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INTRODUCCIÓN
Para entender la actual situación laboral es necesario tener una visión global del
funcionamiento del sistema capitalista, sus pretensiones inmediatas y sus tácticas de
actuación.
Por ello nos hemos planteado:
1º.- Esbozar una síntesis del desarrollo del capitalismo desde su planteamiento
globalizador.
2º.- La repercusión y las consecuencias que esto conlleva en las relaciones de
producción y su ámbito laboral, así como el procedimiento empleado para su
consolidación.
En su proceso de desarrollo, el sistema capitalista está hoy en una fase de tránsito, desde el
actual neoliberalismo, hacia un imperialismo global, controlado por el sector financiero y
las grandes corporaciones multinacionales. Ello se está realizando mediante una gran
acumulación y concentración de capitales y poder.
Se tiende hacia un total monopolio globalizado de las finanzas, la producción y el
comercio (lo que hoy se denomina como ‘los mercados’). Se pretende que, desde estos y
en base a la falsaria teoría del crecimiento continuado y la más falsa aún de la
competitividad, los mercados se regulen por sí mismos, junto con una determinada
actividad social. Se pretende, por tanto, la progresiva anulación de los gobiernos como
entes reguladores de la futura sociedad capitalista. Se pretende la imposición del Estado
mínimo, hasta su desaparición, en aras del poder total de los mercados y de su máximo
exponente: el poder financiero.
Todo este proceso conlleva necesariamente:
- Un cambio total en las relaciones de producción
- Una progresiva pérdida de derechos y libertades en todos los ámbitos del quehacer
laboral y social.
- Una total privatización de lo que hoy, todavía público, en el ámbito de la
producción, la industria, el comercio y los servicios, se sigue gestionando a nivel
estatal.
Con ello, el sistema capitalista (en contradicción con su actual discurso, basado en la
competitividad) pretende instaurar un monopolio especulativo que integraría todo, desde
los recursos naturales planetarios hasta la vida de las personas.
Como consecuencia del mencionado planteamiento y en el ámbito laboral se están
imponiendo una serie de cambios que dan al traste con todo lo conseguido por la clase
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trabajadora en las relaciones de producción mediante duros combates contra el capitalismo
durante más de cien años.
Lo que hoy el capitalismo llama crisis no es más que la consecuencia de un proceso de
cambio cuyos desastrosos resultados van recayendo, en mayor o menor medida, sobre
capas y sectores sociales, y con especial virulencia sobre la clase trabajadora.
Por tanto, lo que está en marcha es una nueva revolución capitalista con un carácter
extremadamente regresivo para las capas obreras y populares.
En definitiva, la crisis generada por el capitalismo en el sector obrero no es algo pasajero y
temporal, es un cambio socio-laboral que se está imponiendo para quedarse, configurando
un nuevo modelo, un sistema capitalista aún más salvaje que el conocido hasta ahora.
Todo este cambio planteado a nivel global, tiene sus específicas connotaciones según cada
país y su situación socioeconómica, en cuyo caso, se dan unos distintos métodos de
aplicación, pero todos ellos orientados hacia una finalidad común de adaptación al nuevo
ordenamiento global imperialista que se quiere imponer.
Dentro del procedimiento empleado en España para implantar el nuevo modelo, toma
especial relevancia la actuación en el ámbito laboral y su progresivo cambio; la actitud de
las fuerzas políticas que lo impulsan a nivel legislativo, laboral e ideológico; así como las
actividades de todos aquellos sindicatos que son copartícipes en el proceso de desarrollo
del capitalismo.
EN EL ÁMBITO LEGISLATIVO
Son notorios los continuos cambios llevados a cabo por los sucesivos gobiernos de PP y
PSOE tras un consenso establecido entre partidos políticos, organizaciones sindicales y
patronales, al margen de las bases trabajadoras. Este planteamiento del llamado consenso
entre fuerzas tan antagónicas como explotadores y explotados, dominadores y dominados,
represores y reprimidos, contiene el espíritu y la práctica del modelo sindicalista vertical de
la dictadura franquista, pues en nada cambia la esencia del modelo capitalista de
explotación.
Comienza este proceso en 1980 con el llamado Pacto de la Moncloa al que, desde
entonces, se le han sumado unos 46 pactos más, a los que hay que añadir los convenios
colectivos y los acuerdos entre patronales y comités intercentros, que adquieren rango de
ley.
