de una de las habilidades de comparación más

sofisticadas que empleamos los seres humanos, el pensamiento analógico no es más que uno de los

múltiples mecanismos de nuestra tendencia general a buscar patrones de similitud entre objetos,

acontecimientos, situaciones y dominios…”.1 Creemos que lo desconocido y oscuro puede asemejase

a aquello nos resulta cercano y familiar si entre ellos encontramos alguna similitud. Igualmente, en el

terreno de las relaciones humanas tendemos a pensar que es justo tratar de forma igual a los que son

iguales y de forma diferente a los que son diferentes. Así es como define Aristóteles lo justo, que

identifica con la palabra equidad. Como ves, la analogía puede tener importantes repercusiones.

Aplicaciones del pensamiento analógico


Podemos pensar que el razonamiento analógico no tiene una gran fuerza probatoria en un debate. De

hecho, lo que hacemos en una analogía es simplemente mostrar el parecido entre un caso particular y

otro caso particular, lo cual no nos puede llevar a extraer conclusiones demasiado generales y

contundentes, sino más bien probabilísticas. Sin embargo, el razonamiento analógico es de los más

potentes y usados por el ser humano. Una buena analogía clarifica e ilustra el pensamiento más

abstracto y le da forma definida a nuestras intuiciones con una gran fuerza evocadora.

1º. En el ámbito educativo, los docentes utilizan constantemente la analogía para explicar a los

alumnos y a las alumnas alguna materia complicada y oscura, a partir de su comparación con otra

experiencia que les resulta más familiar. De hecho el propio aprendizaje de las reglas del lenguaje se

realiza por analogía (los niños dicen “yo sabiba y yo queriba” por analogía con “yo amaba o cantaba”;

aunque es un error, demuestra su forma de aprender las reglas gramaticales).

2º. Incluso en el ámbito científico, el

descubrimiento e investigación de no pocas teorías ha ido orientado por alguna analogía

“iluminadora”: a principios del s. XX los físicos (con más ingenio que instrumentos de observación)

identificaron la estructura de los átomos con la conocida estructura del sistema solar. Los médicos

estudian una infección como una auténtica batalla entre las bacterias invasoras (el enemigo) y las

defensas de nuestro cuerpo (glóbulos blancos, etc.). Y así, escuchamos a los científicos hablar de

“agujeros negros”, “supercuerdas”, “cadenas o dobles hélices de ADN”, “materia oscura del

universo”, etc., en un ejercicio de pensamiento verdaderamente metafórico (que por supuesto no


impide la posterior verificación científica). Por su parte, la tecnología e invención de artefactos

siempre se ha inspirado en las analogías con la naturaleza para conseguir avances efectivos y audaces.

Pensemos en las máquinas para volar, desde los tiempos de Leonardo Da Vinci hasta nuestros días.

3º. ¿Y qué sería de la literatura y el arte si no contáramos con esta capacidad de inventar símiles,

metáforas, imágenes y simbolismos para expresar sensaciones, ideas, sentimientos e intuiciones, a

veces tan abstractas o surrealistas que sería imposible expresarlas directamente (mirad, como

ejemplos, las pinturas de Dalí o el Bosco). No hay recurso más extendido que éste en el mundo de la

creación (incluyamos aquí el humor, plagado a veces de comparaciones felices y, otras veces,

obsesionado con analogías machistas, racistas, etc.).

4º. En el ámbito del Derecho comprobamos

la fuerza argumentativa que puede tener la analogía, pues en este terreno de consecuencias tan graves,

se considera aceptable la comparación entre casos similares a la hora de administrar justicia. El propio

Código Civil español, en su artículo 4.1 dice: “Procederá la aplicación analógica de las normas cuando

estas no contemplen un supuesto específico, pero sí regulen otro semejante entre los que se aprecie

identidad de razón”. Es decir, ante un caso novedoso no previsto por las leyes, los jueces pueden

recurrir a otro caso sí contemplado por la ley y trasladarlo a aquél por analogía, es decir, porque

comparte alguna semejanza relevante para lo que se está considerando (hay una identidad de razón, al

menos en ese aspecto, que justificará la sentencia del juez). Así ha ocurrido, por ejemplo en ciertas

sentencias sobre separaciones o “divorcios” de parejas de hecho por analogía con las parejas

legalmente casadas.
DEFINICIÓN DE ANALOGÍA
EJEMPLO: “La poesía, señor hidalgo, a mi parecer, es como una doncella tierna y de poca edad,

y en todo extremo hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas

doncellas, que son todas las otras ciencias, y ella se ha de servir de todas, y todas se han de

autorizar con ella; pero esta tal doncella no quiere ser manoseada, ni traída por las calles, ni

publicada por las esquinas de las plazas ni por los rincones de los palacios. Ella es hecha de una

alquimia de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá en oro purísimo de inestimable precio;

hala de tener, el que la tuviere, a raya, no dejándola correr en torpes sátiras ni en desalmados

sonetos; no ha de ser vendible en ninguna manera, si ya no fuere en poemas heroicos, en

lamentables tragedias, o en comedias alegres y artificiosas; no se ha de dejar tratar de los truhanes,

ni del ignorante vulgo, incapaz de conocer ni estimar los tesoros que en ella se encierran." Don

Quijote, II, 16.2

Una analogía (del griego: correspondencia, proporción) es una comparación entre dos hechos o

situaciones que son distintas (evidentemente, un poema no es una bella doncella, ni viceversa), pero

que se corresponden en algún elemento o propiedad (ambos son hermosos y delicados), lo cual los

hace idénticos “en ese sentido” y nos permite extraer conclusiones similares (debemos protegerlos

de sucios manejos y contactos que los desvirtúen). Igualmente, en este ejemplo: “3 es a 6, como 10

es a 20”, la proporción o razón en que coinciden los dos pares de números es la de “ser el doble

de“, así que si dividimos el segundo número por el primero, siempre obtendremos 2. Si nos fijamos

bien son cuatro las partes que aparecen en una analogía: la primera pareja (la doncella es delicada

y hermosa) suele llamarse análogo base y es el que nos sirve de referencia para saltar a la segunda

pareja, el análogo meta, al que aplicamos la comparación (así, el poema es refinado y bello). El

quinto elemento a tener en cuenta es ese punto en común o razón idéntica que conecta tanto A con

B como a C con D (manosearlos sin medida los estropearía). Hay que tener en cuenta que no siempre

aparecen los dos términos de la comparación: así, decimos un refrán y damos por supuesto con qué
aspecto o situación de la vida queremos compararlo: “tanto va el cántaro a la fuente que al final se

rompe” o “quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”.3

Antes de dar algunos consejos e indicaciones, permítenos aclarar algunos aspectos. Construir una

buena analogía no es fácil; aunque existen algunas comparaciones más difíciles que otras. Y es que

existen distintas clases de analogías. De hecho, se suele presentar distintas clasificaciones…

…SEGÚN LOS TÉRMINOS DE LA COMPARACIÓN:

 Emparejamos atributos (ej.: la poesía es delicada y hermosa, como una doncella), aquí simplemente

comparamos alguna propiedad determinada compartida por dos objetos, personas o situaciones. Es la

comparación más fácil, aunque también requiere observación e ingenio.4

 Emparejamos relaciones (ej.: a la doncella le sirven otras mozas, para vestirla y adornarla, igual que

a la poesía le sirven otras disciplinas, como la gramática, la retórica…), aquí establecemos una

comparación más compleja, pues conectamos dos elementos mediante una relación y decimos que esta

relación (análogo base) se parece a una segunda (análogo meta). Esta relación análoga puede consistir

en una acción realizada por un agente (ladrones y banqueros se quedan con tu dinero), de causa-efecto

(el sol quema la piel como un fuego quema el bosque), de la relación entre una parte y el todo (Murcia

es a España como el Véneto es a Italia), del pasado y el presente (antes hacíamos guateques, ahora

hacen botellones), de oposición de ideas (calor es a frío como blanco es a negro), etc.

 Emparejamos sistemas (ej.: todo el abuso y deterioro que la poesía sufre al prodigarse en otros

géneros y al divulgarse entre el gran público, igual que el conjunto de daños y peligros que sufre una

doncella que frecuenta lugares públicos y está en boca de todos). Cuando en una situación son varios

los elementos y son complejas las relaciones entre ellos, nos encontramos ante un sistema; un sistema

ordenado, estructurado. Entonces, podemos saltar de una situación a otra, encontrando múltiples y

variadas semejanzas entre los dos sistemas. Cuantas más semejanzas hallemos, mejor y más sólida

será nuestra comparación. Por supuesto, es la comparación más difícil de alcanzar, pero algunos

especialistas afirman que es a esta clase de operación a la que debemos reservar el nombre de auténtica

analogía.
…SEGÚN EL NIVEL DE COMPARACIÓN:

 Comparación superficial (ej.: algunas rubias son tontas como un simple jarrón decorativo, la

adolescencia es como una enfermedad que se pasa con el tiempo…), nos limitamos a las semejanzas

más evidentes, las que se observan a simple vista. Suelen tener poca consistencia, porque sólo

identificamos elementos sueltos, aunque a veces nos pueden servir de pistas sugerentes, para rastrear

relaciones más profundas.

 Comparación estructural (la estructura del átomo y el sistema solar, o lo que le pasa a una cosa

delicada -una doncella o la poesía- cuando va de mano en mano); bajo las semejanzas más aparentes

(elementos que orbitan alrededor de un núcleo) rastreamos las relaciones profundas que convierten la

estructura en un sistema de fuerzas y leyes semejantes (hay una fuerza que mantiene “enganchado”

al electrón con su núcleo –el electromagnetismo- igual que la fuerza gravitatoria enlaza los planetas

con el sol). Se trata de un mecanismo innato y bastante adaptativo: pensamos que detrás de ciertas

semejanzas superficiales puede haber otras semejanzas más profundas de las que podamos aprender

algo nuevo y útil.

…DEPENDIENDO DEL CAMPO O DOMINIO EN EL QUE SE HACE LA COMPARACIÓN:

 Intradominio: comparar las similitudes entre el amor y la amistad, dentro del mismo campo de las

“relaciones humanas”. Comparar los personajes y el argumento del Ulises de James Joyce con la

Odisea de Homero, dentro del ámbito de la novela… Aquí suele resultar más fácil encontrar

semejanzas estructurales, pues la búsqueda va más dirigida o enfocada al tratarse de un mismo

dominio. Cuando la comparación es explícita hablamos, propiamente, de un símil.

 Interdominio: comparar casos que pertenecen a ámbitos diferentes o alejados entre sí, como comparar

la vida humana con un reloj parado a las siete, o percibir la conexión entre ciertos fenómenos celestes

y terrestres (nuestra comparación entre una doncella y la poesía). Estos saltos cualitativos son una

auténtica genialidad, como Aristóteles ya comprendió.5


1. Mario Carretero y Mikel Asensio: Psicología del Pensamiento, Alianza Editorial, p. 248.

2. Monserrat Bordes Solana: Las trampas de Circe: falacias lógicas y argumentación informal. Cátedra, 2011. P. 266.

3. Llamamos, en general, entimema a aquél argumento en el que falta alguno de sus componentes, porque se da por

supuesto. De hecho, es lo más habitual en situaciones cotidianas e informales.

4. Algunos autores prefieren reservar el nombre de analogía para los argumentos que buscan paralelismos entre

relaciones más complejas y llaman argumento por semejanza a estos casos en que comparamos atributos o propiedades

más simples. H Marraud: ¿Es lógic@? Ed. Cátedra, 2013, p. 272.

5. “Lo principal es, con mucho, dominar la metáfora. Es la única cosa que no puede aprenderse a partir de los demás.

Es la marca del genio.”(citado en VerLee, Aprender con todo el cerebro. Ediciones Martínez Roca. S.A.

Barcelona.1986 p. 93).

3.B. ¿Cómo se construye una

analogía?
A modo de ejemplos, planteamos dos cuestiones distintas:

A. Nuestro paciente tiene un tumor complicado,

B. La poesía merece más respeto y estima.

1º. Representarse el problema o la situación a la que nos enfrentamos (por ejemplo, cómo curar un

tumor cancerígeno complicado, cómo se debe tratar algo bello y refinado como la poesía), así como

sus componentes principales y su estructura (elementos que intervienen, procesos, relaciones,

obstáculos…). Puede elaborarse un esbozo o un mapa conceptual breve sobre papel. En todo caso, la
cuestión debe ser definida o descrita de forma concreta y objetiva para facilitar la comparación. Este

será nuestro análogo-meta.

2º. Rastrear en la memoria aquellos casos o situaciones que puedan guardar alguna similitud con

nuestro problema, bien del mismo dominio (compararlo con la forma de curar una infección vírica o

una rotura muscular) o distinto dominio (la poesía igual que una doncella, delicada y hermosa). Esto

último es más difícil que la analogía intradominio, no siempre está uno inspirado, pero podemos

guiarnos primero por ciertas semejanzas superficiales (un poema es algo tierno, como…) o por el

propio lenguaje que usamos para describir el problema, pues el lenguaje es ya de por sí muy

metafórico, analógico: así, observamos que “luchamos” contra la enfermedad, que trata de dominar

nuestro cuerpo… Es como una lucha, una guerra contra un enemigo que nos invade. ¡Eureka! Ya

tenemos nuestro análogo-base (también se puede experimentar con varias analogías y seleccionar

luego la mejor para nuestros intereses).

3º. Trazar correspondencias entre el análogo-base y el análogo-meta, tantas y tan precisas como sea

posible, aunque a veces sólo nos interesa una: la que da con la solución del problema, pero esto aún

no lo sabemos. El número y la solidez de estos puentes harán que nuestro argumento analógico sea

más potente y difícil de tumbar. En nuestro ejemplo: las armas y recursos con las que cuenta cada

parte, las posiciones iniciales, las estrategias que pueden usarse para derrotar al enemigo, la forma

de avanzar sobre el territorio o de impedir que esto ocurra, los abastecimientos de provisiones...

aplicado a la enfermedad del cáncer y sus procesos. En el segundo ejemplo:


Doncella

a. Es tierna, hermosa, delicada

b. Otras doncellas la visten y adornan

c. Si se hace pública y vulgar pierde su virtud

Poesía

a. Es dulce, bella, refinada

b. Otras disciplinas la sirven y adornan, como la gramática, retórica, etc.

c. Si se abusa y vulgariza en exceso, pierde su valor y su exquisitez.

4º. Transferir conclusiones o posibles soluciones desde el análogo-base hasta la meta, para lo cual

se deben formular hipótesis sobre cómo funcionaría en el segundo caso lo que funciona bien en el
primero: ¿Podemos dividir y separar al enemigo para vencer? ¿Atacar su punto más débil? ¿Atacar

desde distintos frentes a la vez o sucesivamente? ¿Reforzar las defensas y esperar posibles refuerzos?

En el caso de la poesía y la doncella, está claro: no las manoseemos y arrastremos por la vulgar plebe

o perderán su delicada hermosura. Hay que tener en cuenta que no siempre usamos la analogía para

resolver problemas, sino para ilustrar o clarificar una idea o un principio, y para extraer una enseñanza

o moraleja a partir de la historia que nos sirve de análogo-base.

5º. Evaluación de nuestra analogía. Antes de que nos la afeen y rechacen nuestros oponentes,

tomemos un momento para analizar si es adecuada y potente, teniendo en cuenta los siguientes

criterios: nuestra analogía…

 ¿La comparación es relevante? ¿Establece un paralelismo que es adecuado o viene al caso de lo que

estamos tratando? No importa que difiera en otros aspectos, pero para el tema tratado la semejanza

debe ser relevante. Dicho de otra forma: para el asunto del que se habla, las diferencias entre ambos

casos no son significativas y pueden ser desdeñadas (para lo que se trata, ¿qué importa que el tumor

no sea un ejército ni tenga su general y sus lugartenientes?). Así, debemos cuidar que la lección que

extraemos del análogo-base sea relevante para lo que se plantea en el análogo-meta. La pregunta es:

¿esta comparación viene a cuento o “se ha cogido el rábano por las hojas”? En el caso de la poesía y

la doncella hay diferencias evidentes, como que la una es un género literario y la otra una persona

viva y con voluntad propia. Pero esas diferencias son desdeñables pues, para lo que importa, una

doncella hermosa y delicada es como una poesía, su virtud puede estropearse si se la manosea, por

lo que la analogía sí es relevante.


 ¿La comparación es suficiente? Nos preguntamos por el número y la calidad de las conexiones

establecidas entre ambos casos. Cuantos más paralelismos entre ambos, más razones tendremos para

transferir conclusiones de la base a la meta. Igualmente ocurre si las semejanzas no son sólo

superficiales, sino profundas, estructurales. De hecho, nuestra mente olvida fácilmente los detalles

para buscar el sentido profundo de las cosas. En todo caso, la comparación nunca suele ser completa

(sería realmente extraño que dos mundos diferentes se muestren a la postre idénticos en todo). Como

hemos visto más arriba, en la analogía del Quijote aparecen varios paralelismos, tanto superficiales

como estructurales y sistemáticos, lo que la hace ser, como mínimo, bastante completa y suficiente.

 ¿La comparación es consistente? Es decir: ¿la comparación entre elementos o relaciones permanece

estable cuando cambiamos o extendemos alguno de esos elementos? Es decir, si cambia algún

elemento o proceso en A también debería cambiar paralelamente en B (en el ejemplo: cuando las

defensas flojean, el enemigo avanza, pero si se refuerzan, el enemigo se detiene). Eso demuestra que

el paralelismo no es frágil o inestable (según el autor, cuanto más se populariza una poesía más pierde

su valor original, su carácter refinado y selecto, pues se vulgariza = cuanto más 'pública' se hace una

mujer, menos se la valora y su belleza y virtud pueden malograrse).

 ¿Es plausible? ¿Merecerá el aplauso del público, por su utilidad para ilustrar o resolver el tema tratado,

por su carácter original y singular (mejor si conecta dominios alejados, inesperados o novedosos) y

sobre todo, por su verosimilitud? Tengamos en cuenta que debe buscarse siempre la comparación con

algo que resulte cercano o familiar al oyente, para que éste sienta reforzada su aprobación de la

analogía. Nos tememos que la comparación del Quijote entre la poesía y la bella doncella sería hoy
más difícilmente comprendida y quedaría fuera del contexto social actual, donde no hay “doncellas”

ni se acepta que una mujer deba quedarse en casa para guardar su honra. Resulta poco plausible.

6º. Readaptar la analogía, cuando observamos fallos, lagunas o inexactitudes en la comparación,

podemos retocar la analogía para hacerla más relevante, consistente o plausible. Podemos acotar el

campo de la comparación o cambiar ciertos elementos o procesos. Por ejemplo, la lucha contra el

tumor es como una guerra, pero no en un campo de batalla único, sino más bien como una guerra de

guerrillas. Y, en cuanto a la poesía, quizá le buscaríamos una comparación más actual, con una

especie en peligro de extinción, un bello paraje natural protegido o una delicada obra de arte antiguo,

abandonando así la analogía de la doncella, por estar desfasada.

3.C. ¿Cómo se critica o

cuestiona una analogía?


Lógicamente, los criterios que nos permiten indicar que una analogía es buena (relevancia,

sistematicidad, consistencia y plausibilidad), nos dan las pistas para atacar la analogía presentada por

nuestros oponentes.

Si tenemos en cuenta que la analogía incluye dos términos (el que llamamos análogo base –que algunos

denominan foro-, el análogo meta –que llaman también tema- y la propia analogía o comparación entre

ambos, podemos atacar el argumento analógico por tres frentes:

1º. Poner en duda lo que se afirma en el análogo base. ¿Es cierta la relación que en él se establece?

¿Qué pruebas aporta para respaldar dicha relación? En nuestro anterior ejemplo: ¿es cierto que hay

una relación entre la virtud de una dama y sus apariciones “públicas”? ¿Su belleza y fragilidad se
estropean cuando las “saca a pasear”? ¿Debe mantenerse guardada la doncella como oro en paño para

que su fama no se enturbie?...

2º. Poner en duda lo que se afirma en el análogo-meta. ¿Es aplicable a esta situación la misma

conclusión que aplicábamos al análogo-base? ¿Qué pruebas se dan de esa conexión? ¿Hay situaciones

o casos similares al análogo-meta en las que no se dé esa relación? En el ejemplo: ¿realmente se

deteriora la poesía por divulgarla entre la población o prodigarla en otros géneros? ¿Por qué? ¿Se

corrompen de forma semejante la arquitectura o la música por ser disfrutadas por el gran público?

¿Otros tipos de poesía menos culta, como los romances, o géneros más populares como el teatro,

¿carecen de valor estético? Etc.

3º. Poner en duda la propia comparación analógica entre ambos casos; podemos hacerlo de varias

formas:

 La analogía no es relevante para el caso que se trata. La comparación no es pertinente, porque no

viene al caso, no tiene nada que ver. Es decir, las diferencias entre los dos casos son más relevantes

que las semejanzas para el tema que se discute, por lo que resulta inservible. ¿Qué tendrá que ver el

tocino con la velocidad? No mezclemos churras con merinas… En lo esencial, no se parecen ambas

situaciones, porque... Monserrat Bordes6 cita un ejemplo claro de falsa analogía: durante el siglo XIX

alguien criticó el desmesurado crecimiento de Londres y lo consideró muy perjudicial para Inglaterra,

considerando que Londres era el corazón de Inglaterra, y un corazón inflamado era un síntoma de

enfermedad. Evidentemente, las posibles semejanzas (Londres es la capital y el corazón es el órgano

vital) resultan irrelevantes ante las evidentes diferencias: cuando una ciudad crece no tiene por qué

explotar o deteriorarse pero para cualquier corazón, inflamarse es un síntoma realmente serio. Es decir,

en asuntos de crecimiento, ¿qué tendrá que ver una ciudad con el corazón?
 La comparación se queda corta, no es sistemática ni consigue emparejar uno a uno los elementos de

los dos casos, o son muy pocas las semejanzas entre ambas. O bien es superficial y nos quedamos con

lo anecdótico, sin profundizar en la estructura, que ya no resulta tan semejante (basta leer algunos

típicos chistes sexistas para hallar estas comparaciones superficiales7). Siguiendo el ejemplo anterior

de Londres y el corazón humano, dejando a un lado las similitudes que son bastante superficiales y

escasas, nos da poco que aprender si profundizamos en busca de más semejanzas, siempre dentro del

tema que se está discutiendo (su tamaño).

 Carece de consistencia la comparación, porque cuando variamos algún elemento en el análogo-base

no se observa la correspondiente variación en el análogo-meta. Es decir, el paralelismo no es estable.

Por ejemplo, hay quien compara el déficit del Estado con las deudas de una familia: si gastamos más

de lo que ingresamos iremos al final a la ruina. Sin embargo, cuando una familia recorta gastos, su

balance mejora; pero cuando el Estado recorta sus gastos, es posible que sus ingresos también

disminuyan (porque el propio Estado es un inversor que estimula la economía privada), con lo cual,

el déficit en vez de disminuir, aumenta. No sigue el comportamiento previsible (esto ocurre al parecer

con frecuencia en economía).

 La analogía es poco útil, carece de atractivo, o bien resulta mediocre y trivial, demasiado previsible

para el oyente o, por el contrario, parece incomprensible y extraña porque enlaza a un tema
desconocido y difícil para el gran público. Por tanto, poco plausible… Volvemos al ejemplo de la

comparación entre la poesía y la doncella, que resulta extraña, anacrónica y poco útil, por estar

alejada de nuestras ideas y costumbres actuales.

Pero, además de identificar sus fallos, existen otras dos posibles estrategias para tumbar una

analogía falsa8:

 Presentar una analogía alternativa, que se adapte a nuestras intenciones argumentativas y deje en

evidencia la analogía de nuestro adversario, al conducirnos a una conclusión totalmente opuesta: dices

que el Estado debería comportarse como una familia ahorradora, y no gastar más de lo que ingresa;

pero un Estado se parece más a la agricultura, porque lo que cosechas depende de lo que siembras y

si las condiciones climáticas o del suelo son malas, deberás invertir más esfuerzo para seguir teniendo

qué comer. Es una forma elegante y constructiva de criticar una analogía que consideramos errónea.

 Reducirla al absurdo. Una buena estrategia para descubrir los fallos de una analogía consiste en

ponerla a trabajar llevándola hasta sus extremos o aplicándola a otro ámbito o tema diferente (si la

analogía fuera válida, entonces en una situación extrema o distinta no debería producir resultados

absurdos o exagerados). Podemos decir que se trata de un test de esfuerzo (como los realizados a los

bancos y cajas de ahorro durante la crisis), para observar el comportamiento de algo si se le somete a

un escenario crítico. Así, descubriremos sus inexactitudes, lagunas e inconsistencias con más facilidad.

Por ejemplo: algunos se oponen a la llamada píldora del día después, aduciendo que se trata de un

caso de aborto, pues comparan la eliminación del zigoto recién formado con la eliminación de un ser

humano ya formado. Ante quienes les replican con las evidentes diferencias biológicas, responden

que un zigoto (lo mismo vale para un embrión de seis semanas) no es una persona ya formada pero

sí una persona en potencia y que cualquier obstáculo a su desarrollo sería un asesinato de una vida

humana. Pues bien, amplifiquemos esta analogía llevándola a otro ámbito para ver si funciona: un

zigoto es como una semilla; y es que una semilla no es un árbol, pero puede llegar a serlo (o sea, que

una semilla es un árbol en potencia). ¿Diríamos que una persona que destruye un puñado de semillas

es como un pirómano que destruye un bosque? ¿Debería metérsele en la cárcel, como pide la ley para

el pirómano? Llevado a este extremo, se observa que el razonamiento parece absurdo, exagerado,

poco razonable.
6. Op. cit., p. 269.

7. http://www.sexismo.com/chistes/hom_parecen.htm

8. Gª Damborenea: Uso de Razón, p.146. http://perso.wanadoo.es/usoderazonweb/html/PDF%20GLOBAL.pdf

04. Argumentar por

contrarios y criticarlo
 04. Argumentar por contrarios y criticarlo

 4.B. Construcción

 4.C. Crítica
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Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… aunque la violencia se practica a

plena luz del día.

John Lennon

4.A. Introducción
¿Qué debo hacer para no enfadarme?

"Un joven le preguntó al sabio: ¿qué debo hacer para no

enojarme? Algunas personas me molestan porque hablan demasiado, otras porque son ignorantes,

algunas son indiferentes, siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que me

calumnian.

-¡Vive como las flores! Aconsejó el maestro.

-¿Vivir igual que las flores? Preguntó el discípulo.


-Mira con atención esas flores, -continuó el sabio anciano, señalando unos lirios que crecían en el

jardín. Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente,

todo aquello que le es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura

de sus pétalos.

Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te

incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos, y si no son tuyos, no hay motivo para

molestarse. Ejercita la virtud de rechazar todo el mal que viene desde fuera y perfuma la vida de los

demás haciendo el bien. Esto es vivir como las flores. No te tomes nada personalmente o sufrirás

innecesariamente.”

Son muchísimas las ocasiones en que nuestros razonamientos se sirven de contrastes y oposiciones

para alcanzar una conclusión. Decimos así: sólo debes inquietarte por tus propios vicios y defectos;

los vicios y defectos de los demás NO son responsabilidad tuya; por tanto, no dejes que te alteren.

Este simple cuento muestra nuestra capacidad para establecer oposiciones, diferencias y matices, con

la misma facilidad que encontramos las semejanzas. De hecho en el cuento se hacen las dos cosas a la

vez, pues incluye una analogía entre los sentimientos de la persona hacia los demás y la vida de unos

lirios que nacen entre el estiércol. Semejanzas y diferencias son las dos caras de la misma moneda:

surgen de la capacidad para comparar dos objetos, personas, situaciones o ideas. Como en los

pasatiempos… ¿serás capaz de encontrar las seis diferencias entre ambas fotografías? (haz click en la

imagen para ampliar).


De la misma forma que nuestra mente, cuando se encuentra ante un problema de difícil solución y con

insuficientes datos, tiende de manera espontánea a hacerse la pregunta: ¿a qué se parece esto?

(argumentos analógicos), también solemos buscar pistas para resolver una cuestión haciéndonos la

pregunta: ¿qué sería lo contario de esto? Esto se debe a que las diferencias también nos permiten

conocer y definir las cosas, no a través de lo que son, sino por contraste con lo que no son. Ya decía

el viejo filósofo griego Heráclito de Éfeso: “la enfermedad hace agradable a la salud; el hambre a la

saciedad; la fatiga al reposo”. Es decir, que las cosas se definen también por sus opuestos, en un

juego paralelo de sinónimos y antónimos. Incluso existe una teología negativa, dentro del cristianismo,

que afirma que es imposible conocer a Dios de forma positiva y directa, por lo que no queda más

remedio que hacerlo por contraposición con las cualidades del mundo terrenal (finito, imperfecto,

cambiante…), es decir, saber lo que Dios es, a través de lo que no es.

Puede que la propia realidad, no sólo nuestra mente, sea un poco “ciclotímica”, (recordando el cuento

de Jorge Bucay, El Rey Ciclotímico1) y tan dualista como expresaban las viejas religiones de Oriente

Medio de Zoroastro y el maniqueísmo (la eterna lucha entre el bien y el mal). Otras religiones

orientales más lejanas ven el mundo como formado por opuestos, pero los considera entrelazados entre

sí en armonía, como el yin y el yang:


Si hasta el universo está enredado en dualismos tan complejos, ¿cómo no lo van a estar nuestras

relaciones personales, especialmente el amor? Aquí te dejamos un par de canciones de ejemplo (el

recurso a conceptos y sentimientos contrarios aparece en cientos de canciones, cuentos, poesías,

discursos políticos, etc.):

The Beatles: Hello, goodbye.

Malú: Blanco y negro.

DEFINICIÓN DE ARGUMENTO EX CONTRARIO


De forma similar a lo que ocurre en

las analogías, el argumento ex contrario compara dos situaciones con el fin de extraer de la primera

una conclusión que sea válida para la segunda. Ahora bien, si en la analogía había una semejanza

que nos permitía concluir “lo mismo” para el segundo caso, ahora nos aprovechamos de la

oposición entre ambos para concluir “lo contrario” de lo primero. Si quien te hace feliz es porque

te quiere bien, el que te hace llorar, por el contrario, será que no te quiere o te quiere de mala

manera (al revés de lo que dice el viejo refrán).

¿Qué conseguimos probar de esta forma? Realmente no mucho2, porque no probamos directamente

que hacer algo es bueno, sino que hacer lo contrario es malo, luego… Se trata pues de una

demostración indirecta, pero ¿puedo asegurar que realmente aquello producirá los efectos esperados

o será más bien inútil (o incluso contraproducente)? A veces, la contraposición no es adecuada: si

sabemos que comer mucho puede ser perjudicial para nuestro cuerpo, ¿será mejor comer muy poco?

Debemos, por tanto, pensar con prudencia para construir nuestro argumento con contrarios

apropiados, sobre todo si se trata de cuestiones en las que no existen evidencias suficientes y

concluyentes (son precisamente de las que solemos deliberar en los debates). Ante la falta de

evidencias concluyentes, nuestra inferencia siempre será más o menos probable, pero no segura.

Por suerte o por desgracia, no siempre contamos con la unanimidad de los expertos para dar por

buena una idea. ¿Qué harías si de cinco especialistas en cáncer, cuatro te recomiendan que te operes

y uno que no? Seguro que tu nivel de exigencia racional depende de la gravedad y urgencia de la

situación.
1. Puedes ver el cuento en video pulsando aquí.

2. Consultar la obra "Uso de Razón. El arte de razonar, persuadir, refutar", p.191. Ricardo García Damborenea.

4.B. Cómo se construye un

argumento ex contrario
¿Crees que sabrías elegir los contrarios apropiados para construir un argumento ex contrario? En

Primaria nos ponía la maestra algunos ejercicios de antónimos y nos parecían bastante sencillos,

¿verdad? Voy a hacerte una pregunta aparentemente sencilla, que nos va a conducir directamente a la

lógica de Aristóteles (s. IV a.C.). Considerando las cuatro oraciones que te presentamos a continuación

como A, E, I y O, ¿cuál de las tres últimas sería, según tú, exactamente la contraria de la primera?

Enunciado inicial
TODAS LAS PERSONAS SON BUENAS.

Posibles respuestas
E. TODAS LAS PERSONAS SON MALAS.

I. ALGUNAS PERSONAS SON BUENAS.

O. ALGUNAS PERSONAS SON MALAS.

Antes de precipitarte y responder lo obvio, piénsatelo dos veces; queremos mostrarte algunas

relaciones extrañas entre estas proposiciones:

1º. Si escoges la -E- como contraria de la -A- habrás acertado a medias (es cierto: todos somos malos

es lo contrario de todos somos buenos), ambas no pueden ser por tanto verdaderas al mismo tiempo

(si dicen lo contrario…), pero te encontrarás con la sorpresa desagradable de que ambas sí pueden ser
falsas a la vez. De hecho, es razonable pensar que ni todas las personas son buenas ni todas malas.

Este resultado es extraño, porque uno espera que de dos cosas o dos ideas contrarias, si la una es falsa,

la otra debe ser verdadera… Pero no funciona así tan fácil.

2º. Si hubieras escogido la proposición -I- habrías incurrido en un error lógico porque, desde luego,

decir que algunas personas son buenas (por ejemplo, los cordobeses y los murcianos) no contradice la

idea de que todas las personas son buenas (simplemente, no habíamos mencionado al resto). De hecho,

no son proposiciones contrarias, sino paralelas, porque si -A- (todos…) es verdadera, entonces -I-

(algunos…) también lo es, ya que ella es una caso particular que se subordina a la norma general.

Aristóteles les llama proposiciones subalternas. Y a la inversa, si I(algunos son buenos) fuera falsa,

entonces -A- (todos son buenos) sería automáticamente también falsa; así que corren en paralelo.

3º. Si hubieras elegido la última proposición, Algunas personas son malas -O- resulta que habrías

obtenido no un contrario, sino una contradicción perfecta: ahora sí, si “todos son buenos” es verdadero,

entonces “algunos son malos” tiene que ser falsa, y a la inversa. Es imposible que ambas, -A- y -O-

sean verdaderas a la vez, y también imposible que ambas sean falsas. Repásalo para estar seguro de

que lo has comprendido.

El cuadro clásico de las oposiciones que diseñó Aristóteles y aún hoy nos sorprende por su elegancia

se construye de la siguiente manera. Existen cuatro tipos posibles de juicios3:

Pues bien, las relaciones que Aristóteles establece entre ellas son las siguientes:
Cuadro de Oposiciones Lógicas de Aristóteles

Para lo que aquí nos interesa, que es cómo construir un argumento ex contrario, debes observar los

tres casos marcados en amarillo. Sólo en esos casos podemos extraer conclusiones ex contrario. Se

resumen en tres:

1º. Cuando dos situaciones o ideas son CONTRARIAS entre sí (un cielo claro – un cielo oscuro)

podemos estar seguros de que las dos no pueden ser verdaderas a la vez, por lo que si decimos algo de

la primera (el cielo claro es agradable), podríamos extraer la conclusión contraria del segundo (el cielo

oscuro es desagradable) o a la inversa. Pero, ojo, porque puede que los dos sean falsos (ni claro ni

oscuro, gris o ligeramente cubierto), de lo cual no podemos extraer ninguna conclusión. Una mujer
puede ser rubia o puede ser morena, no puede ser ambas a la vez, pero puede que no sea ninguna de

las dos: pelirroja.4

2º. Cuando dos situaciones o ideas son CONTRADICTORIAS entre sí (estar o no estar embarazada)

no cabe ni que los dos extremos sean verdaderos ni que ambos sean falsos, con lo cual aquí siempre

podremos extraer de uno el contrario del otro y construir nuestro argumento (si te sentías triste porque

no te quedabas embarazada, ahora que lo estás saltarás de alegría, ¿verdad?). Observar que en el caso

de Aristóteles, la contradicción se da entre un juicio universal afirmativo (A. Todos los andaluces son

graciosos) y un juicio particular negativo (O. Algunos andaluces no son graciosos); pero funciona

igual: si -A- es V, entonces -O- es F; y si -O- es V, entonces -A- es F.

3º. Cuando dos situaciones o ideas son SUBCONTRARIAS entre sí (-I- Algunas personas son buenas

/ -O- Algunas personas NO son buenas), sólo se oponen en parte. Lo cierto es que ambas pueden ser

verdad (de hecho, hay personas buenas y personas malas, ¿no?), pero lo interesante es que ambas no

pueden ser falsas (sería absurdo y retorcido decir que nunca se actúa bien ni se actúa mal), por lo que

de aquí sí podemos formar nuestro argumento ex contrario, afirmando que si uno es falso el otro no lo

puede ser también (si fuera falso que algunas personas son buenas, habría que admitir entonces que al

menos algunas persona son malas). Esta opción no demuestra de forma tajante la tesis, pero al menos

sí nos permite despejar dudas o eliminar alternativas (ej. si es imposible que a Lorca lo mataran algunos

del bando republicano, entonces debe ser seguro que lo mataron algunos del bando contrario, el

nacional).
Tengamos en cuenta que un argumento ex contrario suele tener tres PARTES:

 una premisa que contrapone los dos extremos (X es lo contrario de Y),

 otra premisa evalúa uno de los contrarios, mostrando sus consecuencias conocidas o su valoración (Y

es perjudicial, produce A),

 la conclusión es extraída infiriendo de lo contrario el resultado o la valoración contraria (por tanto, X

es beneficioso, produce lo contrario de A).

Entonces, para construir un argumento ex contrario, debemos seguir los siguientes PASOS:

1º. Como siempre, debemos empezar definiendo de forma clara, objetiva y concreta la cuestión que se

nos plantea o el problema que queremos resolver (la incógnita X). Por ejemplo:

¿Por qué debemos obedecer siempre las leyes?

2º. A continuación, tratamos de identificar el opuesto, con el que vamos a compararlo. En nuestro

ejemplo, lo opuesto de respetar las leyes sería no respetarlas. Hay que asegurarse que dichos opuestos

son apropiados, casan entre sí.


3º. En tercer lugar, analizamos las características o consecuencias de dicho opuesto, así como la

valoración que podemos hacer de él. En nuestro ejemplo: la ausencia de leyes provocaría un caos en

la sociedad y la gente aborrece el caos y teme la inseguridad que ello provoca.

4º. Por último, volviendo al término inicial, extraemos la conclusión “ex contrario”: sólo obedeciendo

las leyes puede haber orden y seguridad en nuestra sociedad. Ya sólo nos queda formular nuestro

argumento de la manera más contundente y atractiva posible:

“Debemos obedecer las leyes, pues de lo contrario, nuestra sociedad se desmoronaría en un caos

insoportable y peligroso.”

