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DOCENTE:
DR. CESAR NUÑEZ SANCHEZ
ALUMNO:
GURBA MENDOZA EDU BRIAM
CURSO:
ANTROPOLOGIA MORAL Y ETICA
CICLO: I
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RESUMEN
y el positivismo inglés (Hume, Spencer, Stuart Mill). Desde el principio dice con
claridad que no hay diferencias entre el hombre y los mamíferos más elevados, no
sólo en el cuerpo, sino en lo que Darwin llama “facultades mentales”. Así, afirma
que los animales tienen aptitud para el raciocinio, poniendo ejemplos que en
realidad sólo prueban la “inteligencia práctica” animal (estimativa, según la doctrina
tomista).
Darwin considera que el hombre surge por evolución también en sus facultades
espirituales: todo el espíritu humano, la conciencia, la moral, etc., han nacido como
resultado de la evolución. Las facultades mentales del hombre habrían surgido a
partir de la evolución de instintos sociales de amistad y simpatía, heredados de los
antepasados simiescos; cualquier animal dotado de instintos sociales pronunciados
habría podido alcanzar una conciencia como la del hombre
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trata de hipótesis sobre las que no aporta ningún argumento consistente.
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DEDICATORIA
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INDICE
Capítulo I ................................................................................................... 5
Capítulo II ..................................................................................................... 6
Capítulo IV.................................................................................................. 10
Capítulo V................................................................................................... 13
Capítulo VI.................................................................................................. 15
CONCLUSIONES....................................................................................... 17
RESUMEN .................................................................................................. 18
BIBLIOGRAFIA .......................................................................................... 20
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Capítulo I
Basándose en ellas, el autor concluye que “el hombre y todos los demás
vertebrados han sido construidos según un mismo modelo general“ (p. 23); admite
que todos ellos tienen un origen común, y niega la idea de que fuesen el producto
de actos creativos separados. Y este es precisamente el núcleo de la argumentación
científica de Darwin: dos cosas semejantes tienen un origen común; argumento
enriquecido con una multitud de datos que en realidad sólo evidencian semejanzas
entre los seres vivos de la naturaleza, pero que no necesariamente prueban un
origen común.
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Capítulo II
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Analiza también en este capítulo la creencia en Dios, y piensa que, siendo
indudable la demostración racional de su existencia, es erróneo pensar que “el
hombre haya estado dotado primitivamente de la creencia en la existencia de Dios
omnipotente“ (p. 51). Sin embargo, todas las razas tienen el sentimiento de la
religión, entendida como creencia en agentes invisibles o espirituales, que habría
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Capítulo III
Darwin heredó de Kant la conciencia del deber, y le dio razón de ser a partir del
proceso evolutivo: el sentido moral nació para la prosperidad de la comunidad
(entendida no como felicidad general, sino como mayor producción de
descendientes con facultades plenas), porque se deriva de los instintos sociales,
que pueden ser innatos o adquiridos en parte. Los instintos sociales sirven de guía
y están orientados a dominar las malas acciones (las contrarias al bienestar ajeno).
El sentido moral originó el deseo de ayuda a los demás. Así el hombre llegó a estar
sometido a reglas morales; las normas superiores están pues basadas “en los
instintos sociales, y se refieren a la prosperidad de los demás; están apoyadas en
la aprobación de nuestros semejantes y en la razón” (p. 79); “las inferiores (...)
cuando arrastran a un sacrificio personal, se enlazan principalmente con el individuo
en sí, y deben su origen a la opinión pública, cultivada por la experiencia” (pp. 79-
80). Conforme el hombre se une a otras comunidades mayores, la razón indica que
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debe extender sus instintos sociales y su simpatía a todos los individuos de la
comunidad, aunque no los conozca. Y el mayor grado de cultura moral se adquiere
cuando el hombre domina sus pensamientos y los mantiene alejados de las
acciones malas que hizo.
Es posible que se produzca una lucha entre el instinto social y los deseos del
hombre de orden inferior, que pueden llegar a ser más fuertes que aquél. Sin
embargo, en la medida en que los hábitos sociales de virtud toman mayor fuerza en
las generaciones futuras, al ser fijados por la herencia, esa lucha será cada vez más
débil y la virtud triunfará.
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Capítulo IV
son conocidas por Darwin; piensa que “se enlazan con las condiciones a que
cada especie ha estado sometida durante muchas generaciones” (p. 88). Pero los
cambios de las condiciones no son la única ley para explicar la variabilidad; otras
son el uso y desuso de las partes, la cohesión de las partes homólogas, la
compensación de crecimiento, etc.