Especial repercusión en las relaciones laborales de producción tienen las leyes que regulan:
El despido, por causas objetivas.- Esta figura legal justifica todo. Desde los despidos
“disciplinarios”, pasando por la reducción de plantillas por adaptación a la producción en
cada momento concreto, hasta el exceso de las mismas debido a la tecnificación, las
reconversiones, privatizaciones y deslocalizaciones, efectuadas generalmente con fondos
públicos, aunque las empresas que apliquen estos despidos y reducciones de plantillas
tengan beneficios. El despido por causas objetivas está siendo aplicado tanto en casos
individuales, como a colectivos.
Despidos por la llamada “mala fe contractual”.- Ley tan etérea y falta de especificación
que cada juez, a su propio criterio y su libre albedrío, es quien determina la procedencia o
improcedencia del despido.
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Ley que posibilita la no readmisión del despedido improcedentemente.- Con la
aplicación de esta ley se le da al empresario la opción de readmitir o dejar al trabajador en
la calle, aunque la sentencia judicial determine la improcedencia del despido. (Hay que
reseñar que la opción de volver al puesto de trabajo antes la decidía el trabajador, hasta que
se cambió la ley por acuerdo entre CC.OO, U.G.T. y la patronal.
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La penalización de la solidaridad con los trabajadores en lucha.- Esta legislación,
también pactada con los sindicatos colaboracionistas, tiene el claro objetivo de impedir que
los trabajadores se solidaricen entre sí, evitando con ello la extensión de las luchas, la
unificación de objetivos y el apoyo mutuo como clase obrera explotada y represaliada. Esta
ley, por extensión, penaliza también a las Cajas de Resistencia que, so pena de ser
destruidas cuando alcanzan una cierta entidad, se ven en la necesidad de actuar en
clandestinidad, pues son perseguidas, incluso a nivel policial.
Todas estas leyes mencionadas tienen una especial relevancia en el ámbito laboral, pero
existen muchas más, la inmensa mayoría de las cuales son perjudiciales para la clase
trabajadora. Hemos de tener en cuenta que la legislación española es de las más extensas
en Europa y se caracteriza por su apoyo incondicional a la patronal y al sistema capitalista,
y por ser contraria a los intereses y las libertades del trabajador.
Los sindicatos integrados en el sistema, con sus tácticas de actuación, se han convertido en
impulsores del capitalismo y en copartícipes del cambio en las relaciones laborales y en el
sistema productivo. Estas actividades sindicales se caracterizan por:
El cambio del proceso reivindicativo.- Que desde 1978, y en virtud de la aplicación del
espíritu del Pacto de la Moncloa, ha originado que sean los patronos quienes reivindican:
eliminación de derechos de los trabajadores, reducción de salarios, aplicación de nuevas
fórmulas de mayor explotación y peores condiciones laborales y sociales para los obreros;
y son los sindicatos quienes ceden cada vez más, intentando engañar a los trabajadores,
justificando sus claudicaciones con lo que llaman “el mal menor”, que aplicado
continuamente ha originado un retroceso bestial, origen a su vez de todos los males
mayores que hoy está sufriendo la clase trabajadora.
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El control de los movimientos obreros.- Su planteamiento de apoyo al desarrollo del
sistema de explotación ha llevado a este tipo de sindicalismo al compromiso tácito y/o por
escrito con la patronal, de controlar todos los movimientos por ellos convocados, y a
destruir todas las luchas, siempre que escapen a su control, ya sean convocadas por otras
organizaciones o que surjan a nivel espontáneo; ya tengan un contenido político,
anticapitalista, revolucionario, o simplemente porque no acepten sus pactos y acuerdos con
la patronal, realizados al margen y a espaldas de los trabajadores. La finalidad de este
proceder es la de no dañar los intereses económicos de la patronal, del sistema, y sus
planes antiobreros.
Todo lo expuesto, y aún más, se está ejercitando continuamente como actividad política y
sindical, y todo ello a cambio de prebendas y financiación para los partidos y sindicatos
integrados y defensores del sistema, a costa de la clase trabajadora.
LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL
El desmesurado aumento del paro y del despido.- Que viene originado, entre otras
cuestiones, por las facilidades que para ello proporciona las sucesivas reformas y
legislaciones laborales elaboradas por el PP y el PSOE, y los acuerdos realizados entre
patronal y sindicatos, o el consentimiento tácito de estos, que han llegado al extremo de
conseguir que nuestro país sea, de la UE, el que más porcentaje de parados tiene,
superando incluso a Grecia, Chipre y Portugal.
El aumento de los ritmos de trabajo.- Que supone una mayor explotación por el mismo o
incluso menos salario, y en peores condiciones laborales.
