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Las Grandes Constituciones de 1786

The Journal of the Masonic Society, Issue 8, 2010

POCOS DOCUMENTOS MASÓNICOS han sido más debatidos, ensalzados,


denigrados, estudiados y malentendidos que la colección conocida como las
Grandes Constituciones de 1786. Actualmente existen dos colecciones con
ese nombre, una conocida como la versión francesa y la otra como la versión
latina. Pero, ¿qué son, por qué son importantes, y por qué toda la agitación
sobre ellas?
Las Grandes Constituciones de 1786 están asociadas directamente con
el grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y sus reglas y reglamentos
originales. El primer Consejo Supremo⁎ del Rito Escocés se creó en
Charleston, Carolina del Sur el 31 de mayo de 1801, y utilizó las Grandes
Constituciones tanto como la autoridad para existir como las leyes para su
forma de gobierno. Las Grandes Constituciones de 1786 proveyeron al
Supremo Consejo de un diseño, y les dieron guía en la organización,
estructura y gestión del nuevo sistema.
En los primeros días del Rito Escocés, las Grandes Constituciones se
consideraban de gran importancia para el joven Supremo Consejo, pero no
tenían ningún valor para las Grandes Logias, que a menudo consideraban
el nuevo sistema como meros grados secundarios. Para el Rito Escocés, no
solo eran fundamentales para el gobierno del sistema, sino que también
podían usarse como evidencia de legitimidad. De hecho, el Supremo Consejo
original de Charleston (hoy oficialmente conocido como "El Supremo
Consejo [Consejo Madre del Mundo] de los Caballeros Comendadores
Inspectores Generales de la Casa del Templo de Salomón del Trigésimo
tercer grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Francmasonería de
la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos de América” (pero más
comúnmente conocido simplemente como la “Jurisdicción Sur”) usó las
Grandes Constituciones como evidencia de legitimidad en lo que se
convertiría en una “guerra del Rito Escocés” que abarca la mayor parte del
Siglo XIX.
John Mitchell fue el primer Gran Comendador de Consejo de
Charleston (es decir: la “Jurisdicción Sur”). Mitchell había sido un Inspector
General Delegado (25°) de un sistema Masónico más antiguo conocido como
la Orden del Real Secreto, más comúnmente conocida como el Rito de


Esta es la traducción correcta de Supreme Council en inglés, aunque en español se ha institucionalizado el
término de Supremo Consejo, y es el que se utilizará en lo subsecuente. N. del T.

1
Perfección. En 1807, cuando Joseph Cerneau, otro un Inspector General
Delegado de la Orden del Real Secreto, creó cuerpos en Nueva York, que
evolucionarían en un segundo Supremo Consejo en los Estados Unidos, el
joven Consejo de Charleston usó las Grandes Constituciones para
argumentar que este segundo consejo no tenía autoridad y era irregular. En
1813, Emanuel de la Motta, un Miembro Activo del Consejo de Charleston,
viajó a Nueva York y –con o sin conocimiento o aprobación del Consejo de
Charleston –creó un segundo Supremo Consejo en Nueva York el 23 de
agosto de 1813, para usurpar la creación de Cerneau. Este consejo se
convertiría en la Jurisdicción Masónica Norte, conocida hoy como la socia
de la Jurisdicción Sur.
Curiosamente, la Jurisdicción Masónica del Norte (JMN) y la
Jurisdicción del Sur (JS) han estado históricamente en desacuerdo sobre
qué versión de las Grandes Constituciones de 1786 aceptan. La JMN acepta
la versión francesa, y el JS la versión latina. ¿Pero por qué debería haber
diferentes versiones de un documento que parece ser crucial para el Rito
escocés? ¿Cuál es y dónde está el original?
Las Grandes Constituciones de 1786 contiene 18 artículos, o leyes, y
se informó que fue aprobado y firmado en Berlín por Federico el Grande, el
1 de mayo de 1786. Desgraciadamente, no se sabe que exista el documento
original. Cuando el Consejo de Charleston exigió que el Consejo de Cerneau
presentara la documentación demostrando que estaba autorizado para
existir, el Consejo de Cerneau no presentó nada. El Consejo de Charleston
calificó a Cerneau de desautorizado e irregular.
Cuando el Consejo de Cerneau exigió que el Consejo de Charleston
demostrara que estaban autorizados para existir, el Consejo de Charleston
señaló a su copia de las Grandes Constituciones de 1786. El Consejo de
Cerneau descartó este documento como una falsificación y acusó al grupo
rival de hipocresía. El Consejo de Cerneau afirmó que tenía el mismo
derecho y autoridad para existir que el Consejo de Charleston, y que las
normas de legitimidad deberían ser las mismas para ambos.
Otro reclamo hecho por el Consejo de Charleston fue que cualquier
Supremo Consejo adicional creado en los Estados Unidos necesitaba de su
aprobación, la cual no otorgó a Cerneau.
Entonces, ¿quién, si alguno, estaba en lo correcto? ¿Es posible que las
Grandes Constituciones de 1786 fueran una falsificación y que nunca
fueron aprobadas por Federico? Demos una mirada a las dos versiones de
las Grandes Constituciones de 1786. De la versión francesa, Albert Pike nos
dice: “Si estuviera satisfecho de que nunca hubo otras Constituciones aparte
de las contenidas en la versión francesa, no dudaría en admitir que fueron

2
una falsificación torpe, y que no había nada en el mundo que demostrara
su autenticidad.”1
¡Esas son palabras fuertes! Pero, ¿por qué Pike escribiría tan fuerte
denuncia de esta versión francesa? El Past Soberano Gran Comendador de
la JS, Henry Clausen explica:
“La versión [latina] de Pike es obviamente una copia más fiel del original
porque proporciona omisiones y correcciones que eran evidentes en la versión
francesa.”

