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Se ha considerado que la filosofía de Occidente surge en Grecia, en las colonias Jonias de Asia
Menor, en el siglo vi a.C., y hace referencia a la actitud de los primeros pensadores de hacer
frente a los problemas que les presentaba la naturaleza mediante la reflexión racional. Los
griegosfueron quienes dejaron de lado las explicaciones conservadoras, tradicionales, acríticas,
fundamentadas en mitos, para dar paso a una explicación de la naturaleza, la realidad y el
hombre, mediante el uso exclusivo de la razón. Así, hemos de reconocer que la capacidad de
cuestionar racionalmente todo cuando nos rodea ha dado origen al pensamiento filosófico. A
partir de lo anterior es posible sostener que la filosofía ha nacido de la curiosidad que tiene el
hombre por entender y explicar todo cuanto le rodea. El deseo de investigar, de conocer el
sentido último de todo lo que existe, ha estado presente en el hombre a lo largo de la historia.
“De todo lo que acabamos de decir sobre la ciencia misma, resulta la definición de la
filosofía que buscamos. Es imprescindible que sea la ciencia teórica de los primeros
principios y de las primeras causas, porque una de las causas es el bien, la razón final.
Y que no es una ciencia práctica, lo prueba el ejemplo de los primeros que han
filosofado. Lo que en un principio movió a los hombres a hacer las primeras
indagaciones filosóficas fue como lo es hoy la admiración. Entre los objetos que
admiraban y no podían darse razón, se aplicaron primero a los que estaban a su
alcance; después, avanzando paso a paso, quisieron explicar los más grandes
fenómenos; por ejemplo, las diversas fases de la luna, el curso del sol y de los astros,
y, por último, la formación del universo”.
“Así como llamamos hombre libre al que pertenece a sí mismo y no tiene dueño, en igual
forma esta ciencia es la única entre todas las ciencias que puede llevar el nombre de
libre. Sólo ella efectivamente depende de sí misma”.
“Por último; no hay ciencia más digna de estimación que esta; porque debe estimarse
más la divina, y esta lo es en un doble concepto. En efecto, una ciencia que es
principalmente patrimonio de Dios, y que trata de las cosas divinas, es divina entre todas
las ciencias. Pues bien, sólo la filosofía tiene ese doble carácter. Dios pasa por ser la
causa y el principio de todas las cosas, y Dios sólo, o principalmente al menos, puede
poseer una ciencia semejante. Todas las demás ciencias tienen, es cierto, más relación
con nuestras necesidades que la filosofía, pero ninguna la supera”.
San Isidoro (560-636) “Filosofía es el conocimiento de las cosas humanas y divinas junto
con el deseo de una vida honesta”.
“El fin de la filosofía consiste en comprender lo que es. Porque lo que es, es la razón.
Por lo que respecta al individuo, cada cual es, sin más, un hijo de su tiempo. Así también
la filosofía, que comprende el pensamiento de su tiempo”.
Fries, Jacob Friedrich (1773-1843)
“El saber filosófico está escondido en el saber común, y el arte filosófico consiste en
sacarlo de él; toda filosofía es una observación interior de nosotros mismos”
“La filosofía ha sido definida como “un intento extraordinariamente obstinado para
pensar con claridad”; yo, más bien, la definiría como “un intento extraordinariamente
ingenioso para pensar con falacia”.
“Hoy es dable hablar de la filosofía quizá en las siguientes fórmulas; sentido es Ver la
realidad en su origen; apresar la realidad conversando mentalmente conmigo mismo,
en la actividad interior; abrirnos a la vastedad de lo que nos circunvala; osar la
comunicación de hombre a hombre sirviéndose de todo espíritu de verdad en una lucha
amorosa; mantener despierta con paciencia y sin cesar la razón, incluso ante lo más
extraño y ante lo que se rehúsa. La filosofía es aquella concentración mediante la cual
el hombre llega a ser él mismo, al hacerse partícipe de la realidad”.
“Entiendo por Universo formalmente “todo cuanto hay”. Es decir, que al filósofo no le
interesa cada una de las cosas que hay por sí, en su existencia aparte y diríamos
privada, sino que, por el contrario, le interesa la totalidad de cuanto hay, y,
consecuentemente, de cada cosa lo que ella es frente y junto a las demás, su puesto,
papel y rango en el conjunto de todas las cosas – diríamos la vida pública de cada cosa,
lo que representa y vale en la soberana publicidad de la existencia universal. Por cosas
entenderemos no sólo las reales, físicas o anímicas, sino también la irreales, las ideales
y fantásticas, las trans-reales, si es que las hay. Por eso elijo el verbo “haber”; ni siquiera
digo “todo lo que existe”, sino “todo lo que hay”…”
“La filosofía es el conocimiento del Universo o de todo cuanto hay. Es decir un sistema
integral de actitudes intelectuales en el cual se organiza metódicamente la aspiración al
conocimiento absoluto. “… por esta razón yo propongo que, al definir la filosofía como
conocimiento del Universo, entendamos un sistema integral de actitudes intelectuales
en el cual se organiza metódicamente la aspiración al conocimiento absoluto. Lo
decisivo, pues, para que un conjunto de pensamientos sea filosofía, estriba en que la
reacción del intelecto ante el Universo sea también universal, integral –que sea, en
suma, un sistema absoluto”.
