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Análisis Situacional de la Policía Nacional en República Dominicana y

América Latina

En República

Dominicana, tal y como

ocurre en varios países

latinoamericanos, como es

el caso de México,

Venezuela, Brasil y

Argentina entre otros, el

aumento de la criminalidad y la inseguridad ciudadana tiene una relación estrecha relación

con el pobre desempeño de la Policía Nacional, cuyos niveles de descrédito, son cada vez

más altos. Esto se ve reflejado, en varias estadísticas internacionales que colocan a esta

institución en niveles de rechazo cada vez mayores.

El autor Hugo Frühling planteaba en el estudio “EL DESAFIO DE LA REFORMA

POLICIAL EN AMERICA LATINA” (enero 2006) la necesidad de que las policías

latinoamericanas se abocasen a un proceso de reforma integral que le permitiese superar sus

debilidades, y de esta forma poder hacer frente al desafío de los altos niveles de

criminalidad.

El autor destaca que los problemas de mayor relevancia detectados en el seno de los

cuerpos armados latinoamericanos tienen relación con los aspectos organizativos,

financieros, de personal, de dirección, operativos y valóricos.


Así en palabras de Frühling, en América Latina la diversidad de sistemas policiales

existentes comparten debilidades como:

Una estructura jerárquica con gran distancia social;

Sistemas de capacitación que enfrentan graves falencias;

Incapacidad de lograr incentivar la habilidad de iniciativa e innovación del personal;

Graves debilidades en la investigación criminal debido a la falta de presupuesto;

Ineficiencia de los agentes investigadores que no cuentan con la debida preparación.

A juicio del autor, especial atención merece la situación del personal policial, quienes viven

en una situación de deterioro como funcionarios y servidores públicos, debido a que en

muchos de estos países no existe una real carrera policial, “el amiguismo y el compadrazgo,

o la corrupción, determinan ascensos y retiros, su trabajo es peligroso y sobrecargado y los

afecta la falta de incentivos económicos en los diferentes rangos policiales...”

El autor destaca, que los diferentes estudios versados en el tema señalan que las sociedades

latinoamericanas carecen en su mayoría de un sistema policial coherente y democrático,

que garantice la igualdad en la calidad del servicio de seguridad pública entregado a la

población, y que cuente con políticas de control interno y externo de los alistados para

prevenir corrupción o abusos de derechos humanos por lo que estas necesitan de

profesionales de excelente formación técnica y ética.

En el caso específico de la Republica Dominicana, según datos recientes ofrecidos en el

estudio de opinión pública publicado en septiembre 2016, por la corporación el

“Latinobarómetro”, la Policía Nacional es la institución menos confiable del país


alcanzando solo un 27% de confianza en 2015. Una cifra muy por debajo del promedio

regional que es de un 36%.

Pero esta situación de “pérdida de confianza” ciudadana en la Institución del Orden en el

país, se debe a diversos factores puntualizados en varios estudios realizados sobre el tema,

(“VIOLENCIA Y SEGURIDAD DEMOCRÁTICA EN REPÚBLICA DOMINICANA”,

Bobea Liliam, 2011) (“Crisis y Reforma: La Policía en la República Dominicana” Gitlitz

John, 2003) entre los cuales destacan los siguientes factores:

La Policía Nacional se rige por un modelo obsoleto e infuncional y posee una

estructura jerárquica que no está claramente definida;

No cuenta con los mecanismos que requiere para poder cumplir su papel y tampoco

con los recursos que necesita para desempeñarse adecuadamente;

Los agentes policiales reciben una muy mala paga por exponer la vida;

No existe un adecuado sistema de selección de su personal, ni poseen la preparación

académica o técnica necesaria, por lo que carece de profesionalismo.

Otro factor que se incluye son las múltiples denuncias de que vulneran los derechos

humanos de los ciudadanos e incurren en actos delictivos de diversa índole (“Cállate si no

quieres que te matemos”, Amnistía Internacional, 2011). Además añaden que los

funcionarios policiales desconocen las normas de ética. Todos estos factores se constituyen

en las debilidades del cuerpo policial que generan a su vez problemáticas aún más

profundas, como es el caso de la corrupción.

