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EDUCANDO DESDE
EL AJEDREZ
o Dipulació
Barcelona
xarxa de mur,icipis
EDITORIAL
PAIDOTRIBO
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares
del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción
parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos
la reprografía y el tratamiento informático y la distribución de ejemplares de ella
mediante alquiler o préstamo públicos.
Primera edición:
ISBN: 84-8019-477-4
Fotocomposición: Editor Service, S.l.
Diagonal, 299 - 08013 Barcelona
Impreso en España por A&M Grafic
Sumario
Prólogo, 7
Tendencias de la e nseñanza hacia el siglo xxl .... . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .7
La aportación del ajed rez . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .... .. . . . .. . . . . . . 9 .
Bloque 1. El juego, 1 3
El juego como instrumento de aprendizaje escolar .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . ...15
De la visión socia l del juego de ajed rez a su enseña nza . . . . . . ... . ... . . .. . . ... . 21 ..
- Teoría triárquica . . . . . . .. . .. . .
. . .. . .. . . .. . . . 37
... . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . .. .. . . . . . . .
El sistema afectivo . . . .. .
. . . ..
. . . ..
. .
. . .. . . . .... . . .. . . 45
. .. .. . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . ... . .
El sistema regulador . . .. . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . .. . . 47
. . . . . . . . . . .. . . . . . . . . .. . .. . ..... . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . .
Bloque 3. La investigación, 51
Investigacio n es que han tratado e l ajedrez como centro de interés
o refe rencia desde la psicología cognitiva . ... . .... .. . . 53 . . . . . . . . . . . . . . .. . ... . . . . . ... . . . . . .
- Mem o ria 57
. . . . . .. . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Bloque 4. la transferencia, 77
Capacida des cognitivas y afectivas ejercita d as desde la práctica
orientada d el juego del ajedrez . . . . . 82
..... .. . . ... .. . . . . . .. .. . . . .. . .. . . . .. . . . . . . . . .. . . . . . . . .. . ..
- T ransferencia 94
.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
- Conclusi ones .
. . . .. . . . . . .
. . . . . . .. . . . . . . . .. . .
. .. . .. 99
. . . . .. .. . . ... . ... . . . . . . .. .. . . . .. . . . . .. .. . . . . . . . . .. . . .
Citas, 171
Agradecimientos, 181
Bibliografía, 183
Dedicado al maestro catalán de ajedrez, Angel Ribera
ArnaJ (Barcelona, 1909), destacado promotor escolar de
ajedrez en Cata/unya durante los años 60 y 70 Y primera
referencia para este autor sobre el fascinante juego del
ajedrez.
Prólogo
su centro de gravedad desde e l café hasta la escuela» (2J. Este bel l o lema,
recordado por este a utor desde entonces, aparecía en su momento co
mo un a lej a n a meta q u e tan sólo parecía posible llevar a c a b o por m edio
de que a l guien o a l gún o rganismo acreditado e interesado buscara, en su
mo mento, v ías para e l l o . El paso de los a ñ os y el escaso i nte rés q u e des
perta ba la vertiente educa tiva del aj edrez ofrecía pocas expectativas a l
ca mbio.
Pero, entrada ya l a década de l os 90, la presencia del ajedrez en l as
escuelas ha p a recido incre mentarse y en a lgunos casos conso lidarse . To
davía e n un tono m u y mode rado , a l gu n as iniciativas, m ayorita ria mente
privadas, i ntentan prom oci onar el ajedrez en las escuelas y, especialmen
te en los Estados Unidos, la sensibil ización crece de m a n era importante.
Tales i n iciativas, por otra p arte van encontrando e l ementos de soporte en
las diversas experiencias orientadas al ajedrez efectu adas desde la Psico
logía de la Educación, y a p artir de l as cua les se vienen o bteniendo nu
merosas y so rprendentes a p licaciones de l a p ráctica avanzada del ajedrez
en relación con aspectos de l os Sistemas Cognitivo, Afectivo y Reg u l ado r
d e l ser hum ano .
Precisa ment e, en el análisis del ajedrez desde su vertiente cognitiva
reside la m ayor part e de su im portancia educativa. Es el aspecto sobre el
cu a l más se ha ensayado, aunque, a pesa r del im portante número de es-
10 EDUCANDO DcSU� EL AJEDREZ
El autor
BLOQUE 1
D
El juego
El juego constituye una manera específica de fun
cionam iento de la inteligencia infantil que forma parte
del proceso de adaptacíón a la realidad.
Jean Piaget
La formación del símbolo en el niño
EL JUEGO COMO INSTRUMENTO DE APRENDIZAJE ESCO LAR
pro bar. :: ; se lee u n a poesía ci ncuenta veces sin la inte nción de memori
zarl a, se re cordará muy poco . N o es suficiente con lee rla.
Una p a rt e de l a responsabil idad de la escuela tendría que ser a m p l i ar
el inte rés del e stu d i a nte y hacer la vida más relevante p a ra el ind ivid uo.
Par a conse gu irlo, lo p ri m ero qu e se tiene q ue hacer es ca ptar el interés
del estudiante.
La i m agen o e l m étodo de presenta ción son cru ci a les para ca ptura r l a
atención. Hasta u n tema interesante puede l l egar a resu ltar abu rrido si la
presentación no es imaginativa. El concepto de apariencia educacional
no sólo se refi ere a lo atractivo de la a pa rie ncia del libro de texto o de
cuántas i lustraciones de color haya . La apariencia e d u cacio na l es mucho
más com p l eja y profunda de aprender. Se trata de seleccionar i nstruccio
nes y estrategi as p ensa das para consegu ir o bjetivos y disciplinas particu
lares y p u ede e nglobarse dentro del campo de l a m otivación y la im agi
nación. Los juegos educativos debería n ser esencialm e nte un m étodo de
conceptos de im agen o de ap a ri encia educacional.
Pero ¿por qué razón motivan los j u egos? La pa labra m otivar significa
«estimu l a r para reacciona r». Las personas, ge neralmente, prefieren ac
tuar y no observa r n i ser pasivas. Por desgracia, una b uena pa rte de las
experie ncias de los niños en las escuelas son de naturaleza pasiva. Escu
cha ndo, l eyendo del mismo l i b ro, rep itiendo una y otra vez la misma co
sa, haciendo exám enes y recibiend o n otas. No sorprende que a algunos
a l umnos la escuela l es pueda resultar a bu rrida y el a p re n d izaje temporal.
Ya que los recursos para estimular la curiosidad de los niños son pocos las
ganas de expl orar se p ierden ráp id amente. En contraste , los juegos ne
cesita n partici pa ción activa: los p a rti cipantes m a nipu l a n dados de co l o
res, d iscurre n, hacen tratos, mueven figuras. . . y tom an d ec isiones. E n d e
fin itiva: s o n activos.
Por otro la do, cua ndo un p a rt i ci pa nte tom a una decisión en u n ju ego ,
aqu élla su ele tener un efecto i n m e d iato. Los resultad os son bue n os o
mal os. El otro juga dor responde a su decisión. Si se hace un m ovimi ento
clar amente e rróneo se acostu mbra a com p robar las consecu e n cias rápi
dam ente.
Con el j uego educativo, el estud i an te no tiene que espera r la respues
ta de un profesor. Los e ducad ores estarán de acue rdo e n que el feed
back inm edi ato supone un refuerzo del a pren d izaje . Pero en muchas a cti
.
Vi da des de clase los estud ia ntes se encu entran con que l a retroali menta
ci ó n de su re n d i miento es lenta y que a l o m ejor n o existe o es incom ple
ta y m ayo rita riamente a rtifici a l .
E n un ju ego, l a retroal imentación n o e s so lame nte rápida sino ta m
bié n nat u ral. Los jugadores saben la razón d e su éxito o fracaso . La buena
estr ategia fu nciona y los resulta dos suele n ser evidentes.
18 EDUCANDO DESDC EL AJE:DREZ
Po d F'( 105 .Jñadir fin a l m e nte que e I juego co m o método y rec u rso de
en señ an za c o m p orta benefi cios de relación al gru p o . Dete rmin a d os jue
g os a yud an a 105 estudiantes a entender otros p untos de vista y
actitu
des y so n espe cia l m e nte úti les para estudiantes tím i d os, ya que facilita
la pé rd ida de su i n h i bición y los ha ce comportarse de u na m a nera comu
nica ti va , act iva y l os lleva a actu ar libremente, pues no se sie nten ni pre
sio nad os ni juzgad os. De la m ism a ma nera se p ueden c ultiva r l as re l acio
nes d e co m pañ erism o .
En los jue gos se su p rimen los m iedos h a bitu ales a equivocarse o a o b
te ner una nota baja. Los erro res, dem ostrar igno rancia, comporta m i ento
ina cepta d o , situaciones n ormalmente evitadas . . . se pueden to l e rar y ex
cusa r como rea l izadas en un entorno de tipo científico.
En conclusión: com prensión, análisis y síntesis, capacid ad de juicio,
tra bajo de ca paci d a d verb a l , flexib i lidad, tra nsferencia o apl icación, capa
cida d d e reso lución de p rob lemas y, como acabamos de comprobar, en
torno de soc i a l ización so n algunas de las virtudes que p od e m os asigna r
a l juego ed ucativo a p l icad o como m éto d o de enseñ a nza, como herra
mie nta y como rec u rso de aprendizaje en la m etod ología de dete rmin a
das sesiones.
Pero centré monos e n el rey de los j uegos y el j u ego de reyes: n u estro
preciado ajed rez; un ente que cu esta i magi n a r como área o m ed i ador d e
conte nid os curricu l ares; pero, ta l vez, a m edid a que prosiga m os en esta
lect ura nos sorp rendan sus poco con ocidas posi b i lidades en este terreno
educativo. En este entorno p u ede, por una parte, actuar como elemento
mediador para un conjunto considerable de conte nidos lectivos (matemá
ticas, arte, l iteratu ra, lengua , etc.), m ientras que, por otra , y basánd onos
en su enorme potencial educativo y fo rmativo, puede actua r como cana li
zador de u n i m portante número de aspectos de carácter psicol ógico, de
formación de l a perso na l id ad, así com o de social ización que lo convierten
en una interesante herra m ienta conven ientemente utilizada en la enseña n
za.
Pero ¿q ué pode mos extraer de la m ecánica del juego del ajedrez en
sí? ¿Es a lgo tan si m p le co mo m over al azar sesenta y cuatro piezas por
en cima d e u n ta b lero escaquead o como a lgunas person as piensan? Vere
mo s q ue no. I m aginémonos dos niños adversa rios efectuando jugad as
po r tu r no, de mane ra pa usada, a lte rnativam e nte. En tod o mom ento, sus
piezas y movim ientos son portadores de infinitos mensajes cifrados y reú
ne n unas con diciones únicas, o idóneas, para ayudar e, incluso, gu iarles
en s � a cc eso a esta primera fase d e a ctividad i ntelectual regida por el
.
prin Cipio de «ap ren der
a a p renden>.
Los me n sajes vien en en todo m omento re lacionad os con esta activi
da d a gradable y elementa l que es e l j u ego d e competición. Uno d e los
20 E[)UCANOO O:::S OE EL AJ EDREZ
niños se dispone a mover alguna d e las sencil las figuritas de mad era y, ca
si sin darse cu enta empieza a p ensar. Se p rod uce el p rimer paso: ha cap
tado u na id ea.
A partir de este momento, e l n iño va d escubriendo por sí mismo el va
lor si m bó l ico o metafísico que c onll eva cada una de las piezas, para des
p ués, con su propia fantasía, comenzar a elaborar concatenaciones de
id eas. Concatenaciones que irán ganand o progresivamente en am plitud
n u m é rica y en complejidad a m edida que e l niño vaya com pren d i endo,
una tras otra, las l eyes secretas d e l juego que, en defin itiva, son las mismas
que todo razonamiento lógico: un primer i mp ulso gu iado por la cu riosidad
y a partir de ahí la aparic ión d el espíritu d e superación y el afán de victoria.
