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VERSIÓN TAQUIGRÁFICA

DE LA REUNIÓN CONJUNTA
DE LAS COMISIONES DE

LEGISLACIÓN GENERAL, FUNCIÓN PÚBLICA, REFORMA


ADMINISTRATIVA Y DESCENTRALIZACIÓN
Y DE ASUNTOS CONSTITUCIONALES, JUSTICIA Y ACUERDOS

Córdoba, 7 de setiembre de 2004.


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-En la ciudad de Córdoba, a 7 días del mes de


setiembre de 2004, siendo la hora 11:32:

Sr. Presidente (Arias).- Buenos días a todos. En mi carácter de presidente de


la Comisión de Legislación General, quiero agradecer la presencia de nuestros
invitados, el doctor Víctor Vélez y funcionarios del Poder Judicial; el doctor
Enzo Stivala, presidente del Colegio de Abogados, acompañado por el doctor
Rogger, y los doctores Montero y Maggi, de la Asociación de Magistrados, que
han asistido a esta reunión a efectos de vertir sus opiniones acerca del
proyecto que se encuentra en tratamiento en las Comisiones de Asuntos
Constitucionales, Justicia y Acuerdos, y de Legislación General.
Al mismo tiempo, quiero agradecer la presencia de nuestro presidente
de bloque, Juan Carlos Massei, y del presidente provisorio de la Legislatura,
doctor Fortuna, que hoy nos acompañan para escuchar las opiniones de
nuestros invitados.
Agradezco infinitamente la presencia de todos ustedes y los invito a que
expresen sus opiniones acerca del proyecto que nos ocupa. A tal efecto,
comienza con el uso de la palabra el doctor Vélez.

Dr. Vélez.- Señor presidente de la Legislatura, señor presidente de bloque,


señores miembros de las Comisiones: en realidad, quiero manifestarles que
estamos acostumbrados a escuchar primero a los abogados. Creo que sería
conveniente que ustedes me planteen las preguntas para que yo pueda
responder a sus inquietudes. Mis colegas Montero y Maggi tienen mucha
experiencia en este tema y seguramente pueden aportar más.
Voy a plantear cuatro ejes: en primer lugar, es ésta una decisión política
drástica, que como tal va a abrir una muy fuerte polémica. Al respecto, hay
gente que está a favor y gente que está en contra, y tanto una como otra
esgrimen argumentos razonables. Se instalará la polémica puesto que se trata
de cambios de pautas culturales, por lo que el problema es bastante complejo y
exige un debate más extenso y profundo.
En segundo término, debo resaltar que esta decisión se enmarca dentro del
mandato de la Constitución Nacional, que es un pacto cívico conformado por
los representantes del pueblo que eligió en un tema de política criminal la
decisión de que todos los juicios criminales ordinarios se hicieran por jurado en
la República Argentina. Esta decisión de nuestros representantes que
conformaron este pacto cívico viene desde 1853 y se ratificó en 1994, y el
bloque constitucional que integran los tratados así lo expresan, o sea que éste
es un mandato indiscutible e ineludible y nosotros como jueces no podemos
eludirlo.
La Constitución nacional exige que esto sea así y una de las razones
que se ha tenido en cuenta es la necesidad -que se aprecia cada día más- de
establecer un puente que permita el achicamiento de la brecha que hay entre
Justicia y sociedad a través de la participación de los ciudadanos en este
quehacer judicial que es, en definitiva, la administración de la Justicia a través
de un fallo en los temas criminales, temas que afectan a los individuos pero
también a toda la sociedad porque afecta el sentimiento de seguridad.
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El tercer punto que quiero tocar es el siguiente: la corrupción es un


flagelo, es una de las cosas que ha colocado al país en el estado en que se
encuentra, de manera que toda decisión política que comprenda la idea de
castigarla –aunque primero habría que prevenirla , no obstante ahora estamos
hablando de castigo- es realmente plausible; pero al castigo de la corrupción se
llega mediante dos carriles: uno, el de la persecución de la corrupción y, otro, el
del castigo de la corrupción. La reforma se ocupa del castigo de la corrupción
pero en realidad el gran déficit que nosotros tenemos no está en el sistema de
enjuiciamiento -sobre todo ahora que se ha abierto la posibilidad de que todas
las Cámaras juzguen hechos contra la corrupción lo cual es un gran aporte a la
transparencia- sino en la investigación, y creo que es un tema oportuno para
tocarlo acá.
Si el castigo de la corrupción se hace mediante procuración,
investigación y sanción me parece que hay que decir que el sistema de
enjuiciamiento no presenta grandes déficit como sí los presenta el sistema de
investigación. Hoy es claro que o no hay corrupción en Córdoba o el sistema de
investigación no está lo suficientemente adecuado como para llevar a juicio a
las personas que cometen actos de corrupción.
En este caso, lo que diría es que los esfuerzos económicos y políticos
primero tienen que centrarse en la investigación porque de nada nos sirve tener
un buen sistema de enjuiciamiento si no va a llegar ningún caso a juicio. O para
decirlo brevemente, eficiencia en la investigación es simplemente contar con
equipos técnicos adecuados que operen dentro de la órbita del Poder Judicial y
aquí no hay ningún cuestionamiento de hombres ni de nombres, es
simplemente un señalamiento de una falla que tiene el sistema que nosotros
como sus operadores detectamos.
El cuarto eje estaría directamente centrado en el tema específico del
artículo que se reforma y en ese sentido me permitiría hacer algunas
sugerencias. La primera es en cuanto al número que a nosotros nos parece
excesivo porque Córdoba se ha caracterizado por los cambios graduales. Uno
puede optar por cambios drásticos o graduales y en definitiva es una opción
política.
Nosotros hemos vivido –y digo esto porque mis dos compañeros hemos
sido testigos- en un sistema inquisitorio con pautas de corte netamente
autoritarias, pero luego hemos pasado a un sistema diferente, más propio de la
democracia, que es el sistema acusatorio, o sea que algunos aportes positivos
podemos hacer. Digamos que Córdoba se ha caracterizado por los cambios
graduales. Uno puede optar por cambios drásticos o graduales, es una opción
política. Pero nosotros –digo “nosotros” porque mis dos compañeros también-
hemos sido testigos de lo que ha sido un sistema inquisitorio, con pautas
netamente de corte autoritario y hemos pasado a otro sistema, totalmente
diferente y más propio de la democracia como es el sistema acusatorio, por lo
que algunos aportes positivos sobre el tema podemos brindar..
Siempre Córdoba ha tenido la virtud de estar adelante en estos temas y,
en segundo lugar, de hacerlo progresivamente. Si el cambio es drástico y no
anda bien, es difícil volver de ese fracaso, pero si uno lo hace paulatinamente,
es fácil corregir. Lamento que no se hubiera evaluado cómo ha funcionado el
sistema de jurado hasta ahora, a fin de poder contar con pautas más realistas y
tangibles al tener que tomar una decisión.
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De todas maneras, nuestra primera objeción es en cuanto al número,