Aunque Darwin admite que cuando se alteran las condiciones a las que los
organismos están sometidos, se producen efectos, a menudo considerables,
siempre que haya habido el tiempo necesario para ello, reconoce sin embargo que
no tiene pruebas claras de esta tesis. Dice también que cuando se producen
variaciones que él llama “espontáneas”, las causas hay que buscarlas más en
relación con la naturaleza del organismo que con la de las condiciones a las que
éste se encuentra sometido.
Piensa que los primeros antecesores del hombre, como todos los demás
animales, tenderían a multiplicarse mucho más de lo que permitirían sus medios de
subsistencia, con lo que estarían expuestos a una lucha por la existencia, y, por
tanto, “se hallarían sujetos a la inflexible ley de la selección natural” (p. 111). De
este modo, las variaciones ventajosas se habrían conservado de manera accidental
o habitualmente y se habrían transmitido a la descendencia. Las perjudiciales se
eliminaron.
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El lenguaje articulado del hombre —desarrollado por la fuerza de su
inteligencia— la capacidad de observación, la memoria, el raciocinio y la
imaginación explicarían su enorme extensión sobre el globo. Darwin cree que estas
características surgieron cuando algún miembro antiguo de los primates comenzó
a vivir menos sobre los árboles y más sobre el suelo —bien por un cambio en el
modo de procurarse el alimento, o bien por una alteración de las condiciones del
medio en que habitaba—, con lo que pudo llegar a ser bípedo. La postura erguida,
característica más diferenciadora entre el hombre y los primates, la adquirió el
hombre cuando se liberó del uso de las manos para la locomoción y se sostuvo
firme sobre los pies, porque ambas eran condiciones que reportaban un éxito
indudable en el combate por la existencia. A medida que los antecesores del hombre
se fueron irguiendo, sucedían otras muchas modificaciones anatómicas: se
ensanchó la pelvis, los pies se hicieron planos y las piernas aptas para la marcha,
la espina dorsal se enderezó, la cabeza se fijó en otra posición, etc. Darwin dice no
saber cuáles de todas esas modificaciones que sufrió el hombre eran debidas a la
selección natural y cuáles al uso o desuso de las partes, o de su acción recíproca.
Opta por pensar que no es dudoso que esas causas de cambios obrasen y se
relacionasen entre sí. Tampoco es muy claro en decidir cuál fue la causa inmediata
de la adquisición de la postura erguida; sostiene que “el uso libre de brazos y manos,
en parte causa y en parte efecto de la posición vertical del hombre, parece haber
determinado indirectamente otras modificaciones de estructura” (p. 119). Darwin
parece optar por la solución de que la costumbre adquirida gradualmente de servirse
de piedras, mazas u otras armas para combatir a sus enemigos produjo, además
de otros efectos como la reducción de los caninos, la postura erguida del hombre.
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No sabe Darwin si el hombre provendría del chimpancé o del gorila, ni si sus
antepasados eran más fuertes o menos que los humanos actuales; sin embargo,
las características poco favorables de los hombres (poca fuerza corporal, escasa
velocidad de locomoción, carencia de armas naturales, etc.) se ve contrarrestada
por las fuerzas intelectuales y por las aptitudes sociales. Y siendo los antepasados
del hombre inferiores a los salvajes más inferiores hoy existentes, tanto en
inteligencia como en disposiciones sociales, concluye Darwin que los hombres
pudieron alcanzar la elevada posición que actualmente ocupan gracias a la ley de
la supervivencia de los más aptos, combinada con la de los efectos hereditarios del
hábito.
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Capítulo V
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Inquisición quemó o encarceló a los hombres dotados de un espíritu más
independiente y atrevido. De donde “el
mal que ha causado así la Iglesia católica es incalculable” (p. 152). Piensa que
la selección natural procede de la lucha por la existencia, y ésta de la rapidez de la
multiplicación; de aquí resulta que la nación dotada de individuos cuya
descendencia fuese de inteligencia elevada prevalecería sobre las demás. Pero el
combate por la vida que lleva inevitablemente a la lucha, produce en las naciones
civilizadas la miseria; por eso, Darwin al final prefiere que el crecimiento de la
población disminuya: “es imposible que no deploremos amargamente (...) la
velocidad con que el hombre tiende a crecer en número” (p. 153).