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El aumento o disminución de horarios y jornadas.- Siempre a criterio del empresario, y
según convenga a sus intereses en cada momento concreto. Así, se da al traste con la
jornada de 8 horas diarias y un máximo de 40 horas semanales que marca la legislación.
La dependencia con respecto a la empresa durante las 24 horas del día.- Sin respetar
horarios de descanso entre jornadas, ni sábados, domingos o festivos, y sin tener para nada
en cuenta la conciliación entre trabajo, vida familiar y social. Sin valorar el previsible
peligro de accidentalidad, cansancio, fatiga, etc., pues con esta dependencia y en algunos
sectores, como por ejemplo en sanidad, se llega a doblar turnos, hacerlos de 24 horas, y
empalmarlos hasta realizar 32 horas seguidas y más, con el consiguiente peligro de
cometer errores, muchas veces graves, que repercutirán en los pacientes.
Los contratos basura y los realizados en fraude de ley.- Los cuales, en los últimos años,
se han incrementado tan desmesuradamente que, hoy, junto a los contratos temporales y
los “a tiempo parcial”, suponen el mayor porcentaje existente, con lo que ello supone de
precariedad económica e inestabilidad en la vida laboral y social del trabajador. A esto hay
que añadir los contratos sin remuneración obligatoria del empresario, como los becarios,
los de aprendizaje, los contratos en prácticas o los en periodo de prueba, etc.
Los regímenes disciplinarios.- Estos que la patronal ejerce, son aún más duros que los
legislados, llegando en demasiadas ocasiones a extremos de verdadera aberración, con
prácticas inmorales y vejatorias.
LOS TÓPICOS
Junto a todas estas prácticas reseñadas, ya sean legales, pactadas o arbitrarias, se han
introducido una serie de tópicos a nivel sociolaboral, de contenido ideológico, de los cuales
pondremos algunos ejemplos:
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¡Hay que ser competitivos!
Este tópico, muy extendido, pretende que los trabajadores, al considerar necesaria la
competitividad, asuman en la práctica su realización, tanto en el ámbito de la empresa,
como entre factorías, incluso del mismo grupo y el mismo elemento fabricado o
comercializado, y hasta entre los propios trabajadores a nivel individual. Esto, que entra en
contradicción con el proceso de concentración capitalista y su desarrollo monopolista, sólo
se puede concebir si se lanza con el objetivo de conseguir del trabajador una mayor
rentabilidad mediante una mayor explotación, por el mismo o menos salario, y con peores
condiciones laborales.
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Ni las aptitudes profesiones, ni el grado de sumisión ante los abusos de que el trabajador es
objeto, son ya tampoco motivo de permanencia en la empresa, pues esto es controlado por
el empresario mediante la utilización de la excesiva reserva de parados que ellos mismos
han creado, y con la realización de un sofisticado método de selección.
Hay un hecho real, y es que a una empresa le va mejor cuanto peor le va al trabajador, pues
esta bonanza es directamente proporcional al nivel de explotación al que se somete al
trabajador. La ecuación es simple: A mayor nivel de explotación, mayor cantidad de
beneficio para el patrón.
¡El sistema capitalista es el menos malo de los sistemas! y ¡Más vale lo malo conocido
que lo bueno por conocer!
Con la introducción de estos dos tópicos en la mentalidad de los ciudadanos, se pretende
perpetuar el sistema capitalista, fundamentado en la explotación, en la desigualdad, la
apropiación de la explotación y de las riquezas por un sector minoritario de parásitos
laborales y sociales, en un proceso jerárquico de dominación de unos sobre otros. Un
proceso consumista absurdo, un sistema de esclavitud al dinero, de falta de libertades, de
destrucción individual como personas integrales y de destrucción generalizada del propio
planeta; un sistema que se apoya en falsos valores, como la competitividad laboral y social,
más toda una falsaria moral religiosa, de sumisión y obediencia. Todo esto se pretende
conseguir a nivel ideológico, con un carácter integrista, que intenta impedir la puesta en
práctica de otro sistema y otras formas sociales más justas, más equitativas y racionales de
ordenar la sociedad.
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dirigido a la consolidación del modelo global-imperialista. Se aprecio cómo la ofensiva del
sistema capitalista, en la actualidad, se desarrolla teniendo como objetivo una finalidad
global y una práctica unificada del capitalismo y todos sus lacayos. Esto llevó a considerar
que las luchas y movilizaciones no se deberán plantear a nivel aislado y sólo contra tal o
cual reforma laboral o jurídica, contra tal o cual empresa en particular, sino que deberán ir
acompañadas de un planteamiento paralelo contra el modelo y las prácticas orgánicas
consensuadas entre capitalistas y los partidos y sindicatos vendidos al sistema, que son los
verdaderos causantes de la actual situación de desastre para los trabajadores, debido al
modelo que se ha impuesto en las relaciones legislativas y normativas pactadas con el
empresario.