que nos parece excesivo. Además, nos parece muy importante elevar la edad
de los jurados, por lo menos a la que se exige para ser juez; elevar los
requisitos de los niveles de educación; recomendar la formación de los jurados
a través de cursos elaborados por el Poder Judicial.
Si el cambio fuera paulatino, se puede establecer una vigencia de dos o
tres años –eso lo deberán resolver ustedes-, pudiéndose pasar a otro sistema o
volver al anterior después de la evaluación de un comité en el que intervengan
todos los interesados, como abogados, jueces, representantes del pueblo,
comité que tendría que girar dentro de la órbita del Poder Judicial.
En síntesis, el juicio de la Constitución no puede ser reemplazado. Juicio
significa acusación, defensa, prueba, valoración imparcial de la prueba y, sobre
todo, fundamentación de la sentencia.
La fundamentación de la sentencia es una garantía, no sólo para el que
está siendo juzgado sino también para toda la sociedad. Este sistema debe
estar enderezado para conseguir que ninguno de estos valores se pierdan y
que, efectivamente, haya una fundamentación de la sentencia, que es lo que
quiere la Constitución. Por ello, consideramos que los jurados populares sólo
tienen que votar sobre las cuestiones de hecho y no sobre las de derecho.
En síntesis, lo que queremos es que el juicio público previo a la
Constitución no resulte bastardeado por una institución que la propia
Constitución establece, por lo que el desafío sería buscar los mecanismos para
que esto no funcione, ni como una manera de tratar que las cosas no cambien,
al poner demasiadas trabas para evitar los juicios, ya que vemos que la
formación de un jurado con tanta gente presenta muchísimas dificultades, ni
como “una picadora de carne”. Las garantías que establece la Constitución se
deben mantener. Por ello, ese es nuestro desafío y el sentido de nuestra
propuesta: aportar algunas de las experiencias que tenemos para que las
cosas salgan bien, dejando a salvo que debiera haber un debate más extenso y
más profundo.

Sr. Presidente (Arias).- Gracias, doctor Vélez por su participación.


Tiene la palabra la señora legisladora Leiva.

Sra. Leiva.- Doctor, usted ha hablado de un déficit en la etapa de la


investigación. Probablemente no tenga los números porque no ha venido para
eso, ha venido, para hablar del proyecto; pero desde la creación del fuero el
porcentaje de todas las causas que se han incorporado en este juzgado
¿cuántas, efectivamente, se han elevado a juicio?. Vemos que hay un déficit en
la etapa de investigación y muchas causas en el fuero, pero tengo entendido
que son pocas las que se han llevado a juicio.

Sr. Vélez.- …dirá que se han elevado a juicio. Evidentemente es uno de los
parámetros que nosotros junto con la palabra de nuestro presidente, tenemos
para señalar; además en este tema, es muy importante tomar las experiencias
mundiales con respecto al tema de la lucha contra la corrupción que es un
flagelo mundial. Justamente hemos tenido la visita de un miembro del Tribunal
Supremo español que nos trajo una idea de la realidad europea. La lucha
contra la corrupción en Europa es juzgada por jurados en la gran mayoría
anglosajones.
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La experiencia española es un desastre, el 99 por ciento de las


sentencias son anuladas.
Con respeto al tema de las falencias en las investigaciones, hay una
realidad, la corrupción y el delito penal económico son complejos y son delitos
cometidos por poderosos y si usted no tiene un poder para investigarlo nunca
esclarece nada. Hace falta una oficina que esté lo suficientemente dotada y
que permita llegar a la persecución de este tipo de delitos, porque si a usted le
van a poner una puerta y no puede entrar, no podemos hacer nada. Pero
veamos la experiencia Argentina en la Capital Federal, donde por ejemplo el
fiscal nacional por concurso en materia del Fuero Penal Económico y de
Corrupción –el doctor Garrido- habla de que hay una comisión investigadora
que ha mandado a la justicia capitalina 244 casos de corrupción en el Estado,
de los cuales en 40 se han abierto causas judiciales y 20 han llegado hasta la
indagatoria y en el resto nada. ¿Entonces, ustedes me pueden decir que en
cuatro años hay una lucha contra la corrupción? ¡No hay voluntad de lucha, me
parece!
Repeto, el tema de la oficina es trascendental, si no, vamos a tener un
juicio muy lindo pero no llegan las causas.

Sr. Stivala.- La eficacia de la corrupción es tener una oficina técnica, pero que
gire dentro de la órbita del Poder Judicial. Pero no hay oficinas. Hay plan déficit
de investigación en todas las causas en general y en particular y no a cuestión
de hombre, ni de nombres, solo digo sistemas.

Sr. Vélez.- Es muy importante también de la experiencia mundial, contar con


estadísticas actualizadas de cuáles son las causas, los problemas y el avance
de los mismos para publicarse mensualmente, a los efectos de poder ir
corrigiendo los vicios, señalando las virtudes y además, como forma preventiva,
porque quién saca la picota preventiva todos los meses, sería un ejemplo para
que el resto se cuide.

Sra. Leyba.- Ahora si esta etapa investigativa no se refuerza o no se corrige


estaríamos hablando de un juzgado ilusorio, porque no podríamos llevar las
causas a juicio.

Sr. Vélez.- Tenemos que analizar también el proyecto de ley, ya que para las
causas de corrupción y aberrantes, al momento de imponer la pena. Esto
también genera alguna preocupación, porque poner prisión perpetua no es una
tarea sencilla.
Cuando los jurados voten solamente por la cuestión de hecho, o sea la
existencia del hecho y la participación, estaríamos ante el rigorismo jurídico de
los jueces técnicos.
Los opositores al sistema del jurado tienen mayores argumentos para
movernos a la reflexión.

Sr. Stivala.- El proyecto de ley que hemos tenido en estudio importa varios
aspectos. Por un lado los aspectos netamente técnicos y legales en materia
penal, los voy a dejar por obvias razones al doctor Rogger.
Aumentar una Secretaría para la Fiscalía Anticorrupción y una para el
Juzgado Anticorrupción no va a solucionar el problema, pero va a significar una
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importante descompresión en la tarea de la instrucción e investigación de las


