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TESIS DOCTORAL

CARRERA DE DOCTORADO EN INGENIERÍA NUCLEAR

ANÁLISIS DEL MODELO DE DOS FLUIDOS EN


FLUJO BIFÁSICO TOTALMENTE
DESARROLLADO

Osvaldo Azpitarte

Osvaldo Azpitarte
DOCTORANDO

Dr. Gustavo Buscaglia


DIRECTOR

Instituto Balseiro
Comisión Nacional de Energía Atómica
Universidad Nacional de Cuyo
Diciembre 2003
Análisis del Modelo de Dos Fluidos en Flujo Bifásico Totalmente
Desarrollado

Osvaldo Azpitarte, Instituto Balseiro, Argentina


Diciembre 2003

Resumen

Se analiza el modelo de dos fluidos y su aplicación a flujos bifásicos bubbly totalmente desarrollados
en conductos verticales, tanto en régimen laminar como en régimen turbulento. En régimen laminar el
modelo es reducido a dos ecuaciones diferenciales que resuelven la fracción de gas (EG) Y la velocidad
(VL). Para régimen turbulento se implementa un modelo k - € para bajo número de Reynolds cuyo
resultado es un sistema de cuatro ecuaciones diferenciales que reproducen las cuatro variables (EG, VL,
k y €) en todo el dominio radial (incluyendo la sub capa laminar).
Para flujo laminar, el sistema de ecuaciones es reducido inicialmente a una sola ecuación diferencial
adimensional (ODE) que resuelve la distribución de EGen la región central del conducto sin tener en
cuenta el efecto de las paredes. La ecuación diferencial es resuelta utilizando Mathematica. Analizan-
do las soluciones se concluye que se produce una compensación exacta entre el gradiente de presión
impuesto y la fuerza hidrostática Peff9 (Peff: densidad efectiva de la mezcla). Esta compensación tiene
como consecuencia que EG en el centro del conducto sólo depende del gradiente de presión aplicado
(la dependencia es lineal) y que los perfiles de EG y VL son necesariamente planos.
El problema completo es tratado numéricamente mediante la implementación de un código de elemetos
finitos. El efecto de las paredes es incorporado mediante la inclusión de un modelo de fuerza de pared.
Cuando el código es aplicado al caso laminar, se confirman las conclusiones obtenidas al resolver la
ODE con Mathematica, y es posible analizar también el caso en que el gradiente de presión es mayor
que el peso del líquido puro (PL g). En ese caso se desarrolla un región de EG nula alrededor del eje
del conducto (en flujo ascendente).
Cuando el código es aplicado a resolver el caso turbulento, se concluye que, dentro de un rango de
gradientes de presión limitado por dos valores de transición (81 y (2), son aplicables las mismas con-
clusiones obtenidas para flujo laminar. Un análisis de las transiciones 81 y 82 permite concluir que
tienen su origen en un incremento abrupto de fuerzas laterales. Se muestra también que son función
lineal de la fracción de gas promedio (EG).
Finalmente, se analiza el efecto de reducir la aceleración de la gravedad (g). Al reducir 9 se modifica
la relación entre las fuerzas laterales actuantes. En flujo laminar se produce mayor acumulación de gas
sobre la pared del conducto en flujo ascendente, y en el centro en flujo descendente. En flujo turbulento
se produce siempre una mayor acumulación de gas sobre la pared del conducto.
Analysis of the Two-Fluid Model in FulIy-Developed Two-Phase
Flow

Osvaldo Azpitarte, Instituto Balseiro, Argentina


December 2003

A bstract

The two fluid model is analysed and applied to solve vertical fully-developed bubbly two-phase flows,
both in laminar and turbulent conditions. The laminar model is reduced to two differential equations
to solve the gas fraction (fG) and the velocity (vL). For the turbulent condition, a k - é model for low
Reynolds number is implemented, resulting in a set of differential equations to solve the four variables
(fG, VL, k and é) along the whole radial domain (including the laminar sub layer).
For laminar condition, the system is initially reduced to a single non-dimensional ordinary equation
(ODE) to solve fG in the central region of the duct, without considering the effect of the wall. The
equation is solved using Mathematica. Analysing the solutions it can be concluded that an exact
compensation of the applied pressure gradient with the hydrostatic force Peff 9 occurs (Peff : effective
density of the mixture). This compensation implies that the value of fG at the center of the duct only
depends on the applied pressure gradient (dependency is linear), and that the fG and VL profiles are
necessarily flato
The complete problem is dealt numerically through the implementation of a finite element codeo The
effect of the walls is included via a model of wall force.
When the code is applied to a laminar condition, the conclusions previously obtained solving the ODE
are confirmed. It is also possible to analyse the regime in which the pressure gradient is greater than
the weight of the pure liquid, in which case a region of strictIy zero void fraction develops surrounding
the axis of the duct (in upward flow).
When the code is applied to a turbulent condition, it is shown that the conclusions obtained for laminar
condition can also be applied, but within a range of pressure gradient limited by two transition values
(81 and 82). An analysis of transitions 81 and 82 allows us to conclude that their origin is a sudden
increase of lateral forces. It is also shown that both transitions are linear functions of the average void
fraction (loG ) .
Finally, the effect of reducing the gravity is analysed. When 9 is reduced the relationship between
lateral forces is modified. In laminar condition, the fraction of gas is higher on the wall regio n for
upward flow, and in the central regio n for downward flow. For turbulent condition, the fraction of gas
always increases towards the wall.
Vedicatoria

.9l mis padres

.9l.mi esposa 'E{vira y mis liijos :María 'lIictoria e IgtW.wJ que siempre me {l(.ompaiUlron y alentaron

.9Lgradecimientos

.9l (justavo 'Buscag{iaJ director de esta tesisJ por su invaIora6fe y permanente orient{l(.WnJ
asesoramiento y apoyo

.9l.'Enzo tJ)aTÍJpor su permanente y vafwsa ayuda en todo fo referido a fa impfement{l(.Wn numirica y


computacWnaf de esta tesis

.9l..9l4.ef LarreteguYJ :Fa6ián 'BonettoJ Pa6fo Carrica y :Francisco :Moraga por su asesoramiento y sus
vafwsos aportes a esta tesis

.9l todo ef personaf de ras divisiones de 'Iermoliídráufica y :Mecánica ComputacÍlJ1UlÍ con quienes
compartí muc/io más que ef espacw físico y ef tiempo
Índice general

1. Introducción 3

2. El Modelo de dos fluidos 6


2.1. Ecuaciones de conservación locales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
2.2. Condiciones de salto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.3. Promediados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
2.3.1. Porqué promediar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
2.3.2. El promedio volumétrico y sus propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
2.4. Ecuaciones de conservación promediadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2.4.1. Ecuación de conservación de la masa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
2.4.2. Ecuación de conservación del momento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
2.4.3. Ecuación de conservación de la energı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

3. El modelo de dos fluidos - Régimen laminar 17


3.1. Reducción y adimensionalización del sistema de ecuaciones diferenciales . . . . . . . . 19
3.2. Propiedades genéricas de las soluciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

4. Simulación numérica de flujos laminares de dos fases 26


4.1. Método numérico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
4.2. Reproducción de datos experimentales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
4.3. Resultados numéricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
4.4. El efecto de reducir la aceleración de la gravedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

5. El modelo de 2 fluidos - Régimen turbulento 38


5.1. Introducción a la turbulencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
5.2. Modelado de flujos turbulentos de una fase . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
5.2.1. Modelos de turbulencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
5.2.2. El modelo k − ε para flujos de una fase . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

1
ÍNDICE GENERAL 2

5.2.3. Capa lı́mite turbulenta - La ley de pared . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43


5.2.4. El modelo k − ε para flujos de bajo número de Reynolds . . . . . . . . . . . . 44
5.3. Modelado de flujos turbulentos de dos fases . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
5.3.1. El modelo k − ε para flujos de dos fases . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
5.3.2. La fuerza de dispersión turbulenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
5.4. Sistema de ecuaciones diferenciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46

6. Simulación numérica de flujos turbulentos de dos fases 48


6.1. Comparación de resultados obtenidos con modelo de alto y bajo número de Reynolds . 48
6.2. Reproducción de datos experimentales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
6.3. Estudio paramétrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
6.4. Análisis de las transiciones θ1 y θ2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
6.5. Mapa de flujo turbulento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
6.6. El efecto de reducir la aceleración de la gravedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
6.7. Multiplicador de dos fases (Φ2 ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

7. Conclusiones 74
Capı́tulo 1

Introducción

Se denomina genéricamente flujo bifásico a aquel en el que fluyen simultáneamente dos fases. Estas
fases pueden ser lı́quidas, sólidas o gaseosas. La superficie que separa las fases, denominada interfase,
puede ser rı́gida o deformable, y a través de ella las fases pueden intercambiar masa, momento y/o
energı́a.
En los flujos bifásicos una de las fases es denominada fase continua, y la otra fase dispersa. La fase
dispersa puede presentarse en forma de burbujas (gas) o de partı́culas (sólidas o lı́quidas) de distintos
tamaños y formas. La distribución geométrica de las fases, lo que se denomina topologı́a del flujo, es
una caracterı́stica importante de los flujos bifásicos, porque influye en la interacción entre las fases.
La Figura 1.1 muestra las topologı́as caracterı́sticas de los flujos gas-lı́quido en conductos verticales.

Figura 1.1: Topologı́as de flujo gas-lı́quido

Esta tesis está dedicada, en particular, al análisis de flujos bifásicos gas-lı́quido de topologı́a bubbly en
conductos verticales. La importancia de este tipo de flujos radica en la relevancia de sus aplicaciones
prácticas, que incluye, entre otras, al ciclo agua-vapor de las usinas térmicas, al flujo en los circuitos
primario y secundario de los reactores nucleares, al flujo en los reactores quı́micos de burbujas o en
las columnas de destilación, etc...
El modelado completo y detallado de un flujo de dos fases constituye , hoy por hoy, un problema
casi inabordable, por su complejidad, y por la capacidad de cálculo computacional que demandarı́a.
Téngase en cuenta, por ejemplo, que exigirı́a tener la capacidad de predecir la evolución de la forma,
tamaño y posición de cada burbuja o partı́cula de fase dispersa. Es por esta razón que han sido
desarrollados modelos simplificados para representar los flujos bifásicos con mayor o menor detalle.

3
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 4

El modelo más simple de todos es el denominado modelo homogéneo (Wallis, 1969). En él el fluido es
considerado como un único pseudofluido, cuyas propiedades son propiedades promedio pesadas con la
fracción volumétrica de cada fase. La velocidad de ese pseudofluido es única.
El modelo de drift flux (Wallis, 1969) es similar al modelo homogéneo, pero a diferencia de éste, calcula
una velocidad relativa entre las fases.
El modelo de dos fluidos (Ishii, 1975) es más completo que los anteriores, y es, en la actualidad, uno de
los más utilizados para la simulación de flujos de dos fases. Este modelo surge de plantear las ecuaciones
de conservación exactas para cada fase, y luego de promediar adecuadamente, introducir la variable
ǫk (x, t) (fracción de la fase k), que es la probabilidad de encontrar la fase k en la posición x al tiempo
t. En el proceso de promediado se pierde mucha información de interés, que debe ser reintroducida al
modelo a través de las llamadas relaciones de cierre o clausura. Estas relaciones incluyen, entre otras,
a las fuerzas que realiza una fase sobre la otra, como las fuerzas de drag, lift, masa virtual, etc...
Las relaciones de cierre están, aún hoy, lejos de estar definitivamente establecidas, tanto conceptual
como cuantitativamente. Como ejemplo, se puede citar que la acción del término de lift, que modela
las fuerzas transversales que actúan sobre una burbuja o partı́cula en presencia de un gradiente de
velocidad, no está totalmente comprendida. El coeficiente de lift (CL ) utilizado para burbujas en flujo
en conductos (CL ≈ 0,05; Lahey, 1990) es mucho más pequeño que el deducido para flujo potencial
(CL = 12 ; Drew & Lahey, 1987), mientras que CL para partı́culas depende de la velocidad de rotación de
la partı́cula alrededor de su centro, resultando, en algunos casos, de signo negativo . Algunos autores,
a causa de esta incerteza, simplemente omiten el término de lift (Uchiyama, 1999). Tampoco el efecto
que las paredes sólidas ejercen sobre las burbujas cercanas está totalmente establecido. Este efecto se
introduce generalmente al modelo a través de las denominadas fuerzas de pared. Antal et al. (1991),
por ejemplo, modelaron esta fuerza considerando burbujas esféricas y rı́gidas. Sin embargo, un modelo
reciente (Larreteguy et al., 2002) considera burbujas deformables y elásticas.
En vistas de este “state of the art”, el objetivo de esta tesis es volver sobre flujos sencillos y tratar
de extraer la mayor cantidad de información posible acerca del comportamiento del modelo de dos
fluidos, utilizando un modelo que satisfaga los principios constitutivos básicos (Ishii & Mishima, 1984)
(Drew & Lahey, 2001).
Uno de los flujos más sencillos y más analizados, tanto experimental como numéricamente, es el
flujo totalmente desarrollado en conductos cilı́ndricos verticales. Muchos autores lo han modelado
y analizado, tanto en régimen laminar como en régimen turbulento. Antal et al. (1991) resolvieron
numéricamente las ecuaciones correspondientes a flujo laminar totalmente desarrollado y lograron
reproducir los datos experimentales de Nakoryakov et al. (1986). López de Bertodano et al. hicieron
lo propio para régimen turbulento, y reprodujeron los datos experimentales de Serizawa et al. (1986).
El objetivo de esta tesis es ir más allá de estos análisis y explorar propiedades genéricas del modelo
de dos fluidos y sus soluciones.
El Capı́tulo 2 de esta tesis está dedicado a la presentación completa del modelo de dos fluidos, haciendo
referencia especı́fica a las relaciones de clausura.
Los Capı́tulos 3 y 4 están dedicados al modelado y análisis de flujos totalmente desarrollados en
régimen laminar.
En el Capı́tulo 3 se presenta el sistema de ecuaciones diferenciales resultantes del modelo, y, a través
de manipulaciones algebraicas, se logra reducir ese sistema a una sola ecuación diferencial ordinaria
(ODE), adimensionalizada mediante la introducción de una longitud caracterı́stica L que resulta ser
del orden del radio de la burbuja. Las soluciones de esta ODE son fácilmente obtenidas e investigadas
utilizando Mathematica (Wofram, 1991). Como conclusión de este análsis, se pudo demostrar que,
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 5

en flujos laminares totalmente desarrollados, existe una compensación exacta entre el gradiente de
presión aplicado y la fuerza hidrostática ρeff g, donde ρeff es la densidad efectiva de la mezcla y g la
aceleración de la gravedad. Como corolario, se demuestra también que la fracción de gas en el centro
del conducto sólo depende del gradiente de presión, y que, para todo conducto de diámetro de interés
práctico (d > 20 L), la única solución posible con significado fı́sico es la de perfiles planos de fracción
de gas y velocidad de lı́quido.
En el Capı́tulo 4 se implementa una aproximación numérica del sistema de ecuaciones presentado en el
capı́tulo anterior, utilizando el método de los elementos finitos (Zienkiewicz, 1977). Esta aproximación
numérica permite comprobar las conclusiones anteriores, y extenderlas a casos en los que se predicen
regiones de fracción de gas nula. Se analiza también el comportamiento de las soluciones del modelo de
dos fluidos bajo condiciones de gravedad reducida. El análisis permite demostrar que, al disminuir la
aceleración de la gravedad, cambia el peso relativo de las fuerzas interfaciales, haciendo que la fuerza
de lift sea crecientemente dominante sobre las otras. Esto se traduce en una mayor acumulación de
burbujas en la pared para flujo ascendente, y en una mayor acumulación de burbujas en la región
central del conducto para flujos descendentes.
Los Capı́tulos 5 y 6 de esta tesis están dedicados al modelado y análisis de flujos totalmente desarro-
llados en régimen turbulento.
En el Capı́tulo 5 se presenta un modelo turbulento k − ε desarrollado para flujos de dos fases bubbly
(López de Bertodano et al., 1994). Como el radio de las burbujas puede ser comparable al espesor de
la subcapa laminar, se aplicaron correcciones cuyo resultado es un modelo conocido como modelo k − ε
de bajo Reynolds (Wilcox, 1998). Las funciones de corrección empleadas son las que fueron derivadas
para flujos de una sola fase, ya que el énfasis de la tesis fué puesto en las propiedades de las soluciones
del modelo de dos fluidos y no en el modelo de turbulencia.
Los resultados numéricos del sistema de ecuaciones planteado en el Capı́tulo 5 se presentan en el
Capı́tulo 6, y de ellos se pudieron extraer importantes conclusiones. Dentro de un rango de gradientes
de presión limitado por dos valores de transición, que hemos denominado θ1 y θ2 , las propiedades del
flujo son similares a las obtenidas para flujo laminar : el gradiente de presión aplicado es compensado
por la fuerza hidrostática ρeff g, la fracción de gas en el centro del conducto depende linealmente del
gradiente de presión, y se predicen perfiles planos de fracción de gas y velocidad en la región central
del conducto. Se muestra también que el valor absoluto del gradiente de presión es mayor que ρeff g, si
el gradiente de presión es menor que θ2 , y es menor que ρeff g si el gradiente de presión es mayor que
θ1 . La fracción de gas en la región central del conducto es aproximadamente constante para gradientes
de presión menores que θ2 , y disminuye levemente para gradientes de presión mayores que θ1 .
Un análisis de las transiciones θ1 y θ2 nos permitió concluir que éstas deben su origen a un incremento
de la fuerza lateral de dispersión turbulenta y a la acción de una fuerza lateral que depende de la
derivada radial de la energı́a cinética turbulenta (k). Se comprobó también que las transiciones θ1 y
θ2 dependen linealmente de la fracción de gas promedio (ǫG ).
Finalmente, se analizó cómo cambian las soluciones del modelo turbulento cuando se reduce la ace-
leración de la gravedad. En este caso, cuando se reduce g, cambia nuevamente el peso relativo de los
términos de la ecuación correspondiente a la fracción de gas, lo que provoca una mayor acumulación
de burbujas en la pared, tanto para flujo ascendente como para flujo descendente.
Capı́tulo 2

El Modelo de dos fluidos

El modelo de dos fluidos (Ishii, 1975) surge de plantear las ecuaciones de conservación para cada una
de las fases, y, luego de promediar adecuadamente, suponer que en todo punto del dominio espacial
considerado, existe una probabilidad ǫk de encontrar la fase k, donde ǫk es la fracción volumétrica de
la fase k en el punto considerado.