Clausen continúa:
“Los siguientes son algunos ejemplos de la pluma de Pike que muestran
la disparidad entre las versiones en francés y en latín:
Las Constituciones francesas no prevén ni describen ninguna Joya o
Cordón del Grado. El Sello se describe como "un Águila NEGRA grande con
dos cabezas, el pico de oro, las alas desplegadas, y sosteniendo en sus garras
una espada desnuda; sobre una cinta que se muestra abajo se escribe DEUS
MEUMQUE JUS, y sobre el Águila, CONSEJO SUPREMO DEL 33er GRADO.
[Official Bulletin, Vol. V, No.2, p. 548]

Las Constituciones francesas prevén un Consejo del Grado en cada


Nación o Reino en Europa; dos en los Estados Unidos de América; uno en las
Antillas británicas; y uno en las islas francesas de las Indias Occidentales.
Pero ninguno se proporciona para Canadá; ninguno para la Provincia de
Louisiana, o las posesiones españolas en América del Norte; y ninguno para
Sudamérica. [Official Bulletin, Vol. VII, No. 1, p. 486]
Su Artículo VI prevé que ‘el poder del Supremo Consejo no interfiere con
ningún grado por debajo del 17°;’ y el Artículo VII que solamente los Consejo
o individuos por encima del Gran Consejo de Príncipes de Jerusalén pueden
apelar al Supremo Consejo. Esto era necesario, en 1801, en Charleston, para
impedir la hostilidad de parte de la Gran Logia de Perfección y el Gran Consejo
de Príncipes de Jerusalén, que entonces y hasta ahora existen en Carolina del
Sur. ¿Por qué era necesario en 1786, en Prusia, donde no existía ninguna
Logia de Perfección ni Consejo de Príncipes de Jerusalén? [Ibid., p.487]

Las cuotas para el 33er Grado, y para la patente de él, se expresan como
pagaderas, no en moneda alemana, sino francesa. [Ibid., p.487]2

La reprobación racional y categórica de Pike de la versión francesa,


hace que sea difícil entender cómo uno podría, con cualquier entendimiento
del argumento de Pike y sus implicaciones, defender razonablemente la

1
Albert Pike, The Grand Constitutions of Freemasonry (New York: The Sup reme Council, 33º Southern
Jurisdiction, USA, 1872), 282-283.
2
Henry C. Clausen, Authentics of Fundamental Law for Scottish Rite Free masonry (San Diego: The Supreme
Council, 33º Southern Jurisdiction, USA, 1979), 9-10.

3
versión francesa. Sin embargo, esta es la misma versión que acepta la JMN.
¿Por qué? Aún más curioso es el hecho de que Pike mismo utilizó la versión
francesa para apoyar su posición en un debate Masónico. En la década de
1860, los Supremos Consejos de la JMN y la JS entraron en un debate sobre
el territorio. Josiah Drummond, el Gran Comendador de la JMN, y Albert
Pike, el Gran Comendador de la JS, debatían cuestiones jurisdiccionales
sobre determinados estados.
Durmmond le escribió a Pike en 1868:
“Sostengo que bajo las Constituciones de 1786, la Jurisdicción del Norte
y la Jurisdicción del Sur son, en todos los aspectos y para todos los
propósitos, tan distintas como si fueran naciones separadas: que nosotros,
como usted, derivamos nuestros derechos de jurisdicción de esas
Constituciones; que esas Constituciones crean dos Jurisdicciones separadas.
Por otro lado, percibo que usted ha sostenido que su Consejo Supremo tenía
jurisdicción en toda América del Norte, y que obtuvimos nuestro territorio por
cesión de usted; y si por cesión, en consecuencia, obtenemos únicamente el
territorio que usted elija ceder, y según sea necesario, que no podría haber
habido un Consejo Supremo en esta Jurisdicción si no hubiera usted elegido
cedernos el territorio.”3

