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El poeta y el eco
(Vídeo "Viegésimo aniversario")
Ficha de la versión
Versión
Vídeo "Viegésimo aniversario"
Espectáculo
Luthierías
Marcos Mundstock: Cuando la Sociedad de Compositores de Viena me encomendó la búsqueda de Helmut Böseng
yo solamente sabía de él que estaba componiendo una canción sobre el poeta y el eco, y por lo tanto era probable qu
hubiera dirigido a las montañas. Partí en su búsqueda hacia los Alpes. Esa mañana estaba yo en plena montaña, cua
me sorprendió una tremenda tormenta de nieve. Como pude llegué hasta la cabaña más cercana.
(Daniel se encuentra agachado simulando calentarse ante un fuego en el suelo. Marcos hace el ademán de llamar
puerta de la cabaña)
(Marcos entra a la cabaña y se situa al lado de Daniel calentándose las manos ante el supuesto fuego y sacudiéndose
hombros con las manos)
Marcos Mundstock: Ajá, ¿las cría todas para lana? Buscador ...
Daniel Rabinovich: Sesenta y cinco lana y treinta y cinco poliéster. ¡Buaaa...!
Marcos Mundstock: ¿Qué le pasa?
Daniel Rabinovich: Buaa buaa...
Marcos Mundstock: ¿Y qué más?
Daniel Rabinovich: Es que hablando de las ovejas, me acordé de mi perro, todavía hoy me parece oírlo cuando ven
me decía: "Achtung!...eine Kugel kam geflogen, da steht ein Lindenbaum... "
Marcos Mundstock: ¿Su perro le decía eso?
Daniel Rabinovich: Pastor alemán...
Marcos Mundstock: ¿Hace mucho que vive acá?
Daniel Rabinovich: ¿Si hace mucho que vivo acá? ¿ve esas montañas? Cuando yo vine todavía no estaban.
Marcos Mundstock: ¿Y dígame una cosa, en esta zona hay eco?
Daniel Rabinovich: Hay mucho eco... con decirle que lo que le estoy diciendo yo ahora, lo dije ayer.
Marcos Mundstock: ¿Sabe por qué le pregunto? Porque este Bösengeist, que estoy buscando, estaba componiendo
canción sobre "El poeta y el eco", entonces yo supuse que a lo mejor el hombre para inspirarse, ¿me entiende?... ¿se
que no oyó hablar de algún forastero, alguien nuevo en la comarca?
Daniel Rabinovich: No, no, no escuché nada, ayer estuvo tronando, escuche que tronaba, pero no, pero no sé...
Marcos Mundstock: ¿Así que usted es, un simple pastor?
Daniel Rabinovich: Un simple pastor.
Marcos Mundstock: Ajá, ¿y ese piano?
Daniel Rabinovich: Ese es un... eh... bueno, no sé, con las ovejas, este, a veces... ¡Se lo olvidaron unos mochileros!
Marcos Mundstock: Ah, unos mochileros, claro. ¿Por qué está nervioso?
Daniel Rabinovich: No, no, no, no estoy nervioso.
Marcos Mundstock: Porque lo noto balbuceando, tartamudeando.
Daniel Rabinovich: No, no es porque tengo un poquito de frío, entonces bal... bal... bal... buceo.
Marcos Mundstock: ¿Seguro que no sabe alguna cosa que no me quiere contar, que no me está ocultando alg
información?
Daniel Rabinovich: No, no, qué le voy a ocultar, yo soy un simple pastor, hace veinte años que crío pianos... que toco
ovejas, ¡qué crío ovejas! Yo crío ovejas.
Marcos Mundstock: Esta no es la mano de un pastor.
Daniel Rabinovich: ¿Y ésta?
Marcos Mundstock: Usted no es quien dice ser.
Daniel Rabinovich: ¿Qué está insinuando?
Marcos Mundstock: Estoy sospechando que usted es Helmut Bösengeist.
Daniel Rabinovich: Usted está loco.
Marcos Mundstock: ¿Estaría dispuesto a contestarme algunas preguntas?
Daniel Rabinovich: Sí, pregúnteme lo que quiera
Marcos Mundstock: ¿Usted cómo se llama?
Daniel Rabinovich: Helmut Bösengeist.
Marcos Mundstock: Helmut, Helmut ¿por qué se esconde?, ¿por qué huyó de Viena?, ¿por qué no cierra esa ventan
Daniel Rabinovich: Acérquese al fuego, le contaré mi historia. Después del fracaso de mi última ópera en Viena, de
abandonar la ciudad, abandonar la música; la gente venía a rogarme encarecidamente... ¡que no me arrepint
¡Buaaa...!
