Professional Documents
Culture Documents
Weber expone como tesis principal que el mundo protestante es mas exitoso
económicamente que el católico. Los valores como el amor al trabajo, honradez, ahorro y un
apego permitido a lo material los hacen mas proclives a triunfar en esa área.
Según sus estudios estadísticos realizados en Alemania, Weber nos explica que en dicho
país, los protestantes poseen mayores ingresos y por lo tanto mayor posesión de capital
que los católicos . Dentro de sus causas encontramos que la Reforma* provoco una
dominación eclesiásticoreligiosa de la vida cotidiana mas estricta y rigurosa que la católica,
que en ese momento, según las palabras del autor era ‘’un poder extremadamente suave’’,
es decir, casi ni ejercía influencia sobre quienes compartían la religión. Las incipientes
clases burguesas aceptaron la tiranía protestante e incluso la defendieron, dando principal
énfasis al trabajo, la vida pura, el ahorro, entre otros.
Además, sus estadísticas confirmaron que los protestantes estudian profesiones industriales
y mercantiles en mayor proporción que los católicos, quienes prefieren en su mayoría los
estudios humanistas. En el texto se plantea que esto es debido a las características propias
de cada confesión y no a contingencias históricopolíticas.
Se puede explicar el gusto por las humanidades por el hecho de que los católicos poseen
un mayor ‘’alejamiento del mundo’’ , pues el católico ha sido educado como hombre
indiferente ante los bienes mundanos. Los protestantes tachan esto de pereza y los
católicos a los protestantes de materialistas. De Weber se infiere que el católico es
conformista y prefiere la seguridad, mientras que el protestante se atreve con el peligro y la
exaltación.
Pero aun así existen similitudes, pues ‘’las formas mas puras e intimas de la piedad
cristiana’’ se hallan también en el silo protestante, aunque, el énfasis protestante esta
focalizado en la conducta y no en la confesión , es decir, trabajo, pureza, no alcohol, no
fiestas, familia y ahorro. De esta manera, los protestantes fueron famosos por su
laboriosidad. Un ejemplo histórico es el de Federico I de Prusia quien le permitió a los
menonitas no hacer el servicio militar porque sabia de su enorme capacidad de trabajo.
“La falta más absoluta de escrúpulos cuando se trata de imponer el propio interés en la
ganancia de dinero es una característica peculiar de aquellos países cuyo desenvolvimiento
burgués capitalista aparece “retrasado” en relación a la medida de la evolución del
capitalismo en Occidente. Cualquier fabricante sabe que es justamente la falta de
conscienziosità de los trabajadores de países como Italia (a diferencia de Alemania por
ejemplo) uno de los obstáculos principales de su evolución capitalista, y aún de todo
progreso en general”. Esta rectitud de comportamiento y sus escrúpulos en un capitalismo
exitoso provienen de la rigurosidad y vigilancia de los mandatos superiores inculcados por el
protestantismo en la vida de cada cual.
El espiritu del capitalismo
Weber nos explica que la diferencia entre catolicos y protestantes no se encuentra tampoco
en la intensidad del ‘’impulso adquisitivo’’ por parte de los segundos, ni en su desarrollo
porque una intensidad desenfrenada, es decir, sin escrúpulos, es perjudicial para el espíritu
capitalista(por que?).
Uno de los retos que afrontó el espíritu capitalista fue el de modificar la conducta del trabajo.
Se combatió la conducta de ‘’trabajar para la suficiencia’’ con la de ‘’trabajo a destajo’ ’
, es
decir, trabajar mucho por cortos periodos de tiempo. Seguidamente se intentó lo contrario,
se bajaron los sueldos, medida que resultó sólo hasta cierto punto, pues, dado que los
salarios bajos generalmente perjudican fisiológicamente, se seleccionan a ‘’los mas
inútiles’’, ya que salario bajo es contrario a trabajo cualificado.
