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ENFERMEDADES CRÓNICAS Y TERMINALES

La tendencia actual al referirnos a la medicina, es a considerar exclusivamente los aspectos biológicos de


un individuo; con frecuencia nos olvidamos de que se trata de un ser humano integral rodeado de un
medio ambiente y que interactúa con otras personas, se comunica y tiene sentimientos.

La práctica de la medicina es una combinación entre lo que denominamos ciencia y arte. Decimos que se
trata de una ciencia porque usa el modelo científico para explicar los diferentes fenómenos del cuerpo
humano, es muy claro.
En cambio, el aspecto artístico de la medicina, es un poco más difícil de ubicar debido a la connotación
personal que deriva de ello; es arte porque combina el conocimiento médico, la intuición y el juicio.

SALUD Y ENFERMEDAD
La salud se define como: el completo bienestar físico, mental, social, espiritual, emocional y social; y no
sólo la ausencia de enfermedad. La salud implica que todas las necesidades fundamentales de la persona
estén cubiertas: afectivas, sanitarias, nutricionales, sociales y culturales.
En términos de definición resultaría utópica, pues según parámetros mundiales, se estima que sólo entre
un 10 a 25% de la población mundial se encuentra completamente sana.
Una definición más dinámica pudiera ser: es el nivel más alto de bienestar físico, mental y social alcanzado
y de la capacidad de funcionamiento en combinación con los factores sociales en los que viven inmersos
los individuos.

La enfermedad se define como: “El fracaso del organismo para adaptarse física, mental y socialmente a
las condiciones de nuestro medio ambiente; o “el desequilibrio y alteración de las funciones de un
organismo debido a agentes patógenos externos y/o internos, ya sean físicos, químicos o mecánicos”. Toda
enfermedad evoluciona mediante un proceso cuya tendencia será hacia la curación o restablecimiento de
la salud, si existe la suficiente capacidad de respuesta y adaptación al trauma y/o recibe el tratamiento
oportuno y adecuado para sobreponerse al mismo, de lo contrario su evolución será hacia la muerte.

La enfermedad se refiere a una manifestación clínica de una entidad patológica con signos y síntomas
característicos. En cambio el síndrome es el conjunto de signos y síntomas de origen diferente y que se
manifiestan clínicamente como una misma entidad patológica. Un signo es la observación clínica (objetiva)
de la manifestación de una patología, por ejemplo: podemos observar la diarrea. Un síntoma, es la
apreciación clínica (subjetiva) de la manifestación de una entidad patológica, lo que la persona enferma
puede referirnos, por ejemplo: el dolor. Es importante aclarar que los términos de enfermedad y síndrome
se confunden como sinónimos en el lenguaje cotidiano del personal de salud.
Las enfermedades se pueden clasificar de diferentes maneras, la más común es según su duración o su
frecuencia.

SEGÚN SU DURACION:
Enfermedad aguda. Se inicia generalmente en forma brusca, en un periodo corto menor a 3 meses. El
término agudo no tiene que ver con la gravedad ya que hay enfermedades agudas banales como por
ejemplo el resfriado común y otras que pueden ser muy graves como el infarto agudo del miocardio.
Enfermedad crónica. Es aquella que tiene una duración mayor a tres meses, de inicio insidioso; así como la
progresión o su curso; con tendencia a remisión o exacerbación de los síntomas.
Enfermedad terminal. Es aquella que se manifiesta como un padecimiento avanzado, progresivo e
incurable, sin respuesta al tratamiento específico, con múltiples síntomas, en la cual no hay esperanzas ni
posibilidades de curación, ya sea porque no se conoce la cura, no existe, o por que el estado avanzado de
la enfermedad no permite mejoría alguna y que tiene una expectativa de vida menor a 6 meses.

SEGÚN SU FRECUENCIA:

Enfermedades esporádicas. Son aquellas que solamente se producen en algunos casos de la población en
general, por ejemplo: la enfermedad vascular cerebral.
Enfermedades endémicas. Son aquellas enfermedades que se producen de manera habitual en
determinada región, es decir que son esperadas de acuerdo a lugar y tiempo por ejemplo: el dengue en el
sureste de México.
Enfermedades epidémicas. Son aquellas enfermedades que se salen de lo habitual y atacan a un número
mayor de personas de lo esperado por ejemplo: la epidemia de influenza.
Pandemia. Es cuando la enfermedad se extiende a muchos países incluso a todo el planeta.

MUERTE, MORIBUNDO, PÉRDIDAS

MUERTE

Podemos contemplar y definir muerte desde varios puntos de vista: biológico, mental, social, espiritual,
legal, etc., y sin embargo, todas concluyen hacia sus causas, que son: Naturales como las enfermedades y
las antinaturales como accidentes, homicidios y suicidios.

La muerte es más que el fin de una etapa en un proceso biológico; sus conceptos son altamente
subjetivos, complejos y cambian con el tiempo; además, sus significados son matizados por las actitudes
individuales.

Los avances tecnológicos han alterado grandemente el contexto de las personas con enfermedad terminal,
quienes ahora pueden ser mantenidas vivas por varios meses o más, por métodos drásticos y artificiales
sin importar la naturaleza de la vida otorgada mediante los mismos hechos. Estos hechos, tienen
implicaciones muy profundas con respecto al manejo clínico de estas personas.