“Hay, pues, que distinguir estas tres clases de cosas las que acaso hay en el Universo,
sepámoslo o no; las que creemos erróneamente que hay, pero que, en verdad, no las
hay, y, en fin, aquellas de que podemos estar seguros que las hay. Estas últimas serán
las que, a la par, hay en el Universo y hay en nuestro conocimiento. Serán, pues, lo que
indubitablemente tenemos de cuanto hay, lo que del Universo nos es
incuestionablemente dado- en suma, los datos del Universo”.
“Vivencia significa lo que tenemos realmente en nuestro ser psíquico; lo que real y
verdaderamente estamos sintiendo, teniendo en la plenitud de la palabra “tener”… Para
vivirla es indispensable entrar en ella como se entra en una selva; entrar en ella a
explorarla… Pero vivir, vivir la realidad filosófica, es algo que no podremos hacer más
que en un cierto número de cuestiones y desde ciertos puntos de vista.”
“Cuando pasen años y sean ustedes viajeros del continente filosófico, más avezados y
más viejos, sus vivencias filosóficas serán más abundantes, y entonces podrán ustedes
tener una idea cada vez más clara, una definición o concepto cada vez más claro, de la
filosofía. De vez en cuando, en estos viajes nuestros, en esta peregrinación nuestra por
el territorio de la filosofía, podremos detenernos y hacer balance, hacer recuento de
conjunto de las experiencias, de las vivencias que hayamos tenido; y entonces
podremos formular alguna definición general de la filosofía, basadas en esas auténticas
vivencias que hayamos tenido hasta entonces.”
“En cambio una definición que se dé sobre la filosofía, antes de haberla vivido, no puede
tener sentido, resultará ininteligible… Por de pronto, decimos que la filosofía es el
estudio de todo aquello que es objeto de conocimiento universal y totalitario. Pues bien
según esto, la filosofía podrá dividirse en dos grandes capítulos, en dos grandes ciencias
un primer capítulo o zona que llamaremos ontología, en donde la filosofía será el estudio
de los objetos, todos los objetos, cualquier objeto, sea el que fuere; y otro segundo
capítulo, en el que la filosofía será el estudio del conocimiento de los objetos. ¿De qué
conocimiento? De todo conocimiento, de cualquier conocimiento. Tendremos así una
división de la filosofía en dos partes primero, ontología, o teoría de los objetos conocidos
y cognoscibles; segundo, gnoseología (palabra griega que viene de “gnosis”, que
significa sapiencia, saber) y que será el estudio del conocimiento de los objetos”.
“Por eso sólo podemos preguntar ¿qué es esto, la filosofía? cuando consentimos en
entablar un diálogo con el pensar de Grecia”.
“Platón y Aristóteles han desarrollado. Ellos preguntan, por ejemplo, ¿Qué es esto, lo
bello? ¿Qué es esto, el conocimiento? ¿Qué es esto, la naturaleza? ¿Qué es esto, el
movimiento?”
“La pregunta ¿qué es esto, la filosofía? no es una pregunta que instituye en sí misma
una especie de conocimiento (filosofía de la filosofía). La pregunta no es tampoco una
pregunta de orden historiográfico que, por serlo, se interesa en establecer cómo lo que
se llama “filosofía” ha comenzado y se ha desarrollado. La pregunta es una pregunta
histórica, es decir, proveniente del destino, destinable. Más aún ella no es “una
“pregunta; ella es la pregunta histórica de nuestro ser-ahí occidental europeo).”
“La pregunta misma es un camino. Un camino que conduce del ser-ahí de Grecia hacia
nosotros, si no más allá de nosotros.”
“La filosofía es una especie de competencia que habilita a fijar la mirada en el ente,
relativamente a lo que es en tanto que es ente”
“Debemos por el contrario entrar en diálogo con la experiencia griega del lenguaje en
tanto que (palabra en griego). ¿Por qué? Porque sin una meditación suficiente acerca
del sentido del lenguaje, no sabremos nunca verdaderamente lo que es la filosofía en
cuanto corresponder, tal como lo hemos ya caracterizado; no sabremos nunca lo que
es la filosofía en cuanto modo eminente del decir”.
