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Curso de Doctorado - UBA

“Del psicoanálisis como discurso: de la experiencia analítica a la estructura de discurso.”


Prof. Dr. Alfredo Eidelsztein
Clase N° 2 – Viernes 13-04-07

Clase N° 2

Alfredo Eidelsztein: hoy vamos a hacer un recorrido tedioso e inevitable.


Trato de llevar un cálculo sobre cómo podrá llegar a ser nuestra modalidad de
intercambio desde esta posición que asumo para la transmisión universitaria
del psicoanálisis, que es hacer una discusión sobre textos –y no hablar sobre
el mundo, la realidad, las cosas, etc.- y producir avances en el recorrido de
textos. Para eso, procedo asumiendo que el recorrido que yo hice no lo han
hecho ustedes. Sé que es muy probable que entre ustedes haya alguien que
sepa sobre análisis de discurso mucho más que yo, pero aún así, procedo
para armar una base argumentativa compartida entre todos, partiendo del
prejuicio de que ninguno de ustedes sabe lo que yo voy a transmitir. Pero
hago mucho hincapié en que es muy difícil seguir un argumento muy extenso
con la articulación de distintos discursos y distintos autores, si no es a partir
de otra lectura. O sea, considero que lo que yo hago como transmisión
hablada es tan sólo una parte de nuestro intercambio, pero que funda la
posibilidad de generar un material –que afortunadamente Mariana
desgrabará. Yo en general trabajo con esta idea y por eso a veces puede ser
agobiante.

Intento –por eso la prisa, la puntualidad- lograr decir un conjunto mínimo de


argumentos, suponiendo que ustedes los escuchan por primera vez, y que
luego como se va a contar con la desgrabación, podrán leerlo y volver la
próxima con ese material leído –si les interesó- y eso nos permitirá un
diálogo. No cifro tanto en lo que ustedes escuchen, porque si cifrara en lo
que ustedes escuchasen apostaría a decir muchísimo menos, pero yo cuento
con que es una actividad universitaria del máximo nivel, no hay más que
posgrado y doctorado, y para poder sostenerlo seriamente considero que
debe haber trabajo de investigación y eso es introducir textos, desde cierto
comentario, desde cierta perspectiva. Intento entonces con cierta prisa llegar
a decir lo que traje preparado, no porque calcule que ustedes lo puedan
seguir –y menos con este sistema de dos clases seguidas, que es agotador-
pero sí que al menos los que se interesen tengan la pista, el texto, el dato, y
cuenten con la desgrabación por si les interesó en especial como para verlo o
para volver a seguir toda la secuencia lógica que muchas veces es difícil
reproducir. Por eso trabajo con un escrito.

Los textos con los que vamos a trabajar ahora están ordenados por criterio,
por autor, por orientación epistémica, para mí fueron textos nuevos que
estudié con mucho entusiasmo, y reencontré muchísimo más a Lacan en
estos textos que en Miller, García, Mazzuca, Rabinovich, etc. Por ejemplo,
nunca vi tan bien trabajado “sujeto de la enunciación”, justamente porque
sujeto de la enunciación es un concepto del análisis de discurso.

Habrán visto que en el Seminario 16 reaparece con mucha frecuencia el


grafo del deseo. Pero en el Seminario 17 ya no. ¿Por qué? ¿Por qué
aparece tanto en el 16 y no en el 17? Frente a esto podemos decir que no
nos importa, pero si somos psicoanalistas y operamos con este problema
podría ser muy interesante plantearnos el por qué. Sucede en la clínica: un

Desgrabación y edición: Mariana Gomila. Versión no corregida por el autor.


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paciente venía hablando de ciertas cosas y de repente cambia el tema…


¿por qué apareció ahora la tía abuela? Les advierto que “sujeto de la
enunciación” es un concepto del análisis de discurso y como tal no pudo ser
levantado por la lingüística estructural. ¿Por qué el sujeto de la enunciación
–que para ustedes es un concepto de Lacan- no pudo ser tomado en cuenta
por la lingüística estructural? ¿Qué es el sujeto de la enunciación? Es la
posición que tiene aquel que habla en aquello que dice. Y ¿qué quiere decir
la posición del que habla en aquello que dice? Lo que quiere con eso. En el
grafo del deseo, ¿no está tensado acaso en “esto es lo que me dices, pero
¿qué es lo que quieres?”? En el grafo del deseo, se escribe “esto es lo que
me dices”, pero ¿che vuoi?, ¿qué quieres con eso? Y a partir de la pregunta
de qué se quiere producir en mí con aquello que se me dice, yo puedo armar
la cadena de la enunciación.

Che vuoi?

enunciación

enunciado

esto es lo que dices, pero…

El grafo del deseo se funda en la diferencia entre el enunciado y la


enunciación, y justamente aparece en el Seminario “De un Otro al otro”
porque es donde aparece el concepto de discurso analítico. Y la lingüística
que se basa en el concepto de discurso hace hincapié en el sujeto de la
enunciación. Con lo cual, vean que es muy importante que revisemos los
conceptos de la lingüística moderna, porque si no, no tendremos con qué leer
a Lacan. Por eso paso ahora a transmitirles una gran cantidad de citas sobre
esta lingüística que es nueva para mí, ya que hasta octubre del año pasado
no me había enterado de que existía el análisis de discurso.

Decidí empezar por Teun A. Van Dijk, quien es una de las dos o tres máximas
personalidades del análisis de discurso en el mundo en la actualidad. Dos
comentarios de un libro que es “El discurso como estructura y proceso”.
¿Cómo sienten este título? Estructura es algo que ya teníamos. Y “proceso”,
¿no es “de un Otro al otro”? Me parece que las coincidencias son
sorprendentes. Lo primero a destacar de este autor es que propone que el
análisis de discurso es una ciencia transdiciplinaria. Y en esto coinciden
todos los autores y me parece que es un concepto para empezar a pensar.
El fin del Siglo XX en ciencias humanas lleva un concepto bastante
sorprendente, que es el de ciencias transdiciplinarias, que prácticamente es
casi como una contradicción en los términos, ya que sería una ciencia entre

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ciencias. Y de este libro destaco que Van Dijk plantea que el lenguaje o
discurso hablado y el lenguaje o discurso escrito, son dos modalidades del
discurso. ¿Ustedes toman nota de lo que habla un paciente? ¿Por qué se
toman notas? Porque no se trabaja con la idea de que son dos modalidades
distintas: se cree que discurso es palabra y que con la letra se fija la palabra,
se ancla la palabra. Y hay que ver que es así, o si se está cambiando la
modalidad y entonces ya no sería así. No digo que así sea, digo que me
parece que ha llegado la hora de que los psicoanalistas pensemos en esto.

Nosotros seguimos sosteniendo que la escritura fija a la palabra, al discurso.


Pero en análisis de discurso esa diferencia no es pensada así para nada. Y
Van Dijk define al análisis de discurso como el estudio de la conversación y el
texto en contexto. Conversación es palabra hablada, y como no hay una
palabra equivalente, tiene que decir “y el texto en contexto”. Si hay discurso
analítico y si tiene que ver con el análisis de discurso, entonces lo que hay
que trabajar es la conversación. Pero en esta facultad –y en otras- a los
alumnos que quieren ser psicoanalistas se les enseña lo contrario: que el
material del paciente es lo que dijo la persona del paciente, y que el analista
debe estar callado y ser muy cuidadoso de que no se le llegue a escapar algo
que no fuera “dejamos aquí”, porque ya no sería material del caso. Yo no sé
cómo trabaja un psicoanalista, lo que digo es que si emparentamos –y vamos
a ver que se lo puede hacer y mucho- la teoría de J. Lacan con la teoría del
análisis de discurso, podría ser que el material resulte ser la conversación. Y
que si ustedes toman nota, tomen nota también de lo que ustedes digan.

Del segundo libro de Van Dijk, “Estructuras y funciones del discurso”, ahí
plantea algo que para mí fue una noticia bárbara porque eran buenas nuevas.
La mala noticia era que no podía creer que yo fuera tan bruto. Porque ahí
hace la historia de la lingüística y dice que hasta el ’60 fue la lingüística
estructural, que hasta el ‘68/’70, fue la lingüística generativa transformacional
chomskiana que dejó de ser paradigma dominante. Para mí es una
excelente noticia de la que no me había enterado. ¿Ustedes sabían? ¿No
creían que la generativa transformacional de Chomsky seguía siendo el
paradigma dominante en lingüística y que nosotros seguíamos perdiendo el
partido? Pues no es más paradigma. Ahí es cuando viene el momento de la
pragmática. Y desde el ‘64/65, análisis de discurso. Para Van Dijk, el
momento inaugural a partir del cual existe la disciplina análisis de discurso,
es 1964.

Van Dijk es el único autor de análisis de discurso que sostiene la diferencia


conceptual entre texto y discurso. Este libro es del ’78, tiene 30 años y
nosotros no nos habíamos ni enterado. Dice así:

“Así, un discurso es una unidad observacional, es decir, la unidad que interpretamos


al ver o escuchar una emisión.1

Eso es discurso. Continúo la cita:

1
Van Dijk, Teun A.: Estructura y funciones del discurso. Siglo XXI (1978) p. 20.

Desgrabación y edición: Mariana Gomila. Versión no corregida por el autor.


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“Es decir, una gramática sólo puede describir textos, y por lo tanto sólo da una
aproximación de las verdaderas estructuras empíricas de discursos emitidos.2

¿Se entiende? Una gramática sólo puede comentar textos. Discurso es un


fenómeno de emisión, con lo cual, la gramática no alcanza para interpretar
discursos, esa es una primera cuestión.