¿Cómo contestó Pike a Drummond? Escribió (argumentando el


significado de ciertas frases en la versión francesa):
“No estoy de acuerdo con que las Constituciones hayan creado las dos
Jurisdicciones. Porque los Estados Unidos componían una Jurisdicción única
hasta 1813 o 1815, y podría haber seguido siendo así hasta el día de hoy. La
disposición es restrictiva: no debe haber más de dos Consejos Supremos
establecidos en los Estados Unidos.
Ese es el verdadero significado de eso; no es que deberán ser dos. Pero
el punto no tiene importancia práctica, y lo paso... Si el Hermano Drummond
tenía razón al sostener que la parte norte de los Estados Unidos no pertenecía
a la Jurisdicción del Consejo del Sur, antes de 1813 o 1815, sino que era para
dar posesión, fuera voluntario o no, a un Consejo del Norte, siempre que se
creara uno allí, una consecuencia que él no prevé que pueda seguir. Esa
hipótesis haría que los estados del Norte fueran un territorio desocupado, en
el que cualquier Inspector General podría establecer un Supremo Consejo; y
podría así legitimar el Consejo Cerneau y aniquilar el creado en 1813 o 1815
por De la Motta. Ciertamente destruiría la base principal sobre la cual la
legitimidad del Concilio de Cerneau siempre fue impugnada; a saber, que el
Consejo de Charleston tenía jurisdicción sobre todo el territorio de los Estados

3
Transactions of the Supreme Council of the 33D for the Southern Jurisdiction of the United States (New York:
Masonic Publishing Company, 1869),19.

4
Unidos, y que ningún otro Consejo podía crearse en ningún lugar en ellos,
excepto con su consentimiento.”4

Pike y Drummond debatían el significado del Artículo Cinco de la


versión francesa, que determinaba el número de Supremos Consejos
permitidos en los EE.UU. Este debate dio como resultado que Pike
presentara argumentos bastante extensos sobre la gramática francesa e
inglesa y los motivos de su posición con respecto al significado del Artículo
Cinco de la versión francesa. Pike incluso cambió una parte de la traducción
al inglés en sus Grandes Constituciones para reflejar su opinión sobre la
interpretación.5 En su Alocución de 1868, Pike muy hábilmente debatió
extensamente esta interpretación del Artículo Cinco de la versión francesa
y lo hizo igualmente en sus Grandes Constituciones. Pero ¿por qué Pike se
tomaría la molestia de argumentar con esmero acerca de un documento que
él había desestimado como una “falsificación torpe”? Pike debería haber
debatido, a fin de articular claramente su verdadera posición, la versión
latina, que afirmó era legítima. ¿Por qué no lo hizo? En pocas palabras, Pike
no pudo debatir esta parte de la versión latina. La misma porción del
Artículo Cinco de la versión latina (la versión a que Pike se refiere como la
“ley del Rito”6) dice:
“En cada gran nación de Europa, y en cada Reino o Imperio, no habrá
más que un solo Consejo Supremo de este Grado. En todos esos Estados y
Provincias, así como en el continente y las islas, de las que se compone
Norteamérica, habrá dos Consejos, uno a una distancia tan grande como
pueda ser del otro.”7

Pike sostenía firmemente que el significado del Artículo Cinco (versión


francesa) era que no se requería que los EE. UU. estuvieran divididos en dos

4
Ibid., 22-23.
5
Pike, The Grand Constitutions of Freemasonry 289. Pike alteró la traducción al inglés de la versión francesa
del Artículo cinco a: “…sino dos en los Estados Unidos de América…” a fin de enfatizar su punto concerniente
a su interpretación del significado de esta frase.
6
Ibid., 283.
7
Albert Pike, The True Secret Institutes and Fundamental Bases of the Order of Ancient Free and Associated
Masons and the Grand Constitutions of th e Ancient Accepted Scottish Rite of the Year 1786. (New Orleans:
The Supreme Council, 33º Southern Jurisdiction, USA 1859), 163-165. En Las Grandes Constituciones de la
Francmasonería de 1872 (A.M. 5632) de Pike, él alteró la traducción de la versión latina para que dijera así:
“En cada gran nación de Europa, y en cada Reino o Imperio, habrá un solo Consejo de dicho grado. En los
Estados y Provincias, así como en el Continente, como en las Islas, de las que se compone Norteamérica, habrá
dos Consejos, uno a una distancia tan grande del otro como sea posible. Pike, el maestro lingüista, remplazó
la palabra “shall” con “will” [Brevemente: shall es más imperativo, de ordenar; will, deja más espacio a la
probabilidad. N. del T.] en su edición de 1872, que, aunque tiene el mismo significado, no era un problema
tan obvio para los lectores distraídos. La edición editada lleva la nota: “Re-traducida del latín por Albert Pike,
33°, Sob. Gr. Comendador. A.M. 5632” p. 213. Pike mantuvo la exactitud de su traducción de 1859, al menos,
hasta 1868, cuando la porción cuestionada del Artículo Cinco se reprodujo en las Transactions de 1868 del SC
JS exactamente como aparecía en la traducción de 1859 en la página 28.