Se apunta que, al igual que la demolición de un gran edificio se realiza dinamitando sus
pilares básicos, así nuestra labor frente al enorme edificio capitalista tendrá éxito si
dinamitamos los pilares básicos del sistema. Cualquier ataque capaz de erosionar sus
pilares básicos en cualquier lugar, en cualquier momento, repercutirá sobre todo el sistema,
su proceso de realización y consolidación.
Por lo tanto, y en sucesivos debates, hemos de clarificar varias cuestiones como: cuáles
son, en el ámbito laboral, los pilares que sustentan al sistema, cuáles son los poderes
políticos que lo legalizan, cuál es el sistema orgánico de partidos y sindicatos vendidos que
controlan y destruyen la actividad combativa de las bases obreras, cuál es el proceso
productivo, comercial y consumista en que se apoya en sistema, cuál la práctica represiva
que lo protege…
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ESQUEMA DE DISCUSIÓN
Proceso organizativo:
Programa reivindicativo:
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Resumen primera CHARLA DEBATE
“por el combate en el ámbito laboral (alternativas)”.
Tras la lectura del texto se pasa a discutir el modelo organizativo, el ya existente (las cajas
de resistencia y comités de solidaridad) y la necesidad de grupos organizados (autónomos)
(de fábrica).
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II. ASAMBLEA DE DEBATE SOBRE EL TEMA LABORAL:
Para centrar el debate, y como primer paso, se definieron los objetivos de cada parte
enfrentada en la lucha de clases.
Por una parte, los capitalistas, y junto a ellos quienes luchan por el mantenimiento,
conservación y desarrollo del sistema, con posiciones reformistas, reaccionarias y
contrarrevolucionarias.
Por la otra parte, quienes luchan para conseguir la total destrucción del capitalismo y
por la creación y desarrollo de otro sistema, fundamentado en distintos valores que en los
que se asienta el actual sistema capitalista, y con un nuevo ordenamiento social.
Todo esto en su conjunto viene a identificar como enemigos, además de los descritos, a las
organizaciones no gubernamentales (ONG), a las corporaciones multinacionales y
financieras, mediáticas, religiosas, castrenses, policiales, etc. En esta exposición se
identifican sectores y organismos pero debe quedar claro también la identificación en
cuanto a los sujetos que los componen y que alineados con el sistema cumplen el papel de
impulsores, gestores y garantes del desorden establecido.
Entre todos ellos, es importante destacar a los militantes y seguidores de las organizaciones
políticas y sindicales adscritas al sistema que bajo siglas y etiquetas de izquierda, habiendo
renunciado en la práctica a sus principios y a toda vía revolucionaria, han aceptado por el
contrario los principios y planteamientos del sistema capitalista, incluso en el ámbito
ideológico, desempeñando el papel de infiltrados en las propias filas de la clase
trabajadora.
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Una vez conocidos y enumerados a grandes rasgos quiénes y cómo actúan, con una
práctica reformista, reaccionaria y contrarrevolucionaria, se tendrá una visión más clara y
real de quienes son los enemigos de la lucha revolucionaria anticapitalista.
El sistema legislativo que deviene del anterior proceso de delegación y que por tanto ha de
estar sujeto a sus reglas del juego, y que considera sedición y/o práctica terrorista cualquier
intento de combate, planteamiento e incluso opinión contraria a dichas reglas o que
pretenda cambiarlas.
El sistema judicial y policial creado y utilizado para controlar, reprimir y someter todo
intento de cambio del estatus quo.
En el ámbito ideológico se están extendiendo ideas, procesos y valores cuya falsedad, con
respecto a lo que en realidad significan, está motivada por la adaptación a los intereses
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capitalistas, y a una aplicación dogmática e integrista de la defensa del sistema, constituido
por los siguientes pilares ideológicos y de funcionamiento:
‐ El sistema democrático.
‐ El estado de derecho.
‐ La constitución.
‐ El monopolio de la violencia por parte del Estado.
‐ Los valores falsos, embrutecedores y pro-sistema que se introducen y difunden en
la mentalidad popular.
