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Alex:

una e- lección posible


María Elena Domínguez

“ E l psicoanálisis, solo se aplica, en el sentido propio, como tratamiento y,


por lo tanto, a un sujeto que habla y oye”
JAC Q U ES LAC AN (1958) Juventud de G ide o la letra y el deseo

“ Al tomar las cosas en su aspecto de enunciado, nos ocupamos de técnica, pero al tomarlas
en su aspecto de enunciación, nos ocupamos de ética”
JAC Q U ES ALAIN M ILLER (1987) L os signos del consentimiento

Sobre la iniciación del tratamiento (1913), texto clásico freudiano, es uno de


sus conocidos escritos técnicos, en el que Freud compila, –tal como él
mismo lo señala- “ algunas reglas sobre la iniciación de la cura” 1 para uso del ana-
lista. Pero nos advierte que las mismas sólo cobrarán significado en la trama
misma del análisis. R evelando así, en dicha advertencia, su oposición a la
mecanización de la técnica analítica, al seguimiento de ciertas reglas prácti-
cas predeterminadas sobre el quehacer. En suma, no hay en Freud una idea
prefijada sobre el qué hacer, ni un quehacer de la técnica que pueda imple-
mentarse de manera automática en una cura.
N o obstante, lo primero que es señalado por Freud –respecto del ejercicio

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de su práctica- es el modo en que regularmente él selecciona a sus pacientes. Association (APA) y de la Federación de Psicólogos de la República
Comenta, entonces, su costumbre de aceptarlos sólo provisionalmente, por Argentina (FePRA), por mencionar algunas codificaciones, se resguarda el
una semana o dos, “a fin de tomar conocimiento del caso y decidir si es apto para el derecho de las personas asometerse a un procedimiento sólo bajo su acep-
psicoanálisis”2 y agrega que “ese ensayo previo ya es el comienzo del psicoanálisis y tación libre y voluntaria.
debe obedecer a sus reglas”3, o a su regla fundamental, la de la asociación libre. Es Es preciso señalar que el consentimiento informado en las prácticas psi-
decir, se trata allí de la evaluación del candidato para la transferencia, su apti- cológicas es un requisito que ha sido extrapolado del modelo médico, pero
tud para el análisis vía la realización de un diagnóstico diferencial. Un modo no sólo en lo que respecta a las prácticas terapéuticas sino también en rela-
de establecer la posibilidad del consultante de consentir advenir al lugar del ción con las investigaciones que involucran sujetos humanos. Tal el modo
trabajo en el discurso analítico, tal como lo plantea Jacques Lacan. que figura en la codificación ética de la American Psychological Association
Ahora bien, si nos centramos en el tema de la aptitud se complejiza la cues- (APA), en su versión 1992, al ser una norma a implementar en los capítulos
tión dado que deben considerarse dos aptitudes en juego: la del candidato para 4. Terapia, apartado 4.02 Consentimiento Informado para la terapia y el 6.
venir al lugar de analizante y, la del analista, para ejercer su acción analítica, para Docencia, Supervisión de Capacitación, Investigación y publicaciones, apar-
juzgar y al fin de cuentas decidir si lo acepta, si el candidato es plausible de deve- tado 6.11 Consentimiento Informado para la investigación, 6.12.
nir analizante suyo. De allí el fundamento de las entrevistas preliminares. Prescindencia del Consentimiento Informado y el 6.13.Consentimiento
No nos centraremos aquí en las cuestiones éticas que conlleva el estable- Informado en las Filmaciones o Grabaciones en la investigación.
cimiento de un diagnóstico diferencial, sino en aquellas que se ponen en
juego a la hora de evaluar el asentimiento subjetivo indispensable para el ini- Dado que, en el presente artículo no consideraremos al Consentimiento
cio de un análisis, y que no implican exclusivamente el seguimiento e Informado (de aquí en más, C. I.) en la investigación, nos referiremos al
implementación de determinadas reglas técnicas y/o reglamentaciones que modo en que éste es considerado para las prácticas terapéuticas. Hallamos
regulan la práctica. De igual modo, repararemos en la pericia del evaluador así que en 1992 el Consentimiento Informado para la terapia es presentado
para leer los signos de ese consentimiento. Ello no nos ahorrará el pasaje por del siguiente modo:
la pregunta freudiana de Análisis terminable e interminable (1937) “¿dónde y (a) Los psicólogos obtienen el adecuado consentimiento informado para la terapia
cómo adquiriría el pobre diablo aquella aptitud que le hace falta en su profesión?”4 , o procedimientos similares, usando un lenguaje razonablemente comprensible para los
ni la referencia lacaniana al deseo del analista, como así tampoco interrogar- participantes. El contenido del consentimiento informado variará dependiendo de
nos por qué estatuto adquiere la aptitud en el consentimiento informado muchas circunstancias; sin embargo, implica generalmente que la persona (1) tiene la
imperioso desde la normativa deontológica para iniciar una terapia. capacidad para consentir, (2) ha sido provisto de la información significativa relativa al
Todas estas temáticas que revelan un cruce –disyunción y conjunción- procedimiento, (3) ha manifestado el consentimiento libremente y sin influencias inde-
entre la lectura clínica y la dimensión deontológica, proponemos ponerlas bidas, y (4) el consentimiento ha sido adecuadamente documentado.
en consideración en la primera entrevista de Alex con Paul Weston justa- (b) Cuando las personas son incapaces legalmente de dar su consentimiento infor-
mente porque –como así lo indica Freud-ellas se ponen ya en juego desde mado, los psicólogos obtienen el permiso informado de una persona legalmente auto-
el inicio del tratamiento. rizada, si tal consentimiento sustituto está permitido por la ley.
Nos centraremos, entonces, en el consentimiento informado, una de las (c) Además, los psicólogos: (1) informan a esas personas legalmente incapaces de
normas dentológicas más controvertidas y que ha sido objeto de regulacio- dar consentimiento informado, sobre las intervenciones propuestas, y lo hacen mesu-
nes desde épocas muy tempranas. Desde el Código de Ética de Nüremberg rando sus capacidades psicológicas, (2) procuran su acuerdo con esas intervenciones, y
(1947), en el cual halla su punto de inflexión y dónde se postula que el con- (3) tienen en cuenta las preferencias y los mejores intereses de tales personas.
sentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial, hasta las regu-
laciones actuales como los Códigos de la American Psychological Básicamente allí se indica el modo de obtención del C. I., los pasos que