3. Lo mismo vale decir que todas son malas o que ninguna es buena. En todo caso, en -E- negamos la bondad a todo

el conjunto de la humanidad (y en -O- negamos la bondad de algunas).

4. Estas anotaciones sobre el cuadro de opuestos de Aristóteles nos servirán también a la hora de practicar los

argumentos disyuntivos y el dilema (o argumento cornudo).

4.C. Cómo rebatir un

argumento ex contrario
Teniendo en cuenta su estructura, existen tres maneras de derribar un argumento ex contrario:

 Mostrar que la oposición es inconsistente, no son opuestos propios (o apropiados).

 Mostrar que la premisa en que se basa es falsa.

 Mostrar que la conclusión que extrae de allí es refutable.


1º. Inconsistencia. Los opuestos que nos presenta el

adversario, ¿son contrarios, contradictorios o subcontrarios? Revisa de nuevo el cuadro de Arsitóteles.

Así, si son términos contrarios, sólo podremos aplicarlo si sabemos que una parte es verdadera

(entonces la otra es falsa: si sé que el coche es blanco, entonces no puede ser negro), pero a partir de

que un extremo sea falso no podemos deducir que el otro sea verdadero (porque también puede ser

falso: si no es negro no tengo por qué deducir que es blanco, puede ser rojo). En los subcontrarios

(algunos son… - algunos no son…), ocurría como vimos a la inversa (ambos no pueden ser falsos,

pero sí verdaderos). Sólo en las contradicciones puras la inferencia funciona en las dos direcciones

(si V → F y si F → V), ya que los dos términos ni pueden ser verdaderos a la vez, ni falsos.

 POR EJEMPLO: si el argumento de nuestro adversario intenta enfrentar el derecho a llevar armas

con el opuesto de vivir sin protección ni seguridad, deberíamos replicar que no es una oposición

correcta, que de hecho esos dos extremos son perfectamente compatibles: puede darse proliferación

de armas y falta de seguridad a la vez (V-V); y puede darse prohibición de armas y alta seguridad al

mismo tiempo (F-F). La contraposición resulta irrelevante, por tanto, decimos que X no es lo contrario

de Y.

2º. Premisa falsa. Podemos atacar esta afirmación mostrando su falsedad con contraejemplos. En el

caso de las armas: los partidarios creen que es buena la libre tenencia de armas porque, al contrario,
una población sin armas es una población desprotegida, insegura. Podríamos simplemente señalar el

caso de muchos países europeos en los que las armas están muy restringidas y, sin embargo, sus niveles

de seguridad son más altos que los de otros países (EE.UU.) en los que las armas están muy extendidas.

Cuando la premisa incluye un juicio de valor podemos criticar que se asocie dicho valor con esa

opción o bien se pueden anteponer otros valores más importantes que el citado. Por ejemplo, en el

caso de obedecer las leyes, se une la opción contraria con la idea de caos, desorden e inseguridad y se

da por supuesto que la gente aborrece esto o que, sensu contrario, la gente necesita y valora la

seguridad y el orden. Ahora bien, podríamos afirmar que la gente aprecia, por encima del orden a toda

costa, la libertad como un bien superior. En una dictadura existe orden, sin duda, pero a costa de leyes

que eliminan la libertad de las personas.

3º. Conclusión infundada. Que una cosa sea mala no siempre implica que su contraria sea,

automáticamente, buena. Pero podemos centrar nuestra estrategia de ataque en la propia conclusión,

mostrando su falsedad con ejemplos en contra o su incoherencia con otras afirmaciones asumidas

como verdaderas. Nos parece bastante fácil desmontar la tesis pro-armamento señalando que la

conclusión (una persona armada es una persona más segura) es falsa, para lo cual bastaría presentar

los cientos de casos de muertes violentas en EE.UU., o bien enfrentar dicha conclusión con otras

verdades: las armas son en sí un peligro (las carga el diablo, como solemos decir).
05. Proponer y

rechazar argumentos

disyuntivos y dilemas
 05. Proponer y rechazar argumentos disyuntivos y dilemas

 5.B. Construcción

 5.C. Ataque

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Después de todo, todo ha sido nada,

a pesar de que un día lo fue todo.

Después de nada, o después de todo

supe que todo no era más que nada.

José Hierro, de "Cuaderno de Nueva York"

5.A. Introducción
¿La joven o la vieja?
¿Conoces la teoría de la Escuela de la Gestalt sobre la percepción humana? Según estos psicólogos,

que trabajaron en Alemania a principios del siglo XX, siempre que percibimos algo (un sonido extraño

en medio de la noche, la cara de la persona que amamos en medio de la multitud, una palabra escrita

sobre la pizarra) se trata siempre de una composición formada al menos por dos elementos: una figura

que destaca sobre un fondo. Lo curioso es que estos investigadores descubrieron que existen imágenes

como las que vemos abajo, en las que la figura y el fondo pueden alternarse: ¿cuál es la verdadera

forma del cubo? ¿es una copa o dos caras que se miran frente a frente?

Pero más interesante aún resulta comprobar que es imposible ver al mismo tiempo las dos imágenes:

la copa y las caras a la vez. Según un principio gestaltista, esto se debe a que el cerebro no es capaz

de interpretar un objeto como figura y como fondo al mismo tiempo. Realmente no sabemos por qué

ocurre esto. Tampoco sabemos por qué hay acontecimientos como la vida o el amor que parece tener

dos caras, una sufridora y otra hermosa, exultante. Lo cierto es que también los optimistas y los

pesimistas son incapaces de salir de su particular postura para ponerse en el lugar del otro.

Héroes antiguos y modernos


Como hemos visto, a veces podemos observar la vida desde lados opuestos pero, otras veces, la vida

va más allá y nos coloca ante verdaderos dilemas, ante situaciones en las que no nos gustaría tener que

elegir, porque cualquiera de las dos opciones es igualmente indeseable. Eso es lo que llamamos un

dilema.

 Ulises entre Escila y Caribdis

La Odisea de Homero narra las aventuras de Ulises para

regresar a Ítaca, la tierra de la que es rey y que dejó hace muchos años. En la segunda parte de la obra

se narra el encuentro con la hechicera Circe, quien profetiza el necesario encuentro con dos monstruos

peligrosos, pues ha de atravesar un estrecho canal. Ulises se ha de enfrentar a dos peligros: o bien a

Escila, monstruo de varias cabezas, can de aullidos terribles, a los que ningún humano se querría

enfrentar; o bien a Caribdis, gruta submarina cuyos remolinos engullen a los barcos que a ella se

acercan. A uno de los peligros, pero no a ambos, se tiene necesariamente que enfrentar. Las

consecuencias de enfrentarse a una de las dos opciones son igualmente negativas, pues en el intento

pueden perecer Ulises y los marinos que lo acompañan. El inteligente Ulises elige enfrentarse a Escila,

lo que supone que una parte de su tripulación encontrará la muerte... aunque el resto podrá seguir el

viaje hasta Ítaca.

La expresión «entre Escila y Caribdis» ha llegado a significar el estado donde uno se enfrenta a un

dilema, pues está entre dos peligros y tiene necesariamente que enfrentarse a uno de ellos; alejarse de

uno supone caer en el otro peligro.


 El falso dilema de Spiderman

Incluso un héroe moderno como Spiderman puede verse enfrentado al dilema de tener que decidir

entre salvar a la chica que ama o a un grupo de niños que están dentro de un teleférico suspendido a

enorme altura, todo al mismo tiempo.1 ¿Encontrará Peter Parker una solución a este terrible y urgente

dilema? Observa el discurso del malévolo Duende Verde, justo antes de soltar (a la vez) a Mary Jane

y a los niños de la cabina del teleférico:

"Por eso sólo son héroes los idiotas. Porque nunca sabes cuándo un lunático puede salir con una

oferta sádica: ¿Dejar morir a la mujer que amas o que sufran los niños? Tú eliges Spiderman. Somos

quienes decidirmos ser. ¡Decide!

Por suerte, este problema sin aparente solución era un falso dilema, una falacia, porque existían otras

salidas que sólo un superhéroe como Spiderman (con la ayuda de los ciudadanos de Nueva York,

claro) podía encontrar. Pero puede que la vida nos tenga reservados al resto de los mortales unos

cuantos dilemas, menos heroicos que los anteriores pero igual de intrincados y transcendentales:

¿deberíamos robar una medicina e ir a la cárcel, para salvar la vida de la persona a la que amamos?

¿Y si estuviéramos pensando en divorciarnos de él o


de ella, ya no tendríamos que esforzarnos? ¿Delataríamos a un amigo que ha cometido un delito

horrible o callaríamos para mantener su amistad, aún sabiendo que ha hecho mucho daño a alguien?

¿Debes decirle a tu pareja que tuviste una aventura una noche loca, aunque sabes que eso acabará con

lo vuestro o mejor sería ocultar el tema y mentirle?

Plantear dilemas morales tienen mucha utilidad en educación pues facilitan al alumno la clarificación

de su propia escala de valores, así como el desarrollo de su capacidad de razonamiento moral. El

psicólogo L. Kohlberg los utilizó en miles de entrevistas para intentar medir la madurez de las personas

en estos asuntos morales. Muy interesante, sí señor, pero seguro que no hace ninguna gracia

enfrentarse a los cuernos de un dilema real, en primera persona.

Según lo visto hasta ahora, disyuntivas y dilemas son situaciones que guardan cierta semejanza entre

sí: en ambos se nos empuja a elegir entre dos alternativas: “o haces esto o haces lo otro”. Sin embargo,

las diferencias entre ambos tipos de argumentos también son acusadas, como veremos a continuación

en sus respectivas definiciones.

Argumento disyuntivo
El argumento disyuntivo nos presenta dos opciones y nos asegura que si una es falsa, la otra debe

ser verdadera: o es de día o es de noche. Si pudiera demostrar directamente que es de día no

necesitaría este argumento, pero si soy ciego puedo al menos demostrarlo indirectamente: no puede

ser de noche porque oigo a los niños que van al colegio; luego, es de día. Esquemáticamente:

A o B; no es B; entonces, es A.

Dilema
El Dilema nos presenta también dos alternativas, pero ambas nos conducen a resultados igualmente

indeseables, como los dos cuernos de un toro, por eso se denominó desde antiguo como el

Argumento Cornudo. “Díjose dilema porque así aprieta y fuerza por los dos lados… Porque de

tal suerte se disponen en él las astas de la argumentación que quien de la una se libra, cae en la

otra. (Fray Luis De Granada). Esquemáticamente:

Sólo cabe hacer A o B; si A entonces X (malo); si B entonces Y (malo);


Por tanto, sólo cabe X o Y.

Ejemplo: O robo la medicina o no la conseguiré de otro modo. Si robo la medicina para mi mujer,

me meterán en la cárcel. Si no la robo, ella morirá. Por tanto: o voy a la cárcel o mi mujer morirá.

1. Esta idea está tomada de la recomendable página web http://www.superfilosofia.com/2012/03/spiderman-y-la-

falacia-del-tercio.html

5.B. Cómo se construye un

argumento disyuntivo2
Siguiendo a Damborenea3, para construir un argumento disyuntivo debemos primero establecer la

alternativa entre dos opciones que se consideran incompatibles, es decir, crear un juicio disyuntivo del

tipo “O esto o lo otro”. Cuando se trata de preparar un debate, lo normal es que el propio título del

debate ya presente esa alternativa (¿deberíamos perseguir la prostitución o la deberíamos proteger y

legalizar?), que a su vez se puede desmenuzar en otras disyuntivas más simples o específicas (La

prostitución ¿es una lacra social o un servicio a la comunidad? ¿Son libres las prostitutas o actúan

coaccionadas? Etc.).

A continuación, construimos la segunda premisa y extraemos la conclusión, para lo cual tenemos dos

posibilidades: o bien negamos un miembro de la disyuntiva o bien afirmamos el otro. Si hacemos lo

primero, negando una parte (es imposible eliminar la prostitución, porque es el oficio más antiguo del

mundo, siempre existirá de una u otra forma, etc.), entonces podemos concluir que la otra opción es

la verdadera (debemos regularizarla…); y si hacemos lo segundo, cuando podemos demostrar la

verdad de una (por ejemplo, señalando informes internacionales o ejemplos de países donde está
regularizada, como Holanda, y no produce tantos perjuicios) concluiremos que la otra opción es falsa

(no es necesario perseguirla, las medidas policiales no son la solución..4).

(En el ascensor: “¿bajas o subes?”).

(“No subo”) (“Entonces, bajas”)

“Bajo” (“Entonces, no subes”)

No debemos subestimar la solidez argumentativa y la brillantez de este tipo de argumentos cuando se

usa en contextos reales y de forma más elaborada. La propia demostración por reducción al absurdo,

tan utilizada en las ciencias como en la vida cotidiana, se basa en un argumento disyuntivo, que nos

permite demostrar una verdad (como en el ejemplo dado en la definición) por una vía indirecta:

demostrando que su contrario es imposible o absurdo (ergo…).

Tampoco debemos menospreciar la aparente sencillez del argumento disyuntivo, pues sólo podremos

levantarlo a salvo de las críticas si cumplimos las siguientes condiciones:

1º. La disyuntiva debe ser completa, exhaustiva. Esto es, no deben aparecer más opciones que las

expuestas en la primera premisa (“O fumas todavía o es que has dejado de fumar”; “¡Qué va! Si yo
nunca he probado el tabaco…”). En caso de haber más alternativas que las dos expuestas, nuestro

argumento pierde su fuerza, por lo que debemos asegurarnos de ello. Incluso si es necesario, debemos

pararnos a justificar el por qué de esa elección (“Sólo podemos ir a pescar en mayo o en junio, porque

el resto del año hay veda”). Ahora bien, si existen más de dos alternativas, no habría problema en

enumerarlas todas, para que nuestro argumento vuelva a estar completo. Así, en la disyuntiva: “o

estudio matemáticas o estudio informática, porque son las dos únicas carreras que me gustan”, cabe

una tercera alternativa: “o estudio ambas al mismo tiempo, porque se pueden simultanear”. En este

otro caso, se enumeran varias opciones diferentes: “Si no ha venido a la fiesta será porque no ha

querido, porque no le han dejado sus padres o porque no sabía dónde se celebraba”. También en estos

casos, lo importante es no dejarse abierta ninguna puerta, ninguna otra alternativa imprevista, para que

el argumento sea exhaustivo. Incluso ante una simple disyuntiva de dos miembros, siempre caben

teóricamente cuatro posibilidades: o ambos son verdaderos, o ambos son falsos, o el primero es

verdadero y el segundo falso o a la inversa. En estos casos, debemos ir resolviendo la disyuntiva por

partes, descartando las que nos conduce a algo falso o absurdo, hasta quedarnos con la opción deseada.

Veamos este magnífico ejemplo del viejo filósofo hedonista Epicuro5:

Ejemplo de Epicuro
O bien Dios quiere arrancar el mal de este mundo y no puede hacerlo, o bien puede hacerlo y no

quiere; o bien ni puede ni quiere, o, finalmente, quiere y puede.

Si quiere y no puede, sería impotencia, algo contrario a la naturaleza de Dios;

si lo puede erradicar y no quiere, sería maldad, cosa no menos contraria a Él;

si ni quiere ni puede, sería a un tiempo maldad e impotencia;

si lo quiere y puede (la única de estas posibilidades acorde con Dios) cabe preguntarse, ¿de dónde

procede el mal en la tierra?

2º. Las alternativas deben ser claramente excluyentes entre sí, es decir, que no puedan ser ambas

verdaderas a la vez. De lo contrario, establecer la verdad de una no implicaría tener que aceptar la

falsedad de la otra, y viceversa. El problema es que nuestro idioma permite utilizar la partícula

disyuntiva “o” en un sentido no excluyente (“Pueden entrar en nuestro club gastronómico aquellos
que estén casados o tengan al menos 18 años…” Y valdría decir: “o ambas cosas”, porque no tendría

sentido pensar que la regla busca a “quien cumpla sólo una de las dos condiciones, pero no ambas”).

El caso es que, para construir nuestro argumento disyuntivo de una forma sólida, debemos asegurarnos

que la disyuntiva que presentamos sí sea excluyente, cosa que ocurre normalmente en dos casos (ver

el cuadro de opuestos de Aristóteles en el capítulo anterior: argumentos ex contrario): cuando se trata

de opciones contradictorias (“O la figura es un triángulo o no lo es”) o cuando se trata de opciones

contrarias (“o el hombre es bueno por naturaleza –Rousseau- o el hombre es un lobo para el hombre

–Hobbes-”), y en tal caso, hemos de tener cuidado porque, como ya sabemos, aunque no podemos

asumir los dos extremos a la vez (al menos que suframos doble personalidad esquizoide), puede que

las dos opciones resulten igualmente falsas (“ni somos completamente buenos ni somos radicalmente

malos, recordando la idea de ‘insociable sociabilidad’ de Kant”). En este caso, todo el argumento

disyuntivo quedaría invalidado, al ser una falsa disyuntiva.

Cómo se construye un dilema

Un auténtico dilema ha de ajustarse a la estructura siguiente:

a) Existen solo dos opciones;

b) Una de las dos opciones tiene que ser necesariamente elegida;

c) Las dos opciones no pueden darse a la vez, ya que son incompatibles y

d) Las dos opciones tienen consecuencias negativas.


Como observamos, las tres primeras condiciones

coinciden con los argumentos disyuntivos, pero la cuarta es la que hace especial al dilema: en éste, no

hay una solución satisfactoria, ambos cuernos son mortíferos y nuestro oponente se encuentra atrapado

entre la espada y la pared, entre Escila y Caribdis. Para conseguir tal efecto, empezamos construyendo

un juicio disyuntivo (1.“O subes los impuestos o los bajas, en esta situación no hay otra alternativa”),

como en el caso anterior pero, a continuación, mostramos mediante dos premisas más que cada

miembro de la disyunción produce un efecto indeseable (2. “Si subes los impuestos, asfixias a las

empresas y a las familias”. 3. “Pero si bajas los impuestos, entrarás en déficit y no podrás mantener

hospitales y colegios”); para finalizar, rematamos el argumento presentando de forma expresiva las

nefastas consecuencias en un nuevo juicio disyuntivo, paralelo al primero (4. “Así que ya lo sabes: o

te cargas la economía o te cargas los servicios sociales públicos”).

Los dilemas se denominan complejos cuando nos conducen a dos consecuencias diferentes (pero

igualmente negativas), justo como en el ejemplo anterior; y hablamos de dilemas simples cuando

ambos cuernos del dilema nos dirigen a una misma consecuencia indeseable (“Si vuelvo pronto a casa,

te enfadas porque dices que te molesto; y si vuelvo tarde, te enfadas porque no te obedezco. ¿Qué

quieres de mí, si haga lo que haga te vas a enfadar?”). Este tipo de dilemas tienen una gran fuerza

dialéctica, pues conducen al contrario a un auténtico callejón sin salida. Los dilemas son especialmente
útiles para atacar incisivamente a nuestro adversario y dejarlo en evidencia (“O el presidente sabía lo

que estaba pasando o no lo sabía. Si el presidente X conocía el delito que cometieron sus subordinados,

entonces es su responsable máximo y, por tanto, debe dimitir; y si el presidente no se enteró de lo

andaban haciendo durante años, entonces nos gobierna un inútil o un pardillo y, por tanto, debería

igualmente dejar su cargo”).

2. Para todo este capítulo de argumentos disyuntivos y dilemas, aconsejamos revisar el apartado de los argumentos ex

contrario.

3. Gª Damborenea: Uso de Razón, http://cuestionaconoceycambia.files.wordpress.com/2012/06/uso-de-la-

razc3b3n.pdf p. 225 y ss.

4. Optamos por esta solución de la disyuntiva de la prostitución a efectos puramente didácticos, por su sencillez y

claridad. Desde luego, cabe la opción contraria. Vale decir lo mismo para todos los ejemplos y ejercicios que aparecen

en esta y otras secciones de la web.

5. Gª Damborenea, op.cit., p. 235.

5.C. Cómo atacar argumentos

disyuntivos y dilemas
Los requisitos que pedíamos antes para elaborar una disyuntiva o un dilema nos permitirán ahora

buscar los puntos débiles de nuestro oponente. Aprovechando los paralelismos entre ambas estructuras

argumentativas, vamos a comenzar presentando las líneas de ataque comunes frente a las dos.

Tenemos dos posibilidades:


 Demostrar que es falsa la dicotomía que nos proponen en la primera premisa.

 Demostrar que son falsas las otras premisas intermedias.

1º. Podemos demostrar que estamos ante una falacia de la falsa disyuntiva o del falso dilema

mediante dos procedimientos:

a) Mostrando que la disyuntiva o el dilema están incompletos. Su primera premisa no muestra de

forma exhaustiva todas las alternativas posibles, con lo cual, no conseguirá forzarnos a elegir una de

ellas. Así, cabe la posibilidad de encontrar otras opciones (“la novia no llega a la boda porque se

arrepintió o porque nunca había querido al novio”, “Hombre, no, o porque ha tenido un accidente

de coche, o hay un atasco monumental en la M30 o la han secuestrado unos misteriosos sicarios…”,

o este otro ejemplo humorístico: “Doctor, ¿usted cree que a mis ochenta años hacer el amor todas

las noches es bueno o es malo? Eso no es ni bueno ni malo, eso es mentira”). Por otra parte, también

podemos mostrar que entre los dos pretendidos extremos existe algún punto intermedio, como ocurre

con el gris, entre el blanco y el negro.

Habitualmente, las personas de mentalidad radical y fundamentalista suelen presentar sus posturas

mediante disyuntivas extremas, que buscan atenazar al interlocutor: “o estás conmigo o estás contra

mí”. Pero para lograrlo, deben simplificar la realidad, olvidándose de los matices, de los detalles y

posibilidades que habitan entre ambos extremos: “O los catalanes se separan de España o que se
integren totalmente en nuestra nación”, “O estás contra el aborto o estás contra el derecho a la vida”,

“No tienes elección: o te conviertes a nuestra religión o te vas de nuestro país”…

b) Mostrando que los miembros de la disyuntiva o dilema no son excluyentes entre sí, que no existe

la pretendida incompatibilidad, porque los pretendidos extremos se pueden compatibilizar (“O te

gustan los Beatles o te gustan los Rolling Stones”, “Pues a mí me gustan los dos”). Si ambas opciones

pueden ocurrir a la vez o ambas pueden ser falsas a la vez (“ni me gustan los Beatles ni me gustan los

Rolling Stones”), entonces la incompatibilidad que nos obligaba a elegir uno de los dos se desvanece.

2º. Puede que las premisas intermedias sean falsas. En el caso de la disyuntiva, debemos probar que

nuestro oponente se equivoca cuando afirma que esta opción es falsa o que la otra es verdadera. En tal

caso, estaremos dando por buena la disyuntiva inicial, pero lucharemos contra el miembro escogido a

continuación (bien porque este no es tan pretendidamente bueno o su contrario no es tan malo o falso

como se piensa).

En el caso del dilema, los pasos intermedios consisten en enunciados condicionales, porque decimos:

tanto si ocurre A como si ocurre B la consecuencia será negativa. El esquema era, como vimos, “Si A,

entonces X” y “Si B entonces, Y” (y sabemos que a veces, X e Y son lo mismo). Para resolver estas

debemos revisar los siguientes apartados: Argumentos causales, argumentos condicionales y falacias

formales. Por ejemplo: “O legalizamos las drogas o las perseguimos con dureza. Si legalizamos las

drogas, su consumo se extenderá de forma masiva”. “Esto es falso, en algunos países se han

legalizado y su consumo sigue igual que antes, con la prohibición”).

Otras formas de enfrentarse a un dilema

A las críticas expuestas más arriba, podemos añadir otros dos modos de reacción para el caso concreto

de los dilemas: escoger el mal menor y retorcer el dilema contra nuestro oponente.

En el primer caso, hacemos un cálculo de las consecuencias de ambos cuernos del dilema y decidimos

aceptar una de las opciones, considerando que es un mal menor. “Señor Fernández, o le cortamos la

pierna o la gangrena se extenderá por todo el cuerpo”, “Doctor, no se lo piense: corte por lo sano.” En
cierto modo, al tomar esta salida estamos negando que el dilema fuera irresoluble o, al menos,

mostramos que uno de sus cuernos es menos funesto que el otro. Sacrificamos a nuestro alfil, sí, pero

al menos hemos salvado a nuestra reina.

En el segundo caso, la retorsión (que vemos más

detenidamente y de forma más específica en otro apartado) lo que intentamos es volver contra nuestro

oponente su propio argumento: admitimos su dicotomía (1ª premisa), pero le damos la vuelta a las

supuestas consecuencias de cada uno de los miembros. Veamos esta brillante y efectista estrategia en

acción, a través del famoso y antiguo ejemplo de Corax y Tisias: el afamado retórico Corax aceptó

enseñar al joven Tisias el arte de la abogacía y le dijo que no tendría que pagarle por sus enseñanzas

hasta que ganara su primer pleito (en el caso contrario, si perdía Tisias ese juicio, no tendría que

pagarle nada a Corax, pues se demostraría la inutilidad de sus enseñanzas). Como Tisias no quería

tener que soltar la pasta, se le ocurrió no aceptar ningún juicio, así ni ganaría ni perdería nunca. Pero

el astuto Corax demandó a Tisias ante la justicia, esperando así acorralarle entre los cuernos de un

brillante dilema:

Corax y Tisias
Afirmó Corax: “O ganas este pleito, o lo pierdes. Si lo pierdes, deberás pagarme, por sentencia

del juez. Y si lo ganas, deberás pagarme igualmente, porque habrás ganado tu primer pleito.
Será, además, la mejor prueba de lo bien que te he enseñado. En cualquier caso, habrás de

pagar”.

Pero respondió Tisias: “O gano este pleito, o lo pierdo (igual premisa primera). Si lo gano, no

deberé pagarte, en virtud de la sentencia absolutoria. Y si lo pierdo, tampoco deberé pagarte,

porque todavía no habré ganado ningún pleito (recuerda nuestro trato). Por lo demás, quedará

en evidencia que no me has instruido bien. En ninguno de los dos casos, entonces, tendré que

pagar”.

Por tanto, para elaborar nuestro ataque por retorsión, debemos admitir el dilema en sí (A o B) y

concentrarnos en las premisas intermedias, aquéllas que tienen forma de condicional (si A → X y si

B → Y), para tratar de darles la vuelta y mostrar a nuestro sorprendido oponente que, partiendo de sus

mismos supuestos se puede llegar justo a la conclusión contraria (si A → Y y si B → X).

06. Apelar y

contradecir a la

autoridad
 06. Apelar y contradecir a la autoridad

 6.B. Construcción

 6.C. Derribo

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6.A. Introducción
El efecto halo, el marketing y Aristóteles

El efecto halo consiste en la realización de una generalización errónea: a partir de una característica

positiva (o negativa) de una persona consideramos que el resto de sus características también han de

ser positivas (o negativas). Este fenómeno lo descubrió el psicólogo Edward L. Thorndike, a partir

de sus investigaciones con el ejército, cuando observó que los oficiales atribuían características

positivas a sus superiores una vez que habían descubierto una cualidad positiva. Y, por el contrario,

valoraban con características negativas a sus superiores cuando veían alguna cualidad negativa en

ellos.

El efecto halo se manifiesta en la vida cotidiana.

Así, por ejemplo, si alguien tiene belleza física entonces existe la tendencia a atribuirle otra serie de

características positivas sin haber comprobado si las tiene o no, como que es una persona inteligente,

seductora, agradable, etc... También tendemos a categorizar a las personas según su profesión (médico,

albañil, empresario, etc.). Este fenómeno es aprovechado mucho en la publicidad, con la finalidad de

mejorar la imagen de algunos productos favoreciendo su posición en el mercado. Así, es habitual que

se contrate a ídolos del deporte o del mundo del cine para promocionar ciertos productos ("El mejor

portero del mundo tiene un coche de la marca X", "El número uno del tenis mundial recomienda los
seguros Y", "La estrella de cine prefiere tomar café de la marca Z" etc.). En la política también se usa

el efecto halo: si un líder tiene alguna característica por la que resulta atractivo, entonces la gente

tenderá a pensar que su política también lo es, por lo que tendrá más votantes.

Este efecto puede darse también en el mundo intelectual1, al considerar que los intelectuales o

científicos tienen credibilidad en sus opiniones incluso en materias en las cuales no son expertos. Este

es el caso de Aristóteles, filósofo y científico griego de la antigüedad, a lo largo de la Edad Media y

el Renacimiento. En esta época existía una gran veneración por las obras de Aristóteles, y sus

opiniones sobre diferentes temas eran utilizadas en numerosos debates intelectuales. Como ejemplo2

referirnos al filósofo italiano renacentista Pietro Pomponazzi, seguidor del pensamiento aristotélico,

quien señalaba, apoyándose en Aristóteles, que no podía probar la existencia de demonios o ángeles

para explicar fenómenos inexplicables o milagrosos. "Y como personas como nosotros no podemos,

en temas de ciencia natural, compararnos a Aristóteles y a los hombres mencionados, hay una gran

razón para creer que estos fenómenos no prueban eficazmente la existencia de demonios y ángeles".

De hecho, se acuño una expresión para zanjar las discusiones acudiendo al pensamiento del maestro:

“MAGISTER DIXIT”.

La infalibilidad del Papa

Uno de los casos más llamativos de respeto a la autoridad se da en las religiones, de forma muy especial

en el catolicismo: la Iglesia Católica reunida en el Concilio Vaticano I de 1869 proclamó

solemnemente la infalibilidad del Papa (se supone que con efectos retroactivos, no sólo para los

siguientes Papas). De manera que el Sumo Pontífice, cuando habla desde su posición de pastor y

maestro supremo de todos los fieles (lo que se denomina hablar ex-cathedra) acerca de las doctrinas

de la fe, sus palabras son infalibles y deben ser aceptadas por todos los católicos. Dicha infalibilidad

no se basa en su inteligencia o en el apoyo de su Iglesia, sino en la inspiración y asistencia del Espíritu

Santo. Además, esa incapacidad para equivocarse en cuestiones tan trascendentes está legitimada por

las propias palabras de Jesús en la Biblia:


"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del

Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la

tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos". -

Mateo 16:18-19 y también:“El que a vosotros oye, a Mí me oye”(Lc 10,16).

La promesa de Cristo no puede fallar. Estas verdades requieren de los católicos el asentimiento de la

fe. Es decir, la virtud sobrenatural de la fe, porque tenemos fe en Cristo y su promesa de enseñar por

medio de la Iglesia. Estas verdades obligan a los católicos bajo pena de romper su comunión con la fe

verdadera, es decir, bajo amenaza de herejía y la consiguiente excomunión. Ejemplos de definiciones

ex cathedra pronunciadas infaliblemente por el Sumo Pontífice han sido:La carta de San León I

sobre la Encarnación de Dios en Jesús, el texto de Benedicto XII referente a la visión beatifica, el

dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen y el dogma de la Asunción de la Virgen en cuerpo

y alma al cielo.3

No obstante, con independencia del efecto halo y los dogmas de fe de las distintas religiones en los

que cada cual es libre de creer o no, podemos utilizar de forma lógica las opiniones razonadas de los
expertos, intelectuales o científicos, para apoyar nuestros pensamientos, aunque sólo cuando dichas

opiniones correspondan a temas en los cuales son realmente expertos. Esto es lo que ocurre en

trabajos científicos o académicos, como en el caso de tesis doctorales, en donde se recurren a

aquellos que anteriormente se han ocupado del asunto tratado en dichos trabajos.

Definición del argumento de autoridad


Hay personas que, por su formación científica o intelectual, son consideradas expertas en diferentes

materias (economía, política, biología, sociología, etc.) o temas concretos (energía alternativa,

sistema electoral, etc.). Por eso mismo, sus opiniones sobre dichos temas o materias son opiniones

autorizadas (tienen lo que los clásicos denominaban auctoritas4). Apoyarnos en las opiniones

autorizadas y en las razones de los expertos, cuando nuestros conocimientos sobre esos campos son

más limitados (nadie puede hoy abarcar todos los campos o temas que son discutidos) o cuando no

tenemos tiempo suficiente, es una forma correcta de argumentar, conocida como "argumentos que

apelan a la autoridad". Este tipo de argumento se basa en el sentimiento de respeto que despierta

dicha autoridad, no tanto por los cargos que ocupa o por los premios que haya recibido, sino por su

carácter de experto en el campo o el tema sobre el que se está debatiendo.

Estructura:

A es un experto y dice que p

Por tanto, debe ser verdad p

Ahora bien, hemos de ser conscientes de que este tipo de argumento no es garantía absoluta de la

verdad de lo que se está afirmando (en este caso, p), ya que dicho experto podría estar equivocado.

Piensa que hasta principios del siglo XX, los mayores expertos en Física del mundo creían en la

existencia de una sustancia material invisible e indetectable bajo ningún método de observación, a la

que llamaban el éter. Luego, se demostró su inexistencia: es un claro caso de “ceguera profesional”

que sólo se resolvió cuando llegó el amigo Einstein. Mira la historia del éter en los siguientes vídeos:

1. Montserrat Bordes, Las trampas de Circe, p. 217


2. Citado por Fina Pizarro: Aprender a razonar, p. 54

3. Tomado de una página católica: http://www.corazones.org/diccionario/infalibilidad.htm

4. Se entiende por “auctoritas” una forma de prestigio social que procedía del saber, de la valía, de la capacidad moral

para emitir opiniones cualificadas que eran valoradas por la comunidad. La “potestas” por el contrario, hacía referencia

a la capacidad legal para tomar decisiones, al cargo político que tiene una persona para tomar una decisión, su poder.

6.B. Cómo construir un

argumento de autoridad
Para que el uso de este tipo de argumento sea adecuado deberás tener en cuenta lo siguiente:

1º. Debes identificar claramente al experto (o la institución) en que apoyas tu opinión: "Einstein

consideraba..", "Aristóteles ya dijo que...", "El estudio de la Universidad de Cambridge viene a

demostrar que..." (no resulta adecuado, por el contrario, que digas "Los expertos dicen que..." o "La

mayoría de los estudios científicos consideran que...." porque resultaría más impreciso y con menos

fuerza argumentativa al tratarse de fuentes no definidas).

2º. Has de asegurarte de que el experto que citas es realmente especialista competente en el asunto que

se está debatiendo y no en otro campo o asunto diferente (si se está discutiendo un tema económico

debes encontrar un experto en economía; si se discute un tema de música es necesario que encuentres

a un músico o a un crítico musical experto, etc.). También es necesario que selecciones al experto no

por sus títulos, premios o influencia social solamente, pues lo importante es la calidad de sus estudios

o investigaciones respecto al asunto en discusión. De lo contrario, su pensamiento podría considerarse

una simple opinión (aunque sea la de un experto).


3º. Cerciórate de que el experto que has encontrado no tenga otro tipo de intereses que defender

(políticos, económicos o de otra clase) para decir lo que dijo. Es decir, asegúrate de que se trata de una

fuente imparcial y su opinión se basa en sus investigaciones y en datos objetivos, no en intereses

personales, laborales, su nacionalidad, su afiliación política... En esto, no hay mejor argumento que

aquél que cita a una autoridad querida o admirada por el bando contrario, porque ahí no habría duda

de parcialidad a nuestro favor. Por ejemplo: en un debate sobre la influencia de los empresarios en la

política y las leyes del país (los famosos lobbies), alguien que esté en contra de dicha influencia podría

citar al mismísimo Adam Smith, que no es sospechoso de izquierdismo, pero afirmaba en su obra La

Riqueza de las Naciones:

Adam Smith. La Riqueza de las Naciones


“Cualquier propuesta de una nueva ley o regulación comercial que venga de esta categoría de

personas (los empresarios) debe siempre ser considerada con la máxima precaución, y nunca

debe ser adoptada sino después de una investigación prolongada y cuidadosa, desarrollada no

sólo con la atención más escrupulosa, sino también con el máximo recelo. Porque provendrá de

una clase de hombres cuyos intereses nunca coinciden exactamente con los de la sociedad, y que
tienen generalmente un interés en engañar e incluso oprimir a la comunidad, y que de hecho la

han engañado y oprimido en numerosas oportunidades”.

4º. Averigua si hay otros expertos que avalan la misma opinión y también ten en cuenta si hay expertos

que están en desacuerdo con él, y también son una autoridad en el tema. Si hay opiniones contrarias

no está claro quién tendrá razón y nuestro argumento perderá su fuerza.

5º. Debes ser capaz de entender realmente lo que el experto dijo sobre el tema en discusión, evitando

hacer malinterpretaciones de lo que realmente dijo. Por supuesto, confirma que la idea que vas a

afirmar realmente fue expresada por dicho autor. Hay demasiada información-basura en internet que

te puede llevar a meter la pata. Debemos asegurarnos de haber interpretado correctamente las palabras

de dicho experto o podrán volverse en nuestra contra.


6.C. Cómo derribar un

argumento de autoridad

 ¿Es necesario recurrir a un experto? Sólo cuando el tema es una cuestión técnica (de enfermedades,

de fontanería o de geopolítica ) o bien carecemos de la información y preparación suficiente, o bien

no hay otro medio directo de comprobar una verdad (no tenemos un laboratorio o un acelerador de

partículas a mano), recurriremos a la opinión del experto. De lo contrario, “¿para qué quiero consultar

en los libros de Aristóteles el número de dientes que tiene un burro, si podemos mirarlo nosotros

mismos?”

 La fuente que se cita, sean personas, organismos o instituciones, queda imprecisa y, si no se puede

concretar la autoría de esa opinión, tampoco se puede sostener su autoridad en el tema. “Los médicos

recomiendan…” no vale, es un argumento débil, “El Consejo General de Colegios de Médicos de

España ha informado…” Esto sí impone respeto.


 La persona citada no es un experto genuino en la materia que se está hablando, carece de la titulación

homologada, del prestigio requerido o de la experiencia, no ha investigado el área concreta de la que

se discute. “Mi cuñado, que trabajo en temas de salud, me ha dicho que la cerveza negra es buenísima

para fortalecer el cabello”. “¡Pero si tu cuñado es ayudante de dentista!” “Juan es un buen

historiador, pero ¿acaso es especialista en el periodo que comprende la Alta Edad Media y sus

peculiaridades en esta zona de Andalucía oriental?”

 No es imparcial, sino que responde a intereses particulares por su origen, su condición, sus

preferencias musicales, políticas o gastronómicas… “¿Que ha dicho tu carnicero que la comida

vegetariana no es sana? ¿Y a continuación no te ha ofrecido un costillar de cerdo a buen precio?”