Marcos Mundstock: Bueno, está bien hombre, no llore por eso.
Daniel Rabinovich: No es por eso, es que me acordé de mi perro ... "¡Eine Kugel kam geflogen, da steht
Lindenbaum..."
Marcos Mundstock: Helmut, Helmut, ¡HELMUT! …, querido Helmut... cálmese y cuénteme qué más pasó.
Daniel Rabinovich: Acá en las montañas también fui rechazado; cuando los pastores me vieron llegar envuelto e
abrigo de pieles me bautizaron "El abominable hombre de las nieves". Yo ya estaba decidido a vivir lejos de Viena,
de la sociedad, lejos de los demás hombres, y aparece usted, ¿qué quiere de mí? ¿eeeeeh? ¿qué quiere de mí?
Marcos Mundstock: Helmut, usted tiene una deuda con la sociedad y yo he venido a reclamársela.
Daniel Rabinovich: ¿Una deuda con la sociedad?
Marcos Mundstock: Sí. Con la Sociedad de Compositores, quince cuotas.
Daniel Rabinovich: Vea, si usted, si usted pudiera pasar en otro momento por acá, porque ahora me encuentra sin
posibilidad... o sea, no tengo cambio, y perdí la chequera, o sea que le podría dar unos documentos a treinta, sesen
noventa... años.
Marcos Mundstock: No quise lastimar más a ese pobre hombre derrotado.
Daniel Rabinovich: Eh, perdón, ¿quiere un café?
Marcos Mundstock: Cómo no, gracias, dígame ¿hay correo en la aldea?
Daniel Rabinovich: Hay.
Marcos Mundstock: ¿Hay telégrafo?
Daniel Rabinovich: Hay.
Marcos Mundstock: ¿No sabe si podré mandar un mensaje?
Daniel Rabinovich: Hay, hay. ¡Ayyyy!
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27/3/2018 El poeta y el eco - Vídeo "Viegésimo aniversario" - Les Luthiers (Los Luthiers de la Web)
Marcos Mundstock: Pero mi visita a Helmut Bösengeist no fue infructuosa, entre las cenizas del hogar encontré
manuscritos chamuscados de "El Poeta y el Eco". Hoy sabemos que Helmut es feliz en las montañas, se hizo amig
los pastores para quienes toca las melodías que compone, y ya ninguno lo llama "El abominable hombre de las niev
para ellos es simplemente Helmut, "El abominable músico de las nieves". Escuchemos de Helmut Bösengeist "El Poe
el Eco".
(Al ver que no le responde nadie mira a Carlos Núñez, el cual al darse cuenta de que Jorge quiere que vaya repitie
sus palabras para hacer el efecto del eco le dice por gestos que está loco, que él tiene que tocar el piano y no pu
hacer todo a la vez. De repente tiene una idea, se levanta y sale de escena dejando sólo a Jorge Maronna, y a los po
segundos vuelve con Carlos López Puccio. Le explica por gestos lo que quiere, murmurando en voz baja. Viene a de
que Jorge va a cantar y él sólo tiene que ir repitiendo lo último que pronuncie)
(Carlos López sonríe encantado por su colaboración y Jorge Maronna empieza a cantar la canción)
(Carlos Núñez deja de tocar, se vuelve a Carlos López y le vuelve a explicar que lo único que tiene que hacer
repitiendo lo que diga Jorge Maronna, sin añadir nada más)
(Carlos Núñez vuelve a detener la canción y, cada vez más enfadado, le vuelve a explicar por gestos que únicam
tiene que repetir las últimas palabras y ya está, sin aportar nada más. Una vez que Carlos López lo ha entendido, Nú
vuelve a tocar la melodía)
(Carlos Núñez, muy enfadado ya ante los constantes errores, le vuelve a explicar lo que tiene que hacer gesticula
Carlos López se muestra abatido y continúa haciendo el coro)
(Al ver que Carlos López se ha emocionado más de la cuenta, Jorge deja los comentarios “explícitos” y continúa co
canción)
Jorge Maronna: No. No digo más. Una de estas mañanas, una cualquiera...
Carlos López Puccio: Una cualq....
Jorge Maronna: ...le diré lo que ella es para mí
Carlos López Puccio: Una cualquiera...
(Al darse cuenta de lo que ha dicho por repetir las palabras de Jorge, sale corriendo del escenario temeroso de qu
golpee, pero Jorge se acerca a él y en tono amigable le indica que no hay problema, que se quede y le ayude a term
la canción, a lo que Carlos López accede)
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