Entra pues en escena el proceso c ognitivo de ensayo y error, produ
cién d ose un aprendizaje de actitud activa, individual izada e individualista
por parte de q uien aprend e , en contraposición a aq u e l la otra en la que el
suj eto (co nvertid o, de hecho, en o bjeto) se limita a recoger y, en e l m ejor
de los casos, a asim ilar los conocimientos que escucha de fo rma pasiva
d esd e su pu pitre.
Es posible q ue u n probable asp ecto negativo del ajedrez estribe en la
agresividad qu e i n evitablemente se desprende d e toda m anifestación
com petitiva. No obstante, hay algunos principios de psicología infantil
que afirman q u e el ju ego facilita la e l iminación de d ete rminados impulsos
q u e el niño d e be descargar n e cesariam ente en ben eficio de su p ropia sa
lud física y m ental y, sin du da, al mism o tie m po end e reza y potencia otros
que más tarde le p e rmitirán adquirir una comp leta mad u ración com o in
dividuo adulto.
Tenemos, pu es, que la partida de ajedrez, por su misma cond ición de
j u eg o , pe rmite al niño deshacerse de ciertos impulsos instintivos, al tiem
po q u e regula y e nnoblece otros, ya qu e los orienta a la consecución de
un objetivo su perior como es el de la creación artística.
Cierto es que habrá niño, así como adu lto, que sienta y entie n da l a
victoria propia com o acto d e afirmación de su personalidad, en tanto que
el otro verá en e l la esencial m ente la realización del d eseo de vencer y de
m ostrar su superioridad técnica a un adversario concreto . Com o c onse
cuencia de esto, la agresividad rad ica, no en el juego sino en la psique de
cada i ndivi d u o .
Resumidamente, y d e manera global, el ajedrez aparece a l mismo
tiempo como canal izador y pote n ciador de fuerzas m otoras, pero también
como au xiliar valiosísimo de la tarea educativa y d ocente, puesto q ue brin
da la posib ilidad de presentar bajo e l atrayente formato d e l juego cuestio
nes q u e el niño se resiste p or naturaleza a afrontar y que m uy d ifícilm ente
entend ería si se le formularan de m anera abstracta. (8b 6bl
EL JUEGO 21
ta ntes.''!1
Po r lo tanto, podemos concluir que el a j ed r ez constituye un m edio
ideal para pone r a pr u eba, desarro l l a r y perfeccion a r la c a pacidad de ra
zo n ami ento y la actitud ana lítica y autoana lít ica del ser humano, la capaci
dad cogniti v a y el espíritu noblemente compe ti ti v o . Es por estas razones
que l a escuela a p a rece como un lugar muy propicio p ara iniciar a la per
sona en la me c á n ica lógica del ju ego d e l ajed rez.
BLOQUE 2
D
Elementos de
psicología de la
educación
EL SISTEMA COGNITIVO
h
� a nos desa r rollan la capacidad pa r a co m p render el pensamiento sim-
b ICO a bs
a tra ct o, uno de los aspectos d istintivos de la actividad h u m a n a .
---
28 EDUCANDO D E S D E EL AJEDRE7
-
. _------ ------ --- ---
Esta teo ría del Piaget es frecuente mente contrasta con las respectivas de
Jerome Bruner y de Lev Vigotsky.
Diversas y d ife rentes áreas de examen proveen de u n a oportunida d
de testear estas diferentes teorías. Por ejem plo, la búsqueda en el ár ea
del pensamiento crítico estudia cómo aplicamos n u estros procesos cog�
n itivos para evaluar arg umentos o proposiciones y tomar decisiones. Po r
o tra parte , en el área d e l p ensam iento creativo la investigación estudia
cómo generamos ideas y alternativas que n o aceptan la norma. Estas dos
á reas con frecuencia contrastan como la d iferencia entre el pensamiento
co n v ergente (modelo de pensam iento q u e uti li zamos cuando que r em os
precisar y evaluar ideas) y pen sa m ie n to divergente (mod e l o d e p ensa�
m i ento que util izam o s cuand o q ue remos expandir o desarro l l a r nuevas
ideas). Una com paración si m ilar se encu entra entre los hemis ferios iz
quierdo y d erecho en la l iteratura sobre el predo m i nio de la lateralización
d e l cerebro.
La m etacognición es otra á rea cogn itiva q u e parte desde dife rentes
perspectivas y se refiere al e studio de cómo desarro l lamos el conocimien
to desde e l prop io s istema cognitivo. El á rea de las téc ni cas de estudio
p rovee de información sobre cómo pod e m os ser m uy efectivos y eficien
t e s d u rante e l proceso d e aprendizaje _:1!
El procesamiento de l a información
- -- - - -¡
ANAUS I�'
El e st u d i an te disting ue, Ana l izar, El estudia nte
c l a s ifica y relacion a las categorizar, c o m pa r ar á y
s u p o s ic iones, h i pótesis, c om parar , contrast ará los
evidencias o estr u ctura contrastar, d o m i n ios afectivo
de una d e c l a ración separar. y cogn iti vo.
o pregu nta.
I
recomend a r, efectividad de escribir
críticas sobre u n a base criticar, j u stificar. objetivos utilizando la
de cr i ter i os está ndares taxon o m ía de Bloom.
específicos.
El pensamiento
las op c iones e x igen eval u ar el peso de las d iferentes alte r n ativas, a dop
sensata me nte una de cisión y asum i r el riesgo de sus resulta dos.
Por si las razones teóricas esgri m idas no fu esen suficientes, hay he
c hos perfecta m ente co ntrasta dos q ue exigen la puesta en ma rcha d
programas p ara enseñ a r a p ensar.
Son muchos los i nvestigadores que han comprobado empíricamente I
inca pacidad de buena parte de los estudiantes que ingresan en la Universo
dad para abordar con éxito los problemas que r�quieren pensa miento ab
tracto o form a l . y en estas condiciones difícilmente p ueden seguir con pr:
vecho la enseñanza su perior. D e aq uí, la iniciativa de n umerosos educadore
que h a n orga nizado cursos, clases y experiencias de muy d iversa naturalez
co n la pretensión de potenciar el desarrollo intelectual de los estudiant
universitarios. A esto cabe añadir la comprobación de que las ha bil idade
menta les alcanzadas, m uchas veces, no se transfieren desde el contexto e
colar donde se enseñan hasta las d iversas situaciones de la vida, obligando
algu nos especialistas a d iseñ ar estrategias intelectuales en contextos soci
les más amplios que el del reducido marco de la e nseñanza o de la clase.
La relación entre i nteligencia y pensam iento es una cuesti ón de per
manente d e bate entre los psicólogos. De hecho, son posi bles tres a lter
nativas. Es posible qu e la capacidad de p ensar sea una s i m ple conse
cuencia de la intelige ncia y, en este caso, la ú n i ca manera de mejorar I
ca pacidad de p e nsar sea mejorar la intelige n c i a . Ta mbién es posible qu
la inteligencia sea más un a consecuencia de la capacidad de pensar qu
una causa, y hasta cabría i m a g i n a rse que la capacidad de pensar y la inte
l igen c ia ta n só i o se en cue ntran parc i a l mente rel acion adas y, en este caso
p odría n ser mod ificadas independientemente u n a de otra .
Si la inteligencia y el pensam iento se en cuentran parci alm ente re lacio
na dos, caben dos programas p ara mejorar el pensa m i e nto . Por u n lado
c ua l q ui er mej ora de la intelige ncia beneficiará a ut omáticam ente al pen
sam iento. P o r o tro, al e ncontrarse sólo parcialmente re lacion ados, e
pensamiento resu lta ser algu n a cosa más q u e la inteligencia y esto es I
q u e hace referencia al m od o como l as personas utiliza n la i nteligencia
Por tanto, e n e l caso de que l a in teligencia no fuera entrenable , todaví
habría una forma de mejora r el pensa mie nto, es d e c i r, m ej o rar la man er
de uti l izar la i nteligencia.
Otra ve ntaja de abordar el entrenamiento del pensam iento es que s
trata de un elemento me nos co ntrove rtido que la inteligencia y nadie tien .
" ca', ,·" ' pbi b l e (1., u e u n a p ersona con un coeficiente i n telectua l (CI) m e -
Es -
d o la op ortu n"l dad de a d quiri r bue nas estrategias, lIe-
d 'l ana, qu e h a t e n i f
ej or que otra persona con u n cae IC/ente ' , '
Inte 1 ectua I (CI)
gu e a p e n sar m
ha po d '
l d o a d "
qUlrlr estas estrategias ' por a b a n d ano
e I eva d o ., pero que no
.
o or defi c i e n c i s
a en el sistem a e d ucatlv o.
P Enseñar a pensar: ¿Constituye una m eta legitima pa ra la escue la?, ¿es
ncias actual es?
al ca nza ble est a m eta en las circunsta
Nickerson ( 1 985V afirmaba que la Enseñanza del Pensam i e nto no tan
sól o es un obje tivo educativo legíti m o s ino que consti tuye un verd adero
i m p erativo . « Es difíci l i m agin ar. , . una � et � e � ucativa más i m porta nte
que enseña r y aprend er a p ensa r
con m as eficaCi a » .
Por otro lad o, e l contenido d e esta enseñanza e s necesario q u e afecte
a cu atro á reas p r i n ci p a l es : las habilidades que s u byacen e n el pensamien
to (clasificación, a n álisis, fo rmación de h i pótesis), los métodos (resoluci ón
de problemas y estrategias de autocontrol), los conoci mie ntos (procesos
de p e n s a m i ento, capacidades y l i m itaciones cognitivas) y las actitudes
(curiosid ad, decisión, interés por el descubri mie nto y satisfacción por la
producción i nte le ctu al ) .
Está cl a ro q u e no hay suficiente c o n pregu nta rse sobre la legit i m i dad
educativa de u n o bjetivo como el de l a enseña nza del p ensa miento , Una
pregunta m u cho m á s comprometida es si el pensamie nto se puede ense
ñar. Y la respuesta es afirrna tiva, pues h ay suficientes argume ntos e m p íri
cos para soponar u n a c onstatación de esta n aturaleza a p artir de los da
tos obteni dos y las i nvestigaciones realizad as.
En este s e n t i d o y a pa rti r de la experim entación, los resultados h a b l a n
c o n m á s se gur idad sobre a lgunas poblaciones y clases d e a va n ces que
sobre otras, po r lo q u e cabría tener en cue nta tres criteri os: la capacidad
inici al de l a pob lación , l a ampl i tud d e la mej ora y la d ura ció n d e la mism a .
Si a dmiti mos pues la legiti mid ad y l a posibilidad de l a enseñanza del
pen sam ient o , ca be preguntars e por las condiciones generales baj o las
cual es esta enseñ a nza resu lta rá más eficaz. En primer lugar, uno de los
fa ct ores clav e dentro de este tipo de enseñ anza es el papel del profesor.
� e pu ede afirm ar, s in n i ngú n género de dudas, que en este tipo de ense
n ��z a e! p a pe l del p rofesor es verdadera
m ente cruci a l . Pero esto no sig
nl fl �� que h ay a que
dej a r de l ado la ca l id ad de los m ateriales o la organi
zacl o � inter na del p ro grama
. Es verdad q u e un p rofesor sufici entemente
� a
� pa c l t do pod rá c onsegu i r buenos resultados hasta con materia les m e -
l a cr es ,
pe ro 1 05 con seguirá mejores c o n materia les excel entes . El profe
� or p ued e se nt irse
a yudado por el prog ra m a cuando éste no sólo se l i m i-
e . a e x pl.I c a r con ten
f i dos, s i n o que s u m i n istre gu ías adecu adas p ara d i r igir
e Ic az m, ent e I a enS -
e n a nza. A lgunos programas ofrecen al profesor un en-
t re naml ent
o e spe cia . I para conocer p rofunda m ente los m ate ri a les y para
34 EDUCANDO D E S D E EL AJ EDREZ
fa m i l i a rizarse con las técnicas. Todo esto per mite al profesor ir más allá
d e l sim p l e papel d e sumi nistrador d e conoci m ientos, p ar a d esa r ro l l a r el
d e facilitador d e l a p rendizaj e o, incluso, el de colabo rador en u n proceso
explorato rio. No se trata de dar a los estudiantes info r mación sino de ha
ce rlos pensa r. Como seña l a N ickerson ( 1 985), « l o que e l profesor dice es
im portante, pero lo q u e el a lu m n o pie nsa lo es mil veces más».