“Pero cómo vas a comparar a Javier Tusell, uno de los historiadores más reconocidos

profesionalmente, con Pío Moa, que comenzó como simple archivero y que escribe sus libros

subvencionado por la Fundación Francisco Franco?”, “El reverendo McMillan ha puesto en duda la

teoría de la evolución de las especies de Darwin, porque a él no le convence… Bueno, ¿Y qué?”

 No es la única opinión sobre el tema, hay expertos tan reputados como éste que afirman exactamente

lo contrario. Se trata de un área de investigación que aún está en pañales y por tanto no existen

conocimientos concluyentes sobre él, sólo hipótesis más o menos plausibles. Reproducimos a

continuación una polémica reciente sobre la declaración por parte de la Organización Mundial de la

Salud de una pandemia mundial de gripe A en el año 2009. Se adquirieron millones de vacunas y luego

resulto falso o muy inferior su peligro real para la población. Tomamos prestado el siguiente artículo

de la revista QUO5. Observad que aparecen varios expertos y organizaciones especializadas, pero no

hay acuerdo sobre la verdad de lo que pasó.

POLÉMICA: ¿De verdad la

gripe A un fraude?
El virus N1H1 ha traído la más suave de todas las gripes históricas. Algunos expertos, como Wolfang

Wodarg, acusan a la OMS de alarmismo e investigan el alto gasto en vacunas. Otros defienden a la

organización; entre ellos, Juan José Badiola, quien advierte: “El lobo puede volver”

Juan Scaliter - 16/02/2010

Juan José Badiola: Virólogo y patólogo, director del Centro

de Investigación de Enfermedades Transmisibles Emergentes de Zaragoza, miembro del Comité

Científico Asesor de la Gripe A del Ministerio de Sanidad y Presidente de la Comisión Científica

Asesora de la Gripe A para la Comunidad de Madrid.


Wolfgang Wodarg

Médico por la Universidad de Hamburgo. Realizó

postgraduados en medicina interna, neumología y epidemiología. Hasta el 25 de enero fue el

presidente de la Comisión de Salud del Consejo Europeo.

¿Estaba justificada la declaración de la gripe A como pandemia?

Juan José Badiola: Una pandemia hace referencia al grado de propagación de una enfermedad, en

este caso infecciosa. Y no necesariamente se refiere a la gravedad de la misma. Creo que la gente

ha confundido gravedad con grado de propagación. No sabemos cuánta gente se infectó realmente.

Es posible que haya habido 20 ó 30 veces más de las cifras que se conocen. Quitando algunos

países, como Groenlandia, ha habido casos en todo el mundo. Ha habido una gran propagación, y

eso es una pandemia.

Wolfgang Wodarg: Me llamó la atención que en 2009 la OMS cambiara la definición de pandemia

y dejara de lado dos características muy importantes: alta morbilidad y alta mortalidad. Son

criterios muy importantes porque la OMS, sin ellos, puede declarar cada año una pandemia que no

tiene sentido, ya que confunde a la gente. Muchos estados (Gran Bretaña, Japón, China…)

aseguraron que no era bueno que se cambiara la definición, porque sin estos criterios se creaba

pánico en el público y generaba mucho gasto de dinero. Antes, la definición se entendía muy deprisa

y no había duda entre las personas. Pero según la nueva definición de pandemia, sí estaba

justificada.

¿Qué habría pasado si la OMS no hubiera declarado pandemias el SARS,

las gripes aviar y A…?


J.J.B.: Imagínese que se hubiera muerto mucha gente, ¿qué se diría entonces? Ahora se puede decir

que la OMS se gastó más dinero de la cuenta. Pero cuando la OMS en abril comenzó a tener

noticias de personas que enfermaban de una gripe, se hablaba de un virus que se propagaba

rápidamente. Se identificó en el OCD de Atlanta como un virus nuevo, recombinado de una manera

francamente llamativa: de él formaban parte cuatro procedencias genéticas, tenía componentes

porcinos, humanos y aviares. Y se tenía como francamente peligroso… Todas las pandemias del

siglo XX han sido provocadas por un virus de origen animal. Yo entiendo que la OMS tenía que

hacer eso.

W.W: Si la OMS no hubiera declarado pandemia, no habría pasado nada. Si no cambiamos la

definición, tendremos una pandemia cada año, y luego no pasará nada. Necesitamos una alarma si

de veras sucede algo, si hay una catástrofe. Pero no veo que esto ocurra como dicen algunos

especialistas.

España compró 37 millones de dosis de la vacuna. ¿Fue demasiado?

J.J.B.: España hizo en aquel momento lo que creía que tenía que hacer: había una enfermedad que

se estaba propagando de forma muy rápida, que estaba provocando algunos fallecimientos, y las

vacunas eran para prevenir esa enfermedad. En ese momento había países que optaron por vacunar

al 100% de la población. Al final, el virus ha sido menos patógeno de lo que se creía en un

principio. Tampoco ha habido unanimidad del valor de la vacuna en los ámbitos médicos. Algunos

profesionales dudaban, y cuando algunos ciudadanos les escuchaban, es normal que tuvieran

reparos respecto de la eficacia de la vacuna. Esto motivó que hubiera un bajo índice de vacunación.

W.W: Yo ya había visto en abril pasado que había pocos casos de gripe y que no era peligrosa.

Creo que una vacuna extra contra la gripe A no era necesaria. En Polonia no se ha comprado

ninguna dosis. La ministra de Salud polaca es médica, y ella estaba al tanto porque sabe mucho de

salud pública.

¿Beneficia a alguien que se haya declarado una pandemia?


J.J.B.: No se me ocurre pensar que la OMS se pueda dejar influir por intereses de particulares, en

este caso farmacéuticas. Eso no quiere decir, como expresó el responsable de la organización, que

alguna persona que haya sido asesora no haya tenido alguna connivencia. Eso puede ser. Los

humanos somos así. Puede que haya personas que no hayan visto un conflicto de intereses.

W.W: Hemos pedido a la OMS que nos dijera a cuántos científicos preguntaron para decir que el

N1H1 era una amenaza, pero no nos han dado evidencias de quiénes o cuántos lo dijeron. Muchos

científicos dicen que es irresponsable lo que digo, pero no dicen por qué. Los científicos que decían

que sería una pandemia se han equivocado, y ahora les resulta difícil justificarse.

También creo que es una locura que haya una vacuna contra la pandemia y otra contra la gripe

estacional, porque mientras una de las vacunas queda como siempre, la otra permite a la industria

prepararse con patentes y monopolios.

Sars, gripe aviar, gripe A... Todas declaradas pandemias. ¿No resulta

lógico que se desconfíe de la OMS?

J.J.B.: Creo que no se debería desacreditar a la OMS: puede traer consecuencias. Es como el

cuento: “Que viene el lobo, que viene el lobo”, y a lo mejor algún día viene. O vuelve. Porque en la

historia de las pandemias suele haber una, dos o tres oleadas. Probablemente la gripe A no haya

dicho la última palabra. No se puede descartar que en algunos meses produzca nuevos afectados.

Los virus de la gripe son expertos en recombinación, y podrían unirse con otros virus de la gripe,

humana o animal, y ser más patógenos. Aparte, nosotros tenemos un buen sistema sanitario, pero ¿y

los países que no? Para ellos existe la OMS.

W.W: Es la segunda vez que debemos investigar una situación similar. Con la gripe aviar sucedió lo

mismo; se declaró pandemia y no pasó nada. No podemos creer a la OMS. Necesitamos una agencia

en la que podamos confiar. Creo que en estos momentos la OMS no sirve para nada.
5. Puede verse el artículo original en esta web: http://www.quo.es/salud/gripe-a-polemica

07. Presentar y objetar

propuestas
 07. Presentar y objetar propuestas

 7.B. Presentar

 7.C. Criticar

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El fin justifica todos los medios, dijo Maquiavelo.

En política, son los medios los que deben justificar el fin, respondió Albert Camus.

7.A. Introducción
Veamos un fragmento de noticia aparecida en el diario El País1

El País. Ana Carbajosa. Berna. 18 de agosto de 2013

DAVID ROTH Impulsor de la iniciativa 1:12 para reducir la brecha salarial


“La gente tiene cada vez más

claro que los grandes salarios

son un abuso”
El líder de las juventudes socialistas logró que Suiza someta a consulta la diferencia de sueldos.

David Roth es un chico joven, de 28 años, sonriente y con una determinación capaz de poner en

jaque a la clase política y empresarial de su país, Suiza. Al frente de los jóvenes socialistas, ha

lanzado la polémica iniciativa 1:12, con la que pretende poner coto a los desorbitados salarios de

los ejecutivos en su país. La profundidad democrática del sistema político suizo tal vez se lo permita.

Cuenta este joven, que ha aparcado sus estudios de historia y filosofía

para dedicarse a la política, que todo empezó en 2009. Al poco de que el gran banco UBS fuera

rescatado, muchos suizos empezaron a preguntarse por qué los directivos de esa empresa cobraban

bonus mientras su banco se hundía. Roth pensó que había que poner un tope; limitar esos pagos y

le pareció razonable que ningún empleado de una empresa ganase en un mes más que cualquier otro

en un año. De ahí el nombre de la iniciativa, 1:12. Luego recogió las 100.000 firmas necesarias para

que su texto llegara al Parlamento.


Hacer propuestas, elaborar y discutir planes de acción económicos y sociales forma parte intrínseca

del mundo de la política. Antes de aprobar una nueva ley, el Parlamento analiza sus ventajas e

inconvenientes, los obstáculos que pueden plantearse para su puesta en marcha, su utilidad y su ajuste

a los principios y valores constitucionales que consideramos importantes.

No sólo los políticos, todas las personas discutimos a diario lo que consideramos que debería hacerse

o dejarse de hacer “para arreglar el mundo”. Hay miles de blogs con análisis y propuestas para todos

los gustos. Los foros de los periódicos en internet echan chispas discutiendo la bondad o maldad de la

última iniciativa del gobierno. Por suerte, no todos se toman tan a pecho esto de hacer propuestas, pues

se las puede presentar también con el mejor sentido del humor, como nuestro admirado Goyo Jiménez,

quien en el siguiente monólogo propone, ni más ni menos, que suprimir la emisión en horario infantil

de unos programas que considera muy perjudiciales para los niños: los dibujos animados.

Este tipo de discurso argumentativo que presenta y discute propuestas se denomina desde Aristóteles

deliberación2, palabra que deriva del latín libra, balanza, pues en estas discusiones es común sopesar

en los platillos imaginarios de nuestras mentes los pros y los contras que conllevaría tomar una

determinada decisión. En realidad, cuando analizamos un acto por sus consecuencias favorables o

desfavorables estamos recurriendo a un tipo de argumento llamado pragmático. Existe incluso una

corriente ética en filosofía, el utilitarismo, que afirma que debemos valorar las acciones como buenas

principalmente por la cantidad de bienestar que produce (o por la cantidad de dolor que evita) al mayor

número posible de personas3. Está muy bien, pero los humanos no sólo nos guiamos por el criterio de

la utilidad, pues en un momento dado, la eliminación física de una minoría étnica rebelde podría ser

útil y beneficiosa para la mayoría de una sociedad, pero nuestro sentido de la democracia nos dice que

no es ético utilizar la violencia, la tortura o el asesinato como instrumentos políticos. Bastantes

dictaduras hemos tenido ya (y algunos todavía se atreven a justificarlas como útiles para resolver los

problemas de la sociedad). Por tanto, muchas veces recurrimos a principios y valores que

consideramos superiores a la utilidad (como la justicia, la libertad, la vida o algo tan poco práctico

como el amor), para justificar por qué algo debe o no debe hacerse. Esto es lo que se llama el

argumento moral o de medios-fines4.


Definición de liberación
Discurso argumentativo en el que se plantea alguna propuesta de acción o proyecto de futuro y se

intenta convencer al interlocutor de la bondad y utilidad de sus consecuencias. Con frecuencia, en

él se discuten las ventajas y desventajas de tal propuesta, su necesidad para resolver algún problema,

así como su legitimidad moral. Ejemplo: ¿debería legalizarse la prostitución? ¿Qué pasaría si

bajáramos los impuestos? ¿Cómo acabar con la delincuencia juvenil?

Definición de argumento pragmático


Argumento de estructura condicional (si… entonces…) que conecta una acción o puesta en

marcha de un proyecto con la obtención de determinadas consecuencias prácticas, ya sean

positivas o negativas. Dichas consecuencias son las que justifican o desaconsejan la realización de

tal acción o proyecto. Ejemplo: “A Cataluña no le interesa independizarse de España, porque si

lo hiciera, sus empresas perderían gran parte de su negocio”.

Definición de argumento moral o de medios fines


Argumento que justifica nuestro deber de realizar o no una acción o proyecto en base a

determinados valores, derechos o fines que consideramos en sí mismos valiosos. A tal efecto,

puede discutirse si dicho acto o decisión realmente encarna ese pretendido valor o fin, o bien

discutir qué fines o valores deben ser prioritarios frente a otros. “El pueblo catalán tiene derecho
a decidir libremente su futuro en un referéndum. La democracia debe estar por encima de las

leyes escritas”.

1. Puedes ver la noticia original en

http://economia.elpais.com/economia/2013/08/18/actualidad/1376857473_822841.html

2. Seguimos aquí el planteamiento de R.G.Damborenea, Uso de razón,

http://cuestionaconoceycambia.files.wordpress.com/2012/06/uso-de-la-razc3b3n.pdf

3. http://es.wikipedia.org/wiki/Utilitarismo

4. Algunos autores (Marraud, op.cit. p.274) usan indistintamente el nombre de medios-fines para los argumentos

pragmáticos y morales, pues existe una cierta indefinición en este campo debido a las evidentes similitudes. Nosotros

hemos preferido separar el argumento pragmático (o de las consecuencias) y reservar los argumentos de medios-fines

para las cuestiones normativas o morales, a efectos puramente didácticos.

7.B. ¿Cómo se debe presentar

una propuesta?
Evidentemente, quien realiza una propuesta es quien carga con el peso de probar que es buena o

deseable. No vale despacharse aquí con un vulgar y simple ¿y por qué no? Por ello, para convencer a

nuestros interlocutores y que éstos admitan nuestra propuesta debemos enfrentarnos a la etapa reina

de la vuelta ciclista y ser capaces de superar no uno sino cuatro puertos de montaña; esos cuatro

esfuerzos necesarios consisten en:

1º. Demostrar que existe un problema y, por tanto, nuestra propuestas es necesaria.
2º. Demostrar que nuestra propuesta es viable, es decir, factible, no una quimera.

3º. Demostrar que nuestra propuesta es útil y gana en la balanza de los pros y los contras.

4º. Demostrar que la propuesta es legítima y no vulnera nuestros valores compartidos.

1º. Existe un problema real, grave y acuciante

El público difícilmente escuchará y menos aún apreciará nuestras propuestas si estas no responden a

algún problema real y presente en nuestra sociedad, pues de lo contrario se reirán de nosotros como

de la propuesta que has visto en el monólogo sobre los dibujos animados en la sección anterior.

Es importante dedicar un tiempo de nuestra intervención en el debate a ilustrar de forma didáctica (con

cifras, noticias o declaraciones públicas) la delicada situación que nos ha empujado a plantear nuestra

propuesta. Además, debemos recalcar que se trata de un problema grave e inaplazable, pues si nos

encontráramos ante un problema leve, que afecta sólo a una parte pequeña de la población o que sólo

nos influirá a muy largo plazo, el interés de los oyentes se perderá.

Por ejemplo, los grupos ecologistas se encuentran muchas veces con el problema de concienciar a la

población respecto a la necesidad de afrontar problemas de medio ambiente que ocurren a miles de

kilómetros o afectan a alguna especie exótica, o cuyas consecuencias sólo empezaremos a apreciar

dentro de algunas décadas. Cuando el desastre ecológico es cercano y palpable como el chapapote

del Prestige, la población se implica inmediatamente.


2º. Nuestra propuesta es viable, factible

No estamos proponiendo nada imposible y tan difícil de realizar que no valga la pena. Existen medios,

incluso otros ya lo han hecho en otros países, por lo que no estamos proponiendo una quimera ni

castillos en el aire. Aunque resulte complicado, el esfuerzo será recompensado con creces…

3º. Nuestra propuesta es eficaz y es la mejor

Aquí es donde realmente nos la jugamos. Como mínimo, nuestra propuesta debe servir para resolver

el problema, debe ser eficaz. No confundir eficacia y eficiencia: una bicicleta es un medio eficaz para

viajar de Barcelona a Madrid (salvo que se rompa por el camino), pero el tren o el automóvil son un

medio más eficiente (en términos de tiempo, costes, comodidad…). Repetimos, debemos demostrar al

menos que nuestra propuesta es eficaz para resolver el problema. De hecho, si lo que se propone es

imposible o el problema se va a producir de forma inevitable, cualquier discusión sobra.

 A continuación, debemos demostrar que nuestra solución, además de eficaz, es la más práctica y

conveniente porque:

 de forma previsible (no improbable) producirá unos resultados ventajosos;


 dichas ventajas serán significativas, supondrán una mejora relevante, de todo o de gran parte del

problema;

 además existen ventajas adicionales, consecuencias positivas en otros campos que vendrán por

añadidura;

 dichas ventajas compensan los inconvenientes (toda propuesta tiene sus pros pero también sus contras,

lo importante es que estos estén previstos, controlados y pesen menos en la balanza).

 las otras alternativas propuestas son menos eficaces, menos eficientes, más perjudiciales que la

nuestra. No hacer nada tampoco es una solución.

Todas estas consideraciones pertenecen a lo que llamamos argumento pragmático: enumerar las

consecuencias de nuestras decisiones, valorar dichas consecuencias en la balanza de lo positivo y lo

negativo, comparar distintas opciones prácticas…

4º. Nuestra propuesta es legítima, ética


Por último, podemos presentar nuestra

propuesta como la más justa, digna de elogio o valiosa por sí misma. No existen reparos morales que

la hagan indeseable. O por otra parte, puede tratarse de una situación en la que no tenemos más remedio

que elegir la opción que consideramos respeta el fin o valor superior (es el caso de los dilemas morales,

en que tenemos que elegir entre dos opciones indeseables, porque las dos ponen en juego bienes o

derechos que consideramos valiosos, pero tenemos que establecer un orden de prioridad en nuestra

escala de valores).

Cuando utilizamos un argumento moral estamos dando por supuesto la importancia que los valores

y principios morales tienen en nuestra vida, pues los usamos para guiar nuestras acciones, aconsejar y

juzgar las acciones de los demás. El cínico, el escéptico o el relativista podrán burlarse de nosotros,

pero cuando uno tiene que tomar una decisión y actuar, necesitamos algún criterio o norma al que

agarrarnos. El argumento moral, al igual que el pragmático, analiza las consecuencias de las acciones

y decisiones, pero las confronta con una escala de valores éticos con los que nos identificamos. Por

ello, no admitiríamos una acción o propuesta que viola valores o principios que consideramos

superiores5.
5. A veces hay que defender derechos básicos como la educación o la libertad de

expresión.

7.C. ¿Cómo se critica una

propuesta?
Evidentemente, los mismos criterios que nos han permitido construir una buena argumentación

deliberativa, son los que debemos atender para criticar dicho tipo de argumentación:

1º. Frente al catastrofista, diremos que en verdad no existe tal problema, es inventado o se ha

magnificado. Se trata de la crítica contra los que imaginan peligros inexistentes y anuncian la ruina

inminente que nunca llega, como pájaros de mal agüero. Ejemplo: “Pero, hombre, ¡tanto hablar del

problema del bilingüismo en las escuelas catalanas y ahora resulta que sólo 14 familias han

reclamado darle a sus hijos la enseñanza en castellano!


2º. Frente al utópico, diremos que la propuesta no es viable o quizá lo sería, pero no en estas

circunstancias actuales; esta es la crítica típica contra aquellos que no tienen los pies en el suelo para

darse cuenta de lo que resulta factible y lo que no. Incluso, siendo factible, el precio, los obstáculos y

dificultades serían tales que no merece la pena emprender ese proyecto. “La NASA considera inviable

hoy por hoy mandar una tripulación a Marte y retira los fondos al citado proyecto.” “¿Entregar un

sueldo de mil euros a todas las familias que tengan algún parado entre sus miembros? ¿Y de dónde

va a sacar el presupuesto para seis millones de parados? Es usted un ingenuo.”

3º. Frente al torpe y chapucero, diremos que la propuesta ni es eficaz ni eficiente. No conseguiremos

resolver el problema aplicando semejantes medidas. Es la típica crítica contra aquellos que no van a

la raíz del problema, sino que cogen el rábano por las hojas, con lo cual no consiguen solucionar la

situación. Como mucho se limita a tratar alguno de sus síntomas (fiebre, por ejemplo), sin curar la

enfermedad (una infección pulmonar grave). Puede que la propuesta, en vez de quedarse corta, se pase

de larga, es peor el remedio que la enfermedad, porque no se puede matar moscas a cañonazos, ni

entrar en el asunto como un elefante en una cacharrería6.


Además, la balanza de los pros y los contras no deja bien parado a nuestro adversario proponente,

porque presenta demasiados inconvenientes, más que ventajas; o porque se ha olvidado otros efectos

negativos colaterales que inclinan la balanza hacia el no (¡cuantas guerras “justas” nos hubieran

evitado las superpotencias de haberlos previsto…!).

4º. Frente al cínico maquiavélico, diremos que la propuesta es inmoral, que viola determinados

principio o derechos “inalienables”, que el fin no justifica los medios (frente al lema clásico “si vis

pacis para bellum”, si quieres la paz, prepara la guerra, Gandhi decía: no hay camino para la paz, la

paz es el camino). En realidad, aquí se nos presentan dos posibilidades:


 Aceptar el principio o valor moral, pero negar que la acción propuesta nos conduzca a él (“hablas de

libertad, pero extorsionas a los ciudadanos para conseguir tus objetivos: tú eres un vulgar terrorista”).

 Rechazar el valor o principio planteado por considerarlo inferior a otros valores o derechos básicos

(“¿Espiar las comunicaciones telefónicas de las personas? Un Estado no puede violar el derecho a

la intimidad de sus propios ciudadanos en nombre de seguridad nacional, sería el fin de la

democracia”).

Podemos criticar los principios morales de nuestro adversario por considerarlos demasiado relajados

y flexibles (“para usted, todo el monte es orégano”, “es usted un relativista sin principios…”), o bien

por considerarlos demasiado rígidos y severos (“en estas cuestiones, tiene usted una mentalidad

demasiado estrecha”, “se ha quedado usted anticuado, hoy la gente es más abierta…”).

6. La fuerza de la propuesta debe adaptarse a la naturaleza del asunto.


08. Proponer y

cuestionar definiciones
 08. Proponer y cuestionar definiciones

 8.B. Construcción

 8.C. Crítica

Página 1 de 3

Lo esencial es indefinible.

¿Cómo definir el color amarillo, el amor, la patria, el sabor del café?

¿Cómo definir a una persona que queremos?

No se puede.

Jorge Luis Borges

8.A. Introducción
Ornwell, 1984 y la Neolengua
En su novela futurista y anti-utópica “1984”, George Orwell nos

retrata la, posiblemente, peor de las dictaduras: aquélla que no sólo ha conseguido controlar las

acciones y conductas de los ciudadanos, sino también su pensamiento. El régimen ha colocado

pantallas que además sirven como cámaras de vigilancia, dentro y fuera de todas las viviendas, con el

doble fin de vigilar a los ciudadanos y de aplicarles una continua propaganda a favor del partido único

gobernante. En este régimen totalitario, una de las instituciones más importantes es el Ministerio de la

Verdad, encargado de crear y distribuir los mensajes que interesa al gobierno. Para romper la

resistencia de los ciudadanos, se les bombardea con lemas y mensajes que rompían el sentido común:

LA GUERRA ES LA PAZ

LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD

LA IGNORANCIA ES LA FUERZA

Pero en 1984 el dominio mental llega hasta el extremo de crear e imponer una nueva forma de nombrar

a las cosas: la neolengua. Así, el nuevo lenguaje acabará eliminando cualquier posibilidad de

pensamiento libre, o de cualquier pensamiento en general (al fin y al cabo, el principal peligro para

cualquier dictador es que los ciudadanos se hagan preguntas y piensen por su cuenta). Bajo la

apariencia de objetividad, el fin de la neolengua es ir reduciendo el diccionario, eliminar los matices

y los adjetivos calificativos, para reducir paralelamente los límites de lo que somos capaces de pensar.
Por ello, afirma Orwell: “En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto

revolucionario”. Reproducimos la lectura de un breve pasaje de la obra1:

Ahora bien, el intento de los gobernantes de controlar el pensamiento de los gobernados es muy

antiguo (pensad por ejemplo en la Inquisición), pero alcanzó un nivel diabólico y exorbitante en pleno

siglo XX, con la propaganda que los sistemas totalitarios utilizaron con gran eficacia (en esto, tanto

valen Hitler y los fascismos, como Stalin y los regímenes comunistas: los nazis llamaron “la solución

final” al exterminio de los judíos en los campos de concentración; por su parte, los comunistas

radicales llamaron “repúblicas democráticas populares” a sus sistemas tiránicos). Por desgracia, los

intentos de ganar ganar poder con esa estrategia de manipular el lenguaje, de maquillar la realidad

cambiando las palabras que usamos para nombrar dicha realidad, han llegado a nuestros días y a

nuestros gobernantes, como ejemplifica claramente el siguiente video. ¿Seremos víctimas del

pensamiento único?

Un caso científico reciente: la definición de planeta

Aunque los científicos pueden conservar algunos conceptos durante cientos de años, también puede

ocurrir que su significado sea impreciso o vago (ver la falacia de la vaguedad), lo cual puede

llevarles a cambiar la definición de dicho concepto.

Un ejemplo histórico reciente de esta dificultad, procedente del campo de la Astronomía, es el caso de

la definición del concepto Planeta. En la antigüedad, los griegos consideraban que un planeta era un

objeto celeste vagabundo (etimológicamente "planeta" significa errante), que se desplazaba por los

cielos, mientras las estrellas parecían fijas. En esta definición se incluía tanto a Mercurio, Venus,

Marte, Júpiter y Saturno (únicos planetas conocidos entonces), como al Sol y a la Luna. En la época

de Galileo, una vez planteada la hipótesis heliocéntrica (el sol es el centro y los planetas giran a su

alrededor) se incluyó en la lista a la Tierra y se borró de tal lista a la Luna, al descubrirse la existencia

de los satélites de Júpiter con el telescopio. En los siglos XVIII y XIX se descubrieron Urano y

Neptuno. En 1930, a partir de unas irregularidades descubiertas en la órbita de Neptuno, se descubrió

Plutón. Con ello se cerraba la lista de planetas conocidos que orbitan alrededor del Sol.
A partir de estos descubrimientos se definió el concepto planeta como aquel cuerpo celeste que gira

alrededor de una estrella, no tiene luz propia y refleja la luz de la estrella y es mayor que un asteroide.

Esta es una definición imprecisa que fue revisada a raíz de los descubrimientos astronómicos. Por eso,

en 2006 hubo una reunión de la Unión Astronómica Internacional (UAI), a la que pertenecen la

mayoría de astrónomos, para redefinir el concepto de "planeta". Por votación mayoritaria, no exenta

de polémica, se decidió definir Planeta como aquel objeto celeste que cumple las siguientes

condiciones:

1) tiene una órbita alrededor de una estrella,

2) tiene un tamaño suficiente para poder tener una forma aproximadamente esférica y que

3) tiene despejados los alrededores de su órbita.

Con este nueva definición Plutón se caía de la lista de planetas tradicionales. Para él y para otros

cuerpos de similares características, se inventó el concepto de Planeta enano, entendido como aquel

cuerpo celeste que no es un satélite pero tampoco es un planeta, ya que, aunque cumple los criterios 1

y 2 antes señalados, no cumple el criterio 3. Las definiciones no solucionan todos los problemas, pero
permiten a los astrónomos seguir con su trabajo... hasta que aparezca con el tiempo, quizás, una nueva

definición.

En el caso de los textos literarios, las definiciones no son menos importantes, aunque suele sustituirse

la precisión y la concisión por una superabundancia de imágenes reveladoras.

Definición del amor

Es hielo abrasador, es fuego helado,

es herida que duele y no se siente,

es un soñado bien, un mal presente,

es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,

un cobarde con nombre de valiente,

un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,

que dura hasta el postrero paroxismo;

enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es su abismo.

¿Mirad cuál amistad tendrá con nada


el que en todo es contrario de sí mismo!

Francisco de Quevedo

Definición de definición
Una definición es una proposición mediante la cual se trata de exponer de manera unívoca y con

precisión la comprensión de un concepto o término o de una expresión. Se trata de determinar, de

modo claro y exacto, las cualidades esenciales del tema implicado.2

El uso de la definición en el debate

Las dos historias que acabamos de presentar nos muestran la importancia que tienen las palabras y su

significado. Decía el filósofo contemporáneo Wittgenstein que "los límites de mi lenguaje son los

límites de mi mundo". Las palabras que usamos en el lenguaje definen, pues, la realidad y también

vienen a decir mucho acerca de nosotros mismos. El lenguaje que tendrás que manejar en el debate

acerca de un tema polémico requiere que dediques un tiempo para aclarar los conceptos fundamentales

implicados en el mismo. Por eso mismo, es conveniente que en el debate, a la hora de defender tu

punto de vista, o de criticar el punto de vista de tus contrincantes, manejes definiciones adecuadas de

los conceptos fundamentales implicados en el mismo.

En el fondo, ten en cuenta que muchos debates se resuelven en el terreno de disputa por la definición

de los conceptos, ya que es difícil contar con conceptos claros, rigurosos y precisos. A veces por

defecto (vaguedad, falta de claridad) y otras por exceso (polisemia, connotaciones…) lo cierto es que

nuestros conceptos presentan una elasticidad, que nos permite contraer y estirar su significado,

entrando así en discusión no los hechos (¿qué ocurrió?), sino cómo denominamos dicha realidad. Y

no es una cuestión baladí: hay una gran diferencia entre decir “interrupción del embarazo” y “asesinato

del futuro ser humano”, ni es lo mismo negociar con el “movimiento de liberación vasco” (como dijo

un ex presidente español) que negociar con los “terroristas asesinos de ETA”. Como las palabras

encierran valoraciones morales y políticas, su uso y su definición pueden delimitar el destino final de
nuestro debate, convirtiéndose en un arma dialéctica de gran importancia. Es crucial evitar que nuestro

oponente imponga su versión particular, mostrando que se está utilizando una definición sesgada o

interesada de los términos.

El capitalismo: ¿La libertad del que tiene dinero?

Existen diferentes tipos de definición:

1º. Definición etimológica: es aquella que define una palabra remitiéndose al origen de dicha palabra

en el tiempo. Este tipo de definición puede resultar muy útil aunque, a veces, requiere de más

precisiones y puede dar lugar a argumentaciones falaces. Supongamos el siguiente debate:

A. Vivimos en una época en donde la tiranía ha ido dejando paso, aunque lentamente y con ciertos

retrocesos, a la democracia.

B. Pero esto no es democracia. Porque, dime, ¿en qué país de los que conoces gobierna realmente el

pueblo?

La argumentación de B es una falacia (ver definición general de falacia) porque da la definición

etimológica de "democracia" entendida como "el gobierno del pueblo". Es necesario precisar que
siglos después del origen etimológico en Grecia del término "democracia", por este término se

entiende ahora el "gobierno del pueblo por medio de representantes"

2º. Definición léxica: es aquel tipo de definición que encontrarás en el diccionario, de forma que nos

da el significado comúnmente utilizado por la comunidad de hablantes.

La definición léxica puede ser intensional, extensional o estipulativa:

 La definición intensional es aquella en la que se hace referencia a las propiedades que ha de tener una

cosa para que pueda ser incluida en el conjunto de cosas que caen bajo la palabra que se define. Así,

por ejemplo: Isla tiene como definición intensional "porción de tierra rodeada por todas partes por el

mar".

 La definición extensional es aquella que enumera todos los objetos que están incluidos en la clase de

objetos a los que se refiere el término. Así, por ejemplo: la definición extensional de Isla incluye:

Canarias, Baleares, Islas Británicas, Islandia, Cerdeña, Malta, etc.

 La definición estipulativa: es aquella definición en la que, aunque existe ya el término con un cierto

significado, ahora se le da un nuevo significado, con el fin de establecer un cierto argumento en el

contexto de un debate. Así, por ejemplo: "estipulemos ahora que vamos a entender por libertad la

ausencia de obligaciones impuestas desde el exterior". Lo cual vale si ambos contendientes en el

debate aceptan tal definición, aunque sea provisionalmente, como base de la discusión.
3º. Ten mucho cuidado con las llamadas definiciones persuasivas3, que son aquellas en las que la

definición se construye con el fin exclusivo de beneficiar a quien la hace, sacando así ventaja en el

debate. Aunque tuviera apariencia de ser una buena definición, esconde un modo de definir a medida

de quien ha propuesto la definición. Esto es así porque, como hemos dicho, las palabras tienen un

colorido (una connotación) que inclina la balanza hacia un lado, rompiendo una cierta neutralidad

entre los debatientes.

Estructura de la definición persuasiva


-Afirmamos que A (algo que se desea criticar) es B (una cualidad cargada de negatividad)

Ej.: El aborto es un asesinato de niños (favorece a quienes se oponen al aborto).

-Afirmamos que A (algo que se quiere defender) es o posee B (cualidad considerada positiva)

Ej.: el aborto es un sistema de control de la natalidad (partidarios del aborto).

1. Para una descripción más pormenorizada de los principios y rasgos de la neolengua descrita por Orwell, ver el

siguiente video

2. es.wikipedia.org

3. Tomás Miranda, El juego de la argumentación, Ediciones de la Torre, pp. 126-128.También Montserrat Bordes (Las

trampas de Circe, Cátedra,2011, p. 249-250) la define como la falacia de la definición persuasiva.

8.B. Cómo se construye una

buena definición
Una buena definición es aquella que trata de establecer el significado con la mayor precisión y

exactitud posible. Tenemos dos posibilidades:

1º. Recurrir a la definición convencional (aquélla que podemos encontrar en diccionarios,

enciclopedias, obras legales o científicas, o simplemente la que nos viene por el uso habitual del

término).

Ejemplo:
El Art. 17 del Código Civil, define como españoles de origen a:

 Los nacidos de padre o madre españoles.

 Los nacidos en España de padres extranjeros, si al menos uno de ellos hubiera nacido en España. Se

exceptúan los hijos de funcionario diplomático o consular acreditado en España.

 Los nacidos en España cuya filiación no resulte determinada. A estos efectos…

2º. Redefinir el concepto (tomar aquéllos aspectos que consideramos útiles para el contexto en que

estamos interviniendo, bien porque no es necesario ser exhaustivo en la descripción o bien porque no

hay una única definición convencionalmente admitida, como suele ocurrir en los temas habituales de

debate).

Ejemplos:

 “Ser español no es una excusa, es una responsabilidad” (lema impreso en las camisetas de la selección

española de baloncesto 2013).

 “Y si habla mal de España… es español” (título de un libro de Fernando Sánchez Dragó).

 “Ser español significa que cuando se está en el extranjero y uno oye un acento de esa piel de toro

multinacional y multicolor, sin importarle de donde sea, enseguida busca la cara de quien habla con

ese acento, lleno de alegría y con la emoción de un bebé que oye la voz de su madre.” (anónimo,

tomado de un foro en Internet)


¿Qué significa ser español?

En este segundo caso, cuando la descripción objetiva no está disponible o bien no nos sirve, pues se

está discutiendo de otra cosa, nos veremos probablemente enfrentados a definiciones discutibles y a

opiniones acaloradas, por lo que no está de más recordar algunos criterios clásicos sobre la elaboración

de definiciones:

El filósofo griego Aristóteles estableció ciertas normas para elaborar definiciones correctas que

reflejaran la esencia de las cosas. Dicho tipo de definición se basa en la distinción entre género (la

clase a la que pertenece el objeto que se está definiendo) y diferencia específica (aquella característica

que diferencia a este objeto respecto a objetos que están incluidos en la misma clase). Así por ejemplo,

es clásica la definición aristotélica del ser humano como "animal racional". En este caso, se quiere

indicar que los seres humanos pertenecen a la clase de los animales, es decir, en ese aspecto coincide

con el resto de los animales. Ahora bien, lo que diferencia al ser humano del resto de animales es que

es un ser racional.

Por otra parte, se han establecido una serie de criterios de una buena definición que debes tener en

cuenta en las definiciones que construyas. Tales criterios son los siguientes:

Para que una definición sea correcta, debe cumplir las siguientes reglas:
 La definición no ha de ser muy extensa, aunque debe ser completa. Debes buscar unas pocas

características (género y diferencia específica) que constituyen lo que tratas de definir. Por ejemplo:

podrías definir democracia como sistema político en el que los ciudadanos eligen a sus representantes

para hacer las leyes y gobernar.

 El término definido no ha de entrar en la definición (para evitar caer en un círculo vicioso). Es decir,

no debes usar en la definición la misma palabra (o derivada) que se pretende definir. Así, por ejemplo,

la definición de filósofo como especialista en filosofía, es una definición circular porque utiliza la

palabra filosofía en la definición del término filósofo, que es el término definido.

 La definición ha de ser clara y ha de aumentar la información de que disponíamos con el término

definido. Sería correcto definir montaña como elevación del terreno, pero no como abrupta distorsión

térrea, dado el carácter oscuro que tiene esta última definición.

 La definición ha de poder ser aplicada a toda la clase de objetos que caen bajo lo definido y no ha de

aplicarse a otros objetos que no pertenezcan a dicha clase. Así, por ejemplo, si definimos mesa como

mueble de madera, usamos una definición inadecuada porque no se puede aplicar a todas las mesas

(ya que hay mesas que no son de madera), es decir, es demasiado estrecha. Tampoco se puede aplicar

solo a las mesas (también podríamos usarla para aplicarla a una parte de las sillas), por lo que es

demasiado amplia. Si, por el contrario, definimos silla como mueble que se utiliza para sentarse,

entonces usamos una definición que se ajusta sólo a la clase de objetos que caen bajo la definición de

silla.

8.C. Cómo se critican las

definiciones
 Si no refleja las características esenciales de lo que se trata de definir (por ejemplo, cuando

definimos mesa como mueble con cuatro patas, pues hay mesas con uno, dos o tres puntos de apoyo,

lo cual no es una característica relevante de las mesas).

 Si es una definición circular (La definición que dieron los psicólogos de la inteligencia es circular:

inteligencia es lo que miden los test de inteligencia. Cabría preguntarse si realmente los test de

inteligencia miden la inteligencia).