2.1. Ecuaciones de conservación locales

En forma local, y en cada fase, se cumplen las ecuaciones de conservación de masa, momento y energı́a.
Estas ecuaciones se expresan :
• Ecuación de conservación de la masa
∂ρ
+ ∇ · ρ~v = 0 (2.1)
∂t

• Ecuación de conservación del momento


∂ρ~v
+ ∇ · ρ~v~v = ∇ · (T + T Re ) + ρ~g (2.2)
∂t
donde
T = −p I + µ (∇~v + (∇~v )T )
T Re = ρ ~v ′ ~v ′
donde la barra horizontal indica promediado.
• Ecuación de conservación de la energı́a
∂ 1 1
     
ρ U + v 2 + ∇ · ρ~v U + v 2 = ∇ · (T + T Re ) · ~v − ~q + ρ (r + ~g · ~v ) (2.3)
∂t 2 2
En las ecuaciones anteriores ρ es la densidad, ~v es la velocidad media, ~v ′ es la fluctuación instantánea
de velocidad, T es el tensor de tensiones, T Re es el tensor de tensiones de Reynolds, U es la energı́a
interna especı́fica, ~g es la aceleración de la gravedad, ~q es el flujo de calor, y r es la fuente volumétrica
de calor por unidad de masa.
Es común encontrar también esta ecuación expresada en términos de entalpı́a en lugar de energı́a
interna especı́fica :
p
U =h− (2.4)
ρ

6
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 7

o sea
∂ 1 1
    h i
ρ h + v 2 + ∇ · ρ~v h + v 2 = ∇ · (µ(∇~v + (∇~v )T ) + T Re ) · ~v − ~q + ρ (r + ~g · ~v ) (2.5)
∂t 2 2

2.2. Condiciones de salto

Los flujos de dos fases se caracterizan por la presencia de interfases que separan las fases que están
en movimiento. En una interfase las propiedades son discontinuas, pero los flujos de masa, momento
y energı́a son continuos.
• Conservación de la masa
2
X
[ρk (~vk − ~vki )] · n̆k = 0 (2.6)
k=1

donde ~vki es la velocidad de la interfase, y n̆k la normal exterior a la interfase para cada fase.
Definiendo el flujo de masa interfacial para la fase k como :

ṁk = [ρk (~vk − ~vki )] · n̆k (2.7)

resulta que ṁ1 + ṁ2 = 0, lo que implica que la generación de una fase se produce, exclusivamente,
por la desaparición de la otra.
• Conservación del momento
2
~ σi
X
[ṁk~vk + Tki · n̆k ] = m (2.8)
k=1

~ σi = Hσn̆ + ∇i σ
m (2.9)
donde m~ σi es la fuerza de la tensión superficial, H la curvatura media en la interfase, n̆ la normal
exterior de la fase dispersa, y ∇i el gradiente en coordenadas de la superficie.
Por ejemplo, en el caso en que no hubiera cambio de fase (ṁk = 0), ni gradientes en la tensión
superficial, la condición de salto en la interfase resultarı́a :
2
X
Tki · n̆k = Hσn̆ (2.10)
k=1

que se reduce a ∆p = Hσ en la dirección normal.


En el caso particular de una burbuja esférica de gas inmersa en un lı́quido, esta expresión se convierte
en :

∆p = pg − pl = (2.11)
rb
donde rb es el radio de la burbuja
• Conservación de la energı́a
2 
1
  
Uk + vk2 + Tki · ~vk − ~qk · n̆k = εσi
X
ṁk (2.12)
k=1
2

d i Ui
εσi = Hσn̆ · ~vi + ∇i (σ~vi ) − − Ui ∇i · ~vi (2.13)
dt
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 8

di
Donde Ui es la densidad de energı́a interna en la interfase, y dt es la derivada material en la interfase.
Si ignoramos todas las contribuciones, asumimos que no hay cambio de fase, y despreciamos el trabajo
de deformación en la superficie, se obtiene :
2
X
~qk · n̆k = 0 (2.14)
k=1

lo que significa que el calor entregado por una de las fases es recibido por la otra.

2.3. Promediados

2.3.1. Porqué promediar

Se podrı́a intentar resolver el problema del flujo de dos fases con el modelo cerrado que vimos hasta
ahora, es decir, las ecuaciones locales instantáneas de cada fase (2.1) y las condiciones de salto en las
interfases (2.2). Si ası́ lo hiciéramos, deberı́amos ser capaces de determinar la evolución temporal de
la posición de todas y cada una de las interfases. Estas posiciones son, a su vez, parte de la solución
del problema, ya que las ecuaciones de conservación y las condiciones de salto están acopladas. Las
dificultades matemáticas y de cálculo numérico para encontrar la solución serı́an enormes, y en la
mayorı́a de los problemas prácticos, superarı́an nuestra capacidad actual.
Por otro lado, el enorme caudal de información que se obtendrı́a serı́a inmanejable, lo que harı́a nece-
sario el uso de procesamiento estadı́stico para que los resultados tuvieran utilidad. No nos interesarı́a,
por ejemplo, conocer si a los t segundos de iniciado un proceso encontramos en la posición ~x a la fase
1 ó 2 , sino cual es la probabilidad de encontrar alguna de las fases.
Es por estas razones que la aplicabilidad de la formulación local instantánea está severamente limita-
da, y se hace evidente que es necesario promediar las ecuaciones locales instantáneas, con lo que se
obtendrán variables promediadas.
En el proceso de promediado se pierde información de detalle del flujo, alguna de ella de fundamental
importancia, como las fuerzas que actúan en las interfases. Es por esta razón que, con el promediado, se
necesitará modelar una cantidad de términos que reemplacen la información perdida, para obtener un
sistema cerrado de ecuaciones. Esto se conoce como el planteo del problema de cierre, y su tratamiento
se verá cuando se planteen las ecuaciones promediadas.

2.3.2. El promedio volumétrico y sus propiedades

Las ecuaciones de conservación promediadas para cada fase, pueden ser obtenidas promediando las
ecuaciones locales sobre un volumen V0 . Este volumen debe ser lo suficientemente grande como para
abarcar varias partı́culas de fase dispresa, pero, a su vez, suficientemente pequeño como para no
enmascarar variaciones espaciales de las propiedades promediadas.
Siguiendo a Ni & Beckermann (1991), si consideramos una función general de la posición y el tiempo
en la fase k, fk (~x, t), que puede ser escalar, vectorial ó tensorial, y a la que denotaremos simplemente
fk , se define el promedio volumétrico como :
1
Z
fk = Xk fk dV (2.15)
V0 V0

donde Xk es la llamada función indicadora de fase, que vale uno en la fase k y cero en cualquier otra.
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 9

El promedio volumétrico intrı́nseco se define como :


1
Z
k
fk = Xk fk dV (2.16)
Vk V0

Definimos también la fracción volumétrica ǫk como


Vk
ǫk = (2.17)
V0
que debe cumplir con X
ǫk = 1 (2.18)
k
Se comprueba también que
k
fk = ǫk fk (2.19)
La fluctuación de fk se define como
k
fk′ = fk − fk (2.20)
El promedio del producto de dos funciones fk y gk está dado por
k k k
fk gk = fk gk k + fk′ gk′ (2.21)
Finalmente enunciaremos dos teoremas, comprobados por varios autores :
∂fk ∂fk 1
Z
= − fk w
~ k · n̆k dA (2.22)
∂t ∂t V0 Ak

donde w
~ k es la velocidad de la interfase Ak
1
Z
∇fk = ∇fk + fk n̆k dA (2.23)
V0 Ak

o su equivalente
1
Z
k
∇fk = ǫk ∇fk + fk′ n̆k dA (2.24)
V0 Ak
Comparando las dos últimas ecuaciones, obtenemos
1
Z
k k
fk n̆k dA = −fk ∇ǫk (2.25)
V0 Ak

que, para el caso particular fk = 1


1
Z
n̆k dA = − ∇ǫk (2.26)
V0 Ak

2.4. Ecuaciones de conservación promediadas

Integrando las ecuaciones de conservación locales (2.1) a (2.3) y haciendo uso de las ecuaciones (2.15)
a (2.26), se obtiene las correspondientes ecuaciones promediadas.
El dominio espacial deja ahora de ser un dominio separado por interfases, para convertirse en un
dominio continuo, donde la probabilidad de encontrar a la fase k en un punto dado, está dado por la
fracción volumétrica ǫk .
Al desaparecer las interfases, pierde sentido plantear condiciones de salto como tales. Estas se trans-
forman, ahora, en restricciones a los términos que surgen de la solución del problema de cierre, como
se verá más adelante.
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 10

2.4.1. Ecuación de conservación de la masa

∂ǫk ρk k  k

+ ∇ · ǫk ρk k~vk = Γk (2.27)
∂t
Donde :
Γc = −Γd por condición de salto en la interfase.
Γc = Γcd − Γdc
Γd = Γdc − Γcd
Γcd : ritmo de cambio de fase dispersa a fase continua
Γdc : ritmo de cambio de fase continua a fase dispersa

El modelado de los términos Γcd y Γdc depende de las fases particulares de que se trate, y sus leyes
constitutivas.

2.4.2. Ecuación de conservación del momento

k
∂ǫk ρk k~vk
 
 k k

k k
+ ∇ · ǫk ρk k~vk ~vk = ∇ · ǫk Tk + TkRe ~ k + ~vk Γk
+ ǫk ρk k~g + M (2.28)
∂t
Donde :
~ k : intercambio de momento interfacial
M
~ 1 + ~v1 Γ1 = −M
M ~ 2 + ~v2 Γ2 por condición de salto en la interfase

~ k se suele subdividir en varias contribuciones :


El término M
~k = M
M ~ kD + M
~ kL + M
~ kV M + M
~ kT D + M
~ kw (2.29)

~ k constituye parte del llamado problema de cierre.


El tratamiento de los términos que componen M
~D
• Fuerza de drag - M k

La fuerza de drag tiene en cuenta la fuerza de arrastre que se opone al movimiento cuando hay
velocidad relativa entre las fases.
~ kD = 3 ǫd ρc CD | ~vc − ~vd | (~vc − ~vd )
M (2.30)
8 rd
donde CD es el llamado coeficiente de drag, función del número de Reynolds, que en este caso se calcula
como :
2 rd ρc | ~vd − ~vc |
Re = (2.31)
µc
donde rd es el radio de las partı́culas de la fase dispersa, supuestas esféricas.
La ley de Stokes establece, para efectos inerciales despreciables (Re ≪ 1) :
24
CD = (2.32)
Re

Por otro lado, Ossen tuvo en cuenta los efectos inerciales, y obtuvo :
24 3
 
CD = 1+ Re (2.33)
Re 16
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 11

Si bien no hay solución analı́tica para Re ≥ 1, existen expresiones para calcular el coeficiente de drag
con razonable presición :
Drew & Passman (1998) establecieron que :
24
CD = (1 + 0,1 Re0,75 ) (2.34)
Re
2 rd ρc | ~vd − ~vc |
Re = (2.35)
µm
1 − ǫd −2,5ǫdm (µd +0,4µc )/(µd +µc )
µm = µc ( ) (2.36)
ǫdm

Por otro lado, Morsi y Alexander (1972) obtuvieron :

CD = 24/Re para Re ≤ 0,1


CD = 22,73/Re + 0,0903/Re2 + 3,69 para Re ≤ 1
CD = 29,1667/Re − 3,8889/Re2 + 1,222 para Re ≤ 10
CD = 46,5/Re − 116,67/Re2 + 0,6167 para Re ≤ 100
CD = 98,33/Re − 2,778/Re2 + 0,3644 para Re ≤ 1000

En la Figura 2.1 se compara el resultado de las expresiones anteriormente citadas.


100000

Drew
10000 Oss en
Stokes
1000 M orsi

100
CD

10

0,1
1E−4 1E−3 0,01 0,1 1 10 100 1000 10000

Re

Figura 2.1: Coeficientes de drag

~L
• Fuerza de lift - M k

Si la fase continua tiene movimiento de corte con vorticidad no nula, la fase dispersa experimenta una
fuerza, en dirección perpendicular al movimiento, llamada fuerza de lift.
~ kL = −CL ǫd ρc (~vc − ~vd ) ∧ (∇ ∧ ~vc )
M (2.37)
CL : Coeficiente de lift.
Muchos cálculos y mediciones del coeficiente de lift pueden encontrarse en la literatura, y no todos
coinciden, ni siquiera en el signo de este coeficiente.
Para determinar el coeficiente de lift, la mayorı́a de los autores calculó numéricamente la fuerza de lift
sobre una esfera de radio a rotando con velocidad angular Ω inmersa en un flujo lineal de corte, cuya
velocidad adopta la forma :
vc ĕx = (v0 + α y)ĕx (2.38)
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 12

donde v0 es la velocidad sobre la lı́nea de corriente correspondiente al centro de la esfera.


Se definen, además, las variables adimensionales
a a 2 a v0
Ω∗ = Ω ; α∗ = α ; Re = (2.39)
v0 v0 ν
donde ν es la viscosidad cinemática del fluido.
Teniendo en cuenta que la fuerza definida en (2.37) es, en realidad, fuerza por unidad de volumen, la
fuerza calculada por los autores es

F~L = −CL Vd ρc (~vc − ~vd ) ∧ (∇ ∧ ~vc ) (2.40)

donde Vd es el volumen de la esfera, y ~vd = 0


Se calcula, entonces, el coficiente de lift como

F~L
CL = − (2.41)
Vd ρc ~vc ∧ (∇ ∧ ~vc )

Saffman estudió la fueza de lift ejercida sobre la esfera que rota en un flujo de corte lineal, para Re
mucho menor que la unidad. La expresión que obtuvo para esa fuerza es :
s
|α| 11
F~L = 6,46 ν ρc a v0 2
− ρc v0 α a3 + πρc v0 Ω a3 (2.42)
ν 8
y, asumiendo las siguientes relaciones :

Ω(2a)2 α(2a)2 α∗
r
Reα
Re ≪ 1 ; ReΩ = ≪1 ; Reα = ≪1 ; ε= = 1,414 ≫ 1 (2.43)
ν ν Re Re
finalmente obtuvo s !
3 | α∗ |
CL = 5,816 − 0,875α∗ + 2Ω∗ (2.44)
8α∗ Rep
McLaughlin extendió el resultado de Saffman para ε más pequeño (0,1 ≤ ε ≤ 20) , y obtuvo :
CL
= 0,443 J (2.45)
CL,Sa
donde CL,Sa es la expresión (2.44) despreciando el segundo y tercer término. El término adimensional
J responde a la siguiente expresión :

J = J(ε) ≈ 0,6765 [1 + tanh[2,5(log10 ε + 0,191)]] [0,667 + tanh[6(ε − 0,32)]] (2.46)

En base a resultados numéricos, Mei propuso la siguiente expresión para el coeficiente de lift :
CL √ Re √
= (1 − 0,3314 α∗ )exp(− ) + 0,3314 α∗ para Re ≤ 40 (2.47)
CL,Sa 10
CL √
= 0,0524 α∗ Re para Re > 40 (2.48)
CL,Sa

Kurose y Komori (1997) calcularon la fuerza de lift sobre una esfera que rota en flujo de corte lineal,
para 1 ≤ Re ≤ 500, y obtuvieron la siguiente expresión :
3 h ∗0,9 ∗1,1

∗ ∗2,0 ∗9,5


i
CL = K0 α + K1 α + K2 + K3 α + K4 α + K5 α Ω (2.49)
8α∗
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 13

donde los coeficientes Kn están dados en forma de tabla para valores fijos de Reynolds (Re = 1, 5, 10,
50, 100, 200, 300, 400, 500)
Es de destacar que, si la esfera no rota (Ω∗ = 0), el coeficiente de lift calculado por Kurose - Komori
cambia de signo y se hace negativo para Re ≈ 60 .
Buscaglia et al.(1999) calcularon la fuerza de lift sobre una esfera inmersa en un flujo de corte lineal
que rota con Ω∗ (t), partiendo de Ω∗ (0) = 0. Obtuvieron como resultado que el coeficiente de lift es
negativo para Reynolds y Ω∗ bajos, y se hace positivo cuando Ω∗ aumenta.
Auton estudió la fuerza de lift sobre una burbuja esférica elevándose en un flujo de corte no viscoso
que cumple la condición
α∗ ≪ 1 (2.50)
y obtuvo
2
F~L = πρc a3 α v0 (2.51)
3
que, teniendo en cuenta (2.41), resulta en :
1
CL = (2.52)
2

En el lı́mite opuesto de flujo muy viscoso, Legendre & Magnaudet (1998) obtuvieron :
4 1 1
F~L = ρc ν 2 a2 v0 α 2 J(ε) (2.53)
π
donde J(ε) responde a la ecuación (2.46)
6 1
CL = 2
(2 Re α∗ )− 2 J(ε) (2.54)
π
Para extender el rango de validez de la correlación (2.54) hasta flujos de alto Reynolds, Legendre y
Magnaudet reemplazaron la función J(ε) por una función empı́rica J ′ (ε) definida como
J(∞)
J ′ (ε) = 3 (2.55)
(1 + 0,2ε−2 ) 2
donde J(∞) = 2,255 , y obtuvieron :
6
CLlow Re (Re, α∗ ) = (2 Re α∗ )−1/2 J ′ (ε) (2.56)
π2
11 + 16Re−1
CLhigh Re (Re) = (2.57)
21 + 29Re−1
h i2 h i2 0,5
∗ high Re
CL (Re, α ) = CLlow Re (Re, α∗ ) + CL (Re) (2.58)

La Figura (2.2) muestra el coeficiente de lift para esferas, en función del Reynolds, para α∗ = 0,1 y
Ω∗ = 0 .
La Figura (2.3) muestra el coeficiente de lift para esferas, en función del Reynolds, incluyendo los
resultados de Kurose - Komori, para α∗ = 0,1 y Ω∗ = 0 .
La figura (2.4) muestra el coeficiente de lift en función del Reynolds para burbujas esféricas, α∗ = 0,1
y Ω∗ = 0. La curva Legendre (1) corresponde a la ecuación (2.54), y la curva Legendre (2) a la
ecuación (2.58).
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 14

100

10

0,1
CL
M ei
0,01 M cLaugh lin
Saffm an
1E−3

1E−4
0,01 0,1 1 10 100

Re

Figura 2.2: Coeficientes de lift


6

5 Kurose
M ei
4 M cLaugh lin
Saffm an
3

CL
2

1 10 100 1000

Re

Figura 2.3: Coeficientes de lift

El objetivo de esta recopilación es simplemente mostrar la diversidad de expresiones existentes para


calcular el coefieciente de lift, y poner en evidencia que difieren en gran medida. Los autores coinciden
en que el coeficiente de lift depende de Ω∗ , pero el hecho es que a Ω∗ no es posible medirlo.
~ VM
• Fuerza de masa virtual - M k

La fuerza de masa virtual surge como consecuencia de que, para acelerar una partı́cula de fase dispersa,
se debe acelerar también la fase continua que la rodea, y la inercia resultante es mayor.