Una vez expuestos los principales campos de actuación utilizados por el capitalismo para
luchar contra sus enemigos, la clase obrera, argumentado el porqué y para qué de esta
utilización, se concreta nuestro rechazo y oposición al sistema en su totalidad. A partir de
ello, podremos valorar y elegir en cada momento nuestros propios campos de lucha, desde
posiciones propias, prácticas e ideológicas.
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TEXTO PARA LA TERCERA JORNADA:
Estos dos puntos no pueden resolverse en un debate singular y definitivamente, porque van
unidos a la práctica concreta de la lucha obrera y de clase en cada caso particular. ¿Quiere
esto decir que los modos de intervención son abiertos? No, en ningún caso, los modos de
intervención son los propios de la lucha de clase, que se derivan de los debates previos
sobre los aspectos generales de la situación del mercado laboral y de nuestros múltiples
enemigos en el frente.
Los modos de intervención por tanto son la continuación lógica de lo que ya hemos
hablado: en primer lugar, la tarea individual de cada uno consiste en procurar las bases
para la formación de grupos obreros de fábrica y/o sector y no para realizar una lucha
parcial o sectorial, sino para incidir en nuestro propio trabajo en práctica de lucha dentro de
la perspectiva unitaria y de clase. Ante la imposibilidad de generar grupos en el interior de
muchos de nuestros curros, debemos procurar los conocimientos precisos y las
herramientas necesarias para la acción externa de los grupos obreros que existieran en
otros sectores y fábricas. Y agruparnos por sectores o en conjunto. Si no podemos ser tres
grupos, seamos al menos uno.
Modos obreros de intervención los conocemos todos: desde los más fáciles (paros,
concentraciones, agitación y propaganda) hasta los más complejos (comandos, acciones,
huelgas). Evidentemente, no debemos mitificar ninguno: esto sucede mucho, por ejemplo,
con la huelga (con la huelga entendida en su correcta forma: sin preaviso, salvaje,
indefinida hasta que la propia asamblea convocante decida). Cuando no hay ninguna
movilización, no podemos llamar a la huelga; por el contrario, cuando la movilización es
constante y se tiende a la organización debemos preparar la huelga. Tenemos por tanto que
valorar los modos de intervención y la situación a la que nos enfrentamos: ante la ausencia
de lucha, el primer modo de intervención puede ser un panfleto o una acción externa. Hay
que analizar después nuestras acciones e intentar valorar su aplicación. Acción y balance
de la acción, solo así podremos avanzar y no caer en el activismo.
Creemos que no es necesario –hoy- analizar todos estos modos de intervención uno por
uno: paros, concentraciones, plantes, acciones, comandos, sabotajes, huelgas… Pero
debemos tener claro que estos métodos de intervención per se no aseguran nada: se puede
hacer acción ilegal que justifique el sistema si nuestras reivindicaciones, nuestros
planteamientos y nuestros objetivos no se asientan en la lucha de clase.
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Respecto a las reivindicaciones, sucede más o menos lo mismo. Podemos llegar a una
serie de reivindicaciones más o menos comunes1 (que seguramente discutiremos hasta la
saciedad: por ejemplo, más salario o menos tiempo; subida de sueldo a los sueldos más
bajos; salario de desocupación para todos los parados, etc.) o partir de las luchas concretas
que se van produciendo en los diversos sectores y, de su análisis, extraer unas
reivindicaciones unitarias y de clase que puedan servir como denominador común.
1
Un ejemplo es el documento que adjuntamos en los ANEXOS surgido de varias asambleas contra el paro.
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ANEXOS: Otros documentos de debates anteriores.
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DEBATE REALIZADO EN 2004
Esquema de discusión.
Marzo - 2004.
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ANÁLISIS PRELIMINAR
Exposición de un planteamiento que sirva como base para el inicio y discusión de la situación en el
ámbito de las relaciones laborales en el marco del capitalismo en su fase actual.
Las leyes que rigen la supervivencia del capitalismo como sistema basado en la explotación de la
economía de "libre mercado", la competitividad, etc., obligan a este a concentrar el capital cada vez
en menos manos, que le permitan a la vez que producir elementos de consumo, reproducir los
medios de producción y de cualquier tipo, con el fin de no quedarse atrás en la carrera por el
mantenimiento de su estatus de poder económico.
Esta actitud origina dentro de los propios capitalistas una continua lucha por mantenerse dentro del
sistema, que les ofrece dos opciones, o entrar a participar en los grandes centros de poder
establecidos pero con una total dependencia de los mismos o desaparecer como capital
independiente con autonomía propia.
El desarrollo de este proceso esta hora en una fase avanzada de concentración que se concreta en
tres vías confluyentes en la acción, que son:
3) El imperialismo como medio de apropiación de las materias primas y del control social.