“Nótese que en esta última cláusula está implícito que hay todavía una diferencia
entre un discurso como tipo y una emisión discursiva como ocurrencia. Sólo esta
última es un “evento” empírico inmediato en un contexto particular y único.3

Entonces tenemos que a su vez discurso puede ser usado como tipo de
discurso, pero ya es una elaboración; o el evento discurso que como tal no
puede ser de ningún tipo, ya que tipo de discurso es una interpretación del
evento. No existe el “discurso analítico”, solamente hay discursos, en tanto
fenómenos observacionales. Decir “discurso analítico” es el producto de una
interpretación.

“Un tipo de discurso es una abstracción…4

Con lo cual: diván, diploma de psicólogo, tipo con barbita, judío, libreta, una
mujer histérica que llora, eso no es discurso analítico. Ahí solamente habría
discurso. Será por interpretación que se dirá si eso es discurso analítico, de
amo, histérico, etc.

“Un texto, por otra parte, es más abstracto, un constructo teórico de los varios
componentes analizados en la gramática y en otros estudios discursivos. No sólo
tiene estructura “gramatical” (narrativa, por ejemplo) y otras clases de estructura
que la lingüística actual no puede explicar.5

Un texto es todavía más abstracto que un tipo de discurso. Tenemos un


discurso como fenómeno, tipo de discurso como interpretación del fenómeno,
y algo más abstracto que es el texto. Les recuerdo que es el único autor que
distingue discurso y texto. Y texto es un constructo teórico en función de los
varios componentes analizados en la gramática y otros estudios discursivos.
Uno tiene un discurso, al cual se lo puede interpretar desde distintas
disciplinas.

transdiciplinar

2
Ibid.
3
Ibid.
4
Ibid.
5
Ibid. p. 21

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discurso

gramática retórica estilística

texto

Una vez que se tiene el recorte, es que se produce el texto. Entonces, de un


discurso, vía la gramática, se puede hacer un texto. El texto sería un
constructo teórico en función de con qué disciplina se ha leído el discurso.
Pero el discurso en sí implica todo el conjunto de disciplinas, por eso es
transciplinar. Habría que ver si psicoanálisis se podría escribir en el conjunto.
Ninguno de estos autores, que estudian muchísimas disciplinas, jamás nos
tuvieron en cuenta para nada. Salvo esos franceses que citan una sola vez a
Lacan, los otros no se han interesado para nada en el discurso analítico o los
cuatro discursos de Lacan, no existen, y eso se debe a la extraterritorialidad
que ya dijimos, ¿cómo irían a enterarse afuera de lo que ocurre dentro del
gueto? El rabino, dentro del gueto es Maradona, pero afuera pueden no
saber que ese rabino existe, ¿se entiende?

Una pregunta que nos podríamos hacer es si nosotros podríamos ir en este


nivel:

transdiciplinar

discurso

¿psicoanálisis?

gramática retórica estilística

texto

otra escena / produce un texto

Para muchos lacanianos, el psicoanálisis está en este otro nivel, ya que


establece la tipología del discurso:

transdiciplinar
Psicoanálisis

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discurso

gramática retórica estilística

texto

porque la tipología de discursos para el análisis de discurso como disciplina,


es algo que está luego del discurso, produciendo texto. Con lo cual, nosotros
podríamos decir que de un discurso un psicoanalista produce un texto.
Alguien podría grabar una sesión y una sesión podría ser leída de muchas
maneras. Podría ser leída por ejemplo desde el análisis crítico de discurso
como el ejercicio de un poder que el analista ejerce como una manipulación
de conciencia, o podría ser leída gramaticalmente y que quedase establecido
que todo lo que dijo el paciente tuvo forma de pregunta, no dijo más que
preguntas. Pero también se podría pensar si existe una forma de tramitar el
discurso que lo haga texto a partir de una disciplina de este conjunto de
disciplinas, y que sea el psicoanálisis. Me parece que sí, que sería posible.
Porque me parece que hay texto psicoanalítico cuando aparece la otra
escena. El texto psicoanalítico aparece cuando el discurso es interpretado
poniendo a trabajar la otra escena. Pero también se podría decir que toda
disciplina pone a trabajar la otra escena, porque ya quedó claro que una
característica fundamental del análisis de discurso es que pone a todo
discurso en contexto. Salvo que para nosotros la otra escena es una, que es
lo que se podría llamar Edipo. Quizás seamos los únicos que leemos en
función del Edipo, donde somos capaces de preguntar por un texto. “Estoy
pensando en separarme de mi marido”. ¿Por qué? “No lo sé, estoy
pensando en separarme pero en realidad no sé por qué, por eso vengo.”
¿Qué hacemos con eso? ¿Qué pondríamos a trabajar? El analista puede
intervenir diciendo cualquier cosa, pero si se pudiese tipificar la intervención
del analista como analítica, creo que sería la operación de la puesta en
funcionamiento de la otra escena, que sería edípica, o sea, podría
preguntarle por sus padres, si viven juntos o separados, creo que esa sería la
vía. Ustedes me podrán decir “en transferencia”… pero de hecho, la
pragmática considera que todo texto es producido en transferencia.

El psicoanálisis ha perdido desde los años ‘50/’60 casi todas sus temáticas y
se los voy a demostrar, porque todas ellas fueron conquistadas por el análisis
de discurso. Por ejemplo, para el análisis de discurso, todo texto es
producido en transferencia. ¿Podría haber pragmática sin transferencia?
¿Qué decía la lingüística? La lingüística trabajaba una oración, y sobre esa
oración trabajaba cómo operaba sobre el significado y cómo operaba con el
referente. ¿Qué dice la pragmática? Que si alguien dice algo, lo dice para
hacer algo con eso que dice respecto de alguien, o sea, ya es en
transferencia. Para la pragmática no hay un decir que no sea en
transferencia. Es decir que, a partir del año ’65 aproximadamente, la posición
que nosotros caracterizamos como tan novedosa del psicoanálisis, pasó a

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ser reconocida prácticamente por toda la lingüística moderna. Todo decir es


en transferencia. “Me quedé pensando en lo que vos me dijiste”, siempre es
así, no hay otra forma.

Van Dijk propone –y son utilizadas prácticamente por todos los autores- tres
macrorreglas para la interpretación de discursos y son las siguientes:
supresión, generalización y construcción. Si no es represión, interpretación y
construcción… ustedes me dirán. Y son autores que no leen a Freud, no lo
citan jamás, no les interesa, es un muerto, un cadáver vienés; Lacan no
existió o en todo caso fue un loco soberbio y nada más. No crean que estos
autores estén influenciados por el psicoanálisis. Si el psicoanálisis fue el
relevo del médico en cierto momento del malestar en Occidente, les advierto
que, para mí, el análisis de discurso es el relevo de la caída del psicoanalista.

Volviendo a las tres macrorreglas:

1. Supresión:
Dada una secuencia de proposiciones, se suprimen todas las que no sean
presuposiciones de las proposiciones subsiguientes de la secuencia.6

Eso, ¿no es represión? Son formas de leer.

2. Generalización:
Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que contenga un
concepto derivado de los conceptos de la secuencia de proposiciones, y la
proposición así construida sustituye a la secuencia original.7

Eso ¿no es la interpretación?

3. Construcción:
Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que denote el
mismo hecho denotado por la totalidad de la secuencia de proposiciones, y se
sustituye la secuencia original por la nueva proposición.8

Esto sería una construcción. Es sorprendente.

Más adelante dice:

“En las pláticas anteriores sostuvimos que las oraciones no deben estudiarse
aisladamente sino en relación a las demás oraciones de un discurso. Hemos
demostrado que el acento, la entonación, las estructuras sintácticas y sobre todo el
significado, y la referencia deben analizarse en relación a las estructuras de las
secuencias y del discurso como un todo.
Ahora queremos dar otro paso adelante y argüir que tampoco la emisión, cuya
estructura textual ya describimos, debe analizarse “aisladamente”. Las emisiones se

6
Ibid. p. 48
7
Ibid.
8
Ibid.

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usan en contextos de comunicación e interacción sociales, y tienen, por consiguiente,


funciones específicas en tales contextos.”9

Quiere decir que si uno trabaja con la noción de discurso, tiene que
establecer dónde va a poner el corte, corte que va a fundar el discurso como
un todo, ya que solamente el discurso como un todo es lo que permitirá leer
las oraciones.
El famoso corte de sesión breve, lacaniano, que es típico en nuestra práctica,
¿qué busca hacer? Producir un efecto nuevo de sentido. Eso es el canon, lo
que decimos todos todo el tiempo. En función de qué, ¿para qué? De una
oración que hemos escuchado y que a la “atención flotante” del analista le
resultó sorprendente. Ahora, ¿es válido leer una oración fuera de discurso?
Las oraciones, ¿valen per se? ¿Es verdad que las oraciones valgan per se?
La interpretación en la práctica analítica, ¿qué posibilidades de existencia
tiene? Por ejemplo, ustedes, ¿tienden o no a dejar que transcurran bastantes
entrevistas antes de hablar y decir algo más o menos jugado al paciente? ¿O
interpretan de primera mano? ¿Dejan pasar varias entrevistas? ¿Por qué?
Para que hable, sí, pero dejar que hable no cura a nadie. Hablar no es nada,
ni siquiera es un concepto, no estamos trabajando con “hablar”, estamos
trabajando con discurso. Discurso es una unidad. El corte debe producir
algo, una unidad que sea de discurso. ¿Qué virtud tiene producir ese corte
que genera esa unidad? Que es el contexto en el cual se pueden leer las
oraciones que están implicadas adentro. Dejamos pasar un montón de
entrevistas antes de intervenir, porque estamos tratando de establecer el
contexto. Siempre cuento el mismo chiste: “Me voy a separar” le dice un
amigo al otro. Y el amigo le responde “¡Por fin, hacés bien, te engaña desde
hace años!”. Y el primero aclara: “No, de mi socio, me voy a separar de mi
socio…” ¿Qué pasó? El amigo interpretó en función de la oración sin saber
siquiera de lo que el otro estaba hablando. ¿Qué le faltó? ¡El contexto
discursivo! Te vas a separar de quién, por qué, para qué me lo contás a mí,
etc. Todo eso, en el sistema freudiano no entra, ¿por qué? Porque en el
sistema freudiano el decir solamente es una expresión de los contenidos
interiores, es como un oráculo, como una bocca di leone pero funcionando al
revés: en lugar de tragarse los mensajes, es una boca de la cual salen
mensajes, y el analista, como una pitonisa, interpreta eso que sale, que son
frases. Pero habría que ver si justamente nuestra práctica no está invalidada
si la entendemos como una práctica de interpretar oraciones. Si nosotros
interpretamos oraciones, si es así como interpretamos, me parece que ni
siquiera tenemos pensado el problema de por qué los psicoanálisis son tan
largos.