~ kV M = CV M ǫd ρc [( ∂~vc + ~vc · ∇~vc ) − ( ∂~vd + ~vd · ∇~vd )]


M (2.59)
∂t ∂t
CV M : coeficiente de masa virtual
Varios autores trataron este coeficiente :
Auton y Naciri concluyeron que el coeficiente de masa virtual debe ser igual al coeficiente de lift tras
estudiar un flujo estacionario, rotacional con Sr ≪ 1 , donde Sr (non-dimensional shear rate) es :
2αa
Sr = (2.60)
v0

Legendre & Magnaudet (1998), por otro lado, sostienen que la igualdad CV M = CL es válida para
flujos estacionarios con Sr ≤ 0,2.
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 15

10

Legend re − (1)
Legend re − (2)
Auton

1
CL

0,1
0,1 1 10 100 1000

Re

Figura 2.4: Coeficientes de lift

Para flujo potencial alrededor de una esfera, Drew (1998) propone :


1
CV M = (2.61)
2
igual al coeficiente de lift propuesto por Auton para flujos de alto Reynolds.
Para flujos de alto Reynolds, Zuber propuso :
1 3
CV M = + ǫd (2.62)
2 2

~ TD
• Fuerza de dispersión turbulenta - M k

La fuerza de dispersión turbulenta tiene en cuenta la dispersión de la fase dispersa por acción de la
turbulencia de la fase continua. Esta fuerza será presentada en el Capı́tulo 5.
~w
• Fuerza de pared - M k

La fuerza de pared tiene en cuenta el efecto que las paredes rı́gidas ejercen sobre las partı́culas dispersas
que se mueven en su proximidad. Esta proximidad sumada a la condición de no deslizamiento en la
pared, hace que la velocidad de la fase continua que pasa entre la partı́cula y la pared sea menor que
la del que pasa del lado interno de la partı́cula . El efecto neto es una fuerza que aleja a la partı́cula
de la pared, con una intensidad inversamente proporcional a la distancia a esa pared.
Según Antal et al. (1991) esta fuerza puede expresarse como
2
~ dw = (Cw1 + Cw2 rd ) ǫd ρd | ~vr | n̆w
M (2.63)
y rd
donde
Cw1 = −0,1
Cw2 = 0,147
y : distancia a la pared
n̆w : versor normal exterior de la pared
CAPÍTULO 2. EL MODELO DE DOS FLUIDOS 16

2.4.3. Ecuación de conservación de la energı́a

La conservación de la energı́a total se expresa :


∂ 1 k 1 k
    
k k k
ǫk ρk k Uk + (~vk )2 + KkRe + ∇ · ǫk ρk k~vk Uk + (~vk )2 + KkRe =
∂t 2 2
k k k k
h  i  
∇ · ǫk Tk + TkRe · ~vk − ~qk − ~qkRe + ǫk ρk k rk k + ~g · ~vk + (2.64)
1
 
e
Ek + Wk + Uki + (~vki )2 Γk
2

donde : KkRe : energı́a cinética turbulenta


~qkRe : fluctuaciones en los flujos de energı́a
Ek : fuente de energı́a debido a la interacción con la otra fase
Wk : trabajo interfacial
~vkie Γ : flujo de energı́a cinética interfacial
k

En todos los casos particulares analizados en esta tesis, se considerará que los efectos térmicos son
despreciables.
Capı́tulo 3

El modelo de dos fluidos - Régimen


laminar

Consideramos las ecuaciones de conservación de masa y momento, despreciando los efectos térmicos
(Drew & Passman, 1998)
∂(ǫk ρk )
+ ∇ · (ǫk ρk~vk ) = 0 (3.1)
∂t
∂(ǫk ρk~vk )
+ ∇ · (ǫk ρk~vk~vk ) = ∇ · [ǫk (Tk + τkRe )] + ǫk ρk~g + Mk (3.2)
∂t
en las cuales k se refiere a la fase (L para lı́quido, G para gas), ǫk es la fracción volumétrica (de
hecho, probabilı́stica) de la fase k, ~vk es la correspondiente velocidad, ρk la densidad, TK el tensor de
tensiones,
Tk = −pk I + µk [∇~vk + (∇~vk )T ]
pk la presión, y µk la viscosidad. τkRe es el tensor de tensiones de Reynolds debido a fluctuaciones
estadı́sticas, modelado por Nigmatulin (1979) :
h i
τLRe = −ǫG ρL A|~vG − ~vL |2 I + B(~vG − ~vL )(~vG − ~vL ) (3.3)
3 1
donde los valores usuales para A y B son 20 and 20 , respectivamente. De aquı́ en adelante denotaremoss
(~vG − ~vL ) como ~vr , y definiremos vr = |~vr |.
En (3.2), MK representa el intercambio de momento interfacial, que se relaciona con las fuerzas entre
las fases (Mk′ ) según
Mk = pki ∇ǫk − τki · ∇ǫk + Mk′ (3.4)
donde el subı́ndice i indica el valor en la interfase.
Existen diferentes modelos para Mk , en particular para la fase lı́quida (k = L),
h    i
ML = pLi ∇ǫL − µL ∇vL + ∇vLT − ρL A|~vr |2 I + B(~vr ⊗ ~vr ) ∇ǫL + ML′ (Antal, 1991) (3.5)
h  i
ML = pLi ∇ǫL − ρL ab |~vr |2 I − a2 (~vr · ~vr ) ∇ǫL − ρL ǫL ∇ · (~vr ⊗~vr )) + ML′ (Drew & Passman, 1998)
(3.6)
9 3
donde a = − 20 yb= 20 .
La presión en la interfase (pLi ) puede derivarse de la expresión (Stuhmiller, 1977) :
1
pL − pLi = C ρL ǫL |~vr |2 , C= (3.7)
4

17
CAPÍTULO 3. EL MODELO DE DOS FLUIDOS - RÉGIMEN LAMINAR 18

Consideraremos fuerzas de drag, lift y pared, Mk′ = Mk′D + Mk′L + Mk′W , con

3 ǫG
MG′D = −ML′D = − CD ρL~vr |~vr | (3.8)
8 Rb
24
CD = (1 + 0,1 Re0,75 ) (3.9)
Re
2Rb ρL |~vr | µL
Re = , µm = (3.10)
µm (1 − ǫG )

MG′L = −ML′L = −CL ǫG ρL~vr ∧ (∇ ∧ ~vL ) (3.11)

ǫG ρL |uk |2 ǫG ρL |uk |2
 h  i h  i
Rb

Rb CW 1 + CW 2 y0 n̆w si Rb CW 1 + CW 2 Ry0
b
>0
MG′W = −ML′W = ǫG ρL |uk |2 h  i (3.12)
 0 Rb
si Rb CW1 + C W 2 y0 ≤0

uk = ~vr − [n̆w · ~vr ]n̆w (3.13)


CW 1 = −0,1 , CW 2 = 0,147 (3.14)
donde y0 es la distancia a la pared, n̆w es el versor normal y Rb es el radio de burbuja.
Considerando flujo totalmente desarrollado en un conducto vertical cilı́ndrico, el conjunto completo
de ecuaciones presentado se reduce a un sistema de cinco ecuaciones diferenciales que corresponden a
cinco funciones incógnitas : vL (r), vG (r), pL (r, z), pG (r, z) y ǫG (r) :
• Ecuación de conservación de nomento - fase gaseosa - dirección radial (r̆)
" #
∂pG ∂vL ρL vr2 Rb
ǫG + CL ρL vr + (CW 1 + CW 2 ) =0 (3.15)
∂r ∂r Rb (R − r)
donde R es el radio interno del conducto.
• Ecuación de conservación de momento - fase gaseosa - dirección axial (z̆)
∂pG 3 CD
= −ρG g − ρL vr |vr | (3.16)
∂z 8 Rb
Esta ecuación es utilizada para el cálculo de la velocidad relativa (vr ). Esta velocidad será considerada,
de aquı́ en más, uniforme. Es esta una excelente aproximación porque todos los coeficientes en (3.16)
son constantes a excepción de CD , que depende débilmente de ǫG para flujos diluidos (ver (3.9)-(3.10)).
• Ecuación de conservación de momento - fase lı́quida - dirección radial (r̆)
∂pL ∂ h i ∂vL ∂ǫG
ǫL =− A ρL ǫL (1 − ǫL )vr2 + CL ǫG ρL vr + C ρL (1 − ǫG )vr2 (3.17)
∂r ∂r ∂r ∂r
ǫG ρL vr2 Rb ∂ǫ
 
G
+ CW 1 + CW 2 − C1 ρL vr2
Rb (R − r) ∂r
• Ecuación de conservación de momento - fase lı́quida - dirección axial (z̆)
∂pL 1 ∂ ∂vL 3 ǫG ∂vL ∂ǫG
 
ǫL = r ǫL µL + CD ρL vr |vr | − ǫL ρL g + C2 µL (3.18)
∂z r ∂r ∂r 8 Rb ∂r ∂r
• Condición de salto en la interfase

pG − p L = − C ρL (1 − ǫG )vr2 (3.19)
Rb
CAPÍTULO 3. EL MODELO DE DOS FLUIDOS - RÉGIMEN LAMINAR 19

3.1. Reducción y adimensionalización del sistema de ecuaciones di-


ferenciales

Definamos
1 ∂P ∂p
Z
ρ ≡ ρeff = ǫL ρL + ǫG ρG , ρ≡ ρ dS , ≡ + ρg (3.20)
S S ∂z ∂z
donde S es el área transversal del conducto.
Eliminando la fuerza de drag de (3.16) y (3.18), y usando ǫL = (ρ − ρG )/(ρL − ρG ), se llega a

∂P (ρ − ρG ) µL ∂ ∂vL ∂vL ∂ǫG


 
+ (ρ − ρ)g = r + (C2 − 1)µL (3.21)
∂z (ρL − ρG ) r ∂r ∂r ∂r ∂r

Por otro lado, reemplazando (3.17) y (3.19) en (3.15), y después de multiplicar por ǫL /(ρL vr ), se
obtiene
(ρ − ρG ) 1 ∂ρ CL ∂vL 1 Rb
= + (CW 1 + CW 2 ) (3.22)
(ρL − ρG ) (ρL − ρG ) ∂r (2C − A)vr ∂r Rb (2C − A) R−r
(C1 + A ǫG ) 1 ∂ρ

(2C − A) (ρL − ρG ) ∂r

El sistema queda reducido, entonces, a sólo dos ecuaciones, lo que motiva la introducción de las
siguientes variables adimensionales :

∂P ∗ 1 ∂P 2 µL vr (C − A) vL CL
≡ , L2 ≡ , v∗ = (3.23)
∂z (ρL − ρG )g ∂z g(ρL − ρG )CL vr 2(C − A)

r R Rb CW 1 CW 2
r∗ ≡ , R∗ ≡ , Rb∗ ≡ , E≡ , D≡ (3.24)
L L L 2(C − A)Rb∗ 2(C − A)

La Tabla 1 muestra valores de la longitud intrı́nseca L calculados para diferentes fases dispersas en
agua en reposo, asumiendo un radio de burbuja (o partı́cula) de 0.5 mm y un coeficiente de lift
CL = 0,1. A primer orden, L depende solamente del radio de burbuja y de las constantes (C − A) y
CL , y para valores razonables de estos coeficientes resulta del orden del radio de burbuja.

Mezcla ρc (kg/m3 ) µc (kg/(m s)) ρd (kg/m3 ) vr (m/s) L (m)


agua-aire 998 0.001 1.19 0.1184 1,557 10−4
agua-CO2 998 0.001 1.9022 0.1183 1,557 10−4
agua-polystireno 998 0.001 55 0.1143 1,573 10−4
agua-madera 998 0.001 545 0.0714 1,793 10−4
agua-aceite 998 0.001 874 0.0297 2,211 10−4
agua-vidrio 998 0.001 2500 - 0.153 1,442 10−4
agua-acero 998 0.001 7900 - 0.387 1,07 10−4
agua-vapor 958.12 0.000282 0.598 0.1545 0,964 10−4

Cuadro 3.1: Algunos valores tı́picos de la longitud caracterı́stica L. El subı́ndice c se refiere a la fase
continua y el subı́ndice d a la fase dispersa. La mezcla agua-vapor está considerada a 100 ◦ C y presión
atmosférica. Se consideró un radio de burbuja o partı́cula de 0.5 mm .
CAPÍTULO 3. EL MODELO DE DOS FLUIDOS - RÉGIMEN LAMINAR 20

De (3.21)-(3.22), usando las variables adimensionales (3.23)-(3.24) y considerando nulo el término de


fuerza de pared, se obtiene la siguiente ecuación diferencial ordinaria

2∂
2ǫ ∂ǫL 2 (ǫL )2 ∂ǫL
 
L
(ǫL ) + (2 − C2 )ǫL
∗2
+ ∗ − ǫL + (3.25)
∂r ∂r∗ r ∂r∗
∂ǫL 2
" !  #
(C1 + A) 1 ∂ǫL ∂ 2 ǫL ∂P ∗

+ ǫL ∗ ∗
+ ∗2 − (C2 − 1) ∗
= − ǫL
2(C − A) r ∂r ∂r ∂r ∂z

donde ǫL = (ρ − ρG )/(ρL − ρG ). La ecuación es válida en todo punto donde no actúe la fuerza de pared
(R − r > − D
E L). Es de hacer destacar que el término de la derecha es constante, independiente de r .

3 1
A las constantes A y B les fué asignado su valor usual, A = 20 , B = 20 , y se consideraron dos conjuntos
3 27
de valores para C1 y C2 : C1 = − 20 y C2 = 1 tomados de Antal et al. (1991) (Modelo I), o C1 = − 400
y C2 = 0, tomados de Drew & Passman (1998) (Modelo II).
Adoptando, por ejemplo, el modelo de Antal et al., la ecuación (3.25) queda reducida a
2
∂ 2 ǫL ∂ǫL (ǫL )2 ∂ǫL ∂P ∗

(ǫL )2 ∗2
+ ǫL + − ǫL = − ǫL (3.26)
∂r ∂r∗ r∗ ∂r∗ ∂z
que es, en cierta forma, la ecuación “universal” para el flujo bubbly laminar totalmente desarrollado
suficientemente lejos de la pared, en el sentido de que no contiene parámetros a excepción de la
constante en el lado derecho.
Las diferentes soluciones de (3.26) se obtienen cambiando dos parámetros : el gradiente de presión y la
cantidad de gas en el flujo. Para el análisis que sigue se cambiará el segundo parámetro por la fracción
de lı́quido en r∗ = 0, ǫL (0), y se reescribirá el lado derecho de (3.26) como

∂P ∗
− ǫL = −ǫL (0)(1 + λ) (3.27)
∂z
lo que resulta finalmente en
2ǫ 2
2∂ ∂ǫL (ǫL )2 ∂ǫL

L
(ǫL ) ∗2
+ ǫL + − ǫL = −ǫL (0)(1 + λ) (3.28)
∂r ∂r∗ r∗ ∂r∗

Si, por otro lado, se adopta el modelo de Drew & Passman, se obtiene una ecuación análoga :

∂ 2 ǫL ∂ǫL 2 (ǫL )2 ∂ǫL


 
(ǫL )2 + 2ǫL + ∗ − ǫL + (3.29)
∂r∗2 ∂r∗ r ∂r∗
∂ǫL 2
" !  #
33 1 ∂ǫL ∂ 2 ǫL

+ ǫL + ∗2 + = −ǫL (0)(1 + λ)
80 r∗ ∂r∗ ∂r ∂r∗

Se resuelven entonces las ODE (3.28)-(3.29) con condiciones iniciales ǫ′L (0) = 0 y ǫL (0) dada, para las
diferentes constantes del lado derecho, que han sido parametrizadas con λ. Nótese que :
∂pL
= −ρ(0)g − λ[(1 − ǫG (0))(ρL − ρG )g] (3.30)
∂z
por lo que λ es una medida de la diferencia entre el gradiente de presión aplicado y el peso especı́fico
efectivo de la mezcla en el centro del conducto.
CAPÍTULO 3. EL MODELO DE DOS FLUIDOS - RÉGIMEN LAMINAR 21

1,0
ǫG (0) = 0,016
0,9

0,8
λ
0,7

0,6 Antal
0,5 0.0001
ǫG 0.001
0,4
0.01
0,3
Drew
0,2
0.0001
0,1 0.001
0,0 0.01

0 2 4 6 8 10 12 14

r*

Figura 3.1: ǫG (r∗ ) - λ > 0 - Flujo ascendente


0,018

0,016 ǫG (0) = 0,016


0,014
λ
0,012

0,010 Antal
ǫG − 0.01
0,008
− 0.001
0,006 − 0.0001
0,004
Drew
− 0.01
0,002
− 0.001
0,000 − 0.0001

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

r*

Figura 3.2: ǫG (r∗ ) - λ < 0 - Flujo descendente

3.2. Propiedades genéricas de las soluciones

Las ecuaciones (3.28)-(3.29) fueron resueltas utilizando Mathematica (Wolfram, 1991) para un amplio
conjunto de los parámetros ǫL (0) (igual a 1−ǫG (0)) y λ. Algunas soluciones pueden verse en las Figuras
3.1 - 3.3. Un hecho genérico acerca de la familia biparamétrica de soluciones de (3.28)-(3.29) es la
existencia de un valor lı́mite de r∗ , que denominaremos radio crı́tico (rc∗ ), para el que ǫL toma valores
que no tienen significado fı́sico (negativos o mayores que uno). En la Fig. 3.4 se muestra rc∗ como
función de |λ| para diferentes valores de ǫG (0). Considérese, por ejemplo, el caso en que ǫG (0) = 0,016.
Recuérdese que la longitud caracterı́stica (L) es del orden de Rb , y para fijar ideas, se puede asumir
que el radio del conducto es 40 veces Rb . Es éste, sin duda, un conducto de diámetro pequeño. De
todas formas, observando la Fig. 3.5, es evidente que a menos que |λ| < 10−6 , no existe solución
para la ecuación diferencial (3.28)-(3.29) que se mantenga entre 0 y 1 a lo largo de todo el radio del
conducto. En todos los casos razonables (esto es, conductos significativamente más grandes que el radio
de burbuja) la banda de valores “permitidos” para λ, centrada en cero, es extremadamente angosta.
CAPÍTULO 3. EL MODELO DE DOS FLUIDOS - RÉGIMEN LAMINAR 22

ǫG (0)
1,0

0,9 Antal
0.016
0,8
0.1
0,7
0.2 λ = 0,0001
0,6 Drew
0,5 0.016
ǫG 0.1
0,4
0.2
0,3

0,2

0,1

0,0

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

r*

Figura 3.3: ǫG (r∗ ) para diferentes ǫG (0)

¿Qué es lo que esto significa? Significa que, en flujo laminar totalmente desarrollado, las soluciones
del modelo de dos fluidos (las únicas soluciones con significado fı́sico) son aquellas en las que el peso
especı́fico efectivo en el centro del conducto (ρeff (0) ~g ) prácticamente equilibra al gradiente de presión
impuesto. “Prácticamente” quiere decir que la diferencia, como en el caso anterior, es de una parte
por millón o menos.
45

40 Modelo Antal
35 Flujo ascendente
ǫG (0)
(r c*)

30
0.016
25 0.1
Radio crı́tico

0.2
20

15

10

0
1E−6 1E−5 1E−4 1E−3 0,01

|λ |

Figura 3.4: rc∗ como función de |λ| para diferentes ǫG (0)

Este resultado nos permite probar, como corolario, que :