causas.
Es importante la conformación de una Comisión Legislativa para que
evalúe permanentemente el estado de avance de estos procesos que van a
estar radicados en la Fiscalía Anticorrupción, para ver si se cumple con el
cometido a través de esta reforma.
Hay un tema central en el proyecto, que es el vinculado a la
incorporación de jurados en las Cámaras de Juicio para los delitos incluidos en
los incisos 2 y 3 del artículo 1º de esta ley. No hay otros delitos incluidos, ya
que cuando se hablaba de delitos aberrantes, se trataba de los robos o
violación seguidos de muerte, pero salvo que esta Legislatura decida
incorporarlo, en este proyecto a esto no lo hemos visto.
De acuerdo a lo que establecen las Constituciones Provincial y Nacional
no hay objeciones que formular a la posibilidad de incorporar jurados a los
Tribunales que vayan a juzgar precisamente estos delitos. Sin embargo, si bien
no hay objeciones jurídicas para formular, sí hay algunas prevenciones que
deberíamos tener en consideración, siendo la principal el hecho de que se está
reformando la última etapa del juicio, pretendiendo perfeccionar y adecuar la
norma constitucional en la etapa del juicio y sentencia, pero al no reforzarse los
procesos instructorios, decididamente vamos a estar en la misma situación, o
peor de lo que estamos ahora, porque la conformación de los jurados con el
enorme número de jueces que se introducen en este proyecto, realmente va a
ser una complicación muy especial a la hora de la conformación del proceso.
Esta Legislatura va a tener que establecer un mecanismo que
compatibilice la participación de la sociedad en estos procesos con la
necesidad de que la sentencia tenga fundamentación lógica y legal, conforme
lo marca la Constitución de la Provincia. Esta es una cuestión que los señores
legisladores van a tener que resolver, porque no hay modo de que tengamos
sentencia con las debidas garantías constitucionales, si en ella no se encuentra
incorporada la fundamentación lógica y legal.
Hay otro aspecto que me preocupa y que si bien no figura en este
proyecto se ha mencionado en medios de prensa, y es que estaría sujeto a una
reglamentación posterior que se está elaborando en la Casa de las Tejas, por lo
que he leído hoy en el Diario.
Las normas de procedimiento, en general, son atribuciones exclusivas y
excluyentes de la Legislatura. Cualquier reglamentación que se deba hacer,
debe hacerse por ley, no podrá ser por decreto porque de lo contrario esta
Legislatura estaría renunciando a una facultad exclusiva y excluyente cual es la
de dictar las normas de procedimiento. Si se van a establecer mecanismos
para las recusaciones de los miembros, se va a establecer cualquier norma
reglamentaria para el proceso de incorporación, para establecer mecanismos
que den garantía de imparcialidad a los efectos de que estos jueces no tomen
contacto con las partes, al menos durante el término de la audiencia. Todo esto,
que es una reglamentación, debe necesariamente ser establecida por ley y no
puede ser atribuida a otro Poder que no sea esta Legislatura. Aprobándose
esto, no se ponen en marcha los juicios por jurado, porque hace falta un plexo
normativo para que pueda funcionar.
Vivimos en una sociedad en la que se denuncian presuntamente el 50
por ciento de los hechos delictivos que se cometen, y de estos que se
denuncian, llegan a juicio y sentencia un 2 por ciento en Capital Federal, y un 6
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ó 8 por ciento en el mejor de los casos. De manera tal que establecer


mecanismos para el dictado de sentencias sin asegurar que por procesos que
ingresan a la órbita judicial no tengan una resolución distinta a la mera
prescripción penal por el solo transcurso del tiempo, me parece que no se
estaría dando respuesta a lo que la sociedad reclama. Necesitamos tener
procedimientos penales que nos permitan decidir situaciones de culpabilidad e
inocencia, y no establecer meras prescripciones penales por el solo transcurso
del tiempo. Y, como aquí bien se ha señalado, hay que reforzar profundamente
los procesos de instrucción, porque vivimos en la mejor de las sociedades o la
justicia, en lo que hace al combate contra la corrupción administrativa, no está
dando la respuesta que la sociedad reclama.
No sé si está en previsión de esta Legislatura ampliar los tipos penales
para este tipo de juicios por jurados y me refiero concretamente a estos otros
hechos llamados aberrantes. Si así fuera, nos gustaría advertir la posible
influencia de cuestiones de orden afectivo, de orden de impresión ante hechos
tan graves. Digamos: tenemos que buscar mecanismos para que -si la
decisión política finalmente concluye con la sanción de una norma de esta
naturaleza- la sociedad también tengan garantía de que estos integrantes de la
Cámara a través de procesos por escavinos, realmente, nos den garantía de
imparcialidad y ajenidad afectiva al hecho que se está investigando.
Le voy a pedir al doctor Rogger que de su opinión sobre los aspectos
estrictamente técnicos-penales.
En conclusión, lo que estamos diciendo es: no hay objeciones jurídicas a
la incorporación, hay algunas prevenciones que sería bueno que los señores
legisladores al momento de debatir, las tengan en consideración.

Sr. Rogger.- Voy a tratar de ser breve y claro.


Aquí se dijo que Córdoba tiene una tradición jurídica de primerísimo nivel
y a la Legislatura le corresponde hoy, también, la responsabilidad de sancionar
esta Ley de Jurados de nuestra Provincia que ojalá, como el Código Procesal
Penal, sea imitado, copiado en otras jurisdicciones. Este es otro tema que no
se debe examinar, ni razonar con ligereza, porque es un tema de sentido
práctico y común.
La Constitución tenía tres artículos que nunca se obedecieron, ni se
cumplieron. Pero en cuanto a lo que están hablando ustedes y al tipo de delito,
por ejemplo, en la Constitución que se pretende cumplir ahora, en el artículo
dieciocho, habla de que "todos los juicios criminales ordinarios". Es decir, la
Constitución no selecciona determinados tipo de delitos. Esta es una institución
que viene desde muy antiguo y ya en el siglo V comienza en Inglaterra
formando tribunales con gente sin ninguna cultura y el juicio por jurados se
hace con gente rústica y se concreta en 1915 con Juan Sin Tierra cuando
frente a los Barones, sus pares, dice que estos juzgarán y resolverán y ahí se
empieza a avanzar.
Creo que se debe tener en cuenta sustancialmente -quizás haya sido
estudiado, pido disculpas si es así- lo que dijo el doctor Montero cuando habló
de que el doctor García Lupu -argentino que nos honra en su condición de
miembro del Tribunal más alto español y que a la vez nos provoca una
profunda tristeza porque es demostrativo de cómo la Argentina deja ir talentos
o figuras- podría habernos hablado más en detalle del sistema español. ¿Por
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qué? Porque en España se establece el juicio por jurados en 1978, después de