Ya sabemos que el objetivo principal y último de estos programas es
la mejora de la ca pacidad de pensar efectivamente, pero dentro de cada
p rogra m a e l profesor debe establecer objetivos más limitados, rea listas,
p recisos y bien definidos, de m a nera que puedan ser eva luados en la c I a
se. Un a vez establecidos unos o bjetivos claros, se podrá n dise ñ a r c o n fa
cilidad los p rocedimie ntos adecuados p ara corregirlos. La ense ñ anza de
berá hacerse partici pativa, incorp orando a los estudiantes a l p rogra m a .
Es necesario dar a l o s a lum nos sufi ciente t i e m p o para rea lizar su tarea,
pues está d em ostrado ser un i ngrediente del buen a p re n d izaje. La m eta
de los programas es equip ar a l os estudiantes con habilid ades que más
tarde a p licarán a circunstancias dife re ntes a las de la instrucci ó n . Ahora
bien, la transfere ncia se con s igue si se enseñ an d i rectame nte las h a bilida
des y. so bre todo, si se enseña a los sujetos a l l evar las h a bilidades apren
didas a otras áreas de conocim iento. 13:
Ta m bién es n ecesa rio su min istra r a l os estud ia ntes un a m b iente ade
cuado que les perm ita expresa r libre me nte sus i deas sin m iedo a l rid íc u
l o , q u e refu erce l a voluntad y e l tra baj o rea lizado, ofrezca n ov edades
agradables, y en el que el p rofesor se in terese personalm ente por la fo r
ma de p ensar de l os a l u m n os.
Un poco más allá supon e conseguir una bu ena m otivación por p arte
de l os estudia ntes, ya que l a primera cond ición ese ncial de aprender a
pe nsar es la vo l u ntad del suj eto . Para conseguir este nivel motivacional es
necesario seleccio nar prob lemas intrínsecam ente interesantes p a ra los
alu mnos y respetar la volu ntad de los estudiantes de saber por qué de
b en i nte resarse por aquello que se les exige a p render.
No hay que olvidar ta m poco la reacción, en l os estudiantes, de actitu
d es m u ch as veces o lvidadas en los p rogra mas d iseñad os para ap ren d er a
pensar, concretamente la curiosidad, el compromiso de pensar, el respe
to por las opini on es de los otros, sobre todo, cua n d o difi eren de las pro
p ias.'4:
La inteligencia
como «la capacidad de compre nder y relacion arse uno con otras perso
E. R. Thorndike.",. É ste h a bía defi n ido el conce pto de inteligencia social
Los percusores de estas teorías, resum idas a cont i n u a ción, han adop
tado u n a visión más a m p l i a de l a inteligen cia y han tratado de refor m u lar
la en tér m inos de a q u e l l o que hace q u e l a persona enfoqu e m á s a d ecua
damente su vida; una l í nea de trabajo, por tanto, q u e secunda la afir m a
ción d e q u e l a i nteligencia es d ifere nte e n ca da individuo.
Esta visión m ultidirnensional de l a i ntel i g e n c i a n os ha de per m iti r
adoptar u n a i m a ge n m u ch o más r i ca de la c ap a c i d a d y del pote n c i al de
el.
éxito en un niño q u e n o la que tenía m os h asta a h ora con los tests d el
Teoría triárquica
ta les que las perso n a s util izan para planear y l l evar a tér m i no tareas, y en
foca de m odo espe c i a l las a ptitudes de p l a n ificación y evaluación en l a
resolución de pro b le m as. P a r a Ste rnberg, la p l a n ifica c ión s u el e s er más
im portante que l a s i m ple vel o cidad menta l.
La seg u nda parte de la teoría triárq u ica (subteoría experiencial) se re
fiere al efecto de la experienci a: la persona inteligente no tan sólo resu el
v e los pro b l e m as nuevos ráp i d a m ente, sino ta m b i é n aprende a resolver
problema s conocidos e n for m a m e cá n ic a con la fin a lidad de dejar la m e n
Jna tarea o det erm i n ada situación y la cantidad de expe riencia del i n divi
_a subteoría experiencial d irige la relación e ntre e l comporta miento en
rio, pues, invertir menos tiempo en clasificar a Jos niños y ayudarles más a
más deci sivas para la vida que el coeficiente de inte l igencia (CI). En el mis
ne en cuenta el a m p l io a b a n i co de h ab i l idades y destrezas que son m ucho
--------�
La inteligencia musical es la ca p acid a d para pensar en la mú sic a , para ser capaz de
r----------
escuchar los modelos, de reconocerlos, de recorda r los y tal vez de m a n ipula r lo s. Esta
•
qué los motiva, cómo trabajan y la mejor man er a de t rata r los _ Es una c apac idad que
I •
qué pode m o s y q ue re mos hacer, cómo re ac ci on a mos y qué cosa s nos hace falta evi
tar_ En concl u sión somos conscientes de nuestras posibilidades.
cosas vivas (plantas, anim ales), así como la sensibilidad a otros a specto s del mundo
• La inteligencia naturalista designa la capacidad humana para discriminar entre las
El desarrollo cognitivo
Jean Piaget (1 896- 1 980) fue uno de los invest igadores más influyen
tes en el área de desarrollo de la psicología d urante l os año s 20, Practicó
las á reas de b iología y filosofía y se consi deraba a sí mism o ún «epistemo
logista genético», Se interesó prin cipa l m e nte por las inf l u encias b i o lógi
cas del «cómo nosotros llegam os a saber», Él creía que lo q ue d isti ngue a
l o s seres h u manos de los otros animales es nuestra capacidad para hacer
«razonami ento simbólico abstracto».
Mientras trabajaba en e l l a b o ratorio de Tests d e Coeficiente d e Int e
te) s e co ntro la media nte organizac i o nes mentales l l a m adas esq uemas
e el individuo utiliza para rep rese ntar e l m u n d o y des i g n a r la acción.
u
sta adaptación es con d u cida p o r un proceso b i o lógico para obtener
equ i li b r i o entre p l anificac n y a m b ie n e (eq uilibrio).
�
.
�� t
Pi ag et afirma que el nln o nace con unos esquemas operatIvos, q u e e l
.
genera l a l o específico.
se van com p lic a ndo, se o rg an iza n d e manera jerárquica; es d ec i r, de lo
mundo es limitado ( pero creciente) porque está basado en interacciones fís ic a s y ex
demuestra mediante la actividad motr:z sin el uso de símbolos. El conocimient o del
periencias. Los niños adquieren permanencia sobre los objetos a partir de los 7 me
ses de edad (memoria). El desarrollo físico (movilidad) permite al niño empezar t:l de
sarroilar nue va s habilidades intelectuales. Algunas habilidades en símbolos (el len
t
guaje) se desarrollan al final de es a etapa.
(105
se demuestra mediante la lógica y sistemática manipulación de símbolos relac iona
dos con objetos concretos. El pensamiento operacional se des a r olla
mentales son t:lho�a reversibles). El pensamiento egocéntrico disminuye.
r procesos
----
f
m al mente nunca;
ni ourante su vida adulta .
42 EDUCAN[)O DESDE =L AJEDREZ
El pensamiento crítico
La metacognición
Jennifer A. Livingston
a la inteligen cia (por eje mplo, Borkowski, Carr & Pressley, 1 987; Brown,
La metacogn ición o ca pacidad de contro l de p rocesos se ha vincu lado
EL SISTEMA AFECTIVO
La inteligencia emocional
El conce pto de i ntel igen cia emocion a l , au nque atri buible a Salovey y
Meyer(1\ se popularizó a raíz de l a a p a rición del libro La inteligencia
emocional de Daniel Golernan. Este psicólogo y period ista estadouni
dense presenta ba e n 1 995 u n estudio deta l l ad o y práctico de ta l teoría,
partiendo de la visión «pluralista» de la inteligencia que despu ntaba prin
cipalmente a raíz de l a propia teoría de l a inteligencia emocional (d e S a
form ación p ara poder pensa r y orienta r m á s acertada mente las propias
acciones (Meyer & Salovey, 1993, pp. 443). Seg ún Meyer y Salovey
(1990), la inteligencia e m ocio n a l subsume las inteligencias ínt er e intra
personales de Ga rdner, e involucra capacidades que pueden categorizar
se en cinco b loques:
46 EDUC.A\JDO D[SDC [l AJEDREZ
• El control de las relaciones. Relaci on con las emociones ajenas. Aspecto personal
muy importante desde el punto de vista social y profesional.
biciosas, productivas y hasta tenaces, por otro lado suelen ser frías, con
co intelectual aburrido y añade que «pese a que estas personas son am
Tie nen un fuerte co mprom iso con las demás personas y causas, con la to
m a de responsabilidades y la perspectiva ética. Son simpáticas con los
demás y su vida emocional es rica. En defin itiva, se encuentran cómodas
co nsigo mismas y con las personas que les rodean.
I:LEMENTOS DE PSICOLOGIA DE LA EDlJCACION 47
--_ ...._... . _----- ------
EL SISTEMA REGULADOR
La autoestima y el autoconcepto
Hay diversas vía s para pensar sobre l a persona lida d . Dos de los térm i
nos m ás usados son el autoco ncepto y la autoesti ma , tér m inos que, d ado
su similar significado, alg u nos autores inte rca mbian indistin tamente.
P o r l o que respecta a l a autoestima, conside rem os la defin ición d e
Sperry pone de ma nifi esto que nosotros pod emos usa r d i fe rentes tipos
de pensamiento relacionad os con difere ntes partes del cerebro para d ife
rentes propósitos. H oy se entiende q ue es la integración de diferentes
partes del cereb ro, si ntonizadas y o rquestadas en a rmonía, lo q u e hace
posible e n n osotros la existe ncia del pensamiento creativo y analítico .
Ambos tipos de pensar son esenciales, pero con frec uencia n o son d ados
en igua ldad de oportun idades de desarrollo en las aulas.
El Dr. Paut McLean, ana lizando el cerebro no sólo de derecha a iz
qu ierd a s i no de arriba abajo, ofrece otro tipo de i nterpretación sobre la
importancia d e un cerebro colaborador. De igua l importancia es el primi
tivo cerebro repti/iano, esencial controlador del comportam i ento y del
El Dr. David Perkins sug iere que hay tres com ponentes básicos de la
intelectual básico .
El l ibro del Dr. Arthur Costa Developing Mínds ofrece u n com p rensivo
nocim iento de que éstas son las capacidades básicas ese nciales.
D
La investigación
Alfred Cl eveland
American Journal o f Psychology (1907)
(199 2)
Pertti Sa ari luoma
siderar (<<definición del problema») . En tercer lugar, el com petidor busca las
54 EDUCANDO DESDE FL AJ E DREZ
solucio nes alternativas para alg u nos problemas (amenazas) y considera las
diferentes variaciones (diversión de sugerencias y hipótesis) . En esta eta pa
de análisis, el jugador de ajedrez favorecerá la impl icación en aquello que el
investigador y GM de ajedrez belga Adriaan de Groot llama profundiza
ción progresiva. Hearst ( 1 969) describe el concepto de De G root sobre pro
fundización progresiva como una situación en la que el jugador de ajedrez
examina las ideas de m ovimientos específicos, rehúsa movim ientos, y des
pués reinvestiga el m ismo movim iento u na y otra vez, más profundamente
a su
gadores de ajedrez. Los psicólogos experimentales, por ejemplo, vuelven a
te, o reexam inan a lg u n as viejas hipótesis u na y otra vez con atención para
m e n udo laborato rio por alguna originalidad que les parece importan
nes (chun ks), o los m odelos (o los dos), cuando repasa una posición?
acaba de m i rar una posición de ajedrez?, ¿asimila la mente los agrupacio
Observa mos en la figu ra 1 la manera como pe rcibe que los ataq ues
de la pi ezas de uno y otro band o se extienden en el sentido del movi-
56 E D UCANDO DESDE EL AJ EDREZ
------------
Yxd4; :lxd4 2.�xd4; 'Sxd4 3 . 'VJjxd4: 'iUlxd4 4 . iLb2; Wig7 5. ii.. xg 7+; �xg 7
un lado a otro. La progresión de jugadas mem orizadas es
l lará en breve).