Todo esto se desarrolla dentro de una interrelación que se reduce a una concentración del poder
total en pocas manos.
En este contexto general hoy contemplamos la existencia y agudización de una progresiva crisis de
superproducción en el llamado primer mundo o países industrializados, cuya salida se encauza
hacia la apertura de nuevos mercados, pero que se encuentra a su vez con unas problemáticas
contradictorias en su aplicación práctica.
Por un lado necesita de la apropiación total de materias primas que ampliamente están en poder de
los países pobres y subdesarrollados y para cuyo control necesita de ingentes gastos de guerras,
materiales bélicos y vidas humanas.
Por otro lado, los mercados que pretenden abrirse carecen de suficientes recursos y por tanto se ha
de contemplar la necesidad de dotarles de medios que generen estos recursos, con los que puedan
amortizar las deudas adquiridas con la implantación de esos medios de producción y a su vez poder
ser integrados en el nivel consumista que se les impone y esto supone la creación a medio plazo de
nuevos potenciales competidores en el reparto de beneficios y una posible descentralización del
poder económico.
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Este proceso a su vez origina una degradación planetaria agravada por la problemática de una
producción irracional mucho más masiva dentro de un proceso industrial altamente degradante, que
hoy ya está teniendo una amplia contestación social que se une a la creada con la
desindustrialización parcial de algunas zonas desarrolladas en favor de los países emergentes.
Este control comprende a su vez el acaparamiento de los medios de producción más modernos
como son las tecnologías punta y los equipos informáticos, así como el reparto de los viejos y
nuevos mercados de consumo, dando al traste con lo que la ideología capitalista entiende como
libre mercado y que pasa a ser un capitalismo monopolista a nivel internacional, o sea, una fase
superior del capitalismo salvaje.
Ante este planteamiento surgen los movimientos antiglobalización que en sus comienzos tienen una
carácter anticapitalista incluso en sus métodos combativos de carácter autónomo y acción directa,
pero que poco a poco se van desvirtuando por la intervención en éste de grupos pacifistas,
reformistas e incluso capitalistas, que participan del propio sistema en el que se encuentra de una u
otra forma engranados y del que depende su propia existencia (partidos, sindicatos, ONG's, etc.) y
que están variando los planteamientos de inicio, rechazando e incluso combatiendo el
anticapitalismo y dirigiendo el movimiento hacia la globalización entendida como una distinto
reparto de los beneficios obtenidos de la explotación, la rapiña y el total control de los medios de
producción, pero sin cuestionar esto ni plantear la completa destrucción del sistema y su cambio
por otro más racional y humano.
Se puede entender este movimiento hoy en su fase actual, como una tendencia que camina hacia la
reforma y no hacia la creación de un proceso revolucionario. Esto conlleva el grave peligro de
poder en su trayectoria convertirse en un movimiento incluso totalmente contrarrevolucionario
controlado y dirigido por el propio capitalismo y sus agentes en su propio beneficio.
La saturación actual de los mercados existentes hoy en los países desarrollados, pone al sistema en
una situación de estancamiento en la salida y comercialización de sus productos que le lleva a la
actual crisis de sobreproducción y que les obliga a buscar y crear nuevos mercados en el contexto
internacional. En esta búsqueda el sistema tiene puestos sus objetivos en los países asiáticos
fundamentalmente, puesto los recursos son más viables y contienen mayor garantías que permiten
ejercer el control sobre el desarrollo de la industria naciente o importada y a su vez dar salida a los
productos de consumo, recogiendo el beneficio y limitando la posible competitividad.
No así en África y oriente medio cuyo interés para el capital internacional se centra en el expolio
por vía de apropiación de sus materias primas necesarias para la industria tanto de los países
desarrollados como emergentes.
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ADAPTACIÓN Y CAMBIO DE LOS MÉTODOS DE EXPLOTACIÓN
TECNOLOGÍA. INFORMATIZACIÓN.
Dentro del contexto social existente, se empieza a vislumbrar varias formas de entender y concebir
el trabajo desde la visión individualista que entre los sectores explotados se ha impuesto, pero
fundamentalmente estas formas se concentran dos tendencias mayoritarias:
a) los que adaptándose a los máximos requerimientos del sistema conciben el trabajo como
medio para alcanzar una situación de relativo bienestar con la posesión de los productos de
consumo que el sistema les ofrece a cambio de pérdida de libertad y de la inmersión en una
permanente situación de explotación y esclavismo.
b) los que prefieren utilizar su fuerza de trabajo como medio para conseguir los medios
imprescindibles que les permitan seguir subsistiendo dentro del sistema, pero que les deje cierta
libertad al no tener que depender de gran parte de todos esos productos de consumo irracional que
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el sistema introduce en el contexto social y escapar así en parte a una situación total y explotación
salvaje.