Consecuencia 1 : Los perfiles planos de fracción de gas tı́picos de los flujos de dos fases en conductos,
son la única solución posible del modelo de dos fluidos (a menos que el diámetro del conducto sea muy
pequeño). Esto puede probarse simplemente observando las soluciones de (3.28)-(3.29) con |λ| < 10−6 ,
y confirmando que todas ellas son extremadamente planas (como funciones de r∗ ) hasta muy cerca de
rc∗ , donde muestran un rápido crecimiento (si λ es positivo) o decrecimiento (si λ es negativo) que lleva a
ǫG a valores mayores que uno o menores que cero. Otro modo, más heurı́stico, de probar que los perfiles
CAPÍTULO 3. EL MODELO DE DOS FLUIDOS - RÉGIMEN LAMINAR 23

50 ǫG (0) = 0,016
45

40 Modelo Antal - Flujo asc.


35
Modelo Antal - Flujo desc.

Radio crı́tico (r c*)


Modelo Drew - Flujo asc.
30
Modelo Drew - Flujo desc.
25

20

15

10

1E−6 1E−5 1E−4 1E−3 0,01

|λ|

Figura 3.5: rc∗ como función de |λ|

de fracción de gas son necesariamente planos, sabiendo ya que |λ| < 10−6 , proviene de un análisis
término a término de (3.28)-(3.29). El hecho de que |λ| sea pequeño implica la cancelación “práctica”,
en r∗ = 0, del cuarto término de la izquierda de (3.28)-(3.29) con el término derecho. Esto deja al
resto de los términos, todos ellos conteniendo derivadas de ǫL , igualados a cero (“prácticamente”) y
con la condición de borde ǫ′L (0) = 0. La solución de este problema es (de nuevo “prácticamente” en el
sentido ya explicado) una constante, y por lo tanto un perfil plano de fracción de gas.
Esta no es la única consecuencia de que λ sea necesariamente muy pequeño.
Consecuencia 2 : El perfil plano de fracción de gas lejos de la pared del conducto tiene un valor de
ǫL (y por lo tanto de ǫG ) que solamente depende del gradiente de presión, la densidad de las fases, y
la gravedad. En particular, el valor de ǫG no depende de (a) el caudal de gas, (b) la viscosidad de las
fases, o (c) la velocidad relativa. La prueba es inmediata teniendo en cuenta la ecuación (3.30).
Una vez obtenida ǫL (r∗ ), la ecuación

1 ∂ ∗
∗ ∂v
 
−ǫL (0)(1 + λ) = ǫL r − ǫL (3.31)
r∗ ∂r∗ ∂r∗
d v∗
con condición de contorno d rL∗ (r∗ = 0) = 0, da como resultado la velocidad de la fase lı́quida a menos
de una constante (el valor en el centro). La ecuación fué resuelta usando nuevamente Mathematica.
Algunos resultados se muestran en la Figuras 3.6 y 3.7.
Con una comprobación análoga a la de la Consecuencia 1, se obtiene :
Consecuencia 3 : Los perfiles planos de velocidad tı́picos de los flujos de dos fases en conductos,
son la única solución posible del modelo de dos fluidos (a menos que el diámetro del conducto sea
muy pequeño). En particular, la chatura de estos perfiles no está ligada a las tensiones turbulentas
efectivas. Simplemente surge de un balance entre el gradiente de presión y el peso especı́fico efectivo
de la columna de fluido.
Es de destacar el hecho de que, aunque este análisis trata a la ecuación sin el término de fuerza
de pared, se pueden extraer conclusiones acerca del perfil de fracción de gas cerca de la pared. La
consecuencia es, por lo tanto, independiente del modelo de interacción pared - burbuja :
Consecuencia 4 : En flujos bubbly ascendentes debe existir un denominado “pico” de fracción de gas
CAPÍTULO 3. EL MODELO DE DOS FLUIDOS - RÉGIMEN LAMINAR 24

0,0 ǫG (0) = 0,016


λ
− 0,1

Antal
− 0,2
0.0001
v* 0.001
− 0,3
0.01
Drew
− 0,4 0.0001
0.001
− 0,5 0.01

0 2 4 6 8 10 12 14

r*

Figura 3.6: v ∗ (r∗ ) - λ > 0 - Flujo ascendente


0,024 ǫG (0) = 0,016
0,022

0,020

0,018 λ
0,016

0,014 Antal
0,012 − 0.01
v* 0,010 − 0.001
0,008 − 0.0001
0,006 Drew
0,004
− 0.01
0,002
− 0.001
− 0.0001
0,000

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9

r*

Figura 3.7: v ∗ (r∗ ) - λ < 0 - Flujo descendente

en la región más cercana a la pared.


Probarlo no es difı́cil. Es evidente que, para que la mezcla gas-lı́quido fluya hacia arriba, el gradiente
de presión aplicado debe superar el peso especı́fico promedio ρ ~g , o, en variables adimensionales, debe
comprobarse que :
∂P ∗
− > ǫL
∂z

Pero, como λ es muy pequeño, − ∂P ∂z ≃ ǫL (0), lo que conduce a ǫL (0) > ǫL , y por lo tanto a ǫG (0) < ǫG .
Por otro lado, se sabe que ǫG es (prácticamente) constante excepto muy cerca de la pared. Por lo tanto,
en la mayor parte del conducto, ǫG toma el valor ǫG (0) que es menor que la fracción de gas promedio.
Es obvio que debe haber una significativa acumulación de burbujas cerca de la pared, dando como
resultado un “pico” de fracción de gas.
En el caso de que C < A, los términos afectados en la adimensionalización cambian de signo, resultando
CAPÍTULO 3. EL MODELO DE DOS FLUIDOS - RÉGIMEN LAMINAR 25

(Modelo I) :
2ǫ 2
2∂ ∂ǫL (ǫL )2 ∂ǫL

L
−(ǫL ) ∗2
− ǫL − − ǫL = −ǫL (0)(1 + λ) (3.32)
∂r ∂r∗ r∗ ∂r∗

que acumula las burbujas en el centro del conducto para flujos ascendentes, como si el coeficiente de lift
fuera negativo. Es para remarcar el hecho de que los coeficientes A (relacionado a la tensión de Reynolds
efectiva) y C (relacionado a la correción de presión en la interfase) estén ligados matemáticamente de
un modo tan fuerte. No se puede cambiar arbitrariamente los coeficientes A y C, pues su diferencia
es tan importante como el mismo coeficiente de lift
Capı́tulo 4

Simulación numérica de flujos


laminares de dos fases

El análisis del capı́tulo anterior está referido a la región donde las fuerzas de pared no están activas. Más
aún, no todos los gradientes de presión han sido considerados, porque cuando − ∂p ∂z es mayor que ρL g,
L

el gradiente de presión no puede ser equilibrado ajustando la fracción de gas en el centro del conducto,
aunque esa fracción de gas sea estrictamente cero. En este capı́tulo se presentan estudios numéricos,
realizados utilizando elementos finitos, para comprender más en profundidad el comportamiento del
sistema.
Eliminando la fuerza de drag de las ecuaciones (3.16) y (3.18), la ecuación diferencial para vL (r)
resulta :
∂pL 1 ∂ ∂vL ∂vL ∂ǫG
 
+ (1 − ǫG )ρL g + ǫG ρG g = r (1 − ǫG ) µL + C2 µL (4.1)
∂z r ∂r ∂r ∂r ∂r

Combinando las ecuaciones (3.15), (3.17) y (3.19), y luego de manipuleo matemático, la ecuación
diferencial para ǫG (r) resulta :
∂ǫG 2 1 1 ∂vL Rb vr2
 
ǫG vr ( − A + C1 ) − ǫG = −ǫG CL vr − ǫG (Cw1 + Cw2 ) (4.2)
∂r 2 5 ∂r R − r Rb

Las siguientes condiciones de contorno son impuestas al sistema :


∂vL ∂ǫG
(0) = 0 , vL (R) = 0 , (0) = 0 (4.3)
∂r ∂r
Con el requerimiento adicional :
1
Z
ǫG dS = ǫG , donde ǫG es dada (4.4)
S S

4.1. Método numérico

Las ecuaciones (4.1) and (4.2) han sido levemente modificadas con el objeto de simplificar su trata-
miento numérico.
Se agregó a ambas ecuaciones un término de derivada temporal. Si bien se considera un caso esta-
cionario, el tratarlo como transitorio permite que las variables se adapten a su valor final en forma
progresiva y numéricamente más estable.

26
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 27

Se agregó también un término de difusón artificial para evitar oscilaciones espúreas que podrı́an generar
valores negativos de ǫG .
El sistema resultante es, entonces :
∂vL ∂pL 1 ∂ ∂vL ∂vL ∂ǫG
 
ρL + + (1 − ǫG )ρL g + ǫG ρG g = r (1 − ǫG ) µL + C2 µL (4.5)
∂t ∂z r ∂r ∂r ∂r ∂r

∂ǫG ∂ǫG 2 1 1 ∂ 2 ǫG ∂vL Rb vr2


 
+ ǫG vr ( − A + C1 ) − ǫG − K = −ǫ C v
G L r − ǫG (Cw1 + Cw2 ) (4.6)
∂t ∂r 2 5 ∂r2 ∂r R − r Rb
donde K es el coeficiente de difusión artificial.
El esquema temporal es semi-implı́cito :

v n − vLn−1 ∂pL 1 ∂ ∂v n ∂v n ∂ǫn−1


 
n−1 n−1 n−1
ρL L + + (1 − ǫG )ρL g + ǫG ρG g = r (1 − ǫG ) µL L + C2 µL L G (4.7)
∆t ∂z r ∂r ∂r ∂r ∂r

n−1
ǫn∗
G − ǫG
n∗
n−1 ∂ǫG 1 1 n−1 Rb vr2 ∂ 2 ǫn∗
 
+ ǫG vr2 ( − A + C1 ) − ǫG + ǫn∗
G (Cw1 + Cw2 ) − K G
(4.8)
∆t ∂r 2 5 R − r Rb ∂r2
n−1 ∂v n−1
= −ǫG CL vr L
∂r

donde ǫn∗
G es una variable auxiliar que, en cada paso de tiempo, es corregida para satisfacer la condición
(4.4) :
ǫnG = ǫn∗ n∗
G + (ǫG − ǫG ) (4.9)

Definiendo :
1 1 (n−1)
 
(n−1)
G= ǫG vr2 ( − A + C1 ) − ǫG (4.10)
2 5

Rb vr2
H = (Cw1 + Cw2 ) (4.11)
R − r Rb

en la Ecuación (4.8), G hace el papel de una “velocidad” y H el papel de una “reacción”. El coeficiente
de difusión K es calculado en la forma en que normalmente se lo hace en problemas de reacción-
convección (e.g. Codina, 1998):
(
G h ; si H h2 ≤ G h
K= (4.12)
H h2 ; si H h2 > G h

De ahora en más, se utilizará el modelo de Drew & Passman (Modelo II). Si bien el modelo de Antal
et al. da resultados muy similares, no conserva el momento en la dirección axial.

4.2. Reproducción de datos experimentales

Con el objeto de verificar el modelo numérico, sus resultados fueron comparados con datos experi-
mentales presentados por Nakoryakov et al. (1986), como fuera hecho previamente por Antal et al.
(1991).
Los parámetros importantes del experimento fueron :
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 28

Flujo : bubbly, laminar, vertical, ascendente


Mezcla: aire - agua
Presión : atmosférica
Diámetro de conducto : 1.5 cm
Diámetro de burbuja : 0.87 mm
Número de Reynolds (fase lı́quida) : 1267
Fracción de de gas promedio (ǫG ) : 0.019

Los parámetros fı́sicos utilizados fueron los siguientes :


kg
ρL = 1000 m3
kg
ρG = 1.19 m3
kg
µL = 0.001 ms
∂p
∂z = -9649 P/m .

Para la simulación se utilizó :

CL = 0,1
m
vr = 0,1028 s

ǫG = 0,019

El valor elegido para el coeficiente de lift está dentro del rango aceptable (CL ≈ 0,05 para burbujas en
conductos; CL ≈ 0,5 para flujo potencial) y es el mismo que utilizaron Antal et al. para su simulación.
La velocidad relativa (vr ) fué calculada según (3.16).
La Figura 4.1 muestra una comparación entre los perfiles de fracción de gas. Como fué señalado
anteriormente, el perfil en la región central del conducto es plano (Consecuencia 1), y presenta un
pico cercano a la pared (Consecuencia 4) antes de caer a cero bajo el efecto de la fuerza de pared.
El valor numérico de la fracción de gas en el centro del conducto resultó ǫG (0) = 0,0154332, por lo que
∂p P P
− = 9649 ≈ [(1 − ǫG (0))ρL + ǫG (0)ρG ] g = 9648,935 (4.13)
∂z m m
y se confirma la Consecuencia 2.
Utilizando (3.30) se obtuvo λ = 6,77 × 10−6 .
La Figura 4.2 muestra los perfiles de velocidad de lı́quido, que son ciertamente planos, a pesar de no
haberse considerado turbulencia.
Finalmente, la velocidad de lı́quido promedio resultó :
1 m
Z
vL = vL dA ≈ 0,08215 (4.14)
A A s
lo que implica que el correspondiente número de Reynolds es Re = 1232,2, valor muy cercano al
experimental (Re = 1267).
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 29

0,08

0,07

0,06

0,05 Modelo
Experimento
ǫG 0,04

0,03

0,02

0,01

0,00
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 4.1: Perfil de fracción de gas


0,10

0,09

0,08
Velocidad (m /s)

0,07

0,06

0,05
Modelo
0,04 Experimento
0,03

0,02

0,01

0,00
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 4.2: Perfil de velocidad de lı́quido

4.3. Resultados numéricos

Se llevó a cabo un estudio numérico de un caso general, con el objeto de analizar el comportamiento
de las principales variables como función del gradiente de presión aplicado y de la fracción de gas
promedio (ǫG ).
kg kg kg
Los parámetros utilizados fueron los siguientes : ρL = 1000 m3
; ρG = 1.19 m3
; µL = 0.01 ms ;
CL = 0,1 .
La Figura 4.3 muestra perfiles de fracción de gas como función del gradiente de presión aplicado, para
flujo ascendente y fracción de gas promedio constante. La forma de estos perfiles depende de las dos
fuerzas laterales actuantes (fuerza de lift y fuerza de pared), que en este caso tienen sentido opuesto.
Cuando el valor absoluto del gradiente de presión aumenta, la fracción de gas en la región central
del conducto disminuye, la altura del pico aumenta y la posición radial del valor máximo se mueve
hacia la pared. Este comportamiento obedece a un incremento de la fuerza de lift que es debido a un
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 30

aumento en el gradiente de la velocidad de lı́quido en la región cercana a la pared (ver Figura 4.4). Se
observa también que en la región próxima a la pared la fracción de gas se anula por la acción de la
fuerza de pared. Cuando la fuerza de lift aumenta, el pico de gas se aproxima a la pared y la región
de fracción de gas nula se hace más estrecha.
0,06
∇z p / ρL g

0,05
− 0.992
− 0.994
0,04
− 0.996 ǫG = 0,01 __

0,03
− 0.998
ǫG − 1.000
0,02

0,01

0,00

0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 4.3: Perfiles de fracción de gas - Flujo ascendente

0,05

ǫG = 0,01
0,04
(m /s)

0,03 ∇z p / ρL g
Velocidad

− 0.992
0,02
− 0.994
− 0.996
− 0.998
0,01
− 1.000
− 1.003
0,00
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0

r/R

Figura 4.4: Perfiles de velocidad de lı́quido - Flujo ascendente

De los resultados que se muestran en la Figura 4.3 se puede extraer otra importante conclusión :
∂p
cuando − ∂z es igual o mayor que el peso especı́fico de la fase lı́quida (ρL g), la fracción de gas en la
región central se anula.
Las Figuras 4.5 y 4.6 muestran perfiles de fracción de gas y velocidad para distintos gradientes de
presión, en flujo descendente. En este caso, la fuerza de lift acumula las burbujas en la región central,
dejando lı́quido puro en la zona cercana a la pared.
Ya ha sido demostrado que λ es necesariamente muy pequeño. Este estudio numérico nos permite
∂p
verificar y extender esta conclusión : λ es muy pequeño (|λ| ≤ 10−6 ) cuando ǫG (0) 6= 0 (− ∂z ≤ ρL g).
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 31

0,020

0,018

0,016

0,014
∇z p / ρL g
0,012

0,010
− 0.985
ǫG
0,008 − 0.984
0,006 − 0.983 ǫG = 0,01
− 0.982
0,004
− 0.981
0,002

0,000

0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 4.5: Perfiles de fracción de gas - Flujo descendente


0,000

− 0,002
ǫG = 0,01
− 0,004
(m /s)

− 0,006

− 0,008

∇z p / ρL g
Velocidad

− 0,010

− 0,012
− 0.985
− 0,014 − 0.984
− 0,016
− 0.983
− 0.982
− 0,018
− 0.981
− 0,020
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0

r/R

Figura 4.6: Perfiles de velocidad de lı́quido - Flujo descendente

∂p
Cuando ǫG (0) = 0 (− ∂z > ρL g), λ depende linealmente del gradiente de presión, como puede deducirse
de la Ecuación (3.30). Esto se muestra claramente en la Figura 4.7 para diferentes valores de ǫG .
Considerando que λ es muy pequeño, la Ecuación (3.30) se reduce a :

∂p
= g (ρL − ρG ) ǫG (0) − g ρL (4.15)
∂z
Nótese que, en este caso, ǫG (0) depende linealmente del gradiente de presión (ver Figura 4.8).
La Figura 4.9 muestra el caudal másico total como función del gradiente de presión, para distintos
valores de ǫG . Cuando el valor absoluto del gradiente de presión aumenta, se observa un incremento
proporcional en el caudal másico. Cuando el gradiente de presión se iguala al peso especı́fico de la
fase lı́quida, tiene lugar un cambio de régimen : el perfil plano de velocidad se cambia por uno de tipo
parabólico (ver Figura 4.4), y la pendiente de la curva de caudal másico aumenta.
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 32

0,0035

0,0030
ǫG
0,0025
0.005
0,0020 0.01
0.02
0,0015
λ
0,0010

0,0005

0,0000
− 1,006

− 1,004

− 1,002

− 1,000

− 0,998

− 0,996

− 0,994

− 0,992

− 0,990

− 0,988

− 0,986

− 0,984

− 0,982

− 0,980

− 0,978

− 0,976

− 0,974

− 0,972

− 0,970

− 0,968
∇z p / ρL g

Figura 4.7: λ en función del gradiente de presión

4.4. El efecto de reducir la aceleración de la gravedad

El código de elementos finitos implementado fué utilizado también para analizar las soluciones del
modelo de dos fluidos bajo condiciones de gravedad reducida. Para ello, se obtuvieron soluciones sobre
un caso general, disminuyendo g y manteniendo constante ǫG y la tensión de corte en la pared (τw ).
La aceleración de la gravedad está explı́citamente presente en la ecuación de conservación de momento
de gas en la dirección axial (Eq. 3.16), usada para el cálculo algebraico de la velocidad relativa. Como
se muestra en la Figura 4.10, la velocidad relativa disminuye cuando g disminuye.
La influencia que tiene la disminución de g sobre los perfiles de fracción de gas puede ser deducida si
se analiza la ecuación correspondiente a ǫG (r) (Ec. 4.2). Si se divide toda la ecuación por vr2 , sólo el
término de lift queda dividido por vr . Por lo tanto, cuando g y vr disminuyen, el término de lift se
vuelve crecientemente dominante sobre los otros términos de la ecuación.
Las Figuras 4.11 y 4.12 muestran los perfiles de fracción de gas calculados para g decreciente : cuando
la fuerza de lift aumenta su importancia relativa, las burbujas se acumulan cerca de la pared en flujo
ascendente, y en la región central del conducto en flujo descendente.
En la ecuación correspondiente a vL (r) (Eq. 4.1), g está también explı́citamente presente. Expresando
el gradiente de presión como la suma de un término gravitacional y uno friccional :
∂p ∂p ∂p ∂p
= |F + |G = |F − [(1 − ǫG )ρL + ǫG ρG ] g (4.16)
∂z ∂z ∂z ∂z
donde
∂p S
|F = τ w − , S : perı́metro (4.17)
∂z A
La Ecuación (4.1) puede reescribirse como :
∂pL 1 ∂ ∂vL
 
|F + (ǫG − ǫG )(ρL − ρG )g = r (1 − ǫG ) µL (4.18)
∂z r ∂r ∂r

La Figura 4.13 muestra los perfiles de velocidad para distintos valores de g en flujo ascendente. La
fracción de gas en la región central del conducto es menor que la fracción de gas promedio (ǫG < ǫG ), y
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 33