la caída del Franquismo, pero recién se lo reglamenta en 1995.
Y esta es la responsabilidad de la Legislatura, que hoy está escuchando
a otro poder, como es el Judicial, y del que guste o no los abogados formamos
parte porque sin abogados los jueces no podrán fallar.
Este es un proyecto del Ejecutivo que debe ser estudiado y resuelto por
este Poder legislativo, que ocasionalmente y por prudencia ha consultado. Y las
consultas se han evacuado con la más absoluta honestidad y sinceridad por
jueces y abogados de una larga experiencia y trayectoria.
¿Cuál es la finalidad de establecer en Córdoba el juicio por jurados? ¿Es
respetar la manda constitucional e implementar las medidas del caso
necesarias que sean posibles de ponerse en práctica? ¿O simplemente
atender a un clamor público indefinido en cuanto al castigo de la corrupción en
la función pública?
Según lo que he leído, con esto van a motivar juicios por jurados por
delitos con penas menores cometidos por funcionarios o allegados a la función,
que no van a justificar de ninguna manera el costo en tiempo y en estructura.
Al comenzar la redacción se habla de cuál es el sentido y finalidad: el
castigo de la gran delincuencia y de los delincuentes de guante blanco. En
base a mi experiencia personal y política esto se soluciona modificando los
tipos penales, agravando o creando nuevas figuras penales para quienes están
en el ejercicio de la función pública, modificando las líneas procesales haciendo
no excarcelables estos delitos.
No comparto la teoría que dice que aunque se castigue se va a delinquir,
porque creo que el castigo influye e incide para hacernos razonar.
Y estoy de acuerdo en que se establezca una figura penal para este tipo
de delincuencia de corrupción administrativa.
El poder que se puede tener hoy se esfuma quedando lo que uno
escribe y firma. Todavía se leen discursos de Aguirre Cámara y de José Antonio
Mercado, que se han perdido en el tiempo pero que asumieron su
responsabilidad frente a una mayoría repartida que a veces les amordazaban
las opiniones.
Es responsabilidad de ustedes el que fracase o no en Córdobas esta
estructuración del juicio por jurados, lo cual va a trascender al resto del país.
Seamos pioneros pero con seriedad, haciendo lo que se puede hacer y no
corriendo el riesgo de fracasar por hacerlo con apresuramiento.
En forma terminante les digo que es imposible poner en práctica este
sistema de juicio por jurados para todo este tipo de delitos. Les desafío a los
señores jueces a que me digan con absoluta franqueza si creen factible, con
las estructuras judiciales actuales, que esto pueda funcionar. Y hacer una ley
que no pueda ser llevada a la práctica es imposible de posibilidades absolutas.
Les sugiero que vayan a los tribunales, a la Fiscalía Anticorrupción, a los
juzgados de control para ver cuántas causas han ingresado y cuántas se han
resuelto. ¿Ustedes creen por ventura que con esta gran cantidad de delitos que
se agregan se va a acelerar el trámite? Esto para mí es absolutamente
imposible, tal cual está planteado.
En cuanto al Fuero Penal Económico debo decir que, desde mi
perspectiva, si no hay un equipo técnico conformado por contadores que
asesoren es imposible que funcione; aquí hay un juez de control y un fiscal. Las
estadísticas pueden averiguarse con mucha facilidad, yendo simplemente al
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tribunal. Pero hay algo esencial que debo expresar: la designación de los que
tienen esta responsabilidad debe ser cristalina y transparente y no depender de
la mayoría de los que están en el poder, para que entonces tengan realmente
autoridad y no se pueda luego decir que ese juez o ese fiscal fue puesto allí por
alguien que podía eventualmente ser castigado.
Insisto: esto tendría que ser estructurado y revisado, y ver la forma en
que el Consejo de la Magistratura, que ofrece más garantías que la Comisión
Asesora, nombre a quienes van a ocupar esos cargos. He participado de juicios
por jurado y realmente me ha asombrado la eficacia, la responsabilidad y la
seriedad, de modo que quienes dicen que los ciudadanos tienen capacidad
para votar, para elegir, pero no para aplicar la ley están totalmente
equivocados.
Mi experiencia en tal sentido ha sido muy buena, por eso les digo lo que
yo haría si fuera legislador: establezcan los juicios por jurados pero no lo hagan
para una categoría que no está dentro del fuero penal sino para delitos que
tienen penas graves y altas, ya que es en esa instancia donde el pueblo quiere
intervenir. Es necesario que esos tribunales que juzguen esos delitos graves
estén integrados por gente del pueblo, porque ése es el sentido del juicio por
jurados: que el pueblo participe de las resoluciones. En cambio, de la otra
forma que se plantea opino que el sistema no va a funcionar porque no hay
estructura. No se puede establecer el juicio por jurados en nuestro país para
determinar el tipo de delitos, para responder al clamor de la opinión pública
contra el político. Esto no se soluciona con este proyecto.
Espero no haber molestado ni ofendido a nadie. Quiero aclarar que
presido la Comisión de Política Criminal de la Comisíón Argentina del Colegio
de Abogados, he sido Procurador General de la Nación, Fiscal de Estado y
Decano de la Facultad de Derecho; pocos abogados en Córdoba tienen los
títulos y la experiencia profesional que tengo yo. Y con la autoridad que me da,
además, el hecho de estar retirándome de la profesión vengo a emitir mi
opinión, tratando de esta manera de colaborar para que los legisladores
elaboren de la mejor manera posible esta ley para que tenga aplicabilidad
práctica.

Sr. Presidente (Arias).- Quiero agradecer a todos los que han aportado sus
experiencias y vertido sus opiniones. Pero, antes de pasar al debate y abrir las
preguntas, no puedo dejar pasar por alto la afirmación del doctor Stivala: “No
nos haga minusválidos, doctor”. Nosotros no vamos a resignar la posibilidad de
genera una ley reglamentaria, ahora o dentro de un año o de cinco, no importa,
la ley reglamentaria va a salir de acá.

Sr. Cid.- Voy a formular tres preguntas.


En base a las afirmaciones del magistrado Vélez, la legisladora recién
planteaba que hacía falta reforzar la etapa de investigación y que si eso no se
reforzaba primero el juicio por jurado iba a ser inútil. Entonces, la primera de las
preguntas es, ¿si eso no se refuerza, el actual sistema caería en inutilidad? Es
decir que no sería un problema del juicio por jurados sino del sistema judicial
en la etapa de la investigación. O sea, ver si el problema de la investigación es
solamente del juicio por jurado o de cualquier sistema.
La segunda tiene que ver con la estadística. Si bien lo tenemos en
distintos libros, acá se mencionó que esto ya forma parte de la Constitución
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desde 1853 y en sus modificaciones pero también hay datos anteriores de


proyectos de comisiones en el año 1812, de un proyecto de la Sociedad
Patriótica en la Asamblea del año XIII y de las Constituciones de los años 1819
y 1826, ambas unitarias, es decir, que forma parte de la primera raíz jurídica de
nuestro país.
Quiero saber si existen datos estadísticos de cómo ha funcionado esto
en los estados donde tienen una tradición en los juicios por jurado anglosajón.
Porque hemos hablado de la experiencia de España, que tal vez no la tenía –
se incorporó en el año 78- pero existen otros estados que tienen los juicios por
jurados del otro sistema, el escandinavo, como Suiza, Suecia, Francia,
Alemania. Quiero saber si existen datos estadísticos de aquellos que tienen
una mayor tradición en la utilización de esta institución.
Por otro lado, otro factor común de las exposiciones es la tipología. Creo
que en las distintas exposiciones se mencionó que habría que especificar más
la tipología de los delitos en los que se va utilizar el juicio por jurado. Si ustedes
tienen alguna idea de cuáles debieran ser o si debería ser como está
establecido actualmente en el jurado escandinavo para Córdoba, que son los
delitos mayores a quince años de pena privativa de la libertad o si existe otro
sistema distinto para incorporar en las tipologías de delitos a los cuales se le
aplicaría el juicio por jurado.

