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UNIDAD III.
ECONOMÍA DE MERCADO.
Autores:
Definición
Características
Individualismo. Afirma que toda acción social debe verse sancionada por las
voluntades de los individuos que componen la sociedad.
Las unidades económicas de producción son las empresas. Una empresa no es más que una
organización de personas (sociedades) cuya tarea es la de ofrecer unos bienes y unos
servicios.
Así pues, tenemos que los titulares de las empresas son los empresarios, cuya función es,
por ser los más interesados, la de organizar y dirigir todos los factores de producción para
llevar a cabo sus fines, que no son otros que los de obtener un beneficio económico. Entre
diversos fines tenemos los siguientes para una empresa:
De esta manera podemos resumir que, dentro del sistema económico, la empresa es la
unidad económica de producción. Está organizada y dirigida por el empresario, cuyo fin
último es el ánimo de lucro. Lo consigue a través de ofrecer bienes y servicios a las
unidades económicas de consumo (sociedad de consumo) para satisfacer necesidades.
UNIDADES ECONÓMICAS DE CONSUMO
• El ingreso es limitado.
Por lo tanto, debe adecuar la adquisición de bienes y servicios a las posibilidades que le
brinda su ingreso. Ante esto, el consumidor debe tomar una decisión acerca de las
necesidades por satisfacer y los bienes a utilizar para tal efecto.
Las decisiones del consumidor están relacionadas con los siguientes factores:
• estructura de las necesidades Teniendo en cuenta estos factores, el consumidor calcula las
distintas combinaciones de los bienes a adquirir, buscando la mayor satisfacción de sus
necesidades.
Plan económico de la unidad de consumo:
Dónde:
s = ahorro
c = consumo
Y = ingreso
Es posible establecer para cada individuo una función geométrica que, para un nivel de
consumo determinado, una todos los puntos que representen combinaciones de cantidades
de dos bienes que le brindan igual satisfacción. Esta función geométrica se denomina
"curva de indiferencia" porque, dado un cierto nivel de consumo, al individuo le resulta
indiferente ubicarse en cualquiera de los puntos.
Cuanto más alejado esté el punto del origen, mayor será el grado de utilidad que la
combinación de cantidades brinda al individuo.
Dado que hay infinidad de niveles de consumo posibles, existen infinidad de curvas de
indiferencia que los representen. El ascenso a un nivel de consumo superior, es decir, a una
curva de indiferencia más alejada del origen, depende del incremento de su poder
adquisitivo y/o de su actitud respecto de cómo repartirá su ingreso entre consumo y ahorro.
• Cada curva de indiferencia une los puntos de igual utilidad para el sujeto.
• Cada una de las curvas de indiferencia representa un nivel de consumo distinto, con
diferentes grados de utilidad y satisfacción.
Reglas:
Utilidad decreciente:
FORMAS DE MERCADO
Competencia perfecta
La competencia es esencial a la economía de mercado, tanto que puede decirse que ambos
términos son, en realidad, inseparables: no existe economía de mercado sin competencia y
la existencia de competencia produce como resultado un tipo de economía que es de
mercado, o que se aproxima a ella. No obstante, la competencia que existe en un mercado
determinado puede alcanzar diversos grados y clasificarse en diferentes tipos según el
grado de control sobre los precios que pueda tener cada uno de los oferentes y
demandantes, la variedad de los bienes que se comercian y la libertad de entrada para los
oferentes (y a veces, los demandantes) potenciales.
Este modelo, que resultó básico para el nacimiento de la ciencia económica como tal, tiene
una inmensa utilidad aún hoy, pues actúa como una construcción intelectual a la cual se
aproximan, en el límite, las situaciones de la realidad. Como modelo abstracto, por lo tanto,
la competencia perfecta tiene la misma utilidad y valor que los modelos que elaboran otras
ciencias en la comprensión de los fenómenos de la naturaleza.