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deben seguirse para ello (evaluar la capacidad de aquél que va a consentir cólogos ejercen un juicio razonable y toman las precauciones necesarias para asegurar
para realizar dicho consentimiento, la provisión de información suficiente que sus potenciales prejuicios, los límites de su competencia, y las limitaciones de su
para ello, la determinación de que se lo ha hecho libre de influencias inde- pericia no los conduzcan ni les permitan aprobar prácticas injustas”.
bidas, la documentación del mismo) y como proceder ante los casos de inca- Pero también se establece una línea delgada que podría conducir al esta-
paces legales.Y es que de lo que se trata aquí es de la capacidad legal de con- blecimiento de una nueva regla, en los casos de trastornos graves, en los que
sentir, es decir, un permiso que se le otorga a un otro para realizar o permi- se revele claramente la incapacidad del paciente de consentir, siendo enton-
tir hacer algo que involucra de manera directa al que lo admite. Un consen- ces que a mayor interés benéfico menor autonomía, con los múltiples dile-
tir que compete al sujeto del derecho, un sujeto autónomo que puede com- mas éticos que de ello se derivan, en especial la puesta en cuestión de la apti-
prender y dirigir sus acciones de manera voluntaria. tud del analista y los límites de su competencia para evaluar la capacidad de
Esta normativa, dada su importancia y la complejidad que comporta su hacerlo de aquél que va a consentir. Ciertamente, la evaluación de los indi-
implementación, en pro del resguardo de los derechos del paciente/clien- viduos que deberán consentir sitúa una tensión entre: el respeto de la volun-
te, ha sido objeto de revisión por la American Psychological Association tad del paciente de elegir libremente al profesional que lo atenderá, y la eva-
(APA). Así, en la versión 2002 del código, (vigencia 1° de marzo de 2003), luación, que al paciente se le hará para permitirle hacerlo vía el consentir.
por ejemplo hallamos que el C. I. se encuentra atravesado de un modo claro Evaluación de la que el profesional que solicita el consentimiento informa-
por los cuatro grandes principios de la bioética (no maleficencia, benefi- do es responsable. Es él quien establecerá esa capacidad. De esta manera apa-
cencia, justicia y autonomía del paciente) que se incluyen, ahora, entre sus recen dos derechos contrapuestos que la misma norma porta: la libertad de
principios generales. elegir frente a la capacidad legal para hacerlo, que queda supeditada de la
Ciertamente el C. I. se edifica como requisito en consonancia con el prin- evaluación que realiza ese profesional. Y, derivada de ella, encontramos la
cipio de autonomía, al resguardar el derecho del sujeto a estar libre de presión, capacidad del paciente para elegir continuar o finalizar el tratamiento en
fraude, engaño u coacción al momento de consentir, al disponer de la infor- cualquier momento del mismo.
mación suficiente y adecuada que le posibilite una decisión lúcida e inde- Finalmente señalemos que la teoría del consentimiento informado al
pendiente, limitando, de este modo, al principio de beneficencia que promueve congregar en su espíritu y en la letra de su codificación el contexto propio
el mejor interés del paciente, protegiendo sus legítimos intereses y supri- de disciplinas como la Ética, el Derecho y la Salud (física y mental), pone en
miendo los prejuicios pero, llegando en algunos casos, a no tener en cuenta cruz, en su quehacer y con sus requerimientos –de tan diversas disciplinas-
la opinión de éste. Una fórmula que podría resumirse en la expresión acu- a los encargados de ejecutarlo.
ñada por Beauchamp y Childress en 1979 cuando definen los cuatro prin- En esta versión, la del 2002, el consentimiento informado se halla dise-
cipios de la bioética “todo para el paciente pero sin contar con él”, agreguemos minado en cuatro capítulos al parecer bien diferentes: el Capítulo 3.
sin contar con el consentimiento de él. Relaciones Humanas, apart 3.10, el Capítulo 8. Investigación y publicación,
Ya desde los principios generales como puede leerse en el principio A. apart. 8.02, el Capítulo 9. Evaluación, apart 9.03 y el Capítulo 10.Terapia,
Beneficencia y no maleficencia queda establecido el límite impuesto al apart.10.01. ¡Todo un cambio respecto de la versión anterior! que señale-
terapeuta en esta normativa, a su “furor sanandi”, al señalar el esfuerzo que de mos, aún se encuentra impregnada del ánima que dio origen al consenti-
él se espera para evitar hacer el daño, apelando, para ello, a su responsabili- miento informado: el resguardo del sujeto de la investigación (Nüremberg,
dad profesional y, por sobre todo, a su aptitud para mantener a raya del tra- 1947) y la responsabilidad profesional al determinar que ésta siempre recae
tamiento aquello que podría interferir en el mismo, a saber: conflictos per- en el profesional y nunca en los participantes de la investigación, aunque
sonales, conflictos de intereses institucionales o políticos y ¡hasta inclusive! éstos hayan otorgado su consentimiento (Helsinski, 1964).
su propia salud física o mental. Esto aparece redoblado con los requerimien- Recortaremos sólo tres de ellos para leer qué modificaciones se han
tos impuestos al psicólogo en el principio D. Justicia que señala que “los psi- introducido en cuestión de consentimiento para la práctica psicológica.