Dr. Vélez.- La primera pregunta con relación a la investigación creo que es un


problema que no hay que dividirlo. Al comienzo de mi exposición decía que al
castigo de la corrupción se llega a través de dos etapas. La segunda, es la del
juzgamiento pero para llegar a ella se precisa haber transitado con éxito la
primera que es la investigación, si la investigación no es eficiente no hay
juzgamiento que valga. Entonces, me parece que el acento para el castigo de
la corrupción –y no hablo de la prevención- radica en el hecho de reforzar los
sistemas de investigación y reforzar un sistema en este momento –no hablo de
personas-, si me preguntan, digo es equipo técnico, que giren dentro de la
órbita del Poder Judicial. Digo esto porque todos hemos asistido al fallo de la
Amia, donde queda absolutamente claro lo que significa la cadena de
encubrimiento cuando, desde el poder político y el Poder Judicial se produce
una maniobra ilegal para favorecer siempre los intereses personales de
alguien. Eso, que hace tanto daño a la República Argentina, se puede evitar, o
al menos hacer el intento, a través de equipos técnicos que giren dentro de la
órbita del Poder Judicial.
En cuanto a la segunda pregunta, sí existen estadísticas que en este
momento no las tengo, pero existe una clara diferenciación de sistemas. Uno
es el sistema anglosajón, que se basa en el hecho que los jurados no
fundamentan la decisión, pero su filosofía es muy distinta a la nuestra. Nuestra
Constitución exige fundamentar la decisión, para que esto no se convierta sólo
en un juicio formal que termine apañando la corrupción o en una picadora de
carne que termine condenando a alguien equivocadamente simplemente por la
falta de pruebas. En los Estados Unidos hay diferencias en las estadísticas. Si
bien sólo llegan el 4 por ciento de las causas, ello es porque hay más de 30
alternativas precedentes para poder llegar al jurado. Pero el 65 por ciento de la
población opina favorablemente al jurado, lo siente como una institución propia.
En nuestro caso el tema es cultural y no lo hemos tenido nunca, por lo que hay
que ir de a poco para poder asimilarlo.
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En cuanto a la tercera pregunta, la propia Constitución autoriza la


progresividad porque dice que todos los juicios criminales ordinarios deben
terminar por jurado en la medida en que esta institución se ponga en vigencia,
por lo que la propia Constitución autoriza cierta progresividad que no afecta
ningún principio.
En cuanto a los llamados “delitos aberrantes” no existe una definición
doctrinaria. Uno podría fijarse en las penas y decir que, si la pena más grave en
la Argentina es la perpetua, entonces, para los delitos que tengan pena
perpetua, establecer el sistema de jurados.
Quiero agregar que es muy importante instituir un comité evaluador que
periódicamente realice una evaluación seria de lo que está pasando porque el
objetivo no debe ser si el tribunal está integrado por ciudadanos comunes sino
que debiera ser si el sistema funciona. Entonces, si el sistema no funciona, con
un comité evaluador serio uno puede rectificar los errores e, incluso, dar un
paso para atrás.

Dr. Montero.- Quería agregar algo sobre lo que el legislador Cid planteaba
porque dijo que todo el sistema fallaba y no es así. El proyecto establece el
juicio por jurado obligatorio y actualmente el juicio por jurado es facultativo.
Primera diferencia. El proyecto, por su parte, limita la investigación para los
específicos delitos de corrupción aberrante y penal económico, que ha sido
excluido del juicio por jurado a través de una norma del último proyecto que
estamos analizando.
Este fuero tiene una capacidad investigativa muy acotada porque es una
fiscalía o un juzgado sin equipos técnicos. Entonces, estamos señalando los
vicios de futuro en relación a esta temática como está planteada.
La experiencia de los jurados, como ha dicho el doctor Rogger y que
comparto, es positiva hasta lo que tenemos, en la forma escandinavo.
El doctor Vélez habló de del sistema anglosajón y del sistema escandinavo y la
gran diferencia es que el sistema escandinavo no se consagra el voto a
conciencia, es decir, que hay que emitirlo y decir por qué así se lo hace; esto
permitiría la posibilidad de controlar la justicia a través de un sistema
impugnativo. Nuestros sistemas jurídicos y paradigmas constitucionales obligan
a que la sentencia sea apuntada racionalmente, motivo por el cual, el sistema
escandinavo es el que mejor nos permitiría adecuarnos a este modelo. Pero
además de ello la Constitución de la Provincia habla de los Tribunales
Técnicos, Federales e Integrales, como jurados, motivo por el cual, tampoco
podríamos establecer un jurado de tipo anglosajón.
El doctor Vélez nos acaba de señalar que hay 36 opciones para elevar al
jurado estas causas. Pero ¿por qué? Porque ellos tienen un sistema acusatorio
sustancial y cuentan con una serie de procedimientos antes de llegar a juicio en
donde se puede transar con los delincuentes para tener pruebas, aminorando
la responsabilidad o exculpándolos. Pero ¿por qué lo hacen?. Lo hacen porque
normalmente los jurados dudan y los casos muy estrepitosos crean el estrépito
y tratan de evitar penas intermedias o penas menores; pero al sistema
anglosajón americano, se lo critica hoy en día en todos los fueros mundiales
por el hecho de no escuchar a las víctimas del delito, porque el Estado
monopoliza la persecución penal sin escuchar a la víctimas, principal
involucrado en todo conflicto.
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Esto no sé si le da un panorama distinto a la pregunta que estaba


planteando.
Europa tiene en su mayoría, jurados escandinavos y de acuerdo a lo que
expresara con anterioridad las experiencias en estos jurados es mucho más
positiva que la de los jurados tipo anglosajones.

Sr. Rogger.- Ustedes tienen una enorme responsabilidad y a la vez una gran
posibilidad que es pasar a la historia legislativa de Córdoba como autores de
una ley que se pudo llevar a la práctica y dio resultados positivos y que
encontró en la gente y en el pueblo que vota, una respuesta de igual tenor.
Pero repito que desde aquí, hay que llevar a juicio por jurados los delitos
graves, de penas altas, porque esa palabra aberrante se presta a muchas
interpretaciones. Aberrante puede ser sacarle la jubilación que acaba de cobrar
una pobre viejita y dejarla en indigencia durante un mes. Si bien entiendo el
sentido que se le quiere dar a los delitos con penas altas y a la vez dar
respuesta a ese clamor popular porque ve impune a los grandes delincuentes
políticos sociales, también debería incluir, a algunas figuras donde se sancione
y se lleve a juicio por jurado, a quienes han ocupado funciones de primera
responsabilidad y allí el pueblo va viendo que participa a través de los jurados y
del juzgamiento de esos malos representantes y funcionarios. Insisto, no debe
hacerse una ley exclusivamente para este tipo de delitos. La justicia está
colapsada y superada, las estructuras no dan abasto. No pretendamos recargar
las cámaras con este tipo de juicios o la forma de implementarlos,
seleccionarlos, cosas que en la reglamentación no se van a poder incluir.
Para que siga siendo útil este juicio por jurados, como una buena
reglamentación que va a salir de acá, va a funcionar.
Acá hay que ir a la Fiscalía de fuero penal antieconómico y al Juzgado
de Control, y las estadísticas les va dar la respuesta.
En las dictaduras se suprimió el Juicio por Jurado, solamente el sistema
de juicio por jurados quedó en la democracia, que funciona o no, según la
inteligencia del legislador y, a la vez, la sabiduría de la reglamentación.
Hay que seleccionar el tipo de delito, reducir el número. Con un
secretario más es ridículo pretender solucionar toda la inamovilidad que tienen
en estos momentos muchas Fiscalías y juzgados.

