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Resumen Derecho Privado

Capítulo 1: DERECHO

El Derecho
Introducción:
Conceptualizar al Derecho es una tarea compleja. Diversos autores según la concepción ideológica a
la que adhieren han ensayado una aproximación a la idea de Derecho. Existiendo una, que en
principio, es común a casi todos, el Derecho es una construcción cultural. Hay dos aceptaciones de la
palabra “Derecho”. Como conjunto de preceptos, reglas o leyes que gobiernan la actividad humana
en la sociedad mediante la coacción. Y también, como facultad o prerrogativa perteneciente a un
individuo y de las cuales puede prevalerse respecto de sus semejantes en el ejercicio de su actividad.
El derecho en sentido objetivo y subjetivo:
Las “normas jurídicas” constituyen lo conocido como derecho en sentido objetivo: “conjunto de
principios, preceptos y reglas a que están sometidas las relaciones humanas en toda sociedad civil, y
a cuya observancia pueden ser compelidos los individuos por la fuerza”. Sin embargo, la misma
palabra derecho, en su sentido subjetivo, tiene un significado diferente, y es la facultad o
prerrogativa de hacer o exigir algo que la ley reconoce o estable en nuestro favor. Podemos asimilar,
entonces, al derecho en sentido objetivo, con la idea de norma (“el Derecho obliga a los padres al
cuidado personal de sus hijos”, “el Derecho reprocha el usurpar bienes ajenos”. En cambio, el
derecho en sentido subjetivo, alude a la noción de facultad, y es la que encontramos al decir, “que
todo propietario tiene derecho de usar y gozar la cosa”. Ambas ideas del derecho en sentido
objetivo y subjetivo no son antagónicas, sino que se complementan entre sí.
Derecho positivo: Distinción entre derecho público y privado. Ramas.
Se llama derecho positivo al conjunto de normas vigentes de un país. Puede clasificarse en dos
grandes ramas o categorías; derecho público y derecho privado. Se puede decir que la distinción
entre ellos se centra en el sujeto de la relación: si interviene el Estado como poder público, estamos
en presencia de una norma de derecho público; si intervienen sólo los particulares, o el Estado en su
carácter de simple persona jurídica, se trata de derecho privado. Modernamente se agrega que, en
el derecho público una de las partes tiene relación de superioridad respecto de la otra (existe
subordinación de un sujeto respecto del otro en esa relación jurídica). En cambio, en el derecho
privado, las relaciones jurídicas quedan siempre establecidas en base a la coordinación o igualdad de
sujetos.
Las ramas más importantes del derecho público son las siguientes: Derecho Constitucional, Derecho
Administrativo y Derecho Penal, entre otras. Las ramas más importantes del derecho privado, que
encontramos más desarrollada debido a que es el que estudia la materia, son las siguientes:
· Derecho Civil: el sector del derecho privado, que se ocupa del hombre como sujeto de derecho sin
distinción de calidades accidentales, y de las relaciones jurídicas patrimoniales y familiares que
tienen como sujeto, regulando las instituciones básicas y sirviendo por tanto como punto de
conexión de las demás ramas del derecho privado. Hoy, está destinado a regular las personas y las
múltiples relaciones que ellas establecen en el entramado de sus vínculos personales, familiares o de
consumo. Resguardando siempre a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad o de
desigualdad estructural, excluyendo toda conducta discriminatoria. Este Derecho ha evolucionado y
en la actualidad reconoce que la persona humana tiene carencias, limitaciones, inferioridades e
inexperiencias y desde que se coloca a la persona humana en el centro de la preocupación jurídica,
la preocupación por éste desplaza a la preocupación por el patrimonio, que fue el centro de las
regulaciones del Siglo XIX.
· Derecho Comercial: el derecho comercial es el derecho de la empresa y del sujeto que la ejercita –
el empresario- es el protagonista de la materia. Es el derecho del empresario y que esa materia debe
incluir la normativa del empresario, de sus bienes materiales como inmateriales y de su actividad de
producción e intercambio de bienes y servicios orientados al mercado. Sumado a esto, podemos
decir que el contenido de la materia comercial queda delimitado por la inclusión de la regulación del
empresario, su estatuto, contratos, regímenes especiales y microsistemas.
· Derecho del trabajo: es el conjunto de principios y normas jurídicas que regula las relaciones –
pacíficas y conflictivas – que surgen del hecho social del trabajo dependiente, y las emanadas de las
asociaciones profesionales – sindicatos y cámaras empresariales – entre sí y con el Estado.

Fuentes del Derecho

Nociones generales:
La palabra fuente refiere al lugar de donde surgen los derechos. Entonces, podemos decir, que, las
fuentes son normas de manifestación del derecho que dan respuesta a los interrogantes que plantea
la vida jurídica. Siguiendo la tradición romanista de la enumeración de las fuentes, históricamente
han sido: la ley, la costumbre, la jurisprudencia y la doctrina. Si repensamos el tema hoy y teniendo
presente el nuevo Código Civil y Comercial, podemos decir que la ley sigue siendo nuestra principal
fuente de derecho. Pero al tener actualmente un código de “principios”, donde los jueces tienen
mayor margen de libertad para sus decisiones, porque existen normas abiertas; la jurisprudencia va
cobrando cada vez mayor relevancia como fuente.
Fuentes:
El art. 1 del nuevo Código, bajo el epígrafe “Fuentes y aplicación” establece: “Los casos que este
Código rige deben ser resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la
Constitucional Nacional y los tratados de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal
efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y costumbres vinculantes
cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o a situaciones no regladas legalmente, siempre
que no sean contrarios a derecho.”
· La Ley (remisión): El artículo antes indicado es la base de todo el sistema y nos conduce a; cómo los
casos que se presenten a los jueces deben ser resueltos conforme a las fuentes. Destacando en
primer lugar a la “ley”, que resulta la más importante, pero no la única. Así el sistema nos obliga a
aplicar todo el Derecho para la resolución de un caso.
· La Constitución Nacional: cuando se hace mención a la Constitución, se referencia a ella y al
“bloque de constitucionalidad”, que está constituido también por los tratados de derechos
humanos. Este bloque es fuente de Derecho en dos sentidos: directa, a través de normas que se
aplican en las distintas relaciones jurídicas e indirecta, porque modifica el espíritu informador del
derecho, cambiando los principios generales. El Código innova al receptar la constitucionalización del
Derecho Privado, estableciendo una comunidad de principios entre la Constitución, el Derecho
Público y el Derecho Privado. Puede decirse que existe una reconstrucción de la coherencia del
sistema de derechos humanos con el Derecho Privado.
· Jurisprudencia: la jurisprudencia, como fuente, es el producto de la labor de los jueces en el
dictado de sentencias, donde sientan doctrina al decidir casos concretos que se les presentan. En sus
sentencias interpretan y aplican leyes; y a falta o insuficiencia de éstas también fijan criterios para la
resolución de los conflictos. La jurisprudencia adquiere mayor relevancia cuando los fallos se van
reiterando de manera uniforme. En general un solo fallo no sienta jurisprudencia, la reiteración la
fortalece. También cobra relevancia el tribunal del cual emana, no se constituye con las decisiones
de tribunales inferiores sino con las decisiones de las Cámaras de Apelación, Cortes o Superiores
Tribunales Provinciales y de la Corte Suprema nacional. Además, la jurisprudencia como fuente
enriquece al Derecho, muchas veces su doctrina es fuente inspiradora para las reformas legales.
· Usos, prácticas y costumbre: la costumbre está situada en el área de la sociedad y con una
gestación lenta (a diferencia de la ley). Consiste en la observancia constante y uniforme de un cierto
comportamiento de una sociedad con la convicción de que responde a una necesidad jurídica. Para
que exista costumbre, son necesarios dos elementos:
- El material, que consiste en una serie de actos repetidos de manera constante, no interrumpida y
uniforme, no es indispensable el largo uso, porque hay usos de formación reciente.
- El psicológico, consiste en la convicción de que esa práctica responde a una necesidad jurídica, es
decir que el uso es jurídicamente obligatorio.
Atendiendo a la relación que tiene la costumbre con la ley, podemos encontrar tres especies:
- Secundum legem: esta clase de costumbre existe cuando el legislador remite la solución del caso a
la costumbre o las mismas partes lo hacen.
- Praeter legem: es la costumbre que se aplica cuando no existe la ley exactamente aplicable al caso.
- Contra legem: es la costumbre contra la ley, hoy rechazada por nuestro ordenamiento normativo.
· Doctrina: la doctrina es la opinión de los distintos autores, expresada tanto en sus obras como en
Congresos y Jornadas. Sirve de pauta orientadora en la interpretación y aplicación de las romas
como así también es tenida en cuenta para la elaboración de las mismas. Esta clásica fuente carece
de obligatoriedad, por lo que no se encuentra nombrada en el artículo 1 del Código. Las funciones
que cumple son: busca soluciones jurídicas a fin de mantener el equilibrio social, actúa como agente
del desarrollo y del cambio frente al desajuste entre el derecho plasmado en la ley y la realidad
social, entre otros.

Para estar frente a una real evolución del Derecho debe haber comunicación entre las diversas
fuentes tradicionales, doctrina, jurisprudencia, costumbre y ley, una debe iluminar a las otras,
porque todas cumplen en forma armónica una vital función en el desarrollo de nuestra ciencia y en
el de una sociedad democrática.

La ley
Conceptos básicos:
La ley es un precepto general obligatorio y justo, dictado por una autoridad legítima y competente
para regular conductas sociales. Entre los caracteres de la ley encontramos: justicia, autenticidad,
generalidad y obligatoriedad.
¿Qué ocurre si ignoramos la ley? La ignorancia de leyes no sirve de excusa para su cumplimiento, si
la excepción no está autorizada por el ordenamiento normativo. Es cierto que hay muchas personas
que no conocen las leyes y que en realidad es imposible conocerlas todas. Sin embargo, apartarse de
esta regla abriría las puertas a un mundo incierto en el cual tanto los que conocen como los que no
conocen podrían argumentar desconocimiento.
Clasificación
· La ley en sentido material y en sentido formal: la ley, en su sentido material, es toda regla social
obligatoria emanada de autoridad competente con carácter de generalidad. En esta categoría
quedan incluidas las constituciones, los tratados internacionales, ordenanzas municipales, etc. En su
sentido formal, son leyes solo las normas emanadas de los órganos legislativos, Congreso nacional o
legislaturas provinciales, con los procedimientos fijados por las Constituciones, tanto nacional como
provinciales.
· Leyes imperativas y supletorias: normas legales imperativas, son aquellas que prevalecen sobre la
voluntad de los particulares, ellos no pueden alejarse de sus previsiones. Dentro del derecho privado
las encontramos en materia de familia, sucesiones y derechos reales. Así las normas son supletorias
cuando los particulares en sus propias regulaciones de derechos pueden apartarse de sus
prescripciones. Se denominan supletorias porque suplen la voluntad de los particulares en caso de
silencio; es decir que las partes nada han previsto en relación a algún tema, ellas se vuelven
obligatorias para ese supuesto jurídico. Se encuentran por ejemplo en obligaciones y en contratos.
Interpretación de la Ley:
En el Art. 2 del Código Civil y de Comercio se establecen las reglas de interpretación de la ley dirigida
hacia los jueces quienes serán los encargados de aplicar el Derecho: “Interpretación. La ley debe ser
interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones
que surgen de los tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo
coherente con todo el ordenamiento.”

· Interpretación gramatical: toda interpretación de un texto comenzará con el sentido literal, o sea,
el significado de una expresión o una frase en el lenguaje general.
· Interpretación teleológica: es el fin que encierra la norma, que busca esta norma o quién protege la
misma.
· Las leyes análogas: es el método a través del cual se extiende la regulación de un supuesto legal, a
otro que no cuenta con dicha regulación.
· Las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos: los tratados internacionales
cumplen con una doble función, de fuente de acuerdo al art.1 del C.C y C, pero además, cuando se
interpreta una norma, tienen especial relevancia. Porque proveen un contenido valorativo que se
considera relevante para el sistema.
· Los principios: son normas abiertas, indeterminadas, que obligan a cumplir un mandato en la
mayor medida posible. Son guías para el razonamiento legal y ordenan que se cumplan lo máximo
posible.
· Valores jurídicos: los valores mencionados en la Constitución y en las leyes son citados con
frecuencia en las decisiones judiciales: “afianzar la justicia”, el “bienestar general”, la “solidaridad”,
etc.
· Interpretación sistemática: al momento de interpretar una norma se debe conectar con el sentido
de todo el orden jurídico. Esto permite superar la limitación derivada de una interpretación
meramente exegética y dar facultades al juez para recurrir a las fuentes disponibles en todo el
sistema. La interpretación debe partir de las palabras de la ley, pero deber ser armónica,
conformando una norma con el contenido de las demás y debe cuidarse de no alterar el equilibrio
del conjunto.

Aplicación de la Ley en tiempo (Eficacia temporal; Art. 7 del C.C y C)


En el artículo 7º, el legislador ha organizado la aplicación de la ley en el tiempo en base a cuatro
reglas:
· Efecto inmediato:
La nueva ley se aplicará a las situaciones o relaciones jurídicas que nazcan con posterioridad a su
entrada en vigencia y también en las consecuencias futuras de las situaciones o relaciones jurídicas
existentes al momento de su entrada en vigencia. Asimismo, no se aplica a la constitución ni a las
consecuencias cumplidas, ni a la extinción de una situación o relación jurídica que se constituyó,
desarrolló o extinguió bajo la ley antigua. Pero si se aplicará a las consecuencias futuras de una
situación o relación jurídica que se constituyó bajo la ley antigua.
· Principio de irretroactividad:
El efecto inmediato se complementa con el principio de irretroactividad. El artículo 7 dispone que las
leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, salvo disposición en contrario, por lo
cual la doctrina coincide que este principio es una regla jurídica dirigida al Juez, pero no es una
norma de conducta para el legislador ya que puede dictar una ley retroactiva, estableciendo en ella
expresamente su vigencia retroactiva. Entre sus excepciones se encuentran las leyes expresamente
retroactivas, las interpretativas y la ley penal más benigna.
· Retroactividad y sus límites:
Una ley sería retroactiva cuando la nueva pretende:
1. Cuando se refiere a la constitución (o extinción) de una situación jurídica ya constituida (o
extinguida).
2. Cuando se refiere a los efectos de una situación o relación jurídica producidos antes que la nueva
ley se halle en vigencia.

Límites impuesto por el Art. 7 al legislador para el dictado de una ley retroactiva: el régimen vigente
no prohíbe la retroactividad de la ley, sino que establece una serie de límites a los fines que una
nueva ley dictada por el legislador pueda ser retroactiva. Dichos límites son:
- En primer lugar, debe establecerse una disposición expresa de que la nueva ley sancionada tendrá
carácter retroactivo.
- En segundo lugar, la nueva ley sancionada podrá ser retroactiva siempre y cuando no afecte
derechos aparados por garantías constitucionales.
· Efecto ultractivo o supervivencia de la ley antigua:
Este efecto implica que la ley supletoria antigua que se deroga, suprime o modifica va a seguir
vigente para los contratos en curso de ejecución. Es decir, que no se van a aplicar conforme el efecto
inmediato, las nuevas leyes supletorias a los contratos en curso de ejecución. El efecto ultractivo o
supervivencia de la ley antigua es una excepción al efecto inmediato antes analizado.
En la última parte al establecer el efecto ultractivo o supervivencia de la ley antigua, agrega una
excepción: “…Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de ejecución,
con excepción de las normas más favorables al consumidor en las relaciones de consumo.”.

El ejercicio de los derechos


Introducción
El nuevo Código dentro de los Títulos Preliminares trae un capítulo denominado “Ejercicio de los
derechos”, normas dirigidas específicamente a los ciudadanos (como la buena fe y el abuso de
derecho), que han sido incorporadas de modo introductorio a fin de dotar a todo el sistema de
derecho privado, de una unidad de sentido valorativo.
Buena fe:
Gran parte de la doctrina distinguen por una parte la buena fe objetiva y por otra la subjetiva, ambas
ideas incluidas en el precepto del art. 9.
Buena fe – lealtad u objetiva: esta acepción de buena fe nos remite a la idea de una conducta noble
y recta de comportamiento dentro de los actos jurídicos. Refiere a comportarnos con el otro como
nosotros quisiéramos que lo hagan con uno mismo.
Buena fe – creencia o subjetiva: es la protección que nos brinda el ordenamiento jurídico cuando
existe creencia razonable de haber obrado diligentemente y conforme al derecho, pudiendo
presentarse en dos hipótesis: cuando se confía en la titularidad de un derecho propio y al confiar en
la titularidad de un derecho ajeno.
Abuso del derecho (Art. 10):
Para poder reconocer si estamos frente al abuso de un derecho subjetivo, debemos tener presente
como pauta de base, que el sujeto al ejercerlo, debe tener en sus manos un derecho. Y luego por
alguna circunstancia, se desvía y cae en la ilicitud ocasionando un daño a un tercero. Si de arranque
la conducta no está amparada por el ordenamiento normativo, nunca estaremos frente a un
ejercicio abusivo, sólo estaremos frente a una conducta ilegítima. Por ejemplo: si una norma del
Banco Central establece un límite máximo que se puede cobrar intereses en préstamos bancarios y
un banco decide cobrar uno mayor, no existe abuso, porque el banco nunca tuvo derecho de
hacerlo.
Los criterios para juzgar el abuso de derecho son los siguientes:
· El criterio de los fines: cada institución jurídica, tiene una finalidad económica, social o ambiental; si
el sujeto utiliza ese instituto con otra finalidad y ocasiona daño, estamos en presencia del abuso del
derecho.
· El criterio de la buena fe: creemos que debe ser interpretado como que todo derecho debe ser
ejercido en pos de un propósito funcional a su titular y no con el solo efecto de perjudicar a terceros.
· El criterio de la moral y las buenas costumbres: las buenas costumbres son como “cristalizaciones
de la moral media en una sociedad determinada” y en un tiempo determinado.

Los efectos de la conducta abusiva por ser ilegítima, es decir contraria al derecho son:
a) El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo (tutela preventiva).
b) Si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar una indemnización por
todos los daños sufridos, procurando alcanzar una reparación integral (tutela resarcitoria).

Derechos y Bienes:
Conceptos generales de Bienes:
Los bienes entendidos en “sentido amplio” abarcan las cosas (objetos materiales) y los derechos
(objetos inmateriales) con valor económico. No obstante, la nueva legislación expande el concepto
de tal forma que, actualmente, los bienes en sentido “amplio” comprenden también: los derechos
individuales que la persona posee sobre el cuerpo humano o sus partes; los derechos de las
comunidades indígenas sobre bienes comunitarios; por último, los derechos de incidencia colectiva.
Una de las innovaciones del nuevo código, es la incorporación de una nueva categoría de objeto de
derechos, que no tiene valor económico, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social
(que son los derechos sobre el cuerpo humano o sus partes antes mencionados).
Art. 18 del CC y C: Las comunidades indígenas reconocidas tienen derecho a la posesión y propiedad
comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y de aquellas aptas y suficientes para el
desarrollo humano según lo establezca la ley.

Clasificación de las cosas (Desde el art. 225 al 234)


Las cosas son bienes materiales que tienen contenido económico. Existiendo distintas
clasificaciones:
· Cosas inmuebles y muebles: las cosas inmuebles se subdividen en inmuebles por su naturaleza y
por accesión. Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las cosas incorporadas a él de una manera
orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin hecho del hombre. Son inmuebles por accesión las
cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por adhesión física al suelo, con carácter
perdurable. En este caso, los muebles forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un
derecho separado sin la voluntad del propietario. No se consideran inmuebles por accesión las cosas
afectadas a la explotación del inmueble o a la actividad del propietario.
Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa.

· Cosas divisibles e indivisibles: Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales
sin ser destruidas. Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en
antieconómico su uso y aprovechamiento.

· Cosas principales y accesorias: Son cosas principales las que pueden existir por sí mismas. Son
cosas accesorias cuya existencia y naturaleza son determinadas por otra cosa de la cual dependen o
a la cual están adheridas.

· Cosas consumibles y fungibles: Son cosas consumibles aquellas cuya existencia termina con el
primer uso. Son cosas no consumibles las que no dejan de existir por el primer uso que de ellas se
hace, aunque susceptibles de consumirse o deteriorarse después de algún tiempo. Son cosas
fungibles aquellas en que todo individuo de la especie equivale a otro individuo de la misma
especie, y pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en igual cantidad.

· Frutos y productos: los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se altere o
disminuya su sustancia se denominan frutos. Y los objetos no renovables que separados o sacados
de la cosa alteran o disminuyen su sustancia se llaman productos.

· Bienes inenajenables: están fuera del comercio los bienes cuya transmisión está expresamente
prohibida por la ley o por los actos jurídicos, en cuanto a este Código permite tales prohibiciones.

Capítulo 2: PERSONA

Persona
Persona Humana:
El actual Código Civil y Comercial de la Nación refleja en forma clara la noción de que es persona por
el solo hecho de ser humano. Desde una perspectiva moderna, supone abandonar el concepto de
persona tradicional como “el ente susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones” para
enfocarse en la “personalidad”, comprensiva del complejo de derechos que el ordenamiento jurídico
le reconoce al hombre por el solo hecho de serlo.
Personas Jurídicas (art. 141 del C.C y C):
Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para
adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su
creación. La persona jurídica tiene una responsabilidad distinta de la de sus miembros y estos
últimos no responden por las obligaciones de la persona jurídica.
Cuando una entidad dotada de personalidad jurídica contrata y adquiere bienes, resulta obligada o
favorecida por las consecuencias del contrato y propietaria de los bienes que adquiere. Por ejemplo,
las instalaciones de un club deportivo son de la entidad y no de los socios o asociados que solamente
tienen la posibilidad de usarlas conforme a la reglamentación interna establecida por la propietaria
de los bienes, o sea la entidad.
Por aplicación de la regla de la distinta personalidad, dado un conflicto que requiere intervención
judicial, corresponde demandar a la persona jurídica como tal y no a los miembros que la componen,
ni a los individuos que integran sus organismos directivos, aun cuando la notificación de la demanda
deba hacerse en la persona de quien ejerce la representación de la entidad.
El principio de separación de la personalidad no es absoluto. Cuando la persona jurídica es usada
para obtener finalidades distintas de aquellas para la cual ha sido creada, y por ello provoca perjuicio
a un tercero, resulta licito indagar qué hay detrás del ente creado e imputar la responsabilidad
directamente a sus integrantes (socios, asociados, miembros, etc.).
Clasificación:
Las personas jurídicas son públicas o privadas. Para ubicarlas en uno u otro sector, la doctrina ha
tenido en consideración diversos elementos: el origen estatal; la finalidad pública o el interés
público; el control del Estado; la afectación de rentas públicas para el logro de su actividad; y por
último, la atribución de potestad de imperio.
Son personas jurídicas públicas:
· El estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los municipios, etc.
· Los Estados extranjeros.
· La iglesia Católica.
Son personas jurídicas privadas: las sociedades, las asociaciones civiles, las simples asociaciones, las
fundaciones, las iglesias o entidades religiosas, las mutuales, las cooperativas, entre otras.
Persona humana. Períodos de su existencia:
Persona por nacer
El Código Civil y de Comercio establece en su art. 19 que la existencia de la persona humana
comienza con la concepción. Define el momento desde el cual se considera que es persona humana
como centro de imputación de efectos – derechos y deberes – jurídicos en el ámbito civil. Para la
Corte IDH la existencia de la persona humana comienza con la implantación del embrión y, por ende,
el embrión no implantado no es persona humana.
El artículo 20 del C.C y C establece: “Época de la concepción es el lapso entre el máximo y el mínimo
fijado para la duración del embarazo. Se presume, excepto prueba en contrario, que el máximo
tiempo del embarazo es de trescientos días y el mínimo ciento ochenta, excluyendo el día del
nacimiento.”. Para computar estos plazos se toma el día de nacimiento, desde ese punto de partida,
sin computarlo, se cuenta para atrás ciento ochenta días y trescientos días, tomándose los ciento
veinte días que quedan en el medio como época de la concepción. Desde ese momento se concibe la
existencia de la persona y, por lo tanto, se considera que ésta puede adquirir derechos.
El artículo 21 del C.C y C establece: “Los derechos y obligaciones del concebido o implantado en la
mujer quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida. Si no nace con vida, se considera que la
persona nunca existió. El nacimiento con vida se presume.”. La personalidad reconocida al sujeto
concebido es condicional. Es decir, la persona por nacer puede adquirir derechos desde la
concepción, pero los mismos se resuelven en el caso de que no se produzca el nacimiento con vida.
Nacer es salir del vientre de la madre y para que los efectos jurídicos se produzcan debe existir vida
independiente y autónoma aunque se solo por un instante después de estar completamente
separado de su madre. Producido el nacimiento, se consolidan definitivamente los derechos
adquiridos en el período anterior y se opera su transmisión.
A continuación, algunos supuestos jurídicos sobre adquisición de derechos:
a) Bienes adquiridos por donación o herencia: la persona por nacer tiene capacidad de derecho para
recibir bienes tanto por donación como “por herencia”.
b) Alimentos: la persona por nacer puede demandar alimentos de personas obligadas a prestarlos.
c) Seguros: la persona por nacer puede ser beneficiaria de un contrato de seguro de vida, así como
de cualquier otro derecho que emane de estipulaciones hechas por terceros.
d) Acciones de años y perjuicios: si se comete un hecho ilícito contra una persona obligada a prestar
alimentos a la persona por nacer, ésta adquiere legitimación para accionar a fin de obtener el
resarcimiento correspondiente.