¿Por qué son tan largos los análisis? “Por el goce, o sea, la fijación libidinal,
o sea, la pulsión, o sea, el cuerpo”. Pero si sacamos el cuerpo y aceptamos
que no todo lo que pasa en el mundo sea por el cuerpo biológico, si no
explicamos todo con el goce y el cuerpo, la pregunta sería ¿por qué dura
tanto un análisis? ¿Se han hecho esta pregunta alguna vez? Me parece que
ha llegado la hora de que nos lo preguntemos, porque todos nuestros
enemigos se quejan de eso. Todos nuestros enemigos, la primera queja que
9
Ibid. p. 58

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manifiestan es de que dura al menos 15 años. Ellos lo solucionan en un año


con la terapia breve. Pero nosotros ¿por qué tardamos tanto? Creo que es
la demora típica que tarda un analista en hacerse idea del contexto. Es lo
que tarda el analista en armar el discurso. ¿Y por qué es tan difícil armar un
discurso? Porque no es ni una oración ni la suma de oraciones, sino la
operación lógica de un conjunto inusitadamente grande de oraciones, para
armar de eso un discurso, algo que tenga una coherencia y del cual se pueda
decir que empezó acá y terminó allá.

Edith Tage Muler: te hago una pregunta, vos esto ¿lo estás criticando?
Porque por un lado hay una lógica en contextulizar para poder armar el
discurso, para poder hacer una intervención; pero por otro lado, los enemigos
dicen ¿Por qué tanto tiempo? Entonces, ¿ellos dicen cualquier cosa, o son
más vivos que los analistas que necesitan tanto tiempo para armar el
discurso?

A.E.: ni tanto, ni tanto, lo que digo es que cuando ellos nos dicen que
tardamos mucho, la pregunta es qué pensamos nosotros de nuestros 10, 12,
15 años de análisis. ¿No creen que llegó la hora de pensarlo? Freud,
cuando llegó al primer tratamiento de 10 años se preguntó por qué diablos
tardó tanto. Eso sucedió en 1902. Ahora, los análisis duran 20 ó 30 años y
nosotros ni nos preguntamos. Una razón de por qué se tarda tanto podría ser
porque algunos análisis no van a ningún lugar, son los fracasos. Pero los
buenos análisis, los que concluyen… supongamos que hubiera un análisis
que llegue a buen puerto, y que haya habido cura de la neurosis –
supongámoslo también. ¿Por qué habitualmente no dura 3, 6, ó 10 meses?
Si se tratara de una oración…
Yo he escuchado a analistas decir que ellos escuchan la fórmula del
fantasma en la primera entrevista… ¿y por qué esos análisis duran 15 años
entonces? Me da la impresión de que el análisis de discurso empieza a
brindarnos herramientas para poder empezar a pensar estos problemas.
Porque si para nosotros se trata de una práctica del análisis de una oración,
tras otra oración, tras otra oración, no contamos con ninguna lógica para
pensar el problema.

Lacan es un autor de los pocos que hizo un hincapié muy fuerte en el análisis
finito y en un cambio radical de posición de quien termina un análisis y
adviene como tal el analista. Ese corte, ¿cómo es posible de ser pensado?
Si uno escuchase un testimonio de pase, ¿qué tendría que escuchar? Mi
impresión es que ahora contamos con una noción que nos permite pensar
qué se podría escuchar: un discurso. Y sería la unidad mayor que englobaría
a todos los decires. Pero nosotros no teníamos hasta ahora cómo pensar el
conjunto de los decires, ya que para nosotros era uno, luego otro, luego otro,
luego otro.
En esta comodidad de no pensar el problema, la dirección de la cura quedó
dicha como “que siga hablando”. Pero que la dirección de la cura sea “que
siga hablando” me parece una estafa de la peor índole, porque la gente habla
sin análisis. La gente habla hasta por los codos y me parece que hasta habla
más fuera del análisis que en el análisis. Con lo cual, la dirección de la cura

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jamás podría ser “que siga hablando”. La gente habla, no son mudos.
Entonces, me parece que con discurso comenzamos a tener una noción que
nos empieza a permitir trabajar tanto con unidades mayores de la oración, en
coherencia discursiva –que en Freud no la hay. ¿Cuál es el esquema de la
organización discursiva en Freud? La red de neuronas bien investidas del
“Proyecto…”, ¿recuerdan? El punto 14 del “Proyecto…”, como una red 10.
Con una red que tiene esta forma, arborificada, ¿se puede armar un
discurso? No, porque es asintótica en todos los sentidos, siempre podrá
continuar. Por eso los análisis tienden a infinitarse, porque hoy dice una
cosa, yo interpreto otra, mañana dice otra cosa, yo le interpreto otra… ¿Por
qué esa interpretación? “Porque se me ocurrió, no sé de dónde lo saqué…”
es la típica “posición analítica”. Siempre se puede seguir diciendo algo, pero
¿todo sirve? Me parece que hay una forma ahora de poder pensarlo, hay un
concepto para poder pensarlo, más aún, nos dice que el discurso es una
unidad englobante de oraciones que puede ser leída según distintas
disciplinas. Y entonces podríamos pensar si alguna de esas disciplinas
pudiese ser pensada como analítica o no.

Un poco más del texto de Van Dijk:

“La idea principal de esta conferencia y de la anterior ha sido que un discurso no


sólo debe estudiarse “internamente” sin también “externamente”11,…

fíjense si no es la topología de Lacan, miren quién la retomó.

“…es decir, dando cuenta del hecho de que el discurso es usado, como acción, en los
procesos de la comunicación.12

Con lo cual, observen que ya el discurso carece de la categoría de “interno” y


“externo”, no hay “discurso interno”, y me parece que es una idea brillante.

Recordemos que estamos trabajando por qué Lacan planteó al psicoanálisis


como discurso, es decir, que hay un discurso que sea el discurso
psicoanalítico. Ahora, pensemos para qué podría servirnos considerar al
psicoanálisis como discurso, qué ganamos, qué perdemos, etc. En ese
sentido, lo primero que podríamos pensar es que un discurso jamás es
“interno” a nadie. Queda así resuelto el problema de la “interioridad”
freudiana. Van a ver que avanzaremos muchísimo más en ese sentido,
siguiendo a estos autores, pero en primer lugar hay que destacar que la
espacialidad euclidiana, típica de la psicología freudiana y que Lacan intentó
rebatir en toda su enseñanza mediante la topología, tal rebatimiento es un
proceso casi obvio de la dimensión discursiva. Un discurso no es nada que
pueda considerarse como interno, nadie “exterioriza” un discurso. Ya que
discurso es un fenómeno que adviene en un contexto que ya no puede ser
concebido de ninguna manera como particular ni como interno de nadie.
10
Ver esquema en: Freud, S. Proyecto de Psicología. En Obras Completas, Tomo I (p.369) Buenos Aires,
Amorrortu. (1994)
11
Van Dijk, Teun A.: Estructura y funciones del discurso. Siglo XXI (1978) p. 97
12
Ibid.

Desgrabación y edición: Mariana Gomila. Versión no corregida por el autor.


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Continúo con la cita:

“Es obvio que una teoría del discurso no sería completa sin una explicación de las
funciones sociales del discurso en la comunicación.13

ustedes, ¿cómo toman “discurso del amo”? En “discurso del amo”, el “del” es
la conjunción de “de” y “el” y está entonces en juego el “de” genitivo. ¿En
qué forma hay que entender el genitivo? El “discurso del amo”, ¿en qué
sentido? Me parece que el “discurso del analista” hay que tomarlo como
aquello que caracteriza al analista. Con lo cual, Lacan produjo una tipología
de discursos que caracteriza al analista, al universitario, a la histérica y al
amo. Esas son funciones sociales. Quizás entonces, lo que hizo Lacan fue
una tipología de las funciones sociales del discurso en la comunicación. O
quizás sea una tipología de las funciones sociales del discurso no en la
comunicación sino, por ejemplo, respecto del saber. Quizás Lacan podría
estar produciendo una tipología de discursos en función de establecer cuáles
son las funciones sociales en relación al saber: hay amo, hay profesor, hay
histérica y hay analista, que serían las cuatro funciones sociales.

