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En las décadas centrales del siglo XVIII (el "siglo de las luces"), el movimiento cultural de

la Ilustración se difundió con rapidez desde Francia (Montesquieu,1 Voltaire, Rousseau,


los enciclopedistas) hasta el mundo anglosajón2 (que de hecho la había precedido e influido
notablemente con la revolución científica y política del siglo XVII: Newton, Locke,3 Berkeley -que
residió en América- o Hume), y particularmente en las Trece Colonias de América del Norte, donde
encontró unas élites suficientemente formadas, una opinión pública especialmente favorable y
una prensa libre y dinámica. Los debates intelectuales tuvieron una clara influencia en el
movimiento político y social de la revolución estadounidense (o "americana"), que llevó a la
formación de unos Estados Unidos independientes (1776). Entre los ilustrados
estadounidenses estuvieron tanto personajes locales (Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, John
Adams o James Wilson) como británicos asentados en la nueva nación (Thomas Paine o Joseph
Priestley). De hecho, la mayor parte de los llamados "padres fundadores" pueden considerarse a la
vez políticos e intelectuales de tendencia ilustrada, que políticamente defendieron el concepto
de contrato social, los derechos civiles y políticos y la tolerancia religiosa. Es característico de la
ilustración estadounidense la conciliación entre razón y fe mediante una sensibilidad deísta, que
rechazaba los dogmas y el misticismo y exigía una completa separación entre las iglesias y el
Estado.

.1- La Ilustración fue una corriente de pensamiento desarrollada en Europa a fines del siglo XVIII
que influyó notablemente en la independencia de las colonias americanas. Los intelectuales
ilustrados junto con los filósofos criticaban a los reyes que gobernaban sin considerar las
necesidades y deseos de amplios sectores de la sociedad.

Las ideas ilustradas señalaban que:” todos son iguales ante la ley, que el pueblo debía elegir a sus
gobernantes y que era necesario la creación de gobiernos basados en la división de los poderes,
para asegurar los derechos de las personas”. Estas ideas ilustradas se difundieron en América y en
Chile, a través de los libros que traían los criollos de sus viajes a Europa, pese a la prohibición que
existía de la Corona española.

El triunfo de la Ilustración en Europa tendría también repercusiones hacia el exterior, en la


relación de los países europeos con otros pueblos. La Revolución francesa va a constituir sin duda
para Condorcet un singular triunfo pero varios años antes se había producido en América del
Norte una conmoción política que se presentaba como la primera gran realización de los principios
ilustrados, como la emancipación del sometimiento colonial, y donde también el problema de la
esclavitud de los negros iba a situarse en el centro de atención43. Es preciso por tanto dar paso a la
reflexión de Condorcet, y con ella a la de la opinión ilustrada francesa sobre los acontecimientos
que se producían en América y a su sentido para Europa, y en definitiva para la humanidad entera.
Vamos a intentar aproximarnos al tema por partes. En primer lugar nos fijaremos en el impacto
general que la Revolución americana produce en Francia. Después nos referiremos a los
planteamientos de tres exponentes cualificados de esa Revolución, a saber, B. Franklin, Th.
Jefferson y Th. Paine, y a su incidencia relevante en la situación de Francia. Una vez llegados a este
punto nos vamos a detener un poco en la consideración de algunos “americanistas” franceses que
hayan desempeñado un papel relevante en la temática que aquí estamos analizando. Por último,
sobre este marco general, intentaremos aproximarnos de una forma más explícita a la concepción
de Condorcet.

Afortunadamente en ese momento crítico en que la realización de los principios


de la Ilustración en Europa se aplazaba penosamente se producía en las colonias
británicas de América del Norte una conmoción política que significaba un
punto de inflexión histórico, con la proclamación de la Independencia y el
desencadenamiento de la llamada Revolución americana. Tal como escribe
Peter Gay, muchos intelectuales europeos vuelven entonces su mirada a la
joven república americana considerando que en ella el programa de los filósofos
había sido llevado “a la práctica”, y que este glorioso acontecimiento mostraba
finalmente que los principios de la Ilustración no habían de ser considerados
como una mera quimera sino que podían ser implantados exitosamente en la
realidad44.

En consonancia con ello el propio Jefferson nos ofrece un testimonio fehaciente


de la bipolaridad privilegiada de aquel momento: Estados Unidos y Francia.
Jefferson está orgulloso de la gesta que supuso la Revolución americana. No
duda que se trata de un hito en la historia de la emancipación humana. En
América surgió la primera asamblea legislativa que tuvo el coraje de manifestar
que “puede confiarse a la razón del hombre la formación de sus propias
opiniones”62. En sintonía con ello la Revolución americana viene a constituir para
Jefferson la “demostración práctica” de que el hombre es capaz de
“autogobierno”. Si la historia nos muestra otra cosa es debido a la “degradación
moral” que experimenta la humanidad bajo el yugo de sus tiranos 63.

or ello Jefferson está convencido de que la Revolución americana tiene un


alcance que desborda el ámbito de su país y de su posteridad. América se
convierte ahora en un referente para los otros pueblos que buscan su
emancipación. Tal como le escribe el 11.03.1790 a W. Hunter:”Ciertamente es
estimulante pensar que, mientras garantizamos nuestros propios derechos y los
de nuestra posteridad, señalamos el camino a naciones que luchan y desean,
como nosotros, liberarse de sus tiranías”64. Jefferson no duda que entre estas
últimas Francia ocupa un lugar especial, tal como cabe apreciar en el hecho de
que la declaración de los derechos del hombre llevada a cabo en Estados Unidos
habría sido asumida por Francia antes que por cualquier otra nación europea.

”Después de siglos de opresión general, ¡ojalá la revolución que acaba de


producirse más allá de los mares, al ofrecer a todos los habitantes de Europa un
asilo contra el fanatismo y la tiranía, instruya a quienes gobiernan a los
hombres, acerca del uso legítimo de su autoridad !”75.
[…] Cuando en el curso de los acontecimientos humanos, un pueblo se ve en la necesidad de
romper los lazos políticos que le unían a otro, y tomar entre las potencias de la tierra el rango de
independencia y de igualdad al que las leyes de la naturaleza y Dios le dan derecho, un justo
respeto hacia la opinión de los hombres exige que declare las causas que le han llevado a esta
separación. Tenemos como evidentes por sí mismas estas verdades: que todos los hombres nacen
iguales; que su Creador les ha dado ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y
la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos los hombres instituyen entre ellos
gobiernos cuyo justo poder emana del consentimiento de los gobernados; que si un gobierno,
cualquiera que sea la forma, llega a desconocer estos fines, el pueblo tiene el derecho de
modificarlo o de abolirlo y de instituir un nuevo gobierno que se funde sobre tales principios, y
que organice los poderes según tales formas, que le parezcan las más adecuadas para asegurar su
seguridad y su felicidad. […] Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, 4 de
julio de 1776. ■ ¿Cuándo comenzó la guerra de Independencia?
............................................................................................................... ■ ¿Cuáles fueron sus causas
y consecuencias? ............................................................................................................... ■ ¿Cuál es
el objetivo del texto? ¿Cuándo fue promulgado?
............................................................................................................... ■ ¿En qué se fundamenta el
derecho a la independencia? .........................................................................................

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