Incluye un punto de coincidencia entre los requerimientos personales para lograr que los otros acepten la
aproximación de uno hacia la muerte, así como el mantenimiento de dignidad, esperanza, independencia,
recibir cuidado físico y solución de síntomas.

La medida del éxito de esta coincidencia depende de cómo las familias se adapten al estrés: el vivir con un
moribundo, sus patrones de comunicaciones y las prácticas de toma de decisiones.
Las propias impresiones abstractas de muerte, están inexorablemente entretejidas con nuestros
pensamientos y sentimientos acerca de la vida.

Y es entonces cuando, los hechos de calidad de vida, nos confieren una racionalidad para considerar las
preferencias y valores individuales de los pacientes, así como para concientizarnos de que el paciente
moribundo debe de tener tanto control sobre su propia vida como le sea posible.

COMPORTAMIENTOS RELACIONADOS CON LA MUERTE.

Están influenciados por hechos como el desarrollo afectivo de cada persona, la separación temprana o no
de quien le cuida, de su concepto de muerte (dependiendo de la edad), de las determinantes
socioculturales, de la familiaridad de la muerte, de sus creencias religiosas, y por su puesto de la manera
conceptual de la familia.

MORIBUNDO

PRINCIPALES TAREAS ADAPTATIVAS DEL MORIBUNDO

Morirse es un proceso, cuyo punto final es la muerte. En éste sentido, morirse es la parte terminal de vivir.
Las respuestas que acompañan este proceso están formadas por las experiencias previas con la muerte,
las actitudes culturales y creencias. En esencia, uno tiende a morir como uno ha vivido.

Las principales tareas adaptativas son similares a aquellas encontradas durante otras crisis de vida, e
incluyen la preservación de un equilibro emocional razonable y autoestima, el mantenimiento de las
relaciones interpersonales y la preparación para un futuro incierto.

Sin embargo, en la enfermedad terminal, hay otras tareas específicas que dependen del tiempo y la
naturaleza de los eventos que ocurran entre la notificación y la muerte misma.
Comúnmente, estas tareas están asociadas con la adaptación a una gran variedad de pérdidas, miedos y
dolores relacionados.

TOMA DE DECISIONES CLAVES

Las decisiones clave de tratamientos representan tiempo de crisis en los que el paciente, los familiares y el
equipo de salud deben readaptarse. La importancia de una adecuada educación tanatológica radica en
que:

1) Casi en todas las circunstancias, los pacientes tienen el derecho de ser quienes tomen las decisiones
finales acerca de su cuidado.
2) El equipo de salud es básico en la toma de éstas. Debemos de ser capaces de dar apoyo, comunicar la
información en forma clara, sencilla y entendible para que el paciente comprenda el diagnóstico, el manejo
a su alcance en ese momento, y mantenga la esperanza dentro de límites reales a pesar de la crisis de la
enfermedad para poder tomar sus propias decisiones. En ausencia de psicopatologías severas,
frecuentemente asociada con depresión clínica, casi todas las personas tienen la maquinaria psicológica
necesaria para poder mantener una esperanza. Mantener la esperanza, no nos otorga mayor longevidad,
pero parece exaltar la dignidad y por ende la calidad de vida del paciente.

Casi todos podemos enfrentar y resolver nuestras crisis existenciales sin desintegrarnos, con la asistencia
apropiada podemos asumir la responsabilidad sobre nuestras propias vidas. Es importante por ello, que
mientras sea posible el paciente tome el papel principal en las decisiones acerca de su tratamiento.

Algunas personas prefieren soportar las severas reacciones secundarias a los tratamientos muy agresivos
ecuánimemente, en tanto puedan sentir que están luchando hasta el final, con estoicismo. Otras eligen
tratamientos que más que estar encaminados hacia prolongar su vida, mejorarán sus oportunidades para
alcanzar ciertas metas. Son estas grandes diferencias las que provocan que el equipo de salud se base en
la definición personal del paciente acerca de lo que significa para él calidad de vida. Otras personas eligen
no tener un tratamiento como tal, sino manejo paliativo de los síntomas de su enfermedad.

CONFONTRACIÓN DEL FIN

En este tiempo, es cuando se plantea la problemática sobre el uso o no de medidas extraordinarias y las
no extraordinarias. Pudiéndose establecer argumentos en ambos sentidos para las dos. El uso o no de un
tubo nasogástrico, analgesia, etc. es aquí, cuando la comunicación médico-paciente-familia toma gran
relevancia.

Actualmente resulta muy difícil decidir si se usarán o no dichas medidas; ya que nosotros, los mismos
médicos, generalmente tenemos que enfrentar las propias ansiedades acerca de la muerte y tendemos a
evitar esta confrontación. Esto aunado a la muerte inminente del paciente, la propia impotencia de no
poder sanar, la pérdida de control y la gran carga emocional, nos lleva a perder la objetividad analítica y
enfrentamos a la lucha entre la responsabilidad de quitar sufrimiento y a la obligación de preservar la vida,
entrando en este contexto la DISTANASIA, EUTANASIA, ORTOTANASIA.

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