Estas dos formas de entender la venta de la fuerza de trabajo, conllevan también diferentes formas
de plantear y entender el comportamiento social ante la explotación o contra la misma y son
condicionantes importantes a la hora de analizar y concretar metodologías de acción y organización
en la lucha de clases.
Introducción.- A pesar de la premura con que se tiene conocimiento del análisis básico se
interviene en el sentido de su consideración como válido para iniciar la discusión, ya que se orienta
desde unos parámetros muy reales de la fase en que se encuentra hoy el sistema capitalista y con un
contenido abandonado totalmente en la perspectiva analítica sindical, debido a la desviación
ideológica de estas organizaciones y a su total integración en el sistema que las lleva a la adopción
de una planteamiento de adaptación del capitalismo.
1. Se aportan argumentos en relación a que el coste económico que al sistema imperialista le está
costando hoy el mantenimiento del poder, debido a la resistencia a sus ocupaciones será parte
fundamental de su caída como tal.
3. No obstante, el tipo de acción que caracteriza hoy al movimiento antisistema, tomando como
forma la lucha de guerrilla armada y la práctica terrorista es algo que deberá ser analizado en
profundidad a la hora de definir una metodología de acción.
4. Se hace referencia al peligro y los graves problemas que al sistema le crea la industrialización de
algunos países emergentes y en vías de desarrollo, y como puntos de referencia en relación con la
adaptación a la economía de mercado están en China y Rusia, donde el actual sistema de poder
imperialista tiene perdido parcialmente el control y están tomando fuerza otros grupos de poder en
manos del partido único en la primera y de las mafias en la segunda.
5. En cierto momento del debate se llega a tener la impresión de que existen varios modelos de
capitalismo, debiendo aclarar, refiriéndonos al segundo párrafo del análisis preliminar que en la
fase superior de capitalismo salvaje en la que nos encontramos, este modelo monopolista e
imperialista es el único existente y desde esa perspectiva hay que hacerles frente, sin dejar por ello
de tener en cuenta, tanto sus luchas internas por detentar el poder, como sus fórmulas de
presentarse ante el mundo del trabajo con el fin de desviar y dividir el esfuerzo combativo del
proletariado y las formulaciones reivindicativas y de lucha.
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6. Sobre la orientación anticapitalista y revolucionaria, se ve que será de vital importancia tener en
cuenta el rechazo a métodos organizativos y de acción que contemplen el cambio de las
condiciones sociales por medio de las reformas y sin un planteamiento general de lucha dirigido a
la total destrucción del sistema actual, desechando por tanto cualquier método que parta de
fórmulas que precisen de la integración en el mismo de la colaboración con él o sus agentes.
Por otra parte se argumenta sobre la resistencia que el poder dominante opondrá a la pérdida de sus
privilegios, cuestión que no abandonará pacíficamente, como no aceptará su destrucción sin una
defensa a ultranza de carácter sangriento, para la que el proletariado deberá estar preparado.
En este tema, lo que a nivel de consumo el capitalismo intenta controlar mediante la eliminación de
excedentes, en relación con la mano de obra fomentan esos excedentes, de forma que, en ambos
casos, el precio beneficia siempre al capital.
Jamás en el sistema capitalista avanzado se dio el pleno empleo, pues la creación y mantenimiento
en el tiempo de un determinado índice de parados le es fundamental para imponer una disciplina
laboral, mantener una continuidad en la demanda de trabajo y regular los salarios, adecuándolos a
sus intereses y necesidades empresariales.
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freno a la contestación social y evitando también que la renuncia a la lucha sirva como justificación
en espera de que a cambio de ello el capitalismo conceda lo que sus reglas de juego no le permiten,
pues va en contra de su propia supervivencia, o sea, una contratación permanente, un empleo fijo y
un salario digno.
Sobre la emigración como elemento regulador de la demanda de trabajo, el nivel salarial y las
condiciones de explotación.- Al igual que en otras épocas, hoy se está utilizando la emigración
como medio de trasvase de mano de obra de unos países a otros. Esto, no obstante, no impide que
en los países receptores de emigración siga manteniéndose mano de obra en paro,
Partiendo de la base de que el capitalismo imperialista está centrando sobre la práctica, su opción
en la industrialización y apertura de mercado sólo en ciertos países y el total expolio en otros, de
ello se deduce que el mantenimiento de países empobrecidos, tanto como el fomento controlado de
la emigración de éstos a otros países industrializados o en vías de desarrollo, sea algo obligado para
continuar con su sistema de explotación.