Personas menores de edad


Son menores de edad todas las personas que no han cumplido 18 años. Según nuestro actual código,
el menor será niño desde su nacimiento hasta la edad de 13 años, y adolescente desde dicha edad
hasta la mayoría, a los 18 años. La segunda parte del art. 26 flexibiliza el sistema e introduce
expresamente en el derecho interno el principio de autonomía progresiva de las niñas, niños y
adolescentes. En abstracto, consiste en el derecho del adolescente de ejercer ciertas facultades de
autodeterminación, en la medida que adquiere la competencia necesaria para comprender las
situaciones que puedan afectar a su persona.
Dentro de la nueva figura que el código denomina como adolescente, se pueden distinguir dos
categorías etarias: una, entre los 13 y los 16 años; la otra, después de esta última edad. El nuevo
código posibilita una real participación del adolescente en las decisiones del mismo en el ámbito de
su salud. Se presume que si el adolescente cuenta entre los 13 y 16 años de edad, tiene aptitud para
decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su
estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física. Por lo contrario, si se trata
de tratamientos invasivos que comprometan su estado de salud, el adolescente debe prestar su
consentimiento con la asistencia de sus progenitores. En caso de conflicto entre ellos, se deberá
resolver, con intervención judicial, teniendo en cuenta su interés superior del adolescente, sobre la
base de la opinión médica respecto a las consecuencias de realización o no del acto en cuestión.
Pero, a partir de los 16 años esta regla se modifica. Este adolescente es considerado como un adulto
para las decisiones que atañen al cuidado de su propio cuerpo.
El nuevo Código coloca en cabeza de los adolescentes el ejercicio de los derechos y obligaciones
derivados de la responsabilidad parental de sus hijos. Ello los habilita para decidir y realizar por sí
mismos, a ambos progenitores de manera conjunta, las tareas necesarias para su cuidado, educación
y salud; independientemente del estado civil que posean.

Mayoría de edad
Cumplidos los 18 años de edad, la persona humana puede ejercer por sí mismo todos los derechos,
es un sujeto plenamente capaz de ejercicio. Pero existen casos donde el juez puede restringir dicha
capacidad para determinados actos de una persona si esta padece una adicción o una alteración
mental, siempre que estime que el ejercicio de su plena capacidad puede resultar un daño a su
persona o a sus bienes.

Fin de la existencia de la persona humana


La existencia de la persona humana, el transcurso de su vida desde su comienzo hasta su extinción,
se encuentra regulada por el ordenamiento jurídico. El fin de la existencia se da a través de un hecho
biológico al igual que su comienzo, en este caso, la muerte. Se extinguen los derechos
personalísimos, el matrimonio y derechos derivados del estado de familia. Se trasmiten, en general,
los derechos patrimoniales hacia los sucesores.
La ley de trasplante de órganos, establece en su artículo 23 las condiciones o requisitos mínimos que
deben computarse para tener acreditado el fallecimiento de una persona física. “El fallecimiento de
una persona se considerará tal cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes signos, que
deberán persistir ininterrumpidamente seis (6) horas después de su constatación conjunta:
a) Ausencia irreversible de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de conciencia.
b) Ausencia de respiración espontánea.
c) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas.
d) Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumentales adecuados a las
diversas situaciones clínicas, cuya nómina será periódicamente actualizada por el Ministerio de Salud
y Acción Social con el asesoramiento del INCUCAI.
La verificación de los signos referidos en el inciso “d” no será necesaria en caso de paro
cardiorrespiratorio total e irreversible.

Capacidad
Capacidad. Capacidad de derecho y de ejercicio:
Capacidad es la aptitud de los sujetos para adquirir derechos y contraer obligaciones (art. 22). La
capacidad puede referirse tanto a la posibilidad de ser titular de derechos subjetivos y en dicho caso
hablamos de capacidad de derecho; y por el otro al ejercicio de los derechos subjetivos y aquí nos
referimos a la capacidad de ejercicio o de hecho.
La capacidad de derecho refiere a la posibilidad de ser titular de derechos, al goce de los mismos y
como se encuentra ínsito en la idea de persona la aptitud de ser titular de derechos y deberes, no
podrían existir sujetos a quienes se les limite por completo esta capacidad, porque se perdería la
calidad de persona. No existe la incapacidad de derecho absoluta, ya que llevaría al individuo a la
muerte civil; situación suprimida en todas las legislaciones modernas.
En cuanto a las incapacidades de derecho, encontramos que el art. 22 en la segunda parte reza: “La
ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos
determinados”. El fundamento de dichas limitaciones obedece a la protección del interés general. En
los casos típicos de incapacidades de derecho encontramos entre otros:
· No pueden contratar en interés propio los funcionarios públicos, respecto a bienes de cuya
administración o enajenación están o han estado encargados.
· No pueden contratar en interés propio los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia de bienes
relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido.
Los funcionarios públicos podrían burlar al Estado y los jueces y abogados podrían sacar ventaja de
su posición. Las incapacidades de derecho son excepcionales, tienen como finalidad preservar el
orden público, por lo tanto si son burladas, dichos actos padecen de nulidad absoluta y dichas
incapacidades no pueden salvarse a través de la representación en forma válida.

La capacidad de ejercicio o de hecho, es la posibilidad del sujeto de ejercer por sí mismos sus
derechos. La finalidad de las incapacidades o restricciones a la misma, es la protección del individuo,
no al resto de la comunidad; es decir, se han establecido en interés de aquel. Contrariamente a lo
que sucede con las incapacidades de derecho.
El nuevo código regula las limitaciones a la capacidad de ejercicio en tres variantes según la causa
que la origina:
1. Personas incapaces de ejercicio (art. 24):
- Personas por nacer.
- Personas que no cuentan con la edad y grado de madurez suficiente.
- Personas declaradas incapaces por sentencia judicial.
2. Restricciones a la capacidad (art. 31): personas mayores de 13 años que padecen una adicción o
una alteración mental permanente o prolongada, de suficiente gravedad, siempre que se estime que
del ejercicio de su plena capacidad pueda resultar un daño a su persona o a sus bienes.
3. Inhabilitación (art. 48): procede en el caso de prodigalidad únicamente.

Emancipación:
La emancipación es una institución jurídica que coloca a los menores en un régimen de capacidad
civil adelantada aunque no plena como los mayores, sino con restricciones; siendo la única causal de
emancipación, el matrimonio. Los artículos 27 complementados con el artículo 404 rezan lo
siguiente: “… el menor de edad que no haya cumplido la edad de 16 años puede contraer matrimonio
previa dispensa judicial. El menor que haya cumplido la edad de 16 años puede contraer matrimonio
con autorización de sus representantes legales. A falta de esta, puede hacerlo previa dispensa
judicial…”.
Actos prohibidos: los menores emancipados no pueden ni aun con autorización judicial:
· Aprobar privadamente cuentas documentadas de los tutores ni darles finiquito.
· No puede hacer donaciones de cualesquiera bienes (o su valor) que hubiere recibido a título
gratuito. Los bienes (o su valor) adquiridos con su trabajo son susceptibles de ser donados
libremente.
· No puede formar parte de sociedades que impongan a los socios responsabilidad ilimitada y
solidaria por las deudas que aquella contraiga ni constituir derechos reales de garantía sobre
obligaciones ajenas.

Restricciones a la capacidad por afecciones psíquicas o adicciones


El nuevo Código (art. 31) establece una serie de reglas generales que deberán observarse cada vez
que se someta a una persona a juicio con la finalidad de restringirle la capacidad o excepcionalmente
incapacitarlo. Porque sin juicio previo no hay restricción a la capacidad de ningún tipo. Alguna de
ellas son:
· La capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando se encuentre
internada en un establecimiento asistencial.
· Las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre en beneficio de la
persona.
· La intervención estatal tiene carácter interdisciplinario.
· La persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías adecuadas para su
comprensión.
La consecuencia jurídica es la restricción de la capacidad en la medida que el juez lo establezca. El
artículo 32 establece: “ … el juez puede restringir la capacidad para determinados actos de una
persona mayor de 13 años que padece una adicción o una alteración mental permanente o
prolongada, de suficiente gravedad, siempre que estime que del ejercicio de su plena capacidad
puede resultar un daño a su persona o a sus bienes.”

Legitimación activa e intervención del interesado en el proceso:


Están legitimados para solicitar la declaración de incapacidad y de capacidad restringida conforme el
artículo 33 del C.C y C: a) el propio interesado; b) el cónyuge no separado de hecho y el conviviente
mientras la convivencia no haya cesado; c) los parientes dentro del cuarto grado; si fueran por
afinidad, dentro del segundo grado; d) el Ministerio Público.
La persona cuyo interés se lleva adelante el proceso es parte y puede aportar todas las pruebas que
hacen a su defensa. Si la persona en cuyo interés se lleva adelante el proceso ha comparecido sin
abogado, se le debe nombrar uno para que lo represente y le preste asistencia letrada en el juicio. El
juez deberá garantizar la inmediatez con el interesado durante el proceso y entrevistarlo
personalmente antes de dictar resolución alguna, asegurando la accesibilidad y los ajustes
razonables del procedimiento de acuerdo a la situación de aquél.
Sentencia y su revisión (art. 37, 38 y 40 CCyC)
La sentencia se debe pronunciar sobre los siguientes aspectos vinculados a la persona en cuyo
interés se sigue el proceso: a) diagnóstico y pronóstico; b) época en que la situación se manifestó; c)
recursos personales, familiares y sociales existentes; d) régimen para la protección, asistencia y
promoción de la mayor autonomía posible. Por otra parte, para el dictado de la sentencia, es
imprescindible el dictamen de un equipo interdisciplinario. Dicha sentencia debe determinar la
extensión y alcance de la restricción y especificar las funciones y actos que se limitan, procurando
que la afectación de la autonomía personal sea la menor posible. Asimismo, se debe designar una o
más personas e apoyo o curadores de acuerdo a si, se restringe la capacidad o es necesaria la
incapacidad como medida de protección. Esta sentencia puede ser revisada en cualquier momento,
a instancia del interesado. Y debe ser obligatoriamente revisada por el juez en un plazo no superior a
tres años.

Representación. Asistencia. Sistema de apoyo.


Representación:
Existe representación cuando una persona (representante) recibe o trasmite una declaración de
voluntad en nombre de otra (representado) que es quien soporta sus consecuencias. El art. 100 reza:
“Regla General. Las personas incapaces ejercen por medio de los representantes los derechos que no
pueden ejercer por sí”. El binomio representante-representado ya no implica una relación de poder
del primero sobre el segundo, sino que el actuar del representante debe ser exclusivamente “para”
los intereses y la persona del representado. A mayor autonomía del sujeto, menor será la
representación. Ejemplos de representantes son: de las personas por nacer o menores de edad no
emancipadas, sus padres.
Asistencia:
El sistema de asistencia, a diferencia del de representación, consiste en que la persona que tiene
restringida la capacidad de obrar, se le designe un asistente, quien como su nombre indica, asistirá al
sujeto en el otorgamiento de aquellos actos que el juez o la ley no les permite realizar por sí solo. Se
puede presentar en los menores emancipados, en los inhabilitados y también en los apoyos hacia
personas restringidas en su capacidad.

Apoyos:
En el artículo 43 se definen los apoyos como “cualquier medida de carácter judicial o extrajudicial
que facilite a la persona que lo necesite la toma de decisiones para dirigir su persona, administrar sus
bienes y celebrar actos jurídicos en general”. El o los apoyos tienen como función promover la
autonomía y facilitar la comunicación, la comprensión y la manifestación de voluntad de la persona
para el ejercicio de sus derechos.

Nombre y Domicilio
Nombre
El nombre es uno de los atributos esenciales de las personas y por el cual se permite identificar a la
misma en relación a las demás. Está compuesto por un prenombre y un apellido, técnicamente el
nombre es la unión de ambos. La regla para la elección del prenombre es la libertad. El art. 63 CCyC
estable las limitaciones para su elección, siendo estas escasas: no pueden inscribirse más de tres
nombres, primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos y tampoco
pueden inscribirse prenombres extravagantes.
En cuanto al apellido podemos destacar dos ramas: hijos matrimoniales y extramatrimoniales. En el
caso del hijo matrimonial lleva el apellido de alguno de los cónyuges; en caso de no haber acuerdo,
se determina por sorteo realizado en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. A
pedido de los padres, o del interesado con edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido
del otro. Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración
compuesta que se haya decidido para el primero de los hijos.
El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese progenitor. Si la filiación de
ambos padres se determina simultáneamente, se aplica como un hijo matrimonial. Si la segunda
filiación se determina después, los padres acuerdan el orden; a falta de acuerdo, el juez dispone el
orden de los apellidos, según el interés superior del niño.
En caso de hijo adoptivo por adopción plena, por lo general se aplican las reglas generales relativas
al apellido de los hijos matrimoniales antes desarrolladas. El adoptado puede pedir agregar o
anteponer el apellido de origen al del adoptante. Si el hijo adoptivo se encuentra en adopción
simple, el adoptado que cuenta con la edad y grado de madurez suficiente o los adoptantes, puede
solicitar se mantenga el apellido de origen, sea adicionándole o anteponiéndole el apellido del
adoptante o uno de ellos; si no existiera esta petición expresamente, la adopción simple se rige por
las mismas reglas de la adopción plena.

Domicilio
El domicilio es “la sede legal de la persona”. Es establecido por la ley, para la producción de los
efectos jurídicos que surgen de sus relaciones jurídicas, y el mismo será, según el caso, fijado por la
ley tomando diversos elementos de hecho como la residencia, el cargo público que desempeña, etc.
La clasificación se divide en dos clases de domicilio, el domicilio general u ordinario, para la
generalidad de las relaciones jurídicas de una persona; y el domicilio especial, que por el contrario
rige para ciertas relaciones jurídicas.

Domicilio general u ordinario:


a) Domicilio real (art. 73): la persona humana tiene domicilio real en el lugar de residencia habitual.
Si ejerce actividad profesional o económica lo tiene en el lugar donde la desempeña para el
cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad. Caracterizando a este tipo de
domicilio el ser voluntario y de libre elección.
b) Domicilio legal (art. 74): el domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en
contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el
cumplimiento de sus obligaciones. Sólo la ley puede establecerlo, y sin perjuicio de lo dispuesto en
normas especiales como por ejemplo: los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en
que deben cumplir sus funciones; o los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar
donde lo están prestando.
Por su parte caracteriza este domicilio que es forzoso, ficticio, excepcional y de interpretación
restrictiva. La persona humana no puede tener dos domicilios generales; o posee domicilio real o
legal.

Domicilio especial:
a) Domicilio convencional o de elección: es el domicilio que eligen las personas libremente cuando
celebran un contrato o en general un negocio jurídico, a fines de hacer posible el cumplimiento de
sus obligaciones.
b) Domicilio procesal o “ad-litem”: al momento de iniciar una acción judicial ante Tribunales, los
Códigos Procesales establecen una carga al litigante, cual es, la de constituir un domicilio procesal o
“ad-litem”. Los efectos de este domicilio es que se constituye en un juicio, es que en este preciso
domicilio, serán válidas todas las notificaciones judiciales referidas a ese juicio puntal y determinado.

Capítulo 3: HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS

Hechos Jurídicos
El código define al hecho jurídico en su artículo 257 y dice que, es el acontecimiento que, conforme
al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o
situaciones jurídicas. El hecho debe ser recogido por la norma para que o modifique una
consecuencia jurídica. La fuente productora de efectos tiene por único fundamento el
“ordenamiento jurídico” que abarca no sólo la ley, sino a las otras fuentes del derecho objetivo. Es el
ordenamiento el que establece cuáles son los hechos que le van a interesar y cuáles no.
Los hechos jurídicos pueden provenir de la naturaleza (el granizo que destruye la cosecha) o pueden
consistir en hechos humanos. También los estados psíquicos pueden constituirse en hechos
jurídicos, en tanto se exterioricen o puedan ser exteriorizados.
El nuevo código solo enuncia los conceptos de dos hechos humanos. En primer lugar se ocupa delos
simples actos lícitos y luego conceptualiza el acto jurídico:
Los simples actos lícitos es la acción voluntaria no prohibida por la ley, de la que resulta alguna
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. Un ejemplo de esta es
quien escribe una canción por placer no piensa que el ordenamiento legal protege su creación
intelectual. El otro hecho humano es el acto jurídico, también llamado por la doctrina negocio
jurídico, definido por el art. 259 como el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
Una aclaración que podemos hacer es que las situaciones jurídicas pueden ser unisubjetivas,
refiriéndose a las personas en sí mismas o con relación a los bienes; o también pueden ser
plurisubjetivas, actúan más de una persona y a éstas se las denomina relaciones jurídicas.

Teoría general del acto voluntario:


El nuevo código en el art. 260 dice que el acto voluntario, es el ejecutado con discernimiento,
intención y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior. Los elementos internos y externos de
la voluntad:
· El discernimiento es la facultad de comprender y conocer. Se trata de estados de conciencia que
permiten al sujeto apreciar las consecuencias de sus acciones. Son “causas obstativas” del
discernimiento la inmadurez de la persona en razón de su edad o por la alteración de las facultades
mentales.
· La intención supone la aptitud para entender el acto concreto que se realiza. La intención sólo
puede estudiarse en cada caso concreto, la falta de discernimiento excluye la intención, pero no a la
inversa. Suprimen la intención tanto el error como el dolo. Los actos humanos se presumen
realizados con intención, y por ende quien alegue que se ejecutaron por error o dolo, deberá
probarlo.
· La libertad es la facultad de elegir distintas alternativas espontáneamente, esto es, sin coacciones.
Por tanto, suprimen la libertad, la fuerza, el temor o intimidación. Los actos humanos se presumen
libres, de manera que las situaciones de excepción que obstan a la celebración de un acto libre y sin
vicios deben demostrarse.
· Además de los tres elementos internos, la voluntad necesita de una manifestación, que es el
elemento externo. Éste es el modo de hacer conocer a los demás la existencia y el contenido de
nuestra voluntad. Aquí encontramos a la “forma” en su sentido amplio del término, como el modo
de exteriorizar la voluntad.
Diversas formas de manifestación de voluntad:
- Expresa: el art. 262 reza lo siguiente: “los actos pueden exteriorizarse oralmente, por escrito, por
signos inequívocos o por la ejecución de un hecho material”.
- Tácita: el art. 264, contiene la regulación de la manifestación tácita de la voluntad: “es aquella que
resulta de los actos por los cuales se la puede conocer con certidumbre. Carece de eficacia cuando la
ley o la convención exigen una manifestación expresa”.
- Derecho al silencio: el art. 263 establece: “el silencio opuesto a actos o a una interrogación no es
considerado como una manifestación de voluntad conforme al acto o la interrogación, excepto en los
casos que haya un debe de expedirse que puede resultar de la ley, de la voluntad de las partes, de los
usos y prácticas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes”.

Vicios de la voluntad
La ausencia de uno de los elementos internos, antes señalados, torna involuntario el acto. Vale
aclarar que la falta de discernimiento no trae aparejada las mismas consecuencias que si se
encuentran afectas la intención o la libertad. Cuando falta discernimiento, no existe en absoluto un
acto voluntario. En cambio, cuando se encuentran afectadas la libertad o la intención, la voluntad
interna, aunque viciada existe.
Podemos encontrar tres vicios de voluntad diferentes: error, dolo y violencia.
- Error: el error de hecho esencial vicia la voluntad y causa la nulidad del acto. Si el acto es bilateral o
unilateral recepticio, el error debe, además ser reconocible por el destinatario para causar la
nulidad. El error esencial existe cuando es móvil determinante de la voluntad, es decir que, si esa
equivocación no hubiera estado presente en el sujeto, no habría celebrado ese negocio. El error es
reconocible cuando el destinatario de la declaración lo pudo conocer según la naturaleza del acto,
las circunstancias de la persona, tiempo y lugar.
- Dolo: consiste fundamentalmente en realizar una maniobra engañosa o incurrir en una omisión o
reticencia que produzca el mismo efecto. La característica del dolo como vicio de la voluntad radica
en el engaño que se emplea para lograr que otro celebre un acto jurídico. La omisión dolosa tiene los
mismos efectos que la acción. El dolo debe ser “esencial” (sin ese engaño el acto no se hubiera
realizado), grave (idóneos de provocar daño) y debe haber provocado un “daño importante”, en
caso de no haberse provocado un daño significativo, la victima podrá reclamar la reparación de los
daños y perjuicios sin necesidad de invalidar el acto jurídico. Por último, la norma establece un
requisito negativo, que es que “no haya dolo de ambas partes”, si las partes se han engañado
mutuamente, el ordenamiento normativo se desinteresa de ellas.
- Violencia: el código denomina a este vicio, comprendiendo dentro de ella a la fuerza física e
irresistible y también a las amenazas (intimidación) como causas que atentan contra la libertad,
entendida como el elemento interno del acto voluntario. Para que la fuerza física constituya causal
de nulidad del acto es preciso que sea su causa determinante, es decir, que el negocio no se hubiera
realizado de no haber existido dicha acción. En cuanto a las amenazas, el supuesto jurídico es
completamente diferente. Aquí sí hay una voluntad pero la misma se encuentra viciada. Su libertad
no ha sido suprimida pero sí gravemente condicionada. La amenaza debe importar “el temor de
sufrir un mal inminente y grave”, si la amenaza no infunde temor no se encuentra afectada la
voluntad. Las amenazas pueden recaer tanto sobre la persona como sobre sus bienes y además de
sanción de nulidad (que tiene como finalidad la restitución de las cosas al estado anterior) se puede
accionar por los daños y perjuicios sufridos.