5
jurisdicciones, sin embargo, ese es exactamente el significado de la versión
latina, que Pike mismo había traducido en 1859. Pike usó la versión
francesa en su debate con Drummond simplemente porque estaba más
abierta para la interpretación. La "consecuencia" que Pike afirmó seguiría,
si la interpretación de Drummond fuera aceptada, está claramente presente
en la versión latina –Cerneau, parece, podría haber tenido razón, basado en
la versión de las Grandes Constituciones aceptadas por la JS, para creer
que él había establecido legítimamente su Consejo.
El problema para Drummond era que Pike lo había arrinconado
hábilmente con su uso magistral de la versión francesa preferida de
Drummond. El debate territorial terminó con Drummond cediendo a las
demandas de Pike. La opinión sostenida por Drummond, sin embargo, no
se basaba únicamente en su interpretación del Artículo Cinco de la versión
francesa, sino también en el “certificado de nacimiento” del propio Consejo
del Norte, que dice en parte:
“Y considerando que las Grandes Constituciones del 33º especifican
particularmente, que habrá dos Grandes y Supremos Consejos del 33er Grado
para la Jurisdicción de los Estados Unidos de América, uno para el Sur y el
otro para el Norte.”8

Está claro por qué Drummond interpretó el Artículo V de la versión


francesa como lo hizo. La JMN se creó sobre la premisa de que las
constituciones deparaban dos consejos para los Estados Unidos. Su única
disputa podría haber sido si Cerneau no era un legítimo Soberano Gran
Inspector General; después de todo, si era legítimo, el Consejo Cerneau era
perfectamente legal y la JMN, por su propia razón declarada para ser creada,
¡no estaba autorizada! Las opiniones de Pike sobre el significado de la
interpretación francesa original no eran claramente compartidas por
Emanuel de la Motta, quien creó la JMN y fue miembro activo del Consejo
original de Charleston. Es, asimismo, evidente por qué las "amenazas" de
Pike bien podrían haberse tomado en serio. Claramente, el único ataque
disponible que podría razonablemente hacerse a Cerneau, desde la
perspectiva de la JMN, era desacreditar su legitimidad como SGIG, pero se
tuvo mucho cuidado en este curso de acción ya que no hay razón para creer
que Cerneau y John Mitchell obtuvieran el grado de alguna manera

8
Samuel Harrison Baynard, Jr., History of the Supreme Council, 33º Ancient and Accepted Scottish Rite
Northern Masonic Jurisdiction of the United States of America and its Antecedents (Boston: The Supreme
Council, 33º Northern Masonic Jurisdiction, USA, 1938), Vol. I, 175-179. Esta cita está tomada de la
reproducción en facsímil del "certificado de nacimiento" de 1813 para la Jurisdicción del Norte (reproducido
en la página 176). Además del facsímil, está una transcripción impresa del "certificado de nacimiento" que nos
entregó el Il. Hermano Baynard. Curiosamente, la transcripción impresa omite un número de palabras y frases
que aparecen en el facsímil. Por ejemplo, la frase “uno para el Sur y uno para el Norte” (línea 26 del facsímil),
no aparece en la transcripción impresa.

6
diferente.9 Desacreditar el 33° de Cerneau también podría desacreditar el de
Mitchell.
Parecería evidente que Pike no estaba al tanto de la existencia de una
copia manuscrita de la versión francesa de las Grandes Constituciones que
había hecho Frederick Dalcho, el primer Teniente Gran Comendador del
Consejo de Charleston y su segundo Gran Comendador después de John
Mitchell; el documento no fue descubierto hasta el siglo XX.10 (Esta copia
ahora reside en la Colección Kloss en la Biblioteca de la Gran Logia, de Los
Países Bajos, que también incluye un manuscrito del Ritual del trigésimo
tercer grado.) Pike proclamó audazmente a la versión francesa como un
fraude y ofreció un apoyo muy lúcido para su posición, mientras que
claramente no tiene idea de la redacción perniciosa del “certificado de
nacimiento” de la JMN. Un problema adicional para Pike fue que la versión
latina era desconocida antes de 1832. Para empeorar las cosas, no fue nadie

