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Hoy en día existe una creciente demanda de la sociedad hacia los operadores del derecho
-no sólo en nuestra materia ni en nuestro país- que versan sobre la necesidad de mayor
claridad y simplicidad en el lenguaje judicial, información y transparencia respecto de los
actos del poder judicial y, como máximo requerimiento, el de una justicia rápida.
En efecto, se trata el sujeto del proceso laboral de una persona que reclama un crédito
alimentario, originado directamente en la relación laboral o como consecuencia de
siniestros laborales u otras contingencias igualmente penosas para su salud o proyecto de
vida. No podemos perder de vista que cuenta con especial tutela constitucional según la
Corte nacional desde “Aquino”.
Cualquier solución de fondo no tiene que soslayar que aunque se trate de lograr una justicia
veloz ésta siempre tiene que lograr resultados justos porque la rapidez no es un único valor.
También lo es -y mucho- la garantía de la defensa en juicio.
Lo que en mi opinión debe tenerse como norte es la posibilidad de tener lo que en EE.UU.
llaman “su día en la Corte”, esto es, la oportunidad de ser escuchados.
Desde otra óptica, da la impresión de que la inversión en Jueces y Juzgados parece más un
gasto que una necesidad de brindar respuesta a la sociedad, por lo que se observa -al menos
en mi provincia- una pertinaz reticencia a crear nuevos juzgados acordes con la densidad
poblacional y nivel de conflictividad que no es del actual gobierno, sino que lleva décadas
de desidia y desinterés.
En este panorama y en las posibles soluciones, entonces, no podemos dejar pasar que los
jueces están superados en sus capacidades físicas, síquicas e instrumentales, que hay
innúmeras causas que no deberían haberse judicializado, y si lo fueron, nunca a través de
procesos ordinarios y que hay juicios con final anunciado (v. gr., despido sin causa, entrega
de certificados de trabajo y aportes y otros, etc.).
Se conocen varias propuestas para acortar tiempos y obtener resoluciones rápidas. Una
posible salida es la de las cautelares urgentes, pero estas tienen como contrapartida su
naturaleza esencialmente inestable y se requeriría una sentencia de mérito que le otorgue
fuerza de cosa juzgada.
Ahora bien, el punto débil de la tutela cautelar está en el hecho de que no podría utilizarse
sino sólo para los derechos que suponen la posibilidad de lesión irreparable y no resarcible,
por la restricción defensiva que suponen.
Los otros derechos -que son mayoría- corren el riesgo de que su declaración
inexorablemente se postergue hasta el dictado de la sentencia. Se abre paso el concepto de
procedimientos sumarizados, atendiendo para su configuración a diversas cuestiones tales
como el monto de lo discutido, la relevancia social o individual, la certeza o no de la
pretensión, etc.
La pulseada es lograr efectos estables sin que necesariamente se transiten todas las etapas
de conocimiento pleno, o que se altere el orden de la defensa.
El monitorio es de aquellos procesos especiales que permiten contar con un título ejecutivo
con rapidez y simplicidad en el supuesto de falta de oposición (total o parcial, o de
allanamiento) o frente al rechazo judicial de la misma (ver arts. 128, 129 y 130, CPL de
Santa Fe), cuyo origen debe remontarse al derecho estatutario italiano y que actualmente
está -con particularidades en orden a su regulación legal- ampliamente aceptado en la
mayoría de los países europeos(1); también en Uruguay(2) y, recientemente, formando
parte del Código del Trabajo en Chile(3). También hoy receptado en algunas provincias,
como luego veremos.
Hay dos tipos de razones que avalan la elección de procedimientos de estructura monitoria:
por un lado, la verosimilitud de un derecho consagrado en un documento; por otro, razones
de política judicial que hacen conveniente un proceso rápido aun sin un documento
inicialmente decisivo. Esta última opción ha sido tenida muy en cuenta en el derecho
europeo, pero no puede trasladarse automáticamente a otros países por las distintas
idisioncracias. Señala Teitelbaum al respecto que en Alemania, Austria e Italia difícilmente
habrá oposición salvo que la demanda sea totalmente infundada, lo que no ocurre en estos
lares(4) (hoy en día la praxis diaria indica que 40 años después nada ha cambiado a favor
de la moralización de la conducta de los deudores).
Debo formular una previa aclaración. De ninguna manera lo que sigue pretende ser un
exhaustivo relevamiento de las soluciones legislativas obrantes en los códigos de
procedimiento de las distintas provincias.
No sólo porque ello excedería con creces los límites de este informe, sino porque -además-
se advierte una diversidad de regulaciones bajo la misma denominación, lo que impediría
una sistematización de instituciones.
Por ello, tomando sólo aspectos generales -excepto, tal vez, en la regulación de Santa Fe,
sobre la que me he extendido un poco más- he intentado detectar aquellos procedimientos
cuya finalidad es, claramente, la de evitar la tramitación del juicio ordinario y, con ello,
obtener una justicia más rápida. Algunos más modernos, otros más conservadores.
La utilización de esta vía no implica renuncia a mejores derechos por los mismos o
distintos rubros ni es incompatible con su reclamo por el trámite ordinario. Y, utilizadas
ambas vías, entiende el tribunal que hubiera prevenido
Si opone defensas idóneas: sentencia admitiendo la oposición (inapelable para el actor, cosa
juzgada formal) o rechazando la oposición (apelable para el demandado).
A mi modo de ver, en esta última causa se desnaturaliza el monitorio, dicho ello sin
perjuicio de las bondades de adoptar, tal vez, alguna suerte de proceso sumarísimo
“express” (como por otro lado sugiere la norma en cuestión). Misiones prevé una estructura
similar a la de Santa Fe, con procedencia también similar.