El organigrama establecido al respecto pretende con esta fórmula regular a medida de los intereses
capitalistas el nivel salarial y las condiciones laborales de explotación, rebajando las exigencias de
la mano de obra nativa que reivindica salarios adecuados al nivel de vida en los países receptores,
mientras que la emigración al proceder de países con menos recursos y mayor necesidad de
subsistencia, ofrece su fuerza de trabajo por menos dinero y peores condiciones de trabajo. Sólo así
se comprende situaciones como las que se da en España donde mientras que hay de una u tora
forma tres millones de emigrantes empleados, aún (y siempre) existen otros dos millones de
trabajadores nativos en paro.
De todo ello se desprende que al sistema le interesa sobremanera, no sólo el flujo de emigrantes
legales, sino también que dentro de este exista un porcentaje de ilegales que (sin crear graves
problemas sociales) trabajan en condiciones denigrantes y por salarios de miseria, de forma que
sirvan de referencia para la reducción generalizada del nivel salarial y el aumento de las malas
condiciones laborales, así como para fomentar la xenofobia y el racismo, haciendo culpables a los
emigrantes de las consecuencias sociales derivadas de la salvaje explotación, desviando la lucha
contra el sistema hacia el referente de la emigración.
- Dos tipos de estallidos - crisis generalizadas por regiones: hacia dentro (de la periferia al núcleo:
Argentina), hacia fuera (del núcleo a la periferia: Irak).
- Algunas posibilidades que el capital baraja para amortiguar las crisis: generalización de los
servicios y las condiciones laborales de estos en el primer mundo; reconversión,
desindustrialización, reubicación de núcleos industriales; generalización del terror, guerras
económicas...
- Tanto el capitalismo de estado como el capitalismo privado forman parte del capitalismo
monopolista e imperialista (o están condenados a desaparecer).
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SITUACIÓN DE LOS PRINCIPALES EJES DE CONTROL:
El contrato laboral:
- La situación actual de los contratos, con gran variedad y flexibilidad, obliga cada vez a más
proletarios a enfrentar los problemas mediante respuestas de carácter individual.
- Sólo se cuenta con las necesidades capitalistas y la lógica del beneficio. Libertad total de
contratación / despido libre. Luchar contra este cambio de criterio ocurrido en las últimas décadas,
desde la conciencia de que ya no existe el contrato fijo. Este criterio es defendido y promulgado por
gobierno, patronal, sindicatos, legislación, etc.
- Subcontratas: más jefes que obreros, muchas escalas, de tal manera que existen diversos
colchones que no permiten ver la cabeza y atacarla efectivamente.
- Contratos que obligan a hacerse autónomo al trabajador, para que pague todos los costes y gastos.
- Problema: ¿cómo elevar la conciencia de clase? necesidad de plantear batallas políticas y de ganar
posiciones teóricas y de ideas. Problema de las reivindicaciones en el tema de los contratos, etc.:
reformismo. Hay que casar la necesidad individual con la colectiva. Reivindicaciones no asumibles
por el capital pero sí por el mayor número de proletarios.
- Los contratos temporales y el despido libre sirven de sistema de represión y selección de los
trabajadores: se renueva y mantiene a los trabajadores más sumisos y productivos.
- Combatir los efectos para combatir las causas. Entender las causas para combatir las causas y los
efectos.
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REIVINDICACIONES
DE LA ASAMBLEA DE TRABAJADORES
‐ Contra los despidos abiertos y encubiertos, contra quien los ejecuta.
‐ No al exceso de jornadas y horas de trabajo. Reparto equitativo del tiempo de trabajo.
‐ Subida del salario del obrero (más fuerte para los más bajos).
‐ Contra las empresas multinacionales (trust y monopolios).
‐ Contra la privatización de empresas y servicios.
‐ Eliminación del trabajo sumergido para lucro empresarial.
‐ Eliminación del pluriempleo.
‐ Eliminación de la sobreexplotación (destajos, tiempos, productividad).
‐ Cierre y eliminación de las Empresas de Trabajo Temporal (ETT’S).
‐ Eliminación de la contratación temporal o parcial.
‐ Regularización de todos los sin papeles. Ninguna persona ilegal.
‐ No a la discriminación ni a las expulsiones de los trabajadores inmigrantes. Mismo trabajo
mismo salario.
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