Acto jurídico
El acto jurídico es el acto voluntario licito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas. El acto jurídico es la base de la autonomía privada. El
derecho reconoce a las personas la posibilidad de regular por sí mismas sus propios intereses
pudiendo además crear reglas de conducta en las relaciones con otros, y enlaza esos efectos
conforme a la función económica y social que caracteriza su tipo.
Caracteres:
1. Acto voluntario (manifestación de voluntad): el acto o negocio jurídico pertenece al género de los
actos voluntarios, donde se exige que se haya ejecutado con discernimiento, intención y libertad,
que debe ser exteriorizada para que produzca efectos jurídicos.
2. Licitud: el campo de lo lícito comprende a los actos permitidos por el ordenamiento jurídico.
Existe ilicitud cuando el ordenamiento jurídico prohíbe el acto en forma expresa o implícita,
imponiendo una sanción.
3. Fin inmediato de producir efectos jurídicos: debe existir en las partes el “propósito de
autorregulación de intereses”, este carácter es el específico de los actos jurídicos y el que permite
distinguirlo frente a los simples actos lícitos.
Clasificación:
a) Actos unilaterales y bilaterales: son unilaterales cuando basta para formarlos la voluntad de una
sola parte (emisión de un testamento). Son bilaterales cuando necesita de la voluntad de dos partes
(contratos).
b) Actos entre vivos y de última voluntad: se tiene en cuenta el momento en que los actos producen
efectos principales. Son actos entre vivos aquellos cuya eficacia no depende del fallecimiento de
aquellos de cuya voluntad emanan (contratos). Por lo contrario, cuando no deben producir efectos
sino después del fallecimiento de aquellos cuya voluntad emana, se denominan, actos de última
voluntad (los testamentos, disposición de órganos).
c) Actos de disposición, de administración y de conservación: son actos de disposición los
susceptibles de comprometer seriamente el patrimonio del sujeto en razón de que disminuyen o
modifican sustancialmente la estructura del mismo o comprometen su porvenir por largo tiempo,
como por ejemplo la donación de un inmueble o una hipoteca. Los actos de administración son los
que tienen por fin de hacer producir beneficios a los bienes que componen el patrimonio,
respetando su naturaleza y destino y que por lo tanto, no afectan seriamente la estructura de los
bienes de capital de patrimonio. Finalmente, los actos conservatorios son, en puridad, actos de
administración que tienen por finalidad concreta conservar un bien de importancia, en peligro de
perderse.
Elementos:
Se consideran elementos esenciales de los actos jurídicos aquellos componentes que resultan
imprescindibles para la existencia como tal. Ellos son: sujeto, objeto, causa fin y forma.
- Sujeto del acto jurídico: el sujeto de un acto jurídico es la persona, ya sea física o jurídica,
interesada en el acto. Este sujeto conforma una parte o también denominada como centro de
interés. Las partes son los sujetos interesados en el acto, es decir, quienes ejercen una prerrogativa
jurídica propia y a quienes se imputan las situaciones y las relaciones jurídicas que el acto tiene por
finalidad establecer. Para la información y validez de un acto jurídico no sólo se hace necesario que
emane de una persona o sujeto de derecho, sino además que ella sea capaz de cambiar el estado de
su derecho.
Es las personas físicas la regla es la capacidad y sólo excepcionalmente y cuando la ley lo establece
se las reputará incapaces. En las personas jurídicas su capacidad no sólo surge de la ley sino también
y estrictamente de sus estatutos o contratos sociales.
- Objeto del acto jurídico: el objeto del acto jurídico es la materia (bienes, cosas o hechos) sobre la
que recae el acto jurídico y a la que tiende la voluntad del sujeto o de los sujetos intervinientes. Las
restricciones que pone el código se dividen por hechos y por bienes. En los hechos (lo que estos no
deben ser) se encuentran: hechos imposibles, prohibidos por la ley, contrarios a la moral y buenas
costumbres, hechos lesivos de los derechos ajenos. En cuanto a los bienes y las cosas, no deben ser:
bienes prohibidos por algún motivo especial.
- Causa fin del acto jurídico: es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido
determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean
lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para
ambas partes.
- Forma de los actos jurídicos: el art 284 del CCyC establece: “Si la ley no designa una forma
determinada para la exteriorización de la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen
conveniente…”. Los actos se pueden clasificar:
· Actos no formales (de forma libre): aquellos que no requieren ninguna forma especial y quedan
librados al principio general de libertad de formas, como por ejemplo contratos de transporte o de
depósito.
· Actos formales (de forma impuesta):
¬ Formales no solemnes (actos con formalidad relativa): en estos cuando falla la norma impuesta, el
acto no puede producir sus efectos propios, pero vale como acto por el cual las partes se obligan a
otorgar el instrumento indicado, es decir, se pueden convertir a la forma debida. Ej: cesión de
derechos hereditarios.
¬ Formales solemnes (actos con formalidad absoluta): en esta clase de actos, el incumplimiento de
las formas da lugar a la sanción de nulidad porque este requisito es inexcusable. Ej: el matrimonio.

Instrumentos
Instrumentos públicos:
Es todo instrumento redactado con las formalidades legales por un tercero imparcial, a quien la ley
le confiere facultades para autorizarlo. El código hace una enunciación amplia de los mismo y dice:
“son instrumentos públicos: a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios; b) instrumentos que
extienden los escribanos o funcionarios públicos; c) los títulos emitidos por el Estado nacional,
provincial o la C.A.B.A, conforme a las leyes que autorizan su emisión”.
Los elementos constitutivos o requisitos de estos instrumentos públicos se podrían agrupar así:
a) Legitimación del oficial público derivada de su nombramiento. Es presupuesto para su validez de
los instrumentos que el oficial se encuentre efectivamente en funciones.
b) Competencia tanto material como territorial. La actuación del oficial público en los límites de sus
atribuciones tanto por la naturaleza del acto como del territorio designado. Ej: un escribano no
puede celebrar un matrimonio.
c) Cumplimiento de las formalidades legales establecidas para cada especie de instrumento, en
particular la firma del oficial público, de las partes intervinientes, y en su caso, de sus
representantes.
Instrumentos particulares no firmados
Una aclaración que hay que realizar es que los instrumentos particulares se dividen en “firmados”,
llamados instrumentos privados y en “no firmados”, que adoptan ese mismo nombre.
Los instrumentos particulares no firmados son aquellos que carecen de firma de las partes pero son
representativos de un acto de voluntad y por lo tanto idóneos para acreditar la existencia de un
hecho o acto. Los impresos, los registros visuales o auditivos de la cosas, las grabaciones, son
ejemplos de estos instrumento, de esta forma abarca una importantísima gama de documentos que
hacen a la vida cotidiana.
Ahora cabe preguntarse, qué valor probatorio tiene este tipo de instrumentos. Ejemplificando, no es
lo mismo un ticket de supermercado, que no acredita la identidad del comprador, frente a uno de
estacionamiento donde, por ejemplo, podrían constar los datos del dominio del vehículo.
Instrumentos privados (Instrumentos particulares firmados)
Se denominan instrumentos privados a aquellos documentos escritos en soporte papel otorgados
por los interesados sin intervención de un funcionario público y que llevan la firma de las partes. El
requisito esencial de este tipo de instrumentos es la firma de las partes. La firma prueba la autoría
de la declaración expresada en el texto al cual corresponde. La firma debe consistir en el nombre del
firmante o un signo. Su esencia e importancia radica en la manifestación habitual de la
individualidad de quien la estampa y debe estar puesta con el fin de expresar voluntad de adhesión
al texto en el que la misma se inserta.

Vicios de los actos jurídicos


Simulación
El artículo 333 dice: “La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un acto bajo
la apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son
verdades, o cuando por él se constituyen o trasmiten derechos a personas interpuestas, que no son
aquellas para quienes en realidad se constituyen o trasmiten”.
Elementos constitutivos:
a) Declaración disconforme con la realidad: se puede observar en el negocio, una voluntad visible
que las partes quieren mostrar y otra oculta.
b) Acuerdo de partes: ambas partes concurren a la celebración de un acto simulado.
c) Fin de engañar a terceros ajenos al acto: la finalidad del negocio o acto celebrado es producir
engaño, es decir que ese acto simulado aparezca como válido ante los demás.
d) “Causa simulandi”: la simulación del negocio jurídico obedece siempre a un motivo.

Fraude
Los acreedores tienen ligada la suerte de sus créditos al estado de la fortuna del deudor; de allí que
se les concede la posibilidad de deducir una acción revocatoria de aquellos actos de sus deudores
realizados en perjuicios o en fraude a sus derechos. Se trata de actos de deudores que tienen a
producir insolvencia de su patrimonio, logrando, como resultado, perjudicar la seguridad de cobro
del crédito de su acreedor, que frente a esta nueva situación dispone, una vez cumplidos los
requisitos necesarios, de la mencionada acción revocatoria. Requisitos:
a) Que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el deudor haya actuado con
el propósito de defraudar a futuros acreedores.
b) Que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor. Si dicha insolvencia se produce
con posterioridad al acto, no dará acción para solicitar declaración de inoponibilidad.
c) Que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o debido conocer que el acto
provocaba o agravaba la insolvencia. El acto fraudulento supone que se verifique la intención del
deudor y adquiriente de defraudar.

Lesión
Elementos de la lesión: el negocio afectado por el vicio de lesión se realiza con discernimiento,
intención y libertad. Para que ésta exista, la lesión exige la concurrencia de tres elementos: dos de
naturaleza subjetiva y uno objetivo.
Elementos subjetivos:
1. Estado deficitario del lesionado, por encontrarse en una situación de necesidad, debilidad psíquica
o inexperiencia.
2. Explotación de alguna de estas situaciones deficitarias, por el lesionante.
Elemento objetivo:
1. Desproporción en las prestaciones, no justificada. Obtención de una ventaja patrimonial
evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Acciones disponibles: la víctima puede elegir entre la acción de nulidad y la de reajuste. El
demandado, en tanto, solamente tiene a su disposición la acción de reajuste de las prestaciones.
Esta última implica que la parte que sacó ventaja ofrece un plus para expurgar la inequidad
producida por la explotación del estado de inferioridad del actor y equilibrar las prestaciones.

Ineficacia
Introducción
Imposibilidad o privación que tiene el acto o negocio jurídico de producir los efectos propios y
normales del tipo y de satisfacer los intereses buscados por las partes otorgantes. El nuevo código
incorpora la “Teoría General de la Ineficacia”, entiendo a la ineficacia como género y la nulidad como
una categoría de ésta, quizás la más importante. Así en su art. 382 establece: “Categorías de
ineficacia: los actos jurídicos pueden ser ineficaces en razón de su nulidad o de su inoponibilidad
respecto de determinadas personas”.

Nulidad de los actos jurídicos


Nulidad es la sanción legal que priva de sus efectos normales a un acto jurídico, en virtud de una
causa originaria, es decir, existente en el momento de la celebración.
Inoponibilidad de los actos jurídicos
La inoponibilidad es un supuesto de ineficacia establecido por la ley que priva a un acto jurídico,
válido y eficaz entre las partes, de sus efectos respecto de determinados terceros a quienes la ley
dirige su protección permitiéndoles ignorar la existencia del negocio e impidiendo a las partes
ejercitar pretensiones jurídicas dirigidas contra esos terceros protegidos. Nos encontramos frente a
un acto que es válido entre las partes pero es ineficaz respecto a ciertas personas, que la ley intenta
proteger, como por ejemplo: la hipoteca no registrada es eficaz entre las partes, pero no puede ser
opuesta a terceros, salvo el escribano y testigos intervinientes.

Diferencias de nulidad con la rescisión y la resolución:


La rescisión importa dejar sin efecto para el futuro un acto jurídico, por mutuo consentimiento de
las partes. Las partes del mismo modo que decidieron contratar, deciden ahora dejar sin efecto para
el futuro lo convenido. La resolución es la extinción de un acto jurídico en virtud de una cláusula
expresa o implícitamente contenida en él. La causa de la ineficacia está prevista en el acto mismo,
pero depende de un acontecimiento posterior. La rescisión y la resolución se asimilan en que
ninguna de las dos existe vicio originario. Allí la principal diferencia con la nulidad. Pero las primeras
se diferencian entre sí con respecto a los efectos.
Clasificación de nulidades:
A) Nulidad absoluta y relativa:
En cuanto al criterio de distinción podemos destacar que son de nulidad absoluta los actos que
contravienen el orden público, la moral o las buenas costumbres. Y son de nulidad relativa los actos
a los cuales la ley impone esta sanción sólo en protección del interés de ciertas personas.
Una aclaración que cabe destacar es que podrá invocar la nulidad no sólo la parte cuyo beneficio se
establece, sino también la otra, cuando es de buena fe y hubiera experimentado un perjuicio
importante.
B) Nulidad total y parcial:
Existe nulidad total cuando el vicio o defecto congénito afecta e impregna a todo el negocio. Será,
en cambio, parcial, si alcanza a una o varias cláusulas que son perfectamente separables del resto. El
código recepta el principio de integración de las cláusulas por parte del tribunal, sólo en los casos en
que ello es necesario, siendo esta una manifestación del principio de conservación. Dicha
integración, debe efectuarse teniendo en cuenta: a) el análisis de la intención práctica; b) las
circunstancias del caso; c) la naturaleza del negocio; d) las reglas de la buena fe.

Capítulo 4: Obligaciones

Los derechos personales u obligaciones


La obligación como toda relación jurídica, es un vínculo que se establece entre dos o más personas a
raíz de un acontecimiento (hecho jurídico) al cual una norma le asigna determinadas consecuencias.
El CCyC en el artículo 724 la define así: “Obligación es una relación jurídica en virtud de la cual el
acreedor tiene derecho a exigir del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lícito y,
ante el incumplimiento, a obtener forzadamente la satisfacción de dicho interés”.
El aspecto activo de la obligación se llama crédito y el aspecto pasivo se llama deuda. Los elementos
esenciales de la obligación deben estar presentes en el vínculo obligacional al tiempo de su
formación:
1. El sujeto: Analizando desde la facultad y el poder que tiene una persona frente a otra que se
encuentra obligada, se puede distinguir entre un sujeto activo, titular de la facultad concedida por la
norma y un sujeto pasivo, que es el obligado a cumplir determinada conducta (deber jurídico de
contenido patrimonial: prestación).
2. El objeto de la obligación es la prestación que debe cumplir el deudor a favor del acreedor y
consiste en un DAR, un HACER o un NO HACER.
3. La causa fuente: son los hechos jurídicos generadores de las relaciones jurídicas. Pueden ser:
hechos de la naturaleza, simples actos voluntarios lícitos, actos jurídicos, actos ilícitos o la ley
propiamente dicha.
Causa: no hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho idóneo para producirla,
de conformidad con el ordenamiento jurídico.
4. El vínculo jurídico es un ligamen ideal que enlaza al sujeto activo y su derecho a conseguir el
crédito con el sujeto pasivo, que tiene el deber de realizar la prestación (pagar la deuda).
· En el juicio que le inicia el acreedor al deudor por su incumplimiento debe probar la existencia de la
obligación, ya que esta no se presume. Lo que no debe probar el acreedor es la causa de la misma.
· El acreedor y el deudor tiene el deber legal de comportarse de acuerdo a las reglas de la buena fe,
obrando con cuidado y previsión.
· Los efectos de las obligaciones pueden verse en relación al acreedor o al deudor.
- Efectos con relación al acreedor. La obligación da derecho al acreedor a: a) emplear los medios
legales para que el deudor le procure aquello a que se ha obligado; b) hacérselo procurar por otro a
costa del deudor; c) obtener del deudor las indemnizaciones correspondientes.
- Efectos con relación al deudor. El cumplimiento exacto de la obligación confiere al deudor el
derecho a obtener la liberación y el de rechazar las acciones del acreedor.

Obligaciones de dar, hacer o no hacer


Las obligaciones de dar tiene como prestación para el deudor el deber jurídico de entrar al acreedor
una o más cosas muebles o inmuebles.
Las obligaciones de hacer son aquellas que tienen por objeto una prestación que consiste,
principalmente en una actividad personal del deudor, por ejemplo pintar una casa. Tratándose de
laborales que exigen determinadas técnicas de oficio o profesión a que pertenecen, el modo de
realizarlas se juzgará por sus usos y costumbres que regulan dicha actividad. En caso de realización
de la tarea en forma irregular o defectuosa, se tendrá por no hecha y, en su caso, no generará una
obligación recíproca para el acreedor y de haber satisfecho la prestación a su cargo, tendrá derecho
a repetir lo pagado más los daños y perjuicios ocasionados por el incumplimiento. Asimismo, el
acreedor puede demandar judicialmente que se ordene destruir lo que hubiese sido hecho en forma
defectuosa y demandar el resarcimiento de los daños causados. En caso de negativa del deudor a
cumplir el hecho debido, el acreedor tiene ante sí diferentes alternativas a seguir:
A) Puede exigirle la ejecución forzada del hecho, salvo que para su realización debiera utilizar
violencia física contra su persona.
B) Puede solicitar autorización judicial para realizar por sí mismo el hecho o que sea realizado por un
tercero a costa del deudor.
C) Finalmente, el acreedor puede solicitar la indemnización de los daños y prejuicios emergentes del
mismo.
Las obligaciones de no hacer son aquellas cuya prestación consiste en un hecho negativo, una
abstención del deudor, como por ejemplo: la obligación que contrae un locatario de no efectuar
reformas en el inmueble que alquila. En caso de incumplimiento del deudor (que consiste
precisamente en la realización del hecho prohibido), al acreedor se le abren distintas alternativas:
A) Puede solicitar la ejecución forzada siempre que no sea necesario emplear violencia sobre la
persona del deudor.
B) Puede solicitar se destruya lo realizado en contravención a la abstención prometida.
C) Si no fuese posible exigir la ejecución forzada ni destruir lo realizado, y si hay culpa del deudor,
puede demandar la reparación de los daños y perjuicios.

Noción de condición, plazo y cargo. Obligaciones puras y simples. Obligaciones Modales.


Se denomina condición a aquellos componentes no necesarios para la existencia del acto jurídico,
pero pueden estar incluidos en un contrato por las partes y que tienen como consecuencia jurídica la
modificación de los efectos normales del acto. Es un hecho futuro e incierto y que puede no ocurrir
nunca. Por ejemplo: “Te venderé mi campo siempre y cuando la próxima cosecha no supere las 100
toneladas de trigo”.
Plazo es el intervalo de tiempo al que se subordina el nacimiento de un derecho o la exigibilidad de
una obligación o la extinción de un derecho. El plazo puede ser cierto (pagaré a fecha fija) o puede
ser incierto.
Se llama cargo o modo a la obligación accesoria que le impone un donante o un testador al
beneficiario de la liberalidad, en un contrato de donación o testamento. Por ejemplo: “Le dono el
campo pero con la obligación de que pague los estudios universitarios de mi ahijada hasta que se
reciba de médica”.
Obligaciones de dar cosas ciertas, obligaciones de género y obligaciones de cantidad
Las obligaciones dar cosas ciertas son aquellas que no tienen equivalente, por ejemplo los
inmuebles. El deudor de una cosa cierta está obligado a conservarla en el mismo estado en que se
encontraba cuando contrajo la obligación, y entregarla con sus accesorios, aunque hayan sido
momentáneamente separados de ella. En este tipo de obligaciones encontramos diferentes
finalidades:
- Obligación de dar cosas ciertas para trasmitir el derecho real de dominio: es la obligación que
nace de los contratos de compraventa, permuta y donación. El deudor (dueño y vendedor o
permutante o donante) entrega al acreedor (comprador, permutante o donatario) la cosa cierta con
la finalidad de trasmitir el derecho real de dominio. La entrega de la/s cosas al acreedor se llama
tradición y es un requisito para adquirir el dominio de las cosas muebles no registradas y en los
inmuebles.
- Obligación de dar cosas ciertas para transferir el uso o la tenencia: nace de los contratos de
locación de cosa, Comodato y Depósito.
- Obligación de restituir la cosa a su dueño: Al finalizar el plazo en los contratos de locación de cosa,
comodato y depósito, el deudor, en el poder de la cosa ajena debe restituirla al acreedor, su dueño.
En caso de mora del deudor.

Pago en obligaciones es el cumplimiento del deudor de la prestación debida en el lugar, tiempo y


modo convenidos o que por ley corresponda. Por lo tanto cuando el deudor entrega la cosa cierta al
acreedor está pagando su deuda y extinguiendo la obligación.
En las obligaciones de dar cosas ciertas, el deudor tiene los siguientes deberes antes del pago:
- Conservar la cosa cierta en el estado en que se encontraba al constituirse la obligación y hasta el
momento del pago (entrega).
- La entrega en el lugar, tiempo y forma convenida.
- La entrega de todos los accesorios de la cosa, aunque en el contrato no se mencione o aunque
momentáneamente estén separados de ella. Para que dichos accesorios no estén comprendidos en
la cosa, debe pactarse expresamente en el contrato que no integra la cosa.
- Se aplica el principio: “res perit dominio”.
Si la cosa hubiere mejorado o aumentado, aunque no fuere por gastos que en ella hubiere hecho el
deudor, éste podrá exigir al acreedor un mayor valor y si el acreedor no está de acuerdo, la
obligación quedará disuelta, sin responsabilidad para ambos. Todos los frutos percibidos, naturales o
civiles, antes de la entrega de la cosa, pertenecen al deudor, pero los frutos pendientes al día de la
entrega pertenecen al acreedor, entendiendo por pendientes aquellos frutos o rentas que no son
exigibles aún al momento de la entrega.

La obligación de dar es de género (art. 762) si recae sobre cosas determinadas sólo por su especie y
cantidad. Las cosas debidas en una obligación de género deben ser individualizadas. La elección
corresponde al deudor, excepto que lo contrario resulte de la convención de las partes. La elección
debe recaer sobre cosa de calidad media, y puede ser hecha mediante manifestación de voluntad
expresa o tácita. En las obligaciones el pago nunca se juzgará imposible, ejemplo: si una banda de
ladrones fuertemente armados me roban todos los caballos de mi corral, deberé comprar los
caballos para entregar al acreedor y cumplir mi deuda. Se aplica también a las obligaciones de dar
cantidades de cosas y a las obligaciones de dar sumas de dinero (el deudor no se libera de su deuda
si le roban todos sus ahorros).