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Capítulo VI
La parte final del capítulo describe las líneas evolutivas desde animales
inferiores: el hombre pertenece a los mamíferos con placenta; éstos debieron
provenir de los sin placenta o marsupiales; y todos los miembros del reino de los
vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces) derivaron de algún animal
pisciforme, pues la clase de los peces es la más baja por su organización y
antigüedad.
El mundo se habría ido preparando para la aparición del hombre, que debió su
nacimiento a “una larga serie de antecesores. Si un eslabón de esta cadena no
hubiese existido, el hombre no sería exactamente lo que es ahora” (p. 187).
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de un tronco primitivo, del que poco a poco se habrían ido diferenciando. Prueba de
ello es la semejanza en la conformación corporal y en las costumbres. Sin embargo,
sostiene que ese tronco surgió de un antepasado simiesco, que poco a poco se fue
haciendo humano. Tratar de saber en qué momento preciso surgió el hombre es —
según Darwin— un asunto sin importancia e imposible de fijar
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CONCLUSIONES
Sobre la llegada del hombre a América se dice que hay 3 teorías de las cual la
inmigracioncita es la más aceptada hasta hace algunos años e incluso existen
nuevos descubrimientos que el hombre ha hecho poner en tela de juicio de como
llego el hombre.
para poder encontrar el origen de cómo se pobló América si por la llegada del
estrecho de Bering como planteó Alex hardlicka o la autoctonita de Ameghino ellos
se basaron en descubrimientos simples. Hardlicka se basó en el hecho de la era de
Wisconsin que congelo parte del océano y pudo llegar el hombre a través del
estrecho de Bering o la de Ameghino que fue un arqueólogo que descubrió restos
armas ubicado en las pampas argentinas.
Muchos siguen pensando que el hombre llego de una sola oleada a América pero
no es así se descubrieron en México, Yucatán debajo de las profundidades marinas
un resto fósil llamado la mujer de las palmas y gracias a la tecnología se pudo
establecer su anatomía, y según los especialistas la mujer tiene características
faciales que coinciden con los asiáticos esto probablemente probaría que los
hombres no llegaron de Europa de una sola oleada sino que también pudo haber
llegado de Asia.
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RESUMEN
Aún hoy los especialistas en diversas disciplinas del campo de las ciencias sociales
debaten dónde, cuándo y cómo ocurrió el poblamiento del continente americano.
De acuerdo con los datos disponibles, los investigadores han ido proponiendo
diferentes hipótesis, algunas más sustentadas que otras con información extraída
de restos materiales.
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Hallazgos arqueológicos efectuados a mediados del siglo XX probaron que hace
unos 11 mil años antes del presente, los primeros pobladores cazaban grandes
mamíferos, hoy extintos, en las planicies norteamericanas. Los sitios de la llamada
"cultura Clovis", caracterizados por la presencia de instrumentos de caza que
incluyen puntas de proyectil lascadas, fueron entonces considerados vestigios de
las más antiguas poblaciones americanas.
Durante la segunda mitad del siglo XX, en numerosos lugares de América del Norte
y del Sur se encontraron indicios de una posible ocupación humana, incluso más
antigua que la de la cultura Clovis, poco antes del final del período geológico
llamado Pleistoceno. Pero se trata de acontecimientos que dan lugar a
interpretaciones opuestas y los especialistas no se ponen de acuerdo.
Hasta hoy, solo los sitios con fechas entre 11 y 12,5 mil años antes del presente
proporcionan vestigios incuestionables de la presencia humana en América.
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BIBLIOGRAFIA
El 12 de febrero de 1809 nacía Charles, quinto de los seis hijos del matrimonio
entre Róbert Darwin y Susannah Wedgwood, una acomodada familia inglesa.
Los casi cinco años de viaje fueron determinantes para su vida y carrera.
Recorrió América Meridional y del Sur, Nueva Zelanda, Australia y Tasmania; se
acercó de nuevo a Brasil, y por Cabo Verde y Azores volvió a Inglaterra. Durante
esos años de observación directa y estudio meticuloso de la naturaleza acumuló
una ingente cantidad de datos que utilizaría para elaborar su teoría de la evolución.
Desde 1839, fecha en que se casó, hasta su muerte, en 1882, pasó toda su
vida en una casa de campo de Down (Kent). Los 20 primeros años de este período
los dedicó a la elaboración de El origen de las Especies, que vio la luz en 1859,
alcanzando una influencia filosófica y científica que ni el mismo autor jamás hubiera
sospechado.
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Species by Natural Selection, con una edición de 1.250 ejemplares vendidos en un
solo día.
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