9
La cuestión de dónde y cuándo recibieron John Mitchell y Joseph Cerneau sus grados 33 no ha escapado a la
atención de los investigadores masónicos. En el caso de Cerneau, generalmente es descartado rápidamente
debido a la falta total de evidencia de que alguien alguna vez le haya otorgado el grado 33°. Emanuel de la
Motta, en la primera reunión con Cerneau, intentó obtener cierta información sobre el 33° de Cerneau,
incluyendo un vistazo a su Patente, pero no pudo satisfacerse de ninguna manera (vea: Charles S. Lobingier,
The Supreme Council 33º [Louisville, Kentucky: The Supreme Council, 33º, SJ., 1964], p. 102.). ¿Pero qué hay
de John Mitchell? Nunca se ha descubierto una patente que demuestre que Mitchell recibió el 33 de nadie.
Sabemos que Mitchell le dio a Dalcho el 33, ya que existe una patente para este evento. Mitchell fue el primer
Soberano Gran Comendador de la JS, entonces, ¿cómo recibió el 33? ¿Quién se lo dio? Antes del papel de
Mitchell en la creación del REAA, fue Subinspector General (25º) del llamado “Rito de Perfección.” A menudo
vemos los de mayor categoría que Mitchell en este sistema acreditando haberle dado el 33 (generalmente
Barend Spitzer). ¿Cómo podría un Mason del grado 25º, de otro sistema, dar el grado 33º del REAA a alguien?
También podemos ver un relato de un prusiano o alemán “desconocido” dándole el grado, con Mitchell
firmando un juramento pare ello en francés. (Vea: Baynard, History of the Supreme Council, 33º, Vol. 1, p. 89.)
Si alguien le dio el 33° a Mitchell, ¿quién se lo dio a él? ¿Por qué este SGIG desconocido no tuvo un papel en
la creación del Consejo de Charleston? Ya que este SGIG desconocido era superior a Mitchell, ¿por qué no fue
él el primer Soberano Gran Comendador de Charleston? Las preguntas pueden continuar al infinito. Lo que
nunca debemos hacer es juzgar los eventos del pasado con los estándares de hoy. El cómo hacemos hoy las
cosas, puede no haber sido la norma en el pasado. Podemos encontrar evidencia de una práctica antigua que
podría arrojar alguna luz sobre la pregunta del 33er grado de Mitchell/Cerneau. Existe evidencia (vea: Henry
Wilson Coil, Coil’s Masonic Encyclopedia [New York: Macoy Pub. & Masonic Supply Co., 1961], p. 121 and Pike,
The Grand Constitutions of Freemasonry, p. 117.) que un Diputado Inspector General del llamado “Rito de
Perfección” (como eran Mitchell y Cerneau) podía “pasar por alto” el grado 32° del nuevo grado 22 del REAA.
Además, si un 32° del REAA era el 32° más antiguo (o el único) en un área desocupada, podría avanzarse a sí
mismo al grado 33° del REAA a fin de otorgar el grado a otros y crear un Supremo Consejo. Tanto Mitchell
como Cerneau dieron el 33° a otros y crearon supremos consejos. A pesar de la histórica desaprobación de
Cerneau, es posible que de acuerdo a la costumbre de la época, él recibiera el 33° de la misma manera que
Mitchell. Se podría argumentar que era un SGIG tan legítimo como lo era Mitchell.
10
Ver: R. Baker Harris and James D. Carter, History of the Supreme Council, 33º (1801-1861) (Washington,
D.C.: The Supreme Council, 33º Southern Jurisdiction, USA, 1964), 98.

7
más que el Consejo Cerneau que hizo que la versión latina estuviera
disponible para el mundo.11
Habitualmente, los documentos que tratan sobre Joseph Cerneau
incluyen argumentos sobre las Grandes Constituciones de 1786. Cerneau
es acusado rutinariamente de actuar en violación de estas Constituciones.
Los defensores de Cerneau en el siglo XIX solían argumentar la falta de
autenticidad de las Grandes Constituciones, con la aparente creencia de que
si las Grandes Constituciones pudieran ser desacreditadas, todos los cargos
contra Cerneau también serían desestimados. Una afirmación que se hacía
a menudo era que Federico el Grande había estado en muy mal estado de
salud en el momento en que se decía que las Constituciones habían sido
aprobadas, y que él no estaba físicamente capacitado para darles su
consentimiento. Albert Pike hizo todo lo posible para examinar la acusación
de que Federico no pudo físicamente haber llevado a cabo ese documento.
Pike trazó meticulosamente los hechos denunciados y presentó un informe
detallado sobre su posición de que era posible que Federico hubiera
ejecutado las Grandes Constituciones. El historiador del rito escocés
Samuel Baynard de la JMN escribe sobre las conclusiones de Pike:
“Aunque admitimos que nuestro Ilustre Hermano nos convenció de
manera magistral de que Federico, el 1 de mayo de 1786, era física y
mentalmente capaz de redactar, firmar y promulgar estas Grandes
Constituciones, no hemos podido encontrar que descubriera o nos señalara
una centelleante evidencia de que Federico realmente tuvo algo que ver con
ellas.”12

Pike obviamente estaba consciente de que su extenso relato no


respondía a la pregunta real de si Federico había firmado o aprobado las
Grandes Constituciones. Al abordar este punto de una manera más
interesante, Pike escribe:
“No hay una sola partícula de prueba, de ningún tipo, circunstancial o
histórica o por argumento de improbabilidad, de que no sean genuinas y
auténticas.”13

Por sorprendente que parezca, Pike en realidad nos está pidiendo que
demostremos lo contrario. Independientemente de la petición de Pike,
Baynard continúa escribiendo:
“Concluimos por lo tanto:

11
Ibid., 216.
12
Baynard, History of the Supreme Council, 33º, 101.
13
Pike, The Grand Constitutions of Freemasonry, 170.