0,030
ǫG
0,025 0.005
0.01
0,020 0.02

0,015
ǫG (0)
0,010

0,005

0,000 − 1 , 006

− 1,004

− 1,002

− 1,000

− 0,998

− 0,996

− 0,994

− 0,992

− 0,990

− 0,988

− 0,986

− 0,984

− 0,982

− 0,980

− 0,978

− 0,976

− 0,974

− 0,972

− 0,970

− 0,968
∇z p / ρL g

Figura 4.8: ǫG (0) en función del gradiente de presión

por lo tanto, el segundo término de la izquierda de la Ecuación (4.18) es positivo. Cuando g disminuye,
también lo hace la fracción de gas en la región central del conducto, y el segundo término de la izquierda
de (4.18) aumenta. Esto da como resultado que la velocidad se reduzca (g = 9.8 , 7 , 5 sm2 ). No obstante,
cuando la fracción de gas en la región central se anula, el segundo término de la izquierda de (4.18)
disminuye cuando g disminuye, y el resultado es que la velocidad se incrementa (g = 3 , 1 sm2 ). Nótese
que las pendientes de los distintos perfiles son iguales en la pared, correspondiendo a una τw constante.
En este caso particular, se utilizó ∂p P
∂z |F = −10 m y τw = 0,025 P
L

En el caso de flujo descendente, la fracción de gas en la región central del conducto es mayor que la
fracción de gas promedio (ǫG > ǫG ), y el segundo término de la izquierda de (4.18) es negativo. Como
consecuencia, |vL | en la región central aumenta cuando g disminuye. (ver Figura 4.14). Nótese, también,
que los gradientes de velocidad en la pared son iguales. Para flujo descendente se utilizó ∂p P
∂z |F = 78 m
L

and τw = −0,195 P .
Las Figuras 4.15 y 4.16 muestran el caudal másico como función de g para flujo ascendente y descen-
dente respectivamente.
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 34

0,0040
ǫG
0,0035 0.005
0.01
0,0030
0.02
Caudal másico (kg/s)
0,0025

0,0020

0,0015

0,0010

0,0005

0,0000

−0,0005
− 1 ,004

− 1 ,003

− 1 ,002

− 1 ,001

− 1 ,000

− 0 ,999

− 0 ,998

− 0 ,997

− 0 ,996
∇z p / ρL g

Figura 4.9: Caudal másico en función del gradiente de presión

0,025

0,020
(m /s)

0,015
Velocidad relativa

0,010

0,005

0,000
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

2
g (m /s )

Figura 4.10: Velocidad relativa en función de g


CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 35

0,05

ǫG = 0,002
0,04
2
g (m/s )
0,03
1.0
ǫG 5.0
0,02 9.8

0,01

0,00

0,60 0,65 0,70 0,75 0,80 0,85 0,90 0,95 1,00

r/R

Figura 4.11: Perfiles de fracción de gas para diferentes valores de g - Flujo ascendente

0,09

0,08

0,07 ǫG = 0,002 2
g (m/s )
0,06
1.0
0,05
3.0
ǫG 0,04 5.0
0,03 7.0
9.8
0,02

0,01

0,00

0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 4.12: Perfiles de fracción de gas para diferentes valores de g - Flujo descendente
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 36

0,0030

0,0025

(m /s) ǫG = 0,002
0,0020

2
g (m/s )
Velocidad

0,0015

1.0
0,0010
3.0
5.0
0,0005
7.0
9.8
0,0000
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 4.13: Perfiles de velocidad de lı́quido para diferentes valores de g - Flujo ascendente

0,000

− 0,005 ǫG = 0,002
Velocidad (m /s)

− 0,010 2
g (m/s )

− 0,015
1.0
3.0
5.0
− 0,020 7.0
9.8

− 0,025
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 4.14: Perfiles de velocidad de lı́quido para diferentes valores de g - Flujo descendente
CAPÍTULO 4. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS LAMINARES DE DOS FASES 37

0,00012
ǫG
0,00011 0.002
0.004

Caudal másico (kg/s)


0,00010 0.006

0,00009

0,00008

0,00007

0,00006

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

2
g (m /s )

Figura 4.15: Caudal másico para distintos valores de g - Flujo ascendente

− 0,00050

ǫG
− 0,00055

0.002
− 0,00060
Caudal másico (kg/s)

0.004
− 0,00065 0.006

− 0,00070

− 0,00075

− 0,00080

− 0,00085

− 0,00090

− 0,00095
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

2
g (m /s )

Figura 4.16: Caudal másico para distintos valores de g - Flujo descendente


Capı́tulo 5

El modelo de 2 fluidos - Régimen


turbulento

5.1. Introducción a la turbulencia

Muchos de los flujos de dos fases de interés práctico en la ingenierı́a son de régimen turbulento. El
flujo en los tubos de un generador de vapor, el flujo alrededor de la quilla de un barco o el flujo en
reactores quı́micos de burbujas, son claros ejemplo de ello. Es imprescindible, entonces, extender el
análisis realizado en el capı́tulo anterior para casos laminares a casos de régimen turbulento.
Según la definición (Hinze, 1975), la turbulencia es “una condición irregular de flujo en el cual las
diversas cantidades muestran una variación aleatoria en el tiempo y el espacio, pero de manera que
pueden definirse cantidades promediadas estadı́sticamente”.
La Figura 5.1 muestra la evolución tı́pica de una variable genérica u en flujo turbulento. En un punto
espacial, se define el valor medio (u) como el promedio temporal de la variable, y la fluctuación (u′ )
como la diferencia entre la variable y su valor medio (u′ = u − u)

Figura 5.1: Valor medio y fluctuación en flujo turbulento

38
CAPÍTULO 5. EL MODELO DE 2 FLUIDOS - RÉGIMEN TURBULENTO 39

La ecuaciones de conservación que describen un flujo de una fase, se escriben como :


∂vi
=0 (5.1)
∂xi
∂vi ∂vi 1 ∂p ∂ ∂vi
+ vj =− + (ν ) + gi (5.2)
∂t ∂xj ρ ∂xi ∂xj ∂xj
Si en ese flujo se aumenta progresivamente el número de Reynolds, el término difusivo de la ecuación
(5.2) va haciéndose comparativamente más pequeño que los otros en la ecuación, y el flujo se vuelve
cada vez más no lineal. Esto se manifiesta fı́sicamente en la aparición de inestabilidades (fluctuaciones)
en las variables del flujo, que se incrementan con el número de Reynolds. Esta inestabilización da lugar
a la aparición de vórtices, que a su vez se inestabilizan y se rompen en vórtices más chicos, y ası́ hasta
que los gradientes de velocidad son lo suficientemente grandes como para que la disipación en calor
detenga el proceso. A esta cascada de transferencia de energı́a de vórtices grandes a vórtices más
chicos se la conoce como cascada de vórtices de Kolmogorov. En general, los vórtices más grandes que
podemos encontrar en un flujo son del orden del tamaño geométrico del dominio, y los más chicos
estarán en la escala disipativa, tanto más chicos cuanto mayor sea el número de Reynolds.
Experimentalmente se ha comprobado que la transición de flujo laminar a flujo turbulento se produce
a un número de Reynolds aproximado de 2000 en flujos en tuberı́as.
Se dice que la turbulencia es homogénea cuando tiene la misma estructura en todo el dominio, y por
lo tanto, las derivadas espaciales de las cantidades de turbulencia son nulas. Se dice, también, que la
turbulencia es isotrópica cuando no existen direcciones preferenciales en las cantidades de turbulencia.
Si en las ecuaciones (5.1) y (5.2) se reemplaza

vi = v i + vi′ ; p = p + p′ (5.3)

se obtiene
∂(v i + vi′ )
=0 (5.4)
∂xi

∂v i ∂vi′ ∂v i ∂v ′ ∂v i ∂v ′
+ + vj + v j i + vj′ + vj′ i = (5.5)
∂t ∂t ∂xj ∂xj ∂xj ∂xj
1 ∂p 1 ∂p ′ ∂ ∂v i ∂ ∂v ′
gi − − + (ν )+ (ν i )
ρ ∂xi ρ ∂xi ∂xj ∂xj ∂xj ∂xj

Si promediamos en el tiempo la ecuación (5.4) obtenemos

∂v i
=0 (5.6)
∂xi
Esta última es la ecuación de continuidad del flujo promedio.
Restando la ecuación (5.6) de la ecuación (5.4) se obtiene la ecuación de continuidad de las fluctuaciones
de flujo
∂vi′
=0 (5.7)
∂xi
Promediando en el tiempo la ecuación (5.5) se obtiene

∂v i ∂v i ∂v ′ 1 ∂p ∂ ∂v i
+ vj + vj′ i = gi − + (ν ) (5.8)
∂t ∂xj ∂xj ρ ∂xi ∂xj ∂xj
CAPÍTULO 5. EL MODELO DE 2 FLUIDOS - RÉGIMEN TURBULENTO 40

Teniendo en cuenta la ecuación (5.7), se deduce que

∂vi′ ∂(vj′ vi′ ) ∂vj′ ∂(vj′ vi′ )


vj′ = − vi′ = (5.9)
∂xj ∂xj ∂xj ∂xj

Teniendo en cuenta la ecuación (5.9), la ecuación de conservación de momento del flujo promedio (5.8),
queda expresada como
∂v i ∂v i 1 ∂p ∂ ∂v i
+ vj = gi − + (ν − vj′ vi′ ) (5.10)
∂t ∂xj ρ ∂xi ∂xj ∂xj
Si restamos la ecuación (5.10) de la ecuación (5.5) se obtiene la ecuación de conservación de momento
de las fluctuaciones de flujo

∂vi′ ∂v ′ ∂vi ∂v ′ 1 ∂p′ ∂ ∂v ′


+ vj i + vj′ + vj′ i = − + (ν i + vj′ vi′ ) (5.11)
∂t ∂xj ∂xj ∂xj ρ ∂xi ∂xj ∂xj

Las expresiones (5.6) y (5.10) son las ecuaciones de conservación del flujo promedio en régimen tur-
bulento.
Al término −ρvj′ vi′ de la ecuación (5.10) se lo conoce comunmente como Tensor de tensiones de
Reynolds (τ Re ). En realidad es un término de aceleración convectiva, pero tiene el mismo efecto
matemático que un tensor de tensiones y se lo denomina ası́ en la literatura universal.
La determinación del Tensor de tensiones de Reynolds, en función de las variables promediadas del
flujo, constituye el problema central del modelado de flujos turbulentos. Su tratamiento da origen a
una serie de modelos que serán considerados a continuación.

5.2. Modelado de flujos turbulentos de una fase

5.2.1. Modelos de turbulencia

• Simulación directa
Este método resuelve el problema integrando directamente las ecuaciones de Navier-Stokes sin pro-
mediar (ecs. 5.1 y 5.2). El número de puntos de cálculo necesarios para resolver los vórtices de escala
espacial más chica es del orden de N > Re9/4 , y el número de pasos temporales necesarios es
aproximadamente Re3/4 . Estos valores hacen que el método sea prácticamente inaplicable.
• Aproximación de Boussinesq
Esta aproximación supone que el tensor de tensiones de Reynolds, por analogı́a con el tensor de
tensiones viscosas, es producto de una “viscosidad turbulenta” (µt ) por el gradiente de velocidad.

∂v i
τijRe = −ρvj′ vi′ = µt (5.12)
∂xj

A diferencia de la viscosidad molecular (µ), la viscosidad turbulenta no es una propiedad del fluido.
De hecho, su valor varı́a punto a punto, y depende de la estructura de la turbulencia.
Si bien éste no es un modelo de turbulencia propiamente dicho, las distintas formas de calcular la
viscosidad turbulenta en función de variables conocidas dió origen a varios modelos.
• Modelo algebraico
CAPÍTULO 5. EL MODELO DE 2 FLUIDOS - RÉGIMEN TURBULENTO 41

El modelo algebraico o de “mixing length” consiste en suponer que la viscosidad turbulenta es función
de una cierta “longitud de mezclado” (ℓm ).

∂v i
µt = ρ ℓ2m | | (5.13)
∂xj

∂v i ∂v i ∂v i
τijRe = µt = ρ ℓ2m | | (5.14)
∂xj ∂xj ∂xj
La longitud de mezclado (ℓm ) se calcula a partir de expresiones algebraicas, y es función de la posición
y del tipo de flujo del que se trate. Por ejemplo, para un jet turbulento axisimétrico que incide sobre
fluido en reposo (Launder & Spalding, 1972) :

ℓm
= 0,075 ; δ : radio del jet (5.15)
δ
Como ventajas de este modelo podemos citar que es simple, ya que no requiere ecuaciones diferen-
ciales adicionales, y que existe suficiente experiencia acumulada, que se refleja en muchas y probadas
expresiones para ℓm .
Su desventaja principal es que no tiene en cuenta ni la convección ni la difusión de la turbulencia.
• Modelos de una ecuación diferencial
Estos modelos añaden una variable al conjunto de variables del problema. La “energı́a cinética turbu-
lenta” (k) se define como
1
k = (v1′2 + v2′2 + v3′2 ) (5.16)
2
Esta energı́a cinética turbulenta se calcula a partir de una ecuación diferencial de transporte del tipo
: flujo convectivo = difusión + producción - disipación.

La viscosidad turbulenta resulta proporcional a k

µt ∝ ρ kℓm (5.17)

Si bien este modelo es mejor, en algunos casos, que el modelo algebraico, no tiene en cuenta los efectos
de transporte en la escala de longitud de la turbulencia, y por lo tanto, no puede aplicarse a flujos con
recirculaciones.
• Modelo de dos ecuaciones diferenciales
Estos modelos determinan dos variables, la energı́a cinética turbulenta (k) y la escala de longitud de
turbulencia (ℓ), mediante dos ecuaciones diferenciales de transporte.
La viscosidad turbulenta resulta : √
µt ∝ ρ kℓ (5.18)
El más conocido de estos modelos es el llamado Modelo k −ε (Launder & Spalding, 1972). Este modelo
define la variable “disipación” (ε) como :

k 3/2
ε = Cµ , Cµ = 0,09 (5.19)

resultando
k2
µt = Cµ ρ (5.20)
ε
• Modelos de transporte de tensión
CAPÍTULO 5. EL MODELO DE 2 FLUIDOS - RÉGIMEN TURBULENTO 42

Estos modelos no utilizan la aproximación de Boussinesq. En su lugar, agregan un set de ecuaciones


diferenciales que transportan directamente las componentes del tensor de tensiones de Reynolds. Para
un flujo tridimensional, un modelo de transporte de tensión introduce siete ecuaciones diferenciales :
una para la escala de turbulencia (ℓ o equivalente), y seis para las componentes de τ Re .
La principal ventaja de estos modelos es, que no introducen constantes empı́ricas, y que incorporan
efectos de “historia” del flujo de manera natural. Sin embargo, presentan la desventaja de requerir un
gran volumen de cálculo.

5.2.2. El modelo k − ε para flujos de una fase

Este modelo introduce dos variables : la energı́a cinética turbulenta (k) y la disipación (ε), definidas
como
1 ∂v ′ ∂vi′
k = (v1′2 + v2′2 + v3′2 ) ; ε = ν i (5.21)
2 ∂xj ∂xj
La ecuación de transporte de la energı́a cinética turbulenta resulta
" #
∂k ∂k 1 ∂ µt ∂k µt ∂v i ∂v j ∂v i
+ vj = ( + µ) + ( + ) −ε (5.22)
∂t ∂xj ρ ∂xj σk ∂xj ρ ∂xj ∂xi ∂xj

donde σk = 1,0
Los términos de la derecha son conocidos como difusión, producción y disipación de k, respectivamente.
La ecuación de transporte de la disipación resulta
" #
∂ε ∂ε 1 ∂ µt ∂ε ε µt ∂v i ∂v j ∂v i ε2
+ vj = ( + µ) + C1ε ( + ) − C2ε (5.23)
∂t ∂xj ρ ∂xj σε ∂xj k ρ ∂xj ∂xi ∂xj k

donde σε = 1,3 ; C1ε = 1,44 ; C2ε = 1,92


La viscosidad turbulenta se calcula como
k2
µt = Cµ ρ , Cµ = 0,09 (5.24)
ε
Considerando válida la aproximación de Boussinesq, la expresión final del tensor de tensiones de
Reynolds es :
2 ∂v i ∂v j
τijRe = −ρvi′ vj′ = − ρ k δij + ρ νt ( + ) (5.25)
3 ∂xj ∂xi
La ecuación de conservación del momento (5.10) queda entonces expresada como :

∂v i ∂v i ∂ 1 2 ∂ ∂v i
+ vj = gi − ( p + k) + [(ν + νt ) ] (5.26)
∂t ∂xj ∂xi ρ 3 ∂xj ∂xj

A partir de ahora, por comodidad, se suprimirá el suprarayado en la expresión de las variables pro-
mediadas.
Al aplicar el modelo k − ε es importante tener presente que las ecuaciones de transporte para k y ε son
válidas solamente en flujo totalmente turbulento, excluyendo las regiones muy cercanas a las paredes
donde los efectos viscosos son importantes.
CAPÍTULO 5. EL MODELO DE 2 FLUIDOS - RÉGIMEN TURBULENTO 43

5.2.3. Capa lı́mite turbulenta - La ley de pared

En la capa lı́mite turbulenta se pueden distinguir 3 subcapas :


- Subcapa laminar : dominan las tensiones viscosas
- Subcapa turbulenta : dominan las tensiones turbulentas
- Subcapa de solape (o logarı́tmica) : ambas tensiones son importantes

Para su análisis, se define la velocidad conocida como “velocidad de fricción” (vτ ), que es representativa
de las velocidades próximas a las paredes :
τw
r
vτ = (5.27)
ρ

A la velocidad adimensionalizada la simbolizaremos v + :


v
v+ = (5.28)