Obligaciones de cantidad: se llaman obligaciones de cantidad aquellas cuyo objeto es dar cantidades
cosas muebles, se llaman así en obligaciones a las cosas muebles fungibles. En el derecho comercial
y en la técnica contable se las conoce como Mercaderías. Se aplica el principio ya visto de que el
pago nunca se juzgará imposible, o sea que el deudor no se liberará por caso fortuito.
El acreedor tiene la facultad ante la mora del deudor de reclamar judicialmente la entrega de una
cantidad igual a la incumplida o aceptar el cumplimiento por un tercero o reclamar al deudor una
indemnización por daños y perjuicios.
Obligaciones alternativas y facultativas. Obligaciones simplemente mancomunadas y solidarias.
Obligación alternativa: es aquella que tiene por objeto una de entre muchas prestaciones
independientes y distintas las unas de las otras en el contrato, pero el deudor se libera cumpliendo
solo una de ellas. Son obligaciones de igualdad entre sí y sujetas a una elección posterior, dicha
elección la puede realizar el deudor, el acreedor o un tercero y, ésta debe realizarse en el plazo
convenido. Si nada se conviene la elección le corresponde al deudor. Una vez efectuada la elección,
se concentra el vínculo obligacional en dicha prestación como si fuera de objeto singular.
Obligación facultativa: es aquella obligación que, teniendo una sola prestación, le otorga al deudor la
facultad de sustituir esa prestación por otra en el momento del pago. Por ejemplo: de acuerdo al
contrato estoy obligado a entregar un caballo, pero tengo la facultad de cambiar dicha prestación,
dando una suma de dinero.
En caso de mora del deudor, no puede reclamar judicialmente la prestación facultativa, debiendo el
acreedor reclamar la indemnización de daños y perjuicios.

Obligaciones mancomunadas simples: son obligaciones de sujeto plural, en alguna de sus tres
variantes:
A) Dos o más acreedores y un deudor.
B) Dos o más acreedores y dos o más deudores.
C) Un acreedor y dos o más deudores.
Estas obligaciones tienen su causa fuente en el contrato o en el hecho jurídico de la muerte del único
deudor, cuando deja más de un heredero. El objeto de la obligación debe ser divisible:
habitualmente obligaciones de dar sumas de dineros u obligaciones de dar cantidades de cosas.
La característica principal es que el crédito y la deuda se dividen entre los acreedores y los deudores.
Si en el contrato no se pactaron partes desiguales, entonces como norma supletoria, se dividen por
partes iguales. Otra consecuencia importante de estas obligaciones es la independencia de diversos
efectos de las obligaciones:
A) Constitución de mora: la constitución en mora de un deudor, cuando es por interpelación, no
constituye en mora a los demás. Cuando es mora automática, todos quedan constituidos en mora
porque el vencimiento es el mismo para todos.
B) Interrupción del plazo de la prescripción liberatoria: la demanda judicial del acreedor contra uno
solo de los deudores, interrumpe el plazo de la prescripción liberatoria solamente para el deudor
demandando.
C) La mora de un codeudor sólo hace responsable por los daños moratorios al deudor moroso, no
extendiéndose dicha responsabilidad a los deudores no morosos.
D) El codeudor que por error paga la totalidad de la deuda tiene derecho a reclamarle al acreedor lo
pagado en exceso a su parte o puede optar por reclamarle a los otros codeudores la parte de cada
uno de ellos por haberlos beneficiado frente al acreedor.
Obligaciones mancomunadas solidarias: en el derecho comercial y bancario es muy importante
porque el acreedor refuerza su garantía o dicho de otro modo, disminuye el riesgo de incobrabilidad
cuando tiene varios deudores solidarios. Ejemplo: la tarjeta de crédito y su extensión (el usuario de
una extensión de la tarjeta de crédito y el titular de la misma responden por la totalidad de la deuda
que generen ambos).
La solidaridad nace:
A) Del contrato.
B) De los actos ilícitos. Todos los responsables de un delito civil y de un cuasidelito civil son obligados
solidarios frente al acreedor.
C) De la ley: en las obligaciones tributarias, la ley de procedimiento tributario tiene diferentes
supuestos de solidaridad.
En estas obligaciones el acreedor tiene dos deudores, que responden por la totalidad de la deuda,
cada uno de ellos, en la que todos son obligados por propia deuda frente al acreedor. En las
obligaciones solidarias cuando paga un deudor, la obligación se extingue, quedando un problema de
contribución interna entre los deudores, de igual modo el deudor que pagó la deuda tiene derecho a
reclamar a los otros codeudores.
La solidaridad puede ser activa o pasiva. Se llama activa cuando hay dos o más acreedores y pasiva
cuando hay dos o más deudores, pudiendo ser la solidaridad pasiva y activa a la vez.
En la solidaridad activa cada acreedor puede reclamar la totalidad del crédito, pero cuando un
acreedor cobró la totalidad del crédito, la obligación se extinguió y queda pendiente el tema de
distribución interna entre el acreedor que cobró y los coacreedores. En la solidaridad activa el
deudor puede efectuar el pago a cualquiera de los acreedores, si uno de los acreedores lo demanda
y notifica a juicio al deudor, éste debe pagarle al que inició el juicio.
En la solidaridad pasiva el acreedor puede reclamar la totalidad del crédito a cada uno o a todos los
deudores, pero tiene derecho a cobrar solo una vez.
Una aclaración importante del vínculo solidario es que no se trasmite por herencia.

Obligaciones disyuntas, divisibles e indivisibles


Obligaciones disyuntas: es una obligación alternativa en el sujeto, en cambio la obligación alternativa
lo es respecto al objeto. La disyunta se expresa así: Pagaré $1000,- a Juan o a María. Tenemos un
deudor y dos acreedores, quienes pueden reclamar cada uno de ellos la totalidad del crédito. Son
parecidas a las obligaciones solidarias antes mencionadas.
Obligaciones divisibles: la divisibilidad es una referencia al objeto de la obligación, más precisamente
a la obligación de dar “cosas muebles divisibles”. Divisible por excelencia es el dinero, pero una
obligación de dar una suma de dinero no es igual a una obligación divisible, salvo el caso de que en el
contrato se hayan pactado pagos parciales. El ejemplo típico son los contratos de pago en cuotas.
Para que el pago sea válido es que el deudor cumpla con el principio de integridad que se expresa
así: el acreedor no está obligado a aceptar pagos parciales del deudor.
Obligaciones indivisibles: las obligaciones indivisibles lo son por la naturaleza de su objeto que no es
susceptible a dividirse. Por ejemplo: un inmueble, un auto, un caballo, etc.

Cumplimiento de la obligación (Espontáneo y forzado)


Los efectos de las obligaciones deben ser analizados desde dos perspectivas:
· Respecto al acreedor.
· Respecto al deudor.
Respecto al acreedor se dividen en efectos principales y efectos secundarios. Siendo los primeros
aquellos que procuran la satisfacción directa de los derechos del acreedor y acciones a favor del
acreedor de resguardar la garantía de su crédito.
El acreedor puede exigir del deudor:
- El cumplimiento voluntario: se trata del deber y de la facultad que tiene todo deudor de cumplir
exacta y espontáneamente la obligación.
- El cumplimiento forzado: el acreedor le asiste el “derecho para emplear los medios legales a fin de
que el deudor le procure aquello que se ha obligado”.
- El cumplimiento por otro: el cumplimiento de la obligación por un tercero puede ser demandada
por el acreedor si así lo optare siempre y cuando la índole de la prestación lo permita.
Si no fuera posible obtener la ejecución específica o si el acreedor hubiera perdido interés en la
ejecución tardía de la misma se puede solicitar la ejecución indirecta o subsidiaria de la obligación
por vía de la indemnización de los daños y perjuicios derivados del incumplimiento en especie.
Efectos de la obligación respecto del deudor
El cumplimiento exacto de la obligación confiere, en primer término, el derecho de obtener la
liberación; el de repeler las acciones del acreedor, si la obligación se hallase extinguida.
Se denominan medios de compulsión aquellos recursos que establece la ley para modificar o vencer
la actitud remisa o maliciosa del deudor en el puntual cumplimiento de la obligación:
· Astreintes: son condenaciones conminatorios que los jueces imponen a quienes no cumplen
empecinadamente o tozudamente un deber jurídico impuesto en una resolución judicial. Su monto
se gradúa de acuerdo al patrimonial del incumplidor. Los Astreintes suelen usarse para el
cumplimiento forzado de las obligaciones de hacer.
· Intereses por inconducta procesal maliciosa (intereses sancionatorios): cuando el deudor, dentro
del juicio que le inicia el acreedor, prolonga maliciosamente la duración del juicio (por ej. Ofreciendo
causas inútiles), entonces el acreedor puede pedirle al juez que en la sentencia a dictarse en contra
del deudor se lo condene con pagar intereses por conducta procesal maliciosa. Estas condenas
judiciales apuntan a prevenir la mala fe.
· Cláusula penal: la cláusula penal es aquella que se pacta en un contrato a favor del acreedor con la
finalidad de constreñir al deudor al cumplimiento tempestivo de la obligación. Es una indemnización
por daños y perjuicios al acreedor, convenida en forma anticipada en el contrato entre el acreedor y
el deudor, de lo que se deduce que cumple una función resarcitoria. Puede ser compensatoria,
moratoria o ambas.
La cláusula penal tiene como característica legal la de la inmutabilidad: el deudor no se libera de la
cláusula probando que el daño sufrido por el acreedor es de menor monto que el pactado en la
cláusula; a su vez, el acreedor no puede reclamar un mayor monto que el pactado en la cláusula para
el caso que éste haya sufrido un daño realmente mayor.

Juicios de conocimiento y juicios de ejecución


En los juicios de conocimiento el acreedor pretende una sentencia judicial que le reconozca su
derecho contra el deudor, porque no tiene su derecho reconocido judicialmente o porque su crédito
no está instrumentado en los títulos ejecutivos. Los juicios de conocimiento son: ordinario, sumario y
sumarísimo, de acuerdo al mayor o mejor monto de la demanda. En estos juicios el acreedor no
logra la satisfacción de la prestación incumplida, pero son el camino necesario y previo para iniciar
posteriormente un juicio de ejecución muy breve llamado juicio de apremio.
Los juicios de ejecución son: el juicio ejecutivo, el juicio de apremio, el juicio hipotecario y el juicio
prendario. Estos juicios son de breve duración, en ellos la defensa del deudor se halla bastante
restringida a supuestos legales específicos. En estos juicios se subastan bienes embargados del
deudor y el acreedor se cobrará del liquidado obtenido en la subasta. En el juicio hipotecario se
remata el inmueble hipotecado y en el prendario la cosa mueble prendada.

Medidas cautelares
Tenemos como accesorio a los juicios anteriores las medidas cautelares, que tienen como finalidad
el cumplimiento de la futura sentencia favorable al acreedor. Las medidas cautelares son: el
embargo sobre los bienes embargables del deudor, el secuestro de una o más cosas del deudor, etc.

Quiebra y concurso preventivo


Los llamados juicios universales son la sucesión por causa muerte, la quiebra del deudor y el
concurso preventivo del deudor. Se llaman universales porque pueden participar todos los
acreedores del deudor y además porque se halla comprometido la totalidad de los bienes
embargables del deudor.
En el juicio en quiebra, por sentencia de quiebra, el juez ordena la subasta judicial de todos los
bienes embargables del deudor. El síndico controlará la liquidación de los bienes y participará en el
procedimiento de verificación de los créditos y privilegios de los acreedores que se presenten. Los
acreedores cobrarán del producido de los bienes de acuerdo a la prelación de sus privilegios
especiales o generales, deducidos los gastos de la justicia.
El concurso preventivo es un procedimiento judicial controlado por el síndico y en el cual el deudor
concursado intenta evitar la declaración de quiebra, negociando con los acreedores verificados,
intentan obtener sus conformidades a la o las propuestas de pago que les presente el deudor; si éste
logra conformidad puede obtener una sentencia de homologación del concurso preventivo, que
evitará la quiebra siempre y cuando el deudor cumpla con la propuesta de pago hecha a los
acreedores y aprobada por el juez.

Mora del deudor


Mora del deudor es el incumplimiento de la obligación jurídicamente relevante. Para que haya mora
del deudor tienen que darse presupuestos de la responsabilidad civil (supuestos jurídicos que deben
verificarse para que proceda la acción de daños y prejuicios a favor del acreedor):
a) Incumplimiento del deudor.
b) Imputabilidad del incumplimiento al deudor por su dolo o culpa.
c) Daño sufrido por el acreedor.
d) Relación de causalidad entre la conducta del deudor y el daño causado al acreedor.
Basta que alguno de dichos elementos falte para que el deudor quede liberado de su
responsabilidad.
El segundo elemento de la mora del deudor es el cumplimiento de los requisitos legales para la
constitución en mora del deudor: el primer requisito se refiere a las obligaciones con plazo cierto o
determinado, la mora del deudor se produce por el simple vencimiento del plazo sin que se haya
producido el cumplimiento del deudor. Esta regla contiene algunas excepciones:
· En los contratos bilaterales una parte no puede exigir el cumplimiento de la obligación de la otra
sino cumple la suya.
· El deudor no cae en mora si el acreedor no le presta colaboración para recibir la prestación
adeudada.
· Cuando se pactó en el contrato que el vencimiento del plazo no constituye en mora al deudor,
exigiéndose para ello que el acreedor interpele por un medio fehaciente al deudor.
· Cuando la ley exige interpelación: intimación de pago clara del acreedor, haciéndole saber al
deudor que si no cumple la prestación debida dentro del plazo que le otorga el acreedor, se
interpondrá la demanda judicial en su contra, embargándole sus bienes.
El tercer elemento de la mora del deudor es el incumplimiento de la obligación sea imputable al
deudor por su culpa o dolo. El incumplimiento no es imputable al deudor cuando el deudor no pudo
cumplir por caso fortuito o fuerza mayor. Para que haya daño moratorio resarcible se necesitan que
se cumplan dos elementos más de la responsabilidad civil: que la mora del deudor haya causado
daño al acreedor, hecho que deberá solicitar al juez el acreedor y además probarlo; y que haya una
relación de causalidad adecuada entre el incumplimiento del deudor y el daño sufrido por el
acreedor.

Capítulo 5: Obligaciones

Obligaciones de dar suma de dinero


La obligación es de dar dinero si el deudor debe cierta cantidad de moneda, determinada o
determinable, al momento de la constitución de la obligación. Si por el acto por el que se ha
constituido la obligación, se estipuló dar moneda que no sea de curso legal de la República, la
obligación debe considerarse como de dar cantidades de cosas y el deudor puede liberarse dando el
equivalente en moneda de curso legal. Referido a las obligaciones en moneda extranjera, el deudor
puede liberarse entregando moneda argentina de curso legan en cantidad equivalente a la
cotización de moneda extranjera.
El principio nominalista. Las llamadas cláusulas de estabilización
El deudor de una suma de dinero cumple entregando la misma cantidad nominal (numéricamente) a
que se había obligado con total abstracción del mayor o menor poder adquisitivo que otorgue. Lo
que cancela la obligación es la igualdad de cantidades, aunque sean diferentes, la anterior y la
actual, en su valor adquisitivo. En las deudas dinerarias el monto es determinado desde su
constitución con abstracción de su valor intrínseco. El objeto de la deuda es la moneda misma y la
cantidad en una suma determinada.
El principio opuesto al nominalismo es el valorismo (rechazado en el régimen actual). Cláusula de
estabilización (el llamado valorismo contractual) significaba pactar en un contrato que la deuda se
pagaría actualizando, indexando según el aumento de valor de una moneda extranjera (por lo
general el dólar estadounidense) o el de un metal precioso (cláusula oro) o el de algún producto
(como puede ser la nafta). Estas cláusulas de estabilización están prohibidas actualmente. Sin
embargo, una cosa es que no se acepte la indexación de las obligaciones de dar sumas de dinero, y
otra es lo que se denomina obligaciones de valor. En éstas no se aprecia la moneda como objeto de
la deuda sino como medio para restaurar, en el patrimonio del acreedor, el valor al cual está
obligado el deudor.
La prohibición terminante de tales indexaciones de origen contractual recién tuvo lugar en 1991: “…
en ningún caso se admitirá la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o
repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor…”.

Los intereses. Clases de intereses: compensatorios y moratorios


Los intereses son los aumentos que devengan las sumas de dinero en forma periódica y que debe
satisfacer el deudor por el empleo, en beneficio propio, de dicha suma o como indemnización por el
retardo en el deber de restituirlo.
Los intereses moratorios representan el daño atribuible a la mora en las de deudas de dinero, basta
el mero incumplimiento en término para que se devenguen los intereses que correspondan a dicha
obligación. Los intereses se liquidan en función de una tasa o rédito aplicable que puede ser:
- Activa: es la que cobran los bancos por sus operaciones de préstamos de dinero.
- Pasiva: es la que pagan los bancos a sus inversores por depósitos o colocaciones de dinero.
La tasa de interés activa que se aplica debe atender a los siguientes componentes:
1. La tasa de depreciación de la moneda comprometida.
2. La tasa de riesgo, que cubre el riesgo crediticio, morosidad y riesgo cambiario.
3. La tasa de interés puro que atiende: el costo financiero, los gastos administrativos, la carga
impositiva que se aplica a los mimos y la ganancia del prestamista.
Los intereses se pueden clasificar en legales, voluntarios o convencionales y judiciales según el
origen, en virtud del cual son impuestos:
- Los intereses legales son los que provienen de la propia ley, a su vez, pueden ser retributivos, es
decir, aquellos que se original por el empleo de fondos propios.
- Los intereses convencionales, son los acordados de común acuerdo entre acreedor y deudor.
- Los intereses judiciales son aquellos aplicados por los jueces.
El nuevo Código dice: Intereses compensatorios. La obligación puede llevar intereses y son válidos los
que se han convenido entre el deudor y el acreedor, como también la tasa fijada para su liquidación.
Si no fue acordada por las partes, ni por las leyes, ni resulta de los usos, la tasa de intereses
compensatorios puede ser fijada por los jueces.
El artículo 1527 dice que aun habiéndose pactado la gratuidad del mutuo, si el deudor pagó
intereses, no puede repetir el pago. Considero que esta norma es inconstitucional porque se trata de
un pago sin causa, que provoca un enriquecimiento ilícito del acreedor y vulnera el derecho de
propiedad del deudor garantizando por la CN.
Establece el nuevo Código:
Artículo 768. Intereses moratorios. A partir de su mora el deudor debe los intereses correspondientes.
La tasa se determina:
a) Por lo que acuerden las partes;
b) Por lo que dispongan las leyes especiales;
c) En subsidio, por las tasas que fijen según las reglamentaciones del Banco Central.
La única posibilidad legal para que el deudor no deba intereses compensatorios y moratorios al
acreedor es que en contrato de mutuo se haya pactado que no se devengarían dichos intereses.
Artículo 769. Intereses punitorios. Los intereses punitorios convencionales se rigen por las normas
que regulan la cláusula penal.
Los intereses punitorios son los intereses moratorios cuando están pactados en la cláusula penal.

El anatocismo
El anatocismo consiste en el interés compuesto. Es decir, en pactar la capitalización de intereses
que, agregados al capital, vuelven a producir a su vez nuevos intereses.
El nuevo Código admite pacto de intereses compuesto cuando:
- Una cláusula compuesta expresa autorice la acumulación de los intereses al capital con una
periodicidad no inferior a seis meses.
- La obligación se demande judicialmente; en este caso, la acumulación opera desde la fecha de la
notificación de la demanda.
- La obligación se liquide judicialmente.
- Otras disposiciones legales prevean la acumulación.
Si hay o no usura, se verá en cada caso concreto según los criterios que expondremos a
continuación.

El interés y la usura
El interés, como todo lo jurídico, para ser tal debe ser justo. Si el acreedor abusa de los intereses,
estamos en presencia de lo que se llama usura. En principio, rige la tasa en la que acreedor y deudor
se han puesto de acuerdo. Sin embargo, la posible situación de desigualdad entre ellos puede
prestarse a situaciones de abuso o explotación, vulnerando así los límites de la moral y la buena fe
que deben regir las convenciones particulares.
En el examen de la tasa deberá tenerse en cuenta que la misma debe absorber tanto la depreciación
monetaria como el interés puro, el factor de riesgo y demás componentes analizados, no obstante,
no puede llegar a configurar una abusiva explotación (usura) de la situación del deudor. De ser así,
procedería la nulidad parcial de la cláusula que los establece en cuanto exceda el límite que se
juzgue legítimo y ético.
Facultades judiciales
Los jueces pueden reducir los intereses cuando la tasa fijada o el resultado que provoque la
capitalización de intereses excede, sin justificación y desproporcionadamente, el costo medio del
dinero para deudores y operaciones similares en el lugar donde se contrajo la obligación.

Obligaciones en moneda extranjera


El deudor de una deuda en moneda extranjera puede elegir en dar al acreedor la cantidad en
moneda extranjera pactada o dar una cantidad de moneda argentina suficiente para que el acreedor
adquiera la cantidad de moneda extranjera convenida.
Capítulo 6: Obligaciones

Incumplimiento del deudor. Noción de indemnización


Si el deudor no cumple, el acreedor puede procurar el cumplimiento forzado. Pero a veces es
objetivamente imposible el cumplimiento, y entra en lugar del objeto, la indemnización. El deudor
pagará al acreedor una suma de dinero que ocupe el lugar de lo que debió entregarse. Son
sinónimos de indemnización: reparación, resarcimiento.

Responsabilidad civil y responsabilidad penal. Responsabilidad contractual y extracontractual


La responsabilidad penal se caracteriza porque supone:
1. Un daño social.
2. Provocado por un acto propio y culpable de una persona individual.
3. Típicamente previsto por la ley.
4. La sanción es aflictiva, generalmente privativa de libertad.
En cambio la responsabilidad civil se caracteriza porque tiene que haber:
1. Un daño privado.
2. Causado no necesariamente por un acto propio y culpable de personal individual.
3. Sin requerimiento de tipicidad.
4. La sanción es resarcitoria, generalmente una suma de dinero a título de indemnización.
Se requiere un daño social para la responsabilidad penal. La acción humana ofende al orden y a la
moral pública. Muchas veces, hay también daño privado (homicidios, robos, secuestros, etc.) pero lo
decisivo en la responsabilidad penal es el daño a la sociedad, el peligro que significa la conducta del
delincuente.
Imaginemos una tentativa de homicidio. Aunque felizmente no se causó el daño privado querido (la
víctima no falleció), la acción es peligrosa en grado sumo y merece un reproche público y por ende
una condigna pena de prisión. En el derecho civil el daño privado es el único que interesa, a fin de
ser indemnizado. Por ello, si en la tentativa de homicidio no se produjo lesión alguna, no habrá
ningún dinero que pagar por el que intentó matar, porque no hay daño privado.
El delito del derecho penal requiere: para existir, una previsión típica del legislador anterior al hecho.
No se puede sancionar a una persona porque cometió genéricamente un hecho socialmente
peligroso y aberrante. Ni se puede imponerle una pena mayor a la prevista en la figura legal. Es el
principio conocido como “ningún crimen, ninguna pena sin ley”. Pero para el derecho civil no hay
tipicidad. Somos civilmente responsable de toda acción injusta dañosa: todo aquel que por su culpa
o negligencia ocasiona un daño a otro está obligado a la reparación del perjuicio.
Las sanciones son totalmente diferentes: simplificando diremos que responder penalmente significa
ir preso, y responder civilmente quiere decir tener que pagar. No vaya a pensarse que las
responsabilidades civil y penal son excluyentes. De ninguna manera, muchas veces concurren en el
mismo hecho.
Responsabilidad contractual: la responsabilidad contractual surge cuando había un contrato previo
entre el que causó el daño y quien lo sufrió. Uno de los dos violó su deber contractual, y por eso
dañó, y consecuentemente tiene que indemnizar.
En la responsabilidad extracontractual: víctima y victimario no tenían relación previa alguna, no
habían firmado ningún contrato. Como por ejemplo: el peatón que es atropellado mientras cruza. En
cuanto a los plazos de prescripción liberatoria, en la responsabilidad contractual como regla el plazo
es de 5 años y a la extracontractual el de 3 años.
El CCyC sigue el criterio recomendado por la doctrina, aplicando el principio de reparación integral
del daño: Artículo 1740. Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la
restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en
dinero o en especie.
Presupuestos de la responsabilidad civil. Antijuricidad. Daño.
Presupuestos quiere decir el conjunto de requisitos que deben reunirse para que se configure la
responsabilidad civil (tanto contractual como extracontractual). Faltando uno solo de éstos, no la
habrá y por tanto no existirá la consecuencia natural resarcitoria, la obligación de indemnizar.
Respecto a la Antijuricidad dice el CCyC:
Artículo 1717. Antijuricidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no
está justificada.
Las causas de justificación son:
- La legítima defensa.
- El estado de necesidad.
- El ejercicio de un derecho.
Daño es toda ofensa, lesión, menoscabo o disminución ocasionados por una persona, ya sea en sí
misma, ya en sus sentimientos o en sus bienes materiales.
Resumen de los artículos 1737, 1738, 1739, 1740, 1742 y 1744:
Concepto de daño: hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el
ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio o un derecho de incidencia
colectiva. La indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el
lucro cesante en beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su
obtención y pérdida de chances. Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio
directo o indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente. La pérdida de chance es indemnizable en la
medida en que su contingencia sea razonable y guarde una adecuada relación de causalidad con el
hecho generador. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la situación
del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.
El juez, al fijar la indemnización, puede atenuarla si es equitativo en función del patrimonio del
deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias del hecho. Esta facultad no es
aplicable en el caso de dolo responsable.
El daño debe ser acreditado por quien lo invoca, excepto que la ley lo impute o presuma, o que surja
notorio de los primeros hechos. Hay daño material y moral. El daño material se refiere al patrimonio,
a las destrucciones de las cosas, a las pérdidas dinerarias. El daño moral es el sentimiento del dolor,
de vergüenza, el sinsabor, la angustia. El daño material, a su vez, se manifiesta de dos formas típicas:
el daño emergente es la pérdida o disminución de valores económicos preexistentes. Implica un
empobrecimiento; el lucro cesante es la utilidad dejada de percibir, la frustración de ventajas
económicas esperadas. Implica una carencia del enriquecimiento previsto.