“En muchos sentidos tal explicación debe ser la base de una seria teoría del discurso,
dada la afirmación trivial de que la lengua, el uso de la lengua y el discurso son
fenómenos sociales14.

¿Escucharon lo que para Van Dijk es trivial? “Trivial” se usa muchas veces en
ciencia para referirse a lo obvio, lo prácticamente evidente. La lengua, el uso
de la lengua y el discurso son fenómenos sociales. Sin embargo, para el
psicoanalista no son fenómenos sociales. Para el psicoanalista, la lengua y
el uso de la lengua son la expresión que hace alguien de sus contenidos
interiores en la sesión analítica, a la sanfasón. En la sesión analítica se
considera que ni siquiera le habla a alguien. Observen que ahí hay un
problema muy fuerte y es que para el psicoanalista la lengua no es una
función social.

El libro de Van Dijk que estoy recomendando son conferencias que tienen
agregados atrás, un anexo de 1980 y un anexo del año 2005. Con lo cual, él
retoma esas conferencias tan prematuras que dio y presenta el estado de la
disciplina 10 y 30 años después. En el anexo del 2005 dice así:

“Cabe esperar, si no es de vaticinar, que en el futuro la lingüística se basará


espontáneamente sólo en formas naturales de uso del lenguaje, es decir, en el texto y
el habla, y por ende se fusionará con los estudios del discurso en general.15

¿Se entendió lo que dijo? Este autor es un Saussure o un Jakobson de esta


disciplina -el análisis de discurso- tiene ese mismo nivel de autoridad. Está
diciendo que la lingüística ya es o será necesariamente análisis de discurso.
13
Ibid. p. 106
14
Ibid.
15
Ibid. p. 187

Desgrabación y edición: Mariana Gomila. Versión no corregida por el autor.


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Es decir que nosotros estamos trabajando con una lingüística absolutamente


superada que ya no responde a la forma en que se interpreta al lenguaje en
la actualidad.

Ahora vamos a pasar a los autores franceses, Dominique Maingueneau y


Patrick Charaudeau. Los libros que vamos a trabajar son Términos clave del
análisis de discurso y el Diccionario de análisis del discurso. En el primero,
dice:

“El análisis de discurso es modo actual de percepción del lenguaje. Este no es


considerado una actividad arbitraria sin como la actividad de sujetos inscriptos en
contextos.16

La interpretación freudiana es contraria a esta concepción, ya que es


independiente del contexto. Para Freud, los contenidos son más allá de los
contextos. Justamente, la sesión analítica tiene que tener la condición de
neutralidad para quitar toda posibilidad de contexto que tiña al material que
desde siempre está ahí, y ¿cuáles son los materiales que desde siempre
están ahí? Complejo de Edipo, complejo de castración.

Otra idea que es importante pensar: el discurso no tiene plural, no hay plural
de discurso, lo que hay es tipos de discurso. Pero el fenómeno discurso es
un único fenómeno. Es difícil pensarlo, pero es interesante.

“…como supone parámetros de orden no lingüístico en la articulación del lenguaje,


el discurso no puede ser objeto de un enfoque exclusivamente lingüístico.17

Pregunta: ¿qué sería un enfoque no lingüístico?

A.E.: un enfoque político, social, psicológico, sociológico, antropológico. Pero


lamentablemente ninguno agrega “psicoanalítico”. Yo agregaría
psicoanalítico. Pero ya no alcanza con una sola disciplina. Me da la
impresión de que esto es muy interesante para nosotros. Para muchos
psicoanalistas el psicoanálisis tiene una posición extraterritorial, pero para
muchos psicoanalistas el psicoanálisis tiene una posición de
entrecruzamiento de disciplinas. Son muchos los psicoanalistas que
afortunadamente definen así al psicoanálisis. Me parece interesantísimo que
la lingüística de nuestra época también se defina así. Porque como nosotros
operamos con la palabra, me parece interesante que lo que algunos de
nosotros veníamos diciendo sea también al punto al que haya llegado la
lingüística. El único problema es que no nos enteramos.

En el Diccionario de análisis del discurso, busqué todas las entradas que a mí


me interesaron, y les traje breves citas y reseñas de unas treinta entradas
entre doscientas cincuenta. Francamente, vale la pena leer el diccionario
entero. Primero plantea las oposiciones clásicas, ya que discurso como
concepto participa de una serie de oposiciones clásicas. Me parece muy
16
Maingueneau, D. Términos clave del análisis del discurso. Buenos Aires: Nueva Visión
17
Ibid.

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interesante que el discurso se piense en oposición. Las oposiciones clásicas


son: discurso vs. oración, discurso vs. lengua; discurso vs. texto y discurso
vs. enunciado.

“Discurso versus oración. El discurso constituye una unidad lingüística formada por
una sucesión de oraciones. (…)
Discurso versus lengua:
1) la lengua definida como sistema de valores virtuales se opone al discurso, al uso
de la lengua en un contexto particular que filtra estos valores y puede suscitar otros
nuevos. Estamos muy cerca de la oposición saussuriana lengua/habla…18

También plantean que si la lengua es un sistema compartido de valores, el


discurso implica un uso restringido. Y dan cuatro ejemplos del uso restringido
del sistema compartido de valores.
David Szyniak va a dar una clase sobre plus-de-gozar, que es un concepto
que surgió entre los Seminarios 16 y 17, y es la forma en que el objeto a se
lee en la estructura de discurso. En la estructura de discurso –S 1, S2, $, a-
ese a se lee como plus-de-gozar. David lo va a trabajar en relación a la
plusvalía, pero observen que aquí ya se plantea el problema del valor: se
considera a la lengua como un sistema compartido de valores. Y me parece
que ahí hay un punto para ganar y es que hay valores que son de la lengua.
Y por ejemplo, puede haber un plus de valor justamente por la lengua.
Quizás el objeto a sea un producto, un plus y no un menos. Los
psicoanalistas tienden a pensar que el motor de todo es la falta: todo está
motorizado por la falta, que en Freud puede ser llamada complejo de
castración, en Lacan puede recibir varios nombres, pero en general el
nombre que se prefiere es el de “pérdida de goce”. Es el nombre moderno
que se prefiere para esa falta que es el motor de todo, es “pérdida de goce”.
¿Cómo se entiende la pérdida de goce lacaniana? Con la fórmula freudiana:
malestar en la cultura. Es porque nosotros vivimos en estado de cultura,
hemos perdido algo. Esa es una idea francamente asombrosa, y de hecho
los únicos locos de este mundo que suponen que el estado de cultura es una
pérdida respecto de los animales somos nosotros. Los únicos que en
Occidente piensan que el ser humano está en detrimento respecto del animal
son los psicoanalistas. Porque consideramos que hemos perdido, ¿por qué?
Porque Freud es un autor que está totalmente apoyado en una sociología y
una antropología que consideraba que el estado de cultura era una pérdida,
es malestar en la civilización. Si estudiáramos los efectos de la civilización
podríamos establecer qué se pierde y qué se gana, pero en Freud no se gana
nada, en la cultura hay cosas que perdiste para siempre y otras para las que
habrá que hacer un rodeo… Pero Lacan no trabaja así. De hecho, la noción
de objeto a es inconcebible en Freud. Porque en Freud, el objeto es pura
pérdida. Y hay algo que nunca se termina de destacar y es que el objeto a
lacaniano nunca se escribe en negativo ni tachado. S se puede tachar, A se
puede tachar, el falo se puede negativizar… pero el objeto a, no. Lo que
verdaderamente Lacan plantea es que el efecto de pérdida freudiano está,
pero como consecuencia del efecto de ganancia que implica el lenguaje y
que es un sistema de valores, nosotros tenemos valores en plus. Tenemos
18
Maingueneau, D. y Charaudeau P. Diccionario de análisis de discurso. Buenos Aires: Amorrortu. p. 179

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un valor en plus y Lacan piensa esta función con la plusvalía: valor en plus.
¿Recuerdan qué decía Marx respecto del capitalismo? ¿Estaba a favor o en
contra? A favor, ya que era algo a ser superado. De ninguna manera Marx
suponía que el capitalismo fuera peor que el feudalismo. El capitalismo,
según Marx, debía ser superado para que sus beneficios se repartieran entre
todos y se repartieran de manera justa. Porque ¿qué sucede en el
capitalismo? Que ese plus de valor que las máquinas son capaces de
producir se lo roban unos a otros. Lo que dice Marx es que eso debe
repartirse entre todos, especialmente con los que la producen: devolver la
plusvalía al obrero. El objeto a, es plus. Es un plus, no un minus. Pero en el
lacanismo leído a la freudiana, siempre se entiende como si fuera un minus,
como una pérdida.

El discurso para Lacan es:

discurso
S1 S2 (A)

$ a
resto de esta operatoria, que nunca es negativo

lo que esto supone

no se puede escribir “–a”, ni “a tachado”. En Freud, como se confude a con


falo, entonces sí habilita la confusión de a con –φ. Pero justamente, Lacan
dice que su único aporte es el objeto a, y el objeto a es un plus. Este es un
plus que se trata de la tramitación de los valores de la lengua. El problema
es que con el concepto de goce de Lacan y tal como se lo entendió en
psicoanálisis, mi impresión es que se lo equiparó a la satisfacción corporal, y
en ese sentido quedó solamente convertido en satisfacción y/o insatisfacción
corporal.