Merecen tam bién me nción en esta primera época, algunas interesantes
aportaciones de Sigmund Freud'S\ desde la teoría del Psicoanálisis, consta
juego s o n similares a los del apren dizaje d e las técn ica s del psicoanálisis» , y,
tando en 1 9 1 3 que (dos pasos requeridos por el maestro de ajedrez en s u
a la conclusión de que no se pod ían poner en correla ción las habil idades en
drez y de citar unas cualidades que desarrollaba la práctica de éste, llegaron
ajedrez con otros tipos de habilidades reg u lares menta les y se concluía que
LA I NVESTl GAC IC)N 57
los mejores jugadores del m undo no ten ían ventajas en capacidad memorís
tica, atención o concentración con respecto a los jugadores noveles.:8,
Esta aparente independencia de la maestría en ajedrez respecto a las
medidas generales coincidió con un parón en la investigación sobre ia psico
logía del ajedrez.
gación sobre el juego del ajedrez. S u búsqueda , que i ncluyó diversos ex
considerado como u no de los fundamentos m ás valorados en la investi
perim entos, se centró en la habi lidad de los jugadores desde una gra n
variedad de tópicos relacionados con el d o m i n io del juego, pero espe
cialmente desde el con ocim iento .
Habilidad
Memoria
El experimento fue una va riación mejorada del rea lizado por Djakov,
Petrowsky y Rudik. La muestra de sujetos constaba d e un G ran Maestro,
un Maestro, un experto y un jugador pri ncipiante . De G root los expon
dría a posiciones d e ajedrez ( 1 6 en total), una cada vez a cada jugador
por períodos de no m ás de 1 5 seg u ndos. Los resu ltados mostra ban una
fuerte correlación entre la eval uación (nivel de juego) de los j u gadores y
l a ejecución de la prueba . E l G ran M aestro y e l M aestro conseg uían unos
de chunks de M iller ( 1 956), que unificaba los diferentes modelos que el pro
Agrupación 2 Agrupación 3
Agrupación 4 Ag rupación 5
60 E D U CANDO DESDE fL AJED REZ
Agrupación 6 Agrupación 7
Chase
Figura 2. Estudio de la mem oria con el juego del ajedrez.
y Sim a n . ((Visual 'nformation Process ing " . 1 973.
esto ocurría probaro n a cam biar a posiciones m ás tranqui las y l os tres su
m utuas n o fueron reproducidas con demasiada comodid ad . Pero cuando
que éstos guardan en la memoria (LTM) Y que permiten asociar los chunks
con las propuestas de siguientes movim ientos plausibles.
La teoría Apperception-Reestructuration
g o y su loca l ización sobre e l tablero no h abía n sido cod ificadas. Este a náli
G i l martin ( 1 973) y sugiri ó que probablemente el co lor de las piezas del jue
,.." iento i nferior ante una deliberada transposición de l os chunks del table
rO, lo cual está en contraposición con los argumentos de Holding ( 1 985) y
cuerdo) que las obtenidas por Simon y Gilmartin ( 1 973), dato importante
teniendo además en cuenta la base semántica de las agru paciones.
Saariluoma considera que l a planificación a larg o alcance o el pensa
m ie nto estratégico d e l os jugadores de ajedrez se basa en nociones m ás
o menos m a l definibles o intuitivas como : casilla débil, i n i ciativa, ventaja
de espacio, etc. Estos conceptos d ifusos y cercanos al lenguaje cotidiano
permiten concluir que la planificación a l a rgo alcance de l os jugadores de
ajedrez proporciona u n entorno adecuado para estudiar l a apercepción a
partir de nociones y conceptos senci l l os.
Otros estudios
Sobre la habilidad
Otro estudio rela cionó el n ivel de los ajedrecistas con ciertas habilida
des. En 1 98 1 , N e i f Charness!2Ji de la U n iversidad de Wate rloo en Ontario
(Canadá), mostró posiciones del juego a 34 jugadores de diferente nivel,
uno por uno. Les propuso encontra r el movimiento correcto desde una
posición dada y llegó a l a concl usión fi nal de que cuanto más alto es el ni
vel de jugador y más se encuentra fa miliarizado con la posición determ i
n a d a , mayor es la profu ndidad q u e uti l iza e n l a búsq ueda d e l mejor movi
m i e nto, profundidad entendida como la visión anticipada d e próximas ju
gadas de la partida en e l i ntento de determinar cuál es m ovimiento más
eficaz ante una posición daday4,
Charness, uno de los i nvestigadores más activos en Psico logía del aje
drez, afirma que la práctica del ajedrez supone un m odelo y un instru
m e nto de trabajo muy adecuado para el estudio de los procesos cogniti
vos, como la percepción, la memoria y la resol ución de problemas. La
existencia de la esca la Elo, que valora el n ivel competitivo, supone un
elemento ú nico para el estudio de las d iferencias i n d ividuales. Fi nalmente
afi rma que el ajedrez es también un elemento de privilegio en la investi
gación sobre la inteligencia artificial, pues supone un modelo de dominio
que perm ite explorar, i nvestig ar y evalu a r procesos.
Cabe destacar también los trabajos de Herbert A. Simon de la Universi
dad de Carnegie-M ellon en Pittsburgh, quien estaba principalmente i ntere
sado por una explicación teórica de los resultados de De G root, lo cual qui
so corroborar empleando programas informáticos que simulasen el com
porta miento humano. Su trabajo se movió en tres direcciones principales:
1 . Percepción . Simulación de movimientos ocul a res(17) (Simon y Barenfeld,
1 969).
2. M emoria . Experi mentación que desembocó en el concepto de
«(chunk»('S) (Chase y Simon, 1 973), y simulaciones i nform áticas(19) (Simon
y G il m artin, 1 973).
3. Reso lución de p roblemas. Simulaciones con Baylor(20l ( 1 979) sobre la
manera en l a que los jugadores encuentra n la solución a los problemas
de ajedrez.
Fernand Gobet,:2 1J investigador de la Un iversidad de Nottingham , res
ponsab le del Proyecto AIMS, o rientado a estud iar la habilidad o destreza
en ajed rez aporta un nuevo acento particular a la chu nking theory, i nten
tando corroborar una teoría que cu bra las d iversas facetas de la psicolo-
LA INVES T I G A C l O N 67
Conclusión
Hemos podido com probar que las investigaciones sobre ajedrez des
de la Psico logía Cognitiva se han enfocado de mu chas maneras diferen
tes y que sus resultados han aportado relativa mente poca claridad y se
han caracterizado por un seguimiento d ifícil y escurridizo. Al tratar de
y reestructurar las piezas y los modelos del j uego hemos llegado a una
analiza r los mecanismos que uti l iza el pensa miento humano para asi m i lar
única conclusión defin itiva: la esencia del juego podría resultar siempre
un enigma y, si bien en la actua lidad e l conocimiento del proceso mental
del j ugador es probablemente i ncompleto, se han reunido n u m e rosas y
sugerentes hipótesis, aunque en su m ayor parte poco sólidas.
Parece q ue, en defi nitiva , no haya un acuerdo total n i e ntre los e nfo
q ues ni entre los resultados. En cambio se está de acuerdo en varias co
sas: que el ajedrez requiere habilidades mentales no siempre inherentes
en todas las personas y que requiere intensa concentració n .
El estudio psicológico deja todavía preguntas p o r resolver: ¿ H a y per
sonas q u e nunca serán hábiles en ajedrez? ¿Hay perso nas q u e no necesi
ta n estudio y que han nacido naturalmente superdotadas para el aj e
drez?2�i
68 EDUCANDO DESDE EL AJEDREZ
1 925 rea lizaro n un estudio a partir de a lgunos G randes Maestros (GM) para
determinar los factores predominantes de su talento en ajedrez. A pesar de
que no consiguieron todos sus objetivos, sí determinaron que el éxito en
ajedrez se fundamenta en diferentes aspectos que podría n sintetizarse e n
cinco conceptos generales q u e n o s interesa destacar en este apartado: ex
Algunas personas piensan que el ajedrez no tan sólo req uiere estas
características sino que tam bién las desarrolla. J ohn Artise(26) en Chess
and Education constata : «Los estímulos visuales tienden a mejorar la me
moria más que algunos otros estímulos [ . ] el ajedrez e s en definitiva un
. .
El estudio en el antiguo Zai re, Chess and Aptitudes, fue conducido por
el Dr. Albert Franlé27) de la escuela protestante Uni (ahora Lisanga School)
en Kisingani, República Democrática del Congo. El experimento tuvo lugar
El Chess and Cognitive Oevelop m ent fue dirigido por Johan Christia
dio de edad 1 0,6 años), fue dividido a l azar en dos subgrupos, el experi
mental y el de control, de 20 estudiantes cada uno. Todos los estudiantes
respondieron una batería de tests que incluía los de Piaget sobre el desa
proyecto de investigación federal del Dr. Ferguson l lamado ESEA Title IV
C fue aprobado por 3 años ( 1 979 - 1 982). La primera meta del estudio fue
rea lizar experiencias que intentaran estimular el Pensamiento Crítico y
Creativo.
El ritle IV- C Project no obsta nte, fu e una investigación sob re estu
,
fu eran signifi cativos por debajo del nivel 0,05 com parado con los prome
perceptibles. El h echo de q ue los avan ces en fluidez del grupo de ajedrez
The effect of learn ing to play chess on c ogn itive perceptual & emo
,
tio nal de velo pment in children fue un estudio realiz ado por Steven Fried
to de J ohan C h ristiaen. Uti lizaron el WISC-R (Wexler Inte l l igence Scale for
Children-Revised). El g rupo de aj edrez cu m p l ió con la p revisió n y marcó
las m ejores puntuaciones en el final de tareas y en la sensibil idad a deta
l les visuales, aspecto este ú ltimo centra l en el ajedrez. Por lo que hace a
las n i ñas en particular, tuvieron peores porcentajes que los niños en ta
reas de diseño global, pero superiores en la realización de tareas escola
res . La pred isposición que se observó en los niños a un mejor ren d i m ien
to en ajedrez, añaden los investigadores, «en el estudio queda claro que
es debido a factores de Psicología social y no a aspectos diferenciales in
herentes, o a habilidades cog n itivas».
Tests: Wexler Intelligence Scale for Children.-Revised (WISC*'l)
j u n i o de 1 99 2 .
Tres gru pos de u n total de 4 3 7 niños de 5° n ivel fu eron testeados en
esta investigació n . E l grupo de control ( Grupo A) recibió e l curso de ma
tem áticas correspondiente a través del estudio clásico. E l G ru po B igua l
mente recibió las m atemáticas tradicionales del currículum del primer
No hubo diferencias entre los g ru pos por lo que respecta a las opera
g rado.
ciones básicas del test estándar; no obstante, había sign ificativas diferen
cionables del test (2 1 , 46% de d iferencia a favor del grupo C respecto del
cias en la estadística de los grupos B y C en la sección de problemas sol u
l levado a cabo dura nte el curso escolar 1 99 1 -92 . El estudio busca ba de
y por encima d e l promedio d e inteligencia realizado por P h i l i p Rifne r, fue
term inar si los estudiantes de escue las medias que había n apren dido a
LA I N VESTIGACiÓ N 75
una amplia m uestra entre los estudiantes con habilidades por encima del
pro med io norm a l .
Tests: CTBS/4 Achievement Battery
B LOQU E 4
D
La tra n sfe re n cia
Jean Piaget
La transferencia de los aprendizajes tiene l ugar cuando los conoci
mientos, información y adiestra m ientos rea lizados por e l i n d ividuo ejer
cen una i nfluencia en su acción posterior al enfre ntarse con nuevas situa
ciones. Cuando damos una respuesta nueva a nte una situación específica
estam os realizando un aprend izaje. Pero cuando esta respuesta aprendi
da i nfluye en nuestros com porta m ientos posteriores, estamos ya delante
de la transferencia.
Transferencia superficial
Transferencia profunda
Con todo, la experiencia docente nos enseña que éste es uno de los
pu ntos donde la m ed iación escolar se vuelve más dificultosa . Tra nsferir
aquello apre ndido a otras situaciones, relacionarlo con la vida . . . no es tan
simple. A menudo, el contexto inmediato y las p ropias actividades aho
gan toda posibi l idad de transferir habil idad es a contextos más generales.