“Esta limitación sería sólo posible, e inclusive necesaria, si del coloquio debiese resultar
(como conclusión) aquello como lo cual se la ha entendido ahora como un corresponder
que trae al lenguaje el llamado del ser del ente” (“¿Qué es esto, la filosofía?”).
“La palabra filosofía debe siempre designar algo que está sobre o por debajo de, pero
no al lado de las ciencias naturales. La filosofía no ofrece figuras de la realidad, y no
puede ni confirmar ni refutar las investigaciones científicas. Consta de lógica y
metafísica, la primera es su base”.
“La filosofía no es ciencia. El filósofo no es un científico teórico que nos ofrece teorías
explicativas, ni tampoco un científico empírico que descubre nuevos hechos. La filosofía,
simplemente, lo pone todo ante nosotros, y no explica ni deduce nada. Ya que todo está
a la vista, no hay nada que explicar. Ya que lo que está escondido, por ejemplo, no tiene
interés para nosotros”.
“La filosofía debe establecer los límites de lo impensable, abriéndose paso a través de
lo pensable. Significará lo que no puede decirse, presentando claramente lo que puede
decirse… lo que no puede decirse, es decir, las proposiciones de la ciencia natural.”
“Cuando los filósofos usan una palabra –“conocimiento”, “ser”, “objeto”, “yo”,
“proposición”, “nombre”- e intentan comprender la esencia de la cosa, uno debe siempre
cuestionarse a sí mismo ¿es la palabra, de hecho, alguna vez usada de este modo en
el lenguaje que es su marco original? Lo que nosotros hacemos es traer las palabras
desde su uso metafísico a su uso cotidiano. Es tan sólo cuando los filósofos usan las
palabras de modo metafísico cuando nosotros las retrotraemos a su uso ordinario. La
filosofía no puede de ningún modo interferir el uso real del lenguaje; sólo puede
describirlo”.
“La filosofía, tal como nosotros utilizamos la palabra, es una lucha contra la fascinación
que ejercen sobre nosotros las formas de expresión. Una palabra tiene el significado
que alguien la ha dado. Hay palabras con varios significados claramente definidos. Es
fácil clasificar estos significados. Y hay palabras de las que podría decirse se utilizan de
mil modos diferentes que se van cambiando gradualmente de uno a otros. No es de
sorprender que no podamos establecer reglas estrictas de su uso. Es erróneo decir que
en la filosofía consideramos un lenguaje ideal como opuesto a nuestro lenguaje
ordinario. No hay respuesta de sentido común a un problema filosófico. Solamente se
puede defender el sentido común contra los ataques de los filósofos resolviendo sus
enredos, es decir, curándolos de la tentación de atacar el sentido común” (“Cuadernos
azul y marrón”).
“Al punto en que hemos llegado, la filosofía es 1º. Un conocimiento; 2º. Un conocimiento
autónomo que al mismo tiempo que tiene una problemática propia, es un conocimiento
con vocación a serlo de la totalidad de la experiencia. 3º. Es un conocimiento que tiende
a realizarse como un saber sin supuestos.
“La filosofía puede, por tanto, definirse como la aspiración para conocer cuál es el valor
del espíritu humano, cuál es el significado y el fin último de la existencia respecto a la
realidad que nos circunda, y cuál es el Principio absoluto de la vida universal,
fundamento de los valores espirituales y garantía certísima de la realización del destino
del hombre”.
Brizuela, José V.
“Filosofía es un conocimiento reflexivo, crítico, personal, que trata de prescindir de todo
supuesto y que posee vocación de totalidad, es decir, que sus consideraciones abarcan
a Dios, el hombre, y el mundo”.
Cazelles, E.
“La filosofía entonces será una historia del universo en su conjunto y en sus partes, una
teoría de la marcha de las cosas, a la cual ninguna parte del conocimiento escape.
Además de la sistematización de los axiomas de las ciencias, la filosofía debe ser una
teoría del cambio de las cosas”.
Hernández Chávez, J.
“Filosofía es a) todo sistema, b) racional, c) de verdades, d) acerca del ser… Como todo
sistema de verdades es ciencia, resulta que filosofía es la ciencia racional del ser”.
Hourtico, R.
“La filosofía es una reflexión sistemática sobre los datos de la ciencia”.
Jouffroy, Th.