La competencia, en cualquiera de sus formas, significa que las empresas rivalizan entre sí
por la preferencia de los consumidores. Ello las estimula a ofrecer los mejores productos
posibles al menor precio, de modo de lograr unas ventas que, en definitiva, resultan la
fuente de ingreso de la cual provienen las ganancias. Cada empresa, por lo tanto, está
obligada a ser lo más eficiente posible, porque debe satisfacer a los consumidores y obtener
a la vez un beneficio. De esta presión de fuerzas diferentes se deriva, en última instancia, el
efecto beneficioso de la competencia, pues ella obliga a las empresas a situarse en la
frontera de la eficiencia para subsistir y ampliar su participación en el mercado. De otro
modo lo que ocurre es que la empresa quiebra, o se ve obligada a modificar sus actividades,
pues al perder la lucha frente a sus competidores se ve imposibilitada de obtener los
ingresos que necesita.
La competencia expresa, por lo tanto, la soberanía del consumidor: le otorga a éste el poder
de decidir por cuales productos está dispuesto a pagar. Los productos poco atractivos, los
métodos caros de producción y la combinación ineficiente de factores tienden a desaparecer
del mercado, siendo sustituidos por nuevos productos y procedimientos. Por ello la
competencia acelera el progreso tecnológico y resulta una forma de descubrir los productos
más deseados por el público y las escalas y los costes de producción mínimos.
Competencia imperfecta.
Para referirse a las situaciones que se encuentran en la práctica, y que se alejan por cierto de
la competencia perfecta, los economistas suelen hablar de competencia imperfecta. Este
concepto abarca una multitud de situaciones diferentes que van desde las que se aproximan
a la competencia pura hasta las que se acercan a la ausencia total de competencia. En la
práctica siempre es posible encontrar que algunos oferentes o demandantes poseen mayor
poder que otros para la fijación de los precios, que aparecen economías de escala o que
existen restricciones directas o indirectas que limitan el acceso del mercado a nuevos
competidores. A pesar de que la competencia imperfecta resulta de gran interés para la
ciencia económica, pues se trata de la situación que efectivamente se encuentra en la vida
real, su estudio no ha reportado mayores conclusiones de interés: no es posible construir
una teoría general para cada una de las posibles situaciones que se presenten en la práctica
y, en la mayoría de los casos, el modelo de competencia perfecta o el estudio de los
monopolios ofrecen resultados que pueden extrapolarse de algún modo a las situaciones
intermedias.
Competencia monopolística
Cuando existen muchos vendedores que, aunque producen unos sustitutos próximos, no
pueden considerarse como sustitutos perfectos -debido a la diferenciación de productos por
medio de la publicidad, las marcas comerciales y pequeños detalles en su acabado o
presentación- nos hallamos ante la que se denomina competencia monopolística. En este
caso, aunque cada producto específico pueda considerarse monopolizado por una
determinada firma, los mercados suelen actuar como si en ellos hubiese competencia
perfecta, especialmente si no existen dificultades para que nuevas firmas puedan entrar a
competir y las diferencias entre los productos no son muy significativas para el consumidor.
Monopolio.
Situación en la cual una mercancía o servicio es provista por un solo vendedor. Dado que
en la práctica es corriente encontrar sustitutos próximos para la mayoría de los bienes y
servicios, los monopolios absolutos son bastante infrecuentes, aunque, por otra parte, casi
todos los productores ejercen algún grado de monopolización del mercado, ya sea por
características específicas de las mercancías que producen o porque las mismas no se
ofrecen en idénticas condiciones de tiempo y espacio con las que compiten con ellas. De
allí que, en una economía de mercado, el monopolio puro resulte un caso límite, de algún
modo comparable al de la competencia perfecta.
Tres factores, muy diferentes entre sí, conducen a la monopolización. El primero, y con
mucho el más importante, es la ley o, en términos más amplios, las decisiones del poder
político: cuando el Estado se reserva para sí diversas actividades o cuando las limita a una
empresa privada por medio de concesiones y licencias nos hallamos frente a un monopolio
que no surge de las relaciones económicas sino que es impuesto a la comunidad desde el
Estado. Así han surgido, desde tiempos inmemoriales, actividades reservadas al gobierno o
a algunos de sus funcionarios. En tiempos modernos ello se ha traducido en la reserva para
el sector público de ciertas industrias -llamadas a veces básicas o estratégicas- como el
petróleo, la aeronavegación, los ferrocarriles, los armamentos, etc. En otros casos se han
dado formas atenuadas de monopolización, como cuando el Estado exige licencias para el
uso de los canales de radiodifusión y televisión, etc.