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3. Relaciones humanas: (b) Los psicólogos informan a las personas que tengan cuestionada la capacidad
3.10 Consentimiento informado para dar consentimiento o para quienes la evaluación haya sido indicada por ley o por
(a) Cuando los psicólogos conducen investigaciones o prestan servicios de evaluación, las regulaciones gubernamentales, acerca de la naturaleza y propósito de la evaluación
terapia, counseling, en persona o por vías de transmisión electrónica u otras formas de propuesta, usando un lenguaje que sea razonablemente comprensible para la persona
comunicación, obtienen el consentimiento informado del o los individuos, utilizando un objeto de la evaluación.
lenguaje que sea razonablemente comprensible para la o las personas, excepto cuando lle- (c) Los psicólogos que utilizan los servicios de un intérprete obtienen el consenti-
var adelante tales actividades sin consentimiento esté autorizado por ley o regulaciones miento informado del cliente/paciente, asegurando que se preservarán la confidencia-
gubernamentales o esté establecido en este Código de Ética. (Ver también Normas 8.02, lidad de los resultados y la seguridad de los tests e incluyen la descripción de las limi-
C. I. en la investigación; 9.03, C. I. en evaluaciones; y 10.01, C. I. en terapia). taciones de los datos recogidos en sus recomendaciones, informes y diagnóstico o decla-
(b) En el caso de las personas legalmente incapaces para dar consentimiento ración de evaluación, incluyendo el testimonio forense. (Vea también Normas 2.05
informado, los psicólogos igualmente (1) proveen una explicación apropiada, (2) Delegación de trabajos a terceros; 4.01, Mantenimiento de la confidencialidad; 9.01,
procuran el acuerdo del individuo, (3) consideran las preferencias y los mejores inte- Bases para la evaluación; 9.06 Interpretación de los resultados de evaluación; y 9.07
reses de tales personas, y (4) obtienen el permiso apropiado de una persona legal- Evaluaciones realizadas por personas no calificadas.)
mente autorizada, si tal consentimiento sustituto está permitido o requerido por ley.
Si no lo estuviera, los psicólogos toman las medidas razonables para proteger los 10 Terapia
derechos y el bienestar del individuo. 10.01 Consentimiento informado para la terapia
(c) Cuando los servicios psicológicos sean indicados o autorizados por la justicia, (a) Al obtener el consentimiento informado para la terapia tal como se requiere en
los psicólogos informarán al individuo antes de proceder sobre la naturaleza de dichos la norma 3.10, Consentimiento informado, los psicólogos informan a los
servicios, incluyendo si fueron o no indicados o autorizados por la justicia y los lími- clientes/pacientes lo antes posible en la relación terapéutica acerca de la naturaleza y
tes de la confidencialidad. el curso previsto de la terapia, los honorarios, el grado de participación de terceras par-
(d) Los psicólogos documentan apropiadamente el consentimiento escrito u oral, el tes y los límites de la confidencialidad y les brindan la oportunidad de formular pre-
permiso y el asentimiento. (Ver también Normas 8.02, C.I. en la investigación; guntas y recibir respuestas. (Ver también Normas 4.02, Discusión de los límites de la
9.03, C.I. en evaluaciones; y 10.01, C.I. en terapia.) confidencialidad y 6.04, Honorarios y acuerdos financieros).
(b) Al obtener el consentimiento informado para un tratamiento para el cual no se
9. Evaluaciones han establecido técnicas ni procedimientos universalmente reconocidos, los psicólogos
9.03 Consentimiento informado en evaluaciones informan a sus clientes/ pacientes sobre la naturaleza evolutiva del tratamiento, los
(a) Los psicólogos obtienen el consentimiento informado para evaluaciones o diag- potenciales riesgos que involucra, los tratamientos alternativos que podrían estar dis-
nósticos, tal como se describe en la Norma 3.10, Consentimiento informado, excep- ponibles y la naturaleza voluntaria de su participación. (Ver también Normas 2.01
to cuando (1) la evaluación sea indicada por ley o por las regulaciones gubernamen- e, Límites de la competencia y 3.10, Consentimiento informado.)
tales; (2) el consentimiento informado esté implícito ya que la evaluación se realiza (c) Cuando el terapeuta es un principiante y la responsabilidad legal del tratamien-
como parte de las actividades de la rutina educativa, institucional u organizacional to reside en el supervisor, se informará al cliente/paciente que el terapeuta se está capa-
(por ejemplo, cuando los participantes voluntariamente aceptan la evaluación al pre- citando y que está siendo supervisado y el nombre del supervisor como parte del pro-
sentarse a un empleo); o (3) uno de los propósitos de la actividad es evaluar la capa- cedimiento del consentimiento informado.
cidad de decisión. El consentimiento informado incluye una explicación de la natu-
raleza y propósito de la evaluación, los honorarios, la participación de terceras partes La primera de las modificaciones que podemos observar es la relevancia
y los límites de la confidencialidad, así como la correspondiente oportunidad para que que adquiere el C. I. en la normativa deontológica, razón por la cual es incor-
el cliente/paciente formule preguntas y reciba respuestas. porado en diversos capítulos significativos de la codificación y en dónde