 Si es una definición oscura e incomprensible o no aumenta la información de que disponíamos antes

de construirla. Una buena forma de poner al descubierto la oscuridad de la definición de un término

es que dicha indefinición también afectará a su idea contraria (así, por ejemplo, si definimos sin más

la libertad como ausencia de normas, tendríamos que considerar como esclavitud la existencia de

normas en las sociedades democráticas, en los deportes, etc.).

 Si es demasiado amplia (incluye más cosas de las que debería) o demasiado estrecha (incluye menos

cosas de las que debería). Definir al ser humano como mamífero pensante es definirlo de modo muy

amplio (hay mamíferos no humanos que también tienen algún tipo de pensamiento). Definir al ser

humano como animal que habla puede ser estrecho, pues hay seres humanos que no pueden hablar

(por ejemplo, los seres humanos recién nacidos o las personas con impedimiento para hablar).
 Si encierra alguna contradicción (así, por ejemplo, si definimos libertad como hacer lo que uno

desea mientras no desee impedir lo que el otro desea hacer, incurrimos en una cierta contradicción ya

que si es libre quien hace lo que desea, entonces puede desear impedir a otro hacer lo que él desee).

 Si es una definición persuasiva, construida solo para favorecer la postura defendida por quien la ha

construido (Así, por ejemplo, quien define alimentos buenos como alimentos naturales, ya que se

descalifican los alimentos en los que haya intervenido el ser humano, los cuales también pueden ser

buenos para el consumo humano.) Podemos contrarrestar la subjetividad de dicha definición

enfrentándola con una versión más objetiva y compartida del mismo concepto (frente al patriotismo

excluyente, mostrar la diversidad que hay en el país) y, a la inversa, si la definición es demasiado

literal y objetiva, podemos reclamar la presencia de determinados aspectos subjetivos (como los

sentimientos de identificación y pertenencia).

 Si elude artificiosamente la verdadera realidad de lo definido, por el simple hecho de mostrarse

políticamente correcto, como es el caso de los eufemismos (hablar de personas de color, empleadas

del hogar y de países en vías de desarrollo esconde cierta hipocresía acerca de la verdadera realidad

de los negros, las criadas o los países pobres).

 Por último, podemos aceptar la definición del término propuesta por nuestro interlocutor, pero

rechazar que dicha definición pueda aplicarse al tema o caso que estamos tratando, para lo cual
haremos hincapié en las diferencias entre los que dice la definición y las características del caso

tratado. Por ejemplo: aceptamos la definición de asesinato (acabar voluntariamente con la vida de una

persona indefensa…) pero rechazamos su aplicación al caso del aborto (aquí no existe aún una persona

ni científica ni legalmente hablando).

09. Invocar y rechazar

los precedentes
 09. Invocar y rechazar los precedentes

 9.B. Construcción

 9.C. Crítica

Página 1 de 3

9.A. Introducción
Los precedentes en el derecho anglosajón

El sistema jurídico anglosajón está basado en la importancia que tienen los precedentes. A diferencia

del Derecho romano-francés, basado en las leyes que emanan del poder legislativo, el Derecho

anglosajón se basa en las decisiones que adoptan los tribunales, de forma que estas constituyen

precedentes jurídicos que han de ser tenidos en cuenta en adelante por otros tribunales. En ese sentido,

cuando llega un caso a un tribunal de justicia, se busca la semejanza de este caso con otros casos que

lo han precedido, de forma que la solución dada a dicho caso sea semejante a la solución dada a los

casos precedentes. Este es el sistema jurídico conocido como Common Law o sistema de costumbres.
Surge inicialmente en la Inglaterra medieval, en donde las decisiones judiciales se tomaban apelando

a las costumbres conocidas y aceptadas en el Reino, por no haber legislaciones escritas suficientes.

Tal sistema judicial se extendió posteriormente al conjunto del Imperio Británico, estando actualmente

presente en Estados Unidos, India, Canadá, Australia, etc., antiguas colonias del Imperio.

El sistema se basa en la existencia de una red piramidal de tribunales, a

cuya base se encuentran los tribunales de primera instancia, que son los que inicialmente deciden sobre

los pleitos. Cuando hay casos semejantes para los que se adoptan decisiones judiciales diferentes o

enfrentadas entonces se puede recurrir ante los tribunales de apelación, que analizan si las decisiones

de los jueces de primera instancia se ajustan a los principios admitidos en el Derecho o si, una vez

probados ciertos hechos, se extraen las conclusiones adecuadas. Estas decisiones de los tribunales de

apelación constituyen los precedentes para otros casos que guarden semejanza que puedan darse

posteriormente.

La dimisión del Papa


El Papa Benedicto XVI renunció recientemente como máximo representante de la Iglesia Católica,

siendo sustituido por el Papa Francisco. ¿Hay precedentes históricos de tal tipo de decisión? En

realidad, de los más de 200 Papas que ha tenido el catolicismo, ha habido 4 Papas que hayan dimitido

anteriormente. El Papa Celestino V, coronado en 1294, renunció por motivos personales, de forma

absolutamente libre y por causas espirituales. Anteriormente, en los siglos II y III, en los orígenes de

la Iglesia, también hay renuncias, como las de Clemente I y Ponciano, aunque entonces la Iglesia era

una institución en formación y los Papas carecían del poder espiritual y material que tienen desde el

Renacimiento a la actualidad. Clemente I abandonó el cargo porque al parecer iba a ser desterrado.

Ponciano abandonó, por su parte, para evitar el enfrentamiento entre los diferentes bandos en la Iglesia

de entonces.

Gregorio XII, que vivió a comienzos del siglo XV, vivió en una época llena de convulsiones en el seno

de la Iglesia, en los enfrentamientos del cisma de Occidente, en el que habían varios antipapas que

luchaban por hacerse con la silla de San Pedro. En ese contexto, abandonó sus pretensiones.

Celestino V era un monje benedictino que vivía como un ermitaño, en una cueva. Esa circunstancia y

su avanzada edad no le permitían ser el pastor adecuado para la Iglesia. Lo eligieron tras más de dos

años de cónclave. A los pocos meses renunció, aunque fue encarcelado por su sucesor y murió en

prisión.

Aunque escasos, hay precedentes en la decisión de Ratzinger de dimitir como Papa.

El ser humano: un animal de costumbres

Al parecer, a los humanos nos gusta transitar por las sendas que ya habíamos pisado anteriormente.

Un estudio confirma que el hombre es un animal de costumbres: investigadores de la Northeastern

University de Boston (EE.UU.) han confirmado lo que ya muchos sospechaban: el ser humano es un

animal de costumbres en sus movimientos, ya que se limita a ir y volver de un reducido número de

lugares.
El estudio, publicado en el último número de la revista científica británica "Nature", registró durante

seis meses los movimientos de 100.000 personas a través del rastro que dejaban las señales que emitían

sus teléfonos móviles al recibir o enviar mensajes de texto o llamadas.1

El hombre posee características y facultades que corresponden tanto a la vida vegetativa como a la

vida sensitiva, sin embargo su constitución es más perfecta porque cuenta con la capacidad de

percibirse a si mismo como una entidad y de percibir a los demás seres que están a su alrededor, es

decir el hombre posee la facultad de razonar, cosa que ningún otro ser vivo posee.

¿Qué tiene que ver todo esto con la frase: "el hombre un animal de costumbre"?, es muy sencillo,

dado que el hombre comparte en cierto grado características que son inherentes a las plantas y los

animales tiende en ese mismo grado a comportarse como ellos. Tanto los hábitos como los vicios, se

encarnan en el hombre a través de la repetición de actos ya sean buenos o malos, por lo que en uno

o en otro sentido tenemos que la costumbre es inherente a la actuación del hombre orientándolo a su

perfección o a su destrucción.2

Definición de precedente
Los argumentos en los que se apela a los precedentes están basados en la semejanza entre dos

situaciones (por ejemplo, la crisis económica de 1929 y la crisis económica de 2008) o acciones (la

dimisión de Benedicto XVI y la anterior de Celestino V). Si dos acciones o situaciones son similares
en muchos aspectos, entonces habrá de aplicarse para el segundo caso la misma regla que valió para

el anterior. Lo que hay que sopesar es si existe un alto grado de similitud o si existen importantes

diferencias entre ambos casos para justificar dicha decisión.

El esquema general de la argumentación apelando a los precedentes es la siguiente:3

"En el caso C se decidió hacer X

El caso D es similar al caso C

Por tanto, en el caso D también se debe hacer X"

Ejemplo:

"El Papa Celestino V, tenía una avanzada edad y grandes dificultades para dirigir la Iglesia, renunció

a su pontificado por motivos personales.

El Papa Benedicto XVI también tenía avanzada edad y dificultades para dirigir la Iglesia.

Por tanto, el Papa Benedicto XVI también debió dimitir"

1. Puedes ver el artículo original en la dirección

http://www.elespectador.com/node/17935

2. Tomado de http://www.eduteka.org/proyectos.php/2/18558

3. Huberto Marraud, ¿Es logic@?, Cátedra, 2013, p. 252-253.


9.B. Cómo se construyen

argumentos basados en

precedentes

¿Es el crack del 29 un precedente para entender la crisis actual?

1º. Cuando se valora una determinada situación o acción, es necesario rastrear en el pasado para

encontrar situaciones o acciones similares que constituyan precedentes.

2º. Hacer una lista de aspectos en los que tenemos que fijarnos para hacer la comparación,

seleccionando aquellos aspectos más importantes.


3º. Hay que determinar, en tales casos detectados, en qué aspectos existe semejanza entre la situación

o acción actual que se está tratando de justificar y la situación o acción que se dió en el pasado.

También hay que determinar en qué aspectos existen diferencias. A mayor semejanza y menores

diferencias es más fácil apelar a los precedentes. Y a la inversa: a mayores diferencias y menores

semejanzas, se hace más difícil justificar mediante la remisión a precedentes.

4º. También es necesario comprobar si hay otros casos semejantes en los que se adoptó una decisión

o se aplicó una norma diferente. En ese caso nos encontramos con diferentes precedentes o, incluso,

precedentes contradictorios (en un caso se hizo una cosa y en otro caso similar se hizo lo contrario).

5º. Establecer la regla general presente en los casos precedentes y en el caso actual, en la que basamos

la decisión que se tomó en el pasado y en la que también basamos el caso presente.

Pongamos por ejemplo la crisis económica que se inició hacia el año 2008 y apliquemos los pasos 1 a

5.4

1º. Buscamos precedentes en los que también se produjera una grave crisis económica internacional;

se nos ocurre a bote pronto dos casos: el llamado crack del 29 y la crisis del petróleo de 1973.

2º. ¿Qué aspectos debemos considerar relevantes a la hora de hacer la comparación en este caso

particular? Por ejemplo:

-La extensión de la crisis, el número de países afectados y la población.

-Las causas que provocaron la crisis.

-Las consecuencias que produjo en la economía, la sociedad…

-Las soluciones que se buscaron para salir de la crisis.

3º. Establecer semejanzas y diferencias:


-Las tres se parecen mucho porque afectaron a la economía global, a multitud de países y acabaron

empobreciendo el bolsillo de los ciudadanos, pero la crisis del petróleo tuvo origen en un conflicto en

Oriente Medio y en el desabastecimiento de la principal fuente energética mundial, se disparó su precio

y la inflación general. Por tanto, es muy diferente a las otras dos crisis. No nos vale.

-Al igual que la actual, la crisis del 29 se produjo por una burbuja en el sistema capitalista mundial y

el descontrol financiero. Detrás había estafas enormes.

-Ambas crisis comenzaron en EE.UU. y se extendieron por el mundo.

-Consecuencias similares: caídas de la bolsa, paro, morosidad y bajada de la natalidad, quiebras

bancarias…

-También diferencias, en el contexto mundial (más globalización, menos proteccionismo y mejores

conocimientos, aunque también rumores por internet en el sistema actual).

-La solución a la crisis en el 29 se buscó a través del New Deal de Roosevelt en EE.UU. copiado por

otros países europeos: fomento del crecimiento con inversiones públicas, ayudas al paro, emisión de

mucha moneda, aumento de salarios y reforma bancaria. Obama sigue hoy una política similar a

aquella, pero Europa tomó el camino contrario (salvo reforma bancaria): recortar déficit público, bajar

salarios, control monetario, enfriar la economía.

4º. ¿Es posible encontrar otros precedentes que se solucionaran de forma diferente? Es difícil decirlo

pues no hay precedentes de crisis de semejante tamaño, sino crisis más localizadas geográficamente o

por sectores. El control del gasto público ha sido una obsesión desde las crisis de los ochenta para

gobiernos liberales de Inglaterra (Tatcher), EE.UU. (Reegan) o Japón, con resultados diferentes.

5º. Establecer la regla: cuando explota una burbuja económica a nivel mundial, la recesión y el paro

se deben combatir a corto plazo con medidas de estímulo, no con medidas que enfríen la economía.
4. Nuestros conocimientos de economía son escasos, pedimos comprensión del lector,

porque nuestra intención es simplemente ilustrar el argumento de precedentes con un

ejemplo.

9.C. Cómo criticar los

argumentos basados en

precedentes5
En todo argumento basado en precedentes tenemos dos niveles de argumentación: el fáctico y el

normativo. Podemos, por tanto, cuestionar los hechos que se ponen en relación, poniendo en duda su

semejanza6; o bien podemos incidir en la norma que se pretende traspasar del precedente al caso actual.
Veamos todas las posibilidades, sobre la base de un ejemplo: Juan es empleado de banca y el director

de su sucursal acaba de comunicarle que está despedido por las quejas de varios clientes descontentos

con su forma de atenderles. Ante la protesta airada de Juan, el director le recuerda el caso de

Margarita, otra empleada que también fue despedida y a la que él precisamente entró a sustituir.

Tenemos entonces, por un lado, unos hechos o problemas de base y una decisión o norma que se

aplica ante esos hechos. Juan tiene cuatro posibilidades para desmontar el argumento de precedentes

de su jefe:

1º. Señalar que las situaciones o acciones no son realmente comparables y que una no es un claro

precedente de la otra. Juan replicaría: “¡Qué tendrá que ver el tocino con la velocidad! A aquella

señora no la despidieron, sino que ella misma presentó su dimisión y se largó; yo ni siquiera estaba

enterado del problema.”

2º. Mostrar que no hay similitud (es decir que hay más diferencias que semejanzas) entre ambas

situaciones en todos los aspectos importantes. “Señor director, usted sabe perfectamente que en el

caso de Margarita había indicios de que había robado dinero del cajero automático; aunque no se
pudo demostrar, el caso era mucho más grave que unas cuantas quejas. Además ella no trabajaba en

la ventanilla atendiendo al público como yo, que tengo que aguantar a toda clase de clientes…”

3º. Aceptar la semejanza con el precedente, pero cuestionar que esté realmente justificada la decisión

que se tomó en el pasado y afirmar que entonces, como ahora, se ha hecho una aplicación injustificada

de la norma en cuestión. “En verdad, ni siquiera tendrían que haberla presionado para que se fuera,

porque no llegó a demostrarse que fuera culpable, igual que tampoco se ha demostrado en mi caso

que las quejas de los clientes tengan fundamento. Uno es inocente mientras no se pruebe lo contrario,

¿cómo vas a perder tu trabajo sólo por rumores y habladurías?”

4º. Indicar algún caso similar (es decir, otro precedente) en el que se adoptara una decisión diferente,

por tanto, que existían otras alternativas que no se han tomado en cuenta. Es decir, la aplicación de la

norma a este caso no estaría justificada, porque existen precedentes en sentido contrario. “Señor

director, llevo veinte años trabajando en la banca y en otras sucursales, cuando se han producido

quejas de clientes, el director no ha despedido al empleado, sino que lo ha mantenido en su puesto o,

como mucho, lo ha colocado en oficinas y no de cara al público”.


5. Huberto Marraud, ¿Es logic@?, Cátedra, 2013, p. 253.

6. Consulta el apartado sobre los argumentos analógicos, donde encontrarás información más detallada.

10. Utilizar ejemplos y

contraejemplos
 10. Utilizar ejemplos y contraejemplos

 10.B. Construcción

 10.C. Crítica

Página 1 de 3
-¿Un karaoke? Me niego a ir de nuevo.

-Pero si tú solo has ido una vez.

-Deja, deja. Cuando has visto uno, los has visto todos.

10.A. Introducción
Hay un antiguo refrán, según el cual, “para muestra vale un botón”, es decir, basta una única prueba o

demostración al respecto de una persona o cosa para saber qué se podrá esperar de ella en general.

También se utiliza con el significado de que no es necesario

mostrar o decir todo para dar una idea global de algo. Fijémonos en el siguiente asunto. Podríamos

preguntarnos: ¿es necesario tener estudios para triunfar en los negocios? Parece que no, y para

muestra… te mostramos un botón, la historia del portero del prostíbulo, uno de esos cuentos de Jorge

Bucay, lleno de sabiduría y sensibilidad:

Los cuentos suelen esconder una lección, un mensaje universal, una moraleja. Y es que hay ejemplos

que, por sí solos, se convierten en paradigmáticos, algo así como un modelo a seguir, como un caso

especialmente significativo del que podemos extraer conclusiones de las que aprender o que se pueden

extrapolar a muchos casos semejantes. Ejemplo: muchos países europeos han reaccionado a la crisis

económica de manera similar: sacrificios, recortes y ayudas a los bancos. Pero hay un país que nos

podría servir de ejemplo de que otra política económica era posible ante el estallido de la burbuja

económica mundial: Islandia.

En el apartado sobre argumentos de generalización decíamos que para dar el salto inductivo desde un

número limitado de casos conocidos hasta el conjunto general de todos los objetos de la misma clase
o categoría (todos los andaluces, todos los seres humanos, todos los gatos, etc.) era preciso investigar

una muestra suficientemente grande y variada de casos particulares (por algo se le llama inducción

enumerativa). Pero ahora, nos saltamos dicha norma y nos preguntamos: ¿se podría realizar una

generalización y extraer una norma o lección a partir de un solo caso? La respuesta, increíblemente,

es sí: YES, WE CAN!

Definición de argumento basado en ejemplos


Se trata de un argumento en el que concluimos una verdad o norma general a partir del

planteamiento de un caso que se considera ejemplo paradigmático o típico de esa categoría de

hechos o esa clase de objetos. Entonces, decimos que las características que apreciamos en dicho

caso singular son extrapolables a toda la clase o conjunto a los que pertenece.

Así, decimos que las cruzadas fueron un típico ejemplo de guerra económica ocultada bajo la

apariencia de los valores sagrados (otro ejemplo sería la última guerra de Irak, donde EE.UU. quería

‘devolver la democracia’ a un país colmado de petróleo). Sin duda, deberíamos leer la biografía de

Bill Gates, el típico ejemplo de multimillonario que comenzó con un pequeño negocio en el garaje

de su casa. También aprenderíamos mucho estudiando la vida de Joselito, el caso paradigmático de

niño prodigio explotado hasta el extremo y cuya vida se acabó arruinando. Etc.
10.B. Cómo construir un

argumento basado en ejemplos


Dado que vamos a basar nuestra tesis en un solo ejemplo, más nos vale dedicar el tiempo necesario a

elegir el mejor, el más significativo, el más ‘ejemplarizante’. Nos encontramos aquí en una situación

similar a la construcción de analogías, cuando andábamos buscando un caso concreto que resultara

similar a otro y que nos ‘iluminara’ con brillantez sobre la conclusión más apropiada. En realidad,

para construir nuestro argumento empezaremos por el final:

1º. Vamos a la conclusión. Debemos analizar lo esencial de la norma o ley general, las características

comunes de la clase o categoría de objetos sobre los que vamos a ejemplificar. No es necesario hacer

una lista de todas sus propiedades y matices, sino sólo de aquello que nos parezca relevante para

nuestro propósito (igual que en las analogías): las guerras suelen tener, a pesar de las diferencias en el

espacio y en el tiempo, ciertas cualidades en común (intereses, estrategia…), igual que los hombres

ricos que se hicieron a sí mismos (origen, cualidades personales…) y que los niños prodigio explotados

hasta la saciedad (origen humilde, intereses económicos del entorno, drogas...). Nuestra búsqueda de

un buen ejemplo tiene que venir guiada por estos criterios, porque nadie encuentra nada si no sabe lo

que anda buscando.

2º. La clase o conjunto de hechos y objetos analizados debe ser suficientemente homogénea, y

compartir unas características por lo menos hasta el grado de permitir una aplicación de la norma a

todos los casos individuales de dicha categoría (no podríamos poner el acueducto de Segovia como

ejemplo de construcción civil romana si no tuviera las cualidades técnicas y de materiales utilizados

que “suelen” tener las construcciones romanas (como puentes, vías, arcos…). De no ser homogénea,

nuestro adversario encontrará ejemplos en contra con inusitada facilidad.


3º. Debemos encontrar un ejemplo realmente típico, paradigmático, representativo de la clase o

categoría referida (de la tesis, en definitiva, que queremos defender). En esta búsqueda no hay nada

(programa informático, base de datos, ni enciclopedia mastodóntica) que pueda sustituir a la cultura

general, humanística y científica, renacentista que nuestros gobernantes suelen despreciar por inútil y

anticuada. Puede tratarse de un ejemplo presente o pasado, real o imaginario, pero que resulte lo

suficientemente familiar a los oyentes como para que ejerza su efecto persuasivo. Debe ser un ejemplo

singular, claro, relevante, adecuado y suficiente para la tesis que estamos sosteniendo. Por ello,

realizaremos un chequeo, una comparación entre las características de dicho caso singular y las del

conjunto en general, que nos garantice un nivel de semejanza suficiente.

4º. Nuestro ejemplo, si es real, debe estar bien documentado, para no dar pie a críticas y matizaciones

que estropeen nuestro argumento. Lo primero que puede preguntar nuestro adversario es de dónde nos

hemos sacado ese informe, noticia o referencia concreta, por lo que debemos estar preparados para la

acción. Si es imaginario, debe aún así ser relevante para el tema tratado, debe compartir las cualidades

del conjunto o categoría al que supuestamente ejemplifica y, además, debe ser claro, convincente,

brillante.
10.C. ¿Cómo criticar un

argumento basado en

ejemplos?

 Como hemos visto, el argumento basado en ejemplos tiene características similares a los argumentos

por generalización y a las analogías, con lo que podemos utilizar parte de las críticas explicadas allí.

La otra forma, bastante demoledora, de enfrentarse a un ejemplo consiste en plantear un

contraejemplo. Veamos todas las posibilidades:

 Si se trata de un ejemplo fáctico, podemos negarlo, decir que es falso, inventado o inexacto, con lo

cual, carecemos de base probatoria. Sencillamente, no pasó así. ¿Hay vida extraterrestre? ¿Es el caso

Roswell un ejemplo perfecto de contacto alienígena? De hecho, es el ejemplo perfecto de montaje

fraudulento.

El caso Roswell: ¿verdad o fraude?


Los ufólogos han sostenido durante

años que una nave alienígena se estrelló cerca de Roswell, Nuevo México (EE.UU.) en 1947, y que

se recuperaron varios cadáveres de origen extraterrestre. Unas 200.000 personas al año visitan

Roswell, y gastan unos 5 millones de dólares en recuerdos y servicios de hotelería. Para una ciudad

de menos de 50.000 habitantes en medio del desierto es mucho dinero. Quizás esto explique la gran

cantidad de testigos locales que aseguran haber visto OVNIS, enanos verdes o casi cualquier cosa

que el turista quiera escuchar.

En la vereda de enfrente, está el informe definitivo de la USAF. En él se demuestra que el platillo

volador es falso. Por su parte, los ufólogos insisten en que lo falso es el informe. Esto, si no fuera

por las pruebas (o ausencias de ellas) significaría una especie de “empate técnico”. Es que los

ufólogos no disponen de una sola prueba de que el accidente haya ocurrido. No hay trozos

(verdaderos) de la nave, no hay restos o sangre alienígena. Solo relatos de testigos. El informe

oficial es categórico: el accidente de Roswell no involucra a ninguna nave de otro planeta, solo

resultó ser “un globo destinado a detectar las ondas sísmicas que pudieran provocar las pruebas

nucleares soviéticas”.

La otra “prueba irrefutable” del incidente, según los ufólogos, es el video de la autopsia realizada

al cadáver (aunque algunos afirman que estaba vivo en el momento de diseccionarlo) extraterrestre.

Sin embargo, John Humphreys, responsable de los efectos especiales de la película "Charlie y la

fábrica de chocolate", reconoció ser el autor del video, y que la “autopsia” en realidad implicaba a

un “muñeco de látex relleno de hígados de pollo". Esto no ha hecho ni mella en la fe de los fanáticos.1
 El ejemplo no es representativo porque, aunque se trata de un hecho real y contrastado, no tiene los

elementos característicos de la clase o categoría que pretende representar. Así, podríamos decir que

la intervención en Siria para apoyar a los insurgentes, no sería un ejemplo prototípico de guerra

comercial o con intereses estratégicos económicos (controlar fuentes de energía, circuitos

comerciales...), sino que en juego hay otros intereses geoestratégicos (zona de influencia de Rusia,

cercanía con Irán por un lado e Israel por el otro...). De la misma forma, no sería buena idea utilizar

al ornitorrinco como ejemplo paradigmático de mamífero, aunque de hecho lo es.

 La categoría o clase general de la que se está hablando no es homogénea sino muy variada, con lo

que no nos sirve el ejemplo, con sus características particulares, para representar al conjunto. Ejemplo:

se podría argüir que no hay dos guerras iguales, las circunstancias cambian y son peculiares en cada

caso. "De acuerdo, Juan es un cerdo machista, pero no todos los hombres son iguales".

 Puede que estemos cometiendo un error categorial, una identificación errónea de la clase de objetos

de la que estamos hablando; un error no en los hechos, sino a nivel conceptual, en la forma de entender

la categoría de la que hablamos. Veamos un ejemplo clásico:

Ejemplo
El filósofo Gilbert Ryle, en su obra de 1949 "El concepto de lo mental", introdujo el siguiente e

ilustrativo ejemplo de lo que el llamó el “error categorial” :

“A un extranjero que visita Oxford o Cambridge por primera vez, se le muestran los colleges,

bibliotecas, campos de deportes, museos, departamentos científicos y oficinas administrativas.

Pero luego pregunta: “¿Dónde está la Universidad? He visto dónde viven los miembros de los

colleges, dónde trabaja el Registrador (Registrar), dónde hacen experimentos los científicos, pero

aún no he visto la Universidad donde residen y trabajan sus miembros”

El problema para nuestro personaje es que identificaba el concepto de “universidad” como si

fuera un miembro más de la categoría, un lugar concreto, un edificio. Y la universidad no es un

edificio concreto. Ni siquiera un conjunto de edificios. Es una institución.


El pintor René Magritte no pretende burlarse de nosotros: esto realmente no es una pipa, no podrías

fumar con ella, es tan sólo un cuadro o imagen que representa a una pipa. Pero con frecuencia

confundimos la categorías símbolo-objeto representado. Damos por supuesto, con mucha frecuencia,

que las palabras representan la realidad, cuando en demasiadas ocasiones sólo representan nuestros

deseos o los intereses particulares de algún grupo o persona. Entonces, para discutir dicha

categorización, entramos en una discusión sobre las palabras, que puede encerrar más importancia de

lo que parece: un miembro de un partido político sorprende a los periodistas afirmando que no se debe

tomar ninguna medida para lograr un camino de paz en Euskadi: "en el País Vasco no puede haber un

proceso de paz, porque nunca ha habido una guerra". ¿Estás de acuerdo? Mira el video de la

intervención en la que se discuten muchos términos usualmente aceptados en este asunto:

 Por último, podemos plantear un contraejemplo que desactive el ejemplo de nuestro rival, es decir,

que sea tan real, tan típico y paradigmático de esa misma clase de hechos, pero del que se pueda extraer

la conclusión contraria. Mira mi cuñado Felipe, es lo contrario que Juan: sensible, apañado, hábil con

las tareas de casa, buen cocinero... Y frente a la guerra de Irak y sus evidentes intereses petrolíferos,

pongamos el ejemplo de la guerra étnica, cultural y religiosa de los Balcanes, y la intervención de las

tropas de la ONU, que no perseguía ningún interés comercial:


1. Caso Roswell, artículo original en , http://www.neoteo.com/el-caso-roswell-verdad-

o-fraude/

11. Construir o criticar

conclusiones generales
 11. Construir o criticar conclusiones generales

 11.B. Construcción

 11.C. Crítica

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11.A. Introducción
El encuentro entre Ulises y Nausícaa1

Cuando Ulises inicia la odisea de regreso a Ítaca, después de largos años de ausencia y alejamiento de

su esposa Penélope y de su hijo Telémaco, construye una balsa para navegar por los mares. Poseidón,

el dios del Mar, provoca su naufragio, encolerizado contra Ulises, que ha dejado tuerto a su hijo

Polifemo. Fatigado de su lucha contra las olas llega a la isla habitada por los feacios. La diosa Atenea,

protectora de Ulises, provoca el encuentro de Ulises con la bella Nausícaa, hija de Alcínoo, rey de los

feacios. En el encuentro, el pensamiento de Ulises se dispara temeroso:


"Ay de mí¡ ¿Qué hombres deben de habitar esta tierra a que he llegado? ¿serán violentos, salvajes e

injustos, u hospitalarios y temerosos de los dioses?.

Ulises se pregunta, pues, si los feacios son agresivos o si, por

contra, son hospitalarios con los forasteros. Por tanto, su pensamiento adopta la forma de la

generalización: o todos los feacios son agresivos o todos los feacios son hospitalarios con los que

arriban a sus costas.


Nausícaa ordena a sus esclavas que socorran al agotado Ulises, pues "todos los forasteros y pobres

son de Zeus, y un exiguo don que se les haga les es grato", otra generalización que viene a mostrar el

carácter hospitalario de los feacios.

Los tópicos, ejemplo de generalización injustificada

El Periódico.com - Lunes, 17 de noviembre de 2008


Uno de los tópicos más injustos es pensar que los africanos son vagos y pasivos

Siempre me ha llamado la atención las palizas que la gente se pega a trabajar en África, y lo poco

que recogen a cambio. Probablemente, uno de los tópicos más injustos es pensar que los africanos

son vagos, pasivos, conformados con su destino y cosas parecidas.

Cuando uno sale de Quelimane, en el norte de Mozambique, a las 5 de la mañana, ve a cientos de

personas yendo a los campos a trabajar. A veces, están a más de una hora de camino. Cargan un

azadón y poco más, y si son mujeres, muchas veces también llevan un bebé a la espalda. Luego,

trabajan durante horas y horas, labrando campos de varias hectáreas, bajo el sol a 40 grados. La

tierra está dura y la única herramienta con la que cuentan es una azada. Un trabajo físico muy fuerte

realizado por personas que, en muchos casos, cuentan con una alimentación muy limitada.

Casi siempre son las mujeres quienes realizan esta tarea, después de haber acarreado el agua hasta

su casa y preparado la comida para la familia. Cansa solo de verlas trabajar. A eso de las 8 de la

mañana, cuando uno ya no consigue ni andar por la calle debido al calor tan sofocante, allí están

ellas, sin parar, levantando el azadón una y otra vez. Y así semanas y meses.2
Definición de argumento por generalización
Una generalización3 es un tipo de razonamiento inductivo (el llamado enumerativo) en el que

partimos de premisas que hacen referencia a casos particulares y concretos (este coche, ese otro

coche, aquel coche...) o de ejemplos (el cuadro de la Gioconda) y llegamos a establecer una

conclusión que vale para todos los casos, que vale con carácter general (por ejemplo: todos los

mamíferos se alimentan de leche materna). Lo que se hace, pues, en una generalización es conseguir

información a partir de una muestra particular (gatos, leones, chimpancés, etc. como muestra de

mamíferos) y se establece una conclusión que se extiende a toda la población (en este caso los

mamíferos) que se está considerando.

Un argumento por generalización, como un tipo de razonamiento inductivo que es, supone que la

verdad de las premisas hace que sea más probable que la conclusión establecida para todos los

casos resulte verdadera. Un ejemplo son las encuestas de opinión, sobre temas tan diversos como

los refrescos preferidos por los jóvenes, el grado de felicidad de la población española o las

intenciones de voto. Como parten de un número limitado de encuestas (no más de cinco mil) sus

predicciones sobre cómo se comporta la población general siempre serán más o menos probables,

pero nunca seguras. No es extraño que a veces las encuestas electorales fallen.

1. La Odisea, Canto VI.

2. Artículo original: http://www.elperiodico.com/es/noticias/mundo/20081117/uno-los-

topicos-mas-injustos-pensar-que-los-africanos-son-vagos-pasivos/print-68443.shtml

3. Montserrat Bordes, Las trampas de Circe, Cátedra, 2011, pg. 51 y 259; José M.

Sagüillo, El arte de persuadir, Ludus, 2000, p. 49-50


11.B. Cómo construir una

generalización
Para construir una generalización correcta hemos de tener en cuenta algunas precauciones:

1º. Que la muestra particular de la que vamos a extraer conclusiones sea suficiente, es decir, que la

información que hayamos recogido abarque un número suficientemente grande de casos

individuales(si visito un país y entablo relación con 2 o 3 personas de dicho país y son simpáticas, eso

no basta para decir que todos los habitantes de ese país son simpáticos). Por otro lado, la muestra

también es suficiente si se exponen los datos necesarios sin ocultar aquellos casos desfavorables para

la conclusión que se quiere establecer: “todas las Comunidades Autónomas están conectadas con el

centro a través de vías ferroviarias, salvo las islas y Ceuta y Melilla, por razones obvias”. Se suele

decir que la excepción confirma la regla, pero esto sólo es cierto cuando dicha excepción viene incluida

en la generalización.

Adivina, adivinanza...
¿Qué cosa es cosa que tiene cuerpo de nutria, piel de topo, cola de castor, pico de pato, patas de

rana, dientes, pone huevos y es mamífero?

Bueno, no se trata de una verdadera adivinanza, pero si lo fuera, la respuesta sería: el ornitorrinco.

El ornitorrinco (Ornithorhuynchus anatinus), también llamado plátipo es la única especie de su

familia. Es un animal endémico de la zona oriental de Australia y la isla de Tasmania. Es un

mamífero muy arcaico que conserva características reptilianas.4

2º. Que la muestra sea representativa del conjunto de la población que se estudia, para lo cual es

necesario que los individuos que resulten seleccionados sean escogidos al azar (es decir, que los

individuos que hayamos elegidos tengan la misma probabilidad que cualesquiera otros de ser

seleccionados), garantizando así que hemos sido imparciales.

Para garantizar que la elección sea azarosa es necesario que la muestra sea estratificada, esto es, es

necesario que la población sea dividida en grupos o estratos (mujeres y hombres; niños, jóvenes,

personas de mediana edad, ancianos; personas de clase baja, de clase media, de clase alta; etc. ). Así

queda garantizado que los miembros de las variedades de grupos existentes tengan igual posibilidad

de ser elegidos y la conclusión general que se establezca sea probablemente correcta. Así, por ejemplo,

una encuesta de opinión realizada por Internet dejaría fuera a todas las personas y familias que no

tienen ordenador e internet en casa, que pueden ser las de clase social más baja, lo que restaría

representatividad a la muestra y validez a las conclusiones.


3º. Por último, hay que tener en cuenta que la conclusión que se establece mediante una generalización

no vaya más allá de los datos con los que contamos en las premisas. Nuestra interpretación de los datos

(eso que los políticos llaman “cocinar los datos de la encuesta”) debe ser objetiva y ajustada. Así, por

ejemplo, en el argumento: "Los estudios demuestran que un vaso de vino en las comidas y cenas

protege nuestro corazón y mejora nuestra salud".5 En este caso, en la conclusión se va más allá de los

datos de las premisas ya que la posible mejora del corazón no tiene en cuenta los perjuicios que pueden

darse en otras partes del cuerpo y en otro tipo de enfermedades, lo cual supone que no puede afirmarse,

de forma ampliada, que mejora nuestra salud en general. En ningún caso los médicos aconsejan a un

abstemio que empiece a tomar vino, así que ésa no puede ser nuestra conclusión.

4º. Un modo de proteger nuestras generalizaciones correctas de las críticas de los contrincantes

consiste en el uso de términos protectores6 tales como "probablemente", "Algunos x son..", "En la

mayoría de los casos". Es un modo de rebajar el alcance de nuestra conclusión, reduciendo así la fuerza

del argumento. Con ello se limita la seguridad absoluta del argumento por generalización que, por

tratarse de un razonamiento inductivo, no es posible alcanzar. Pero debemos usar con moderación este

recurso, pues de lo contrario valdría decir una cosa y la contraria (a veces, la predicción del tiempo es

tan difícil que el locutor afirma: …”por la tarde puede que los cielos permanezcan claros y soleados,

aunque también es posible que se formen chubascos tormentosos…”).

4. El inclasificable caso del ornitorrinco. http://www.sabercurioso.es/2007/11/19/el-

ornitorrinco/

5. Monserrat Bordes, op. cit. p.263.

6. Tomás Miranda, El juego de la argumentación, p. 123, Ediciones de la Torre, 1995.


11.C. Crítica de los argumentos

por generalización
Salvo en los contados casos en que nos encontremos con una generalización completa (aquélla que

parte del conocimiento de todos y cada uno de los miembros del grupo al que se aplica la

generalización, como cuando decimos: “todos los alumnos de mi clase, los treinta, son de nacionalidad

española”) lo normal es que nuestras generalizaciones sean incompletas y den un salto importante

desde el número de casos conocidos (“unos cuantos investigados, conocidos, entrevistados…”) hacia

el conjunto total al que aplicamos nuestra conclusión (“todos los jóvenes son…”, “todos los

madrileños…”, “todos los mamíferos…”). Esta es la principal debilidad del argumento por

generalización. Son tres los principales errores en los que se puede caer:

1º. Que el tamaño de la muestra investigada sea demasiado pequeño, insuficiente para permitir el salto

de la generalización. Evidentemente, esto dependerá de lo grande que sea el conjunto (el universo,

como dicen los expertos) al que se aplicarán las conclusiones. Téngase en cuenta que para estudios

sobre la población española suele bastar una encuesta realizada a cuatro o cinco mil personas. En

realidad, nunca podremos afirmar nuestras conclusiones con total rotundidad, al cien por cien, pero

esto no importa: ya contamos con que puedan existir excepciones y ello no invalida nuestra afirmación

(bastaría sustituir el “todos” por un elegante “la mayoría”, o bien un “probablemente” por un

“posiblemente”, para pasar por alto las excepciones. Eso sí, cuantas más excepciones podamos

presentar más se debilita (aunque no refuta del todo) el argumento del contrario.