Hay ciertas condiciones naturales, en segundo lugar, que dan origen o favorecen la creación
de monopolios. El monopolio natural aparece cuando el tamaño de la unidad productora en
relación al tamaño del mercado es tal que cualquier incremento en la producción puede
hacerse con costos medios decrecientes. En tales condiciones una empresa puede atender a
todo el mercado, con lo que se genera espontáneamente un monopolio. Asimismo, cuando
una industria se basa en la explotación de un recurso natural que se encuentra en muy pocos
lugares del planeta, o cuando la entrada al mercado requiere de inversiones muy grandes,
tienden a generarse monopolios o, con más frecuencia, oligopolios. Así sucede cuando hay
que instalar líneas de distribución o comunicación -como en el caso de las empresas
eléctricas o telefónicas- con ciertas explotaciones mineras, etc. Ha sido política de muchos
países la de reservar para el Estado la explotación de estos monopolios, con el argumento
de que así pueden controlarse mejor los precios y proteger al consumidor. De hecho, sin
embargo, las ineficiencias asociadas a la gestión estatal de las empresas ha hecho que
muchas de ellas se hayan privatizado, limitándose el Estado ahora a supervisar el
desempeño de tales compañías.
Cuando una empresa está en una situación monopólica obtiene ganancias extraordinarias,
pues puede aumentar los precios de venta y con ello la tasa de beneficio más allá de lo que
se lo permitiría una situación de competencia perfecta. De aquí que se produzca, teniendo
en cuenta la elasticidad de demanda del bien considerado, una reducción del volumen de
consumo, que la empresa compensa con creces gracias al mayor precio que puede imponer.
Por tal razón, en varios países, existen leyes que regulan la formación de monopolios y
cárteles, especialmente mediante la prohibición de ciertas fusiones o compras de unas
empresas por otras. Ello, sin embargo, puede resultar también dañino para la economía: en
muchos casos será imposible entonces aprovechar las economías de escala que surgen de la
ampliación de la producción. Por eso se considera que la mejor manera de evitar la
monopolización es eliminando todo tipo de barreras que puedan existir para el ingreso de
nuevos productores al mercado: simplificación de los trámites administrativos para la
creación de nuevas empresas, eliminación de concesiones y licencias, privatización de
empresas del Estado y, en general, vigencia de un marco normativo que estimule la libre
competencia.
Duopolio.
Situación del mercado en la que existen solamente dos vendedores. Desde el punto de vista
teórico el duopolio es un caso particular -el más simple- del oligopolio. Este puede ser
definido como una situación intermedia entre el monopolio -donde existe un sólo vendedor-
y una economía de competencia perfecta, donde existe un número de oferentes que tiende
al infinito. El duopolio, como ya lo analizó Cournot, suministra un modelo simple para
estudiar casos más complejos de oligopolio, cuando se presentan tres o cuatro vendedores,
por ejemplo.
Las soluciones a esta situación son básicamente dos: o ambos llegan a un acuerdo - tácito o
expreso- para estabilizar los precios y la producción en un punto dado, o se desata una
guerra de precios. En el primer caso se arriba a una situación de monopolio, en tanto que en
el segundo cada productor realiza los beneficios normales que tendría en una situación de
competencia perfecta. Entre estos dos extremos existe un sinnúmero de posibilidades
intermedias a las que puede arribarse en la práctica sin que la teoría pueda definir, con
antelación, cuál será la situación resultante.
Duopsonio.
Oligopolio.
Las situaciones de oligopolio se presentan por lo regular cuando en una industria las
economías de escala son muy grandes y es necesario realizar muy fuertes inversiones para
entrar al mercado; también ello ocurre para cierto tipo de bienes y servicios que son
comprados sobre la base del prestigio o tradición de ciertas marcas bien establecidas o
cuando, por razones legales o administrativas, se dificulta la entrada de nuevos
competidores en un mercado.
Oligopsonio.
Monopsonio.
Al igual que en el caso del monopolio, la empresa monopsónica ejerce un gran control
sobre el mercado y puede, dentro de ciertos límites, deprimir los precios de modo de
obtener ganancias extraordinarias. Ello sucederá hasta que, si aumenta su demanda, se
encuentre con que es preciso pagar precios más altos para atraer nuevos oferentes.