8
1. Que las Grandes Constituciones no fueron promulgadas por Federico
el Grande;
2. Que no fueron formuladas, redactadas o firmadas en Berlín;

3. Que no existía en Berlín o incluso Francia en 1786, ningún “Gran


Inspector Universal Supremo, en Supremo Consejo constituido”;
4. Que la fecha real de las Constituciones es posterior a 1786.”14

Pero, si las Grandes Constituciones son una falsificación, ¿quién las


falsificó? La pregunta no se le escapó a Baynard:
“Es natural que la siguiente pregunta sea: Bueno, entonces, ¿quién las
ideó? No sabemos. Tampoco nos molesta demasiado que no sepamos.
Tenemos nuestra opinión, pero no está respaldada por ninguna prueba que
podamos llamar positiva o directa, y, por lo tanto, no la expresamos como
conclusión.”15

Para resumir la situación, Pike ya había proclamado a la versión


francesa de las Grandes Constituciones como una falsificación. Estaba
debatiendo los méritos de por qué la versión latina debería considerarse
legítima. Baynard rechazaba ambas versiones de las Grandes
Constituciones. Con respecto a la posibilidad de que la versión latina
también fuera una falsificación, Pike nos dice:
“La acusación odiosa se ha repetido una y otra vez, que estas
Constituciones latinas se fraguaron en Charleston. Es totalmente cierto que
esto no es verdad, porque el Supremo Consejo de Charleston nunca los tuvo,
hasta que recibió copias de las ediciones publicadas por el Gran Comendador.
Si fueron falsificadas en alguna parte, no fue en Charleston: y si algo se forjó
allí, fue la copia francesa, ya que luego apareció en el Recueil des Actes.”16

Y en otra parte:
“Los caballeros de Carolina del Sur, en ese día, no hicieron la
falsificación. Sea cual sea el origen de las Grandes Constituciones, vinieron
de Europa a Charleston, y fueron aceptadas y recibidas por los honorables
caballeros y clérigos que fueron del primer Supremo Consejo, de perfecta
buena fe.”17

Si las Grandes Constituciones son documentos falsificados, pero el


Consejo original de Charleston no los falsificó, ¿cómo llegaron a poseerlos?
Pike teoriza:

14
Baynard, History of the Supreme Council, 33º, 115.
15
Ibid., 116.
16
Pike, The Grand Constitutions of Freemasonry 126.
17
Ibid., 195.

9
“Esta copia francesa muy imperfecta, que consiste meramente de tantos
Artículos, sin prefacio, formalidad de promulgación por parte de cualquier
cuerpo en el Poder, o autenticación de cualquier tipo, no contiene ninguna
lista de los grados, ni siquiera el nombre del Rito. Es muy probable que De
Grasse lo consiguiera, en o desde Europa, y creó el Consejo Supremo. Por el
Artículo V de estas Constituciones, se requiere que tres personas constituyan
un cuórum y compongan un Consejo Supremo; y, por lo tanto, el coronel
Mitchell y el doctor Dalcho, solos, no podrían haber sido, por sí mismos, un
cuerpo así. El hermano de Grasse pretendió establecer un Consejo Supremo
en Santo Domingo, para las islas francesas de las Indias Occidentales; y
ninguna otra persona tenía ningún interés en hacer que las Constituciones
fueran leídas para permitir tal Consejo, excepto su suegro, Jean Baptiste
Delahogue, quien también residía en Charleston en 1796, 1799 y 1801, y
también fue un 33°, y nombrado Teniente Gran Comendador de las Indias
Occidentales Francesas. Fue por esta razón, evidentemente, que ninguno de
ellos fue colocado en la lista de miembros del cuerpo en Charleston.”18

Ahora tenemos suficiente material para analizar. Baynard sostenía la


opinión de que toda la historia de las Grandes Constituciones era una
patraña. Basaba su opinión en la falta total de evidencia objetiva que
apoyara el relato y la improbabilidad de los eventos informados. Pike
denunció firmemente la versión francesa como un fraude, pero mantuvo la
posibilidad de la legitimidad para la versión latina. Pike señaló que el
Consejo original de Charleston no tenía posesión ni conocimiento de la
versión latina y había basado sus acciones en la versión francesa
fraudulenta. Pike también declaró que fue Alexander de Grasse-Tilly quien
había traído la versión francesa falsificada a Charleston, e insinuó que fue
De Grasse-Tilly quien podría haberlas fraguado. Pike, con algo de
indignación, rechazó la posibilidad de que Mitchell o Dalcho pudieran haber
tenido algo que ver con la falsificación.
Existen dos escenarios lógicos que podemos explorar: El primero sería
que Mitchell y Dalcho recibieran las Grandes Constituciones creyendo
sinceramente que eran legítimas; el segundo sería que Mitchell y Dalcho
tomaron parte en la creación de las Grandes Constituciones o sabían que
eran una falsificación.
Si Mitchell y Dalcho creían que las Grandes Constituciones eran
legítimas, podemos considerar la serie de eventos con esta mentalidad. Si
Mitchell y Dalcho creían que estaban propagando un sistema europeo
creado unos 15 años antes de la creación del Consejo de Charleston,
entonces podrían haber supuesto razonablemente que existían otros

18
Ibid., 134.

10
Consejos Supremos del 33º en Europa. Claramente, las Grandes
Constituciones hablan de tal Consejo en Berlín.
El 23 de agosto de 1813, John Mitchell y Frederick Dalcho escribieron
a Emanuel de la Motta con relación a su informe de Cerneau. Mitchel
escribió en parte:
“Estoy realmente sorprendido y asombrado por la conducta del hombre
que dices que se llama Sr. Joseph Cerneau. Ninguna persona ha tenido jamás
el grado salvo el Conde de Grasse, y tal vez, pero no estoy seguro, el Sr.
Delahogue.”19