Diversos autores coinciden en señalar la corrupción imperante en el seno de la institución

como una de las principales causas del descrédito del cuerpo policial.
El tema de la corrupción policial proviene según los estudiosos de la materia, de la génesis

misma de la Institución del Orden. Raúl Marcelo Chevez destaca en el estudio “EL

MODELO POLICIAL HEGEMÓNICO EN AMÉRICA LATINA” que la Policía tiene

conflictos con su comunidad desde el preciso instante de su creación, y estos conflictos se

traducen en diversos actos, entre los cuales destacan los actos de corrupción. De ahí que es

considerada por muchos como uno de sus principales males.

No se trata de hechos aislados, sino que es sistematizada y estructural. “Es el Modelo que la

genera y la necesita para sus fines”. Además apunta el autor que los actos de corrupción

traen como resultado “la desprotección ciudadana, su distanciamiento y alto grado de

cuestionamiento social”.

Todo esto ha repercutido negativamente en la reputación de la Policía Nacional de manera

tal que esta es percibida por el imaginario colectivo como “una institución corrupta y

violenta, creada para hacerle la vida más difícil al ciudadano.” (chevez, Raúl 2000).

Chevez advierte que este concepto social de la Policía Nacional se ha ido fortaleciendo a

través de los años, debido a la cada vez más notoria participación de los funcionarios

policiales en hechos delictivos, algunos de ellos relacionados con apremios ilegales,

exacciones ilegales, cohecho, abuso de autoridad entre otras figuras de responsabilidad

penal, en ejercicio o fuera del servicio. Además se registra un incremento de denuncias de

ciudadanos en contra de policías involucrados en actos delictivos, muchas de las cuales no

son respondidas adecuadamente por la institución y peor aún, en muchos casos los

denunciantes se exponen además a ser víctima de malos tratos, apremios o exacciones

ilegales. Situaciones éstas cada vez más y mejor comprobadas en procesos judiciales.
La corrupción policial es considerada como un problema crítico en América Latina. Las

noticias sobre que la policía está involucrada en abuso de autoridad, sobornos, ejecuciones

extrajudiciales y carteles de crimen organizado son frecuentes en países como Argentina,

Brasil, Guatemala, Honduras, México y Venezuela; pero el problema de la mala conducta

policial tampoco es raro en otros países latinoamericanos (Beltrán 2007).

Pero a decir de Chevez, la Policía no es corrupta, sino que corruptos son algunos de sus

funcionarios, por lo que añade: “Un policía corrupto será entonces el que abusa de su

autoridad, comete apremios ilegales, exacciones ilegales como toda figura prevista en la

codificación legal local con la circunstancia agravante que implica su condición de tal”.

A juicio del autor, un agente policial que tiene que trabajar en condiciones inadecuadas y

sin derecho al disfrute de un salario justo; una dependencia policial que carece de insumos

humanos, materiales y financieros frente a la mirada indiferente de un Estado que conoce

perfectamente las necesidades de su Institución Policial pero no los provee, y a la vez le

exige eficiencia, eficacia y responsabilidad; son aspectos generadores y regeneradores de

corrupción.

En República Dominicana varios ex jefes de la Policía Nacional se han hecho eco de las

debilidades de esta entidad estatal, y han elevado sus voces para referirse a los diferentes

temas que afectan al cuerpo del orden. Es el caso del ex general Ramón Alcides Rodríguez

Arias.

Rodríguez Arias quien fue jefe de la policía nacional durante el período diciembre 1990 -

junio 1992, considera que la corrupción es “la principal fuente de descrédito y de

desconfianza de la institución ante la sociedad”.


Otro ex incumbente de la Policía Nacional que se ha manifestado en relación a la situación

de la institución, es el mayor general retirado Rafael Guillermo Guzmán Fermín quien

fuera jefe de la Policía Nacional del 2007 al 2010.