La relación causal
El Código Civil y Comercial Nacional ha optado por una teoría llamada de la causalidad adecuada.
Artículo 1739. Requisitos. Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o
indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente. La pérdida de chance es indemnizable en la medida en
que su contingencia sea razonable y guarde una adecuada relación de causalidad con el hecho
generador. Un ejemplo sería: Un gestor avisa por teléfono a su cliente que el trámite terminó y está
por empezar a cobrar la jubilación. El anciano se llena de alegría, con la emoción tiene un paro
cardíaco y muere. No causó el gesto la muerte, porque normalmente nadie se muere porque le den
una buena noticia.

Factor atribución
El factor atribución tradicional y genérico es la culpabilidad. El estudio acerca de si hay o no
culpabilidad, supone otro previo, el de la imputabilidad del agente (la capacidad para ser culpable).
Son inimputables las personas por nacer, los menores de 10 años y los dementes.
Hay dos versiones de la culpabilidad: en sentido amplio el dolo y la culpa en sentido estricto. El dolo
es la intención de dañar a la persona o los derechos del otro. La culpa, en sentido estricto, se da
cuando no hay dolo, sino simplemente negligencia, imprudencia, impericia. Negligencia alude a
quien ha hecho menos de lo que debía hacer; imprudencia es la actitud de quien hace más de lo que
debe hacer; y por último, impericia es el que osa hacer aquello para lo que no está capacitado.
Artículo 1724. Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa
consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias
de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el
arte o profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera intencional o con
manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.
Es importante señalar que los jueces para apreciar el grado de culpabilidad de la persona que causó
el daño, tendrán en cuenta el grado de conocimiento que tiene de las cosas o de la situación. Ej: es
más grave si el consejo jurídico lo dio un abogado que un estudiante de derecho.
Artículo 1725. Valoración de la conducta. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno
conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad
de las circunstancias.
Hay veces donde se obliga indemnizar a personas que no han incurrido en culpa alguna. Son los
factores objetivos de atribución, también denominada responsabilidad objetiva.

Ejercicio abusivo de los derechos


El Código Civil y de Comercio Nacional dice en el Artículo 10. Abuso del derecho. El ejercicio regular
de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito
ningún acto. La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que contraría
los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos por la buena fe, la moral y
las buenas costumbres.

Responsabilidades reflejas e indirectas


En Derecho Civil no se responde solamente por el hecho propio, como en Derecho Penal, sino
también por el hecho ajeno. Son las llamadas responsabilidades “reflejas”. Un ejemplo es la
responsabilidad del empleador por el hecho ilícito del dependiente.
Artículo 1753. Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente. El principal responde
objetivamente por los daños que causen los que están bajo su dependencia, o las personas de las
cuales se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio
o con ocasión de las funciones encomendadas. La falta de discernimiento del dependiente no excusa
al principal. La responsabilidad del principal es concurrente con la del dependiente.
Luego tenemos la responsabilidad de los padres por el hecho dañoso de sus hijos menores de edad:
Artículo 1754. Hecho de los hijos. Los padres son solidariamente responsables por los daños causados
por los hijos que se encuentran bajo su responsabilidad parental y que habitan con ellos, sin perjuicio
de la responsabilidad personal y concurrente que pueda caber a los hijos.
También tenemos la responsabilidad de los tutores y curadores.
Artículo 1756. Otras personas encargadas. Los delegados en el ejercicio de la responsabilidad
parental, los tutores y los curadores son responsables como los padres por el daño causado por
quienes están a su cargo. Sin embargo, se liberan si acreditan que les ha sido imposible evitar el
daño; tal imposibilidad no resulta de la mera circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su
presencia.
El establecimiento que tiene a su cargo personas internadas responde por la negligencia en el
cuidado de quienes, transitorio o permanentemente, han sido puestas bajo su vigilancia y control.
Responsabilidad del estado y de los funcionarios públicos
Dice el Código Civil y Comercial Nacional:
Supuestos especiales de responsabilidad (Desde el artículo 1763 al 1766 inclusive).
La persona jurídica responde por los daños que causen quienes las dirigen o administran en ejercicio
o con ocasión de sus funciones. En cuanto a la responsabilidad del Estado, se rige por las normas y
principios del derecho administrativo nacional o local según corresponda. Y por último pero no
menos importante, el CCyC en el artículo 1766 dice que: los hechos y las omisiones de los
funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones por no cumplir sino de una manera irregular las
obligaciones legales que les están impuestas se rigen por las normas y principios del derecho
administrativo nacional o local, según corresponda.
Responsabilidad de los Contadores Públicos
Un dato muy importante que hay que destacar es que la posesión de un diploma no garantiza que la
gestión profesional vaya a ser siempre correcta. El artículo más importante para describir este
apartado es el 1725 del Código:
Valoración de la conducta. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento
de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad de las
consecuencias. Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del acto
y las condiciones particulares de las partes.
Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condición especial, o la facultad intelectual de una
persona determinada, a no ser en los contratos que suponen confianza especial entre las partes. En
estos casos, se estima el grado de responsabilidad, por la condición especial del agente.

Capítulo 7: Obligaciones

Extinción de las obligaciones. El pago


Pago es el cumplimiento de la prestación que constituye el objeto de la obligación. Son elementos
esenciales del pago aquellos componentes indispensables para que el pago resulte válido y eficaz:
· El sujeto activo (solvens) es que hace el pago.
· El sujeto pasivo (accipiens) es el que recibe el pago.
· Causa-fuente del pago, que es la deuda preexistente que motiva.
· La causa-fin es el propósito o la intención de cumplir la prestación que hace al objeto de la
obligación.
¿Quién puede pagar?
- El deudor: ya se trate de una obligación de sujeto singular o plural, siempre el deudor o codeudor
es el que está facultado para realizar el pago. En la responsabilidad indirecta tiene derecho a pagar
los terceros responsables civiles, y luego les asiste el derecho a repetir contra el deudor por deuda
propia. En caso de muerte del deudor, sus herederos continuando la persona del difunto están
facultados para realizar pagos con el mismo alcance que el causante.
Por el contrario, no pueden realizar pagos aquellas personas que pese a ser deudores no poseen
capacidad de hecho plena.
- Terceros interesados: son aquellos sujetos que siendo ajenos al vínculo obligacional tienen interés
en el cumplimiento de la obligación por el eventual perjuicio que puede resultarles del
incumplimiento. Este tercero puede encontrarse con la oposición del deudor o acreedor, dándose
estos supuestos:
· Si es el deudor quien se opone, dicha oposición debe encuadrarse dentro del ejercicio regular del
derecho de pagar su propia deuda y siempre que de ello no resulte un perjuicio para el tercero.
· El acreedor frente al tercero no puede oponerse a recibir el pago porque el tercero goza del
derecho a pagar, salvo que se trate de una obligación de hacer y hubiere interés en el acreedor, en
que la prestación sea ejecutada por el mismo deudor por sus cualidades personales, como por ej un
médico cirujano. Si la oposición del acreedor es injustificada el tercero podría iniciarle y ganar el
juicio de pago de consignación judicial.
- Terceros no interesados: estos terceros no tienen comprometido ningún interés jurídicamente
relevante en el cumplimiento de la obligación. Carecen de derecho a pagar y por lo tanto sólo
pueden efectuar el pago con la conformidad del acreedor. Realizado el pago, se extingue el crédito
pero el deudor prosigue obligado frente al tercero que pagó la deuda.
· Si el pago del tercero se efectúa con el conocimiento del deudor, en este caso las consecuencias del
pago se juzgan a la luz del contrato del mandato, subrogándose en los derechos del acreedor
satisfecho.
· Si el pago del tercero se hace ante la ignorancia del deudor, en este supuesto se aplican las normas
que rigen la gestión de negocios, subrogándose también en los derechos del acreedor.
· Si el pago del tercero se efectúa a pesar de la oposición del deudor, en este caso el tercero sólo
tendrá derecho a cobrar del deudor aquello en que le hubiere sido útil el pago.

¿Quién puede cobrar?


- El acreedor: por ser la persona cuyo favor se encuentra constituida la obligación, siempre que
resulte capaz para recibir el pago. La regla es que el pago realizado al acreedor incapaz de
administrar sus bienes es nulo, no extingue la obligación y sólo se verá válido en cuanto se hubiera
convertido en su utilidad. No obstante, si ha habido buena fe del que efectúa el pago y la
incapacidad es sobreviviente, el pago se tendrá por válido. Si hubiera pluralidad de acreedores, cada
uno puede recibir su parte; en cambio, si la obligación fuera indivisible o solidaria el pago total
puede efectuarse a cualquiera de ellos, salvo que el deudor estuviera demandando por alguna en
particular cuyo aso el pago debe efectuarse a éste. Si el acreedor o coacreedor hubiera fallecido, el
pago debe hacerse a sus herederos según la cuota que les correspondiera en el haber hereditario,
salvo que la obligación fuese indivisible.
Los terceros representantes del acreedor: sean estos voluntarios (apoderados, dependientes) o
legales, se encuentran autorizados para recibir pagos.
Los terceros habilitados para recibir el pago son: aquellas personas indicadas por el acreedor para
recibir el pago no en carácter de representantes sino en virtud de un derecho propio y abstracto que
nace de una específica relación interna con el acreedor. Cuando se paga a terceros no autorizados,
dicho pago es inoponible al acreedor (“quien paga mal paga dos veces”), salvo que se hubiese
convertido en utilidad para éste o lo ratificase con posterioridad.
El pago debe cumplir los siguientes requisitos:
· El pago debe hacerse sin fraude a los acreedores.
· El crédito debe encontrarse expedito. El pago de un crédito embargado o prendado es inoponible al
acreedor prendario o embargante.
· El objeto de pago debe reunir los requisitos de identidad, integridad, puntualidad y localización.

¿Qué se debe pagar? El objeto del pago consiste en la cosa, el hecho o la abstención debida por el
deudor. A continuación desarrollamos los principios de identidad, integridad, puntualidad y
localización.
- Principio de identidad: el acreedor no está obligado a recibir y el deudor no tiene derecho a
cumplir una prestación distinta a la debida, cualquiera sea su valor. El deudor debe satisfacer la
misma e idéntica prestación a la cual se obligó. Por supuesto que el acreedor puede aceptar el
ofrecimiento del deudor de recibir una prestación distinta a la prometida. Este acuerdo se llama
dación de pago.
- Principio de integridad: el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales, excepto disposición
legal o convencional en contrario. Si la obligación es en parte líquida y en parte ilíquida, el deudor
puede pagar la parte líquida. Si la obligación es de dar una suma de dinero con intereses, el pago
sólo es íntegro si incluye el capital más los intereses.
Hay algunas excepciones al principio de integridad. Una es lo que se llama pago con beneficio de
competencia. El deudor invocando el beneficio de competencia, puede exigir al acreedor que le
reciba la parte que él buenamente puede pagar, y con cargo de pagar el resto cuando mejore su
fortuna (se utiliza normalmente en los negocios de familia).
- Principio de puntualidad: el artículo 871. Tiempo del pago. El pago debe hacerse:
a) Si la obligación es de exigibilidad inmediata, en el momento de su nacimiento.
b) Si hay un plazo determinado, cierto o incierto, el día de su vencimiento.
c) Si el plazo es tácito, en el tiempo en que, según su naturaleza y circunstancias de la obligación,
debe cumplirse.
d) Si el plazo es indeterminado, en el tiempo que fije el juez, a solicitud de cualquiera de las partes,
mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local.
Artículo 872. Pago anticipado. El pago anterior al vencimiento del plazo no da derecho a exigir
descuentos.
- Principio de localización: Artículo 873. Lugar de pago designado. El lugar de pago puede ser
establecido por acuerdo de las partes, de manera expresa o tácita.
Artículo 874. Lugar de pago no designado. Si nada se ha indicado, el lugar de pago es el domicilio del
deudor al tiempo del nacimiento de la obligación. Si el deudor se muda, el acreedor tiene derecho a
exigir el pago en el domicilio actual o en el anterior. Igual opción corresponde al deudor, cuando el
lugar de pago sea el domicilio del acreedor.
Esta regla no se aplica a las obligaciones:
· De dar cosa cierta; en este caso, el lugar de pago es donde la cosa se encuentra habitualmente.
· De obligaciones bilaterales de cumplimiento simultáneo; en este supuesto, el lugar de pago es
donde debe cumplirse la prestación principal.

Prueba de pago (Resumen desde el artículo 894 al 899)


La carga de la prueba incumbe:
a) En las obligaciones de dar y de hacer, sobre quien invoca el pago.
b) En las obligaciones de no hacer, sobre el acreedor que invoca el incumplimiento.
El recibo es el instrumento público o privado en el que el acreedor reconoce haber recibido la
prestación debida. El cumplimiento de la obligación confiere al deudor el derecho de obtener la
constancia de la liberación correspondiente. El acreedor también puede exigir un recibo que pruebe
la recepción.
En cuanto a la inclusión de reservas, el deudor puede incluir reservas de derechos en el recibo y el
acreedor está obligado a consignarlas.

Pago por consignación (Resumen desde el artículo 904 al 909)


El pago por consignación procede cuando:
a) el acreedor fue constituido en mora
b) existe incertidumbre sobre la persona del acreedor
c) el deudor no puede realizar un pago seguro y válido por causa que no le es imputable.
El pago por consignación está sujeto a los mismos requisitos del pago, y rige por las siguientes reglas
- si la prestación consiste en una suma de dinero, se requiere depósito a la orden del juez
interviniente, en el banco que dispongan las normas procesales
- si se debe una cosa indeterminada a elección del acreedor y éste es moroso en practicar la
elección, una vez vencido el término del emplazamiento judicial hecho al acreedor, el juez autoriza al
deudor a realizarla.
- Si las cosas debidas no pueden ser conservadas o su custodia origina gastos excesivos, el juez
puede autorizar la venta en subasta, y ordenar el depósito del precio que se obtenga.
El deudor moroso puede consignar la prestación debida con los accesorios devengados hasta el día
de la consignación. El deudor tiene derecho a desistir de la consignación antes de que la acepte el
acreedor o de que haya sido declarada válida. Con posterioridad sólo puede desistir con la
conformidad expresa del acreedor.
Cuando con el propósito de cumplir la obligación, el deudor debe afrontar obstáculos impeditivos o
circunstancias que crean un grado de incertidumbre sobre la situación jurídica que rodea la
cancelación de la deuda, tiene derecho de obtener la liberación efectuando el pago por
consignación. Consiste en un juicio en Tribunales, adonde, curiosamente es el deudor el
demandante, que demanda al acreedor para que le cobre (al revés de lo que sucede normalmente).

Pago por subrogación (Resumen desde el artículo 914 al 920)


El pago por subrogación transmite al tercero que paga todos los derechos y acciones del acreedor.
El pago por subrogación trasmite al tercero todos los derechos y acciones del acreedor, y los
accesorios del crédito. El terco subrogante mantiene las acciones contra los coobligados, fiadores,
garantes personales, etc. Existe la subrogación parcial que se da cuando el pago es parcial, el tercero
y el acreedor concurren frente al deudor de manera proporcional.
En resumen, el pago con subrogación tiene lugar cuando lo hace un tercero, a quien se le trasmiten
todos los derechos, acciones y garantías del acreedor hasta el límite de lo desembolsado.
La subrogación puede ser legal o convencional:
- Subrogación legal: es la que se opera por imperio de la ley, en forma automática, en determinados
casos sin que dependa de la cesión expresa del acreedor. Por ejemplo: el tercero interesado o no
que paga una deuda se subroga en los derechos del acreedor.
- Subrogación convencional: tiene su origen en un acuerdo de voluntades entre:
a) el tercero y el acreedor, que al recibir el pago le trasmite todos sus derechos sobre el crédito.
b) entre el tercero y el deudor que paga con fondos suministrados por aquel y a quien subroga en
todos los derechos y acciones del acreedor primitivo.

Dación en pago
La obligación que se extingue cuando el acreedor voluntariamente acepta en pago una prestación
diversa a la adecuada. La dación en pago se rige por las disposiciones aplicables al contrato con el
que tenga mayor afinidad. El deudor responde la evicción y los vicios redhibitorios de lo entregado;
los efectos no hacen renacer la obligación primitiva, excepto pacto expreso y sin perjuicio de
terceros.
Un ejemplo de dación en pago es: el acreedor concurre a cobrar al negocio del deudor, éste le
manifiesta que no posee dinero en efectivo, pero en cambio tiene mercadería para ofrecerle. El
acreedor, antes de quedarse sin nada, acepta, y eso es una dación en pago.

Pago indebido
Hay pago indebido en los siguientes supuestos:
1. Si el solvens no es deudor, salvo que actúe como tercero pagador.
2. Si el accipiens no es acreedor.
3. Si se paga algo distinto de lo debido y no hay acuerdo en la sustitución.
4. Si carece de causa-fuente.
5. Si carece de causa-fin.
Como principio general, el pago indebido deja expedita la acción para reclamar la repetición de lo
pagado contra quien recibió el pago (solvens), teniendo en cuenta la buena o mala fe (el
desconocimiento o no del verdadero estado de las cosas) de éste para graduar las consecuencias.
Jurídicamente “repetir” lo pagado significa pedir devolución, reclamar reintegro de lo pagado
indebidamente, o sea no se aplica el significado de “repetir” que uno utiliza cotidianamente.
Conceptos de novación (Resumen desde el artículo 933 al 941)
La novación es la extinción de una obligación por la creación de otra nueva, destinada a
reemplazarla. La voluntad de novar es un requisito esencial de la novación. En caso de duda, se
presume que la nueva obligación contraída para cumplir la anterior no causa su extinción.
Existen dos tipos de novación: por cambio de deudor o por cambio de acreedor. En cuanto a la
novación por cambio de deudor requiere el consentimiento del acreedor, y viceversa cuando es por
cambio de acreedor.
La novación extingue la obligación originaria con sus accesorios. El acreedor puede impedir la
extinción de las garantías personales o reales del antiguo crédito mediante reserva; en tal caso, las
garantías pasan a la nueva obligación sólo si quien las constituyó participó en el acuerdo novatorio.
Distinguimos ahora las dos clases de novación:
- Novación objetiva: cuando la nueva obligación ha cambiado el objeto debido (prestación) o la
fuente de la obligación.
- Novación subjetiva: cuando en la nueva obligación se ha operado un cambio de acreedor, de
deudor o de ambos.

Compensación (Resumen desde el artículo 921 al 930)


La compensación tiene lugar cuando dos personas, que por derecho propio reúnen la calidad de
acreedor y deudor recíprocamente, cualesquiera que sean las causas de una y otra deuda, son
extinguidas ambas obligaciones, total o parcialmente, con fuerza de pago.
La compensación puede resultar de la propia ley (llamada Compensación Legal) que supone la
existencia de dos deudas (reciprocidad) de diferente origen en que el acreedor de una es deudor de
la otra y viceversa. En este caso, supondría un desgaste inútil cumplir con la prestación completa por
parte de cada uno de ellos cuando se puede simplificar satisfaciendo la diferencia a favor de la
mayor si no fueran iguales. En la compensación se extinguen dos obligaciones hasta el monto de la
menor, subsistiendo la mayor por la diferencia. Junto a la compensación legal podemos incorporar
otras clases o distintas especie s de compensación que existen, a saber:
· Compensación facultativa: de quien admite unilateralmente la compensación pese a no contar con
todos los requisitos (a su favor) de la legal.
· Compensación convencional: que se origina de un acuerdo de voluntades entre los interesados y lo
único que exige es reciprocidad.
· Compensación judicial: que es la que proviene de una sentencia que así lo dispone.
La confusión es un hecho jurídico extintivo de la obligación, la cual se extingue por reunirse en una
misma persona la calidad de acreedor y deudor. En cuanto a su extensión, la confusión puede
comprender toda la deuda o sólo una parte de ella.

Transacción (Resumen desde el artículo 1641 al 1648)


La transacción es un modo de extinguir obligaciones que consiste en un acto jurídico bilateral entre
el acreedor y el deudor, mediante el cual éstos, haciéndose concesiones recíprocas, dan por
terminadas las obligaciones litigiosas o dudosas. Ejemplo: hay una duda o litigio sobre la cantidad
debida. El acreedor sostiene que se le debe $10.-, mientras que el deudor insiste en que solamente
debe $8.-. Pues bien, para terminar el conflicto, ambas partes se hacen concesiones (cada uno afloja
un poco) y deciden que el deudor se libere pagando $9.-.
La transacción debe hacerse por escrito. Es eficaz a partir de la presentación del instrumento
firmado por los interesados ante el juez en que tramita la causa. Mientras el instrumento no sea
presentado, las partes pueden desistir de ella.
Los principales caracteres que presenta la transacción son los siguientes:
1. Las diferentes cláusulas son indivisibles y cualquiera de ellas que fuese nula, o que se anulase,
deja sin efecto todo el acto de la transacción.
2. Las transacciones deben interpretarse estrictamente. Reglan sólo las diferencias respecto de las
cuales los contratantes han tenido en realidad intención de transigir.
3. Es meramente declarativa de derechos: por la transacción no se trasmiten, sino que se declaran o
reconocen derechos que hacen el objeto de las diferencias sobre que ella interviene.
4. Es extintiva de obligaciones sean dudosas o litigiosas.
Por último, la transacción es judicial cuando tiene lugar durante la tramitación de un juicio y se
refiere a obligaciones litigiosas, por el contrario, es extrajudicial. A los requisitos antes mencionados,
la transacción se sustenta sobre el principio de bilateralidad, diferenciándose así de las otras figuras
afines (renuncia, confirmación y ratificación).