El trabajo que tiene un objetivo, como ‘’profesion’’, como algo querido es algo que el
capitalismo exige. Esto no se logra con salarios altos o bajos, sino con educacion y
mediante la moralizacion religiosa por ejemplo, asociandola con la economia.
El origen del capitalismo lo debemos remontar a las sociedades precapitalistas, es decir
trabajos domesticos, oficios. Trabajos tradicionales que se entienden como aquellos que
sirven para cubrir las necesidades de la vida, sin ansia de acumulacion de capital. Este es
un comportamiento tipico precapitalista, pero cuando el empresario emerge(decide
enriquecerse por medio de cambios en el sistema de produccion, politica de compras y
ventas, etc…) obliga al resto a seguir sus pasos, pues, sino el primero acaparará los
recursos. Por esta razon, el hombre precapitalista detesta al capitalista.
Ahora, el origen del capitalismo, en este libro se concibe como dos leitmotiv(idea central o
mas repetida) segun Sombart: l a ‘’satisfaccion de las necesidades’’ y el ‘’lucro’’.
Esto quiere
decir la seguridad eterna, la despensa bien llena o la capacidad de adquirir cualquier cosa,
es asi como enriquecerse se convierte en ‘’profesion’’.
Un hecho importante de la epoca fue la racionalizacion del Derecho privado, aun asi, Weber
niega que esto haya sido algo fundamental en el auge del capitalismo, como tampoco lo es
la filosofia laica y racionalista aunque haya florecido de modoexclusivo en los paises
economicamente mas adelantados. El racionalismo, dice Weber, no es en modo alguno
campo abonado para que florezca esa relacion del hombre con su profesion, en el sentido
misional que requiere el capitalismo, pues, la dedicacion abnegada al trabajo profesional era
y sigue siendo uno de los elementos caracteristicos de nuestra civilizacion capitalista.
La palabra ‘’profesion’’ tiene un matiz religioso en casi todos los pueblos de mayoria
protestante, mientras que carace de el en los catolicos. Ademas, en las lenguas antiguas
solo el hebreo para tener un matiz religioso de esta palabra. Beruf(profesion pero tambien
mision), en aleman y calling(profesion, pero tambien usado para dote, vocacion,
apasionamiento) en ingles. Aquellas palabras surgieron de las traducciones de la biblia, por
lo tanto fueron acuñadas por el traductor y no por la biblia en si.
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos deducir que el trabajo obtiene un sentido sagrado.
La superacion de la moralidad terrena se realiza de acuerdo al protestantismo mediante el
cumplimiento de los deberes que cada quien se impone segun su posicion en la vida y su
profesion
y no mediante la ascesis(conjunto de reglas para la liberacion del espiritu)
monastico. Sin embargo, Weber no considera el sentido del trabajo como castigo desde la
expulsion del paraiso, bastante distinto de ‘’mision’’, y si los protestantes en su mayoria
siguen los preceptos y los sentidos de la biblia, la concepcion del genesis no debio ser
omitida. Adan y Eva fueron expulsados del paraiso y obligados a trabajar despues de probar
el fruto prohibido.
El protestantismo rompe definitivamente con la vida monástica; según Lutero aquella es “el
producto de un desamor egoísta” que “carece de valor para justificarse ante Dios”, que “se
sustrae al cumplimiento de los deberes”; en cambio ensalza el trabajo profesional como
amor al prójimo. Weber señala el nexo con Adam Smith: “la división del trabajo obliga a
cada cual a trabajar para los demás”; de paso anula completamente la autosuficiencia.
La concepción del trabajo y la profesión es una de las mayores aportaciones de la Reforma
y de Lutero. Pero Lutero no puede relacionarse directamente con el espíritu del capitalismo,
pues se encuentran en sus palabras diatribas contra los grandes mercaderes, contra la
usura, el préstamo y el interés.