“Salí a la calle y pregunté a varias personas lo que pensaban del presidente y casi todos le criticaron

abiertamente. Está claro que el gobierno está perdiendo el apoyo de los ciudadanos”.

Ahora bien, el que pretende refutar una generalización (“los andaluces son gente chistosa y afable”)

apelando a una excepción única, estará cayendo en la falacia casuística (“pues yo tengo un primo en
Córdoba que no sabe contar chistes”), que no sirve en absoluto para invalidar la generalización

referida.

2º. Puede que la muestra sea suficientemente grande, pero no es representativa, por lo que diremos

que es sesgada, es decir, que no representa de forma equilibrada los distintos sectores y partes que

componen el conjunto o la sociedad a la que hacemos referencia. Se inclina más, por ejemplo, a recoger

la opinión de los hombres que de las mujeres, o las grandes ciudades no están representadas en su justa

proporción frente a las zonas rurales, etc. También es posible que el sesgo sea buscado de forma

totalmente intencionada, para revestir de la apariencia de objetividad que dan las cifras y porcentajes,

lo que no es más que una opinión partidista.

Por ejemplo, está de moda entre ciertas cadenas privadas de televisión realizar programas de debate

político en los cuales se pide a los telespectadores su opinión ante una pregunta que aparece en

pantalla. Al final, se comenta el resultado de los votos obtenidos. Dejando a un lado el hecho de que

la redacción de la pregunta ya es cualquier cosa menos neutral y objetiva, hay que tener en cuenta

que los oyentes habituales pueden ser mayoritariamente de una tendencia política similar a la que

esa cadena propugna (de derechas, de izquierdas, nacionalista…) por lo que la supuesta encuesta

carece de validez, está sesgada, torcida o inclinada hacia un lado.


3º. A veces, el sesgo o tendenciosidad no viene dada por el tipo de personas que han contestado a la

encuesta, sino por la forma en que interpretamos los datos y por lo que creemos que podemos concluir

a partir de ellos. Se ha llegado a decir que la estadística es el arte de mentir con cifras, dado que

siempre podemos entresacar aquéllos resultados que nos resulten más favorables o presentar los

negativos de forma que no lo parezcan tanto. Para encontrar ejemplos de esto sólo tiene el lector que

esperar al día siguiente de cualquier elección municipal, autonómica o nacional y comprobará que

ningún partido político parece haber perdido las elecciones. ¡Y lo demuestran con cifras! El siguiente

artículo de El País, del que reproducimos el principio, muestra “cómo se cocinan las encuestas” para

presentarlas a la mesa de la opinión pública7:

El País. Luis Sánchez-Mellado. 13 de mayo de 2013


Así funciona la cocina de las encuestas

La crisis, el descontento social y la ausencia de elecciones hacen de los

sondeos material informativo de primer orden. Las empresas defienden sus

métodos frente a las acusaciones de manipulación.

A nadie le gusta verse mal en el espejo. Sobre todo, a quienes viven de la imagen que los demás

tienen de ellos, de su capacidad de convicción, de la confianza que generan. Por eso, algunos

políticos llevan meses agarrándose unos cabreos de campeonato con las encuestas. Salen feos.

Antipáticos. Poco o nada valorados hasta por sus partidarios. En público, suelen declarar que es

normal que la gente esté enfadada, con la que está cayendo, y que toman nota. Pero algunos, en

privado, arremeten contra estos estudios. Dicen que no se los creen. Que están mal hechos.

Manipulados. Pagados por el adversario. Cocinados. Que el espejo está trucado. Las empresas del

sector, por su parte, defienden su cocina, sin cursiva, arguyendo que no es más que la aplicación de

sus métodos de tratamiento de datos para intentar reflejar lo más fielmente posible una opinión

pública difícil de captar en una foto fija.


Encuesta del eurobarometro sobre porcentaje de ciudadanos que se declaran ateos, 2005.

(Click sobre el mapa para ampliar)

4º. Por supuesto, a una generalización cabe siempre enfrentarle otra, apoyándonos en datos

procedentes de otros estudios o encuestas. Son tantas las investigaciones realizadas por empresas,

instituciones y universidades, que ya no sabemos a ciencia cierta si los huevos producen colesterol o

justamente lo contrario, si los españoles son tolerantes o unos racistas, si cualquier tiempo pasado fue

mejor… o un infierno en vida. Busquen y encontrarán su estadística oportuna.

7. Aquí puedes leer el artículo completo,

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/12/actualidad/1368388971_607871.html
Falacias. Clasificación

e introducción

Índice general de falacias

P ara un acceso rápido a los distintos tipos de falacias, se presenta este índice detallado sobre las

mismas. Pulsando sobre cada epígrafe serás redirigido a la explicación de la falacia en cuestión. De

cualquier manera, también es posible acceder desde el menú principal de la web.

Falacias formales

1. Afirmación del consecuente

2. Negación del antecedente

3. Falsa disyunción

Falacias informales contra el criterio de claridad

1. Falacia de la ambigüedad

2. Falacia de la vaguedad

Falacias informales contra el criterio de suficiencia

1. Falacia por generalización precipitada


2. Falacia de la pendiente resbaladiza (o bola de nieve)

3. Falacia post hoc, ergo proter hoc (después de, luego a causa de)

4. Falacia ad ignorantiam (recurso a la ignorancia)

5. Falacia de la composición/división

Falacias informales contra el criterio de relevancia

1. Falacia del espantapájaros

2. Falacia de la pista falsa

3. Falacia ad hominem (ataque a la persona)

4. Falacia ad populum (recurso a la mayoría)

5. Falacia ad baculum (al bastón)

6. Falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad)

7. Falacia por círculo vicioso (falacia de la circularidad)

8. Falacia ad antiquitatem/ad novitatem (antigüedad/novedad)

Estrategias retóricas contaminantes

1. Humor oportunista

2. Zigzagueo

3. Inversión de la carga de la prueba

4. Inmunización del punto de vista propio

5. Retorsión del argumento contrario

Introducción a las falacias


1. Historias sobre las falacias: "La primera falacia"

2. Definición de falacia
3. Medicina contra las falacias

1. Historias sobre las falacias:

"La primera falacia"

"E l niño no protesta de la mentira, sino de lo mal contado.

O de lo contado con fines

espurios, con un propósito moralista. Cuando empiezan a saber que los Reyes Magos no existen, lo

que les duele es la mentira social, no protestan del engaño, sino de la finalidad embaucadora que

llevaba. Ellos habían visto bajar a los Reyes Magos por la chimenea, qué importa que fuera increíble

a la luz de la lógica, habían llegado a verlos, era verdad. Los obstáculos para admitir que en una misma

noche recorrieran a lomos de camello toda la ciudad era capaz de subsanarlos la fantasía de la madre

o la criada que les fuera contando un cuento para responder a cada una de sus preguntas suspicaces.

Ven que es mentira, no porque ahora les parezca más increíble que antes, sino porque ahora descubren
agazapadas tras la voluntad de engaño motivaciones oscuras que tratan de mezclar el reino de la ficción

con el de la componenda, la pureza del cuento con su añagaza educativa. «Si sois buenos, os traerán

juguetes.» Doraban la píldora de la alevosa lección con aquel fascinante invento de la caravana exótica

y cautelosa de camellos, de pajes subiendo a los balcones fugazmente por escalas de cuerda bajo las

estrellas de la noche de enero. La decepción no viene tanto de decir: «¡Ah!, ¿entonces ha dejado de

ser verdad aquello?», como de decir: «¡Ah!, ¿entonces es que me lo contaban para que fuera bueno?»,

ahí se asesta la primera puñalada trapera a la inocencia del niño, a su presunta candidez. Que no es tal,

sino más bien un deseo de coherencia. El niño se resiste a mezclar el mundo cotidiano de los avisos,

obligaciones y recados con el mundo ficticio de la narración. Preferiría que si ha sido malo le casti-

garan con una bronca o un azote y no subrepticiamente por medio de esos cuentos y fantasías que ha

aprendido a amar en sí. La leyenda de los Reyes Magos es la fórmula más refinada y maliciosa de

estrago en el concepto de ficción. Una vez descubierta su falacia, el niño ha ingresado rencorosamente

en el mundo de la componenda. Es como si le hubieran entregado un salvoconducto para que él, a su

vez, pueda decir mentiras que le acarreen algún provecho."

Carmen Martín Gaite: El cuento de nunca acabar.

2. Definición de falacia
Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él

-Mahatma Gandhi-
En la antigua Grecia se consideró que existen dos tipos de

malos argumentos, de argumentos que no valen: los paralogismos y los sofismas.

Se entendía por paralogismo aquel argumento erróneo resultado de un descuido, de una equivocación

del hablante. Por el contrario, el sofisma era aquel tipo de argumentación que defendía algo falso y

que tenía como finalidad engañar al oyente en una discusión.

El término falacia viene a ser una mezcla de los dos conceptos anteriores. Se entiende por falacia una

argumentación que resulta errónea y defectuosa. Se trata, por tanto, de una argumentación que no es

válida.

El fallo que tiene se puede deber bien a un descuido o bien a que alguien pretende engañar mediante

su uso. Como no podemos saber si el contrincante en el debate tiene o no la intención de engañarnos,

consideraremos a las falacias como razonamientos erróneos, que incluyen algún defecto que los

convierte en razonamientos que no valen.

3. Medicina contra las falacias


Es importante que conozcas los tipos

de falacias existentes para mejorar la calidad de tus argumentaciones. Tienes que ser especialmente

cuidadoso/a en la construcción de los argumentos que usarás en un debate ya que todos (hasta los más

sabios), si no prestamos suficiente atención, cometemos fallos en los razonamientos que hacemos. Es

importante también que estés atento/a en los debates para detectar las falacias o errores en los

argumentos de los contrincantes, pues al reconocerlas muestras que los argumentos que acaban de

darte no valen.

No obstante, como señala Julian Baggini1 "la persecución de fines nobles, como la verdad o la bondad,

es difícil y no puede eludir la compañía del error. Sin embargo, cuando nos situamos del lado de los

ángeles, es muy fácil empezar a creer que nos han crecido alas. El resultado puede ser entonces la

superioridad autocomplaciente: la creencia de que somos "buenos" y "racionales" y, por tanto,

inmunes a la maldad o al razonamiento defectuoso". Así, pues, el conocimiento de las falacias te

ayudará a depurar tus errores o a detectar los errores de tus contrincantes en el debate, aunque no te

convertirá en un polemista perfecto.

1. Tomado de ¿Se creen que somos tontos?, Paidós, p. 300.

Falacias formales }
0. Introducción a las

falacias formales

L as falacias formales son aquel tipo de falacias que se cometen cuando no se respetan los

criterios establecidos por la lógica deductiva. Para esta, un argumento resulta inválido cuando la

verdad de las premisas no apoya necesariamente la verdad de la conclusión.

Son, por tanto, argumentos en los que la conclusión no se

sigue necesariamente de las premisas.


Puede descubrirse este tipo de falacias estando atentos a la forma lógica de los razonamientos. En los

argumentos podemos distinguir entre su contenido (el tema de que se habla) y su estructura formal

o regla lógica, que es un esquema lógico que subyace a dicho razonamiento. Así, por ejemplo, sean

los siguientes razonamientos:

1. Si hoy es lunes, entonces me levanto pronto. Hoy es lunes. Por tanto, hoy me levanto pronto.

2. Si gana mi equipo de fútbol entonces lo celebraré. Gana mi equipo de fútbol. Por tanto, lo celebraré.

Si te fijas en (1) y (2) se trata de argumentos con contenidos distintos. Mientras (1) se refiere a lo que

hago los lunes por la mañana, (2) hace referencia al fútbol. Desde ese punto de vista son diferentes.

Pero hay algo en que se parecen ambos argumentos. En su estructura formal o lógica, que es:

Si A entonces B. A. Por tanto, B.

Pues bien, para detectar una falacia formal no es necesario que tengas en cuenta el contenido del

argumento. Basta con que te fijes en su estructura formal. Las falacias formales son aquellas en las

que se utiliza una estructura formal que la lógica deductiva no considera válida, es decir, va en contra

de alguna regla lógica. En otras palabras, para detectar las falacias formales debes conocer la lógica

deductiva más elemental. En un debate eso no te basta, ya que si la estructura formal resultara muy

compleja, se necesita más tiempo del que dispondrías en el debate para detectarla.
1. Falacia por

afirmación del

consecuente
Uno de los argumentos deductivos válidos más utilizados es el conocido

como modus ponens (que afirma), en el que

interviene el conector "Si... entonces..." ("Si A entonces B", siendo A el antecedente y B el

consecuente). El modus ponens es una regla lógica válida de la lógica elemental de enunciados, cuya

estructura es la siguiente:

Si A entonces B. A. Por tanto, B.

Así, por ejemplo:

Si hace sol (A) entonces iré a la playa (B)


Hace sol (A)

Por tanto, iré a la playa (B)

Se establece una conexión entre el hecho de que haga sol y el hecho de ir a la playa. Si ocurre lo

primero, entonces ocurrirá lo segundo.

La falacia de la afirmación del consecuente es un tipo de argumento inválido, que aparenta ser

parecido al modus ponens, aunque es muy distinto de él.

El esquema de esta falacia sería:

Si A entonces B. B. Por tanto A.

Se afirma B (el consecuente) y se obtiene, como conclusión, el antecedente (A).

Ejemplo:
Si hace sol (A) entonces iré a la playa (B)

Esta mañana he ido a la playa (B)

Por tanto, hacía sol (A)

Observa que alguien puede ir a la playa sin que sea un día soleado. No hay aquí una conexión necesaria

entre B (ir a la playa) y A (hace sol). Caemos en la trampa de la falacia con tanta facilidad porque

tendemos a interpretar la conexión causa – efecto (Si… entonces…) como una conexión fuerte, como

si funcionara en las dos direcciones: “si A, entonces B y si B, entonces A”. Pero no es eso lo que

habíamos dicho: nunca dijimos que “sólo si hace buen tiempo iremos a la playa”, en cuyo caso sí que

valdría la afirmación del consecuente como argumento válido.

Medicina contra esta falacia: Trata de mostrar que, aunque las premisas sean verdaderas, la

conclusión puede ser falsa. Indica que no sólo se produce el efecto (consecuente) cuando se da

esa causa concreta (antecedente).


2. Falacia por negación

del antecedente
Otro de los argumentos deductivos válidos más utilizados es el conocido como modus tollens ("que

niega"), en el que interviene también el

conector "Si... entonces..." ("Si A entonces B", siendo A el antecedente y B el consecuente). El modus

tollens es una regla lógica válida de la lógica elemental de enunciados, cuya estructura es la siguiente:

Si A entonces B. No es cierto B. Por tanto, no es cierto A.

Observa el siguiente ejemplo de modus tollens:

Si hace sol (A) entonces iré a la playa (B)


No iré a la playa (B)

Por tanto, no hace sol (No A)

Se establece una conexión entre el hecho de que haga sol y el hecho de ir a la playa. Cuando no ocurre

lo segundo (cuando no voy a la playa), esto se debe a que no ha ocurrido lo primero (no hace sol).

La falacia de la negación del antecedente es un tipo de argumento inválido, que aparenta ser parecido

al modus tollens, aunque es muy distinto de él. El esquema de esta falacia sería:

Si A entonces B. No A. Por tanto no B.

En el esquema de la falacia de negación del antecedente se niega el antecedente (no A) y se obtiene la

negación del consecuente (no B).


Ejemplo:

Si hace sol (A) entonces iré a la playa (B)

No hace sol (No A)

Por tanto, no iré a la playa (No B)

Observa que, aunque no sea un día soleado, no hay razón para no ir a la playa. No hay aquí una

conexión necesaria entre no A (no hace sol) y no B (no ir a la playa). En ningún momento se ha dicho

que “sólo si hace sol, iré a la playa”. De aquí surge la confusión.

Medicina contra esta falacia: Muestra que aunque las premisas sean ciertas la conclusión no

tiene por qué resultar verdadera. Trata de mostrar que aunque no ocurra la causa (antecedente)

podría suceder el efecto (consecuente), debido a otra causa que también provocara el mismo

efecto.
3. Falacia de la falsa

disyunción (o falso

dilema)
3.1. Historias del falso dilema

a. O estás conmigo o estás contra mí

En la historia de la Humanidad han existido muchos conflictos bélicos. En

ellos hay dos bandos que se enfrentan. Cada bando tiene sus aliados, que son los que les apoyan. Cada

bando tiene sus enemigos, a los que se enfrenta. No obstante, también puede haber personas, grupos

o países que sean neutrales, es decir, que ni apoyan a ningún bando ni tampoco se enfrentan a ninguno

de ellos.

b. Ser o no ser: he ahí el dilema


Hamlet:

Ser o no ser... He ahí el dilema.

¿Qué es mejor para el alma,

sufrir insultos de Fortuna, golpes, dardos,

o levantarse en armas contra el océano del mal,

y oponerse a él y que así cesen?

c. Blanco o negro (y otros colores)

Además de elegir entre el blanco o el negro, también podemos elegir otros muchos colores. Como en

esta canción de Malú:


Se que faltaron razones,

Se que sobraron motivos,

Contigo porque me matas,

Y ahora sin tí ya no vivo…

Tú dices blanco, yo digo negro

Tú dices voy, yo digo vengo

Miro la vida en color y tu en blanco y negro…

3.2. Definición

Un silogismo disyuntivo tiene la siguiente forma: "A o B; no es cierto A; por tanto B" o también

puede tener la forma "A o B; no es cierto que B; por tanto, A". En ambos casos, ocurre que:
1. Sólo hay dos alternativas (A, B);

2. Que tiene que darse necesariamente una de las dos alternativas y

3. Que las dos opciones son incompatibles (no pueden darse las dos a la vez).

Pero puede ocurrir que la premisa "A o B", en la que se presentan sólo estas dos opciones, no tenga

en cuenta que pudieran haber más alternativas, distintas a A y a B (por ejemplo, C). En ese caso, la

conclusión que se obtendría sería distinta.

La falacia del falso dilema consiste en llevar a cabo una simplificación: en lugar de señalar la

existencia de más alternativas, se reducen las alternativas a dos, de tal modo que, necesariamente, o

se da una de ellas o se da la otra.

Precisamente se denomina esta argucia como la falacia del tercio excluido, porque quien la comete se

olvida de que puede haber una tercera opción entre las dos propuestas. También se denomina el dilema

del cornudo a aquél argumento que intenta encerrarnos entre los dos cuernos de un toro: si eliges la

opción A, te llevará a algo negativo; y si eliges la opción B, también te conducirá a algo igualmente

malo. Por tanto, es (o parece ser) un callejón sin salida.

 Ejemplos de falso dilema:


El filósofo francés J. P. Sartre tuvo un día la visita de un alumno suyo que le planteó un dilema. Era

la época de la segunda guerra mundial y debía ir a la guerra a defender a su país, invadido por los

alemanes. Por otra parte, su madre estaba enferma y se sentía obligado a quedarse con ella para

cuidarla. Sin embargo, lo que el alumno de Sartre no dijo (o no advirtió) es que tenía otras

posibilidades1: podría quedarse con su madre y trabajar con la resistencia opuesta a los nazis; o también

podría quedarse con su madre hasta que mejorase y, posteriormente, incorporarse al ejército francés

en el exilio.

 Otro ejemplo:

"Juan no ha venido hoy al examen. O está enfermo o tiene miedo de suspender". (En este ejemplo, no

se han tenido en cuenta otras opciones: por ejemplo, podría haber perdido el autobús y no haber llegado

a tiempo; podría haberse quedado dormido al no sonar el despertador...).

Medicina contra esta falacia: Indica que tu contrincante se ha olvidado de que hay más de dos

alternativas para solucionar un problema, de modo que si no se da una de ellas esto no significa,

necesariamente, que se de la otra (pues hay más: al menos una tercera opción). Muestra a tu

contrincante alguna (o algunas) alternativa que se ha olvidado señalar.


1. Anthony Weston: Las claves de la argumentación, Ariel, 1994, p. 126

Falacias informales contra el criterio de claridad

0. Introducción a las

falacias contra la

claridad

A veces se pretende vencer en un debate utilizando un lenguaje oscuro, impreciso o ambiguo,

en lugar de utilizar un lenguaje claro, inteligible para todos, con definiciones precisas de los términos

fundamentales, que eviten la existencia de varios significados. En ese caso, la argumentación que se

utiliza sería contraria al criterio de claridad.


Cuando falta claridad en nuestra argumentación, cuando utilizamos expresiones oscuras que son

difícilmente comprensibles para el oyente, o cuando empleamos expresiones que crean confusión por

la falta de precisión en su significado, podemos producir argumentos erróneos.

Como ejemplos de falacias informales contrarias al criterio de claridad podemos señalar:

 Falacia de la ambigüedad

 Falacia de la vaguedad

1. Falacia de la

ambigüedad
a. Historias sobre la falacia de la ambigüedad: la "libertad"

Hay expresiones que resultan ambiguas, como por ejemplo, el término "libertad"1. Este término, como

concepto filosófico complejo, tiene varios significados, entre los que podemos indicar los siguientes:
1. No estar coaccionado por las leyes de un país,

2. Hacer lo que uno desea,

3. Elegir entre varias opciones, etc.

Supongamos que se está debatiendo sobre la prohibición de fumar en espacios públicos que existe en

España. Alguien podría afirmar, para oponerse a dicha prohibición, que tal prohibición no debería

existir porque "somos ciudadanos de un país libre" y muchas personas desean fumar en espacios

cerrados. Pero esta apelación a la libertad es problemática porque aunque un país sea "libre", no por

ello es un país en el que no existen leyes. ¿Queremos decir que "vivimos en un país en donde no

deberían existir leyes que nos coaccionen"? Esto podría resultar contradictorio, pues hay leyes que

protegen nuestra libertad (por ejemplo, la ley que nos protege de los robos, garantiza la libertad que

tenemos de emplear nuestro dinero en aquello que deseamos comprar, aunque esto también depende

de lo que establezcan las leyes de un país).

Los partidarios de dicha prohibición pueden alegar que la ley protege la libertad de los fumadores

pasivos, quienes también son libres de no respirar aire contaminado por el humo del tabaco. Podrían

señalar también que los fumadores siguen siendo libres para elegir entre permanecer en un lugar

cerrado sin fumar o salir a fumar a un lugar al aire libre. Podrían, por último, señalar las limitaciones

que tiene la libertad de cada uno: nuestra libertad no puede poner en peligro la libertad de los demás.
Lo mismo ocurriría si se estuviera debatiendo sobre la prohibición de programas de televisión en los

que se adivina el futuro. Se podría también apelar a la libertad que, como ciudadanos, tenemos en

nuestro país. Aunque no quedaría claro si, quien se opusiera a dicha prohibición, podría señalar que

son programas inofensivos que cierta gente desea ver o estaría indicando que el público televisivo

puede elegir entre conectarse a ese canal o elegir otro diferente, u otro significado del término

"libertad".

Los partidarios de tal prohibición podrían, por el contrario, apelar a la libertad que supone la protección

de las leyes frente al engaño económico que supone llamar por teléfono para oír tales predicciones; o

podrían señalar, por otro lado, que habría que evitar programas televisivos basados en algo que no está

probado científicamente, abusando de la buena fe de muchas personas con escasos estudios, cosa que

ellos mismos no desean.

En definitiva, la apelación a la "libertad" no excluye la necesidad de argumentar y clarificar lo que se

entiende por tal término, al tratarse de un término ambiguo.


b. Definición

El lenguaje natural que utilizamos contiene palabras o expresiones que tienen más de un significado,

es decir, contiene palabras o expresiones ambiguas. Así, por ejemplo, el término "gato" tiene varios

significados: puede hacer referencia a un animal o puede referirse a una herramienta. Por eso, cuando

incluimos este término en una frase, como cuando decimos "El gato no está en el coche", no queda

claro lo que queremos decir y tenemos que recurrir al contexto para entender su significado.
Otras veces no son las palabras sino las construcciones sintácticas las que resultan ambiguas. Así, por

ejemplo, la frase "Los jugadores del equipo X cobraron un millón de euros por ganar el campeonato"

puede ser interpretada en el sentido de que cada jugador cobró un millón de euros o en el sentido de

que el millón de euros se repartió entre todos los jugadores del equipo. (¿Cómo interpretarías las

siguientes expresiones: “El ladrón de mi vecino ya ha salido de la cárcel”, “El burro de mi marido

siempre me estropea las flores del jardín”?)


Si te fijas, hay tres formas de ambigüedad:

 por usar términos equívocos (caso de la polisemia, que refiere a conceptos totalmente distintos;

gato);

 por usar términos análogos (ley, libertad: se refieren a ideas semejantes pero no iguales, es un

problema de laxitud);

 y por usar expresiones sintácticamente ambiguas (llamada imprecisión, que provoca dos

interpretaciones correctas pero distintas: "el perro de mi padre no se levanta"; "los jugadores cobran

un millón").
Aunque el uso de expresiones ambiguas en la argumentación no tiene, necesariamente, que resultar

problemático (a veces, el contexto nos aclara su significado), puede haber ocasiones en que, al ser

incluidos en un argumento, puede conducir a una conclusión ilegítima.


Ello se debe a que se produce un

deslizamiento semántico: se pasa de usar uno de los significados de un término a usar otro significado

diferente del mismo.

 Veamos un ejemplo de falacia por ambigüedad:


"Los hombres son seres inteligentes. Las mujeres no son hombres. Por tanto, las mujeres no son seres

inteligentes".

En este argumento se ha producido un deslizamiento semántico en el uso del término "hombre". En la

frase "Los hombres son seres inteligentes" se usa el término"hombre" en el sentido de "miembro de la

especie humana" o "ser humano". Sin embargo, en la segunda premisa, "Las mujeres no son hombres",

deja de utilizarse en ese sentido y pasa a utilizarse en otro sentido diferente: "hombre" se usa ahora en

el sentido de "varón". Este cambio de significado en las premisas se traslada, erróneamente, a la

conclusión. Se ha cometido, pues, la falacia por ambigüedad.


 Veamos otro ejemplo de este tipo de falacia:
"Es posible demostrar la existencia de Dios. Los legisladores redactan y establecen las leyes que

gobiernan la sociedad. De igual modo, las leyes que gobiernan el universo han sido establecidas por

un legislador; por tanto, Dios existe".

El fallo en esta argumentación se produce porque en la premisa "Los legisladores redactan y establecen

las leyes ", se usa el término "ley" en el sentido de "ley de la sociedad", dependiente de la voluntad de

los legisladores. En la segunda premisa "las leyes que gobiernan el universo han sido establecidas por

un legislador", se usa el término "ley" en un sentido diferente, como "ley de la naturaleza", como

regularidad que encontramos en el mundo natural, que no tiene por qué depender de la voluntad de un

legislador. Esta ambigüedad se utiliza para alcanzar la conclusión de forma incorrecta, intentando

ocultar la mencionada diferencia, por lo cual queda invalidado el paso de las premisas a la conclusión

"Dios existe".

 Un último ejemplo:
"El fin de una cosa o de una actividad es su objetivo; la muerte es el fin de la vida; por lo tanto, la

muerte es el objetivo de la vida".

Este razonamiento introduce una falacia porque en él se confunden dos sentidos diferentes de la

palabra 'fin'. Por un lado, "fin" significa "finalidad, objetivo perseguido". Por otro lado, "fin" significa

"terminación de algo". En el argumento se produce un deslizamiento: la primera vez que se utiliza

tiene un significado y luego, en la segunda premisa, se usa con un significado diferente.

Medicina contra esta falacia: En definitiva, el modo de mostrar que se está cometiendo esta

falacia es que pongas de manifiesto que un término (o expresión más larga), incluido en el

razonamiento, tiene varios significados. Después señala el cambio de significado que se ha

introducido en el razonamiento que utiliza esa expresión ambigua.

1. Ejemplo inspirado, aunque modificado, de Julian Baggini, "¿Se creen que somos tontos?", Paidós, 2010.

2. Falacia de la

vaguedad
a. Historias sobre la falacia de la vaguedad: El grano de arena, el montón y

la calvicie
Supongamos que tenemos un grano de arena. La mayor parte de la gente no diría que tenemos un

montón de arena. ¿Qué pasaría si tuviésemos dos granos de arena? ¿Y tres?, ¿Y quince? ¿Y cien mil

granos de arena? ¿Y un millón? La mayor parte de la gente diría que si tenemos un millón de granos

de arena podemos decir que, entonces, tenemos un montón. La cuestión que se nos plantea es cómo

determinar que si tenemos n granos de arena no tenemos un montón y, sin embargo, si tuviéramos n+1

granos de arena, ¿entonces ya tendríamos un montón?

Por otra parte, pocas personas dirían que si una persona sólo tiene un pelo en la cabeza no es calvo.

Tampoco muchas dirían que si una persona tiene un millón de pelos en su cabeza es una persona calva.

Sin embargo, podríamos decir que si una persona tiene un millón de pelos en la cabeza no es calvo. Si

le quitamos un pelo, seguirá sin ser calvo. Lo mismo que si le quitamos dos, o tres, o mil. Pero ¿y si

le quitamos novecientos mil novecientos pelos? ¿Nos atreveríamos a decir que no es calvo? ¿Cuántos

pelos exactamente hemos de quitar a una persona que no es calva para que lo sea?

b. Definición
En el lenguaje natural que utilizamos existen términos imprecisos, con un significado que no está

definido con total exactitud. Son términos que se refieren a propiedades que las cosas tienen en

diferente grado, tales como "alto", "calvo", "bello" o "frío". Así, por ejemplo, no podemos determinar

con exactitud cuántos pelos le faltan a alguien para ser considerado "calvo", o cuántos grados tiene

que tener una bebida refrescante para ser considerada "fría". A tales términos se les denomina vagos.

Aunque los usamos en bastantes ocasiones sin problemas, puede ser que el uso de alguno de los

términos vagos que contiene el lenguaje natural no sea adecuado cuando estamos argumentando, ya

que puede conducirnos a construir argumentos falaces.


 Veamos un ejemplo de argumentación falaz al emplear algún término vago:

"Una persona que nunca ha pilotado un avión es un piloto inexperto. Si un piloto inexperto pilota un

avión durante una hora sigue siendo un inexperto. Lo mismo

pasará aunque pilote dos horas, o tres, o cuatro… Por tanto, por muchas horas que pilote una

persona, seguirá siendo un piloto inexperto. Por tanto, mejor no viajes en avión"

Este argumento es un ejemplo de falacia de la vaguedad, que usa un término vago como "inexperto".

Lo que pretende el argumento es que no es posible establecer con exactitud la diferencia entre

"pilotoinexperto" y "pilotoexperto", es decir, que no podemos determinar con exactitud cuántas horas

de vuelo ha de tener un piloto para dejar de ser "inexperto" y pasar a ser considerado "experto".

Obviamente, si un piloto inexperto pilota un avión durante una hora, lo seguirá siendo. Sin embargo,

la acumulación de muchas horas de vuelo, aunque no podemos saber con exactitud cuántas, sí lo

convertirían en un piloto experto.

"Sólo porque una persona no recicle la basura, no se va a destruir el planeta. Tampoco, si son dos o

tres personas. Por tanto, no importa que la gente no recicle la basura porque ello no afectará al futuro

del planeta".
En este argumento se ha introducido la

vaguedad. Puede que lo que una persona haga no afecte para nada al planeta. Puede que lo que una

segunda persona haga tampoco influya en el futuro del planeta. Lo mismo que si no reciclan tres,

cuatro, quince o cien personas. ¿Podríamos decir lo mismo en el caso de que no reciclen un millón,

diez o cien millones de personas? El término "la gente"1 es vago porque no indica cuántas personas

incluimos en él. La conclusión sería correcta si incluyéramos un número pequeño de personas (diez,

cien o mil), pero sería incorrecta si fuese un número muy elevado (diez, cien o mil millones).

Medicina contra esta falacia: El modo de mostrar que se está cometiendo esta falacia es

detectando algún término vago que pueda incluirse en un razonamiento y que impida establecer

la conclusión a partir de unas premisas dadas.

2. Según el Diccionario de la Real Academia Española, por "gente" puede entenderse una pluralidad de personas,

aunque no se especifica cuántas personas forman dicha pluralidad. Aunque menos usado, puede utilizarse gente para

referirse a una nación. En este caso estaríamos hablando ya de millones de personas.

Falacias informales contra el criterio de


suficiencia
0. Introducción a las

falacias contra la

suficiencia

C uando participes en un debate no sólo tienes que procurar expresarte con claridad (o te dirán

que no te entienden); ni tienes sólo que decir cosas que tengan que ver con el tema que se está

debatiendo (o te dirán que tu discurso no viene a cuento, que te desvías del tema). Además, los datos

o razones que utilices para justificar tu punto de vista tienen que ser suficientes para que puedan avalar

con seguridad la conclusión que pretendes establecer. De lo contrario, cuando presentes en las

premisas datos insuficientes, no se apoyará adecuadamente la conclusión que se pretende establecer

(y te dirán que tu argumento no se sostiene, que tu conclusión es débil, como un edificio sin buenos

cimientos).
Así, pues, las premisas no dan suficiente apoyo para apoyar la conclusión. Por ello, se cometen una

serie de falacias contra el criterio de suficiencia.

Algunas de estas falacias tienen, principalmente, que ver con el razonamiento inductivo, con la

relación entre causa y efecto. Aunque también se deben a otros factores, tales como la comparación

inadecuada entre diferentes casos, un modo equivocado de entender la relación entre el todo y las

partes que lo componen, etc.


1. Falacia por

generalización

precipitada
a. Historias sobre falacias por generalización precipitada

 El pavo inductivista de B. Russell


E n una de sus obras, el filósofo inglés B. Russell expresa las limitaciones del razonamiento

inductivo, basadas en que la experiencia que hayamos tenido en el pasado, por muchos ejemplos

similares que se hayan repetido, no sirve para apoyar una conclusión referida a los acontecimientos

del presente. Para explicar esta idea recurre al ejemplo del pavo inductivista, un pavo que confiaba en

la experiencia acumulada para establecer una conclusión sobre el dueño de la granja. Había acumulado

una amplia muestra de datos acerca de la hora en que recibía el alimento. Cada mañana, a las 9 en

punto, el granjero americano entraba y le daba de comer. Se fijó también en que el dueño de la granja

lo alimentaba a la misma hora en diferentes épocas del año, con independencia del tiempo que hacía

o de si era un día festivo o un día laboral. A partir de estas observaciones de lo que había ocurrido en
el pasado, extrajo la conclusión "Todos los días, a las 9 en punto, me dan el alimento". Pero un día, el

granjero entró y no fue a darle el alimento, sino que lo sacrificó para celebrar el día de Acción de

Gracias.

 La excepción confirma la regla

Es una expresión que se utiliza cuando encontramos un caso que contradice lo que ocurre la mayoría

de las veces. Por eso decimos que ese caso encontrado sería la excepción que confirma la regla.

Pero hay que tener en cuenta que:1

"La excepción que confirma la regla" es una de las expresiones que menos me gustan. Como científico,

tiendo a pensar que una regla es una regla, y si tiene excepciones lo que hacen es invalidar la regla, no

confirmarla. Según mi humilde opinión, si digo "los coches Ford son azules" y de repente un Ford rojo

cruza la calle, mi hipótesis queda para la papelera. Ni siquiera una interpretación estricta podría salvar

mi norma, porque aun admitiendo la existencia de un Ford rojo, nada impide que haya más Ford rojos,

o amarillos. Mejor descartar la norma y buscar otra, que aceptar una regla con tantos contraejemplos

caprichosos /.../ recuerde: "la excepción confirma la regla" solamente pone de manifiesto la existencia

de una regla. Ni sabemos qué regla es, ni se confirma la validez o no de una regla determinada. Lo

único honrado sería decir algo así como "la excepción confirma que hay una regla." Cuál sea esa regla

es harina de otro costal. Y por supuesto, no cuela como argumentación seria. Siguiendo el ejemplo

con el que he comenzado, afirmar que un Ford rojo es una excepción a la regla de que todos los Ford

son azules solamente "demuestra" que hay coches Ford de colores."

 La elección de Roosevelt
Un ejemplo clásico de un razonamiento inductivo que falló porque la muestra utilizada, aunque muy

amplia, no era representativa se produce en 1936, cuando la revista estadounidense "Literary Digest"

fracasó estrepitosamente al determinar el ganador de las elecciones presidenciales. Hizo una encuesta

a gran escala, utilizando una muestra superior a los 2 millones de votantes, para determinar si el

ganador de las elecciones sería Alf Landon, del partido Republicano, o Franklin D. Roosevelt, del

partido Demócrata. Los nombres de las personas encuestadas se extrajeron, en todo el país, del listín

telefónico y del registro de la propiedad de automóviles. A partir de los resultados de la encuesta se

predijo la victoria de Landon. Sin embargo, el ganador de las elecciones fue Roosevelt. ¿Por qué falló

la encuesta, siendo tan amplía la muestra? El problema era que no se utilizó una muestra representativa

de las diferentes clases sociales del país. En aquella época, el teléfono y el automóvil no eran accesibles
a todas las capas sociales, sino sólo a los votantes urbanos y ricos (es decir, a una minoría dentro de la

población estadounidense del momento). La encuesta había olvidado a otros grupos sociales

mayoritarios: los habitantes de las zonas rurales y los de las clases empobrecidas por la crisis del 29,

cuyos efectos continuaron hasta años después. Sin embargo, el científico social George Gallup hizo

una encuesta mucho más pequeña, pero utilizando muestras representativas, y acertó en su predicción

de que el ganador de las elecciones sería, por amplia mayoría, Roosevelt. Este inició su política,

conocida como New Deal, que consistió en estimular el gasto público invirtiendo en infraestructura

para terminar con las secuelas de la Depresión del 29.

b. Definición

La falacia por generalización precipitada es aquel error en la argumentación que se produce cuando

se establece una conclusión a partir de de una base insuficiente de datos. A partir de una serie

insuficiente de casos que son similares, establecemos una conclusión general para todos los casos.

Por ejemplo: "Este curso, he visto a Juan leer cuatro libros y los cuatro eran novelas de ciencia ficción.

Por tanto, todos los libros que ha leído Juan este curso son novelas de ciencia ficción". La conclusión

general que he establecido puede resultar precipitada, ya que podría ocurrir, sin embargo, que Juan

haya leído algunos libros sin que yo lo haya visto, y que algunos de esos libros sean novelas policíacas,
u obras de teatro o de poesía. También podría darse el caso de que hubiese leído algún libro que no

sea de literatura.