A la distancia desde la pared la simbolizaremos y, y la correspondiente distancia adimensionalizada
será :
vτ y
y+ = (5.29)
ν
Por análisis dimensional comprobado experimentalmente, los perfiles de velocidad en las distintas
subcapas corresponden a :
- Subcapa laminar
v+ = y+ (5.30)
- Subcapa de solape
1
v+ =
ln(y + ) + B (5.31)
κ
donde κ (Constante de von Karman) ≈ 0.41 ; B ≈ 5.0
Por lo general, la expresión (5.31), denominada “ley logarı́tmica de pared”, es una buena aproximación
y se utiliza para calcular la velocidad en toda la capa lı́mite turbulenta. Ver Figura 5.2

Figura 5.2: Perfil de velocidad tı́pico de una capa lı́mite turbulenta


CAPÍTULO 5. EL MODELO DE 2 FLUIDOS - RÉGIMEN TURBULENTO 44

5.2.4. El modelo k − ε para flujos de bajo número de Reynolds

El modelo k-ε presentado hasta ahora predice correctamente las variables en todo el dominio, menos
en la subcapa laminar, donde los efectos viscosos son importantes. Si bien el espesor de esta subcapa es
generalmente despreciable, pueden existir casos que requieran una mejor reproducción de las variables
en esa región. En estos casos se justifica reemplazar el modelo k-ε tradicional que emplea ley de pared
logarı́tmica, por un modelo corregido que tenga en cuenta los efectos viscosos en la subcapa laminar y
suponga condiciones de borde apropiadas en la pared. Estos modelos, denomina Modelos k-ε de bajo
Reynolds, son más complejos que los modelos de alto Reynolds, y numéricamente más costosos, ya que
requieren una malla muy refinada en las subcapas laminares.
En el caso del flujo bubbly de dos fases puede ocurrir que el diámetro de las burbujas presentes sea
del mismo orden que el espesor de la subcapa laminar. Si en este caso no se usara un modelo de bajo
Reynolds, se perderı́a el detalle de una región importante del perfil de fracción gas, como lo es el de
la zona donde actúa la fuerza de pared.
Los modelos k − ε para flujos de bajo Reynolds consisten en introducir funciones empı́ricas en las
ecuaciones diferenciales de k y de ε del modelo k − ε para flujos de alto Reynolds , que resultan ası́ :
" #
∂k ∂k ∂ νt ∂k ∂vi ∂vj ∂vi
+ vj = ( + ν) + νt ( + ) −ε (5.32)
∂t ∂xj ∂xj σk ∂xj ∂xj ∂xi ∂xj
" #
∂ ε̃ ∂ ε̃ ∂ νt ∂ ε̃ ε̃ ∂vi ∂vj ∂vi ε̃2
+ vj = ( + ν) + C1ε f1 νt ( + ) − C2ε f2 + E (5.33)
∂t ∂xj ∂xj σε ∂xj k ∂xj ∂xi ∂xj k
La variable ε̃ está definida por
ε = ε0 + ε̃ (5.34)
donde ε0 es el valor de ε en la pared.
La viscosidad turbulenta es definida como
k2
νt = Cµ fµ (5.35)
ε̃
Las ecuaciones (5.32) a (5.35) contienen cinco funciones empı́ricas : f1 , f2 , fµ , ε0 y E. Estas funciones
varı́an según el modelo adoptado, y dependen de alguno de los siguientes parámetros adimensionales :
k2 k 1/2 y vτ y
ReT = ; Ry = ; y+ = (5.36)
ε̃ν ν ν
Para el presente trabajo se utilizará el modelo de Lam - Bremhorst (Wilcox, 1998), por ser el que
mejor se adapta al esquema numérico planteado. Según este modelo :
20,5
fµ = (1 − e−0,0165 Ry )2 (1 + ) (5.37)
ReT
0,05 3
f1 = 1 + ( ) (5.38)

2
f2 = 1 − e−ReT (5.39)
ε0 = 0 (5.40)
E=0 (5.41)
Las condiciones de contorno en la pared (y = 0) deben ser :
∂ε
v=0 ; k=0 ; =0 (5.42)
∂y
CAPÍTULO 5. EL MODELO DE 2 FLUIDOS - RÉGIMEN TURBULENTO 45

5.3. Modelado de flujos turbulentos de dos fases

5.3.1. El modelo k − ε para flujos de dos fases

En los modelos de turbulencia para flujos de dos fases lı́quido-gas generalmente se calcula solamente
la turbulencia de la fase lı́quida. La turbulencia de la fase gaseosa se desprecia, por ser esta fase mucho
menos densa y viscosa que la lı́quida.
El modelo k − ε para flujos bubbly de dos fases, fué implementado por López de Bertodano et al.
(1994).
La principal aproximación que hace este modelo es la de suponer que la turbulencia inducida por corte
y la turbulencia inducida por la presencia de burbujas están débilmente acopladas, y por lo tanto,
pueden superponerse linealmente. Esto equivale a decir :
τ Re = τIB
Re Re
+ τIC (5.43)
El término de turbulencia inducida por corte es el mismo que el utilizado para flujos de una fase, o
sea :
Re 2 ∂vi ∂vj
τICij = − ρL kIC δij + ρL νt ( + ) (5.44)
3 ∂xj ∂xi
donde kIC es la energı́a cinética turbulenta asociada a la turbulencia inducida por corte.
De aquı́ en más utilizaremos la notación k = kIC .
La expresión general para turbulencia isotrópica inducida por burbujas es :
Re 2
τIB = ρL kIB (5.45)
3
donde kIB es la energı́a cinética turbulenta asociada a la turbulencia inducida por la presencia de las
burbujas. Esta energı́a se calcula, según la teorı́a de flujo potencial (Lance & Bataille, 1991) como :
1
kIB = ǫG CV M | vr |2 (5.46)
2
El valor experimental obtenido para CV M es de aproximadamente 2.
Para calcular la viscosidad turbulenta (νt ), Sato (1981) propuso superponer linealmente la viscosidad
turbulenta inducida por corte con la viscosidad turbulenta inducida por burbujas, resultando
k2
νt = Cµ + Ctb Rb ǫG | vr | (5.47)
ε
donde Cµ = 0,09 y Ctb = 1,2 .
Las ecuaciones de transporte de k y ε, en flujo de dos fases de alto Reynolds, son similares a las
correspondientes a flujo de una sola fase.
! " # " #
∂k ∂k ∂ νt ∂k ∂vi ∂vj ∂vi
(1 − ǫG ) + vj = (1 − ǫG )( + ν) + (1 − ǫG ) νt ( + ) −ε (5.48)
∂t ∂xj ∂xj σk ∂xj ∂xj ∂xi ∂xj

! " #
∂ε ∂ε ∂ νt ∂ε
(1 − ǫG ) + vj = (1 − ǫG )( + ν) (5.49)
∂t ∂xj ∂xj σε ∂xj
" #
ε ∂vi ∂vj ∂vi ε2
+(1 − ǫG ) C1ε νt ( + ) − C2ε
k ∂xj ∂xi ∂xj k
CAPÍTULO 5. EL MODELO DE 2 FLUIDOS - RÉGIMEN TURBULENTO 46

5.3.2. La fuerza de dispersión turbulenta

En el Capı́tulo 2 mencionamos que en el intercambio de momento entre las fases deberı́a aparecer un
término que tuviera en cuenta la dispersión de la fase dispersa por acción de la turbulencia de la fase
continua. A ese término se lo denomina fuerza de dispersión turbulenta.
Varios autores han modelado esta fuerza, entre ellos, López de Bertodano (1998), Carrica et al. (1999)
y Drew (2001). Todos los modelos coinciden en proponer que la fuerza de dispersión turbulenta es
proporcional al gradiente de fracción de gas.
El modelo de Carrica et al. (1999), que es el que adoptaremos, establece que

3 | vr | ef f
MLT D = CD CT D ρL ν ∇ǫG (5.50)
8 Rb
El coeficiente CT D está definido por :
νbubble
CT D = Sc−1
b = (5.51)
ν ef f
siendo Scb el número de Schmidt de las burbujas, que relaciona a la difusividad de las burbujas (ν ef f )
con la viscosidad turbulenta efectiva :
ν ef f = νL + νt (5.52)
donde la viscosidad turbulenta es la definida en la ecuación 5.47.
Algunos experimentos (Loth, 1997) han demostrado que el número de Schmidt para pequeñas partı́cu-
las está entre 0.7 y 1.
Cálculos realizados con este modelo han sido comparados con otros realizados con DNS (Direct Nu-
merical Simulation) y se ha obtenido buena concordancia(Moraga et al., 2001).

5.4. Sistema de ecuaciones diferenciales

El sistema de ecuaciones diferenciales que resulta de aplicar el modelo de dos fluidos y el modelo k − ε
(bajo Reynolds) a un flujo bubbly aire-agua, turbulento, vertical, totalmente desarrollado en geometrı́a
cilı́ndrica, es :
• Ecuación correspondiente a v(r)

∂v ∂pL 1 ∂ ∂v ∂v ∂ǫG
 
ρL + + (1 − ǫG )ρL g + ǫG ρG g = r(1 − ǫG )(µL + µt ) + C2 µL (5.53)
∂t ∂z r ∂r ∂r ∂r ∂r

• Ecuación correspondiente a ǫG (r)

∂ǫG ∂ǫG ∂ 2 ǫG
+G + HǫG − K =D (5.54)
∂t ∂r ∂r2
donde las constantes están definidas, ahora, como :

1 1 2 3 | vr |
 
G= ǫG {vr2 ( − A + C1 ) − ǫG + k} + CD CT D (νL + νt ) (5.55)
2 5 3 8 Rb

Rb vr2
H = (Cw1 + Cw2 ) (5.56)
y 0 Rb
CAPÍTULO 5. EL MODELO DE 2 FLUIDOS - RÉGIMEN TURBULENTO 47

∂v 2 ∂k
D = −ǫG CL vr + ǫG (1 − ǫG ) (5.57)
∂r 3 ∂r
• Ecuación correspondiente a k(r)
! " # " #
∂k ∂k ∂ νt ∂k ∂vi ∂vj ∂vi
(1 − ǫG ) + vj = (1 − ǫG )( + ν) + (1 − ǫG ) νt ( + ) −ε (5.58)
∂t ∂xj ∂xj σk ∂xj ∂xj ∂xi ∂xj

• Ecuación correspondiente a ε(r)


! " #
∂ε ∂ε ∂ νt ∂ε
(1 − ǫG ) + vj = (1 − ǫG )( + ν) (5.59)
∂t ∂xj ∂xj σε ∂xj
" #
ε ∂vi ∂vj ∂vi ε2
+(1 − ǫG ) C1ε f1 νt ( + ) − C2ε f2
k ∂xj ∂xi ∂xj k
Capı́tulo 6

Simulación numérica de flujos


turbulentos de dos fases

Para obtener soluciones numéricas del sistema de ecuaciones planteado en (5.4), las ecuaciones fueron
implementadas en el programa de elementos finitos GPFEP (Buscaglia & Felicelli), previo a modifi-
carlas para facilitar su tratamiento numérico de la misma forma que en 4.1.

6.1. Comparación de resultados obtenidos con modelo de alto y bajo


número de Reynolds

Para comparar los resultados que se obtienen con los modelos k−ε de alto y bajo Reynolds, se reprodujo
un flujo de una fase, vertical, en geometrı́a cilı́ndrica de 0.0254 cm de radio, bajo un gradiente de presión
∂p +
∂z = −9900 P/m. Para la ley de pared del modelo de alto Reynolds, se consideró y = 50.
Para el caso de alto Reynolds se utilizó una malla 100 nodos. En cambio, para el caso de bajo Reynolds,
se utilizó una malla de 200 nodos.
Las Figuras 6.1-6.4 muestran cómo el modelo de bajo Reynolds puede, a diferencia del modelo de alto
Reynolds, calcular las variables en la región de la subcapa laminar. En el resto del dominio ambos
modelos coinciden.

6.2. Reproducción de datos experimentales

Para comprobar el modelo y su correcta implementación numérica, los resultados fueron comparados
con datos experimentales obtenidos por Serizawa (1986) para flujo turbulento y ascendente de agua y
gas en un tubo de 0.0508 cm de diámetro, con velocidades superficiales jL = 1,36 m/s y jG = 0,077 m/s
(jk = QAk ).
Los parámetros utilizados fueron :

kg
ρL = 1000 m3
kg
µL = 0,001 ms
kg
ρG = 1,19 m3

48
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 49

0,9

0,8

Velocidad de líqu ido (m/s)


0,7

0,6

0,5

0,4
Alto Reyno lds
0,3 Bajo Reyno lds

0,2

0,1

0,0
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.1: Perfil de vL


0,007

0,006
M ode lo

0,005
Alto Reyno lds
Bajo Reyno lds
0,004
k (m /s )
2
2

0,003

0,002

0,001

0,000
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.2: Perfil de k


1,8

1,6

1,4 M ode lo
1,2 Alto Reyno lds
Bajo Reyno lds
1,0
ε (m /s )
3
2

0,8

0,6

0,4

0,2

0,0
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.3: Perfil completo de ε


CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 50

0,08

0,07
M ode lo
0,06
Alto Reyno lds
0,05 Bajo Reyno lds

ε (m /s )
3
0,04

2
0,03

0,02

0,01

0,00
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.4: Perfil reducido de ε

∂p P
∂z = −9850 m

Rb = 0,00125 m

ǫG = 0,0637

Los parámetros numéricos utilizados fueron :

CT D = 1,5

CL = 0,1

La Figuras 6.5 a 6.7 muestran los resultados obtenidos. En el caso de las fluctuaciones de velocidad
(v ′ ), Serizawa presenta dos sets de datos porque la turbulencia medida resultó ser anisotrópica. La
aproximación de los resultados numéricos es razonablemente buena.
2,0

1,6

1,2
v L (m /s)

Calculado
0,8 Serizawa

0,4

0,0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0

r/R

Figura 6.5: Velocidad de la fase lı́quida (m/s)

La fracción de gas en flujo turbulento ascendente presenta un perfil similar al obtenido en flujo laminar,
con un pico próximo a la pared del conducto. Algunos modelos (Okawa et al., 2002), que utilizan un
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 51

0,25

0,20
Calculado
Serizawa (v 1 ’)
0,15 Serizawa (v 2 ’)

v’ (m /s)
0,10

0,05

0,00
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0

r/R

Figura 6.6: Fluctuación de velocidad (m/s)


0 ,25

0 ,20
C a lc u lado
S e riz a w a
0 ,15

ǫG
0 ,10

0 ,05

0 ,00
0 ,0 0 ,2 0 ,4 0 ,6 0 ,8 1 ,0

r / R

Figura 6.7: Fracción de gas

esquema lagrangiano para la fase gaseosa (bubble individual tracking), reproducen este pico de fracción
de gas pero solo para velocidades moderadas (hasta 2 m/s), y predicen que el perfil se vuelve uniforme
para velocidades más altas (de 2 a 4 m/s). Este tipo de modelos pueden calcular con mayor precisión
la velocidad relativa entre las fases. Otros modelos llamados “polidispersos” (Politano et al., 2003),
que distinguen los distintos tamaños de burbuja, predicen que las burbujas de mayor diámetro se
concentran en el centro del conducto y las de menor diámetro en la proximidad de la pared. Este
comportamiento se debe a que el modelo de fuerza de lift que emplean predice un coeficiente de lift
negativo para las burbujas mayores.
El perfil de velocidad es similar al obtenido en flujo laminar. Cabe recordar que la relativa uniformidad
del perfil se debe, ahora, no sólo a la presencia de la fase gaseosa sino también a la acción de la
viscosidad turbulenta.

6.3. Estudio paramétrico

Al igual que en el Capı́tulo 4, dedicado al análisis del caso laminar, se realizó un estudio paramétrico
con el objeto de analizar el comportamiento de las principales variables en función del gradiente de
presión impuesto y de la fracción de gas promedio (ǫG ).
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 52

Los parámetros utilizados fueron los siguientes :

kg
ρL = 1000 m3
kg
µL = 0,001 ms
kg
ρG = 1,19 m3

Rb = 0,00125 m

CT D = 1,5

CL = 0,1

La Figura 6.8 muestra la fracción de gas en el centro del conducto en función del gradiente de presión
impuesto. Es de destacar el hecho de que, entre los gradientes de presión que hemos denominado θ1
y θ2 , ǫG (0) varı́a linealmente con el gradiente de presión, en forma análoga a lo que ocurrı́a en flujo
laminar (Fig. 4.8). De hecho, la región laminar está incluida en esa recta, y comprende unos pocos
P/m alrededor del gradiente de presión que marca el cambio de sentido del flujo.
0 ,016

Flujo ascendente Flujo descendente


0 ,014

0 ,012
ǫG = 0,01

0 ,010

ǫG (0) 0 ,008

0 ,006

0 ,004

0 ,002

θ2 θ1
0 ,000
−10500 − 10250 − 10000 − 9750 − 9500 − 9250 − 9000

G rad P (P /m )

Figura 6.8: ǫG (0) en función del gradiente de presión - ǫG = 0,01

En la Figura 6.9 se muestra como varı́a el parámetro λ, definido en el capı́tulo anterior, en función
del gradiente de presión impuesto. Entre los valores θ1 y θ2 , el parámetro λ se mantiene relativamente
constante y próximo a cero, comportamiento similar al observado en el caso laminar (Fig. 4.7). El
hecho de que λ sea muy próximo a cero, implica, aquı́ también, una compensación entre el gradiente
de presión impuesto y el peso especı́fico efectivo en el centro del conducto.
Las Figuras 6.10 y 6.11 muestran como varı́an ǫG (0) y λ en función del gradiente de presión, para
distintos valores de ǫG . Como se puede ver en ambas figuras, la forma de las curvas es la misma para
cualquier ǫG . Lo que también se debe destacar es que los valores de θ1 y θ2 dependen del valor de ǫG .
La Figura 6.12 muestra, precisamente, cómo varı́an θ1 y θ2 en función de ǫG . En ambos casos, los
puntos se ubican sobre rectas, que si se prolongan, se cortan en el punto correspondiente a una sola
fase lı́quida (ǫG = 0 y ∂p
∂z = −9800 P/m). La figura muestra también la delgada banda correspondiente
a flujo laminar (lı́neas de puntos) que rodea la linea de cambio de sentido del flujo.
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 53

0 ,020

0 ,015
ǫG = 0,01
0 ,010

0 ,005

0 ,000
λ
− 0 ,005

− 0 ,010

− 0 ,015

− 0 ,020 θ2 θ1

−10000 − 9900 − 9800 −9700 − 9600 − 9500

G rad P (P /m )

Figura 6.9: λ en función del gradiente de presión - ǫG = 0,01


0,040

0,035

0,030 ǫG
0,025 0 .01
0 .0175
ǫG (0) 0,020 0 .025

0,015

0,010

0,005

0,000
− 11000 − 10500 − 10000 − 9500 − 9000 − 8500

G rad P (P /m )

Figura 6.10: ǫG (0) en función del gradiente de presión - distintos ǫG


0 ,075

0 , 050

0 ,025

0 ,000

λ ǫG
− 0 ,025

0 .0
− 0 ,050 0 .01
0 .0175
− 0 ,075 0 .025

− 0,100
−10250 −10000 − 9750 − 9500 − 9250 − 9000

G rad P (P /m )

Figura 6.11: λ en función del gradiente de presión - distintos ǫG


CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 54

− 9000
Flujo descendente
− 9100

θ1 F lu jo
− 9200
θ2 la m ina r
− 9300

G rad P (P /m )
− 9400

−9500

− 9600

−9700

−9800 Flujo ascendente


− 9900
0 ,00 0 ,01 0 ,02 0 ,03 0 ,04 0 ,05 0 ,06 0 ,07
ǫG

Figura 6.12: θ1 y θ2 en función de ǫG

De lo observado en las Figuras 6.8 a 6.12 se puede extraer una importante conclusión : “para cada
valor de ǫG existe un par de valores de gradiente de presión, que hemos denominado θ1 y θ2 , entre
los cuales se verifica que el peso especı́fico efectivo en la zona central del conducto (ρeff g) equilibra el
gradiente de presión impuesto”. Dicho en otras palabras, el perfil de fracción de gas se “acomoda” de
∂p
forma tal de verificar que ρ(0) g ≈ ∂z .
Esta última conclusión puede ser vista como una extensión al flujo turbulento de la conclusión análoga
obtenida para flujo laminar (ver 3.2). Sin embargo, la existencia de los puntos de transición (θ1 y θ2 ),
a partir de los cuales la conclusión no es más aplicable, debe atribuirse a las caracterı́sticas turbulentas
del flujo, y su origen debe ser analizado.