“¿Qué es, pues, la filosofía? Es la ciencia de lo que aún no ha podido llegar a ser objeto
de una ciencia; es la ciencia de todas esas cosas que la inteligencia aún no ha podido
descubrir los medios de conocer enteramente; es el resto de la ciencia primitiva total; es
la ciencia de lo oscuro, de lo indeterminado, de lo desconocido porque comprende
objetos a los cuales convienen esos diversos epítetos, según se entrevén de una forma
más o menos vaga o no se perciben de ningún modo aún”.
Leisegang, Hans.(….)
“La palabra filosofía, que procede del griego, textualmente quiere decir amor del saber
o de la sabiduría. De acuerdo con este sentido, por Filosofía debemos entender el
esfuerzo dirigido al conocimiento de la esencia y de las relaciones de todas las cosas,
así como también la reflexión del hombre sobre su propia esencia, su lugar en este
mundo y el que le corresponde respecto de sus prójimos para, a partir de la
determinación de dicho lugar, poder descubrir el sentido y finalidad de su existencia”.
Warren, Howard C
“La filosofía es una rama del saber que estudia la naturaleza última del conocimiento y
de la existencia”.
Werner, Ch.
“La filosofía estudia el espíritu, no solamente en cuanto se distingue de sus objetos, sino
también en cuanto es un elemento constitutivo del universo. Mientras que la ciencia
tiene por objeto la realidad como material (por eso la ciencia tiende a las matemáticas,
que son la ciencia de la materia pura, o por lo menos, del espacio), la filosofía tiene por
objeto la realidad como espíritu”.
Selsam, Howard
“La filosofía no es otra cosa que filosofar; es decir, aquella actividad que consiste en
vivir perpetuamente en el campo de las cuestiones que nos ofrece nuestra existencia en
toda su variedad.”
IMPORTANCIA
La importancia y utilidad de la Filosofía es una verdad práctica y de sentido común. Si se
considera la Filosofía por parte de su etimología, nada más digno del hombre, como ser
inteligente, que el amor de la sabiduría. Si se considera la misma por parte de su significación
real, para reconocer a primera vista su importancia y utilidad basta tener presente:
Primero. Que por medio de ella se desarrollan, robustecen y perfeccionan las facultades del
hombre, y principalmente las intelectuales, por razón de las cuales el hombre se distingue y
se eleva sobre todos los demás seres del mundo, lo cual vale tanto como decir que
la Filosofía constituye la perfección más noble y característica del hombre como ser
inteligente en el orden natural.
Segundo. El oficio y efecto de la Filosofía es por una parte dirigir y conducir al hombre al
conocimiento y posesión de la verdad, y por otra ordenar y dirigir sus acciones morales en
armonía con el conocimiento y posesión de Dios como último fin del hombre por medio de la
práctica de la virtud: y la virtud y la verdad son los bienes más excelentes, o mejor dicho, los
únicos bienes verdaderos a que el hombre debe aspirar en esta vida. San Agustín decía: que
puesto que Dios es la misma sabiduría, el verdadero filósofo es aquel que ama a Dios (…)
Sentencia que puede acomodarse sin violencia a lo que acabamos de decir de la Filosofía,
por más que su sentido natural en San Agustín se refiera a la sabiduría sobrenatural.
Tercero. La historia enseña que la Filosofía, a vuelta de muchos y graves errores, ha
contribuido poderosamente al desarrollo y progreso de las ciencias, así naturales y físicas
como morales y políticas, las cuales todas tienen su base y reciben sus principios de
la Filosofía, que viene a ser como el tronco del cual derivan todas aquellas ciencias de una
manera más o menos inmediata y directa. Lo mismo puede decirse del desarrollo y progreso
de las instituciones sociales y políticas, de la legislación, y en general de los principales
elementos y manifestaciones de nuestra civilización.
Cuarto. Ni es menos evidente la utilidad de la Filosofía bajo el punto de vista cristiano; pues
la experiencia, la historia y la razón enseñan: 1º que la Filosofía abre y prepara el camino
para reconocer la verdad de la Religión Católica; 2º que sirve de poderoso auxiliar a la fe, ya
para defenderla contra los ataques de los herejes e incrédulos, ya para poner de relieve su
verdad y sus ventajas, ya para exponer y desarrollar de una manera racional y científica sus
dogmas, y sobre todo y principalmente, para sistematizar la doctrina de la revelación por
medio de la Teología, la cual recibe de la Filosofía su organismo científico (…)
Si a lo dicho se añade que en nuestros días los ataques principales y más peligrosos contra la
Religión Católica proceden del terreno filosófico, no es posible poner en duda la utilidad y hasta
la importancia suprema de una filosofía cristiana, verdadera y sólida para rebatir los ataques
de la filosofía racionalista.