En ca mbio, observa mos que, a medida que se va avanzando en el apren
d izaje, aq uello aprendido de una m a ne ra m ás específica no cu esta tanto
extrapolarlo con flexi bil idad a otra g ran variedad de tareas y situaciones.
Estamos pues en el terreno del «aprender a aprender», que quiere decir
percibir conscientemente las modificaciones que se producen en nuestro
esquema, un aprendizaje que será capaz de incidir en la más diversa gama
de situaciones escolares y de la vida. Es una respuesta posible a aquello
que tantas veces se ha pedido a la escuela : que enseñe para la vida .
Pese a que de ésta se aprende con más natura l idad que no de la cier
ta art ificia l idad del am biente de aprend izaje q ue se crea en la escuela,
desde el i n icio de la historia de la pedagogía , aquí y en todas pa rtes, la
cultura , la vida ha reclam ado a la escuela que enseñe a leer, escribir y
contar. Herram ientas de pensam iento . Hoy decimos lo mismo con otras
pa l abras: la mejor h erramienta que los a l um nos tienen es su pensam ien�
too Que sean capaces de crear recursos por e l l os m ismos.
Podemos presentar al a l um no estrateg ias que lo ayuden a ser cons
ciente del cam ino que ha seguido, sig ue o seguirá para aprender. Sí. De
eso se trata : de analizar las herramientas de aprendizaje que maneja, de
valorar el ca m i n o y de valorarse él m ismo, de relacionarlo todo con su vi
da, de tom ar consciencia del pasado para apren der cosas n uevas en el
futuro, de eva l uar l os pasos dados.(1)
En este sentido, los anteriores estud ios justifican una positiva infl uen
cia que la práctica o rientada del ajedrez debe real izar sobre determina
d as actitudes cogn itivas y afectivas.
Al margen de las transferencias referidas a conoci mientos y aspectos
concretos como la lectura, el razonamiento verbal, la resol u ción de pro
blemas o las matemáticas, en uno de los experimentos se demostraba
científicamente que l os n i ñ os jugadores de ajedrez obten ían mejores re
s ultados en el Test Torrance de Pensamiento C re a tivo , así co mo en el Test
de eva l uación Watson-G/aser que va lora el Pensam ien to Crítico.
El propio autor de este experimento, Robert Ferguson, partiendo de
una di latada experiencia en el ca mpo educativo sugiere los sigu ientes
factores cercanos al estudio de e lementos de la personalidad y actitudes.
sos para resolver problemas y juegos lógicos, y, de ello, son capaces du
niños aman los juegos. El ajedrez los motiva con virtiéndolos en habilido
ción, pues enseña a Jos jugadores a controlar sus pensam ientos y sus emo
ción en el juego. Otra mejora relacionada se encuentra en la metacogni
ciones. Ellos deben aprender cuáles serán sus mejores posibilidades para
un buen rendimiento; por tanto, deberán controlar su inquietud o ansie
dad, el nivel de energía, la línea estratégica de juego que les va mejor, etc.
Dianne Horgan
clasificados por Jean Piaget co mo « Período del pensam iento P reo pe ra
cion a l » y « Período de las operacio nes concretas», y que abarcan el con-
LA TRA I\ S ¡:: E R C N C I J\ 83
j u n to de edades i n fanti les en q u e suelen tener l ugar los pri m e ros co ntac
to s c o n el juego del aj edrez.
I n d a g ando, fi n a l m ente, en el terreno de las Té cn¡cas de Ap ren di zaje
Efica z, a n a l izaremos h asta q u é pu nto los p rocesos de a lto n ivel aprehen
dido s y e m plea dos en la práct i ca avanzada del j u eg o de aj edrez co i n ci
den o pueden ser a p l ica dos en alguna de estas técn icas a ctuales de
« a p render a pensar» .
I
CAPAC IDAD DE Es l a posición natu ra l q u e se adopta ante e l tablero.
CO N CENT RAC iÓN La n at u ra leza i m p l ícita de «j uego» p e r m ite esta i n i
cial c o n centrac ión . M o m entá n eam ente las preo c u
pac i o nes dej a n de i m portar y se b u sca se g u i r e l h i l o
del j u e g o . L a situación de « s ta nd by» . Se aprende
q ue es i m po rta nte evitar las d istracciones.
e) La capacidad de automotivación
------- -
• • 1& • • • lO • • • •
r -- -
I
CAPACIDAD DE ANÁ- Aunque a n ivel de aquello concreto d e l o q u e e s
LISIS y SrNTESIS accesible por los sentidos. No es u n grado dem a -
siado profundo de l a partida.
- - - -
Log rada
- - - -
REVERSIBILIDAD .
- -
D i a n n e H o rg an
Robert Sternberg
90 E DUCANDO DESDE EL AJEDREZ
Estudios e investigaciones
preoc u pado por la mem oria y por la representa ción m en ta l de los juga
Hemos comprobado que la mayor parte de investigaciones se han
errores metacognitivos ( errores de n aturaleza sim ple que l legan a ser más
que los j ugadores de menor n ivel técn ico ten ían más incli nación a los
de actuación para ser usado como eficaz herram i enta metaco g n i6va en
otro aprend izaje.
En el juego del ajedrez, e l hecho d e sondear paulatinam ente a partir
de la i nformación que ya se posee por l a experiencia y referida a la con
ducción de posiciones favorab les, ganadoras, perdedoras, etc . , con l a in
formación que se va recibi endo sería un proceso de variables de estrate
gia del conocimiento m etacogn it;vo, según las primeras clasificaciones
de J . Flavell.
Por otro lado, valorar técnicamente desde diferentes ángulos la i nfor
mación que «desprenden» las posiciones existentes sobre e l tablero, eva
l uar e inte rpreta r con profundidad las consecu encias de un movimiento,
o considerar determ inados movim ientos a lternativos para l l evar a térmi
• El conocim i ento viene desde las dos vertientes del ajed rez: a pa rti r de
la experiencia y de aquello aprendido de los l ibros. M uchos ni ños y jó
venes consiguen el éxito en ajedrez a partir del estudio .
bilidad e n p redecir o ca librar una determ inada rea l ización por parte del
niño. Tam b ién se extra e q u e los n i ñ os ya i ni ciados e n la di n ám ica de la
competición de ajedrez n o se confiaban a nte a dversarios peor clasifica
dos, l os cuales, por otro lado, e ra n optim istas respecto a sus riva l es m á s
b i e n c lasificados e n e l « rá n k i n g » d e ta l m o d o q u e no cre ían q u e fraca
sos o derrotas a nteriores p re d ijeran futu ros fracasos. É sta es, p robable
m e nte, una a ct itud m otivadora y gan adora, d entro o fue ra d e l tablero
de ajedrez.
Tanto la facu ltad de ca l ibración como esta madu rez de razonamiento
no son cosas que se hayan aprendido hered itariamente o por azar.
Transferencia
i STM y en LTM )
la memoria. (En
tante esfuerzo para i m aginar «menta l mente»
I
i
m ú ltiples va ria ntes, eligiendo unas y descar-
tanda otras. En un primer g rado de a prendí-
',1 zaje, podem os aceptar poca «profu ndidad»
I
en l os niveles analizados. En grados sig uientes
hay que exigir ir a m ayores niveles de profun -
I didad empezando por una o dos l íneas o «ra-
l +-_
m_a_S_»_e
_l_e_g_id
__a_
s.
COMPRENSiÓN
__________________ ________________________ �
I
1 Cabe en lo posible comparar la posición que
I Hay que entender
e l papel de cada
se ve y la que se acaba de evocar. Al haber
evocado con ag rupaciones « lógicas» de pie
I
I unidad y del zas, en esta fase debe existir la intuición sobre
I conjunto el «sentido» de algunas partes de la posi ció n .
I E l a l u m n o debe d arle sentido a cada p ieza o a
cada agrupación en función de la posición
I
I que ocupa o de l a m isión que desarrolla. Los
conocim ientos técnicos ya adqu iridos, de pri
I
1
mer nivel, juega n su papel aquí.
REFLEXiÓN
I
Retorno a l a consciencia de modelos com
Lo adquirido pu estos p o r i mágenes mentales (principal
anteriormente se mente visuales) . Estos modelos han sido ad
contrasta con lo m i nistrados por e l gesto de la atención en el
evocado ahora i nicio del n u evo proyecto mental en esa nueva
posición, en una nueva evocación procedente
del m u ndo menta l . A continuación ese mode
l o o m odelos d e situaciones a nteriores se apli
can para i ntentar resolver la nueva posición .
En una operación d e este tipo, descrita ahora
unitariam e nte, se suceden de decenas a c ien
Conclusiones
D
La escuela.
Prog ramación d e
conte nidos cu lturales
consciente en la vida.
La p ráctica del ajedrez no constituye, ni ha de cons
tituir nunca, un fin en sí misma. Al ajedrez en su dimen
sión de G imnasia Mental hay que procurarle una pro
yección Educativa, Dignificante, Edificante . . .
R a m o n íbero
Retomando e l planteamiento de la i ntroducción en el cual í bero nos
insta a la d i g n ificación del ajed rez por medio de su acercamiento a las es
cuelas, convendría estar de acuerdo en que este reto, en la práctica, de
dos poco usuales e n d ichos volúmenes, pero que pueden resultar útiles
referencias para el educador.
.
........ _ . Ji '" m•
propia actuación y, como tal, éste será el que deba establecer las pautas de
•
nivel educativo.
sobre su origen, B runet m uestra unos exce lentes conocimientos sobre los
elementos y personajes del debate . Otros historiadores, menos secunda
dos, han hablado de G recia o Italia en este senti do.
LA EVOLUCiÓN D E LA S PIEZAS
D. Pritchard, ( 1 994)13:, que cita 1 .450 mod a l i dades y amplía las más impor
tantes (Shogi , Xiangqui, Kriegspiel, prog resivo, giveaway, etc.).
rar un número casi infin ito de com binaciones. Ya en el siglo XVI, Alejandro
a m bas disciplinas, c o n u n conju nto l i mitado de elementos, pueden gene
señalaba las concom itancias de la poesía y del rea l juego postu lando pa -
ses de un drama, y Severino, en La fj/osofía overo iI p e rque deg/j s c acch ; ,
110 EDUCAI\;DO D E S D E E L A J E D REZ
siglo x x E . Puig Puig, a utor de Júpiter (La Tragedia de Marfil), obra que
comb i n a la danza clásica griega con la com posición ajedrecísti ca.
El AJEDREZ Y EL ARTE
EL AJ EDREZ Y EL CINE
E L AJ EDREZ Y LA FILATELIA
MATEMÁTICAS y AJEDREZ
INFORMÁriCA y AJEDREZ
rios. En sesiones norma les, el jugador es necesario que rea lice sus movi
mientos cuando el maestro se coloca ante el tablero, n i antes ni después.
LAs PARTIDAS «BUTZ» Y A LA CIEGA. La partidas «rápidas» son una modalidad
en que la partid a debe d u rar poco tiempo, por este motivo se utilizan re
lojes con una d uración máxima de 5 m inutos por jugador para dar m ate o
provocar el abandono del adversario . Existen otras modalidades segú n el
tiempo que se otorgue al rel oj de cada contrinca nte. Años atrás fue bas
tante frecuente la modal idad «a la ciega» en la que un Maestro jugaba
una o más partidas al mismo tiempo sin mi rar el tablero y utilizando la
me m oria como única refe re ncia del tab lero. ESTUDIOS y PROBLEMAS: Son
posiciones compuestas o pertenecientes a a lguna partida rea l en las que
sea necesario resolver algún enuncia d o establecido.