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dicho derecho podría claramente ser avasallado por la acción del terapeuta. cuación a la ley y a la norma 3.10 y se hace hincapié en la evaluación de la
A su vez, se modifica el capítulo en el que éste es incluido en su presen- aptitud del consultante para decidir consentir. Se localiza así al C. I. como
tación clásica, pasando a ubicarse ahora en el capítulo 3. Relaciones Humanas. una más de las cuestiones contractuales alcanzada por la regulación norma-
Capítulo que además de ser nominado de un modo al parecer ajeno al tiva, al igual que la explicitación del alcance de la evaluación, los honorarios
ámbito psicoterapéutico, a una relación terapéutica, como son las relaciones de la misma, los límites de la confidencialidad, la participación de terceras
humanas, congrega en él una serie de apartados: discriminación injusta, partes (supervisor) incluyendo de manera precisa la oportunidad que allí
acoso sexual, otras formas de acoso, evitar el daño, relaciones múltiples, con- tiene el paciente/cliente para formular preguntas y recibir respuestas. Lo que
flicto de intereses hasta la interrupción de los servicios, entre otros, que pro- sí se incluye como novedad es la explicitación de que uno de los propósitos
curan resguardar los derechos del sujeto o, mejor dicho, al sujeto de derecho de la actividad es evaluar la capacidad de decisión del consultante.
que podría verse amenazado por la asimetría propia del vínculo terapéuti- Ante el capítulo 10.Terapia uno estaría tentado de preguntarse qué nove-
co. Más allá de ello ha cambiado también le letra de la codificación, encon- dad respecto de los capítulos anteriores podría ahí hallarse. Llamativamente
tramos entonces que en el capítulo 3: y para decepción del lector se hace referencia a lo expuesto en el capítulo
1) no se refiere sólo a la terapia sino a otros ámbitos de influencia del psi- 3, norma 3.10, vuelve a repetirse lo agregado en el capítulo 8 en torno a las
cólogo: conducción de investigaciones o prestación de sus servicios de eva- cuestiones contractuales y se agregan dos apartados el b) y el c) que consi-
luación, counseling ya sea en persona o por vía electrónica deran la importancia de informar al consultante sobre los procedimientos
2) se incluye como novedad los tratamientos y/o consultas por vía elec- y/o técnicas que no son universalmente reconocidos y que podrían estar
trónica y se plantea la necesidad, en esos casos, de documentar y/o obtener disponibles para él, y se ocupa de la experiencia o falta de ella por parte del
el consentimiento informado correspondiente. terapeuta a fin se ponerlo en conocimiento de quién es el depositario de la
3) se exceptúa al psicólogo de la obtención del consentimiento informado para responsabilidad legal de su tratamiento proveyéndole el nombre del super-
realizar las actividades señaladas en 1) y 2) cuando ello este autorizado por ley. visor en cuestión, respectivamente.
4) los apartados a) y b) de la versión anterior se condensan en el b) en Estas modificaciones ponen de manifiesto que, actualmente, el consenti-
lo que respecta al acuerdo a realizar con el cliente que recibirá el servicio miento informado es parte del requerimiento contractual ya sea, para iniciar
por la vía del consentimiento de sus representantes legales. una terapia, para realizar una evaluación o para realizar una investigación, tal
5) el requisito de la documentación del C.I. es presentada en un aparta- como otrora lo fueran el dinero, la duración de la terapia y los alcances de
do nuevo el d) en dónde se requiere documentar el consentimiento, el per- la misma, aquellas preocupaciones del consultante al inicio del tratamiento
miso y el asentimiento. Tres lugares, tres consentires diferentes que se ponen detalladas por Freud en su artículo.
en juego ahora: el procedimiento de consentimiento informado clásico A su vez, de estas consideraciones establecidas se desprende que el con-
(evaluación, información adecuada y documentación del proceso), el permi- sentimiento informado es imperioso, pero no suficiente, dado que por más
so de la persona autorizada para consentir ante el caso de un incapaz legal que se intente una regulación exhaustiva que proteja al terapeuta de posi-
o si el tratamiento ha sido indicado por un juez y el asentimiento del suje- bles acciones legales y al consultante de posibles abusos que pudieran acon-
to que es objeto de representación legal. La APA crea así una nueva catego- tecer en el terreno analítico, al fundarse la normativa en la noción de suje-
ría de admisión de pacientes en pro de equilibrar el principio de autonomía to autónomo y el resguardo de la autonomía como derecho, se deja por
con el interés benéfico del paciente. fuera el hecho de que, desde la perspectiva del psicoanálisis, habría otro suje-
En el nuevo apartado que surge en el capítulo 9. Evaluación, se detallan to del que se puede esperar un consentimiento. Se trataría de un sujeto que
los diversos ámbitos: forense, educativo, institucional, organizacional/laboral, habita en un terreno distinto de aquél del médico jurista que se restringe,
en que el psicólogo puede realizar evaluaciones diagnósticas y que el con- como señala Freud, a “una responsabilidad artificialmente limitada al yo metapsi-
sentimiento es implícito por ser actividades de rutina. Se recuerda su ade- cológico” 5. Un sujeto que se que intenta dejar a raya al evaluar la capacidad