La visión paulista (San Pablo) del trabajo y de la profesión es la de un medio al que no de le
debe atribuir excesiva importancia; pues lo importante es conseguir la bienaventuranza. Es
decir que el trabajo no es la bienaventuranza, según la concepción paulista. El
protestantismo temprano asocia trabajo y profesión al destino: “cada cual debe permanecer
en la profesión y estado en el que le ha colocado Dios…”.
La Reforma es inimaginable sin la evolución “personalísima de Lutero”, pero su “obra no
hubiera sido duradera sin el calvinismo”. Católicos y luteranos aborrecen por igual al
calvinismo, porque este muestra una enérgica dedicación puritana al mundo.
La reforma o las influencias religiosas no son indispensables ni para el nacimiento ni para el
desarrollo del capitalismo pero si participan e influyen en él; basta “establecer si han existido
afinidades electivas entre ciertas modalidades de la fe religiosa y la ética profesional” para
demostrarlo.
Iglesias reformadas, puritanas o ascéticas: calvinismo, pietismo, metodismo, bautistas
(bautizantes), presbiterianas. El metodismo nace en el s. XVIII dentro de la iglesia
anglicana; se separa de ésta al llegar a América. El pietismo nace del calvinismo inglés y
holandés, se unió a la ortodoxia y finalmente se incorporó al luteranismo. El movimiento
puritano (o ascético) atacaba los fundamentos del anglicanismo, al parecer igual de poco
riguroso con sus fieles que el catolicismo; el puritanismo se abocaba a la fidelidad de la
relación moralvida.
El hombre debe recorrer solo su camino en la búsqueda de la felicidad eterna, camino
ignorado pero prescrito de antemano: “nadie podía ayudarle; no el predicador, porque sólo
el elegido era capaz de comprender el espíritu de la palabra de Dios; no los sacramentos…”
porque sólo son medios para aumento de su gloria; tampoco la iglesia, que fuerza a los
hombres a cumplir esos preceptos. “Este radical abandono… de la posibilidad de una
salvación eclesiástico sacramental era el factor decisivo frente al catolicismo. Con él halló
acabamiento el proceso de “desencantamiento” del mundo”. El hombre busca él solo a Dios
y a la bienaventuranza, y además está predestinada a encontrarla.
El desencantamiento y el rechazo a todo lo mágico sacramental alcanzó en los puritanos
por ejemplo, a enterrar calladamente a los suyos. Solo Dios otorga la gracia. Puritanos: “no
confiar demasiado en la ayuda y amistad de los hombres”, “desconfiar del amigo más
íntimo”… “Dios debe ser el único confidente del hombre”. El calvinismo, a diferencia del
luteranismo, eliminó la confesión privada ante un sacerdote.
“El sumo bien a que aspira la religiosidad: la certidumbre de la gracia”. El calvinismo quiere
alcanzarla según la máxima: “Dios ayuda al que se ayuda a si mismo”, y no por las buenas
obras como pretende el catolicismo, sino mediante “un sistemático control de si mismo”. El
cristiano medieval hacía buenas obras ocasionales, sobretodo para expiar pecados. El
calvinismo insiste en transformarlo en cotidiano, en hacer de cada pedazo de vida una
buena obra y una perfecta conducta. El luterano también se expía mediante las “buenas
obras”.
El pecado original y el trabajo como castigo es solucionado por el luteranismo como una
obediencia, penitencia cotidiana para la remisión de los pecados.
El metodismo es muy cercano al calvinismo; las buenas obras ocasionales no son el medio
para pasar del estado natural al estado de gracia (status gratiae) sino la aplicación
conductual en cada hora y acción; racionalización de la conducta era el principio del
puritanismo, “para sustraer al hombre de los apetitos irracionales”, para asegurar la
“primacía de la voluntad planificada”; todo esto se transforma con el tiempo en el “reservado
autocontrol… del gentleman inglés y angloamericano".