Si la herramienta con la que leemos a Lacan no fuese Freud, si pudiésemos


leer a Lacan sin Freud –o sea, tomarlos como autores separados- y antes de
Miller y el imperio del goce, ¿hubiesen creído que el objeto a tenía que ver
con el cuerpo? No sé si ustedes conocieron el objeto a antes de la era
milleriana, porque Miller empezó a ejercer una poderosa influencia en el
movimiento psicoanalítico en el ’78/’79. En el ’80 ya tenía palabra tomada, y
a partir del ’81 ya tuvo su enseñanza formal. De eso hace 26 años, es una
trayectoria, una enseñanza, tiene más publicado él que Lacan. Están todos
sus cursos en internet, on-line en tiempo real, su opinión influye muchísimo.
Pero, antes de Miller ¿hubieran creído que el objeto a tenía algo que ver con
el cuerpo? ¿No lo hubieran asociado al objeto metonímico de la cadena
significante? ¿No se tendía a trabajarlo así al objeto a? ¿No es una sorpresa
que ahora lo llame plus-de goce? Pero más aún, si lo articulamos a plusvalía
de Marx, ¿es un más o un menos? Un más, se trata de algo en más.

Retomando, entonces: del sistema compartido de valores de la lengua, el


discurso hace un uso restringido de los mismos; y los tipos que propone son,

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por ejemplo: posicionamiento en un campo discursivo, entonces se puede


decir discurso comunista; posicionamiento en un tipo de discurso, entonces
se puede decir periodístico; categoría de locutores, discurso de las
enfermeras. El director del hospital podría decirle al jefe de obstetricia que le
viene a reclamar algo “pero esto que me trae es un típico discurso de
enfermeras”, y ahí estaría tipificado por el locutor. Ahora, el locutor del
discurso de las enfermeras ¿era una enfermera? No, era el jefe del servicio
de obstetricia. Esa es una diferencia que nosotros también perdimos, pero
ahora la vamos a ver reaparecer acá. Y también puede ser por la función que
se le de al lenguaje, entonces puede ser un discurso polémico. Observen
que la tipología de discursos puede hacerse desde posiciones muy diversas,
en función de cómo se usa la potencia de la lengua, en los valores de la
lengua.

“El análisis del discurso es, en efecto, una disciplina situada en un punto de cruce: el
discurso integra por un lado dimensiones sociológicas, psicológicas,
antropológicas…, y por el otro se encuentra en el corazón mismo de estas
disciplinas…”19

¿qué se encuentra en el corazón mismo de la sociología, la psicología y la


antropología? El discurso. Quiere decir que la sociología, la psicología y la
antropología ¿qué son? Posicionamientos respecto del discurso. Entramos
en serie, y me parece que entramos en serie muy bien por primera vez. Que
nosotros también trabajamos con el discurso y que tenemos una forma muy
peculiar –habría que ver si somos capaces definirla con precisión y
satisfactoriamente- de posicionarnos con esto que compartimos con las otras
disciplinas, porque ellas también comparten el discurso.

Si algunos de ustedes ya trabajaron conmigo antes, recordarán que hace


unos cuatro años que vengo insistiendo con “ciencias del hombre”, “ciencias
sociales”, etc. ¿hay hombre? ¿no hay hombre? Con autores como Jean-Luc
Nancy, Esposito, Agamben, fuimos trabajando para ver si se trataba de
ciencias del hombre. Creo que ahora hemos ganado una forma de hablar de
un conjunto de disciplinas que vale por su posición epistémica el ser llamadas
ciencias, y ahora tenemos forma de unificarlas: son ciencias del discurso. Y
me da la impresión de que Lacan en los años ’68, ’69 y ’70 –de gran
desarrollo de esta concepción- también coloca al psicoanálisis como una
ciencia del discurso. Con lo cual, ahora tendríamos por primera vez un
fenómeno material que nos permitiría entrar en serie con otras disciplinas
científicas occidentales y que nos evitan el problema de postular al hombre.
Porque el problema que se tiene cada vez que se postula al hombre es que
hay que decir qué no es hombre, como el libro de Primo Levi, “Si esto es un
hombre”. Cada vez que se defina qué es un hombre, habrá una definición
universal de hombre y eso produce el campo de concentración, y tendremos
que decir “esto no es humano”. Con lo cual ahora podríamos salir de las
“humanidades”, de las “ciencias del hombre” de las “ciencias sociales”…
¿qué es una sociedad? Si fuera una sociedad antropófaga, ¿sería una
sociedad humana? Pero ahora, si decimos “ciencias del discurso” tenemos
19
Ibid. p. 9

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perfectamente un fenómeno con el cual operar –que puede ser polémico- y


no tendremos el problema de la segregación, porque cualquier sistema
semiótico que se caracterice porque para alguien tenga sentido y significado,
eso es discurso. Me parece que es una salida maravillosa al problema
occidental, y es que no logramos cómo estabilizar una dimensión de
convivencia que no sea segregar y matar a todos.

Análisis del discurso, Historia:

“El propio término “análisis del discurso” proviene de un artículo de Z. S. Harris


(1952), quien consideraba por tal la extensión de los procedimientos
distribuicionales a unidades transoracionales.”20

o sea, es una forma de distribuir el corte, y es, en 1952, pasar el corte a


unidades transoracionales. ¿Recuerdan el Seminario 1 de Lacan? Se llama
“Los escritos técnicos de Freud”. Fue publicado en vida de Lacan. El
Capítulo 6 de ese seminario corresponde a la clase del 17-02-54 –y
recuerden que esta autora dice que “análisis del discurso” se acuñó por
primera vez en 1952- ¿saben cómo se llama esa clase del Seminario 1 de
Jacques Lacan, de 1954? “Análisis del discurso y análisis del yo”. ¡Es
increíble! Lacan en 1954 ya estaba operando con análisis de discurso,
Seminario 1, clase 6. Y hasta 1970 ¿qué psicoanalista lo tomó? Ninguno,
hasta que él mismo lo retomó en el ’70. Pero vean ustedes la actualidad del
posicionamiento de Lacan respecto de lo que pasaba en las ciencias afines.
Casi en el mismo año, o a un año de diferencia.

“Situado en el punto de cruce de las ciencias humanas, el análisis del discurso es muy
inestable. Existen analistas del discurso más bien sociólogos, otros más bien
lingüistas, otros más bien psicólogos.”21

Me parece que nosotros no entramos, pero por defecto nuestro, porque el


diccionario podría decir “y otros más bien psicoanalistas”, porque nosotros
también trabajamos con el discurso, salvo que no lo hiciéramos. Si no
trabajásemos con el discurso, ¿con qué trabajaríamos? Con oraciones.
Ahora, si trabajásemos con oraciones, ¿cómo las interpretaríamos? ¿Cómo
somos capaces de interpretar oraciones descontextuadas? Les digo cómo:
sólo somos capaces de interpretar oraciones descontextuadas si nosotros
conocemos la fuente de todas las oraciones, y nosotros conocemos
efectivamente la fuente de todas las oraciones: son el complejo de Edipo y el
complejo de castración. Toda persona nacerá con deseos incestuosos hacia
la madre –lo que me parece insólito y asqueroso, que sólo a Freud se le pudo
ocurrir- y con rivalidad hacia el padre, y todas las personas, por el hecho de
vivir en cultura, nacen castradas. Si nosotros sabemos eso, entonces
sabemos todo, sabemos lo que quieren y sabemos de qué escapan.
Entonces cualquier frase, por ejemplo si el paciente dice “quiero publicar un
libro” ¿qué será la publicación de ese libro? Sublimación del Edipo o velo a
la castración, es lo que diría cualquier lacaniano: “¿y para qué publicar un
20
Ibid. p.32
21
Ibid. p. 34

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libro…? Dejamos acá”. ¿Por qué no publicar un libro? Si tenemos el


sistema freudiano, sabemos todo: hacia dónde va y de qué se escapa. Pero
con el sistema lacaniano ya no, porque en el sistema lacaniano, los niños no
nacen con deseos incestuosos. ¿Cómo nacen los niños en el sistema
lacaniano? Marcados por el deseo de ese Otro que encarnó el lugar de la
madre, ¿y cuál es? Ah, no, no sabemos cuál es, se lo tenemos que preguntar,
nos lo tiene que contar. Ahora, si ya no sabemos, ¿cómo lo interpretamos?
Por el problema de que una cosa es lo que la madre le dijo, pero ¿qué
quería? Cómo interpretarlo.

“Es posible distinguir, no obstante, algunos grandes polos: 1) los trabajos que
inscriben el discurso en el marco de la interacción social; 2) los trabajos que
privilegian el estudio de las situaciones de comunicación lingüística, y por lo tanto el
estudio de los géneros de discurso; 3) los trabajos que articulan los funcionamientos
discursivos según las condiciones de producción de conocimientos o según
posicionamientos ideológicos; 4) los trabajos que ponen en primer plano la
organización textual o la detección de marcas de enunciación.22

Yo creo que el punto 3) es Lacan. Porque veamos: el primer polo se refiere a


interacciones sociales, y Lacan, con los cuatro discursos ¿se refiere a todos
los tipos de interacción social? Me parece que no. Por ejemplo: el santo, el
religioso, el cura, el médico, ¿es todo lo mismo? ¿Entran todos esos con
amo, con profesor? ¿Todos los tipos de autoridad entran en las categorías
de Lacan? Una madre, por ejemplo ¿dónde iría? El discurso de una madre
hacia un hijo, ¿dónde iría? ¿Sirven los cuatro discursos para pensar eso?
Digo, apretemos los cuatro discursos contra las cuerdas para ver para qué
nos podrían servir. Una madre bien podría encarnar el discurso del amo,
recuerden que era posible que un jefe de obstetricia encarnara el discurso de
las enfermeras. Pero digo, los cuatro discurso ¿sirven para tipificar todas las
posibles situaciones de interacción social? Me parece que a Lacan ni siquiera
se le ocurrió jamás.