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de consentir del sujeto autónomo, y que se escapa de dicha codificación en por el ideal de los derechos humanos, sino por lo real de la estructura, del
las prácticas psicológicas, el sujeto del inconciente, el sujeto dividido que, síntoma. Se trata de un deseo que se orienta por una política para ir a con-
paradójicamente, el código de la APA pareciera intentar considerar al incor- tramano de la identificación.
porar en el 2002 al asentimiento subjetivo dentro de los consentires reque- En este sentido, si “el psicoanálisis no es una terapéutica como las demás”7 es jus-
ridos al consultante (cliente/paciente). Aunque sólo le habilite el ingreso en tamente porque, “el sanar es un beneficio por añadidura de la cura psicoanalítica, [y]
el caso de que el autónomo haya sido desalojado por el representante legal. con ello se defiende de todo abuso del deseo de sanar”8 , abuso que iría en detrimen-
De este modo, en esta normativa, en la misma letra de su codificación, se to del rigor del psicoanálisis en su ética y que puede leerse cuando el analista
pondría en cuestión la autonomía del sujeto. He allí la posibilidad de leer, no se sustrae del ejercicio de dirigir la cura confundiéndola con cierta direc-
lectura clínica, el cruce entre dimensión deontológica-normativa y la ción de conciencia que, a modo de una guía moral, dirige al paciente.
dimensión de la experiencia analítica, puesto que el sujeto que es convoca- El acento queda puesto así, en el encuentro con un psicoanalista y en el
do por cada una de ellas no es el mismo. uso que de él se haga. Y es que el psicoanálisis ofrece un objeto: el psicoa-
Subrayemos que para el psicoanálisis el sujeto no es autónomo por defini- nalista que dirige la cura, que con su versatilidad y docilidad sabe tomar cada
ción, el sujeto lacaniano es efecto de, de la concatenación significante. No se vez, y para cada sujeto el lugar a partir del cual ejercer su acción acorde a
trata, entonces, de un sujeto que en términos kantianos de autonomía pueda cómo se aloje en la transferencia. Así en el acto analítico puede localizarse
darse su propia norma, ni tampoco de un sujeto agente o Agency dispuesto a el deseo del psicoanalista que nada tiene que ver con el deseo de ser psico-
la acción, un sujeto aristotélico que tiene disposición y que, por lo tanto, se analista, el cual extravía el sentido y la dirección de nuestra acción.
instituye como soporte de dichos atributos. Por el contrario, Lacan plantea la Sucintamente se trata de la posición que adopte ese Otro, el analista.
heteronomía del sujeto dado que el sujeto parlante se configura como tal por Posición que no lo exime de responsabilidad ya que, si éste se identifica con
una ley dada por el Otro. De allí que la autonomía sea una ilusión del yo, y un psicoterapeuta hallaremos un hacer obediente acorde a las normas codi-
que, se enfatice en Lacan la dimensión de sujeción al significante6, la idea de ficadas. Camino propicio para la psicoterapia, para la identificación a algún
la división del sujeto del inconciente como un hecho de estructura y, final- ideal terapéutico. Si por el contrario, se halla en el analista un deseo y no un
mente, la imposibilidad de unificación del mismo, es decir, que éste se vuel- amo, se abrirá la posibilidad de oír al sujeto más allá de la identificación.
va uno a partir de un análisis. Terreno del discurso analítico, reverso del discurso del amo.
Dos cuestiones serán importantes, entonces, en el terreno clínico: la cons- Veamos rápidamente, antes de introducirnos en la entrevista de Alex qué
titución subjetiva y la destitución del sujeto que supone que éste pueda des- ofrece la normativa local en materia de consentimiento informado. Leamos
identificarse de los significantes amo que históricamente lo determinaron. qué novedades y/o reiteraciones aparecen en el código de la Federación de
Porque al fin de cuentas aquello que un psicoanálisis puede ofrecer al sujeto es Psicólogos de la República Argentina (FePRA):
esa pequeña “liberación” para que esos significantes amo no dominen absolu-
tamente su acción. Un margen de libertad para que no sea absoluto el some- 1. - Consentimiento informado:
timiento al deseo del Otro. Allí adquieren relevancia los fundamentos de la 1.1.- Los psicólogos deben obtener consentimiento válido tanto de las personas que
acción analítica, del acto del analista y el deseo del analista en función de la participan como sujetos voluntarios en proyectos de investigación como de aquellas con
elección posible que se abre para el analizante.Y es que preguntarse por el las que trabajan en su práctica profesional. La obligación de obtener el consentimien-
deseo del analista implica interrogarse por su acción. De otro modo, los inte- to da sustento al respeto por la autonomía de las personas, entendiendo que dicho con-
rrogantes sobre la aptitud del analista son consonantes con los referidos al sentimiento es válido cuando la persona que lo brinda lo hace voluntariamente y con
deseo del analista. capacidad para comprender los alcances de su acto; lo que implica capacidad legal para
Señalemos pues que el deseo del analista es un deseo orientado, pero no consentir, libertad de decisión e información suficiente sobre la práctica de la que par-
por un ideal de la persona del analista, ni por sus sentimientos, ni siquiera ticipará, incluyendo datos sobre naturaleza, duración, objetivos, métodos, alternativas