Sra. Bianciotti.- Nos gustaría que la ejecución esté hecha por una norma y no
por una reglamentación. En caso que lo logremos, sería bueno que no quede
como un mero enunciado, y nos gustaría conocer la opinión respecto de la
integración de los jurados, el tipo de participación, en la sentencia o no y el tipo
de votación, como por ejemplo la que hay en Japón, que se limita a la de los
jueces legos, etcétera.
El segundo tema, es qué opinan sobre la obligatoriedad, o si podría
seguir siendo facultativo.

Sr. Stivala.- Respecto a la integración de los jurados, en principio reitero que el


número de ocho me parece como exagerado. No surge del proyecto cuál es la
voluntad del legislador, pero sí está claro que quieren dar a los jurados
populares una mayoría por sobre los jueces técnicos. No veo inconvenientes si
se reduce el número a la mínima expresión. Si el sentido es darle mayoría de
jurados populares a la Cámara, con cuatro miembros entiendo que sería
13

suficiente. Se podrían reducir a dos miembros técnicos, o sea jueces técnicos,


y tres integrantes de la sociedad.
Es muy importante la tarea que ustedes van a tener que realizar como
legisladores, ya que van a tener que resolver una ecuación cual es la de
incorporar a la sociedad a estos tribunales y, a la vez, dar garantías a la misma
sociedad de que las sentencias que se van a dictar tengan fundamentación
lógica y legal.

Sr. Rogger.- Si ustedes hacen un jurado técnico integrado por jueces y


minorías de gente del pueblo, se está desvirtuando el sentido del juicio por
jurado. En la reglamentación se verá la manera de orquestar esto a que se ha
hecho referencia respecto a la motivación legal, por eso los jueces técnicos van
a participar en el debate. No nos equivoquemos y hagamos algo en lo que
vamos a fracasar; hagámoslo con sentido común dentro de lo que se puede
hacer.

Sra. Dressino.- Si acordamos que la Constitución establece en el artículo 155


la motivación lógica y legal, me pregunto si nosotros integramos –como lo
establece la Constitución de la Provincia, que dice que deberán los ciudadanos
integrarse al tribunal, y que para las resoluciones del tribunal se exige simple
mayoría– tres legos y dos magistrados, cómo garantizo la fundamentación si
los tres legos opinan distinto que los magistrados. Es decir, si la
fundamentación da doble garantía para el imputado y para la víctima en un
sistema aún superior después del Pacto de San José de Costa Rica en lo que
hace a la recurribilidad de la sentencia, me parece que no hay forma de
analizarlo.

Sr. Vélez.- Nosotros hemos participado en los tribunales con jurados, y es una
pregunta verdaderamente interesante, porque plantea un problema serio. Por
eso decimos que las cuestiones de derecho debieran ser resueltas como son
en la práctica, los juicios por jurado por los magistrados. Generalmente si usted
plantea la nulidad de un acto, el jurado popular no tiene la menor idea,
entonces el juez les explica haciendo una tarea docente y, en definitiva termina
siendo el juez técnico quien resuelve la cuestión de derecho, de manera que
quizás eso se podría transparentar: la cuestión de derecho por los jueces
técnicos y, las cuestiones de hecho, por los jurados populares. Las cuestiones
de hecho son la existencia del hecho y participación física del imputado, porque
una cuestión de derecho es la calificación legal de una cuestión de derecho en
la imposición de la pena, aunque en los delitos de una legítima defensa, por ahí
es muy difícil para un jurado popular separar las cuestiones de hecho de las de
derecho. Son cosas que se van a plantear ahí. Por eso es importantísima la
reglamentación.
¿Qué pasa si los tres o los cuatro jurados populares hacen mayoría? Ahí
la disyuntiva es: o uno de los jueces técnicos que votó diferente le hace la
fundamentación, para lo cual le estaríamos exigiendo una especie de doctor
Jakyll y Mr. Hyde, digamos una cuestión media esquizofrénica; o confiamos en
la posibilidad de desdoblamiento del juez técnico, que la veo muy difícil, o la
otra posibilidad, puede ser que tengan un abogado judicial relator. Es una
cuestión que hay que conversarla y habría que pedirle opinión a los jueces,
aunque puede haber más opciones aún.
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Sra. Dressino.- Los únicos elementos que uno puede analizar son los
antecedentes de lo que pasó.

Dr. Vélez.- Exactamente, lo que pasó, la experiencia. En la experiencia, creo


que una sola Cámara pasó que los jurados votaron diferentes que los jueces
técnicos, los cuales se impusieron por mayoría. En los que yo intervine, los
jurados opinan en los hechos sobre si el hecho existió y si la mató -lo digo
porque generalmente son homicidios- y lo demás lo hacemos nosotros y ellos
adhieren a lo nuestro.

Dr. Montero.- Sí, la experiencia de los 36 casos con jurados, siempre la


sentencia la han escrito los jueces técnicos, pero ahora es minoría y cuidado
que con el proyecto vamos a una mayoría; este es el tema. Y en la
deliberación, todos hemos coincidido en acotar el número. Porque no es lo
mismo deliberar con ocho que no se ponen de acuerdo, con un Código
Procesal en donde hay plazos y que vencido los mismos se genera la nulidad
de todo lo actuado, con la consiguiente sensación de impunidad que ello
genera. Deliberar no es una tarea fácil en los delitos graves y además,
incorporar una gran cantidad de jueces es menos fácil todavía.
Ahora, el tema de la redacción de la sentencia es un tema que es muy
complicado, porque la mayoría de los jueces de Cámara o más de la mitad,
opinan que a ellos no los pueden obligar a fundar una posición en la cual han
votado en contra, porque es una contradicción intrínseca que es un absurdo.
¿Y quién le redacta a los jurados? ¿Tienen idoneidad para redactar la
sentencia? No, porque van a generar la nulidad de todo lo actuado. Por lo
tanto, lo que buscamos como mejor justicia, va a ser una terrible injusticia. Este
es un tema que es muy complicado y no es sencillo.

Dr. Rogger.- Lo que dice la doctora nos fija por ahí, el dejar de lado el
proyecto. No se puede avanzar. Porque si estamos hablando de una
motivación legal, de una motivación técnica-jurídica, evidentemente una
persona que tenga sexto grado y que sea mayor de edad, no va a poder hacer
un voto como lo puede hacer el Doctor Vélez.
Entonces, considero que frente a dos disposiciones, una que viene de la
Constitución Nacional, que establece el juicio por jurados, dentro de la
reglamentación hay que encontrar la manera o la forma de agudizar el ingenio
para que esa sentencia del jurado, sea jurídicamente correcta. Es más, doctora
Dressino, hay países donde el jurado no puede estar integrado por abogados.