Les hago una pregunta: ¿qué surgió primero? ¿El discurso psicoanalítico o
los cuatro discursos? Al discurso psicoanalítico Lacan lo produce en el
Seminario 16 y los cuatro discursos en el 17. Con lo cual, podríamos pensar
que los cuatro discursos son el marco para pensar el discurso psicoanalítico,
no las relaciones sociales.

“…3) los trabajos que articulan los funcionamientos discursivos según las
condiciones de producción de conocimientos”, me parece que a esto sí
corresponden los cuatro discursos de Lacan. Por ejemplo, ¿cuál es la
función del discurso histérico? Introducir el saber, son las formas de producir
conocimiento. ¿Y el discurso del amo? Robar el plus producido por el
esclavo. ¿El universitario? La forma de concebir mediante el dominio del
saber la producción de estudiantes. Para Lacan hay plusvalía en la posición
del estudiante.

Pregunta: [inaudible, acerca del discurso de la ciencia]


22
Ibid. pp. 34-35

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A.E.: si uno se fija en las expresiones de Lacan, él utiliza recurrente y


reiteradamente –como expresión- “discurso de la ciencia”. Quiere decir que
para Lacan no es que no haya discurso de la ciencia. Es que hace una
tipología de discursos organizada de esa manera por algún motivo, que para
colmo es mecánica –es una máquina, como un reloj- pero no es para Lacan
el sistema de los discursos ni la forma esencial de clasificar a todos los
discursos. Es, en función de cierta lógica, ver cuáles son las cuatro
posiciones fundamentales en que se pueden tomar, pero en función de esa
lógica. Para Lacan el discurso de la ciencia no pertenece a este dispositivo.
Con lo cual, podría entrar si fuese bajo la forma de discurso del amo,
histérico, analítico o universitario. O sea, para Lacan hay discurso de la
ciencia, pero discurso de la ciencia no es uno de los cuatro discursos. Es
que los cuatro discursos no tipifican a los discursos en general, no es una
clasificación de discursos. Y ya hemos visto que hay varias clasificaciones de
discursos, y las clasificaciones que se puedan hacer dependen de muchas
variables. De hecho, como es transdisciplinaria, la clasificación y la tipología
de discursos pueden ser hechas desde las disciplinas mismas, entonces
podría haber una clasificación de discursos sociológica, antropológica,
psicológica, lingüística, etc. Con lo cual, si los psicoanalistas lacanianos
hablamos de “la” clasificación de discurso, es porque no sabemos nada de
análisis de discurso. Discurso no admite eso, discurso es un fenómeno. Y
sobre eso, se podrán hacer elaboraciones de saber. Y las elaboraciones de
saber que se hagan para tipificar discursos, dependerán de la perspectiva
que se les de. Entonces, por ejemplo, habría que establecer cuál es la
perspectiva que Lacan asumió para la elaboración de esa tipología, ya que
solamente lo que Lacan dijo era desde esta perspectiva, que para mí es el
saber, los cuatro discursos es la forma en que Lacan dijo que en Occidente
actual son las formas discursivas en las cuales se puede armar el saber,
desde la perspectiva del discurso psicoanalítico. O sea, habido el discurso
psicoanalítico, entonces el saber puede tener estas cuatro modalidades: el
discurso psicoanalítico y otras tres. De hecho, hasta se podría plantear si
para Lacan el discurso no empieza siempre con M [discurso amo] para terminar
siempre en A [discurso analítico]:

M→ →A
discurso amo discurso analítico


↑ ↓

o sea, lo que podríamos tomar es que en el margen de los cuatro discursos,


los cuatro movimientos que tienen una única dirección –ya lo trabajaremos
mejor en el próximo encuentro-, podríamos pensar si no se trata de que
siempre se adviene en psicoanálisis a partir del discurso amo y el fin del
análisis es terminar –luego de todo el periplo de las cuatro posiciones- en el

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discurso analítico. Les advierto que es muy razonable. Habrán visto que
Lacan articuló esta función de amo al inconsciente. Habría que ver si no será
psicoanalítico partir del supuesto de que a esta función S 1 se le supone un
sujeto. Quizás la posición analítica sea que a ese saber (S 1) se le supone un
sujeto ($). Entonces, quizás los cuatro discursos no tipifiquen a los discursos
en general –cosa que ya sabemos que es imposible desde el análisis de
discurso. El discurso es un fenómeno, y los tipos de discurso son todas las
clasificaciones que ese fenómeno pueda recibir, que necesariamente serán
múltiples, porque discurso es un punto de entrecruzamiento de todas las
ciencias humanas, que ahora pasan a ser perspectivas del análisis de
discurso: sociológicas, psicológicas, antropológicas, psicoanalíticas, etc. Si
hubiese una que fuera psicoanalítica, entonces podríamos decir que habido
discurso, el psicoanálisis postula que desde la posición… les había
preguntado por el genitivo, ¿recuerdan? Cuando decimos “discurso del amo”
¿estamos hablando de algo que posee el amo o de algo que tipifica al amo?
Cuando decimos “el burro del herrero”, que es el ejemplo del diccionario,
¿qué estamos queriendo decir, que el herrero es un arado, un animal, o que
él posee un burro? Es el problema del genitivo, que puede ser objetivo o
subjetivo. Cuando decimos “discurso del amo” ¿qué estamos diciendo? Que
tipifica al amo, no que el amo posee un discurso. Sería ridículo suponer que
alguien poseyera un discurso, ya que un discurso es algo que nadie puede
poseer. Lamentablemente, todavía en psicoanálisis se puede suponer que
alguien posee un inconsciente, esa barbaridad se puede decir, pero es
imposible suponer que alguien posea un discurso. Porque el discurso es una
de aquellas cosas que no puede estar sino “entre”, no son de la índole del
“Uno”.

Cuando decimos “discurso del analista” o “discurso analítico”, ahí hay una
sorpresa. Porque cuando se dice “no hay análisis” respecto de un caso, por
ejemplo, si pensamos en la entrada en análisis en función de una decisión
que queremos tomar, por ejemplo, el uso del diván, se puede sostener que el
pasaje a diván es una función derivada de un diagnóstico de un estado de
situación que sea la entrada en análisis. ¿Estamos de acuerdo en eso? Bien.
Y supongamos que decimos que no, que no hay análisis, cuando decimos
eso, ¿de quién creemos fundamentalmente que estamos hablando? Del
paciente. Con lo cual, nosotros tendemos a decir que hay o no análisis en
función del paciente. Hay que ver qué demanda, puede demandar
psicoterapia, apoyo, ayuda. Entonces, cuando decimos “discurso analítico”
¿qué estamos diciendo? Cómo se posiciona el analista. Con lo cual,
“discurso del amo” es del analista. ¿Qué significa? Significa suponer para
esta dialéctica [S1→S2], esta función [$] y calcular este resultado [a], pero ya
es hecho desde el analista. El discurso-amo es la operatoria del inconsciente,
o sea, “vengo a verlo porque estoy todo el día que pongo la piedra y que saco
la piedra”. “¿Y por qué lo hace?”, “No tengo ni la menor idea”. O: “me siento
culpable porque creo haber matado a mi padre”, un caso de Freud. “Ah, y su
padre ¿cuándo murió?”, “No, mi padre vive…”, “Ah, y entonces por qué se
siente culpable de haberlo matado si está vivo?”, “¡Es por eso que vengo a
verlo! No sé por qué pienso eso.” ¿Por qué piensa eso? ¿Cómo lo diría la
persona? “Se me impone”. Entonces, hay una función de dominio. ¿Cómo

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entendemos nosotros la función de dominio o agente? Nosotros suponemos


un sujeto, que jamás debe ser confundido con el paciente que viene a la
consulta: el sujeto supuesto no es la persona que consulta. Pero en Lacan
hay una ambigüedad, a veces dice que “sujeto supuesto saber” es la posición
de los pacientes que vienen a buscar analista. Y muchas veces dice lo
contrario, lamentablemente dice las dos cosas. También dice que “sujeto
supuesto saber” es la posición del analista, o sea, qué hacemos nosotros
cuando nos encontramos con esta dominancia de un contenido como “maté a
mi padre”, ¿cómo operamos nosotros con eso? Si somos lacanianos
modernos, ¿qué decimos? Les leo un artículo de E. Berenger, miembro de
la Asociación Mundial de Psicoanálisis, es un psicoanalista muy importante y
muy famoso de España:

“Aun en depresiones crónicas existe la posibilidad de que un sujeto logre hacerse


responsable de aquello mismo de lo que se queja, y esto puede suscitar un vuelco en
su actitud ante a la vida. Una vez suscitada cierta modalidad de goce, e indicadas
las vías por las que sus consecuencias se imponen para el sujeto, queda la
responsabilidad de hacerse responsable de ella.”23

Entonces, si se es un lacaniano moderno, ¿qué se hace con la dominancia?


Hay que hacerse responsable. Esa puede ser una respuesta, pero puede
haber otra y es suponer un sujeto allí. Si uno supone un sujeto allí, queda
disuelta la cuestión de quién se pudiera hacer responsable, y eso es posición
analítica. Quiere decir que “discurso del amo” es una forma de posicionarse
frente a la incidencia de S1 sobre S2, entendido S2 como A, en este caso, ya
que para la teoría del discurso S2 no es el otro significante sino el A.
Entonces, discurso del amo es entender que esto efectivamente domina, y
que la posición analítica frente a ese padecer que arma discurso de amo, es
suponer un sujeto y calcular un efecto.