Renuncia y Remisión (Resumen desde el artículo 944 al 954)


La renuncia es un modo de extinción de los derechos en general, consiste en un acto jurídico por el
cual se hace abandono o abdicación de un derecho propio a favor del otro. La renuncia puede
efectuarse a título oneroso, cuando se hace por un precio o por una prestación cualquiera; o, a título
gratuito (sin contraprestación). Si se efectúa en una disposición de última voluntad se rige por las
reglas de los legados. Conceptos básicos a tener en cuenta para este apartado son:
· Aceptación de la renuncia por el beneficiario causa la extinción del derecho.
· Retractación: la renuncia puede ser retractada mientras no haya sido aceptada, quedando a salvo
los derechos adquiridos por terceros.
· Prueba: la voluntad de renunciar no se presume y la interpretación de los actos que permiten
inducirla es restrictiva.
La renuncia, como cualquier acto jurídico, debe reunir determinados elementos para ser eficaz como
tal:
1. La capacidad que se requiere para renunciar depende:
- Si se efectúa a título gratuito, es la capacidad para donar.
- Si se efectúa a título oneroso, es la capacidad para contratar.
2. El objeto de la renuncia puede consistir en cualquiera de aquellos derechos otorgados en interés
particular del renunciante pero no de aquellos conferidos en miras al ordenamiento público.
3. La renuncia no está sujeta a ninguna otra forma exterior; pero puede tener lugar en forma
expresa o tácita.

Remisión
La remisión es un acto jurídico que se rige por las mismas condiciones y caracteres que la renuncia,
con una salvedad: sólo se concibe la remisión a título gratuito. La remisión puede resultar de una
declaración expresa del acreedor no sujeta a formalidad, o bien, de un comportamiento del acreedor
del cual pueda conocerse con certidumbre su voluntad de remitir, por ej: cuando el acreedor
entregue voluntariamente el documento original en el que se conste la deuda.

Imposibilidad de pago
Se admite imposibilidad de pago cuando la prestación que forma la materia de la obligación, viene a
ser física o legalmente imposible sin culpa del deudor.
1. La prestación debe ser de ejecución imposible, sea material (el pianista contratado para un
concierto, que en un accidente pierde un brazo) o legalmente (la expropiación de un inmueble
prometido en venta).
2. Debe tratarse de una imposibilidad sobreviviente a la constitución de la obligación pues si fuera
anterior o simultánea no habría nacido la obligación por falta de objeto. Habría una falla originaria, y
estaríamos ante un problema de nulidad.
3. La imposibilidad de pago debe haberse originado en el dolo o culpa del deudor.
Prescripción liberatoria. Noción. Plazo normal y algunos plazos especiales (Resumen desde el
artículo 2532 al 2564)
La ley define la prescripción liberatoria como el medio de liberarse de una obligación por el
transcurso del tiempo y la inacción del acreedor. Se distingue de la prescripción adquisitiva o
usucapión, pues está consiste en la adquisición de un derecho real, por la continuación de la
posesión durante el tiempo fijado por la ley (más la inacción del propietario). Por ejemplo, quien ha
poseído un inmueble durante 20 años, aunque sea de mala fe, adquiere el derecho de dominio.
La prescripción liberatoria reúne los siguientes caracteres:
A) Tiene su origen en la ley, que es la que regula las condiciones para que se produzca sus efectos,
iniciación del curso y extensión de los plazos.
B) El interesado puede renunciar a los beneficios de la prescripción ya ganada pero no puede
renunciar anticipadamente a invocarla
C) La prescripción no puede declararse de oficio por los jueces. Debe oponerse por el interesado al
contestar la demanda o en la primera presentación en un juicio que haga quien intente oponerla.
D) La obligación prescripta aún subsiste como obligación natural en los alcances que ya hemos visto.
En cuanto a la duración de los plazos de prescripción la ley establece un principio general que
también funciona como regla subsidiaria: toda acción personal por deuda exigible se prescribe por
cinco años, salvo disposición especial que fije un plazo menor. La regla básica es que el plazo
comienza a correr desde que la acción ha nacido, o sea, desde el momento en que el acreedor puede
exigir (iniciar demanda judicial). Pues, solamente, puede hablarse de inacción del acreedor cuando
éste puede presentar la demanda judicial y no lo hace.
El pazo de prescripción comienza a correr. ¿Qué puede ocurrir con ese transcurso del plazo? Hay que
distinguir suspensión e interrupción de tal plazo de prescripción:
La suspensión de la prescripción consiste en la paralización del curso de la misma en virtud de
causas existentes o sobrevivientes al momento de la constitución de la obligación. La suspensión
impide que siga corriendo el curso de la prescripción, a través del tiempo, mientras subsista la causa
que dio lugar a ella; en caso de que se reanude el curso de la prescripción se computará y sumará
como válido el plazo que hubiera transcurrido hasta la suspensión. Las causas de suspensión de la
prescripción son las siguientes:
· El matrimonio entre acreedor y deudor mientras subsista vínculo conyugal. La norma comprende
aun las acciones que hubiesen de recaer solo sobre uno de ellos.
· La aceptación de herencia con beneficio de inventario suspende la prescripción de los créditos del
heredero contra la sucesión y viceversa mientras subsista el beneficio.
· La querella criminal deducida en sede penal suspende la prescripción de la acción por
responsabilidad civil hasta la terminación del proceso penal. Entre otras causas.
Cuando hay interrupción de la prescripción, el plazo que está corriendo se detiene, y cesado el
hecho interruptivo, vuelve a arrancar el plazo desde cero. Es como un “borrón y cuenta nueva”. No
se tiene más en cuenta el tiempo que había comenzado a correr. Las causas de interrupción de la
prescripción son las siguientes:
· Demanda judicial contra el deudor, aunque sea interrumpida ante juez incompetente o fuere
defectuosa y aunque el demandante no haya tenido capacidad legal para presentarse en juicio. La
interrupción de la prescripción se tendrá por no sucedida en los siguientes casos:
a) si el demandante desiste de ella
b) si se opera la caducidad de la instancia
c) si se rechaza la demanda.
· Compromiso arbitral, entre acreedor y deudor, que es un convenio posterior al nacimiento de la
obligación y por el cual deudor y acreedor convienen en someter a un árbitro, que ellos eligen, para
resolver diferencias, evitando el juez natural.
· El reconocimiento expreso o tácito de la deuda por parte del deudor.

Capítulo 8: Contratos – Parte General

Introducción y conceptos básicos


Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para
crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales. En el articulado
siguiente, el Código Civil y Comercial fija algunas pautas importantes, entre ellas el hecho de
consagrar una gran libertad de contratación, y siguiendo el viejo principio de que “los contratos
obligan a las partes como la ley misma”, agregando en el artículo 961 la obligación de los
contratantes de actuar de buena fe.
Clasificación de contratos:
· Unilaterales y bilaterales: los contratos son unilaterales cuando una de las partes se obliga hacia la
otra sin que ésta quede obligada. Son bilaterales cuando las partes se obligan recíprocamente la una
hacia la otra. Las normas de los contratos bilaterales se aplican supletoriamente a los contratos
plurilaterales. Ejemplos de unilaterales son los testamentos; y de actos jurídicos bilaterales los
contratos.
También existen los contratos plurilaterales, cuando se considera que el contrato ha sido elaborado
para explicar distintas formas asociativas, las sociedades, los contratos de colaboración, etc. La regla
general es que en el caso de ser varias las partes que intervengan en la celebración de un contrato se
requiere aceptación de todos quienes participen, salvo las excepciones previstas para los casos en
que la ley o la misma convención autoricen a considerar concluido el contrato sólo con quienes
hayan aceptado la oferta.
· Onerosos y gratuitos: los contratos onerosos son aquellos en los que las partes procuran obtener
ventajas recíprocas, y esas ventajas son concedidas porque quien las hace a su vez recibe otra de la
contraparte. La prestación de una tiene su razón de ser en la contraprestación de la otra, existe
reciprocidad y mutua correspondencia, mientras que en los gratuitos una sola de las partes brinda
ventajas a la otra sin recibir ninguna a cambio. Existe una relación entre los contratos bilaterales y
unilaterales, pudiendo decirse que todo contrato bilateral es oneroso y que los unilaterales pueden
ser gratuitos u onerosos.
· Conmutativos y aleatorios: se consideran una subespecie de los contratos onerosos. En los
conmutativos las ventajas dadas y recibidas son ciertas y apreciables desde el momento de la
celebración, mientras que en los aleatorios las ventajas o pérdidas dependen de un acontecimiento
incierto, que puede llegar a ocurrir o no. El contrato puede ser aleatorio para una de las partes y
conmutativo para la otra (contrato de seguro) o aleatorio para ambas parte (juegos de apuestas).
· Contratos formales: el código se aparte de la clasificación clásica de formales e informales y
establece directamente los efectos que produce el incumplimiento de las formas establecidas por la
ley, instaurándose tres reglas en un mismo artículo:
1. Solemnidad absoluta: la forma se requiere como un requisito para su validez. Se establece sanción
de nulidad para el caso de incumplimiento de la forma exigida.
2. Solemnidad relativa: determina que el contrato para el cual la forma no es requisito de validez,
valdrá como un contrato en el que las partes se obligan a cumplir con las formalidades de rigor.
3. Fuerzas probatorias: cuando la ley o las partes no imponen una forma determinada, ella tiene una
mera finalidad probatoria, es decir, que al momento de surgir algún conflicto de intereses entre las
partes, serán éstas quienes deberán procurar los medios de prueba en defensa de sus respectivos
derechos, pudiendo hacerse incluso a través de testigos.
· Nominados e innominados: el código establece que los contratos nominados son los que está
regidos por una norma que los regula específicamente, como en el caso de la compraventa, la
locación, etc. Los contratos innominados son los que no están regulados en forma expresa, y se rigen
en primer lugar por lo acordado por las partes, luego por las normas generales sobre contratos y
obligaciones, por los usos y prácticas del lugar de celebración y por las disposiciones
correspondientes a contratos afines y que se adecuen a su finalidad

Consentimiento. Oferta y aceptación.


La formación del consentimiento de los contratos, deriva del entrecruzamiento de oferta y
aceptación, estableciéndose en principio y como regla general que el contrato se perfecciona por la
recepción de la aceptación de una oferta.
La oferta es la manifestación de la voluntad de una de las partes orientada a la celebración de un
contrato específico, expresada de tal manera que el perfeccionamiento del contrato en cuestión solo
depende de la aceptación del destinatario. Requisitos: que sea dirigida a persona determinada o
determinable; con intención de obligarse; por último, que contenga las precisiones necesarias sobre
los efectos que debe producir en el caso de ser aceptada por la contraparte. Con respecto al tiempo
de realización de la oferta pueden darse 3 casos: inmediata; con un plazo que comienza cuando el
destinatario recibe la oferta; y la tercera opción, si no cumple con las dos anteriores la oferta se
mantiene en vigencia durante un tiempo razonable.
Retractación de la oferta: el oferente puede retractarse de la oferta sin plazo, si la comunicación de
su retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que la oferta. En cuanto a la oferta
con plazo establecido, se ha llegado a interpretar irrevocable porque obliga por todo el término
prefijado.
Aceptación: es la manifestación de voluntad del destinatario de la oferta que concluye el contrato.
La oferta debe ser por sí misma lo suficientemente precisa como para que la aceptación pueda
perfeccionarse con un sencillo “si, acepto”, que exprese la plena conformidad. Una aceptación con
modificaciones no debe considerarse aceptación sino una nueva oferta, que a su vez deberá ser
aceptada por el oferente original para que pueda perfeccionarse el contrato. La aceptación puede
ser expresa o tácita, y para ello puede bastar la expresión verbal o escrita (expresa), o darse por
signos inequívocos (tácita), ejemplos de aceptación tácita pueden ser: tomar un producto de un
comercio y abonar su precio, o subir al colectivo y pagar el pasaje.
Retractación de la aceptación: el artículo 981 autoriza la retractación de la aceptación, que será
eficaz si llega a conocimiento del oferente antes o al mismo tiempo que la aceptación. No se
contempla el derecho a reclamar ninguna indemnización por daños.

Contratos por adhesión


Se trata de una categoría de frecuente utilización, caracterizándose porque las cláusulas no son
discutidas libre y abiertamente por las partes que intervienen, sino que en forma previa ya han sido
estipuladas por una de ellas, a quien la ley llama “predisponente” y la otra u otras partes lo único
que puede hacer es aceptarlas o no. Es un contrato en el cual la oferta es emitida con un contenido
inamovible, es el caso de un supermercado en el cual el comprador simplemente tiene la posibilidad
de tomar o dejar el producto.
Cláusulas generales y cláusulas particulares:
Cláusula general predispuesta: es aquella cláusula que tiene un alcance general y se incluye para ser
utilizada en todos los contratos particulares de la misma especie y se considera que es predispuesta
por haber sido determinada previa y unilateralmente por una de las partes y la otra sólo tiene la
posibilidad de aceptarla y celebrar el contrato, o desecharla y no celebrarlo.
Las cláusulas generales predispuestas deben ser comprensibles y autosuficientes. La redacción debe
ser clara, completa y fácilmente legible.
Cláusulas particulares: son aquellas que, negociadas individualmente, amplían, limitan, suprimen o
interpretan una cláusula general. En caso de incompatibilidad entre cláusulas generales y
particulares, prevalecen estas últimas. Se trata de la parte flexible de estos contratos que permite al
adherente una instancia de negociación para incluir, modificar o desechar alguna de las cláusulas
generales, ya sea en forma total o parcial. En el momento de plantearse algún conflicto deberá ser
un árbitro o un juez quien determine si existe tal incompatibilidad.

Contratos preliminares
Los contratos preliminares son aquellos que obligan a celebrar un contrato definitivo, y que generan
una obligación de hacer. Para que sea eficaz tiene que poseer los elementos del contrato definitivo.
El plazo de vigencia de las promesas previstas es de un año, o uno menor si así lo convienen las
partes, quienes pueden renovarlo a su vencimiento.
El pacto de preferencia puede considerarse un contrato preparatorio, ya que el definitivo se
celebrará si el dador de la preferencia decide hacerlo y si el beneficiario también acepta, y genera
una obligación de hacer a cargo de una de las partes, autorizándose la opción recíproca en algunos
casos especiales.

Contrato sujeto a conformidad


Se trata de un negocio, con la condición de ser aprobado por otra persona, ya que la declaración de
voluntad de uno o ambos contratantes requiere ser integrada con la declaración de voluntad de un
tercero ajeno a dicho negocio, tercero que tiene que dar su aprobación para que dicho negocio
quede perfeccionado, y durante el tiempo que transcurra hasta dicha aprobación – que puede darse
o no – el contrato estará en incertidumbre. Como ejemplos citamos el caso de un tutor que necesita
autorización judicial para vender bienes del menor a su cargo.

Incapacidad e inhabilidad para contratar


Serán nulos los actos ejecutados por persona incapaz o con capacidad restringida que fueran
realizados en contra de lo ordenado por una sentencia debidamente inscripta en el Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas. Los actos anteriores a dicha sentencia podrán ser
declarados nulos si perjudican a la persona incapaz o con capacidad restringida, si se cumplen tres
requisitos previstos en el mismo artículo:
1. La enfermedad mental era ostensible a la época de celebración del acto.
2. Quien contrató con él era de mala fe.
3. El acto es a título gratuito.
Restricciones a la capacidad:
Personas declaradas incapaces son aquellas mayores de trece años que poseen una absoluta falta de
aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes. Se excluyen de las incapacidades las
limitaciones físicas, y se reserva la condición de incapacidad únicamente para aquellos que
manifiesten problemas psíquicos con la suficiente envergadura como para impedirles dirigir su
persona y/o sus bienes.
Personas con capacidad restringida: son aquellas personas mayores de trece años que pudieran
parecer adicción o alteración mental permanente o prolongada, a quienes el juez puede limitar su
capacidad.

Inhabilidad: quienes se encuentran impedidos para contratar de acuerdo a dichas disposiciones


especiales, no podrán hacerlo ni en su uso propio ni en interés ajeno, o por medio de interpósita
persona, con lo que se busca evitar la realización de negocios simulados. Situaciones reguladas:
- Los casos contemplados en el art.1002, que alude a las inhabilidades especiales: no pueden
contratar en interés propio:
a) funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han
estado encargados.
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares,
respecto de bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido.
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o
han intervenido.
d) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
- La prohibición que impide al consignatario, vender para sí las cosas que se comprenden en la
consignación.
- La prohibición para el corredor de comprar para sí o por interpósita persona, efectos cuya
negociación le ha sido encargada. Entre otros.

Elementos de los contratos


Los recaudos que debe satisfacer el objeto, es necesario el estudio de tres artículos. Analizando el
art. 279, 1003 y 1004 del Código Civil y Comercial, el objeto del contrato deberá ser:
· Posible.
· Lícito.
· Determinado o determinable.
· Susceptible de valoración económica.
· Corresponder a un interés de las partes.
· No contrario a la moral y las buenas costumbres, no afectar la dignidad de las personas y no
lesionar derechos ajenos.
· Si se trata de bienes, no debe estar prohibido que sean objeto de contratos. Si se trata de hechos,
no deben estar prohibidos por las leyes.

Causa
La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la
voluntad. No obstante la ley no ha establecido correctamente la obligatoriedad de la causa, el art.
1013 determina que ella “debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y
subsistir durante su ejecución”. Concluyendo en la necesidad de su existencia en todos los contratos.
Falta de causa: dispuesto en el mismo artículo 1013, la falta de causa dará lugar, según los casos, a la
nulidad, adecuación o extinción del contrato.
Presunción de causa: aunque la causa no esté expresada en el acto se presume que existe mientras
no se pruebe lo contrario. El acto es válido aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra
causa verdadera.
Falsa causa: la falsa causa está presente cuando las partes hagan figurar en los negocios que
realizan, causas que no son las verdaderas. El acto será igualmente válido aunque la causa sea falsa,
siempre que se fundamente en otra que sea real y verdadera. Se produce una situación que se
conoce como inversión de la carga probatoria e implica concretamente que en estos casos quien
pretenda mantener la validez del acto deberá demostrar no solamente que existe una causa
verdadera, sino que además es una causa lícita.
Causa ilícita: la causa es ilícita si es contraria a la moral, el orden público o las buenas costumbres. En
la actual regulación se marca una diferencia según una sola de las partes o ambas hayan realizado el
negocio por un motivo ilícito. Cuando ambas partes participaron de la ilicitud, el contrato será
totalmente nulo. Pero si la conducta ilícita es claramente atribuible a una sola de las partes, ésta no
podrá hacer valer el acto frente a la otra, en cambio quien ha obrado de buena fe y sin conducta
ilícita tiene el derecho de reclamar la devolución de lo que hubiere entregado, sin la carga de
cumplir con aquello a que se hubiere obligado.
Forma: el principio general que establece el Código Civil y Comercial en el artículo 1015 es el de la
libertad de formas, y excepcionalmente serán formales si alguna norma así lo establece. Esto implica
que a la hora de celebrar cualquier contrato (salvo los excepcionalmente formales) las partes tienen
una gran libertad a su disposición en cuanto a la elección de las formas. Es muy recomendable
celebrarlos como mínimo por escrito, con detalle de las condiciones acordadas y con tantos
ejemplares como partes intervengan, además obviamente de no incluir cláusulas ilícitas o contrarias
a la moral, el orden público y las buenas costumbres.
En cuanto a las modificaciones del contrato, para el nuevo contrato existe la obligación de celebrarlo
con las mismas formalidades que el anterior, así, si el contrato originario se había celebrado por
escrito, las modificaciones deberán seguir idéntica modalidad.
Como una excepción al principio general de libertad en las formas, la ley prevé que ciertos contratos
deben celebrarse por escritura pública: los relacionados a inmuebles y todos los actos que sean
accesorios de otros contratos otorgados en escritura pública.

Prueba
Todo medio eficiente será válido para probar el contrato de que se trate, estableciéndose como
únicas excepciones que cuando se hubiere previsto un medio de prueba específico la norma no será
aplicada, y que si el contrato de que se trata es de uso frecuente realizar mediante algún
instrumento no podrá ser probado solamente con testigos.

Obligación de saneamiento
La doctrina ha definido al saneamiento como una forma de amparar al comprador a título oneroso,
de los defectos ocultos que tenga la cosa adquirida (vicios redhibitorios) y(o de la turbación sufrida
en el ejercicio de sus derechos por parte de terceros. Son consideradas cláusulas naturales en todos
los contratos onerosos, ya que existirán aunque no se los estipule expresamente. En cuanto a los
contratos de título gratuito, el adquiriente podrá ejercer en su provecho las acciones de
responsabilidad que correspondan a su antecesor en el derecho.
Vicios redhibitorios: es una garantía de los contratos onerosos que permite al adquiriente de un
bien, devolverlo al vendedor si presenta vicios que lo hacen impropio para su fin, o exigir una
disminución proporcional al precio. Deben ser materiales y ocultos, por lo que si eran visibles no
podrán luego reclamarse.
Quienes están obligados: Están obligados al saneamiento:
a) el transmitente de bienes a título oneroso;
b) quien ha dividido bienes con otros;
c) sus respectivos antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia a título oneroso.

Subcontrato
El artículo 1069 lo define como un nuevo contrato mediante el cual el subcontratante crea a favor
del subcontratado una nueva posición contractual derivada de la que el primero tiene en el contrato
principal. Debe reunir todos los requisitos generales y especiales de aquel del que depende.
Es una conexión unilateral, porque es el nexo de una parte, por ejemplo en el caso del locatario que
se convierte en sublocador, subalquilando a un tercero el mismo inmueble del cual él es inquilino,
siempre por supuesto que esta sublocación no esté prohibida en el contrato original.

Contratos conexos
Se trata de un grupo de contratos, cada uno con su propia tipicidad, causa y objeto, pero existe una
operación económica superior a ellos que los conecta y les brinda un sentido único. Son contratos
autónomos que interactúan y funcionan entre ellos, y el fracaso de uno puede determinar el fracaso
del grupo o sistema. Estos contratos tienen que tener autonomía, estar vinculados entre sí, poseer
una finalidad económica en común y que haya dos o más contratos.
La conexidad debe estar previamente establecida, por convenio de las partes, por la ley o por los
hechos. Un ejemplo común es la compra de bienes a través de tarjetas de crédito.

Extinción de los contratos


Rescindir un contrato significar dejarlo sin efecto, también llamado “distracto” y es aplicable a todo
tipo de contratos, unilaterales o bilaterales, sin que importe en consecuencia si las obligaciones
están a cargo de una o de todas las partes.
En los contratos unilaterales para realizar la rescisión, la comunicación debe ser dirigida por todos
los sujetos que integran una parte contra todos los sujetos que integran la otra. Puede declararse
extrajudicialmente o puede demandarse ante un juez.