La educación de la conducta trabajaba sobre la voluntad. El calvinismo masificó la conducta
monacal (que Weber llama ascética), que en la religión católica solo practicaban los monjes.
Se predica la vida santa para todos. Se transforma “el ascetismo sobrenatural en una
ascesis puramente “profana”, terrenal”; la reforma le puso entonces “barreras a la huída del
mundo”.
El catolicismo también intentó masificar el ascetismo cotidiano, sin resultados pero con
intentos: siempre se encontraba con corruptores, como las indulgencias, que los reformistas
siempre consideraron como el peor de los males. Los calvinistas pasan a no aceptar más
que gente pura (regenerada) en sus iglesias. Esto es considerado como una medida
anticorrupción.
Lo más leído por los puritanos: los salmos y las sentencias de Salomón.
El luteranismo “carecía del impulso interior hacia el autocontrol constante y la
reglamentación planificada de la propia vida”; uno podía salvarse con arrepentimiento. El
luterano parece despreocupado de caer en el status naturalis porque puede volver a
levantarse con sus propias alas. “Lo esencial no es tanto la santificación práctica como la
remisión de los pecados”. El luteranismo pone acento en la comunión con Dios en “este
mundo”.
Metodismo: “método” para “producir el acto sentimental de la conversión”, “metodización
sistemática de la conducta como medio de alcanzar la certitudo salutis”, o estado de gracia;
“unión de la religiosidad sentimental (“hasta los más imponentes éxtasis”) y a la par ascética
con la creciente indiferencia y repulsa hacia los fundamentos dogmáticos del ascetismo
calvinista”. Aunque el calvinismo también quiere regular la vida, es mucho más parco y
carece de sentimientos, para los cuales tiene una verdadera repulsa, pues considera
engañoso todo lo sentimental. “El metodismo aspiró desde un principio a ejercer una misión
sobre las masas”, mediante la sistematización de la conducta… pero a través de la fuerza
del sentimiento.
Bautizantes, o bautistas, muestran en sus comienzos un fuerte alejamiento del mundo; a
esta iglesia sólo pertenecían los regenerados, los que oyeron el llamamiento de Dios; al
mismo tiempo, al ubicar cada vez más la atención en Dios, se rechazaba la idolatría, y con
el tiempo se reducía el poder de la Biblia como agente regenerador, a tal punto que los
cuáqueros eliminaron el bautismo y la comunión.
Evolución del protestantismo: primero contra los curas, después contra los sacramentos, los
santos, la virgen maría, la idolatría… la Biblia! Sólo Dios, sólo la luz interior. Fuerte
antiautoritarismo en el protestantismo tardío. Se abandonaba también la doctrina de la
predestinación: se aguardaba la acción de Dios. Barclay: “hay que callar para que en el
alma impere la serena tranquilidad que deje oír la palabra de Dios”, pero esto mediante el
desarrollo de las “virtudes ascéticas en el trabajo profesional”. “Desde Lutero (seguido en
esto por los bautizantes) se habría condenado el ascetismo sobrenatural monástico,
considerándolo contrario al espíritu bíblico…”.
Principio Goethiano: “ el hombre activo es desleal, solo el contemplativo tiene consciencia”.
Calvinismo: sumisión autoritaria y policíaca; sectas (bautistas, menonitas, cuáqueros):
sumisión espontánea.
El nexo con el sistema capitalista: “lo más importante es, empero, que la vida propia
religiosamente exigida al “santo” no se proyectaba fuera del mundo, en comunidades
monacales, sino que precisamente había de realizarla dentro del mundo y sus
ordenaciones. Esta racionalización de la conducta en el mundo con fines ultramundanos fue
el efecto de la concepción que el protestantismo ascético tuvo de la profesión”.