Debemos detenernos por un momento para tratar de entender este


comentario de Mitchell. Si Mitchell recibió una copia de las Grandes
Constituciones y las aceptó como legítimas y autorizadas, ¿cómo podía estar
tan seguro de que nadie más “tenía el grado”?
¿Qué hay del Supremo Consejo de Berlín en las Grandes
Constituciones? La copia de las Grandes Constituciones de 1786, que
Mitchell tuvo a su disposición, abre de la siguiente manera:
“Hechas y aprobadas en el Supremo Consejo del 33º, debida y
legalmente establecido y Congregado en el Gran Oriente de Berlín el 1 de
mayo de Anno Lucis 5786 y de la Era Cristiana 1786. Consejo en el cual
estuvo presente en persona - Su Muy Augusta Majestad, Federico 2°, Rey de
Prusia, Soberano Gran Comendador.”

El “Supremo Consejo del 33°” en Berlín, ¿estaba compuesto de


miembros que no tenían el 33er grado? Si nadie más tenía el grado, ¿quién
se lo dio a Mitchell, alguien que él mismo no lo poseía? Mitchell escribe que
de Grasse era la única otra persona que estaba seguro que “tenía” el grado.
(Aquí es, posiblemente, donde Pike concibió la teoría de que De Grasse fue
quien trajo la copia falsificada a los Estados Unidos.) Si antes de De Grasse
nadie tenía el grado, entonces ¿quién se lo dio a De Grasse? Si De Grasse le
dio a Mitchell el 33° en algún momento antes de la creación del Consejo de
Charleston en 1801, ¿por qué el “manifiesto de 1802” (el “certificado de
nacimiento” de la JS) afirma que De Grasse recibió de Mitchell el 33°, el “21
de febrero de 5802” [1802]?20
Veamos ahora parte de la carta que Frederick Dalcho escribió a de la
Motta el mismo día de la carta de Mitchell y también sobre la nueva creación
de Cerneau. Nuevamente debe notarse que la fecha de la carta de Dalcho
fue el 23 de agosto de 1813. Emanuel de la Motta estableció el Consejo
Supremo para la Jurisdicción Norte 13 días antes, el 10 de agosto de 1813,

19
Harris/Carter, History of the Supreme Council, 33º (1801-1861), 117.
20
Ibid., 323.

11
y ciertamente se le habría informado de este hecho a Mitchell y Dalcho en
la carta que provocó su respuesta. Dalcho escribió:
“Es bien sabido por aquellos que han recibido legalmente el grado 33,
que no puede haber más que un Consejo en una nación o reino; y que el
Consejo de los Estados Unidos se estableció legalmente en esta ciudad, el 31
de mayo de 1801; en consecuencia, cualquier otro da por hecho que sus
prerrogativas deben ser subrepticias.”21

¿Qué quiere decir Dalcho con esta declaración? La copia de las Grandes
Constituciones de 1786 que existe en su propia mano dice que "habrá" dos
en los Estados Unidos. ¿Y qué hay de la creación de De la Motta? ¿Hay
alguna sugerencia de que Dalcho podría no haber aprobado el Consejo de la
Motta más que el de Cerneau? El “certificado de nacimiento” de la JMN,
creada por De la Motta, afirma que “habrá dos Grandes y Supremos
Consejos del 33er grado para la Jurisdicción de los Estados Unidos de
América, uno para el Sur y el otro para el Norte.”
Pike declaró que la primera copia conocida de las grandes
Constituciones era la versión francesa “falsificada” como apareció en la
publicación Masónica francesa titulada Recueil des Actes en 1817.22 Pike
afirmaba que Mitchell y Dalcho no podían haber falsificado las
Constituciones porque ambos eran hombres “honorables” y ninguno de los
dos “la clase de hombre que pone su mano en esa clase de trabajo.” Pike
declaró también que “no era probable que alguno de ellos pudiera escribir
en latín o francés.”23 Pike teorizaba que De Grasse junto con su suegro, Jean
Baptiste Delahogue, adquirieron o falsificaron la versión francesa y luego,
supuestamente, la tradujeron al inglés de manera que Mitchell y Dalcho
pudieran entenderla. Pike no sabía de la copia manuscrita de Dalcho, pero,
siguiendo esta línea de razonamiento, podría haber supuesto que Dalcho la
copió de una copia de De Grasse o Delahogue, que ellos habían traducido
del francés al inglés.
¿Podría ser esta la copia que se usó para engañar a Mitchell y Dalcho?
Nos enteramos por el pasado Gran historiador de la JS, Ray Baker Harris,
que los documentos de Delahogue en la Colección Kloss son “una copia
indudable del trigésimo tercer grado y la Constitución, Estatutos y
Reglamentos, en uso en Charleston en 1801-1802 cuando el Consejo
Supremo fue establecido.”24

21
Harris/Carter, History of the Supreme Council, 33º (1801-1861), 118.
22
Pike, The Grand Constitutions of Freemasonry, 126.
23
Ibid., 134.
24
Harris/Carter, History of the Supreme Council, 33º (1801-1861), 92.