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posibles y riesgos potenciales de tal participación. Se entiende que dicho consentimien- pero lo que si hay es ética y principios como el de neutralidad y la regla de
to podrá ser retirado si considera que median razones para hacerlo. abstinencia y, sobre todo, riesgo a nivel de nuestra acción y ello implica la res-
1.2.- La obligación y la responsabilidad de evaluar las condiciones en las cuales el ponsabilidad del analista en su acto. Un psicoanalista y su deseo operando en
sujeto da su consentimiento incumben al psicólogo responsable de la práctica de que se la producción de un sujeto.
trate. Esta obligación y esta responsabilidad no son delegables. Vayamos de lleno ahora a la entrevista de Alex con Paul Weston.
1.3.- En los casos en los que las personas involucradas no se encuentren en con- Recortaremos tres escenas para situar aquello de lo que nos hemos ocupa-
diciones legales, intelectuales o emocionales de brindar su consentimiento, los psicólo- do anteriormente, a saber: las reglas y la lectura de las reglas para esa situa-
gos deberán ocuparse de obtener el consentimiento de los responsables legales. ción (tercer movimiento de la ética contemporánea: lectura de la singulari-
1.4.- Aun con el consentimiento de los responsables legales, los psicólogos procu- dad en situación), justamente porque ellas se pondrán en juego con ese ana-
rarán igualmente el acuerdo que las personas involucradas puedan dar dentro de los lista en particular y es que “el deseo del analista, por muy normativizado que esté,
márgenes que su capacidad legal, intelectual o emocional permita y cuidaran que su tampoco puede ser un deseo anónimo, universal y puro” 10.
intervención profesional respete al máximo posible el derecho a la intimidad.
1.5- En los casos en los que la práctica profesional deba ser efectuada sin el con- 1. La entrada.
sentimiento de la persona involucrada, como puede ser el caso de algunas intervenciones Allí se produce el siguiente diálogo:
periciales o internaciones compulsivas, los psicólogos se aseguran de obtener la autori- Alex: ¿Hay alguna regla?
zación legal pertinente y restringirán la información al mínimo necesario. Paul: ¿Regla?
1.6.- El consentimiento de las personas involucradas no exime a los psicólogos de Alex: Reglas básicas. ¿Algo que deba saber antes de empezar?
evaluar la continuidad de la práctica que estén desarrollando, siendo parte de su res- Paul: La verdad no. Más o menos queda en usted…
ponsabilidad interrumpirla si existen elementos que lo lleven a suponer que no se Alex: Sí, sí. Soy el cliente…
están obteniendo los efectos deseables o que la continuación podría implicar riesgos Paul: Sí. Aunque, en mi profesión, decimos que el cliente siempre se
serios para las personas involucradas o terceros. equivoca –es un chiste de terapeutas.
Como puede verse las normas entran en la escena del consultorio por la
Este código introduce tres novedades:1) la posibilidad del cliente/consultan- puerta grande, sin reparos Alex pregunta directamente por ellas. Paul no le res-
te de retirar el consentimiento si halla razones para hacerlo,2) la responsabilidad ponde esclareciéndolas sino que introduce un chiste,un equívoco ¿pretendiendo
profesional y la indelegabilidad de la misma para evaluar:las condiciones en que instilarlo acaso en la creencia de la existencia del inconciente? no lo sabemos.
se da el consentimiento y la continuidad o no de la práctica en función de los No obstante,existe un encuadre clásico que desconocemos cómo ha sido acor-
efectos que ésta produce en el sujeto involucrado y/o terceros y 3) que aun con dado,Alex tiene un horario determinado para él y paga un dinero que ya ha
el consentimiento de los responsables legales, los psicólogos procurarán igual- sido estipulado, sólo resta, siguiendo la normativa deontológia la obtención del
mente el acuerdo que las personas involucradas.Es decir,que el paciente mismo requisito del consentimiento informado (información adecuada, evaluación y
debe condescender venir a ese lugar. Una nueva regulación que resguarda los documentación) cuestión que a nuestro parecer ronda todo el capítulo.
derechos del consultante pero que,a su vez,apela de manera enfática a la respon- Alex de entrada se ubica como cliente, dejando en claro que aún no ha
sabilidad profesional del terapeuta en cuestión y a su aptitud. consentido venir al lugar de paciente y desde allí habla. Un buen lector de
Hagamos nuestra, en este punto la pregunta de Miller ¿qué podemos tradu- la normativa y apegado a ella, que no ha decidido aún atravesar la barra que
cir de la ética del psicoanálisis en términos de deontología? 9 Que en la técnica ana- divide una posición de otra (cliente/paciente).
lítica no hay regla más que la regla fundamental freudiana, que ello no impli- El chiste que Paul introduce apunta a remarcar esa barra apelando a la
ca la aplicación de una teoría y que no hay técnica, al modo de una guía existencia de otra legalidad en juego, no la del sujeto de derecho, aquél en
moral con normas prescriptas a priori como un manual de procedimientos, el que Alex se cobijará a la entrada, sino el sujeto dividido, del cual no sabe-