PSICOLOGíA y AJEDREZ
ARTE MATEMÁTICAS
MÚSICA
r-- ______________L-________________________
AJEDREZ
Raymond S mullyan
.. . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • * • •
Ferd i n a n d de Saussure
E l aná lisis del d iscu rso es para u n lingüista u n a tarea apasionante. Hoy
estamos en la búsq u ed a de una metodología propia, y l os esfu erzos que
comporta esta situa ción j ustifican el soporte, puesto que el aná lisis del
d iscu rso ocupa u n lugar privilegiado, un punto de co ntacto entre la refle
xió n l ingüística y l as ciencias hum a n as. Esta situación, d ice D. M a ngai
n eau:\ orienta l a lingüística a no refugiarse en el mito de u na «li n güística
pura » . Por ta nto, será necesario un método, lo más riguroso posible, que
ofrezca los instrumentos adecuados para resolver l os problemas que pre
senta el a n á l isis de textos. Las teorías sobre el «análisis estructural» h an
ampl iado el campo de referencias a l a literatura, la h istoria, la filosofía,
etc . Así resulta que el texto va acompa ñado de u n a serie de conn otacio
n es críticas q ue permiten su lectura l i ngü ística a l mismo tiempo que con
text ua l . S e convierte en u n mon umento seg ú n M. Educa u le:.
Para conseguir, pues, su riqueza, se han de domi n a r las teorías de la
l engua, del i nconsciente, de la estructura. Ésta es u n a tarea amplísima, y
LA ESCUELA. PROGRAMACiÓN DE CONTENIDOS CULl URALES 121
A B
u n o de los cua les replica la diosa. Las piezas d e l j u ego de M arte rep re
senta n los medios de q ue se vale u n amante para conseg u i r su obj etivo;
así ve mos que el rey es la razón, la dama la volu nta d , l as torres deseos,
l os cabal los a l a banzas, los alfiles pensa mientos y los peones servicios.
Venus, p o r su pa rte, tiene a su disposición el honor (representado por
el rey), la be l leza (dama), l a ve rgüenza (to rres), desdenes (caba l l os), d u l
ces miradas (alfiles) y cortesías (peones) . Como puede verse, a lg u nos de
estos m e dios son bue nos para oponerse a l os fi nes de M a rte, d e l m is m o
modo q u e otros ( p o r eje m p lo, belleza, d u l ces m i radas) s i rven más b i e n
d e estím u l o o i n centivo para q ue a q u é l conti núe en su e mpeño, p u e s le
ofrecen la perspectiva de l a victoria, que no es otra q u e pose e r a la dio
sa, es decir, tom a r su h ono r (da r j a q ue mate al rey verde, en q u e se e n
c u entra si mbolizado e l h o n or), u n fi n a l n o desprovisto de rea l i s m o y d e
sensualidad.
Francesc de Castellví con duce el juego de M a rte y declama l os corres
pond ientes versos. Narcís de Vinyoles con duce las p iezas de Ven us, y en
tre los dos, el abad Feno l l a r representa el papel de Mercurio. Así pues,
cada estrofa de Castellví y d e Vinyoles es una j ugada de las rojas y de l as
verdes respectivame nte; las estrofas de Fenollar contienen reglas y expl i
caciones de ajedrez.
P a ra la comprensión de las jugadas, éstas fueron escritas en u n a nota
a l m a rgen de cad a estrofa .
La p a rtida está j ugada según l a reforma que sufri ó e l ajedrez a prin
c i pios d e la Ed ad Mod erna, l o c u a l p u e d e p e rci b i rse en a lg u n os versos:
«Mas nostre joch de nou vol enremarse 11 d'estif noveN e s t r a ny a qu;
be" mira» (fol. 11), y está conside rada l a m ás a ntigua jugad a e n estilo
moder n o .
Los n u m erosos errores, desde el p u nto de vista técnico, cometidos e n
esta partida indujeron a l cam peón del m u ndo, Lasker, a comentar que e l
n ivel de j uego del s i g l o x v era muy prim itivo. Ricardo Calvo considera
errónea esta ded u cción, pues argumenta q ue los p oetas intentaba n con·
seg u i r u n total d e 64 estrofas, tantas com o casi llas tiene e l tablero , cifra
que consigui eron si conside ramos 21 jug a das bla n cas, 20 negras, 20 de
los comentarios de Mercu rio y las tres estrofas de la i ntroducción . Por
tanto, añade, « l a parti da fue i nventada y com p uesta por ellos. No es po
sib le sacar conclusiones técnicas sobre e l nivel de juego cuando el propó
si to ajedrecístic" o se encuentra su bordinado al i ntento l i terario» .I13l
Otro caso m uy conoc ido en relación con el escenario de person ajes
s e p roduce en la célebre novela infantil Alicia a través del espejo d e Le
2 Alicia atraviesa la 3.a casilla (en tren) y 2 La Reina Blanca va a la 4.a casilla del Obispo
va a la 4." (Tweedledum y Tweedledee). de la Reina (detrás del Chal).
3 Alicia se encuentra a la Reina Blanca 3 la Reina Blanca va a la 5.a casilla del Obispo
(con su Chal). de la Reina (se convierte en carnero).
4 Alicia va a la 5.a casilla (tienda, río, 4 La Reina Blanca va a la 8.a casilla del Obispo
tienda). del Rey (deja un huevo en el estante).
5 Alicia pasa a la 6.a casilla (Humpty 5 La Reina blanca va a la 8.a casilla del Obispo
Dumpty). de la Reina (huyendo del Caballo Rojo).
6 Alicia pasa a la 7.a casilla (el bosque). 6 El Caballo Rojo va a la segunda casilla del
Rey.
7 El Caballo Blanco toma el Caballo Rojo. 7 El Caballo Blanco va a la 5.a casilla del
Obispo del Rey.
8 Alicia pasa a la 8.· casilla (la 8 La Reina Blanca va a la casilla del Rey
coronación). (examen).
Cuadro de personajes
I I
sabe rse no co rrespondido por Julita y por la
com plejid ad de l a situación g enerada.
LA ESCUELA. PROGRAMACiÓN DE CONTENIDOS CULTURALES 127
2 . Huida d e Ferran
19 . . . . ; 'i'cS , 20. a4; �d-e8, 21. aS; ¡Ve8, 22. axb; bxa, 23. l::e 2;
Wlie7, y ahora ...
24. I:txe7 (Éste era el movimie nto que, en secreto, llevaba pensando
Ferran desde hacía tiempo. É l veía inútil su actuación siguiendo los con
sejos d e Caries, y acepta las jugadas que a su entender pueden conduc ir
al «jaque m ate», pero al precio de sacrificar su p resencia en el escen ario.
«<Cuando leas esta carta mojada con mis últimas lágrimas, entre ella y yo
ya habrá el mar en med io » [ p. 124]).
24 . ... ; �xe7, 25. '�f4 (Grave error de Caries, que continúa aferrado
con la idea de q u e J u lita corresponde sentimentalmente a Ferran. Ahora,
se dedica a defe nderla compasivam ente y no hace sino aum entar las
muestras de aprecio de la p rotagonista sobre él. C aries no ha enten dido
el porqué del extraño com porta miento de Ferran: «¡Caries ., apártate de . .
Ju/ita, que desfallece a tu contacto ... huye de su lado! ¡Ay! ¿No ves que
LA ESCUELA. PROCRA\1AC:ON [)E CCN�E�IDOS CULTURA�ES 129
de amor la matas? ¡Julita ..., pobre Ju/ita!» [p. 169]). Había jaqu e mate en
tres j u ga das sigu iendo por ejemplo con 25. .:k.h6; gxh6,26.¿;'\f6+ y
27:�xh7++. En cualquier caso, esta solución habría supuesto el aisla
miento de Julita por alejamiento de la pa reja de p rometidos respecto de
ella. La situación es comp leja pues «la angustia» (piezas negras), con sus
últimas jugadas, amenaza de forma seria a Julita ...
todas las mejoras que el buen médi co barcelonés lleva a tér m i n o con su
enfermedad . En cualquier caso ahora es el tur no de las n e g ra s y pueden,
si quieren, capturar a Jul ita . .. )
Cuad ro de personajes
r
I
Rey Amparo. Pieza de gran importancia y a la vez
i
I
� blanco de notab le fragilidad en el tablero de ajed rez.
I
I
I
Amparo reúne las cond i ciones de se r la
p rotagonista de la obra y al mismo tiempo vivir
una terrible angustia a lo la rgo de gran parte de
. la m isma, consecuencia de su débil cará cter.
I de rey
l 'fi Dama
blanca
Rosalía de Bringas. Facil idad de movim iento .
Pieza dom inante en el tablero. Re laciones
e intrigas.
I � : tiJ Conjunto
de piezas
Son piezas « i nteriores» desde el punto de vista
de Am paro. Con éstas, ella mantiene una
I � W .i. blancas rela ción m ás d i recta o b ien la ha m a ntenido.
Piezas con qu ien ella « convive » o « ha
I convivido».
1 32 EDUCANDO DESDE EL AJ E D R EZ
I
-----,
Dama Pedro Po lo. Pieza de gra n movi l idad. En a lgún
'ir negra momento ha aduado como pi eza « i nterior»
para Amparo . Pero ahora ya lo hace como
I
« exterior».
I
concretos. No convive con el los.
LA E.SC U E LA . P ROGRAMACIÓ''l DE CONTEN IDOS C U LTU RALES 133
La columna de la Libertad
Burd eos
En ésta operan piezas que no
encuentran la felicidad i n m ersas
en los convencional ismos y en una
sociedad estúpida e h ipócrita q ue
en principio las ha oprimido o las
5
ha marg i nado.
En contramos a Refugio, i n icial
4 mente el peón de f 2 que después
3
de circular por esta co l u m na aca
bará capturan do en e6, h uyendo
2 definitivamente del a l ca nce de
Amparo con quien no lleva una
buena relación.
a b c d e 9 h Ag ustín d ispone en todo mo-
mento d e esta columna, pues es e l perso naje que por ser so ltero y rico
dispone en cua lquier m o mento de l i bertad; pero no piensa sino en la
compa ñ ía de Amparo.
Incl uso ace ptando las condiciones sociales, ambos se sienten d iferen
tes a l conjunto d e la sociedad y sólo al fi nal comprenderán que el ú nico
cam ino que les dará tranq u ilidad y fel ic idad será e l de la huida en d irec
ción a B u rdeos.
1 34 EDUCANDO DESDE E L AJ E D R E Z
Cuadro clave
4. :tf7;
El p retendiente, que no se
conforma con el rumor, quiere sa
ber más ( ( Ha ido a ver a doña
Marcelina» [p. 2 1 9]) . Aún cons
ciente de su l ibertad (todavía se
encuentra en la columna n no re
n uncia a la q u e todavía a ma.
el centro del tablero para estar a dis posición de todos los personajes
principales.
y . . . tintura de guacayo» [p. 236 ]). A hora en caso de reci bir jaques por la
co lumn a h, el caballo interrumpi ría la amenaza instalándose en la ca silla
h6 protegida por la dama blanca.
Final feliz
9. wf1 . . .
Te m a g lobal:
s i o n es , un espacio c o n la m i s m a f i n al i d ad . 1?
R abelais describe u n a sesión en el capítulo XXV del q u i nto l i bro de
Pantagruel ( 1 564): « Comment les trente -deux perso nnag es du b a l com
battent».
La partida de ajedre z viviente constituye siempre u n bonito espectáculo
que suele atraer a gran n ú mero de aficionados y curiosos.
Por trata rse dE:' u n fenómeno po p u l a r, la partida, rep roducción d e u n a
y a jugada o preparada, p o r e n c i m a d e u n a g r a n calidad técn ica, aspecto
h a rto d ifíc i l de valorar en un esce nario de estas caracte rísticas, r e s u l ta rá
m á s provechosa si l a duración no es e x cesiva y, de vez en c ua n d o , se van
1 40 EDUCANDO DESDE EL AJEDREZ
añadiendo comenta rios refe ridos a cada instante del juego en un lengua
j e ta n claro como sea posible. Para una parte del público podría resultar
un primer acercamiento a m uchos aspectos técnicos del juego .
Desde el p unto de vista educativo, sobre todo en un centro escolar,
todos los preparativos de un acto así pueden suponer un motivo de tra
bajo importante para el grupo de a l umnos del curso en el á rea de p l ásti
ca o de expresión art ística.