Entonces, las ventajas atribuidas al mercado son la eficiencia, el egoísmo permite obtener la
solución más adecuada, la reducción de los costos de información y de transacción, el
respeto a la libertad y que los desequilibrios presentados son de corte temporal. No hemos
afirmado, sin embargo, que dicho sistema sea perfecto; desde años recientes la literatura
económica viene considerando un conjunto de situaciones en las cuales el mecanismo del
mercado no resuelve eficientemente el problema económico.
Se considera que constituyen fallas (o “fallos”) del mercado todas aquellas situaciones en
las que el mecanismo del mercado no puede funcionar adecuadamente; de este
funcionamiento inadecuado se derivan algunas de las posibles siguientes alternativas, las
cuales conllevan invariablemente perjuicios para la sociedad, generalmente en términos de
pérdida de valor:
Además, el mercado se muestra impotente de revertir “per se” (por sí mismo) esta situación
de falla o fallo, siendo éste principalmente el punto de partida para la justificación de la
intervención del estado en la economía. Al margen de esta perspectiva que podríamos
considerar usual- intentaremos mostrar como el sistema es no sólo susceptible, sino
proclive a la generación de fallas, las cuales, en consecuencia son demasiados frecuentes
para considerarse una excepción. La temática de las fallas ha recibido un tratamiento
reciente y cuando menos insuficiente en la literatura económica; esos fallos son variados y
a continuación los enumeramos brevemente:
MACROMERCADO
De menor a mayor grado, las estructuras de integración económica son las siguientes:
EL PACTO ANDINO
Este pacto surgió en mayo de 1969 como una reacción a las dificultades prácticas de
adelantar la integración a escala latinoamericana. Agrupó en un comienzo a Bolivia,
Colombia, Chile, Ecuador y Perú, pero más tarde ingresó Venezuela y se retiró
Chile. Luego de un comienzo auspicioso, el proceso se estancó, en particular durante los
años ochenta cuando los países experimentaron graves dificultades en el sector externo que
llevaron al incumplimiento sistemático de los compromisos. No obstante, desde finales de
esa década y gracias al empujón político de los propios presidentes y sobre bases más
flexibles, la integración subregional andina cobró nuevo impulso y los países asumieron
compromisos tendientes a consolidar el espacio económico ampliado.
Ello ha dado pie para pensar en esquemas de pago con utilización de sus monedas
nacionales (desdolarización del comercio) a fin de agilizar y reducir costos de los pagos.
Igualmente la esfera de los intercambios se ha extendido a los proyectos de inversión,
colocación de bonos y adquisición de instituciones financieras colombianas por capitales
venezolanos. Todo ello permite esperar que en el futuro se logre consolidar aún más este
proceso de unificación económica. De igual manera, se ha avanzado con mayor decisión en
la armonización de las políticas macroeconómicas, aunque subsisten áreas donde, en razón
de los resultados disímiles, resulta difícil lograr avances rápidos.
UNIÓN EUROPEA:
La Unión Europea (UE) es una entidad geopolítica que cubre gran parte del continente
europeo. Es una asociación económica y política única en el mundo, formada por 28 países.
A partir de los años 60, Bruselas se ha consolidado como la capital de la UE, dónde se
concentran la mayor parte de las instituciones comunitarias y viven la mayoría de los
funcionarios y responsables.
La UE ha contribuido a elevar el nivel de vida de los europeos, ha creado una moneda única
y ahora está construyendo progresivamente un mercado único en el que personas, bienes,
servicios y capital (las cuatro libertades fundamentales de la UE) circulan entre Estados
miembros con la misma libertad que si lo hicieran dentro de un mismo país. Lo que
comenzó como una unión puramente económica, ha evolucionado hasta convertirse en una
organización activa en todos los frentes, desde la ayuda al desarrollo hasta la política medio
ambiental.
En resumen, puede decirse que la misión de Europa en el siglo XXI es: ofrecer paz,
prosperidad y estabilidad a sus ciudadanos; superar las divisiones en el continente; velar
por que sus ciudadanos puedan vivir con seguridad; promover un desarrollo económico y
social equilibrado y sostenible; hacer frente a los retos de la globalización y preservar la
diversidad de los pueblos de Europa; defender los valores compartidos por los europeos,
como el desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente, el respeto de los derechos
humanos y la economía de mercado social, y adquirir visibilidad internacional y habar a
una sola voz en los principales foros y organismos internacionales.