Sra. Dressino.- Por mayoría de abogados.

Dr. Rogger.- Pero esa es la reglamentación, donde se puede orquestar una


manera -dijo el doctor Vélez una- porque así sobre la marcha no se puede
pensar; hay que pensarlo con tiempo y así se va a encontrar una solución.
Porque si no, doctora, dejen de lado el proyecto porque van a hacer un jurado
de abogados o de jueces.

Dr. Stivala.- El tema es demasiado trascendente para buscar soluciones que


presenten un cambio a la sociedad y que en definitiva nada se cambie.
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Quiero decir con esto que no me parece adecuado que las soluciones
pasen, en definitiva, por más de lo mismo. Es decir, seguir teniendo sentencias
creo que no es el sentido del proyecto. El sentido del proyecto es darle
participación a la sociedad en el dictado de las sentencias. Habrá que buscar
entonces el modo de que esa participación sea real, efectiva y sobre todo
constitucional, lo cual no es tarea fácil. Obviamente que esto estará diferido
para la etapa de reglamentación; pero si se le va a dar participación a la
sociedad, esta tiene que ser real y no algo que termine siendo la voluntad de
los jueces técnicos, con el respeto que me merecen. Tenemos que evitar de
que termine siendo una especie de gatopardismo por el cual le estemos dando
a la sociedad la imagen de que va a tener la participación que luego no tendría.
Es importante buscar mecanismos que respeten el principio constitucional y
que a la vez garanticen la participación de la sociedad.

Dr. Rogger.- Los delitos que están planteados, son delitos que exigen agudeza
técnico penal. Es decir que el jurado, en el caso de un delito grave, no necesita
tanta agudeza técnico penal, pero estos son delitos muy especiales que no
puede resolver, por ejemplo, un humilde vecino de la Seccional 10º, aunque
tenga el mejor sentido común del mundo. Estos son delitos que les cuesta
aprender y entender incluso a los estudiantes avanzados de Abogacía, y
también a los jueces resolver.
Esto no es simple, y por esto digo que el asunto no va.

Sra. Dressino.- Comparto con usted, doctor Rogger, que son delitos muy
específicos y que requieren de experimentación. En el proyecto está incluido la
cuestión del peculado. Cómo usted lo ha estudiado específicamente, querría
saber si lo incluiría, aunque por el análisis que ha efectuado supongo que no.

Dr. Rogger.- Se incluirían delitos graves cometidos por funcionarios.

Sr. Carbonetti.- Cuando los escuchaba hablar sobre la integración de


organismos técnicos para la etapa de investigación, esto significa un organismo
paralelo a la Policía Judicial o un refuerzo a la misma.

Dr. Vélez.- Dentro de la Policía Judicial.

Sr. Carbonetti.- Entonces, de alguna manera habría que dotar de mayores


recursos a la Policía Judicial existente, pero no un organismo independiente
que asista a este fuero.

Dr. Vélez.- Conceptualmente tiene que ser un organismo que gire dentro de la
órbita del Poder Judicial, con sus controles. Habría que pensarlo, porque
también existe la posibilidad de que el órgano jurisdiccional tenga un organismo
propio. Incluso, no habría inconvenientes para que el Tribunal Superior tenga
su propio organismo al cual acudan los jueces.
En el caso del banco Social, juicio en el que me tocó intervenir como
juez, advertíamos por ejemplo, que los fiscales pedían investigaciones técnicas
que realizaban los peritos del Poder Judicial o los jueces ordenaban
investigaciones que realizaban los peritos del Poder Judicial y los fiscales
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pedían contralor, a lo cual tenían derecho. Entonces, se plantaban algunas


dificultades.

Dr. Montero.- Con respecto a los organismos técnicos, hay delitos que son
muy complejos y no hay infraestructura para darles una respuesta investigativa.
El doctor Vélez señaló la causa del Banco Social, y yo soy compañero del
doctor Barrios, que es quien me investigó. Le pedí que me dijera, con la mano
en el corazón, cuánto tiempo le llevó descubrir la punta de ovillo; me dijo que
un año y dos meses. En cambio, con técnicos en Derecho Bancario, técnicos
en Economía, en Informática, me dijo que le hubiera llevado unos 15 días. En
la Cámara Cuarta se llevó adelante la causa por defraudación del IPAM. Hacer
las pericias nos llevó un año y medio. Eso no ocurre en ningún lugar del
mundo.
Es evidente, entonces, que es necesario contar con las estadísticas. No
debemos dejarnos empañar por las sombras de la Capital Federal, ya que se
trata de una realidad totalmente distinta, con problemas que aquí no existen.
En base a esas estadísticas, hay que hacer una previsión adecuada para
nuestra realidad.
Es imprescindible que la oficina técnica esté lo suficientemente dotada;
de lo contrario, ¿de qué servirá tener un regio juicio, si la causa no llega a
término?

Sr. Presidente (Arias).- Tiene la palabra el doctor Rogger.

Sr. Rogger.- Cuando fui Procurador General, me tocó dictaminar sobre la


causa “Galpones del Sur”. Le pedí entonces a la Corte un contador, porque las
partes tenían los mejores estudios de Buenos Aires; y es, en efecto, a los
poderosos a los que hay que llevar, y no a un inspector municipal que hace una
multa y luego la cobra él. ¡Ustedes vieran los asesores contables! Me
mandaron un pobre hombre, que es el asesor de la Corte en materia contable.
Creo que ganaba 800 pesos. Era lamentable. ¿Cómo va a enfrentar el Estado
la defensa de los mejores estudios, con estos medios? Se necesitan equipos
técnicos de alto nivel. Los abogados no entendemos mucho de contabilidad; es
como cuando un juez se encuentra con una historia clínica. No entiende nada y
lee solamente las conclusiones.

Sr. Presidente (Arias).- Tiene la palabra el legislador Cid.

Sr. Cid.- Quiero volver, más que nada, sobre un punto en particular: cuando
uno se adentra en la temática de los juicios por jurados, muchas veces por ver
los detalles perdemos de vista aspectos muy importantes, como que la
participación del pueblo dentro de la Justicia no obedece a que se quiera hacer
que la gente vaya a juzgar, sino que se trata de la expresión de la soberanía
popular.
Y si se analiza la posibilidad de que haya gente técnica para determinar
quiénes son culpables y quiénes inocentes, con ese mismo criterio también
podríamos establecer como requisito que sea gente técnica la que integra la
Legislatura, con el argumento que no cualquiera puede producir leyes y que no
cualquier puede gobernar, cuando en realidad somos los representantes del
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pueblo, que contamos además con los mecanismos técnicos existentes, para
llegar a una decisión que nos beneficie a todos.
Hay un pequeño escollo, cual es solucionar una garantía del proceso
que es la fundamentación. Entonces pregunto: ¿Existen otros mecanismos de
fundamentación que permitan sortear este obstáculo entre la integración de los
jurados populares del pueblo con alguien que les permita asesorar, y respetar
esta garantía de la fundamentación para que esto se pueda aplicar? Es decir,
¿hay algún otro mecanismo en algún otro lugar del mundo que se haya
empleado?