Otro ejemplo: "En la encuesta que se ha hecho en la ciudad de Murcia se ha encontrado que un 30%

de su población activa son funcionarios. Por tanto, en España hay un número excesivo de funcionarios,

pues un 30% de la población activa española está formada por funcionarios". La conclusión general

(para el conjunto de España) que establecemos, a partir de la encuesta realizada en una sola ciudad

española (Murcia), resulta precipitada, pues no tiene en cuenta lo que ocurre en otras ciudades de

España ni tiene en cuenta que, en el mundo rural, no hay tanta proporción de funcionarios.

Este tipo de falacia está relacionada con el razonamiento inductivo, en el que la conclusión que se

establece no se sigue necesariamente de las premisas (como en el caso del razonamiento deductivo);

en la inducción, las premisas sólo sirven para apoyar la conclusión con un cierto grado de probabilidad.

Así, por ejemplo, en el siguiente razonamiento inductivo:

"Durante todo el mes el autobús ha llegado a la parada a las 8 en punto "

"Hoy he llegado a la parada del autobús a las 8 y tres minutos y el autobús no está",

Por tanto, "el autobús ya ha pasado"


lo que puedo establecer, con bastante probabilidad, es la conclusión de que el autobús ya ha pasado y

lo he perdido. Pero esto no tiene por qué ser necesariamente así. Podría ocurrir que hubiese un atasco,

que el autobús haya sufrido una avería o, simplemente, que se haya retrasado el conductor.

En el razonamiento inductivo, por tanto, pasamos de una muestra de datos (de un número particular

de casos) al establecimiento de una conclusión referida a todos los casos (como en el ejemplo de los

libros leídos por Juan) o al conjunto total de una población (como en el ejemplo de los funcionarios

que hay en la población española).

Para evitar este tipo de falacia debemos tener en cuenta:

a) Que la muestra utilizada sea suficiente: que tengamos en cuenta más de unos pocos datos o ejemplos

(si a mis tres amigos y a mí no nos gusta la música rap, esto no es suficiente para decir que la música

rap no es del gusto de la mayoría de las personas de nuestra edad). Si se trata de un conjunto pequeño

de casos, entonces es conveniente analizar cada uno de ellos. (Así, por ejemplo, si estamos analizando

la evolución del paro por meses, conviene tener en cuenta los datos de cada uno de los 12 meses).

b) Que la muestra sea representativa: que los datos que utilicemos sean datos que tengan en cuenta al

conjunto de la población y no a un grupo (o unos pocos grupos) de la misma. (Por ejemplo, si queremos

establecer una conclusión sobre la matriculación de alumnos en centros públicos o centros

concentrados, tendremos que tener en cuenta a las familias rurales, a las familias de pequeñas ciudades

y a las familias de grandes ciudades. También habremos de tener en cuenta a las familias de clase alta,

de clase media y de clase baja. Teniendo en cuenta muestras de los diferentes subgrupos

representativos de una población, la conclusión será más adecuada).

c) Hay que tener en cuenta la existencia de contraejemplos:


Una generalización es precipitada si no hemos tenido en cuenta ejemplos en contrario. Los contra-

ejemplos impiden que puedan hacerse algunas generalizaciones. Así, por ejemplo, si, a partir de la

genialidad del pintor Van Gogh o de la genialidad del filósofo alemán Nietzsche, ambos con problemas

de salud mental, decimos que "todos los genios sufren trastorno mental", entonces alguien puede poner

bastantes contraejemplos: genios de la pintura (Picasso, Velázquez, etc.) o genios del conocimiento

(Newton, Aristóteles, etc.) no tenían problemas de salud mental.

Medicina contra esta falacia: Es conveniente tener en cuenta el tamaño de la muestra, cuando

esta es pequeña, para indicar que es una muestra insuficiente. También conviene que nos fijemos

en el tamaño de la población, pues si la población es grande y la muestra es pequeña en relación

a ella, resultará insuficiente. Por último, se tendrá en cuenta si la muestra es o no representativa,

pues si no lo es, se producirá la falacia.

c. Para seguir reflexionando sobre las generalizaciones, tópicos y

estereotipos:

Recomendar el libro del filósofo Aurelio Arteta “Tantos tontos tópicos”, como generalizaciones o

monedas comunes sin fundamento:

Prefiero ser un hombre de paradojas que un hombre de prejuicios.Jean-Jacques Rousseau

Estoy libre de prejuicios. Los odio a todos por igual.William Claude Fields
Un gran número de personas piensan que están pensando cuando no hacen más que reordenar sus

prejuicios.William James

El modo en que empleamos la inteligencia, depende de nuestra voluntad. Cuando la voluntad no es

desinteresada, el intelecto tiende a emplearse (a no ser que se trate de los campos extrahumanos de

las tecnologías, las ciencias o las matemáticas puras), meramente como un instrumento para la

racionalización de las pasiones y los prejuicios y la justificación de los intereses personales.Aldous

Huxley

Por eso estoy hablando con usted. Usted es una de esas raras personas que son capaces de separar

sus observaciones de sus prejuicios. Usted ve lo que es, mientras que la mayor parte de la gente ve

lo que espera ver.John Steinbeck

¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.Albert Einstein

El norteamericano blanco relega al negro a la condición de limpiabotas y deduce de ello que sólo

sirve para limpiar botas.George Bernard Shaw

En una democracia, la premisa generalizada (aunque pocas veces expresada) es que los ciudadanos

se comportan como seres humanos racionales, y razonan ante los problemas presentados como si

cada cuestión pudiera ser analizada de una forma racional y debatida con imparcialidad, hasta

llegar a una conclusión colectiva bien razonada. Pero las nuevas investigaciones demuestran que

las cosas no funcionan así, por supuesto.Al Gore

Una ideología es una filosofía política popularizada, simplificada, generalizada, dramatizada,

sacralizada y desrealizada.Gonzalo Fernández de la Mora

Un hippy es alguien que tiene el aspecto de Tarzan, anda como Jane y huele como Cheetah.Ronald

Reagan

1. Fragmento tomado de http://fisicadepelicula.blogspot.com.es


2. Falacia de la

pendiente resbaladiza
a. Historias sobre la falacia de la pendiente resbaladiza

 Texto popular inglés

"Por falta de un clavo se perdió una herradura,

por falta de una herradura, se perdió un caballo,

por falta de un caballo, se perdió una batalla,

por falta de una batalla, se perdió un reino,

y todo por falta de un clavo de herradura."

¿Piensas que, por un clavo, puede perderse un reino? Ten en cuenta que:

No es cierto que por un clavo se tenga que perder una herradura.

Ni es cierto que por una herradura se tenga que perder un caballo.

Es improbable que por un solo caballo se pierda una batalla.

Es difícil que un reino entero se pierda en una sola batalla.


 La caja de Pandora

Según cuenta la mitología griega, Prometeo

robó al fuego a los dioses y se lo entregó a los seres humanos. Por eso, el Dios Zeus, máxima divinidad

del Olimpo, quiso vengarse de Prometeo por haber revelado el secreto del fuego a los humanos. Zeus

ordenó a Hefesto, dios del fuego, que hiciera una estatua de una hermosa doncella. Y la diosa Afrodita,

también enemiga de Prometeo, también colaboró en embellecer la estatua, haciendo que fuese capaz

de enamorar a Prometeo. La estatua se llamó Pandora y, bajo su apariencia de belleza, escondía cada
uno de los males que cada uno de los Inmortales le había entregado como obsequio para los seres

humanos.

La estatua llegó a la Tierra y sorprendió a los seres humanos que la contemplaban. Ella se dirigió a

Epimeteo, el hermano de Prometeo, y le entregó una caja regalo de Zeus. Este tomó el regalo, a pesar

de que Prometeo le había dicho que no aceptase ningún regalo de Zeus, pues podría causar daño a los

seres humanos. Pandora abrió la caja y todos los males, de los que hasta ahora estaban libres los seres

humanos, comenzaron a esparcirse (la enfermedad, el dolor, el trabajo agotador, el sufrimiento, etc.).

Todos los males imaginables se esparcieron por el mundo.

¿Piensas que por robar el fuego se tienen todos los males imaginables?

 El alarmismo4 en la compra de una alarma

Una de las características que presentan los argumentos de la

pendiente resbaladiza es el alarmismo; existe un riesgo, aunque este riesgo no tiene necesariamente

que producirse. Supongamos el caso de un vendedor de productos de seguridad que llega a nuestra

casa y nos ofrece la instalación de una alarma anti-robo. Supongamos que nos dice: "Si instalas la

alarma, tu casa estará segura y no tendrás preocupaciones". Veamos más detenidamente lo que nos

está diciendo. Más que convencernos aportando razones de precio, cobertura del seguro, etc. lo que

nos dice realmente es que, si no instalamos la alarma, nuestra casa estará insegura; si ocurre esto los

ladrones podrán entrar a robar; si los ladrones roban en nuestra casa, se llevarán lo más valioso que

tenemos; si eso ocurre, tendremos que comprar cosas para reponer las que se han llevado; lo cual,

además del gasto que esto conlleva, aumentará nuestra preocupación por otros robos que puedan

producirse posteriormente. En el fondo, ha lanzado un mensaje alarmista, al que podemos poner fin,
¡claro está¡, mediante la instalación de la alarma: "Si instalas la alarma, evitarás los robos y tus

preocupaciones".

b. Definición

Imagínate una pequeña bola de nieve que cae

por la ladera de una montaña nevada. A medida que va descendiendo por la montaña la bola de nieve

se va haciendo más grande, lo cual la convierte en un peligro cada vez mayor. Si no hubiese habido

una pequeña bola de nieve que descendiese por la montaña, ahora no habría un peligro tan grande.

Pero, una vez la pequeña bola de nieve ha comenzado a rodar montaña abajo, se acrecienta y se

convierte en algo imparable.

Algo similar ocurre en el caso de la falacia de la pendiente resbaladiza (conocida también como

bola de nieve) porque el razonamiento nos lleva (erróneamente, por eso es una falacia) a un peligro

que deseamos evitar y, para detenerlo tenemos que impedir que la bola descienda por la pendiente

resbaladiza.

Esta falacia se basa en la existencia de una cadena de sucesos, conectados entre sí en una relación de

causa a efecto: Si ocurre A1 (causa) ocurrirá A2 (efecto). A su vez, si ocurre A2 (causa), ocurrirá A3

(efecto) y así sucesivamente, si ocurre An-1 (causa), ocurrirá A n (efecto). Ahora bien, An es algo que no

queremos que ocurra, porque es algo que representa un gran peligro, similar a la gran bola de nieve

que está a punto de impactarnos. Por tanto, si no queremos que ocurra An lo que no tendría que haber

ocurrido nunca es A1. En este caso, A1 es como una bola de nieve pequeña, que aun tenemos poder

para detener porque no supone ningún problema.


Esquema de la falacia de la pendiente resbaladiza
A1 lleva a A2

A2 lleva a A3

A3 lleva a A4

......................

An-1 lleva a An

Pero An es una consecuencia que no deseamos que ocurra.

Luego, para evitar tal consecuencia negativa, no debe ocurrir A1.

Se trata de una falacia porque cada uno de los pasos del razonamiento no está justificado: no está

totalmente justificado que A1 provoque A2, ni que A2 conduzca necesariamente a A3, ni tampoco que,

sucesivamente, An-1 termine llevando a An, consecuencia que se considera muy negativa. Es decir, no

está suficientemente demostrado que si ocurre A1 se llegue irremediablemente a An.

 Ejemplo de la falacia de la pendiente resbaladiza:

No estudiar para este examen lleva a suspender la asignatura.

Suspender la asignatura lleva a tener que hacer la recuperación de Septiembre.

Hacer la recuperación de Septiembre lleva a repetir el curso.

Repetir el curso lleva a despreocuparse de los estudios.

Despreocuparse de los estudios lleva a no encontrar trabajo.

No encontrar trabajo lleva a una vida miserable.

Por tanto, si no quieres llevar una vida miserable, estudia para este examen.
La falacia se comete, en el ejemplo anterior, porque no está probado que si uno no estudia

suficientemente para un examen (por ejemplo, si ha estado enfermo) suspenderá la asignatura (pues el

profesor podría hacer la nota media o el alumno podría tener suerte con las preguntas que se sabía y

aprobar por los pelos). Pero, en caso de suspender la asignatura y hacer la recuperación de Septiembre,

eso no conllevaría necesariamente que tuviese que repetir curso (pues podría estudiar mucho en el

verano y aprobar el examen de Septiembre). Por otra parte, aunque repitiese curso, podría convertirse

en un/a alumno/a modelo/a en el curso siguiente. En todo caso, podría encontrar trabajo (aunque con

mayores dificultades que si tuviera un título) o ser el/la hijo/a de un millonario). Si no encontrara

trabajo, tendría dificultades, pero no tendría, necesariamente, que llevar una vida miserable (podría

tocarle la lotería o casarse con un/a millonario/a). En suma, no estudiar suficientemente para un

examen no tiene que suponer que alguien termine en la miseria... No obstante, ¡estudia para los

exámenes¡

 Otro ejemplo:

La legalización de la eutanasia pasiva lleva a la muerte indeseada de inocentes

Si se legalizara la eutanasia pasiva5 entonces la vida humana perdería valor. Si ocurriera esto, el

siguiente paso sería la legalización de la eutanasia activa6. Si se legaliza la eutanasia activa no sólo se

aplicará a enfermos terminales que, voluntariamente, así lo decidan. También podrá aplicarse en otros

casos en los que los pacientes, por sí mismos, no lo han decidido. Al final ocurrirá lo que ocurrió en

la Alemania nazi: la eliminación de personas con discapacidad psíquica. Por tanto, es mejor que no se

legalice la eutanasia pasiva.

Medicina contra esta falacia: Trata de mostrar que cada uno (o al menos, algunos) de los pasos

que se dan (que van haciendo que las consecuencias que se siguen son cada vez más inaceptables)

no están justificados. Muestra que la consecuencia final que expresa este razonamiento falaz no

tiene por qué ocurrir necesariamente a partir de lo indicado en la primera premisa (por ejemplo,

que legalizar la eutanasia pasiva terminará con la muerte de inocentes, o que la prohibición de

fumar en lugares públicos cerrados terminará por llevarnos a la dictadura).


4. Idea recogida de J. Baggini: ¿Se creen que somos tontos?. Paidós, 2010. Aunque el ejemplo que ponemos es de

invención propia.

5. La eutanasia pasiva consiste, en el caso de una enfermedad terminal e irreversible, en dejar que la propia naturaleza

siga su curso, dejando de utilizar medios técnicos para mantener la vida del paciente. Así, por ejemplo, si una persona

está conectada a una máquina para vivir, la eutanasia pasiva consistirá en desconectar al paciente de la máquina.

6. La eutanasia activa consiste en provocar la muerte (por ejemplo, mediante la utilización de sustancias) de un

paciente, cuando este tiene una enfermedad terminal e irreversible.

3. Falacia post hoc,

ergo proter hoc

(después de, luego a

causa de)
a. Historias sobre esta falacia

 Efecto placebo
El llamado efecto placebo consiste en

creer que al tomar previamente una sustancia, que no tiene ningún medicamento en su composición,

se produce una curación. Así, por ejemplo, el médico puede poner al enfermo una inyección con agua,

en lugar de con medicamento. Los síntomas del paciente pueden mejorar con esa sustancia, a pesar de

que esta sustancia no tiene un poder curativo, gracias a un fenómeno psicológico o psico-fisiológico.

El paciente no ha de saber, claro está, que dicha sustancia no es un medicamento. Al tomar antes el

placebo, eso le puede parecer que es la causa de la curación. Se cree que una parte importante de la

llamada medicina alternativa está basada en el efecto placebo. Ahora bien, que el placebo se tome

antes no quiere decir que sea la causa de la curación.

 La superstición7

"Una pareja inglesa había ganado casi un millón de libras jugando a la lotería. Cuando le preguntaron

cuál era la causa de su buena suerte, dijeron que habían acariciado un pato de la suerte hecho de papel

en un restaurante de Manchester. ¿Fue esta realmente la causa de la buena suerte? El hecho de que,

después de acariciar el pato de papel, les tocara la lotería, no significa que la causa de que les tocara

la lotería fueran las caricias al pato de papel. Este fue un hecho puramente casual, no un hecho causal.

Muchas personas tienen supersticiones, como llevar un amuleto de la suerte porque otras veces,

habiéndolo llevado, se ha producido un caso de buena suerte. Pero, que algo ocurra antes no significa

que sea la causa de lo que ha ocurrido." Las supersticiones son mejor asumidas cuando pertenecen a

la propia cultura, pero resultan más ridículas cuando pertenecen a otros países.
 El largo de la falda y la bolsa
En los años 20, el economista George Taylor relacionó el largo de la falda con los mercados bursátiles

con la creencia de que la Bolsa es alcista cuando la moda es llevar la falda por encima de las

rodillas y al revés. En los “locos años 20” predominaban las faldas cortas, pero con el crack del 29 se

alargaron hasta los talones.

Con la segunda Guerra Mundial, la historia se repite y, más recientemente, en la década de los 60 se

pusieron de moda las minifaldas para volver a aumentar la largura de la prenda con la crisis de los 70.

Ahora las tendencias en el vestir varían con mayor rapidez, incluso no hay un largo de falta estándar,

se usan todos a la vez. Por eso, este indicador pionero ha caído un poco en desuso.

Según Sala Martín8, catedrático de Economía en la universidad de Columbia hay que saber distinguir

entre causalidad y correlación. Para explicarlo, el catedrático pone un simpático ejemplo: "la Bolsa

ha ido tradicionalmente bien durante las épocas en la que las mujeres llevaban faldas cortas (¡ah,

los felices años 20!) y ha bajado en épocas en que las llevaban largas (la gran depresión de los años

30)". Una mala lectura de esta hipótesis sería: "si la Bolsa va bien cuando son cortas y no cuando son

largas, al prohibir las largas, forzaremos a que la bolsa vaya bien". En el fondo, lo que hay aquí es la

falacia post hoc: la Bolsa va bien después de que predominen las faldas cortas, luego esa es la causa

de que la Bolsa vaya bien".

 La serendipia
La palabra serendipia deriva del inglés serendipity, término acuñado por Horace Walpole, IV conde

de Oxford. Este término procede de un antiguo cuento persa en el que se narra la manera en que los

príncipes de la isla de Serendip (denominación árabe de la isla de Ceilán, la actual Sri Lanka)

encuentran solución a los problemas que se les plantean gracias a un conjunto de casualidades. Este

término se utiliza también para referirse al hecho de un descubrimiento afortunado, hecho por

casualidad, aunque también se refiere a la habilidad que tiene una persona para dar con el

descubrimiento a pesar de que no era lo que estaba buscando. Un golpe de suerte ha ocurrido y alguien

aprovecha la oportunidad que se le ha presentado por casualidad y se reacciona adecuadamente ante

tal oportunidad.

Un caso muy conocido es el descubrimiento del pos-it o papel autoadhesivo de diferentes colores que

se utiliza para poner notas recordatorias en las oficinas. En 1968 un investigador de la compañía 3M

llamado Spencer Silver estaba buscando un nuevo adhesivo potente, pero sólo consiguió uno que

pegaba poco, y no le dio ningún uso. Este hecho casual fue aprovechado en 1974 por Art Fry. Este se

encontraba en una iglesia con un libro de salmos. Tenía los salmos marcados con papelillos en la

Biblia. Pero los papelillos se le caían continuamente al suelo. Se le ocurrió que podría pegar los

separadores con el pegamento defectuoso encontrado por Spencer Silver. Un día Fry le entregó a su

jefe un libro en el que había introducido uno de los separadores. Cuando el jefe le devolvió el libro, le

había escrito una nota en aquel papel separador pegado al libro. Con el tiempo se comercializó este

invento casual y hoy resulta imprescindible en las oficinas de todo el mundo. Podemos decir, pues,

que la casualidad hizo que el pegamento defectuoso de Silver fuese aprovechado por Fry para inventar

el pos-it.

b. Definición

La falacia post hoc, ergo propter hoc (después de, luego a causa de), también llamada falacia de

la falsa causa, se produce cuando se afirma que un acontecimiento es causa de otro, aunque en

realidad se trata de una falsa causa.

Esquema de la falacia post hoc, ergo popter hoc


Sucede el hecho X y, a continuación, ocurre el acontecimiento Y

Por tanto, X es la causa de Y

 Ejemplo: "El arco iris aparece siempre antes de que cese la lluvia; luego, el arco iris es la causa de

que la lluvia cese".

 Otro ejemplo: "Primero se ve el relámpago, después se escucha el trueno. Luego, el relámpago es la

causa del trueno".

 Otro ejemplo: el Happy Planet Index es un índice

alternativo de desarrollo, bienestar humano y ambiental. Su primera publicación fue en el año 2006 y

se publica periódicamente cada tres años. Según este índice, en 2012, Costa Rica es el primer país en

Felicidad. Decir que "Haber nacido en Costa Rica es la causa de una mayor felicidad" sería un caso

de esta falacia. No es el haber nacido allí la causa, sino que allí los índices de bienestar humano son

mejores y eso es la causa de la mayor felicidad de los que habitan allí.


Medicina contra la falacia post hoc, ergo propter hoc: Debes mostrar que, aunque un hecho (por

ejemplo, aprobar un examen) se ha producido después de un cierto acontecimiento (por ejemplo,

por llevar un amuleto) esto no significa que el acontecimiento (el amuleto) sea la causa que

provoca el citado hecho (aprobar el examen). Trata de mostrar que se trata de una coincidencia,

porque el efecto se hubiese producido igualmente (el examen se hubiera aprobado igualmente),

aunque no se hubiera dado el acontecimiento anterior, o que el efecto se produjo por otra causa

(por lo fácil que era el examen), o que ambos ocurrieron provocados por una causa diferente

(aprobar el examen y llevar el amuleto, pueden ser causados por el interés y esfuerzo por

aprobar, que lleva a dedicar más horas al estudio y a buscar el amuleto y comprarlo).

c. Para seguir reflexionando sobre las supersticiones y las coincidencias en

nuestra vida:

Las supersticiones traen mala suerte.Humberto Eco

Sé también que es tan imposible que el vulgo se libere de la superstición como del miedo.Baruch

Spinoza

Mientras que la Iglesia y las religiones se basan en el engaño y la superstición, la religión de la

Naturaleza se basa en la verdad y el conocimiento.Ernst Haeckel

La superstición es la religión de las mentes débiles.Edmund Burke

La mente del hombre es como una tienda de idolatrías y supersticiones.Juan Calvino

A pesar de mi escepticismo me ha quedado algo de superstición. Por ejemplo esta extraña

convicción de que todas las historias que en la vida ocurren tienen además un sentido, significan

algo. Que la vida, con su propia historia dice algo sobre sí misma, que nos devela gradualmente

alguno de sus secretos, que está ante nosotros como un acertijo que es necesario resolver.Milan

Kundera

... Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensaje. Lo que ocurre

necesariamente, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla.
Tratamos de leer en ella como leen las gitanas las figuras formadas por el poso del café en el fondo

de la taza... "La Insoportable Levedad del Ser (1984). Libro escrito por Milan Kundera

La superstición en que fuimos educados conserva su poder sobre nosotros aun cuando lleguemos a

no creer en ella.Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781). Dramaturgo, crítico literario y pensador alemán

7. Tomado de Julian Baggini: ¿Se creen que somos tontos?. Paidós, 2010.

8. Tomado de "El economista.es", 12 de Agosto de 2012.

4. Falacia "ad

ignorantiam" (recurso

a la ignorancia)
a. Historias sobre la falacia por recurso a la ignorancia

 La declaración del senador McCarthy9


El senador Joseph McCarthy, del partido republicano de los Estados Unidos, fue un senador famoso

por sus célebres investigaciones sobre miembros del gobierno y de la sociedad americana para detectar

a personas que simpatizaran con el comunismo. Era la época de la guerra fría, del enfrentamiento

entre el llamado mundo libre (con Estados Unidos a la cabeza) y el bloque comunista ( capitaneado

por la antigua U.R.S.S.). a partir de los años 50 inició su célebre caza de brujas, en la que persiguió a

las personas sospechosas de espiar para la U.R.S.S. o por su simpatía hacia la ideología comunista. El

caso del actor Charles Chaplin, que se exilió fuera de los Estados Unidos, fue uno de los más célebres.

En una ocasión, cuando se preguntó a McCarthy por las pruebas que justificaban que una persona era

sospechosa de comunismo, este dijo: " No tengo mucha información sobre esto... excepto que no hay

nada en el expediente que hay en los archivos para demostrar que no tiene conexiones con los
comunistas". Es decir, McCarthy consideraba que "La falta de pruebas que muestren que no tiene

conexiones con los comunistas supone, por contra, que es comunista".

 Las conjeturas matemáticas

Hay una serie de enunciados matemáticos sobre los que hay casi seguridad de que son ciertos, aunque

no existe una demostración matemática que justifique que son verdaderos. Así, por ejemplo, está la

conjetura de los números primos gemelos: Hay infinitos pares de números primos gemelos. Dos

números primos son gemelos si uno de ellos es igual al otro más dos unidades (si p es primo, p+2

también es primo). Por ejemplo, 3 y 5 son primos gemelos. También lo son 11 y 13, ó 29 y 31.

Ahora bien, aunque no haya pruebas definitivas de que son verdaderos, no por ello podemos afirmar

que son falsos. Muchos matemáticos piensan que la conjetura de los números primos gemelos es una

conjetura verdadera, aunque no se ha dado una demostración completa de la misma. Lo cual no

significa que la conjetura de los números primos gemelos es falsa.

En otros casos, finalmente se ha encontrado su demostración. Como en el caso de la conjetura de

Poincaré, demostrada por el matemático ruso Perelman, lo que la convirtió en un teorema, es decir, en

una proposición verdadera. Así que ¡cuidado con la falacia por recurso a la ignorancia!

 El agnosticismo
El agnosticismo es una postura filosófica que se opone tanto al teísmo como al ateísmo. El teísta

considera que la proposición "Dios existe" es verdadera. Mientras que el ateo piensa que la proposición

"Dios no existe" es verdadera. El teísta reta al ateo a que encuentre pruebas a favor de la no existencia

de Dios: Si no hay pruebas a favor de que "Dios no existe", entonces es verdad que "Dios existe". El

ateo reta al teísta a que encuentre pruebas a favor de la existencia de Dios: Si no encuentras pruebas

que demuestren que "Dios existe", entonces es verdad que "Dios no existe". Sin embargo, también

está la posición del agnóstico, quien considera que se desconoce tanto que "Dios existe" como que

"Dios no existe".

 Las meigas (brujas) gallegas

En Galicia, hay un dicho muy popular: "Yo no

creo en las meigas, aunque haberlas, las hay". Lo cual podría entenderse como una especie de falacia

por recurso a la ignorancia: "Aunque soy incrédulo, no hay pruebas para demostrar que no existen las

meigas; por tanto, las hay".


b. Definición

La falacia por recurso a la ignorancia se produce cuando se pretende que la falta de pruebas (a favor

o en contra) de una proposición garantiza que esta proposición es verdadera o falsa.

Alguien puede pensar que una proposición es falsa ya que no se ha podido demostrar, al menos hasta

ahora, que es verdadera. Por el contrario, alguien puede pensar que una proposición es verdadera

porque nadie ha conseguido, al menos hasta ahora, demostrar que es falsa.

Esquema de la falacia por recurso a la ignorancia


No se ha demostrado que X es verdadera; por tanto, X es falsa o

No se ha demostrado que X es falsa; por tanto, X es verdadera

 Algunos ejemplos:

"Hasta ahora no hay pruebas concluyentes de vida fuera de la

Tierra; por tanto, no hay vida extraterrestre".

"Hasta ahora no se ha demostrado que no hay vida fuera de la Tierra; por tanto, hay vida extraterrestre".

También hay algunas excepciones en esta falacia, como ocurre en los tribunales de justicia: cuando no

se encuentran pruebas sobre la culpabilidad de una persona, el juez le exonera de ir a la cárcel ("No se

ha demostrado que la persona X es culpable; por tanto, la persona X es inocente").


Medicina contra esta falacia: Lo que podemos hacer para combatir esta falacia es mostrar que

la ignorancia (falta de pruebas) a favor de una proposición no significa que dicha proposición

sea falsa. Y, al contrario, la falta de demostración de que una proposición es falsa no significa

que esta resulte verdadera. En ambos casos, hay que decir a quien sostenga la conclusión que

debe aportar pruebas para apoyarla, cosa que no se ha hecho realmente.

c. Para seguir reflexionando sobre la ignorancia y sus consecuencias

Lo que se afirma sin pruebas también puede ser negado sin pruebas.Euclides

Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo

que no debiera saberse.François de la Rochefoucauld (1613-1680). Escritor francés.

La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.Amos Bronson Alcott (1799-1888). Filósofo y

profesor estadounidense.

Es ignorancia no saber distinguir entre lo que necesita demostración y lo que no la necesita.A

Aristóteles (384 AC-322 AC). Filósofo griego.

En la mayoría de los casos la ignorancia es algo superable. No sabemos porque no queremos

saber.Aldous Huxley (1894-1963). Novelista, ensayista y poeta inglés.


La ignorancia es la carga más pesada. Pero quien lo lleva no lo siente.Valeriu Butulescu (1953-?).

Escritor y político rumano.

Hay la misma diferencia entre un sabio y un ignorante que entre un hombre vivo y un

cadáver.Aristóteles

La ignorancia es la mayor fuente de felicidad.Leopardi Giacomo, poeta italiano.

Nunca he encontrado una persona tan ignorante que no se pueda aprender algo de ella.Galileo Galilei

9. Ejemplo tomado, aunque con modificaciones, de Anthony Weston: Las claves de la argumentación, Ariel, 1987.

5. Falacia de la

composición-división
a. Historias de la falacia de la composición

 La economía familiar no es la economía de un país


"La mala metáfora1 —que seguramente habrán escuchado muchas veces— equipara los problemas de

deuda de una economía nacional con los problemas de deuda de una familia individual. Una familia

que ha asumido una deuda excesiva, cuenta la historia, debe apretarse el cinturón. De modo que si el

Reino Unido en su conjunto ha asumido una deuda excesiva (cosa que ha hecho, aunque es, en su

mayoría, deuda privada, más que pública), ¿no debería hacer lo mismo? ¿Qué tiene de malo esta

comparación?

La respuesta es que una economía no es como una familia endeudada. Nuestra deuda es en su mayoría

dinero que nos debemos unos a otros; y lo que es aún más importante, nuestros ingresos provienen

principalmente de lo que nos vendemos unos a otros. Sus gastos son mis ingresos y mis gastos son sus

ingresos.

¿Y qué pasa si todo el mundo simultáneamente reduce drásticamente el gasto en un intento de pagar

lo que debe? La respuesta es que los ingresos de todo el mundo se reducen; mis ingresos disminuyen
porque ustedes están gastando menos, y sus ingresos disminuyen porque yo estoy gastando menos.

Y, a medida que nuestros ingresos se hunden, nuestro problema de deuda se agrava, no mejora."

 Bajar los salarios en una empresa no es lo mismo que bajar los salarios en todo el país

"¿por qué2 unos salarios más bajos fomentarían el crecimiento del empleo?

Aquí tenemos una falacia de composición: como los trabajadores de una empresa determinada podrían

ser capaces de conservar su empleo aceptando un recorte del sueldo, se podría pensar que podemos

hacer que el empleo en general crezca recortando los salarios de todo el mundo. Pero los recortes de

sueldo en, por ejemplo, General Motors (GM) han ayudado a mantener los puestos de algunos

trabajadores al hacer que GM sea más competitiva que otras empresas cuyos costes salariales no se

han reducido. No se produce un beneficio comparable cuando se reducen los salarios de todo el mundo

al mismo tiempo."

 La primera fila en un espectáculo

deportivo

Samuelson, premio Nobel de Economía, decía sobre "la falacia de la composición": en un

espectáculo deportivo, los espectadores de la primera fila se ponen de pie y obligan a los de los de

las filas siguiente a hacer lo mismo, luego a subirse al asiento y al final a ponerse, además, de

puntillas. Si una fila ve el espectáculo deportivo, esto no significa que todos vean el espectáculo

deportivo.
b. Historias sobre la falacia de la división

 El agua y sus componentes

El agua, formada por oxígeno e hidrógeno, es líquida entre los 0º

C y los 100º C, gracias a que su geometría singular permite que el oxígeno quede con una leve carga

negativa y los hidrógenos con leves cargas positivas. Entonces, hidrógenos y oxígenos de diferentes

moléculas se atraen levemente a través de los llamados puentes de hidrógeno. Sin embargo, aunque el

agua (como un todo molecular) es líquida, el oxígeno y el hidrógeno (como átomos que la componen)

no son líquidos a temperatura ambiente. Es decir, ambos elementos por separado, en condiciones

normales, no se presentan en estado líquido, sino gaseoso. El oxígeno se convierte en gas a partir de

los –183 ºC y el hidrógeno a –252, 9º C. Por tanto, las propiedades del todo (el agua) no se trasladan

a sus componentes (el oxígeno y el hidrógeno, por separado).

 Ganar la guerra no significa haber ganado cada batalla


Son famosas las guerras entre los griegos y los persas en la antigüedad, conocidas como las guerras

médicas. Los vencedores de estas guerras, que tuvieron lugar en tres fases, fueron los griegos,

quienes defendieron sus territorios frente a los ataques del imperio Persa. Ahora bien, no puede

decirse que los griegos, vencedores de las guerras, fueran los ganadores de todas las batallas que se

produjeron en las mismas: haber ganado las guerras no significó ganar cada una de las batallas. Así,

por ejemplo, al comienzo los griegos fueron derrotados, y sus territorios pasaron a ser parte del

imperio persa, aunque lo derrotaron en la batalla de Maratón. Los griegos fueron derrotados, más

tarde, en la batalla de las Termópilas, aunque vencieron en la batalla naval de Salamina. La derrota

final de los persas tuvo lugar cuando los griegos fundaron la liga de Delos. Después de derrotar a

Artajerjes I, obligaron a los persas a desistir de atacar Grecia. Los griegos ganaron, pues, la guerra

aunque no todas las batallas.

 La pelea de los hijos del labrador


"Los hijos de un labrador3 se estaban peleando. Este, a

pesar de sus muchas recomendaciones, no conseguía con sus argumentos hacerles cambiar de

actitud. Decidió que había que conseguirlo con la práctica. Les exhortó a que le trajeran un haz de

varas. Cuando hicieron lo ordenado, les entregó primero las varas juntas y mandó que las partieran.

Aunque se esforzaron no pudieron; a continuación, desató el haz y les dio las varas una a una. Al

poderlas romper así fácilmente dijo: Pues bien, hijos, también vosotros, si conseguís tener armonía

seréis invencibles ante vuestros enemigos, pero si os peleáis, seréis una presa fácil". En este texto de

Esopo se refleja que las propiedades del todo (en este caso, la dureza de un haz de varas, que

dificulta que pueda partirse) no puede aplicarse a cada una de las partes del todo (en este caso, a cada

una de las varas). De la premisa "El haz de varas es irrompible" no se puede seguir "La vara es

irrompible".

Hoy en economía se habla de SINERGIA (= energía común): varias empresas trabajando

coordinadas para elaborar y vender un producto obtienen mejores resultados que cada una de ellas

funcionando por separado.

c) Definición

Las falacias de la composición y la división son dos tipos de falacias que tienen que ver con la

relación entre una totalidad y las partes que la componen (relación todo-partes).
En el caso de la falacia de la composición, lo que se pretende es que, en la conclusión, el todo tiene

que tener las mismas propiedades que tienen las partes que lo componen.

Esquema de la falacia de la composición


Las partes que componen un conjunto tienen la propiedad X

Por tanto, el conjunto tiene la propiedad X

 Ejemplo: "Si cuenta con futbolistas de gran calidad, el equipo de fútbol tendrá gran calidad".

(Sin embargo, el que un equipo de fútbol tenga grandes jugadores no es garantía de que, como

equipo, esos jugadores se entiendan bien en el terreno de juego, dando como resultado un gran

equipo.)
 Otro ejemplo: "Si el cloro y el sodio son productos venenosos, entonces el cloruro sódico (la sal) es

un producto venenoso"

(Sin embargo, aunque no se nos ocurre tomar cloro o tomar sodio directamente, sí tomamos sal,

como condimento de las comidas, porque la sal no es venenosa).

 Otro ejemplo: "Si se reducen los salarios en una empresa, se asegura su mantenimiento; por tanto,

si se reducen los salarios de todas las empresas, se asegura el mantenimiento del conjunto de las

empresas de un país".

No obstante, hay veces en las que no se produce la falacia de la composición. Por ejemplo: "Si las

células de un ser tienen vida, el ser tiene vida".

En el caso de la falacia de la división ocurre a la inversa: lo que se pretende es que, en la

conclusión, las partes que componen un todo tiene que tener las mismas propiedades que tiene el

todo.

Esquema de la falacia de la división


El todo tiene la propiedad X

Por tanto, las partes que componen el todo tienen la propiedad X

 Ejemplo: "Si un país es rico, sus habitantes son ricos"

(Sin embargo, ocurre que en los países

ricos también hay personas pobres o muy pobres, pues la riqueza se mide de forma estadística: que
un país tenga, por ejemplo, 40.000 dólares de renta per cápita no significa que cada uno de sus

habitantes tenga esa riqueza. Puede haber millonarios y personas que no tengan nada).

 Otro ejemplo: "Es un novelista fabuloso, así que todas sus novelas serán fabulosas"

(Puede ocurrir, no obstante, que alguna de sus novelas hayan sido obras fallidas, cuyo nivel literario

no sea tan elevado como el resto de sus obras).

No obstante, hay veces en que no se produce la falacia de la división: "Si el imán tiene

propiedades magnéticas, al partirlo en trozos, cada trozo tiene propiedades magnéticas".

Medicina contra las falacias de la composición y de la división: Trata de mostrar que, en el

caso de la falacia de la composición, las propiedades de las partes no pueden trasladarse al

todo. En otras palabras, que el todo tiene propiedades distintas a las partes que lo componen.

En el caso de la falacia de la división, trata de poner de manifiesto que las propiedades del todo

no pueden distribuirse a las propiedades de cada una de las partes que lo componen. En otras

palabras, que las partes tienen propiedades distintas al todo.