La necesidad de una moneda única en Europa surge cuando se quieren suprimir las barreras
no arancelarias a la libre circulación de bienes, capitales, servicios y personas y completar
la realización del mercado único. El proyecto no tiene precedente histórico desde el Imperio
romano, ni equivalente en el mundo. Reunir las monedas que han sido para los países
europeos los símbolos y los instrumentos de su soberanía durante varios siglos implica una
pacífica revolución política que ayudará a los ciudadanos a confirmar su sentimiento de
pertenencia a una nueva entidad.
Los dos beneficios esenciales que se obtienen por formar parte de una unión monetaria son:
Además de los efectos beneficiosos sobre estas dos variables, se pueden señalar también los
efectos de la menor incertidumbre sobre el crecimiento económico: la reducción de la
variabilidad de los tipos de cambio llevaría a un descenso de la prima de riesgo que
incorporan los tipos de interés reales. Esto, a su vez, tenderá a aumentar las inversiones
productivas al hacer atractivos aquellos proyectos que actualmente no lo son debido al
relativamente alto coste del capital. De forma que la mayor eficiencia en la utilización de
los recursos llevaría a una mayor productividad y, en consecuencia, a un mayor crecimiento
a medio plazo.
Ahora bien, a estos efectos beneficiosos hay que añadir otros que se derivan del proceso
particular de introducción del euro que ha seguido la Unión Europea, así como de las
características diferenciales que ésta presenta. Las normas de obligado cumplimiento
relativas al tamaño de la deuda pública y del déficit público y la existencia de una sola
autoridad monetaria encargada de formular una política monetaria única suponen una
garantía adicional de estabilidad.
Estos efectos son de aplicación asimismo a los mercados financieros, en los que se
incrementa la competencia entre las diversas instituciones financieras al desaparecer uno de
los elementos que contribuyen a la segmentación de mercados: la denominación de los
activos en distinta moneda. En consecuencia, las alternativas de financiación abiertas a
particulares y empresas se verán ampliadas y mejoradas de forma sustancial.
Por último sehizo mención a los macromercados que no son más que procesos de
integración económica supranacionales, con la finalidad de desarrollar las economías las
naciones que efectúan dichos acuerdos de integración. Se analizaron el Pacto Andino al
cual pertenece Venezuela y otras economías de la región, el cual tenía como finfacilitar las
relaciones económicas entre los países miembros mediante la implementación de políticas
arancelarias favorables y ciertas restricciones a los países que no estuvieran adheridos al
acuerdo económico. Otro importante acuerdo de integración económica es el Mercado
Común del Sur (MERCOSUR) al cual nuestro país perteneció. En la actualidad la nación
ha impulsado otros acuerdos de integración tal es el caso de la Alternativa Bolivariana para
las Américas (ALBA) e incluso seimplementó un sistema monetario único conocido como
Sucre el cual fracaso en la práctica.
El otro sistema de integración que fue objeto de estudio fue la Unión Europea (UE) en el
cual también se adoptaron políticas arancelarias favorables al comercio entre los países
miembros.Con el convenio de UE se suprimieron los controles fronterizos facilitando el
libre tránsito entre los países miembros.La UE implemento un patrón monetario, es decir
una moneda única “el euro” (aunque algunos países miembros no lo adoptaron como el
caso de Reino Unido) para facilitar las transacciones económicas y para que las mismas no
dependieran del dólar, la estabilidad de esta moneda depende del comportamiento de las
economías de los países que componen la UE, es decir que la inestabilidad económica de
un país miembro repercute negativamente en el valor del euro (como la crisis griega).
Sin duda alguna el análisis de los mercados es muy complejo, ya que la teoría muchas
veces suponeque los mismos son estáticos esto para simplificar su estudio pero en la
realidad los mercados son dinámicos.
BIBLIOGRAFÍA
Martínez Coll, Juan Carlos (2001): "Los beneficios del Euro" en La Economía de
Mercado, virtudes e inconvenientes.