Revocación: Es un acto jurídico unilateral e incausado, ya que no existe la obligación de demostrar


que se basa en ninguna causa, que a partir de una ley o una disposición contractual que lo autoriza
ocasiona la extinción de los actos jurídicos unilaterales o bilaterales gratuitos.
Adecuación de los contratos: En algunos imprevistos, si la prestación a cargo de alguna de las partes
se tornara excesivamente onerosa por alguna alteración extraordinaria de las circunstancias que
existían al momento de la celebración y por causas ajenas a las partes, quien resulta afectado tiene
derecho a reclamar la resolución total o parcial o la adecuación del contrato. La misma regla se
aplicará al tercero a quien le han sido conferidos derechos, o asignadas obligaciones, resultantes del
contrato.

Capítulo 9: Contratos Particulares

Compraventa y cosa vendida


El artículo 1123 del Código Civil y Comercial define a la compraventa: “hay compraventa si una de las
partes se obliga a transferir la propiedad de una cosa y la otra a pagar un precio en dinero”. De éste
contrato nace la obligación de una parte de transferir la propiedad de una cosa.
Cosa vendida: como bien expresa el Código se pueden vender las cosas que pueden ser objeto de
contrato. La cosa debe ser cierta, pero la normativa contempla la posibilidad de que la cosa cierta
haya dejado de existir. Si la cosa ha dejado de existir al momento del perfeccionamiento del contrato
éste no produce efecto alguno. Si la cosa ha dejado de existir solo en forma parcial, el comprador
puede demandar la parte existente con reducción del precio.
La cosa futura puede ser objeto de contrato, estos contratos están sujetos a condición suspensiva,
de que la cosa puede existir, para ello el vendedor debe realizar las tareas y los esfuerzos que
resulten de las circunstancias, del contrato para que en realidad la cosa llegue a existir en los
tiempos y las condiciones pactadas, por ej: la cosecha por venir.
Cosa ajena: los bienes ajenos pueden ser objeto de contratos y si el que promete trasmitirlo no
garantiza el éxito de la promesa, solo está obligado a emplear los medios necesarios para que la
prestación se realice, y si por su culpa el bien no se trasmite debe reparar los daños causados.
También debe indemnizar cuando ha garantizado la promesa y ésta no se cumple.
Precio
El precio es determinado cuando las partes fijan una suma que el comprador debe pagar. El precio
puede ser determinado por un tercero designado en el contrato o después de la celebración, o
establecerlo con referencia a otra cosa cierta. Se entiende que hay precio válido si las partes
previeron el procedimiento para determinarlo. Cuando las partes no lleguen a un acuerdo, lo hará el
juez mediante el proceso más breve.

Obligaciones del vendedor


El vendedor debe:
1. Transferir al comprador la propiedad de la cosa vendida.
2. Poner a disposición los instrumentos para su uso y sus particularidades.
3. Prestar la cooperación que le sea exigible para que la transferencia dominical se concrete.
4. Correr con los gastos de la entrega de la cosa vendida salvo pactado lo contrario.
5. Entregar el inmueble inmediatamente de la escrituración salvo convención en contrario.
6. Entregar la cosa con los accesorios y libre de toda relación de poder y oposición de tercero.
Obligaciones del comprador
El comprador debe:
1. Pagar el precio en el lugar y tiempo acordado.
2. Recibir la cosa y los documentos vinculados al contrato.
3. Pagar los gastos de recibo, incluidos los de testimonios de la escritura pública y los demás
posteriores.

Boleto de compraventa
El boleto de compraventa es la forma de adquisición de inmuebles por instrumento privado. En el
caso de compraventa de inmuebles el comprador de buena fe tiene prioridad sobre los terceros que
hayan trabado cautelares sobre el inmueble vendido cuando: a) el comprador contrató directamente
con el titular registral; b) pagó por lo menos 25% del precio antes de la traba de la cautelar; c) el
boleto tiene fecha cierta; d) y que tenga publicidad suficiente ya sea registral o posesoria.
Permuta
Hay permuta si las partes se obligan recíprocamente a transferirse el dominio de cosas que no son
dinero. Los gastos, salvo pacto en contrario son soportados por los contratantes en partes iguales.

Locación
Hay contrato de locación si una pate se obliga a otorgar a otra el uso y goce temporario de una cosa,
a cambio del pago de un precio en dinero. Toda persona de 18 años puede celebrar un contrato de
locación con las limitaciones establecidas en el código para la persona incapaz o con capacidad
restringida. La forma es por escrito y hay trasmisión por causa de muerte, excepto pacto en
contrario.
El artículo 1190 establece el continuador de la locación diciendo: si la cosa locada es inmueble o
parte material de un inmueble, destinado a habitación, en caso de abandono o de fallecimiento del
locatario, la locación puede ser continuada en las condiciones pactadas y hasta el vencimiento del
plazo contractual, por quienes lo habiten y acredite haber recibido del locatario ostensible trato
familiar durante el año previo al abandono o fallecimiento. El derecho del “continuado” en la
locación prevalece sobre el del heredero del locador.
Objeto y destino
Toda cosa presente o futura cuya tenencia este en el comercio puede ser objeto de contrato de
locación. Debe ser determinable aunque sea solo en especie. El destino de la cosa locada debe
establecerse en el contrato, si no se conviene puede darse el destino que tenía antes del contrato
según el lugar y su naturaleza. En este caso se aplican las normas de la locación habitacional. Si el
destino es habitacional no se puede requerir al locatario el pago de alquileres anticipados por
período mayor de un mes, depósitos de garantías por más de un mes por cada año, etc.
Tiempo de locación
El Código Civil y Comercial establece un plazo máximo de 20 años para destino habitacional y de 50
años para otro destino, el plazo mínimo cualquiera sea su destino es de 2 años. Este plazo mínimo
legal para locación de inmuebles tiene excepciones en caso de:
· Sede de embajada, consulado u organismo internacional.
· Habitación con muebles que se arrienden con fines turísticos, descanso, similares.
· Guarda de cosas.
· Exposición u ofertas de cosas o servicios en un predio ferial.
Obligaciones de las partes
- Del locador:
a) Entregar la cosa conforme a lo pactado, en estado apropiado y la excepción está dada si el
locatario conoce sus defectos.
b) Conservar la cosa con aptitud para el uso convenido, efectuar a su cargo las reparaciones que
exija el deterioro en su calidad por su propia culpa, la de sus dependientes, hecho por terceros o
caso fortuito. Si la reparación produce o interrumpe su uso y goce como fue convenido, el locatario
tiene derecho a una reducción de precio.
- Del locatario
a) Prohibición de variar destino contratado, no lo puede hacer ni aunque no cause perjuicio al
locador.
b) Debe conservar la cosa en buen estado, responde por los daños que ocasionen los visitantes, o
sus dependientes, responde por destrucción por incendio no originado por caso fortuito.
c) Pagar el canon locativo asumido convencionalmente y toda prestación también convenida.
d) Pago de cargas y contribuciones de la actividad.
e) Restituir la cosa en el estado en que la recibió salvo deterioros propios del transcurso del tiempo y
uso regular de la cosa.
Régimen de mejoras
El artículo 1211 del CCyC establece como regla que el locatario puede realizar mejoras en la cosa
locada, excepto que esté prohibido en el contrato, alteren su forma o haya sido interpelado a
restituirla. El locatario no tiene derecho a reclamar el pago de las mejoras útiles y de mero lujo pero
sí las mejores necesarias que hubiere hecho.

Cesión y sublocación
Cesión: cualquiera de las partes puede trasmitir a un tercero su posición contractual, si las demás
partes lo consienten antes, simultáneamente o después de la cesión. La cesión que no reúna estos
requisitos viola la prohibición de variar el destino de la cosa locada. Si se prohíbe ceder se prohíbe
sub-locar y viceversa.
Sublocación: el locador puede dar en sublocación parte de la cosa locada sino hay pacto en
contrario. Comunicar en forma fehaciente al locador su intención de sublocar, el nombre, domicilio
de la persona que propone contratar y el destino que se le dará, el locador se puede oponer
comunicando de forma fehaciente dentro del plazo de 10 días desde que fue notificado. El silencio
del locador importa su conformidad. La sublocación contratada en oposición del locador o con
apartamiento de los términos que le comunicaron viola la prohibición de variar el destino de la cosa
locada.
El locador tiene acción directa contra el sublocatario para cobrar el alquiler adecuado por el
locatario, en la medida de la deuda del sublocatario. También puede exigir de éste el cumplimiento
de las obligaciones que la sublocación impone. Recíprocamente, el sublocatario tiene acción directa
contra el locador para obtener a su favor el cumplimiento de las obligaciones asumidas en el
contrato de locación.

Obra y servicios
El servicio es un hacer específico, brinda una función intangible ya que es una actividad que
involucra una obligación de hacer. La obra es el resultado producible de una actividad y su entrega.
La obra se pretende un resultado.
Hay contrato de obra o de servicios cuando una persona, según el caso el contratista o el prestador
de servicios, actuando independientemente, se obliga a favor de otra, llamada comitente a realizar
una obra material o intelectual o a proveer un servicio mediante una retribución.
Referido a los Medios utilizados: a falta de ajuste sobre el modo de hacer la obra, el contratista o
prestador de los servicios elige libremente los medios de ejecución del contrato y también pueden
solicitar cooperación de terceros cuando no haya sido elegido por sus cualidades para realizarlos
personalmente todo o en parte.
El contrato de obra puede ser ajuste alzado o retribución global, por unidad de medida, por coste y
costas o por otro sistema convenido por las partes, con o sin provisión de materiales, en terreno del
comitente, de un tercero y la forma de retribución si la obra se contrata a coste y a costas se
determina el valor de los materiales, de la mano de obra o indirectos.
La parte de los contratos de servicios se remite a las obligaciones de hacer distinguiéndose los casos
de mera actividad, de los otros en los que se promete eficacia. Esto se debe a la diversidad de las
actividades profesionales lo que hace difícil cuadrarlas en un solo tipo especial.
Diferencias con el contrato de trabajo: la definición de contrato de obra comienza señalando que se
actúa independientemente, primera división porque el contrato de trabajo es dependiente, se
trabaja en relación de dependencia. Además el prestador autónomo tiene discrecionalidad técnica
para elegir los medios que le permiten ejecutar el contrato, el trabajador recibe directrices, órdenes
para ejecutar su trabajo.

Otros tipos de contratos: Contrato de consignación, donación, de renta vitalicia, de juego y de


apuesta, de derechos-cesión de deudas y contrato de arbitraje.
Contrato de consignación: hay contrato de consignación cuando el mandato es sin representación
para la venta de cosas muebles. La consignación es indivisible, dura mientras el negocio no esté
completamente concluido. El consignatario queda directamente obligado hacia las personas con las
que contrata sin que éstas tengan acción contra el consignante, ni éste contra aquellos. La
retribución del consignatario es la comisión. También se puede pactar la comisión de garantía,
corren por cuenta del consignatario los riesgos de la cobranza y directamente obligado a pagar al
consignante el precio y en los plazos convenidos.
Donación: hay donación cuando una parte se obliga a transferir gratuitamente una cosa a otra y ésta
lo acepta. La aceptación puede ser expresa o tácita, debe producirse en vida del donante y del
donatario. Pueden donar las personas que tienen plena capacidad para disponer de sus bienes y las
personas menores de edad emancipadas pueden hacer pero no puede ni con autorización judicial los
bienes que hubiese recibido a título gratuito.
La donación debe ser hecha por escritura pública, bajo pena de nulidad cuando se trate de
inmuebles, muebles registrados y prestaciones periódicas o vitalicias, si se donan muebles no
registrables y títulos al portador debe hacerse por tradición.
Las donaciones pueden ser con o sin cargo y se puede revocar en caso de ingratitud en caso de que
el donatario atente contra la vida del donante o la persona del donante.
Contrato oneroso de renta vitalicia: el contrato oneroso de renta vitalicia es aquel por el cual
alguien, a cambio de un capital o de otra prestación mensurable en dinero, se obliga a pagar una
renta en forma periódica a otro, durante la vida de una o más personas humanas ya existentes
designadas en el contrato. El contrato debe celebrarse por escritura pública, la renta debe pagarse
en dinero y debe establecerse la periodicidad con la que se debe pagar la renta, el valor de la cuota,
entre otras.
Contrato de juego y de apuesta: hay contrato de juego si dos o más partes compiten en una
actividad de destreza física o intelectual, aunque sea sólo parcialmente obligándose a pagar un bien
mensurable en dinero a la que gane.
Cesión de derechos y cesión de deudas
Hay contrato de cesión cuando una parte transfiere a la otra derechos. Se aplican las reglas de la
compraventa, de la permuta o de la donación. Todos los derechos pueden ser cedidos salvo los
inherentes a la persona humana. Deben hacerse por escritura pública, y si no involucra derechos
reales sobre inmuebles puede hacerse por acta judicial.
En cuanto a la cesión de deudas, si el acreedor, el deudor y un tercero acuerdan que éste debe pagar
la deuda, sin que haya novación, si el acreedor no presta conformidad para liberar al deudor el
tercero queda como codeudor subsidiario. Hay promesa de liberación sí el tercero se obliga frente al
deudor a cumplir con la deuda en su lugar.
Contrato de arbitraje
Hay contrato de arbitraje cuando las partes deciden someter a decisión de uno o más árbitros las
controversias que hayan surgido o puedan surgir de una determinada relación jurídica contractual o
no contractual. Debe ser por escrito, quedando excluidas las controversias referidas a: estado civil o
las personas, cuestiones de familia, vinculadas a los derechos de usuarios y consumidores, etc.
El contrato de arbitraje es independiente del contrato con el que se lo relaciona. El convenio arbitral
obliga a las partes a cumplir lo estipulado y excluye la competencia de los tribunales judiciales sobre
las controversias sometidas a arbitraje.
El tribunal arbitral debe estar compuesto por uno o más árbitros en un número impar. Puede actuar
como árbitro cualquier persona con capacidad civil. El árbitro debe garantizar la dependencia,
imparcialidad y debe respetar la confidencialidad del procesamiento.

Capítulo 10: Cuestiones de familia

Familias
La familia llamada tradicional, es una familia matrimonializada, paternalizada y patrimonializada,
sacrializada y bioligizada, viene sufriendo cambios. Esos cambios son producto de: la desaparición de
la economía agraria como forma de la subsistencia y el traslado de grandes masas de población del
campo a las ciudades; la revolución industrial, el acceso a la mujer a las fuentes de trabajo, su
emancipación, la creciente intervención del Estado para atender a la educación de los niños, etc.
En la segunda mitad del siglo XX se pasó de un modelo cerrado de familia, centrado en la figura del
pater familia a otro abierto, con diversos protagonistas, portadores de nuevas necesidades y nuevos
derechos. En consecuencia el vocablo familia, dejó de aludir a un grupo homogéneo en su
configuración, fundado con exclusividad en el matrimonio heterosexual o en la filiación para dar una
cierta heterogeneidad.
Matrimonio
Para la existencia del matrimonio es indispensable el consentimiento de ambos cónyuges expresado
personalmente y conjuntamente ante la autoridad competente para celebrarlo. Tanto el Código Civil
de Vélez Sarsfield, como las leyes 2393 y 23515 consideraban que el matrimonio se celebraba entre
hombre y mujer. A partir de la ley 26.618 se incorpora el contraído por personas del mismo sexo,
como consecuencia de que las personas que pertenecían a una misma orientación sexual,
empezaron a reivindicar sus derechos.
Los esposos que se comprometen a desarrollar un proyecto de vida en común basado en la
cooperación, la convivencia y el deber moral de la fidelidad. Deben prestarse asistencia mutua.
El matrimonio se disuelve por: la muerte, sentencia firme de ausencia con presunción del
fallecimiento y el divorcio declarado judicialmente.
Parentesco
Es el vínculo que existe entre personas en razón de la naturaleza, el uso de las técnicas de
reproducción humana asistida, la adopción y la afinidad. El parentesco por naturaleza es el que
vincula a las personas que descienden unas de otras o de un antepasado común.
En el parentesco por adopción debemos distinguir:
· La adopción simple el adoptado es integrado como un hijo biológico de aquél o aquellos, pero no
crea vínculo de parentesco con el resto de la familia de los adoptantes.
· La adopción pena constituye una filiación que se sustituye a la de origen, por la cual el adoptado
queda emplazado con los mismos derechos que un hijo biológico, con vinculación con toda la familia
de los adoptantes.
El parentesco por técnicas de reproducción humana asistida se da cuando el niño/niña crea vínculo
de parentesco asimilable a la filiación por naturaleza.
Filiación
La filiación tiene su origen en tres fuentes:
- Por naturaleza: se origina en el acto sexual y, por ende, en el elemento biológico; se generan
vínculos entre el hijo engendrado, con su padre y madre, existe una identificación cromosómica
entre padres e hijos.
- Por técnicas de reproducción humana asistida: se funda en el acto médico y, como consecuencia de
ello, con independencia del dato biológico o genético. Lo que hace nacer la filiación es la voluntad
procreacional conjuntamente con el consentimiento informado.
- Por adopción: A diferencia de las TRHA donde la voluntad debe ser manifestada con anterioridad a
la gestación, en la adopción la voluntad se expresa respecto a una persona ya nacida, o sea, el
vínculo surge con posterioridad al nacimiento.

Régimen patrimonial del matrimonio


El código reforma el sistema patrimonial del matrimonio en dos sentidos: por un lado concede un
mayor grado de autonomía de la voluntad a los futuros cónyuges, al incorporar un régimen opcional
de separación de bienes, sea antes de la celebración del matrimonio o después. Por otro, introduce
modificaciones al régimen de sociedad conyugal, que con mayor propiedad denomina “régimen de
comunidad”. Resumiendo, se opta por dos regímenes típicos: el de comunidad y el de separación, y
un conjunto de reglas comunes a ambos regímenes.
El régimen se asienta en tres principios, igualdad jurídica de los cónyuges, autonomía restringida y
mutualidad del régimen patrimonial matrimonial.
Antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyuges pueden hacer convenciones que tengan
únicamente los objetos siguientes:
a) La designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al matrimonio: el inventario constituye
un modo de pre constituir prueba del carácter propio de las cosas muebles no registrables.
b) La enunciación de las deudas; resulta útil para completar la determinación de la situación
patrimonial de los contrayentes.
c) Las donaciones que se hagan entre ellos
d) La opción que hagan por alguno de los regímenes patrimoniales previstos en este Código.

Disposiciones comunes
Bajo la denominación “disposiciones comunes” el Código recepta un régimen que en doctrina se
llama “estatuto patrimonial de base”, “régimen patrimonial primario”, entre otros, que está
conformado por un grupo de normas, referidas a la cuestión económica del matrimonio, que se
aplican en forma imperativa en todo el régimen.
El objetivo de estas disposiciones es asegurar un sistema solidario y asociativo que obligue a ambos
cónyuges a satisfacer las necesidades del hogar y asegure a los acreedores que esas deudas serán
solventadas con el patrimonio de los dos esposos, por un lado, pero también para proteger la
vivienda familiar y los bienes que la componen. Los caracteres de estas disposiciones son:
imperativas, inderogables, permanentes y de orden público.
El régimen patrimonial primario contiene normas que se refieren a:
- Determinar cómo deben contribuir los cónyuges a solventar las necesidades del hogar: los
cónyuges deben contribuir a su propio sostenimiento, el del hogar y el de los hijos comunes, y de los
menores de edad con capacidad restringida, o con discapacidad, de uno de los cónyuges, que
convivan con ellos y en proporción a sus recursos. Esto se realiza a través del sostenimiento
recíproco de los cónyuges, el de los gastos del hogar y el de la crianza y educación de los hijos
comunes convivan o no y los hijos incapaces de uno de los cónyuges que convivan con ellos.
- Establecer la responsabilidad de los cónyuges frente a los acreedores: el acreedor podrá atacar
todos los bienes de cualquiera de los cónyuges, siempre y cuando se trate de deudas para solventar
las necesidades ordinaras del hogar o el sostenimiento o la educación de los hijos comunes. Se
denomina contribución solidaria.
- Fijar normas para proteger la vivienda familiar y los bienes que la componen: la vivienda familiar
tiene protección constitucional y de tratados internaciones con jerarquía constitucional.
- Disponer el asentimiento para los actos de disposición de vivienda común y los bienes que la
componen: los actos que requieren asentimiento son todos aquellos que impiden o restringen el uso
de la vivienda por los cónyuges. El artículo exige a cada uno de los cónyuges obtener asentimiento
del otro para disponer de los derechos sobra la vivienda familiar, así como para disponer y
transportar los muebles indispensables de ésta.
- Prever la forma en que se suplirá el asentimiento en caso de ausencia, negativa injustificada o
impedimento voluntario o involuntario de uno de los cónyuges o con el objeto de proteger los
intereses familiares, dicha autorización debe ser judicial, siendo oponible al cónyuge sin cuyo
asentimiento se le otorgó, sin derivar ninguna obligación a su cargo. El fin de la autorización es
superar un conflicto entre cónyuges, que ha de resolverse, conforme al interés familiar.
- Establecer la ineficacia de los actos realizados sin asentimiento: el acto otorgado con autorización
judicial es oponible al otro cónyuge sin que ello le imponga obligación personal alguna a su cargo.
- Otorgar medidas precautorias para impedir que se defraude el régimen.
- Mandato entre cónyuges: rige la libertad de contratación entre marido y mujer, autorizándose el
contrato del mandato de uno de los cónyuges a favor del otro para ejercer los poderes que al
mandate corresponden.