Guzmán Fermín afirma en un análisis acerca de la recién promulgada Ley Orgánica de la

Policía Nacional publicado en el periódico digital Almomento.net en enero 2017 que es

urgente una mejoría sustancial en el salario de los agentes del orden.

El salario es “la suma de dinero que recibe de forma periódica un trabajador de su

empleador por un tiempo de trabajo determinado o por la realización de una tarea específica

o fabricación de un producto determinado”. (wikipedia.org).

El ex jefe policial precisó en su artículo que el tema de los salarios es una de las mayores

vulnerabilidades de la institución.

Para Guzmán Fermín, “con el solo hecho de promulgar una ley, no se reforma una

institución, para que esto sea posible, debe estar acompañada de un conjunto de acciones

que hay que llevar a cabo para poder cumplir con ese propósito” precisa. Por esta razón

considera que el tema del reajuste salarial debe ser una prioridad.

Salarios que devengan los agentes policiales:

Guzmán Fermín ofrece en su análisis además, una panorámica de las precariedades que

atraviesa el agente policial por causa del bajo salario. Afirma que “la escala básica del

“Costo Promedio Nacional de la Canasta Familiar” dado por el Banco Central en el año

2014 para la escala de más bajos ingresos (quintil 1), fue de RD$ 12,298.00 pesos y el

“Salario Mínimo” que devenga un raso es de RD$ 7,000.00 pesos”.


Por otro lado, en un análisis general de los salarios que perciben los funcionarios policiales

dominicanos publicado por Listín Diario en enero 2017, se visualiza la escala de ingreso

mensual neto que percibe un policía.

Escalas de salarios

El jefe de la Policía gana $81,785.00. El Subjefe y el Inspector general de la Policía,

ambos con rango de generales de brigada, $62,529.42. Seguido a estos, otros 44 generales

de brigada tienen sueldos de RD$37,300.04. La Policía tiene 486 coroneles, 140 más que

hace tres años, con sueldos de RD$23,500.02. Unos 586 tenientes coroneles ganan

RD$22,500.02. Hay 1,017 mayores generales con sueldos de RD$19,501.00. y 1,682

capitanes, con sueldos de RD$17,500.68, además 2,639 primeros tenientes, con sueldos de

RD$15,001.10. y 4,322 segundos tenientes, con sueldos de RD$13,000.22. 199 cadetes,

con sueldos de RD$12,500.56. y 3,694 sargentos mayores, con sueldos de RD$11,000.75.

4,757 sargentos llega con sueldos de RD$9,000.50. 4,886 cabos que ganan RD$ 8,000.26, y

por ultimo 10,831 rasos con sueldos de RD$ 7,000.29.

Actitudes de los Agentes con los Ciudadanos

Diferentes investigaciones, estadísticas nacionales e internacionales de denuncias en contra

de agentes policiales por uso excesivo de la fuerza, asesinatos, atropellos, extorsión y

muchas otras alegadas prácticas que atentan contra los derechos humanos y civiles de los

ciudadanos, ponen de relieve una de las principales problemáticas que enfrenta a la Policía

Nacional con la población.

No obstante el abuso policial, al igual que otras prácticas que se dan a lo interno de la

institución, tiene connotaciones más profundas. Según explica Liliam J. Bobea en su libro
“Violencia y Seguridad Democrática en República Dominicana,” el maltrato policial es

una práctica extendida en la mayoría de las emergentes y semi-consolidadas democracias

latinoamericanas.

En el análisis “Crisis y Reforma: La Policía en la República Dominicana” publicado

por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), se determinó

que en el año 2001, las fuerzas de seguridad dominicanas, principalmente la Policía

Nacional, asesinaron por lo menos a 250 personas.

En los datos ofrecidos por el “Barómetro de las Américas” en un estudio realizado en

2008, se determinó que el abuso policial afectaba entre 3% y 7% de la población adulta.

Mauricio Cruz, a partir de los datos generados por el "Barómetro de las Américas" sugiere

que hay factores ideológicos detrás de la violencia policial, pero también se discrimina en

contra de los más jóvenes (menores de 25 años), quienes tienden a ser cuatro veces más

victimizados que los mayores de 66.