1. Fragmento del artículo de Paul Krugman: "El programa de la austeridad", El país, 3 de Junio de 2012.

2. Fragmento del artículo de Paul Krugman: "La doctrina de Mellon" El país, 3 de Abril de 2011 .

3. Esopo, Fábulas, Gredos, Madrid, 1979.

Falacias informales contra el criterio de


relevancia
0. Introducción a las

falacias contra la

relevancia

C uando te encuentres en un debate, debes procurar que las palabras que utilices tengan relación

con el tema sobre el que se está debatiendo. Debes evitar, pues, decir cosas que no tengan que ver con

ese tema, pues entonces estarías en otro debate, estarías debatiendo sobre un tema distinto (en el

lenguaje cotidiano hay algunas expresiones como salirse por la tangente, irse por los cerros de Úbeda,

que se utilizan para señalar esa tendencia). También debes evitar hablar sobre un aspecto distinto del

tema que tu oponente ha mencionado en un momento del debate. En definitiva, las palabras que se

utilicen en el debate tienen que ser oportunas y no han de desviarse del tema, o del aspecto del tema,

que se está tratando.


Cuando las expresiones que se utilizan no son

pertinentes, no son oportunas y se desvían del asunto concreto que se está debatiendo, entonces son

expresiones contrarias al criterio de relevancia. Así, por ejemplo, en un debate sobre las "macro-

fiestas" hablamos de que nuestro punto de vista es oponernos a las concentraciones de jóvenes para

hacer "botellón", entonces nos estamos desviando del tema concreto, pues no en todas las "macro-

fiestas" se realiza la práctica del "botellón". En tal caso, la conclusión que podríamos establecer no se

referirá a las "macro-fiestas", sino a otro tema: el "botellón".

Cuando se argumenta en contra del criterio de relevancia se cometen una serie de falacias, debido a

alguna de las tres situaciones siguientes:

1. Las premisas que se utilizan no tienen en cuenta datos importantes y, en consecuencia, no sirven

para apoyar bien la conclusión.


2. Se introducen datos que no tienen que ver con el asunto que se está discutiendo, lo que apoyaría

otra conclusión distinta.

3. Aunque se habla mucho, no se introduce ningún dato, produciéndose un razonamiento vacío. Es

como si no se hubiese dicho, en el fondo, nada, como si lo dicho fuese humo. En este caso, no se

podría establecer ninguna conclusión.


1. Falacia del

espantapájaros
a. Historias sobre la falacia del espantapájaros

 Ridiculización de Darwin
La teoría de la selección natural de Darwin constituye, sin lugar a dudas, un cambio de rumbo de la

biología: las especies de seres vivos están emparentadas y son el resultado de procesos evolutivos. La

idea, expuesta por Darwin en "Origen de las especies", abrió un duro enfrentamiento entre ciencia y

religión. En esa obra Darwin no se ocupó del origen del ser humano. No obstante, comenzó a decirse

que "el hombre viene del mono". A Darwin se le ridiculizó en extremo, hasta llegar a hacer caricaturas

suyas en las que se le mostraba como un mono peludo. Posteriormente, en El origen del hombre,

Darwin planteó la hipótesis de que humanos y simios descienden de progenitores comunes, no unos

de otros.

En un debate entre el obispo Wilberforce,

contrario al evolucionismo, y un defensor de las ideas de Darwin, T.H. Huxley, Wilberforce le

pregunto a Huxley si prefería descender de un simio por parte de abuelo o de abuela. Parte del auditorio

pidió entonces que contestara T.H. Huxley; éste indicó que cuando los evolucionistas hablan de
ascendencia lo hacen teniendo en la mente la herencia a través de miles de generaciones, y no unas

pocas generaciones. Lo cual suponía que se había malinterpretado y ridiculizado la teoría darwinista

con el fin de rechazarla (falacia del espantapájaros) y luego dijo: "Por lo que a mí respecta, no se me

habría ocurrido presentar un asunto de esta naturaleza como motivo de mi discusión, pero si se me

plantea la pregunta de si preferiría tener como abuelo a un miserable simio o a un hombre altamente

dotado por la naturaleza y poseedor de grandes medios e influencias que utiliza para introducir la

ridiculización en un debate científico serio, afirmaría sin dudar mi preferencia por el simio".

 La incomprensión

La incomprensión es el pan nuestro de cada día entre los que se dedican al pensamiento. Ya lo dijo

Borges: "la filosofía no es otra cosa que la imperfecta discusión (cuando no el monólogo solitario) de

algunos centenares, o millares, de hombres perplejos, distantes en el tiempo y en el idioma". Aunque

resulte extraño, X y yo nos llevamos francamente bien en nuestra correspondencia privada, pero en

esta controversia, X, no tengo más remedio que des-apearte el tratamiento, y te diré: Usted, señor X,

tiró la primera piedra incomprendiendo mi libro. Luego yo incomprendí su artículo. Usted

incomprendió a su vez mi réplica, y aquí estoy dispuesto —conste no obstante que buena voluntad no

me falta— a incomprender su contrarréplica. Después le llegará el turno de incomprenderme y así

hasta que nos cansemos. ¡Bienvenido a la Torre de Babel!1

b. Definición
Un espantapájaros es un hombre de paja que se pone en los campos para asustar a los pájaros y

ahuyentarlos. No es un ser humano de carne y hueso, de los de verdad, sino algo que se le parece. No

es una copia exacta, es solo una caricatura de un ser humano.

En la antigüedad, sin embargo, los hombres de

paja o espantapájaros se utilizaban también para entrenar a los soldados en la lucha. Así no se

enfrentaba a los soldados a un peligro real, sino a algo menos peligroso y más fácil de derrotar. Es lo

que, en el boxeo, es un "sparring", que es muy útil para entrenar a un boxeador, pero se convierte en

tongo cuando ocurre en el día de la pelea (pagar a un “paquete” para que se deje ganar).

De modo similar, lo que ocurre en la falacia del espantapájaros es que en lugar de criticar

exactamente lo que ha dicho nuestro oponente, atacamos una versión más simple, deformada o

caricaturizada de lo que realmente ha dicho. Esta versión más simple resulta así más fácil de criticar,

con lo cual podemos ser más fácilmente ganadores del debate. Ahora bien, nuestra victoria no tiene el

mismo mérito que si nos hubiésemos enfrentado al argumento realmente defendido por nuestro

contrincante.

Esto ocurre porque a veces no se escucha bien al oponente, o no se interpreta bien lo que dice o,

simplemente, porque se le deforma para tener una versión más fácil de derrotar. Ahora bien, más

importante que vencer al contrincante es que prevalezca la verdad.


 Ejemplo:

A: "Debe prohibirse el uso de la energía nuclear, pues es una industria que produce residuos

contaminantes, que seguirán afectando durante miles de años".

B: "Si le hacemos caso, esto sería como un retorno a las cavernas. Si no hay suficiente energía en el

país tendríamos que paralizar industrias o dejar de usar el aire acondicionado en verano, ¿no le parece

a usted?"

B ridiculiza el argumento de A. Que A se oponga al uso de la energía nuclear no le convierte en un

partidario de "retornar a las cavernas", es decir, en alguien que se opone al progreso tecnológico.

 Otro ejemplo

A: "En la situación de crisis que atraviesa nuestro país no podemos permitirnos el lujo de mantener

el gasto militar; ese dinero se podría invertir en otras cosas más necesarias: en la educación, en la

sanidad o en la ayuda a los parados"

B: "Veo que usted es partidario de que nuestro país paralice su defensa y pueda ser amenazado por

sus enemigos. Si se desarma entonces será más vulnerable"

B malinterpreta a A. Limitar el gasto de defensa no es ni paralizar la defensa ni desarmarlo.


Medicina contra esta falacia: Muestra que tus palabras han sido erróneamente interpretadas, o

que se ha simplificado excesivamente tu punto de vista, o que se han caricaturizado tus

argumentos. Es decir, muestra que tu contrincante ha atacado un espantapájaros: ha vencido al

"argumento de paja" más que al argumento que habías presentado.

c. Frases para seguir reflexionando… el recurso a la ironía:

Busca la profundidad de las cosas; hasta allí nunca logra descender la ironía.Rainer Maria Rilke

La ironía protege contra la angustia existencialista. (...) La misión consiste en desplazar el

problema.Frantz Fanon

Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana, y del Universo no estoy seguro.Albert

Einstein

Un poco de ironía o de sarcasmo, muestras de inteligencia; demasiado de ellas, señal de soberbia o

de impotencia.Carlos F. Ayala

Al sarcasmo le envidio su capacidad de herir, sin tener que empuñar un arma.Luis Gabriel Carrillo

Navas

1. Tomado de Juan Arana: "De la incomprensión en Filosofía", THÉMATA. REVISTA DE FILOSOFÍA. Núm. 40,

2008. Con modificaciones.

2. Falacia de la falsa

pista
a. Historias de la falacia de la falsa pista

 La caza del zorro

"¿Saben qué es el arenque rojo? Pues en la terminología policial británica ha quedado como una

evidencia de pista falsa. La expresión procede de la caza del zorro. Para entrenar a los perros para que

siempre siguieran la pista verdadera, aunque fuera más débil, se utilizaba el arenque rojo que,

macerado y ahumado, desprendía un fuerte olor muy característico. Primero se hacía seguir a los

sabuesos un rastro de la presa, pero luego, cuando ya se habían habituado al olor, se les obligaba a

seguir buscando después de haber pasado por la zona con arenque rojo. El olor del pescado era la pista

falsa que tenía como finalidad confundir a los perros que tenían que dar con el rastro verdadero."

 "El sabueso de los Baskerville"

La novela policíaca está dedicada a esclarecer los casos de delincuencia presentados por sus autores.

Los investigadores de los delitos suelen seguir las pistas que van descubriendo. Ahora bien, los
novelistas introducen, para mantener o aumentar el suspense, algunas pistas falsas, para desviar la

atención de los lectores y que estos no descubran, hasta el final de la novela, al autor o autores de las

fechorías que se narran. En una de las novelas más famosas del género policíaco, "El sabueso de los

Baskerville"2 de Arthur Conan Doyle, con el célebre detective Serlock Holmes y su compañero, el

doctor Watson, encontramos varios ejemplos de pistas falsas:

1. Cuando Sherlock Holmes y Watson están en Londres son seguidos

por un hombre en un carruaje con barba negra ("En aquél momento percibí una espesa barba negra y

un par de ojos penetrantes que nos miraban desde la ventanilla del coche") . Ese es un elemento de

distracción que hace pensar al lector que el hombre que los sigue es Barrymore, el mayordomo de la

mansión Baskerville, porque es la única persona que tiene una barba negra. Pero el espía es en realidad

Stapleton, el asesino, que se había puesto una barba falsa.

2. Selden, el asesino de Notting Hill (el preso que se fugó de la cárcel y que estaba escondido en el

páramo). Esto despista al lector, haciéndole pensar que Selden está relacionado con la muerte de los

Baskerville, porque es un criminal. Sin embargo, Selden no está relacionado con estos asesinatos.

3. El hombre en el peñasco de granito ("en lo alto del peñasco...se recortó la figura de un hombre, negra

como el ébano") es otra falsa pista. La silueta de un hombre que el doctor Watson ve en el páramo en

plena noche trata de despistar haciendo pensar equivocadamente que es el asesino. Aunque en realidad

es la silueta de Sherlock Holmes, que ha ido a Devon en secreto.


Las falsas pistas sirven, pues, para distraer al lector, llevándole a pensamientos que le desvían de

encontrar al verdadero delincuente.

 El hombre de Piltdown

Este es uno de los casos más llamativos de fraudes en la ciencia (en concreto, en la paleo-antropología,

que investiga los restos fósiles de nuestros antepasados) que han existido en la historia. Durante más

de 40 años se pensó que se trataba de un auténtico resto fósil, de un "eslabón perdido" entre el mono

y el hombre, de acuerdo con la teoría de la evolución.


En 1912 se descubrieron en Piltdown (Inglaterra) unos restos óseos en una cantera. Los obreros que

los encontraron los entregaron al arqueólogo Dawson, quien los presentó, junto con el paleontólogo

Woodward (del Museo Británico), en la Sociedad Geológica de Londres. Durante muchos años estos

restos fósiles fueron considerados auténticos por la comunidad científica, al pensar que respondían a

la idea que se tenía sobre el eslabón perdido: un ser dotado de un gran cerebro, aunque con rasgos

simiescos. En efecto, el cráneo parecía humano y la mandíbula parecía la de un chimpancé. Sin

embargo, en 1953 el Museo Británico tuvo que reconocer que el "hombre de Piltdown" era una

falsificación. Alguien había introducido una falsa pista realizando una composición: el cráneo era el

de un hombre moderno y la mandíbula pertenecía a un orangután actual y el conjunto había sido

retocado para simular la "antigüedad" de los huesos. El color oscuro que tenían se debía a un

tratamiento químico. Aunque se pensó que Dawson era el autor, al parecer fue el famoso profesor

Sollas, catedrático de geología, que pretendía ridiculizar a su colega Woodward, por envidia

profesional. A pesar del fraude, se erigió, por suscripción popular, en el lugar en donde fueron

descubiertos, un monumento. La falsa pista distrajo a los científicos durante mucho tiempo,

llevándoles a pensar que se había descubierto la verdad, aunque luego se comprobó que fue un engaño.

b. Definición

Puede ser que en un debate se haya presentado un argumento fuerte, difícil de rechazar. Como el

adversario no se ve con fuerzas para enfrentarse a este argumento con un contra-argumento, lo que

hace es introducir algo que distraiga. Introduce un nuevo argumento con la pretensión de desviar la

atención. Introduce una falsa pista para evitar luchar contra el argumento fuerte. Pero hay que tener

cuidado, pues la falsa pista ha de tener cierta relación con el argumento que se ha introducido

previamente (por ejemplo: si estamos hablando de la importancia económica del cine no podemos

desviar la atención hablando de automóviles).

 Ejemplo 1:
A: En el mundo hay millones de personas condenadas a una pobreza extrema, lo que viene a

demostrar que los países con recursos han de cooperar con los países pobres para que el mundo sea

más justo.

B: ¡No hace falta irse tan lejos!. En nuestro país hay también personas que lo están pasando mal. El

gobierno tendría que ayudarlas.

(B introduce una falsa pista, desvía la atención del argumento de A, para evitar hablar de la

cooperación internacional contra la pobreza).

 Ejemplo 2:

A: Para mejorar la seguridad en la conducción de coches hemos de tener en cuenta, sobre todo, la

calidad de los vehículos. Las características técnicas de los coches actuales han reducido el número

de accidentes.

B: ¿Te refieres a coches de importación o a coches fabricados aquí?

(B introduce una falsa pista, pues lo importante es el tema de la seguridad, no el lugar donde se

fabrica el coche).

Medicina contra esta falacia: Debes indicar que el contrincante ha cambiado el tema que

habías introducido con el fin de desviar la atención. Insiste en que no ha contestado al

argumento que habías introducido antes.

2. "El sabueso de los Baskerville", El país, 2004


3. Falacia "ad

hominem" (ataque a la

persona)
a. Historias de la falacia ad hominem (ataque a la persona)

 Ataque al abogado3

El ejemplo clásico de esta falacia se relaciona

con el procedimiento judicial británico. En Gran Bretaña, la práctica de la profesión se divide entre

los procuradores, que preparan los casos para el juicio, y los abogados, que argumentan y hacen los

alegatos ante el tribunal. Normalmente, su cooperación es admirable, pero a veces deja mucho que

desear. En una ocasión, el abogado ignoraba el caso completamente hasta el día en que debía ser

presentado al tribunal. No pudo preparar la defensa frente a una demanda que habían planteado contra

su cliente. Por tanto, dependía del procurador para la investigación del caso, la preparación de la
defensa de su cliente y el alegato ante el tribunal. Llegó a la corte justo un momento antes de que

comenzara el juicio y el procurador le alcanzó la carpeta con el resumen del caso. Sorprendido por la

delgadez de la carpeta, la abrió para mirar en su interior. En el interior había escrito la siguiente nota:

"No hay defensa; ataque al abogado del demandante".

 Golpear al jugador

Imaginemos que estamos viendo un partido de fútbol de máxima rivalidad. Los hinchas animan a su

respectivo equipo y están nerviosos con el empate. Ninguno de los equipos ha marcado un gol y sólo

faltan unos minutos para el final del partido. El delantero de uno de los equipos se adelanta con la

pelota y penetra en el área pequeña. Está sólo ante el portero pero, justo cuando va a lanzar, es golpeado

por un defensa y cae al suelo. El árbitro ha estado muy atento a la jugada y no lo duda: pita penalti.

Los defensores se arremolinan en torno al árbitro, protestando airadamente por lo que creen una

injusticia. Los hinchas del equipo defensor gritan atronadoramente contra el árbitro. El árbitro ni se

despeina. Se dirige a los defensores y, para explicar su decisión, solo les dice: “en vez de golpear la

pelota, se ha golpeado al jugador"4.

b. Definición

Ad hominem. Etimología: del latín, contra el hombre (homo-hominis), contra la persona.


Habitualmente, una persona (A) presenta un argumento en un debate y su oponente (B) tiene que

rebatirlo. Pues bien, la falacia ad hominem consiste en que la persona B ataca a la persona A que

presenta un argumento, en lugar de atacar al argumento que dicha persona ha presentado. Lo cual

obliga a la persona A a tener que justificarse. La jugada sale redonda porque, de paso, evita también

que B tenga que contestar para rebatir el argumento que fue presentado anteriormente por A.

 Ejemplo 1:

A: La fiesta de los toros no debería mantenerse porque en ella se trata a los toros con crueldad. Los

toros son animales con un sistema nervioso que hace que tengan conciencia del dolor. Causar dolor

a los toros es, pues, un acto de crueldad.

B: Pero si tus padres son dueños de una carnicería y también el sacrificio de animales es una

crueldad. ¡Incluso en la carnicería de tus padres se vende la carne de los toros muertos en la plaza!

 Ejemplo 2:

A: Yo pienso que en la fiesta de los toros hay más felicidad que sufrimiento, puesto que la mayor parte

de los aficionados disfrutan del espectáculo. Y quien vaya a sufrir y no a disfrutar no está obligado a

acudir a la plaza de toros.


B: ¿Quién lo iba a decir? ¡Pero si tú no soportas ni que nadie aplaste un gusano ni que mate un

mosquito!

Una variante de esta falacia es el "tu quoque" (tú lo mismo): como cuando ocurriera que A dijera que

"No es correcto fumar delante de menores" y B le respondiera que "Tú lo hacías".

Medicina contra la falacia ad hominem: Pon de manifiesto que tu oponente no ha rebatido el

argumento que tú presentaste y que se ha limitado a atacarte a ti. Indica que, aunque te haya

atacado, eso no le sirve para invalidar el argumento que presentaste.

c. Frases para seguir reflexionando… sobre la honestidad de las personas y

el juego limpio:

En el amor y en la guerra todo vale.Proverbio

El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio. Si puedes aparentar eso, lo habrás

conseguido. Groucho Marx

Jugar limpio es no culpar a los demás de nuestros errores.Eric Hoffer

Juego honestamente y juego para ganar. Si pierdo, aprendo la lección.Bobby Fischer

En la mesa y en el juego, se conoce al caballero.Refrán

3. I. Copy: Introducción a la lógica

4. Expresión que utilizan Van Eemeren y Grootendorst (estudiosos de las falacias) para explicar en que consiste la

falacia ad hominem (ataque a la persona).


4. Falacia "ad

populum" (recurso a la

mayoría)
a. Historias de la falacia ad populum (recurso a la mayoría)

 La versión de Shakespeare de la oración fúnebre de Marco Antonio sobre el cuerpo de Julio

César
Un ejemplo clásico de esta falacia la constituye el famoso fragmento de la oración fúnebre que

pronuncia Marco Antonio sobre el cuerpo de Julio César en la obra de Shakespeare. Julio César ha

sido asesinado por su hijo Bruto. Marco Antonio apela a los sentimientos de la mayoría del pueblo

para lanzarlo contra los que lo han asesinado, haciendo ver que Julio César era un benefactor del

pueblo:

"Antonio: Amigos, queridos amigos: que no sea yo quien os empuje al motín. Los que han consumado

esta acción son hombres dignos. Desconozco qué secretos agravios tenían para hacer lo que hicieron.

Ellos son sabios y honorables, y no dudo que os darán razones. No he venido, amigos, a excitar

vuestras pasiones. Yo no soy orador como Bruto, sino, como todos sabéis, un hombre franco y sencillo,

que quería a mi amigo, y eso lo saben muy bien los que me permitieron hablar de él en público. Porque

no tengo ni talento, ni elocuencia, ni mérito, ni estilo, ni ademanes, ni el poder de la oratoria para

enardecer la sangre de los hombres. Hablo llanamente y sólo digo lo que vosotros mismos sabéis. Os

muestro las heridas del amado César, pobres, pobres bocas mudas, y les pido que ellas hablen por

mí. Pues si yo fuera Bruto, y Bruto Antonio, ese Antonio exasperaría vuestras almas y pondría una
lengua en cada herida de César capaz de conmover y amotinar los cimientos de Roma.

Todos: Nos amotinaremos."

William Shakespeare: Julio César (fragmento).

 La hipótesis del éter

En la antigüedad griega se consideró que el éter

era un elemento de la naturaleza, como el agua, el aire, la tierra y el fuego. El filósofo griego Aristóteles

defendía que el universo se componía de dos zonas distintas: el mundo sublunar (compuesto de agua,

aire, tierra y fuego) y el mundo supralunar (formado por éter, material más ligero que los demás). Las

ideas de Aristóteles llegaron a la Edad Media, época en la que al éter se le denominó "quinto

elemento". Hacia finales del siglo XIX se admitió que la luz era una onda. Como se consideraba que

una onda no podía viajar en el vacío, entonces la mayoría de los científicos pensó que la luz viajaba a

través del éter. Físicos importantes, como Maxwell, Kelvin o Tesla, trataban de estudiar sus

propiedades y llegaron a pensar que el éter tenía muy poca densidad y era un material muy elástico.

Por su parte, Michelson y Morley idearon un experimento para medir la velocidad de la luz. Pero el

experimento fracasó. Aunque la mayor parte de los científicos a lo largo de la historia pensaron en la

existencia del éter, fue Einstein quien demostró que el éter no existe.

 El efecto rebaño
El economista W. Brian Arthur, planteó un curioso problema en 1994. Supongamos que a muchas

personas les gusta ir a un bar: allí hacen amistades interesantes y pasan un rato bastante divertido. El

problema es que, cuando se llena, el bar se convierte en un lugar que resulta poco divertido (mucho

ruido, poco espacio para bailar, etc.). Es lo que se conoce como "efecto rebaño". Algunos deciden

cambiar sus costumbres y no irán los fines de semana, esperando que no haya tanta gente en los días

laborales. Otros cambiarán el horario, buscando los ratos en que el resto de la gente tenga dificultad

para ir al bar. Pero el "efecto rebaño" puede que no desaparezca, pues ¿qué ocurriría si todos hubiesen

pensado lo mismo y cambiasen también sus hábitos?

Este "efecto rebaño" se da también en otros casos, como en el de la vacunación. La vacunación idea

es aquella que protege a poblaciones con alto riesgo de infección. Se llama efecto rebaño a la

protección indirecta de personas no vacunadas, o sea la adquisición de inmunidad colectiva adquirida

a través de la vacunación de una mayoría. El efecto rebaño consiste en que, por ejemplo, si en un

grupo de 10 personas se inmuniza a siete, las otras tres quedan automáticamente protegidas sin

tener que pincharse.

b. Definición

Etimología: populus (el pueblo), popularis (popular, que emana del pueblo).

Esta falacia considera que una opinión es verdadera porque la mayoría de la gente tiene esa misma

opinión o la apoya. También se aplica a lo que hacemos: si la mayoría de la gente hace una acción o
la apoya, entonces se considera que dicha acción es correcta. Ahora bien, lo que piense la mayoría no

justifica que esa opinión sea verdadera; tampoco se justifica que lo que hacemos es correcto porque la

mayoría también lo hace.

Esquema de la falacia ad populum


La mayoría de la gente considera que p es verdadera

Luego, p es verdadera

O también

La mayoría de la gente hace p

Luego, p es correcto

 Ejemplos:

1. A: La televisión pone programas de baja calidad educativa porque la mayoría de la gente prefiere

esos programas. ¿Quien ve los documentales que proyecta la cadena X sino una minoría?

2. A: La mayoría de los fabricantes de coches recomiendan los neumáticos X. Luego, los neumáticos X

son los mejores neumáticos para los coches.

3. La mayoría de personas son creyentes y piensan que Dios existe. Por tanto, es verdad que existe Dios.

4. La mayoría ha votado al partido X, quien ha ganado así las elecciones. La mayoría no puede estar

equivocada. Luego, el partido X es la mejor opción que existe en las circunstancias en que nos

encontramos
Medicina contra la falacia ad populum: Trata de mostrar que una opinión es verdadera (o una

acción es correcta) por razones distintas al hecho de que la mayoría así lo considere, ya que la

mayoría podría estar equivocada. Haz que tu oponente en el debate encuentre otras razones

distintas en favor de su postura.

c. Frases para seguir reflexionando… sobre el valor de las mayorías:

Verdad es lo que la mayoría ve como verdad, pero la mayoría también puede cambiar de opinión a

lo largo de la historia.Salman Rushdie

La democracia es el menos malo de los sistemas políticos. La democracia es el peor sistema de

gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás.Winston Churchill

Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y

reflexionar.Mark Twain

El liberalismo es la suprema generosidad: es el derecho que la mayoría otorga a la minoría aunque

ese enemigo sea débil.José Ortega y Gasset

Todos los males de la democracia pueden curarse con más democracia.Alfred Emanuel Smith

5. Falacia "ad

baculum" (al bastón)


a. Historias de la falacia ad baculum (al bastón)

 El atizador de Wittgenstein
Lee este texto de Vargas Llosa en el que narra el breve debate entre dos grandes filósofos del siglo

XX: Popper y Wittgenstein.

Popper confiesa en su autobiografía de 1974, "Unended Quest", que, desde hacía algún tiempo, ardía

de impaciencia por probarle a Wittgenstein que sí existían, y de qué modo, los problemas filosóficos.

Así que fue aquella noche a la reunión del Club de Ciencia Moral de Cambridge con la espada

desenvainada. Popper comenzó su exposición, a partir de notas, negando que la función de la filosofía

fuera resolver adivinanzas y empezó a enumerar una serie de asuntos que, a su juicio, constituían

típicos problemas filosóficos, cuando Wittgenstein, irritado, lo interrumpió, alzando mucho la voz

(solía hacerlo con frecuencia). Pero Popper, a su vez, lo interrumpió también, tratando de continuar

su exposición. En este momento, Wittgenstein cogió el atizador de la chimenea y lo blandió en el aire

para acentuar de manera más gráfica su airada refutación a las críticas de Popper. Un silencio

eléctrico y atemorizado cundió entre los apacibles filósofos británicos presentes, desacostumbrados

a semejantes manifestaciones de tropicalismo austriaco. Bertrand Russell intervino, con una frase

perentoria: "¡Wittgenstein, suelte usted inmediatamente ese atizador!". Según una de las versiones

del encuentro, a estas alturas, todavía con el atizador en la mano, Wittgenstein aulló, en dirección a

Popper: "¡A ver, deme usted un ejemplo de regla moral!". A lo que Popper respondió: "No se debe

amenazar con un atizador a los conferenciantes". Se escucharon algunas risas. Pero Wittgenstein,

verde de ira, arrojó el atizador contra las brasas de la chimenea y salió de la habitación dando un

portazo. Según la otra versión, la broma de Popper sólo fue dicha cuando Wittgenstein había ya salido
de la habitación y tanto Russell como otro de los filósofos presentes, Richard Braithwaite, trataban

de aquietar las aguas de la tormenta.5

 La amenaza del Papa

Una anécdota famosa, ejemplo de falacia al bastón

en el ámbito internacional, es la que se menciona en un relato sobre la reunión de los 'Tres grandes' en

Yalta (Roosevelt, Stalin y Churchill), hacia el final de la Segunda Guerra Mundial. Dicha reunión,

conocida como la Conferencia de Yalta, tuvo lugar del 4 al 11 de febrero de 1945. El objetivo de la

reunión era conseguir terminar con la guerra y decidir el futuro de la Alemania derrotada. Se dice que

Churchill informó a los demás que el Papa sugería seguir tal o cual curso de acción en la guerra. Se

afirma que Stalin manifestó su desacuerdo preguntando: "¿Y cuántas divisiones dice Ud. que tiene el

Papa para el combate?"6

 El elixir de la eterna juventud

La leyenda del elixir de la vida o de la inmortalidad es un poción o bebida que garantizaba a quien la

tomara la vida eterna. En la Antigua China, enviaron una expedición con un alquimista y 1000 hombres

y mujeres a encontrar tal bebida, aunque ninguno regresó. Por otra parte, en la Antigua China se creía

que la ingestión de algunos minerales como el cinabrio o la hematita podían producir el alargamiento

de la vida.
En la actualidad también se multiplican los productos contra el envejecimiento: cremas antiarrugas,

antioxidantes, bebidas que protegen de enfermedades, etc. Muchas veces estos productos se anuncian

sin el suficiente apoyo científico. En el fondo, el mensaje que sutilmente se transmite es la amenaza a

dejar de ser eternamente joven si no se consumen tales productos. Sin embargo, una dieta saludable,

alimentos saludables, ejercicio y buenos hábitos pueden hacer maravillas por el cuerpo y ayudar a que

la apariencia física se mantenga vital por mucho más tiempo. Tal vez la fuente de la eterna juventud

esté en seguir buenos hábitos.

b. Definición de la falacia ad baculum (al bastón)

A veces es correcto usar un argumento que nos avise de las consecuencias catastróficas que se derivan

de los accidentes de tráfico ("Si bebes no conduzcas", por ejemplo, nos previene de tales

consecuencias). Pero, en otras ocasiones, se introducen argumentos amenazantes para hacer que el

contrincante acepte nuestro punto de vista, sin que existan otras razones que apoyen dicho argumento.

En ese caso, nos encontramos con la falacia ad baculum (al bastón).

 Ejemplo:
"Hay que perseguir, utilizando todos los medios posibles, a los terroristas. Si no lo hacemos, ponemos

en peligro nuestras vidas."

En esta argumentación, se apela a la amenaza del terrorismo, y al temor que despierta en nosotros. El

oyente puede imaginarse que va a ser víctima de algún atentado y ese miedo le hace aceptar "todos los

medios posibles" contra el terrorismo. La falacia está en que el temor puede llevarnos a que no se

distinga entre medios legales y medios ilegales.

 Ejemplo:

"Si no estudias para el examen tendrás que pasarte el verano en la academia y no podrás ir de

vacaciones a la playa".

Los padres suelen estar preocupados por los estudios de sus hijos, puesto que la formación que se

adquiere prepara para el mundo laboral. Pero, en lugar de razonar sobre la importancia de una

formación, utilizan una amenaza: ¡o estudias o no irás a la playa!

Medicina contra la falacia ad baculum (al bastón): Trata de mostrar que, en el fondo, el

argumento que te han presentado encierra una amenaza y que no hay razones de otro tipo (o

estas razones son endebles) para justificarlo.


c. Frases para seguir reflexionando… sobre las relaciones entre la fuerza, la

razón y el miedo :

La irreflexión es la fuerza más invencible de la tierra.Anselm Feuerbach

Contra la fuerza, fuerzas valgan, ya que razones no pueden nada.Refrán

El que teme es un esclavo.Séneca (2 a.C.-65). Filósofo latino.

Teme al hombre de un solo libro.Santo Tomás de Aquino (1224-1274). Filósofo y teólogo.

Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender.Marie Curie. Científica.

5. Mario Vargas Llosa: El país, 30-11-2003 (fragmento)

6. I. Copy: Introducción a la lógica

6. Falacia "ad

verecundiam"
(apelación a la

autoridad)
a. Historias sobre la falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad)

 La condena de Galileo Galilei

Galileo Galilei es una de las figuras más relevantes de todos los tiempos, destacando por sus trabajos

en astronomía, matemáticas, física y filosofía. Es uno de los padres de la revolución científica del

Renacimiento, que culminará en el siglo XVII con la física de Newton. Inventó el telescopio, lo que

le llevó a hacer importantes observaciones astronómicas. Es famoso el juicio al que se somete a Galileo

por parte de la Iglesia cuando apoyó las ideas de Copérnico de que la Tierra era la que giraba alrededor

del Sol, y no a la inversa, como se defendía desde Aristóteles. Fueron las autoridades eclesiásticas las

que condenaron las ideas de Galileo. Aunque tiempo después ha quedado claro que estas autoridades

estaban equivocadas... y era Galileo quien tenía razón.


 El fraude en las revistas científicas

A veces puede pensarse que si una revista académica dice

algo, ese algo es verdad porque la revista científica es una autoridad de prestigio. Aunque no siempre

es así.

Un caso muy llamativo fue el protagonizado por el físico Alan Sokal en 1996, quien hizo un

experimento enviando un artículo fraudulento a la revista académica Social Text, especializada en el

campo de las humanidades. Su objetivo era denunciar el alto número de artículos fraudulentos

publicados en revistas especializadas.

El artículo mantenía una tesis disparatada envuelta en numerosas palabras sin sentido, aunque con

apariencia de ser expresiones correctas. La tesis que sostenía era que la gravedad cuántica era una

construcción social. Lo cual significa que la gravedad, como fenómeno físico, solo existe porque la

sociedad la ha inventado. En otras palabras, la gravedad no afectaría a los objetos si la sociedad no

creyese en ella.

El artículo fue aceptado por la revista y se publicó... aunque el prestigio de la revista no puede hacer

que el contenido del artículo sea verdadero.


También se suele pensar que si un científico es considerado una autoridad en un tema, lo que dice es

verdad. Aunque no siempre es así. El investigador surcoreano Hwang Woo-suk y su equipo publicaron

en 2004 un artículo en la revista Science en el que aseguraban haber logrado por primera vez la

clonación de embriones humanos. Sin embargo, un año después se demostró que el trabajo de Woo-

suk se basó en datos falsificados. El científico fue condenado a dos años de cárcel por un tribunal de

Seúl, ya que se le acusó de malversación de fondos estatales y violación de leyes bioéticas. El prestigio

del científico no convirtió en verdad el contenido del artículo... sino que lo que se cuestionó fue el

propio prestigio del científico.

 Kelvin y los rayos X

No siempre los grandes científicos mantienen opiniones que son verdaderas. También ellos pueden

cometer grandes errores. Es el caso de Kelvin, relevante físico que destacó por sus estudios sobre

termodinámica y el establecimiento del cero absoluto como temperatura mínima existente. Cuando el

físico Röntgen descubrió los rayos X, publicó un artículo sobre el tema. Al leer el artículo de la prensa,

antes de que se publicara en revistas científicas, Kelvin dijo que los rayos X eran un engaño. Sin

embargo, tuvo que rectificar su afirmación. Röntgen fue el primer físico que recibió el premio Nobel,

en 1901. Así pues, la verdad no depende del prestigio de quien la dice, aunque sea una autoridad en

dicho campo. Más bien, la verdad depende de las pruebas que puedan ser aportadas.
b. Definición de la falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad)

Etimología: la palabra verecundiam viene del latín (respeto, modestia, vergüenza). El verbo vereor

significa respetar, reverenciar, venerar.

Con este argumento se defiende una

idea sin aportar razones, apelando simplemente a la autoridad de un experto (científico, artista,

personaje relevante, etc.) que había sostenido también esa misma idea. Por ello, esta falacia también

se ha conocido con la expresión “magíster dixit” (como dijo el maestro…). Aunque este procedimiento

es usado legítimamente en muchas situaciones (como, por ejemplo, en trabajos académicos, técnicos

o científicos), deja de serlo cuando el experto no es competente en un campo determinado (por

ejemplo, un físico no es necesariamente competente en asuntos políticos); cuando haya otros expertos

que tengan opiniones distintas a las defendidas por dicho experto (en ese caso, no existe acuerdo entre

ellos); o cuando el experto puede defender intereses personales para defender una opinión.

 Ejemplo:

A: El premio Nobel de física ha dicho que su país debe gastar más dinero en armas para garantizar

así la seguridad de los ciudadanos. Ahí tienes una opinión muy válida que apoya mi punto de vista.

(A se apoya en las ideas de un experto científico que ha recibido un premio Nobel, aunque eso no

justifica una opinión que no es científica sino política)

 Ejemplo:
A: El ministro de agricultura ha dicho que consumamos alimentos de nuestro país porque tienen más

calidad.

(A se apoya en la autoridad política del ministro, pero éste puede tener interés patriótico en

defenderlos, y no aporta otros argumentos que justifiquen su postura)

Medicina contra la falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad): Apoyarse en una

autoridad (científica o de otro tipo) para defender una opinión suele hacerse habitualmente.

Ahora bien, a veces esto no es adecuado. En ese caso, indica que la persona citada no es un

experto en ese campo, o que su opinión ha sido criticada por otros expertos en el mismo campo.

También puedes señalar que su opinión es precipitada o no está bien fundada. O que puede tener

intereses de algún tipo (por ejemplo, que aunque es un científico defiende una ideología política,

etc.)

c. Frases para seguir reflexionando… sobre el respeto a los sabios y

especialistas:

Una conversación con un hombre sabio vale más que diez años de estudio en libros.Henry Longfellow

Wadsworth

La última voz audible antes de la explosión del mundo será la de un experto que diga: eso es

técnicamente imposible.Peter Alexander Ustinov


Un especialista es una persona que cada vez sabe más sobre menos, hasta que termina sabiéndolo

todo sobre nada... y nada sobre todo.Danny Kaye

Dijo un sabio a una campesina: ¿Qué darías por saber lo que yo sé? Y le respondió esta: Daría más

por saber lo que aún no sabes.Anónimo

Platón quería que gobernasen los filósofos; no pidamos tanto, reduzcamos al mínimum nuestro

deseo, pidamos que al menos no nos gobiernen analfabetos..José Ortega y Gasset

7. Falacia por círculo

vicioso (de la

circularidad)
a. Historias sobre la falacia por círculo vicioso

 La pescadilla que se muerde la cola7


"¿Habéis probado alguna vez pescadillas? Sí, un pescado muy rico que puede hacerse tanto al horno,

como a la plancha o frito. Pues bien, una de las formas más tradicionales de preparar la pescadilla es

mordiéndose la cola, con lo que queda formando una divertida y muy apetecible circunferencia (O).

Como sabréis, si nos ponemos en cualquier punto de una circunferencia y seguimos su trazado

(seguimos la línea que compone la circunferencia), daremos una vuelta, y otra vuelta, y otra vuelta,

pero nunca conseguiremos salir de ella. Pues bien, aprovechando que una pescadilla que se muerde la

cola tiene forma de circunferencia, los españoles utilizamos esa imagen para denominar a un problema

que no tiene solución (como nuestro punto que no puede salir de la circunferencia) y en el que se dan

una y mil vueltas pero del que nunca logramos salir.