En l íneas g enera les, no resu lta extraño, en nuestros días, tener conoci
miento de a l g u n a población que organ iza o acoge una partida de ajedrez
viviente coincidiendo con alguna cel ebración o festividad se ñalad a . En la
mayoría de casos constituye un fenómeno cuya d ifusión queda reducida
casi siempre al ámbito en el que se rea liza y no tiene un sign ificado espe
cial en e l m a rco de la festivida d .
M u y pocos son l o s casos q u e albergan a l g ú n interés especial a l mar
gen de la exhibición colectiva. Repasa ndo algunos datos vamos a citar a l
gunos casos q u e m e recen a l g ún comentario sea p o r a l g ú n aspecto con
creto e n su forma o por su significa do.
Un primer ejemplo d e im portancia tradic ional lo constituye el ajedrez
vivie nte de Strobeck (Alemania), pobla ción que merece ser tratada temá
ticam e nte en un capítulo a parte. Digamos, de paso, que l a costumbre del
aj edrez viviente se esta b l ece a l l í e n el sig lo XVI I .
Basta nte anterior e s la aparición de tal representación en la ciudad
italiana de M a róstica, donde se viene reproduciendo desde el 1 2 de sep
tiembre de 1 454, de manera anual (posteriormente bianua l ) , un a partida
de ajedrez viviente: «Partita a Scacch i a personaggi v;vent;» El a conteci
.
miento resulta sumam ente vistoso a causa de las indumentarias med ieva
l es de las figuras y constituye un autentico reclamo t urístico.
Según la leyenda, el origen de ta l acontecimiento es el hecho siguiente:
dos jóvenes h ida lgos, Rinard de Angarano y Vieri de Va l lonara, se enamo
raron de Leonora Apa ricio, la bella hija del gobernador. En lug a r de solu
ciona rlo por medio del tradicional duelo a espada, el gobernador prome
tió l a m ano de su h ij a a quien ganara un duelo . . . i a ajed rez! Ganó Rinaldo.
L a « Partida de Ajedrez con perso najes vivientes» no es un simple e n
c uentro sob re el tab le ro g i gante, es una g ig antesca representación del
lege ndario día del d uelo entre Vie ri y R i n a l do, señores del lugar, para
conseguir l a mano de Leonora y de todos los acontecimientos que se die
ron a l rededor de a q u e l hecho. El noble episodio que se pierd e en las
profund idades del tie m po revive con todo esplendor de costum bres, de
desfi les de m úsica a ntigua, cortesana y ahora m i l itar, una increíble fiesta
de colores por un mensaje de amor a la antigua usanza .
E l aconte c i m iento i n c luye alrededor d e 500 fig u ra ntes d i sfrazados
d e época; piezas, g rupos armados, damas y cab a l l eros, vessi/iferi del
L�, eSC U ELA , PROGRAMACiÓN DE CONTEN IDOS CULTU RAL E S 1 41
M ó n ica L. Ruz
C a l ifornia ( 1 996)
La m inoritaria prese ncia fem enina cerca de los tableros de ajed rez es
uno de l os temas de debate más comp l ejos que ha a com pañado a lo lar
go de décadas el entorno ajedrecístico y con e l q u e , desde e l terreno
educativo, entra mos necesa riamente e n contacto en el ca m i n o hacia u na
sociedad m ixta e igua l ita ria .
Los tópicos y tradiciones sociales existentes d u ra n te m ucho tiem p o
h a n supuesto q u e c u a n d o se h a b l a de ajedrez, habitualm e nte, s e desa
tie n d e a l as n i ñ as y a las m uj e res de pensa m ientos y pala bras. G u ien es
cucha hablar de dos adv e rsarios, casi siem pre se i m a g i n a hombres; q u ien
se e ntera d e a l g u n a cosa sobre una e ntidad ajedrecista, se fig u ra un
círc u l o masc u l ino; cua ndo s e h a b l a genérica m e nte sie m p re se util iza el
voca blo j ugado r, como s i nunca h u biese sido consciente del hecho de
que también hay jugadoras. Es cierto que l a s m ujeres juega n , en general,
peor y p o r desgracia, este j u i cio se h a generalizado. Esta ú lti m a con c l u -
LA E SC U E LA . P R O G RAMAOON DE C O N T E N I DOS C L; LT U RA L f: S 1 43
E l efecto hormonal
Esto no sig nifica que e l nivel hormonal d ete r mine q uién ga nará la
com p etición de ajedrez, pero podemos suponer que los meca n i smos
hormonales son un i m po rtante componente . El nivel de testosterona pre
sente en los hom bres post-adolescentes es a p roximadame nte 10 veces
superior el de las m ujeres. Ante esto, si los n iveles de testostero n a ayu
d a n a prepa rar a los j ugadore s para la com petición y si rven de ayuda p a
r a ganar, entonces este a rgume nto podría s e r util izado p a ra e x p l i c a r que
l a participación de l os hombres en e l ám bito de l ajedrez se a mayorita ria .
espaci a l . Otro arg u m e nto que de nuevo aparecía en la con c l usión fue
que jugar a ajed rez desarrolla las habil idades visio-espac iales. Esto signifi
caba que la razón de q u e los j ugadore s d e aje d rez tengan a lta h a b ilidad
visio-espacial es p recisam e nte porq u e juegan a ajedrez; e s decir, s e pro
duce un fee d-back.
Hay también estudios sobre las difere n cias entre las habilidades cog
n itivas en e l hom b re y la m ujer. D e la búsqueda sobre este objetivo, las
dos con clusiones más consistentes han sido que l os ho mbres tienen me
j o res habi lidades visio-espa c iales después de la edad de ocho años y q u e
l o s hombres s o n m á s a g resivos que l as m uj e res. S e h a encontrad o q u e n o
h ay d iferencias n i en e l á rea de aprendizaje n i e n la m e m o r i a e ntre los
hombres y las m ujeres; p e ro sí sutiles diferencias e n las destrezas verbales
y cuantitativas. La mujeres tienen una l eve ventaja en las destrezas verba
les y los hombres, también l eve, e n las d estrezas cuantitativas. Estas d ife
rencias p u eden ser también atri b u i b l es a los efectos sociales y a mbienta
les, p ero a u n así, l a s diferencias s o n t a n pequeñas q u e no cabe tene rlas
en consideración. Los c hicos son lanzados por naturaleza m ientras q u e
las chicas pueden estar su gestionadas socialmente.
Esta ventaja en la inte l i g encia espacial de los h ombres aparece ta m
bién en una co nclusión reflejada desde e l experimento en Bélgica sobre
los jugadores de ajedrez (los expertos de ajedrez requ iere n u n a buena i n
teligencia, e n genera l , y u nas fir m es h a bi l i da des visio-espacia les); y esto
podría exp li carnos alguna cosa sobre por q u é el ajedrez se encuentra
más concurrido por h o mbres y, e n c ambio, las mujeres tienen m enos i n
clinación p a r a partici par en esta actividad.
La com petición es, a men udo, categorizada como una meta de estruc
t u ra victoria-derrota y también como u n a estrategia d e motivación e n psi
copedagogía. Con e l énfasis actual en la cooperación y l a colaboración
e n la preparación pedagógica y fi losó fica d e los m aestros y subsig u i e nte
exclusión de la competición, el péndulo puede haberse decantado n u e
vamente demasiado lejos e n una dirección y a l g u n a cosa vita l p u e d e per
derse en la ense ñ anza y en e l proceso d e a prend izaje. Al contrastar l a psi
cología educativa , nos es necesario m i ra r los aspectos positivos y n egati
vos de la colaboracíón, de estrategias de competición y cooperación, y
sus apropiados propósitos y usos ."':,
E n un aula, y concretame nte con e l j uego de ajedrez, la com petición
p uede ser buena para alg unos n i ños, p u es no todos progresan en e ste
terreno hacia el éxito. Antes ya hemos citado q u e la competición no se
1 46 EDUCANDO D E S D E E L AJ E D R E Z
prod uce exclusiva mente respecto a los otros sino respecto a uno mismo
p a ra mejorar la propia clasifica ción, de tal modo q u e ra ra vez perd u ra una
sensación de fracaso. Por otra parte, es cierto que esta rea lidad compe
titiva será muy probablem ente u na rea lidad en su vida cotidiana del ma
ñana. Otra enseñanza que aporta desde este p u nto d e vista es la inclina
ción natural (o i nfl uida) d e respeto entre los dos adversarios consecuen
cia d e l contacto i n m e diatamente poste rior a la partid a . Es decir, es n ece
sario que en e l juego del ajedrez se produzca una competen cia cortés o
educada.
El aje d rez es un j uego de competición cara a cara , la m eta del cual es
ganar al adversario; a partir de aquí podemos asu m i r que el ajed rez es un
j uego agresivo y com petitivo. De todas las d iferencias d e g énero asu m i
das, la m á s común y consistente e s que l o s hom bre tien e n m á s a g resivi
d a d . Los hombres suelen co nsidera rse m ás agresivos que las m ujeres.
Aprenden un co mportamiento más ag resivo y norm a l m e nte lo m a nifies
ta n . Curiosa mente, también las mujeres aprenden coti d ianamente la
a g resividad en el mismo grado que los hom bres, pero es más improb able
q u e la refleje n en su comportam iento.
Esto nos lleva a la conclusión de que en rea l i da d l os homb re s y las
m uj e res son más bien p a recidos que n o difere ntes en su comporta mien
t o a g resivo. L a s m uj e res están m á s i n c l i n a d a s a tener a c c i o n e s pu ntuales
de modera d a agresivid a d m i e n tras que los h o m b res t ienden más a ma
n i festarla m á s constantemente y ta l v e z esto los lleva a sentir u n m ayor
d eseo por los j uegos como el aj edrez, actividad q u e por su d i ná m ica re
q u iere una persiste nte tendencia a la agresividad asociada al ren d i m ien
to d e n ivel.
dado dem a siado a favorecer la i g u a ldad ¿�'; Otros han querido esquivar
..
Subapartado:
das seg uidas y se extrañó de la facilidad con que lo había hecho. El alcalde
l e contestó que había perdido la primera partida como cortesía de j ugar
con el rey y l a segu nda por ser él u n i nvitado; pero q ue a partir de ese mo
mento no tendría ningú n reparo en vencerles. La siguiente partida fue ga
nada con mucha claridad por e l alcalde, como era de espera r.
En el siglo XVII cristal izó la costum bre de que a ntes de una boda el novio
se tenía que ganar a la novia j u gando con el a lcald e . Los invitados n o po
d ían ayudar a su jugador. Sólo lo podían avisar cuando iba a hacer una j u
gada floja: «Ten cuidado)} . Si ganaba ten ía derecho a l a novia . Si perdía te
nía que paga r una m u lta en el ayu ntam iento, pero por suerte lo dejaba n ca
sar igual mente.
La trad ición del aje d re z viviente en Stróbeck tie ne su origen e n el año
1 688. Durante m ucho tiem po los ba ndoleros se vestían de ca m pesinos, tal
como e ra costumbre en los siglos XV I I y XVI I I . Algunos vestidos recordaban la
ropa de los caballeros de la época de l as cruzadas. Después de la Segunda
G uerra M undial se perd ieron los disfraces originales históricos y se sustitu
yeron por ropa bl an c a y negra m as senc i l l a . En el año 1 989 celebrmon la
fiesta de los 300 años de ajedrez viviente e n Stróbeck y a pa rtir de enton
ces una vez al año i nvariablem ente en e l m es de mayo se celebra e l ajedrez
viviente y se hace coincid i r con una serie de cel ebraciones festivas y d esfi
l e s popu lares.
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Torneos y simultáneas
Tem a g l obal :
S u bapa rta d o :
G a ry Kaspa rov
( D u ra nte su p r i m e ra serie de p a rt i d a s co n D e ep B/u c . 1 9 96)
LA ESC U E L A . PROG RAMACION DF C O N l EN IDOS CU LT U R A L E S 1 55
rep rod ucir l os resu ltados anteriores. El éxito en la creación de progra m as,
unido a un n uevo concepto del j u gador de ajedrez, ha contribuido a pre
c isa r nuestra percepción de cómo los humanos j u egan a l ajedrez y de có
mo ejecutan l os p rocesos cognitivos.
Evolución
El primer intento del hom bre para construir una máquina que jugara
sola a l ajedrez tuvo como protagon ista el célebre ( autó m ata» o «turco» .