Ustedes me podrán preguntar qué significa suponer un sujeto y calcular un


efecto, pero eso lo veremos en los próximos encuentros. Pero observen
ahora que discurso del amo no es entonces Aristóteles y Sócrates. Porque
nosotros somos los que suponemos un sujeto, siempre y cuando no
caigamos en la posición de hacer responsable.
Les leo ahora de la Revista de Clarín, del 1° de abril del 2007, sobre
psoriasis. Está el testimonio de esta periodista, Silvia Fernández Barrio, y
también escribe una psicoanalista. Miren lo que dice:

“La cura tiene que ir en el sentido de que el individuo se pregunte acerca de lo que le
ocurre, cómo reacciona consigo mismo y con los otros.

¿¡Individuo!? Quien escribe es Vera Gorali, psicoanalista y principal


responsable de psicosomáticas de la E.O.L. Vean que si se trata de que el
individuo se haga responsable ya no se trata más de suponer un sujeto. Es
al revés, no se supone ningún sujeto, lo que le pasa es culpa suya, Ud.
renunció a algo y debe preguntarse qué beneficios obtuvo con esa renuncia,
23
Berenguer, E.: “¿Yo responsable de mi queja? Depresión y cobardía moral.” En diario Página/12, Suplemento
de Psicología, jueves 22 de marzo 2007. Buenos Aires.

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y joderse. Porque si no, ¿para qué hacerlo responsable? Si hay que hacerse
responsable es por alguna que uno se mandó, por la renuncia al deseo. Pero
uno, ¿por qué renunció al deseo? Para evitarse el sufrimiento. “Con lo cual,
si usted no quiere pagar por un lado, tendrá que pagar por el otro.” ¿Ven el
discurso yoico? Aunque se lo llame “sujeto”… se refieren a un individuo.
Más aún, podría ser algo que como lo supone uno, se lo puede ofrecer al otro
para que el otro también lo suponga. Se le puede ofrecer al paciente la
suposición del sujeto. “¿Y si supusiésemos que eso querría decir algo, qué
podría querer decir eso?”, “No sé”, “Ya sé que no sabe, pero trabajemos
juntos a ver si podemos calcular, por contexto, qué podría querer decir eso.”
Si podemos calcular lo que quiere decir, también podríamos calcular quién lo
está diciendo y a quién se lo podría estar diciendo. Quizás fueron personas,
o no, quizás fueron instituciones de adopción donde esta persona se crió.
Pero entiendan que se trata de una posición que uno asume. Con lo cual,
discurso del amo no es ni histórico ni tipifica todo tipo de discurso, sino que
una vez producido el discurso psicoanalítico… Yo creo que el Seminario 16
requiere de un punto de partida que es “supongamos que hay discurso
psicoanalítico”, es condición sine qua non, porque no está demostrado que
haya una forma de pensar a los discursos tipificados de tal manera que en
esa tipificación uno sea dicho “discurso analítico”, que es el que sostiene el
analista. De ser así, ¿cuáles serían los otros de ese? ¿Se entiende cómo
empezó Lacan? Lacan llegó a que hay discurso psicoanalítico. ¿Y por qué
dijo discurso psicoanalítico? Porque la ciencia para pensar las
conversaciones, el sujeto de la enunciación, los enunciados, los significantes,
las referencias, etc. es el discurso. Entonces Lacan dijo que hay discurso
psicoanalítico. Pero si lo hay, ese discurso, al ser discurso está dentro de un
contexto. ¿Cuáles son los discursos que le hacen de contexto al discurso
psicoanalítico? Y Lacan dice que necesariamente tiene que ser el punto de
arranque: “me pasa algo que no quiero que me pase y no puedo evitar que
me pase”, podríamos decir que es un comienzo por impotencia. Pero si uno
está impotente frente a eso, eso ¿cómo es respecto de uno? Más potente,
me domina, función de dominancia. Depende de cómo nosotros nos
posicionemos frente a esa posición de dominancia… porque una posición
podría ser la de enseñarle al paciente, como la terapia cognitivo-conductual,
donde le explican al paciente que lo que les pasa es por esto, esto y lo otro, y
para salir del problema tendrá que hacer esto, esto y esto otro. El terapeuta
cognitivo sabe, porque para enseñar tiene que saber.
Ahora, si la posición en cambio es la de suponer un sujeto, podría ser que yo
tampoco sepa cuál es el asunto en juego acá. De hecho, si lo supongo es
porque no lo conozco. Con lo cual, me parece que efectivamente hay
“discurso de la ciencia”, Lacan lo dice muchas veces, Lacan dice muchas
veces discurso y dice que hay discurso de todo: discurso de Freud, “mi
discurso” (el de Lacan), ¿el discurso de Lacan sería un tipo de discurso?
Lacan utiliza discurso como cualquiera de nosotros, para todo. Pero
producido el discurso psicoanalítico, que es poner al psicoanálisis en función
asociada y derivada de las ciencias del discurso, ahí entonces podemos
empezar a pensar otra lógica. Y es cómo se produce una elucubración de
saber en el seno de la práctica analítica, que indique el recorrido de un
análisis. Pero me parece que con el discurso de la ciencia no nos metemos.

Desgrabación y edición: Mariana Gomila. Versión no corregida por el autor.


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Les aclaro que no es tan claro que cuando Lacan dice discurso del amo no
sea: a) Aristóteles, Sócrates y Platón, o b) el amo de Hegel. De hecho, Lacan
habla de los dos. Más aún, ¿quién fue el filósofo que elevó a categoría
determinante la posición del saber en la dialéctica humana? Hegel. Es más
complejo de lo que yo lo digo, pero que sea más complejo me parece que
puede ser pensado así: Lacan no pudo leer el Diccionario de análisis del
discurso. ¿Por qué? Porque él lo hizo simultáneamente, en los mismos años.
El análisis de discurso como disciplina surge dos años antes de que Lacan
produjera el discurso analítico. Pero me parece que los cuatro discursos no
permiten hacer la maniobra propuesta como pregunta: que el discurso de la
histeria sea discurso de la ciencia. Me parece que la histeria, o la histérica –
yo prefiero “histeria”, pero Lacan dijo “histérica”, con género femenino- me
parece que está todo analizado desde la perspectiva del discurso analítico,
que es el primer paso dado por Lacan, porque es lo único que nos da
coherencia. Lo demás no tiene ninguna coherencia, habría que decir
respecto de lo demás que a Lacan se le ocurrió, probó, pero no clasifica a la
sociedad, no organiza siquiera todos los campos del saber. Por ejemplo, el
saber del chamán. Cuando uno lleva a la hija enurética a la bruja y la bruja
nos manda a calentar un ladrillo y ponerlo debajo de la cama; si le
preguntáramos cómo sabe ella que eso funciona ¿qué nos dice? “Yo lo sé y
no preguntes”. Hay otros tipos de saber que producen bastantes efectos…
mano a mano, la bruja y el psicoanalista, a efectos sumables, ¿quién gana?
La bruja, lejos. Quiere decir que hay otras modalidades de saber, y hay otras
modalidades en las que el saber produce efectos también. Nosotros estamos
trabajando con un determinado concepto de saber. ¿Cuál? El saber no
sabido.

Ahora, ¿cómo puede haber un saber no sabido? La pregunta de rigor es


¿quién lo sabe? ¿Cómo hacemos? Supongamos un sujeto, una instancia.
Porque ¿cómo hacemos para operar con un saber no sabido? Supongamos
una instancia que sabe. Ahora, “sujeto” ¿quiere decir sólo una instancia que
sabe? Quizás también ese saber, si es dicho como de un sujeto supuesto,
tenga también un sentido. Que quiera algo, que tenga un deseo. Que sea un
saber orientado. Pero eso es maniobra y es posición frente a un determinado
tipo de saber. Por ejemplo, nos tendríamos que preguntar si en sociedades
no científicas, podríamos operar psicoanalíticamente. Lacan dice que no.
Lacan dice que para que exista una operatoria posible sobre este saber no
sabido de ésta forma, es requerido el sujeto de la ciencia, o sea los efectos
de la presencia de la ciencia en nuestra sociedad. Y bien
heideggerianamente hablando, ciencia no es técnica. O sea, ciencia no es
tecnología. ¿Qué es ciencia? Una modalidad de operar con el saber.

Pregunta: no de producirlo sino de operar con el saber.

A.E.: exacto, de operar con el saber. Es todo un tema el de la producción de


saber, si el saber se crea. Son temas bien arduos de argumentar. A la
lacaniana, nosotros partimos del supuesto de que ese saber no sabido pero
operante, está todo junto él, ya desde antes del comienzo del análisis. Por

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eso cuando viene un paciente que dice que no se acuerda de nada ¿no
podemos hacer nada? ¿Qué le decimos cuando viene así? “Quédese
tranquilo, que lo que haga falta que venga, va a venir, tarde o temprano va a
venir”. Eso es una suposición, porque ya supone el saber ahí. Es un
posicionamiento.