Baxter, presbiteriano, rama del calvinismo: Chrisitian directory, compendio de moral
puritana. Spener: Dificultades teológicas, representante del pietismo alemán. Barclay:
Apology, representante de los cuáqueros. Baxter contra el enriquecimiento, diferente de
Calvino; para Baxter el enriquecimiento no era un obstáculo, tampoco para los puritanos.
Para los católicos el peligro que representaba, supuestamente, la riqueza, estaba en el
descanso en la riqueza; se condena el ocio, el lujo, el sueño excesivo (de 6 a 8 horas como
máximo).
Baxter exalta el trabajo duro y continuado, corporal o espiritual; lo justifica: trabajo como
más antiguo y acreditado medio ascético, y como el preventivo más eficaz contra la unclean
life
(literlamente: la vida sucia, o la vida en pecado, diría un católico). Contra las tentaciones
sexuales: dieta sobria, régimen vegetariano, baños fríos, pero sobretodo: “trabaja
duramente en tu profesión”. “Sentir disgusto en el trabajo es prueba de que falta el estado
de gracia”. Diferencia con Aquino: “trabajo necesario sólo naturli ratione”.
Mormones: “Pero un cristiano no puede ser un mozo de cuerda o un holgazán, y ser
bienaventurado. Está destinado a ser picoteado hasta la muerte y arrojado de la colmena”;
así ponían al individuo entre trabajar o ser eliminado; esto produjo entonces las asombrosas
creaciones económicas de esta secta.
Común acuerdo: los ricos también deben trabajar. El protestantismo tardío: “el trabajo y la
profesión no son algo predestinado a lo que debemos conformarnos (como en el
luteranismo) sino el medio de enaltecer la honra de Dios”; “Lutero nunca rompió con la
indiferencia paulina hacia el mundo”.
stated calling)
Baxter: partidario de la profesión fija ( , porque sino “todos los trabajos son
puramente ocasionales y efímeros” y se le dedica así “más tiempo al ocio que al trabajo”,
mientras que el profesional “realizará en orden su trabajo” sin vivir en perpetuo desorden.
La utilidad de la profesión y su agrado para Dios era medida según: 1. criterios éticos 2.
importancia para la colectividad 3. provecho para el individuo.
Los puritanos veían a Dios en los detalles y en la economía: “Si Dios os muestra un camino
que os va a proporcionar más riqueza…”. La mendicidad es reprobable. Condenaban las
artes no científicas, el teatro, de manera absoluta el desnudo, el hablar superfluo, todo obrar
sin un fin; el deporte no es alentado, las fiestas y las borracheras, repudiadas. Esto reprimía
el consumo, sobretodo de los lujos. Pero ni puritanos ni cuáqueros condenaban la riqueza.
El puritanismo, el calvinismo, los cuáqueros, favorecieron la acumulación de riqueza hasta
la aparición del “hombre económico”; pero este no resistió las tentaciones y dejó la religión.
Así las religiones y su veneración al trabajo sentaron las bases del hombre moderno,
cómodo y ateo en la práctica. Acción secularizadora de la riqueza. Wesley: ante el
surgimiento de la riqueza: “no veo, pues, como sea posible… una larga duración de cada
nuevo despertar de la religiosidad verdadera. Pues necesariamente, la religión produce
laboriosidad ( industry ) y sobriedad (frugality
), los cuales son a su vez causa de riqueza”.
Mientras que la ética medieval había llegado a glorificar la mendicidad en las órdenes
mendicantes, sectas protestantes y las comunidades estrictamente puritanas no admiten la
mendicidad.
La exaltación del trabajo por el ascetismo religioso: “ponía a su disposición trabajadores
sobrios, honrados, de gran resistencia y lealtad para el trabajo”, trabajo que es transformado
en un fin querido por Dios; y por otra parte se justificaba la desigualdad económica como
algo planeado por Dios… que persigue “finalidades ocultas”. Y hoy en día entonces, “la idea
del “deber profesional” ronda por nuestra vida como un fantasma de ideas religiosas ya
pasadas”.