É ste consistía en u n fa m oso apa rato de fa lsos compartim entos que per
m it ía n la h á b i l ocultación de u n a persona en su interior. Fue construido e n
1 769 Y sus actuaciones p o r l a s p ri n cipa les capital es e u ropeas meritoria
m e nte coord inadas, en su primera etapa art ística, po r su c reado r W. Von
Kem pelen.
E n 1 980, el inventor español Leonardo Torres Quevedo, en la Escuela
Politécn ica de la Un iversidad de Madrid, desarro l l ó la primera máquina
electro-mecán ica que j ugaba al ajedrez d e mane ra a utónoma. Era capaz
de jugar Finales de ajedrez de ( Rey y Torre contra Rey» . Posteriormente
una versión completa de esta máquina se mostró en la Feria M undial de
París en 1 9 1 4 . Pero la relación de la tecnología digita l informática con el
ajedrez empieza con Alan Turin g , quien trabajó pro blemas de ajedrez en
l as prim eras Computadoras di gitales de la Eng land's M a n ch ester U niver
sity e ntre 1 946 y 1 95 2 El inicio de l os ordenadores tom ab a ya a m pl ia di
.
fusión entre los científicos a llá por los años cincuenta. La nueva capacidad
de desarrollar cálculos y de m an ipular cantidades e normes de datos hu
biera sido i m practicable sin a utomatización . Esto conduj o a la i mplemen
tación rápida de ordenadores en muchos campos de investi gación científi
ca. M uchos problemas que estaban anteriormente fuera del a l cance debi
d o a las cantidades tremendas de información i nvol ucrada ahora se po
drían modelar con precisión. Dentro de esta « revolución » , e l ajedrez re
presentaba u no de los m odelos más n oveles para poder ser explorados,
pues suponía un elemento de complejidad matemática y se podía consi
derar un ejercicio m anejable. Desde e l pu nto de v ista de las reg las, es un
juego sum a mente simple, y los ordenadores más noveles eran capaces de
a lm acenar las reglas del j uego con poca dificultad . Sin d u da sería m ucho
más d ifícil hacer q ue el ordenador jugara con cierto grado de habi l idad.
Se utilízaban diversos métodos para mejorar e l rendim i ento del ordena
dor. Una de las técnicas consistió en constru ir una base de datos que con
tuviese una variedad de partidas y entonces programar el ordenador para
encontrar similitudes e ntre el juego activo y los juegos a nteriormente al
m acenados para seleccionar u n m ovim iento q ue ganara m aterial o que
LA ESCUf: LA . PROG RAMAC'ÓN DE CONTENIOeS C U LT uRALES 157
Los movim ientos l eg ales para una pieza particular podría n todos con
tene rse en u n a palabra simpl e m e nte por asignación de otro valor n um éri
co en la m isma casi l l a y grabar las piezas que podría n moverse pote n cial
m ente a e l l a . U n movimiento n o vá l ido se i ndi caría si los valo res de la m is
ma señal se encontrasen a lo largo del camino de la pieza . Por ejem plo,
u na torre que m ueve a lo l a rgo de su co l u m n a no podría m overse pasado
u n caba llo de su m ismo color que b l oq uea su trayectoria . Si el valor del
caballo era de la mism a señ a l que la torre , no podría ocu par el m is m o
cuadrado, pero si las se ñ a l es e ran diferentes -una torre b l a n c a y u n caba
llo n egro, o viceversa- la captu ra sería posibl e . La idea gene ra l es que ca
da pieza propia y sus cas i llas se representan a lo l a rgo de todos los posi
bles m ovim ientos legales que pueden se real izados por cada opon ente .
Desd e este punto inicial, el próx i m o paso consistiría en calc u l a r los
movim ientos posibles que parecen razonab les. Si el ordenador buscara
todas l as com b i naciones posibles, se produciría el fen ó m e n o de l a « ex
plosió n exponencia l » en q ue el n ú m e ro de posibili dades a u m e n ta expo
nen c i a l m ente con cada movi m ient • . Por esta razón, h u bo q ue a ñ a d i r u n
generador d e m ovim ientos plausi bles o recomendables para seleccionar
u nos cinco movimientos razonables e n cada uno de los n iveles que se
consideren . É sta es l a parte más difíci l en la creación de u n p rog ram a de
ajedrez.
Si e l generador d e mov i m ientos recomendables está i mplementado
con éxito, ento n ces llega a ser rel ativa mente simple asig nar l os valores a
las d ife rentes cual idades que, cuando se encuentran a c u m u ladas, per m i
t e n que el ordenador seleccio n e un movi m i e nto. Por ej em plo, capturar
una pieza d e valor alto, ta l como la dama o una torre con u n a pieza de
valo r i nferior res u lta genera lmente favorable ; por tanto, a este tipo de
capturas se le puede asignar u n valor alto cuando aparece n . Otros facto
res, ta les com o la ganancia posicional l i m itar en el adve rsa r i o los m ovi
,
jo u n a visi ó n oscilante. Enton ces escoge un nuevo punto centra l con base
a modelos destacados que n ormalmente estarían bajo una visión periféri
ca h u m a n a . La capacidad de la máquina p a ra grabar co n precisión la infor
mación sobre el tablero puede va riar en fu nción del reconocim iento de
modelos, el tiempo de procesamiento de cada pu nto centra l y del lugar
adonde se desplaza una vez este tiempo l ím ite ha expirado. Otra parte
del programa, l lamada Ep am (Perceiver Elem enta l And Memorizer) tom a
la información q u e ha reunido Perceiver y l a reconstruye.
A partir de aqu í, está claro que un ordenador puede tener una repre
sentació n intern a perfecta del ta blero y, al mismo tiempo, estar más con
centrado en otros puntos tales como encontrar movimientos óptimos. El
ya referido experimento sobre la « ch u nking theory" de e hase y S i monlJS:
es i mportante en todo este tem a , pese a que se centra en la m a n e ra en
que el ser humano j uega al ajed rez. Las variables puede n a lternarse p ara
reproduci r un abanico de habilidades o capacidades -desde el jugador
nov el que ti ene una gran dificu ltad en identificar modelos y recordar las
posiciones hasta el G ran Maestro que tiene m uy cercano el conocim iento
perfecto de las piezas y una profunda comprensión de cómo se relacionan
la una con l a otra-o Sus trabajos han conducido tam bié n al desarrollo de
otras líneas de programas de inteligencia artifici a l , por ejemplo el muy so
fisticado analizador de finales de M. A . B ramer ( 1 98 2 ) y el resolutor de
problemas de «Ajedrez Retrógrado» de Bramer y Alden. En todo caso, los
programas de ajedrez todavía basan la m ayoría de su capacidad e n el po
der i ntensivo de cálculo, pero este estudio y algunos otros que han seg ui
do orientaciones similares ha n aportado, como ya hemos comprobado en
capítulos a nteriores, l u z al conocimiento de l a natura leza del pensam iento
en los jugadores de ajedrez.
Conclusiones
M ichel Roas
Un iversidad Lou i s Pasteur
Estrasburgo, Alsacia Francia
y son rea lizadas por los propios m a estros, aficiona dos al ajedrez que or
ganizan dichas c lases extraescolares. En este sentido existe también un
sistema de p reparación de profesores d e educación de ajedrez. Este tra
bajo se coordinaba desde el Instituto Central de E ducación Física, Depar
ta mento de Ajed rez, en M oscú .
Fuera del á m b ito escolar, en cada ciudad i mportante del p aís hay u n
« P alacio d e Pioneros» y en todos ellos h a y u n «Círcul o de aje d rez» donde
se trabaja dos o tres d ías a la sem ana, siguiendo un estricto progra m a .
H ay varios g rupos en cada círculo, d i ri g idos p o r j u ga dores experimenta
d o s de nivel i ntermedio. El sigu i e nte eslabón son las escuelas p ara de
portistas jóvenes, que constituyen la mejor reserva para los equipos de
diferentes deportes. En e ll as se reúnen de 200 a 500 jóvenes que se divi
den e n d iferentes grupos de a cuerdo con la edad y e l « rá n k i ng » . En e llas
las c lases son su pervisadas por entrenado res profesionales de ¡3 a 6 ve
ces por semana! En verano hay con centraciones de jugadores jóve nes y
e ntrenadores (campus). Tam bién existen « Escuelas Especializadas» diri gi
das por grandes maestros y a las que p ueden acudir los m ejo res a l u m n os
j uve n i les del país en p eríodos i ntensivos de dos semanas y encami nadas
d i rectamente a la formación d e n uevos ta lentos . . .
E n suma u n importante aban ico promocional y l a consecuente forma
ción de jugadores que explica el porqué de que estos países hayan estad o
en la primera l ínea d e l ajedrez m u nd i a l deportivamente h a b l a n d o . Pero
pese a q ue esta visión «competitiva» se escapa de nuestro hilo de interés,
cab e citar a V. B. Malki n , doctor en med icina relacionado con la cúpula
ajedrecística de la antigua URSS, por ser quien de manera algo subj etiva,
resume con gran retórica y en tres bri l l a ntes párrafos el conjunto de virtu
des que él adivina de la prá ctica del ajedrez y que nos resultarán fam i l i a res
por todo lo tratado en el conj unto de este lib ro.i421
La práctica del aje drez facilita el desarrollo de las facultades intelec
tuales de la persona y el de m u chos otros aspe ctos de su p e rs o n a lid a d .
Gracias a ella mejoran y progresan el pensamiento lógico y i n tu itiv o se ,
Prólogo y Bloque 1
Bloque 2
(2) N i cke rso n . ( 1 985). The teaching of the thin kin g , H i l l sda l e Erlba u m .
,
1 72 E D U C ANDO DESDE EL AJ E: iJ R EZ
Bloque 3
6 1 , 394-403 .
( 1 9) Simon, H . A. Y Gi lmartin, K. ( 1 973). A s i m u lation of mem ory for
chess positions. Cogn itive Psych% gy, 5, 29-46
(20) Baylor, G. W. y Simon, H. A. ( 1 979). A chess m ating combinations
progra m o Models of Th oug h t. Hew Haven: Ya le U n iversity Press.
(2 1 ) Gobet, Fe rnand y De G root, A. ( 1 996). Perception and m e m o ry in
chess. H euristics of the professional eye. Assen: Van G orcum.
( 2 2 ) Ericsso n . A destacar el co losa l artículo L o n g -Term Working Memory,
inédito, del Dr. Ericsson en co la boración con Waslter Kintsc h . U n a
auténtica tesis en esta l ínea d e psicología en la q u e s e incl uye u n
CITAS 1 75
j unio, 1 990
(35) H orga n , D. D. Chess as a way to teach thinkíng. Teaching Th inking
and Problem So/ving, 9- 1 0. 1 98 7 . Horgan cuenta ya con una ve i ntena
de p u b l i caciones sobre pedagogía del ajed rez, entre artículos, estu
dios y l i bros.
(36) El formador de l a U . S . Secretary of Education Terrell Bell coincide.
En su l ibro Yo u r C h ild 's Intelect, Bell al ienta a los conocimientos de
ajedrez como medio de desarrollo del intel ecto p reescolar y prepa
ración académ ica. ( B e l l , T. 1 98 2 , pp. 1 7 8-1 79).
(37) Ho rg an, D . D . C h i /dre n a n d chess expertise : The Role of C a libra tíon .
Psychological Research, 5 4 , 1 992: p p . 44-50. (Esta p u b l icación i ncl u
ye todos l o s documentos de la Conferencia Intern acional s o bre l a
Psicología d e l a s Habili dades d e Ajedrez. H e lsinki, 1 990.)
1 76 EOUCANDO DESDE EL AJEDREZ
Bloque 4
Bloque 5
mar.itlmo I 1 0/scacchi.htm
(2 1 ) Maseras, Gumersi nd. Partida d'escacs medie va l. Butlletí de la FCE,
n .O 84. Barcelona 1 997 . Pp. 54. (Existe una antigua leyenda que man
tiene q u e la acción entre Sant Jordi -San Jorge- y el Dragón tuvo lugar
en los parajes de Montblanc.)
1 7i E D UCANDO DESDE EL AJ EDREZ
1 973.
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