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mos aún si Alex consentirá dejar pasar por esa puerta 11. Un sujeto supues- el que mejor escucha o mejor lo escucha a él.
to por Paul que podrá o no producirse.Y es que “al sujeto pues no se le habla, El chiste es retomado por Paul a fin de cazar al cliente o a su inconciente
“Ello” habla de él y es ahí donde se aprehende”12, se capta, se captura como efec- no por la vía del acto sino de explicar la técnica analítica (el paciente oculta al
to de palabra. Cobra importancia así el modo en que Alex se nomina “ase- terapeuta cosas de sí mismo, entonces se trata de descubrir las cosas que ocultamos).Y
sino de Madrasa” ese soy yo, una localización, la puesta en juego del deseo de erra ahí la jugada hallando un no ha lugar por parte de Alex. Entonces, una
reconocimiento por ese Otro analista. nueva interpretación aparece y Alex fastidiado dice con el debido respeto, creo
The customer is always wrong introduce una dimensión donde el cliente está que llegamos a esto muy temprano, enfáticamente no se aviene a consentir lo
errado siempre, justamente, porque no hallará un refugio en el dispositivo propuesto por ese analista, es más lo rechaza. Paul ofuscado le retruca ¿enton-
analítico, es más ese no será su lugar. Podemos preguntarnos si la enuncia- ces me pone a prueba? me pregunta por mi reputación…, Alex responde quiero saber
ción del mismo a la entrada es un cálculo de Paul, pero sólo veremos si ha lo que piensa, tengo derecho y alude al pago que, él como cliente, hace por eso.
cobrado eficacia a posteriori. Paul continúa ofuscado y le dice entonces realmente lo que piensa… de él,
Ciertamente el pasaje de un lugar al otro: cliente/paciente dependerá de me demanda que le haga preguntas que cree que me muero por hacer en función de
un acto que deberá ser leído por el terapeuta y consentido por el que adven- estándares que usted estableció antes de pasar por esa puerta... Esta intervención
drá al lugar de analizante suyo. Se trata del asentimiento subjetivo para el ini- lejos de lograr el efecto deseado o inclusive obtener un paciente obediente
cio de un análisis, un más allá del consentimiento voluntario y conciente de repliega a Alex quien aún no halla allí un analista para dar su consentimiento.
concurrir los días martes, en el horario prefijado 10 hs al consultorio de Es verdad que Alex ha investigado a Paul en el tiempo anterior y conti-
Paul. Un asentimiento subjetivo que verifique allí en acto un deseo decidi- núa haciéndolo durante esa primera entrevista. Él quiere saber sobre Paul
do de analizarse. Allí se requiere un analista, un acto y la pericia en su acción para hablar, quiere información, pero, pese a ello, no desconoce que ese saber
para leer los signos de ese asentimiento, pues de eso se tratará de leer, del no es garantía pues ya lo ha probado. Es por eso que le dice espera que le diga
analista que lee la situación, produciendo en su acto un sujeto, el cuál sólo a un perfecto desconocido cosas íntimas de mi vida, hay riesgos, y tajantemente le
puede ser formalizado siempre a posteriori. dice no voy a abrirme con usted. Luego claramente le anuncia que su condi-
ción de militar es un obstáculo no es que la Marina vaya a darme una medalla
2. El tiempo de la investigación. por descargar mis cosas aquí, sin embargo no le pide que mantenga confiden-
Primero en el tiempo cronológico, pero también segundo ya que es cialidad por su presencia allí, no se trata de eso.
actualizado en la escena del consultorio y con ese analista.Y es que “...el ver- El saber obtenido en la investigación se erige como requisito necesario para
dadero original sólo puede ser el segundo por constituir la repetición que hace del pri- Alex, de allí la fijeza en la idea de ser escuchado acorde a su plan prefijado. Sin
mero un acto, pues ella introduce allí el après-coup propio del tiempo lógico...” 13. embargo lo único que consigue es postergar el acto por el cual advendrá ana-
El objeto de la investigación: elegir el mejor terapeuta antes de concretar lizante.Y es que esa decisión es un salto que da cuenta de un tiempo lógico,
una entrevista se encuentra en la línea del cliente que busca calidad acorde no de una cronología, sino de una lógica del acto para el advenimiento del
al precio que paga; pero en realidad, todo el tiempo, desde que Alex cruza sujeto dividido. A su vez Alex, pone en juego en ese ideal de eficacia que sos-
la puerta, continúa su investigación, pone a prueba al terapeuta para ver si tiene en su investigación, propio de la sociedad de consumo, la urgencia, y a
está a la altura de ser el depositario de sus cuestiones íntimas, para decidir si veces una compresión del tiempo por efecto de la misma tiene como efecto,
puede decirle aquello que lo ha conducido a ese consultorio. parafraseando a Lacan, el pasaje abrupto del instante de ver (la bomba en
Mediante ese ardid, la puesta a prueba del terapeuta, Alex esclarece su con- Madrasa) al momento de concluir (la decisión de volver allí), anulando el
dición para ese decir: hallar en él alguien que lo escuche, por eso su enojo tiempo de comprender, aquél que implicaría un trabajo analítico.
Marina, ¡Doctor escuche! o el comentario sobre me dijeron que era el mejor, Es importante también considerar que un responder automático a la
expresión que varía de significado a lo largo de la entrevista hasta llegar a ser urgencia con protocolos preestablecidos implica un rechazo de la dimensión