4.1. Otros procedimientos sumarizados
a) Pronto pago (sobre la base del reconocimiento del crédito por parte del obligado).
En Santa Fe no se establece trámite del pronto pago, lo que ha dado lugar a distintas
interpretaciones. En general se resuelve luego de un traslado. Procede cuando se hubiera
reconocido procesal o extraprocesalmente -ante autoridad administrativa del trabajo- que se
adeuda un crédito líquido o liquidable, el juez -a pedido de parte- ordena el inmediato pago,
quedando expedito el trámite del art. 139 de ejecución de sentencia (planilla aprobada,
embargo si no paga en tres días). En la reforma de la ley 13039 se supeditó la impugnación
de la planilla a que se presente una liquidación alternativa de la deuda.
En casi todas la provincias que lo regulan, se exige al actor que obtenga una suerte de
certificación del actuario respecto de qué rubros están firmes y en condiciones de ser
ejecutados, cuando se trata de sentencias recurridas parcialmente, lo que a mi modo de ver
demora en demasía porque ya hay una sentencia luego de un proceso de cognición amplio.
Entre Ríos tiene la ejecución de créditos reconocidos o firmes, también con la exigencia de
certificación actuarial previa, y denegación en caso de duda.
b) Juicios ejecutivos
El mayor inconveniente es que debe prepararse la vía, excepto instrumento público o
confesión del demandado; hay variaciones en la legislación provincial comparada.
En algunos supuestos se establece el trámite del juicio ejecutivo para lo que en otras
legislaciones queda encuadrado en el pronto pago, caso de Catamarca, o Córdoba, entre
otros.
Como antes apunté, en Misiones bajo la denominación genérica de pronto pago se establece
una suerte de configuración judicial de título ejecutivo (por créditos reconocidos
judicialmente o los rubros que estén firmes, inclusive en la segunda instancia respecto de
recursos extraordinarios). Además, está previsto el juicio ejecutivo para créditos
reconocidos extrajudicialmente, por acta de funcionario público o escribano, a la que se le
confiere el carácter de título ejecutivo. De manera parecida se regulan estos casos de
procedencia en San Juan, legislación que prevé la situación especial -con limitación
probatoria- de reclamos por la ley especial de la ley 9688, lo que bien puede aplicarse a la
actual legislación. Salta, lo regula por deudas que consten en instrumentos públicos o
privados reconocidos, conciliación o reconocimiento de deuda ante autoridad
administrativa
También prevén la vía ejecutiva para créditos reconocidos en instrumentos públicos o
privados (preparándose la vía), el código de provincia de Buenos Aires, Neuquén, Santa
Cruz y CABA.
c) Medidas autosatisfactivas
San Luis también legisla las medidas autosatisfactivas, pero con posibilidad de producción
de prueba y de una reducida sustanciación, con la que estoy de acuerdo, pero ya no serían
medidas autosatisfactivas, cuya esencia es la del despacho inaudita parte.
Tucumán lo autoriza para diversas situaciones, como por ejemplo discusión de sanciones
disciplinarias, despidos sin expresión de causa, desalojos laborales, cobro de seguros de
vida colectivos obligatorios. También Misiones, para exceso en el ejercicio del jus variandi,
sanciones disciplinarias y cobro de fondo de garantía de la LRT.
Como procedimiento declarativo con trámite abreviado, San Luis prevé supuestos similares
a los de los abreviados con estructura monitoria, sólo que lo ha regulado con un trámite
breve pero que no es monitorio, sino que comienza corriéndose traslado de la pretensión
primero.
Río Negro prevé juicio sumarísimo para el cobro de salarios caídos, con acompañamiento
de prueba, tomado de la legislación de CABA
Misiones prevé un proceso abreviado (en tiempo y medios de prueba) cuando lo que esté
controvertido es la determinación del grado de incapacidad o el monto de la reparación.
También Santa Cruz prevé un trámite rápido para accidentes de trabajo.
5. Conclusión [arriba] -
Con mayor o menor acierto en cuanto a sus resultados, la legislación provincial muestra
una reacción favorable al reclamo social de rapidez en la obtención de la satisfacción de los
créditos laborales, aunque no suficiente, en vista a la situación de cuasi colapso que se
observa en algunas jurisdicciones. Sin la inversión en recursos por parte del Estado, las
soluciones del moderno derecho procesal o más o menos imaginativas de los legisladores,
son sólo un paliativo.
Notas [arriba] -
1. La necesidad de tutela efectiva del crédito en ciertas circunstancias (v. gr., deuda
dineraria vencida, líquida y exigible) ha sido la finalidad del proceso monitorio (monición,
advertencia, aviso) desde su génesis en la Italia del norte en el medioevo, su posterior
recepción por el derecho común alemán y el actual desarrollo.
2. Ver “El proceso monitorio uruguayo”, Jaime W. Teitelbaum, Revista Uruguaya de
Derecho Procesal, Nro. 34, año 1977.
3. Redacción ley 20260; consultar “El juicio Monitorio en el derecho procesal laboral
chileno”, René David Navarro Albiño, Ediciones Jurídicas de Santiago, 2011. En Chile, el
proceso monitorio laboral se aplica hasta una determinada cuantía económica y está
precedido de una etapa administrativa previa de conciliación.
4. Ob. cit.
5. Refiero a la legislación santafesina, porque ha sido pionera en la adopción de este
procedimiento para pretensiones de naturaleza laboral.