Sr. Vélez.- En nuestro sistema hay un juez que interviene, que no vota y que
redacta la sentencia y los fundamentos del jurado.
Supongamos que hacemos un juicio por jurado, vienen los dos jurados
populares, votan diferente y nos dicen, para nosotros el hecho no existió; y los
jueces técnicos decimos para nosotros el hecho sí existió. Les decimos,
nosotros vamos a hacer nuestro voto y ustedes hagan el suyo. Nos van a decir
que no tienen ni la menor idea de cómo hacerlo. Qué haría yo en ese caso,
llamo al Prosecretario y le digo que hable con los jurados populares y que trate
de poner los fundamentos, porque son fundamentos de sentido común, pero
después viene el Prosecretario y me dice que es un horror. Estas son las reglas
de juego y estoy hablando de los actuales, es un caso hipotético en los jurados
que son minoría, porque el sentido de esta participación es que sea el hombre
de la calle.

Dr. Rogger.- Sander dice que para poder condenar a alguien se les exige que
hayan entendido la criminalidad de la conducta sino no lo van a poder
condenar. Tienen que haber comprendido que la persona está quebrantando la
ley, que la está violando, entonces, ese ciudadano que dice que comprende la
criminalidad pero tiene quinto grado, primer grado o es analfabeto, ¿no va a
poder integrar como jurado un tribunal que está juzgando la criminalidad de
otro, el acto de otro? Damos por supuesto que está comprendido por las
generales de ley, por lo que dice Sander y lo dice con razón.

Sra. Bianciotti.- Quería saber si conocen si existen datos o estadísticas de los


que han intervenido en los treinta casos de juicios por jurado respecto de
costos en cuanto a alojamiento, posibles traslados, gastos, y respecto del
tiempo que llevan los sorteos o posibles recusaciones.

Dr. Montero.- De los 36 ninguno es igual al otro, algunos fueron recusados y


otros no. Los costos son de 50 pesos por día mientras dure el debate. La
posibilidad de preservar al jurado es muy incipiente, actualmente no tenemos
ninguna forma de hacerlo, esa es la realidad, en otros lugares por supuesto si
se hace porque en casos resonantes es muy importante preservar al jurado.
Con respecto a cursos de instrucción para el jurado, no existen. Se hace
un sorteo previo entre todos aquellos ciudadanos que eventualmente pueden
llegar a integrarlo y se les da alguna enseñanza mínima, qué es una sentencia,
qué es un debate, qué es un testigo, cómo se delibera, los fundamentos, que
se puede recusar, que no tienen que prejuzgar y éste es uno de los errores
más importantes del jurado, hacen la entrevista, anticipan el criterio, lo recusan
y eso lleva a la eternización del proceso.
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Todo esto es materia de reglamentación, nosotros no la tenemos, pero


en los 36 casos tenemos una experiencia positiva. Hay un saldo de dos casos
donde ha habido mayoría de un técnico con dos populares y siempre han sido
mayoría por voto unánime.
También hay que plantearse la realidad que tiene todo ciudadano que
llega a integrar un jurado, cuál es la sensación que tiene: miedo a equivocarse
en condenar injustamente.
Entonces, estos temas no son menores, hay que tenerlos presente y
también tratar de alejar toda posibilidad de influencia sea de cualquier factor de
poder de que se trate porque de esa manera se va a preservar una mejor
justicia.
Vuelvo a repetir, creo al igual que la mayoría de los magistrados, que de
existir un juicio por jurado tiene que ser escandinavo. El tema del número es
importante porque un número muy elevado lleva a una burocratización del
proceso y en casos resonantes no se podrá tener una buena imagen de justicia
si no se expide en un lapso de tiempo razonable. No sé si ya he contestado su
pregunta.

Dr. Maggi.- En primer lugar, quiero aclarar que acuerdo con los juicios por
jurado. Pero no se puede cambiar la modalidad de un día para el otro. Me
parece que hay que escuchar a las entidades intermedias, sindicatos y centros
vecinales porque sabemos que son cosas que cuestan. Lo que he percibido es
que resulta un fastidio generalizado el tener que ser jurado, lo cual es un dato a
tener en cuenta para trabajar, no sólo en la cuestión de implementación de una
cultura o de una enseñanza, sino también cambiar la mentalidad de que esta
es una tarea de los jueces, cuando en realidad es tarea de todos.

Dr. Vélez.- Si bien los jueces van a cumplir la ley, por supuesto, debo decir que
no todos los jueces asumen esta institución.

Sr. Fortuna.- Simplemente quería expresar brevemente que el tema sobre el


criterio de convocatoria, selección y preparación de los jurados es muy
importante sobre el que debemos trabajar. Si logramos institucionalizar un
sistema práctico, inteligente y eficiente nos va a resolver en gran parte el resto
de los temas.
Dicho esto, quería preguntar qué sería lo fundamental en cuanto al tema
de la convocatoria, la selección y la preparación para un juicio.

Dr. Vélez.- En primer lugar, habría que exigir como mínimo, la edad que se
exige para ser juez; es decir, habría que elevar la edad porque se supone que
la madurez mental llega cuanto más edad se tiene. Si bien no se exigen
condiciones técnicas, se debe exigir haber cumplido con el nivel medio
completo.
Como lo ha expresado el doctor Maggi, se debieran hacer consultas con
otras entidades, con jueces con experiencia también es importante. También
consideramos que se debe hacer un instructivo que comprenda todos los
aspectos, para que se tome conciencia, para que se sepa cuál es la
responsabilidad que se asume y se debe dar el tiempo suficiente de
adaptación, es decir, que la ley no entre en vigencia inmediatamente.
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Dr. Maggi.- También se podría reformar un solo artículo del Código de


Procedimiento y hacer obligatorio el juicio que hoy es opcional y para los delitos
que uno entiende de gravedad. En general al ser optativos, la defensa no los
pide y en general hemos visto que los juicios escavinos son más duros que los
técnicos sobre todo en delitos que tienen que ver con abuso sexual, o los
homicidios.
En el tema corrupción, por más que sea optativo, cualquier ciudadano lo
puede pedir y eso está en la ley.

Sr. Fortuna.- Agradezco la presencia de los magistrados que nos han visitado
hoy, así también al Colegio de Abogados ya que nos parecen muy importantes
las reflexiones que hemos podido escuchar y seguramente vamos a tener la
oportunidad en el ámbito legislativo y en el de las comisiones de seguir
profundizando sobre el mismo tema.
Muchísimas gracias a todos.

-Es la hora 13 y 10.

Dra. Silvana Sabatini


Directora del Cuerpo de Taquígrafos

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