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subjetiva: imposibilita que cada urgencia devenga la posibilidad de una ese analista. De allí la posibilidad del pasaje de la posición del obediente, del
invención en acto. elegido por la Marina a la posibilidad de la pregunta por la responsabilidad
de sus acciones y elecciones y no la vía cerrada de justificarlas por la culpa.
3. Entre el mejor y el elegido la e-lección Un pasaje del consentimiento informado a la libertad de elegir, toda una
Un parlamento de Paul apela a esa distinción tajante que hace Alex entre e-lección de Alex.
el sujeto autónomo: el mejor, el elegido por la Marina, el que la vida lo esco-
gió, del sujeto dividido que elige venir a ese lugar y es responsable por eso.
Dicha intervención recorta ese significante elegido en dónde Alex está cómo-
do porque no tiene que tomar decisiones y, por lo tanto, no se halla en juego, Referencias
según Paul, su responsabilidad. No obstante, allí éste se extravía ya que la res-
ponsabilidad va más allá del terreno del sujeto autónomo y, como ya lo 1 - Freud, S. (1913), p. 125.
hemos señalado, no hay alienación más que al significante, significante que 2 - Freud, S. (1913), p. 126. Es importante recordar que Freud en este texto
causa sujeto. He allí, entonces una localización del sujeto dividido por él. comenta que él veía a sus pacientes diariamente, llegando, en algunos casos a ¡seis sesiones
Alex no comprende, sigue enfrascado en su evaluación del terapeuta, le semanales!
dice no tiene paciencia, me dijeron que era muy buen oyente. Finalmente suelta la 3 - Ibíd.
investigación y lo pone a prueba en acto y puede decir el punto es que vine a 4 - Freud, S. (1937), p. 250.
pedirle un consejo sobre algo, Paul interviene preguntándole si quiere que 5 - Freud, S.: (1923 [1922]), p. 136.
asuma la responsabilidad por él, si quiere que sea su oficial comandante que 6 - Lacan en “Posición del Inconciente” dice “la alienación es cosa del sujeto”, no
le da órdenes y él las ejecuta. En tono de humorada Alex le pregunta a Paul hay alienación más que al significante señalando así la prioridad original del significante sobre
si aceptaría ser su oficial comandante. Paul responde no creo estar calificado para el sujeto al establecer para él una escisión entre ser y sentido, primera forma del vel alienan-
eso, respuesta que desilusiona a Alex quién siente que la entrevista fue en te, entre el S1 y el S2. Se trata de una elección forzada, en tanto “el vel de la alienación con-
vano y sólo atina a decirle, sabe qué, olvídelo, se supone que usted es el mejor. Paul dena al sujeto a sólo aparecer en esa división”.
arremete ¿aceptaría ser su propio oficial comandante? 7 - Lacan, J. (1955), p. 312.
Luego sin más Paul intenta establecer una conexión entre el colapso y la 8 - Ibíd.
decisión de viajar a Madrasa a echar un vistazo: no cree usted que se trata de un 9 - Miller, J. A. (1992), p. 8.
fuerte deseo de expiar sus acciones. Intervención que insiste con aquella culpa 10 - Miller, J. A. (1997).Versión electrónica.
que Alex no siente por sus acciones militares, no obstante a partir ella nues- 11 - El tema del chiste es trabajado también, aunque desde otra vertiente, en: “El
tro elegido se queda con cosas por decir. Ya es hora indica Paul y Alex mani- chiste y su función en el encuadre terapéutico” de J.J. Michel Fariña y en “Alex: el tiempo
fiesta vamos aún tengo un par de cosas de las que quiero hablar, pero el corte de como apremio” de H. Montesano; ambos en el presente volumen.
sesión y la invitación a que vuelva para hablar de aquello que ha quedado 12 - Lacan, J. (1964), p. 814.
pendiente introduce un tiempo para comprender. 13 - Lacan, J.: (1967b), p. 17-18.
Si a partir de un chiste fue su entrada, juguemos con el equívoco con el
espiar sus acciones, en lugar de expiar la culpa. Un modo diferente de alo-
jar al sujeto a partir de la incertidumbre por lo que vendrá, pero esa no pare-
ce ser la apuesta de Paul.
Quizás en el “que le queden cosas por hablar”, pueda leerse ese asenti-
miento subjetivo a la entrada en la que Alex acepta devenir analizante de

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