6.4. Análisis de las transiciones θ1 y θ2

El primer paso para analizar las transiciones θ1 y θ2 debe ser la verificación de que estas transiciones no
sean producto de los parámetros utilizados en el método numérico aplicado. En nuestro caso, el método
numérico está caracterizado por dos parámetros : el coeficiente de difusión (K) y la densidad de la
malla utilizada (cantidad y distribución de los elementos en que se subdividió el dominio). Para llevar a
cabo esta verificación se aplicó el código de cálculo numérico sobre dominios reducidos alrededor de las
transiciones (Fig 6.13) y se analizó el efecto producido por la variación de los parámetros mencionados.

La variación de los dos parámetros del método numérico no afectó significativamente a las transiciones
θ1 y θ2 , como lo demuestran las Figuras 6.14, 6.15, 6.16 y 6.17.
Desechada la influencia del método numérico, debemos centrar la atención en el efecto de los términos
introducidos por la turbulencia y que diferencian a las ecuaciones (4.5) y (4.6) (régimen laminar) de
las ecuaciones (5.53) y (5.54) (régimen turbulento). Estos términos son aquellos que contienen a las
variables µt , k y ∂k/∂r, y la fuerza de dispersión turbulenta (M T D ).
Para analizar la transición θ2 se estudió la distribución radial de variables principales en puntos
inmediatamente anteriores y posteriores a θ2 (puntos A, B, C y D de la Figura 6.18).
Como se muestra en la Figura 6.19, el perfil de vL (r) en la región central del conducto pasa de ser
plano (puntos A y B) a tener curvatura apreciable (puntos C y D). Este hecho produce un aumento
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 55

0 ,016

0 ,014

0 ,012

0 ,010

ǫG (0) 0 ,008

0 ,006

0 ,004

0 ,002

θ2 θ1
0 ,000
−10500 −10250 −10000 −9750 −9500 −9250 −9000

G rad P (P /m )

∂p
Figura 6.13: ǫG (0) en función de ∂z - Regiones cercanas a θ1 y θ2
0,034

0,033

0,032

ǫG (0) 0,031
200 e lem − K = 1
300 e lem − K = 1
0,030 400 e lem − K = 1
300 e lem − K = 0.1
0,029

0,028
−9550 −9525 −9500 −9475 −9450 −9425 −9400 −9375 −9350 −9325 −9300 −9275

G rad P (P/m )

∂p
Figura 6.14: ǫG (0) en función de ∂z - Región cercana a θ1
0,002

0,000

−0,002

−0,004

−0,006

−0,008

−0,010
λ −0,012
200 e lem − K = 1
−0,014
300 e lem − K = 1
−0,016
400 e lem − K = 1
−0,018 300 e lem − K = 0.1
−0,020

−0,022
−9550 −9525 −9500 −9475 −9450 −9425 −9400 −9375 −9350 −9325 −9300 −9275

G rad P (P/m )

∂p
Figura 6.15: λ en función de ∂z - Región cercana a θ1
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 56

0,011

200 e lem − K = 1
0,010
300 e lem − K = 1
400 e lem − K = 1
0,009
300 e lem − K = 0.1
0,008
300 e lem − K = 0.5

ǫG (0)
0,007

0,006

0,005

0,004
−9900 −9875 −9850 −9825 −9800 −9775 −9750 −9725 −9700

G rad P (P/m )

∂p
Figura 6.16: ǫG (0) en función de ∂z - Región cercana a θ2
0,018

0,016 200 e lem − K = 1


0,014
300 e lem − K = 1
400 e lem − K = 1
0,012
300 e lem − K = 0.1
0,010 300 e lem − K = 0.5

0,008
λ
0,006

0,004

0,002

0,000

−9900 −9875 −9850 −9825 −9800 −9775 −9750 −9725 −9700

G rad P (P/m )

∂p
Figura 6.17: λ en función de ∂z - Región cercana a θ2

de la variable ∂v
∂r lo que, a su vez, provoca un incremento del término de producción de k (ecuación
L

5.58). Finalmente, esto se traduce en un aumento de k en la región central, como se muestra en la


Figura 6.20.
Un incremento de la energı́a cinética turbulenta provoca, a su vez, un aumento abrupto de la variable
νt (ecuación 5.47), como se observa en la Figura 6.21. Ese aumento se traduce, finalmente, en un
incremento del término M T D (ecuación 5.50) como se puede ver en la Figura 6.22.
Para completar el análisis sobre θ2 debemos volver nuevamente la atención sobre la Figura 6.13. En
el tramo que une las transiciones θ1 y θ2 un aumento del gradiente de presión va acompañado de una
disminución proporcional de ǫG (0). En el caso de flujo laminar, esta relación lineal se mantenı́a hasta
el punto en que ǫG (0) se anulaba (Figura 4.8). En el caso turbulento, a partir de la transición θ2 , un
aumento del gradiente de presión ya no es más acompañado de una disminución de ǫG (0). La acción
de algún término impide que ǫG (0) continúe disminuyendo linealmente con el gradiente de presión. Se
pudo determinar que ese término es M T D . Esta fuerza tiene en cuenta la dispersión que la turbulencia
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 57

0,010

0,009

0,008

ǫG (0)
0,007
A

D
0,006 B
C

0,005
−9925 −9900 −9875 −9850 −9825 −9800 −9775 −9750 −9725 −9700 −9675

G rad P (P/m )

∂p
Figura 6.18: ǫG (0) en función de ∂z - Región cercana a θ2
1,0

0,9

0,8

0,7

0,6
A
vL 0,5
B
0,4 C
D
0,3

0,2

0,1

0,0
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.19: vL (r) - Región cercana a θ2

de la fase lı́quida produce en la distribución de la fase gaseosa. En flujo turbulento ascendente su efecto
es el de disminuir el pico de fracción de gas cercano a la pared y aumentar la fracción de gas en la
zona central del conducto. Por ello, el aumento de M T D en la transición θ2 impide que la fracción de
gas se anule en el centro del conducto.
Los resultados que se muestran en la Figura 6.23 confirman la relación existente entre θ2 y el término
M T D . Si disminuye la fuerza de dispersión turbulenta (coeficiente CT D ) disminuye también la fracción
de gas en el centro del conducto y se desplaza el punto de transición θ2 . Nótese que si el término M T D
disminuye lo suficiente (CT D = 0,6), ǫG (0) llega a anularse, como ocurrı́a en flujo laminar.
La Figura 6.24 muestra el efecto que la disminución del término M T D tiene sobre el parámetro λ.
Para analizar la transición θ1 estudiaremos la distribución radial de las variables principales en puntos
inmediatamente anteriores y posteriores a θ1 (puntos A, B, C y D de la Figura 6.25).
El perfil de velocidad de lı́quido en la región central del conducto pasa de ser plano (puntos A y B) a
tener curvatura apreciable (puntos C y D), como se muestra en la Figura 6.26. Esta diferencia produce
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 58

0,014

0,012

0,010
A
B
0,008
C
k D
0,006

0,004

0,002

0,000
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.20: k(r) - Región cercana a θ2


0,00007

0,00006

0,00005

0,00004 A
νt B
0,00003 C
D
0,00002

0,00001

0,00000
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.21: νt (r) - Región cercana a θ2

un aumento de la variable ∂v∂r que provoca un incremento del término de produccón de k (ecuación
L

5.58). Finalmente, esto se traduce en un aumento de k en la región central, como se muestra en la


Figura 6.27.
Volvamos ahora nuevamente la atención sobre la Figura 6.13. En el tramo que une las transiciones θ1
y θ2 un disminución del gradiente de presión va acompañado de un aumento proporcional de ǫG (0), de
forma similar a lo que ocurrı́a en flujo laminar (Figura 4.8). En flujo turbulento, en cambio, se observa
que, a partir de la transición θ1 , una disminución del gradiente de presión no es más acompañada de
un aumento proporcional de ǫG (0). Se pudo comprobar que uno de los términos que impide que ǫG (0)
continúe aumentando linealmente con el gradiente de presión es el segundo término de la ecuación
(5.57), al que llamaremos de ahora en más MG′K .
2 ∂k
MG′K = ǫG (1 − ǫG ) (6.1)
3 ∂r

Como se puede deducir de las ecuaciones (5.54) y (5.57), el término MG′K representa una fuerza lateral
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 59

1,0

A
0,8 B
C
D
0,6

TD
M
0,4

0,2

0,0
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6

r/R

Figura 6.22: M T D (r) - Región cercana a θ2


0,012 CT D
0,011

0,010
1.5
1.05
0,009
0.9
0,008
0.6
0,007

ǫG (0) 0,006

0,005

0,004

0,003

0,002

0,001

0,000
−9900 −9875 −9850 −9825 −9800 −9775 −9750 −9725 −9700

G rad P

∂p
Figura 6.23: ǫG (0) en función de ∂z - Región cercana a θ2

cuyo efecto es similar al de la fuerza de lift. Recordemos que la fuerza de lift empuja a las burbujas
hacia la pared del conducto en flujo ascendente y hacia el centro del conducto en flujo descendente.
Este cambio de sentido se debe a que la derivada radial de la velocidad es negativa en flujo ascendente y
positiva en flujo descendente. El término MG′K , en cambio, empuja a las burbujas siempre en dirección
a la pared del conducto porque la derivada radial de la energı́a cinética turbulenta mantiene el mismo
signo, tanto para flujo ascendente como para descendente.
La derivada radial de la energı́a cinética turbulenta aumenta bruscamente cuando el gradiente de
presión atraviesa la transición θ1 (Figura 6.28). Esto provoca un aumento del término MG′K que empuja
a las burbujas hacia la pared del conducto e impide que ǫG (0) continúe creciendo linealmente en función
del gradiente de presión.
Para confirmar la relación existente entre el término MG′K y la transición θ1 , se multiplicó al término
MG′K por un coeficiente arbitrario Ckr y se analizó el efecto de disminuir ese coeficiente. La Figura
6.29 muestra los resultados obtenidos y confirma claramente la relación que hemos expresado.
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 60

0,018

0,016
CT D
0,014

0,012 1.50
1.05
0,010
0.90
0,008
λ
0,006

0,004

0,002

0,000

−0,002

−9900 −9875 −9850 −9825 −9800 −9775 −9750 −9725 −9700

G rad P

∂p
Figura 6.24: λ en función de ∂z - Región cercana a θ2
0,034

0,033

A
0,032
B

ǫG (0) 0,031

0,030

C
0,029

D
0,028
−9550 −9500 − 9450 −9400 −9350 −9300

r/R

∂p
Figura 6.25: ǫG (0) en función de ∂z - Región cercana a θ1

La Figura 6.30 muestra el efecto del término MG′K sobre el parámetro λ.


Si bien la acción del término MG′K influye sobre la distribución de fracción de gas, haciendo siempre
que aumente en la periferia y disminuya en el centro, se puede concluir que su acción no es la que
determina la aparición de la transición θ2 , tratada anteriormente. En efecto, esta transición se debe
exclusivamente, como ya se comprobó, a la acción del término M T D , que hace aumentar la fracción
de gas en el centro del conducto en flujo ascendente. Se pudo comprobar, sin embargo, que el término
M T D sı́ contribuye a la aparición de la transición θ1 . En flujo descendente la fracción de gas es mayor
en el centro que en la periferia, y por lo tanto, la acción de éste término es la de disminuir la fracción
de gas en el centro. Su influencia sobre la transición θ1 es, en este caso, similar a la del término MG′K
(Figuras 6.31 y 6.32).
Como hemos observado, el término M T D influye tanto en la posición de la transición θ1 como en la de
θ2 . Esto es ası́ porque el efecto de la dispersión turbulenta es el de aumentar la fracción de gas en el
centro del conducto en flujo ascendente, y el de disminuir la fracción de gas en el centro del conducto
en flujo descendente. Se puede concluir, entonces, que el efecto de incrementar el término M T D es el
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 61

A
0,0
B

Velocidad de líqu ido (m /s)


− 0,1 C
D
− 0,2

− 0,3

− 0,4

− 0,5

− 0,6

− 0,7

−0,8
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.26: vL (r) - Región cercana a θ1


0,007

0,006

A
0,005
B
C
0,004
D
k
0,003

0,002

0,001

0,000

0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.27: k(r) - Región cercana a θ1


0,30

0,25

0,20 A
B
0,15 C
∂k
∂r D
0,10

0,05

0,00

− 0,05
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8

r/R

∂k
Figura 6.28: ∂r (r) - Región cercana a θ1
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 62

0,038 Recta laminar


Ckr
0,037

0,036
1.0
0.7
0,035
0.4
0,034 0.1

ǫG (0) 0,033

0,032

0,031

0,030

0,029

0,028
− 9520 −9500 − 9480 − 9460 −9440 − 9420 − 9400 − 9380 − 9360 − 9340

G rad P

∂p
Figura 6.29: ǫG (0) en función de ∂z - Región cercana a θ1
0,004

0,002

0,000
Recta laminar
−0,002

−0,004

−0,006
Ckr
λ
−0,008 1.0
0.7
−0,010
0.4
− 0,012 0.1
− 0,014

− 0,016
−9520 −9500 −9480 − 9460 −9440 − 9420 − 9400 −9380 − 9360 −9340

G rad P

∂p
Figura 6.30: λ en función de ∂z - Región cercana a θ1

de acercar la posición de las dos transiciones.


Analizando la expresión correspondiente a M T D (ec. 5.50), se nota que los factores CD , vr , ν ef f y
∇ǫG tienen su propia expresión y son calculados internamente por el código numérico. En cambio, los
valores de CT D , ρL y Rb son elegidos “arbitrariamente”. Elegida la fase lı́quida se fija el valor ρL , por
lo que sólo analizaremos el efecto de variar CT D o Rb sobre las transiciones θ1 y θ2 .
Recordemos que CT D = Sc−1 b y que algunos experimentos han demostrado que el número de Schmidt
para pequeñas partı́culas puede variar entre 0.7 y 1. Esto nos conduce a suponer que los valores de
CT D razonables pueden variar entre 1 y 2. Incrementando el valor de CT D se aumenta la acción de la
dispersión turbulenta, y el efecto es entonces el de acercar entre sı́ a las dos transiciones, como puede
verse en la Figura 6.33. También se observa que el efecto sobre la transición θ2 es mayor que el efecto
sobre la transición θ1 . Esto se debe a que el valor de ∇ǫG es mayor en flujo ascendente que en flujo
descendente, por la presencia del pico de fracción de gas cercano a la pared.
Sobre el tamaño del radio de las burbujas pueden influir mucho factores, como el radio del conducto,
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 63

0,042
CT D
0,040 1
2
0,038

0,036
ǫG (0)
0,034

0,032

0,030

0,028
−9520 −9500 −9480 −9460 −9440 −9420 −9400 −9380 −9360 −9340

G rad P (P/m )

∂p
Figura 6.31: ǫG (0) en función de ∂z - Región cercana a θ1

0,000

− 0,002

− 0,004

CT D
λ − 0,006

1
− 0,008 2

− 0,010

− 0,012
− 9520 − 9500 − 9480 −9460 −9440 − 9420 − 9400 − 9380 − 9360 − 9340

G rad P (P/m )

∂p
Figura 6.32: λ en función de ∂z - Región cercana a θ1

las propiedades fı́sicas de las fases o la distribución de presión. Para un radio de conducto de una
pulgada y flujo bubbly, es razonable suponer radios de burbujas cuyo orden varı́e entre 1 mm y 0.1
mm. Suponer este rango de radios de burbuja implica variar M T D en un orden de magnitud. Esta
variación es mucho mayor que la que se puede esperar al variar el coeficiente CT D . Cuando se disminuye
el radio de las burbujas aumenta el efecto de la dispersión turbulenta, y las transiciones θ1 y θ2 se
acercan, como se puede ver en la Figura 6.34.

6.5. Mapa de flujo turbulento

Las rectas que incluyen a los puntos θ1 y θ2 delimitan distintas regiones en lo que llamaremos mapa
de flujo turbulento, como se muestra en la Figura 6.35.
En la región comprendida entre las rectas que incluyen a θ1 y a θ2 es válida la conclusión obtenida en
6.3, similar a la que fuera obtenida para flujo laminar : el peso especı́fico efectivo en la zona central
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 64

− 9100

− 9200
CT D
−9300 1.5
2.0

G rad P (P/m )
−9400

− 9500

− 9600

− 9700

− 9800
0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06

ǫG

Figura 6.33: θ1 y θ2 en función de ǫG para distintos valores de CT D


− 9100

Rb (m)
− 9200

0.00125
− 9300
0.0005
0.0001
G rad P (P/m )

− 9400

− 9500

− 9600

− 9700

− 9800

− 9900
0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06

ǫG

Figura 6.34: θ1 y θ2 en función de ǫG para distintos radios de burbuja

del conducto (ρeff g) equilibra el gradiente de presión impuesto.