Seguro que en cuanto os ponga algún ejemplo lo veis más claro. Por ejemplo: el transporte de mi

ciudad es la pescadilla que se muerde la cola: como casi nadie lo usa, es muy caro y como es muy

caro, casi nadie lo usa (como veis, es un problema que así, de repente, no tiene solución porque los

dos factores críticos en el transporte, el precio y el volumen de gente que lo utiliza, están relacionados

entre sí)."

 ¿Qué fue antes: el huevo o la gallina?8


¿Qué fue primero: el huevo que no puede existir sin la gallina que lo ha puesto, o la gallina que no

puede existir sin haber salido previamente de un huevo?”. Esta cuestión tiene las implicaciones más

profundas de lo que en principio parece y, por ejemplo, se puede trasladar este enigma al hombre.

De hecho, ya el filósofo griego Aristóteles (Siglo III A.C) lo comparó con la situación del hombre y

dijo que si hubo un primer hombre este existió sin padre ni madre, lo que desde la naturaleza parece

imposible. El interrogante fue abordada por varios científicos reconocidos, tales como Stephen

Hawking, y, evidentemente, Charles Darwin. La mención de Charles Darwin en este artículo era casi

inevitable ya que esta pregunta se relaciona en gran medida con las principales teorías, sin ir más lejos,

la teoría de la evolución. De acuerdo a ésta, la respuesta sería que primero fue el huevo, pero

entendido este como el huevo en general y no un huevo del que luego nació una gallina (es decir, que

en el mundo existían huevos antes de la existencia de la gallina). Más recientemente, un estudio

científico a cargo de investigadores genéticos así como también de productores granjeros de gallinas,

pareció llegar a una respuesta definitiva. Este grupo de investigadores llegó a la conclusión de que fue

primero el huevo, basados en una simple razón: el material genético de una especie no puede

modificarse durante la vida del animal.

Hay consenso científico, de acuerdo a la teoría de la evolución de Darwin, de que lo que hoy

conocemos como gallina evolucionó desde otra especie de ave y, si como decíamos, la información

genética no puede ser modificada en vida, la mutación necesariamente se tiene que haber dado en un

embrión dentro de un huevo preexistente.


b. Definición

A veces, podemos presentar un argumento de forma

que su conclusión ya está, total o parcialmente, contenida en las premisas. Es una argumentación

circular, es decir, apoyamos la conclusión en las premisas pero, a su vez, introducimos unas premisas

en las que metemos, de contrabando, la conclusión a la que queremos llegar. En el fondo, pues, es una

argumentación que no prueba nada. Es una argumentación vacía.

Ahora bien, hay ciertos argumentos filosóficos que se basan en una cierta circularidad y, sin embargo,

no son necesariamente argumentos falaces.

 Ejemplo 1:

A: Si una persona es fiel a su pareja, podemos decir que la ama profundamente. Ese amor profundo

se manifiesta cuando no le es infiel.

(A comete una falacia por circularidad: afirma que si es fiel a su pareja, entonces la ama

profundamente; pero, de forma circular, define el amor profundo en base a la ausencia de

infidelidad, esto es, en base a la fidelidad).

 Ejemplo 2:

A: La Biblia dice que Dios existe, por tanto existe Dios.


B: ¿Esa prueba es suficiente para demostrar la existencia de Dios? A: Sí lo es porque la Biblia nos

dice la verdad ya que ha sido inspirada por Dios.

(A comete la falacia del círculo vicioso al demostrar la existencia de Dios a partir del hecho de que lo

dice la Biblia. Como aclara después, está incluyendo en esa premisa que Dios es el inspirador de ese

texto sagrado, es decir, ya incluye la existencia de Dios como inspirador de la obra, por lo que

construye un argumento circular.)

Medicina contra esta falacia: Demuestra que las premisas (que sirven para apoyar la

conclusión) se apoyan ya en la misma conclusión a la que se quiere llegar. Señala, por tanto,

que no está demostrando realmente nada, sino que se da por sentado la verdad de lo que había

que probar. Indica a tu contrincante que apoye la conclusión en otras premisas o que sus

premisas excluyan la conclusión que pretende demostrar.

Título de la canción: Círculos Viciosos

Año: 1980

Letra: Joaquín Sabina y Carlos Sánchez Ferlosio

Música: Joaquín Sabina

Disco: Malas Compañías (1980)

Quisiera hacer lo que -Yo quiero bailar un - Quisiera formar - Quiero conocer

ayer, son
 sociedad aquel


 pero introduciendo 
 con el vecino de hablarle y decirle


y no me deja
hola
un cambio.
 Lucia
 abajo

- No le has visto la

- No metas cambio - Yo que tú no - Ese no tiene pistola

Silario
 bailaría
 trabajo



que esta el jefe por porque esta triste no te fíes Sebastian
 deja esa vaina

ahí
 Ramón.
 Javier


- ¿ Porqué no
- ¿ Porqué la
- ¿Porqué esta de jefe? - ¿ Porqué esta tan trabaja?

pistola?

 - Porque va a caballo triste?
- Porque no lo - Porque tiene

 - Porque esta

 - ¿Porqué va a cogen
 miedo

malito
 - ¿ Porqué tiene


caballo?
 - ¿ Porqué no lo
miedo?
- ¿ Porqué esta cogen?
-Porque no se baja - Porque no se fía
malito?
 
 - Porque esta

 - ¿Porqué no se - ¿ Porqué no se

- Porque esta muy fichado fía?


baja?

flaco
 - ¿ Porqué lo - Porque no se

- Porque vale mucho ficharon? entera


- ¿ Porqué esta tan

 - ¿Y como lo sabe? - Porque estuvo preso - ¿ Porqué no se
flaco?

- ¿Porqué lo entera?

 - Porque esta muy
- Porque tiene metieron, titi? - Porque no le

claro
 anemia
 - Porque roba mucho hablan

- ¿ Porqué roba - ¿ Porqué no le


- ¿Porqué esta tan - ¿ Porqué tiene
tanto? hablan?
claro? anemia?

- Porque no trabaja - Por llevar pistola

 - Porque esta de jefe
- Porque come Eso mismo fue lo que


 Eso mismo fue
 lo poco
 yo le pregunté

¿ Porqué no trabaja?
que yo le pregunté
 - ¿ Porqué come

poco?

- ¿Porqué esta de jefe?

- Porque esta muy

triste

Eso mismo fue
 lo

que yo le

pregunté


¿ Porqué esta tan

triste?

7. Fragmento tomado de http://erasmusv.wordpress.com

8. Fragmentos tomados, con modificaciones, de Ojo científico.com (18-01-2013) y El Mundo.es (26/5/2006)

8. Falacia "ad

antiquitatem"/"ad

novitatem"

(antigüedad/novedad)
a. Historias sobre la falacia de la antigüedad-novedad

a.1. La antigüedad

 Todo tiempo pasado fue mejor

La frase “Cualquier tiempo pasado fue mejor” es original del escritor español del siglo XV Jorge

Manrique, quien incluyó tales palabras en su conocida obra "Coplas sobre la Muerte de su Padre", el

caballero don Rodrigo Manrique. Expresión favorita de aquellos que añoran las épocas pasadas, al

considerarlas mejor que las actuales. Se trata de una postura muy discutible, que depende de la

valoración que haga un sujeto.

 El peso de la tradición
Un equipo de científicos colocó a cinco monos en una jaula y, en su interior, una escalera y, sobre ella,

un montón de plátanos. Cuando uno de los monos subía a la escalera para coger los plátanos, los

científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre el resto. Después de algún tiempo, cuando algún

mono intentaba subir, los demás se lo impedían a palos. Al final, ninguno se atrevía a subir a pesar de

la tentación de los plátanos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos.

Lo primero que hizo el nuevo fue subir por la escalera, pero los demás le hicieron bajar rápidamente

y le pegaron. Después de algunos golpes, el nuevo integrante del grupo ya no volvió a subir por la

escalera. Cambiaron otro mono y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo en la

paliza al novato. Cambiaron un tercero y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los

veteranos fueron sustituidos.

Los científicos se quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos. Ninguno de ellos había recibido

el baño de agua fría, pero continuaban golpeando a aquel que intentaba llegar a los plátanos. Si fuese

posible preguntarle a alguno de ellos por qué pegaban a quien intentase subir a la escalera, seguramente

la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así”.

a.2. La novedad

 Romper con la tradición9


Los familiares más mayores quizás se sientan horrorizados, pero

en ningún lugar está escrito que una pareja de novios deba tener un padrino o testigos, especialmente

si se trata de una boda civil o una ceremonia en una capilla. El padrino también puede ser una mujer,

un hijo o un sobrino, o incluso hermanos gemelos desempeñando un doble papel. Si ella “es

entregada”, quien la entrega no tiene tampoco por qué ser un hombre mayor. Para una novia que ha

perdido a su padre, puede ser muy emocionante pedir a su madre que la acompañe al altar. Celebrar

una parrillada en lugar de un banquete formal o servir un cóctel y entremeses tras una ceremonia

eclesiástica puede ser inusual. A día de hoy, cada vez más novias deciden dar un pequeño discurso,

así que si te apetece. ¿por qué no hacerlo?

 Lo nuevo y lo anticuado10
El consejero delegado de BlackBerry, Thorsten Heins, lanzó una fuerte crítica sobre Apple, diciendo

que el iPhone es anticuado. Heins dijo que la empresa establecida en Cupertino muestra cada vez

menor innovación.

En plena campaña de lanzamiento de su nuevo sistema operativo, el BlackBerry 10, Heins aprovechó

los últimos lanzamientos de los primeros fabricantes de smartphones para criticar una "pérdida de

liderazgo" de la compañía de la manzana.

En entrevista para la publicación de economía Financial Review, el directivo criticó los dispositivos

de la firma de Cupertino afirmando que el rápido avance en el mercado de dispositivos móviles se ha

llevado por delante a los dispositivos de la marca.

No obstante, Heins reconoció el "fantástico trabajo" realizado por Apple al "traer los dispositivos

táctiles al mercado".

b. Definición

En esta falacia se apela al tiempo para justificar un argumento, sin que haya ninguna otra razón. No

obstante, apelar al tiempo, a la antigüedad o novedad de una cosa, de un comportamiento o de un modo

de pensar no justifica que sea su legitimo.


 Ejemplo 1:

A: El baile que hay ahora en las discotecas no tiene ni punto de comparación con los bailes

populares. Aquello sí que era mover bien el esqueleto.

(A comete la falacia de la antigüedad al descalificar todo el baile actual por ser un modo novedoso de

bailar, en comparación al baile de las fiestas populares tradicionales. No obstante, puede haber formas

de bailar en las discotecas con tanto arte como el que muestran las formas populares de baile de hace

décadas).
 Ejemplo 2:

A: Mira lo que ocurre en muchos países, que adoptan leyes favorables al matrimonio gay. En el fondo,

quienes se oponen al matrimonio gay van en contra de los tiempos.

(A comete la falacia de la novedad ya que critica a quienes rechazan el matrimonio gay solo basándose

en que es algo nuevo que se está implantando en las leyes de algunos países. Debería usar otro tipo de

argumentos tales como la igualdad, la no discriminación, etc.)

Medicina contra esta falacia: Haz ver a tu contrincante que la simple apelación al tiempo (a la

antigüedad o tradición, o a la novedad) no justifica por sí mismo un modo de actuar o de pensar.

Añade algún ejemplo de una antigua tradición claramente equivocada (la esclavitud, por

ejemplo) o de novedades que fueron celebradas en su día y que han resultado un fracaso. Solicita

que tu contrincante aporte otras razones para justificar su opinión.

c. Frases para seguir reflexionando… sobre las tradiciones y el progreso:

Un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenir.Alberto Lleras Camargo

Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas

constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión.José Ortega y Gasset

En cada encrucijada del sendero que lleva al futuro, la tradición ha colocado diez mil hombres para

custodiar el pasado.Maurice Maeterlinck

Lo pasado, pasado. Hay un futuro para todos los hombres que se arrepienten y que tienen

energía.Edward George Bulwer-Lytton (1803-1873). Escritor inglés.

El futuro no va a ser dominado por aquellos que están atrapados en el pasado..Willy Brandt (1913-

1992). Político alemán.


9. Fragmento tomado de Tevasacasar magazine

10. Fragmento tomado de SDPnoticias.com (29 de abril de 2013)

Estrategias retóricas contaminantes

0. Introducción a las

estrategias

contaminantes

A unque en el debate se trate de convencer y persuadir al auditorio (a tus contrincantes, a los

jueces o al resto de los oyentes), debes hacerlo mediante argumentos y no mediante trucos

manipuladores usados para sacar ventaja. Podemos decir, pues, que no todo vale en un debate.

Es necesario que haya buenas prácticas en la argumentación, de acuerdo con las reglas básicas del

debate que te hemos explicado en el apartado de la buena argumentación. En consecuencia, debes


evitar las estrategias contaminantes, es decir, aquellas estrategias que sólo sirven para que en el

debate no se examinen en profundidad los argumentos o razones que avalan los puntos de vista

enfrentados.

Quien maneja, consciente o inconscientemente, estos usos contaminantes impide que el debate

transcurra, como en el caso de los ríos, por sus propios cauces, que no son otros que las buenas

maneras basadas en buenos argumentos o buenas razones. Puede decirse que la "retórica puede hacer

más persuasivos y agradables de seguir los buenos argumentos. Sólo cuando la retórica está al servicio

del mal razonamiento deviene un problema"1.


Aunque no son propiamente falacias o

errores en la argumentación, tales estrategias contaminantes son inadecuadas porque buscan ganar

mediante el juego sucio, como ocurre con las malas tácticas de los equipos de fútbol (faltas, pérdida

de tiempo, etc.). Si te los presentamos es para que los conozcas, y puedas así defenderte cuando

aparezcan en algún debate.

Te recomendamos, no obstante, el juego limpio, la deportividad en el juego de la argumentación que

se da en el debate. Con ello lograrás dos cosas importantes: respetar a tu contrincante y hacer que el

debate avance limpiamente. En todo caso, si detectas que tu contrincante usa (conscientemente o

inconscientemente) dichas estrategias contaminantes, entonces ponlo de manifiesto para que lo

conozcan los jueces y los oyentes.

"Como toda persona razonable piensa y es evidente, yo siempre tengo razón y usted está

equivocado".
1. Frase tomada de Julian Baggini: ¿Se creen que somos tontos?, Paidós, 2010, p. 301.

. Humor oportunista
a. Historias sobre el humor oportunista

 Las elecciones norteamericanas


Un ejemplo de este uso oportunista del humor lo encontramos

en el debate de la campaña electoral norteamericana del año 2000 entre el entonces Vicepresidente

demócrata Al Gore y el candidato republicano George H. Bush1. El debate se centraba en un tema

sensible para los norteamericanos como es el tema de los seguros médicos. La intervención de Al Gore

en el debate se basó en numerosas fuentes de información y en una exposición exhaustiva de datos

económicos. A la sólida argumentación por parte de Gore respondió Bush introduciendo el humor

oportunista. Bush le dijo a Gore que sabía mucho de números y que... debía haber inventado hasta la

calculadora. Con ello consiguió desviar la atención del público hacia los argumentos de Gore.

Finalmente, Bush fue elegido como el 41 Presidente de los Estados Unidos.

 El recurso humorístico al fútbol


El político italiano Berlusconi ha sido un maestro en el manejo del

humor como medio para vencer en las elecciones. Berlusconi, que fue presidente del Milán, también

ha usado el tema del fútbol como medio de propaganda política, dado el trasfondo pasional que genera

este deporte. El manejo humorístico del fútbol ha salvado a Berlusconi de numerosas situaciones de

apuro frente a preguntas y a argumentos incómodos. Para salir indemne de estos apuros apela al fútbol

con humor: " ¿Cuántas Copas Intercontinentales ha ganado usted? ¡Antes de competir conmigo trate

al menos de ganar un par de Scudetti!"2.

b. Definición

La seriedad del debate no está reñida con el sentido del humor. El humor es relajante y, bien usado,

puede ayudar a poner de manifiesto las contradicciones y puntos débiles de los contrincantes, al

mostrar las consecuencias absurdas de sus argumentos. El mayor inconveniente es saber usarlo en

dosis adecuadas, no tanto para que pruebes tu punto de vista sino para criticar el rigor de tu oponente.

El humor fino, la ironía inteligente ayuda a reducir al ridículo los argumentos de tu contrincante;

pueden ser críticas punzantes y certeras, pero que de otra forma más seria revestirían una mayor

violencia verbal, por lo que resultan doblemente útiles: como armas argumentativas y como

“lubricantes” que facilitan la marcha del debate. Pero debes ser cuidadoso y evitar también los
extremos. El humor despectivo y cruel, el sarcasmo destructivo o la ridiculización arrogante del

contrincante puede, al final, volverse contra ti y ser contraproducente.

Sin embargo, hay ocasiones en que se usa el humor con el

fin de contaminar el debate. En este caso, el humor se utiliza para desviar la atención de la audiencia

hacia un buen argumento que ha sido introducido en el debate por el contrincante. En lugar de usar

buenas razones para rebatir dicho argumento, se utiliza el humor de forma oportunista, para salir

airosos ante la falta de argumentos que se tiene.


 Ejemplos de humor oportunista:

A: Sin duda, el cambio climático es preocupante y hay que tomarse en serio la sostenibilidad del

planeta. O cambiamos la economía o el medio ambiente se irá degradando. Los científicos avalan el

cambio climático mostrando, por ejemplo, el avance del deshielo en el Polo Norte. Por tanto, el

modelo económico actual es insostenible.

B: Acabas de dejar helada a la audiencia. ¿Qué va a ocurrir por unos graditos de más? ¡Ya no

necesitaremos tanta calefacción!

(B recurre a esta estrategia contaminante porque, en lugar de contra-argumentar contra lo expuesto

por A, trata de desviar la atención recurriendo al humor con el fin de no entrar a valorar dicho

argumento).

Medicina contra esta estrategia contaminante: Muestra que tu contrincante ha introducido una

broma y que no ha tenido en cuenta tu argumento. Indica que un comentario divertido no puede

ocultar la verdad de lo que has dicho. Usa el humor en tu réplica.

c. Frases para seguir pensando sobre... el uso de la ironía:

Busca la profundidad de las cosas; hasta allí nunca logra descender la ironía.Rainer Maria Rilke

La ironía protege contra la angustia existencialista. (...) La misión consiste en desplazar el

problema.Frantz Fanon

Un poco de ironía o de sarcasmo, muestras de inteligencia; Demasiado de ellas, señal de soberbia o

de impotencia.Carlos F. Ayala

Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana, y del Universo no estoy seguro.Albert

Einstein

Al sarcasmo le envidio su capacidad de herir, sin tener que empuñar un arma.Luis Gabriel Carrillo Navas
1. Ejemplo reelaborado a partir de Montserrat Bordes: Las trampas de Circe, Cátedra, 2011, p. 78.

2. Fuente: Donofrio Andrea: "Berlusconi y la espectacularización de la política". El escudetto es el título de la liga

italiana de fútbol.

2. Zigzagueo
a. Historias sobre el zigzagueo

 Cambiemos de tema1
En una tarde de calor sofocante Nasrudín vio a un hombre que caminaba hacia él por el polvoriento

camino, llevando un gran racimo de apetitosas uvas.

Un poco de adulación bien podría valer una uva.

-¡Oh! gran Jeque, deme unas uvas -dijo Nasrudín.

-No soy un jeque -respondió un derviche, pues era

uno de esos viajeros contemplativos que rehúyen cualquier forma extrema de lenguaje.

-Es un hombre de aún mayor importancia y yo lo he menospreciado -pensó el Mulá-. En voz alta dijo:

-¡Alteza! ¡Deme solo una uva!

-¡Yo no soy alteza! -gruñó el derviche.

-¡Bueno, entonces no me diga qué es o probablemente encontraremos que esas tampoco son uvas!

Cambiemos de tema.

 La cortina de humo
La cortina de humo es una antigua

herramienta que se utiliza para conseguir el control de la opinión pública. Consiste en el intento de

despistar a la opinión pública cuando hay una noticia o una situación incómoda. Se trata de tapar dicha

noticia o situación creando otra noticia o situación menos incómoda, que atraiga la atención de la

opinión pública y la mantenga entretenida.

Cuando se quiere ocultar algo incómodo se lanza una cortina de humo que distraiga a la gente,

desviando su atención hacia un tema menos problemático, que pasa ahora a un segundo plano. Los

medios de comunicación suelen cambiar los temas espinosos e incómodos y lanzan noticias con mayor

espectáculo en la sociedad y que no resultan tan comprometedores.

b. Definición
Un principio básico en la estrategia militar consiste en no exponerse innecesariamente, no ofrecer “un

blanco fácil” al enemigo. No tiene nada de negativo el pertrecharse con aquellos argumentos que

consideramos fuertes y tratar de obviar aquéllos flancos de nuestra posición que sabemos son más

débiles y fácilmente atacables. Por supuesto, nuestro oponente tratará de encontrarlos y de insistir

sobre ellos. Si tratamos simplemente de escabullirnos una y otra vez de la discusión, el resultado puede

ser negativo para nuestra imagen. Esta táctica retórica consiste en cambiar de tema cuando un

participante en el debate se da cuenta de que el oponente ha refutado el argumento que había

introducido o, al menos, ha logrado mostrar alguna debilidad en el mismo. O también para evitar

contestar a un argumento fuerte introducido por el contrincante.

 Ejemplo:

B: En la fiesta de los toros hay una lucha de poderes: el torero, con su espada, se defiende de los

ataques del toro, que cuenta con el arma de los cuernos. Es un enfrentamiento justo, donde cada uno

puede hacer sufrir al otro.

A: Tu argumento de que en la fiesta de los toros hay una lucha entre el torero y el toro en igualdad

de condiciones no es adecuado: el torero es libre para no provocar sufrimiento al toro, mientras que

el toro solo actuará por instinto cuando ataque al torero.

B: Te olvidas de que la fiesta del toreo es un auténtico arte que debe ser protegido, ¿qué opinas de

ello?

(B incurre en este tipo de estrategia contaminante ya que, ante el buen argumento dado por A contra

el primer argumento de B, cuestionando la igualdad torero-toro, la respuesta es el cambio de tema,

pasando ahora a un argumento diferente: el toreo como un arte que merece ser protegido).

Medicina contra esta estrategia contaminante: Muestra que tu contrincante ha cambiado el

tema concreto que se estaba discutiendo. Insiste en que tu contrincante se ha desviado del tema

y, antes de pasar a ver ese nuevo tema, ha de quedar cerrado el asunto anterior. También se

podría repetir resumido el argumento que nuestro adversario trataba de eludir y volver a
exigirle una respuesta a aquél, para hacer más evidente ante el público la estrategia torticera y

la debilidad de nuestro oponente.

1. Cuento tomado de Las hazañas del incomparable Mulá Nasrudín, Paidós, 1990, Barcelona.

3. Inversión de la carga

de la prueba
a. Historias sobre la inversión de la carga de la prueba

 Existencia de seres fantásticos1

Imagínese que alguien le dice que en algún punto por debajo de la superficie de Plutón, hay un ser

verde diminuto que le envía mensajes psíquicos cada medianoche... Usted pide pruebas de la veracidad

de esta declaración, pero le responden diciendo: ¡Demuéstreme que es incorrecto!

Investigar esta afirmación estaría más allá de los límites de la tecnología actual, pero ¿significa eso,

por tanto, que tenemos buenas razones para tomar esta afirmación en serio?, ¿qué pasaría si adoptamos

este criterio siempre que queramos establecer una afirmación? Gastaríamos innumerables vidas

investigando reclamaciones fantásticas sin formas prácticas de investigar y despidiendo cualquier

escepticismo con un coro monótono de: 'Usted no puede demostrarme que es incorrecto!
Cuando alguien hace una afirmación, la obligación recae en él para apoyar su afirmación. No es la

obligación del oyente probar que tal afirmación es falsa.

 ¿Y por qué no?

A veces se suele recurrir al uso de la muletilla “¿y por qué no?”. De ser un resorte adecuado contra las

tradiciones vetustas, a favor de las nuevas maneras de vivir y de la tolerancia, se puede convertir en

una coletilla rechazable que evita a la persona que la pronunciaba el tener que justificar por qué le

parecía conveniente hacer esto o lo otro. En su lugar, lo despacha con un simple ¿y por qué no?

Trasladando a la otra persona la pesada carga de buscar razones en contra.

 Los "juicios de Dios" medievales


El avance histórico hacia un sistema judicial como el que existe

en la actualidad ha sido lento. En otras épocas los sistemas judiciales no garantizaban juicios justos.

Tomemos el ejemplo de las "ordalías" o "juicios de Dios" como pruebas realizadas especialmente en

la Edad Media en Occidente, con el fin de que los acusados probasen su inocencia. El origen de las

ordalías era corriente en los pueblos primitivos, pero fue en la Edad Media cuando tomó importancia

en nuestra civilización.

Varios eran los sistemas que se usaban en las ordalías. En Occidente se preferían las pruebas a base

del combate y del duelo, en los que cada parte elegía un campeón que, con la fuerza, debía hacer

triunfar su buen derecho.

La ordalía por medio del veneno era poco conocida en Europa, probablemente por la falta de un buen

tóxico adecuado a este tipo de justicia, pero se utilizaba a veces la curiosa prueba del pan y el queso,

que ya se practicaba en el siglo II en algunos lugares del Imperio romano. El acusado, ante el altar,

debía comer cierta cantidad de pan y de queso, y los jueces consideraban que, si el acusado era

culpable, Dios enviaría a uno de sus ángeles para que no pudiese tragar aquello que comía.

La prueba del hierro candente era muy practicada. A veces se sustituía por agua o aceite hirviendo. El

acusado debía coger con las manos un hierro al rojo por cierto tiempo. Luego se examinaban las manos

para descubrir si en ellas había signos de quemaduras que acusaban al culpable. Si la mano salía sin

daño, el acusado era considerado inocente.


b. Definición

El onus probandi (o carga de la prueba) es una expresión latina que se usaba en los tribunales de

justicia. Se consideraba que cuando alguien hace una afirmación nueva que no está aceptada por todos

entonces debe aportar las pruebas que justifican dicha afirmación. El peso de la prueba recae, pues,

sobre aquél que introduce una afirmación nueva sobre un tema que se está debatiendo. Eso es lo que

ocurre en los tribunales: lo que hacemos es considerar a alguien inocente... mientras no se demuestre

que es culpable. Esto es así porque lo habitual es que las personas no cometan delitos. Por eso mismo,

como el delito no es habitual entonces es necesario probar que la persona acusada ha hecho algo nuevo:

ha cometido un delito. La carga de la prueba la tiene la acusación: ha de probar que la conducta del

acusado no es la habitual, que ha cometido un delito. Sólo cuando se prueba esto dejará de ser

considerado inocente y se le considerará culpable. Por tanto, como subraya nuestro Derecho nadie es

culpable mientras no se haya probado que lo es.


La estrategia conocida como inversión de la carga de la prueba consiste, por el contrario, en trasladar

al contrincante la obligación de justificar una nueva afirmación: en lugar de aportar razones para

defender el propio punto de vista, se exige al contrincante que sea él quien aporte razones para mostrar

que uno está equivocado. Lo cual viene a equivaler, en el mundo jurídico, a que sea el acusado (y su

defensor) quien demuestre su inocencia.

 Ejemplo:

A: Un sistema político republicano es más estable que uno monárquico.

B: ¿Puedes justificar tu afirmación?

A: ¿Acaso tú puedes probar que estoy equivocado?

(A desplaza la carga de la prueba sobre B. En lugar de aportar razones para mostrar la mayor

estabilidad de los países republicanos, pide a B que aporte razones para mostrar que está equivocado.

B actúa correctamente en el debate al pedir a A que justifique su afirmación, puesto que A ha olvidado

basarla en razones. Por el contrario, A no ha actuado correctamente al pedir a B que aporte razones en

contra, ya que la obligación no le corresponde a B, porque no ha sido él quien ha introducido dicha

afirmación).

Medicina contra esta estrategia contaminante: Indica a tu contrincante que él tiene la obligación

de cargar con la prueba de las ideas nuevas que ha introducido, es decir, de justificar con razones

tales ideas. Señala que te ha trasladado a ti una obligación que no tienes e insiste en que la pelota

está en su tejado, no en el tuyo.

1. Fragmento modificado a partir de jolulipa.blogspot.com


4. Inmunización del

punto de vista propio


a. Historias sobre la inmunización de nuestro punto de vista

 Tres ciegos y un elefante (Leyenda Hindú reconstruida)

Esta leyenda hindú nos muestra que nuestro punto de vista acerca de las cosas y de las cuestiones que

discutimos no siempre es acertado. Puede que pensemos que estamos cargados de razón en aquello

que opinamos. Sin embargo, hay otros puntos de vista diferentes al nuestro que pueden mostrarnos

que, aunque tengamos parte de razón, nuestro punto de vista también puede ser erróneo en otros

aspectos. Sólo al escuchar a los otros podemos descubrir nuestros errores.

"Había una vez tres sabios, muy sabios. Los tres eran ciegos y estaban acostumbrado a conocer las

cosas a través el tacto. Un día llegó al pueblo donde vivían los tres sabios un circo. En el circo viajaba

un gran elefante blanco.


Los tres sabios quisieron conocer al elefante del que tanto se

hablaba. Fueron hasta el circo y pidieron permiso para poder tocarlo.. El primero se acercó y lo tocó

en la cabeza. Sintió sus orejas y los colmillos de marfíl que sobresalían. Se asombró con lo que había

tocado y les dijo a los otros dos sabios:

- El elefante es como un tronco, del cual sobresalen dos grandes lanzas frías, duras y afiladas.

Después se acercó el segundo sabio, tocando al animal en el vientre. Quiso rodear su cuerpo abriendo

los brazos y no logró hacerlo por las grandes dimensiones del elefante. Después de intentarlo varias

veces, desistió. Entonces dijo a los otros:

- El elefante se parece a un tambor colocado sobre cuatro gruesas patas, y está forrado de cuero con

pelo para afuera.

El último sabio tocó al animal justo por la cola. se colgó de ella y comenzó a balancearse. Cuando

dejó de jugar con el elefante, les dijo:

- Yo sé muy bien lo que es un elefante. Es una cuerda fuerte y gruesa, que tiene un pincel en la punta.

Sirve para balancearse.


Durante el camino de regreso no se pusieron de acuerdo sobre lo que habían conocido. Lo extraño

para ellos era que, a pesar de conocer a un solo elefante, sus puntos de vista sobre él eran tan diferentes.

Siguieron discutiendo sin ponerse de acuerdo.

Para resolver sus diferencias decidieron visitar a otro sabio que había visitado el circo y no era ciego.

El sabio les describió el elefante: un animal con boca y unos largos colmillos, de grandes dimensiones

y con una cola. Fue entonces cuando cada uno de ellos comprendió lo que había tocado y entonces se

dieron cuenta de que, cada uno de ellos, tenía razón respecto a la parte del elefante que había tocado.

También se dieron cuenta de que cada uno de ellos había cometido un gran error: habían rechazado

lo que los otros le habían dicho que era el elefante. Si hubiesen escuchado a los demás, en lugar de

admitir solo lo que cada uno había tocado, hubieran conocido lo que era el elefante entero."

b. Definición

Si queremos inmunizarnos contra ciertas enfermedades recurrimos a las vacunas. De esta forma

conseguimos fabricar los correspondientes anticuerpos que nos protegen contra los agentes patógenos

que causan tales enfermedades. De modo similar, en un debate puede que alguien se inmunice contra

los argumentos de su oponente. Inmuniza así su punto de vista y considera que tiene toda la razón y,

por tanto, rechace las razones en contra que tiene su contrincante.


Esta estrategia consiste en considerar que uno mismo no puede estar equivocado y, por tanto, que no

puede someterse a discusión la idea que está expresando. Se pretende, pues, que dicha idea es inmune

a la crítica, impidiendo así el buen desenvolvimiento del debate. Quien usa esta estrategia pretende

ahorrarse el esfuerzo de justificar sus ideas mediante buenas razones.

 Ejemplo:

A: Como usted sin duda no ignora, el cambio climático ha ocurrido en la Tierra incluso sin la

presencia del ser humano. Por tanto, el cambio climático no se debe a la acción humana.

(A incurre en esta estrategia al usar la expresión "Como usted sin duda no ignora" con la pretensión

de inmunizar su tesis: el contrincante lo aceptará con el fin de no reconocer su ignorancia. Sin

embargo, A no ha dado pruebas que avalen la premisa de que el cambio climático se produjo

anteriormente sin la presencia del ser humano. Ni tampoco justifica la conclusión de que el presente

cambio climático no es producto humano).

 Otro ejemplo:

A: Ninguna persona razonable piensa que1 la fiesta de los toros debe ser suprimida. Se trata de una

tradición cultural que debe ser conservada. Prohibirla es como censurar libros.
(A inmuniza su punto de vista, favorable al mantenimiento de los toros. al usar la expresión "Ninguna

persona razonable piensa..." considera que quien es partidario de la prohibición de los toros está en el

error. Al mismo tiempo A inmuniza su punto de vista contra la posibilidad de que sea un punto de

vista erróneo: si se piensa igual que A entonces es que A estaba en lo cierto y si se piensa lo contrario

que A, entonces es porque el contrincante no es una persona razonable).

Medicina contra esta estrategia contaminante: Muestra que el contrincante usa ciertas

expresiones (como usted sin duda no ignora, ninguna persona razonable piensa que, resulta

bastante evidente que, es de puro sentido común, etc.) que tratan de inmunizar su punto de

vista. Señala que de ese modo se protege de tus críticas sin responder a ellas.

c. Frases para seguir pensando... sobre los errores:

Cometer un error y no corregirlo es otro error.Confucio

El que nunca cambia de opinión, nunca corrige sus errores, nunca será más sabio mañana de lo que

lo es hoy.Tryon Edwards

No hay peor error que el no reconocerlo.Rafael Escandón

Todos los hombres pueden caer en un error; pero sólo los necios perseveran en él.Marco Tulio Cicerón

1. Anthony Weston: Las claves de la argumentación, Ariel, p. 130.

5. Retorsión del

argumento contrario
a. Historias sobre la retorsión argumentativa

 Devolver la pelota

A veces1, en medio de un partido, el tenista puede

sentir que simplemente está devolviendo bolas como si fuera la pared de un frontón y que todos esos

golpes en realidad no están haciendo daño a su rival y por lo tanto no le están aproximando al triunfo.

Pero está equivocado si piensa así, porque cada vez que la pelota sale despedida de su raqueta, pueden

ocurrir cientos de cosas: bien es cierto que la pelota puede quedarse en la red o salirse fuera de los

límites de la pista, pero también es verdad que puede alcanzar un efecto increíble que deje clavado a

su rival, que busque de forma desesperada tocar la línea para deslizarse por ella hasta donde el otro

sea incapaz de llegar... Pueden ocurrir cientos de cosas, pero lo único seguro es que si no devuelve ese

golpe, el punto habrá acabado.

 El maestro de retórica y su alumno

Córax de Siracusa, fue un orador del siglo V a. C. Cuando en Siracusa se sustituyó la tiranía por la

democracia. Sus ciudadanos empezaron a ir a los tribunales para recobrar las tierras que les había

arrebatado el tirano. Necesitaban entonces mejorar su capacidad de hablar en público para persuadir

al jurado y vencer en los juicios que se celebraron. Algunos, como Córax, se especializaron en el arte

de la retórica y empezaron a enseñarlo a cambio de una compensación económica. Según la leyenda,

Córax pidió a su alumno Tisias que le pagara por sus lecciones, a condición de que ganara su primer

pleito. En caso de perderlo, Córax no cobraría sus honorarios, ya que entonces sus clases se habrían
mostrado ineficaces. Tisias, para no tener que pagar a Córax, no aceptaba la defensa de ningún cliente,

por lo que Córax presentó una demanda contra Tisias, lo que hizo que ambos fueran a juicio.

Córax dijo: O ganas este pleito o lo pierdes. Si lo pierdes deberás pagarme por haberlo perdido. Si lo

ganas, también deberás pagarme, como prometiste hacerlo al ganar tu primer pleito.

A lo que Tisias contestó aceptando su premisa, pero variando la conclusión: O gano este pleito o lo

pierdo. Si lo gano, no tendré que pagarte al darme el juez la razón. Si lo pierdo, no habré ganado aún

mi primer juicio, por lo cual tampoco estaré obligado a pagarte.

b. Definición
Esta estrategia retórica consiste en darle la vuelta al argumento introducido por el contrincante con la

finalidad de que se vuelva contra quien lo ha empleado. Es decir, parte de la aceptación de las premisas

aunque termina estableciendo una conclusión diferente. Se trata de una estrategia que solo constituye

un efecto retórico y no llega a refutar lógicamente el argumento del contrincante.

 Ejemplo:

A: La educación es muy compleja. Tratándose de la

educación de los niños habremos de tener una paciencia infinita.

B: Estoy de acuerdo en que la educación de los niños es muy compleja. Por eso mismo, lo mejor es

una educación basada en normas rigurosas. Como el árbol, el niño ha de ser enderezado desde los

primeros momentos.

(B utiliza la retorsión del argumento de A. Acepta sus premisas (la complejidad de la educación, la

niñez) pero establece una conclusión diferente. El problema es que B no ha refutado desde el punto de

vista lógico el argumento de A (la paciencia como base de la educación de los niños). No ha mostrado,

por ejemplo, las consecuencias negativas de usar la paciencia como método educativo con los niños.

Por otra parte, tampoco aporta razones para apoyar su punto de vista. El punto de vista de B es un

mero ejercicio de estilo para ganarse a la audiencia, sin recurrir en modo alguno a la lógica).

Medicina contra esta estrategia contaminante: Indica que tu contrincante ha efectuado un

simple efecto retórico y que no ha llegado a refutar el argumento que le habías presentado.

Indica que primero debe refutar tu argumento y después, si quiere, puede aportar el suyo.
Sería como decir: bueno, tú no has destruido mi tesis, sólo has puesto en pie, frente a ella, otra tesis

que puede tener la misma validez que la mía (en la medida en que se basa en las mismas premisas).

Pero esto no demuestra que lleves razón, sino que debes seguir buscando razones en contra de mi

posición. Busca razones de peso alternativas, porque tú no las has dado, sólo has demostrado que

se pueden volver mis argumentos contra mí mismo, pero eso no indica que mi postura sea

equivocada. Atácala primero y luego muestra que tu postura es mejor.

1. Fragmento tomado de valbaresdixit.blogspot.com

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