12
Harris también nos dice:
“Esta suposición es confirmada por una copia manuscrita de la misma
en inglés, enteramente escrita a mano por Frederick Dalcho. Es el equivalente
en inglés de la copia francesa de Delahogue. Se cree que fue la copia de
Charleston de la cual Delahogue hizo su traducción al francés.”25

¿Delahogue hizo su traducción al francés? Pero Pike dijo que la copia


más antigua conocida de las Grandes Constituciones era la versión francesa
falsificada. En una condena de esta versión, Pike defendió rígidamente a
Mitchell y Dalcho en base a su posición de que esta copia falsificada llegó a
sus manos, presumiblemente a través de De Grasse y/o Delahouge, y
simplemente la aceptaron como legítima. La "versión francesa" tendría que
haber sido traducida del francés al inglés, y no al revés para que el
argumento de Pike fuera correcto. ¿Hay algo de apoyo para la posición de
Harris de que la copia francesa de Delahouge fue hecha de la copia inglesa
de Dalcho? Sí. Harris nos dice que la copia de Delahogue de las Grandes
Constituciones lleva la nota: “traducido del inglés por mí [Delahogue].”26
Para que la teoría de Pike fuera correcta, de Grasse habría traducido
sus Constituciones francesas falsificadas al inglés, para Mitchell y Dalcho.
Dalcho habría copiado esa traducción en inglés con su propia mano. Luego,
se nos pide que creamos que el suegro de De Grasse no hizo una copia de
las Constituciones de francés a francés de la copia de Grasse, sino que usó
la copia en inglés de Dalcho para traducirla al francés para su propia copia
personal. ¡Eso no tiene ningún sentido! ¿Por qué Delahogue se tomaría
tantas molestias si su yerno tenía la versión original en francés?
Este escritor está completamente de acuerdo con Samuel Baynard en
su rechazo a la legitimidad de las Grandes Constituciones. Del mismo modo,
hay poco espacio para argumentar la evaluación perfectamente lógica de
que Albert Pike hizo de la versión francesa la de las Grandes Constituciones.
Pike claramente no se dio cuenta de que lo que tan bien probó que era una
“falsificación torpe,” llegó directamente de la mano de Frederick Dalcho.
A falta de otra explicación razonable, debemos concluir que John
Mitchell y Frederick Dalcho inventaron la historia de las Grandes
Constituciones de 1786, en todo o en parte. No podemos, como Pike sugirió,
intentar probar o refutar un negativo. Tampoco podemos abrazar teorías
fantásticas que hagan que la historia termine como podríamos desear. El
curso de los acontecimientos simplemente no tiene sentido si tomamos la
posición de que Mitchell y Dalcho recibieron las Grandes Constituciones,

25
Ibid., 92.
26
Ibid., 92.

13
las aceptaron como legítimas y crearon el Consejo de Charleston. Los hechos
conocidos simplemente no respaldan tales conclusiones.
Este escritor sostiene la opinión de que Mitchell, Dalcho, y
posiblemente algunos otros, tenían una preocupación razonable con
respecto al estado caótico y fallido de la orden del "Rito Escocés" (Orden del
Real Secreto o Rito de Perfección). “Para traer ‘orden’ al caos,” se creó el
nuevo sistema REAA de 33 grados. La “crema de la crema” de los grados y
rituales fue seleccionada para este nuevo sistema, una creación inspirada
para la cual, uno puede imaginar, una preocupación se desarrolló sobre si
sería aceptada por la Masonería. Un respaldo real agregaría valor a
cualquier nuevo sistema Masónico, y uno anexado a un conjunto de leyes
de gobierno podría conferir mayor valor.
Si examinamos la situación, desde el punto de vista de que el Consejo
de Charleston recibió las constituciones y las aceptó como legítimas,
entonces llegamos a una contradicción tras otra. Sin embargo, si
consideramos que toda la historia y la creación provienen del Consejo de
Charleston, se desarrolla un escenario muy lógico. Es la conclusión de este
escritor, que el concilio original de Charleston fue creado junto con un
conjunto de leyes gobernantes atribuido a Federico II. Este escritor no ha
visto ni una pizca de pruebas sólidas para apoyar la posición de que Federico
en realidad aprobara –o siquiera conociera –cualesquiera Grandes
Constituciones en Berlín el 1 de mayo de 1786. Sin embargo, hay abundante
evidencia para atribuir la creación de las constituciones a los miembros
originales del Consejo de Charleston.
Han pasado más de 200 años desde la creación del Consejo de
Charleston. La importancia y el valor del REAA están bien probados. Está
claro que este sistema Masónico es de gran importancia para toda la
Masonería, y no es un perjuicio reconocer toda su historia. Los creadores
del REAA eran humanos, después de todo, y los humanos a veces se
equivocan al juzgar.

Tomado del Libro:


In His Own (w)Rite
de Michael R. Poll.

Traducción:
H∴ Horus, 33°
Febrero 2018

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