República dominicana, es uno de los países con más alto índice de violencia policial según

datos del barómetro. En 2008 este estudio determinó que un 6% de la población

dominicana es víctima del abuso de la fuerza policial, llegando a ser letal en una proporción

excesivamente alta. (Bobea, Liliam , 2011).

Este problema tiene raíces profundas, los autores la sitúan en el modelo autoritario que

predominó en la mayoría de los países de América Latina durante la época de las

dictaduras, donde el cuerpo armado se constituyó en el instrumento represivo del estado no

democrático. No obstante un dato interesante señalado por algunos estudios es que en

República Dominicana “quienes sufren en mayor proporción el abuso policial, son los
ciudadanos provenientes de los sectores más empobrecidos” (Bobea Liliam, 2011), lo que

evidencia que existe una relación entre el nivel socioeconómico del ciudadano y el trato que

recibe por parte del agente policial.

Por otro lado, varios autores afirman que las acciones violentas de la Policía en contra de

los ciudadanos, son alentadas por los propios candidatos y gobernantes políticos, quienes

en sus promesas de campaña promueven la política de “mano dura y tolerancia cero” en vez

de promover políticas de seguridad democrática que garanticen los derechos de los

ciudadanos civiles. De hecho estas posturas políticas, entran en contradicción con los

actuales preceptos democráticos bajo los que se ha buscado reformar al Cuerpo del Orden,

a través de la creación de diferentes instrumentos (Manuales de actuación, Códigos de

ética...) diseñados para guiar el accionar de la institución y cambiar las prácticas de

excesos, abuso de poder, y atropellos de toda índole en contra de los ciudadanos, y de esta

manera restablecer la confianza de éstos en los mismos.

Es bien conocido que la Policía Nacional a lo largo de los años (desde 1963) ha sido objeto

de constantes intentos de reforma, sin que hasta la fecha se hayan percibido cambios de

trascendencia en el accionar policial.

En palabras del propio actual jefe de la Policia Nacional mayor general Manuel Castro

Castillo, “algunos intentos de reforma no pasaron del mero plano conceptual y otros

plantearon y ejecutaron cambios en la estructura funcional, pero no generaron

modificaciones en los métodos represivos, y las acciones reactivas cotidianas de los agentes

del orden”.
Los críticos del tema sostienen que es imposible lograr emprender una verdadera reforma

policial sin cambiar primero la vida de los policías. Otros atribuyen el fracaso de estos

intentos a una “resistencia” de una vieja estructura a lo interno de la institución de que se

produzca el cambio.

Lo cierto es que la gran parte de las posturas, incluyendo la de los propios ex jefes y el

actual incumbente policial atribuyen este fracaso a la falta de inversión estatal de los

recursos que la institución necesita para emprender dichas reformas.

BIBLIOGRAFÍA

 CRISIS Y REFORMA: LA POLICÍA EN REPÚBLICA DOMINICANA, John


Gitlitz y Paul Chevigny, 2003.

 EL DESAFIO DE LA REFORMA POLICIAL EN AMERICA LATINA, Hugo


Frühling, Edición Año V / N° 8, Enero 2006.

 EL MODELO POLICIAL HEGEMÓNICO EN AMÉRICA LATINA, Raúl


Marcelo Cheves, "Policía en naciones Unidas II", Segunda Edición Actualizada
(2000).

 VIOLENCIA Y SEGURIDAD DEMOCRÁTICA EN REPÚBLICA


DOMINICANA, Liliam J. Bobea. 2011, Designed by Laura Felix, Printed in USA.

 MALA CONDUCTA POLICIAL Y DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA,


PERSPECTIVAS DESDE EL BARÓMETRO DE LAS AMÉRICAS: 2010
(Num..33) José Miguel Cruz, Vanderbilt University.
 “CÁLLATE SI NO QUIERES QUE TE MATEMOS”, Amnistía Internacional,
2011.

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