Por encima de la recta que incluye a los puntos θ1 se verifica que el peso especı́fico efectivo en el centro
∂p
del conducto es mayor que el gradiente de presión impuesto (ρeff g > ∂z ; λ < 0). Por debajo de la
recta que incluye a los puntos θ2 , en cambio, se verifica que el peso especı́fico efectivo en el centro del
∂p
conducto es menor que el gradiente de presión impuesto (ρeff g < ∂z ; λ > 0).
Las figuras que siguen muestran los perfiles caracterı́sticos de las principales variables en distintas
regiones del mapa de flujo turbulento (puntos 1, 2, 3 y 4 de la Figura 6.35).
La Figura 6.36 muestra los distintos perfiles de velocidad de fase lı́quida. En la región comprendida
entre θ1 y θ2 (puntos 3 y 4), el perfil de velocidad es más plano que en los puntos exteriores (1 y 2).
En la zona interior, el perfil debe su forma al equilibrio entre el peso especı́fico efectivo en la zona
central del conducto y el gradiente de presión impuesto. En la zona exterior, en cambio, el perfil es
relativamente plano debido a la presencia de la viscosidad turbulenta.
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 65

−9000 Flujo
θ1 descendente
−9100
θ2
−9200

−9300

−9400

G rad P
− 9500

1 2 3 4
− 9600

− 9700

−9800 Flujo
ascendente
−9900
0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07

ǫG

Figura 6.35: θ1 y θ2 en función de ǫG


0 ,6
G rad P = −9600 P /m
0 ,4

0 ,2

0 ,0

−0 ,2
v L (m /s )

−0 ,4

−0 ,6
ǫG
−0 ,8
0 .0 (1 )
−1 ,0 0 .01 (2 )
0 .0175 (3 )
−1 ,2
0 .025 (4 )
−1 ,4
0 ,0 0 ,2 0 ,4 0 ,6 0,8 1,0 1 ,2

r / R

∂p
Figura 6.36: vL (r) para distintos ǫG - ∂z = −9600 P/m

La Figura 6.37 muestra los perfiles caracterı́sticos de la energı́a cinética turbulenta en las distintas
regiones. En los puntos interiores (3 y 4), la energı́a cinética turbulenta es sensiblemente menor que en
los puntos exteriores (1 y 2). Esto se debe a que la producción de energı́a cinética turbulenta, que es
proporcional al gradiente de velocidad, es menor. Resulta también ilustrativo mostrar cómo varı́a la
energı́a cinética turbulenta promedio (k) en función del gradiente de presión impuesto (Figura 6.38).
1
Z
k= k dA (6.2)
A A

La Figura 6.39 muestra los perfiles caracterı́sticos de la disipación de energı́a cinética turbulenta (ε)
en las distintas regiones. Los valores de ε en la región cercana a la pared del conducto son mayores en
los puntos exteriores que en los puntos interiores.
La Figura 6.40 muestra los perfiles caracterı́sticos de la fracción de gas en las distintas regiones.
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 66

0,014
G rad P = −9600 P /m
0,012
ǫG
0,010 0 .0 (1 )
0 .01 (2 )
0,008 0 .0175 (3 )

k 0 .025 (4 )
0,006

0,004

0,002

0,000
0 ,0 0 ,1 0 ,2 0 ,3 0,4 0 ,5 0,6 0 ,7 0 ,8 0 ,9 1 ,0

r / R

∂p
Figura 6.37: k(r) para distintos ǫG - ∂z = −9600 P/m
0 ,035

0 ,030

0 ,025
ǫG = 0,025
0 ,020

k
0 ,015

0 ,010

0 ,005
θ2 θ1

0 ,000

−11000 −10500 −10000 −9500 −9000 −8500 −8000

G rad P (P /m )

Figura 6.38: k en función del gradiente de presión


7

G rad P = − 9600 P /m
6

5
ǫG
0 .0 (1 )
4
0 .01 (2 )
ε 0 .0175 (3 )
3
0 .025 (4 )
2

0,800 0 ,825 0 ,850 0 ,875 0 ,900 0 ,925 0 ,950 0 ,975 1 ,000

r / R

∂p
Figura 6.39: ε(r) para distintos ǫG - ∂z = −9600 P/m
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 67

0 ,07

0 ,06 ǫG
0 .01 (2 )
0 ,05 G rad P = − 9600 P /m
0 .0175 (3 )
0 .025 (4 )
0 ,04

ǫG
0 ,03

0 ,02

0 ,01

0 ,00
0,0 0 ,1 0,2 0 ,3 0 ,4 0 ,5 0 ,6 0 ,7 0 ,8 0,9 1 ,0

r / R

∂p
Figura 6.40: ǫG (r) para distintos ǫG - ∂z = −9600 P/m

6.6. El efecto de reducir la aceleración de la gravedad

En forma similar a lo realizado en flujo laminar, en flujo turbulento también se analizó la influencia
que reducir la aceleración de la gravedad (g) tiene sobre la distribución de las principales variables.
Como ya fué mencionado anteriormente, la velocidad relativa entre las fases disminuye cuando g
disminuye (Fig. 4.10).
La influencia que tiene la disminución de g sobre los perfiles de fracción de gas puede ser deducida si se
analiza la ecuación correspondiente a ǫG (r) (Ec. 5.54). Si se divide toda la ecuación por vr2 , el término
de lift queda dividido por vr y el término MG′K queda dividido por vr2 . Por lo tanto, cuando g y vr
disminuyen, y a diferencia del caso laminar, es ahora el término MG′K el que se vuelve crecientemente
dominante sobre los otros términos de la ecuación. Recordemos que este término representa una fuerza
lateral que, a diferencia de la fuerza de lift, empuja a las burbujas siempre en dirección a la pared del
conducto, tanto en flujo ascendente como en flujo descendente.
Las Figuras 6.41 y 6.42 muestran los perfiles de fracción de gas calculados para g decreciente. Cuando
aumenta la importancia relativa del término MG′K , las burbujas son empujadas hacia la pared del
conducto, tanto en flujo ascendente como en flujo descendente.
La ecuación diferencial para la velocidad de lı́quido en flujo turbulento (Ec. 5.53) es muy similar a la
correspondiente para flujo laminar (Ec. 4.1). Sólo se diferencian en la expresión de la viscosidad. Se
puede hacer, por lo tanto, un análisis similar al efectuado en el apartado 4.4. En las Figuras 6.43 y
6.44 se muestran los perfiles de velocidad para flujo turbulento ascendente y descendente. El efecto de
reducir la aceleración de la gravedad es similar al observado para flujo laminar (Figuras 4.13 y 4.14).
Las Figuras 6.45 y 6.46 muestran los perfiles de la energı́a cinética turbulenta para flujo ascendente
y descendente. En ambos casos se observa que la disminución de g provoca un aumento de k. Para
entender este efecto debemos analizar la ecuación diferencial correspondiente a k (Ec. 5.58). La ace-
leración de la gravedad no está explı́citamente presente en esta ecuación, por lo que el efecto debe
tener su origen solamente en la influencia de ésta en los términos de producción y disipación de k. El
término de producción de k depende del gradiente de velocidad. En las Figuras 6.43 y 6.44 se observa
que una disminución de g provoca un leve aumento del gradiente de velocidad, y por lo tanto, de la
producción de k. Por otro lado, las Figuras 6.47 y 6.48 muestran que una disminución de g provoca
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 68

0,25
g (m/s2 )

0,20
9.8
4.0
1.0
0,15 0.1

ǫG
0,10

0,05

0,00
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.41: Perfiles de fracción de gas para diferentes valores de g - Flujo ascendente
0,09 g (m/s2 )
0,08
9.8
0,07 4.0
2.5
0,06
1.5
0,05 1.0
ǫG 0.6
0,04
0.1
0,03

0,02

0,01

0,00
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.42: Perfiles de fracción de gas para diferentes valores de g - Flujo descendente

una disminución de la disipación de k (ε), efecto que se hace más evidente en flujo ascendente.

6.7. Multiplicador de dos fases (Φ2 )

El llamado multiplicador de dos fases (Φ2 ) se define como el cociente entre el gradiente de presión por
fricción del flujo de dos fases y el correspondiente gradiente de presión por fricción del flujo de una fase
que tiene el mismo caudal másico (o el mismo número de Reynolds, si se conserva el área transversal
del conducto).
∂p
|F 2φ
Φ2 = ∂z∂p
(6.3)
∂z |F 1φ

Con los resultados obtenidos con el código numérico se pudo calcular valores de multiplicador de dos
fases y compararlos con los correspondientes valores experimentales.
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 69

1,6

1,4

1,2

vL (m/s)
1,0
g (m/s2 )
0,8
9.8
0,6 4.0
1.0
0,4 0.1

0,2

0,0
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.43: Perfiles de velocidad para diferentes valores de g - Flujo ascendente


0,0

g (m/s2 )

− 0,5 9.8
4.0
vL (m/s)

2.5
−1,0 1.5
1.0
0.6
−1,5 0.1

− 2,0

0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.44: Perfiles de velocidad para diferentes valores de g - Flujo descendente

La Figura 6.49 muestra como varı́a el gradiente de presión por fricción en función del número de
Reynolds, para flujo ascendente y distintos valores de ǫG . Usando los datos de esta figura y haciendo
los cocientes entre los correspondientes gradientes de presión, se obtuvieron los valores de Φ2 que se
muestran en la Figura 6.50.
La Figura 6.51 muestra como varı́a el gradiente de presión por fricción en función del número de
Reynolds, para flujo descendente y distintos valores de ǫG . Usando ahora esta figura, se obtuvieron los
valores de Φ2 para flujo descendente que se muestran en la Figura 6.52.
Experimentalmente se ha comprobado que Φ2 es siempre mayor que uno, y crece con el tı́tulo (x). Los
valores de Φ2 se obtienen generalmente de correlaciones muy complejas o de gráficos obtenidos sobre
la base de datos experimentales y sólo válidos dentro de cierto rango. La Figura 6.53 muestra, como
ejemplo, la Correlación de Baroczy (Butterworth & Hewitt, 1977) para jL = 1356 s kg m2
(los números
sobre las curvas dan el valor del tı́tulo x en porciento). Teniendo en cuenta los valores utilizados en
los cálculos numéricos ( Γ12 ≈ 0,003 ; x ≈ 0,00001), los valores de Φ2 calculados y presentados en las
Figuras 6.50 y 6.52 resultan razonables.
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 70

0,025
g (m/s2 )
9.8
0,020
4.0
1.0

k (m2 /s2 )
0,015 0.1

0,010

0,005

0,000
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.45: Perfiles de energı́a cinética turbulenta para diferentes valores de g - Flujo ascendente
0,05
g (m/s2 )

0,04 9.8
4.0
k (m2 /s2 )

2.5
0,03
1.5
1.0
0.6
0,02
0.1

0,01

0,00
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

r/R

Figura 6.46: Perfiles de energı́a cinética turbulenta para diferentes valores de g - Flujo descendente
20

15
g (m/s2 )
ε (m2 /s3 )

9.8
4.0
10
1.0
0.1

0
0,90 0,91 0,92 0,93 0,94 0,95 0,96 0,97 0,98 0,99 1,00

r/R

Figura 6.47: Perfiles de ε para diferentes valores de g - Flujo ascendente


CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 71

50

g (m/s2 )
40

9.8
ε (m2 /s3 ) 4.0
30
2.5
1.5
20 1.0
0.6
0.1
10

0
0,90 0,91 0,92 0,93 0,94 0,95 0,96 0,97 0,98 0,99 1,00

r/R

Figura 6.48: Perfiles de ε para diferentes valores de g - Flujo descendente

− 100 Flujo ascendente

− 200 ǫG
∂p
∂z |F
0 .025
− 300 0 .0175
0 .01
0 .0
− 400

− 500
0 10000 20000 30000 40000 50000 60000 70000

ReL

∂p
Figura 6.49: ∂z |F en función de ReL para distintos ǫG - flujo ascendente
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 72

1 ,7 ǫG
0 .025
1 ,6 Flujo ascendente
0 .0175
0 .01
1 ,5

1 ,4

2
Φ 1 ,3

1 ,2

1 ,1

1 ,0
20000 25000 30000 35000 40000 45000 50000 55000

R eL

Figura 6.50: Multiplicador de 2 fases (Φ2 ) en función de ReL para distintos ǫG - flujo ascendente

350

300 ǫG
0 .05
250
0 .025
0 .0
200
∂p
∂z |F
150

100

50
Flujo descendente
0
0 10000 20000 30000 40000 50000 60000 70000

R eL

∂p
Figura 6.51: ∂z |F en función de ReL para distintos ǫG - flujo descendente
CAPÍTULO 6. SIMULACIÓN NUMÉRICA DE FLUJOS TURBULENTOS DE DOS FASES 73

1,7

ǫG
1,6
0 .05
0 .025
1,5

Flujo descendente
1,4

2
Φ 1,3

1,2

1,1

1,0
20000 25000 30000 35000 40000 45000 50000 55000

ReL

Figura 6.52: Multiplicador de 2 fases (Φ2 ) en función de ReL para distintos ǫG - flujo descendente

Figura 6.53: Φ2 - Correlación de Baroczy


Capı́tulo 7

Conclusiones

En la presente tesis se ha llevado a cabo una evaluación analı́tica y numérica del modelo de dos fluidos
aplicándolo al caso de flujos bubbly totalmente desarrollados.
Una vez presentado el modelo completo (Capı́tulo 2) se lo aplicó al caso particular de flujo lami-
nar totalmente desarrollado en conductos cilı́ndricos verticales. El sistema de ecuaciones resultante
fué reducido a una sola ecuación diferencial ordinaria (ODE), que se adimensionalizó mediante la in-
troduccón de una longitud caraterı́stica que resultó ser del orden del radio de la burbuja. Las soluciones
de esta ecuación fueron obtenidas y extensamente analizadas utilizando Mathematica. Este análisis se
limitó a las soluciones del modelo en la región central del conducto, sin tener en cuenta aún el efecto de
las paredes. La principal conclusión que se obtuvo es que en flujos laminares totalmente desarrollados
existe una compensación exacta entre el gradiente de presión aplicado y la fuerza hidrostática ρeff g,
donde ρeff es la densidad efectiva de la mezcla y g la aceleración de la gravedad. Como corolario de
esta conclusión se pudo demostrar que la fracción de gas en el centro del conducto depende solamente
del gradiente de presión aplicado, y que la única solución posible del modelo es la de perfiles planos
de fracción de gas y velocidad en la región central del conducto.
En el Capı́tulo 3 se implementó una aproximación numérica del sistema de ecuaciones resultante del
modelo, incluyendo el efecto de las paredes del conducto mediante una fuerza de pared (M ′W ). Esta
aproximación numérica permitió comprobar las conclusiones del capı́tulo anterior y extenderlas a casos
en los que se predicen regiones de fracción de gas nula. En particular, se analizó el comportamiento de
las principales variables en función del gradiente de presión impuesto. Se pudo comprobar que cuando
el valor absoluto del gradiente de presión aumenta, la fracción de gas en la región central del conducto
disminuye y aumenta la altura del pico de gas próximo a la pared. Este comportamiento obedece a
una incremento de la fuerza de lift debido a un aumento del gradiente de velocidad cerca de la pared.
Se pudo comprobar también que, cuando el gradiente de presión es igual o mayor que el peso especı́fico
de la fase lı́quida (ρL g), la fracción de gas en la región central se anula y el perfil de velocidad adopta
la forma parabólica propia de flujos laminares de una fase. Se analizó también el comportamiento de
las soluciones del modelo bajo condiciones de gravedad reducida. Se pudo concluir que, al disminuir la
aceleración de la gravedad, cambia el peso relativo de las fuerzas interfaciales y la fuerza de lift se hace
crecientemente dominante sobre las otras. Esto se traduce en una mayor acumulación de burbujas
en la pared en flujo ascendente, y en una mayor acumulación de burbujas en la región central del
conducto en flujo descendente.
Los Capı́tulos 5 y 6 de esta tesis fueron dedicados al modelado y análisis de flujos totalmente desa-
rrollados en régimen turbulento. Para ello se utilizó un modelo k − ε modificado para ser aplicado a
flujos bifásicos bubbly. A este modelo se le aplicaron correcciones para tener en cuenta el hecho de que

74
CAPÍTULO 7. CONCLUSIONES 75

el radio de las burbujas puede ser comparable al espesor de la subcapa laminar. El modelo resultante,
denominado modelo de bajo Reynolds, permitió reproducir las variables a lo largo de todo el radio del
conducto, incluida la subcapa laminar.
Al igual que para flujos laminares, para flujos turbulentos también se analizó el comportamiento de las
principales variables en función del gradiente de presión impuesto. La principal conclusión que se pudo
extraer es que, dentro de un rango de gradientes de presión limitado por dos valores de transición (θ1
y θ2 ), las propiedades de las soluciones son similares a las obtenidas para flujo laminar : el gradiente
de presión aplicado es compensado por la fuerza hidrostática ρeff g, la fracción de gas en el centro del
conducto depende linealmente del gradiente de presión, y se predicen perfiles planos de fracción de gas
y velocidad en la región central del conducto. El valor de la fuerza hidrostática ρeff g es menor que el
gradiente de presión cuando éste es menor que θ2 , y es mayor que el gradiente de presión cuando éste
es mayor que θ1 . La fracción de gas en la región central del conducto es aproximadamente constante
para gradientes de presión menores que θ2 , y decrece con el gradiente de presión cuando éste es mayor
que θ1 .
Un análisis detallado del origen de las transiciones θ1 y θ2 permitió descartar que éstas deban su origen
a la implementación numérica del modelo. Se pudo concluir que las transiciones θ1 y θ2 tienen su origen
en un incremento abrupto de la fuerza lateral de dispersión turbulenta motivado por un cambio en
la curvatura del perfil de velocidad, y en la acción de una fuerza lateral que depende de la derivada
radial de la energı́a cinética turbulenta. En particular se pudo comprobar que el efecto de incrementar
la fuerza de dispersión turbulenta es el de acercar las transiciones entre sı́. Se comprobó también
que la posición de las transiciones θ1 y θ2 es función lineal de la fracción de gas promedio (ǫG ). Se
construyó un mapa de flujo turbulento en función del gradiente de presión y la fracción de gas promedio,
incluyendo las lineas rectas que contienen las transiciones, y se analizaron los perfiles caracterı́sticos
de las principales variables en cada región de ese mapa.
Para flujos turbulentos también se analizó cómo cambian las soluciones del modelo cuando se reduce
la aceleración de la gravedad. En este caso, a diferencia del laminar, el término que aumenta su
importancia relativa frente a los otros términos de la ecuación es la fuerza lateral que depende de la
derivada radial de la energı́a cinética turbulenta. Como consecuencia, cuando disminuye la acelaración
de la gravedad, se produce una creciente acumulación de gas en proximidad de la pared, tanto para
flujo ascendente como para flujo descendente.
Finalmente se utilizó el modelo turbulento para calcular multiplicadores de dos fases (Φ2 ), que son los
coeficientes que relacionan los gradientes de presión en flujo bifásico con los equivalentes en flujo de
una fase. Los resultados obtenidos guardan buena relación con los resultados de las correlaciones en
uso que se presentan.
Como conclusión final y sintetizadora, se puede decir que esta tesis constituye un análsis amplio y
profundo del modelo de dos fluidos y su aplicación a flujos totalmente desarrollados, tanto en régimen
laminar como en régimen turbulento. Las conclusiones obtenidas constituyen un aporte original y
valioso, ya que han permitido caracterizar las soluciones que se pueden obtener con el modelo de dos
fluidos e identificar claramente los orı́genes y las causas de esa caracterización.
Serı́a de gran interés que, como continuación de esta tesis, se llevaran a cabo estudios tendientes
a confirmar las conclusiones obtenidas, haciendo uso de otros modelos bifásicos (bubble individual
tracking, etc..) o de otras variantes del modelo de dos fluidos (modelo polidisperso, etc..).
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