Régimen de comunidad
El Código Civil y de Comercio opta por un régimen de comunidad de ganancias de carácter supletorio
cuya característica es la formación de una masa de bienes que a la disolución debe dividirse entre los
esposos o entre estos y sus herederos, por partes iguales. El régimen supletorio de la comunidad es
el que mejor protege al cónyuge que no trabaja fuera del hogar o que tiene menores recursos,
porque permite quien no genera ingresos adquirir la mitad del patrimonio ganancial a la disolución
del matrimonio.
Bienes conyugales
En el régimen de comunidad de bienes se clasifican en bienes propios y bienes gananciales,
constituyendo el capital del régimen.
Los bienes propios son: los bienes aportados al matrimonio; bienes adquiridos a título gratuito; los
adquiridos por subrogación real con otros bienes propios; los adquiridos por título o causa anterior
al matrimonio; los adquiridos por accesión; los bienes propios por su naturaleza y los de la
propiedad intelectual.
Los bienes gananciales: son los adquiridos a título oneroso durante el matrimonio; los adquiridos
por hechos de azar, lotería, juego y apuestas; los frutos naturales, civiles, industriales de los bienes
comunes y de los propios de cada cónyuge; los frutos civiles de la profesión, trabajo, comercio o
industria de cada uno u otro cónyuge; lo devengado durante la comunidad como consecuencia del
derecho de usufructo de carácter propio, entre otros.
Responsabilidad – Deudas de los cónyuges
Los cónyuges responden solidariamente por las obligaciones contraídas por uno de ellos para
solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos. Cada
uno de los cónyuges responde frente a sus acreedores con todos sus bienes propios y los gananciales
por él adquiridos. El principio se refiere a que cada cónyuge responde por las obligaciones que
contrae en forma personal, con la totalidad de sus bienes que están bajo su titularidad. No responde
por las obligaciones contraídas por el otro. Existen dos excepciones: a) las deudas contraídas por
cualquiera de los cónyuges para satisfacer las necesidades ordinarias del hogar; b) el sostenimiento y
la educación de los hijos comunes que convivan con ellos y sean menores de edad, con capacidad
restringida, o con discapacidad.
Las deudas de una persona casada bajo el régimen de ganancialidad se clasifican en personales,
solidarias y concurrentes:
· Son personales: todas aquellas contraídas por los cónyuges durante el matrimonio. Podemos
sostener que son personales: todas las deudas de origen contractual, las derivadas de honorarios en
el juicio de divorcio, las que surjan de la conservación de los bienes propios del cónyuge, etc.
· Son solidarias: las de la contribución a las cargas del hogar y a la educación y mantenimiento de los
hijos.
· Son concurrentes: las contraídas para la conservación y reparación de los bienes gananciales.
Recompensa
El artículo 468 establece que cuando una deuda personal de un cónyuge es solventada con fondos
gananciales, se debe recompensar a la comunidad; y si se solvento con fondos propios una deuda de
la comunidad, se debe recompensar al cónyuge que la solventó con propias deudas de la
comunidad. El fundamento de las recompensas es mantener la integridad del patrimonio de los
esposos para lograr que la partición de la comunidad sea justa y conforme a su finalidad.
Los que deben pagarla son los cónyuges o sus herederos. El pago de las recompensas debe encararse
como la satisfacción de una relación crédito-deuda entre el cónyuge acreedor y el cónyuge deudor, o
entre uno de ellos y los herederos del otro.
Gestión
El Código Civil y Comercial sostiene que cada cónyuge, tiene la libre administración y disposición de
todos los bienes que son de su titularidad, excepto si se trata de la vivienda familiar y los muebles
que la integran, donde se requiere asentamiento para disponer de ellas y los límites al poder
dispositivo trazados en el régimen de comunidad.
En cuanto a los bienes gananciales la administración y disposición de los mismos corresponde al
cónyuge que los ha adquirido. El principio general es la libre administración y disposición de los
bienes gananciales por parte del cónyuge titular conforme a la libertad contractual que rige en
materia patrimonial. Hay excepciones, que tienen lugar por finalidad evitar que la libre
administración se convierta en un instrumente de fraude en detrimento del otro, privándolo de la
mitad que le pudiera corresponder al momento de la disolución de la comunidad. Alguna de ellas
son:
· Bienes registrables.
· Las acciones normativas no endosables y no cautelares.
· La participación en sociedades no exceptuadas, se requerirá contar con la conformidad del
consorte para disponer de las participaciones gananciales en las sociedades de un solo socio, en las
de capital e industria, en las colectivas, en las comanditas por acciones, como así también en las
sociedades irregulares o en formación.
· Los establecimientos comerciales, industriales o agropecuarios.
En cuanto a los bienes adquiridos conjuntamente “la administración y disposición de esos bienes,
corresponde en conjunto a ambos, cualquiera sea la parte correspondiente a cada uno de ellos. En
caso de disenso entre ellos, el que toma la iniciativa del acto puede requerir que se los autorice
judicialmente.
Extinción de la comunidad
La disolución del régimen de gananciales se produce en el momento en el que concluye la
comunidad dinámica de bienes y se transforma en una comunidad estática pendiente de liquidación
y partición.
Son causales de extinción:
- La muerte comprobada o presunta de uno de los cónyuges.
- La anulación del matrimonio putativo (matrimonio anulado contraído de buena fe por ambos y
cuando fue contraído por buena fe de uno y mala fe del otro).
- La sentencia de divorcio produce la extinción de la comunidad de pleno derecho.
- La separación judicial de bienes.
- Por último, la modificación del régimen matrimonial convenido.
Los ejemplos de extinción extrajudicial es la muerte y la modificación del régimen, y judiciales son el
divorcio, la nulidad, la separación judicial de bienes.
Indivisión poscomunitaria
Es la situación en que se halla la masa de bienes gananciales desde la disolución de la sociedad
conyugal hasta la partición. Los cónyuges pueden acordar las reglas de administración y disposición
de los bienes indivisos, previéndose expresamente el deber de informar un cónyuge al otro su
intención de otorgar actos que excedan la administración ordinara con una antelación razonable,
pudiendo el otro oponerse judicialmente. Ambos cónyuges tienen derecho a continuar usando y
gozando de los bienes gananciales, pudiendo reclamar una indemnización si alguno los utiliza de
forma distinta a la acordada.
El activo de la indivisión está formado por:
· Los bienes gananciales existentes en el momento de la disolución de la comunidad.
· Los adquiridos después por título o causa anterior a la disolución.
· Los que los sustituyeron por subrogación real.
· Los frutos, rentas y productos de los bienes gananciales.
El esposo que usa esos bienes debe rendir cuenta al otro por sus actos de administración posteriores
a la disolución de la comunidad.
Liquidación – Partición
La liquidación es la etapa que sigue a la extinción. Dentro de esa etapa se producen las recompensas
que resuelve que cada cónyuge responde con sus bienes propios y la porción de gananciales que se
hayan adjudicado, por las deudas contraídas después de la extinción y antes de la liquidación.
Las recompensas serán debidas entres los cónyuges cuando se den los siguientes supuestos:
· La comunidad haya acrecido o se haya beneficiado con valores en su origen propio de cualquiera de
los cónyuges.
· El patrimonio de uno de los cónyuges haya acrecido o se haya beneficiado con valores gananciales.
La última etapa de la liquidación de la sociedad conyugal es la partición, período en el que se
convierte el derecho en expectativa a la mitad indivisa que cada cónyuge tenía en una suma de
valores concretos de su absoluta propiedad.
No habrá partición cuando:
· No haya bienes
· Cuando la disolución es por muerte y el cónyuge supérstite es el único heredero.
· Cuando existía un supuesto de indivisión forzosa, establecido por el testador o por los terceros.
El saldo partible queda determinado por la suma de todos los bienes gananciales, más los créditos y
valor de las mejoras, restándole las deudas y cargas que correspondieren. La masa común es la que
en definitiva se dividirá en partes iguales y los cónyuges podrán dividirse y adjudicarse los bienes de
la forma y modo que crean pertinente, ya que durante este período rige entre las partes el principio
de libertad contractual.

Régimen de separación de bienes


El régimen de separación de bienes se caracteriza por que los patrimonios de los cónyuges se
conservan independientes entre sí, tanto activa como pasivamente, conviviendo en una relativa
situación de autonomía e independencia con ciertos puntos de conexión entre ellos. Existen ciertas
restricciones como puede ser el inmueble sede del hogar conyugal o los gastos de mantenimiento de
la familia y las necesidades del hogar, la educación e instrucción de los hijos.
Cada uno de ellos conserva la libre administración y disposición de sus bienes personales,
necesitando el asentimiento del otro en caso de disponerse de la vivienda familiar o de los muebles
no registrables que integran la casa, respondiendo cada uno por las deudas por él contraídas.
Cada cónyuge debe probar que los bienes le pertenecen en forma exclusiva. Caso contrario se
consideraran que pertenecen a ambos.
Cesa el régimen de separación de bienes por:
· Disolución del matrimonio.
· Por la modificación del régimen convenido entre los cónyuges.
Unión convivencial
La unión convivencial es la unión basada en relaciones afectivas de dos personas que comparten un
proyecto de vida común. Es singular, pública, notoria, estable y permanente. Para formar una unión
de hecho las personas deben:
- Ser mayores de edad.
- No poseer vínculos de parentesco en línea recta en todos los grados, colateral hasta segundo grado
y por afinidad en línea recta.
- No tengan impedimento de ligamen ni esté registrada otra convivencia de manera simultánea.
- Mantener la convivencia por un período no inferior a dos años.
El objetivo de la registración es la protección de las relaciones emergentes de un proyecto de vida en
común o autorreferencial, y también la seguridad jurídica y la eventual protección de los derechos
de los terceros que pudieren vincularse con los convivientes. La registración debe ser solicitada por
ambos integrantes de la pareja.
El marco regulatorio permite diferenciar dos tipos de uniones convivenciales:
· Las uniones convivenciales registradas con derivación, a los solos efectos probatorios. Que se
subclasifican en: registradas con pacto de convivencia registrado; registradas con pacto de
convivencia no registrado pero registrable; registradas con un pacto de convivencia registrado y otro
no registrado.
· Las uniones convencionales no registradas que pueden ser acreditadas por medios de prueba:
· Uniones no registradas sin pacto de convivencia.
· Uniones no registradas con pacto de convivencia.
Efectos
Los pactos de convivencia son convenciones o contratos destinados a normar las relaciones futuras
entre los convivientes, cuyo contenido puede ser patrimonial y extrapatrimonial, y que deben
concretarse por escrito que rige durante la unión de la convivencial. Dentro de la posibilidad de
celebrar estos pactos, hay restricciones:
· No podrán ser contrarios al orden público.
· No podrán ser contrarias al principio de igualdad de convivientes.
· No podrán afectar los derechos fundamentales de sus integrantes.
· No podrán dejar sin efecto algunas disposiciones, que formal el “piso mínimo obligatorio”: los
pactos que celebren los convivientes no pueden dejar sin efecto lo dispuesto en relación a la
asistencia recíproca que se deben; la contribución a los gastos del hogar, la responsabilidad por
deudas frente a terceros y la protección de la vivienda familiar.
Pueden ser modificados de común acuerdo sea en forma total o parcial y, sumado a esto, pueden
ser rescindidos por ambos miembros de la unión.
Unidad 11: Sucesiones

Ubicación del derecho sucesorio


El Código Civil y Comercial en su artículo 2277 establece que la muerte de una persona causa la
apertura de una sucesión y la trasmisión de la herencia. Las características del derecho sucesorio son
las siguientes:
a) Es un derecho dependiente. El derecho de sucesiones es un derecho dependiente del derecho de
familia y del derecho patrimonial.
- Dependencia con el derecho de familia: la dependencia con el derecho de familia avanzó a medida
que la historia fue trascurriendo y, transformando éste concepto. En el siglo pasado la mujer era
considerada incapaz y heredaba en pocos casos o prácticamente nunca. Luego el concepto fue
cambiando y se pasó a que la familia estaba basada en la convivencia. En los últimos años las
reformas más importantes surgieron con el matrimonio igualitario donde se aceptan familias de
igual género.
- Dependencia con el derecho patrimonial: el derecho patrimonial engloba el derecho de bienes y el
derecho de las obligaciones. Hoy el derecho de bienes no se desentiende del destino de las cosas.
Ello se advierte en el derecho de sucesiones con las atribuciones preferenciales al momento de la
partición, en normas que busca evitar el parcelamiento de los inmuebles y la división de las
empresas.
b) Derecho de equilibrio entre el derecho de la autonomía y el derecho imperativo: el derecho de
sucesiones por ser un derecho interdependiente del derecho de familia y del derecho patrimonial
tiene que mantener un equilibrio entre las reglas imperativas y las reglas de autonomía, así no
puede existir absoluta voluntad de testar, ni tampoco un sistema de legítimas total. El derecho de
familia deja hoy en día un espacio de libertad para la voluntad privada para elegir su estatuto
patrimonial matrimonial pero ello no se traduce por un relajamiento de los deberes familiares, muy
por el contrario estos se ven fortalecidos en el régimen matrimonial primario. En el ámbito del
derecho sucesorio el equilibrio se logra mediante una disminución de las legítimas y un
fortalecimiento de institutos que permitan una mayor solidaridad familiar con el más débil.
Existe una mayor libertad personal que va acompañada con una mayor responsabilidad.

Apertura de la sucesión
El artículo 2277 establece que la muerte de una persona causa la apertura de la sucesión y la
trasmisión de la herencia. En cuanto a la apertura establece tres principios generales para la
interpretación y la aplicación de la sucesión:
1. La muerte, real o presunta determina la apertura de la sucesión.
2. El fallecimiento produce la trasmisión inmediata de los bienes de la persona fallecida a sus
sucesores.
3. Se trasmite la totalidad del patrimonio, excepto los derechos en consideración de la persona.
La muerte, la apertura de la sucesión y la trasmisión de la herencia se producen en el mismo
momento, aun cuando los herederos o legatarios no supiesen de la muerte del causante.
La trasmisión de la herencia de las personas llamadas a suceder puede tener su origen en el
testamento o en las disposiciones de la ley, ésta última llamada sucesión intestada.

Heredero y legatario
El artículo 2278 menciona y define las formas de ser llamado a la sucesión. Se distingue:
- En relación al contenido de la trasmisión: al heredero, heredero de cuota y al legatario.
- Por la forma de ser llamado puede ser: heredero o legatario.
Heredero o sucesor universal es aquel a quien se le trasmite la universalidad o una parte indivisa del
patrimonio del causante. Bajo esta concepción el “heredero de cuota” es también considerado un
heredero universal. El heredero instituido en un testamento puede ser llamado a la universalidad de
la herencia, o, a una parte de cuota de ella (heredero de cuota). Ocupa la posición jurídica del
causante como consecuencia, en principio, adquiere los bienes del causante, asume sus deudas y
adquiere la posesión de las cosas.
La diferencia entre el heredero universal con el heredero de cuota, es que el primero tiene derecho
de acrecer.
Legatario es aquel que recibe un bien particular o conjunto de ellos. No sucede la posición jurídica
del causante, sino que efectúa esencial y directamente una adquisición.
Diferencia entre heredero y legatario:
El heredero responde por las deudas del causante y queda investido como heredero, sin
intervención judicial, desde la muerte del causante. Mientras que el legatario no responde por las
deudas, a no ser que se lo designe como: legatario universal; se le impongan las cargas del legado; se
trate de un legado de cosas gravadas; y por último, debe solicitar la entrega del legado al: heredero,
al albacea o al administrador.

Personas que pueden suceder


A) Personas humanas existentes – con vida – en el momento de la muerte del causante.
B) La persona concebida es capaz de suceder. El estando concebido naciere muerto, no puede
suceder.
C) Las personas nacidas después de la muerte del causante, mediante técnicas humanas de
reproducción asistida.
En las técnicas de reproducción asistida, quien prestó el consentimiento con las formalidades
exigidas por la ley, se le atribuye la paternidad/maternidad y el hijo nacido lo hereda si ha sido
concebido antes de su muerte.
D) Pueden heredar las personas jurídicas, o sea, los entes que pueden adquirir derechos y contraer
obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación. También pueden heredar
las fundaciones creadas por actos de última voluntad.

Aceptación de herencia. Renuncia de Herencia


El titular de la vocación hereditaria – a partir de la muerte del causante – puede consolidar o
resolver la vocación mediante la aceptación o la renuncia. Solamente pueden aceptarse las
herencias ya abiertas, pero no las futuras. El heredero puede aceptar la herencia o renunciarla, con
la excepción de la aceptación forzada, que tiene lugar cuando el heredero oculta o sustrae bienes de
la herencia, lo que trae como consecuencia que es aceptante de responsabilidad ilimitada, pierde el
derecho a renunciar, y no tiene parte alguna en lo que ha sido objeto del ocultamiento o sustracción
y si no puede restituir la cosa, debe restituir su valor estimado al tiempo de la restitución.
La aceptación y la renuncia deben ser:
- Lisas y llanas: no pueden hacerse a término, ni bajo condiciones.
- Indivisibles: deben serlo por el todo.
El derecho a aceptar la herencia caduca a los 10 años de la apertura de la sucesión o sea la muerte
del causante. El heredero que no aceptó la herencia en ese plazo es tenido por renunciante.
Cualquier interesado puede solicitar judicialmente que el heredero sea intimado a aceptar o a
renunciar la herencia, pueden realizar la intimación:
· Los acreedores del causante.
· Los legatarios.
· Los acreedores personales del heredero.
La aceptación de la herencia puede ser:
- Expresa: cuando el heredero toma la calidad de tal en forma escrita en instrumento público o
privado.
- Tácita: es aquella en que el heredero realiza los actos necesarios que implican necesariamente la
intención de aceptar.

No aplican aceptación de la herencia:


- El pago de los gastos funerarios y de última enfermedad, los impuestos adeudados por el difunto,
los alquileres y otras deudas cuyo pago es urgente.
- El reparto de ropas, documentos personales, condecoraciones y diplomas del difunto
Entre otras, la lista es extensa pero los casos mencionados son los más típicos.

Renuncia
La renuncia manifiesta su voluntad de no ser heredero. Los caracteres de renuncia son:
· Debe ser expresa: no se presume.
· Es unilateral: depende únicamente de la voluntad del renunciante.
· Es formal: pues debe ser expresada en escritura pública o en acta judicial incorporada al expediente
judicial, siempre que el sistema informático asegure la inalterabilidad del instrumento.
La renuncia es retractable siempre que no haya caducado su derecho de oposición, es decir:
- Cuando no pasaron los diez años de la apertura de la sucesión.
- Si la herencia no ha sido aceptada por los otros herederos.
- Si se ha puesto al Estado en posesión de los bienes.
Producida la renuncia opera el derecho de representación.

Responsabilidad de los herederos y legatarios


El Código Civil y Comercial otorga el derecho preferente a los acreedores y a los legatarios del
causante cobrarse sus créditos y legados sobre los bienes de la herencia, con preferencia sobre los
acreedores de los herederos. Incluye en la norma a aquellos que tienen preferencia:
- Los acreedores por las deudas del causante.
- Los acreedores por cargas de la sucesión.
Legatarios.
El derecho de preferencia se ejerce contra todos los bienes de la herencia. Si el legatario o heredero
pagó una porción de la deuda o de los legados, superior a su parte, es titular de la acción de
reembolso contra los coherederos o colegatarios a quienes hubiera correspondido afrontar las
deudas.

Sucesiones intestadas
Teniendo en cuenta el origen del llamamiento a la sucesión, esta puede ser: testamentaria o
intestada (ab intestato). La primera se produce cuando existe un testamento, mientras que la
intestada es la deferida por ministerio de la ley, a falta, ineficacia o insuficiencia de las disposiciones
testamentarias.
La legislación convoca, en primer término, a los descendientes, no habiéndolos, llama a los
ascendientes, ambos órdenes de descendientes y ascendentes, concurren con el cónyuge supérstite,
quien a su vez, hereda como único sucesor universal ab intestato cuando no sobrevivan al causante
descendientes, ni ascendientes, excluyendo los colaterales, estos últimos son solamente llamados en
ausencia de descendientes, ascendientes y cónyuge.

Sucesión de los descendientes


Los hijos del causante lo heredan por derecho propio y por partes iguales. En cuanto a la porción
hereditaria debemos tener en cuenta: si van solos o si concurren con el cónyuge sobreviviente. En el
primer caso heredan al padre o a la madre por partes iguales. Si concurren con el supérstite,
debemos considerar si éste al contraer optó por el régimen de bienes de comunidad o el de
separación.
Si el régimen elegido fue el de comunidad, el supérstite no tiene parte alguna en división de los
gananciales que corresponden al cónyuge prefallecido.
Si el régimen matrimonial fue el de separación de bienes, a la muerte cada hijo recibe una parte
igual a la del cónyuge sobre los bienes del causante.
Representación y efectos
El derecho de representación es el que inviste el descendiente para ocupar el lugar de su o sus
ascendientes en la sucesión del causante, recibiendo lo que él o los representados hubieran recibido
de concurrir personalmente a la sucesión de que se trate. El representante ocupa el mismo lugar que
hubiere ocupado el representado en la sucesión del difunto, tiene los mismos derechos y
obligaciones del mismo y concurre a la sucesión con las personas con los cuales hubiere concurrido
el representado.
La representación ocurre cuando:
· Los descendientes del heredero han renunciado a la herencia.
· Se declararon indignos a los herederos.
· Por la muerte del heredero legítimo.
La concurrencia de descendientes por representación requiere la partición por estirpe. Se denomina
estirpe al conjunto formado por la descendencia de un sujeto a quien ella representa y cuyo lugar
ocupa.

Sucesiones ascendientes
Los ascendientes heredan a falta de descendientes. Los ascendientes concurren con el cónyuge
sobreviviente y excluye a los colaterales. Si los ascendientes concurren solos a la sucesión del
causante parten la herencia por cabeza o la recibe el único ascendiente sobreviviente más próximo.
Si concurren con el cónyuge comparte con este el haber hereditario por mitades, una parte para el
supérstite y la otra para los ascendientes, cualquiera sea su número.
En el régimen separación de bienes: la herencia se encuentra constituida por todos los bienes del
difunto, sin distinción alguna.
En el régimen comunidad de bienes: todos los bienes gananciales que le hayan sido adjudicados en
la división del régimen patrimonial, se dividen por mitades.

Sucesión del cónyuge


Si heredan con los descendientes, el cónyuge tiene en el acervo hereditario la misma parte de un
hijo. En todos los casos en que el viudo/viuda es llamado a concurrencia con descendientes, en
vigencia del régimen de comunidad de gananciales, el cónyuge supérstite no tiene parte alguna en la
división de los bienes gananciales que corresponden al cónyuge prefallecido.
Si concurre con ascendientes hay que distinguir los dos regímenes patrimoniales posibles vigentes a
la muerte del causante:
- Régimen de gananciales: al cónyuge supérstite le corresponde la mitad de los bienes propios y la
mitad de los gananciales del causante.
- Régimen de separación de bienes: al cónyuge le corresponde la mitad de los bienes de propiedad

del causante.
Cuando el causante no deja ni descendientes ni ascendientes que actualicen su vocación sucesoria,
el cónyuge hereda la totalidad de los bienes.

Sucesión de los colaterales


A falta de descendientes, ascendientes y cónyuge heredan los colaterales hasta cuarto grado
inclusive. No tienen legítima alguna. Entre los parientes colaterales, en el orden mismo, el más
próximo en grado excluye al de grado más remoto. “Los hermanos y descendientes de hermanos
desplazan a los demás colaterales”. En la línea colateral, la representación tiene lugar en favor de los
descendientes de hermanos, pero no de los demás colaterales.

Declaración de vacancia
A pedido de cualquier interesado o del Ministerio Público, se debe declarar vacante la herencia si no
hay herederos aceptantes ni el causante ha distribuido la totalidad de los bienes mediante legados.
La herencia se encuentra vacante cuando se ha producido el fallecimiento del causante sin que haya
acreditado su vocación hereditaria ningún sucesor legítimo o testamentario, o cuando las
disposiciones testamentarias no cubren toda la herencia y no existen herederos legítimos. En esos
casos los bienes se le atribuyen al Estado.

Porción legítima
Tiene una porción legítima de la que no pueden ser privados por testamentos ni por actos de
disposición entre vivos a título gratuito, los descendientes, los ascendientes y el cónyuge. La legítima
es una institución del derecho sucesorio, cuyas normas imperativas imponen un límite legal y
relativo a la libertad de disponer por testamento o donación, reconociendo a los herederos
legitimarios el derecho a determinada porción de la herencia, o de los bienes de la cual no pueden
ser privados por el causante.
El incumplimiento de este deber impuesto por la ley otorga a los legitimarios la facultad de utilizar
las vías legales protectoras a fin de asegurar sus derechos.
La porción legítima de los descendientes es de dos tercios, la de los ascendientes de un medio y la
del cónyuge de un medio. Dichas porciones se calculan sobre la suma del valor líquido de la herencia
al tiempo de la muerte del causante más el delos bienes donados computables para cada legitimario,
a la época de la partición según el estado del bien a la época de la donación.
Respecto a la época de valuación de los bienes: el artículo instala un doble parámetro:
A) el valor líquido de la herencia se valúa al tiempo de la muerte del causante.
B) los bienes donados computables para cada legitimario se valúan a la época de la partición según
el estado del bien a la época de la donación.

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