Avancemos un poco más. Continuemos con discurso en el Diccionario de


Maingueneau y Charaudeau. Discurso:

“En lingüística, esta noción puesta en primer plano por G. Guillaume experimentó un
desarrollo fulgurante con la declinación del estructuralismo y el ascenso de las
corrientes pragmáticas.”24

Enunciación. Para nosotros es un paso dado por Lacan que el sujeto del
inconsciente sea el sujeto de la enunciación, ¿verdad? La noción con la que
Lacan opera de sujeto del inconsciente, y aclaremos algo: no puede ser
freudiana, porque Freud no supone un sujeto, Freud sabe que todos tienen
un inconsciente con determinados contenidos, Freud no supone un sujeto.
Freud sabe que hay un inconsciente con contenidos y con deseos. Los dos
elementos, el saber y el deseo, que nosotros suponemos, Freud los da
adentro de alguien pero no supuesto sino sabido. ¿Queda clara esta
diferencia? Bien. Lacan articula el inconsciente de Freud a la noción de
sujeto. Me parece que lo hizo para desresponsabilizar. Habrán visto que
todo el psicoanálisis moderno va hacia la responsabilización, que el sujeto se
haga responsable. Seminario 17, pág. 81 de la edición en español, habla de
Freud. Cito a Lacan:

“Esto es precisamente lo que Freud descubrió hacia 1920 (…)


Su descubrimiento consistía en haber deletreado el inconsciente, y desfío a
quienquiera que diga que se trata de algo distinto de esta observación, que hay un
saber perfectamente articulado del que, hablando con propiedad, ningún sujeto es
responsable.”25

Me parece que hay una tensión permanente entre el Lacan no-freudiano, que
es el Lacan que se articula a las ciencias lingüísticas de su época, y nuestra
posición tan psicoanalítica-freudiana. Porque efectivamente, por ejemplo, de
las intervenciones de Freud de los historiales freudianos, que son un desastre
todas ellas, Freud mismo lo admite, hay una que es especialmente
desastrosa que es la dirección de la cura del caso Dora. Los lacanianos
aman la intervención de Freud que dice “Qué lugar ocupa usted en aquello de
lo que se queja”. Imagínense que ustedes atiendan a una chica de 17 años a
la cual su padre la intercambia con su amigote para encamarse con la esposa
del amigote… ¡es para los diarios, mínimo! Mucha gente se ríe de Dora,
como si no le hubiera pasado nada. ¡El padre la entrega al amigo para que el
amigo le entregue su esposa a él! Si recibieran a una chica así en la
consulta, y en la primera de cambios le dijeran: “¿Y vos qué culpa tenés en
todo esto, eh? Con esa minifalda… ¡Bien que te gusta el Sr. K!” ¡Es de locos!
24
Maingueneau, D. y Charaudeau P. Diccionario de análisis de discurso. Buenos Aires: Amorrortu. p. 179
25
Lacan, J. El Seminario. Libro 17. Buenos Aires: Paidós. 1992. pp. 81-82 [el subrayado es mío]

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Y Freud produjo un acting-out inexorable. ¿Saben por qué se llama “Análisis


fragmentario…”? Porque Dora se fue y lo dejó colgado a las 8 sesiones.
¿Por qué se fue? Por la salvajada de Freud de hacerla responsable. Ahora,
Freud ¿por qué la hizo responsable? Porque Freud sabía que ella quería al
Sr. K. ¿Por qué Freud sabía que ella quería curtirse al Sr. K? Porque Freud
ya sabía cuál era el deseo de la gente. Ahora, para nosotros es crucial la
cuestión de la responsabilidad. Bueno, van a ver que en análisis de discurso
queda disuelta la cuestión de la responsabilidad.

La primera forma de atacar la cuestión de la responsabilidad es el sujeto de


la enunciación. Vamos a trabajarlo. Enunciación:

“La idea que puede hacerse de la enunciación oscila entre una concepción discursiva
y otra lingüística. Si se insiste sobre la enunciación como acontecimiento producido
en un tipo de contexto, así se lo aprehenda en la multiplicidad de sus dimensiones
sociales y psicológicas, se estará operando más bien del lado del discurso. Pero la
enunciación puede ser considerada también en un marco estrictamente lingüístico,
como conjunto de operaciones constitutivas de un enunciado, “conjunto de actos que
efectúa el sujeto hablante para construir, en un enunciado, un conjunto de
representaciones comunicables.””26

Esta es una definición.

“Por lo demás, el individuo que produce el enunciado no es necesariamente la


instancia que se hace responsable de él.”27

Esto, ¿¡nos lo tienen que venir a decir los lingüistas a nosotros!?

“Esto induce a O. Ducrot (1984, pág. 179) a definir la enunciación como “el
acontecimiento constituido por la aparición de un enunciado”, es decir, a
considerarla independientemente de todo autor.”28

O sea, ¿quién sostiene hoy “eso habla”? El análisis discursivo, el


psicoanalista no. Para el psicoanalista, hoy, el acto analítico consiste en
decirle al paciente “No, eso no habla, eso lo dice usted y se tiene que hacer
responsable de eso.”
Se acuerdan en 1954, el título de la clase del Seminario 1, “Análisis del
discurso y análisis del yo”, si le digo a alguien que tiene que hacerse
responsable de eso, ¿qué estoy haciendo, análisis de discurso o análisis del
yo? ¡Es análisis del yo! Del cual Lacan se alejó -y de todo el movimiento
psicoanalítico- en 1954. Estos autores lo trabajan con una claridad total. Hay
más y es más sorprendente.

“Desde al perspectiva del análisis del discurso, el interés por la enunciación es a


todas luces central.”29
26
Maingueneau, D. y Charaudeau P. Diccionario de análisis de discurso. Buenos Aires: Amorrortu. p.211
27
Ibid.
28
Ibid.
29
Ibid. p. 212

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Enunciador:

“Noción central para toda especie de lingüística y para todo análisis del discurso
inscriptos en el enfoque enunciativo. Tiene siempre un valor inestable, según las
relaciones que mantenga con nociones próximas como las de locutor, sujeto hablante
o punto de vista.”30

Les leo otra cosa: “Fuegos del Sur. Revista de psicoanálisis”. Ya con ese
título… Año 2, enero 2005, N° 23:

“¿Por qué interrogar si es diferente el sujeto de la ciencia del sujeto de la religión?

se pregunta este psicoanalista.

“La grieta en el Otro podría haber sido el título de este trabajo, pero para poder
hablar de la grieta en el Otro, quién mejor que el poeta”.

Yo me vengo quemando las pestañas hace 20 años estudiando a Lacan para


que este psicoanalista lacaniano, que cita un seminario de Lacan y es del
Seminario 16 “De un Otro al otro”, diga que no hay nadie mejor para hablar
de la grieta del Otro que un poeta… o sea, ¿todo nuestro esfuerzo para
entender a Lacan es para terminar diciendo que quien mejor lo entiende es el
poeta? ¿Entienden cómo nosotros mismos estamos poniendo nuestro
asunto en otros campos? De la falla del Otro habla el poeta, del sujeto
hablante hablan los analistas del discurso… ¿y nosotros, qué hacemos?
¡Hacemos una psicología yoica, totalmente individualista y culpabilizante! por
eso la gente no quiere analizarse con lacanianos, porque ya se avivaron de
cómo son los análisis lacanianos: culpabilizantes. Por eso Lacan en 1954 ya
diferenció el análisis de discurso del análisis del yo.

Cuando uno hace análisis de discurso, lo primero que tiene que preguntarse
es qué dice ese discurso. Y lo segundo que hay que preguntar es quién lo
dice.
Terminamos con esto:

“Las dificultades que promueve la noción de enunciador son insparables de las que
suscita todo aquello que gira alrededor de la subjetividad hablante.”31

Díganme ustedes si en psicoanálisis han escuchado alguna polémica sobre


la “subjetividad hablante”. Me parece que la hemos perdido.

“En efecto, a esta subjetividad se le asigna una variedad de estatutos: los de sujeto
productor efectivo del enunciado, sujeto organizador del decir, sujeto responsable del
acto de lenguaje, sujeto fuente de punto de visa, sujeto punto de origen de las
localizaciones deícticas, sujeto opuesto a otro sujeto en la alteridad fundadora del
intercambio lingüístico…”32
30
Ibid. p. 215
31
Ibid. p. 215
32
Ibid. pp.215-216

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“¿Enunciados sin enunciador?”33 se preguntan…

“Esta primera oscilación de la noción de enunciador se encuentra con otra: “el


enunciador” puede ser considerado como la instancia productora del enunciado o
solamente como un efecto de este.”34

Instancia no es una persona. Hay una instancia productora, pero también


puede ser el producto. O sea, si nosotros aceptamos que se diga eso,
entonces, de quien se dice eso, va a ser una mierda. ¿Se entiende? También
tipifica al sujeto el contenido de ese discurso. No es solamente una instancia
que se tiene que suponer.

“Si se admite la primera perspectiva, no puede haber enunciado sin enunciador; si se


admite la segunda, nada impide hablar de enunciado sin enunciador: hay
enunciados, única realidad, y una figura de enunciador que se manifiesta o no en
ellos según la manera como el enunciado se despliega.”35

Nosotros hemos perdido esta discusión. En psicoanálisis lacaniano esta


discusión está perdida, porque para nosotros sujeto es individuo y el individuo
es responsable. Y es responsable por la ecuación de goce.

Les advierto que me parece que hoy, si el psicoanálisis llevó cierta delantera
en la interpretación de textos y discursos en la sociedad occidental, hoy
hemos perdido totalmente esa posición, ya hay otras disciplinas que han
hecho nuestro relevo y del sujeto de la enunciación ya no nos hacemos más
cargo nosotros. Se están haciendo cargo otros que ni siquiera admiten que
nosotros seamos quienes también participamos de esta lógica.

Bueno, mañana retomamos.-

33
Ibid. p. 216
34
Ibid.
35
Ibid.

Desgrabación y edición: Mariana Gomila. Versión no corregida por el autor.

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